historia”
Capítulo 1
El área del Río de la Plata, en sus comienzos fue una porción periférica del
Imperio Español. Nada de oro y plata, nada de grandes civilizaciones previas,
nada que pudiera competir con otras regiones como México y Perú. El Río de la
Plata era un rincón oscuro que sólo interesaba cuando los portugueses intentaban
expandirse y ocupar la línea de Uruguay y el del Paraná.
En el Río de la Plata no tenía atributos como en otras regiones del Potosí, y la vida
rioplatense era mediocre ante esta opulencia. Tampoco tuvo cronistas como fray
Bernardino para que escribiera porque no había ningún Moctezuma y aztecas,
como también no hubo un Garcilaso de la Vega escribiendo sobre Perú y su
descendencia real peruana, como tampoco un Bartolomé de las Casas con
Historia de las Indias.
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Álvar Núñez Cabeza de Vaca hasta el obispo Latorre. La tercera, fue iniciada en
1555 y culmina con la fundación de Santa Fe.
Saturnino Segurola. Tras la creación del Virreinato con centro en Buenos Aires
comenzó a forjarse un sentimiento de autoconciencia. Ya no se trataría de
describir curiosidades no recoger leyendas, sino de rastrear en el pasado con
preguntas del historiador: ¿qué ocurrió? ¿cómo ocurrió? ¿por qué ocurrió?
Hacia 1800 se había alcanzado en Buenos Aires la madurez. Siendo el Plata una
parte de la Corona española, era distinto de España, con sus propios héroes, su
pasado peculiar. En ese contexto crecieron hombres interesados en profundizar
ese pasado. En primer lugar, Segurola, sacerdote abierto a todos los campos de la
mente humana, sediento del saber, curioso. Merece un recuerdo por haber
introducido la vacuna antivariólica y haber desempañado el cargo de primer
bibliotecario de la Biblioteca Pública, hoy Nacional.
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Telégrafo Mercantil, primer periódico en Buenos Aires, titulado Examen crítico de
la época de la fundación de Buenos Aires, y que se podría considerar la primer
obra de investigación histórica en nuestro país, el primer trabajo erudito de nuestra
historiografía. En 1803 publicó Guía de forasteros del Virreinato del Río de la
Plata, con mucha investigación histórica.
Capítulo 2
Los precursores
El biógrafo del deán Mariano de Vedia y Mitre, saltea detalles, pero deja
comprobado los años trabajados en la obra en condiciones físicas no favorables.
Entró en la revolución con sesenta años sin halagos y malestares de salud.
Procesado y preso político en 1811.
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historia civil del Paraguay, Buenos Aires y Tucumán, y que llegaba hasta l apertura
del Congreso Nacional el 25 de marzo de 1816.
La historia de Funes sólo puede figurar como curiosidad y no como valor actual. El
Deán conoció y manejó documentos originales que avaló su trabajo, pero los
hechos que conoció, los personajes que trató están tratados de manera difusa sin
profundidad. Aparte de no ser historiador tampoco era escritor. Por mucho tiempo
la obra de Funes la única historia.
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Históricas, y tenía 33 años cuando se publicó en Londres en 1825, con claros fines
propagandísticos. Su norte era difundir la justicia de la causa rioplatense contra
España y Portugal, y lograr reconocimiento de la independencia. Las Noticias
Históricas abarcan el período entre la primera invasión inglesa y el desastre de
Huaqui.
Pedro de Angelis. En 1830 aparece otro personaje, que será clave en nuestros
estudios historiográficos. Era italiano de cuarenta y seis años, con poco tiempo de
residencia en Buenos Aires. Hijo de historiador, y provisto de una cultura general y
de corte humanista, se apasionó por la historia argentina. Con de Angelis
superamos los ensayos previos para encontrarnos con el profesional, y es el
primer historiador en la historiografía argentina. Tuvo muchas críticas entre los
historiadores, su pecado fue haber servido a Juan Manuel de Rosas.
Angelis, escribió seis tomos en forma de Colección, y esto se fue haciendo difícil
en el contexto en que se encontraba. La prepotencia de un cónsul desencadenó
un conflicto, el bloqueo del Río de la Plata. Por lo tanto, Angelis debió interrumpir
la Colección, luego de los primeros fascículos del séptimo tomo, ya que
escaseaba el papel.
