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Jeremías L A S L E C C I O N E S D E L P R O F E T A P A R A H O Y

Los llamados al
arrepentimiento que le
hizo Dios a Judá
Dayton Keesee

D ios trató una y otra vez de hacer que Judá


se arrepintiera. Usó por lo menos diez
diferentes maneras para animar al pueblo a
El hombre es redimible. Cualquiera que se rinda
—que se declare un caso perdido— necesita sorber
de lo más profundo de los principios de esta lección.
volverse a Él. Estos «llamados» al arrepentimiento Cuando Judá clamó diciendo: «No hay remedio»
están esparcidos por todo el libro. Ellos nos (Jeremías 2.25; vea 18.12), Dios sabía que no era así.
proporcionan algunas lecciones importantes para Todavía había algunos que lo buscarían y lo
que nosotros aprendamos: hallarían cuando hubieran buscado de todo su
Dios es paciente. Una y otra vez, ha extendido Él corazón (29.12–13). En vista de que Dios hacía
su mano con amor, para dar oportunidades para frente al espíritu rebelde de Judá, y todavía tenía
que el hombre caído se eleve por encima de su esperanza de redimir a algunos, ¿no extenderá
perdición (2a Pedro 3.9). también Su mano con esperanza para nosotros?
El hombre puede ser obstinado. Los sucesos de la En vista de que Dios no nos considera casos
vida de Jeremías, no solo demuestran la voluntad perdidos, deberíamos conservar la esperanza
del hombre para resistirse a Dios y a la verdad, por medio de tan amoroso Señor y tan paciente
sino también la profundidad e intensidad de esa Proveedor (2 a Corintios 5.14–15; vea 1 era Juan
resistencia. 4.19). Tenga presentes los anteriores principios al
Las malas influencias pueden ser muy poderosas en considerar las diez maneras como Dios trató
la vida de las personas. El pecado tiene un poder que pacientemente de llevar a Judá al arrepentimiento.
puede vencer al amor, a la paciencia, a la verdad y
al sentido común. Dios dio a Judá todos estos LES RECORDÓ LA CAÍDA DE ISRAEL
tiernos cuidados, y aun así se rebelaron. Cuando el reino del norte, Israel, se separó del
El hombre es valioso ante los ojos de Dios. Por reino del sur, Judá, el rey Jeroboam comenzó de
miles de años Dios ha estado derramando Su amor, inmediato a rechazar el plan de adoración y servicio
presentando Su plan de redención y enviando que Dios había dado a Su pueblo (1era Reyes 12.26–
siervos para levantar a los perdidos. Ha sacrificado 33). Este rechazo siguió durante diecinueve reyes,
a Su Hijo para salvar a los pecadores. Su deseo es dando como resultado que Dios enviara a Israel al
purificar a los pecadores, que obviamente siguen cautiverio en Asiria en el 721 a. C. (2o Reyes 17.1–
teniendo valor para Él (1era Pedro 1.3–12; vea Juan 18).
3.16; Hebreos 1.1–4; Apocalipsis 1.4–6). El reino En los días de Jeremías, al norte de Judá se
—la iglesia— es tan valioso (como una perla de extendían los terrenos desiertos donde había
gran precio) que uno debería renunciar a todo lo estado Israel. Dios le recordó a Judá este hecho,
que tiene para adquirirlo (Mateo 13.45–46). Dios agregando: «Como se avergüenza el ladrón
renunció a lo más valioso de Él —Su único Hijo— cuando es descubierto, así se avergonzará la casa
con el fin de adquirirnos —Su pueblo redimido— de Israel» (Jeremías 2.26). La desolación de Israel
como ciudadanos de ese reino (Romanos 5.6–11). se convirtió en la advertencia de Dios para que
La razón por la que Dios siguió llamando a Judá al Judá evitara tal vergüenza, destrucción y cautiverio
arrepentimiento reside en el valor que las personas en tierra extranjera. Dios dio a Israel la razón por la
tienen para Él. que habló a Judá de esta manera: «Ha resultado

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justa la rebelde Israel en comparación con la ellos, y los trasladaban de un lugar a otro, ¡es lógico
desleal Judá» (3.11). Con la desolada Israel ante que llegaran a pensar que estaban al mando de sus
los ojos de Judá, y el castigo pendiente por la dioses! ¡En la sumisión de ellos a tales dioses se
rebeldía de esta, Dios rogó diciendo: «Convertíos, había entremezclado una actitud humanista de
hijos rebeldes […] porque soy vuestro esposo»; superioridad!
