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CONOCIENDO MIS DONES

"No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales" (1


Corintios 12:1).

Los dones espirituales son de mucha importancia para el cuerpo de Cristo. Es


emocionante aprender acerca de estos dones que Dios ha puesto a disposición de
sus hijos. Sin ellos la iglesia no podría existir ni seguir adelante.

Como creyentes hemos de aprender todo lo que nos sea posible acerca de los
dones espirituales. Al aumentar nuestro conocimiento, los dones ocupan un lugar
especial en nuestra vida y ministerio. Nos convertirnos en una bendición mayor
para la familia de creyentes, y extendemos el evangelio con más efectividad.

Usted, como cristiano, desarrollará la habilidad de reconocer los diversos dones


ministeriales. Además, al incrementar su conocimiento, podrá usted sentir la mano
de Dios sobre su vida.

DONES MINISTERIALES

Efesios 4:11-13
11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas;
a otros, pastores y maestros,
12 afin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación
del cuerpo de Cristo,

1) APÓSTOLES

Este don tenía el claro propósito de ser temporal queda demostrado por el hecho
de que, un requisito esencial para su apostolado era que hayan visto al Cristo
resucitado. Por eso, Pedro establece en Hechos 1:21–22 que la persona escogida
para reemplazar a Judas debe ser «testigo con nosotros de su resurrección».
Pablo relacionó claramente su apostolado con este hecho, «y al último de todos,
como a un abortivo, me apareció a mí» (1 Coro. 15:8, 9). Cuando los gálatas
negaron el apostolado de Pablo, el asunto estaba relacionado con este hecho, que
Pablo no era un verdadero apóstol porque nunca había visto a Cristo y había
recibido su evangelio solo de segunda mano. Pablo protesta vigorosamente que él
no ha recibido su evangelio de parte de los hombres, sino por revelación de
Jesucristo (Gál. 1:12). Su llamado a ser apóstol estaba íntimamente ligado al
hecho de haber visto al Hijo de Dios (Gál. 1:16).

El argumento de la irrepetible naturaleza de los requisitos del apostolado se


refuerza con el hecho que los apóstoles nunca designaron sucesores, ni
establecieron los requisitos que debían tener dichos sucesores. Ellos estuvieron
contentos con dejar a los evangelistas la fundación de nuevas iglesias, y el
cuidado de las ya existentes a los pastores y maestros. El más cercano sucesor
de un apóstol que tenemos es Timoteo, pero se habla de él como un evangelista
cuya autoridad no va más allá de implementar, en las iglesias, las ordenanzas que
Pablo estableció.

La naturaleza temporal del apostolado está implícita en su misma naturaleza. Era


fundacional, la iglesia se edifica «sobre el fundamento de los apóstoles y profetas»
(Ef. 2:20). La misma idea ocurre en Apoc. 21:14, donde se nos dice que los muros
de Jerusalén tenían doce fundamentos inscritos con los nombres de los doce
apóstoles. Claro que es verdad que la edificación del templo espiritual continúa en
nuestra era cristiana (1 Pedro 2:5) cuando cada piedra es escogida y preparada.
Pero el echar las bases o fundamentos, tuvo lugar una vez para siempre en la
encarnación. Cristo es la piedra angular. Los apóstoles son los fundamentos. Lo
de una vez para siempre se ve claramente en el Nuevo Testamento mismo. Así
como Cristo se ofreció una vez para siempre, de la misma manera lo es la fe, una
vez por todas entregada a los santos (Judas 3). Consecuentemente, la actitud
correcta frente a la tradición apostólica no es la de desarrollarla y añadir a ella sino
la de «retenerla» (2 Tes. 2:15). Es una herencia sagrada que debe ser conservada
(1 Tim. 6:20).
La unicidad del período durante la puesta autoritativa de los fundamentos es
inherente al Nuevo Testamento.

2) PROFETAS

Los profetas son los que denuncian los problemas sociales, lo que sucede con los
imperios, la esperanza salvadora y la venida de uno que traería esa esperanza,
entre otras cosas. El profeta es un lector de sus circunstancias, alguien con la
capacidad de mirar las circunstancias que vive el pueblo y saber si ellos están bien
o mal y cómo estar en mejores condiciones en relación al pacto con Dios.

