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Saqueo de libros y documentos en Lima (1881)

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Artículo principal: Expoliación de bienes culturales peruanos durante la Guerra del
Pacífico
Vicuña Mackenna.jpg
Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886). Político e historiador chileno.
Entre febrero y junio de 1881, las autoridades del ejército chileno que ocupaba
Lima, la capital del Perú, ordenaron y ejecutaron el saqueo de miles de libros y
documentos que formaban parte de los fondos de diversos establecimientos públicos
de dicha ciudad, como el Palacio de Gobierno, la Biblioteca Nacional y la
Universidad Mayor de San Marcos. El expolio de estos objetos culturales se realizó
bajo la premisa de que los bienes del Estado peruano eran considerados propiedad de
su par chileno.1 Asimismo, hubo ciudadanos chilenos (como Benjamín Vicuña Mackenna)
que tuvieron una red de agentes que les proveían de libros y documentos extraídos
del Perú.

Índice
1 Contexto
2 La Biblioteca Nacional
2.1 Situación de la Biblioteca antes de la guerra
2.2 El saqueo
2.3 La devolución de 2007
2.4 Otras bibliotecas saqueadas
3 Los archivos históricos y administrativos
3.1 El Archivo Nacional
3.2 Los documentos del Palacio de Gobierno
3.3 El archivo de la Universidad de San Marcos
3.4 La devolución de 2007 y los retornos simbólicos de 2010 y 2015
4 Análisis histórico del saqueo
5 Referencias
6 Bibliografía
Contexto
El saqueo de libros y documentos que pertenecían a establecimientos públicos
ubicados en Lima es uno de los episodios más discutidos y controvertidos de la
Guerra del Pacífico (1879-1883), que enfrentó a Chile contra el Perú y Bolivia.
Este conflicto bélico tuvo como trasfondo la posesión de los ricos yacimientos de
salitre que estaban ubicados en la provincia peruana de Tarapacá y la provincia
boliviana de Antofagasta. En aquel entonces, el salitre tenía un gran valor
económico, pues este mineral era usado por los agricultores europeos como
fertilizante de los campos. Por esta razón, la Guerra del Pacífico también es
conocida como la Guerra del Salitre. Entre febrero y marzo de 1879, luego de
disputas limítrofes entre Chile y Bolivia, y de la estatización, por parte del
segundo país, de una compañía chilena que explotaba salitre en Antofagasta, el
ejército chileno ocupó toda la extensión de dicha provincia. El Perú intentó mediar
entre Chile y Bolivia, pero esta gestión no rindió frutos. Más bien, el Perú se vio
arrastrado a la guerra en virtud de un tratado de alianza militar firmado con
Bolivia en 1873.2

Ahora bien, desde la perspectiva peruana, la guerra puede dividirse en tres grandes
fases. La primera fase es conocida como la campaña marítima, y se extendió desde el
5 de abril de 1879, fecha de la declaración de guerra al Perú por parte de Chile,
hasta el 8 de octubre de ese año, cuando la escuadra chilena capturó al monitor
peruano Huáscar y dio muerte a su capitán, Miguel Grau, quien durante meses había
creado problemas a la marina chilena. La segunda fase se inició en noviembre de
1879, cuando Chile inició la invasión de la provincia peruana de Tarapacá, y
culminó con la ocupación de Lima por parte de tropas chilenas, el 17 de enero de
1881. La tercera y última fase se conoce como campaña de la Resistencia o de la
Breña, que tuvo como teatro de operaciones la zona andina del Perú y se extendió
desde enero de 1881 hasta el 10 de julio de 1883, cuando el general peruano Andrés
Avelino Cáceres fue derrotado en la batalla de Huamachuco. Meses después, el 20 de
octubre de 1883, se firmó el Tratado de Paz, conocido también como Tratado de
Ancón, entre Perú y Chile. Perú cedió perpetuamente a Chile la provincia de
Tarapacá, mientras que las provincias de Tacna y Arica quedarían en poder de Chile
durante diez años, al término de los cuales un plebiscito decidiría si continuarían
en poder de Chile o volverían a Perú. (Este último asunto recién se resolvió el 3
de junio de 1929, cuando, en virtud del Tratado de Lima, se determinó que Arica
pasaba perpetuamente a soberanía de Chile, mientras Tacna retornaba a soberanía
peruana). Las tropas chilenas abandonaron todo el territorio peruano en 1884.3

La Biblioteca Nacional
Situación de la Biblioteca antes de la guerra

José de San Martín. Estableció la Biblioteca Nacional del Perú en 1821.