«Convertíos, hijos rebeldes, y sanaré vuestras Si bien Judá confesó sus pecados, ellos mez-
rebeliones» (3.14, 22). Era obvio que Dios prefería claron la confesión con frases como estas: «oh,
que Judá se arrepintiera, a tener que castigarlos. ¡Y Jehová, actúa por amor de tu nombre»; «¿por qué
aun así, Judá no se arrepintió! te has hecho como forastero en la tierra…?»;
«sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos
LOS COMPARÓ CON LAS desampares». Lo más seguro es que Dios se sintiera
NACIONES PAGANAS con deseos de responder: «¿Quién tiene el derecho
Dios señaló a naciones paganas que les mos- de decirle a quién cómo actuar? ¿Quién se ha hecho
traban más respeto a sus dioses que el que Judá le como forastero en Judá —vosotros a mí, o Yo a
daba a Dios. Mencionó la lealtad de Quitim y de vosotros? ¡Procuro ser vuestro Dios, y volvéis
Cedar a sus dioses. Tales naciones no habían vuestras espaldas a Mí para servir a un ídolo!
cambiado sus ídolos, ni los habían abandonado, en ¿Quién ha desamparado a quién?».
cambio Judá, le había fallado a Dios de estas dos Después que confesaron sus pecados y pasaron
maneras (Jeremías 2.9–13). Esto declaró Dios: a dar instrucciones a Dios, Este les dijo: «Se
«Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron deleitaron en vagar, y no dieron reposo a sus pies;
a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordará
cisternas, cisternas rotas que no retienen agua» ahora de su maldad, y castigará sus pecados»
(2.13). ¡Judá había renunciado a la Divinidad a (Jeremías 14.10). ¡Aun así, Judá no se arrepintió!
cambio de un pozo seco! Reconocían sus pecados con sus labios, pero no
Estos dos males llevaron a Dios a «contender» con una transformación en sus vidas. ¡Ay de los
con Judá (2.9). En el idioma hebreo, esta palabra que piensan que pueden evitar el plan redentor de
declara la intensa preocupación de Dios. «Con- Dios de penitencia para recibir perdón! (Vea
tender» (del hebreo rib) significa: «… esforzarse Números 32.23; Lucas 13.3, 5; 2a Corintios 7.10.)
[…] es tomar uno a otro por el cabello […] dícese de
los que contienden con la mano y con golpes […] LES PIDIÓ UN HOMBRE QUE HICIERA
de los que se esfuerzan con palabras […] para JUSTICIA, QUE BUSCARA VERDAD
contender legalmente, para rogar por una La imparcialidad de Dios se manifestó cuando
causa».1 Esta palabra afirmaba el amor de Dios. Era ofreció salvar a Judá si podían encontrar y seguir a
otro ruego que Dios le hacía a Judá para que se un hombre que hiciera justicia y buscara verdad
apartara de sus inicuos caminos. (Jeremías 5.1–6). Si un hombre así podía ser hallado,
un hombre que fuera respetado y oído por Judá,
LES ENVIÓ HAMBRUNA entonces Dios perdonaría al pueblo (vers.o 1).
