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Goetheanum, 20 de enero
de 2023
Declaración de la Junta Directiva
sobre ‹One Health› y la OMS
Desde hace algunos meses hay malestar entre algunos miembros que
acusan al Goetheanum y a su Dirección de "traicionar" a la Antroposofía
por pactar con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una entidad
considerada como problemática – todo ello en el contexto de una posible
acreditación y en relación con el interés del Goetheanum en las cuestiones
de investigación científica de ‹One Health› (Una sola Salud).
Sí, hay que volver a construir el edificio. Así lo afirmó Rudolf Steiner a los
miembros y periodistas el 1 de enero del nuevo año, ante los escombro y
cenizas aún humeantes del Primer Goetheanum que acababa de ser pasto
de las llamas. Pero también se formó un movimiento de opositores que
pidieron al Ayuntamiento y al Cantón "que hicieran todo lo que esté en su
mano para evitar que ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos tuvieran la
desgracia de que se permita a un pequeño grupo de personas liderado por
un extranjero erigir en Dornach un monumento a su propia arrogancia y
ansia de poder, en forma de edificio de fealdad sin precedentes".
El éxito del acto demostró que, 100 años después del incendio, el
Goetheanum está integrado en la región, como edificio, como centro
cultural, como sede de conferencias internacionales y cada vez más
también como Escuela para la Antroposofía. Integrado, pero no del todo,
porque sigue siendo algo extraño. Sin embargo, esta extrañeza puede
vivirse con actitud positiva, porque provoca asombro en la percepción y el
pensamiento, como subrayó el presidente del municipio, Daniel Urech,
que concluyó su intervención con las palabras:
Vigilia nocturna
Peter Selg
Esta alegría tan grande e inesperada – de que viniera tanta gente en esa
tarde y noche, a vivenciar el Sol a medianoche. Después del difícil periodo
en el que el edificio estuvo tan vacío. A veces casi parecía un espacio sin
sentido en un mundo que está perdiendo el sentido. De pronto estaban
ahí. Los amigos de la Antroposofía, los amigos del edificio, los amigos de
Rudolf Steiner y de la Sociedad Antroposófica. Estaban ahí presentes en
gran número, y despiertos.
Quedan las tareas que nos esperan, y son enormes, y queda también la
saludable sensación de la que hablaba Rudolf Steiner: la inaptitud en
corresponderles enteramente. Y además, también el coraje de desarrollar
visiones de un futuro, en el espíritu de la esperanza y de una utopía que
mira hacia el alba, cree en el mañana y construye sobre él. En la noche del
incendio, dijo Rudolf Steiner, la Sociedad Antroposófica pudo
experimentarse como realidad, en aquel momento fatal. Cien años después,
volvía a ser realidad, en el recuerdo y en los brotes de lo nuevo que salen de
los escombros, a pesar de toda oposición. "En estos momentos estoy
pensando mucho en la historia de Job, porque tengo la fuerte sensación de
que nos ocurrirá como a él. Después de tanto sufrimiento, todo nos será
dado nuevamente, y se añadirá más, no la misma belleza del edificio, pero
una belleza distinta. Después de todo, un segundo verano debería llegar
para nosotros. ¡No se ría! Yo sí que creo que se acerca una época buena, lo
necesitamos tanto. Y el mundo debe volver a tener un Goetheanum, por
poco que se lo merezca y por poco que de momento lo entienda." (Edith
Maryon, carta a Rudolf Steiner, 11 de mayo de 1923).