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NOTA SOBRE EL AUTOR
José Luis Moctezuma Zamarrón es doctor en antropología lingüística por la Universidad de Arizona y profesor
investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Centro Sonora.
Fotografía 1a. de forros y portadilla: Niños jugando a ser fariseos durante la Cuaresma.
Loma de Guamúchil (Pueblo de Cócorit), Sonora.
Fotógrafo: José Luis Moctezuma Zamarrón, 1996.
Acervo personal.
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Yaquis
José Luis Moctezuma Zamarrón
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CDI
972.004
C65
YAQUIS
Moctezuma Zamarrón, José Luis
Yaquis / José Luis Moctezuma Zamarrón. -- México : CDI, 2007.
55 p. : fots. – (Pueblos Indígenas del México Contemporáneo)
Incluye bibliografía
ISBN 978-970-753-132-1
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Queda prohibida la reproducción parcial o total del contenido de la presente obra, sin contar previamente con
la autorización del titular, en términos de la Ley Federal del Derecho de Autor, y en su caso de los tratados in-
ternacionales aplicables. La persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones legales cor-
respondientes.
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Yaquis
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del XX. Durante los primeros movimien- estructura social y organización comu-
tos de reivindicación los siguieron otros nitaria, la que hasta nuestros días sigue
grupos étnicos de la zona, como los pi- prevaleciendo a pesar de que casi han
mas y los mayos, pero hacia finales del desaparecido como grupo étnico, pro-
siglo XIX, los yaquis se quedaron solos ducto del genocidio del que fueron ob-
en la lucha debido a que los mayos, sus jeto y de la llamada diáspora, es decir,
casi permanentes compañeros de armas, de las movilizaciones que emprendie-
se vieron sojuzgados y controlados por ron, tanto de manera forzada como pa-
el Estado Mexicano. Es a través de esas ra huir de la persecución, culpables úni-
movilizaciones que los yoemes adquie- camente de ser un pueblo resistente a la
ren un sentido de identidad más fuerte asimilación económica y política que
y sentaron las bases de lo que sería su pretendía el Estado Mexicano.
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encuentran grupos de yaquis que man- Los que regresaron a su territorio tra-
tienen cierto sentido de comunidad y dicional, durante o después de la Revo-
que hasta la fecha reproducen algunas lución, se encontraron con que una gran
de sus ceremonias tradicionales más re- parte de la región estaba colonizada y
presentativas, como la celebración de que no tenían la posibilidad de expul-
la Cuaresma, con todo el enorme apa- sar a quienes se habían establecido de-
rato de personajes que participan año finitivamente en lo que habían sido sus
con año en los rituales que represen- tierras, por las que habían peleado por
tan la pasión de Cristo. Por otra parte, tanto tiempo. El último levantamiento
un importante número de yaquis cruzó lo llevaron a cabo en 1927, al detener
la frontera también en busca de refugio el tren en donde viajaba Álvaro Obre-
y se instaló en diferentes lugares de Ari- gón. El Gobierno respondió con el en-
zona. La mayoría de ellos no regresaron vío de 20 mil soldados a la zona y el
a los ocho pueblos tradicionales y for- bombardeo a los yaquis que se refugia-
maron comunidades que conservaron ban en la sierra del Bacatete. La lucha
muchos elementos de la cultura, la es- terminó en 1928 con la región militari-
10 tructura social y la organización comu- zada y con la deportación a cárceles del
nitaria tradicionales. Después de errar centro de México de un número impor-
por varios lugares del estado, finalmente tante de milicianos yaquis, incluyendo a
lograron el reconocimiento del Gobier- los líderes.
no estadounidense, y en la actualidad Casi 10 años después, la situación
existen dos poblaciones con un territo- cambió radicalmente con la restitución
rio propio: Nuevo Pascua, cerca de Tuc- de un tercio de su territorio, el cual otor-
son, y Guadalupe, en las inmediacio- gó el Presidente Lázaro Cárdenas como
nes de Phoenix. En ambas comunidades parte de un ambicioso plan de entrega
continúan proliferando algunos de los
aspectos medulares de la matriz cultural En Nuevo Pascua y Guadalupe
yaqui y perdura el sentido de identidad en Estados Unidos continúan
que les permitió mantenerse como gru- proliferando aspectos
po y seguir reproduciendo su identidad
medulares de la cultura
étnica, aun con las presiones extremas
yaqui y además perdura su
de las que fueron objeto durante perio-
dos muy largos. sentido de identidad.
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Almácigos para
la producción de frutales.
San José del Llano, Sonora.
Fotógrafo: Nacho López,
ca. 1981.
Fototeca Nacho López, CDI. 11
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supuestos dividendos entre los agricul- ral. Al mismo tiempo, las luchas internas
tores, no eran ellos quienes definían las por el control de los recursos han au-
políticas de producción. mentado, lo que se observa en algunos
A la fecha, la lucha por su territorio pueblos que llegan a tener dos y hasta
continúa, ya que no están de acuerdo tres grupos de gobernadores tradiciona-
con el convenio firmado en 1997 por les, algunos de ellos ligados a las depen-
algunos gobernadores yaquis con el en- dencias de donde fluyen los recursos pa-
tonces Presidente Ernesto Zedillo. Sus ra el desarrollo del pueblo yaqui.
reivindicaciones se basan en los lími- Aunque la mayoría de los individuos
tes del territorio restituido por Cárdenas, que viven en territorio yaqui son del
que no han sido respetados por sus veci- mismo grupo étnico, las relaciones inter-
nos mestizos, quienes han contado con étnicas son parte de la vida cotidiana,
el apoyo de los gobiernos estatal y fede- no sólo dentro de los pueblos tradicio-
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Mujeres trabajando
en el campo. San José
del Llano, Sonora.
