tsBN 950-04-2057-0

9789500420570
HOLGER M. MEDING

La ruta de los nazis

Traducción de Lucla De Stoia

Horcsn M. MEDTNG

Ia,ruta
de los nazis
eru tiempos de Perón

BIT¿BCÉ EDITORES
 830-4 Mcding, Holger
MED La ¡uta de los nuis en tiempos de Perón. -
1a ed. - Buenos Aires : Emea, 1999.
432 p. ;22x14 cm. - (Biograflo y memorio)
Tiaducción de: Lucla De Stoia
ISBN 950-04-2057-0
I. Título - l. Ensayo AJemán
Emecé Editores S.A.
Nsina2062 - Buenos Aires, Argentina
E-mail: editorial@emece.com.ar
http: // m.emece.com.ar
Título original: Flucht uor Niirnberg?
Copyright @ 1992 bt B¿thku Wrkg GybHÚ Cia., Kjln und Weimat
r 6 EmeclEditoresS.A.. 1999
Diseño de apa: Eduardn Ruiz
Fotocromía de tapa: Moon Patrol S.RL.
' Primera edición; 5.000 ejemplares
Impreso en Talleres Gráficos Leograf S.R.L.,
Rucci 408, Valentin Alsina, ocrubre de I 999
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AcneopcrMrENTos
El presente trabajo fue admitido como tesis doctoral por la
Facultad de Filosofía de Ia Universidad de Colonia (Primer
ponente: Profesor doctor Günter Kahle; segundo ponente:
Catedrático supernumerario doctor Hans-Otto Kleinmann;
Fecha del examen oral de doctorado: 6 de julio de 1991).
Sin el apoyo de un gran número de personas, esta tesis no
habría pasado de ser ün borrador imperfecto. Sin la ayuda
financiera de la Fundación Konrad Adenauer en el marco
del programapara graduados, ni siquiera podría haber na-
cido. De manera que es a esta institución, en primer lugar,
a la que Ie debo mi mayor agradecimiento.
De la nómina de personas que me ayudaron con los pre-
parativos de mis tareas de investigación en la Argentina,
se destacan en primer término los nombres de Lothar He-
rold, presidente honorario de cEBEzAR, Gesellschaft für ge-
meinnützige B eziehungen mit Argentinien e.V., (Asociación
para las relaciones de intercambio con la Argentina) y Pe-
ter Mertig, presidente de GpspZAn, que me proporcionaron
un gran número de contactos y facilitaron muchísimo mis
indagaciones en el lugar. A este respecto, le estoy muy
agradecido también al ex secretario de la Embajada de la
República Argentina en Bonn, Gustávo C. Bobrik, que con
enorme interés y compromiso personal siguió de cerca la
gestación de este estudio, que en múItiples aspectos facili-
tó mi viaje de investigación por Ia Argentina y que a través
de canales diplomáticos me abrió muchas puertas en Bue-
nos Aires.
 Quisiera agradecer también a todos aquellos que, como el profesor doctor Günter Kahle. No hay que olvidar que éI
testigos directos de la época o como conocedores del estado acompañó con sentido crítico y permanente interés el pro-
de las cosas, se expresaron a menudo con total franqueza ceso de gestación de este trabajo, que después de todo na-
en convefsaciones y por correspondencia, sobre aconteci- ció por iniciativa de é1.
mientos de los cuales hay muy pocas fuentes escritas, o no Sin embargo, a nadie le debo tanto reconocimiento como
las hay en absoluto. Aquí debo destacar en primer lugar a a mi esposa Andrea, que compartió conmigo todos los alti-
Wilfred von Oven, que en entrevistas, cartas y charlas te- bajos en la gestación y crecimiento de este estudio y que en
lefónicas contestó aun las preguntas más incisivas con pa- ese tiempo trajo al mundo a nuestro hijo. También a é1,
ciencia y precisión y que a través de su intervención perso- Hraban Severin, vaya dedicado entonces este trabajo.
nal hizo posible que consiguiera valiosísimos contactos.
También quisiera expresar mi reconocimiento a las si-
guientes personas, que a su turno y de diferentes maneras
dieron impulso a mi proyecto: Ernst Damerau, presidente
de Ia Institución Cultural Argentino-Germana; fiscal Dres-
sen, Zentrale Stelle der Landesjustizverwaltungen (Ofici-
na Central de las Administraciones Estaduales de Justi-
cia); Pedro von Eyken, ex cónsul adjunto de la República
Argentina en Hamburgo; Oliver C. Gliech, historiador; Ro-
semarie von der Goltz, miembro del directorio de la Insti-
tución Cultural Argentino-Germana; Rudolf Hartweg, di-
rector del Instituto Goethe en Buenos Aires; Manfred Keh-
rig, director del Bundesarchiv-Militárarchiv (Archivo Mili-
tar de la República Federal de Alemania); Ingrid Klimmer,
de Presse- und Infor¡nationsamt der Bundesregierung (Se-
cretaría de Información y Prensa del Gobierno Federal
Alemán); Olaf Meding, historiador; G. J. Montenegro, his-
toriador; Patrik von zur Mühlen, de la Fundación Frie-
drich-Ebert; JüSen MüIler, historiador; Germán E. Prof-
fen, secretario de la Embajada de la República Argentina;
Ansgar Skriver, redactor político de Westdeutsche Rund-
funk; Nicolás.Zenón Szafowal, becario de Ia Fundación
Konrad Adenauer; Olga Weyne, socióloga del Instituto Tor-
cuato di Tella. Mi especial reconocimiento para la historia-
dora y socióloga Carlota Jackisch, del Centro Interdiscipli-
nario de Estudios sobre el Desarrollo Latinoamericano,
Fundación Konrad Adenauer, que con su amabilidad por-
teña y su permanente disposición a ayudar me allanó más
de un camino.
Vaya también mi agradecimiento a mi padrino de tesis,

8
 INrnooucccróN

En Ia historia de Europa, la serie de progresivas transfor-

maciones en eI ámbito demográfico, religioso, económico o
social, así como los cambios políticos radicales
-cambios
de formas de poder y sistemas de gobierno, guerras y revo-
luciones- han provocado una y otra vez grandes oleadas
emigratorias en eI transcurso de los siglos y hasta el pre-
sente. Estas corrientes migratorias son el resultado de cir-
cunstancias especiales y de fases críticas en el proceso ci-
vilizador. Penurias económicas, descontento político y des-
tierro son, a grandes rasgos, los motivos que pusieron en
movimiento a individuos aislados y a grupos y pueblos en-
teros. Como fenómeno histórico, la emigración ofrece a las
diferentes disciplinas científicas la posibilidad de dilucidar
de manera ejemplar las repercusiones que tiene sobre las
transformaciones sociales, económicas y políticas. Como si
fuese un sismógrafo, la emigración y la disposición a em-
prenderla podía servir para la medición del descontento
político y sus corrientes sociales subterráneas. Su rép1ica,
la inmigración, ha dado muy buenos resultados, sobre todo
on los países que la reciben, y es un sóIido elemento de la
investigación sociológica e históricar que con eI análisis del
proceso de integración de los diferentes grupos étnicos en
la transición de disposición para asimilarse a la voluntad
de conservación de la independencia, intenta interpretar Ia
composición de naciones o el fracaso de semejante síntesis.
La investigación de Ia emigración ha reconocido de ma-
nera concluyente las causas de las grandes corrientes emi-

11
 gratorias de Alemania en el contexto de las crisis políticas
que produjeron los relatos sensacionalistas con sus tenaces
y económicas: después de 1848, en los años 80 del siglo xrx;
manifestaciones, cuya falsedad supuso para el historiador
en la época de la República de Weimar, en los años S0 del
un gasto de medios y palabras que no pareció guárdar Ia
siglo »r. Con sus dos elementos temáticos: el debate sobre
menor relación con el beneficio de un reconocimiento posi-
la emigración casi siempre forzada y la exposición de los
tivo. Por otra parte, durante mucho tiempo estuvo cerrado
acontecimientos que la precipitaron, Ia investigación del
el acceso a las fuentes dignas de crédito. Las huellas de la
exilio se ha convertido en un elemento esencial de la histo-
emigración alemana entre 1945 y 1948, que en esencia era
ria social de Ia etapa de do¡ninación del nacionalsocialismo.
ilegal, sóIo se pueden descubrir a través del análisis ex-
Al contrario de la emigración y el exilio de los años 80, haustivo de los archivos en lengua alemana y española,
analizados hasta en sus más diversas ramificaciones y mí-
abiertos al conocimiento público sóIo desde hace muy poco
nimos detalles en una enorme cantidad de monografías y
tiempo, así como a través del interrogatorio de personas in-
ensayos hay series completas que se dedican a la
-incluso volucradas y testigos de Ia época,u que en su gran mayoría
materia-, la emigración alemana y austríaca de los años han guardado silencio hasta ahora, o que nunca fueron
de posguerra mantuvo hasta ahora su condición de hijas-
consultados.
tra de la historia. Desde el punto de vista científico, este En los años 80, la investigación empezó a acercarse de
campo está poco menos que inexplorado, Io que está en fla-
manera aislada al campo de la emigración alemana de pos-
grante oposición al abundante y provechoso material del
guerra, después que Ia extradición concedida por eI gobier-
que han dispuesto dprante décadas legiones de periodistas
no de Bolivia a Francia del antiguo jefe de la Gestapo en
y publicistas, sobre todo en lo que concierne a sus aspectos
Lyon, Klaus Barbie, y Ia actualización de este caso, posibi-
sensacionalistas. En un sinnúmero de películas de las lla-
litaron que se hiciera demasiado evidente el déficit de co-
madas de acción, se presentan escenas conmovedoras en
nocimientos sobre esta materia. Con la repentina claridad
las que los héroes triunfan sobre las maquinaciones som-
que se arrojó sobre diferentes aspectos, fue posible encon-
brías y las apetencias imperialistas de los antiguos nazis y
trar un acceso mediante el cual se analizó sobre todo el ma-
sus cómplices.
terial de archivo desclasificado de los Estados Unidos, de
Junto a algunos trabajos de periodistas ávidos de sensa-
manera que eI núcleo de tales estudios se encuentra en los
cionalismo,l productores de películas2 y novelistas,s fueron
puntos de contacto entre los emigrantes de posguerra y los
los informes de cazadores de na?isa y agentes de los servi-
intereses de los Estados Unidos como actor político en la
cios secretos5lo$que acuñaron la imagen de la emigración
escala global.T A Ia gran cantidad de material accesible se
alemana de posguerra, cuyo país de destino preferido era
opone la desventaja de un limitado poder testimonial, ya
la Argentina. Los trabajos temáticos se acercaron a su su-
que, con los informes diplomáticos y los expedientes de los
jeto casi siempre en estudios de un caso particular y por lo
servicios secretos, se contó con exposiciones realizadas por
general abarcaron episodios y no pocas veces sólo anécdo-
personas que a lo sumo tuvieron un acceso indirecto a los
tas. La literatura que se ha especializado en los casos más
acontecimientos.
espectaculares Eichmann, Mengele, Stangl, En contraposición a la multiplicidad de informes de to-
etcétera-, en el-Bormann,
mejor de los casos logró una descripción
das las tendencias que han presentado los medios de comu-
ejemplar de los hechos. Sin embargo, sólo pudo hacer un
nicación, Ios estudios argentinos y alemanes sobre esta
bosquejo generalizado del contexto total.
materia son muy escasos. Los respectivos archivos nacio-
La razón del nacimiento de esta Terra Incognita cientí-
nales no fueron consultados hasta Ia fecha;8 a lo sumo tu-
fica debe buscarse, por una parte, en el efecto horroroso
vo lugar un examen sobre algunos aspectos parciales. Los
t2
13
 rolato¡ históricos sobre la colectividad alemana de la Ar-
gentina han evitado, de manera casi vergonzosa, tomar po-
sición.e \e vez en cuando se remiten de manera evasiva a
"las circunstancias conocidas".10
Una exposición objetiva de esa etapa crítica, tanto para
los emigrantes alemanes de Europa como para las comuni-
dades alemanas establecidas desde largo tiempo en la Ar-
gentina, por una parte debe librarse del piadoso manto de
olvido que han tendido sobre ella, y por la otra debe elimi-
nar la gran cantidad de afirmaciones no demostrables y es-
peculaciones insostenibles, que no pocas veces fueron desa-
creditadas por la comunidad alemana en conjunto. Dentro
de estas limitaciones, el presente estudio investiga la emi-
gración alemana de posguerra con destino a la Argentina a
partir del planteo de las siguientes preguntas:
qué la Argentina, que hasta entonces habÍa re-
-¿Por un papel,más bien secundario,
presentado después de 1945
se convirtió en país de destino preferido para los emigran-
tes alemanes?
qué manera llegaron a la Argentina miles de ale-
-¿De
manes en los años de posguerra? ¿Cómo fue posible que se-
mejante emigración en masa pudiera realizarse de mane-
ra ilegal?
se compuso la emigración desde el punto de
-¿Cómo
vista sociológico? ¿Cuál fue, a su turro, Ia motivación que
provocó una emigración desde Europa?
transcurrió el proceso de adaptación en el país
-¿Cómo
anfitrión de los recién llegados?
qué medida influyó sobre la colectividad alemana
-¿En
de la Argentina esta inmigración fuertemente marcada por
la guerra y por la ideología nacionalsocialista?
EI intento emprendido con el presente estudio, de discu-
tir con sentido crítico estos puntos conflictivos cada ca-
so teniendo en cuenta la historia recibida hasta-en
ahora-, re-
curre a material de fuentes que, en gran parte, no fueron
consultadas antes en lo que concierne a los planteos formu-
lados. Los informes elaborados por los diplomáticos de AIe-
t4
mania Federal en Buenos Aires, archivados en Bonn en eI
Politisches Archiv des Auswártigen Amtes (Archivo Políti
co del Ministerio de Relaciones Exteriores), procuran echar
una mirada la perspectiva de observadores exter-
-desde
nos- sobre los efectos ulteriores de la inmigración alema-
na de posguerra, que para la época de la creación de la Em-
bajada Alemana en Buenos Aires a principios de 1952, ya
había terminado. EI tipo y las formas de emigración,las di-
ferentes etapas y escalas, Ias vÍas alternativas de emigra-
ción, se pueden rastrear en los informes de algunos diplo-
máticos argentinos acreditados en Europa, que en cierto
modo fueron actores de los hechos (Archivo General del Mi-
nisterio de Asuntos Exteriores y Culto, Buenos Aires). En
las publicaciones de las autoridades migratorias naciona-
les (Dirección de Migraciones, Buenos Aires) se encuen-
tran datos estadísticos sobre Ia inmigración alemana. Pa-
ra eI presente estudio fueron utilizados, y luego sometidos
a una nueva evaluación, los datos básicos recogidos del ar-
chivo de esas autoridades. Además de este, en otros archi-
vos se investigaron algunos aspectos particulares.
En febrero de 1992, en una ceremonia realizada en el
Salón Blanco de la Casa Rosada con gran repercusión en
los medios de comunicación, eI presidente argentino Carlos
SaúI Menem autorizó la difusión y la libre consulta de las
actas secretas sobre los fugitivos nacionalsocialistas. Estas
actas ya no pudieron ser examinadas por el autor. Pero a
través del empleo de los informes de personas que las con-
sultaron, en adelante se verá que han sido utilizadas, así
sea de manera indirecta. La primera impresión confirma
Ia presunción de que en los medios se ha atribuido un va-
lor excesivo a las fuentes de origen de esta documenta-
ción.ll Los archivos liberados hasta ahora, en gran parte
integrados por recortes de diarios.e informes de poca im-
portancia, todos, sin excepción, se refieren a personas cu-
.ya permanencia en la Argentina era conocida ya desde dé-
cadas atrás. Aparte de eso, la mayoría de los casos están
cerrados y aun en éstos, eI material es incompleto y es evi-
dente que ha sido "limpiado".L2 Más aIIá de esto, es poco
probable que el Presidente ya con la firma del decre-
-que
15
 to en cuestión13 entró en contradicción con su ministro de tos.16 Este procedimiento, indispensable en aquellos terre-
Relaciones Exteriores, Guido di relra-la pueda permitirse nos en los que faltaba o había sido destruido el material es-
poner er¡evidencia ante todo el mundo a antiguos funcio_ crito, entraña riesgos inevitables. Aunque los interlocuto-
narios del Estado que en su época actuaron por mandato res, con muy pocas excepciones, estuvieron de acuerdo con
del gobierno. Un daño semejante sería irreparable, sobre la mención de sus nombres y con ello garantizaban la ve-
todo en el ámbito de los militares y de ros servicios de inte- racidad de sus declaraciones, persiste el peligro general de
ligencia. Así, es de suponer que la superación de este pasa_ que Ia historia oral se vea por completo desvirtuada; es de-
do argentino se verificará . cir que, con la creciente distancia en eI tiempo hacia acon-
amortiguada. " -ur,."ru controlada y muy tecimientos pasados, Ia memoria pierde precisión y las in-
Para este trabajo, el examen de la documentación sobre terpretaciones subjetivas se superponen a los hechos. El
la emigración alemana en la Argentina de la Era perón, se control de los resultados por medio de manifestaciones de
concentra en aquellos círculos de personas que, en virtud otros interlocutores, como también mediante la consulta de
de intereses nacionales e internaciánales, o.rip."o., el cen_ documentos, informes de la prensalT y bibliografía, pudo
tro de atención de todo el mundo: científicos, iécnicos, mi- minimizar los errores de la fuente aun cuando no excluir-
litares y funcionarios del Estado nacionalsocialista, como los por completo.
también los buscados. Este punto esencial en el estado de
las actas hace también que el historiador dirija la atención Sobre la base del material de las fuentes de información
a esos mismos acontécimientos que en su momento caldea_ descriptas aI período de la Era Perón (L945146-
ron los ánimos y en los cuales estuvieron envueltos políti_ -limitado
1955), en este trabajo se tratará de esbozar un retrato de
cos y funcionarios de alto rango. De esta manera, Ío qr" la evolución de la Emigración alemana hacia la Argentina
sigue no es posible realizar ningún debate sobre la",base de y del proceso de la Inmigración alemana en la Argentina,
una igualdad sociológica de derechos de los diferentes gru_ más detallado y más preciso del que nos han brindado has-
pos. Frente a los mencionados círculos de persona., u-lo. ta ahora los estudios generalizados y personalizados.
que el estudio les dehica una atención desriresuradá, que_
dan agrupaciones numéricamente mucho más grárrd",
(por- ej emplo los expuls ados, los Vol k s
d,e ut s c he _inlegran_
tes de grupos étnicos alemanes del Este-, los repatriádos,
etcétera) pero con poca o ninguna representación cuantita_
tiva, dado que debido a la falta de testimonios escritos dis-
ponibles, es muy limitada la posibilidad de examinar su
comportamiento específico como grupo.
Junto a la actualización de materiar inédito y la utiliza-
ción de abundante literatura no tomada en consideración
hasta ahora, sobre todo la proveniente de regiones hispa_
nohablantes, la tercera columna de suministró de inforÁa-
ción la constituyeron la correspondencials y las conversa-
ciones con personas que, como testigos contemporáneos y
participantes directos pudieron dar testimonios de prime_
ra mano sobre el curso y el trasfondo de los acontecimien-

16 t7
 8 Martínez (Perón y los criminales de guena nazis, L984) a¡alizó
Nores los archivos de los Estados Unidos desde la perspectiva argentina.
La tesis doctoral de Weber (Integration der Deutschstcimmigen, sin
fecha, ¿1983?) no se vale de ninguna fuente de archivo, sino exclusi-
vamente de material secundario y de los resultados de las conversa-
ciones que mantuvo con las comunidades alemanas de la Argentina,
Chile y Paraguay, con un procedimiento en parte dudoso desde el
punto de vista científico (vI f). La inmigración alemana de posguerra
se resume allÍ de manera insuficiente bajo el rubro "Die unterge-
tauchten Gestapooffiziere" (Los oficiales de la Gestapo desapareci-
dos). En cuanto a método, presentación y conclusiones, el trabajo es
absolutamente inobjetable; desde un punto de vista cientÍfico-popu-
lar ni siquiera convincente. Algo parecido sucede con Paradies für
1 p.ej.
Szabo, Je sais que Hitler est uiuant ÍgaT;Frank, Nazis in Nazis? (1988), también de Weber.
Argentinien (7902). e Aparte de Frank, Nazis in Argentinien (L962),
deben mencio-
2 p.ej. narse aquí: Hoffmann, Deutsche in Argentinien (1979); Lütge, Deuts-
Neame (director), Los archiuos de oopss¿, (7g74); Schaffner
(director), Los niños d.e Brasil (1g7g). che in Argentinien (1981) y Presencia alernana y austríaca (1985). En
3 p.ej.: estos relatos, la historia de los alemanes en el Río de la Plata se re-
Forsyth, Los archiuos de ooassA (1g72); posse, Los d,emo_
nios ocultos (1982). duce a un himno de alabanza sobre datos y hechos. Esta historia, im-
posible de pensar y comprender sin sus conflictos internos, sus que-
rellas alemanas, se presenta con un sentido positivista, se suavizan
los puntos de conflicto y se hace apenas una alusión a, o faltan por
completo, los temas de permanente controversia (el ser alemán en la
Argentina y el Tercer Reich, el espionaje, el papel de la Embajada
Alemana, los inmigrantes de posguerra, el caso Richter, etcétera.)
10
Schmidt, Neuer Deutscher Tl"trnuerein, pág. 103.
11 Así lo expresa Shimon Samuels, colaborador
de Simon Wie-
senthal, el cazador de nazis vienés, en Der Spiegel,Hamburgo, 10 de
febrero de L992, pág. 90; también "Nazis in Argentinien", artÍculo de
fondo del Argentinisches Tageblatt, Buenos Aires, 8 de febrero de
1992, pág.2.
12
Por ejemplo: faltan varios documentos en el ordenador de actas
sobre Josef Mengele (Der Spiegel, Hamburgo, 10 de febrero de 1992,
pág. 90); lo mismo en el caso de Adolf Eichmann: "Das wirklich Wich-
tige fehlt", artículo de fondo delArgentinisches Tageblafú, Buenos Ai-
res, 7 de rnarzo de 1992, pá9. 3.
13 Decreto del 3 de febrero de 1992, que deroga el carácter de
"cuestión de Estado secreta" que mantuvieron durante cuarenta
años los archivos en cuestión. Además, ordena a todos los organis-
mos del Estado a traspasar al Archivo General de la Nación el mate-
rial que posean sobre el particular. ("Nazis in Argentinien",Argenti-
nisches Tageblatt,8 de febrero de 7992, pág.2).

18 19
 r' "Nazis in Argentinien", Argentinisches Tageblatt, 8 de febrero
de 1992, páC.2.
16 En
el presente trabajo, las cartas dirigidas al autor se citarán
abreviadag, con el nombre del remitente, la fecha de expedición y la
aclaración adicional: carta.
16 En
adelante, las declaraciones verbales iriin acompañadas só- Le SpcuNDA Gupnne MuNuer, y
lo por el nombre del interlocutor del autor y la fecha de la conversa- LA POLÍTICA INTERNACIONAL
ción.
17 Los
artículos de diarios y revistas compilados en diversos ar-
chivos periodÍsticos y mencionados aquÍ, serán citados
-siempre
que sea posible- con el nombre del autor, el título del artículo, el
nombre del diario y del lugar de aparición, y la fecha de publicación.
En el Apéndice no se ha incluido una lista de todos los medios gráfi-
cos utilizados, ya que sólo en algunos medios periodísticos que apa-
recen en Sudamérica se hizo una revisión sistemática de sus archi-
a) La polÍtica aliada hacia Alemania
vos. (Para esto véase Índice de Fuentes de Informaciónb I y 2).
en los años 40

Durante todo eI transcurso de la Segunda Guerra Mundial,

todas las partes en guerra ocuparon a verdálderos ejércitos
de expertos en la elaboración de una concepción de un fu-
turo orden mundial de posguerra.l Los planes de los Esta-
dos Unidos, Ia mayor potencia de la coalición anti-Hitler,
terminaron, con algunas variantes difíciles de comprender,
en la exclusión de Alemania del escenario internacional.
Las potencias vencedoras se pusieron de acuerdo en sus
ideas de una ocupación militar total de Alemania, de la ad-
ministración a mediano plazo a través de los órganos alia-
dos de control, de la exigencia de reparaciones, de la des-
militarización y de la eliminación del nacionalsocialismo y
sus sedimentos.
De los borradores que se esbozaron sobre la política a
seguir con Alemania, el plan del secretario del Tesoro de
los Estados Unidos, Henry Morgenthau jr., fue el de mayor
alcance. EI preveía una desindustrialización completa de
Alemania y su transformación en un Estado agrícola. A
través del desmembramiento de grandes extensiones de te-
rritorio a favor de los países vecinos, de la división política
del resto en dos Estados y de la internacionalización de
ríos, canales y de la cuenca del Ruhr, a la nueva Alemania
organizada como país agrícola se le quitaría toda posibili-
dad estructural de volver a convertirse jamás en competen-
20
27
 cia política, científica, económica, y mucho menos militar
para Ias potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mun-
dial.2 Lqs ideas de Morgenthau, que contaron con la apro-
bación provisoria de Roosevelt y Churchill, encontraron
aceptación en la política norteamericana para Alemania.
Su influencia se puede comprobar en las directivas del go-
bierno militar norteamericano para los años de 1945 a
1947 y en el Acuerdo de Potsdam.s
Los medios de información de los Estados Unidos y de
Gran Bretaña dedicaron amplios espacios, aun en eI trans-
curso de las operaciones militares, a las posibilidades de
estructuración de un orden futuro en Europa y de la exclu-
sión de Alemania. Los formadores de opinión del Tercer
Reich se hicieron eco, agradecidos, de los resultados provi-
sionales de la discusión mantenida abiertamente y los uti-
lizaron para Ia movilización de las úItimas fuerzas contra
se pudo hacer creer- Ia planeada destrucción total
-como
de la patria
La política aliada dio alimento adicional a la maquina-
ria propagandística de los alemanes. La exigencia de capi-
tulación incondicion al (unconditional surrender) plantea-
da por el presidente Roosevelt y el primer ministro Chur-
chill en enero de 1943 en Ia Conferencia de Casablanca, hi-
zo que para mucho's en Alemania se desvanecieran las es-
peranzas de una próxima negocación de paz y pareció con-
firmar todos los temores que los medios de comunicación
alemanes pintqlan como un fantasma que seguía proyec-
tando su sombra desde la época siguiente a una guerra
perdida.
En vista de las consecuencias del Thatado de Versalles,
que los contemporáneos conocían demasiado bien, para
muchos esa situación constituyó la primera razón de una
preparación mental para una emigración después de la
guerra. El futuro de Alemania parecía muy sombrío.
La primera fase de la época de posguerra bajo la ocupa-
ción aliada confirmó muchas de las sospechas más pesi-
mistas. De conformidad con los acuerdos interaliados, la
evacuación de Ia población alemana de los territorios al es-
te del Oder y del Neisse y de la zona de los Balcanes afec-
22
tó a más de doce millones de personas que marcharon en
caravana hacia eI oeste. Alrededor de dos millones de per-
Bonas dejaron Ia vida en el camino de esa migración forza-
da de los pueblos.
Si esa marea humana, por su parte, multiplicó hasta el
infinito las ya inconmensurables penurias en el oeste des-
truido por las bombas, así también el desmantelamiento
sistemático, las medidas de desconcentración, Ias exigen-
cias de reparación, las expropiaciones y el cierre de las fá-
bricas por parte los aliados, arrebataron a muchos toda es-
peranza de una pronta mejora en las condiciones de vida.
l:& €scosez de vivienda, de trabajo y de productos alimen-
ticios a consecuencia de las destrucciones de Ia guerra y de
Itr extrema presión demográfica en las zonas de ocupación
hizo aparecer como alternativa plausible la idea de la emi-
gración. IJn contemporáneo de esa época hizo un retrato
preciso de la situación:
"Si un poeta escribiera hoy el cuento del país de los
sueños y los deseos, cuando quisiera hablar de man-
.jares en general, ya no necesitaría llegar incluso a
soñar con asar los pichones de palomas que andan
sueltos por ahí. Sería suficiente con que nos hablara
de negocios en los que sóIo se necesita entrar para
comprar todo en abundancia y sin cupones de racio-
namiento. Y también que nos hablara de calles y de
ciudades enteras en las que se levantan casas intac-
tus, y no sólo los esqueletos de sus ruinas, y en las
(lue se puede andar de un lado a otro con absoluta li-
bcrtad y vivir sin entrar en conflicto con ningún fun-
cionario o sin tener que llenar un cuestionario. En to-
rl«rs estos sentidos, Sudamérica es hoy un verdadero
ptrís de las maravillas.a
l,ll frecuente deseo de escapar a Ia agobiante situación
gorroral incluía también al pasado, que en Ia época de pos-
[lrcrra acudía con insistencia a la memoria colectiva. Uno
rk' kls objetivos fundamentales de Ia guerra, que unió a los
rrlirr«los en la lucha, había sido el desmembramiento total
23
 del nacionalsocialismo y sus articulaciones políticas. En la
práctica esto se llamaba desnazificación: una operación de
limpiezaren gran escala para alejar de los puestos de man-
do a todas aquellas personas que hubieran tenido una vin-
culación estrecha con el Estado nacionalsocialista. Con di-
ferentes grados de severidad, que variaba de zona et:.zotTa
y que dependía también de la política vigente, tuvo lugar
una clasificación de todos'los alemanes según el grado de
responsabilidad de cada uno. Un tribunal de desnazifica-
ción establecía la respectiva categoría, decisiva para el fu-
turo de cada uno y que podía tener como consecuencia res-
tricciones, inhabilitación profesional, trabajos forzados y
prisión. Aun cuando en poco tiempo hubo que hacer menos
rígidas las normas de aplicación de la desnazificación, que
habían adquirido el carácter de un ,,procedimiento buro-
crático inquisitorio para el examen del credo político,,,5 de
este proceso surgió un número considerable de personas
que ya no pudieron Volver a trabajar en sus profesiones an-
teriores.
Los políticos alemanes, por encima de las limitaciones
de los partidos, abogaron por la abolición de este sistema
porque temieron que pudiera abonar el resentimiento en el
círculo creciente de expulsados y ser un obstáculo para la
integración en una rlueva sociedad de estructura democrá-
tica. Por otra parte, crecía de manera constante eI número
de alle de lágrimas de
la cas, sus penurias y
su preferían el salto a
la emigración a una permanencia en Alemania.
Los aliados occidentales habían previsto esa situación e
intentaron controlar a tal extremo sus fronteras interzona-
les, que la emigración quedó reservada sólo a determina-
dos grupos y a individuos sometidos a una escrupulosa in-
vestigación. Sólo los extranjeros que habían sido los llama-
24
ción de Refugiados de las Naciones Unidas (United Na-
tions Relief and Rehabilitation Administration, uNnne) la
que se hizo cargo de los refugiados y desplazados (Displa-
ced Persons, DPs), un grupo heterogéneo que llegó a millo-
nes. Más adelante, el cumplimiento de esta función recayó
en Ia Organización de Refugiados mo (International Refu-
gee Organization), fundada en 1947.6 Fuera de este régi-
men especial, se impuso sobre Alemania una prohibición
emigratoria. Sólo las profundas transformaciones que se
produjeron en eI escenario internacional permitieron de-
rrumbar este obstáculo.
b) La polÍtica migratoria norteamericana
en un mundo polarizado
Durante Ia guerra, las ideas expuestas del lado de los
norteamericanos sobre un orden justo de posguerra habían
dominado a menudo las discusiones. Pero después de Ia de-
rrota del enemigo, se produjo un fuerte choque de intere-
ses. Las diferencias de opinión fueron en aumento hasta
convertirse en divergencias insalvables. Los Estados Uni-
dos no le habían concedido a la Unión Soviética ningún de-
recho de ocupación en Japón; y frente a Ia política de los
Estados Unidos que aspiraba a representar un papel hege-
mónico en la economía global, Ia Unión Soviética, por su
parte, estaba empeñada en cimentar y extender su propia
esfera de poder. En China, Stalin dio un fuerte apoyo al
Partido Comunista de Mao Tse T\rng, que finalmente logró
imponerse como Ia fiierza más poderosa del país. En Euro-
pa Oriental, la potencia de ocupación instaló y mantuvo a
gobiernos amigos con el apoyo de sus bayonetas. La idea de
Un Mundo (One World), que durante la Segunda Guerra
Mundial (War to end wars) había alentado tanto a diplo-
máticos como a militares, sobrevivió sóIo en unos pocos me-
ses al final de Ia guerra.
A las aspiraciones de expansión ideológica y de Ia políti-
ca de la fuerza de la Unión Soviética, los Estados Unidos le
25
 opusieron ---oficialmente desde L947- la política de con-
tención (containment), como la llamó su ideólogo, eI histo-
riador y diplomático George F. Kennan, consejero en eI De-
partamehto de Estado desde febrero de 1947. Con la nueva
política de desestabilización, mediante la cual se impulsó el
desarrollo de las naciones amigas a través del PIan Mar-
shall o de privilegios comerciales y se impusieron sanciones
a los Estados adversarios,empezó la Guerra Fría. Una gue-
rra que durante décadas iba a polarizar al mundo a través
de la disputa que libraron los dos grandes vencedores de la
Segunda Guerra Mundial por las zonas de influencia.
Por consiguiente, cambió también la actitud hacia el
vencido. La Alemania dividida, como objeto de los vencedo-
res, se convirtió en una figura importante en eI campo de
juego de la política internacional. Las nuevas constelacio-
nes desplazarorr a las prioridades de la política a aplicar
frente a los alemanes. Es indudable que continuó la bús-
queda de personas acusadas por crímenes de guerra y que
se las llevó ante los tribunales, como también que se siguió
adelante con el proceso de desnazificación, aunque con dis-
posiciones menos rígidas. Pero dentro de las fuerzas occi-
dentales de ocupación, un número creciente de personas,
sobre todo militares, habló de cambiar el horizonte. La
amelaaza desde el Este parecía hasta tal punto un peligro
inminente, que la necesidad de depuración del nacionalso-
cialismo bajó a un escalón inferior y se dio una calificación
más alta a las cualidades de los antiguos combatientes con-
tra el comunismb.
Como los militares norteamericanos tenían un conoci-
miento muy limitado sobre la Unión Soviética fin y al
-al sus te-
cabo no habían espiado a fondo al antiguo aliado-,
mores eran vagos pero numerosos. En esa situación crítica
recurrieron a los experimentados agentes secretos del Ter-
cer Reich, que les llevaban una considerable ventaja en ese
terreno de la información. El general Edwin Sibert, jefe del
Servicio Secreto del ejército de los Estados Unidos, le enco-
mendó al general Reinhard Gehlen la creación de una or-
ganización de espionaje contra Ia Unión Soviética, integra-
da por expertos alemanes. Gehlen había dirigido, desde
26
t942,la División de Inteligencia Fremde Heere Os, (Ejérci-
tos Extranjeros del Este) en el Estado Mayor del ejército
alemán.7 Con ello, Sibert entró en contravención con la po-
lítica oficial del gobierno de los Estados Unidos y sus ter-
minantes directivas sobre la desnazificación. Pero tradicio-
nalmente, la política exterior de los Estados Unidos no se
hace sóIo en eI Departamento de Estado. También persi-
guen sus objetivos eI Pentágono y los servicios secretos. La
influencia de estos últimos había crecido de manera consi-
derable en eI transcurso de la guerra. Un historiador nor-
teamericano constató con amargura que "los nazis y los co-
laboracionistas se convirtieron en parte integrante de Ia
organización de posguerra de Gehlen".8 Los servicios secre-
tos de Ios Estados Unidos utilizaron a los antiguos agentes
enemigos como colaboradores contra el antiguo aliado. Así
fue cómo, por momentos, los norteamericanos protegieron
a aquellos que debían perseguir y cuando se hizo demasia-
do evidente la discrepancia entre las dos funciones, Ios
ayudaron a alcanzar la seguridad en eI extranjero por ca-
minos secretos.
Los cambios estratégicos de la política exterior de los
Estados Unidos, en cambio, sólo tuvieron una limitada in-
fluencia en la política oficial de emigración. La aspiración
de reducir y controlar en todo lo posible una emigración
alemana, había quedada plasmada en el mandato 161 del
Comité de Control de las fuerzas de ocupación, que había
impuesto una prohibición general de emigración, análoga a
una interdicción equivalente de las Naciones Unidas, dero-
gada sóIo en 1948.e Los motivos para estas medidas res-
trictivas eran obvios, ya se los había mencionado durante
la guerra e influyeron en las resoluciones de Ia Conferen-
cia Panamericana de Chapultepec, México: se quería evi-
tar que las ideas nacionalsocialistas y fascistas extendie-
ran sus brazos sobre eI hemisferio americano. También se
proponían atrapar a aquellos que figuraban en las listas de
húsqueda de los aliados. Como en esto se afectaban los de-
rcchos de soberanía de los Estados americanos,los Estados
[Inidos incluyeron la vigilancia de las corrientes migrato-
rias en un paquete del tratado panamericano.
27
 lJxistfan y persistían otros motivos paralelos. En la lu-
cha por la competencia que libraban unas contra otras, las
potencias de ocupación atraían de sus respectivas zonas a
los cienttficos más calificados en el campo de las tecnolo-
gías de punta. Se fundaron toda clase de instituciones con
este propósito.lo A mediados de 1945, en el marco del es-
trictamente secreto Project Overcast, Ia autoridad superior
del Pentágono para las pperaciones del servicio secreto
(Joint Intelligence Objectives Agency,.lroA) consiguió la au-
torización para llevar a los Estados Unidos hasta a tres-
cientos cincuenta expertos alemanes y en 1946 solicitó un
programa adicional de reclutamiento para científicos ale-
manes. Así fue cómo, entre 1945 y 1955, con el programa
secreto Ouercast y el más público Project Paperclip como
también con otros dos programas similares, fueron lleva-
dos a los Estados Unidos setecientos cincuenta científicos,
ingenieros y técnicos alemanes.lr
A requerimiento.del Presidente de los Estados Unidos,
Thuman, un comité de expertos del Departamento de Esta-
do (Asuntos Exteriores) y del Ministerio de Justicia debía
dictaminar sobre la incriminación política de los expertos
que iban a ser trasladados a los Estados Unidos. Estas dis-
posiciones, sin embargo, constituyeron un impedimento
apenas perceptible..Algunas personas por las que eI ejérci-
to de los Estados Unidos tenía un interés prioritario, llega-
ron a los Estados Unidos rodeadas de una nueva leyenda y
hasta con el rótulo de miembros de Ia resistencia.12 El Ser-
vicio Secreto "rrfanipuló las leyes y los procedimientos in-
migratorios en los Estados Unidos para miles de emigran-
tes privilegiados".13 Las restantes fuerzas de ocupación ac-
tuaron de una manera apenas diferente.
Paralelamente, en Alemania seguía vigente Ia prohibi-
ción general de emigración y los Estados Unidos instaban
a los Estados latinoamericanos arealízat un control escru-
puloso de los que entraban en sus respectivos países. La in-
cipiente Guerra Fría añadió otros puntos de vista que re-
comendaban atenerse a las restricciones de la política de
emigración, ahora por otros motivos. La importancia estra-
tégica, política y económica de Alemania creció a tal extre-
28
mo, que laamenaza del Este se hizo más evidente. El Plan
Marshall representaba la respuesta de los Estados Unidos
a la situación cambiante del mundo. A partir de ahí, la zo-
na occidental de Alemania debía ser reconstruida para que
desempeñara eI papel de baluarte contra el Este. Por con-
siguiente, una emigración de personal alemán especializa-
do no favorecía los intereses de los aliados occidentales. Al
temor a una infiltración del hemisferio americano con
ideas nacionalsocialistas, se le agregó ahora el temor a la
infiltración de agitadores comunistas. Las políticas para
Alemania, la vieja y Ia nueva, Ilevaron a los mismos resul-
tados en Ia política de emigración.
Aparte de eso,los Estados Unidos de América utilizaron
la influencia sobre las corrientes migratorias como elemen-
to de control en la política global de Ia posguerra. IJn con-
trol efectivo sobre este terreno podía restar posibilidades y
otorgar nuevas. La opinión predominante en eI gobierno de
los Estados Unidos era que había que quitarle todas las po-
sibilidades a la Argentina.
c) El camino especial hacia la Argentina
Durante la Primera Guerra Mundial, Ia fuerte presión
de los británicos y los norteamericanos no consiguió doble-
gar al presidente argentino Hipólito Yrigoyen (1916-L922,
1928-1930) que, en aras de un bien entendido interés na-
cional, mantuvo la neutralidad frente a las partes en con-
flicto. La posición argentina dio pruebas de ser un buen ne-
gocio. La economía tuvo un florecimiento explosivo y eI
país acumuló divisas. La estricta neutralidad de Yrigoyen
füe incluso tan lejos que, en un gesto de nobleza frente a
un país derrotado, contestó con el retiro de la Argentina de
la Liga de las Naciones a la negativa de las potencias ven-
cedoras de entonces a aceptar en eIIa a Ia Alemania de la
Repúbtica de Weimar. Cuando en una ocasión, en el
Reichstag, se mencionó el nombre de Yrigoyen, los diputa-
dos se pusieron de pie y dedicaron un sostenido aplauso al
29
Presidente argentino.la Y el 9 de Julio de lg21^, en los po-
cos buques de la antigua Marina Imperial que quedaban
en Alemania, se izó la bandera argentina durante veinti-
cuatro iloras. Un gesto excepcional de agradecimiento de
los alemanes.15
La política exterior que la República Argentina aplicó
con un marcado acento en su autodeterminación, le aca-
rreó al país nuevos conflictos con los Estados Unidos, que
se dirimieron en el Foro de la Conferencia Panamericana
en el período intermedio entre las dos guerras. En reitera-
das oportunidades, la Argentinahizo fracasar las iniciati-
vas diplomáticas de los Estados Unidos y se resistió con ve-
hemencia contra cualquier política del hemisferio que im-
plicase una separación de Europa. El peligro de una inter-
vención europea en el continente americano, que los Esta-
dos Unidos invocaban de manera permanente, para Bue-
nos Aires no era más que una fábula de los Estados Uni-
dos, detrás de la cual disimulaban sus intereses políticos.
Mucho más realista, la Argentina le tenía miedo a la va-
riante de las intervenciones de los Estados Unidos contra
los vecinos australes de la Unión Americana.16
La rivalidad con los Estados Unidos se centraba sobre
todo en dos terrenos: la competencia por la hegemonía so-
bre el subcontinente y la competencia por el comercio con
Gran Bretaña. En diciembre de 1g36, en la Conferencia
Extraordinaria Panamericana y en presencia de Roosevelt,
eI ministro argentino de Relaciones Exteriores, Carlos
Saavedra Lama!, se opuso con energía al aislamiento con-
tinental de América y con él a cualquier política hemisféri-
ca.17 Las tensiones puestas ahora al descubierto por una
parte, se vieron reforzadas por un exacerbado nacionalis-
mo argentino, como también por la aspiración por momen-
tos mesiánica de los Estados Unidos, de exportar sus pro-
pias estructuras e instituciones. En la época de la inmedia-
ta preguerra y durante la Segunda Guerra Mundial, la Ar-
gentina se vio enfrentada a una creciente agresión econó-
mica y diplomática de parte de los Estados Unidos.
La Argentina, para quien el concepto hemisférico debió
seguir siendo una abstracción hueca con motivo de sus re-
30
laciones comerciales casi simbióticas con Gran Bretaña y
que, por ese motivo, tampoco pudo adherir jamás ala Doc-
trina Monroe, adoptó en 1939 una posición anglófila. En
abril de 1940, la república a orillas del Río de la Plata esta-
ba dispuesta a renunciar a la neutralidad mantenida hasta
entonces, a favor de una política probritánica de no belige-
rancia. Los Estados Unidos rechazaron un proceder seme-
jante, ya que no deseaban ninguna clase de relaciones ex-
tracontinentales especiales de un Estado americano. A tra-
vés de indiscreciones bien encauzadas, se reveló a los me-
dios de prensa la intención argentina, lo que provocó violen-
tas discusiones en la opinión pública del Estado del Río de
la Plata. EI 15 de mayo, por fin, eI gobierno argentino de-
claró nulas y carentes de todo valor sus propuestas proalia-
das, y eI presidenteOrtiz se pronunció inequívocamente por
la estricta neutralidad futura de su país.18 De ahí en ade-
lante, la política de no intervención de Yrigoyen debía ser-
vir como modelo orientador en este conflicto bélico.
Sin embargo, muy poco tiempo después y a la vista de
los acontecimientos en Europa, los Estados Unidos cam-
biaron su política. EI avance de las fuerzas armadas ale-
manas en Francia decidió aI presidente Roosevelt a apro-
bar voluminosas entregas de ayuda a los adversarios de
Alemania. También se reclamó una actitud anáIoga de par-
te de los Estados latinoamericanos. El gobierno de los Es-
[ados Unidos sentía que su cambio de alineación se justifi-
caba por la situación cambiante y en adelante juzgó como
moralmente sospechosos a los Estados que persistieran en
lu neutralidad. La Argentina, sin embargo, no estaba dis-
¡luesta a subordinarse a Ia política de turno de los Estados
tlnidos y denegó su adhesión.
Sobre todo después del ataquejaponés a Pearl Harbour
y rle la declaración de guerra de Alemania a Ios Estados
llnidos, Ia República Argentina, con su posición, se vio
r:onstreñida en mayor medida a mantenerse a Ia defensiva.
t,n política de acentuada independencia de principios de la
Argcntina, que no hacía más que seguir los lineamientos
rk, lu política tradicional y era independiente del gobierno
rk, turno, no fue reconocida como tal en Washington. Los
31
 políticos y los medios de información de los Estados Unidos
se desataron en insinuaciones sobre la existencia de una
amettaza para el continente, proveniente de la Argentina.ls
Pará los Estados Unidos, el conflicto con la República
del Plata se convirtió cada vez más en una cuestión de
prestigio. A partir de 1942, el Departamento de Estado im-
pidió todos los suministros de armas a Ia Argentina y so-
metió al país a un inter¡umpido boicot económico. La con-
secuencia fue un efecto bumerán: los nacionalistas argen-
tinos se fortalecieron y los militares se opusieron cadavez
con más fuerza a un gobierno que consideraban debilita-
do,2o y que se veía sometido a una creciente presión políti-
ca, interior y exterior. Finalmente, el gabinete retiró los re-
clamos vehementes de armamento moderno que los Esta-
dos Unidos ya no querían suministrar, y entró en negocia-
ciones con el Reich alemán sobre ese particular. A fines de
L942, el ministro de Marina entregó al agregado naval de
la Embajada Alerr¡ana en Buenos Aires, Dietrich Niebuhr,
una lista del armamento militar que la Argentina deseaba
adquirir.2l Las negociaciones de compra se llevaron a cabo
a través de las representaciones diplomáticas argentina y
alemana en Suiza y tuvieron como resultado el suministro,
vía España, de doce cañones antiaéreos.2z pero desde el
punto de vista cuantitativo, y en relación con el material
militar que el rival Brasil recibió de los Estados Unidos a
través de los acuerdos Préstamo y Arriendo, esto fue ape-
nas una gota de agua en el mAr. EI manifiesto fracaso del
presidente Ca§tillo en la adquisición de equipos mod.ernos
socavó su autoridad en los estamentos militares. En todos
los sectores sociales disminuyeron los partidarios del go-
bierno presidido por é1.
En 1943, finalmente, el gobierno de Castillo cedió a las
presiones de los Estados Unidos con la nominación de un
candidato a la presidencia contrario a la política de neutra-
lidad. Con ello inquietó y puso en movimiento a fuerzas an-
tagónicas, sobre todo en los cÍrculos det Ejército Argentino,
que consideraron este cambio brusco en la política exterior
como un acto de genuflexión ante los Estados lJnidos, en
los que de por sí es tradicional en la Argentina ver no un
32
sino mucho más un rival en la competencia por influir
É(¡01(,
cn §udamérica.z3 En eI sentido estricto de Ia teoría de riva-
lldad, el golpe de Estado del 4 de junio de 1943 interrum-
pló do manera abrupta el intento de acercamiento. Muchas
vocea se ha conjeturado sobre si la influencia alemana de-
rompeñó un papel determinante en este golpe de Estado;
F)r lo menos aI Reich alemán Ie vino muy a propósito el de-
¡ttrrollo de los acontecimientos.2a
Los golpistas, en su centro elGrupo de Oficiales Unidos,
rlotl, se volvieron contra el gobierno oligarca de los grandes
t,orratenientes, los estancieros, a los que acusaban de co-
rrupción y eue, en su opinión, habían demostrado una ab-
xoluta incapacidad para representar en debida forma a la
Argentina. Contra la candidatura a la presidencia de Ro-
l¡ustiano Patrón Costaszs ya habían tomado posición el
t'¡rrtido Radical, Ios demócrata-progresistas y los socialis-
l,rrs,26 de manera que los militares parecieron ejecutar un
vcredicto de la población y de sus partidos representantes.
Al principio, también los Estados Unidos partieron de la
lluse de que una revolución redundaría en su propio bene-
l'icio; pensaron que eI golpe del cou quitaba de en medio a
rrn régimen profascista a favor de un gobierno simpatizan-
tc de los aliados y reconocieron inmediatamente a las nue-
vas autoridades.2T Washington se equivocó.
Dos días después de haber tomado eI poder, los milita-
rcs tuvieron que sustituir a su primer presidente porque,
rrparentemente, quería hacer fusilar en la Plaza de Mayo a
los miembros de primer nivel del gabinete anterior en vir-
Lud de Ia corrupción.28 En este nuevo gobierno militar ha-
bía partidarios confesos de las fuerzas del Eje. El mismo
l)residente, general Pedro P. Ramírez, había recibido en-
trenamiento militar en Alemania de 1911 a 1913.2e
El cou quería dar al país un gohierno acorde con la épo-
ca, tenía la idea fija de la salvaguardia de Ia neutralidad y
a largo plazo aspiraba a Ia creación de una Argentina po-
derosa. Un documento interno del círculo de los golpistas
lo dice con mucha claridad:
33
 "¡Camaradas! La guerra ha demostrado de manera
inequívoca que las naciones ya no están más en con-
diciones de defenderse solas. Por eso eljuego dudoso
de Iás alianzas que disminuyen el mal mayor, pero
no lo remedian. Poco a poco, Ia era de la nación será
reemplazada por la era del continente.Aye.,los seño-
res feudales se unían para integrar la nación. Hoy,
las naciones se asocian para integrar el continente.
Esa será la consecuencia de esta guerra.
"Alemania hace esfuerzos gigantescos por unir al
continente europeo. La nación más fuerte y mejor
armada debe controlar los destinos del continente en
su nuevo orden. En Europa, esa nación será Ale-
mania.
"En América, los Estados Unidos serán por algún
tiempo la potencia hegemónica en el Norte. pero en
el Sur, ninguna nación es lo bastante fuerte para
asumir sin discusión alguna ese liderazgo. Sólo dos
naciones estarían en condiciones de hacerlo: la Ar-
gentina y el Brasil.
"Nuestro objetivo es hacer posible e indiscutible nues-
tra condición de líderes.
"Es una tarea difícil y llena de sacrificios. pero no po-
demos hacer grpnde a nuestro país sin ofrendarlo to-
do. Los grandes hombres a quienes les debemos
nuestra independencia ofrendaron sus riquezas y sus
vidas. En nuestros tiempos, Alemania ha dado un
significado heroico a la vidá. Todo esto debería ser un
ejemplo para nosotros. El primer paso que nos debe-
ría conducir a una Argentina fuerte y poderosa, es to-
mar en m¡.estras manos las riendas del gobierno. Un
civil nunca llegará a entender la grandeza de nues-
tros ideales. Por eso tendremos que separarlos del
gobierno y darles el único papel que 1es corresponde:
trabajo y obediencia.
"Urtavez que lleguemos al poder, nuestro objetivo se-
rá hacernos fuertes. Más fuertes que todas las demás
naciones juntas. Tendremos que armarnos, y seguir
armándonos, tendremos que luchar y superar difi-
cultades, tanto internas como externas. La lucha de
Hitler enlapaz y en la guerra debe ser nuestra guía.
Oomo primer paso, queremos concertar alianzas. Pa-
rtrguay ya marcha con nosotros y Bolivia y Chile se
adherirán a corto plazo. Con Argentina, Paraguay,
Bolivia y Chile unidos, no tendremos ninguna difi-
cultad en forzar Ia adhesión de Brasil, gracias a su
forma de gobierno y al considerable elemento ale-
m¿ln. Si tenemos a Brasil de nuestro lado, el conti-
nonte sudamericano será nuestro. Nuestro liderazgo
xorá una realidad, una gloriosa realidad sin prece-
dentes, materializada por el genio político y eI he-
rofsmo del Ejército Argentino.
¡Castillos en el aire! ¡Ideales! Eso es lo que dirán. No
obstante ello, permitámonos mirar una vez más ha-
cia Alemania. Derrotada en 1919, se vio obligada a
firmar eI Tbatado de Versalles, que quiso mantener-
la como un Estado de segunda clase bajo la domina-
ción aliada por lo menos durante cincuenta años. En
menos de cincuenta años ha alcanzado un desarrollo
fhntástico. En el año 1939 estaba armada como nin-
guna otra nación y en Ia paz anexó a Austria y Che-
coslovaquia. Después, en la guerra, impuso su volun-
tad sobre todo el continente europeo. Pero eso no se
concretó sin una lucha muy dura. Fue necesaria una
dictadura fuerte para hacerle comprender aI pueblo
que se necesitarían sacrificios para larealización de
este amplio programa. Así será también en la Argen-
tina.
Nuestro gobierno va a ser una dictadura severa, aun
cuando al principio tenga que hacer las concesiones
necesarias hasta que eche raíces firmes. Entusias-
maremos a las masas populares, pero en definitiva el
pueblo tendrá que trabajar, sacrificarse y obedecer.
Tiabajar y sacrificarse más que en cualquier otro
país. Sólo así será posible llevar a cabo el programa
armamentista imprescindible para Ia dominación del
continente. Con el ejemplo de Alemania, se le inspi-
rará al pueblo el espíritu correcto a través de Ia ra-
35
 dio, la prensa, Ia literatura, la Iglesia y la educación
controladas, y así se va a animar a emprender eI ca-
mino heroico que tiene que recorrer. Sólo de esta ma-
t'
nerb va a renunciar a la vida cómoda que disfruta
ahora. Nuestra generación va a ser una generación
sacrificada en el altar de un ideal supremo. El pa-
triotismo argentino alumbrará como una estrella ru-
tilante para el bienestar del continente y de toda la
humanidad.
"¡Viva Ia Patria!30
El nuevo gobierno argentino pensaba materializar
cuanto antes sus objetivos en colaboración con Alemania,
de manera que se intensificaron los contactos con Ia Emba-
jada Alemana en Buenos Aires. También continuaron las
conversaciones para el suministro de armas alemanas.
IJn comerciante germano-argentino, comisionado por el
presidente Ramírez, por el jefe de la secretaría de Ia presi-
dencia Enrique González y por Juan Perón, en su carácter
de asistente del ministro de Guerra Farrell, para adquirir
armamento militar en Berlín y reclutar técnicos para las
fábricas argentinas de armas, fue detenido por los británi-
cos durante su intento de cruzar el Atlántico y llevado a
Portsmouth.3l Como Buenos Aires tuvo que suponer que a
través de los interrogatorios los ingleses se iban a enterar
de las intenciones argentinas, los círculos gubernamenta-
Ies afectados se hundieron en una profunda preocupación.
La situación e'mpezó a hacerse críticay peligiosa en el mo-
mento en que, poco antes de la Navidad de 1943, una revo-
lución nacionalista se impuso con éxito en Bolivia con el
manifiesto respaldo argentino.
La potencia Iíder del continente reaccionó de manera rá-
pida y categórica. El presidente Roosevelt dio su aproba-
ción al aumento de entrega de suministros a Brasil de con-
formidad con el sistema de Préstamo y Arriendo y dispuso
medidas de presión económica contra la República Argen-
tina. Además dio la orden de desplazar parte de Ia flota es-
tadounidense del Atlántico Sur a la desembocadura del Río
36
de la Plata.32 El secretario de Estado Cordell Hull ponderó
por algún tiempo la idea de un embargo total e incluso Ia
guerra.33 Para conjurar el peligro que los amenazaba --en-
tretanto las unidades de la flota de los Estados Unidos es-
taban apostadas en el estuario del Río de la Plata- eI Pre-
sidente argentino y su ministro de Relaciones Exteriores
aprovecharon Ia ocasión del reciente desmantelamiento de
una red alemana de espionajey el26 de enero de 1944 rom-
pieron las relaciones diplomáticas con Alemania.sa
El decreto en cuestión llevaba únicamente las firmas
del presidente Ramírez y de su ministro de Relaciones Ex-
teriores, Gilbert. Cuando sus colegas del gabinete tomaron
conocimiento de ese paso, se quedaron espantados.ss Un
mes más tarde, Ramírez fue destituidoSG y reemplazado
por eI general de brigada Edelmiro J. Farrell, que no obtu-
vo el reconocimiento de parte de los Estados Unidos.
Sin perjuicio de la ruptura diplomática, no se interrum-
pieron los contactos con Alemania.3T Sólo se cambió de es-
cenario. Hasta el mes de septiembre de L944, el coronel
Carlos Yélez, agregado militar argentino en Madrid, man-
tuvo negociaciones con representantes de las fábricas ale-
manas de armamento Skoda y Brunner. Después de una
larga conversación entre Vélez y eI representante de Sko-
da, Reinhard Spitzy, el 26 de septiembre de L944Ia Emba-
.jada Alemana informó a Berlín sobre el fuerte interés ar-
gentino en tanques alemanes, aviones de caza y bombarde-
ros, artilleríaantíaétea y cañones antitanque, o bien en las
licencias respectivas.ss
Entretanto se intensificó la presión de los Estados Uni-
dos. En los círculos políticos del Partido Demócrata y en los
medios, la Argentina se vio representada cada vez más co-
mo foco de conflicto para todo el continente, y sus relacio-
nes con eI Reich alemán como un peligro exagerado.se A
mediados de 1944, el New Yorh Tirnes reclamó Ia guerra to-
tal contra Ia Argentina.ao La Secretaría del Tbsoro, bajo Ia
conducción de Henry Morgenthau jr., era la que llevaba la
batuta en las gestiones para una mayor intensificación de
las medidas económicas contra Ia Argentina. Ya en no-
viembre de 1943, después de casi dos años de exhortar a
37