Antes de que se iniciara la Guerra del Pacífico, la Biblioteca Nacional del Perú
era quizás la más importante de las bibliotecas en América del Sur. Su sede era el
supreso colegio jesuita de San Pablo, y sus fondos no solo provenían de esta
institución, sino de otras, como la Universidad de San Marcos, y de donativos o
compras de colecciones de diversas personas. Por ejemplo, el libertador José de San
Martín, Bernardo de Monteagudo, Hipólito Unanue y José Joaquín de Olmedo donaron
sus colecciones de libros a la Biblioteca. Además, el Estado adquirió, en 1840, la
colección de Miguel Fuentes Pacheco; en 1859, la de la testamentaría de Joaquín
Paredes; y en 1863, la del heredero de Manuel Pérez de Tudela. En 1871, la
Biblioteca Nacional custodiaba casi 35 000 libros y cerca de cuatrocientos
manuscritos.4 En 1880, albergaba 56 127 volúmenes (entre los cuales había alrededor
de doscientos incunables) y ochocientos manuscritos.5

El saqueo
Palma1.jpg
Ricardo Palma. Escritor peruano y director de la Biblioteca Nacional del Perú
después de la Guerra del Pacífico.
El saqueo de los fondos de la Biblioteca Nacional fue realizado en distintos
momentos. Los primeros en ordenar la sustracción de libros fueron varios capellanes
del ejército chileno, lo que no debe sorprender, pues la Biblioteca albergaba
muchas obras religiosas que estaban escritas en latín. Posteriormente, el 26 de
febrero de 1881, Pedro Lagos, la máxima autoridad del ejército de ocupación,
extrajo una importante cantidad de libros que previamente él, acompañado de sus
edecanes y de ciudadanos chilenos, había seleccionado. El 28 de junio de ese año,
el militar chileno Patricio Lynch tomó posesión del inmueble de la Biblioteca, con
lo que continuó el despojo. Ernst Middendorf, viajero alemán que se encontraba en
Lima en el momento de la ocupación chilena, logró entrar en la Biblioteca y observó
no solo estantes vacíos, sino también libros destrozados desparramados en el suelo.
En efecto, los libros que no fueron trasladados a Chile sufrieron mutilaciones o
fueron vendidos a comerciantes de Lima, quienes arrancaban sus hojas para envolver
con ellas los productos que comercializaban. El escritor Ricardo Palma, quien luego
de la guerra sería designado director de la Biblioteca Nacional, logró rescatar
libros y manuscritos pertenecientes a dicha institución de manos de particulares,
entre los cuales estaban comerciantes de la ciudad.6

Pedro Lagos. Jefe del ejército que ocupó Lima en la Guerra del Pacífico.
Muchos de los libros sustraídos en Lima fueron dirigidos a la Universidad de Chile.
Allí, el ciudadano polaco Ignacio Domeyko, rector de dicha institución, y Luis
Zegers, ayudante de aquel, se dedicaron a clasificar los más de diez mil volúmenes,
entre libros de todos los tamaños y folletos, que recibieron. Los textos fueron
agrupados por Domeyko y Zegers en cuatro categorías: 1) Historia, Literatura y
Estadística; 2) Ciencias Físicas, Matemáticas, Historia Natural y Medicina; 3)
Jurisprudencia; y 4) Teología y Ciencias Sagradas. Luego de ello, una parte de los
textos se quedó en la Universidad de Chile y el resto fue distribuido entre
diversos establecimientos del Estado y de la Iglesia. Años después de terminada la
Guerra del Pacífico, Domeyko publicó su libro de memorias, que apareció bajo el
título de Mis viajes. En esta obra, Domeyko lamentó que el entonces ministro de
Instrucción Pública del gobierno chileno, Manuel García de la Huerta, le hubiese
encomendado la tarea de clasificar libros y diversos objetos provenientes de Lima,
ya que esta acción le recordaba el saqueo que tropas rusas habían cometido en la
Universidad de Vilna. Según Domeyko, él decidió publicar un inventario de dichos
objetos en el Diario Oficial de Chile "para que se viera el poco provecho que
aportó al país [Chile] ese robo y cuánto contribuirá para excitar animosidades
entre dos naciones hermanas".7

Ignacio Domeyko. Rector de la Universidad de Chile durante la Guerra del Pacífico.