Fotógrafo: Nacho López,
ca. 1981.
Fototeca Nacho López,
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nales, sino también fuera, debido al in- tes. Otros poblados con cierta influen-
tercambio que establecen con los cen- cia yaqui son el puerto de Guaymas, los
tros de población con mayoría mestiza; antiguos pueblos de misión de Cócorit
de dichas relaciones emanan algunos de y Bácum, Esperanza y, en el corazón de
los cambios observados en las comu- la zona Yaqui, Vícam Estación o Vícam
nidades yaquis, sobre todo en las más Switch, localidad con gran presencia
cercanas a Ciudad Obregón, centro ur- mestiza, además de las dos cabeceras
bano que mantiene una fuerte influen- yaquis donde tienen asiento los gober-
cia en los pueblos de Loma de Guamú- nadores, Vícam Pueblo y Pótam, el lu-
chil y Loma de Bácum. Esta ciudad, que gar más grande de los ocho pueblos.
en 1923 contaba con 450 habitantes, se Las relaciones interétnicas son co-
convirtió en la segunda urbe en núme- munes entre yaquis y mestizos, aunque
ro de población del estado de Sonora, y en las llamadas Colonias Yaquis habitan
en la actualidad tiene miles de habitan- pocos yoris, término usado desde la épo-
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ca colonial por los grupos cahitas para imaginario colectivo del grupo se han
referirse a los blancos o mestizos y que creado una serie de representaciones
originalmente significaba “bestia fiera”. simbólicas alrededor de él, junto con
Aunque dentro del territorio tradicional formas de apropiación del espacio y de 15
los intercambios son más frecuentes y los recursos naturales que este espacio
más intensos, la gran movilidad de los físico provee. Para dar cuenta de la re-
yaquis conlleva contactos fuera de sus lación entre los yaquis y la naturaleza
comunidades, ya sea para estudiar, tra- partimos de la concepción que ellos tie-
bajar, comerciar, pasear o llevar a cabo nen acerca de ésta, además de analizar
trámites en alguna oficina gubernamen- los mecanismos de apropiación y lucha
tal. Los contactos han sido permanentes, por los recursos naturales que se dan
al ser uno de los grupos con mayor pre- dentro del grupo y, sobre todo, con los
sencia en el ámbito regional. blancos y mestizos.
Los yaquis dividen su mundo entre
TERRITORIO SIMBÓLICO el espacio de los hombres y el de la na-
Y PRÁCTICAS PRODUCTIVAS turaleza; esta separación está elaborada
Como se ha señalado, el territorio yaqui a partir de la relación entre el pueplum,
ha desempeñado un papel preponderan- el pueblo, y el huya ania, el monte. El
te en el devenir histórico e identitario de espacio físico del pueblo lo marca la
este grupo indígena. Por tal razón, en el Iglesia, el camino del conti y los espa-
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cios físicos ganados por los yaquis. El tipo, pero a quienes guardan profundo
monte corresponde al mundo natural, respeto por lo bueno o lo malo que pue-
en donde se encuentran los animales den provocar; por un lado, facilitan el
16 y las plantas; en otras palabras, es ese alimento, y ayudan a los perdidos, pe-
espacio que rodea a los pueblos, en el ro, por otro, causan males, sobre to-
sentido más amplio del término. Sin em- do cuando los humanos rompen el or-
bargo, existe una fuerte relación entre den establecido, como cuando cometen
el pueblo y el monte, ya que los seres un infanticidio o un incesto, o tan sólo
que habitan cada dominio se adentran cuando se adentran en el monte por las
en el espacio del otro y establecen, así, noches, momento en que se vuelve peli-
complejos vínculos entre ambos grupos groso para los confiados o distraídos.
y espacios. Al establecer estos lazos es- Los mitos de origen de los yaquis ha-
trechos, el mundo del monte se convier- blan de los surem. Según cuentan, antes
te en el universo sagrado natural de los de la llegada de los españoles, al noroes-
yaquis. te de México se le llamaba sure, porque
En el huya ania viven los surem, el allí vivían los surem, hijos de Yomumu-
yoeta, el choni, la serpiente kurues, el li. Los surem eran pequeños y fuertes y,
yoremgo’i y los animalitos del monte, según la mitología, todavía habitan en
entre otros seres con quienes los yaquis el monte y, cuando pueden, ayudan a
han establecido vínculos de diferente los yaquis. También había un árbol par-
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lante, pero la única que lo entendía era sonaje del monte, y, además de cuidar a
Yomumuli, quien había creado a todos los animales salvajes, ayuda a los vaque-
los grupos indígenas de la región. Ésta ros yaquis a encontrar el ganado perdi-
les contó sobre la llegada de Jesucristo do, para lo cual da fuertes chiflidos.