zada de las relaciones con Alemania había evitado, a 1o su-
mo, un abierto encontronazo con los Estados Unidos, pero
no alcarrzd para que dejara sin efecto las sanciones' Pocos
propaganda en contra de Ia Argentina e incluían también
Ll i"táto de canalizar políticamente las ventas de papel a
la Argentina.aa También se exhortó a los estados sudame-
ricanos a bajar el nivel de sus relaciones económicas con
Buenos Aires.
A lo largo de,L944, Ios Estados Unidos intensificaron
sin interrupción Ia presión sobre la Argentina y reclama-
ron con creciente vehemencia la declaración oficial de gue-
rra contra las potencias enemigas de los Estados Unidos'
Pero frente a este reclamo, eI gobierno argentino supo
unirse aI sentir de Ia nación que, con excepción de unos po-
damericano durante Ia guerra, ya que Ia Argentina era
dor de alimentos de los aliados.
de las trabas a las comPras de
ta pudo contabilizar saldos muY
favorables en su comercio exterior.
Para Ios Estados Unidos, la demanda de que Ia Argen-
tina entrara en Ia guerra se convirtió cadavez más en una
cuestión de carácter ejemplificador. Finalmente, la desea-
da declaración de guerra fue mencionada como condición
indispensable para eI ingreso del país en las Naciones Uni-
das y para el tegreso a Ia comunidad panamericana, de Ia
38
que se había aislado.ao Estados Unidos insistió en esta exi-
gencia en un momento en que ya no eran de esperar efec-
tos prácticos en el campo de batalla. Con una cuasi genu-
flexión simbólica, debía quedar demostrado de manera pa-
tente el papel de liderazgo continental de los Estados Uni-
dos de América.
Los Estados Unidos retiraron a su embajador de Buenos
Aires y mediante un memorándum exhortaron a todos los
estados sudamericanos a hacer lo mismo. Como Gran Bre-
taña se adhirió a esa medida, y aparte de eso se anuncia-
ron nuevas sanciones económicas, eI gobierno de Farrell se
vio constreñido a transigir,aT y el27 de marzo de 1945 Ia
Argentina, como último país del mundo, declaró la guerra
a Alemania y Japón.48 La presión externa quedará en cla-
ro en Ia formulación del correspondiente decreto del go-
bierno, que satisface de iure las exigencias de los Estados
Unidos, pero que desde el punto de vista diplomático es
una bofetada. Con la firma del ministro competente, Juan
Domingo Perón, no se Ie declara la guerra a Alemania por-
que se haya erigido en enemigo de la civilización sino en su
carácter de aliado del Japón.ae
Mientras que ahora parecía que oficialmente se daba
por terminado eI conflicto de abril de 1945 Washing-
-el9
ton reconocía al gobierno de Farrell-Perón5o y la Argentina
ndhería a las Actas Panamericanas de Chapultepec-, por
el otro lado no se dejaron sin efecto todas las disposiciones
de boicot. La idea de la Secretaría del Tbsoro de Estados
Unidos de obligar a la Argentina a integrarse en eI régi-
men hemisférico, fue seguida y mantenida hasta fines de
los años 40 a través de sanciones económicas.5r Aparte de
oso, con el nombramiento del nuevo embajador en Buenos
Aires, Spruille Braden, los Estados Unidos abrieron un
nuevo frente de batalla en el conflicto. Con verdadero espí-
ritu mesiánico y no obstante su situación diplomática, Bra-
den tomó posición en cuestiones de política interna, se so-
lidaúzó abiertamente con la oposición y luchó con vehe-
mencia contra el gobierno. En combinación con correspon-
sales del Neu¡ Yorh Times, ejerció influencia sobre Ia ima-
39
 Noras

Plata. Era eI comienzo de una nueva era.

1 Sobre esto véase por ejemplo: Moltmann, Amerikanische

D e ut s c hl and pl anung ( 195 7); Tlrell, Deut schlandp I anung der Alliier -
ten (L987). Sobre los planes alemanes de posguerra: Neulen, Europa
und das Dritte Reich (1987); Giordano, Wenn Hitler den Krieg gewon-
nen htitte (1989).
2 Morgenthau, Germany is our problem (7945).
3 Klessmann, Doppelte Staatsgründung, pág. 22.
a
Auswanderung nach Súdameriha, pág. 63.
5 Ende des Reiches und Neubildung deutscher Staaten, pág. 115.
6 Sobre esta organización véase Floto, Beziehungen Deutschlands

¿u Venezuela 1991, Cap. vIr 1: "Die Auswanderung von Deutschland

nach Venezuela", pág. 171-186.
7 Simpson, Burnerang, pág. 27.
E
Simpson, Bumerang, pág. 66.
e Liepman, "Deutsche koennen wieder auswandern" en Rhein-
Huhr-Zeitung, Essen, 28 de agosto de 1948.
r0 Sobre esto véase: BarZoha4 Jagd auf die deutschen Wissens-

clmftler,1966; Simpsott, Bumerang, pág. 43 y siguientes.

rr Simpson, Bumerang, pág. 52-58.
l2 Simpson, Bumera.ng, pág.2L y Capítulo I, nota 5.
r:r Simpson, Bumerang, pág. 243.
la Rennie, Argentine Republic, pág. 2O9 y siguientes.
rñ Stoetzer, Einfluss Krauses, pág. 66Q. En este ensayo el autor

lruce además un análisis del motivo del proceder de Yrigoyen a favor

rlc Alemania, pág. 660-667.
16
Escudé, Declinación, pág. 44-48.
f7 Kannapin, "Deutschland und Argentinien", pág. LIA.
rB Sobre esto: T\¡lchin, "Argentine Proposal for Non-Belligerency,

A¡rril 1940" (1969).

40
4t
 Escudé, Declinación, pág. 60 y siguientes. A fines de 1941,
1e
Martin Dies, miembro de la Cámara de Representantes (Cámara de
Diputados) en Washington, habló de un millón de hombres concen-
trados 6n batallones y compañías, con los que el Tercer Reich podría
contar en Sudamérica como soldados (de Jong, Die deutsche fünfte
Kolonne im Zweiten Weltkrieg, pág. 2L2). En primer lugar se aludía
a la Argentina.
20 Escudé, Declinación,
Pág. 103.
21 Rout/Bratzel, Shad.oi War, pág.328-
22 Ibid. pág. 379 y 392. También: Gonzáles de Oleaga, "Alianza
Franco-Perón",pág.688. Estas negociaciones fueron llevadas a cono-
cimiento de Washington por el diputado argentino Raúl Damonte Ta-
borda, con lo que echó leña al fuego de las relaciones recíprocas' (R'
Damonte Taborda a Sumner Welles, 6 de febrero de 7942, según Es-
cudé, Declinación, pág. 104).
23 Grabendorff, Aussenpolitik Argentiniens, pág. 757 -159 -
2a Sobre el golpe del cou véase: Potash, Army & Politics,Yol' I,
Cap.T. Según el autor, los acontecimientos sorprendieron por com-
pleto a la Embajada,Alemana (pág. L92,nota22). Para Silvano San-
tander, en cambio, (Técnica,pág.28 y siguientes), todos los hilos con-
vergían en la representación diplomática alemana. Culaciati, en "Pe-
rón recibió oro nazi por dar asilo ajefes hitlerianos", La Prensa,Bte-
nos Aires, 19 de diciembre de 1986, subraya con énfasis la influencia
alemana. Basándose en Santander, reafirma la teoría de una finan-
ciación alemana a los golpistas, a cambio de la cual los golpistas ha-
brÍan prometido ddr acogida a nazis prominentes después de una
g'uerra perdida.
25 Un cronista contemporáneo de los acontecimientos del año
1943, el periodista estadounidenpe Ray Josephs, opinó con muchas
reste
reservas sobre político que pasaba por ser aliadófilo: "si alguna
vez he visto un fascista, éste es uno" (Argentine diary, pág. 27). So-
bre las vinculaciones económicas de la familia Patrón Costas con em-
presas alemanas, véase Sommi, Capitales alemanes, pág. 295 y si-
guientes.
26Josephs, Argentine diary, Pág-35.
27En los medios informativos de los Estados Unidos se habla de
"United Nations uprising", Josephs, Argentine diary, pág. 35.
28 Enjunio de 1943, este rumor estaba presente en todas partes'
Josephs, Argentine diary, pág.65; también: Renrtie, Argentine Repu-
blic, pág.348; también: Schulz, 14 de marzo de 1990.
2e Potash, Army & Politics,I, pág. 204; Josephs, Argentine diary,
pág.69. El general Juan Pistarini, ministro de Obras Públicas des-
42
de diciembre de 1943, también recibió adiestramiento militar en Ale-
mania de 1911 a 1913 (Josephs, ibíd., pág. 298; Potash, ibíd., pág.
204). El general Basilio Pertiné, ministro de Guerra de 1936 a 1938
e intendente de Buenos Aires en L943 y "francly pro-German",habia
estudiado en Alemania (Josephs, ibÍd., pág. 80). El ministro de Inte-
rior, general Luis Perlinger era considerado un germanófilo ultra¡ra-
cionalista (Potash, ibíd., pág. 225 y siguientes).
30
Citado de: Pendle, Aera Perón,pág.8674. También en: Pendle,
Argentinien, pág. 77 . El autor se remite a Alexander, The Perón Era,
pág. 83. La autenticidad del documento muchas veces citado no es
incuestionable. En realidad, no hay que excluir la posibilidad de que
r¡e trate de una falsificación con el propósito de desacreditar, sobre
todo porque las primeras versiones fueron dadas a conocer en publi-
caciones que no están fuera de toda duda (por ejemplo: Santander,
La conquista del ejército, Montevideo 7945, pág. 107-109). Aunque
tampoco está probado que el documento contara con la autorización
de los miembros prominentes del cou, sin embargo, las ideas allí ex-
presadas adquirieron especial virulencia en el cuerpo de oficiales y
un innegable punto de referencia de la realidad en tanto los ejércitos
alemanes domina¡an el continente europeo.
31 Rout/Bratzel, Shad,ow war, pág. 392 y siguientes;
Potash,
Army & Politics, I, pág.230.
;r2 Escudé, Declinación, pág.
126; Potash, Army and Politics I,
¡rrlg. 231.
33
Escudé, Declinación, pág. L27.
ira
Escudé, Declinación, pág. 127; Potash, Army & Politics,Yol. I,
1t(rg.23l; Rout/Bratzel , Shadow war, pág. 402. Josephs , en Argentine
d.iary, pág.332 y siguientes, acentúa la, también en aquel entonces,
tnanifiesta debilidad de los argumentos para justificar esa medida,
r¡ue provocó amargura hasta en los cÍrculos pro aliados. "El orgullo
nucional ha sido herido... El pueblo supo que el cambio de posición
trt¡ fue voluntario" (Pág. 336).
3rr «grra macana grande
como una casa", Perón en Así hablaba
,lu.un Perón de Rom, pág. lO7.
36
Según una versión no confirmada, el coronel Perón le comuni-
r'ó la destitución de su cargo al jefe del Estado a punta de pistola
(ll,out/Bratzel, Shadow War, pág. 4O2).
rf?
Rout{Bratzel, Shadow War, pág.414; Rom, Así hablaba Juan
ll'rón, pág. 107.
if8 Potash, Army and Politics
I, pág. 252 y sigúentes. Sobre las
rrrrgociaciones por armamento véase también: White, German in-
lluence, pág.229 y siguientes y pág.274 y siguientes.
43
 3e
Así por ejemplo en una conversación del vicepresidente nortea-
mericano Henry Wallace con Larry Duggan, del Departamento de
Estado. Wallace "piensa que los alemanes se han hecho a la idea de il
que hatr perdido esta guerra y ya se preparan para la próxima; que
ya han empezado los preparativos a través de Argentina y que la Los aIpMANES EN LA ARGENTINA
próxima g'uerra llegará vÍa ese país" (Blum, Diary of Wallace, pág.
294). Wallace el 24 de marzo de 1944: ". ..sentí que la Argentina iba
a ser un centro de maquinaciones nazis contra la seguridad del he-
misferio. "...eI Departameñto del Tesoro (es decir Morgenthau) dijo
que el actual gobierno argentino era un nido de fascistas" (Blum,
Diary of Wallace, pág. 378).
ao Escudé, Declinación, pág. 138.
a1 Rabinovitz, Sucedió en la Argentina, pág.29; Escudé, Declina-
ción, pág. t38. a) Desarrollo de la comunidad alemana
a2
Josephs, Argentine Diary, pá9. 3L7. en el Río de la Plata
a3 Durante
un desayuno de trabajo, Morgenthau y Wallace se pu-
sieron de acuerdo sobre las medidas a tomar: "El tema de la conver- En términos puramente cuantitativos, eI componente ale-
sación fue imponer un embargo a la Argentina" (Blum, Diary of Wa- mán representó un papel insignificante en el desarrollo de
llace, pág.319 y siguientes). la Nación Argentina. Los guarismos de inmigrantes, sobre
aa Escudé, Decliiación, pág. 704 y siguientes. El autor califica las
todo de italianos y españoles, eran muchísimo más eleva-
medidas del Departamento del Tesoro de Estados Unidos como "gue-
dos. No obstante, el accionar de los alemanes en la Argen-
rra económica total contra la Argentina".
a5 Luna, Dl 45,pág.14.
tina dejó tras de sí su huella inconfundible. Según la ex-
a6 Escudé, Declinación, pág. \70.
presión metafórica de uno de ellos, constituyeron el chorri-
a7 Kannapin, Deutschland und Argentinien, pág. 116. to final de condimento que uno Ie agrega a una comida ya
a8 Decreto 6945145; G. Weber, en Deutschstcimmige, pág. 69, da aderezada.l
una fecha equivocada: 20 de marzo; también es equivocada la fecha Así, el primer historiador del área del Río de Ia Plata
del 1" de rmarzo de 1945 que da Hoffrnann, Deutsche in Argentinien, que escribió Ia crónica de la fundación del fuerte militar
pág.725. Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Aire, fite
as Decreto e945145 del 27 de marzo de 1945, Art. 3o: "Declárase
cl alemán Ulrich (Utz) Schmidel, de Straubing.2 Después
igualmente el estado de guerra entre la República Argentina y Ale- de la abdicación del emperador Carlos V que como rey Car-
mania, atento el carácter de esta última de aliada del Japón". los I de España reinaba también sobre los territorios de ul-
50
Escudé, Declinación, pág. 773. tramar recién descubiertos, llegaron a América tan sólo aI-
51 Escudé, en Declinación, pá9. 329, habla de un "antiplan Mar-
gunos alemanes aislados, sobre todo dentro del marco de
52 tirdenes religiosas. De este modo, se, encomió Ia labor de los
Page habla de "auténtico elefante en un bazar de porcelana",
Perón, pág. 95. Para los diplomáticos británicos en Buenos Aires, el
misioneros jesuitas alemanes como eI más grande aporte
norteamericano era sencillamente el "cowboy Btaden" (Rout/Bratzel, cultural de los alemanes en Sudamérica en los siglos xvII y
Shadow War, pág. 385). xvIII.s Arquitectos, maestros, militares y comerciantes ale-
manes formaron un entretejido compacto en el desarrollo
colonial y nacional de esta región.a Pero también quedaron
l'iguras individuales, como el hamburgués Luis Vernet, que

45
 al ser gobernador de las Malvinas llevó al archipiélago a la
prosperidad económica.5
Sólo en el último tercio del siglo xD( se incrementó el nú-
rn""o á" Ios inmigrantes alemanes hacia Ia Argentina, en
su mayoría artesanos, obreros especializados, agricultores,
cuyo grupo numérico más importante estaba representado
por Ios alemanes del Volga que, desde Rusia y a través del
Brasil, ingresaron en Ia Argentina en varias oleadas. En
1940 se calculó que llegaban a unas ciento treinta mil per-
sonas; la estimación de 1978 da una cifra cercana a las
ochocientas mil, incluidas las que ya no eran nativas de
lengua alemana.6
Con el apogeo de Alemania en Europa, también en la
Argentina dirigieron cadavez más Ia mirada hacia ese país
y se intensificó eI intercambio cultural, científico y econó-
mico. El Ejército Argentino, en particular, se orientó de
manera creciente según la potencia militar más fuerte del
Viejo Mundo. Clatrsewitz entró en las academias militares
de todo el subcontinente e influyó en Ia virtual prusianiza-
ción de muchos ejércitos sudamericanos,T el ejército de la
Argentina fue una de las pioneras, en los reglamentos, en
la instrucción, en los uniformes, hasta en el lenguaje de
cuartel.s Oficiales alemanes llegaron a la Argentina como
asesores militares y adiestraron a las nuevas generacio-
nes. Por orden del káiser Guillermo II, el coronel Wilhelm
Faupel organizó a las fuerzas armadas argentinas según el
modelo alemán y con armas,alemanas. Entre ciento cin-
cuenta y cientb setenta y cinco oficiales de alta graduación
del ejército argentino siguieron cursos en el Imperio Ale-
mán.s Numerosos alemanes naturalizados invadieron las
estructuras'de comando.lo
La derrota alemana en la Primera Guerra Mundial no
dañó Ia reputación del militar alem¿ln en la Argentina, más
bien se produjo todo lo contrario. Faupel, que había servido
en su patria desde 1914 hasta 1918, volvió a la Argentina
con el rango de general y asesoró al estado mayor general
argentino hasta la mitad de los años 20. Bajo Ia crítica seve-
ra de sus adversarios,lr este oficial alemán-prusiano conser-
vador estampó su marca en Ia conducción militar argentina.
46
La Primera Guerra Mundial aglutinó a la colectividad
de habla alemana del país, para entonces mucho más nu-
merosa, frente a la creciente presión de la mayoría franco-
anglófila de la población argentina. Así se defendían mejor
contra todas las adversidades, contra Ia propaganda de la
entente y sus medidas económicas. A semejanza de lo que
sucedía en el Reich, los contrastes sociales y políticos per-
dieron su carácter selectivo entre los alemanes y los descen-
dientes de alemanes en Ia Argentina, frente al anhelo co-
mún de apoyar a la patria lejana. Los dos diarios alemanes,
el liberalArgentinische Tageblatt y eI conservador Deutsche
La Plata Zeitung, se subordinaron a ese objetivo ,12 y el cít-
culo socialistaVorwiirfs tampoco fue una excepción.l3
De Ia Argentina, Paraguay, Chile, Bolivia y Perú, acu-
dieron en masa alemanes en edad de cumplir eI servicio
militar y descendientes de alemanes voluntarios que que-
rían subir a un barco en Buenos Aires para "defender la
bandera". Esta oleada la desencadenó una instrucción que
impartió el cónsul general alemán en Buenos Aires a los
ulemanes en edad de cumplir el servicio militar para que
regresaran a la patria,14 pero también una situación espe-
cial que se creó a principios de Ia guerra. En diciembre de
1914, el vicealmirante Maximilian von Spee, que en su ca-
rácter de comandante de una escuadra naval había decidi-
do conquistar las Islas Malvinas, planeaba emplazaÍ una
guarnición de voluntarios alemanes del continente suda-
mericano en eI archipiélago, para obligar a las fuerzas del
cnemigo a mantenerse en el áreay apartarlas del principal
[catro de operaciones. Von Spee despachó mensajes según
los cuales se debía movilizar a voluntarios de Valdivia
(Chile) y Rio Grande do SuI (Brasil) y se ordenaba la pro-
visión de víveres y combustible.ls Pero la empresa fracasó.
Itrl 8 de diciembre de 1914Ia formación naval alemana fue
rlerrotada por una escuadra británica muy superior. Los
voluntarios, que ahora esperaban en vano en el puerto de
Iluenos Aires las oportunidades que los llevaran a entrar
cn combate por Alemania, recibieron el sustento diario de
ln comunidad alemana en el Río de la Plata,16 que aplicó
47
 un programa de emergencia y trató de soportar en común
las cargas de la guerra.
Comparable al desarrollo de los acontecimientos en Ale-
maniaf Ia unión de los alemanes en la emergencia motiva-
da por la guerra, no sobrevivió al derrumbe de la vieja pa-
tria. Ya antes había habido tensiones sociales,
políticas-, pero ahora irrumpieron -religiosas,
con más fuerza. Con
estas escisiones y conflictos, la problemática de los alema-
nes en Ia Argentina fue un espejo de lo que acontecía al
otro lado del Atlántico en una escala mucho mayor. Surgie-
ron asociaciones como Stahlhelm, Kyffháuser-Bund, Repu-
blikanischer Schutzbund, y el círculo Vornzárts, fundado ya
en 1882, proclamó el ideario socialista.lT Esta separación
irreconciliable se manifestó con mayor claridad en la pren-
sa de habla alemana del país. Así como durante la guerra
los editores del Argentinische Tageblatt y del Deutsche La
Plata Zeitung mantuvieron la armonía y lucharon por el
mismo objetivo, como representantes de una ideología re-
publicana el primero y monárquica eI segundo, se enreda-
ron muy pronto en los más violentos altercados,ls que va-
lieron también para Ios lectores de sus páginas. Así se de-
sencadenó el llamado "conflicto de bandera" (negro-rojo-oro
contra negro-blanco-rojo) con un encarnizamiento difícil de
comprender desde el punto de vista racional. En cuanto aI
concepto comunidad alemana, dio repetidas pruebas de ser
engañoso, ya que sugería una unidad homogénea que jus-
tamente no existía.1e
Para Ia Aldmania de los años 20, en la que el consenso
político de las fuerzas que conducían eI Estado se diluía ca-
davez más, junto con el descontento político general y las
penurias ecbnómicas generales, aparecieron los motivos
clásicos para una emigración en gran escala. Mientras la
mayor corriente de emigrantes se dirigió a los Estados
Unidos, también sobre el Río de la Plata se derramó una
oleada relativamente fuerte. Del lado de los alemanes es-
tablecidos desde largo tiempo en Ia Argentina se favorecía
la inmigración de mano de obra y el Deutsche Volksbund
en Buenos Aires encaminó la publicidad en esa dirección.
Los más conocidos fueron los proyectos de asentamiento
48
para el territorio de Misiones, situado en el triángulo de
países entre Brasil y Paraguay. En 1919, eI brasileño-ale-
mán Carl Culmey fundó la colonia Puerto Rico para colo-
nos catóIicos y la Montecarlo para los protestantes,2O y re-
clutó a sus colonos sobre todo entre los alemanes del sur de
Brasil.2l En 1919, el judío oriundo de Frankfurt y de nacio-
nalidad inglesa, Adolfo Julio Schwelm fundó, junto con eI
banco Tornquist, la sociedad Eldorado, que estableció la co-
lonia Eldorado en el AIto Paraná con colonos alemanes y
condujo la etapa penosa de la organización. Con un pode-
roso aparato de propaganda y Ia utilización de películas,
Schwelm consiguió llevar de tres a cuatro mil alemanes a
Blldorado y también a las colonias Puerto Rico y Montecar-
lo, cuya administración había tomado también a su car-
go.22 Hacia fines de la década, las colonias estaban conso-
lidadas y la visita de Ia ex princesa real Cecilie, que
Schwelm llevó en su yate La Suástic¿ desde la capital del
torritorio, Posadas, hasta Eldorado, significó un homenaje
of icial a Ia fundación de Ias colonias.23 La princesa tuvo un
rocibimiento entusiasta. Para ese entonces, el número de
nlemanes en Misiones habÍa aumentado de manera consi-
«krrable. Las estimaciones están entre veintiún mil y no-
vcnta mil personas.2a
Los nuevos inmigrantes llevaron a Ia Argentina sus re-
xr-,ntimientos contra la Alemania de Weimar, con lo que for-
tnlecieron Ia posición de rechazo de los germano-argenti-
nos establecidos desde largo tiempo. A diferencia del Impe-
rio, la nueva república era una estructura débil en política
oxterior e inestable en política interior. A los ojos de estos
inmigrantes, la antigua casa imperial había poseído una
lrrgitimación infinitamente mayor que todos los represen-
l,nntes juntos de la Alemania republicana. En la casa impe-
rirrl veían la encarnación de toda la gtandeza pasada y ese
rrxplendor todavía tenía fi¿erza para irradiarse también, y
xobre todo, hasta los más lejanos rincones de los asenta-
rrricntos alemanes. No se encontraba ninguna relación po-
xitiva hacia la Alemania de posguerra. Esta relación agrie-
l,rrrla recién cambió en los años que siguieron al30 de ene-
ro de 1933.
49

b) El gbrmanismo en la Argentina y el Tercer Reich
La mayoría de los alemanes y de los descendientes de
alemanes en eI Río de Plata mudó sus sentimientos del Im-
perio aI Tercer Reich siq un paso intermedio. No se había
podido sentir afinidad con la República de Weimar,25 un re-
chazo que no se basaba tanto en eI sistema democrático si-
no más bien en la impotencia política de Alemania en el
plano internacional. Alemania ya no era el sujeto de la his-
toria universal y las consecuencias de este cambio se ha-
bían hecho sentir en todas partes y hasta en el último es-
tablecimiento comercial. La Alemania refortalecida bajo el
régimen de Hitler robusteció de manera considerable el
sentimiento de "nosotros los alemanes", y desde el punto de
vista psicológico agtuó como un estimulante. La protección
del Reich al comercio, Ia producción y el capital se hizo más
efectiva. Se volvía a ser alguien y eso también se mostraba
con todos los síntomas positivos y negativos que nacen de
una sensación de fierza. Las repercusiones de los asuntos
alemanes sobre los compatriotas en ultramar explican eI
fenómeno: una Alemania fuerte dio, y da, impulso univer-
sal a los alemanes residentes en el extranjero. Así fue co-
mo se fortalecieron después de 1871, cuando el Imperio
Alemán gozaba de prosperidad; ese fue el caso a partir de
1935 a más tartar, y se repite de manera manifiesta desde
1989 con el proceso de reunificación de Alemania.
La iniciativa de fundar una asociación nacionalsocialis-
ta en la Argentina había partido de la redacción del Deuts-
che La Plata Zeitung en febrero de 1931. Después de obte-
ner Ia attorización del jefe de organización del Partido Na-
cionalsocialista (Nsonp) del Reich, Gregor Strasser, se ha-
bía formado como Landesgruppe Argentinien del NSDAP y
en enero de 1933 contaba ya con doscientos veinte afilia-
dos.26 A partir de ese momento, se produjo en la Argentina
Ia creación de diversas instituciones de neta orientación
50
nacionalsocialista, con el respaldo estatal y partidista de
Alemania.
La organización para el extranjero (eo) del usoep se ha-
bía fijado como objetivo Ia unificación y la conducción cen-
tralizad.a de los alemanes del Reich, y sólo de estos.27 En
virtud de un riguroso sistema de admisión, el NSIAP en la
Argentina nunca contó con mucho más de dos mil miem-
bros.28 Esta cifra relativamente baja se explica por la in-
tención de la jefatura del grupo en el país, de admitir en el
Partido sóIo a los seguidores convencidos y sobre todo com-
prometidos con Ia ideología nacionalsocialista. La perte-
nencia aI Partido era honor y compromiso al mismo tiem-
po. A los inactivos se les recomendaba que se retiraran. La
cifra de sesenta mil afiliados, tantas veces divulgada has-
ta hoy, fue tomada del material de propaganda de los ad-
versarios.2e
No obstante, y más allá del número de miembros del
Partido, el nacionalsocialismo tuvo una fuerte influencia, si
bien polarizada, sobre Ia colectividad alemana en la Argen-
tina que entretanto sumaba entre doscientos cincuenta mil
y trescientos mil hombres, incluidos los judíos alemanes.30
Fiestas y actos multitudinarios debían reforzar los lazos
con el Reich alemán. Para celebrar la anexión de Austria,
se reunieron unas veinte mil personas en eI Luna Park de
Buenos Aires.31 Funcionarios del NSDAP integraron las jun-
tas directivas de las asociaciones alemanas y modificaron
sus estructuras.32 Si bien después de algunos incidentes,
escándalos e incluso atentados con bombas aprovechados al
máximo por la prensa contraria y ante el comportamiento
por momentos agresivo y arrogante de algunos funciona-
rios del Partido, se dictaron severas leyes de control en ma-
yo de 1939,33 tanto la Embajada Alemana como las anti-
guas organizaciones del Nsoer, ahora camufladas, lograron
que eI sector nacionalista de la cole'ctividad se solidarizara
con eI Tercer Reich. Desde 1933 hasta 1944, atantiosos do-
nativos de dinero de esta comunidad fluyeron con regulari-
dad a las cuentas de la Embajada.Sa EI grupo local Belgra-
no llevaba a cabo todos los años la campaña de donación
Darré, llamada así por el ministro nacionalsocialista de
51
 agricultura y dirigente campesino del Reich, Richard WaI-
ter Darré, que había nacido en eI barrio bonaerense de Bel-
grano.35 Con el producto de esas campañas se emprendían
accion6s de asistencia social.36 Hasta los miembros del cír-
culo socialista Vorwárts apoyaban con donativos al Deut-
sche Hilfswerk, si bien era una organizacíón nacionalsocia-
lista, a causa de la obra que realizaba por los necesitados
entre la población de origen alemán.37
La toma del poder por los nacionalsocialistas en Alema-
nia dividió a los alemanes en el Río de la Plata en una di-
mensión nada común hasta entonces, con la consecuencia
de una polarización que se agudizaba. Mientras el nacio-
nalsocialismo reagrupó a la mayor parte de los habitantes
de origen alemán en la Argentina, lo que nunca antes ha-
bía sucedido,s8 la otra parte fue rigurosamente excluida.
La inmigración de unos cuarenta y cinco mil judíos alema-
nesse entre 1933 y 1939, y también la de individuos y fami-
lias aisladas en Iqs años 40, aumentó aún más las tensio-
nes que se derivaron de esa separación forzada. En compa-
ración con la población total de Ia Argentina millo-
nes en 1931, dieciséis millones en 1947-, la -trece
república del
Plata admitió a más inmigrantes judíos per capita que
cualquier otro país del mundo, con excepción de Palesti-
na.aO Entre ellos se encontraba un número elevado de aca-
démicos, científicos, empresarios y artistas, personalida-
des que muy pronto se insertaron en Ia sociedad y en la
economía, de manera que es en esta corriente inmigratoria
que se debe v8r la más persistente influencia de la idiosin-
crasia alemana en Ia Argentina.al
Los que emprendieron la emigración forzosa a la Argen-
tina, tanto Ios judíos como los alemanes de orientación so-
cialista y liberal, se opusieron con creciente animosidad a
Ia mayoría que se había alineado con eI nacionalsocialismo
entre los germanohablantes en el Río de la Plata y se vol-
vieron de manera vehemente contra las ideas y acciones
por cuya causa habían tenido que abandonar su patria.az
Se agruparon en torno al Argentinische Tageblatt, qlue p:u-
do aumentar su tirada de manera considerable, y alrede-
dor de revistas como Dos andere Deutschland o Die Jüdi-
52
sche Wochenschau.Importantes fuerzas políticas gran
-la
colectividad judía del país, los partidos de izquierda, Ia
Unión Cívica Radical y una gran parte de la prensa- es-
taban de su parte y observaban con creciente malestar las
actividades de los alemanes y los germano-argentinos em-
banderados con Ia cruz gamada.
El diputado de la Unión Cívica Radical Silvano Santan-
der, ya desde 1935 advirtió en eI Congreso argentino sobre
la influencia en el país del nacionalsocialismo.as Santander
era uno de los más comprometidos opositores del nacional-
socialismo y pescaba al paso las manifestaciones y los inci-
dentes de las partes litigantes en el seno de Ia comunidad
trlemana para llevarlos al conocimiento y al juicio público.
El informante de Santander, eI alemán Heinrich (Enri-
que) Jürges, un enemigo acérrimo de Hitler, intentó poner
cn contra del nacionalsocialismo a Ia opinión pública en Ia
Argentina. Con una denuncia que causó sensación en fe-
brero de 1939, acusó al grupo local del NSDAP de preparar,
on colaboración con Berlín, Ia ocupación alemana de Ia Pa-
t,rrgonia. Jürges, que presentó Ia copia de un documento del
(lue se desprendían estos hechos, fue recibido con este mo-
[ivo hasta por eI presidente de la Nación, Ortiz. La indig-
nución de los argentinos era unánime y fue avivada aún
rnás por las publicaciones de la prensa sobre el curso del
l)roceso Patagonia que siguió a la denuncia.
Pero Ia presunta conspiración reventó como una pompa
rlo jabón. Jürges no pudo aportar ninguna prueba y confe-
xó que, con el convencimiento de servir a una causa justa,
lrubía falsificado eI documento en cuestión. La justicia lo
xcntenció por falso testimonio a dos años de prisión en sus-
¡xrnso.aa En los años tardíos de Ia década del 30 y durante
ll Lranscurso de Ia guerra, se lanzaron a Ia opinión públi-
cr¡ cn Sudamérica permanentes informes de partes intere-
xrrtlas, según los cuales Alemania planearía emprender
r:onquistas en ese territorio.a5 En eI verano de 1940, el jo-
vcn profesor socialista de filosofía Hugo Fernández Artu-
cio, con Ia denuncia de un inminente intento golpista ale-
llrrin en el Uruguay, contribuyó a desatar una histeria co-
k'ctiva en su país.a6 El gobierno recurrió a medidas repre-
,).'t
 sivas contra Ia comunidad alemana. Fernández Artucio
afirmó que, para la Argentina, existían veinte mil miem-
bros de grupos de asalto con formación militar e insinuó
que sdproyectaba sobre ella eI fantasma de una toma del
poder por parte de los alemanes.aT
Todo eso era pura propaganda. Los hechos reales se in-
flaron en proporciones gigantescas, otros se inventaron. La
política nacionalsocialista en Sudamérica, siempre que se
pueda hablar en realidad de una concepción política, per-
seguía objetivos por completo diferentes. El jefe del área
Ausland (Extranjero), Ernest Wilhelm Bohle, había dado a
conocer las directivas a los miembros del Partido en el ex-
tranjero: "Deja Ia política de tu país anfitrión en manos de
sus habitantes. La política interrra de un país extranjero
no es de tu incumbencia. No te mezcles en ella, ni siquiera
a simple título de conversación".4S En lugar de recurrir a
una política expansionista en Ia Argentina, Brasil y Uru-
guay con Ia ayuda de los residentes alemanes, los planes
en Berlín iban en sentido contrario. Se trataba de hacer
volver, heim ins Reich, a los colonos alemanes de Sudamé-
rica para establecerlos como colonizadores en los territo-
rios del Este poblados por alemanes.ae La esencia nacional
debía salir indemne de la asimilación. La más cercana ala
visión biológica del nacionalsocialismo, era una repatria-
ción de los alemanes desde el crisol argentino con su fuer-
te cuño mediterráneo, incluso por los "puntos de vista de
higiene de La raza" qre compartían.5O Para atraerlos, se
aprovechó la ldea muy difundida entre muchos inmigran-
tes de los años 20 de crearse una posición en la Argentina
y más adelante regresar a Alemania,ut y el fuerte atracti-
vo de la ascendente economía del Reich alemán hizo más
de Io necesario.
Pero los rumores sobre las intenciones alemanas no pa-
saron sin consecuencias, sobre todo por la impresión casi
concluyente, de que una parte importante y poderosa de la
población de la Argentina empezaba a desprenderse de Ia
Nación y formaba un Estado dentro del Estado. Después
del proceso Patagonia, el gobierno argentino decretó dispo-
siciones drásticas contra las asociaciones extranjeras, diri-
54
gidas sobre todo al Landesgruppe del Nsoer y al Fascio
all'Estero italiano.s2 Como consecuencia inmediata se pro-
dujo la disolución del Landesgruppe.
A mediados de 1941, después que se descubrieron ar-
mas en poder de un alemán del Reich, el Congreso, bajo la
presidencia de RaúI Damonte Taborda, formó un comité
prrrlamentario investigador, la Comisión Inuestigadora de
At:tiuid,ades Antiargentinas, que sesionó hasta el golpe de
l0stado del 4 de junio de 1943.53 EI comité de siete miem-
hros, al que también pertenecía Silvano Santander y cuyo
¡lresidente Damonte Taborda estaba al servicio de los Es-
l,ndos Unidos,sa llevó a cabo las indagaciones con manifies-
l,rr ugresividad, incluso mediante la imposición de cuestio-
nrrrios en las escuelas alemanas,su y e., el otoño de 1941
¡lrrrsentó su primer informe, que demostraba que
partes de
Irr Ao, ahora bajo nombre cambiado, seguían tan activas co-
nro antes.56 Las trascendentes afirmaciones de la comisión
xobre la existencia de asociaciones paramilitares eran exa-
goraciones deliberadas,s7 mientras que la acusación contra
lrr l,)mbajada Alemana de ser una central de espionaje fue
¡rroscntada con manifiesta y deliberada falsedad,ss
pero
rllr ombargo dio en el blanco.se
l.'inalmente, a principios de 1942, eI embajador alemán
lrklmund Freiherr von Thermann abandonó el país "volun-
l,ttriumente", como se dijo.60 Berlín, entretanto en estado
¡l¡r guerra con Gran Bretaña, la Unión Soviética y los Es-
l,rrrlr¡s Unidos, no deseaba ningún tipo de tensiones con Ia
Argcntina.
!,ll gu€rrá europea no había derivado todavía en una
glr('rra mundial y las operaciones béIicas ya se habían tras-
lrrrlrrrlo al Río de la Plata. En Ia batalla naval del 13 de di-
clr,rnbre de 1939 en el Atlántico Sur, frente a Punta del Es-
f ¡r, r'l acorazado Admiral Graf Spee, co!7 mil cien tripulan-
l,r'x rr bordo, había sostenido un durísimo combate contra
l,r'r,x cruceros británicos y, ya con graves averías, buscó re-
lirp¡io cn el puerto de Montevideo, Uruguay.
l¿r crlorrrle presión que ejercieron los ingleses sobre eI
55
pequeño país, decidió al gobierno uruguayo a exigir aI co-
mandante Hans Langsdorff que el Graf Spee abandonara
el puerto en el término de setenta y dos horas. La repara-
ción de los daños en ese plazo era imposible y los fuerzas
inglesas empezaban a desplegarse en el estuario del Río de
Ia Plata, delante de la salida del estrecho canal.
Tlanscurrido el plazo, Langsdorffdispuso Ia partida del
Graf Spee, pero después de consultar con Alemania, deci-
dió no conducir a su buque a una batalla sin esperanzas. EI
comandante, que tenía la idea errónea de que poderosas
fuerzas enemigas, entre ellas un portaaviones, se habrían
reunido frente a la desembocadura del río,61 hizo subir a
los botes salvavidas a Ia tripulación y ordenó hundir el bu-
que. Así se hizo, y frente a Ios ojos de los atónitos funciona-
rios portuarios argentinos, más de mil marinos bajaron a
tierra en Buenos Aires,62 mientras en el vecino Uruguay
decenas de miles de curiosos observaban el espectáculo del
hundimiento del buque, del que se elevaba un hongo de hu-
mo de trescientos metros de altura sobre el Río de Ia Pla-
ta, a cuatro millas de la costa.63
Langsdorffhabía organizado ese golpe de efecto en cola-
boración con el agregado naval alemán en Buenos Aires y
con una compañía naviera amiga de Alemania,6n y con ello
había puesto a la Argentina ante hechos consumados. Des-
pués que Langsdorff supo que su tripulación estaba a sal-
vo, se mató de un tiro.
Ese suicidio del capitán de navío Langsdorff tuvo un im-
pacto extraofdinario sobre la opinión pública argentina y
originó una oleada de profundo respeto que penetró hasta
en círculos q:ue no simpatizaban con Alemania. Cientos de
miles, una'multitud impresionante, acudieron en masa al
sepelio de Langsdorff en el sector alemán del Cementerio
de la Chacarita. Salvo el sepelio nacional de Hipólito Yri-
goyen en 1933, que había sido muy respetado por el pue-
blo, fue eI entierro más imponente de la historia argentina
hasta entonces. Las mujeres argentinas se acercaban a los
marineros del Spee y ponían flores en sus manos.65 "Este ti-
po hizo patria", se podía leer en los carteles.66
La tripulación de1 Graf Spee de guerra en
-prisioneros
56
el lenguaje formal- gozó de absoluta Iibertad de movi-
miento. La Argentina acogió a esos soldados de marina con
toda Ia hidalguía del espíritu sanmartiniano y rechazó los
reclamos ingleses de entrega con la mayor firmeza. En ese
momento, tanto Ia presencia gallarda de los marineros del
Spee en las calles de Buenos Aires admirados en
sus uniformes de salida-, como
-muy
las manifestaciones de
simpatía de los argentinos causaron enorme desagrado en
Gran Bretaña. Por esa raz6r:,, hacia Ia Pascua de 1940,
Londres puso como condición para la prórroga del contrato
anglo-argentino de carnes una internación más severa de
la tripulación del Spee. La Argentina se vio obligada a ce-
der.6? Los tripulantes sin rango fueron distribuidos en dife-
rentes campamentos en el interior del país: Santa Fe, Ro-
sario, Córdoba, Mendoza, San Juan, El Sauce;68los subofi-
ciales fueron ubicados en las inmediaciones de Buenos Ai-
res y de Bahía Blanca, y los oficiales fueron internados en
la IsIa Martín García.6e IJn número indeterminado de
hombres del Graf Spee escaparon antes del traslado
militares argentinos hicieron la vista gorda muchas ve-
-los
ces- y consiguieron regresar a Alemania de las más diver-
sas y arriesgadas maneras.T0 El agregado naval de la Em-
bajada Alemana en Buenos Aires, Dietrich Niebuhr' orga-
nizó para ese fin una red de evasión muy efectiva.Tl
Niebuhr y eI asesor del Estado Mayor argentino, gene-
ral de brigada Günther Niedenfüh472 y también eI agrega'
rlo de prensa Gottfried Sandstede mediante el aprovecha-
miento de las líneas de comunicación nacionalsocialistas y
lus relaciones comerciales establecidas entretanto, tendie-
ron una red de espionaje de vastas ramificaciones sobre el
(:ono sur del subcontinente, con Buenos Aires como centro.
El objetivo de Ia actividad de Ios agentes era el espiona-
.ic de las actividades económicas de los allegados a las po-
l,cncias enemigas, la escucha de las estaciones emisoras y
lrr radiocomunicación, como también la averiguación de los
lrrovimientos marítimos y su comunicación a Berlín'7s En
rrLención a las consecuencias políticas, Ia Embajada recha-
zri de manera rotunda los actos de sabotaje y no aceptó las
¡rroposiciones de la colectividad alemana de hundir con mi-
57
 nas magnéticas a los buques mercantes aliados en el puer-
to de Buenos Aires.Ta
Para poder transmitir a Alemania los resultados del es-
pion{e, se instalaron varias estaciones emisoras en las
provincias argentinas. Este Bolíu ar-Netzuterk (Cadena Bo-
lívar)75 había sido montado por los alemanes con estacio-
nes emisoras y técnicos que habían sido llevados a la Ar-
gentina durante Ia pri¡nera mitad de la guerr a, tal vez en
un submarino.T6 La red emisora, a través de la cual tam-
bién estaban en contac
nos, fue descubierta en
laciones diplomáticas y
nas, entre ellas el jefe de la Cadena Bolívar, Gustavo Ut-
zinger (Franczok), Werner Koennecke, yerno del multimi-
llonario Ludwig FreudeTT y Herbert Juhrmann, que escapó
a otros interrogatorios bajo tortura mediante el suicidio.Ts
No obstante, bajo la presidencia de Farrell el accionar
contra los agentqs alemanes fue más bien moderado y no
se atrapó a los personajes centrales. A Ludwig Freude, la
eminencia gris, no se le inició ningún proceso en absolu-
to;7e en el caso Hoennecke desaparecieron todas las actas.
Otros procesados fueron puestos en libertad y advertidos a
tiempo ante Ia menor amenaza de arresto.8o En agosto de
L944, el vicepregidente Perón en persona se trasladó al
cuartel general del c
y fijó Ias pautas par
turados. Todos los pr
tados una ve2 más, para que desaparecieran las alusiones
a contactos con militares y políticos argentinos.8r
Ya en enero de L944 el sucesor de Niebuhr, general de
brigada Friedrich Wolf, intentó montar una nueva red de
espionaje --debían ponerse a su disposición cincuenta mil
dóla el enlace del contraespio_
naje del este de Europa y anti-
guo Castillo, recibió el encar-
go de Berlín de montar una red de contraespionaje en el
Paraguay.82 Pero la ruptura de las relaciones diplomáticas
entre la Argentina y el Tercer Reich lo imposibilitó. Tbda-
vía pudieron depositarse a tiempo los fondos para espiona-
58
.io deWolf y uno de los fiduciarios de ese fondo secreto fue
l,udwig Freude, que empleó ese dinero para nuevos servi-
cios de espionaje.s3
En el transcurso de la guerra, los alemanes y los des-
condientes de alemanes en la Argentina se encontraron ca-
da vez más en serios aprietos. Las listas negras de los alia-
dos se confeccionaban contra los alemanes del Reich, los de
lu¡ etnias alemanas del este de Europa y los empresarios
gormanófilos, con Ia intención de que los Estados aliados
on contra de Hitler les bloquearan Ias compras y los sumi-
lristros. De 1941 a1945, aparecieron cuatro de esas listas
con consecuencias análogas a las de la Primera Guerra
Mundial.sa Alemania habÍa hecho inversiones importantes
on la Argentina, si bien desde el punto de vista cuantitati-
vr¡ muchas menos que Gran Bretaña o los Estados Uni-
tlrs,86 pero mientras que eI capital de los Estados Unidos
hrrbía sido colocado sobre todo en empréstitos gubernamen'
lrulcs, los alemanes habían dado prioridad a las inversiones
on la industria.86 Las mil trescientos ochenta y nueve em-
¡rrcsas pertenecientes a alemanes del Reich tuvieron su
lrr¡txima prosperidad en los años 30.87 Sin embargo, el des-
¡rido de trabajadores judíos y las restricciones a los contac-
l,os cconómicos con los judíos en la Argentina habían teni-
rlo como consecuencia un marcado retroceso. De manera
t¡rro más tarde, a causa de las listas negras con sus efectos
rkr tislamiento, que además se mantuvieron vigentes mu-
clro más atlá del fin de Ia guerra, las empresas involucra-
rlr¡s se vieron en graves aprietos.
Aparte de eso, la ruptura de relaciones diplomáticas de
hr Argentina con Alemania restringió el apoyo estatal que,
n l)csar de Ia situación bélica, había brindado el Reich a
l,rrrvés de su representación, y el control que ejercieron las
r¡ul,t¡ridades argentinas debilitó la libertad empresarial. La
rltrclaración de guerra del27 de marzo de 1945 con sus con-
l'isc¿rciones de Ias propiedades alemanas, terminó por para-
lizrrr a toda una cultura económica. Por eso fue una bendi-
ción para Ia comunidad alemana que eI empinado ascenso
rlt,l fiel amigo de los alemanes, el coronel Juan Domingo
59
Perón, a figura política dominante en la Argentina, deter-
minara que no se agotara Ia vida económica alemana, con-
tra las esperanzas sobre todo de los competidores estadou- Nores
nidensés, sino que por el contrario volviera a palpitar con
fierza pocos años después.

I von Oven, Stern Südamerikas,pág. L76.