La devolución de 2007
El 23 de abril de 2006, el periodista chileno Marcelo Mendoza publicó en Diario
Siete de Santiago de Chile un reportaje acerca de la lista de objetos enviados por
el ejército chileno desde Lima en 1881 que preparó Ignacio Domeyko. La aparición de
este reportaje hizo que varios políticos chilenos reconocieran la existencia en su
país de libros enviados desde Lima durante la Guerra del Pacífico y abogaran por su
restitución al Perú. Más de un año después, el 6 de noviembre de 2007 tanto el
gobierno de Chile como la Biblioteca Nacional de este país devolvieron un total de
3788 libros que habían pertenecido a la Biblioteca Nacional del Perú. Este hecho,
sin embargo, originó una nueva polémica, pues mientras en Chile se señaló que no
había nada más que devolverle al Perú, en este último país se indicó que la
devolución había sido parcial y que en Chile quedaban más libros que habían
pertenecido al Perú.8 La lista de libros devueltos en 2007 fue publicada ese mismo
año por la Biblioteca Nacional del Perú en un libro titulado Después de 126 años
volvieron.9

Otras bibliotecas saqueadas


La Biblioteca Nacional no fue la única en sufrir el pillaje de las tropas chilenas.
Por ejemplo, la Escuela de Ingenieros (hoy Universidad Nacional de Ingeniería)
también fue saqueada por las fuerzas de la ocupación. La sede de esta institución
fue convertida en el cuartel del regimiento Santiago, a cargo del coronel Deomofilo
Fuenzalida. Este último fue el responsable de trasladar a Chile no solo
instrumentos científicos que halló en la Escuela de Ingenieros, sino también gran
parte de las 1200 obras que custodiaba dicha institución. El director de la
Escuela, el ingeniero polaco Eduardo de Habich, logró que Fuenzalida devolviera
algunos pocos libros y documentos de la institución.10 También fueron objeto de
saqueo las bibliotecas de la Escuela de Medicina y del Museo de Historia Natural,
instituciones ambas vinculadas a la Universidad de San Marcos,11 como también las
bibliotecas de conventos de la capital peruana,12 pero hay poca información sobre
estos últimos pillajes.

Los archivos históricos y administrativos


El Archivo Nacional
El Archivo Nacional del Perú (hoy Archivo General de la Nación) funcionaba en el
local de la Biblioteca Nacional. Los fondos que dieron origen al Archivo provenían
de instituciones del Perú virreinal, como la Secretaría del Virreinato, el Tribunal
de Cuentas y la Real Junta de Temporalidades. En 1878, el Archivo Nacional poseía
más de 25 000 documentos, que se clasificaban en los ramos de Temporalidades,
Inquisición, Censos, Tabacos y Audiencia de Lima. Además, el Archivo contaba con un
índice, compuesto por cinco tomos. De acuerdo con Ricardo Palma, el 24 de febrero
de 1881 se inició el saqueo de las oficinas y establecimientos públicos; el Archivo
Nacional no se salvó del pillaje. En 1885, Palma logró que el gobierno chileno
devolviera diez cajones con documentos de la Inquisición peruana. No obstante, el
resto de documentos sobre el Tribunal del Santo Oficio que funcionó en Lima
permanece hasta el día de hoy en el Archivo Nacional de Chile.13
Los documentos del Palacio de Gobierno
Anibal Pinto-BCN.jpg
Aníbal Pinto. Presidente de Chile entre 1876 y 1881.
El 20 de enero de 1881, tres días después de la ocupación de Lima, Eulogio
Altamirano, secretario general del ejército chileno, le escribió una carta a Aníbal
Pinto, presidente de su país. En ella, Altamirano, quien se encontraba en el
Palacio de Gobierno del Perú, señaló que las autoridades chilenas "despachamos en
todos los ministerios y que todos los archivos están en nuestro poder. Podríamos
mandarlos íntegros si ustedes lo desearan". El 19 de febrero de ese mismo año,
Narciso Castañeda, capitán del batallón chileno Victoria, le remitió una nota al
historiador y político Benjamín Vicuña Mackenna, también chileno, en la cual le
indicaba que había sacado del Palacio de Gobierno de Lima importantes documentos de
valor histórico y le prometía al historiador extraer más, pues la cantidad de
documentos era enorme. Entre los documentos obtenidos por Castañeda se encuentra
muy probablemente la correspondencia de militares que gobernaron el Perú en sus
primeras décadas de vida independiente, como Ramón Castilla, Agustín Gamarra,
Domingo Nieto, Luis José de Orbegoso y Andrés de Santa Cruz, además de
correspondencia de civiles y militares de menor jerarquía que tuvieron contacto
sobre todo con Domingo Nieto. Castañeda formaba parte de una red de informantes y
proveedores de libros y documentos que Vicuña Mackenna había tejido en el
territorio peruano. Los textos que le fueron enviados estaban relacionados
principalmente con la Guerra del Pacífico, aunque también se hizo con fuentes
relevantes para el estudio de otras etapas de la historia del Perú. Los originales
de los documentos remitidos a Vicuña Mackenna se encuentran en la actualidad en el
Archivo Nacional de Chile, pues esta institución los compró a la viuda del
historiador.14 Por otra parte, en el Palacio de Gobierno de Lima no solo se
encontraban las oficinas del Ejecutivo peruano, sino también las de diversos
ministerios, entre ellos el de Relaciones Exteriores. Las autoridades chilenas
sustrajeron documentos relacionados con la Guerra del Pacífico y los tratados
suscritos por el Perú con los países vecinos.15