y de los hombres que vendrían a con- El yoremgo’i, especie de coyote-
quistarlos; a la mayoría de los grupos no hombre, es otro personaje del mon-
les gustó lo que les dijo y se fueron a vi- te, que por haber incurrido en el inces-
vir dentro de las colinas o se introduje- to se convirtió en un ente expulsado al
ron en el mar. Sólo los yaquis le hicie- huya ania. Su particularidad es la de ser
ron caso y se quedaron en esa tierra. un “bulto”, un tanto inmaterial, que sin
El yoeta, señor de los animales, tam- embargo se puede transformar en algún
bién conocido como el “vaquero del animal en particular para causar espan-
monte” o el Santiaguillo, cuida a los ani- to y daño a quien lo mira. Su carácter
males del monte, pues todos ellos son de de desterrado al monte no lo inhibe pa-
su propiedad. Los cambios en la creen- ra presentarse en el poblado, aunque es
cia en un dueño de animales silvestres menos común su presencia en este lu-
a uno más general, que incluye la pose- gar, de donde, en todo caso, huye al ser 17
sión del ganado, se deben al sincretismo ahuyentado por la gente.
entre la religión católica y las creencias Otros entes que habitan en el mon-
sobre el huya ania que tenían los ya- te son el choni, la serpiente kurues y los
quis antes de la llegada de los españo- animalitos del monte: el ciempiés, la la-
les, cuando la caza era una de las activi- gartija, el alacrán y la hormiga. De he-
dades más importantes entre los grupos cho, existe una versión según la cual los
cahitas. Ahora el Santiaguillo es un per- surem se convirtieron en los animalitos
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del monte, lo que muestra la intensa re- vecinos de la sierra un sistema de ritua-
lación que para los yaquis guardan na- les agrícolas que los identifican como
turaleza y cultura. parte de un área cultural. Al extender
18 Además del espacio simbólico, la la actividad agraria y la cría de ganado,
tierra proveyó a los yaquis de los ele- el cambio de producción introducido
mentos necesarios para su subsistencia. por los jesuitas modificó sensiblemen-
En un principio, los productos obteni- te su modelo productivo. Sin embargo,
dos de la caza, la pesca y la recolección no hubo cambios en su sistema ritual y
representaban 50 por ciento de su die- conservaron la visión del monte como
ta, junto con una incipiente agricultu- su universo simbólico natural. Aun así,
ra en el delta del río Yaqui. Tal vez ese los cambios sirvieron para incrementar
fue uno de los motivos por los que este su identificación con el territorio, ya de
tipo de grupos no compartiera con sus por sí uno de los fundamentos de cohe-
sión como grupo.
Ya que los curas jesuitas utilizaban
Se dice que los surem se convirtieron parte del excedente para apoyar las mi-
en los animalitos del monte, de ahí siones que se estaban abriendo hacia el
la intensa relación que para los yaquis norte de la zona yaqui, con la expulsión
guardan naturaleza y cultura. de misioneros, los indígenas se vieron
obligados a regresar a la agricultura de
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las familias yoemes para percibir su in- ca de una temporada a otra, por men-
greso económico. En diferentes tempo- cionar algunos de los más importantes.
radas, un individuo puede enrolarse co- Por otra parte, la ganadería no ha tenido
mo jornalero agrícola, incorporarse al los alcances de la agricultura y la pes-
ejército de pescadores durante la tem- ca, pero funciona como parte de las ac-
porada alta de pesca de camarón o la- tividades productivas de la población
borar como albañil en localidades cer- yaqui. La ganadería se introdujo masi-
canas a la región Yaqui. vamente en 1960, con la creación de la
La pesca ha venido aumentando en Sociedad Local de Crédito Ganadero de
la costa de la zona Yaqui a partir de las Comunidades Yaquis, de R.I. Con su
mediados del siglo XX. Bahía de Lobos formación se inicia otra actividad eco-
y Las Guásimas son pueblos pesque- nómica que ha beneficiado a una can-
ros que se crearon a raíz del aumento tidad reducida de socios, pero que ha
de la captura de ciertas especies mari- servido como un recurso fundamental
nas, sobre todo del camarón de expor- para la intensa actividad ritual de los
tación. Sin embargo los altibajos se han ocho pueblos, debido a que de ella se
22 dejado sentir, producto de varios facto- surten de los animales necesarios para
res, como los problemas dentro de las las diferentes fiestas religiosas de toda la
cooperativas pesqueras, el aumento en región. Pero, al igual que con las otras
el costo de los insumos y la diferencia actividades productivas que requieren
de la cantidad del producto que se pes- incorporarse al mercado comercial, los
modelos culturales yaquis chocan con
las dinámicas de manejo mercantil im-
La pesca ha venido aumentando puestas desde afuera. Sistemáticamente
en la costa de la zona Yaqui a partir las políticas de desarrollo implantadas
de mediados del siglo XX. desde el exterior han fracasado por no
Bahía de Lobos y Las Guásimas considerar la visión yaqui sobre el ma-
nejo de los recursos. La cultura mercan-
son pueblos pesqueros que se crearon
til sólo ha funcionado con un pequeño
a raíz del aumento de la captura
sector del grupo, el cual, por cierto, se
de ciertas especies marinas, sobre ha beneficiado de los apoyos otorgados
todo del camarón de exportación. por el Gobierno Mexicano o por el ma-
nejo de los recursos naturales propios.