2
Véase: Kochwasser, "Ulrich Schmidel aus Straubing
- der ers-
te Geschichtsschreiber Argentinien", en Mitteilungen des Instituts
lll r Auslandsbeziehungen, 2/ 3 (L967).
rr
Hoffmann, Deutsche in Argentinien, pág. 48.
a Sobre esto, en cada caso pássim: Lütge, Deutsche in Argentinien

1980; Hoffmann, Deutsche in Argentinien, 1979:. también: Mitteilun'

¡¡cn des Instituts für Auslandsbeziehungen, Stuttgart, Vol. 2/3, 1961.
E¡te volumen contiene ensayos sobre la relación germano-argentina
y aobre la comunidad alemana en la Argentina.
ñ Lütge, Deutsche in Argentinien, pág. 723.
tt Auslandsd.eutschtum pág. 15. La estimación de 1978 proviene

do las filas de los mismos alemanes del Volga. Una cifra que no se
haco inverosímil en vista de lo prolíficas que son las familias de es-
[o grupo.
7 Kossok, Sonderauftrag Südamerika, pág. 242.
8
Luca de Tbna y otros, Yo, Juan D. Perón, pág.23.
lr Cálculo estimativo de Potash en Army and Politics, Vol. 1, pág.

l, nota 6.
lr) Kossok, Sonderauftrag Südamerika, pág. 242. Sobre la tradi-

olón de la influencia militar alemana en la Argentina, véase tam-

blón: Potash, Army & Politics, Vol. I, pág. 3 y siguientes, 177-L25,
l7lr-l74; Passarelli, "El espíritu germano" (1956); Scháfer, "Deuts-
uhrr Militárhilfe" (1974); Nunn, Yesterday's Soldiers, 1983; White,
( lrrnt,an influence, t988.
ll ".,. uno de los más acérrimos enemigos de gobiernos democrá-
tlrrrrr que ha conocido nuestro siglo" (Josephs, Argentine Diary, pág.
Itl), Sobre la crÍtica argentina a la creciente influencia militar ale-
tf lrn¡r, véase Potash, Army and Politics I, pá9.5 y siguiente.

60 61
 12 Keiper, Deutschtum in Argentinien wrihrend des Welthrieges,
Cap. tl 2.
13
Bauer, Asociación Vorwcirts, pág. 87.
" Il.iper, Das Deutschtum in Argentinien wcihrend d,es Welthrie-
ges, pág.79.
15
Millington-Drake, Drama. of Graf Spee, pág. 85. Es llamativa la
falta de una convocatoria a la comunidad alemana de la Argentina.
Pero aparentemente, von Spee queúa evitar una complicación extra
del litigio anglo-argentino.por la pertenencia del archipiélago, que
habrÍa surgido con el reclutamiento de ciudadanos argentinos de as-
cendencia alemana.
16 Keiper, Deutschtum wrihrend, des Welthrieges, pág. 19 y si-
guiente.
17
Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 11; Bauer, Asociación Vor-
wcirts, L989.
r8R. Alemann, carta del 18 de febrero de 1988.
le
El concepto será utilizado en adelante de parler-
-como fagon
para la totalidad de los grupos de habla alemana en el Río de la pla-
ta. En el RÍo de la Plata no se desarrolló un espíritu de cuerpo inde-
pendiente entre los austrÍacos, y una gran parte de los inmigrantes
de posguerra de la república alpina expresaron su firme oposición a
la separación del país del Danubio de Alemania y se insertaron en
los círculos alemanes. Por ello y en tanto no parezca conveniente ha-
cer una diferenciación, los austríacos serán incluidos en el rubro de
"comunidad alemana", lo mismo que los miembros de las etnias ale-
manas de los Balcar¡es y del este de Europa. Sin embargo, queda ex-
ceptuado el grupo de los suizo-alemanes que, obstinados en mante-
ner su idiosincracia helvética, no buscaron ningún contacto con los
alemanes del este o con los del Reich. Sobre el desarrollo de esta co-
munidad véasei, Fischer, Deutsclte wnd schweizerische Massenaus-
wanderung,1992.
20
Hoffmann, Deutsche in Argentinien, pág. 105.
21
Lütge, Deutsche in Argentinien, pág. 217.
22 Lütge, ibíd.; Herold,
antiguo maestro en Montecarlo (2g de
agosto de 1989); Küpper, 1o de marzo de 1990; también: Kopp, anti-
grro director de escuela en Eldorado, Die Siedlung im Walde, lg4g.
23
Küpper, que acompañó a la princesa real en su viaje, 1" de mar-
zo de 1990.
2a Estimación
más baja: Deutscher Volksbund,kalend.er 1g58, cita-
da de Hoffmarrn, Deutsche in Argentinien, pág. 11b; Lütge habla de
25.000 colonos de habla alemana (Deutsche in Argentinien, pág.218);
la estimación más alta: Schukar, Pflug in roter Erde, pág. 18.
62
2f'Keiper, Deutschtum wiihrend des Weltkrieges, pág. 67.
26 Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 31.
27 Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 77.
28
Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 37; también: Jackisch, "Re-
I'ugiados alemanes", pág. 10. Ambos se remiten a datos de la prensa,
(luo a su vez se apoyan en documentos alemanes en poder de los Es-
tu«los Unidos.
2e Por ejemplo: Wiesenthal, Moerder, pág.245. A esta cifra llegó
unn comisión para la investigación de actividades antiargentinas del
()ongreso argentino, que al secuestrar talonarios de recibos de dona-
cir»nes de la Sociedad Alemana de Beneficencia, numerados del 1 al
110,000, la tomó como base para calificar a sus titulares de "jefes de
hkrque" polÍticos y atribuir a la comunidad alemana el carácter exa-
g('rado de un gigantesco aparato de conducción central' (Congreso
Nrrcional, Comisión Investigadora de Actividades Antiargentinas,
Inlbrme No 1, acta de la sesión del 5 de septiembre de 1941, pág. 81
y xiguientes); también: Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 139.
:o Para fines de los años 30, se supone que la población de origen
rrkrrnán los judíos-, alcanza a 60.000 personas en el Gran Bue-
-sin
r¡ox Aires y a 195.000 en las provincias y territorios. Así: Volberg,
Ausl.andsdeutschtum, pág. 16, allí también la estimación algo más
lrr{u de Lütge; entre ambas: Hoffmann, Deutsche in Argentinien,
¡rr1g. 115.
:rr Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 17.
rr2
Así por ejemplo el Deutsche Handlungsgehilfenuerband, funda-
rlrr cn 1912, pasó a integrar la organizaciórr del Deutsche Arbeitsfront
( Vrl berg, Auslandsdeutschtum, pág. 60 y siguientes)
pág. 46 y siguiente.
'r'r Volberg, Auslandsdeutschtum,
¡la
Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 85.
rrii
Sobre esto, desde la visión argentina: Ochoa, "IJn ministro ar-
gr,ntino de Hitler" (1971).
ilri Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 54.
:r7
Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 98.
:r8
Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 77.
:re
Para los diversos datos cuantitativos sobre la inmigración ju-
rlÍrr de Alemania, véase: Jackisch, Nazismo, pág. 150, y von zur Müh-
lt,¡, Fluchtziel Lateinamerika, pág. 47.
a0
Newton, Irudifferent sanctuary, pág. 395.
al Hoffmann, Deutsche in Argentinien, pá9. 114; también Lütge,
lhu,tsche in Argentinien, pág.301 y siguientes, y Avni, Inmigración
iutlía, Cap. v. Sobre la inmigración judía en la Argentina, diversos
rrrl,Ículos de diferente calidad en: Schrader/Rengstorf (editor), Euro-
¡tliische Juden in Lateinamerika (L989).
63
 a2Sobre esto, entre otros: Jackisch, "Refugiados" (1987); Merkx,
"Koffer in Berlin", en: Schrader/Rengstorf (8d,.), Europriische Juden
in Lateinamerika (1989); Jackisch, Nazismo, 1989.
a3 Santander, Gran proceso, pág. 77; Volberg, Auslandsdeutsch-
turn,pág.119 y siguientes, con un listado del registro de anteceden-
tes penales de Santander.
aa Sobre el proceso Patagonia: Newton, "The Patagonia plot"
(1981); Volberg, Azslandsdeutschtum, pág. 126 y siguientes; de Jong,
Fünfte Kolonne, pá9. 40. '
a5 Trotz, "Fünfbe Kolonne" (1965). El autor se contenta con citar
datos de la campaña de desinformación de los aliados, aun cuando no
encontró ninguna confirmación de esas afirmaciones en el material
de archivo consultado por é1.
h a6 Sobre esto: Fernández Artucio, Nazis en el Uruguay,1940; de
Jong, Fünfte Kolonne, pág. 118.
\{D a7 Fernández A¡tucio, Nazi Underground, pág. 86. Según Newton
en Myth, pág. 84, nota 5, las actividades de Fernández Artucio reci-
bieron el apoyo financiero de los Estados Unidos.
a8 "Auslandsausweis der NSDAP, Punkt 2", según un facsímil ci-
tado por Volberg, Al"tslandsdeutschtum, pág. 27.
ae Pommerin, "Rückholung deutscher Auswanderer (1979).
50 Rauenbusch, "Rassenfrage in Argentinien", (1927¡sic!), pág. 43.
51 Adler, 30 de noviembre de 1989.
52 Decreto 31.321 de mayo de 1939, según Volberg, Auslands'
deutschtum, pá9. 46 y siguientes.
53
de Jong, "Für¡fte Kolonne", pág. 118; Volberg,Auslandsdeutsch-
tum, pág. 199 y siguiente.
5a Sobre la función de informante para los Estados de Damonte
Taborda: Escudé, Declinación argentina, pág. L04; Newton, "Myth",
pág.84, nota t ilr'Rasenack, 6 de enero de 1990; sobre los oficiales: Fuchs, lns¿l
55Schulz, 14 de marzo de 1990.
56 Congreso Nacional, Comisión Investigadora de Actividades An-
tiargentinas, Informe N' 1, pássim: acta de la sesión del 5 de sep-
tiembre de 1941; Volberg, Auslandsdeutschturn, Cap. w 6; de Jong,
"Fünfte Kolonne", pág. 118.
57 Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 38.
58 Las falsedades fueron descubiertas más tarde: von der Becke,
Destrucción, 7956.
5e
Según Kossok en Sonderauftrag Südamerika, pág. 252,laBm-
bajadaAlemana avanzó hasta convertirse en "el centro conductor de
todas las actividades subversivas" en América Latina.
60 Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 145. Sobre von Thermann,
64
ol desempeño de su función y las circunstancias que llevaron a su re-
Itrvo, véase también: Kooistra, Het uoordeel en de twijfel (original de
1991).
6t
Millington-Drake, Drama of Graf Spee, pág. 322 y siguientes.
Sobre los sucesos relativos alAdmiral Graf Spee, al prólogo y
62
al epílogo de la batalla naval y al hundimiento, véase: Ministerio de
Relaciones Exteriores de la República Oriental del Uruguay, "Ante-
cedentes" ( 1940); Rasenack, Panzerschiff "Admiral Graf S pee", 1957 ;
Millington-Drake, Drama of Graf Spee,1964; Bayer, "Fin del último
oorsario" (1967); también: Gester, "Freund und Feind nach vierzig
Jahren", enelFrankfurter Allgemeine Zeitung, 12 de enero de 1980,
Pás.7.
It:r
Millington-Drake, Dram.a of Graf Spee, pág.346.
6a RottlBratzel, Shadow War, pág. 332.
8f'Millington-Drake, Drama of Graf Spee, pág.362.
66
von Oven, carta del 15 de junio de 1990.
67
Rasenack, 6 de enero de 1990.
#' En El Sauce
- una localidad fundada por alemanes - se pro-
dqlo en 1943 un confuso incidente, nunca aclarado del todo, durante
cl cual se quemó una bandera argentina. La consecuencia inmediata
l\¡o una viva indignación y los militares se ocuparon del asunto. Un
grupo argentino achacó la culpa de ese acto blasfemo a los marineros
dol §'pee; éstos, a su vez, se la endosaron a provocadores pro aliados.
E¡¡ ol Senado y en la Cámara de Diputados de la provincia se decidió
ochar mano a un recurso drástico: se suprimió el nombre deshonrado
tltrl lugar y se le dio uno nuevo, en homenaje al creador de la bande
fn trgentina, general Manuel Belgrano. Desde entonces, el pueblo se
llnrna Villa General Belgrano (Appel, 8 de enero de 1990; Mayo4 His-
knio de Caltmuchita, pá9. 194).
Ittt l,a Plata,7942.
'/r)
Por ejemplo Rasenack, que regresó a Alemania a través de Chi-
lc, l'anamá, Japón y,Siberia. Una recopilación de historias abrevia-
tlnx rle fuga en: Millington-Drake, Drama of Graf Spee, pág. 384 y si-
¡rrir,rrtes y 473y siguientes.
/l Rout/Bratzel, Shadow War, pág..332; Josephs, Argentine
l)ltt-v, pá9. 36.
t2 "
. . .el más peligroso agente del Eje en América Latina si no en
l,txIr cl continente americano", afirmación emanada del seno del ser-
vltrhr rle contraespionaje de los Estados Unidos, citada de: Rout/Brat-
wl, Shadout War, pág.329. Relativiza dichas afirmaciones: Volberg,
Au xI u ¡t dsdeutschtum, pág. 116.
65
 73
de Jong, Fünfte Kolonne,pág.2L1-.
7a pesar del tenor abiertamente antialemán, este libro no se inscribe en
Volberg, Ausland,sd,eutschtum, pág.L25.
75 Sobre esto: Rout/Bratzel, la lÍnea de los libelos y panfletos de propaganda de los años de gue-
Shadow War, Cap. "The Bolíva¡ net-
work". I rra, sino que es una exposición detallada y sólida, sobre la base de
76
Divulgaciones de rumores: Herold, 28 de agosto de 1990; una hechos, de la evolución y el crecimiento de las empresas económicas
suposición parecida también en: Schulz, 14 de marzo de 1990. Según alemanas en la Argentina. Si se lee "a contrapelo", hasta rinde un
una fuente confiable, el industrial germano-argentino Guillermo himno de alabanza a la eficiencia innovadora y constructiva de los
Staudt está en posesión de un motor de submarino. Es eüdente que alemanes en el Río de la Plata.
87
los archivos alemanes gualdan silencio sobre esto, ya que Rout y Kossok, "Sonderauftrag Südamerika", pág. 286.
Bratzel (Shadow War) no encontraron ninguna confirmación. Según
ellos, fue el Servicio de Seguridad (so) el que sugirió que se encon-
trara un embarcadero para submarinos y también que se consiguie-
ra el beneplácito de las autoridades competentes del Ministerio de
Relaciones Exteriores. Pero la operación fue cancelada, ya que el al-
mirante Doenitz no quiso destacar ningún sumergible y el ministro
de Relaciones Exteriores von Ribbentrop se negó a hacerse responsa-
ble del proyecto del so. (Pág. 474 y siguiente).
77 RotttlBratzel,
Shadow War, pág. 42O.
'8 K.F., 2 de junio de 1989; Schulz, L4 de marzo de 1990;
Rout/Bratzel , Shadoiw War, pág. 4L2.
7s RottlBratzel,
Shadow War, pág. 425.
80 Rout/Bratzel,
Shadow War, pág.426 y siguiente.
8r Rout/Bratzel, Shad.ow War, pág.419, según una declaración de
Utzinger (Franczok), que fue deportado como agente alemán e inte-
rrogado sobre esto por el Servicio Secreto de los Estados Unidos. A
pesar del escepticismo que despiertan los resultados de semejantes
interrogatorios, la intervención de Perón parece plausible, ya que el
cou, la Embajada Alemana, la comunidad alemana en la Argentina
y Berlín, estaban en pennanente contacto entre ellos; la intención de
adquirir armas hlemanas; no estaba én último lugar. Ninguno de los
interlocutores tenía interés en que esas relaciones se hicieron públi-
cas.
82 Bundes4rchiv-Militárarchiv (Archivo militar de Alemania Fe-
deral), Bestand H2716, "Fremde Heere West" Lateinamerika, citado
según Rout/Bratzel, Shadow War, pág.328.
83 Rout/Bratzel, Shadow War, pág. 422.
8a Hastedt,
"Direktinvestitionen", pág. L02.
85 Volberg, Auslandsdeutschtum, pág.73 y
siguiente.
86 Sommi,
Capitales alemanes, pág. 51. El autor intentaba demos-
trar el imperialismo económico y capitalista de Alemania en la Ar-
gentina, con el manifiesto deseo de que el gobierno argentino estu-
viera alerta, reconociera el peligro y adoptara medidas en contra. A

66 67
 III
JUAN DOMINGO PERÓN

l) Perón y el justicialismo en la Argentina

En el gobierno militar que había llegado al poder en junio

dr 1943 con su decisiva participación, el coronel Juan Do-
ñlngo Perón muy pronto hizo carrera afiierzade trabajo y
d0 secretario de Estado pasó a ser el ministro más influ-
yonte, al conseguir ganarse Ia adhesión, sobre todo del pro-
lotariado de Buenos Aires, a través de una legistación so-
0lul moderna.l El respaldo de los trabajadores y los sindi-
0atos era tan fuerte que cuando el ministro, que para de-
üorminados grupos de presión se había convertido entre-
ülnüo en un personaje muy incómodo, fue relevado de su
oargo y arrestado en octubre de 1945, fotzaron su retorno
tl cargo con huelgas generales y manifestaciones multitu-
tlinarias.2
'lbnto como los sindicatos argentinos estaban satisfechos
con ese desarrollo de los acontecimientos, así estaba alar-
lnado el gobierno de Washington, cuyos pressure groups to
hnbÍan sido ajenos a la destitución del ministro. Este hom-
bro que admiraba abiertamente a Mussolini, que creía en
ln victoria final de Hitlef y que duiante la guerra había
nruntenido contactos con altos jefes militares alemanes y
cr¡n la Embajada Alemana, a partir de ese momento se pre-
¡tnró para alcanzar la presidencia en la Argentina. Los Es-
l,udos Unidos intentaron impedirlo por todos los medios po-
ribles.a En el plazo más breve posible, el Departamento de
It)xtado, cuya división para América Latina fue conducida

69
 rante muchas décadas habían esperado una urgente solu-
ción, fue presentado por Perón, con un gran sentido propa-
gandístico, como una revolucionaria "tercera posición" en-
tre el capitalismo y el comunismo.r0
Perón consolidó sistemáticamente Ia base de su poder
político sobre el sector social. Los poderosos sindicatos
creados por él y leales al Presidente, aseguraron Ia aproba-
ción entre las masas de trabajadores que se convirtieron en
ol poder doméstico del gobierno. La construcción de vivien-
das sociales, las sucesivas intervenciones estatales en Ia
política tarifaria, la legislación de seguridad y protección
del trabajo, contribuyeron a la enorme popularidad de Pe-
rón, lo mismo que la fijación de salarios mínimos, las vaca-
ciones pagas y la semana de cuarenta horas de trabajo. La
onposa de Perón, Eva ----cariñosamente llamada Evita-,
proveniente de una capa baja de la sociedad y comprome-
tida con la acción social, se convirtió en ídolo de los desca-
m,i,sados y alcanzó un grado de adoración popular que la
historia argentina no había conocido hasta entonces.
La posición de partida para poner en práctica semejan-
to¡ reformas sociales y políticas de gran alcance, que eleva-
senado.T Fue la mayor derrota diplomática de los Estados ron de manera considerable el nivel de vida, con una infla-
Unidos en la historia de las relaciones panamericanas' olón al principio muy baja, era francamente favorable para
EI ahora general de brigada Perón, apoyándose en las ln Argentina de los años de posguerra.rl Igual que los de-
grandes -u.ár del país y mediante una utilización autori- mrln países sudamericanos, la Argentina había atravesado
Iaria de sus facultades presidenciales, intentó solucionar un período de gran prosperidad durante la Segunda Gue-
rrn Mundial. El país del Plata abasteció a las potencias
¡llrrdas con importantes volúmenes de productos agrícolas
y nraterias primas a precios de mercado internacional ele-
yntlos por la demanda. Las industrias de la coalición anti-
Hlt,lor habían sido transformadas para Ia producción béli-
GH y por consiguiente podían abastecer con productos a la
Argontina en una escala mucho menor que en tiempos de
pnz, l,as medidas restrictivas al suministro, impuestas por
Ior lCstados Unidos por motivos políticos, tuvieron conse-
cia con los bloques mundiales en eI campo de Ia política ex- ft[rr¡rcias similares, de modo que Buenos Alres pudo acu-
terior.e El , Que r@' htulrrr una importante cantidad de divisas a'través de la
sidían en ina y en halrr¡rza positiva de su comercio exterior.12
parte toca , que du' lfrrrón úllizílos crecientes fondos del Estado sobre todo

70 7L
para su reforma social y económica. Con Ia aspiración de
reducir Ia dependencia del extranjero, Ia Argentina empe-
zó con la creación de una industria pesada en eI marco de
su glgantesco primer plan quinquenal justicialista. Para
reemplazar las importaciones, se impulsó una industriali-
zaciótt protegida a través de subvenciones y disposiciones
aduaneras,rs no sólo por razones de diversificación sino, de
manera acentuada, bajo el aspecto ideológico'nacional de
autosuficiencia económica. Por esa razórt, ya en la gesta-
ción del programa se delinearon políticas equivocadas de
desarrollo.la Las restricciones internacionales d,e L942 a
1949 contra Ia Argentina, como consecuencia del rumbo si-
nuoso de su política exterior, obligaron al país, además, a
emprender una industrialización extrema e ineficiente ya
que tuvo que incluir en su propia producción los artículos
de importación retenidos por el extranjero.ls
La política industrial orientada a un crecimiento rápido,
que eI plan quinquenal preveía para la afirmación de la
"independencia económica", mostró resultados positivos ex-
traordinarios en la fase inicial. La producción nacional cre-
ció en cantidad y calidad.l6 Una euforia de crecimiento y un
optimismo de progreso se apoderaron del país, que a su vez
estimulaban y motivaban a Ia economía. La Argentina era
una fiesta, así describe el historiador Félix Luna el sentir
de muchos contemporáneos de entonces.lT
Para fortalecer el comercio exterior y proteger a los ex-
portadores nacionales de las repercusiones del mercado in-
ternacional,'en 1946 se fundó el IAII, Instituto Argentino
de Promoción del Intercambio. El IapI fue autorizado a
comprar casi toda la producción agraria argentina y a ven-
derla al mejor postor en el mercado internacional. De esa
manera, eI Estado estaba en condiciones de provocar una
estabitrización de los precios al productor. En 1953, el Ins-
tituto controlaba dos tercios de la exportación, en su mayo-
ría de carácter agrícola, y un quinto de Ia importación, que
consistÍa sobre todo en maquinaria, vehículos e instalacio-
nes industriales.ls
En los primeros años del gobierno de Perón, la Argenti-
na experimentó un fuerte despegue económico. Este vuelo
72
de altura y las reservas en divisas, sobre todo en libras es-
terlinas, colocaron a Perón en posición de tomar la ofensi-
va para consolidar también la tercera columna del justicia-
lismo: Ia independencia política. Como ya se había estable-
cído en los principios fundamentales del cou, Perón llevó a
cabo un amplio programa armamentista que convirtió a la
Argentina en la potencia militar más fuerte del subconti-
nente.ls La república del Plata adquirió aviones de reac-
oión a Gran Bretaña, vehículos canadienses de transporte,
por fin también buques y equipos militares de las existen-
cias del ejército de Estados Unidos.
El nuevo gobierno argentino practicó con perseverancia
tu política hegemónica. En los tratados bilaterales de co-
mercio, según fuesen las condiciones de interés, los dife-
rontes Estados de la región quedaban ligados a Buenos Ai-
rss. Con eI fin de activar la propaganda pro argentina en
los Estados latinoamericanos y llevar eI programa justicia-
li¡ta a los sectores de los nacionalistas y trabajadores, se
amplió de manera considerable el cuerpo diplomático. Los
gobiernos y los movimientos que simpatizaban con la línea
pcronista recibieron apoyo: en Bolivia, eI Movimiento Na-
oionalista Revolucionario (uxn) de Víctor Paz Estenssoro;
on Perú la Alianza Popular Revolucionaria Americana
(ll'na) de Víctor Raúl Haya de la Torre. Aparte de esto, la
Argentina también siguió oponiendo tenaz resistencia con-
[rn cualquier intento de crear organismos internacionales
o regionales para Ia defensa del continente y se opuso de
mrnera terminante a Ia propuesta de los Estados Unidos
do dotar de poderes ejecutivos a la Unión Panamericanta.2o
Marginado de Ia política internacional por los Estados
Unidos y sus aliados, con el comienzo de su mandato Perón
lluxcó la asociación con un país que padecía el mismo ais-
llr¡niento. Fue el preludio de la alianza entre Franco y Pe-
rórr. La Argentina se mostró interesada en la creación de
una Confederación de Pueblos Hispánicos. El objetivo de-
llfrr ser la creación de una tercera fiietza política entre las
tuperpotencias, que nadie podría ignorar y que debía ser
co¡lducida por la Argentina. Se calculó un período de cinco
nños para la materialización de una base Io más amplia po-
73
sible para la tercera posición.zr La cooperación con España
en el ierreno políticó, económico y militar fue incorporada
en eI olan quinquenal.22
pul. qrr"bru. asociación tan indeseable, que hacía
temer Ia formación ".u de un bloque de Estados hispánicos
equidistante de los Estados Unidos y Ia Unión Soviética'
Washington intentó separar a los socios con todos los me-
dios a disposición de uoa potencia mundial' Por fin lo con-
siguió hacia finales de los años 40, ya que a Ia larga y a pe-
sa"r de todos los esfuerzos, la economía argentina no
pudo
hacer frente a los contratiempos internos y a las restriccio-
nes externas y eI país se deslizó hasta el borde de Ia insol-
vencia. En 1949, Ias finanzas argentinas estaban muy cer-
ca de Ia bancarrota y a principios de 1950 fue necesario
rescindir las obligaciones contraídas con España' Larazón
de la crisis financiera fue el fracaso del modelo económico
del justicialismo por una parte, y las consecuencias del boi-
cot internacional Por la otra.23
La nueva política agresiva de los Estados Unidos para
Ia Argentina, puesta en práctica por liberales estadouni-
denses contra conservadores, fuerzas armadas y Bancos
del país,za se había establecido en 1942143 y, junto con me-
didás políticas como propaganda, una marcada coopera-
ción cü Brasil.y una estrategia de aislamiento contra 1a
Argentina en el tampo económico, había llevado a medidas
de"fuerza como boicots, dumping contra los productos agrí-
colas, trabas en eI transporte de mercancías, barreras a la
exportación'de tecnología y bloqueos financieros'25 En su
de posguerra de "aprovechar Ia situación coy,ntu-
"rir"rro
ral de ta potiticá exterior de 1939 a 1945 para eternizar el
carácter áe 'patio trasero' de América Latir:ra",26 los Esta-
dos Unidos eiercieron una permanente y firme presión so-
bre Ia Argeniina para que se incorporara a la política he-
misférica de la potencia líder de Occidente'
Los Estados unidos justificaron las fuertes presiones
sobre Ia Argentina con Ia tesis sostenida oficialmente de
que ese país habria sido un refugio del nacionalsocialismo
y det fascismo durante Ia guerra y que en eI futuro amena-
Laba convertirse en punto de arranque de un cuarto Reich'
74
Sin embargo se disimularon los intereses económicos de loe
Estados Unidos, que aspiraban a quebrar la hegemonla
económica, sobre todo de Gran Bretaña, y a desalojar del
mercado argentino a las empresas alemanas.27
La decadencia de la Argentina, que comenzó con los
años 40 de este siglo, obligó aI país a postergar cada vez
más sus planes hegemónicos. A principios de los años 50,
ya se había estrechado de manera considerable el margen
de la política exterior y económica de Perón. Los actos po-
lfticos fallidos como también las medidas anticlericales que
tuvieron como consecuencia Ia primera excomunión de un
jefe de Estado en cien años, hicieron crecer el número de
los adversarios. En junio de 1955 fracasó un intento violen-
to de golpe de Estado. Tbes meses después, Perón fue vícti-
ma de una de las sucesivas revoluciones forzadas por los
Ustados Unidos, que a mediados de los años 50 barrieron
con los gobiernos autocráticos del subcontinente.28
b) La política inmigratoria de Perón
La idea de que la inmigración a la Argentina fuese fo-
rnentada por el Estado estaba unida de manera insepara-
llle con el gigantesco programa peronista, el plan quinque-
nul, y era una condición para su éxito. Las llamadas tres
cr¡lumnas del justicialismo se remitían, todas, a la necesi-
dnd de incrementar la inmigración. La reorganización so-
cinl de Ia Argentina necesitaba de tipos humanos de espí-
ril,u más abierto, con una voluntad creadora moderna que
tkrllía sustituir a la concepción del trabajo estrecha de mi-
Itts del catolicismo mediterráneo. La independencia econó-
lnica sóIo se podría alcanzar con una fuerte industrializa-
tlón del país, Ia que por su parte necesitaba del obrero, pe-
ro ¡obre todo de los técnicos e ingenieros. El trabajador del
onnlpo iletrado, por tradición el típico inmigrante en el Río
lh, la Plata hasta entonces, había descendido de manera
ot¡n¡iderable en la escala de prioridades. Por último, para
Iogrrr el objetivo de la independencia política era necesa-
75
rio un incremento de Ia población Io más alto posible. Con oncontraron gran repercusión en el país y un eco fenome-
nal en la prensa. Se hablaba incluso de una fiebre argenti-
dieciséis millones de habitantes en tgLT,IaArgentina que-
na.3a El anuncio argentino de que quería recibir a cuatro
daba muv atrás de su rival Brasil (cuarenta y cuatro millo-
millones de inmigrantes y empezar con un cupo de treinta
nes d'e habitantes) y sólo por el desigual crecimiento del
número de habitantes perdía constantemente el derecho a mil por mes,35 hizo crecer el torrente de postulantes. EI 20
de marzo de 1948 se concertó con Italia un acuerdo oficial
reclamar un papel hegemónico regional. La refereneia a la
fuerte homogeneidad étnica de la población en América del de emigración; el 18 de octubre de 1948 con España.36 El
Sud ---con Ia única excepción de Uruguay y Paraguay- no
tratado político con Italia preveía la emigración de sete-
podía llamar a engaño: Ias aspiraciones hegemónicas no se cientos mil italianos en el término de tres años.37
podrían concretar sobre Ia base de un nivel demográfico La Argentina recibió gran-des contingentes de displaced
persons, desplazados, europeos del Este dispuestos a emi-
bajo.
grar y también a miles de miembros del ejército polaco di-
Perón era consciente de todo eso y aprovechó las cir-
¡idente.38 Los Estados Unidos, que se proponían solucionar
cunstancias favorables de la destrucción y el desarraigo en
ol problema de los refugiados en Europa Occidental para
Europa después de Ia Segunda Guerra Mundial para em-
prender una política activa de inmigración. Las destruidas ostabilizar las condiciones políticas, estaban interesados
on trabajar sobre el particular junto con la Argentina y
industrias europeas no estaban en condiciones de integrar
también por esa razón hacían la vista gorda al hecho de
en el mercado de trabajo local a los soldados que regresa-
que la Argentina recibía a grupos enteros que, de acuerdo
ban a sus lugares de residencia. Mucho menos a las masas
con las disposiciones aliadas, de ninguna manera debían
de refugiados que habían dejado atrás eI infierno. Los ejér-
Rbandonar el viejo continente.se
citos de millones de desocupados eran un material social
Aparte de su función oficial de jefe de delegación de la
explosivo y a fines de los años 40 pesaba la amenaza, sobre
comisión de inmigración en Italia, el padre Silva cumplió
todo en Italia, de un triunfo electoral de los comunistas. Al
gobierno de Italia, como también a los de otros Estados, se ndemás con un encargo personal de Perón: se hizo cargo de
los refugiados que querían llegar a la Argentina sin contar
le reveló como un mandato de la hora abrir allí una válvu-
con documentación completa. En coordinación con el direc-
la para la emigración y acogió con agradecimiento las ofer-
l,r¡r de las autoridades migratorias argentinas, Santiago
tas argentinas, que ya se habían hecho públicas a media-
dos de 1946 e hicieron surgir numerosos centros ilegales de
Itlralta, la delegación otorgó en cada caso eI permiso de en-
L¡ada (libre desembarco), a veces únicamente a base de do-
emigrantes.ñ pt 6 de diciembre de 1946, apenas cuatro
oumentos de la Cruz Roja Internacional, que trabajaba en
días después de Ia firma del decreto que había creado la
colaboración con la Embajada y muy en especial con el
Delegación Argentina de Inmigración en Europa, partió (k¡nsulado Argentino en Génova. Aparte de eso, también
hacia Ronia una comisión designada por Perón.3o La ur-
gencia revela la prioridad que se le había asignado al pro- to arreglaron las cuestiones relativas aI embarque de las
p(lrsonas afectadas.ao Sobre todo los alemanes que habían
yecto. Bajo la conducción del presbítero José Clemente Sil-
Iogrado pasar inadvertidos a las autóridades aliadas en los
va, un hermano del ultranacionalista y jefe de la secreta-
purrrtos italianos, se volcaron con ese propósito al consula-
ría militar de la presidencia, general Oscar Si1va,31 Ia cot
rlo argentino. En aquel entonces, los representantes de las
misión tenía amplios poderes para otorgar antonzaciones
de entrada para la Argentina,sz y para organízat una ofici- ¡xrtcncias vencedoras les habían explicado de manera ine-
qtrfvoca a los representantes argentinos en Europa, que en
na central para la selección de los postulantes europeos.33
oxr¡s años de posguerra pesaba sobre los alemanes una pro-
Las negociaciones de la delegación con el gobierno italiano
77
76
hibición general de emigraciónaly que en todo caso queda-
ba limitada a casos de excepción, después de examinar los
antecedentes políticos. Una vez más, como primer y por
mucho,tiempo único antiguo Estado enemigo, la Argentina
desistió de aplicar las medidas de desnazificación en la in-
migración de alemanes,az llevó a su mínima expresión eI
control para los alemanes y en conocimiento de la situación
en Alemania, que hacía imposible la obtención de tales do-
cumentos a muchos alemanes, no insistió en la presenta-
ción de certificados de buena conducta, en otros casos obli-
gatoria. Las consecuencias inmediatas fueron las protestas
aliadas, que sin embargo no tuvieron ningún efecto en la
oficina consular. El único examen de las solicitudes de in-
migración se llevaba a cabo en las oficinas argentinas de
inmigración, la Dirección de Migraciones y terminaba, ca-
si sin excepción, con eI otorgamiento de la visa correspon-
diente. Además, la Argentina fue el primer paÍs que reci-
bió a inmigrantes,alemanes después de la Segunda Guerra
Mundial. IJn memorándum interno del ministerio de
Asuntos Exteriores en Bonn, por entonces en etapa de or-
ganizacíón, señala que "Alemania tiene más chances en la
Argentina de las que sospecha o sepa aprovechar."aa
c) Perón y los alemanes
El nuevo presidente de Iá República Argentina sentía
desde siempre una predilección por todo lo alemán y en eso
compartía la posición predominante del ejército argenti-
no.aa Los instructores de Perón en el Colegio Militar ha-
bían sido oficiales alemanes. Entre ellos se destaca sobre
todo el general Wilhelm Faupel, que antes y después de la
Primera Guerra Mundial trabajó como asesor de Ia Inspec-
ción General del Ejército y tenía gran influencia en las
cuestiones estratégicas, tácticas y de técnicas de instruc-
ción.45
Como capitán en el Estado Mayor y profesor en la Es-
cuela de Guerra, Perón publicó estudios de historia militar
78
sobre las operaciones tácticas alemanas en Ia Primera
Guerra Mundial y en los años 30 emprendió un viaje de
instrucción militar, que 1o llevó también a Alemania. Más
adelante, mantuvo contactos estrechos con círculos cerca-
nos a la Embajada Alemana en Buenos Aires y contó con
una victoria de las fuerzas del Eje. Es posible también que
la representación diplomática del Tercer Reich haya otor-
gado subsidios financieros a cada uno de los miembros del
Grupo de Oficiales lJnidos, cou, que tuvieron una partici-
pación preponderante en el golpe de Estado del 4 de junio
de 1943. EI nombre Perón aparece en conexión con la in-
tención alemana de asegurar Ia neutralidad argentina en
la Segunda Guerra Mundial, como también en relación con
las negociaciones para el suministro de armas alemanas a
la Argentina durante la guerra.a6
A pesar de Ia ruptura de relaciones diplomáticas con
Alemania decretada por el presidente Ramírez, que Perón
y sus compañeros de lucha no pudieron evitar, el círculo en
torno a los políticos ambiciosos no perdió de ninguna ma-
nera el contacto con eI Tercer Reich.aT En marzo de 1944, a
través de Ia emisora de la red de espionaje Bolíuar, el ca-
marada de Perón en el cou, coronel Arturo Brinkmann, un
agente del so (servicio de seguridad alemán), hizo que se
comunicara a Berlín que Alemania no debía hacer caso de
la ruptura de relaciones y que además la Argentina seguía
interesada en el suministro de armas alemanas.as Con una
xeñal diplomática inequívoca, el grupo preponderante en el
gobierno argentino indicó que en Buenos Aires no se había
verificado ningún cambio abrupto de opinión: eI presiden-
tc Ramírez había sido depuesto y reemplazado por el gene-
rul Farrell. También se dieron largas, de manera casi os-
l,cntativa, a la permanente cuestión planteada por los alia-
rlos sobre la detención, la condena o Ia deportación de los
rrgentes alemanes.as
Finalmente, cuando la presión de los Estados Unidos se
Irizo demasiado fuerte y foruó Ia declaración de guerra, Pe-
rón se vio urgido a consultar esa situación con las personas
¡rrominentes de Ia colectividad alemana antes del anuncio
of icial de Ia decisión. A principios de 1945, entretanto, Ia
79
neutralidad argentina había perdido su valor para el Ter-
cer Reich, mientras que su mantenimiento podía resultar
extremadamente peligroso para eI país del Plata. Años
más larde recordaría Perón:
"Indudablemente, a fines de febrero de 1945, la guerra
ya estaba decidida. Nosotros habíamos mantenido Ia neu-
tralidad pero ya no podíamos mantenerla más. Recuerdo
que reuní a algunos agrigos alemanes que tenía, que eran
Ios que dirigían Ia colectividad, y les dije: 'Vean, no tene-
mos más remedio que ir a Ia guerra, porque si no, nosotros
y también ustedes vamos a ir a Nuremberg...(sic)'. Y de
acuerdo con eI consenso y la aprobación de ellos, declara-
mos la guerra a Alemania pero, ¡claro!, fue una cosa pura-
mente formal..."5o
Como secretario de Tbabajo y Previsión Social, eI astuto
político había fundado un Instituto Nacional de Seguridad
Social y creado gna organización de sindicatos controlada
por éI. En poco tiempo, Perón llegó a ser el ministro más
popular y se convirtió respaldo de los obreros median-
te- en el hombre fuerte -eldel gobierno. Por fin, cuando las
serias divergencias en eI gabinete lo obligaron a renunciar
a principios de octubre de L945, desempeñaba también los
cargos de ministro de Guerra y vicepresidente.
Rodolfo (Rudi) Freude, hijo del empresario Ludwig
Freude y buen amigo de Perón, por iniciativa de su padre
le ofreció como refugio Ia casa de verano de la familia,
Ostende, en\rna isla del Delta del Tgre y de esa manera
sustrajo aI político de las persecuciones que eran de espe-
rar de sus adversarios.sl En la isla, con la única compañía
de Eva Duarte, más tarde su esposa, y un sirviente de
nombre Otto, que apenas entendÍa el español y que por la
palabra que más usaba era llamado "Otto Jawohl" por los
huéspedes, Perón esperó el desarrollo ulterior de los acon-
tecimientos.
Mientras tanto, Ios partidarios de Perón habían recibi-
do la renuncia del ministro social con protestas de suma
gravedad y preparaban una huelga general. Se produjeron
tiroteos que terminaron con muertos y heridos. El gobier-
80
no, en un estado de evidente confusión, ordenó la detención
ds Perón y comisionó aI jefe de Ia policía argentina, coronel
Aristóbulo E. Mittelbach, para que llevara a cabo el arres-
to. Este íntimo de Perón y cofundador del Gou, todavía in-
tentó mediar entre el presidente Farrell y su antiguo lu-
garteniente; por úItimo, junto con el teniente coronel Do-
mit go Mercante, visitó a Perón en la residencia de Freude
y le describió la situación.52
En vista de ello, Perón ya no opuso más resistencia a la
internación militar en la IsIa Martín García, situada en el
RÍo de Ia Plata, sobre todo porque, de acuerdo con los rela-
[os de sus amigos, es evidente que presintió que la decisión
del gobierno habría de provocar lo contrario de Io que se
xuponía debía abía que sus
amigos en el ej Por liberarlo,
nus partidarios a la moviliza-
ción en las cal ación de Eva
l)uarte, se produjeron manifestaciones tan multitudina-
rias como nunca antes había presenciado la Argentina' La
multitud, que coreaba sin cesar eI nombre de Perón, se po-
xcsionó del control sobre Ia capital del país. Para evitar que
lu concentración terminara por convertirse en un levanta-
miento popular, eI gobierno dispuso que un avión trajera al
oficial internado a Buenos Aires, donde, en Ia noche del 17
rlc octubre de 1945 y delante de una multitud jubilosa, pro-
nunció un encendido discurso desde eI balcón de Ia Casa
Rosada, el Fue la hora de naci-
miento del ía anticiPado eI resul-
tado de la Io erigió en Presiden-
te de la República Argentina. EI grado de adhesión era
Los alemanes y todos los de raza gerrnana, entretanto,
vivían tiempos difíciles. Con la declaración de guerra, co-
rno también con la adhesión a las Actas Panamericanas de
81
cialistas como antinazis, alrededor de doscientos cincuenta
empresas de judíos alemanes, propiedades de individuos
de orientación nacionalsocialista o políticamente neutra-
Ies, e§cuelas alemanas, hospitales alemanes, asilos de an-
cianos alemanes.ss Así fue cómo Ia dividida colectividad
alemana de la Argentina encontró un destino común con Ia
entrada del país en la guerra. Aunque también una conve-
niente porción de oportunismo político coad5ruvó ala adop-
ción de estas medidas, sin embargo debe verse como factor
desencadenante la fuerte presión de parte de los Estados
Unidos.
Las medidas alcanzaron con todo rigor a las escuelas,
que fueron cerradas, y a las empresas pertenecientes a ale-
manes del Reich.s6 Sin embargo, las medidas ya eran pre-
visibles meses antes de su ejecución para los observadores
políticos atentos, de modo que las juntas directivas, los
presidentes de asociaciones y los directores de escuelas hi-
cieron todos los esfuerzos posibles por disimular o distri-
buir los bienes respectivos mediante Ia dispersión.57 De
igual manera, firmas enteras trataron de argentinizarse
mediante un cambio oportuno de directorio.s8
Un objetivo de la política exterior del nuevo gobierno
era volver a establecer una relación amistosa con Alema-
nia. Después de la terminación de las operaciones milita-
res en Europa, el gobierno de Perón envió grandes cantida-
des de ropa, medicamentos y alimentos a la Alemania des-
truida y emfobrecida, a través de la organizaciÍn de la
Cruz Roja Internacional.se También figuró entre los prime-
ros países que volvieron a abrir consulados en Alemania.
La Argentiha, que en las organizaciones internacionales se
erigió en abogado defensor de los países atrasados y en
vías de desarrollo contra los intereses de los países indus-
trializados, emprendió en 1948 un ataque diplomático a fa-
vor de Alemania en eI más alto nivel político. Cuando a la
República del Plata le llegó eI turno de ocupar Ia presiden-
cia en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, eI
ministro de Relaciones Exteriores Bramuglia, mediante
conversaciones y peticiones, intentó poner fin al bloqueo de
82
Berlín.60 Con semejantes operaciones, sin embargo, la Ar-
gentina sobrestimó en demasía su posición y su influencia
sn el mundo.
A esas alturas, ya habían entrado en la Argentina miles
de inmigrantes alemanes de posguerra y algunos ya goza-
ban de prosperidad económica. Perón mantuvo permanen-
te contacto con la colectividad alemana del país y cultivó
osas amistades en particular. EI empresario Ludwig Freu-
de, por muchos años presidente del CIub Alemán y uno de
Ios alemanes más ricos de Ia Argentina, ya desde los años
30 había mantenido una relación de estrecha confianza
con eI ambióioso oficial. Como uno de los dirigentes de Ia
colectividad alemana había sido el hombre de confianza de
la embajada del Tercer Reich, y después de la ruptura de
las relaciones diplomáticas, junto con otras personas, ad-
ministró a título fiduciario el fondo de espionaje que había
dcjado el general Wolf como último agregado militar.ol Los
Flstados Unidos sobrestimaron de manera extraordinaria
ol papel de Freude y vieron en éI aI nazi número uno, al
que había que darle un escarmiento.6z Sobre todo el emba-
jador de los Estados Unidos en Buenos Aires, Spruille Bra-
den, no se cansó de exigir en el Ministerio de Relaciones
Exteriores eI arresto de Freude. El 11 de septiembre de
1945, finalmente, el presidente Farrell dispuso mediante
un decreto el arresto y la expulsión del extranjero Ludwig
I'reude.63 Este se defendió con medios legales y presentó
una solicitud urgente de naturalizaciÍn. Pero le fue recha-
zuda en el acto, a lo que interpuso un recurso de casación.64
l)cro entonces se precipitaron los acontecimientos.
En octubre de 1945, durante Ia crÍtica situación políti-
r:rr, Ludwig Freude se había interesado por eI destituido vi-
ccpresidente Perón y Ie brindó refugio en su residencia ve-
rrrniega. Este acto de amistad no fue olvidado: en lo suce-
xivo se pasaron por alto Ias demandas de extradición britá-
rricas y norteamericanas y las investigaciones contra las
rrctividades de Freude quedaron en la nada.65 En mayo de
1946, Freude organizí una pomposa fiesta de cumpleaños
¡lrra Eva Perón; en abril, su hijo Rodolfo había ascendido
rr secretario del Presidente.66 Éste creó para Perón un ser-
83
vicio de información del Estado,la Secretaría de Inforrna-
ciones,67 y otganízí,junto con otros gerrnano-argentinos, la
emigragión ilegal de alemanes al Río de Ia Plata a través
de ltalia.
Muy a pesar del embajador de Alemania Federal, Perón
mantuvo asimismo una relación amistosa con el coronel re-
tirado Hans-Ulrich Rudel. El general estaba vivamente in-
teresado en las descripciones auténticas del escenario béIi-
co europeo que podía hacerle, por propia observación y co-
nocimiento, eI oficial más condecorado de Ia Wehrmacht,
único portador delahoja de roble de oro con espada y bri-
llantes de la Orden Teutónica de la Cruz de Hierro.68 Los
encuentros entre ambos eran frecuentes y aun después del
derrocamiento de Perón, Rudel lo visitó en 1958 en su exi-
lio en la República Dominicana y por úItimo otra vez en la
Casa Rosada, durante la tercera presidencia de Perón en
Lg74.6e
Los elementos constitutivos de Ia naturaleza d'el nuevo
Estado argentino doctrina justicialista, el régimen au-
toritario, la firme -la
posición ideológica contra el capitalismo
y el comunismo- traspasaron las fronteras argentinas y
ejercieron un mágico poder de atracción sobre aquellos que
habían visto consumirse sus ideales en el fuego de la Se-
gunda Guerra Muhdial. Pero al mismo tiernpo también so-
bre aquellos que, con motivo de címenes contra la huma-
nidad y contra las normas de la comunidad occidental, no
podían esperal clemencia de los nuevos dueños del poder
en Europa.
84
Noras
I Pendle, Argentinien, Capítulo "Die Konsolidierung der Macht";
Page, Perón, Cap. 7: "Wooing the Workers".
2 Pendle, Argentinien, pág. 83 y siguiente; Friedl Zapata, Peronis-
tnus,pág.130; Page, Perón, Cap. 15: "The Seventeenth ofOctober".
rr
Pendle, "Aera Perón", pág. 8673.
a Pendle, "Aera Perón", pág. 8676 Page, Perón, Cap. 10-13.
6 Departamento de Estado de los Estados Unidos (editor). Con-
lulta entre las repúblicas america¡as con respecto a la situación ar-
gcntina, publicado en Washington el 11 de febrero de 1946. Cap. II
n: "Argentine-Nazi negotiations for military assistance to Argenti-
ItR".
6
Pendle, Aera Perón, pág. 8676.
7 Pendle, Aera Perón, pág. 8676; Scenna, "Braden y Perón"
(1969); Escudé, "Braden, Perón y la diplomacia británica (1978);
lumbién: Braden, Diplomats and Demagogues, 197L, pág. 357. En
rrxtas memorias suyas, el antiguo subsecretario de Estado a cargo d.e
lox asuntos latinoamericanos todavia habla lleno de odio de "Perón y
xu pandilla" y se vuelve contra los "pacifistas" de su propio paÍs que
l¡o lo habrían apoyado lo suficiente en su oposición a Perón.
8 Sobre esto: Waldmann, "Der Peronismus" (L974). Esta diserta-
r:ión catedrática representa el intento cientÍfico-polÍtico de una expli-
crrción estructural del peronismo mediante la ponderación de los di-
lirrr:ntes modelos de interpretación del siStema "justicialista".
e Pendle (Aera Perón) en su análisis benévolo, hace una evalua-
cir'rn del gobierno de Perón mediante la pregunta sobre si alcanzó los
olrjetivos que él mismo se fijó. Sobre la política exterior del peronis-
rno: Escipión, "La política exterior peronista" (7974); Grabendorff,
"Aussenpolitik Argentiniens" (1978); también: Pendle, Argentinien,
( lrrp. "Das Argentinien Peróns", pdssim.
85
 10Grabendorff, "Aussenpolitik Argentiniens", pág. 160.
11
Klatovsky, "Südamerika heute", pág. 45.
12
S4mhaber, Neue Welt,pág. 47; Klatovsky, "Südamerika heute",
páe.36'.
13 Escudé, Declinación, pág. 74.
la "Argentinien im Herbst 1955. Reisebericht" (A¡gentina en el
otoño de 1945. Informe de viaje), Dr. Hasche, miembro del Parlamen-
to Federal, al consejero de legación Moltmann (Ministerio de Rela-
ciones Exteriores), Hamburgo, 24 de noviembre de 1955, 210-
01.9101 en: pA AA, Abt. 3, Vol. 75, N'329.
15 Escudé, Declinación, pág. 375.
16 Klatovsky,
"Südamerika heute", pág. 37 . Desde el punto de vis-
ta económico, el autor considera a la Argentina como el destino más
ventajoso para los emigrantes a América Latina.
17
"La Argentina era una fiesta" es el título del primer volumen
de la trilogÍa Perón y su tiernpo (1984-1986), de Félix Luna.
18
Pendle, Aera Perón,pág.8677.
le Kannapin, "Deutschland und Argentinien", pág. 116.
20 Sobre la polítipa hegemónica de Perón: Gonzáles de Oleaga,
" Alianza Franco-Perón", pá9. 637 y siguiente.
21 Gonzáles de Oleaga, "Aliarrza Franco-Perón", pá9. 638 y si-
guientes. La autora habla de la "operación más sutil de cuantas pro-
tagonizó el peronismo en América Latina" (pág. 639). En aquel en-
tonces, la Argentina propuso enviar a España al doctor Santiago M.
Peralta ("caballero amigo de España cien por cien"), con el objeto de
fundar w Instituto'Etni"o como escalón preliminar de la planeada
confederación de los pueblos hisprlnicos y para reglamentar las cues-
tiones migratorias (pá9. 638 y siguiente). Sobre Peralta, véase tam-
bién: Avni, Inmigración Judía, CAp. v 2.
22 Gorlzáles he Oleaga, "Alianza Franco-Perón", pág. 642 y si-
guiente.
23
Gonzáles de Oleaga, "Alianza Franco-Perórr" , pá9.685; Escudé,
Declinación, pássim.
2a Escudé, Declinación, pág.27.
25 Gonzáles de Oleaga, "Alianza Franco-Perón",pág.687.
26
Kossok, "Sonderauftr ag", pág. 245.
27
Newton, Neutralization of Fritz Mandl. El autor habla del ues-
fuerzo extraordinario del Departamento de Estado, entre 1942 y
7947, para eliminar las influencias extranjeras de la Argentina, y
para obligar a los argentinos a aceptar la hegemonía política, econó-
mica y militar de los Estados Unidos en el hemisferio occidental. Fue
un esfuerzo notable por su crudeza, por el derroche excesivo de re-
86
cursos burocráticos, la corrupción de la prensa y las embarazosas
¡¡affes. No obstante, en virtud de la force majeure norteamericana en
el mundo de posguerra, fue muy exitoso" (pág.579). Algo similar di-
ce Escudé, Declinación, pág. 110, que en su estudio basado en mate-
rial de archivo de los Estados Unidos sobre la declinación argentina,
procura demostrar la "responsabilidad directa e indirecta del gobier-
no norteamericano en la declinación argentina" (pág.22).
28 Getulio Vargas (Brasil, agosto de 1954); Juan Perón (Argenti-
na, septiembre de 1955); Víctor Paz Estenssoro (Bolivia, mediados de
1066); Manuel Odría (Perú, mediados de 1956); Gustavo Rojas Pini-
lla (mayo de 1957); Marcos Pérez Jiménez (Colombia, enero de 1958).
2e Embajada Argentina en Roma al Ministerio de Relaciones Ex-
toriores, 1" de junio de 1946, Boletín Informativo No 5, en AG MREC,
l)iv. Política, Italia 6/1946.
¡f0
Rissech, Migración eulopea, pág. 278. Sobre esta delegación y
¡us actividades en Italia: Senkman, Relaciones, Cap. L
ttt En Army & Politics II, pág.50, Potash hace alusión a la espe-
olnl relación de confianza entre eI general Silva y Perón.
:12
Rissech, Migración europea, pág. 278. La comisión estaba inte-
groda además por Fernando Bidabebere, como representante del m,-
I't, Miguel Angel de Gamas, el doctor José Antonio Güemes, Adolfo
tlcilingo, que presidió la delegación después de la renuncia de Silva,
y Alberto Zileri.
ttt Die Welt, Hamburgo, 3 de diciembre de 1946, citado de Bucke-
lay, Auswanderung, pág. 66.
ita
L'Osseruatore Romano della Domenica, Roma, 16 de marzo de
1947.
ilr' «Millones de emigrantes esperan por su pasaporte", dice el
Ntue Ruhr-Zeitung de Essen, el 8 de febrero de 7947. También Die
Wtlt de Hamburgo, el 3 de diciembre de 1946, citado de Buckeley,
Auxwanderung, pág.66.
116
Rissech, Migración europea, pág. 296 y 301.
¡7 «Moeglichkeiten der Auswanderung" (Posibilidades de emigra-
ttlónl, Frankfurter Allgemeine Zeitung,lT de enero de 1950.
:18
Senkman, Relaciones, pág. 704. La Delegación Argentina de In-
nigración en Europa otorgó las visas necesarias a los soldados pola-
rtox que habÍan sido internados en Italia, en campamentos bajo vigi-
lnncia británica.
rro
Senkman, Relaciones, Cap. ttt.
ao de Mahieu,27 de febrero de 1990.
¿r "Las autoridades militares norteamericanas, británicas y fran-
r,rtxns informan que la emigración alemana no es permitida": secre-
87
tario de Embajada Dubois al Ministerio de Relaciones Exteriores,
Hamburgo, 19 de marzo de 1948, en: AG MREC, MCr, 173.591/1948.
a2 vpn Oven,
"Ein'Entlasteter' meldet sich zu Wort" (Un "exone-
rado" pide la palabra), en Freie Presse, Buenos Aires, 17 de febrero
de 1952.
a3 Doctor Braum al doctor Melchers (Servicio Exterior), 19 de ju-
lio de 1950, en: pA AA, Abt. m b,270-0U5, Vol. 1.
aa Así lo expresa también el embajador de la República Federal
Alemana, Terdenge, en un informe a Relaciones Exteriores del 19 de
mayo de 1952, en: pA AA, Abt. uI b, 210-01/5, Vol. 1. Junto al ejército,
constató una actitud germanófila sobre todo entre los nacionalistas
argentinos como también en los cÍrculos de católicos fanáticos.
a5 Potash, Arrny & Politics,I, pá9. 5; Luca de Tbna, Yo, Juan D.
Perón, pág.23.
a6 Departamento de Estado de Estados Unidos, "Consultation",
Cap. II a, y pássim; Rout/Bratzel , Shadow War, pág. 393 y siguien-
tes. Santander,Técnica,pág.32-35 y pássim, por el contrario, no es
en absoluto digrro de crédito. Se apoya en material probadamente
falso y fue desmentido muchas veces. En la pág. 28, por ejemplo, ha-
bla de la participación de Perón en un partido de póquer en la Em-
bajada Alemana, en un momento en que se encontraba en Europa.
47 Rom, Así hablaba Juan Perón, pág. L07.
a8 Rout/Bratzel, Shadow War, pág. 4Ll y 474.
ae RoutlBratzel, Shadow War, pág.417 y siguientes, y pássim.
50 Explicación de Perón al historiado¡ Félix Luna en enero de
1969 (Luna, El 45, pá9. 55, nota 3). También: Luca de Teta, Yo, Juan
D. Perón, pág. 87 . En Asi hablaba Juan Perón de Rom, pág. 107 y si-
guiente, Perón menciona incluso un pedido de Alemania en el senti-
do de que seríqrdeseable que la Argentina entrara en la guerra, pa-
ra que después, como potencia vencedora, pudiera desempeñar un
papel benevolente en la posguerra.
51 Luca de Tena, Yo, Juan D. Perón, pág. 60; Page, Perón, pág.
119.
52Page, Perón, Cap. 14 "Arresto"; Lwa, El 45, pág. 245; Luca de
Tena,Yo, Juan D. Perón, pág.60.
53 Argentina ratificó la Carta de las Naciones Unidas y las Actas
de Chapultepec el 19 de agosto de 1946 con las leyes 12.837 y 12.838
(Luna, Perón y su tiempo,I, pá9. 524).
5a
El decreto 11.599 del 25 de abril de 1946 dispuso la liquidación
de bienes y propiedades de Alemania y de los ciudadanos alemanes.
55
Newton, Myth of the Fourth Reich, pág. 81. Pero algunas expro-
piaciones tuvieron que ser dejadas sin efecto poco tiempo despuéa,
88
Entonces las autoridades restituyeron a sus propietarios el Argenti-
tti.ache Tageblatt, de úgida posición antinacionalsocialista, y el Cole-
¡'lo Pestalozzi.
66 A fines de marzo de 1945, las empresas enemigas fueron pues-
tnrr bajo administración judicial y las más grandes de ellas bajo la de-
ptrndencia de la sociedad de propiedad del Estado DINIE, Dirección
Nacional de Industrias del Estado. (Hastedt, Direktinuestitionen,
pág. 10a).
6? Así por ejemplo Carlos Schulz, que por ser argentino había si-
do nombrado presidente de la asociación de maestros alemanes
Dtu.tsche Lehrer'Verband (otv), aprovecha una reglamentación para
ea¡os de emergencia en el estatuto de la asociación, redacta una
ulúusula para la repartición de todos los bienes y los destina a la
n¡istencia de los maestros despedidos de las escuelas alemanas y de
¡r¡¡ fámilias. De este modo, la DLV fue una de los pocas asociaciones
quo escaparon a la expropiación: ya no había ningún patrimonio que
tronfiscar. También la Fundación Funke pudo ser salvada por Schulz,
en particular su casa de reposo para alemanes indigentes cerca de
Illrnquist en el sur de la proüncia de Buenos Aires' Como resultado
do las gestiones con el procurador general de Buenos Aires, que en
¡rrrgo de sus diligencias recibió un ejemplar de
Mi lucha, el hogar
qucdó a salvo de la codicia de dos parlamentarios (Schulz, 14 de mar-
ro rlc 1990).
68 La fábrica textil Sedalana nombró jefe al judío alemán natura-
la empresa no aparecie-
llr,rrrlo argentino, doctor tr'raenkel, para que
nr (nmo propiedad enemiga (Rasenack, 6 de enero de 1990). Los di-
rlgrrntes de la colectividad alemana, en su mayoría buenos conocidos
rk' I)erón, como Ricardo Staudt o Ludwig Freude entre otros, escapa-
rort n las expropiaciones en gran escala a través de sus relaciones.
61)
Luca de Tbna, Yo, Juan D. Perón, pág. 87 '
rr(l
Grabendorff, Aussenpolitih Argentiniens, pág. 160.
ril Rout/Bratzel, Shadow War, pág. 422. Fatago (Scheintot, pág.
lltO) afirma que Freude habría sido el embajador alemán no oficial
y (luc von Thermann habúa tenido que acatar sus instrucciones. En
lrr ¡rublicación del Departamento de Estado de Estados Unidos. (Con-
sullution, pássim) se ponen de relieve sus actividades. En cambio en
Vrllrcrg (Auslandsdeutschtum und Drittes Reich) ni siquiera se las
lllt't)ctona.
(r2 ¡'Esta embajada considera sus esfuerzos por hacer que Freude
¡r,rr internado como un caso testigo fundamental, en el que se mos-
Ilrrrti si se puede desarmar la maquinarianazi en la Argentina" (del
lrir¡r'rrrgado de Negocios de Estados Unidos, John Cabot, al ministro
89
de Relaciones Exteriores Juan Cooke, septiembre de 1945, citado de:
RoutlBratzel, Shadow War, pág. 422).
63 El decreto 2L28411945, Buenos Aires, 11 de septiembre de ry
1945, flrndamenta la medida en "las peligrosas actividades antiso-
ciales" de Freude. Los ceurNos HACrA LA ARGENTINA
e Rout/Bratzel, Shadow War, pág. 423.
65 En Rout/Btatzel,
Shadow War, pág. 420, se habla del "Eje Pe-
rón-Freude": "El surgimiento de Freude y su influencia sobre Perón
sigue siendo uno de los midterios sin resolver de la política argenti-
na en los años cuarenta". Aún más drástico es el testimonio de una
inmigrante danesa que consiguió un empleo en el palacio de Freude
en Lagos del Sur: "I árene lige efter krigen var han máske den még-
tigsk tysker og nazist i verden" (Foged/Krtiger, Flugtrute Nord,, pág.
a) Submarinos
66
Rout/Bratzel, Shadow War, pág.423.
67 Spitzy, ca¡ta
del 28 de febrero de 1991. Del mismo, So entha- En horas de Ia mañana del 10 de julio de Lg45, un suceso
men wir den Alliierten, pág. 727. lbsolutamente imprevisible causó viva conmoción en la ba-
68 Rudel, Deutschland-Argentinien, pág. 73: "A nosotros, los vie- ¡o de la Marina de Guerra Argentina cercana a la ciudad
jos soldados (. ..) nos ha entregado todo su corazón y no desaprovecha portuaria de Mar del Plata. Hacia las 07:00 hora local, en-
ningu.na ocasión paia demostrarlo. Es muchísimo lo que tenemos tre el enjambre de lanchas pesqueras, había emergido de
las olas un enorme sumergible que se identificó con seña-
6e Page, Perón, pág.362 y 482.
los luminosas. La noticia que se transmitió al comandante
do la Base era sensacional: en el lenguaje internacional de
los mares del mundo rezaba"Gerrnan submarine", subma-
rino alemán. La guerra en Europa, entretanto, hacía dos
meses que había terminado.
Los argentinos reaccionaron con prontitud. En medio de
una actividad febril, iban y venían Ios mensajes entre el co-
mundante de la Base, capitán de fragata Ramón Sayús, y
ol comandante del submarino alemán U-530, teniente de
nuvío Otto Wermuth, que expresó el deseo de entregarse. A
roquerimiento de las autoridades argentinas, atracó eI sub-
mrrrino a lo largo del guardacostas General Belgrano. Otto
Wormuth hizo que sus hombres se formar¿rn sobre Ia cu-
lliorta y entregó su buque a un comando argentino. Como
ontre el país sudamericano y el Reich alemán había sido
doclarado el estado de guerra, Ios oficiales y Ia tripulación
tlutl U-530 fueron internados como prisioneros de guerra.
Las esperanzas del almirantazgo argentino de poder po-
nor bajo bandera argentina al supermoderno submarino se