- Denuncia

Es quizá la mayor actividad que tienen los profetas, la denuncia. Deben decirle al
pueblo cómo comportarse en su relación con el Señor. Dios le comunica al
profeta, sea por revelaciones o porque le da la capacidad de comparar lo que está
sucediendo en la historia con la Torah; el profeta habla a la comunidad diciéndoles
qué deben cambiar para alinearse con la voluntad de Dios; los amonesta para que
sigan en la relación pactual que han establecido y que cumplan con los
requerimientos del pacto.

No se puede desconocer que en medio de la denuncia está mezclada la


esperanza, la compasión, la misericordia y la fidelidad que Dios tiene con su
pueblo Sicre apunta que el profeta parece denunciar sólo el pecado, pero siempre
está la esperanza mezclada en su discurso.

- Lee la historia

El profeta era uno que podía ver en los tiempos la mano de Dios obrando. En esa
historia no sólo ve actos, ve al mismo Dios. En la historia también puede observar
las acciones del pueblo y en esas acciones comunitarias se llega a probar quién y
cómo es Dios.

Solamente con la adecuada lectura histórica, el profeta puede ver la fidelidad de


Dios para con el pueblo, el futuro que les depara y por supuesto los errores que se
están cometiendo; esto último une la lectura de la historia con la denuncia.

El profetismo

Como se pudo observar, la terminología profeta está fuertemente arraigada en el


Antiguo Testamento

Los que tienen este don deben estar denunciando el pecado y luchando para que
el pueblo de Dios se amolde a lo que Dios demanda

Sus palabras deben estar cargadas de una profunda lectura del momento
histórico y de cómo ese momento es fruto de los desmanes del pueblo por no
seguir a su Dios

Sus palabras deben llevar la idea de que los receptores de sus mensajes sean
más santos como Dios lo quiere
En qué medida existe este don en la iglesia

En la medida en que los hombres inviten a los otros a entrar en relación pactual
con Dios, en cumplir los lineamientos dados por Dios para vivir conforme a sus
demandas.

“Procurad alcanzar el amor; pero también desead ardientemente los dones


espirituales, sobre todo que profeticéis”. 1 Corintios 14:1

3) EVANGELISTAS

Dada la gran comisión entregada a los discípulos y a la iglesia de Cristo por el


mismo Señor en Mateo 28, creemos que la tarea de evangelismo sigue viva y
seguirá vigente hasta la segunda venida de Cristo. La tarea de la iglesia ya no
está puesta en ‘establecer’ el fundamento ya que este ha sido establecido por los
“apóstoles y profetas” (1 Cor. 2; Efesios). Ahora, después de la era apostólica
sólo queda continuar con la tarea de edificación sobre ese fundamento
establecido. (Lucas 11:49; 1 Corintios 12:48; Efesios 2:20).

La tarea de evangelismo es de todos los creyentes (Hechos 8:4) pero entendemos


que Dios llama a algunos especialmente para este oficio tal como fue con Felipe
(Hechos 8:12; 21:8; Efe. 4:11.) La obra “evangelista” esta muy ligada a la del
“pastor y maestro” como vemos claramente en el requisito impuesto a Timoteo (2
Timoteo 4:5.) Aunque existe la tarea de ‘evangelista’, el ‘pastor y maestro’ puede
ocuparse en la tarea de evangelismo. La Biblia nos habla de la importancia de
esta función en la iglesia cuando nos dice en Romanos 10:

13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.14 ¿Cómo,
pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de
quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo
predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !!Cuán hermosos son los
pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!

El evangelista es quien trae las almas al redil por medio de la predicación del
evangelio.

4) PASTORES Y MAESTROS.

Es mejor considerarlos un grupo. “No existe evidencia en las Escrituras de haber


un grupo de hombres autorizados para enseñar pero no autorizados para exhortar.

El oficio del ‘pastor’ en este verso está unido al de ‘maestro’ ya que la tarea
principal del pastor es la enseñanza. Todo maestro que enseña en la iglesia es
‘pastor’ en la iglesia aunque no necesariamente supervisor en la iglesia. Son ellos
quienes se encargan de traer el alimento fresco espiritual que se ofrece a la
congregación ya sea por medio de mensajes (sermones), conferencias o
enseñanzas o cánticos.