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Entre otras actividades que permi- rado que están experimentando los po-
ten un ingreso a algunos sectores yaquis blados de los alrededores, los cuales re-
están la producción de carbón vegetal, quieren de peones diestros en este tipo
que casi siempre se vende a intermedia- de labores.
rios, con lo que se obtiene poca ganan- Los yaquis se caracterizan por tener
cia, y la explotación de la salina ubica- una gran capacidad de trabajo. Desde
da en Puerto Lobos, que produce sal de la época colonial su fama se extendió
forma industrial. Además, existen activi- a toda la región, incluyendo los que en
dades que incorporan un número cada la actualidad son los estados de Chihua-
vez más considerable de trabajadores. hua y Baja California, y desde entonces
Labores como la albañilería han ido en no ha decaído. Por esa razón suelen ser
aumento, debido al crecimiento acele- bien recibidos en donde se necesita ma-
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capital del estado. Algunos de los egre- LAS RANCHERÍAS Y LOS PUEBLOS
sados se emplean en Hermosillo u otras DE MISIÓN
ciudades del estado, pero otra parte re- La forma territorial en que los yaquis es-
gresa a integrarse a las diferentes depen- taban organizados era la ranchería, que
dencias internas o relacionadas con el consistía en un conjunto de casas dise-
desarrollo del grupo, como los ayunta- minadas en un amplio espacio, sin una
mientos y dependencias estatales y fe- traza definida y sin un desarrollo de au-
derales que los asisten. toridades centrales que controlaran al
A pesar de que los yaquis no migran grupo. Esta unidad funcionaba a partir
de forma grupal, como antaño lo hicie- de redes formadas por sistemas de pa-
ron, una cantidad significativa sale de la rentesco y sólo confluían en una unidad
región en busca de mejores posibilida- mayor cuando se unían para combatir
des de ingresos. Algunos de ellos llegan a sus vecinos los seris, pimas y mayos.
a las ciudades fronterizas y se instalan Las guerras entre estos grupos eran por
allí para trabajar en las maquiladoras o el control de los territorios de caza y re-
los servicios, y otros cruzan hacia Esta- colección y no para sojuzgar a sus veci-
dos Unidos. A diferencia de otros grupos nos. En esos momentos aparecían como 25
como los mixtecos, se diseminan a lo líderes los caciques: jefes guerreros que
largo y ancho del territorio norteameri- en tiempo de paz no tenían un papel re-
cano, a pesar de que existen dos grupos levante dentro de las comunidades. Las
de yaquis reconocidos por el Gobierno ochenta rancherías que hallaron los es-
de ese país. Aunque la duración de las pañoles en el delta del río Yaqui se inte-
estancias en lugares fuera de su territorio graron a los ocho pueblos de misión for-
varía, en muchos casos existen contac- mados por los jesuitas, con lo que hubo
tos casi permanentes, y los emigrantes
regresan ocasional, cíclica o definitiva-
mente a sus comunidades de origen. Las La forma territorial en que los yaquis
remesas de dinero son una fuente de in- estaban organizados era la ranchería,
greso de los miembros del grupo que se que consistía en un conjunto
quedaron a radicar en el solar familiar de casas diseminadas en un amplio
y sirven para paliar las carencias econó-
espacio, sin una traza definida
micas en las que están sumidos sectores
y sin un desarrollo de autoridades
importantes de la comunidad yaqui.
centrales que controlaran al grupo.
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es un amplio espacio en donde los fe- los contactos con la sociedad mayor.
ligreses realizan una especie de proce- El pueblo de Pótam es un ejemplo cla-
sión, espacio indispensable para que se ro de estos procesos. Uno de los ocho
lleve a cabo una de las actividades más pueblos tradicionales se diferencia del
importantes que no pueden faltar en las resto por el trazo de algunos de sus ba-
fiestas religiosas de los pueblos. En di- rrios, como el de Veracruz o el de Méri-
cho camino y frente a la iglesia se en- da. Muchos de sus habitantes regresaron
cuentra el campanario, en cuyo interior de esos lugares después de las depor-
se levantan la ramada de los pascolas y taciones y comenzaron a construirlos
las cocinas de los fiesteros, sitios funda- conforme a los modelos habitaciona-
mentales en la organización espacial de les de esos sitios y no de acuerdo con
los rituales yaquis y mayos. los antiguos patrones, tipo ranchería. En
Ahora bien, los cambios en la fiso- otros casos, en épocas más recientes,
nomía de los poblados han sido parte las nuevas construcciones alrededor de
importante del devenir histórico de este los pueblos más tradicionales comen-
grupo. Junto con las características antes zaron a buscar trazos lineales entre los
mencionadas de los antiguos pueblos de solares, con la intención de formar ca- 27
misión encontramos otros trazos, pro- lles en línea recta por donde transitaran
ducto de los cambios introducidos por automotores y personas y en función de
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las necesidades requeridas por los servi- nos térmicos, que si bien los hace más
cios, como el sistema de agua potable, seguros y más durables, al mismo tiem-
luz, teléfono e incluso drenaje, asimis- po resultan menos confortables, debido
mo para hacer posible la construcción a las características del clima de la re-
de edificaciones que dieran servicio a gión: extremadamente caluroso durante
la comunidad, como escuelas y centros varios meses del año y frío durante la
de salud. Aquí hay que hacer notar los temporada invernal (no es inclemente
cambios en los materiales para edificar pero no deja de ser incómodo y provo-
las casas, que las convierte en construc- car problemas de salud). A estos cam-
ciones más duraderas y con mayores fa- bios se suma el desuso de las enramadas
cilidades que las antiguas formas de edi- —o ramadas, como las llaman en la re-
ficar viviendas. gión—, las cuales se elaboraban con ca-
Cada vez es menos frecuente el uso rrizo y daban una agradable sombra du-
de materiales tradicionales para cons- rante los largos días de calor. Ahora se
truir las casas, como el carrizo y el lo- instalan enramadas permanentes que no
do —los materiales más antiguos— o mitigan las altas temperaturas, las cuales
28 la elaboración de adobes para levantar pueden llegar a ser superiores a los 45°C
obras un poco más durables —introdu- durante el verano. A esto hay que sumar
cidas durante la época colonial—, pero la necesidad de contar con aparatos que
que necesitan de cierto mantenimiento refresquen el aire, muchas veces dema-
para su conservación, para lo cual no siado onerosos para quienes los requie-
requieren de materiales comerciales. ren dentro de las casas modernas.