91
desvanecieron rápidamente cuando se vio que este regalo
inesperado le causaría grandes problemas al país del Plata,
sobre todo diplomáticos, ya que inmediatamente se divulga-
ron ladespeculaciones más disparatadas en Ia prensa inter-
nacional: los dirigentes nazis se escondÍan en el extranjero;
personas, tesoros y documentos habúan sido puestos a sal-
vo antes de la capitulación; estaba en marcha la prepara-
ción del Cuarto Reich. En el centro de todos estos rumores
estaba la Argentina. A eso se agregó Ia grave acusación que
formuló el país vecino, Brasil, según la cual elU-530 había
torpedeado aI crucero Bahía el 4 de julio de 1945, eI que
después de una explosión se hundió a la altura de Pernam-
buco y arrastró a la muerte a trescientos sesenta y siete
marinos. Hasta allí se había partido de la hipótesis de una
mina flotante alemana, pero ahora los medios de prensa y
las mismas autoridades militares del Brasil encontraban
en el U-530 a un autor más tangible.l
EI submarino, prrastrado por un remolcador y escoltado
por los dos torpéderos de la Marina de Guerra argentina,
el Misiones y el San Juan, fue llevado de Mar del Plata a
la Base Naval de Río Santiago bajo el más elevado nivel de
seguridad. Se quería estar armado para cualquier even-
tualidad de un ataque submarino alemán o norteamerica-
no al U-530.2
Mientras el submarino era inspeccionado escrupulosa'
mente por expertos y los cuadernos de bitácora eran some-
tidos a un examen meticuloso, la Marina dispuso que se irt'
terrogara a Ids miembros de Ia tripulación en conversacio'
nes individuales, en busca de posibles contradicciones en
sus declaraciones. Cada uno fue interrogado sobre el itine'
rario recorrido, sobre los incidentes en alta mar, si mien'
tras tanto habían bajado a tierra altos funcionarios nazis,
Hitler incluido, y también por eI incidente del Bahía. Asl'
mismo se consultaron datos del Alto Mando aliado en Eu.
ropa, de manera que pronto se pudo excluir que los cin'
cuenta y cuatro hombres hubieran estado obligados a guats
dar silencio para mantener en secreto las causas de fondo
del cruce del Atlántico. La comisión investigadora comuni'
có aI representante de las Naciones Unidas acreditado en
92
Buenos Aires el resultado de los interrogatorios, según los
cuales el submarino U-530, botado en 1942 desde los asti-
llsros Deutsche Werft en Hamburgo, había sido enviado a
¡u última incursión en el mar el 19 de febrero de 1945 ba-
Jo el mando de Otto Wermuth. La zona de ataque había si-
do fijada en el Atlántico Norte, donde los alcanzó Ia noticia
de la capitulación alemana. Durante u¡a deliberación a
bordo, la tripulación decidió no darse por enterada de la or-
don aliada de rendición y en lugar de eso poner proa a la
Argentina, con Ia segunda intención de poder evitar, de es-
t0 manera, un largo perÍodo en un campo de prisioneros de
SUerra.
Otto Wermuth, con sus veinticinco años, no era un co-
mandante experimentado. El U-530 era su primer mando.
Cr¡n el derrumbamiento del Reich alemán y de su jerarquía
militar, su autoridad a bordo se vio privada de un respaldo
qutr la legitimara. Sus órdenes se obedecían cada vez me-
nos y se resquebrajó Ia disciplina. Cuando la nave entró en
Mur del Plata, los militares argentinos se quedaron mara-
vlllados por el aspecto exterior del submarino, pero espan-
tados por el estado en que se encontraba en el interior.
Antes de que el buque alcanzata las aguas costeras ar-
Sontinas, lo habían despojado de su armamento: cañones
do cubierta, torpedos y municiones fueron a parar aI fondo
dol mar, y las cartas de navegación, registros de claves y
ttxkrs los aparatos o instrumentos clasificados como secre-
tox fueron destruidos. Esta medida demostraría ser fatal
en ol futuro inmediato, dado que ya no se podría probar en
rot,rospectiva y libre de toda duda, si el submarino había
hucho uso de su poder después de Ia capitulación y se le
ctribuyeron algunos sucesos no aclarados, entre otros el
htrndimiento del Bahía. Sólo después de días y semanas de
ln[crrogatorios intensos parecía que se había llegado a la
vnrdad en esta cuestión: en el cuestionado 4 dejulio, el día
Gtr (lue una explosión había despedazado y hundido al Ba-
htu, el U-530 se encontraba a cientos de millas del lugar de
ln t,ragedia.s
l)ero las conclusiones de la investigación, cuyo único re-
rtrlt¿rdo espectacular consistía en Ia comprobación del ré-
93
cord mundial de larga distancia para esa clase de subma-
rinos, eran por completo insuficientes para los medios de
Drensa brasileños Y norteamericanos. La Argentina había
-u..nádo del ladoLquivocado durante la guerra,Ioque toda-
que da-
ba suficiente alimento a todas las sospechas de
vía cooperaba con el enemigo. La gestión agresiva del em-
bajador norteamericano Spruille Braden se ocupó de crear
un clima de tensión, en cuyo campo de fuerzas prosperaron
los rumores y las sospechas.
Después que Wermuth pisó por última vez su buque el
12 de julio de L945, para consumar la entrega oficial a la
Marina argentina en una ceremonia militar, el decreto
16.t62 del 17 de julio de 1945 invocó eI acta final de la
Conferencia Interamericana de Chapultepec y determinó
que el tl-530,incluidas su tripulación y todas las conclusio-
nes de Ia investigación de la Marina argentina, fuese pues-
to a disposición de los gobiernos de Gran Bretaña y los Es-
tados Unidos. Con miras al objetivo político de intentar un
acercamiento con los Estados Unidos, el gobierno asumió
eI costo de las protestas que se levantaron en Ia opinión pú-
blica argentina y en las esferas militares contra la entrega
del submarino. Dos aviones norteamericanos, que llevaron
a Buenos Aires a un destacamento de marinos para la to-
ma de posesión del tl-530, transportaron a la tripulación
alemana a los Estados lJnidos,a donde fueron sometidos a
más interrogatorios.
Poco a poco se apaciguaro4los ánimos y aunque eI 16 de
julio de 1945 ¿l periodista argentino Ladislao Szabo publi'
có un informe sobre la huida de Hitler hacia Sudamérica
en el diario porteño Crítica,'Ia prensa del país en general,
de ordinarió muy desconfiada, coincidía en un razonamien'
to: era difícil imaginar que altos funcionarios nazis se hu'
biesen embarcado en un barco relativamente anticuado co'
mo eI tl-530, con un comandante sin experiencia y una tri'
pulación con una edad promedio de veintitrés años y un
número elevado de menores de edad. Además,la impresión
que el submarino había dado a su llegada era cualquier co'
sa menos representativa. EI tema desapareció pronto de
los titulares y fue desplazado por los acontecimientos má8
94
descollantes de Ia época: el agravamiento de la guerra en
el Este de Asia y la Conferencia de Potsdam..
EI 17 de agosto de 1945, la Argentina conmemoró el ani-
versario de la muerte de su héroe nacional de las guerras
de la independencia, general José de San Martín. En me-
dio de las ceremonias, estalló la noticia de que otra vez es-
taría frente a Mar del Plata un submarino alemán. A las
09:15 hora local había sido avistado a ocho millas de la cos-
ta por el guardacostas Comodoro Py que regresaba de un
patrullaje. En una ceremonia militar, eI comandante del
U-977, capitán de fragata Heinz Schaeffer, hizo entrega
del sumergible de 600 toneladas a un comando argentino.6
Entretanto, hacía más de tres meses que se habían acalla-
do las armas en Europa y ya habían caído las bombas ató-
micas sobre Japón.
Las autoridades navales argentinas trataron el proble-
ma del U-977 de manera semejante al incidente del U-530.
Mientras se procedía a la inspección del buque y de los cua-
dcrnos de bitácora, los oficiales y la tripulación, treinta y
dos hombres en total, fueron internados en eI crucero de Ia
guardia costera General Belgrano y sometidos a un inte-
rrogatorio exhaustivo.
A diferencia del caso delU-530, del que se disponen úni-
camente las publicaciones oficiales, sobre el U-977 existe
un relato detallado de la experiencia vivida, que su coman-
tlnnte Heinz Schaeffer publicó en Ia Argentina con la in-
tonción de que se entendiera como réplica a la ola incesan-
l,rr de especulaciones, según las cuales habría llevado a Hi-
l,lcr a Sudamérica.7 De acuerdo con este informe y en con-
crrrdancia con las publicaciones oficiales del gobierno, eL U-
077, crtya comandancia había asumido Schaeffer a fines de
l$44, zarp6 de Ia base sur de Christiansund el 2 de mayo
dc 1945 con cuarenta y ocho hombres a bordo.S Poco des-
¡tués, la comunicación de que Alemania había capitulado
,
Ittc«rndicionalmente y que todas Ias unidades militares de-
lrÍrrn entregarse a las potencias vencedoras, alcanzó a la
lripulación en el Atlántico. Una comunicación que estaba
95