La iglesia es edificada de esta manera espiritual y emocional por medio de las


enseñanzas de sus pastores-maestros. La tarea de enseñar debe ser hecha
‘sobre’ el fundamento que ha sido establecido por los “apóstoles y profetas” y se
requiere que se haga con esmero, dedicación y mucho cuidado:

1 Corintios 3

10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto


puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo
sobreedifica. 11Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está
puesto, el cual es Jesucristo.12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro,
plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará
manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra
de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14Si permaneciere la obra de alguno
que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él
sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. 16 ¿No
sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si
alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de
Dios, el cual sois vosotros, santo es.

Pedro nos habla de la edificación de la iglesia siendo de “piedras vivas” (1 Pedro


2:5) Lo que se está edificando son personas que forman el edificio y sacerdocio
espiritual llamado iglesia de Cristo. La edificación realizada por estos ministerios
en la iglesia tiene como fin lograr que el ‘edificio’ en construcción sea hecho
correctamente de manera que se llegue a la meta de:

12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación
del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de
la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por
doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la
verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es,
Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las
coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada
miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor
EL FIN DE LA IGLESIA ES QUE LOS ‘SANTOS’ LLEGUEN A SER:

 Útiles en la obra de manera que puedan llegar también a ser ministros


de bendición a otros en las distintas ‘áreas’ de ministerios en la iglesia y
contribuyan también a la edificación del cuerpo.
 Para que lleguen a tener el mismo conocimiento en la ‘unidad’ doctrinal
 Para que conozcan mejor a Cristo y lleguen a su estatura como perfecto
ejemplo
 Para que maduren en conocimiento doctrinal
 Para el crecimiento en Cristo
 Para que sigan la verdad en amor mutuo
 Para que funcionen como cuerpo concertadamente

DONES DE SERVICIO

Pablo describe siete “dones” distribuidos entre individuos o grupos de individuos


que, al hacer uso de estos dones, ejercer las funciones correspondientes.

Las siete funciones son:

1) PROFETIZAR (MIRAR DONES MINISTERIALES SEGUNDA PARTE)

2) EL DON DE SERVICIO – este es el don de servir (servicio humilde). La palabra


“diácono” viene de esta palabra (la Biblia define a los diáconos como siervos
humildes, aquellos que alivian la carga de los ancianos y de los líderes espirituales
para que éstos puedan dedicarse a la oración y a la Palabra de Dios). El ejemplo
de nuestro Señor se encuentra en Marcos 10:45. Todos los creyentes deberían
servir de esta manera, pero hay algunos especialmente dotados en este aspecto.
¡Quiera Dios dar a cada creyente un corazón de siervo!

3) EL DON DE ENSEÑANZA—esto incluye el adoctrinamiento (impartir doctrina o


la verdad de Dios al corazón y a la mente del pueblo de Dios por medio del
ministerio del Espíritu Santo y por una clara exposición de las Escrituras).

El que enseña debe saturar al pueblo con la doctrina y la verdad. Todos los
creyentes deberían, en cierta medida, poder enseñar y compartir la verdad; pero
hay algunos creyentes que están especialmente dotados para esto.

4) EL DON DE EXHORTACIÓN—este es el don de consolar, animar y ayudar a


otros (compare la palabra “Consolador”). El pueblo de Dios necesita de palabras
de consuelo y ánimo. Todos deberíamos hacer ésto (ver Hebreos 3:13, 10:25),
pero algunos están dotados especialmente para esto. No queremos ser
“consoladores molestos” (Job 16:2) como los amigos de Job.

5) EL DON DE DAR – la palabra significa “dar una parte de, repartir, contribuir,
compartir, contribuir a las necesidades de otros (en ayuda material o financiera)”.
“Liberalidad”—generosamente, con desprendimiento. Todos debemos ser
DADORES (Ef. 4:28), pero algunos creyentes tienen un don especial para ésto.

6) EL DON DE PRESIDIR—esta palabra significa “estar delante”, es decir, “estar a


la cabeza, gobernar, dirigir”. Se refiere al liderazgo en la asamblea local. No todos
están dotados como líderes. Esta palabra se usa también para el liderazgo en una
iglesia local en 1 Tesalonicenses 5:12; 1 Timoteo 3:4-5; 5:17). “Solicitud” =
Diligencia, con todo afán, haciendo todo esfuerzo para que el liderazgo honre a
Dios.