Desde hace algunas décadas, la gen- La apariencia de los poblados yaquis
te trata de construir sus viviendas con es de lugares en permanente construc-
materiales más resistentes, pero me- ción. Las casas se van edificando lenta-
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mente, de acuerdo con los ingresos de vos procesos que ocurren a diario y que
cada familia. Su terminación puede du- cambian un paisaje hasta hace pocas dé- 29
rar años y en ocasiones nunca acaba por cadas sin modificaciones aparentes.
concluirse. Otras veces coexisten varios A diferencia de otros grupos étnicos,
tipos de construcción. Algunos cuartos los yaquis mantienen una constante re-
son de materiales comerciales; la coci- lación y diálogo con una sociedad glo-
na, en cambio, sigue siendo tradicional, balizada, casi siempre con un mayor co-
separada de las recámaras. En ella se en- nocimiento de los otros, a quienes les
cuentra el fogón, elaborado de adobe y cuesta entender su forma de ser, a pesar
con una hornilla que utiliza leña para la del respeto que se han ganado dentro de
preparación de alimentos. Pero también la sociedad regional. Desde las épocas
aquí se observan cambios y las estufas tempranas del contacto español-indíge-
de gas van reemplazando a los fogones. na, los yaquis lograron adaptarse cuan-
Es evidente que la tradición y la moder- do se encontraban fuera de su territorio
nidad conviven en un mismo espacio y y mantener una barrera ideológica cuan-
establecen nuevas formas de vida que do los miembros de otras culturas se en-
surgen muy lentamente y de maneras contraban dentro de su espacio vital. Su
muy variadas, de acuerdo con los nue- sentido de identidad contrasta con su
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32 Fogón rústico elaborado con adobe dentro de la cocina tradicional. Loma de Guamúchil (Pueblo de
Cócorit), Sonora.
Fotógrafo: José Luis Moctezuma Zamarrón, 1997.
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ra social, como lo evidencian sus basto- fantería y los segundos de caballería; los
nes de mando, que son respetados tanto chapayecas son los encargados de atra-
por las autoridades religiosas como por par a Cristo y conducirlo a la Cruz, en
el pueblo en general. una compleja ceremonia que dura toda
La pasión de Cristo —actividad ca- la Cuaresma, aunque desde antes de és-
si teatral que los jesuitas les enseñaron ta ya se vienen realizando todos los pre-
a los grupos indígenas del noroeste de parativos, de acuerdo con las mandas
México— se representa cada año por que llevaron a los miembros de estos
un número considerable de participan- grupos a conformarse jerárquicamente,
tes, incluyendo a las autoridades civiles sobre todo tomando en cuenta la anti-
y de la Iglesia. Por la intensa actividad güedad de sus participantes y el tipo de
que mantiene durante toda la Cuaresma promesa a la que se comprometieron.
sobresale un grupo, el kohtumbre, que Los judíos o chapayecas, que signi-
forma una unidad social intermedia en- fica “nariz afilada” o “nariz larga” en
tre la comunidad y la familia. Se trata yaqui, como puede observarse en las
de un grupo corporado, muy importan- características de las máscaras más an-
te para la actividad religiosa de la co- tiguas utilizadas en este ritual, confor- 37
munidad y uno de los pilares de la iden- man el grupo más visible de los partici-
tidad étnica, dado su carácter dinámico pantes en el ceremonial de Pascua. Su
de integración social, producto de la ac- intervención responde al cumplimien-
tiva participación de varios sectores ma- to de una manda, cuya duración puede
yoritarios de cada pueblo. El kohtumbre
está formado por dos organizaciones
piramidales que casi siempre marchan La pasión de Cristo —actividad
juntas, amén de tomar decisiones de casi teatral que los jesuitas
forma conjunta: los fariseos y los caba- les enseñaron a los grupos indígenas
lleros, llamados kabayum. Los primeros del noroeste de México—
están formados por los capitanes o jefes
se representa cada año
de fariseos, los oficiales, los chapayecas
por un número considerable
o hurasim y los cabos, mientras los se-
gundos lo conforman los capitanes, di- de participantes, incluyendo a las
rigidos por el pilato mayor, los oficiales autoridades civiles y de la Iglesia.
y los soldados. Los primeros son de in-
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Máscaras de la danza de
pascola. Pótam, Sonora.