en clara oposición a Ia última proclama del gran almira¡-
te Doenitá del 2G de abril de 1945, según la cual ni siquie-
Graf Spee. Pero to decisivo fue, de acuerdo con las informqr
cioneshe Schaeffer, que no había habido manera posible do
.orfirrrru, si Ia cápitulación del Reich era, o no, un hecho
,,Pero para nosotros Ro entraba en considera,l
consumado.
ción cumplir órdenes del enemigo sin tener un conoclml
to más pá.menorirado de las circunstancias'"l2 A las at
ridades argentinas, Schaeffer les dio también ülr Ír'
político pur. tu decisión de tocar puerto en Ia Argen
Ante eI hecho de que las potencias vencedoras se rep:
entre ellas eI botín de guerra, había interpretado las
nes deslizadas por Doenitz de que se debía procurar
que
país con buenadisposición hacia Alemalia consiguiera
guna ventaja.ls Poi úItimo, también deben de haber ak
de poder evitar ser hechos prisioneros
Iado la
guerra. ".péru.,r"
El viaje por las aguas que hasta poco tiempo antes
todavía ,ona de operaciones, transcurrió bajo eI agua:
esnorquel posibilitaba Ia recarga de los acumuladores t
96
tener que emerger. Para no enredarse en un combate na-
val, el barco recién volvió a salir a la superficie cuando de-
jó atrás el Estrecho de Gibraltar. Con Ios sesenta y seis
días continuos de viaje de larga distancia bajo el agta, a
una profundidad promedio de ochenta metros, el U-977
marcó un récord absoluto de la historia marítima.la
El resto de Ia travesía se cubrió en inmersión de día y
en la superficie durante la noche' A pesar de carecer de
una Iegitimación inequívoca, Schaeffer, a los veinticuatro
años y aI contrario de Wermuth, supo imponer su autori-
dad como comandante del buque y hasta disponer el relevo
del primer oficial, que se había opuesto a sus instruccio-
nes.15 Así se mantuvo la disciplina a bordo y el buque en-
tró en aguas territoriales argentinas en un estado impeca-
ble, incluso con una nueva capa de pintura exterior.
Poco tiempo antes se había producido a bordo una crisis
Heria, cuando a través de una emisión radial interceptada
¡o tuvo conocimiento del destino del U-530 y su tripula-
ción. Se discutió si se debía hundir el U-977 y bajar a tie-
rr& por medios ilegales. EI comandante, en cambio, Ios di-
ruadió de semejante recurso al explayarse sobre las posi-
bles consecuencias de un fracaso. Después de que fuesen
cnpturados, posibilidad que de ninguna manera debían
descartar, habría sido imposible presentar pruebas de que
no habían llevado a tierra a funcionarios nazis o a milita-
rcs.r6 La mayoría se dio cuenta de la peligrosidad del plan
llogal y se tomó Ia decisión de entregarse a las autoridades
f rgentinas. A diferencia del caso del U-530, Schaeffer en-
ürogó su buque con el armamento completo, con todas las
0srtas de navegación, Ios datos meteorológicos y el cuader-
no rle bitácora. Así se pudo desvirtuar Ia sospecha de haber
hrrntlido elBahía, por una parte mediante eI curso compro-
hnl¡le de la ruta seguida, y por la otra por el número com-
pkrt,o de los torpedos.lT De esta manera, el comandante no
ll¡r' incriminado en el punto potencialmente más importan-
te rkr la acusación.
l,a Marina argentina acogió a los marinos prisioneros
do guerra con toda Ia caballerosidad tradicional de ese
peíx. les concedió todos los honores militares y les ofreció
97
banquetes. Así rindió eI mayor homenaje a la operación de
fuga. Domingo Mercante, en aquel entonces teniente coro-
nel, agn años más tarde cuando era gobernador de la Pro-
vincia'de Buenos Aires hacía referencia,lleno de orgullo, aI
revóIver que Schaeffer le había dado de regalo.l8
La Embajada de los Estados Unidos veía con desagrado
esas demostraciones de camaradería.le Los agregados mi-
litares de las embajadas de Estados Unidos y de Gran Bre-
taña habían sido informados inmediatamente de la llegada
del submarino, y los interrogatorios llevados a cabo por la
Marina argentina, pronto fueron sustituidos por los de una
comisión investigadora del servicio secreto de la Marina de
los Estados Unidos. Esta comisión enfrentó sin rodeos a
Schaeffer con el reproche de haber escondido a Hitler'2o
Schaeffer se defendió contra la imputación refiriéndose a
los datos meteorológicos exactos de cada día del viaje, cuya
falsificación era prácticamente imposible. Pero toda defen'
sa fue en vano. Schaeffer y sus hombres del U-977 fueron
llevados a los Estados Unidos. Allí, en un campamento es'
pecial en las cercanías de Washington, fueron interrogados
durante meses sin que salieran a la htz nuevas eviden'
cias.2l Cuando también el experimento de poner juntos a
Schaeffer y Wermuth en una celda con micrófonos ocultos
debió ser interrumpido sin haber obtenido ninguna infor'
mación, Schaeffer fue transferido a los ingleses. Estos, por
su parte de aislamiento y celda oscura median'
-prisión
te- Io sometieron a nuevos interrogatorios.z2
Schaeffer ?ue puesto en libertad y enviado a Alemania a
mediados de 1946. Dos años más tarde regresó a la Argen'
tinavíaPortugal. AIIí fundó una familia y escribió su rela'
to sobre la quijotesca travesía atlántica del U-977 ' Los dos
submarinos- quedaron en poder de los norteamericanos,zt
que más tarde los utilizaron como blancos de ejercicio en
las maniobras navales.2a
La aparición de los submarinos en aguas argentinas es'
timuló la fantasía de los habitantes de la costa y en los me'
ses siguientes las autoridades recibieron un torrente dt.
mensajes sobre nuevas apariciones. Así por ejemplo, vario¡
98
habitantes de San Clemente del T\ryú, una localidad en la
costa atlántica argentina, informaron que el 17 de julio de
1945 habrían visto una embarcación, que reconocieron co-
mo un submarino, cerca del faro de San Antonio a unos
tres kilómetros mar afuera, y que se habrÍa sumergido aI
aproximarse un avión. La niebla densa que imperaba en
ose momento había hecho imposible la identificación del
avión.25 Aunque el guardián del faro afirmó no haber nota-
do nada a pesar de la vigilancia permanente, un breve in-
forme interno, pero no secreto, del Ministerio de Marina
parece confirmar la observación de los vecinos: "A las
20:00, eI Ministerio de Gobierno de Ia Provincia de Buenos
Aires informó aI secretario privado del ministro de Marina
que alrededor de las 12:00 dos aviones de patrulla de la po-
licía habrían avistado un submarino entre Querandí y Os-
üonde".26
Con motivo de esta información,la conducción de la Ma-
rina reaccionó con una instrucción transmitida a las unida-
dcs armadas de la Marina que se encontraran en las pro-
ximidades de Ia localidad, en Ia que decía, con una descrip-
ción exagerada de la situación planteada en el informe: "Se
6!{pera que antes del22 del corriente otro submarino toque
un puerto o desembarque personas en nuestras costas". De
cxta manera, en la creencia de que se trataba de un sub-
murino alemán, se ordenó una vigilancia combinada por
nire y por mar. IJn submarino que se detectara en el área
ontre el Río de la Plata y Cabo Blanco, decía, debía ser cap-
turado junto con su tripulación. En caso de resistencia, de-
bfrt hacerse uso de las armas.z7
De conformidad con Ia orden de búsqueda,la zona en
crrcstión estuvo bajo estricta observación del Ejército y la
Mnrina y se registraron todas las playas en busca de seña-
Iox de un desembarco.2s El 18 de julio se creyó haber visto
un periscopio cerca de San Antonio Este,2e y ese mismo día
clltró un mensaje según eI cual se habría localizado un
¡ul¡marino en las cercanías de El Fuerte, que habría sido
lrr»mbardeado hasta la caída de la oscuridad, sin resulta-
tkr.;r0 También eI 18 de ju1io, según informaciones del Mi-
99
nisterio de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, uil
submarino estaría encallado ocho kilómetros aI sur de san
Clemente del Tüvú.31 Sin embargo, es evidente que no 8g
encontró nada, lo que de alguna manera fortaleció esa afirr
mación. El 23 de julio, otra vez una persona, ahora en C'
romecó, creyó haber visto un submarino a diez millas de
costa,32 de manera que toda la zona fue sometida a vigila
cia aérea.33 De Ia tripulación de tres hombres del Alfaro
llegó una confirmación, en Ia que informaban haber vi
emerger un submarino y volver a sumergirse con proa-
cia el sur.3a También hubo un aviso para eI 29 de julio'
submarino habría sido visto por un observador e incl
identificado como tl-124. Pero las investigaciones posteri
res demostraron que eI tl-124 ya había sido hundido
unidades navales británicas el 2 de abril de 1943 al o
de Oporto.35 También en las costas uruguayas y brasile
se diá muchas veces la alarma, sin que jamás se haya
dido aportar una prueba concreta.36 Incluso en 1946,
vía seáijo que un submarino tezagado habría deseml
do personas y materiales cerca de Mar del Plata'37
Los sucesos de esta tatttaleza quedaron en gran
en la oscuridad y tampoco quisieron aclararlos del todo
comisiones investigadoras constituidas a tal efecto'
la aparición en San Clemente del T\ryú y de acuerdo con
informes oficiales, se trataba efectivamente de una emt
cación.38 Sin embargo, después que Ia misma Policía Fed'
ral no obtuvo ningún dato que confirmara las sospechas,
pesar de lal intensas investigaciones e interrogatorioB
miembros de la colectividad alemana, los funcionarios '
Ia comisión llegaron a la conclusión de que con la
imperantd era muy fácil que se hubiera confundido a
buque de la guardia costera con un submarino'3e
El ittfor-" de la investigación no dejó satisfecho a
die, ni a las autoridades ni muchísimo menos a Ia
De tal suerte que el periodista argentino Ladislao
aprovechó los hechos reales y los imaginarios para com
.rL, .r.ru historia fantástica, según la cual el U-530 y el
977 habrían sido parte de un gran convoy alemán, un
voy fantasma, con eI que se habrían llevado riquezas,
100
m&s y planes secretos aI Atlántico Sur. El portaaviones ale-
m(tn Schwabenland habría construido en 1938 w Nueuo
Berchtesgaden en Ia Antártida, en donde ahora estarían
rocluidos Hitler y Bormann, entre otros, para preparar la
Victoria final contra los aliados. Szabo también hizo insi-
nuaciones enigmáticas sobre armas muy modernas.aO Más
tarde, apoyándose en los relatos fantásticos de Szabo, Wil-
holm Mattern junta en una misma historia a la fortaleza
¡ntártica con el fenómeno de los ovNr, én la que describe a
lon platos voladores como la última arma secreta inventa-
da en el refugio invernal del Tercer Reich.ar El diario .El
Dta d,e Montevideo divulgó descripciones parecidas en una
¡orie.
Los submarinos encontraron un lugar en casi todos los
tnsayos sobre el tema de Ia fuga de nazis de alto rango, en
particular de Martin Bormann. El transporte del tesoro de
lar ss, sobre todo, habría tenido lugar en uno de ellos.a2 Más
ldolante apareció un supuesto informe del servicio secreto
do la Marina argentina, que apoyaba la llegada de subma-
rlnos alemanes.43 En términos generales, la probabilidad de
Yorosimilitud de estas afirmaciones es muy remota, ya que
!n Hu mayoría se basan en informes del ex diputado de la
Unión Cívica Radical, Silvano Santander, y en consecuen-
oln cn informaciones manejadas por el servicio secreto de
lox norteamericanos.aa Por otra parbe, a menudo hay que
türibuir los informes a la propaganda antiperonista.as
llay varios puntos que hablan en contra de un acerca-
6lonto ilegal y no descubierto de los submarinos alemanes
á lrts costas argentinas, aun cuando tampoco lo pueden ex-
Cluir por completo:
l) Es improbable que la existencia de un informe seme-
Jnrrtc del servicio secreto no se haya aprovechado de mane-
lH nrasiva en contra de Perón después de su caída, como
Ittrrcdió con muchos documentos incriminatorios.
2) Es improbable que en el transcurso de cuatro décadas
I rrrcdia, todos los involucrados hayan guardado silencio
ltllrro una empresa semejante y que no se la haya hecho
ptllllica como un acuerdo de caballeros. Aparte de eso, es
101
poco probable que en Ia colectividad alemana del país, ávi-
áa de chismes, haya seguido siendo desconocido un suceso
semejante o que se haya mantenido y se mantenga en
secreto.
' con una política restrictiva de permisos de salida. EI cami-
3) Aun en los círculos nacionalsocialistas de Buenos Ai-
res (Weg, Freie Press¿) no se conoce nada sobre las llegadas
de submarinos, como tampoco en el Deutsche Marineoffi'
ziersmesse am Río de la Pl,ata (Casino de Oficiales de la
Marina Alemana en eI Río de Ia Plata).
4) EI ex edecán naval del presidente Castillo, Eduardo
Aumann, desde 1949 contraalmirante y de 1943 a 1946 co'
mandante de la Prefectura Nava1 de Buenos Aires y por
eso Ia más alta autoridad para todo eI tráfico marítimo, fue
interrogado a fondo sobre este tema por Wilfred von Oven,
con quien colaboró en el periodismo en la época de posgue'
rra. Aumann le informó en privado que, aparte del U-977
robado Ia
desmien.
Aumann,
como oficial competente, seguramente habría tenido que
transmitir.a6
Pero aparentemente la magia de la huida en sub
es tan irresistible, que a menudo estimula más de lo
do a la fantasía. Así por ejemplo, Alfred Jarschel descri
la fuga de Hitler a la Argentina en un submarino y su
da en el Berghof en la Patagonia.aT En 1948, una revista
Buenos Aires ha§ta publicó la entrevista que una
ra mantuvo con Hitler en la Patagonia.as
b) Emigración legal
Los alemanes y descendientes de alemanes dispuestoa
emigrar emprendieron el camino desde la Europa
da al Río de Ia Plata en gran parte por vías ilegales. U
sucesión de contravenciones, en parte contra acuerdos
tergubernamentales e internacionales, posibilitó a un
t02
número de personas eI cambio de un continente empobre-
cido a una sociedad de bienestar. Las potencias vencedoras
lntentaron contrarrestar la enorme presión de la emigra-
ción demográfica de Europa, sobre todo para los alemanes,
no para abandonar Alemania en consonancia con todas las
disposiciones legales estaba sembrado de obstáculos.
El problema crucial para un emigrante potencial era la
¡alida de Alemania. Si quería seguir el camino legal, eI in-
toresado se encontraba frente a la dificultad de que, en las
,onas occidentales, no había ninguna oficina autorizada de
E¡esoramiento a emigrantes que pudiera darle informa-
ción fiable sobre los caminos oficiales, cuestiones de docu-
mentación, los procedimientos o la situación en los posibles
pníses de destino.ae En cambio brotaban como hongos las
axociaciones privadas que se hacían cargo de los deseosos
dc emigrar. Los intermediarios andaban ala caza de dine-
rrl rápido y los atraían con promesas sin fundamento.s0
Era digna de confianza la Iglesia CatóIica que, con su
Iorvicio extendido en todo eI mundo, los ayudaba con su
consejo y apoyo. Para los emigrantes con destino a la Ar-
gontina, en Buenos Aires se habló abiertamente de la so-
cicdad de beneficencia Obra San Rafael que, como parte de
ln prestigiosa obra católica Rafael, les brindaba informa-
elón y se esforzaba también por conseguirles trabajo.sl
'llrmbién se ocupaba de asesorarlos Ia Evangelisch-Luthe-
rlxche Auswanderermission (Misión de emigrantes protes-
tttntes luteranos).52
En Austria las cosas eran más sencillas. Allí, como sub-
flopartamento del Ministerio de Interior en Viena, había
rtrrgido un Wanderungsamt (Departamento de Migra-
üión),53 que si bien no proporcionaba ayuda material
nro tampoco Io hacían las legaciones sudamericanas -co- esta-
blrrcidas en Viena-, brindaba informaciones fidedignas,
t¡ro en una época de inseguridad política, económica y ju-
rítlica eran de altísimo valor. De esa manera, el austríaco
tlo¡coso de emigrar pudo enterarse en el Departamento de
M igración del interés de la Argentina en la contratación de
¡xrrsonal especializado y de Ia existencia de una misión ar-
103
gentina de inmigración, establecida con ese propósito
Génova.5a
Una Argentinisch-Ósterreichische Geselleschaft
dad Argentino-Austríaca) también se ocupaba del
miento, procuraba la tramitación rápida de las solici
de entrada y con el apoyo del cónsul general argentino,
sé Ramón Virasoro, se esforzó por establecer relaciones
merciales entre los dog países. En sólo cinco meses,
ron por aIIí cuatro mil personas deseosas de emigrar.5s
Para los austríacos era "relativamente fácil"
un pasaporte,s6 a menos que el interesado practicara
profesión o un oficio que estuvieran faltos de personal.
esa razón, el postulante a emigrar primero tenía que
sentar una declaración de dispensa del Ministerio de
bajo, así como de los documentos personal
-además
otros que acreditaran su pasado político durante los
de 1938 a 1945. Hasta a los incriminados menores se
otorgaron pasapgrtes sin ningún reparo.57 Por consigui
te, la emigración legal de Austria se convirtió en regla.
Los uolhsdeutsche de los grupos étnicos a
-miembros
manes del este de Europa- eran los que se encont
en la situación más difícil. Si bien en Austria recibían
cédula de uiaje de la oficina de pasaportes competente,
menudo era rechazada ya en el paso de la línea de
cación oriental y para algunos países, por ejemplo
no era aceptable para el otorgamiento de visas. Aparte
eso, los uolk{deutsche eran "no elegibles para la IRo", Ia
ganización Internacional para Refugiados. Los trámites
sus pasaportes, para los que había ex profeso tn Eligi
lity-Officer en Viena, eran sumamente complicados.s8
bién los pasaportes emitidos por la Cruz Roja para
uolhsdeutsche eran reconocidos sóIo por unos pocos pa
para el otorgamiento de visas de entrada. Asimismo en
zona occidental de ocupación imperaba una situación ju
dica semejante para los uolksdeutsche, que a menudo
apátridas desde el punto de vista jurídico.5e De manera
a este grupo de personas sólo se le podía aconsejar que
incorporaran a operaciones especiales que tuvieran
t04
objctivo un asentamiento colectivo de uolksdeutsche en el
¡r[ranjero.60 Para aquellos que ya poseían un consenti-
Eticnto de entrada y un pasaje de llamada para una repú-
blica latinoamericana, es decir una prefinanciación del
Vlqie por personas del país de destino, junto con una fian-
¡¡, la posibilidad que se consideraba como más promisoria
lra solicitar un pasaporte de la Cntz Roja Internacional. Y
lo más conveniente cuando el país de destino deseado acep-
t¡ba este documento para el otorgamiento de la visa.61 Es-
h t¡ra eI caso para Ia Argentina.
ltrn las cuatro zonas de ocupación de Ia Alemania de pos-
luorra regían disposiciones diferentes de las de Austria.
Allf, en el período comprendido entre la caída del gobierno
do I)oenitz y la consolidación del primer gobierno federal,
lax potencias de ocupación ejercían la máxima autoridad
polftica. A ellas les correspondían todas las tareas consula-
fGH y sus funcionarios encargados de estos asuntos la
tona occidental en coordinación con eI Combined
-en
Tlauel
Etmrd con sede en Herford- otorgaban el permiso militar
dtr salida, Military Exit Permiú, a base de las disposiciones
dol organismo de control. Para solicitar un permiso era
noccsario mantener charlas con Ias autoridades, hacer de-
glrtraciones, presentar documentación y después, durante
ol l.icmpo de la revisión, requería de una larga y paciente
€tlx)ra.
Para obtener un permiso de salida de las autoridades
militares, había que dirigir una solicitud a la policía local
ulnrpetente, con los siguientes anexos, en su mayoría suje-
klx ul pago de aranceles:62
L Certificado de buena conducta de Ia autoridad
llrrl local
2. Certificado de no objeción de las autoridades de fi-
llllnzas
il. Permiso de entrada del país de destino
4. Pasaje de llamada (afi.dauit)
6. Fallo del Thibunal de Desnazificacíón sobre Ia desna-
ri l'icación del interesado
105
 6. Doce fotografías de pasaporte
7. Certificado de buena salud
8. Certificado de vacunación.
I
Después de la presentación de los documentos, de su
visión y de Ia clasificación conforme con las circ
políticas, el gobierno militar podía otorgar el exit
No subsistía ninguna qbligación. Después quedaba libre
camino para obtener la visa. Para eso, sin embargo, el i
teresado ya había tenido que presentarse en el ínterin
los consulados, ya que para los países sudamericanos
gían las disposiciones especiales de los aliados, a
cuencia de las cuales se había reducido de manera consi
rable el plazo de validez del documento militar de viaje
fluctuaba entre pocos días y tres meses.63
El procedimiento, que además no era uniforme en
zonas occidentales, tenía un efecto deliberadamente disu
sorio y bajaba a priori el número de las solicitudes. Por
otro lado, la cantidad de peticiones rechazadas era asimi
mo elevada. Así es que dentro de un mismo año y sóIo
la oficina de pasaportes de Munich, unas diez mil
solicitaron un documento de salida. Sólo la mitad de los
ticionantes estuvo en condiciones de presentar los
mentos requeridps y aI final apenas mil quinientas
nas obtuvieron el permiso.oa
Ya a principios de 1948, las autoridades militares de
Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, comunicaron
delegado arglbntino para asuntos de repatriación que
general no estaba permitida la emigración alemana.
podrÍan salir con destino aI Río de la Plata las personas
cianas, argentinos o parientes cercanos de argentinos.Gs
Por regla general, Ia condición previa para el otorga.
miento de la visa de un país sudamericano era la
tación de un pasaje marítimo. Las disposiciones legales so.
bre divisas, enderezadas a combatir las ganancias del mer.
cado negro, prohibían a las compañías navieras aceptar bi.
lletes de dóIares sin previa aprobación de las autorida.
des.66 Pero para muchos, el único medio de pago posible
106
trnn los dóIares ganados de manera ilegal. Así pues, Ia
tlnica alternativa en general era Ia financiación desde el
pals de destino: ya fuese con motivo de una obligación con-
hactual de parte de una empresa o por medio de la ayuda
Una complicación adicional se deri-
do parientes o amigos.
Yó del hecho de que Ia Argentina sólo autorizaba la reser-
Va de un pasaje de llamada de esa naturaleza cuando las
lutoridades migratorias argentinas tenían ante sí eI co-
lTospondiente permiso de entrada.6T Otros Estados suda-
lllsricanos exigían, además, una caución como garantía.
Oomo se ha dicho, en Alemania Ia extensión de tn exit per'
mil estaba ligada a la posesión de un pasaje de llamada.
Por consiguiente surgió el siguiente camino para poder via-
Jar legalmente de Alemania a Ia Argentina:
Quien quisiera inmigrar, antes de presentar la petición
€n un consulado argentino, debía esforzarse por conseguir
un puesto de trabajo o una fianza de parientes o amigos en
la Argentina. Só1o entonces entraba en acción el consulado
y onviaba los documentos a la Dirección de Migraciones pa-
ru su aprobación. Debido a la afluencia masiva de solicitu-
tlos, el trámite podía durar hasta seis meses.68 Sólo una
rospuesta positiva desde Buenos Aires, la autorización de
onürada (libre desembarco, a veces también libre desem-
hnrque o permiso de desembarco) ponía al respectivo con-
¡t¡lado argentino en condiciones de otorgar wapromesa de
uinación, en la que se anunciaba la concesión de una visa
nn cl caso de que las autoridades militares permitieran la
r¡¡lida.6e Esta promesa de visa era Ia condición previa para
gostionar un pasaje de Ilamada e inmediatamente después
drr su presentación, en Alemania, se debía solicitar el exit
prrmit para, con este documento de viaje, poder recibir por
l'i¡r Ia codiciada visa.
Pero además del pasaporte austríaco,la Argentina tam-
hión aceptabala cédula de uiaje de allí y visaba además el
¡rrrsaporte "cRI" de laCntz Roja Internacional.T0 Esta últi-
nrrr posibilidad era la que se elegía con mayor frecuencia,
tobre todo por aquellos a quienes se Ies había negado el
t',t'it permit y se aventuraban a hacer un segundo intento
ln el extranjero. Los obstáculos que se interponían en el
ro7
camino legal de salida, casi obligaban, por así decirlo,
cruce ilegal de la frontera.
Ei eI otoño de 1948, en Alemania se ablandaron las
posiciones sobre emigración y los Estados Unidos es
cieron el cupo de inmigración para alemanes y austrí
en veintiocho mil personas por año.71Ya el primer día
pués que se dio a conocer esa disposición, se
frente a los respectivos consulados casi tantas personas
mo las que podían emprender el camino hacia los
Unidos en el transcurso de todo un año.72 Otros
también establecieron cupos.
Del lado alemán, al poco tiempo se declaró Ia com
cia de la Administración Federal en Colonia para los
tos relacionados con la emigración. La misma Argen
abrió algunos consulados en la joven República F
Pero Ia afluencia de los aspirantes a emigrar a la
na decayó de manera manifiesta en los años 50, en Ia
ma medida en que se afianzaba Ia economía alemana,
minuía la necesidad inmediata y ya no parecían del
infundadas las esperanzas de una mejoría general.
c) El Camino Italiano
1. El cruce {e los Alpes
En su inmensa mayoría, Ia corriente emigratoria
mana hacia la Argentina pasó por Ia península de los
ninos, en Ia que era infinitamente bajo el número de
grantes legales. Varias rutas paralelas y entrecruzadas
nían como destino los puertos italianos de ultramar.
país mediterráneo, que en Ia segunda mitad de los años
se encontraba en una etapa explosiva de un estado de
mo entre terminal y de desperta4 era visto por muchos
mo el trampolín natural para Sudamérica. El país
lleno de refugiados, ya que los transportes regulares de
Ino (Organización Internacional de Refugiados) para
108
placed persons pasaban por Italia y también tomaban este
camino muchas personas socorridas por la Cruz Roja' De-
bido a esa afluencia masiva, muchas veces era imposible
realizar controles efectivos e identificaciones personales.
Las autoridades locales, por regla general, también prefe-
rfan que esos huéspedes indeseados desaparecieran de su
vista lo más rápido posible y aI principio no tenían ningún
dcseo de imponer trabas burocráticas. Aparte de eso, Ia si-
tuación de estrechez económica hacía que los servidores
dol Estado estuviesen predispuestos a recibir donativos, de
tal suerte que ni siquiera un ilegal capturado por la policía
dcbía pensar que era inminente su internación o repatria-
ci(ln forzosa. Entre los alemanes dispuestos a emigrar cre-
ció Ia impresión de que Italia podría ofrecerles las mayores
chances para una emigración sin investigaciones, objecio-
nes o triquiñuelas de los aliados. El riesgo de semejante
ompresa se justificaba por Ia alta probabilidad de éxito, tal
voz no al primer intento, pero sí aI segundo o al tercero.
Los obstáculos se presentaban sobre todo en Europa
(lcntral: las fronteras interiores alemanas con sus contro-
los y restricciones, y por úItimo los Alpes, que constituían
una barrera hacia Italia que había que vencer. Pero en es-
[o se podía confiar en un viejo mecanismo establecido des-
dc siglos atrás: eI contrabando. La frontera entre Austria y
ol Tirol del Sur de habla alemana, en eI norte de Italia,
riompre había estado muy vigilada y a pesar de ello siem-
¡lro permeable. Entró a rodar el sistema:
guías experimen-
irulos de montaña que conocían los senderos correctos y las
l)orsonas correctas. SóIo que ahora eran seres humanos
Ia
nrorcancía a contrabandear: esto también tenía la ventaja
rkr que eI contrabando propiamente dicho se autotranspor-
l.rrba.
Pronto tomó forma clara como punto informal de tránsi-
lr» y de concentración Ia ciudad de Innsbruck, donde tenía
ru sede laCrrz Roja. Desde allí se ofrecían varias posibili-
rlrrdes: desde la estación termal Nauders, en los Alpes tiro-
krxes, se podía llegar a Italia tanto a través de Suiza como
rlc manera directa a través del paso de Reschen y seguir el
curso del río Etsch, pasando por Merano, hasta llegar a
109
 que condu' on Alemania, después de la revisión del pasado político y
Bolzano. La alternativa corriente era el camino de superar las innumerables vallas burocráticas de las po-
cía de Innsbruck, a través del paso del Brennero' a
Ster'
llevaba tenciás de ocupación. Un proceso que los deseosos de emi-
;;;;;*fitol del So. v que a lo iargo del río Eisach grar querÍan evitar. Se presentaban algunas alternativas:
trrñ¡i¿n a Bolzano. En Austria y en Suiza los aldeanos no loe uolksdeutsche podían intentar mezclarse entre eI grupo
t uJu" distinción alguna: además de los emigrantes alema-
su
nes con punto de destino Sudamérica, muchas veces
judíos que, también por vías ile-
clientela se componía de
gales, aspiraban a llegar a Palestina'74 Las personas a
y
írá".portur eran desconocidas para los contrabandistas ministración de Socorro y Rehabilitación de las Naciones
lleva-
sus nómbres pocas veces los verdaderos' Un contacto
guía de Unidas) o, más tarde, la mo (Organización Internacional
ba a tos ilegaies, en pequeños grupos por vez, a un para Refugiados).76 Para ese grupo de personas, en Géno-
-o.rt"¡" qie estaba enel secreto y que, por una ruta bien
va existía un Iugar de alojamiento temporario donde los
.áro.iau iara é1, los conducía hasta ltalia' donde casi omigrantes podían esperar la partida del barco previsto
,i"-pr" Iós recibía otro hombre de enlace' Era un camino para ellos.
,"gr.o, Ios habitantes del Tirol austríaco e italiano se co- Una segunda posibilidad era la compra de un pasapor-
nocían, no eran raros los lazos familiares y los vínculos to. Sobre todo errel consulado argentino en Viena, bajo Ia
entre ellos y la tradición del contrabando repre-
"-i.to.ot generaciones' conducción del cónsul general José Ramón Virasoro, todo
sá.rtaba una sólida fuLnte de ingresos desde parece indicar casos.77 Sin embar-
También conocían a los funcionarios de aduana de ambos go, eI precio d a un documento se
lados de Ia frontera' En Nauders, una estación termal
en
hallaba en un omo también Ia ta-
la que las caras extrañas no Ilamaban la atención' muchos rifa de cincuenta dóIares para una visa.Te
de pos-
de sus habitantes participaban en esos transportes Una tercera fuente para la obtención de un pasaporte
guerra. A pesar de que Ia retribución era muy exlgua mu-
y
sóIo con productos ora la Cruz Roja. Los documentos de esta institución, de
áhu..r".". Ia retnuneración se efectuaba l«rs cuales hasta mediados de L947 ya se habían otorgado
áál esa actividad se tradujo en una ganancia adicio-
"o"Io, veinticinco mil, debían
i*p"*ante en Ia región fronteriza de los Alpes' Desde
"rf
el otoño de.1945 hasta el verano de 1946 reinó una
gran
"extenderse a todas las personas a las que la guerra,
prosperidaá; después, en eI año 1948 se agotó la marea
h.u-
sobre su dimensión sólo de una manera u otra, había obligado a abandonar
-urru.tu Todas lás estimaciones de las especulaciones'
pueden quedar en el terreno
' Con p-rescindencia de los agentes del servicio secreto y
los jerarcas del Partido con u"t"to a documentos
falsos' el
p.oLl"-u principal de todos los postulantes a emigrar era'
de Ia documenta- darse les permita entrar".8o
junto .or, á1 cruce de fronter r, la cuestión
L los
un p apa
l,& o de I
llóttlingen, en Ia zona de ocupación francesa, estaba facul-
111
110
tada para extender esa clase de pasaportes y Ia organiza-
ción hizo uso abundante de ello. El examen de anteceden-
tes personales sóIo podía ser superficial y muchos refugia-
dos rec{bieron ayuda sin muchas preguntas.
Por otro lado, muchas veces se ha afirmado que se
-sin
hubieran aportado pruebas concluyentes- que existían or-
ganizaciones que habríap planeado la operación de fuga a
través de varias fronteras y trazado la ruta escala por es-
cala con medidas de precaución para todas las eventuali-
dades. Incluso personas de alto grado de peligrosidad, de
las que se exponían pedidos de búsqueda en todos los pues-
tos de control, salieron sin protección alguna de Alemania,
con una ruta improvisada y casi siempre poco dinero.8r Los
relatos sobre fuga y emigración son siempre individuales.
No ha existido un camino predeterminado que sólo había
que seguir. Los aspirantes a Sudamérica pasaban por di-
versas escalas, log¡aban pasar de una etapa a la siguiente,
pero ese punto no necesariamente estaba ligado con el si-
guiente desde el punto de vista de la organizaciín. Sólo en
las respectivas etapas de destino debía surgir una ayuda
adicional, de lo contrario cada uno debía arreglarse por su
propia cuenta.
En Alemania, $.ustria y Tirol del Sur, Ios deseosos de sa-
lir de Europa podían contar, además, con Ia ayuda de anti-
guos camaradas de laWehrmacht y de las ss.82 Una vez lle-
gados a Italia, por primera vez los aspirantes a emigrar
quedaban librádos a su propia suerte. Habían ingresado
ilegalmente, casi siempre con documentación incompleta,
sin permiso de residencia y sin conocimientos del idioma.
Tenían plena conciencia del peligro de que los capturaran
los carabinieri, y los internaran en el campamento Fras'
chette en Alatri para someterlos a interrogatorio y repa'
triarlos. Para escapar a ese destino, acudieron en busca de
ayuda a instituciones en las que creían poder confiar:
Cruz Roja y Ia Iglesia CatóIica. Y sin preguntar a quién
destinada Ia ayuda, las dos instituciones Ia brindaron. :
tt2
2. La línea de los conuentos
En la fase final de la Segunda Guerra Mundial, el más
alto representante de la Iglesia Católica en Italia había
colaborado con las fuerzas alemanas de ocupación, sobre
todo para evitar que los ejércitos de partisanos comunis-
tas se apoderaran del gobierno en las ciudades. También
existían contactos en el plano político. Con el apoyo del
embajador alemán en Roma, Rudolf Rahn, y del represen-
tante alemán ante Ia Santa Sede, Ernst Freiherr von
Weizsácker, el jefe de grupo de las ss y general del arma
ss, KarI Wolff, buscó establecer contacto con el Vaticano
para poner fin a Ia guerra en el frente sur. Por intercesión
del superior general de la Societas Divini Salvatoris, doc-
tor Pankratius Pfeiffer y del rector del Colegio Germánico
en Roma, doctor Ivo Zeíger S.J., eI 10 de mayo de 1944 eI
papa Pío XII concedió una audiencia privada aI oficial de
mayor rango de las ss y jefe de policía en Roma, durante
la cual se discutió Ia posibilidad de un pronto armisticio,
así como también el futuro de Europa después del final de
la guerra.83
Ambas partes mantuvieron los contactos también en el
lüturo y altos dignatarios de la Iglesia, como el arzobispo
rle Milán, cardenal Ildefonso Schuster (1929-1954), se ofre-
cieron, siempre con eI respaldo del Papa, para actuar como
nlediadores en las negociaciones relativas a una capitula-
ción parcial que se llevaron a cabo con Ios aliados. Por or-
rlen de Wolff, el jefe de unidad de las ss Walter Rauffman-
l,uvo el contacto con el cardenal Schuster y con su secreta-
rio privado, monseñor Giuseppe Bicchierai.sa La Iglesia ya
Hc preparaba para la época de posguerra y trataba de con-
xolidar su papel como fuerza del orden imprescindible en
Italia. EI intento de desempeñar un papel de mediadora,
rnuy rápido pone en evidencia la admirable capacidad de la
lglesia Católica para haber desempeñado un papel predo-
lninante en Ia historia universal durante dos mil años. La
institución más antigua por antonomasia, tiene sus hom-
lrrcs de confianza en todos los campos y agrupaciones so-
citles, por opuestos que sean. Los contactos con grupos an-
113
tagónicos y la asistencia caritativa pueden dar repetidas
pruebas de ser muy valiosos en una época futura.
La Iglesia CatóIica ayudó. No oficialmente, pero sí de
manerá muy efectiva. En los años 30 había conducido a Su-
damérica a judíos bautizados; más tarde preservó del
transporte a campos de concentración a los opositores del
nacionalsocialismo y a una gran parte de los judíos roma-
nos, cooperó en la fuga fle prisioneros de guerra ingleses,
después del final de Ia guerra prestó socorro a los judíos
emigrantes a Palestina, apoyó al servicio secreto de los Es-
tados Unidos en Ia expulsión de espías y se ocupó de que
Ios refugiados y emigrantes alemanes y croatas llegaran a
salvo al extranjero extraeuropeo. El coronel retirado Hans-
Ulrich Rudel, que también logró llegar a Buenos Aires a
través de senderos eclesiásticos, debía escribir más tarde
en sus memorias la muy citada frase:
"En otras cuestiones, uno puede tener Ia opinión que
quiera del catolicismo. Pero Io que hizo La Iglesia en
esos años para salvar valioso capital humano de
nuestro pueblo, Ios que ha logrado salvar a menudo
de una muerte segura, sobre todo a través de la inter-
vención individual de personalidades de extraordina-
ria calidad hur4ana dentro de Ia Iglesia, debe perma-
necer grabado por siempre en nuestra memoria".S5
Enfundados en hábitos religiosos, muchos ex altos fun-
cionarios del Tercer Reich lograron pasar seguros por los
puestos aliados de control. Con pleno conocimiento de su
identidad, se los mantenía escondidos en monasterios du-
rante largo tiempo y se organizaba su posterior transporte
aI Cercano Oriente y a Sudamérica. La fierzamotrtz de ese
verdadero trabajo de red era el rector de la iglesia nacional
alemana Santa Maria dell'Anima en Roma, obispo doctor
Alois Hudal. En los años de Ia década del 30, Hudal había
intentado lograr un acercamiento entre la Iglesia Católica
y el nacionalsocialismo: en esa dirección trabajaba su libro
Die Grundlagen des Nationalsozialismus (Las Bases del
Nacionalsocialismo), aparecido en 1936 y que había hecho
Lt4
llegar a Adolfo Hitler con la dedicatoria manuscrita "al ar-
tífice de la grandeza alemana".86 Durante Ia ocupación ale-
mana en Italia, el obispo se mantuvo en estrecho contacto
con las autoridades alemanas y celebró oficios religiosos
para los militares.8T Aun antes del final de la guerra, Hu-
dal se impuso Ia tarea de ayudar a los fugitivos alemanes
que querían escapar a la captura de los aliados.s8
Pío XII había conferido la competencia para la asisten-
cia de prisioneros y refugiados a la Pontifica Commissione
Assistenza, PCA, cuyo departamento de extranjeros, Sezio-
ne Stranieri, era dirigido por un alto dignatario del Vatica-
no. Ya en 1944 y frente a Ia oleada de refugiados de Euro-
pa Central y Oriental que se vislumbraba, ese hombre em-
pezó a formar alrededor de veinte subcomités regionales.
La sección austríaca, Assistenza Austriaca, recayó en el
obispo Hudal,se que desde un principio definió a su órbita
de competencia como eminentemente alemana.
El obispo hizo posible la fuga de cientos de personas que
debían esperar ser llevadas ante un tribunal, o al menos
verse expuestas a numerosas dificultades. En sus memo-
rias, Hudal trata de manera somera y sólo en unas pocas
¡láginas ese controvertido capítulo de su actuación, pero no
de.ja ninguna duda sobre su posición al respecto:
"Pero agradezco aI Señor que me haya abierto los
ojosy que me haya regalado Ia gracia inmerecida de
haber podido visitar y consolar en las prisiones y
campos de concentración a muchas víctimas de la
época de posguerra, y haber podido arrebatar a no
pocos de las manos de sus torturadores, y facilitarles
la fuga a países más felices con documentos falsos de
identidad".so
Juan Maler, más adelante redactor político del Der
Wtg, un diario de emigrantes alemanes en Buenos Aires,
nrl reiteradas ocasiones se entrevistó en Roma con el obis-
¡ro Hudal, que lo comprometió en el trabajo de asistencia
¡rrrra los refugiados. La misión de Maler era investigar a
Irrs personas que se presentaban a centenares y coordinar
115
su posterior transporte.el Como Sudamérica, con la Ar-
gentina como centro de gravedad, se contaba entre los des'
tinos dg viaje más requeridos, Maler encontró muy pronto
un inte'rlocutor seguro en el secretario de Ia Comisión Ar'
gentina de Inmigración en Génova, el sudtirolés Franz
Ruffinengo.e2
Así se puso en práctica un sistema funcional: la Iglesia
Católica proporcionaba aloj amiento y coordinación, Ia Cruz
Roja emitía la documentación, y el Consulado General Ar'
gentino, en coordinación con las autoridades migratorias
en Buenos Aires, otorgaba la visa y en muchos casos se
ocupaba, además, de procurarles el pasaje marítimo.
Cuando antes de Ia partida de un barco no se presentabarl
algunos pasajeros, en su mayoría italianos, Ruffinengo
completaba las listas de pasajeros con refugiados y emi.
grantes alemanes. La compañía naviera argentina Dodero
no se oponía a los deseos del cónsul general. Este si
que desde el punto de vista cuantitativo se describe como
la más importante posibilidad de salida de Italia, funcionÓ
sin dificultades hasta que, hacia principios de 1948, se le'
echó un cerrojo.e3
1
La financiación del trabajo de Hudal provenía en parte
de los Estados Unidos. La National Catholic Welfare
ference (Ncwc) apoyaba a las organizaciones católicas en
Europa desde el final de Ia guerra. El delegado italiano de
Ia NCWC, a su vez, transfería el di
mités regionales de la Pontifica C
de manera que para Hudal se ab
dinero, de Ia que podía sacar las sumas necesarias para pa'
sajes marítimos, viajes en tren y manutención de sus clien'
tes, por entónces sin recursos. El obispo permaneció en la
memoria de aquellos a quienes ayudó a emigrar a ultramar
como el salvador en Ia más grande miseria. Más tarde, De¡
Weg escribiría sobre é1:
"En los inestables años de posguerra no ha habido
muchos hombres que siguieran su camino impertur-
bables y con la frente alta. Pero tampoco ha habido
otro que tratara a los nuevos emigrantes de posgue-
116
rra con tal grandeza de alma, tan clara autoridad y
con tan denodada disposición a ayudar como Su Ex-
celencia, el obispo Alois Hudal".es
También Hans-Ulrich Rudel dio testimonio de su reco-
nocimiento:
"A través de é1, Roma se convirtió en un refugio y en
la salvación para muchas víctimas de la persecución
después de Ia'Iiberación'. Y más de uno de nuestros
propios camaradas encontró el camino de la libertad
a través de Roma, porque Roma está llena de hom-
bres de buena voluntad".e6
Los refugiados croatas, que habían abandonado Croacia
¡xrr temor a los actos de venganza de los partisanos de Ti-
l,r), en Roma se dirigieron a su representante dentro de la
Oomisión Papal de Socorro. Monseñor Krunoslav Stjepan
l)raganovic, teólogo del Colegio Irílico San Jerónimo, se
ocupó de manera infatigable por Ia suerte de sus compa-
triotas. Draganovic y Hudal coordinaron su trabajo tanto
con el equipo de colaboradores de laCrtz Roja que otorga-
ba pasaportes, como también con Ia malla de funcionarios
consulares, portuarios y navieros.
Por iniciativa de Draganovic, eI padre franciscano croa-
l,n Blaz Stefanic, superior de la Basflica de Bari en Buenos
Aires, logró que el27 de noviembre de 1946 las autorida-
rlcs migratorias argentinas aprobaran un cupo de doscien-
l,us cincuenta personas para los croatas, a quienes se les
olorgó un permiso de entrada sin mención de nombres ni
rcvisión.e7 Las listas de nombres para completar el cupo
oran confeccionadas por las organizaciones croatas en Mu-
rrich, Salzburgo y Roma. EI documento, que se terminaba
rlc completar en la capital italiana, era enviado por los re-
¡rrcsentantes de Ios croatas a la Argentina a nombre de Ca-
riLas Croata, que tenía una filial tanto en Buenos Aires co-
Ir'¡o en Roma. En la oficina de Caritas Croata se llevaban a
crrbo los últimos agregados y tachaduras antes de presen-
l,rrr Ia lista ante las autoridades migratorias, que Ia acep-
tt7
taban en bloque y enviaban los permisos de entrada al
Consulado argentino en Roma, donde las personas inclui-
das en Ia lista recibían su visa.e8 En ese grupo también en-
contró frrgu, cierto número de alemanes. Según se dice, en
algunos casos Draganovic les hizo pagar un pasaje maríti'
mo doble para poder financiar el cruce del Atlántico de Ios
refugiados croatas.ee Más allá de eso, parece ser que las au'
toridades migratorias fijaron aun otro cupo de doscientas
cincuenta personas para los croatas.1o0 Más adelante, ellos
también tuvieron que seguir el camino de la inmigración
prescripto por las autoridades, si bien allanado por la Igle-
sia. Draganovic obtenía los documentos correspondientes,
tanto a través de la Cruz Roja Internacional como de la
Cruz Roja en Génova.101 Las dos posibilidades permitían
que se mezclaran alemanes entre los croatas y viajaran con
documentos falsos.
EI agente secreto norteamericano Vincent La Vista tenía
toda la razó¡cuando a mediados de 1947, en un informe zl'
trasecreto que envió al Departamento de Estado, describió
aI Vaticano como una gigantesca organizacíón de ayuda a
Ios fugitivos, aun cuando identificaba de manera abstracta
al Vaticano, que en ese sentido no tuvo nunca una actuación
oficial, con determinadas instituciones y personas de la
Iglesia. Para la época en que eI informe secreto fue enviado
a Washington, Ios conventos italianos estaban colmados dg
refugiados. Si¡r interrupción desde 1945 hasta los primeroe
años de la déüda del 50, un torrente de aspirantes a emi'
grar de todas las nacionalidades del centro y del este de Eu'
ropa llegaron por medios ilegales, a través de institucione¡
de Ia Iglesia, a los puertos italianos de ultramar. Esto hizo
que en muchos prevaleciera la impresión de que el mismo
Papa debía de haber dado una orden de protección en tal
sentido. Las autoridades eclesiásticas brindaron protección
efectiva a los fugitivos y a algunos los escondieron durante
años. Con motivo del sermón de Navidad 0947) que pro.
nunció delante de doscientos ilegales que se encontraban
bajo Ia protección de la Iglesia, al superior de una orden sg
lo cita con estas palabras: 'Y pueden estar seguros de qué
118
uquí no los encontrarála policía. No es la primera vez que
en Roma se vive en las catacumbas".ro2
3. La línea de las ratas
A los aliados no les era desconocida la línea de los con-
uentos (monastery line). El agente secreto Vincent La Vis-
ta, que seguía las actividades de la Iglesia Católica a favor
de los refugiados como intermediario encubierto, había re-
dactado en mayo de 1947 su informe detallado sobre los
movimientos migratorios ilegales en Italia y a través de
clla y llegado a la siguiente conclusión:
"El Vaticano es la más vasta organización comprome-
tida en Ia reexpedición ilegal de emigrantes. (...) El
Vaticano fundamenta su participación en el tráfico
ilegal de personas con su deseo de infiltrar personas
no sólo a los países europeos sino también a los lati-
noamericanos, con independencia de su orientación
política y siempre que sean anticomunistas y pro la
Iglesia Católica".103
El informe de La Vista puso en las manos de los Esta-
dos Unidos un material fáctico que habría sido suficiente
¡rara desarticular la línea de los conuentos. Apuntado a la
opinión pública, este trabajo habría desencadenado una
tr¡rmenta de indignación en los medios norteamericanos de
información y justificado cualquier presión contra Italia y
cl Vaticano. Después de todo, los informes y las fotografías
rlo Ia liberación de los campos de concentración todavía es-
l,nban frescos en la memoria. Claro que eso habría sucedi-
rlo también un año antes. Por qué ya no se hizo en ese mo-
rnento, se explica por la situación cambiante de los años de
J)0sguerra.
Las aspiraciones expansionistas de Ia Unión Soviética
rro constituían sóIo una amenaza externa. La ideología co-
munista se expandía de manera creciente dentro de los Es-
t,udos de Europa Occidental orientados por los Estados
119
Unidos. En los años inmediatos de posguerra, Italia ame-
nazabacon caer en eI comunismo, como primer país de es-
tilo deryocrático. Esa visión aterradora y el temor de un
efecto dominó, determinaron a los Estados Unidos a hacer
llegar aI país de los Apeninos, durante Ia lucha electoral de
1948, cerca de trescientos cincuenta millones de dólares en
ayuda civil y militar.l0a Con Ia campaña de propaganda pro
occidente y anticomunista primer caso de ensayo de
-un
la política de contención- los norteamericanos impidieron
Ia toma del poder por el Parbido Comunista (pcl). La Igle-
sia CatóIica del país había apoyado con toda energía la ini-
ciativa y hecho valer toda su influencia. Los dos socios en
Ia guerra fría trabajaron en estrecho contacto contra Ia
ideología atea.
También en Alemania los militares y los servicios secre-
tos habían renunciado a aplicar las viejas medidas. En vis-
ta de la aguda situación de amenaza, se recurrió a proba-
dos luchadores contra el comunismo. Como por ejemplo el
antiguo jefe de Ia Gestapo en Lyon, Klaus Barbie, que ocu-
paba una posición prominente en las listas de criminales
de guerra de Francia. En L947,lo tomó a su cargo la uni-
dad de contraespionaje del ejército de los Estados Unidos,
eI Counterintelligence Corps, cIC. Proporcionó informacio-
nes aI servicio de'inteligencia, para las que recurrió a las
redes de espionaje de la Gestapo y del servicio de seguri-
dad nazi todavía con capacidad de funcionamiento.lOs
En el régiryen de espionaje no son ninguna rareza los
casos de agenies desenmascarados por Ia parte contraria y
deben estar preparados para esto. Como en el caso de Bar-
bie, sucedió repetidas veces en la posguerra que se formu'
Iaron reproches contra agentes alemanes del cIc por su pa'
sado y en algunos casos hasta circularon pedidos interna'
cionales de captura. En una situación semejante, el servi'
cio secreto se veía obligado a poner a salvo aI hombre que
ya no podía emplear. Después de todo había servido en sus
propias filas y había que evitar la situación embarazosa de
una declaraciónjudicial sobre el particular.
En 1947, eI ctc había organizado una vía de escape, quo
en la jerga del servicio secreto llamaron la línea de las ra'
720
principio para transportar a los agentes
tas (rat line),ro1 al
estadounidenses de Ia zona de ocupación soviética de Aus-
tria aI sector norteamericano, y después, como recompensa
por los servicios prestados, proveerlos de una nueva iden-
iid.d, llevarlos fuera de Europa y establecerlos en diferen-
tes partes del mundo.1o7
Én Salzburgo, el organizador delalínea de las ratas, Jim
Milano, y su equipo alojaban a la persona (body) en cuestión
en un edificio seguro (rat house). Allí tenían a disposición
un laboratorio, en el que los expertos cambiaban o falsifica-
ban documentos, pasaportes y cédulas personales de cual-
quier nacionalidad. También era posible obtener la docu-
mentación original de determinadas personas mediante Ia
compra en el Ministerio de Relaciones Exteriores italiano y
cn Iá Oficina Internacional para Refugiados en Roma'108
Para excluir cualquier posibilidad de que tuviera un
cfecto retroactivo sobre eI gobierno de los Estados unidos,
la ruta de traslado se preparaba y examinaba con la mayor
meticulosidad en cada caso. EI individuo a transportar
clandestinamente recibía un uniforme militar norteameri-
cano y en un jeep del ejército, con tres hombres del ctc que
no lo perdían de vista ni un segundo, lo llevaban hasta
Badgastein. Desde allí, eI camino seguía a través de Ia
f'roniera italiana personal de control de frontera esta-
-eI
ba informado- hasta Génova o Nápoles, según de dónde
r,arpara eI primer vapor hacia el Atlántico'10s
io. orgárrizadores de la línea de las ratas habían podi-
rlo ganar para sus propias filas a Krunoslav Draganovic,
como hombre de enlace para Génova. EI monseñor puso
sus servicios a disposición de los norteamericanos con ma-
rrifiesto placer, ya que con ello ganaba un respaldo inesti-
rnable para sus acciones de ayuda a favor de sus compa-
l,riotas croatas y se convertía casi en intocable' Aparte de
cso, el crc retribuía Ia salida clandestina de su propia gen-
t,c con verdadera generosidad para aquellos tiempos: entre
rnil y mil cuatrocientos dólares por persona'1lo Como con-
traprestación, Draganovic debía velar por eI mantenimien-
t,. áeI secreto de la operación y, si todavía fuese necesario,
r:0nseguirles una documentación a las personas involucra-
121
das regla general un pasaporte de Ia Cruz Roja-
-por de entrada para
un visado un país sudamericano.
novic cumplió con las expectativas puestas en éI a en
satisfaCción de sus mandantes. De 1g51 a 1960, la Ase
Central de Inteligencia de los Estados Unidos (Central
telligence Agency, cre), fundada pocos años antes, se hi
cargo de la línea de las ratas de Draganovic para su
consumo.rl
Como las demoras de salida de los barcos eran cosa
rriente en Génova, para la operación secreta se eligió
hotel donde no se formularan preguntas de ninguna
raleza. Los hombres del crc acompañaban a la persona qus.
les habían encomendado hasta el barco, donde un hombrg'
de enlace a bordo se hacía cargo de la asistencia ulterior ¡l
Ie entregaba una suma de dinero para empezar de
vo.112 El ex espía abandonaba entonces Europa. El servicio
secreto norteamericano tenía ahora un "durmiente,'en Su.
damérica, un agente que, por regla general en caso necesa.
rio, se podía volver a activar. La única condición era que su
identidad y su pasado no se hicieran públicos. Sin embar-
go, este fue el caso de Klaus Barbie, que en 19b1 había si.r
do enviado a Bolivia, vía la Argentina, con eI nombre de
Klaus Altmann. IJn asunto que a principios de los años 80
adquirió dimensiones de verdadero escándalo internacio.
nal, y que encontró una solución a nivel oficial sólo cuando
el gobierno de los Estados Unidos se disculpó públicamen.
te ante el gobierno francés.113
4. Lalínea afgentina de transferencia
En eI marco de su política justicialista de emigración, la
Argentina trató de allanarles el camino precisamente a los
interesados alemanes. Perón había dado instrucciones a ese
respecto a sus consulados y embajadas en Europa.tla En de.
terminados casos, se hizo la vista gorda ante documentog
incompletos e incluso faltantes y se limitó a un mínimo el
trámite administrativo. Además de esto, para los prófugos
t22
polfticos Perón dispuso la creación de un organismo espe-
olnl en Italia,115 que en colaboración con las autoridades lo-
otles, la Iglesia Católica y la Cntz Roja, debía guiar hacia
la Argentina a las personas en peligro. Sobre esta institu-
olón, que trabajaba bajo el más estricto mantenimiento del
lécreto, no se puede llegar a saber nada ni de los documen-
tos oficiales ni del material liberado del secreto. Las alusio-
nos de la colectividad alemana,116 sin embargo, hacen que
gÍLrezca evidente que Ia orgxización política del proyecto
¡átuvo en manos de políticos de alto rango del país, funcio-
nurios del Estado, pero sobre todo de las cabezas dirigentes
do la comunidad alemana en el Río de Ia Plata. Perón, que
hrrbía ordenado eI operativo de salida clandestina, con San-
üingo Peralta tenía un hombre de su máxima confianza ala
oobeza de las autoridades migratorias. Por eI lado del go-
biorno, Rudi Freude, secretario de la Presidencia aI princi-
pio del mandato de Perón, se encargaba de allanar el cami-
no desde Alemania a la Argentina, con eI apoyo tanto de
(luillermo Staudt, hijo del importante industrial Ricardo
Htaudt, como también de Horst Fuldner,117 que atendía la
rlrganización de la operación secreta en Italia.
En los primeros tiempos siguientes al final de la guerra,
rrl proyecto tenía su central de mando en Roma, donde con-
vurgían todos los hilos. Después del envío a Italia de una
dclegación argentina de migración bajo la conducción del
¡lrrdre Silva, Roma quedó como eI punto a través del cual
lncontraban el camino a Buenos Aires personalidades de
rrlto rango y más tarde también especialistas de renombre.
l,u inmigración masiva de alemanes al Río de la Plata,
l¡rientras tanto, se canalizaba a través de Génova. En esto
rulquirió una importancia vital el Consulado General en
( lónova, que mantenía estrecho contacto con la Iglesia Ca-
lrilica y la Cntz Roja,118 y que para la sección alemana te-
r¡Íu en el sudtirolés Franz Ruffinengo un jefe de trámites
rlc habla alemana.rle Los recién llegados al consulado reci-
lrÍ¡rn la ayuda de sacerdotes, que los transferían a Ia filial
rlc la Cruz Roja en la ciudad, donde casi siempre conse-
guían un pasaporte de esta organización internacional des-
¡rrrés de la intermediación de la Iglesia. La Cruz Roja otor-
123
gaba los pasaportes sin ninguna revisión, a veces sólo sobre
la base de un comprobante de excarcelación de un campo de
prisioneros de guerra, aun si éste no incluía ninguna foto
del inter6sado.r20 En otros casos era suficiente un certifica-
do de bautismo o la declaración de dos testigos que confir-
maban Ia identidad.l2l Si no existía absolutamente ningún
documento que probara Ia identidad, en determinados ca-
sos el consulado reconocía.también como documento de via-
je la sola confirmación de entrada (el libre desembarco)
otorgada por las autoridades migratorias argentinas y que
sí estaba provista de una foto.Lzz "Nadie salía de allí con las
manos vacías", escribió un conocedor de Ia situación.r23
La Compañía Argentina de Navegación Dodero S.4.,
entre otras, cubrÍa el trayecto Génova-Buenos Aires, en Ia
mayoría de los casos con escalas intermedias en Nápoles y
Barcelona. EI dueño de esta línea era Alberto Dodero, un
íntimo amigo de Perón, que se puso al servicio de la políti'
ca argentina de inmigración, lo que le redituó cuantiosas
ganancias. Los seis barcos Aires, Córdoba, Entre
-Buenos
y Túcumdn- erarr antiguos
Ríos, Mendoza, Santa Fe
transportes de tropas de los Estados Unidos, a los que ape'
nas se reacondicionó para eI transporte de pasajeros. En
cada cruce del Atlántico se podían oír las quejas por el de-
ficiente equipamiento de los barcos, sobre los lugares de
alojamiento colectivo y la ocupación excesiva orientada a
obtener ganancias rápidas. No.obstante, en cada viaje ha'
bía un número determinado de pasajeros que se mostraban
muy contentos cuando se alcanzaba el océano. Es que aun
en los barcos argentinos, los emigrantes ilegales no esta'
ban a salvo en tanto el viaje transcurriera por aguas euro'
peas. La policía secreta de los aliados tenía sus informan'
tes en muchos lugares y a menudo hacía bajar de los bar'
cos a grupos enteros de ilegales a la altura de Gibraltar.l2¿
Años más tarde, cuando periodistas españoles Ie pre'
guntaron aI ex y futuro presidente argentino sobre el reclu'
tamiento de personal alemán especializado después dq
L945,Per6n recordó con satisfacción ese traslado, que ds'
].24
bÍa llevar a su país al nivel tecnológico de los países indus-
trializados: Ia Argentina pagaba únicamente eI pasaje en
avión, mientras que Alemania había invertido millones de
marcos en Ia formación de estos científicos y técnicos.125
Aun antes de la derrota de las potencias del Eje, la par-
te argentina se había preparado para la transferencia de
Alemania al Río de la Plata de personal técnico interesado
ttn emigrar. En 1970, Perón dio una explicación sincera so-
bre esto:
"Mucho antes de que terminara la guerra, nosotros
nos habíamos preparado ya para la posguerra. Ale-
mania estaba derrotada, eso Io sabíamos. Y los ven-
cedores se querÍan aprovechar del enorme esfuerzo
tecnológico que había hecho ese país durante más de
diez años. Aprovechar la maquinaria no se podía por-
que estaba destruida. Lo único que se podía aprove-
char eran los hombres. A nosotros también nos inte-
resaba eso. Les hicimos saber a los alemanes que les
íbamos a declarar Ia guerra para salvar miles de vi-
das. Intercambiamos mensajes con ellos a través de
Suiza y de España. Franco entendió de inmediato
nuestra intención y nos ayudó. Los alemanes tam-
bién estuvieron de acuerdo. Cuando terminó la gue-
rra, esos alemanes útiles nos ayudaron a levantar
nuevas fábricas y a mejorar las que ya tenÍamos. Y
de paso, se ayudaron ellos mismos."126
En el Río de la Plata, la colaboración con sabios alema-
ncs tenía tradición desde el período de gobierno del presi-
rlcnte Sarmiento. La tecnología de punta alemana gozaba
rlc Ia confianza de todo el mundo. Las actividades científi-
r:rrs argentinas estaban fuertemente influenciadas e inspi-
rrrdas por alemanes. Las buenas experiencias que se ha-
lríun adquirido con ellos, impulsaron a Perón a entrar en
r:ompetencia con las potencias vencedoras de Ia Segunda
(luerra Mundial en lo concerniente al reclutamiento de
¡rursonal especializado de primer orden.
Las obligaciones que la Argentina había contraído en eI
t25
plano internacional, incluían la prohibición de admitir a
personas de las antiguas potencias del Eje que no contaran
con eI beneplácito de los aliados después de una revisión de
rr.. ,rd"."dentes políticos. Pero Perón, igual que los nor'
teamericanos con sus proyectos Overcast y Paperclip, nó
hizo caso de estas disposiciones de control. El principio ju-
rídico de Ia fidelidad al contrato se subordinó en cada caso
alaraz6n política de Estado.
Las chances estaban repartidas de manera muy desi-
gual. En la campaña para el reclutamiento de científicos y
técnicos de primer orden, los norteamericanos tenían a su
disposición todo un arsenal de posibilidades: desde ofertas
científicas y financieras muy atractivas hasta amenazas
concretas de inhabilitación profesional y aun peor. La Ar-
gentina sólo podía actuar por vía indirecta y además se en-
contraba en la desventaja de que no estaba presente en
Alemania. Antes de la apertura de1 Consulado General en
Francfort/Meno, había designado a los diplomáticos y agre-
gados en los países vecinos para la coordinación de las con-
trataciones, el examen y Ia averiguación de antecedentes
de los peticionantes y la organización del traslado.
Con las primeras figuras del mundo intelectual alemán,
la Argentina tuvo que ceder el campo a los vencedores, que
lo rastrillaron ampliamente. La Argentina se mantuvo en
el nivel medio de expertos, sobre todo en aquellos sobre los
que pesaba una inhabilitación profesional después de su
examen por los tribunales de desnazificación. EI interés
argentino se plopagó como reguero de pólvora entre los cír'
culos de personas afectadas, de manera que en poco tiem'
po se recibieron en las delegaciones en Europa cantidades
de solicitudes detalladas y hasta hubo muchas que se reci-
bieron directamente en el Ministerio de Relaciones Exte-
riores en Buenos Aires. A través de esta propaganda del
susurro, como también según los informes de prensa lan-
zados,los encargados del reclutamiento en ultramar tuvie-
ron muy pronto amplias posibilidades de elección,r27 y tam'
bién de rechazar a los peticionantes. El punto esencial del
interés argentino se centraba en científicos y técnicos ex'
pulsados de Ia industria de armamentos.
t26
En eI año t947,la esposa del gran industrial de arma-
mentos, doctor Hans Kleiner, antaño director de la fábrica
Schmidding en Tetschen-Bodenbach, se presentó en la Em-
bajada Argentina en Roma y allí se pronunció a favor de un
,{rupo de expertos en armamento. Los diplomáticos recono-
cieron en eI acto la importancia del caso y manifestaron la
disposición de hacer todo Io que estuviera en sus posibili-
dades para que se Ies brindara ayuda a los aludidos: para
la Argentina se abría un canal a la tecnologÍa de punta en
ol campo de la industria militar.
Sin Ia menor demora, la Embajada Argentina organizó
ol viaje clandestino de Alemania a la Argentina a través de
Italia para eI grupo de técnicos de la fábrica Schmidding.
l,os diplomáticos asesoraron a los candidatos a emigrar so-
l¡re todas Ias cuestiones relativas a la emigración, sobre las
paradas y puntos de escala y les sugirieron Ia línea de los
«tnuentos. La colaboración con las instituciones religiosas
luncionó sin ninguna dificultad: religiosos alemanes en la
()iudad Eterna se encargaron de ayudarlos con su consejo
y apoyo; se les brindó alojamiento; un convento de monjas
on el Vaticano hospedó a las mujeres.1z8
La representación argentina en Roma mantuvo la su-
premacía sobre la operación de traslado, solicitó los permi-
xos de entrada, otorgó pasaportes argentinos a nombre de
krs involucrados y se ocupó de los pasajes de avión. Varias
rlocenas de antiguos colaboradores de Ia Schmidding y de
l)cenemünde llegaron de esa manera al Río de Ia Plata. EI
rnismo doctor Kleiner, que había participado en la cons-
l,rucción de los misiles de media distancia Vl y V2, fue re-
cibido personalmente por Perón.12e
Para otras operaciones de traslado se utilizó de manera
¡»rrecida la vía secundaria italiana. Los enviados en misión
cspecial, asignada por el presidente Perón a Ia delegación
rrrgentina en Suiza,130 establecían contacto con los solici-
l,untes en coordinación con Ia embajada en Roma, viajaban
rrl antiguo territorio del Reich, verificaban los datos y en
t:uso de necesidad arreglaban inmediatamente las modali-
rlades de viaje,131 procuraban pasaje de avión y pasaporte
rrrgentino en un caso de alto interés nacional; el viaje por
L27
barco y la visa para documentos de la Crtz Roja en
casos de menor importancia.
La ttansferencia de especialistas alemanes se
ilustrar con un ejemplo: Uno de los más renombrados
tructores de aviones del mundo, el director de Ia fábrica
aviones Focke-Wulf-Flugzeugwerke en Bremen,
doctor Kurt Tank, habíq llegado en L947 a Buenos Ai
vía Dinamarca, con los proyectos más recientes. Tank
do convencer a Perón de que la Argentina debía cons
aviones de reacción y que con su ayuda también estaría
condiciones de hacerlo. Se necesitaba fuerte respaldo
tico, apoyo financiero y experimentados ingenieros ae
náuticos de Alemania. En ese plano, las propuestas
Tank y las ideas de Perón eran casi congruentes y el
tructor de aviones confeccionó una lista de personal
cializado. En esta lista figuraba también el ingeniero
náutico Hans-Ger{ Eyting. En la primavera de 1948, lo
sitaron antiguos colegas de la Focke-Wulf y Ie prese
la oferta de tomar parte en un proyecto moderno en la
gentina. El especialista aceptó la invitación.132
Como el gobierno argentino tenía interés en reunir
grupo de Tank 1o más rápido posible, se utilizaron las
nexiones existente6 a través de monseñor Krunoslav
ganovic. El teólogo e historiador, que ante todo pensaba
poner a salvo a su clientela croata, llegó a un acuerdo
Ios emisarios argentinos. Draganovic ponía a di
sus conexione§y experiencias en la salida clandestina
refugiados y en pago de ello pedía la admisión, sin
tes burocráticos, de un número determinado de c
junto con la financiación de la travesía a cargo de la
blica del Río de Ia P1ata.133
Los ingenieros Eyting, Starke y Schóffel fueron de
primeros en tomar este camino. El colega de Ia Focke-
que les había presentado la oferta argentina y que los
guió más adelante, nombró como primera dirección de
tacto la de un tal doctor Bohne en Munich.r34 El grupo
cibió allí eI nombre de una taberna croata en Munich,
mo lugar de reunión conspirativa. A Ia hora convenida,
t28
osperaba en ese lugar un hombre en abrigo de cuero que
los acompafaría. Este hombre de enlace, que se presentó
como un croata de nombre Lavic, había sobornado a los mi-
litares de ocupación, de manera que se escribió a fi-
nes de 1948- eI grupo fue llevado a -así
través de la frontera
hasta Salzburgo con jeeps del ejército norteamericano y
conductores norteamericanos. Es evidente que la policía
aliada de frontera (Constabulary Forces) estaba enterada
y no controló. Los funcionarios austríacos de frontera reci-
bieron una dura reprimenda de los militares.
En Salzburgo, Lavic había reservado habitaciones en
un hotel y se ocupó de la manutención del grupo. La docu-
mentación estaba lista: pasaportes de la Cruz Roja para
displaced persons, rubricados personalmente por Dragano-
vic, y adentro un permiso de residencia (soggiorno) para
Italia, expedido por la embajada italiana en Viena.135 Los
cnndidatos a emigrar sólo necesitaban pegar una foto en eI
tlocumento y a partir de ese momento pasaban por croatas.
llans-Gerd Eyting viajó como Antonio Kohavic.
El camino siguió sin problemas a través de MiIán hasta
(lénova, donde Lavic le dio a los emigrantes una dirección
rlc enlace. Después de una odisea por varias escalas, resul-
l,r¡do del hecho de que el camino todavía no estaba bien or-
grrnizado y se basaba en improvisaciones, los aspirantes a
lrmigrar a la Argentina llegaron por fin a Roma. AIIí reci-
llicron alojamiento en el convento de monjas croatas Cen-
tocelle, ubicado en un barrio periférico. Un segundo hom-
l¡rc de contacto croata que hablaba alemán, Ivo Omrcanin,
nruntuvo el contacto durante las siguientes semanas de
l)crmanencia y atendió las cuestiones organizativas del
grupo.136 Mientras tanto, Ios ingenieros reclutados se reu-
¡¡Í¿rn en Roma a Ia espera de viajar a la Argentina. Con al-
[unas variantes, habían tomado el mismo camino hacia la
trrrpital italiana. El hombre de enlace del grupo Tank siguió
xicndo Lavic, que llevó a salvo hasta su destino a los técni-
(!orJ y sus familias. Por úItimo, Eyting y sus colegas Melzer,
l,lillmann y Evers subieron a bordo de un oc 4 Skymaster
rlc la Flota Aérea Mercante Argentina, FAMA, y con escalas
on Madrid, Casablanca, Dakar, Natal y Río de Janeiro, lle-
t29
garon a Buenos Aires. AIlí fueron recibidos por el
August Siebrecht, el hombre de enlace del grupo Tank.
Aparte del grupo Tank, en su mayoría llegados a
de Italia,los diplomáticos argentinos también tomaron
jo su protección a otras personas, Ias guiaron por los di
rentes caminos que conducían sin excepción a Roma, y
hicieron volar a Buenos Aires. EI coronel retirado Hans-
rich Rudel pertenecía también a estos últimos. A través
una conexión en Suiza, probablemente la Embajada
gentina, él y sus acompañantes habían recibido inform
ción sobre rutas y direcciones en las diferentes etapas.
del llegó a Tirol del Sur después de hacer escala en Zi
tal, Mariahofen y en el refugio alpino de Grüne-Wand.
aquel entonces, el peligro de un control personal en la
lle era casi siempre una cuestión de precio. Italia
hambre y algunos soldados aliados se aprovechaban de
para ofrecer una lucrativa fuente de ingresos.
Desde Bolzano, donde Rudel tenía también una di
ción, el camino ulterior se bifurcó hacia Roma y Gé
según fuesen candidatos a emigrar por avión o por
Rudel viajó hacia Roma, allí fue recibido por "algunos
ñores" y hospedado en las afueras de Ia metrópoli. Los
ñores no especificados por Rudel, sin duda alguna
de la Embajada argentina,le proporcionaron documentos
nombre de "Emilio Meier" y asesoraron a los postulantes
emigrar de manera excelente. "Nos fue brindada toda
ayuda que uno pueda imaginar", escribió el coronel en
memorias.137'
A finales de los años 40 se dictaron disposiciones
blandas para la emigración de alemanes, y además del
tado argentino, ahora también instituciones privadas
empresas mixtas del Estado se esforzaron de manera
recta por conseguir personal alemán especializado. Así
ejemplo las universidades practicaron su propia
científica, y en eI sector científico privado, los argenti
interesados establecieron contactos de naturaleza
cial con expertos dispuestos a emigrar, con eI propósito
aunar los conocimientos alemanes y el capital argentino
inversión para la creación de empresas en común. A
130
tustosignificaba que grupos enteros junto con sus familias
cruzaban el Atlántico, para lo cual la parte capitalista se
ocupaba del viaje y de la documentación.l38
En total, unos cien científicos muy calificados aceptaron
las posibilidades que les ofrecía la Argentina. El número
de ingenieros, técnicos y personal especializado llegó a
unos mil hombres. El beneficio era mutuo. El personal es-
pecializado conseguía un empleo relativamente bien remu-
nerado en Ia mayoría de los casos, además de las posibili-
dades de investigar en su campo de acción y estar activo en
ln práctica de su profesión. En la contrapartida, la Argen-
tina conseguía conectarse con disciplinas específicas a ni-
vcl científico europeo.
d) El camino nórdico
En el momento de la capitulación alemana, Dinamarca
ttdavía estaba totalmente ocupada por tropas alemanas.
Hn la fase final de la guerra, cientos de miles de alemanes
rlol Báltico, de Prusia Oriental y Pomerania se pusieron a
¡nlvo del avance del Ejército Rojo, muchos de ellos hacia
l)inamarca. La ola de evasión se extendió también a los de-
mrls países escandinavos: al final de la guerra, la neutral
Huccia contaba con unos ciento cincuenta mil fugitivos en
Iu territorio.lse La misma Dinamarca albergaba, sóIo en
(!nmpamentos improvisados, a trescientos mil alemanes.
Con el final de la guerra, sin embargo, no se interrum-
¡licron de ninguna manera los movimientos de fugitivos si-
no que cambiaron de sitio. Los contrabandistas experimen-
l,rulos tenían ante sí un período de gran prosperidad. Pocos
ntlos antes, habían llevado de noche a daneses en peligro a
t,r¡¡vés del Oresund hasta Suecia; ahora reclutaban su
rrliontela entre los miembros de la anterior potencia de ocu-
¡lrrción.lao
Aquellos que tenían buenas razones para temer una
¡xrrsecución de los aliados se mezclaron entre la multitud
tk' refugiados. Los antiguos miembros del arma europea de
131