Cuando la gente sufre, tienden a pedir ayuda a A Jeremías se le encargó la tarea de encontrar
Dios. Estando consciente de este comportamiento, tal hombre. Buscó entre los pobres (vers.o 3) y
Dios lo usó para apremiar a Judá a volverse a Él. entre los grandes (vers.o 5), tan solo para descubrir
Jeremías 3.1–3 y 14.1–22 se refieren al hecho de que que todos «quebraron el yugo, rompieron las
Dios retuvo la lluvia. Cuando la tierra se agrietó, coyundas». Jeremías concluyó: «sus rebeliones se
Judá se enlutó y confesó sus pecados delante de han multiplicado, se han aumentado sus des-
Dios (14.1–7). lealtades» (vers.o 6). Aun la gracia ampliada de
¿Había dado resultado el plan de Dios? Real- Dios, al reducir el arrepentimiento a una sola per-
mente no lo dio. En 14.7–9, se recoge una buena sona fiel, no fue suficiente para este pueblo.
confesión, en la cual, sin embargo, ¡se entremezclan Jeremías podía haber sido tal hombre, pero ellos
instrucciones humanas para Dios! Cuando la gente no lo respetaban ni le respondían. Judá no aceptó
hacía sus propios dioses y se postraba delante de la propuesta de Dios; ¡aun así no se arrepintieron!

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LOS APREMIÓ A HUIR A LUGAR SEGURO
Samuel Prideaux Tregelles, Gesenius’ Hebrew and
Chaldee Lexicon (Léxico hebreo y caldeo de Gesenius)
Judá tenía que abrir los ojos a las conse-
(Plymouth: S. e., 1857; reimpresión, Grand Rapids, Mich.: cuencias de sus pecados para que un verdadero
Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1967), 767. arrepentimiento pudiera tener lugar. Demasiados

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falsos profetas y sacerdotes estaban tranquilizando «amaban», «servían», «seguían», «buscaban» y
al pueblo con «paz, paz», cuando no había paz «adoraban» (8.2; NASB), no era más de lo que Dios
(Jeremías 6.14; 8.11). El pecado a menudo satisface pedía a Judá que hiciera para Él. Qué triste que
y agrada antes de causar dolor. Las tentaciones de tantos se dedicaban a fuerzas destructoras, a la vez
Satanás parecen emocionantes aventuras, hasta que rechazaban al que podía redimirlos. ¡Estaban
que el fruto del pecado llega a ser obvio. Puede que sometiéndose al pecado, en lugar de someterse al
los pecadores se regocijen en medio de la rebeldía Salvador!
hasta que llega el momento de recoger la cosecha En cuarto lugar, Dios esperaba que ellos
(Gálatas 6.7–8). entendieran que sus obstinados corazones, y su
Judá estaba a punto de recibir retribución divina culto a los baales, estaban acumulando castigos.
que significaría desolación y cautiverio (Jeremías Sus acciones eran como comer ajenjo y como beber
8.1–6, 9–13, 16–22). La misericordia de Dios le dio aguas de hiel. Serían pasados a espada y esparcidos
a Judá otra advertencia, les hizo un ruego en el en territorio extranjero como cautivos (9.12–16).
sentido de que abrieran los ojos al peligro y huyeran Estos frutos punitivos de la idolatría debieron de
a las ciudades fortificadas (4.3–7). Se les instó a haber bastado para que Judá se apresurara a dejar
huir, a sonar trompeta de advertencia, y a buscar el sus ídolos; ¡aun así, Judá no se arrepintió!
buen camino y a andar en este. La respuesta al En quinto lugar, este pueblo necesitaba reco-
buen camino fue esta: «No andaremos»; en nocer lo vano de la idolatría (10.1–5), en compa-
cuanto a la trompeta de advertencia, dijeron: «No ración con la supremacía de Dios (10.10–16). Así
escucharemos» (6.1–17, especialmente vers.os 16– como el anterior argumento exponía el precio que
17). ¡Aun así, Judá no se arrepintió! se había de pagar por elegir mal, este demostraba
por qué cualquier alma juiciosa debía apartarse de
LES ROGÓ APARTARSE DE LA IDOLATRÍA los inútiles ídolos, y regocijarse en la posibilidad
Ya vimos que Dios acusaba a Judá de dos de pertenecer al pueblo de Dios.
males. Habían dejado a Dios, y se habían vuelto a A pesar del esfuerzo de Dios por estar a cuenta
otros dioses (Jeremías 2.9–13). Al volverse a otros con Judá, el pueblo no dejó sus ídolos ni se volvió
dioses, que no daban mandamientos ni ordenanzas, a Él. ¡Aun así, rehusaron arrepentirse!