Fotógrafo: Fernando Rosales,
2005.
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ser de tres años más “el pilón” o de toda une a la cruz con que finaliza el rosa-
38 la vida, de acuerdo al problema, sobre rio negro que llevan colgando al cuello.
todo de salud, que les haya resuelto el Cuando descansan entierran la daga y
Cristo. Vestidos con ropa blanca, algu- la espada en un montículo de tierra, co-
nos portando sobre ella una cobija tra- ronado con una cruz de madera, y so-
dicional con figuras a cuadros, y otros bre ellas ponen la máscara, elaborada
con una gabardina o saco, preferente- con piel de cabra y que puede represen-
mente oscuros, marchan al tiempo que tar a varios personajes. Además de las
hacen sonar su daga y espada, ambas máscaras mencionadas anteriormente,
pintadas con figuras geométricas y colo- se utilizan otras sin una figura recono-
readas de rojo en la punta, como sím- cible, pero que tienen un aspecto mons-
bolo de la sangre de Cristo. Como pro- truoso y bien pueden representar a un
metieron no emitir sonidos guturales personaje maligno. También las hay de
mientras tuvieran puesta la máscara, apache, de negrito, de payaso y de los
se comunican mediante el golpeteo de llamados cholos, además de los cascos
la daga con la espada. Para cumplir su de soldado romano. Todos ellos tienen
promesa se colocan una pequeña borla una rutina cómica, según su máscara, y
de estambre entre los dientes, la cual se divierten a la audiencia en tiempos es-
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pecíficos del ceremonial. Estos perso- ven la cintura de manera particular. Los
najes calzan huaraches de tres puntas, chapayecas requieren estar casados pa-
hechos de vaqueta, y algunos llevan té- ra poder usar las máscaras. Mientras eso
nabaris, que son una sarta de cascabeles no sucede sólo pueden desempeñar la
confeccionados con capullos de gusa- labor de los cabos, subgrupo de judíos
nos secos, alrededor de las pantorrillas, conformado por niños y jóvenes, quie-
que suenan mientras marchan, corren o nes también, vestidos de blanco y con
bailan. Todos se colocan un cinturón de un sombrero negro cubierto por un velo
pequeñas pezuñas de venado o, en la del mismo color, marchan detrás de la
mayoría de los casos, de cerdo, las cua- doble fila de chapayecas. Entre sus fun-
les suenan al hacer ciertos movimientos, ciones está la de cuidarlos en todo mo-
pero sobre todo cuando dan las gracias mento, como cuando piden limosna ca-
por recibir un supuesto objeto y mue- sa por casa e incluso cuando realizan
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sus necesidades fisiológicas. Para todos minar la celebración sienten un gran ali-
ellos está prohibido bañarse durante el vio y satisfacción por haber cumplido su
tiempo que duren en el cargo. promesa.
El momento más agotador tiene lugar Los caballeros lucen sus lanzas y
del miércoles al domingo de la Semana en ciertos momentos del ritual montan
Santa, aunque puede prolongarse hasta a caballo, como los soldados de Roma
el lunes, si durante ese lapso fallece un que representan y, como lo indica el
miembro de este grupo corporado. término en lengua yaqui, son los com-
Las penurias, cuando se llevan a pañeros del Pilatos, al que acompañan
cabo las mandas, son muchas e inclu- a pie o a caballo. Los pilatos visten de
yen a pequeños de hasta cinco años de negro y ondean sus lanzas con el extre-
edad. Quienes las realizan se someten a mo superior cubierto por una pequeña
una actividad de mucho desgaste físico, bandera roja de forma cuadrangular. La
duermen poco y en la tierra, pasan fríos manda de los caballeros los mantiene en
o calores. Los que llevan máscara tienen todo momento en los espacios sagrados
que aguantar una penalidad extra. Si los y, al igual que los fariseos, el Sábado de
40 pequeños agujeros por donde ven no es- Gloria regresan al seno de la Iglesia.
tán bien hechos, el aire que les entra de Acompañando a los miembros del
forma directa a los ojos es muy molesto. kohtumbre están las Angelguarda, gru-
Finalmente, el Sábado de Semana Santa, po no organizado como los primeros pe-
al levantarse la Gloria, queman sus más- ro que, al igual que ellos, están allí para
caras y son bautizados por los maestros cumplir una manda. Vestidas de blanco
rezanderos, lo que les permite regresar y con una corona de flores en la cabeza,
nuevamente al seno de la Iglesia. Al ter- se encargan de cuidar la iglesia de los
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caballeros y sobre todo de los fariseos, esperan dentro de la iglesia para llevar
a quienes lanzan pétalos de flores el Do- a cabo su labor. Conocidas en español
mingo de Ramos. Acompañadas de sus como angelitos, las niñas, con el aura
padrinos (toda persona que realice una de su inocencia, custodian al Cristo y
manda cuenta con sus padrinos rituales), la iglesia durante toda la Cuaresma y, al
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Maestro rezandero con cantoras frente a un altar casero del Día de Muertos.