las ss se ayudaban unos a otros. Con el apoyo de
escandinavos germanófilos que les proporcionaban
da transitoria en embarcaciones ancladas en los
les prdcuraban trabajo,ral cientos de ellos se estab
de manera permanente en Dinamarca, Noruega y
La Cntz Roja Alemana, que aun después del final de
guerra siguió actuando bastante tiempo en Dinam
constituyó para muchos la primera puerta de entrada.
viejas estructuras todavía estaban intactas y pronto
oyeron duras voces de protesta, según las cuales las
lancias que circulaban entre Dinamarca y Alemania
rían como transporte de fugitivos y ayudarían a escapar
una condena a criminales de guerra.la2 Los intereses
ticos, sin embargo, impidieron la adopción de medi
drásticas. Gran Bretaña mantuvo juntos, casi como
ejército de reserva, a los soldados alemanes prisioneros
guerra en Dinamarca, con el propósito de ejercer
sobre Ia Unión Soviética. Y con la opción de poder
inmediatamente una unidad completa en caso de
hablaba de ochenta mil hombres-, para que
-se
en acción contra la Unión Soviética.1a3 Según datos
ticos, el núcleo de esta unidad estaba integrado por el
mado Grupo de Servicio Dinamarca. Después de finali
la guerra, ala cabeza de ese grupo fue designado el teni
te coronel Toepke, por quien los militares británicos y
neses sentían enorme respeto. Como comandante
de las tropas alemanas en Dinamarca, había prestado
gunos servicids al movimiento danés de resistencia y
finales de la guerra había impedido la voladura del
te de Lillebaelt.r44
El Grupo de Servicio Dinamarca fue destinado a la
moción y desactivación de minas y aprovechó esa
para hacer pasar por los puestos de control a alemanes
se dirigían a Dinamarca. Sobre todo científicos para
que la Argentina había establecido contactos, eligieron
posibilidad de abandonar el viejo continente. Toepke
persona condujo de doce a quince de ellos a través de
frontera, entre los que se encontraban eI constructor
aviones Kurt Tank y su colaborador Jürgen Naumann.
732
gún datos de la policía sueca, Toepke alcanzó a llevar a Di-
numarca un total de ciento cincuenta alemanes, de los cua-
los la mayoría habría seguido viaje a Suecia.lab
Después de cruzar la frontera, los científicos eran lleva-
dos al consulado argentino en Copenhague, donde se ha-
cfan cargo de ellos eI cónsul general Carlos Piñeyro y el
cónsul Mouret. Piñeyro había sido designado personalmen-
te para esa delicada misión, con lo que se confirmó una vez
más la profunda desconfianza del gobierno militar argen-
üino en su propio cuerpo diplomático. Piñeyro, que estaba
casado con una alemana, fue destinado a ese puesto por su
condición de militar, dado que para esa misión en Dina-
marca eI gobierno argentino necesitaba de una lealtad in-
condicional que no creía poder encontrar en un diplomáti-
txr de carrera.la6 Sin fundamentos jurídicos y de los formu-
Iurios en blanco de la Embajada, Piñeyro proporcionó a los
rccién llegados de Alemania pasaportes argentinos con
nombres que sonaban españoles, con los que después em-
¡rrendían eI viaje por aire a través del Atlántico.
De toda Ia correspondencia que las representaciones ar-
gcntinas en Escandinavia mantuvieron entre ellas y con el
Ministerio de Relaciones Exteriores en Buenos Aires, se
tlcsprende Ia dificultad de encontrar las personas apropia-
tlrrs para la realízación de la transferencia de científicos.
lin abril de L947, eI embajador en Copenhague, José Faus-
t,o Riéffolo Bessone, informó a su recién designado colega
rrn Estocolmo, Héctor F. Russo, sobre las actividades diplo-
rniiticas, consulares y políticas de las representaciones ar-
guntinas en Escandinavia. Así tomó conocimiento Russo de
"lt posibilidad de trasladar a la Argentina a técnicos ale-
nlanes de alto prestigio, y que la legación en Estocolmo po-
rlría cooperar de manera activa para hacer efectiva esta
l,rirnsferencia."r4T Russo ocultó su escepticismo frente a
c¡ras reflexiones y sólo de manera verbal alegó que siempre
y r:n cualquier momento estaría dispuesto a interceder por
r,l bien de su país, siempre que sus actos estuvieran avala-
rlos por las disposiciones diplomáticas o por indicación ex-
¡rrcsa del gobierno. Con esto se hizo manifiesta su diplomá-
l,ica pero muy clara negativa a las operaciones ocultas. Po-
133
 sición que Ie respetaron, con la consecuencia de que
no recibió más información en el futuro. En una carta
ministro de Relaciones Exteriores Bramuglia, el di
tico replamó por esta situación insostenible para un
sentante oficial.las Indignado por un pasaporte falso
do por Piñeyro en Copenhague y aparentando inc
dad, se quejó de que a través de Dinamarca y con la
sa de supuestas instrucciones del gobierno, serían I
a la Argentina técnicos'y especialistas alemanes de
rentes ramas científicas. Por sobre todas las cosas, a
so le escandalizaba que funcionarios subalternos estu
ran en el secreto y que é1, en cambio, no poseyera n
clase de información oficial sobre esos hechos. Hizo
firme advertencia contra el daño político que podían
sionar esas operaciones, cuando más que en Ia opinión
blica de la coalición vencedora Ia Argentina pasaba
simpatizante del nacionalsocialismo y que con acciones
esa naturaleza, además, se pondría en flagrante con
ción con las obligefciones contraÍdas.1ae
Es evidente que Russo pensó que con la prudente
tación al ministro de Relaciones Exteriores, ponía
a las operaciones descritas y defendía los intereses de
país. Pero con esa petición quedó marginado por com
del juego diplomático-político. Ni siquiera recibió una
puesta a su cartá y tampoco obtuvo contestación su
guiente demanda al respecto, casi desesperada, de seis
ses después.150
Russo se vig ignorado en 1o sucesivo, a veces de una
nera francamente insultante. A mediados de Lg47,
nombrado agregado aeronáutico de la embajada en Esto.
colmo el comodoro Medardo Gallardo Valdez. Su agregar
ción valía para un único, pero explosivo cometido. A fine¡
de 1947, el cónsul argentino en Góteborg, Mouret, le envió
a tres personas que sólo hablaban alemán, pero que esta,
ban provistas de pasaportes argentinos. El mayor Gallar.
do no tenía en claro cual era el alcance de su misión. Sólo
más adelante debía enterarse que una de las personas, el
señor Pedro Matties, era en realidad Kurt Tank.151
Después de negociaciones infructuosas con británicos y
L34
soviéticos, el ex constructor jefe de la fábrica Focke-Wulf de
Bremen había aceptado Ia oferta de Perón de un cargo de
asesor directivo del Instituto Técnico Aeronáutico, que Ie
habían transmitido intermediarios argentinos.ls2 Estaban
confirmados los pasaportes y pasajes aéreos para él y para
sus colaboradores. En el verano europeo de 1947 se había
establecido el contacto con el teniente coronel Toepke a tra-
vés del comerciante hamburgués RoIf Brettschneider y
Tank pasó Ia frontera alemana-danesa al volante de un ca-
mión vestido con un uniforme del Grupo de Servicio Dina-
marca.153 Después de una parada en uno de los mayores
campamentos de refugiados alemanes en Dinamarca y tal
como se había convenido, Piñeyro le extendió un pasapor-
te argentino a nombre de Matties.
En su portafolio, Tank llevaba consigo un valiosísimo
tesoro: los microfilmes de los planos de construcción de
Focke Wulf de un avión de reacción en avanzado estado de
desarrollo. No quería permitir de ninguna manera que le
disputaran Ia propiedad intelectual de ese proyecto.rsa La
Argentina le ofrecía el terreno fértil deseado. Cada uno de
los colaboradores requeridos por éI obtuvo la posibilidad de
llegar a Buenos Aires a expensas del Estado argentino y, lo
que fue determinante, a través de una ruta de traslado or-
ganizada por el Estado argentino.
El camino a través de Dinamarca no permaneció mucho
tiempo sin ser descubierto y se convirtió en el escándalo di-
plomático sobre el que había advertido Russo con tanto én-
fhsis. El 22 de noviembre de 1947, el supuesto argentino
lCrnesto F oucard fue arrestado en el aeropuerto danés Kas-
trup cuando quería subir a bordo de un Skymaster con des-
tino Ginebra-Buenos Aires.155 A las autoridades danesas
lcs había llamado la atención que su flamante pasaporte
no tuviera ningún sello de entrada al país.156 En realidad
se trataba del antiguo gerente de Fieseler, profesor doctor
Karl Gustav Friedrich Thalau.157
Los interrogatorios policiales revelaron que Thalau ha-
bía atravesado la frontera catorce días antes, con la ayuda
«lel Grupo de Servicio Dinamarca. En virtud de esta decla-
ración, dos días más tarde, el24 de noviembre, pudo ser
135
arrestado el jefe de esa unidad, teniente coronel Toepke,
ser sorprendido in fraganti en el intento de hacer pasar
Dinamarca al especialista alemán en aviación PauI
drich klages.rs8
Era evidente que el cónsul general argentino Carlos
ñeyro y el cónsul Mouret estaban involucrados. De
do con eI informe policial, Thalau había vivido algunos d
en la casa del cónsul antes de recibir de Piñeyro el
porte. Los dos científicos arrestados fueron entregados d
inmediato a las autoridades del gobierno militar in
Sólo algún tiempo después encontrarían el camino hacia
Argentina a través de Génova.15e
El jefe de la legación argentina, Riéffolo Bessone, fue
tado a comparecer ante el ministro de Relaciones
res Gustav Rasmussen y por medio de una nota
se lo intimó a suspender semejantes prácticas consul
El gobierno danés exigía el relevo de los diplomáticos i
Iucrados y en caso contrario amenazaba con algunas
cuencias.160 EI embajador argentino, sin embargo,
no consideró que la situación crítica fuese deses
quiso enfrentar la crisis de manera agresiva y requiriÓ i
trucciones urgentes de su propio ministro de Relaci
Exteriores a quien Ie describió la situación:
I lirrmal de los Estados Unidos en caso de que Buenos Aires
"De manera digna de reconocimiento, los funciona-
rios aludidos se han manifestado dispuestos a asu-
mir Ia responsabilidad en. caso de que con ello se so-
lucionara
tel conflicto. Considero inadecuada una
reacción semejante dado que no vela por el prestigio
de nuestro país. Entonces, o bien acepto la dimisión
de los funcionarios sin reivindicar el prestigio de
nuestro país, o techazo la renuncia y acuso de com-
plicidad a Ia policía danesa. Lo último me parecería
más digno."161
Pero Buenos Aires no se embarcó en esta propuesta
daz y sumamente arriesgada de su embajador. En un
fitet:zo por reducir lo más rápido posible el daño ocasi
do, el ministro de Relaciones Exteriores dispuso ese
136
día el relevo de los cónsules Mouret y Piñeyro. Mouret fue
trasladado a Londres, Piñeyro regresó a Buenos Aires, y
Riéffolo Bessone abandonó el país escandinavo seis meses
después, con su nuevo destino en Dublin.162 Con eso quedó
¡r-rlucionado a nivel diplomático el escándalo por los pasa-
portes oficiales falsificados.
En una acción concertada, Ios funcionarios policiales
daneses y suecos habían dirigido un ataque sistemático
eontra personas y agrupaciones sospechadas de ayudar a
los fugitivos y por consiguiente bajo observación desde bas-
tunte tiempo. En el período siguiente, eI gobierno militar
inglés se esforzó por cerrar la vía nórdica de escape... con
rnoderado éxito. A diario llegaban a Alemania cientos y mi-
Ics de refugiados de los campamentos en Dinamarca y el
(:umino inverso tampoco era fácil de controlar. Si bien los
consulados argentinos ya no otorgaban más pasaportes,
xin embargo seguían extendiendo visas con bastante gene-
rosidad a los que pasaban ilegalmente Ia frontera, sobre
rlocumentación apenas verificada o incompleta. Medio año
tlcspués de los sucesos descritos, los diplomáticos nortea-
nrcricanos, apelando a las disposiciones de las Actas de
()hapultepec) amertazaron al recién acreditado cónsul ge-
rrcral para Alemania, Enrique Dubois, con una protesta
no cambiara su conducta consular.l6s Ya no se podía impe-
rlir más semejante advertencia. Contra la presión demo-
'
gráfica y una fuerte voluntad de emigrar, es muy limitado
rl efecto que pueden surtir los controles y las trabas admi-
nistrativas. Igual que antes, quien no veía ninguna pers-
¡xrctiva de vida en la destruida Alemania, seguiría presio-
nrrndo hacia afuera también en adelante. Los lugares de
¡rcceso al camino a través de Italia, seguían siendo los con-
xr¡lados sudamericanos y la Iglesia. Por la organización ca-
l,tilica de ayuda Caritas, el sacerdote prusiano oriental
( luorg Grimme abastecía de lo más necesario a los refugia-
rlos en Dinamarca e intervenía en su posterior derivación,
l,rrmbién hacia la Argentina.r6a
La derrota del Tercer Reich y los informes de los medios
i¡rlbrmativos sobre los crímenes atroces cometidos por el
137
 ahora vencido durante la guerra, pero sobre todo las
laciones sobre los campos de concentración, obligaron a
germano-argentinos a replantear su situación con
nia. Jünto al gran número de los indiferentes, estaba
grupo de aquellos que ante la declaración de guerra, Ias
portaciones y las expropiaciones, preconizaban su naci
lidad argentina o, dado el caso, a subrayar su origen
triaco. Frente a éstos sg encontraba en oposición un
lo de personas que se aferró ahora más que nunca a
banderas y rechazó como propaganda del enemigo
las informaciones sobre la Alemania nazi. Los dos
tenían como objetivo común tomar distancia de la
nia de posguerra.
Una agrupación pequeña, pero activa, se decidió
cambio por la ayuda humanitaria: se trataba de
de todas las capas sociales. Algunos industriales y
bres de negocios de la colectividad alemana brindaron
yo financiero e hipieron posible que se llevaran a cabo
gramas de ayuda alimentaria, a través de los cuales,
pués del establecimiento de las bases del régimen legal
divisas, los paquetes llegaron a Alemania por diversos
minos.
Paralelamente se organizaron acciones para abrirle
nales de emigración a la Alemania sobrecargada de
giados. Así por ejemplo, el joven germano-argentino C
Werner Eduardo Schulz se puso de acuerdo con el di
de la fábrica textil Sedalana, eI poderoso industrial
drich Wilhelrü Schlottmann, en que había que prestar
da a los refugiados que se habían puesto a salvo del
cito Rojo en los países escandinavos, en su mayoría
nientes de'Prusia Oriental, Pomerania y países bál
Mientras Schlottmann se ofreció para ponerles a d
ción puestos de trabajo, a Schulz le correspondió la
organizativa de la empresa. Su idea dominante era
hacia Suecia un barco fletado, el Liberty, para llevar a
Argentina a mil de los treinta y ocho mil alemanes del
tico que vivían en ese país y a quienes se les había im
do la salida como displaced persons. Esos pasajeros
pagarse el pasaje. Con el producto de los pasajes y la
138
nancia de un transporte de carga planeado para el viaje de
lda, se podría financiar un segundo viaje del barco para lle-
var a Ia Argentina a refugiados alemanes del Báltico que
!e encontraban en campamentos en Dinamarca.
Para asentar sobre una base más amplia esa iniciativa
privada, se fundó un Comité Báltico aI que pertenecían
personalidades de las comunidades alemanas y bálticas de
la Argentina, y como su presidente actuó el director del
diario Freie Presse, Federico Müller-Ludwig.165 Mientras
que el comité ya había iniciado negociaciones con el Banco
o¡tatal sueco, eI barco en cuestión ya estaba en viaje de Su-
drtfrica a Buenos Aires con una carga de mulas, estaban
nclaradas las cuestiones inherentes a exportación y se ha-
llfa convenido la transformación del barco para transporte
do pasajeros en Malmó, eI país escandinavo suspendió una
gran parte de las importaciones a raíz de una aguda esca-
rcz de divisas y llevó el proyecto al fracaso. Un segundo in-
[onto del Comité de recorrer el camino inverso y financiar
lu operación en cuestión mediante la venta de aparatos
olóctricos suecos en la Argentina, fracasó a fines de L947 a
ruíz de una suspensión de importación de estos artículos
on el país del Plata.166 A esas alturas, sin embargo, Carlos
l{chulz ya se encontraba en Escandinavia como delegado
rlcl Comité Báltico para llevar a término la organización de
Irr operación en el lugar de partida. Antes de emprender el
viaje, Schulz se había dirigido a las autoridades inmigrato-
rius de la Argentina, la Dirección de Migraciones, y obteni-
rkl el consentimiento para su proyecto. El director de Mi-
graciones, Santiago M. Peralta, le entregó cartas para los
t:rinsules argentinos en Europa por enci-
-aparentemente
r¡ru del Ministerio de Relaciones Exteriores-, en las cua-
lrrs solicitaba el apoyo total al portador. Además de eso,
r,xistía Ia aprobación de Peralta de que Schulz podría lle-
vrlr un contingente de mil personas a Ia Argentina.167
Con esta autorización, el argentino-alemán de veinti-
rruatro años viajó a Europa e intentó cumplir con su mi-
xirin, a veces con bastante descuido de las formas. En Oslo
xc presentó ante el secretario de asistencia social del go-
l¡icrno noruego como representante de Ia Iglesia Sínodo
139
 EvangéIico La Plata y obtuvo disminuciones de penas
ra los colaboracionistas. En Suecia, por úItimo,
encontraba desde junio de L947, aatdió al líder de los
manés del BáItico y a importantes personalidades del
y empezó a confeccionar listas nominales de los candi
a emigrar. Cursó estas listas a las autoridades mi
en Buenos Aires, desde donde regresaron
ción- con una orden.de visado a los respectivos -sincon
dos, que por su parte otorgaron las visas sin investi
las personas.168 Igual que en Italia, se aceptaron sin m
más los pasaportes de la Cruz Roja para desplazados y
chas veces se hizo la vista gorda sobre la falta de
fías en la documentación.
Además de los bálticos, Schulz se interesó sobre
por los fugitivos alemanes. En 1946 Suecia registraba
unos cinco mil seiscientos refugiados alemanes,lGe pero
Dinamarca estaban los grandes campamentos de fugiti
alemanes del Esle que habían huido del Ejército Rojo y
tre éstos era considerable eI número de emigrantes
ciales. Y estaban los otros que, con Ia firme intención
volverle la espalda a Alemania, habían recibido ayuda
la fuga y vencido las barreras y controles de la frontera
mana-danesa, para esforzarse por conseguir la salida
cia Sudamérica.,Carlos Schulz condujo a muchos de
Río de la Plata, después de que los hubo investigado
tro de lo que le permitían sus posibilidades. En aquel
tonces, la preocupación principal de los argentinos era
pedir una infiltración de agbntes y agitadores comuni
Si esos casos se hubieran llegado a conocer, se habría
rrumbado todo el proyecto. Pero el joven argentino
con verdadero talento esta misión. Hasta su arresto,
provisto de visas a unas mil personas.170
En su esfuerzo por conseguir para la Argentina a
nas de la más alta calificación posible, Carlos Schulz
el asesoramiento de un antiguo colaborador de las
de Peenemünde- confeccionó un fichero de cien
los que se pensaba contratar. De esa manera llegaron
fin a la Argentina algunos expertos en cohetería,
y científicos nucleares alemanes. Desde el lado a
t40
ya se había establecido antes una conexión con Werner
de Schulz no Pasaron inad-
seguridad Io vigilaron du-
entrar en acción Y eI 17 de
noviembre de 1947 arrestaron al argentino junto con va-
rios ciudadanos suecos que formaban una red de falsifica-
dores de pasaportes. Pocos días después posible en re-
lación Io mismo- la policía danesa
-es
avanzó contra Ia lí-
"o.r a través de la cual se reali-
nea consular de Copenhague,
zabalatransferencia de los científicos hacia Buenos Aires'
La prensa escandinava dedicó amplios espacios a los in-
cidentes y especuló sobre la persona de Schulz, entre otras
cosas se lo mencionó como oficial de las ss,172 como también
sobre sus supuestas tareas en Escandinavia, que habrían
consistido en eI reclutamiento de soldados para el ejército
urgentino. También se hizo referencia a la conexión con
Martin Bormann.1?3
nunque con la condición de abandonar eI país en eI plazo
lnás breve posible.175
AI contrário de la legación argentina en Dinamarca, ala
que Schulz exoneró de su esfera de acción en Suecia, el em-
tiajador en Estocolmo, Héctor F. Russo, no había sido pues-
Lo aI tanto de los hechos.176 Sus objeciones legalistas Io ha-
bían descalificado como hombre de confianza et ese asun-
[o tan espinoso. Los suecos, por su parte, no querían dra-
matizar el caso hasta convertirlo en una cuestión política,
t4t
 cuando más que eso podría poner en el centro de la opi:
pública la propia política de asilo.177 Tbdo quedó en una
ra advertencia a la Argentina y la expulsión dispuesta
el tritfunal. A fines de 1948, Carlos Schulz abandonó
país a bordo del barco de vela Falken.
Meses más tarde, cuando Schulz se encontraba de
so en Buenos Aires después de su misión europea de
año, los relatos sobre sq actuación y sus esfuerzos hu
tarios causaron gran impresión en esa ciudad. EI
dor de la Provincia de Buenos Aires y amigo íntimo de
rón, el teniente coronel Domingo Mercante, lo nombró
edecán poco tiempo después. La nueva función de Sc
en la esfera del poder, de 1g48 a 1950, le abrió de par en
las puertas. Aprovechó esas oportunidades para conti
con su actividad interrumpida a favor de los fugitivos
emigrantes de Escandinavia. Como asesor para Alemani
del nuevo director de las autoridades migratorias,
Diana, Schulz er4 el interlocutor para todas las cuesti
de la inmigración de alemanes y las solucionaba con raDi
dez. De todos modos se cambió eI procedimiento, ya que nq
se disponía más del contacto directo con los postulantes euii
ropeos a emigrar. Por esa razórt, Schulz organizó un si
ma de recepción de solicitudes, de manera tal que desde e
círculo de la coleqtividad alemana, recién llegados inclui
dos, se pudieran presentar las peticiones de ingreso al
para personas que se encontraban en Europa. Se trataba
s, de a¡ruda entre ami.
salvamento para polf.
hacía tiempo en el ne.
gocio Dürer H viajes Vianord, que di.
rigía el sueco para hacerse cargo de
las solicitudes s en sus listas,
".rrriaba
estas peticiones al director de las autoridades migratorias,
sobre cuya base otorgaba los permisos de entrada, el libre
desembarco, que era enviado a los respectivos candidatos a
142
rracional en cambio, se veían afectadas las disposiciones de
preveían una investigación
l¡rs Actas de Chapultepec, que
rigurosa de los ciudadanos de potencias enemigas. Tam-
hién las autoridades suecas se encontraron en un dilema.
()omo para ellas no eran obligatorios los acuerdos intera-
mericanos y por otra parte no se le había podido hacer a
§chulz ninguna acusación penal de importancia, quedaba
rólo eI recurso político de la expulsión.
El buque escuela Falhen, con el que Schulz había aban-
donado el país escandinavo, había sido comprado por Lud-
wig Lienhardt, antiguo jefe de tropas de asalto de las ss,
r¡ue lo hizo reacondicionar para un cruce del Atlántico. En
la fase final de Ia Segunda Guerra Mundial, por orden del
comisario general para la Estonia ocupada por los alema-
nes, Lienhardt había puesto a salvo del Ejército Rojo y lle-
vado a Suecia a unos tres mil cuatrocientos suecos de Es-
tonia y por esa razón la Unión Soviética Io buscaba como
criminal de guerra por Ia deportación de ciudadanos sovié-
ticos. Suecia, en medio de un verdadero dilema político, no
quería ni entregar a Lienhardt ni tampoco proteger oficial-
¡nente a un oficial de las ss. Por consiguiente, las autorida-
rlcs suecas ordenaron también a Lienhardt que abandona-
ra el país antes del fin del año L947, para que se pudiera
zanjar la penosa situación.17e
Carlos Schulz había sabido entusiasmat a la tripula-
ción, compuesta por hombres de ocho naciones deseosos de
cmigrar, al hablarles de la Argentina como destino de via-
.ic y el consulado les había otorgado Ia visa.180 El 30 de di-
ciembre de L947 , el Falken levó anclas en Estocolmo, don-
«le la policía de seguridad y los periodistas Io habían man-
t,onido bajo observación durante meses,181 y bajo pabellón
sueco se dirigió a Simrisham y desde allí siguió rumbo a
(}óteborg, la primera etapa del viaje. Además de Schulz,
t,ambién se encontraba a bordo el famoso violador del blo-
r¡ueo de la Primera Guerra Mundial, Felix Graf von Luck-
ner. Como la partida del Falken se conocía por informes de
la prensa, dos torpederos soviéticos habrían sido puestos
cn estado de alerta para apresar el barco. Sólo que una fu-
riosa tempestad de invierno en el Mar Báltico habría hecho
743
 Ernst Jünger, Jahre der Okkupation
fracasar ese intento.182 Desaparecido en reiteradas Anotación del 25 de agosto de 1947 en su diario per-
nes y piloteado ya como un buque fantasma,183 el 26 de
sonal.
lio de. 1948 el Falken alcanzó por fin eI puerto de B
Aires', más de medio año después de la partida.lsa
El pronunciamiento militar del 17 de julio de 1936, que
Pero Ia tripulación del Falken no fue la única que
bajo Ia conducción del general de cuarenta y cuatro años
prendió el cruce del Atlántico con peligro para sus vidas
l'rancisco Franco Bahamonde había levantado en poco
ra alcanzar las costas seguras de Sudamérica. Después tiempo a todo el Marruecos español contra el gobierno de
fracaso definitivo del plan del Comité BáItico de alquilar
Madrid, experimentó su primera crisis grave muy pocos
barco para un transporte combinado de personas y
dlas después. La flota naval no tomó parte en eI levanta-
cías, los voluntarios para emigrar que poseían una visa
miento: los marineros se habían apoderado del mando y
gente tuvieron que intentar llegar a la Argentina por
bloqueado el Estrecho de Gibraltar. Los generales que co-
propia cuenta. En cuanto al medio de transporte eran
mandaron eI golpe en la península habían tenido que so-
exigentes. Aquellos que no estaban en condiciones de
portar sensibles derrotas frente a las multitudes populares
ni un pasaje aéreo ni uno marítimo, o que querÍan evi rurmadas por el gobierno, sobre todo en Madrid y en Barce-
cualquier tipo de control personal, consiguierol cfl)zat
Iona. Como también la modesta aviación militar se mostró
Atlántico en barcos de vela, pequeñas motonaves, i
I'icl a la república, Franco quedó inmovilizado en Marrue-
en remolcadores. En total se trató de doce, trece según
cos con su ejército africano.
versiones, embarcaciones privadas que llegaron a B
En esa situación, un comerciante alemán de Tetuán
ñres entre t947 y 1950, después de un viaje lleno de consiguió anudar un vínculo directo entre Franco y Hitler.
turas por eI océano abierto.l85
,.lohannes Eberhard Franz Bernhardt, miembro de Ia Or-
Otros emprendimientos, en cambio, fueron al
ganización para eI Extranjero (eo) del Partido Nacionalso-
Embarcaciones que no estaban en condiciones para
cialista (r.rstep) y casado con una argentina-alemana, eL24
gar sufrieron naufragios, también se pudo hacer
rle julio de 1936 viajó a Alemania en un avión confiscado a
algunos intentos de fuga. Tal eI caso, por ejemplo, del
t,ufthansa con una carta personal de Franco a Hitler y ex-
co Huldra, que fue apresado cuando ya estaba aprovisi
puso Ia situación de los insurrectos al jefe del Estado. EI25
do para la ruta atlántica y que debía llevar a Lati
de julio era un hecho que Alemania le prestaría ayuda mi-
ca a varios condenados de por vida a trabajos forzados.
El mism8 Carlos Schulz abandonó el Falken dt'ra litar a Franco y que quería asignar aviones con la m:ixima
urgencia, para llevar a las tropas de los insurgentes a la
una escala forzosa en Gran Bretaña y se trasladó a Mad
t)spaña continental mediante un puente aéreo. La ayuda
por vía aétea.
militar alemana para Franco se llevó a cabo a través de Ia
f irma fantasma HISMA Hispano-Marroquí de
-Compañía
'llansportes-, para la que se designó director a Bern-
e) EI camino ibérico
hardt. Y así empezó la operación Feuerzauber (Hechizo de
l'uego).187
Ahora existe una ramifi.cación especial de la emigra- transferida a España una uni-
Poco tiempo después fue
ción, que cambia su personal de manera permanente,
dad militar para apoyar a Ios nacionalistas, la que entra-
pero que perrnd,nece como uno de los síntomas de nues-
ría en la historia de Ia guerra como Legión Cóndor y esta-
tro tiempo: hacia la Argentina a traués de España'" por miembros de la fiterza
lra compuesta principalmente

t45
t44
 aérea alemana. La intervención de la Legión en el
to, que entretanto había adquirido Ia dimensión de
guerra civil, contribuyó de manera considerable a Ia vi
ria delFranco. En los años siguientes, Ias relaciones
cas entre Alemania y España se caracterizaror por Ia
peración mutua. Aunque Franco se negó a tomar parte
tiva en Ia guerra europea de Hitler, brindó apoyo
económico y logÍstico a,las potencias del Eje bajo eI rr
de no beligerancia e incluso envió al frente oriental en
sia un cuerpo de auxilio, la División Azul, bajo el co
de Agustín Muñoz Grandes, más adelante vicepresi
de España.
Para el Tercer Reich,la España no beligerante fue la
beza de puente para América Latina en Occidente. DeI
do alemán se aprovecharon las relaciones comerci
transatlánticas de España,188 y no pocas veces sirvieron
mo posibilidad para llevar aI otro lado del mar a agentes
materiales alemanes para el refuerzo de las represen
nes y redes de espionaje alemanas.rse
Las relaciones argentino-alemanas no
ocultas a los aliados y movieron a Ios Estados Unidos a
siderar la ruptura del libre intercambio comercial
ambas naciones americanas.leo Muchas veces, los acon
mientos también. daban pábulo a toda clase de sospec
En el centro de las especulaciones se encontraba el
Wilhelm Faupel, encargado de negocios alemán en la
ña nacionalista (noviembre de 1936 a agosto de 1937).
la historia desus andanzas Ée destacaban de manera
especial las etapas como instructor militar (1910-1914)
la Argentina, como asesor del alto mando militar
(L92L-1926), y como inspector general del ejército peruano
con eI rango de general de brigada 0927-1930). En 1931
asumió como presidente del Instituto Iberoamericano 6[
Berlín, financiado por el Ministerio de Propaganda.
Era una carrera que hizo que los aliados vieran en Fau.
pel una figura enigmática en eI ajedrez español.lsl Faupel
habría elaborado planes para una penetración nacionalsG
cialista de Latinoamérica, para Ia cual se habría elegido r
España como cabeza de puente, con el objetivo de forjar u¡
L46
bloque ibérico contra la supremacía continental de los Es-
tados Unidos.le2 Otras versiones lo describen también co-
mo jefe de la Gestapo para toda América Latina, que ma-
nejaría los hilos desde la lejana Madrid.les Para mayo de
1943, incluso se le atribuye un viaje secreto en submarino
de Cádiz a Buenos Aires. IJna vez en Ia Argentina, habría
participado en la preparación del golpe de Estado del cou
y proporcionado ayuda financiera para ese fin. Como con-
traprestación se habría acordado que Ia Argentina, des-
pués de una ya previsible derrota, debía convertirse en un
refugio seguro para nacionalsocialistas.lea
Semejantes afirmaciones son pura propaganda. AI re-
montar su origen, es fácil reconocer Ia paternidad de los
aliados de Ia Segunda Guerra Mundial. Y su objetivo era
desacreditar a Alemania ante Ia opinión pública de Améri-
ca Latina. EI temor de los fabricantes de semejantes noti-
cias tenía bases concretas: a los ojos de las democracias oc-
cidentales España se había alejado de su esfera en 1939, Ia
Argentina a más tardar en 1943 y Bolivia en L944. Era
preciso entonces contrarrestar el peligro de que también
otros Estados Iatinoamericanos se desplomaran como fi-
chas de dominó.
La victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mun-
dial llevó a España aI aislamiento internacional: se le im-
pidió el ingreso en las Naciones Unidas y el 12 de diciem-
bre de L946la asamblea general de la organización mun-
dial exigió a todos los miembros que retiraran de Madrid a
sus embajadores. En mayo se cerró la frontera con Francia
y más adelante se excluyó a España del Plan Marshall.les
Paralelamente, las medidas restrictivas del comercio y de
la política financiera estrangularon la economía española.
La Argentina acudió en su auxilio en esta situación deses-
perada.
En 1939, Buenos Aires había reconocido al nuevo go-
bierno español y establecido un activo intercambio comer-
cial. La Argentina suministraba sobre todo cereales y Es-
paña, por su parte, productos manufacturados. Después
del acceso al poder de Perón, las relaciones comerciales se
cxtendieron al terreno político. En los años siguientes, la
147
Argentina mostró su manifiesta solidaridad con España
en la tribuna internacional se opuso al aislamiento
dial del país ibérico. Como reacción a la resolución de
Nacion€s Unidas contra eI gobierno de Franco, la
na revalorizó la condición diplomática del hasta en
encargado de negocios en Madrid y lo elevó al rango de
bajador.le6 Con eso se volcó de manera ostensible hacia
paria de la comunidad mundial y agravó la situación
flictiva con las Naciones Unidas.reT
La Argentina le otorgó créditos a Franco y sumin
alimentos básicos, con 1o que ayudó a mitigar las
des más graves del país. Aparte de eso, los acuerdos le d
ban a España la posibilidad de venderle productos in
triales a la Argentina. La alianza económica, cultural y
litar de los dos países quebró su aislamiento internacion
Con el reconocimiento de su gobierno, Franco obtuvo
legitimación política que necesitaba con urgencia y
más, a través de la línea argentina, la posibilidad de anur
dar contactos oficiosos con los Estados latinoamericano¡
que, a raíz de la presión masiva de los Estados Unidos,
mantenían ninguna relación con Madrid.le8 Perón, por su
parte, veía el acuerdo comercial con España como elemen.
to funcional de su política hegemónica. Con una estrategia
planificada a largo plazo, la relación hispano-argentina
apuntaba a constituirse en el pilar fundamental de una
confederación de pueblos hispánicos a crearse en el marco
de la tercera posición.
España y Atgentina, los dos marginados del orden mun-
dial bipolar que tomó forma después de la Segunda Guerra
Mundial, se apoyaban mutuamente contra la presión in-
ternacional. Perón veía en estos países "dos bastiones que
perseguían la misma misión: defender la milenaria civili-
zación "1ee
"ria¡iurru.
el año negro de la economía
1949, argentina,ltizo que se
quebrara este eje transatlántico. La crisis financiera ar-
gentina, el boicot económico de los Estados Unidos y la es-
pecial relación europeo-norteamericana a través del Plan
Marshall, hicieron que el país del Plata tuviera que retrac-
tarse de sus promesas a Madrid. Con este paso terminó el
148
¡rroyecto político en gran escala. Sin embargo, Ios dos paí-
Hos se habían apuntalado recíprocamente con su colabora-
ción a lo Iargo de varios años, hasta que por fin, con eI re-
crudecimiento de Ia Guerra fría, que pronto se convertiría
on caliente en Corea, volvieron a ser presentables en el es-
cenario internacional. En los años 50, España se convirtió
sn un puntal estratégico importante en eI sistema de segu-
ridad norteamericano.
Mientras tanto, desde la asunción aI poder de Perón
hasta fines de los años 40, Ias relaciones hispano-argenti-
nas siguieron su curso sin el menor tropiezo' Miles de inmi-
grantes españoles llegaban mes tras mes al Río de Ia Pla-
ta. España disponía de fuertes contingentes en todos los
barcos que navegaban desde Europa a la Argentina. Los
rnás importantes puertos de embarque sobre la ruta sur
cran Barcelona y Cádiz, sobre la ruta norte Bilbao y Vigo.
De múltiples maneras, también consiguieron un lugar
t¡n los barcos oceánicos los alemanes que en la fase final de
la guerra habían podido pasar a España o que habían per-
manecido en el país. Sobre todo después del desembarco
aliado en Normandía, se había iniciado una retirada en
gran escala a través de los Pirineos' En parte, las planifi-
caciones databan de meses atrás; por regla general se per-
mitía que Ia huida y Ia deserción se llevara a cabo de ma-
nera individual, sin una organización bien montada. Ante
la perspectiva de una guerra a terminar dentro de poco
biempo, el peligro de ser ejecutado por deserción obligaba a
reducir a un mínimo eI número de cómplices.
Para Ia mayoría, España pasaba por ser un refugio se-
guro: tanto de los juicios sumarios de los alemanes como de
la persecución de los aliados. Con el final de la guerra, sin
embargo, los servicios secretos de las potencias vencedoras
se volvieron activos en Ia Península Ibérica y sus gobiernos
presionaron a Madrid con demandas de extradición, que
muchas veces fueron satisfechas.2oo Los fugitivos alemanes
tuvieron que esconderse, pero con frecuencia encontraron
protección en las autoridades locales y por regla general en
el clero español.2or La participación alemana en Ia guerra
civil no había sido olvidada.
t49
 final de la Segunda Guerra Mundial conti' En general había tres posibilidades para abandonar Es-
Después del
paña en dirección a Buenos Aires: la solicitud formal de vi-
nuó la infiltración de alemanes en España,202 ertparticular
Ha con salida oficial, hacer la travesía como polizón y el via-
por la rpta marítima a través de Italia, pero en parte tam-
je con pasaporte español, falsificado o legítimo.
fia" poi rutas arriesgadas a través de Francia'2o3 Aun si El camino formal, a semejanza de lo que sucedía en Ita-
,ro ," puede confirmar la existencia de una organización
para lá fuga que llevara a individuos a través de los Piri- lia, Suiza y Escandinavia, era utilizado con mucha genero-
sidad por la Argentina con eI reconocimiento complaciente
neos hasta Vigo,2oa aI menos se puede afirmar que España
de la documentación de la Cruz Roja.210 Pero muchos Io
era un importante trampolín para los viajeros a la Argen-
consideraban demasiado riesgoso. Tenían miedo de ser
tina. En su gran mayoría, Ios hombres del Spee lograron
descubiertos y arrestados durante los controles de las au-
regresar al Río de la Plata a través de la ruta italiana-es-
También las comunicaciones marítimas escandi- toridades, ya que los servicios secretos aliados rastrillaban
paáo1a.205
toda España y ese país, acuciado por la presión económica
,rurru. fluían hacia España. La línea Helsingborg/Gtite-
y política, entregaba a los aliados a las personas buscadas
borg-San Sebastián navegaba con regularidad una de esas
y a los inmigrantes ilegales, con el fin de repatriarlos.2ll
rutas marítimas.206
Esos movimientos no les eran desconocidos a las poten-
La emigración ilegal como polizón prometía mayores
probabilidades de éxito. Los candidatos a emigrar supera-
cias aliadas y a sus agentes secretos. Ellos partían de un
ban los controles portuarios con sobornos y buscaban un
número de setecientos "peligrosos agentes y funcionarios
cscondite seguro en los barcos de ultramar. Eludiendo Ia
nacionalsocialistas", a los que querían atrapar antes de
que lograran esconderse en el hemisferio occidental' Por compra de un pasaje marítimo, muchos españoles eligieron
también ese camino. Una y otra vez los registros en los
esarazón, en una circular que enviaron a todos los minis-
harcos sacaban alahtz a pasajeros de esa índole.212
terios de relaciones exteriores en América, Ios Estados
En tanto esas personas no fuesen descubiertas durante
unidos reclamaron Ia creación de una red de información
la travesía, desembarcaran sin ser notadas y poseyeran Ios
a Ia que deberían conectarse las embajadas americanas en
papeles de entrada necesarios, su admisión en la Argenti-
Madrid, con el obietivo de recoger en una lista a todos los
na no ofrecía ningún problema. En caso contrario, la Pre-
"elementos de las potencias del Eje" conocidos o sospecho-
l'ectura Marítima las internaba en eI puerto de Buenos Ai-
sos de serlo e impedir así su ingreso en América'207
res. IJn grupo de comerciantes germano-argentinos (Btis-
sau, Sievers, Siller, Raupach) se encargaba de los deteni-
Para muchos, un importante lugar de concentración fue
dos alemanes, se enteraban de cada caso a través de una
Barcelona, la "ciudad que después de la guerra brindó asilo
sección en los diarios de detenidos-, Ios resca-
a muchos d.e nuestros camaradas que viven ahora en la Ar- -Depósito
gentina".2o8 En este puerto hacían escala los barcos que ve-
taban por ochocientos pesos y entregaban la declaración de
garantía requerida a esos ilegales, para que pudiera for-
nían de Italia y que después navegaban las rutas transa-
malizarse la entrada.2r3
tlánticas. Los recién llegados tenían una importante perso-
La alternativa para Ia emigración legal y para la salida
na de contacto en Clarita Stauffer, que en combinación con
como polizón, consistía en eI intento de conseguir un pasa-
eI cónsul argentino en Barcelona y un acaudalado indus-
porte español. De vez en cuando recibían la ayuda genero-
trial alemán también residente allí, coordinaba las peticio-
sa de las autoridades, como el gobernador de Cádiz, Valcar-
nes de salida y se ocupaba de concretar las posibilidades'2Oe
cel, que era conocido como amigo confiable de los alema-
Este sistema de salida funcionó casi sin problemas durante
nes.214 Cádiz, donde se había previsto un puerto franco-ar-
la etapa de Ia estrecha interconexión argentino-española'
151
150
 gentino de conformidad con eI protocolo Franco-Perón,
era un lugar apropiado para eI embarque también porq
las líneas que habían partido de Italia ya habían pasado
"ojo de águja" de Gibraltar y no pendía más sobre los
jeros Ia espada de Damocles de un registro inglés.216
También Carlos Schulz conseguía pasaportes es
En Madrid se había entrevistado con AgustÍn M
Grande y durante esa audiencia intercedió a favor de a
nos alemanes deseosos de emigrar. EI jefe de policía de
drid, antiguo jefe de Estado Mayor de la División Azul
jo eI comando de Muñoz Grande, proporcionaba esos
portes. El mismo Schulz se encargaba también de a
en España algunas cuestiones relativas a las visas. La
de contactos del joven argentino, que en total perm
un año en Europa, estaba tan extendida para entoncet,
que hasta arreglaba las salidas a través de Suiza sin
verse de España.217
La cosa era más.sencilla para las personas que contaran
con relaciones entre los militares, la aristocracia financie.
ra y la nobleza. Después del desembarco aliado en Nor:
mandía y del golpe frustrado de Stauffenberg, los repr€.
sentantes diplomáticos de las potencias del Eje en Madrid
empezaron a ocuparse intensamente de sus propias posibi.
lidades personales, de supervivencia. Algunos se hicieron
del dinero necesario para el viaje al ttllizar las valijas di,
plomáticas que tenían a disposición para fines extrañog:
contrabandear café o diamantes industriales a Francia y e
cambio llevar tesoros artísdcás al extranjero neutral.2ls
También en eso se trató de acciones aisladas, pocas vece§
había un comercio organizado. En mayo de 1945
"eI colapso (...), no sólo en el Reich sino también en la
embajada en Madrid, era total. No se había prepara-
do nada para eI caso de una capitulación. Hasta el ú1-
timo momento se había desvariado sobre la victoria
final y sóIo en privado, esto sí con toda intensidad, se
había intentado tomar todas las precauciones para el
amargo final que se avecinaba con certeza".2te
El para entonces muy acaudalado magnate Johannes
llernhárdt, que como director de rusuR había abastecido a
la Legión Cóndoq más adelante proveedor de Ia industria
de armamentos y que por su rango de jefe de brigada de las
ss tenía acceso directo a las oficinas gubernamentales ale-
manas y españolas,22o también se trasladó a Ia Argenti-
na... con pasaporte español y ciudadanía española' Espa-
ña y eI país del Plata actuaron de manera coordinada en el
traslado de los llamados prominentes. El jefe de Ia secreta-
ría de la Presidencia argentina, ministro secretario de la
l'residencia de Ia República, José Figuerola, que en los
uños 20 había sido asesor del ministro de trabajo español
bajo la presidencia del general Primo de Rivera, poseía las
conexiones pertinentes para hacer que las personas en
cuestión fueran transportadas por vía aérea de Madrid a
Iluenos Aires por Ia compañía Iberia.221
Frente a estas acciones comprobadas para la salida
clandestina hacia el Río de Ia Plata, parecen haber sido
cxageradas de manera desmesurada las actividades de
,.yráu a la fuga desarrolladas por Otto Skorzeny, el libera-
tlor de Mussolini, y las del belga León Degrelle, dirigente
rle un partido catóIico de derecha. Skorzeny, que en Ia pos-
gu"rru se aseguró una excelente posición económica en la
rlo internacionalmente con cuantiosoS recursos y compañe-
ros de lucha conjurados, es algo que se ha afirmado mu-
chas veces hasta ahora, pero nunca comprobado'z22 En el
rnarco de sus investigaciones sobre el extremismo interna-
cional de derecha de esta asociación, que habría sido fun-
rlada como organización secreta y clandestina por ex fun-
cionarios nazis en eI campo de internación austriaco de
(ilasenbach, eI agente secreto Werner Smoydzin llegó a la
conclusión: "Los indicios de que la Spinne era una organi-
zacíór de un servicio secreto occidental son mucho más
creíbles, en realidad, que las muchas y exageradas histo-
153
 rias escalofriantes sobre la vigencia como organizaciórt
cesora del nacionasocialismo".22s
En 1949, con una serie de revelaciones, el periodista
escritorrrrorteamericano Curt Riess se convirtió en,,cóm
ce de un fraude informativo concerüado,'y con noticias fal.
sas instituyó en el mundo el mito de la Spinne. En el esta,
do mayor operativo de esta organización estarían Bor.
mann, von Leers, Fritsch, Kernma5rr, Skorzeny y pave.
líc.22a En lo sucesivo, todo's los asuntos no aclarado. ,"rp"c.
to de estos personajes se le endosaron a la Spinne, sin que
jamás se aportaran pruebas. El desmantelamiento de la te.
laraña en Denia, en la costa mediterránea española, &rrun:
ciado en la prensa mundial a principios de 196b,225 fue de.
senmascarado como una de tales noticias falsas.226 puede
que haya sido una noticia instituida con el propósito de in.
fluir en el debate sobre proscripción que se llevaba a cabo
en la República Federal Alemana.
ido más allá del ámbito privado, ya a que sus biógrafos les
son por completo désconocidas.22d
En septiembre de 1946, los servicios secretos aliados en
España perdieron de vista a Degrelle y de inmediato sos-
pecharon que había seguido viáje a la Argentina. La Em-
bajada Británica en Buenos Aires y la representación bel-
ga con una nota enérgica, exigieron el registro del barco
Monte ,4yala a su llegada a puerto.230 Degrelle no estaba a
bordo.
f) El camino suizo
Así como Italia, España y Escandinavia fueron las prin-
cipales puertas de salida de la emigración transaflán1ica,
t54
también Suiza adquirió un papel importante como país de
tránsito. Después que en Ia primavera de 1945, Suiza se
doblegó por completo ante la presión sistemática de los
aliados occidentales y llevó casi a cero el tráfico fronterizo
y los movimientos de capital, congelado las cuentas banca-
rias alemanas y comprometiéndose a hacer un inventario
de todos los capitales alemanes en eI país, con el propósito
de detectar bienes de capital de personas buscadas,"' la
república alpina no fue más un escondite seguro para los
lügitivos. Los alemanes nazis y los sospechosos de serlo
fueron expulsados y se registró la embajada alemana en
[Jerna.232
Suiza ya se había mostrado muy reservada frente a los
fugitivos de la Alemania nacionalsocialista casos
-hubo
de extradición de perseguidos por motivos raciales-, y la
línea fue restrictiva también después de Ia guerra. Las lis-
tas de búsqueda internacional en los puestos de control
hacían más difícil el tránsito de personas buscadas que ha-
bían llegado al país de manera ilegal. Para los menos incri-
minados, sin embargo, el departamento político suizo expi-
dió incluso pasaportes especiales para alemanes, que equi-
valían a antorízaciones de viaje. Tbdavía en 1949, la lega-
ción argentina en Berna otorgó visas sobre documentos de
la Cntz Roja.233
El papel de Suiza era importante sobre todo como esta-
ción de paso para el camino aéreo y terrestre. Los vuelos
r¡ue partían de Escandinavia tenían escalas intermedias
r:n Europa Central antes de cruzar eI Atlántico. Ginebra
(rra una plataforma de lanzamiento.z3a Sin embargo, el nú-
mero de los pasajeros aéreos era relativamente bajo y com-
¡lrendía sobre todo a aquellos que emigraban de manera le-
gal y gozaban de una buena situación o a quienes el Esta-
do argentino les había financiado el viaje aéreo.
Lavía terrestre a Génova a través de Suiza estaba pre-
vista para las personas desplazadas (op's) socorridas por la
Organización Internacional para Refugiados (mo). La ruta
sc organizaba a la perfección desde los niveles oficiales,
t:on pensión y alojamiento incluidos. La normalidad de Ia
rcpública alpina obraba a menudo como un shock cultural
155
 sobre los candidatos a emigrar, que en su gran mayoría
eran llevados por tren desde el sudoeste alemán a Basilea,
después a Ginebra, y desde allí a Génova a través de la
fronterd italiana.235
Otros, en cambio, que no podían recurrir a las ventajas
de la asistencia internacional, pero que aun así querÍan
abandonar el viejo continente, atravesaron Suiza por sen-
deros clandestinos. Casi {odos se trazaron ellos mismos su
propia n¡ta: unas veces con ayuda de amigos y conocidos,
otras veces mediante el trueque con los contrabandistas
joyas u objetos de valor por un cruce seguro de los Alpes.
Los guías de montaña consideraban Ia facilitación de un
cruce ilegal de frontera como una fuente lucrativa de ingre-
sos y la aprovechaban en correspondencia. A veces, tam-
bién tomaban parte miembros de las fuerzas armadas alia.
das que, en alianzas por cierto muy singulares, colabora.
ban con hombres de las ss.236 No hay duda que en cada ca-
so se trataba de un4 empresa peligrosa, ya que si eran des.
cubiertos los amenazaba la expulsión y penas muy severag.
Los que cruzaban la frontera vivían con eI miedo perma.
nente de ser atrapados por la policía suiza;2s7 los que los
ayudaban a huir se hacían pagar un plus de peligrosidad.
Por el lado argentino, la situación geográfica central de
Suiza fue aprovechada para canalizar la emigración ale.
mana. Perón en persona envió por vía aérea a funcionariog
de alto rango del Estado argentino, con la misión de llevar
a Buenos Aires tantos alemanes útiles como fuese posi.
ble.238 En la corñpetencia con lás potencias vencedoras por
la captación de expertos alemanes de máximo nivel, la de.
Iegación argentina en Suiza coordinaba las solicitudes de
científicos alemanes, verificaba la capacidad de los postu.
lantes, ofrecía contratos y gestionaba las diferentes posibi-
lidades de llegar a Buenos Aires.23e
Una queja de junio de 1948 de Russel Benton, asistente
del consejero del gobierno militar norteamericano en AIe.
mania, Murphy, frente al entonces secretario de embajada
argentino Enrique Dubois, más tarde cónsul general, reve.
la que los Estados Unidos desaprobaban con la mayor se.
veridad las actividades argentinas en Suiza.2ao Sin embar.
156
go, y segfn propia estimación de Dubois, hasta fines de
1948 ya se encontraba en el Río de la Plata el cincuenta por
ciento de los beneficiados con Ia repatriación, que si bien
habían obtenido eI permiso argentino de entrada, en cam-
bio no habían recibido el indispensable permiso de salida
(exit permit) de las autoridades aliadas. Además, cientos de
alemanes habían huido de forma ilegal a los países vecinos
de Dinamarca y Suiza, también Bélgica y Holan-
-aparte
da-, allí se embarcaron en los transatlánticos con eI per-
y
miso argentino de entrada.2al
E) La repatriación
El estallido de la guerra en septiembre de 1939 sorpren-
dió también a muchos ajenos aI conflicto que se hallaban
cn Europa por motivos turísticos o comerciales' Sobre todo
Iteich con medidas administr ahiv as.2a2
Sin embargo, había posibilidades de abandonar Alema-
nia hacia ultramar a través de BéIgica o de Holanda, de
llscandinavia y también a través de Ia Unión Soviética' Pe-
ro no todos tomaron ese camino. Sobre todo los jóvenes ger-
lnano-sudamericanos que se encontraban en Alemania en
viajes de intercambio juvenil, se dejaron entusiasmar para
tomar parte en Ia guerra como voluntarios del lado ale-
rnán. Como creían en una corta duración de la guerra, es-
t57
 seguir a Alemania para apoyar a la tierra de sus padres
los momentos difíciles.2a3
Después de la terminación de las operaciones militat
los paí6es sudamericanos afectados intercedieron en fa
de sus ciudadanos y apremiaron a las fuerzas de ocu
a prestar ayuda en la organización de la repatriación.
pedido que fue correspondido, también por la actitud
de la mayoría de esos países hacia las potencias
ras. En la zona británica, en Bedburg-Hau, un suburbio
Kleve en el Bajo Rin, se estableció un campamento i
medio de la organización de las Naciones Unidas para
da de refugiados y desplazados, United Nations Relief
Rehabilitation Administration, uNRRA. El propósito era I
reagrupación de los ciudadanos sudamericanos y sus
rientes. Las autoridades norteamericanas establecieron
centro análogo en los cuarteles Freimann-Funke en M
nich.
Un segundo fenómeno incrementó el número de
mericanos en Ia posguerra: ante la miseria en Europa, m
chos se acordaban entonces de sus raíces argentinas. N
merosos argentinos de ascendencia alemana, que desp
de 1933 habían viajado a Alemania con la esperanza
mejores posibilidades de vida, confiaban en poder volver
pisar suelo argenfino a expensas del Estado al poner
acento en su país natal.244 De acuerdo con el derecho ar.
gentino, todo aquel que hubiera nacido en la Argentina ere
argentino y en los casos de falta de recursos se le otorgaba
eI derecho a sor repatriado por el Estado. También los hi.
jos de argentinos nacidos en el extranjero podían hacer uso
de entonces, era un golpe de fortuna para muchos
eue eue.
rían escapar del valle de lágrimas europeo.2a6
Para la coordinación se creó un Comité Latinoamericano
y la fiierza de ocupación inglesa designó para presidirlo a
Juan Guillermo Schulz del prestigioso topógrafo ger.
mano-argentino, profesor-hijo
Wilhelm Schulz-, que en colabo.
158
ntción con el Comité pro Repatriación de Argentinos en Eu-
ropa con sede en Buenos Aires se ocupó de las repatriacio-
ncs a partir de 1946,2a7 hasta que un enviado oficial argen-
[ino se hizo cargo de Ia representación' A partir de fines de
1947, se encargó de estos asuntos Enrique C. Dubois, como
jcfe de Ia sección alemana de la Comisión Argentina de Re-
patriación creada ex profeso por el gobierno'
Sin embargo, Ias autoridades aliadas obstruyeron con
frecuencia Ia repatriación de argentinos y sus familiares y
no otorgaron eI imprescindible permiso de salida en reite-
radas ocasiones. IJn alto funcionario norteamericano le ex-
plicó a Dubois que el motivo era eI disgusto de los aliados
por las contravenciones argentinas a las disposiciones de
lus Actas de Chapultepec, ya que los consulados argentinos
tun los países limítrofes de Alemania otorgaban visas a pe-
xur de tener a la vista documentación incompleta o venci-
rlrr. Los Estados Unidos estarían considerando presentar
una protesta formal en caso de que no cambiaran esa prác-
t,ica. En cambio, ante una rectificación de la conducta ar-
gcntina, estarían dispuestos a hacerle concesiones a Bue-
rros Aires en Ia cuestión de las repatriaciones, incluso en
cusos dudosos.2as No obstante ello, el Ministerio de Relacio-
ncs Exteriores argentino no transmitió ninguna instruc-
ci«in modificatoria a sus consulados acreditados en Europa.
l,)l mismo Dubois dio consejos informales, por ejemplo a los
§()rmano-argentinos que necesitaban con urgencia eI certi-
l'icado obligatorio de averiguación de antecedentes políti-
cr¡s: debían ir a Hamburgo y convertirse en una carga para
lrr oficina de asistencia social. Entonces no se haría espe-
rrrr mucho el certificado de desnazificación-2ae
Así se sortearon las vallas burocráticas. Alrededor de la
rrritad de los postulantes a ser repatriados, a quienes no se
lrrs había otorgado elexit permit, ya en 1948 se encontra-
lrrrn de regreso en Ia Argentina.25o Las prohibiciones alia-
rlrs y los obstáculos administrativos poco pudieron hacer
contra el anhelo natural de las personas de encontrarse
ot,ra vez en su patria y con sus familiares y amigos. Si aI-
[r¡no era capturado, Io volvía a intentar una segunda y una
l,crcera vez. En algún momento lo lograba.
159
 Desde la misma Argentina partieron gestiones particu'
Iares para ubicar a familiares, que luego canalizaban los
organismos estatales. El Ministerio de Relaciones Exterio'
res les proporcionaba un formulario en Buenos Aires
licitud de Informe sobre Personas-, en eI que se podían
-So'
anotar los datos conocidos de una persona desa
para después reexpedirlo a las legaciones y consulados
Europa. Éstos, a su vez, estaban en conexión sobre ese
ticular con la Cruz Roja Iriternacional, con la que la
tina trabajaba en estrecha colaboración en todas las
tiones humanitarias. De comprobarse de esta manera si
persona buscada todavía estaba viva y se lograba locali
su paradero, entonces era posible establecer un primer
tacto y se podía tramitar una repatriación o un pasaje
llamada. Si en este trámite surgían dificultades o se
ba de casos dudosos, a veces resultaban muy prov
las apelaciones directas a políticos de alto rango del
para otorgarle importancia y acelerar un trámite.25l
grupo que se reveló'como problemático fue el de la tripul
ción del antiguo acorazado Admiral Graf Spee. En 1946,
conformidad con los acuerdos internacionales y contra
posición de rechazo de Ia mayoría de la población, Ia
tina había enviado de regreso a Alemania a esos anti
soldados de la marina alemana como prisioneros de gu
Sin embargo, como un número considerable de esos
nos se había casado entretanto en Ia Argentina, eso deri
en tragedias familiares que aguardaban una solución.
mismos afectados se esforzaron también por concretar
regreso, aunque por lo general no en Alemania sino en
países limítrofes.252 En Buenos Aires, una concentración
las esposas de los marinos del Spee frente a Ia Casa
da Ie recordó sus obligaciones al Estado argentino por
dio de carteles.253 Si bien a nivel político la Argentina
quería mostrarse activa en ese terreno sensible, a ni
consular en cambio, ayudó de manera especial a ese
de personas.
EI Estado argentino era plenamente consciente de
responsabilidad frente a sus ciudadanos en Europa, y
gobierno autorízó partidas de dinero y Ia creación de
160
organizacíón adecuada para ir a buscarlos.2sa A los efectos
del transporte, se fletaron barcos de la Compañía Argenti-
na de Navegación Dodero, s.A.255 Cadavez que un buque de
transporte estaba disponible, se 1o ocupaba con un contin-
gente determinado y se lo enviaba a ultramar. Por regla ge-
neral, el puerto de partida para Bedburg-Hau era Ham-
burgo.
Desde 1946,la embajada argentina en Bruselas acudía
& personas conocidas de sus representantes en diferentes
regiones de Alemania, con el propósito de crear centros de
cmpadronamiento para los postulantes a la repatriación,
donde se pudiera brindar información, hubiera formularios
u disposición y se estableciera eI contacto con personas en
la Argentina.256 Con ese servicio de emergencia se zanjó el
problema del período de tiempo sin presencia diplomática
.y consular en Alemania.
Esa red improvisada de comunicación funcionó a pesar
de todas las restricciones que trajeron consigo los años de
posguerra. Cuando recibían la notificación, muchas veces
Ir muy corto plazo, de un próximo transporte de repatria-
tlos, las personas de contacto estaban en condiciones de
rcunir en apenas unas pocas horas al grupo registrado y
¡ronerlo en camino. Camiones militares los transportaban
rlc los lugares de concentración y de los campos de refugia-
tlos hasta Hamburgo, sede de Ia Comisión Argentina de
ll,cpatriación en Alemania, donde ya estaban en el puerto
krs barcos de la LÍnea Dodero.
Los transportes de repatriados que salieron de Ham-
llurgo en 1948, se realizaron en parte en vapores que nor-
rrralmente cubrían la línea Génova-Buenos Aires. El Cór-
tloba y el Entre Ríos eran barcos de la clase Liberty, qlue
lrtbían sido construidos como transportes de tropas de los
rrorteamericanos con métodos rápidos de construcción y
r:omprados por la Argentina después de la Segunda Guerra
Mundial. Los barcos, que habían sido alquilados para eI
l,rirnsporte de repatriados por el Estado argentino y objeta-
rkrs por los fondos autorizados para eso, además de Ham-
lrurgo como puerto de partida, tenían también otros puntos
rlc destino. En Southampton embarcaron a miembros del
161
antiguo ejército polaco en el exilio que conducía el general
Anders, empujados por el destino de posguerra de su paí§
a una segunda emigración hacia Brasil y Ia Argentina,2'7 y
en Esfaña y Portugal subieron a bordo inmigrantes regu-
lares.258
Tanto los emigrantes de la línea Génova-Buenos Ai
que pagaron su pasaje, como los repatriados que volvían
casa por cuenta del Estado, sintieron que era una
dad haberlos embarcado en esos medios de transporte.
tos barcos, que en eI marco de los programas de producci
barata tuvieron que ser lanzados al agua en el más b
tiempo posible para llevar unidades y material bélico
teatro de operaciones, habían sido construidos en los
Ileros del poderoso industrial norteamericano Kaiser,
respuesta del gobierno a las pérdidas sufridas en Ia
submarina. Desde el principio no habían sido concebi
para una larga aptitud para eI servicio y se contaba
que ocasionarían pérdidas. Después de la guerra, Ia
na de los Estados Unidos los retiró del servicio por no
contrarles ningún otro destino de uso y el gobierno
tino los compró.
La Argentina alistó a las tripulaciones para la flota
cién adquirida, pero el número de personal necesario
ró con mucho al de los capacitados para ello, con la
cuencia de que a menudo se destinó a puestos de mucha
ponsabilidad a hombres de escasa calificación. Con
cia, ni los mismos capitanes poseían Ia experiencia i
pensable en alta mar. Por esarazón, no faltaron los
tiempos. El Entre Ríos, q.ue ya exhibía un deterioro
rable por la oxidación, encalló cerca de Bilbao en un
fe que Ie hizo una abertura de veinticuatro metros de
en eI casco y obligó a que el barco tuviera que
más de un mes en el dique seco de El Ferrol para su re
ración.zíe Las deficiencias fueron determinantes para que,
mediados a 1948,Ia Argentina tuviera que limitar incl
la inmigración, porque faltaba eI espacio necesario.260
Los barcos de la clase Liberty estaban equipados
ochocientos pasajeros con una tripulación de ciento
personas.26r La compañía naviera amplió a mil personas
t62
capacidad para los emigrantes y los distribuyó en cuatro
cubiertas con grandes recintos para doscientos cincuenta
personas, una parte de las cuales tuvieron que pasar las
noches en literas de cinco pisos.262 En el viaje de regreso,
los vapores transportaban cargamentos a Europa,263 en
parte de ganado.
Como consecuencia de las relaciones tirantes con los Es-
tados Unidos, la Argentina recibió el permiso para Ia repa-
triación a través de puertos alemanes sólo después de otros
Estados sudamericanos. Dos años después del fin de la
guerra, tres mil personas junto con sus familias ya habían
sido repatriadas vía Hamburgo a Sudamérica,26a pero to-
davía ninguna a la Argentina.265 La Argentina recién reci-
bió la attortzación correspondiente en 1948. Entre los
ochocientos nueve pasajeros que en ese año fueron trans-
portados de Hamburgo a Buenos Aires,266 todos, con excep-
ción de unos pocos, deben de haber gozado del privilegio de
ser repatriados por el Estado. Para los años siguientes del
incipiente despegue económico de la Argentina, ya no se
puede separar con exactitud el número de los repatriados
del de los que viajaban por negocios y por turismo. A prin-
cipios de 1948, la Iista del cónsul Dubois había llegado al
¡rúmero 2080 de solicitudes de repatriación,267 de manera
t¡ue del número de repatriados en el primer trimestre de
1949 a Sudamérica que se da hasta hoy,z6a un buen tercio
rlebería corresponder a viajeros hacia la Argentina.
El primero de los transportes de repatriados a Buenos
Aires lo hizo en enero de 1948 el buque Córdoba,26e que la
compañía Dodero desvió a Hamburgo. Le siguió el Entre
/l¿bs (del 9 aI 31 de abril de Lg48),270 que llevó a bordo a
cicnto sesenta y cinco repatriados, y que cubrió la misma
ruta una segundavez, desde el 20 dejunio al 31 dejulio de
1q48.271Por fin, en agosto/septiembre de 1948 otra vez eI
(iórdoba, con unos cien germano-argentinos a bordo.272
()on posterioridad, los dos barcos navegaron hacia el puer-
lr¡ de Hamburgo aún algunas veces, con lo cual disminuyó
rlc manera sensible el número de repatriados frente aI de
Ios pasajeros regulares que pagaban su pasaje.
163