El archivo de la Universidad de San Marcos


La Universidad de San Marcos, la más antigua de América, albergaba en su
establecimiento libros de matrícula, de grados, de claustro, de cédulas y
provisiones, así como expedientes administrativos que se remontaban a su fundación
en el siglo XVI. En 1881, las tropas chilenas convirtieron el local de la
universidad en una caballeriza y procedieron a su saqueo. Los documentos fueron
extraídos en bultos, los que llevaban el rótulo "P. L. Valparaíso". "P" y "L" eran
las iniciales de Pedro Lagos, la máxima autoridad del ejército chileno de
ocupación. Como ocurrió con documentos y libros de otros establecimientos, los
papeles de la universidad que no fueron transportados a Chile se vendieron al peso
a diversos comerciantes de Lima.16

La devolución de 2007 y los retornos simbólicos de 2010 y 2015


El 13 de diciembre de 2007, el gobierno chileno decretó la devolución de documentos
que procedían del Perú, sobre todo de Lima, y que eran custodiados por el Archivo
Nacional de Chile. El decreto se aplicó sobre 109 volúmenes de manuscritos,
provenientes de los siguientes ramos del Archivo Nacional de Chile: Ministerio de
Relaciones Exteriores (41 volúmenes), Ministerio de Hacienda (12), Ejército (24) y
Fondo Varios (32).17 Tres años más tarde, el Fondo Editorial del Congreso del Perú
y el Instituto Riva-Agüero (de la Pontificia Universidad Católica del Perú)
publicaron la obra Soldados de la República. Guerra, correspondencia y memoria en
el Perú (1830-1844), que recoge la correspondencia de militares que gobernaron el
Perú, como Castilla, Gamarra, Nieto, Orbegoso y Santa Cruz. Y en el 2015, el
Ministerio de Cultura (del Perú) publicó una versión ampliada de la correspondencia
de Nieto en La guerra maldita. Domingo Nieto y su correspondencia (1834-1844).
Ambas obras recopilan documentos cuyos versiones originales todavía se encuentran
en el Archivo Nacional de Chile, por lo que en los dos casos se puede hablar de un
retorno simbólico al Perú de dichos documentos.

Análisis histórico del saqueo


El saqueo de libros y documentos de Lima en 1881 ha sido interpretado como una
reafirmación simbólica del poder del ejército chileno. Además, "la apropiación de
la cultura del vencido busca privarlo de sus medios de instrucción y, por
consiguiente, de la posibilidad de su recuperación cultural. Se trata de una nueva
humillación, complementaria de la ya alcanzada por medio de las armas, y de la
usurpación de su memoria histórica".8 En el caso específico del robo de documentos
del Ministerio de Relaciones Exteriores peruano, el interés de las autoridades e
intelectuales chilenos habría sido contar con las fuentes documentales suficientes
para justificar la guerra contra el Perú. Por ejemplo, entre 1884 y 1891 se
publicaron en Valparaíso (Chile) los seis volúmenes de la obra denominada Guerra
del Pacífico. Recopilación completa de todos los documentos oficiales,
correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la
prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia,
cuyo autor fue el historiador chileno Pascual Ahumada Moreno, quien utilizó
expresamente documentos sustraídos del Ministerio de Relaciones Exteriores del
Perú.18