Loma de Guamúchil (Pueblo de Cócorit), Sonora.
Fotógrafo: José Luis Moctezuma Zamarrón, 1996.
Acervo personal.
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igual que los demás participantes, acu- nanchim, cargan las imágenes femeni-
den a los contis acompañando al Cristo nas durante los contis. Por su parte, los
42 y a las imágenes de las vírgenes. gobernadores de la iglesia tienen la fun-
Existe otro grupo de autoridades aso- ción de coordinar todas las actividades
ciadas a la Iglesia y que realizan labo- dentro del templo, así como de admi-
res muy precisas en torno a los cuidados nistrar las entradas y salidas económi-
del templo y a otras tareas ligadas a la cas, producto de las limosnas. Ligados a
liturgia yaqui. Los temahtim, “temastia- ellos participan otros dos grupos muy di-
nes”, las kiyohteim, “priostes” y el teo- ferentes entre sí. Los matachines, o sol-
po kobanao, “gobernador de la iglesia”, dados de la Virgen (de Guadalupe), son
se encargan de coordinar todo lo refe- una corporación ceremonial que apare-
rente a las actividades y necesidades ce al término de la Cuaresma y deja su
del templo. Los temastianes son una es- lugar a los fariseos durante la tempora-
pecie de sacristanes de la iglesia, bajo da de la Pascua. A las fiestas religiosas
cuya responsabilidad está el cuidado fí- acuden los matachines, formados tam-
sico del templo, las limosnas y las imá- bién en una estructura jerárquica. Mien-
genes masculinas. Las priostes se encar- tras los fariseos y pascolas bailan fue-
gan de cuidar las imágenes femeninas y ra del templo, los matachines lo hacen
de asear el templo y, junto con las te- dentro y fuera, en ceremonias de la co-
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acuden de manera individual a los even- bautizan a los promeseros como fariseos
tos familiares, pero en las fiestas comu- o angelguardas o cuando a una perso-
nitarias todos participan en el ritual. na le ponen el hábito durante una fiesta
Los maestros rezanderos cumplen religiosa; ayudan a bien morir a los en-
una función muy importante dentro de fermos; celebran rituales para enterrar a
la comunidad yaqui. Su participación los difuntos y participan en las ceremo-
en los rituales comunales y familiares es nias de Cabo de año o Responso y Día
básica para el buen funcionamiento de de Muertos.
éstos. Por el tipo de actividad que desa- Por su parte, los fiesteros forman otra
rrollan, no entran en contradicción con unidad social intermedia a raíz de su in-
los representantes de la Iglesia católica, corporación a este grupo a través de la
emanada de las normas establecidas des- manda. En la actualidad, cuatro de los
de Roma. Su práctica es más bien com- ocho pueblos cuentan con los dos gru-
plementaria a la de los curas católicos. pos de fiesteros, los azules y los rojos.
Se encargan de guiar los rituales propios Los pueblos de Tórim, Vícam, Pótam y
de los yaquis, mientras los sacerdotes Ráhum sí tienen fiesteros, mientras que
44 ofician misas y otorgan los sacramen- en Cócorit (con sede en Loma de Gua-
tos; en general se mantienen al margen múchil), Bácum (instalado en Loma de
de los rituales yaquis y, cuando lo ha- Bácum), Huírivis y Belém ha despareci-
cen, no se incorporan como líderes si- do esa organización ritual. Cada grupo
no como simples practicantes de las ce- de fiesteros está conformado por cua-
lebraciones indígenas. Por su parte, los tro miembros: un capitán, un alawasin y
maestros rezanderos rezan y guían el dos asistentes, que se encargan de orga-
ceremonial en yaqui, español y latín; nizar las fiestas religiosas en sus pueblos
de origen.
Una fiesta religiosa no puede tener
Los maestros rezanderos
ese rango si no participan los pascolas
cumplen una función muy importante y el venado. Pahko significa “fiesta”, y
dentro de la comunidad yaqui. pascola, “el viejo de la fiesta”. Duran-
Su participación en los rituales te las fiestas comunales se construye
comunales y familiares es básica para una enramada de carrizo, en donde los
el buen funcionamiento de éstos. pascolas realizan sus danzas y bromas,
mientras, en las fiestas religiosas familia-
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sus ancestros y que les ha costado tan- nificado marca un sentido de identidad
tas penurias y tantos muertos. Finalmen- étnica construido amargamente a través
te algunos retornan y logran establecer- del tiempo. Si bien la restitución no lo-
se de manera definitiva en un territorio, gra terminar con la lucha por la tierra,
ahora de propiedad comunal, cuyo sig- la hace menos conflictiva y la encausa
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desde ese momento por la vía de la mo- formas de gobierno crearon un sentido
vilización política. El territorio ha sido de identidad étnica que le dieron via-
el centro nodal de la construcción de la bilidad al grupo y le permitieron contar
identidad étnica yaqui y, entrado el siglo con sólidas formas de organización ca-
XXI, aún representa uno de los factores paces de aglutinar a un número signifi-
más importantes de cohesión interna. cativo de partidarios.