, alemanes. De esa manera, en muchos Estados se eliminó
La desaparición de algunos antiguos nazis con funcioi
nes de mando, en el Estado, el Partido y las fuerzas árrna1
das ha mantenido ocupada a la prensa europea de posgue-
ria durante años y décadas. Se han escrito infinidaá dedo-
cumentos sobre esto. Los respectivos autores recopilaron
indicios, interrogaron a testigos e intentaron componer uü
cuadro aceptable. Dado que las pruebas concretas eran es.í
casas, surgieron las ideas sobre la existencia de organizar
ciones de ayuda a la fuga de nazis que funcionarían a Ia
perfección. Y en efecto, en los años inmediatos de posguei
rra ocurrieron algunos incidentes que alentaron esas sogt
pechas y obligaron a las autoridades militares a intervenir.
Así, en marzo de 1946 y en febrero de 1g47, unidades de loe
servicios británicos y norteamericanos de contraespionaje
desarticularon dos redes clandestinas que, basadas en vie-
jas estructuras, querían volver a activar desde el punto de
vista político la ideología nacionalsocialista. Cientos de sus
integrantes sufrieron arrestos temporarios,214 pero es evi-
dente que no se pudo probar de manera contundente eI
funcionamiento de gna red de fuga.
Ya antes del final de la guerra se manifestaron sospe-
chas, incluso desde el nivel oficial, sobre la posible forma.
ción de organizaciones nazis clandestinas. Los servicios se.,
cretos aliados sospechaban quei Ia elite nacionalsocialista
desaparecía de la superficie junto con cuantiosas sumas de
dinero, con la intención de volver a pisar eI escenario polí.
tico después de un cierto tiempo. Los políticos que recibie.
ron los resultados de la investigación de los serwicios secre-,
tos, tomaron medidas para, con el argumento de sofocar en
su origen esas tentativas, producir hechos políticos concre-
tos. En Alemania, los aliados intentaron desarbicular las
viejas estructuras de poder a través del desmantelamiento
de la industna y ejercer influencia sobre las nuevas capag
sociales y políticas a través de la desnazificación. En los es-
tados sudamericanos, la supuesta amerraza de una infil-
t64
tración alemana fue utilizada por los norteamericanos co-
mo medio de presión para estimular a los gobiernos respec-
tivos a confiscar propiedades alemanas, marcas y capitales
aI fuerte competidor de otros tiempos y se fortaleció Ia he-
gemonía norteamericana sobre eI subcontinente.21s
Por regla general, es insuficiente la mención de fuentes
de origen de los informes sobre supuestas organizaciones
nazis clandestinas y organizaciones de ayuda a la fuga.
Con frecuencia se exageran sin medida hechos comproba-
bles. Así por ejemplo, el estudio serio de Kurt Taubert in-
forma sobre una Hermandad que se habría constituido pa-
ra una "emigración calificada».276 En efecto, existió una
asociación de ese nombre. Fue fundada en 1945146 por
miembros de las antiguas ss en un campamento inglés de
prisioneros de guerra en Schleswig-Holstein. Bajo la con-
ducción del general von Manteuffel, eI círculo conspirativo
estableció contactos con políticos alemanes, desarrolló ac-
tividades concernientes a la organización de un ejército fe-
deral y colaboró con eI Servicio Blank.277 Los orígenes de
esta agrupación, su exclusividad y sus ideas políticas fue-
ron el germen de muchos rumores. El agente secreto britá-
nico William Stevenson amplió el nombre de Hermandad a
Hermandad Bormann, por quien él sospechaba era su ca-
becilla. EI autor describe una organízación secreta que
cuenta con enormes recursos financieros habla de va-
-se
rios cientos de millones de dólares-,278 cort cien mil simpa-
tizantes del nacionalsocialismo en veintidós países.27e Esta
Hermandad, que Stevenson también denomina como
Deutsche Gemeinschaftzso y Ia equipara con el Kameraden-
werh de Hans-Ulrich Rudel,281 habría subordinado a las
respectivas policías locales y designaría a su arbitrio a je-
fes de policía y políticos.282 Sin aportar pruebas ni mencio-
nar las fuentes de origen, el autor hace una afirmación es-
peculativa detrás de otra.
Paul Manning, el colega norteamericano de Stevenson,
recorre un camino parecido y entra en detalles sobre Ia in-
fluencia de Martin Bormann como jefe del Reich en el exi-
165
 lio. Una fortuna incalculable lo habría convertido en u
de las personas más influyentes de la época de
Junto al PIan Marshall, el Programa Bormann habría sidr
l? brlj del vertiginoso ascenso económico de la joven Repú
blica Federal. Sería evidente la continuidad histórica
la Alemania nazi y la de posguerra. prominentes políti
alemanes federales habúan visitado a Bormann en Su
mérica.283
Más serio en la fortna, aunque también en gran p
sin pruebas documentales, se dedica al tema el autor is
lí de libros de divulgación científica, Michel Bar-
Describe la Operación fierra del Fuego, que en 1944
bría enviado convoyes enteros de camiones a España,
de ya habría submarinos alemanes preparados para
portar objetos de valor a la Argentina. Después del <
barco aliado en Normandía, Galland, Rudel, Baumbach
Hanna Reitsch habrían llevado a cabo esta transferenc
por la ruta aérea Alemania-España-Buenos Aires hasta
nes de L944.284 Lá fuente de información de Bar-Zohar
el político argentino Silvano Santander, que una vez
apoya sus afirmaciones en documentos que había reci
del notorio falsificador Heinrich Jürges, procesado en
teradas ocasiones por falsificación de documentos.
en lo que le informa Santander, Bar-Zohar menciona
supuesto jefe de la Operación Tierra del Fuego a Gottfri
(Godofredo) Sandstede. Sin embargo, Sandstede ya ha
caído en combate en el frente oriental el 9 de marzo
L944.285
De Alfred Jarschel, un antiguo líder de las juvent;
hitlerianas que se escudó en eI seudónimo áe We
Brockdorff,zs6 proviene una interpretación independiente
muy caprichosa de la organización de ayuda a la fuga. E
la narración en algunos trechos novelesca de Jarscñel,
la que se hace una interpretación inusitada de la histá
del Tercer Reich,287 el autor hace un relato muy detal
en parte, de la fuga a través de Italia, por el Camino
mano, de altos funcionarios nazis a los países árabes y
Sudamérica. Entre otras cosas, hace huir a Hitler .,
marino hacia la Argentina, donde Bormann habría"r,j
166
ludo para él una casa de montaña en la zona cordillerana
de la Patagonia. Con la más que sorprendente financiación
de la cIR, el ex canciller del Reich y el antiguo jefe del Par-
tido Nacionalsocialista pasarían allí sus días de vejez. Hi-
tler estaría escribiendo sus memorias, pero mostraría cla-
ros signos de depresión.288
El cazador de nazis Simon Wiesenthal extrae algunos
olementos del relato de Jarschel para su hipótesis sobre
ot)ESSA,28s no obstante eI hecho de que Jarschel desmiente
la afirmación de Wiesenthal sobre la existencia de esta or-
ganización. Pero el escepticismo es pertinente. Quien, co-
mo Jarschel, une hechos reales, rumores y puras fantasías
r y plantea un falseamiento desmedido de la historia, tam-
poco puede ser tomado muy en serio en Ia exposición de he-
chos que, en parte, suenan como probables. De todos mo-
dos, Ia comprobación no es posible dado que Jarschel no
rnenciona a sus informantes. Tomar como fuente un relato
xomejante está fuera de toda seriedad científica. A lo sumo
lc podría recurrir a él para una confirmación ulterior, si un
hecho se aseverase en otra parte.
En Ia medida en que los autores de estas y otras así lla-
madas documentaciones, a lo sumo estaban en condiciones
tle compilar indicios dudosos y de presentar testigos discu-
l.ibles, en Ia mayor parte de los casos y por falta de mate-
rial, se inclinaron pronto por una teoría de conspiración e
imputaron sucesos no aclarados a una organízación sinies-
[ra, poderosa y perfectamente camuflada. La más conocida
rlc ellas es Ia descrita por Simon Wiesenthal: ooosse. Esta
Organización de ex miembros de las ss aparece en 1946 y
1947 enlas actas del servicio de inteligencia norteamerica-
no cIC (Counterintelligence Corps),2eo sin que a los investi-
gudores les fuera posible, a pesar de todas las pesquisas,
obtener datos concretos sobre su fundación, estructura y
rrctividades. Y los agentes secretos sospecharon que algu-
r)os grupos aislados sin importancia y círculos de antiguos
Irombres de las ss se habían adornado con ese nombre
cnigmático para rodearse de un halo de misterio.2er No
cxiste ningún otro conocimiento real, sólo suposiciones.
t67
 Veinte años después, Simon Wiesenthal vuelve sobre
esa denominación, que es tan ambigua como atrapante.
Wiesenthal menciona que, durante los procesos de Nurem'
berg urt agente del contraespionaje, al que cubre con el
seudónimo Hans, Ie habría informado con todo detalle so-
bre Ia organizacíón secreta y sus actividades.zs2
otras dos décadas y en una edición posterior de este
me, una vez más el autor se niega a revelar Ia identidad
su principal y único testigo sobre la organización de
a la fuga oDESSA,2es y aduce que todos los movimientos
fuga, reales y supuestos, de altos, medios y pequeños
cionarios nazis se realizan al amparo de esta organizaci
Muchos escritores y periodistas aceptan esta versión,
encontró amplia difusión con la novela Las actas de Ode
so de Frederick Forsyth, quien en 1o esencial vertió en for'
ma ficticia el ideario de Simon Wiesenthal.
En las ciencias naturales es muy común el método de
plicar un hecho científico con ayuda de un modelo.
oDESSA, eI fenómenó del éxodo nazi de v
-multiforme,
ramificaciones y desconcertante- se resumió en un
concepto y de ese modo se hizo tangible. Nacía el
ideal de una organización secreta de conjurados, que
gía con eficacia a sus miembros, contaba con inmensos
cursos financieros,.ubicaba a sus hombres en posiciones
mucha influencia, operaba en todo el mundo, estaba
bierta de manera casi perfecta, funcionaba con escalas
rárquicas y su conducción era autocrática, con mie
que estaban dispuestos y decididos a todo, conjurados en
objetivo final de tomar el poder.
Las narraciones de los cazadores de nazis sobre fugas
ayuda a fugitivos, siguen raras veces las pautas rígidas
las investigaciones de carácter científico. Tampoco es d
esperar que alguien que ha sido víctima del horroroso
tema de los campos de concentración se esfuerze por
tener una objetividad y una imparcialidad distantes
un tema semejante y cuya esencia Ie concierne
mente. El espanto es demasiado cercano y directo. Con
meta de la revancha ante los ojos, la permanente
ción con la materia se convierte en eI medio que se
168
dinará al objetivo. Con cierta periodicidad, los medios reci-
ben de los cazadores de nazis noticias y advertencias que,
igual que cohetes de señales, deberían lanzarse a la vista
de todos, aun cuando los mensajes se basen en informacio-
nes vagas e insuficientes. Hasta las noticias que se divul-
gan con conocimiento de su falsedad son un aporte para Ia
investigaciór.,2s4 y por consiguiente sirven al propósito.
El resultado le da la razón a esta forma de proceder. De
esta manera, por ejemplo, Wiesenthal desenmascaró a
Eduard Roschmann, segundo comandante del gueto de Ri-
ga, que poco después de conocerse la versión cinematográ-
fica de la novela Las actas de Odessa en la que ocupó un
lu§ar central, no pudo sobreponerse a Ia persecución cons-
tante y murió en Paraguay de un ataque al corazón.2e5 Se-
gún sus propios datos, Wiesenthal IIevó un total de mil dos-
cientos personas ante los tribunales de justicia.2e6
Pero el resultado solo no puede satisfacer al historiador.
Él debe informarse con pruebas, por lo menos con docu-
mentos. Fuera de Ia esfera de los servicios secretos, eI tér-
mino oopssA no se encuentra en actas oficiales ni en los in-
fbrmes de la Embajada Alemana en Buenos Aires sobre los
refugiados de posguerra ni en las comunicaciones de las
cmbajadas argentinas en Europa al Ministerio de Relacio-
nes Exteriores en Buenos Aires. Tampoco saben nada de
csta supuesta organizaci6r: nazi clandestina las personas
r¡ue de hecho hicieron posible la fuga y la emigración. En
l¿r comunidad alemana de la Argentina, oDESs¿, es conocida
sólo a través de los libros de Simon Wiesenthal, Fredrick
lrorsyth y sus epígonos.
En las narraciones que se dedican al tema, oDESSA no
irparece antes de la mitad de la década del 60 y es muy po-
sible que la existencia real de una organización secreta de
rruténticos extremistas de derecha, la francesa Organisa-
tion de l'Armée Secréte (ots), haya apadrinado a oDESSA.
l,ll análisis general de Jaeger de las agrupaciones fascistas
y nacionalsocialistas en Ia Europa de posguerra2e7 no cita
rr la mencionada organizacíón secreta nazi. En el estudio
rninucioso de Tauber sobre el nacionalismo y la extrema
rlorecha alemana después de 1945,2e8 el nombre oDESSA no
169
 aparece ni siquiera como nota al pie. Las anteriores buirles haber actuado durante muchos años desde la
maciones sobre organizaciones nazis de ayuda a la istema que no
llamen oDESsA, Spinne, Schleuse, Bruderschaft, alcanzar eI po-
-se
tera- ta?npoco se han mantenido firmes frente a las i de alcanzar eI
tigaciones exhaustivas del Fiscal General Federal y de poder Ia que puede capacitar a un ser humano que
servicios de seguridad, no sólo de Alemania sino tamb actúa en iolitica para permanecer en la clandestini-
de los aliados.2ee dad durante años Y años."301
En 1958, los ministros fle justicia de los estados
dos crearon el organismo central de las admini
de justicia de los estados, Zentral Stelle der Lan
verwaltungen, con sede en Ludwigsburg, con el propt
de llevar un registro nacional de empadronamiento áe
menes nazis. Allí se encuentran centralizados en arch
todos los documentos relacionados con esos crímenes,
los resultados de investigaciones de los fiscales fede
autos de procesos, expedientes de extradición y decl
nes testimoniales, pero una única acta de escaso valor tes.
timonial sobre oopsqA.3o0 Cuando, con motivo de un suma.¡
rio procesal, la embajada de Canadá pidió informes sobro
oDESSA en el Ministerio de Justicia de Baden_Württemr
berg, después de consultar al organismo central, tuvierort
que remitirlo al libro de Simon Wiesenthal Doch d.ie Mór.
der leben.

Además de su existencia como recurso político, las pode-

rosas organizaciones sucesoras del nacionalsocialismo son
producto de la fantasía en la mayoría de los casos. Dice el
constitucionalistá Smoydzin:

"Los serwicios de seguridad, no sólo de Alemania sino

también los.de los Estados liberales de todo el mun-
do, vigilan hasta el más insignificante movimiento
fascista. Es impensable que una organización, atyo
objetivo es ocultar a criminales nazis o incluso .orli-
nuar en la clandestinidad el régimen nazi, pudiera
actuar durante largos años sin ser advertida y todo
por una causa sin perspectivas. Significaría conside_
rar a los antiguos funcionarios nazis como auténticos
presuntuosos o perfectos idiotas si se quisiera atri_

t7t
en consecuencia conducido a una lucha por la di
de ese patrimonio. Aparte de eso, es improbable que
mann fuese la figura del dirigente carismático que d Notns
te décádas hubiese unido fuerzas en la cla
tener que demostrar éxitos políticos. Toda la
sociológica con procesos de dinámica de grupos dice lo
trario. No obstante, la génesis de semejantes teorías
pirativas es en sí mismp un fenómeno sociológico.

' Lista de
ros, en el info
ncs Exteriore
sN, caja 38, of.4-PB, 11).
2 Barbadori (subdirector del Archivo General de la Armada' que

¡istencia".

nranes", pág.45).
a Del agregado naval norteamericano webb al Ministerio de Ma-

rina argentino,26 dejulio de 1945 (.cca, sM, caia 38, of 4-PB' N'C
4 1).
5 Schaeffer, U'997, Pág.258.

hel-U-Boot uon.
libro fue redac-
Presse. Aquí se
r:ita de la edición alemana (federal).
8 Schaeffer, U-977,
Pág. 206-
s Schaeffer, U-977, Pág. 2O5.
10 Schaeffer, U-977, Pág. 2L7-

L72 t73
 11
Informe del capitán de fragata Julio C. Mallea del 17 de agos-
to de 1945 (AGA, sM, caja 64, of 4-PB, legajo B, pág. 4); asimismo
Schaeffer, U-977,pág.214. Afirmación de lo contrario en Foged/I(rti-
ger, Flugtfute Nord, pág.31, refiriéndose a Santander: "tog folk om-
bord". Algo parecido dice Spruille Braden en Diplomats and Dema-
gogues, pág. 357: "El número de tripulantes había disminuido mucho
y parecÍa bastante evidente que los miembros faltantes habían sido
suplantados por otras personas o por objetos valiosos, para evitar
que cayeran en manos aliadas!'.
12
Schaeffer, U-977, pág.277.
13
Moyano, "Submarinos alemanes", pág. 46; Schaeffer, U-977,
pág.252.
ra Moyano, "Submarinos alemanes", pág.45.
15 Moyano,
"Submarinos alemanes", pág.45.
16
Schaeffer, U-977, pág.248 y pássim.
17
Schaeffer, U-977, pág.251.
18
Schulz, 14 de marzo de 1990.
le Schulz, 14 de marzo de 1990.
20
Schaeffer, U-977, pág. 253. Más adelante, el embajador Braden
(Diplomats and. Demagpgues,pág.357) se quejó con dureza de que los
oficiales argentinos mantuvieron alejados a sus agregados militares
de todo contacto con la tripulación durante cuarenta y ocho horas. El
representante de los Estados Unidos consideraba casi como r¡na
afrenta diplomática semejantes arbitrariedades en el propio hemis-
ferio.
21 Los documentos
sobre este caso, archivados durante años en
los Estados Unidos como clasificodos (según Peter Alemann, 13 de
marzo de 1990, que los quiso examinar), están ahora al alcance de
todos en los National Archiues, Washington D.C. (Page, Perón, pág,
87). ¡ a2Farago, Scheintot, pág. 181 y siguiente. Seg1in el autor, entre
22 Schaeffer, U-977, pág.253 y siguientes; Waehner (pariente po-
lítico de Schaeffer), 23 de marzo de 1990.
23
El decreto .19.160 del 22 de agosto de 1945 transfirió el U-977
a los Estados Unidos, que lo trasladaron pronto al Atlántico Norte.
(AGA, sM, caja 64, of 4-PB, informe de la Prefectura Naval Marítima,
11 dejulio de 1945, pág.33).
2aMoyano, "Submarinos alemanes", pág. 47.
25Informe final del subprefecto Emilio Cabrera en: AGA, sM, caja
64, of 4-PB "B", "Otros presuntos submarinos".
26 Comunicado
de información del 17 de julio de 1945, en: AGA,
SM, caja 64, of 4-PB "8", pág. 2.
27 Informativo
N' 11 de la Escuadrilla de Tbrpederos, 17 de julio
t74
de 1945, 1105 - C 3211 - GR.83 (AGA, sM, caja64, of 4-PB "B", pág.8).
28 Moyano, "Submarinos alemanes", pág.42.
2e Informativo N' 63 de la Escuadra del Mar, 18 de julio de 1945,
1915 - C.4063 - GR.20 (lcl, sttt, caja 64, of 4-PB "B", pág. 14).
30 Informativo de Escumar a Buques de Escumar, 18 de julio de
1945, ibíd., pág. 15.
31 Informativo interno, Ministro de Gobierno de la Provincia de
Buenos Aires, ibÍd., pág. 5 y siguiente.
32 Memorándum de la Prefectura General Marítima al ministro
de Marina,24 de julio de 1945, ibíd., pág. 29.
sa Informativo de la Base Naval de Puerto Belgrano, 24 de julio
de 1945, ibíd., pág. 31.
3a Memorándum de la Prefectura General MarÍtima al ministro
de Marina, 26 de julio de 1945, ibíd., pág. 34.
35 Moyano, "submarinos alemanes", pág.42 y sigrriente; también:
Herzog, Deutsche Uboote, pág. 267.
36 Moyano, "Submarinos alemanes", pág.43.
3? Finkelstein, 12 de febrero de 1990, que se remite a los dichos
de un testigo ocular, entretanto fallecido.
38 Informe final del subprefecto Emilio Cabrera (AGA, sM, caja 64
of 4-PB, "B", págs. 22 a2Ü.
3eSzabo, Hitler est uiuant, pá9.32.
a0 Szabo, Hitler está uiuo. Nueuo Berchtesgaden en el Antd'rtico,
Buenos Aires 1947. El autor no tuvo acceso a esta edición original;
dato bibliográfico tomado de: Kehrllangmaid, The Nazi Era, 1982,
pág. 517.
a1
Mattern, upos - letzte Geheirnwaffe des Dritten Reiches?, Toron-
to 1974. (Reseña ert La Plata Ruf,25 de diciembre de L974). El au-
tor no tuvo acceso a este libro.
1943y 1945 llegaron con regularidad a la Argentina submarinos ale-
manes; la operación habría sido organizada por Freude y por Staudt
y el U-530 y el U-977 habúan sido los últimos. Bar Zobar (Auengers,
pág. 109) afirma q:ue el u-530 y el U'977 fueron "los transportadores
de grandes cantidades de documentos, patentes industriales y títu-
los públicos". El autor habló con S. Santander y basándose en sus
manifestaciones, denuncia también la llegada de dos submarinos, el
23 y el 29 dejulio de 1945 respectivamente, de los cuales habrÍan de-
sembarcado ochenta personas. Stevenson (Bormann Brotherhood,
capÍtulo 9) manifiesta que habría quedado sin aclarar el destino de
los submarinos (J-34, U-239, U'547, U-957 y U-1000. Sin embargo,
de una revisión de datos oficiales surge que todos estos submarinos
175
habÍan sido hundidos o retirados del servicio antes de 1945 (Herzog, Wasser, 28 de febrero de 1990; y Supper, 23 de febrero de 1990, que
Deutsche Uboote). emigró vía Burdeos).
43 Farago,
Scheintot, pág. 178 y siguiente. Mientras en el texto el
58Klatovsky, "Südamerika heute", pág. 13 y siguiente.
5eKlatovsky, "Südamerika heute", pág. 14.
autor habla de una aparición el 7 de noviembre de 1945 (pág. 178),
60 Klatovsky, "Südamerika heute", pág. 15. Así se realizaron las
el facsímil en español del citado informe confidencial da la fecha del
7 de febrero (pág. 179). correspondientes operaciones hacia Inglaterra y Suecia, limitadas a
aa Culaciati (22 de marzo de 1990), un amigo de la familia San- determinadas profesiones. Más tarde Francia, Brasil y otros países
tander, confirma la presunción de que los departamentos guberna- se convirtieron en la nueva patria de los uolksdeutsche (véase capi-
mentales y los servicios secretos de los Estados Unidos abastecÍan de tulo v c) de este estudio).
61 Klatovsky, "Südamerika heute", pág. 15.
informaciones al antiguo diputado.
62 Klatovsky, "Südamerika heute", pág. 15.
a5 Culaciati, "Perón recibió oro nazi por dar asilo ajefes hitleria-
63 Klatovsky, "Südamerika heute", pág. L6.
nos" , en La Prensa, Buenos Aires, 19 de diciembre de 1986. El autor,
6a Información de la prensa, citada de: Klatovsky, "Südamerika
basándose en Santander, identifica como U-522 a un submarino que
desembarcó tesoros y personas. Pero sus fuentes, o las de Santander, heute", pág. 15.
65 Dubois a Bramuglia, Hamburgo, 19 de marzo de 1948, en: AG
no son auténticas, dado que el mencionado U-522 fue hundido el 23
de febrero de 1943 al sur de las Azores por elTotland, de Gran Bre- MREC, MCr, 773.59111948.
66 Klatovsky, "Südamerika heute", pág. 77.
taña (Herzog, Deutsche Uboote, pág. 276.
67 Klatovsky, "Südamerika heute", pág. L2.
a6
von Oven, carta del 20 de diciembre de 1989; Aumann era pre-
68 Klatovsky, "Südamerika heute", pág. 27.
sidente de La Plata Rufsnl y estrecho colaborador de von Oven.
6e Dubois a Bramuglia, Hamburgo, 19 de marzo de 1948, en: AG
a7 Brockdorff (=Jarsch'el), Flucht uor Nürnberg, pág. 199 y si-
guiente. MREC, MCr, 173.59L/1948.
a8 Schaeffer, U-977, pág. 261.
70Klatovsky, "Südamerika heute", pág.27.
ae Klatovsky,
"Südamerika heute", pág. LL.
?1
"Einwanderungsstopp ftir Deutsche aufgehoben", en Hambur-
50 Los diarios de aquel entonces informaron con frecuencia sobre ger Echo,18 de septiembre de 1948.
72 vonZahn-Harnack, "sprung aus der Enge", en Sie, N" 40, 3 de
estafas en esos sectores. Por ejemplo Günther Beneke Kracht, "Aus-
wandern kónnen nur wenige Deutsche", e¡Westdeutsche Allgemeine octubre de 1948, páC.4.
73 En 1953, además del departamento consular de la Embajada
Zeitung, Essen, 6 de mayo de 1948; "Einwanderungsstopp für Deuts-
che aufgehoben", en Hamburger Echo, 19 de septiembre de 1948; Argentina, en Colonia, existÍa el Consulado General en Franc-
también: AG MREC, MCr, 4889/1946; ucr, 773.634 (Legación de Suiza, fort/Meno y un consulado en Hamburgo. Antes de la guerra, existían
1948). ) en Alemania diecisiete consulados y viceconsulados en total.
7a Interrogatorio del jefe de frontera Franz L., de Nauders (Minis-
51 Klatovsky, "Ratschláge für Auswanderer", pág. 11.
52
"Einwanderungsstopp für Deutsche aufgehoben", en Hambur- terio del Interior de Austria, Abt.IAT ,11 de febrero de 1982), en: z's',
ger Echo,18 de septiembre de 1948. I 110 AR 1086/69.
75 IbÍd.
53 Klatovsky,
"Südamerika heute", pág.9 y siguientes.
5a
Klatovsky, "Südamerika heute", pág. 10.
?6
Doss, 4 de noviembre de 1989; Reckziegel, 29 de noviembre de
5s "4000 wollen nach Argentinien", en Steirerblatt, Graz,24 de 1989.
77Supper, 23 de febrero de 1990.
noviembre de 1948.
78
56 Klatovsky,
"Südamerika heute", pág. 72. Reckziegel, 29 de noviembre de 1989.
57 Klatovsky, "Südamerika heute", pág. 13 y siguiente. Los aus- ?s Contra este engendro del cónsul general argentino en Viena, la

triacos emigrados a la Argentina hablan muy pocas veces de haber oficina de coordinación para inmigrados del Báltico elevó una protes-
tenido dificultades para salir. Por lo general, sus relatos están libres ta oficial al ministro de Relaciones Exteriores argentino. (Comisión
de aventuras y maniobras ilegales (Gentilini, 28 de febrero de 1990); de Cooperación Bdltica de Inmigración a Bramuglia, Buenos Aires,

t76 t77
 10 dejunio de 194g, en: AG MREC,
80 Definición
vcr,774.76g/lg4g).
de la Cruz Roja IntÁaJo.r.t concretos, Stehle comenta las diferentes posibilidades que habfa pa-
embajador de lor ra conseguir una documentación de viaje en Roma, y coloca un signo
Estados Unidos en Berna, 22 de julio
de 1g47,"tcitada de: Stehle, de interrogación detrás de la afirmación oída a menudo de que se ha-
brÍan otorgado "pasaportes del Papa".
s .B06ypássim; 8e Stehle, Prisse
uom Papst?, pág. 12.
2 oll, pág. 287 y e0
Hudal, Riimische Tagebücher, pág. 21.
Bohne, etcétera. , Kutschmann, el Maler, Krieg und Fried.en, pág.822.
82 s2 "Yo tomé
"...como ya muchas vebes, probó su en Roma la mano que Franz tendió desde Génova,'
eficacia ra soridaridad de (Maler, Krieg und FYieden, pág.323).
nuestra comunidad, que por entonces
estaba demasiado e3 Maler,
Krieg und FYieden, pág. 828. Un escándalo fue lo que
::fl,i;lT"^lT,:l1l*q"1..,:" g"] trazado de fronteras"o.r.ofJ"a,
a" po.s,"_
rra pudi eran quebranrarla,, (Rudel, provocó el cierre de este agujero por donde podían deslizarse. poco
D * ;k ; ; ;* íii", i"," iiii antes de la partida del barco, un centenar de alemanes que habían
754. " "t
Theil, Kamof embarcado con documentos de viaje italianos, había entonado la can-
. 265y siguientes; vonLang, Der
y 1y !?\to":pág.
-€3 ción de "Engelland" delante de los carabinieri que los miraban ató-
Adjutant, Cap. 11 L2;Kuby,U)rÁt auf"deutsch,pág. 506 y.iñi"r,-
nitos desde la orilla. Después de que se hizo evidente la salida ilegal
de una manera tan provocativa, las autoridades italianas dejaron de
20 y siguiente.
hacer un guiño cómplice a la no observancia de las disposiciones.
nien, pág. 46. ea Sehle,
Pcisse uom Papst?, pág. 12.
pág. 10. e5
Nota preliminar de la redacción de Weg a un artículo de Hudal
r, pág.295.
que seguía a continuación: "lJn saludo a través del mar,,, en Der Weg,
160 y siguientes recopila material
número uI (1949), pág.2. Ese artÍculo le valió una dura reprimenda
305 y siguientes, representa con del secretario del Estado Papal (Hudal, Rómische Tagebücher, pág.
que prestó Hudal para la fuga 296).
en e6
en Krieg und Frieden, pág. B2l y Rudel, Deutschland,-Argentinien, pág.200. Rudel evita la men-
timo de las cosas, da importante i ción del nombre de Hudal, pero la referencia es inequívoca.
sobre las actividades y s7
Hudal. El info J Sinovcic, L2 d,e marzo de 1990. Sinovcic, editor de una revista
stivo de r{,ee (persils- de exiliados croata en Buenos Aires, tiene en su poder una copia de
sche pcisse,19g1) redac
gaciones de archivos, u oto- este consentimiento argentino (Exp. N. 72518/1946,2T de noviembre
ira et stud.io, el conportamiento de'lá cum de 1946), como también de la lista de nombres de las personas inmi-
rra y echa luz sobreia a¡ruda a la fuga gradas con motivo de este cupo. En Relaciones, pág. 96, Senkman
ligiosas en Roma y más tarde d"s*Jntid.. il!: menciona también este "ingreso colectivo".
Concentrados en los cami- e8
,o..9" flSa de los antiguos nazis, Thomas y Sinovcic, que representaba a Caritas Croata ante la Dirección
Rena Giefer, sin una in_
vestigación crítica del materiar más de Migraciones argentina como "representante no oficial',, 12 de
conociáo hasta entonces, no su-
ministraron ninguna documentaciO.r, .o*o p.omete marzo de 1990.
su libro, sino una mezcoranza de
el subtÍtulo de ee
Janko, 10 de enero de 1g90; Sinovcic lo considera posible (12 de
documenta'cion perioaística cientÍ-
fico-popular en contenido y len marzo de 1990).
100
Barbie se basa en material libe Suposición de Sinovcic, 12 de ]rILarzo de 1990.
101
ticular documentos del servicio sec Stehle, Ptisse uotn Papst?, pág. 12.
102
son, Bumerang. En Flucht uor Nür Maler, Krieg und Frieden, pág.B2G.
103
ción casi siempre especulativa y mr Informe de La Vista, citado de: Giefer, Rattenlinie, pág. g5.
104
dad. En Pcisse uom papst?, en un informe Simpson, Bumerang, pág. 118 y siguientes. Se adjudica a las
con fundamentos y hechos
fbrtunas nazis confiscadas la procedencia del dinero.
178
179
 105 En los años 80, numerosas publicaciones describieron el caso
Barbie y, en conexión con esto, también se reconstruyó la línea de las
ratas del cIC por medio de la revisión de material de archivo descla-
sificado d, los servicios de inteligencia y autoridades norteamerica-
nas: Ryan, Klaus Barbie, 1983; Ryan, Quiet Neighbors,1984: eI au-
tor dirigió la Oficina de Investigaciones Especiales del Departamen-
to de Justicia de los Estados Unidos (Justice Departament's Office of
Special Investigations); Bower, Butcher of Lyons,1984; Linklater'
The Fourth Reich, 1984; Simpson, Bumerang, 1988. Este último to'
ma la extradición de Barbie a Francia concedida por Bolivia y la ma-
rea de publicaciones que le siguieron y que se ocuparon de su pasa-
do en el cIC, como soporte para un estudio detallado y preciso. El Mi-
nisterio de Justicia norteamericano, por su parte, había investigado
el caso y llegado a la conclusión de que los Estados Unidos habían
protegido y ayudado a Barbie a huir, que Barbie, sin embargo, sería
el "único nazi" que habrían ayudado de esa manera. El libro de
Simpson es una desmentida categórica de esta manifestación, basa'
da en una investigación minuciosa, enriquecida con numerosos ejem'
plos.
106
El concepto delíhea de las ratas quedó reservado al ámbito de
los servicios de inteligencia. Se debe descartar el intento de exten'
derlo a la totalidad de los movimientos de fuga y emigración (como
último ejemplo: Giefer, Rattenlinie,1991). La generalización le quita
su precisa claridad gráfica y echa un manto de niebla sobre las dife'
renciaciones necesarias.
107 «U'na ruta eficiente, bien consolidada, establecida con la apro'
bación oficial del cIC 430 del ejército de los Estados Unidos" (Bower¡
Butcher, pág. 175).
108 Bower, Butcher, pág. 175, con referencia a Milano.
1oe Ibíd., pág. 195 y siguiente.
110
Ryan, Quiet Neighbors, pág.. 306.
111
Simpson, Bumerang, pág.237.
112
Bower, Butcher, pág. 176.
113
Bower Butcher, pág. 232 y siguiente.
l1a Perón en: Luca de Tena, Yo, Juan D. Perón, pág. 86.
115
IbÍd.
116
Las personas interrogadas por el autor no quisieron ser
cionadas en relación con esto.
117
Sobre éste: "ss-Mann Fuldner arbeitete für Perón" (El
de las ss Fuldner trabajó para Perón), en: Argentinisches
edición internacional, 15 de febrero de 7992, pá9. 3. Según las
secretas libradas a la difusión pública en febrero de 1992 por el
180
sidente Menem, Fuldner tenía a su disposición recursos financieros
de la SecretarÍa de Aeronáutica y del Departamento de Informacio-
nes de la Presidencia.
118
Menge, 2 de enero de 1990.
11e
Maler, Krieg und Frieden, pá9. 323; también Wiedenhófer, 23
de marzo de 1990.
120
Menge, 2 de enero de 1990.
121
Sander, 2 de febrero de 1990. Hubo objeciones de los nortea-
mericanos contra la práctica argentina de otorgar visas sobre doc¿-
mentación deftciente y hasta se pensó en presentar una protesta ofi-
cial del gobierno (Dubois a Bramuglia, Hamburgo, 24 de junio de
1948, en: AG MREC, nrcr 173.591/1948).
122 Schulz, 14 de rr,atzo de 1990; también: Janko, 9 de enero de
1990.
123 Maler, Krieg und Frieden, pág. 325.
124 Klatovsky, "Südamerika heute", pág. 16; también Wiedenhó-
fer, 23 de rnarzo de 1990.
125 Luca
de Tbna, Yo, Juan D. Perón, pág. 86.
126 Perón
a Tomás Eloy Martínez (entrevista del 9 de septiembre
de 1970), en "Perón y los criminales de guerra nazis", pág. 9 del ori-
ginal en poder de Martínez.
127
Sander, 2 de febrero de 1990; Hack, carta del 8 de octubre de
1990. La comisión argentina de repatriación en Alemania, recibÍa a
diario solicitudes de técnicos alemanes para prestar servicios en la
Argentina (Dubois a Bramuglia, Hamburgo, 24 de junio de 1948, en:
A(; MREC, lCl, 173.591/\948).
128 Lotte Hüster (antes Lotte Kleiner), 8 de marzo de 1990.
12s
Lotte Hüster (antes Lotte Kleiner), 8 de marzo de 1990.
130
Luca de Tbna, Yo, Juan D. Perón,pág.87.
131
Sander, 2 de febrero de 1990.
1s2 Aquí y en lo que sigue: Eyting, 25 de junio de 1990.
133 E¡ing, 25 de junio de 1990, refiriéndose al cómplice en la fu-
ga, el croata Lavic.
134 Eyting, 25 de junio de 1990. Aparentemente se trataba del
rloctor Gerhard Bohne, él mismo emigrante a la Argentina en 1949.
Ilohne, más tarde llevado a juicio por su participación en el progra-
rna de eutanasia del gobierno del Reich, durante la toma de declara-
r:ión manifestó: "Por una casualidad entré en contacto con una orga-
nización dirigida por un sacerdote católico, que se ocupaba del trans-
¡xrrte ilegal a la Argentina de los más diversos expertos para el go-
lrierno de ese país. Y por cierto, yo mismo fui a ese país con el grupo
rlc ingenieros del constructor de aviones, profesor Tank" (Bohne, 7 de
181
octubre de 1959, citado de: KIee, Was sie taten, pág. 31). Mariscotti, Huemul, pág. 92 y siguientes.
151

135 Datos del pasaporte de la Cruz Roja de Eyting (Kohavic). von Oven/Vitz, "Ein Leben für die Luftfahrt", en Freie Presse,
152

136
E¡ing, 25 de junio de 1990; sobre Ivo Omrcanin, que poco des- 14 de octubre de 1954, pág.12.
pués viajó á los Estados Unidos, véase la entrevista con él en: Giefer, 153 Conradis, Forschen und Fliegen, pág. 328; Rudel, Deutsch'

Rattenlinie, pág. 106 y siguientes.
137 Sobre la salida de Rudel véase: Rudel, Deutschland-Argenti'
nien, pág.43 y siguientes.
138 Así emigraron a la Argentina veintinueve familias alemana§
de los Sudetes, con el objetivo de establecer una fábrica de vidrio en
Santa Fe (Reckziegel, 29 de noviembre de 1989).
13e Lóów Swedish policy, pág. 139.
140 «Menschenschmuggel über die Ostsee", en: Norddeutsche Zei.
tung, 4 de noviembre de 1948; FogeüKrüger, Flugtrute Nord, pág.37
y siguiente, y pássim.
141 Fogedrrl§'üger, Flugtrute Nord, pág. 73.
142 FogedrlGüger, Flugtrute Nord, pá9. 37 y siguiente.
143 Fogedrrlft'üger, Flugtrute Nord, pág. 89.
laa "Smuggling Germans overseas. The Danish escape route", en:
Wiener Library Bulletin, Londres, enero-marzo 1948, N'2l3,Yol. II,
pág. 10.
145 Foged/Iküge4 Flugtrute Nord, pág. 85 y siguiente.
land-Argentinien, pág. 123; Foged,rKrúger, Flugtrute Nord, pá9. 9'J..
154
Conradis, Forschen und Fliegen, pág. 328 y siguientes; M.W-
.,"Tanks wichtige Aktentasche", en Die Welt, Haimbtrgo, 10 de mar-
zo de 1951.
Foged./I(riger, Flugtrute Nord, pág. 84.
155
156
Schulz, 31 de enero de 1990.
157
Schulz (31 de enero de 1990) habla de Thalau como del núme-
ro L72 de la ruta Dinamarca.
158 Toepke cumplió
"pro forma" una pena de prisión de cinco me-
ses; todos los dÍas lo sacaban de su celda para llevarlo al Estado Ma-
yor danés, donde trabajaba en un plan de defensa para Bornholm
(Foged/Krüge4 Flugtrute Nord, pág. 92).
15e
FogeüKrige4 Flugtrute Nord, pág. 85 y siguiente y pág. 91.
160
Riéffolo Bessone al ministro de Relaciones Exteriores Bramu-
glia, telegrama, 2 de diciembre de 1947, en: AG MREC, Div. Pol., caja
14, Dinamarca, 8/7947.
161 Riéffolo Bessone al ministro de Relaciones Exteriores Bramu-

1a6
Schulz (14 de marzo de 1990) sospecha la elección personal de glia, telegrama, 2 de diciembre de L947, en: AG MREC, Div. Pol., caja
Perón o de Rudi Freude. 14, Dinamarca,8ll947.
147 Russo a Bramuglia, Estocolmo, 29 de mayo de 7947 estricta.
, Bramuglia a la Embajada, telegrama cifrado, Buenos Aires, 2
162

mente confidencial, en: AG MREC, Div. Pol., caja 14, Dinamarca, de diciembre de 7947; como también: Riéffolo Bessone a Bramuglia,
8/7947. . Copenhague, 11 de mayo de 1948 (carta adjunta a un envÍo de doce
7aB
La razón de por qué en los documentos oficiales se encuentra actas sobre solicitudes de empleo de técnicos alemanes, requeridas
una referencia a las salidas clandestinas a través de Dinamarca, al por el ministro de Obras Públicas, general Pistarini), ibÍd.
163 Dubois a Bramuglia, Hamburgo, 24 de junio de 1948, confi-
contrario de lo que sucede con los casos italiano y español, reside en
que Russo se enterá de estos hechos sin estar en el secreto, por con- dencial, en: AG MREC, MCr 773.59U1948.
siguiente se siente relegado como copartícipe y acude a la más alta 164
Adler 30 de noviembre de 1989; según FogedlKriget (Flugtru-
autoridad del servicio diplomático. te Nord, pág. tO2) llegó apoyo financiero de Ludwig Freude desde
14s «U'na política que puede llegar a comprometer seriamente la Buenos Aires. Grimme, más tarde un colaborador de Freie Presse de
posición internacional de la República", Russo a Bramuglia, Estocol. Buenos Aires, también permaneció un tiempo en la Argentina (von
mo, 29 de mayo de L947, estrictamente confidencial, en: AG MREo, Merck, "Vom Ewigen und Vergánglichen", en Freie Presse,5 de octu-
Div. Pol., caja t4, Dinamarca, 81L947. bre de 1952).
r50 Russo a Bramuglia, Estocolmo, 4 de noviembre de 7947, corr. 165
Schulz, 31 de enero de 1990.
fidencial, en: AG MREC, Div. Pol., caja 14, Dinamarca, 817947. El a* 166
Schulz, 14 de marzo de 1990.
chivo de la carta de Russo bajo el rubro "Dinamarca" indica que el 167
Schulz, 14 de marzo de 1990; FogeüKriiger, Flugtrute Nord,
ministro de Relaciones Exteriores puso en conocimiento de los repre. pág. 65.
168
sentantes diplomáticos en Dinamarca los informes estrictamente Schulz, 31 de enero de 1990.
16e
confidenciales del embajador en Suecia. Lóów Swedish Policy, pág. 14.