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De Angelis fue reconocido aún por sus críticos, en el que se destaca Sarmiento, y
también Mitre, y que este último promovió la creación de una academia y fomentar
los estudios históricos y geográficos en la República Argentina. El presidente
Mitre, se encargó de invitar a Angelis a integrar el Instituto como miembro
fundador, y sumarse al círculo que figuraban Valentín Alsina, Domingo Sarmiento,
José Marmol.
Capítulo 3
La primera generación
En este grupo el más viejo era Vicente Fidel López, nacido en 1815, y el más
joven Vicente Quesada, que nació en 1830. También se encuentran Luis
Domínguez, Manuel Ricardo Trelles, Bartolomé Mitre y Antonio Zinny.
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Domínguez; y en 1880 Historia de los gobernadores de las provincias desde 1810
hasta 1879, de Zinny. Luego de 1883, la Historia de la República Argentina, de
Vicente Fidel López, para culminar en 1887 con la Historia de San Martín y la
emancipación sudamericana, de Mitre.
Con los documentos que poseía de en 1858, presentó la segunda edición en dos
tomos, sin abarcar toda la vida de Belgrano, y cierra el relato en la Independencia
de 1816, en el que trabajó con cinco mil documentos. En 1876, el autor comienza
la tercera edición con la vida completa del héroe, pero su obra tendrá un final
definitivo en la cuarta edición, en la llega hasta 1821cuando se da el desenlace de
la anarquía.
En cuanto a Antonio Zinny, no era argentino. Tenía una sólida cultura, dominaba
lenguas clásicas griego y latín, y hablaba seis idiomas, inglés, español, italiano,
francés, portugués y alemán. Poseía conocimientos de filosofía y pasión por las
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matemáticas. Llegado a Buenos Aires en pleno gobierno de Rosas, no tardó en
frecuentar los círculos del Restaurador y fue habitué en Palermo con Rosas que
simpatizó con el joven. Era un formidable bibliógrafo y poseía un talento para los
trabajos heurísticos. Trabajó en una exhaustiva enumeración de todos los
periódicos que aparecieron en Buenos Aires y un segundo trabajo sobre el Interior,
en el que lo separó en: Litoral, Centro, Cuyo y Norte. En Uruguay realizó un
estudio similar desde 1807 hasta 1852.
La Revista del Archivo General de Buenos Aires, subsistió hasta 1872 y donde
Trelles, publicó una importante cantidad de documentos en el repositorio que
dirigía. En 1879, Trelles es quien fundó la Revista de la Biblioteca Pública de
Buenos Aires. Finalmente en 1888 por tercera vez Trelles fundó la Revista del
Pasado Argentino que apareció hasta 1892.
Cuando los conflictos limítrofes con Chile, publicó trabajos en defensa de los
derechos argentinos sobre la Patagonia. Pero merece recuerdo por su dedicación
sobre el período hispano. La Revista de Buenos Aires que fundara y dirigirá entre
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1863 y 1871, y en 18881 fundó con su hijo Ernesto la Nueva Revista de Buenos
Aires.
Capítulo 4
Los clásicos
Hijo del autor del Himno Nacional recibió datos de primera mano, y por ello se
sintió capacitado para escribir la historia. Tomó del viejo López y Planes lo que
consideró, y no heredó la visión que el padre tenía de la historia. El padre mandó
una carta a San Martín en la que decía “yo no veo en todo este fenómeno más
que revolución y contrarrevolución…La revolución consagró el patriotismo sobre
todo; la contrarrevolución, sin atreverse a excluir este principio…dijo sólo habilidad
o riqueza…entonces se les dio el derecho a votar; ellos y extranjeros sin
patriotismo subieron…y ejercieron…manejando nada menos que la bolsa del país
en instituciones creadas…dando los medios de hacer fortuna…Así es como se ha
dado brillo al partido de la contrarrevolución ”.
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tomos. Su visión aristocrática, su porteñismo, y su imaginación se adueña cuando
escribe.
La guerra entre los dioses. Las profundas diferencias metodológicas con que
encaraban Mitre y López el estudio de la historia, no solo eran intelectuales, sino
políticas y personales. Todo empezó en el plano de la vida privada. En 175, Mitre
escribió una carta a su amigo chileno Diego Barros Arana, que decía sobre López
“tener cuidado con este escritor por que escribe la historia sin documentos por
ocurrencias e ideas”. Las cosas hubieran quedado allí, si Barros no hubiera
publicado la carta de Mitre, en una revista de Chile. Un ejemplar llegó a manos de
López, y por años se guardo la respuesta hasta 1881 que tuvo lista la Introducción
a la historia de la Revolución Argentina. Su venganza sobre la biografía de
Belgrano en el que dice que “ni sus conocidos talentos para escribir ha descuidado
bastante la falta de atención”. Y así se siguieron contestando entre ellos.