estaban en libertad de robar, de matar, de cometer
adulterio, de jurar en falso (7.9). En el espíritu de LOS AMENAZÓ CON QUE SERÍAN
Isaías 1.18, Dios buscó repetidamente la manera de COMO SILO Y EFRAÍN
estar a cuenta con Judá, ¡en un esfuerzo por hacerlos La mayoría de las naciones tenían cierta fecha
volver de la idolatría! y lugar donde el desastre había golpeado, donde
En primer lugar, deseaba que vieran la hipo- una guerra se había peleado, o donde una
cresía de estar delante de Dios, en la casa sobre la cantidad de muertos había dejado una marca en la
cual era invocado Su nombre, afirmando que historia. Silo se había arraigado de esta forma en la
estaban en libertad de cometer abominaciones con- mentalidad de generaciones de judíos. Treinta mil
tra el pacto que Dios les había dado (7.9–11; Éxodo hebreos habían muerto allí, y el arca de Dios había
19.1–8; 20.1–17). sido tomada por los filisteos. El sumo sacerdote
En segundo lugar, necesitaban entender que la Elí, y los hijos de este, también habían muerto en
idolatría no era manera de «provocar»2 (7.18) a relación con estos eventos (1o Samuel 4.1–22). El
Dios. En realidad, la idolatría no representaba una nombre «Silo» representaba un día infame para
amenaza para el Todopoderoso. Más bien, la única Judá. Llevaba una connotación de vergüenza que
que salía perjudicada por la idolatría, era Judá, nadie deseaba revivir. Dios señaló al pasado hacia
pues ella la llevaba a múltiples dolores y problemas. aquel doloroso período y le aseguró a Judá que, si
La idolatría no avergonzaba a Dios, sino que no enmendaba sus caminos, algo similar les
desembocaba en la propia vergüenza de Judá (7.19). ocurriría. «Haré también a esta casa sobre la cual es
Por lo tanto, el llamado a dejar la idolatría que le invocado mi nombre […] como hice a Silo. Os
hace Dios a Judá, ¡era correcto y racional! echaré de mi presencia» (Jeremías 7.14–15a; 26.1–
En tercer lugar, Judá necesitaba entender que 11; vea Salmos 78.55–72). ¡Aun así, Judá no se
todo lo que se hacía para los ídolos, a quienes ellos arrepintió!

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Del hebreo kaas: «… estar disgustado, malhumorado,
RENOVÓ EL PACTO CON JUDÁ
ofenderse […] estar enojado […] irritar […] enojar a alguien, Algunos han relacionado Jeremías 11.1–11 con
afligir» (Tregelles, 409). los días del rey Josías, cuando este llamó a Judá a

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someterse a las estipulaciones del pacto (2o Reyes fuerza del norte, por la cual «se [soltaría] el mal
23.1–3). Segundo de Crónicas 34.29–33 afirma que sobre todos los moradores de [aquella] tierra» (1.14).
durante el reinado de Josías el pueblo honró ese Y a pesar de esto, los falsos profetas respondían
pacto. No obstante, Jeremías indicó que este encargo con sus clamores de «Paz, paz» (Jeremías 6.14).
de guardar el pacto fue quebrantado (11.9–10). Por Al final, Dios esperó con paciencia lo suficiente.
lo tanto, poco después de los días de Josías, Dios Declaró: «Pelearé contra vosotros con mano alzada
pareció estar llamando otra vez a Judá a volverse al y con brazo fuerte, con furor y enojo e ira grande»
pacto, y no a apartarse de él. Relacionadas con esta (21.5; vea vers.os 1–10). En Jeremías 25.1, 8–11 se
decisión, estaban las bendiciones (si obedecían) o señaló el tiempo del comienzo como el año cuarto
las maldiciones (si desobedecían) que Moisés había del rey Joacim (606 ó 605 a. C.). Continuaría como
expresado en Deuteronomio 28 y 29. Judá tenía una temporada de conflicto hasta el año undécimo
tantos dioses como ciudades, y tantos altares del rey Sedequías (586 a. C.; 39.1–9).
erigidos a estos dioses como calles de la ciudad de Unas pocas almas embelesadas quedaron en
Jerusalén. Era obvio, por lo tanto, que el llamado Judá (39.10), y Jeremías fue elegido para quedarse
que hace Dios a volver al pacto, era una exhortación con ellos (40.1–6). Después de unos veinte años de
al arrepentimiento para Israel (11.12–13). ¡No ob- derrota y devastación, ¿estaban ellos prontos para
stante, Judá no se arrepintió! arrepentirse? ¡Tristemente, la respuesta es «No»!