Por otro lado, el papel que ha repre- Durante la formación del Estado Mexi-
sentado la autoridad tradicional también cano, las autoridades estatales y después
ha sido determinante en la construcción las federales trataron de instaurar sus pro-
de la identidad étnica de los yaquis. Sin pias formas de gobierno, lo que dio por
su presencia no se podría entender el resultado que se establecieran focos de
funcionamiento interno del grupo ni las resistencia indígena que defendían su
formas de organización que le han da- forma de organización interna, basa-
do viabilidad a la continuación de esta da en una estructura jerárquica de go-
identidad construida en un largo proce- bernadores tradicionales yaquis que se
so de luchas interétnicas. Con la intro- cambian cada año. Para muchos gober-
ducción del modelo de gobernadores nantes era inaudita la existencia de un 49
tradicionales, promovido por los misio- gobierno tradicional, el cual, por cierto,
neros jesuitas en la época colonial, ini- era el eje de la organización civil y mi-
cia una forma de organización social litar, capaz de mantener a raya los in-
basada en el consenso. De alguna ma- tentos de injerencia de las autoridades
nera, ésta era una continuación de la mexicanas. Los intentos de asimilación
forma de dirigir de los caciques indíge- crearon un sentimiento contrario, y la
nas, que consistía en realizar largos dis- lucha por mantener sus autoridades fue
cursos que incorporaban el sentir gene- el otro eje que permitió conformar un
ral de la comunidad. Con el tiempo, las sentido de identidad étnica fuertemente
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ha integrado de alguna manera al Go- sirven como marco para discutir lo con-
bierno civil, mediante el cargo de capi- cerniente a los problemas que atañen
tán en la estructura de los gobernadores al grupo étnico autonombrado tribu, lo
tradicionales, las movilizaciones forman que no es sino una forma colectiva de
parte importante de la lucha por sus rei- resolver la problemática general. Los
vindicaciones. La organización militar, discursos llevan a las acciones, y corres-
ya presente desde la época prehispáni- ponde a los gobernadores tradicionales
ca, se desarrolló durante la Colonia y el servir como interlocutores con las altas
México independiente. Si bien guarda- autoridades estatales y federales. Ante la
ba un sistema jerárquico, como el res- falta o tardanza de respuesta y solucio-
to de las estructuras organizacionales nes, la movilización no se hace esperar,
del grupo, era muy común el intercam- y ésta se lleva a cabo ya sea mediante
bio de jefes y de tropa con los llamados la toma de sitios vitales para el estado
broncos y mansos, que no era otra cosa o mediante plantones frente a las sedes
que una permanente permuta entre los del Gobierno. Esa actitud colectiva, lle-
que peleaban y los que trabajaban pa- vada a la práctica, los ha colocado en
ra sostener a los primeros. La organiza- un sitio privilegiado de negociación con 51
ción militar fue independiente del resto las autoridades de diferente nivel, muy
de las organizaciones yaquis, pero man- distinto a la de los otros grupos étnicos
tenía estrechos lazos con todos los gru- de la región y aun del país.
pos, ya que las actividades del resto es- Fue mediante estas presiones que, a
taban supeditadas a las de la milicia, principio de la década de los noventa
debido a los continuos levantamientos del siglo XX, solicitaron el manejo de los
armados y a la respuesta violenta que fondos gubernamentales a través de una
recibían por parte de las autoridades co-
loniales o del Estado Mexicano, ya fue-
ran estatales o federales. La organización militar, ya presente
Los consensos, siempre con los líde- desde la época prehispánica,
res al frente, llevan a implementar ac- se desarrolló durante la Colonia
ciones colectivas. Las discusiones do-
y el México independiente, y mantenía
minicales en la guardia tradicional de
cada uno de los ocho pueblos no sólo
estrechos lazos con todos los grupos.
resuelven los asuntos internos, sino que
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Niños con máscaras de cartón, espada y daga de juguete jugando a ser fariseos. Loma de Guamúchil 53
(Pueblo de Cócorit), Sonora.
Fotógrafo: José Luis Moctezuma Zamarrón, 1996.
Acervo personal.
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Notas
1
Se refiere a la población en hogares en donde el jefe, el cónyuge o algún ascendiente declaró ser hablante de lengua
yaqui.
2
Incluye hablantes de yaqui y de otras lenguas indígenas de 5 años y más.
3
La diferencia entre la población ocupada y la población agropecuaria está distribuida en otras actividades económicas.
4
La diferencia entre la población ocupada y la población sin ingresos está distribuida entre otros rangos de ingresos.
Fuente: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas / Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,
“Sistema Nacional de Indicadores sobre la Población Indígena de México”, 2002, con base en XII Censo General de
Población y Vivienda, México, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, México, 2000.
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Yaquis, de José Luis Moctezuma Zamarrón,
se terminó de imprimir en diciembre de 2007
en los talleres de Impresora y Encuadernadora
Progreso, S.A. de C.V., San Lorenzo 244,
Col. Paraje San Juan, Deleg. Iztapalapa, C.P.
09830, México, D.F. El tiraje fue de 6 000
ejemplares.
Las tareas de digitalización y retoque de
imágenes, composición tipográfica,
diagramación y cuidado de edición estuvieron
a cargo de la Coordinación Editorial de la CDI.
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