Capítulo 7
La tercera generación
El tiempo y los hombres. A fines del siglo XIX y comienzos del XX, la
intelectualidad argentina estuvo adscripta al positivismo. Este movimiento que tuvo
como padrino a Comte, y en palabras de Giulio Preti: “…puede decirse que es la
revaloración del espíritu naturalista contra las tendencias declarada y abiertamente
metafísicas y religiosas del Romanticismo…”.
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Su doctrina difusa con el tiempo se tornarían calamitosas, el radicalismo abrigaba
un nacionalismo popular, que se alzó contra el roquismo. El radicalismo no ofreció
variantes en la concepción de Colonia y Mayo, y aceptó el esquema tradicional de
los tres siglos de oscurantismo y la repentina eclosión de la Revolución Francesa.
Tampoco modificó la actitud de simpatía por el unitarismo; pero comenzó a
separarse de la versión clásica liberal, al considerar al gobierno de Rosas y los
caudillos, no una reivindicación pero sí más comprensiva y objetiva. Finalmente,
comenzó a enjuiciar lo acontecido tras Caseros, especialmente el ciclo del
roquismo, y fueron englobadas bajo el nombre de Régimen.
Ricardo Rojas. A fines del siglo XIX llego a Buenos Aires desde el Interior, retoño
de viejas familias. El choque no fue amable, repelió el ambiente de Buenos Aires
por su tendencia a cualquier gusto y pensamientos de Europa, y que mezclados al
punto de haber barrido todo nacionalismo. Su blanco fue la educación popular, por
el empleo reiterado de manuales europeos, lo llevaron a denunciar el peligroso
sistema, y educar a las corrientes inmigratorias a una conciencia nacional.
Esto que fue escrito en 1909, y que aún hoy se mantiene, y que no se intentó
poner en práctica postulados nacionales, sus proyecto de enseñanza de la
historia, su metodología emergente de lo argentino. Todavía seguimos sometidos
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a reformas y planificaciones sin haber pisado un aula y por el simple mérito de
estar a la moda en Europa y Estados Unidos. Rojas quiso entender las cosas
desde América y Argentina.
Ricardo Rojas, fue simpatizando con el radicalismo dirigido por Hipólito Yrigoyen.
Cuando la revolución se produjo el 6 de setiembre, en los años siguientes llegó a
ser un destacado dirigente de la U.C.R. Pero no se le puede considerar un
historiador radical.
Sergio Bagú sobre la obra de Álvarez, “fue durante el período cuando la educación
primaria y secundaria se expandió, y resultó necesaria dotarla de textos
históricos…y sacar la idea del hecho político mágico y de grandes hombres, sin
conexión de la rutina diaria…rompió e hizo escuchar su voz heterodoxa”. “Para
explicar los estallidos de violencia de nada servía el tipo de historia que se
encontraba en los textos escolares con el sistema educacional de la ley 1420 para
los colegios nacionales creados por Mitre. La estrecha conexión entre los salarios
insuficientes y la huelga sangrienta…”.
Miguel Ángel Cárcano. Fue diputado nacional tres veces, ministro de Agricultura
del Presidente Justo y de Relaciones Exteriores del presidente Frondizi,
diplomático embajador en Francia y en Inglaterra.
Capitulo 8
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Finalizando el año 1921, la Sección cambió de nombre y pasó a ser el Instituto de
Investigaciones Históricos, en el que se encontraban los mejores profesionales.
Los que más contribuyeron con su talento y trabajo se destaca Diego Luis Molinari
y Rómulo D. Carbia, a los que pronto se sumaron José Torre Revello y Ricardo
Caillet-Bois.
Ravignani fue el director del Instituto hasta 1947, y removido por razones políticas.
Reemplazado por unos meses por Vicente Sierra, luego ocupó Diego Molinari,
para ser sucedido en 1955 por el discípulo de Emilio, Ricardo R. Caillet-Bois.
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la conducción alvearista de la U.C.R. Molinari fue yrigoyenista y rechazó el mando
de Alvear, hasta que lo fue apartando del artido y la ruptura final con el
radicalismo. A la inversa de Ravignani se alejó del liberalismo, simpatizó con la
revolución del 43 y posteriormente se incorporó al peronismo. Al igual que
Ravignani buscará una mejor comprensión del período rosista, derivó en un
revisionismo abierto.
