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 Los cambios en la actividad del astro rey pueden tener influencia sobre el

clima terrestre y afectar al calentamiento global, según ha demostrado un


estudio suizo. Los investigadores prevén una radiación del Sol más débil
que podría contribuir a una bajada de temperatura de medio grado. Pero
cuidado, porque un mínimo de la actividad solar siempre viene seguido de
un máximo.
Un grupo de investigadores del Observatorio psicometeorológico de Davos, del
Instituto Federal suizo de Ciencia Acuática y Tecnología (Eawag), del Instituto
Federal de Tecnología de Zúrich y de la Universidad de Berna, son los
responsables de este hallazgo y han demostrado que estas variaciones solares
explicarían los cambios climáticos naturales que ha experimentado el planeta azul
en los últimos milenios.

Además, han descubierto que, después de una fase de alta intensidad solar
después de 1950, la actividad del Sol disminuirá próximamente, lo que podría
contribuir a una bajada total de la temperatura terrestre de medio grado.
"Podremos ganar un tiempo precioso si la actividad del Sol disminuye y si se frena
ligeramente el auge de las temperaturas terrestres", ha declarado Schmutz, quien
también ha precisado que este "respiro será pasajero" puesto que "después de un
mínimo de actividad solar, siempre viene un máximo".

 El Sol es la fuente principal de energía del sistema climático terrestre. “El


clima de la Tierra, desde sus orígenes, no se entiende sin la radiación solar,
que es la base de la vida en la Tierra y de su funcionamiento atmosférico”,
indica Jorge Olcina, presidente de la Asociación Española de
Geografía (AGE). La radiación solar, según Olcina, “es la parte principal del
llamado balance energético terrestre, un sistema de entradas y salidas de
energía que es el que controla la maquinaria atmosférica de nuestro
planeta”.
Este balance “puede sufrir desajustes por causas astronómicas (variaciones en la
propia actividad energética solar, cambios en el eje de la Tierra o cambios en la
órbita terrestre) y geográficas (actividad volcánica o una generación de dióxido de
carbono natural por un incremento de vegetación en la Tierra)”.
Hasta 1850 este balance “se ha considerado nulo”. Es decir, las entradas y salidas
de energía entre la Tierra y la atmósfera, más o menos, permanecían en equilibrio.
Pero, con la entrada en juego de los gases procedentes de la quema de
combustibles fósiles, “este balance se ha ido desajustando”.
 El argumento escéptico...
"Durante los últimos cientos de años, ha habido un continuo aumento en el
número de manchas solares, al tiempo que la Tierra se ha estado calentando. Los
datos sugieren que la actividad solar está influenciando el clima global haciendo
que el mundo se vuelva más cálido" (BBC)
Como suministrador de casi toda la energía en el sistema climático de la Tierra, el
sol tiene una fuerte influencia en el clima. Una comparación del sol y el clima
durante los últimos 1.150 años encontró que las temperaturas se correspondían
estrechamente con la actividad solar (Usoskin 2005). Sin embargo, después de
1975, las temperaturas aumentaban mientras que la actividad solar mostraba poca
o ninguna tendencia a largo plazo. Esto llevó al estudio a concluir que “durante
estos últimos 30 años ni la irradiancia solar total, ni la irradiancia solar UV, ni el
flujo de rayos cósmicos han mostrado tendencia secular significativa alguna, de
modo que al menos este episodio de calentamiento más reciente debe tener otra
causa".
De hecho, un número de mediciones independientes de la actividad solar indican
que el sol ha mostrado una ligera tedencia de enfriamiento desde 1960, durante el
mismo periodo en que las temperaturas globales se han estado calentando.
Durante los últimos 35 años de calentamiento global, sol y clima han estado
moviéndose en direcciones opuestas. Un análisis de tendencias solares concluyó
que el sol realmente ha aportado una ligera influencia de enfriamento en las
útlimas décadas (Lockwood 2008).

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