¡Cuán poderosamente describe esto la profundidad
DIOS OFRECIÓ SALVARLOS SI de su pecado! Los capítulos 40 al 42 dan a conocer
GUARDABAN EL DÍA DE REPOSO las tristes escenas de mayores matanzas a medida
Del mismo modo que redujo la situación de que en el corrupto remanente se consumieron
Judá a un solo hombre fiel en Jeremías 5.1–6, Dios gradualmente unos a otros. Desobedeciendo a las
accedió en Jeremías 17.19–27, a proteger la palabras de Jeremías, bajaron a Egipto, llevando a
ciudad de Jerusalén si Judá guardaba un solo Jeremías con ellos (43.1–7). En Egipto siguieron
mandamiento: recordar el día de reposo. Dios con sus caminos inicuos, alegando que los únicos
enumeró las diversas normas que tenían que ver buenos momentos que habían experimentado
con ser fieles a ese único mandamiento: fueron cuando habían ofrecido sacrificios idólatras
(1) No llevar carga en el día de reposo (vers.o (44.15–19). Esta saturación con el pecado que no
21). desaparecería, fue bien resumida por James Philip
(2) No meter nada por las puertas de Jerusalén Hyatt:
en ese día (vers.o 21).
(3) No sacar carga de sus casas en ese día Jeremías tenía mucho más esperanza de
arrepentimiento al comienzo de su carrera, que
(vers.o 22). la que tuvo al final. El famoso pasaje, 13.23, en
(4) No hacer trabajo alguno en el día de reposo el que compara la posibilidad de que Israel
(vers.o 22; Números 15.32–36). aprenda a hacer bien con la posibilidad de que
el etíope mudara su piel, o de que el leopardo
(5) Santificar el día de reposo como Dios mudara sus manchas, expresa el pesimismo
había mandado (vers.o 22; Deuteronomio del profeta. Sin embargo, este pesimismo no se
5.12–15; Éxodo 20.8–11). basaba en la falta de fe en la capacidad de
Las anteriores normas afectaban los viajes, las Yahvé para perdonar; sino en el conocimiento
que tenía Jeremías de la fuerza del hábito y la
actividades y el trabajo de Judá. Dios le advirtió al costumbre: «[están habituados] a hacer mal», y
pueblo que si no guardaban este único manda- lo están al punto de considerar muy difícil que
miento, Él encendería un fuego que consumiría se arrepientan y aprendan a obedecer a Yahvé
los palacios de Jerusalén, y no se apagaría (vers.o (cf. la frase «sabios para el mal» en 4.22).3
27). Cuando Dios trae destrucción, ¡no queda
La rebeldía de Judá continuó, aun después de
nada! Judá debió de haber visto la imparcialidad
mucho sufrimiento y pena. ¡Considere toda la
de Dios y su airada indignación en este plan de
misericordia y mensajes transmitidos por el
un único mandamiento, ¡pero aun así, no se
profeta de Dios, todos los ruegos y planes de
arrepintieron!
arrepentimiento propuestos por Dios! A la luz de
esto, ¡la acción del Creador está completamente
TRAJO GUERRA Y DEVASTACIÓN
justificada!
¡Qué razonable y paciente había sido Dios!
¡Había hecho tantos ruegos y ofrecido tantas op- 3
James Philip Hyatt, “The Book of Jeremiah” («El
ciones —sin resultado alguno! Dios había advertido libro de Jeremías»), en The Interpreter’s Bible, vol. 5 (New
incluso, desde el principio del libro, acerca de la York: Abingdon, 1956), 786.
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