Capitulo 11
Los revisionistas
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REVISAR significa volver a ver, registrar y examinar con cuidado una cosa. Es
absurdo pretender que se ha dicho la última palabra, o que tal cosa es así porque
lo determinó tal persona, es peligroso determinar terminado un conocimiento.
Al igual que el liberalismo, el revisionismo mostró poco interés por historiar lo que
siguió a la caída de Rosas. La Argentina había tocado techo con Roca en 1880,
que marca la senda que habría de seguirse; la Argentina había entrado en colapso
desde 1852; y esperar su resurrección para empalmarla con aquel período,
desechando lo del medio.
Los autores citados forjaron su visión dentro de la historia liberal con sus cánones,
y el revisionismo repudió esos principios y partió de otras premisas. José María
Rosa lo expresó con estas palabras, “lo esencial para el revisionismo es concluir
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con esa patria de los coloniales que nos mantiene atados al extranjero…revisar la
historia es mirarla con ojos argentinos”.
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La teoría de Scalabrini Ortiz se fundamentaba en la doble política que habría
seguido Inglaterra con las ex colonias españolas: mientras por un lado alentaba la
segregación hispanoamericana, por el otro sujetaba a los nuevos Estados
mediante cadenas de oro del empréstito.
Gálvez se plegó a las filas del nacionalismo, y tras la revolución de Uriburu sufrió
la misma decepción que los demás nacionalistas, y como ellos indagó causas en
el pasado, pero a la inversa de otros, comenzó por el pasado inmediato. Poco
simpatizante con el radicalismo y de Yrigoyen, y cundo murió Hipólito, el novelista
pasó a ser su biógrafo. El repudio no se hizo esperar desde su familia y amigos
como también de conservadores y radicales. La obra apareció en 1938, con el
título Vida de Hipólito Yrigoyen el hombre del misterio, y fue un éxito.
En 1940 estuvo impresa otra obra Vida de Juan Manuel de Rosas, que también
fue un éxito. Lamentablemente el autor no le puso aparato erudito, y con la
franqueza de Gálvez, dijo que era por prisa que cuando tomó apuntes de los
documentos se olvidó de anotar las páginas y de que archivo era.
Vicente D. Sierra. Porteño, y nació con vocación histórica, realizó estudios oficial
y es autodidacto, en la que volcó su conocimiento en la larga y sostenida carrera
de docente de la Escuela Superior del Magisterio, en el Instituto Nacional del
Profesorado y la Universidad del Salvador. Sierra es allegado al nacionalismo,
pero su obra debe ubicarse dentro de lo llamado interpretación católica. Sus
trabajos sobre el período hispano, como El sentido misional de la conquista de
América y Así se hizo América, pero su obra magistral de Historia de la Argentina
de 1956, siguió en tomos hasta 1972, relato hasta la caída de Rosas.
Capitulo 12
La quinta generación
Los académicos
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y para dar paso a Diagonal Sur, mocharon el Cabildo. Levene impidió nuevas
aberraciones para conservar intactos elementos materiales.
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Dorrego y Rosas, un aporte sobre la guerra con el Brasil. Tres obras que
desarrollan nuevos enfoques, Historia de un empréstito, sobre el préstamo Baring
de 1824, El precio de la libertad, donde analiza la influencia inglesa, y De la
Revolución al reconocimiento de las Provincias Unidas.
2. Los otros
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Nos, los representantes del pueblo y La caída de Rosas. Apareció en1955, el
mejor estudio sobre los constituyentes de 1853, los antecedentes de la
Constitución y el proceso interno del Congreso de Santa Fe. Naturalmente de
muestra que los representantes del pueblo de la historia liberal estaban lejos de
representarlo. Escribe, “ en Buenos Aires los llamaban alquilones, porque ninguno
de los representantes jamás habían pisado otras provincias…”.
Vale decir que los representantes fueron elegidos a dedo, por el mismo José de
Urquiza. Se pregunta el autor, “el Congreso de 1852 nacía la voluntad y elección
de los gobernadores de las provincias, porque nacía de la voluntad y elección de
los gobernadores de las provincias, “guardianes de las libertades públicas” como
lo llamó Urquiza…”.