7) El DON DE MISERICORDIA—esto se refiere a la compasión (ser un rayo de


sol a un alma triste, afligida, enferma, sumida en la confusión y la duda). “Alegría”
– alegre (es la misma palabra como en 2 Corintios 9:7). Alegre se refiere a quien
puede disipar la tristeza y el desaliento, que puede despertar esperanza y ánimo
en el corazón de quien está abatido, alguien que puede sosegar el corazón.

Es de vital importancia reconocer que las Escrituras enfatizan el mayor de todos


los dones: el don de la vida de Dios, que es la posesión presente de todo
creyente (1 Juan 5:11-12: Rom. 6:23; Juan 6:47).

Ningún creyente carece de este don. Es nuestra primera y primordial


responsabilidad procurar manifestar la vida resucitada de nuestro Señor Jesucristo
(2 Corintios 4:10-11; Gálatas 2:20; 4:19; 5:22-23) por el poder del Espíritu Santo
morador. Cada miembro del cuerpo de Cristo necesita mantenerse en una vital y
debida relación con el Señor Jesucristo, permaneciendo en ÉL como la Vid
Verdadera (Juan 15:1-5). ÉL es nuestra vida. (Colosenses 3:4). Mientras nos
mantenemos en una vital relación con Cristo, Dios desarrollará nuestro don o
dones para Su gloria y para el beneficio de la asamblea local de la cual formamos
parte.

DONES ESPIRITUALES

1 Corintios 14: 8-10;

“8Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de


ciencia según el mismo Espíritu; 9a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones
de sanidades por el mismo Espíritu. 10A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a
otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro,
interpretación de lengua”:

Pablo comienza a enumerar nueve manifestaciones particulares del Espíritu. A


saber:

1) Palabra de sabiduría.

2) Palabra de ciencia o conocimiento.

3) Fe.

4) Dones de sanidades

5) Hacer milagros.

6) Profecía.

7) Discernimiento de espíritus.

8) Diversos géneros de lenguas.

9) Interpretación de lenguas.

1) Palabra de sabiduría

(V. 8) ‘...palabra de sabiduría...’:

La sabiduría es la habilidad práctica en el manejo de los asuntos de la vida


obrando según la guía del Espíritu Santo. En el NT la sabiduría se usa con más
frecuencia para aludir a la capacidad de entender la Palabra de Dios y Su
voluntad, y de ese modo aplicar ese entendimiento a la vida individual.

Es el saber ordenar la vida de acuerdo con la voluntad de Dios; la de uno mismo,


sabiendo aconsejar a otros.

Deberíamos ir creciendo en sabiduría por crecer en el temor de Dios, el Espíritu


Santo puede dar a alguien un entendimiento en un momento dado, para una
situación en concreto.

Logos sofías (palabra de sabiduría), se refiere al entendimiento concreto de una


porción de la Escritura para buscar su aplicación a nuestra vida o a la de los
demás.
Un ejemplo: En el seno familiar o de la iglesia surge un problema, a nadie se le
ocurre qué o cómo hacer, pero de repente a uno de los miembros se le enciende
una luz y entiende claramente cual deba de ser la solución. Esto no siempre
ocurrirá al pastor o a los diferentes responsables, no olvidemos que somos todos
los creyentes “real sacerdocio” (1 Pedro 2: 9). Incluso puede ser que el Espíritu
Santo use al que parece menos ‘espiritual’.

2) Palabra de ciencia

(V. 8) ‘...a otro, palabra de ciencia...’:

El griego original es ‘lógos gnóseos’, es decir, ‘palabra de ciencia o de


conocimiento’.

Definamos que es ‘palabra de ciencia o conocimiento’. Antes de tener los


creyentes la Biblia completa en sus manos, ese don fue muy importante para la
vida de aquellos primeros cristianos. Era el Espíritu Santo llevándoles a toda
verdad, en cuanto a cuestiones concretas y circunstancias concretas.

Alguien se levantaba en la congregación y decía (logos) algo en concreto de la


verdad de la Escritura, sin tenerla en sus manos.