Con respecto a Benjamín Vicuña Mackenna, su interés en hacerse de libros y


documentos históricos peruanos se debió a tres razones fundamentales. La primera
era escribir una historia de la Guerra del Pacífico que se basara no solo en
fuentes chilenas, sino también en fuentes peruanas y bolivianas. Al tener a la mano
el punto de vista de las naciones vencidas, podía redactar una historia que se
acercara a lo que en verdad había ocurrido entre 1879 y 1884. La segunda razón era
competir con el Estado chileno (y en concreto, con el presidente Aníbal Pinto,
quien era su rival político) en la obtención de información de primera mano sobre
el conflicto bélico, lo que era valioso para la consolidación de su imagen entre
sus simpatizantes. Y la tercera razón era la distinción que estableció Vicuña
Mackenna (común en la élite chilena, de la que formaba parte) entre los "bárbaros"
Perú y Bolivia, y el "moral y civilizado" Chile. La atribución a Chile de dichas
características le daba autoridad a este país para apropiarse no solo de
territorios de sus enemigos, sino también de sus bienes culturales, como libros y
documentos.19

Referencias
Guibovich. «La usurpación de la memoria». Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas –
Anuario de Historia de América Latina: p. 88.
Pons Muzzo. Compendio de historia del Perú. p. 172-173.
Pons Muzzo. Compendio de historia del Perú. p. 173-185.
Guibovich. «La usurpación de la memoria». Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas –
Anuario de Historia de América Latina: p. 89 y 91.
Carcelén Reluz y Maldonado Favarato. «El saqueo». Investigaciones Sociales: p.
143-145.
Guibovich. «La usurpación de la memoria». Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas –
Anuario de Historia de América Latina: p. 90-94.
Guibovich. «La usurpación de la memoria». Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas –
Anuario de Historia de América Latina: p. 103-106.
Guibovich. «La usurpación de la memoria». Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas –
Anuario de Historia de América Latina: p. 84-85.
Carcelén Reluz y Maldonado Favarato. «El saqueo». Investigaciones Sociales: p. 146
y 153.
Carcelén Reluz y Maldonado Favarato. «El saqueo». Investigaciones Sociales: p.
147-148.
Carcelén Reluz y Maldonado Favarato. «El saqueo». Investigaciones Sociales: p.
148-151.
Guibovich. «La usurpación de la memoria». Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas –
Anuario de Historia de América Latina: p. 93, nota 23.
Guibovich. «La usurpación de la memoria». Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas –
Anuario de Historia de América Latina: p. 96-97.
McEvoy. «Estudio preliminar». Soldados de la República: tomo 1, p. 69-74.
Guibovich. «La usurpación de la memoria». Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas –
Anuario de Historia de América Latina: p. 94 y 97-98.
Guibovich. «La usurpación de la memoria». Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas –
Anuario de Historia de América Latina: p. 98.
Guibovich. «La usurpación de la memoria». Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas –
Anuario de Historia de América Latina: p. 107.
Guibovich. «La usurpación de la memoria». Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas –
Anuario de Historia de América Latina: p. 98 y 98, nota 32.
McEvoy. «Estudio preliminar». Soldados de la República: tomo 1, p. 74-80.
Bibliografía
Carcelén Reluz, Carlos y Horacio Maldonado Favarato (2014). "El saqueo de las
Bibliotecas y Archivos de Lima durante la ocupación chilena entre 1881 y 1883". En
Investigaciones Sociales, Vol. 18, N° 33, p. 141-153
(http://revistasinvestigacion.unmsm.edu.pe/index.php/sociales/article/view/10990)
(última consulta: 14 de noviembre de 2017).
Guibovich, Pedro M. (2009). "La usurpación de la memoria: el patrimonio documental
y bibliográfico durante la ocupación chilena de Lima, 1881-1883". En Jahrbuch für
Geschichte Lateinamerikas – Anuario de Historia de América Latina, Vol. 46, N° 1,
p. 83-107 (
https://www.degruyter.com/view/j/jbla.2009.46.issue-1/jbla.2009.46.1.83/
jbla.2009.46.1.83.xml) (última consulta: 14 de noviembre de 2017).
McEvoy, Carmen (2010). "Estudio preliminar". En McEvoy, Carmen y José Luis Rénique
(compilación, estudio preliminar y proemio). Soldados de la República. Guerra,
correspondencia y memoria en el Perú (1834-1844). Lima: Fondo Editorial del
Congreso del Perú e Instituto Riva-Agüero, 2010, tomo 1, p. 27-81.
Pons Muzzo, Gustavo (c.1985). Compendio de historia del Perú. Décima edición con un
apéndice documental completo de los tratados de límites y otros documentos
importantes. Lima: Editorial Bruño.
Control de autoridades
Proyectos WikimediaWd Datos: Q48796174
Categorías: Historia territorial de PerúGuerra del PacíficoSaqueos
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