Marx siempre fue interpretado a la luz del Kremlin, con total privación de los
hechos locales. El comunismo entre nosotros tras un breve período de rebeldía
contra el lopizmo, se terminó aferrando a él. La concepción histórica no difirió de la
liberal, si bien no llegó a ser positivista como el socialismo, a las que combatió
para equivocarse. La interpretación comunista de la historia reciente es un
catálogo de explicaciones para justificar sus errores. Se les podría catalogar a los
marxistas como a los católicos según el padre Castellani, algunos son ortodoxos,
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heterodoxos y mistongos. De manera que bajo el manto de Marx, han brotado con
fuerza el lopizmo y el positivismo que parecían perdidos.
Hay marxistas que han leído a Marx, e incluso lo estudiaron, como el rosarino
Rodolfo Puiggrós, que fue comunista y lo siguió siendo aunque diera volteretas el
partido, hasta que en 1946, puestos los stalinistas en la vereda de enfrente del
populismo, rompió con el aparato burocrático y se sumó al campo de los obreros.
Poseedor de una cultura y honestidad intelectual, en la que es autor de una serie
de libros de historia, en la que está dedicado a la génesis y el desarrollo del
feudalismo occidental, La Cruz y el feudo, y otro a España en el momento del
Descubrimiento, La España que conquistó al Nuevo Mundo, donde interpreta a la
luz del marxismo.
Juan Pablo Oliver. Dentro de las filas del revisionismo nacionalista ha llegado a
alcanzar amplio predicamento. El campo de investigación de este abogado
porteño es la historia económica y que ha dilucidado, publicado en monografías,
en la Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas. La
obra de presentación de Oliver, es el más conocido, El fundador del Banco de la
Provincia, donde derrumba la vieja leyenda oficial que dicha institución fue creada
por Rivadavia en 1822. Su conclusión al identificar en un “Decreto del 30 de mayo
de 1836 suscripto por el gobernador don Juan Manuel de Rosas y su ministerio de
Hacienda, José María Rojas y Patrón”. El otro trabajo es Los unitarios y el
capitalismo extranjero.
Boleslao Lewin. Nacido en Polonia, donde curso sus estudios antes de llegar a
nuestro país, y que se destacó como investigador histórico. Su campo de
investigación fue El judío en la época colonial, y Cómo fue la inmigración judía a la
Argentina, un tema que no había sido abordado. Su trabajo más conocido la
rebelión de José Gabriel Condorcanqui, del que pronuncia al designarlo Tupac
Amaru, en contraposición al clásico Tupac Amarú. Para Lewin fue ésta una
fundamental sublevación, precursora de los movimientos de independencia en
América, en la tesis que sostiene en La rebelión de Túpac Amaru.
Capítulo 14
La séptima generación historiográfica, los nacidos entre 1935 y 1949, los que hoy
están en plena fermentación, que están a mitad de tener una personalidad
definida. Como lo afirma Collingwood, “cada nueva generación tiene que reescribir
la historia a su manera…no contento con dar nuevas respuestas a viejas
preguntas, tiene que revisar las preguntas…tratar de replantear una vieja
cuestión…”. También debe tenerse en cuenta que a esta altura ya han nacido los
de la octava generación, del lapso 1949 a 1963, en estado formativo.
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En la séptima generación nos permitimos citar dos componentes de idoneidad en
el oficio, e incluso dos ideologías antagónicas.
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constitución liberal, perdió su prestigio y su vida. Bosch, es la primera mujer
incorporada a la Academia Nacional de la Historia, en Entre Ríos. También se
destacaron en el cuerpo de la Historia a, Minutolo, Chianelli, Clementi y Quesada.
Comencemos por las fuerzas armadas, dentro de ellas el Ejército, esta institución
militar, que cuenta con una larga trayectoria historiográfica, y el que ocupa el
primer lugar es Juan Beverina. Este autor ha estudiado en detalles las guerras
libradas por Argentina. Sus obras son Caseros 1852, pero su mayor obra fue La
guerra del Paraguay, esta obra no fue superada.
Augusto C. Rodriguez, es autor del libro sobre el creador del Facundo, y estudia
en su faceta menos conocida, Sarmiento militar. Félix Best, es autor de varios
trabajos, y tiene dos obras importantes, Compendios de las campañas militares
argentinas y Historia de las guerras argentinas.
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sobre sus interpretaciones de los hechos posteriores de Caseros. El revisionismo
moderno intenta dejar de ser biográfico. Ahora presta atención a al proceso
histórico global, en lo social, lo económico y lo geopolítico.
En Entre Ríos sonde nos encontramos a Federico Palma, Juan Eusebio Torrent y
Manuel Leiva. De Corrientes Raúl de Labougle y Wenceslao Néstor Domínguez. Y
desde Misiones, es Aníbal Cambas.
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