En nuestro tiempo, cuando ya tenemos la Revelación completa en nuestras


manos, el don de palabra de conocimiento”, funciona prácticamente igual. El
Espíritu Santo alumbra una porción de la Escritura, y el creyente entiende en ese
momento algo que jamás antes había entendido de la misma manera.

Por sus características, al don de palabra de ciencia, le seguiría el don de palabra


de sabiduría, que resultaría en el saber cómo aplicar el conocimiento recibido.
3) Fe

(V. 9) “a otro, fe por el mismo Espíritu…”:

Podríamos definirlo esto como una provisión de un nivel de esclarecimiento, de


certeza y confianza especial de parte de Dios para algo concreto o en una
situación difícil .

Esa fe como don espiritual concreto, es muy importante cuando el individuo pasa
por una situación difícil; r: “…supone una confianza fuerte e inamovible en Dios en
medio de las circunstancias más difíciles”

Este don funciona como un refuerzo de fe, a nuestra vida de fe.

4) Dones de sanidades

‘...y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu”:

!Dios sigue sanando, producto de su misericordia y de su voluntad.

Dios sigue sanando cuando quiere y a través de quien quiere, por su misericordia.

Dios todavía escucha y contesta las oraciones fieles de sus hijos (Stgo. 5: 13-16)

Nótese que aquí está en plural, no dice don de sanidad sino dones de sanidades.
Enfermedades en el ser humano, la espiritual y la física con el propósito que la
gente cambie su vida.

No siempre llegará la sanidad a través del don mencionado. Otras veces Dios se
valdrá de la medicina.

5) El hacer milagros

(V. 10) “A otro, el hacer milagros…”

¿Sigue haciendo milagros Dios hoy en día? Sí. Además, cada conversión es un
milagro.

¿Existe todavía el don de hacer milagros? También. Pero nunca los milagros se
realizan por la fe del que se le adjudica el don, si no que Dios soberanamente
actúa sobrenaturalmente, mostrando su voluntad.

¿Cuál es la diferencia entre milagros y sanidades?


Los milagros se enfocan en las situaciones de la vida donde necesitamos la
intervención de Dios.

6) Profecía

‘...a otro, profecía...’:

El significado básico es “proclamar” o “hablar en público”. Desde que las


Escrituras se completaron, la profecía no ha sido un medio para transmitir nueva
revelación, sino que se limita a la proclamación de lo que ha sido revelado en la
Palabra escrita.

Por lo tanto la profecía es la continuidad de lo que ha sido ya revelado, por


reiteración.

7) Discernimiento de espíritus

‘...a otro, discernimiento de espíritus...’: Este es un don de revelación.

El discernimiento de espíritus en la congregación es necesario como instrumento


de vigilancia contra los embaucadores, falsas doctrinas, mentiras demoníacas, etc.
Etc.

En general, discernimiento es la acción de discernir, del griego “diakrino”, y se


traduce por: “Separar, apartar; distinguir; descomponer en sus elementos,
analizar”. Se trata de tener la revelación acerca de asuntos de orden espiritual.

Todos los verdaderos creyentes tenemos la capacidad de discernir. No obstante,


el llamado discernimiento de espíritus, va más allá. El Espíritu Santo unge de una
manera especial a algunas personas para poder ver más allá de lo que vemos los
demás cristianos normalmente.

8 y 9 ) Diversos géneros de lenguas e Interpretación de lenguas

(V. 10) ‘…a otro, diversos géneros de lenguas...’: ‘...y a otro, interpretación de
lenguas’:
Por diversos géneros de lenguas, entendemos todas las lenguas que existen y
está ligado al de interpretación.

Para poder hablar en lenguas a la congregación en alta voz. Enseña Pablo en

1 Corintios 14: 28;

“Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios”.

Dice Pablo: ‘Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder
interpretarla’ (1 Corintios 14: 13)

Cada uno hablamos por lo menos un idioma, no obstante, Dios imparte a quien
quiere un don o habilidad especial de aprender y hablar ciertos idiomas según
convenga, o hablarlos sobrenaturalmente (ver Hechos 2: 4- 12). Hay muchos
testimonios de misioneros que en países donde no hablaban el idioma del lugar,
hablando su propio idioma, el oyente nativo les escuchaba en su lengua.

Así pues, se define como la facultad de hablar por el Espíritu Santo en alguna
lengua que el que habla no ha aprendido previamente.

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