182 183
 187
170 Merkes, Deutsche Politik gegenüber dem Spanischen Bürger-
Schulz, 31 de enero de 1990.
h,rieg, pág.56; Jaennecke, Es lebe der Tod,, pág. 38.
171
Schulz, 74 de maruo de 1990; véase también el capítulo vIr b) 188
Sobre las violaciones al bloqueo, las exportaciones a, y las im-
de este estu-dio, "El Proyecto Nuclear Huemul".
t" *6.rfo, portaciones de la Argentina, véase: oMGUS, Ermittlungen gegen die
Christeri dirigerade passligan", en: Aftonblad'e,24 de
I.G. Farben,pág.727 y siguiente, 126 y siguiente,y 141 y siguientes.
noviembre de 7947. 18e
173 «'Passfabrikens' Rout/Bratzel, Shadow War, pág.416 y pássim.
stámplar kom frán kvinna pá OA, err: Expres- 1e0
Gonzáles de Oleaga, Alianza Franco-Perón, pág. 635.
sen,22 de noviembre de 1947. lel Bosquejo de La vida de Faupel, en: Merkes, Bürgerkrieg, pág.
{ord, pág. 65.
17a FogedlKrüger, Flugtrute
175 Schulz,31 de enero de 1990. 193 y siguientes.
1e2 Según
176 «Actividades Schultz desconocidas esta Legación", Russo a Kulistikov ("Planes estratégicos") que en su interpreta-
ción científico-popular se refiere sobre todo a una publicación sovié-
Bramuglia, telegrama, Estocolmo, 26 de noviembre de 1947, en: eo
tica de 1942. En él es recurrente el error de citar a Faupel como uon
MREC, Div. Pol., caja 14, Dinamarca,8lt947.
1?? Lóów Swedish Policy. Según este relato, las autoridades sue- Faupel.
1e3 Culaciati,
1'de diciembre de 1989, refiriéndose a Santander.
cas protegieron a colaboracionistas y probables criminales de guerra 1ea
Santander,Técnica, pág. 30 y siguiente; con referencia a San-
escapados sobre todo de Noruega y de los países del Báltico. Recibie-
tander, también: Culaciati, 1" de diciembre de 1989. En Destrucción,
ron asilo polÍtico y más adelante, en la mayorÍa de los casos, la ciu'
pág.267 y siguientes, de von der Becke, se pone enfáticamente en du-
dadanía sueca.
178 Schulz, 14 de marzo de 1990. da esta afirmación de los supuestos interlocutores de Faupel. El his-
17e W Lienhardt, 15, de diciembre de 1989; "Er rettete die Es- toriador Oliver C. Gliech, que investiga el papel dellberoamerihanis-
ches Institut /Berlin en el Tercer Reich, también desestima de mane-
tlandschweden", en: Deutscher Anzeiger, N" 37 , 72 de septiembre de
ra terminante la mencionada visita de Faupel a la Argentina (infor-
1980.
180 me al autor, 6 de abril de 1991).
W. Lienhardt, 15 de diciembre de 1989. 1e5 Gonzáles
de Oleaga, Alianza FYanco-Perón, pág, 629.
181 En los informes policiales se deja constancia precisa de las ac- 1s6
Gonzáles de Oleaga, Alianza Franco-Perón, pág. 680.
tividades del "consorcio nazi noruego-sueco-alemán" (FogedlKrüger, 1s7
Luca de Tbna, Yo, Juan D. Perón, Cap. x, "Por defender a Es-
Flugtrute Nord, pág. 64).
paña, Perón se enfrenta con las Naciones lJnidas".
182 W. Lienhardt, 15 de diciembre de 1989. 1e8
«Falkens stormseglats var ett inferno", en: Skd'nska Aftonbla'
183 Gonzáles de Oleaga, Alianza Franco-Perón, pág. 680 y siguien-
te.
det, 12 de enero de 1948.
184 rMit dem 'Falken' auf Wikingerfahrt", relato escrito por
1ee Citado de: Gonzáles de Oleaga, Alianza Franco-Perón, pág.
el
663.
mismo Ludwig Liefhardt sobre su intrépido cruce del Atlántico, en: 200
Spitzy, So entkamen wir den Alliierten, pág.74.
Der Weg,II (1948), 10. 201
Spitzy, So enthamen wir den Alliierten, pág. 89 y pássim.
185
'rvom Schlickrutscher zum Atomfrachter. Kapt. Lehmann-Wi' 202 Sobre
llenbrock kam nicht zum ersten Mal nach Argentinien", en: La Pla' esto en general: Eisenberg, Fascistes et nazis, Cap. vII:
"L'Espagrre, paradis des nazis en mpture de ban."
ta Ruf, Buenos Aires, julio de 1971. De diversas fuentes de diferente 203
grado de credibilidad se pueden compilar nombres, tipo de embarca' U'na de las empresas más espectaculares de esta clase fue la
huida del joven oficial de marina Hans Waehner, que junto con un
ción y algunas veces el nombre del guía de Ia expedición: Adelar (mo'
camarada, atravesó toda Francia atado debajo de un vagón de ferro-
tonave/ Schneider), Mi Casa (velero), Elsa, Till Eulenspiegel (torpe'
dero/van Neste), Falhen (velero escuela/Lienhardt), Ida II, Magellon
carril durante veinticuatro horas (Waehner, 23 de marzo de 1990).
204
(motovelerollehmann-Willenbrock), Nord (cúter de salvamento), Según Manning, Martin Bormann, pág. 198.
205
Olinda (Meybohm), Srygg (barco pesquero), Solbris (yate), Wand¿¿ Rasenack, 6 de enero de 1990.
206 Foged./I(rige4
rer. Flugtrute Nord., pág. 40 y siguiente y pág. 78.
207
186 FogedlKrüger, Flugtrute Nord, pág.81 y siguiente. La Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires al Minis-

184 185

237 Tal el caso de Rasenack (6 de enero de 1990), que a fines de
1948 superó la fortificación con alambrado de púas de la frontera a
Suiza y pudo quitarse de encima a la policÍa.
238 Luca úe Tena, Yo, Juan D. Perón,pág.87 (Fuente: entrevista
con Perón).
23s Tal el caso de Sander (2 de febrero de 1990), que dirigió su so-
licitud como investigador de sistemas y geógrafo a la legación argen-
tina en Roma. Poco tiempo después lo visitó en Innsbruck una mi-
sión argentina de Suiza, comprobó los datos y arregTó de inmediato
las formalidades del viaje. También el decano de la Facultad de
AgronomÍa de la Universidad de BerlÍn, el profesor doctor Kurt
Hück, fue contratado por tres años por la Universidad de T\rcumán
a través de la oficina de coordinación en Suiza.
2a0 Dubois al ministro de Relaciones Exteriores Bramuglia, 24 de
junio de 1948 (confidencial), en: AG MREC, MCr, 173.591/1948.
241
Ibíd.
242
Schmidt, 16 de noviembre de 1989.
243 Por ejemplo Dirk Meybohm, que con otros cuatro hombres cru-
zó el Atlántico en un barco de vela y que en Alemania entró en la Ma-
rina de Guerra, donde ascendió hasta capitán de navío. Después de
la guerra, con el velero Olinda y muchos fugitivos del Este a bordo,
consiguió hacer el viaje inverso a Buenos Aires a través del Atlánti-
co (Appel, 8 de enero de 1990; Schmidt, 16 de noviembre de 1989;
Schulz, 31 de enero de 1990).
244
Fochler-Hauke, "Welche Chancen bietet Argentinien", en:
Realpolitih (edición diurna), 1'de octubre de 1949, páC.3.
245 Decreto reglamentario 34.997 del 8 de noviembre de L947, at
tículo 1.
246 Dubois informó que los argentinos menores de dieciocho años
llamaba "hermgnitos"- indagados hasta la fecha en Alemania
-los
ascendÍan a 146 personas (Dubois a Bramuglia, Hamburgo, 26 de
mayo de 1948, en: AG MREC, MC't, 174.755 (1948).
2a7 Agregado comercial argentino en Bruselas a Bramuglia, Bru-
selas, 13 de septiembre de 1946, en: AG MREC, MCr, 361/1946.
248 Dubois a Bramuglia, Hamburgo, 24 de junio de 1948 (confi-
dencial), en: AG MREC, MCr, 173.591 (1948), pá9. 1.
2ae Schmidt, 16 de noviembre de 1989.
250 Dubois a Bramuglia, Hamburgo, 24 de junio de 1948 (confi-
dencial), en: AG MREC, MCr, 173.591 (1948), páC.2.
251
AsÍ fue como el senador Demetrio Figueras elevó un pedido de
repatriación [¡sic!] del antiguo miembro de la tripulación del Graf
Spee, Gerardo [Gerhard] Block, en: AG MREC, MCT, 173.681 (1948), sin
número de página.
188
252 PoÍ ejemplo Waldemar Tille, que solicitó el regreso a la Argen-
tina en el Consulado General en Génova; en: AG MREC, MCT, DcA
418217947, sin número de página.
253
Rasenack, 6 de enero de 1990.
25a La base legal de la repatriación fueron laley 72.828 del 30 de
junio de 1948, que puso dos millones de pesos a disposición "para la
repatriación de argentinos sin recursos", y las correspondientes dis-
posiciones para su ejecución en el "decreto reglamentario" 34.997 del
8 de noviembre de 1947.
255 Con bastante regularidad se derivaban a Hamburgo barcos
del servicio regular Génova-Buenos Aires que prestaba la compañía
Dodero.
256Zimmermann, 8 de noviembre de 1989 y von Freeden, 20 de
noviembre de 1989, cuyos padres se habÍan hecho cargo de la tarea
para BerlÍn-Spandau y para Bremen, respectivamente. Schmidt se
encargaba de reunir a argentinos y germano-argentinos en el sector
norteamericano de Berlín. El ministro plenipotenciario argentino
Hurwitz también visitó varias veces la ciudad de los cuatro sectores.
257
Schmidt, 16 de noviembre de 1989; Waehner, 23 de marzo de
1990.
258
Waehner, 23 de marzo de 1990; Zimmermann, 15 de febrero de
1990; Schmidt, 16 de noviembre de 1989; von Freeden, 20 de noviem-
bre de 1989.
25e Zimmermann, 8 de febrero de 1990.
260
Klatovsky, Südameriha heute, pág.7.
261
Klatovsky, Südameriha heute, pág.22.
262 Waehner, 23 de marzo de 1990; Zimmermann, 30 de noviem-
bre de 1989.
263
Schmidt-Liermann, 15 de enero de 1990.
2ua W.P., Die Zeit, Hamburgo, 17 de febrero de 1947 .
265 Dirección de Migraciones, "Informe estadístico del año 1947"
(= Memoria 1947), pág. 67.
266 Dirección de Migraciones, "Informe estadístico del año 1948"
(= Memoria 1948), pág. 61. Se trata del segundo grupo, en cantidad,
de argentinos que en ese año viajaron a su patria desde un puerto
europeo. Sólo Génova estaba por encima con 1551 argentinos.
267 Dubois a Bramuglia, 19 de abril de 1948, en: AG MREC, MCr,
774.184/t948.
268
Ly «Für Massenauswanderung fehlen Tlansportmittel. Deuts-
che óberseeauswanderung seit 1945", en: Tagesposl, 9 de julio de
1947;también: dpd, N" 218, 7 de abril de 1949.
189
 26s
von Freeden, 20 de noviembre de 1989, pero habría sido el se-
gundo viaje del Córd,oba; otro parecer: Schmidt, 16 de noviembre de
1989.
270
AG MRilc, "Repatriados", 173.983 (1948); también: Waehner, 23
de marzo de 1990.
271
Zimmermann (15 de febrero de 1990), datos según el sello de
salida de las autoridades militares británicas y del sello de entrada
de la Dirección de Migraciones, en cada caso con base en el certifica-
do de repatriación para Zimmermann.
272
Dubois a Bramuglia , 26 de mayo de 1948, en: AG MREC, 17
(1948).
273
Schmidt, 16 de noviembre de 1989.
274 Tauber, Beyond Eagle and Swastiha, pá9.240 y 1108, nota
151; en cada caso la fuente es el Ne¿u York Tirnes.
275
Newton, Fourth Reich, pág. 98 y siguiente. El autor investiga
las fuentes de procedencia de los relatos sobre nazis que se dieron a
la fuga con fabulosas fortunas y llega a la conclusión de que una pro-
paganda de los medios británicos, montada sobre una idea de Sefton
Delmer, se convirtió en el disparador de esos relatos. Durante la gue-
rra se persiguió el objetivó de convencer a los soldados alemanes pa-
ra que desertaran de su Führer.
276
Tauber, Beyond Eagle and Swastika, pág.24O.
277
Stóss, Deutsche Gemeinschaft, pág. 77. También: Tauber, Be-
yond Eagle and Swastiha.
278
Stevenson, Bormann Brotherhood, pág. 151 y siguientes.
27e
Stevenson, Borma4n Brotherhood, pág. 155.
(t25)
280
Stevenson, Bormann Brotherhood, pág. 131. La Deutsche Ge-
meinschaft existÍa en realidad y habÍa sido fundada como Partido del
Nuevo Nacionalismocn 1949/50 por August Haussleiter, vicepresi-
dente del Partido csu (Unión Social Cristiana). Después de la prohi-
bición del sRp, la Deutsche Gemeinschaft se esforzó por convertirse
en fuente de recepción para antiguos electores del snp. El Partido lle-
gó al parlamento del Estado de Baviera, pero pronto perdió impor-
tancia. En 1979/80 se integró al recién fundado partido Die Grünen
(Stóss, Deutsche Gemeinschaft, 1980).
281
Stevenson, Borrnann Brotherhood, pág. 17 4. Kaineradenwerk
serÍa "otro nombre para la hermandad". Sobre el Kameradenwerk
véase el capÍtulo vI e) de este libro.
282
Stevenson, Bormann Brotherhood, pág. t46 y siguientes.
283 Manning,
Martin Bormann, pág.235 y 29l.Blpresidente ale-
m¿ín Schell y su esposa se habrÍan encontrado en 1971 con Bormann
190
en Bolivia y, así lo insinúa Manning, habrían aceptado como hijo
adoptivo al hijo de Bormann.
284 Bar-Zo}raq
Auengers, pág. 108 y sigu.iente.
285
Volberg, Auslandsd.eutschtum, pág. 144.
286 Sobre el seudónimo: Sereny, Am Abgrund,pág.322.
287 Así por
ejemplo, la historia de la vida y las decisiones impor-
tantes de Hitler en causalidades sencillas se describen desde la pers-
pectiva de su supuesta homosexualidad.
288
Brockdorff, Flucht uor Nürnberg, pág.2Ol.
28e Giefer
4.755 Rattenlinie, pág. 27 y siguientes.
2eo Giefer, Rattenlinie,5,27 ff.
2e1
Linklater, Fourth Reich, pág. 137 y siguientes.
2e2
Wiesenthal, Mórder, pág. 702 y siguientes.
2e3
Wiesenthal, Recht, nicht Rache, pág.78 y siguientes.
2e4 Por
ejemplo Tüvia Friedman, The Hunter, pág. 253. E¡ Recht,
nicht Rache, pág. 133, Wiesenthal describe su intento de "colocar
otra mina" durante la discusión con Forsyth sobre los diferentes ca-
pÍtulos de la novela y hace alusión a escenas faltas de veracidad pa-
ra desacreditar entre sus camaradas en Sudamérica a un hombre
que él buscaba; en otro lugar, sobre la inserción premeditada de afir-
maciones ficticias: "...me da lo mismo, si gracias a eso atrapamos al
hombre" (pág. 132).
2e5 Wiesenthal,
Recht, nicht Rache, pág. L37.
2eG Deutsches Allgerneines
Sonntagsblatt, L7 de noviembre de
1989, pág. 30. Según Farago (Scheintot, pá9. 62), Wiesenthal llevó
dieciséis mil criminales de guerra de sus listas privadas. Sólo dos,
sin embargo, directamente relacionados con el caso.
2e7 Jaege4 Reappearance of the
Swastiha, 1960.
2e8 Tauber, Beyond
Eagle and Swastika,1967.
2es Smoydzin,
"Hitler lebt", pág. 44 y siguiente. En apariencia, el
organismo de Protección de la Constitución de Alemania Federal no
tiene absolutamente nada sobre oDESSA. Smoydzin, con cautela:
"Hoy ya no se podrá aclarar más con absoluta certeza si este grupo
existió en realidad. Faltan testimonios inequívocos. (...) De todos
modos, es seguro que no existe más desde hace muchos años (pág.
46)." Debe ser desestimada la sospecha expresada por Ernst Klee en
contra de esta manifestación (Wos sie taten, pág. 230), en el sentido
de que el Organismo de Protección de la Constitución habúa ignora-
do ex profeso a este grupo. Está comprobado que este servicio secre-
to ha seguido de cerca y observado las conexiones del caso (por ejem-
plo: Organismo Federal para la Protección de la Constitución aI Mi-
nisterio de Relaciones Exteriores, 10 de julio de 1954, en: re ee, Abt.
191
3, Bd. 73, 81.71J2). Una correspondencia del autor de este estudio con
el Organismo Federal para la Protección de la Constitución revela V
que existe material al respecto, pero que sobre la base de la Ley Fe-
deral de Arclrivos no se autoriza su examen porque "conforme al Art.
5 inciso 3 en conexión con el Art. 2 inciso 2 de la Ley de Archivos, los
Los nUTGRANTES
documentos de carácter secreto podrán ser utilizados abiertamente
sólo después de ochenta años [¡sic!] de su aparición" (carta del 29 de
septiembre de 1989). Queda pendiente, con urgencia,unFreedom of
Informatioru Act alemán.
3oo zs' I 110 AR 1086/69.
301
Smoydzin, Hitler lebt, pág. 47.
302 «Eichmanns Sohn in Deutschland", entrevista enl. Quich, aito

19 (1966), N' 1, pág. 20-28; Quich, año 19, N'2, pág. t6-22; Quick,
año 19, N'3, pág. 42-45. a) Datos demográficos
303
Smoydzin, Hitler lebt, pág. 77.
En ocasiones, el número de inmigrantes alemanes de pos-
guerra en Ia Argentina está sujeto a especulaciones absur-
das. Según estimaciones de los Aliados, de los setenta mil
criminales de guerra, sólo en Sudamérica se habrían refu-
giado cincuenta mil.l El cazador de Bormann, Ladislas Fa-
rago, sospecha que sólo hacia la Argentina habrían huido
entre cuarenta y cincuenta mil alemanes sospechados de
crímenes de guerra.2IJna comunicación del Verein für das
Deutschtum im Ausland, vDA, (Círculo para Alemanes en
el Extranjero), llega incluso a informar sobre un número
total de trescientos mil alemanes que habrían emigrado a
Sudamérica en el período comprendido entre L946 y 1951.3
En 1950, e(Ministerio de Relaciones Exteriores en proceso
de organización en Bonn, cifra en cinco mil a diez mil per-
sonas el número de inmigrantes alemanes de posguerra en
la Argentina.a En cambio las informaciones basadas en da-
tos oficiales de las autoridades migratorias argentinas pa-
ra el período de 1945 a 1950, hablan de la llegada al país
de sólo cinco mil ochocientos sesenta y un alemanes en
comparación con un total de trescientos sesenta y cuatro
mil inmigrantes.s
La discrepancia en la cuantía de los datos refleja el gra-
do de desconocimiento y de especulaciones sin fundamento
que, en general, acompañan a las afirmaciones sobre la in-
migración de posguerra de los alemanes en la Argentina.

t92 193
Dado que las cifras oficiales de las autoridades migratorias Personas nacidas en Alemania
argentinas parecían demasiado bajas, no se les dio ningún
crédito. Pero si, strictu sensu., estos datos son en realidad Año Entrada Salida Saldo
correctos, lon por completo insuficientes desde el punto de 7945 2.9t3 2.379 534
vista cuantitativo aI referirse a los inmigrantes alemanes. 1946 1.418 7.266 t52
Esta aparente paradoja tiene su razón de ser en la diferen- 7947 2.924 2.776 748
te interpretación de origen y nacionalidad en Alemania y 1948 6.619 3.035 3.584
en la Argentina. De acuerdq con el derecho y Ia interpreta- 7949 8.563 5.902 2.66t
ción alemana, es alemán quien es de ascendencia alemana, 1950 10.052 6.815 3.237
con independencia del lugar de nacimiento. Pero justamen- 1951 7.955 5.680 2.275
te el Iugar de nacimiento es decisorio para eI derecho y la 7952 6.349 5.632 7L7
interpretación argentina y determina el empadronamiento 1953 5.938 5.334 604
nacional de cada recién llegado en el puerto de Buenos Ai- 1954 6.504 6.r72 332
res. Por esa raz6n, no hay apátridas según la interpreta- 1955 7.092 7.OO7 85
ción alemana.
Los miembros de grupos étnicos alemanes expulsados Total: 66.327 51.398 t4.929
del este de Europa o de los Balcanes fueron registrados con
la nacionalidad de su país natal. Un inmigrante nacido en, Para el período comprendido entre 1940 y 1946, Ia esta-
Klausenburg, Rumania, fue censado automáticamente col dística argentina no registra ningún austriaco, porque
mo rumano; uno originario de Fünfkirchen, era húngaro¡ Austria no existe como entidad política independiente y
uno de Laibach, yugoslavo;un nativo de Engels en Ia ex re-, hasta 1945 era parte del Tbrcer Reich. Sólo a partir de
pública del Volga, entraba como ciudadano soviético. Preci-, 1947 se tendrá otravez en cuenta a la república alpina.
samente por las cifras elevadas de los inmigrantes de as-'
cendencia alemana del este de Europa, Ia estadística ofi-
cial sobre la inmigración alemana de posguerra es tan dis- Personas nacidas en Austria:
torsionada que es inutilizable para el presente estudio. Por
esa raz6n, sóIo es posible hacer estimaciones y proyeccio. Año Entrada Salida Saldo
nes sobre el empádronamiento de alemanes y ciudadanoe 7947 294 273 81
de ascendencia alemana recién llegados. Para poder con- 1948 2.454 1.189 7.265
frontar las cifras oficiales y las supuestas, que comprendan 7949 2.220 7.204 1.016
la afluencia real de alemanes recién llegados, es imprescin- 1950 2.197 L.422 775
dible analizarlas listas de las autoridades migratorias so. 1951 1.812 1..267 545
bre entrada y salida de extranjeros. En una sinopsis en for-; 7952 1.556 1.105 457
ma de tabla se obtiene eI siguiente cuadro.6 1953 982 938 44
1954 1.L27 7.064 63
1955 7.253 1.308 -55

Tbtal: 13.895 9.710 4.185

t94 195
 Si se suman las cifras de saldo que cubren el período
desde 1945 a 1955 sobre Ia emigración hacia Ia Argentina
desde Alemania, Austria y la ciudad libre de Danzig, que en
las estadísticas argentinas de los años de posguerra figura
como entidad política independiente, se obtiene un rema-
nente de inmigrantes (entradas menos salidas) de 19.131
personas.
Para Ia evaluación de los datos estadísticos de las auto-
ridades migratorias se debe tener en cuenta que muchos
alemanes y austriacos, en su mayoría de origen judío, que
habían pasado Ios años de guerra en Ia salvadora Argenti-
na, abandonaron el país después del final de la Segunda
Guerra Mundial. Sin embargo, estas salidas incluidas en
la estadística no están registradas como entradas para el
período 1945-1955 del informe. Por eso, Ia cifra de saldo no
áiferenciada es engañosa: es decir que, en vista de Ia cifra
elevada de salida de l.os inmigrantes de preguerra,la inmi-
de posguerra es claramente superior'
a neta del saldo, Io que da como resul'
n Ia composición de la comunidad ale:
mana en el Río de Ia Plata.
Si se toman en cuenta estas ponderaciones -estima'
das-, se es que entraron con do-
cumentos lsa, Y se suma la canti'
dad consi las etnias alemanas del
este de Europa que, como se ha explicado, no están inclui'
dos en Ia estadísüica argentina, ásí como también la de Ioe
tan poca importancia.T Si se incluyen algunos datos oficia'
les, la tendencia apunta hacia la cifra más alta. En el año
1948, en el que según la estadística Ia inmigración
na estaba en el cenit, Ias autoridades registraron como
migrados a 6.619 alemanes, 2.454 austríacos y 15 ciud
nos de Danzíg. En cambio la encuesta que se reaLizó en
barcos de ultramar según la lengua materna de los p
196
ros, arrojó un total de 14.448 sóIo para los germanohablan.
tes.8
La determinación cuantitativa de Ias mtas de inmigra-
ción se presenta como mucho más difícil que la reconstruc-
ción de Ia inmigración. Faltan o son apenas aprovechables
los datos oficiales y las informaciones de testigos de la épo-
ca son, por regla general, suposiciones sin pruebas, de ma_
nera que toda manifestación al respecto debe permanecer
como una estimación con elevado margen de error.
La mayor parte de los inmigrantes de origen alemán lle-
gó a Buenos Aires vía Italia y, con mucha probabilidad, es-
ta cifra trepa a unas treinta mil personas. Los germano-ar-
gentinos repatriados en su mayoría a través de Hamburgo,
que pudieron ser calculados con mayor precisión en unos
tres mil, junto con sus familiares representan el segundo
contingente en importancia numérica, seguidos muy de
cerca por el grupo de los que llegaron desde España y Es-
candinavia. El número de los que llegaron por avión desde
Suiza es de poca importancia.
Sólo se puede hacer un bosquejo vago de la distribución
demográfica en la Argentina de los recién llegados. por re-
gla general, los germano-argentinos repatriados pudieron
referirse a los lazos de familia y por el momento buscaron
la cercanía espacial de los parientes. Los marinos del Ad-
miral Graf Spee que regresaron en un número aproximado
a los quinientos, en su mayoría volvieron al lugar de su an-
terior internación, donde se habían granjeado el reconoci-
miento de la población y ganado amigos. Los alemanes del
este de Europa y los expulsados buscaron a menudo la co-
nexión con asociaciones de compatriotas, que tampoco les
negaron una mano de ayuda. En parte se convirtieron en
asentamientos dispersos de colectividades. Algunos grupos
también se establecieron juntos por un cierto tiempo pára
una misión estable de trabajo.
El gran número de los que no dominaban el idioma del
país ni tenían una idea siquiera aproximada de la Argenti-
na buscó, ante todo, el contacto con los centros de colonias
germano-argentinas, que con eso experimentaron una
gran afluencia de recién llegados. Así pasó en la provincia
t97
de Córdoba en las localidades La Falda, Villa General BeI'
grano y La Cumbrecita; en el norte de la Patagonia en Ba-
riloche y EI Bolsón; y en Ia colonias alemanas de Misiones,
Eldorado,{\{ontecarlo y Oberá. En algunos lugares se mul-
tiplicó la población de origen alemán.e
AI mismo tiempo se dio preferencia a los centros urba'
nos. EI punto de mayor concentración de la inmigración
alemana de posguerra fue. Buenos Aires. Una formación
profesional y Ia disposición al trabajo eran un capital que,
colocado en las ciudades, arrojaría beneficios mucho antes.
En contraposición a las anteriores oleadas inmigratorias, el
agricultor pionero "en el campo" era la excepción'
b) Militares
El desglose por edpdes de los recién llegados y el consi-
derable excedente de hombres entre ellos, muestra con cla-
ridad que la mayor parte de los inmigrantes de habla ale'
mana en la Argentina habían tomado parte en Ia Segunda
Guerra Mundial como soldados. Más allá de eso, estaban
también los no combatientes técnicos, perso-
-científicos,
profundamente
nal de retaguardia,.mujeres- marcados
por la experiencia de la guerra, cuando llegaron a un país
que no había disputado ningún conflicto armado desde tres
generaciones atrás. Muchos sintieron Io mismo que el ge-
neral de los aviaüores de caza, AaoU Galland:
"En todo eI mundo se mantenían todavía en pie las
barreras del odio contra todo lo alemán. Aquí, en eI
seno de las fuerzas armadas argentinas, no hemos
encontrado ninguna prevención en contra de noso-
tros. En su opinión, podemos haber perdido la gue-
rra, sí, pero no nuestro honor."lo
En eI nuevo entorno, eI sello que les dejó la vida militar
redundó casi siempre en beneficio de los recién llegados, ya
que Ia disciplina, la aplicación aI trabajo, la capacidad de
198
resistencia, también la dureza, eran una dote que primero
les aseguraba la supervivencia en un ambiente extraño y
después constituía la base de un ascenso económico.
Los antiguos portadores del uniforme de las ss estaban
representados en proporciones mucho mayores. Los moti-
vos que los habían impulsado al camino de la emigración
eran casi siempre los mismos que habían llevado a dar ese
paso también a sus camaradas de las fuerzas armadas,
aunque en ellos se manifestaban con mayor rigor: la tota-
lidad de las ss había sido declarada sumariamente por las
potencias vencedoras como "organización criminal". Este
veredicto fue también un medio de presión para que los
hombres de las ss se alistaran en la Legión Extranjera
francesa, paso que aceptaron con desesperado fatalismo
muchos soldados jóvenes que querían salvarse de caer pri-
sioneros de guerra. Aparte de eso, a mediano plazo los
miembros de las ss debían contar con que, además de las
sanciones jurídicas se dictaran restricciones profesionales
en contra de ellos. La inseguridad jurídica en la etapa del
prejuzgamiento obligó a muchos, por miedo a la persecu-
ción, a ponerse a salvo: adoptaron una nueva identidad, se
escondieron o emigraron por un tiempo. Sus destinos en
Europa eran España, Suecia e Irlanda, en ultramar Boli-
via, Chile y sobre todo la Argentina. El general germanófi-
lo que estaba ala cabeza del Estado parecía ofrecerles una
garantía de seguridad.
Un motivo adicional para la considerable superioridad
numérica de miembros de las SS era Ia nutrida inmigración
de alemanes de los Balcanes. En Yugoslavia, casi todos Ios
miembros de esos grupos étnicos útiles para el servicio mi-
litar habían sido reclutados para Ia división de cazadores
de montaña de las ss Prinz Eugen, mientras que oficial-
mente se sostenía la tesis de que era un alistamiento vo-
luntario. En Hungría y en Rumania, los alemanes tenían
la opción de servir en las fuerzas armadas de su país o en
la mencionada división del arma de las ss.ll
Después de Ia Segunda Guerra Mundial, estos recluta-
dos por lafiterza fueron despojados de los derechos de ciu-
dadanía en sus respectivos países de origen. Además, los
199
Aliados habían derogado una disposición del Reich que
concedía Ia ciudadanía alemana a los miembros de la di-
visión de cazadores de montaña de las ss. Estos hombres
llegaron e'htonces como apátridas a los buques de ultramar
y entraron en la Argentina con Ia nacionalidad de su país
natal.
Los antiguos soldados, que habían Ilegado con Ia espe-
rarLza de ser reutilizados ppr las fuerzas armadas argenti-
nas, sufrieron una decepción. Sólo en pequeña escala las
fuerzas armadas argentinas tomaron personal militar ex-
perimentado en campos críticos. Esto afectaba en particu-
iar a la aviación militar, creada poco antes como fuerza in-
dependiente y en la que faltaban pilotos de prueba, perso-
,ul d" adiestramiento y personal de tierra, como también
pilotos.
Por estos motivos, la fuetza aétea argentina llevó ade-
lante una política propia de contratación para eI campo de
personal, de la invesligación y de la fabricación, y para es'
lo estableció una misión en Europa bajo Ia conducción del
germano-argentino Horst Carlos Fuldner.l2 A fines de la
década del 40 ya había un exceso de pilotos alemanes -se
habla de cincuenta personas-, que después fueron deriva'
dos a proyectos civiles por los organismos estatales,
ejemplá para combalir a las langostas desde el aire'l3
Varios oficiales de alto rango de Ia Luftwaffe habí
conseguido contratos como asesores, como eI inspector
Ios pilotos de cúa, teniente geireral Adolf Galland; c<
también el coronel Hans Ulrich Rudel, que consiguió
puesto en las fábricas militares en Córdoba. También cr
asesores, pero'en eI campo de la medicina aétea, fueron
mados a Buenos Aires eI prestigioso médico de la Lu
fe, profesor von Dieringshofen y el doctor Harald
Beckh.la En total, según una estimación contem
habrían trabajado para Ia Argentina unos setenta ex
ciales de aviación.15 Por supuesto, la ocupación de
nes para Ia fuerza aétea no sólo encontró defensores, si
que también fue motivo de duras críticas e imputacion'
Después del derrocamiento de Perón, surgieron ru
200
de que miembros de la antigua aviación alemana habrlan
tomado parte en un ataque aéreo a la Marina de guerra
golpista, como informó preocupada la Embajada alemana a
Bonn.16
Mientras la tr'uerza Aérea cuidaba de mantener una cla-
ra división entre los miembros argentinos de Ia fuerza y eI
cuerpo de asesores y personal auxiliar extranjeros, Ia Ma-
rina de guerra, con su tradicional alineación anglófila, no
tomó en sus filas a ningún asesor o militar alemán, mien-
tras que la marina mercante empleaba en sus servicios a
oficiales alemanes con uniforme argentino. La Prefectura
General Marítima, que era responsable de la admisión de
oficiales extranjeros en los barcos argentinos, después de
la guerra estaba bajo la dirección del contraalmirante de
origen alemán Eduardo Aumann, y Walter von Rentzell,
como interventor estatal, dirigía la administración de
aduanas desde 1947. Los dos oficiales se interesaron por
los marinos alemanes y con ellos llenaron los huecos en Ia
marina civil argentina.lT Después de Lg45, el gobierno de
Perón había comprado un stock considerable de material
bélico de los Estados Unidos. El aumento desordenado de
la flota llevó tras sí una escasez en oficiales y tripulantes.
Por consiguiente, los oficiales alemanes no desplazaron a
ningún marino local y pudieron ser aceptados e integrados
sin reparos por sus camaradas argentinos, con la limita-
ción sin embargo, de que para ocupar el puesto de primer
oficial o incluso de capitán, debían obtener la matrícula
nacional. En total, unos veinte antiguos ingenieros y ofi-
ciales de la Marina de guerra alemana prestaron servicio
en la Argentina en los barcos de Ia flota mercante del Es-
tado, entre ellos el ex comandante del submarino U-?ZZ,
Heinz Schaeffer.rs
La actitud de los militares argentinos frente a sus ca-
maradas alemanes fue francamente positiva. Schaeffer re-
calcó en aquel entonces "que aun en la hora del triunfo, que
priva a otros de toda reflexión sensata, en la Argentina si-
guió influyendo el caballeresco espíritu sanmartiniano e
impidió que se levantara una montaña de odio entre los
dos pueblos."le
20t

También los antiguos miembros de la tripulación del
acorazado Admiral Graf Spee, cuyos restos se alzaron aún
Graf Spee, unos quinientos hombres, se encontraba otra
vez en el Río de la Plata.2o
Aun cuando Ia dirección general de las fábricas milita-
res llevaba adelante su propia política de contratación a
través de la misión de Gualterio Ahrens, que más tarde fue
embajador en Bonn, ya con
to argentino se benefició d
riencia bélica alemana en
triar a germano-argentinos que todavía no hubieran cum-
conducción moderna de Ia guerra.22 Aunque con frecuencia
se afirmó lo contrario,23 los asesoTes militares alemanes en
el ejército argentiiro eran Ia excepción.2a
c) Expulsados
Desde fines de 1944, a medida que el Ejército Rojo
avanzaba sobre territorios del Reich, a su paso se puso en
práctica una política demográfica que había sido aprobada
Ln conjunto por los Aliados en las conferencias de Teherán
y Yalta y que tuvo como consecuencia expulsiones y reasen-
tamientos en masa, en una dimensión hasta entonces des-
202
conocida. Millones de alemanes que vivían aI este del río
Oder y en la región lusaciana del Neisse, fueron expulsa-
dos hacia Occidente. Millones de ellos murieron en las ca-
ravanas. Los asentamientos alemanes dispersos en el este
y el sudeste de Europa fueron diezmados o desaparecieron
por completo, como las seiscientas mil almas con que con-
taban los grupos de etnias alemanas en Yugoslavia. Debía
eliminarse para siempre Ia influencia alemana en esa re-
gión. El puente de las minorías alemanas quedó destruido.
El gigantesco torrente de los refugiados y expulsados se
derramó en eI tronco ocupado de Alemania, agravó aIIí las
penurias e }lizo palpable la indigencia. Los alemanes del
Este y los uolksdeutsche se encontraban en una situación
desesperante y la idea de la emigración dominaba por to-
das partes. Se desarrolló un verdadero explosivo social. La
situación de Europa Central también era tan extrema, que
alentaba más a escapar que a quedarse en la tierra natal.
En vista de la escasez de vivienda, trabajo y alimentos,
fueron millones los que acariciaron Ia idea de emigrar.2s
Alemania estaba llena de desarraigados, expulsados, dis-
placed persons, viudas y huérfanos y el futuro no se pre-
sentaba precisamente rosado frente al desmantelamiento,
las exigencias de reparación, el plan Morgenthau y el mie-
do a la guerra.
Sin embargo, Ia prohibición general de emigración que
los Aliados habían impuesto sobre Alemania, destruyó una
vez más la ilusión comprensible de querer aventurarse,
después de Ia pérdida de todos los valores materiales, a
emprender un nuevo comienzo en territorios remotos, Io
más lejos posible de Ia Europa devastada. Ahora, quien
quisiera emigrar debía hacerlo por vías ilegales. Miles de
ellos aceptaron correr el riesgo.
Los alemanes expulsados de las fronteras y desplazados
del centro, este y sudeste de Europa se aprovecharon del
hecho de haber nacido en el extranjero. Durante la huida
ante el Ejército Rojo se incorporaron como ciudadanos no
alemanes aI contingente de la uNnne paÍa personas despla-
zadas o llegaron por su propia cuenta, pero no sin dificul-
tades, a los barcos oceánicos.
203
 Para mejorar las condiciones vejatorias de Ia emigra-
ción y para impedir una disgregación de familias y comu-
nidades rurales, personalidades de las etnias alemanas del
este de Eurppa entablaron negociaciones con organismos
aliados sobre ese problema. De esos contactos nacieron al-
gunos proyectos que debían mitigar las penurias de los ex-
pulsados. A los suevos del Danubio, que se habían dirigido
en busca de ayuda al político francés Robert Schuman, se
les concedió el asentamiento de varios miles de banatos en
un pueblo abandonado de Francia.26 Además de esta Ope-
ración Francia, también la llamada Operación Australia
brindó la posibilidad de un nuevo comienzo a una cantidad
de suevos del Danubio.27
Para Ia Argentina existían planes parecidos. EI objetivo
era llevar a comunidades rurales enteras aI Río de la PIa-
ta y allí, en coordinación con el gobierno y las autoridades
locales, volver a establecerlos en colonias cerradas en los
pueblos. EI fundador del Deutsche Partei (Partido A]emán)
y presidente de su bloque en el parlamento yugoslavo de
preguerra, eI doctor Stephan Kraft, una personalidad muy
respetada de los suevos del Danubio, en 1947148 negoció en
este sentido con el presidente argentino Perón. Y también
el ex cónsul austríaco en Buenos Aires, Ricardo Staudt, in-
tercedió a favor del proyecto de una inmigración en masa
de pueblos alemanes désplazados. El modelo ideal eran las
colonias de los alemanes del Volga, que se habían estable-
cido en las provincias del norte argentino.
Sin embargo, Iog suevos del Danubio no vieron colma-
das sus esperanzas. El Departamento de Estado norteame-
ricano denegó todo apoyo a la idea y a continuación tam-
bién lo hizo Ia IRo, Organización Internacional para Refu-
giados.28 Estos impedimentos, por el contrario, no repre-
sentaron ningún problema agravante. Para profunda de-
cepción de los suevos del Danubio, el mismo Perón rechazó
la propuesta sobre Ia creación de colonias cerradas. Es evi-
dente que temía dificultades de asimilación en estos gru-
pos étnicos, aferrados con obstinación a su identidad ale-
mana durante siglos. Fue así como consintió en admitir só-
lo la inmigración individual.2e Un destino similar corrió
204
también Ia iniciativa de Karl Brandt, de Passau, de esta-
blecer trescientas familias de Prusia Oriental en la provin-
cia de Neuquén.30 Después del fracaso de las negociaciones
con la Argentina, eI suevo del Danubio Kraft y su sucesor
Michael Moor, trasladaron su interés aI Brasil. IJna orga-
nízación caritativa, la Schweizer Europahilfe (Ayuda Sui-
za a Europa), que estaba vinculada con Caritas y el Sch-
weizerisches Arbeiterhilfswerk (Obra Suiza de Asistencia
Laboral), respaldó la Operación Brasil y se hizo cargo de
los gastos de la travesía. EI gobierno de Brasil otorgó de in-
mediato dos mil quinientas visas de entrada a Iós suevos
del Danubio y dio su consentimiento a la admisión de cien
lmil uolksdeutsche en total.31 Aun cuando esto último no se
pudo llevar a la práctica, en la región de Entre Ríos, en eI
estado de Paraná del sur de Brasil, se formaron cinco pue-
blos de suevos del Danubio (Cachoeira, Jordáozinho, Sa-
mambaia, Socorro, Vitoria), habitados por un total de mil
familias.32
En Ia década siguiente al trabajo de construcción de
esos pueblos, un gran número de familias volvió a emigrar,
en parte hacia la Argentina, donde incrementaron las co-
lectividades locales de suevos del Danubio. Mientras tanto,
allí se había producido una fuerte inmigración a través de
relaciones con familiares y compatriotas. Ante los pedidos
de ayuda desde Alemania y Austria, en una asamblea que
realizaron en el Caballito Blanco del barrio de Belgrano,
los círculos de suevos del Danubio reaccionaron con Ia fun-
dación del Donauschwábischer Hilfsverein (Asociación de
Ayuda a los Suevos del Danubio, cuyo propósito era soco-
rrer a los refugiados con ropas, alimentos y pequeños cré-
ditos. Se hicieron cargo de los gastos de viaje de los emi-
grantes hacia la Argentina, cuyo camino los conducía has-
ta Génova a través de Austria y el territorio de las zonas
de ocupación occidental, y de la garantía al Estado argen-
tino para con los familiares, amigos, vecinos o Ia asociación
de ayuda.33 Según estimaciones de sus propias filas, se
quintuplicó el número de suevos del Danubio en la Argen-
tina.sa En los años 50 se contaban en total siete asociacio-
nes de suevos del Danubio; en las afueras de Buenos Aires
205
fundaron la ciudad jardín El Casco como colonia comunita-
ria.35 En Ia época siguiente, los alemanes de los Balcanes
en la Argentina en conjunto no desarrollaron ninguna ac-
tividad políüca, en parte ni siquiera estaban interesados.
Con más tenacidad que nunca se aferraron a su modelo de
idiosincrasia alemana y, como antes en sus respectivos paí-
ses de origen, trataron de resistirse a la asimilación.
Entre mil y mil quinientos alemanes de los Sudetes in-
migraron en la Argentina de§pués de la Segunda Guerra
Mundial, muchos de ellos a través de relaciones familia-
res.36 La Sudetendeutsche Landsmannschaft (Asociación
de compatriotas alemanes de los Sudetes) había sido fun-
dada en la Argentina ya en 1936, después que la constitu-
ción de Checoslovaquia en el año 1918 provocó Ia primera
emigración de alemanes. La asociación siguió existiendo
después de la anexión de la región de los Sudetes al Reich
Alemán y después de su disolución en 1945 continuó con
sus actividades, ahora desde la clandestinidad. Adquirió
nueva importancia a tíavés del incremento de asociados
con los compatriotas inmigrados después de la Segunda
Guerra Mundial, para quienes Ia asociación de compatrio-
tas era un punto de partida.s7
A principios de los años 50 nacieron otras asociaciones
de connacionales y con estas nuevas fundaciones dibujaron
la estratificación regiorial general de la emigración alema-
na de posguerra. De manera inequívoca, el centro de gra-
vedad se hallaba en el sector de los territorios desalojados
y de las zonas de ocrpación soviétiba,38 lo que impulsó es-
peculaciones sin fundamento y a veces malintencionadas
sobre los supuestos motivos de la emigración de posguerra
hacia el ámbito de una posterior ratificación racional. Se-
grin una estimación aceptable, si se excluyen los alemanes
de los Balcanes, más de dos tercios de los emigrantes pro-
ceden de los territorios orientales de Alemania.3s
206
d) Emigración religiosa
Las razones religiosas para una emigración con el anhe-
lo de poder vivir en el extranjero conforme con las propias
convicciones, pertenecen a los motivos clásicos para aban-
donar un país por mucho tiempo. Ya la Biblia habla del
éxodo de los israelitas, y Ia Edad Moderna europea conoce
Io suficiente eI fenómeno, en el que sobresalen los peregri-
nos fundadores de los estados de Nueva Inglaterra, Ios hu-
gonotes, Ios menonitas y los sionistas del siglo >or.
En la Segunda Guerra Mundial, muchas personas ha-
bían desarrollado una fuerte tendencia hacia Io religioso,
que también en los difíciles años de la posguerra les dio
consuelo y fortaleza. Las Iglesias cuidaron de Ios necesita-
dos tan bien como pudieron. En Pforzheim, el veterano de
guerra WiIIy Cordier, por entonces secretario de la cv.ru
(Asociación Cristiana de Jóvenes), había establecido en su
vivienda un lugar de tránsito para los que buscaban soco-
rro, los ayudaba con su consejo y apoyo y les daba instruc-
ción religiosa. Su interpretación del Evangelio llevó a Cor-
dier, que de 1933 aL945 había encontrado su hogar espiri-
tual en Ia Bekennende Kirche (Iglesia Confesional), a un
conflicto con la Iglesia institucional que pronto derivó en
abierta ruptura. En folletos que hizo circular por millones
en Europa, Cordier atacó con vehemencia a las Iglesias, se
volvió contra las formas religiosas convencionales y tam-
bién contra las instituciones estatales.
Las reacciones contra los sectarios no se hicieron espe-
rar: se iniciaron causasjudiciales y la polarización provocó
la marginación social del grupo. Finalmente eI círculo que
rodeaba a Cordier se decidió por Ia emigración y publicó un
anuncio al respecto junto con un pedido de empleo en el
diario Iondinense Times. Poco tiempo después tenÍan ante
sí una oferta de Ia Falkland Islands Company, que termi-
nó por cerrar un contrato con una gran parte del grupo.ao
A consecuencia de ese contrato, eI grupo de Pforzheim se
obligó a ir a trabajar al archipiéIago sudatlántico de las
Malvinas, que los británicos llaman Falklands. En el año
1948 fueron llevados a Port Stanley, la principal ciudad de
207
la isla mayor.ar En las Malvinas, cuya ocupación por los
británicos en el año 1833 nunca fue reconocida por la Ar-
gentina, los emigrantes vivieron y trabajaron divididos en
dos grupos. Uao trabajó directamente para Ia Falkland Is-
lands Company, y el otro grupo fue asignado al gobierno co-
lonial en Port Stanley, que construyó un campamento de
viviendas para los recién llegados. Mientras la construc-
ción de caminos y el cuidado de las ovejas determinaban el
trabajo diurno en la isla Soledah o East Falkland, la noche
estaba dedicada a la vida religiosa, que encontraba su ex-
presión en el canto de cánticos cristianos, en lecturas, exé-
gesis y enseñanza de la Biblia. Sin embargo, Ia interpreta-
ción fundamentalista de las Escrituras los llevó muy pron-
to a un conflicto con Ia Iglesia Anglicana. También se ene-
mistaron con las autoridades occidentales, de manera que
se hizo imperativa Ia nueva migración hacia el continente.
Los dos grupos de las Malvinas, como también más cor-
dianos de Pforzheim, volvieron a reunirse en 1958 en la
granja para la cría de ovb;as que compraron en común en
Paso Flores, situada sobre eI río Limay a cien kilómetros
de Bariloche. La propiedad comprada en común también
fue usada comunitariamente. Sin embargo, pronto tuvie-
ron que renunciar a la idea acariciada al principio de no
querer rtilizar ningún tipo de máquinas y de trabajar sóIo
con carros tirados por caballos, mientras que siguió vigen-
te el lema de la comunidad de no permitir ninguna propie-
dad privada. Se habla incluso del ideal de un comunismo
del Viejo Testamento¡42
A consecuencia del intento de aislarse el máximo posi-
ble del mundo exterior argentino, el grupo de unas ochen-
ta personas cayó muy pronto en descrédito. Muchas veces,
cuando los grupos se aíslan, impiden que el mundo les eche
una mirada y se dedican a sus propios intereses, muy rápi-
do empiezan a correr los rumores sobre acontecimientos si-
niestros. Eso no fue diferente con Ia comunidad exclusiva
de Willy Cordier. Los devotos hermanos y hermanas fueron
reputados de exorcistas.a3 Bien pronto, periodistas británi-
cos del Sunday Express creyeron haber desenmascarado
una misteriosa "colonia nazi" en la granja. Más revelacio-
208
nes adhirieron a esa idea. La prensa aseguraba que la ac-
tividad religiosa sólo era una fachada y servía para encu-
brir las actividades políticas. Antiguos oficiales de las ss
comandarían el grupo, que vestiría eI uniforme del Afrika-
corps alemán. Preguntado al respecto por los periodistas,
Silvano Santander relacionó a los ochenta colonos con las
ochenta personas disfrazadas que supuestamente habrían
desembarcado, en julio de 1945, de un submarino alemán
en Ia costa atlántica del sur de Argentina.aa
Las informaciones carecían de todo fundamento. Los
hechos, Ias especulaciones y las afirmaciones infundadas
fueron utilizados para escribir historias extraordinarias.as
Con sus actividades agrícolas, su espíritu creador y su
mentalidad económica impregnada de ética cristiana, la
colonia en sí, como también sus filiales creadas con poste-
rioridad, representan hasta el día de hoy un enorme bene-
ficio para toda la región.
En otra tradición, aun cuando de similar antimodernis-
mo, se encuadra la historia de los menonitas. La comuni-
dad nacida en Frisia en eI siglo xvl, tuvo que eludir de ma-
nera constante la presión de sus perseguidores. A fines del
siglo xvII empezó la emigración a los estados de Nueva In-
glaterra; en el siglo XVII, Rusia se convirtió en un destino
importante: allí se les había garantizado el libre ejercicio
de la religión y Ia exención del servicio militar. Cuando se
les revocó ese privilegio, muchos menonitas emigraron al
Nuevo Mundo, con destino sobre todo a los Estados Unidos,
Canadá, Brasil y Paraguay. Después de Ia Primera y de la
Segunda Guerra Mundial, las comunidades de ultramar
a¡rudaron a sus hermanos de Europa a cruzar eI Atlántico.
Tiansportes marítimos enteros sirvieron al propósito del
traslado conjunto. Después de 1945, el Comité Central Me-
nonita norteamericano (Mennonite Central Committee,
MCC) se ocupó de un traslado conjunto de familiares a los
Estados Unidos, y el gobierno militar en Alemania no le
puso ningún obstáculo. La única alternativa la representa-
ba Paraguay, que con motivo de las experiencias positivas
con los hermanos de fe y su actitud leal, aunque estricta-
mente pacifista, durante la Guerra del Chaco (1933-1935),
209
se manifestó dispuesto a acoger a todos los menonitas.aG
El documento provisorio de viaje (Tbm.porary Tlauel Do-
cument) emitido por las autoridades militares para esta
importante emigración organizada, se completó con un
permiso de salida (Military Exit Permit) y Ia visa otorgada
por el cónsul general paraguayo.EnLg4T, el barco holan-
désVolendamllevó a Paraguay de mil a mil doscientos me-
nonitas. En el mismo año, a unos cien kilómetros de Asun-
ción, este grupo fundó la colonia Voldndam, que en 1953
contaba ya con mil ochocientos habitantes.aT
El segundo transporte hacia Paraguay partió a media-
dos de 1948 en el buque británico de transporte de tropas
Charlton Monarch, con unos ochocientos a novecientos
hermanos de fe a bordo, en su mayoría nacidos en Rusia.
El tercer transporte menonita se realizó con el barco nor-
teamericano General Heinzelmann y entre setecientos y
ochocientos menonitas de Danzig, que el Mennonite Cen-
tral Committee había separado de los más rígidos herma-
nos de fe de Rusia, fueron llevados a Uruguay. Este grupo
alcanzó pronto la prosperidad económica.a8
En Paraguay, sobre todo, se produjeron tensiones entre
la juventud con ideas más modernas y eI ambiente ritual-
religioso de los mayores y antiguos residentes. En la radi-
calizada colonia Menno, en eI Chaco paraguayo, todo pro-
greso era considerado obra diaÉóhca: no sólo rechazaban
Ios motores sino hasta los botones. Los recién llegados, en
particular los más jóvenes entre ellos, no querían resignar-
se a esas circunstancias y aspiraban a irse'de allí. La Ar-
gentina era EI Dorado para ellos. Pero un régimen injusto
de pagarés para Ia compra de tierras, como también la cir-
cunstancia de que no poseían pasaportes válidos, ataron a
los nuevos colonos al lugar. A lo sumo dejaban partir a per-
sonas solas y familias que no mostraban disposición para
integrarse. Pero Ia mayoría se quedó.
EI impulso de modernización que dio a las colonias me-
nonitas el crecimiento después de la Segunda Guerra Mun-
dial, después de años de duro trabajo les trajo primero un
modesto y después un desahogado bienestar. Pero en el
curso de la adaptación, del pago de los pagarés con el tra-
2to
bajo y a través del contacto con Ia población nativa, los re-
cién llegados tuvieron conocimiento también de las posibi-
Iidades de alejarse de allí y muchos jóvenes menonitas par-
tieron hacia la Argentina. Pero esa migración interior su-
damericana no fortaleció a las grandes colonias menonitas
del Estado de las pampas sino que se volcó en los centros
urbanos del país. Mientras que las tres mil personas que
los menonitas de etnias alemanas de Rusia habían acogido
después de la Segunda Guerra Mundial,ae pudieron inte-
grarse pronto a través de la sóIida orientación que les brin-
dó la comunidad, los desertores no contaron con ese apoyo.
Incapaces de afirmarse en un medio exento de solidaridad,
muchos sucumbieron al shock cultural en las metrópolis y
se hundieron en el proletariado industrial.so
ll'
e) Los perseguidos de la democracia
t'lt
La mayor parte de los alemanes recién llegados a la Ar- lt
Ir
gentina había mantenido una posición positiva frente al
Tercer Reich, como Ia mayoría de todos los alemanes. Pero lr ),
ll
la guerra y la derrota habían infligido heridas tan profun- I
das, que Ia voluntad de actuar en la transformación políti-
ca no desempeñó casi ningún papel en Ia decisión de aban-
donar Alemania. Por regla general, las penurias económi-
cas y las escasas perspectivas de futuro en la patria fueron
los motivos que llevaron a un gran número de seres huma-
nos de la Alemania de posguerra a países remotos. Sin em- fr-
bargo, junto a estos motivos clásicos de una emigración, It'
después de la Segunda Guerra Mundial existieron también
circunstancias específicas que promovieron una primera
emigración por motivos políticos de determinados círculos lil
de personas. Entre estos figuraban, además de los emisa- llr
rios convencidos del nacionalsocialismo, funcionarios y
propagandistas del Tercer Reich, también aquellas perso-
nas que por sus crímenes durante la guerra no podían es-
perar clemencia de los nuevos dueños del poder en Europa.
Ninguno de ellos esperaba nada bueno de las revoluciones
2L7
políticas en Alemania. En el mejor de los casos, una nueva
edición del "sistema" de Weimar bajo el protectorado de las
potencias vencedoras. Ante estas, o peores perspectivas,
muchos se reGignaron a darle Ia espalda a Ia patria, cons-
cientes de que ya no podrían respirar más con libertad en
un mundo de reeducación, democracia impuesta y gobier-
no de ocupación. Por motivos humanitarios ("por un senti-
do de humanidad"), después que se enteró de las primeras
ejecuciones de sentencias de muerte de los procesos de Nu-
remberg, Perón acogió a todos los alemanes que, con fun-
damento o sin é1, huían de los perseguidores aliados y
creían estar en peligro de muerte.5r En eI país huésped for-
maron grupos y círculos que se mantuvieron exclusivos y
que hacia afuera transmitieron la impresión de comunida-
des conspirativas. Dentro de esos cÍrculos cuidaron de no
perder el contacto entre ellos y mantuvieron en pie la rela-
ción común hacia Alemania. La superación personal del
pasado reciente se entrelazaba casi siempre con la apolo-
gÍa que equilibraba a toáo eI grupo frente al Tercer Reich.
Observaron con amargura el desarrollo de posguerra.
Entre estos, una minoría se había replegado a Ia Argen-
tina con el afán de encontrar en el extranjero su renovación
espiritual, de reorganizarse políticamente y sentar las ba-
ses para volver a ejercer influencia en Ia política alemana.
Estás personas se sentÍán expulsadas, perseguidas por los
vencedores, acosadas por los tribunales de desnazificación,
impedidas por los demócratas de manifestar su opinión. En
la Argentina se agruparon alrededcjr de dos publicaciones
en idioma alemán, destacadas y formadoras de opinión: el
diario Freie Presse y la revista mensual Der Weg.
Los perseguidos de la democracia, como ellos se veían,
se subdividen en tres grupos, por Io cual son corrientes los
traspasos. AI primer grupo pertenecen aquellos que aban-
donaron Alemania para siempre en Ia mayoría de los casos
porque, con motivo de su actividad en el Tercer Reich, pe-
saba sobre ellos una orden de búsqueda internacional por
crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad. Entre
aquellos que ya no podían contar más con volver a Alema-
nia sin ser molestados, se puede mencionar a Eichmann,sz
272
Roschmann,ss Schwammberger,sa Kutschmann,s5 von Al-
vensleben,s6 MengelesT y, más adelante, también Bohne.
El grupo más grande de emigrantes y fugitivos políticos
estaba integrado por funcionarios nazis del Estado, del
Partido, de la Wehrmacht y de las ss, que querían escapar
de la inseguridad jurídica de la época de posguerra y de las
consecuencias de los informes de los tribunales de desnazi-
ficación, ya que no estaban seguros de cómo evaluarían sus
actos, órdenes y desempeño en caso de un procesojudicial,
pero por Io menos tenían que esperar inhabilitaciones pro-
fesionales y restricciones con motivo de las posiciones que
habían ocupado. A este grupo pertenecían, por ejemplo, el
consejero de legación Klingenfuss,ss el jefe de grupo Jan-
ko,5e el ministro Fischbóck,60 el jefe de distrito Uiberreit-
her,u'eI subdirector general de ministerio Müller,62 los ofi-
ciales Rauch,63 Christmann,64 y Guth,65 el jurista Bohne,66
el jefe de cancillería Hefelmann,GT algunos secretarios de
estado,68 y al principio incluso el médico del campo de con-
centración de Auschwitz, Josef Mengele.Ge
En un comienzo, en este grupo se pensó en un regreso a
Alemania tan pronto como se calmaran los ánimos. Des-
pués del transcurso de un cierto tiempo, se esperaban con-
secuencias penales en escala muy limitada. Parte de las
personas de este grupo menos prominentes-, volvie-
ron entonces a Alemania. -las
Sin embargo, también muchos de
los fugitivos en la Argentina tuvieron que enterarse de que
un retorno a casa no era oportuno y de que no iba a dictar-
se ninguna amnistía general. Después de todo, hasta la es-
perarLza de Ia prescripción resultó ser ilusoria. Algunos de
los que regresaron se vieron enfrentados a procesos, o por
lo menos a investigaciones.To
Por último, eI tercer grupo se componía de idealistas
con una visión universal. Su compromiso con el nacionalso-
cialismo se había sustentado en una convicción política, de
la que no pensaron renegar después de la derrota. Aun
cuando en su momento también ellos habían estado ex-
puestos políticamente, por regla general no habían tenido
nada que temer desde eI punto de vista jurídico. Escaparon
del nuevo orden en Europa llenos de resentimientos y no
213
quisieron incorporarse a la masa de antiguos partidarios
de Hitler que en la inminente posguerra mudaron de piel
y se convirtieron en celosos demócratas. Esos emigrantes
no cambiaban 0.e orientación. En el tercer grupo figuraban,
por ejemplo, eI ex jefe de prensa del Ministerio de Informa-
ción y Propaganda del Reich, Wilfred von Oven; el corres-
ponsal delVólkischer Beobachter, Carlos von Merck; eI pe-
riodista Robert Kessler; el lingüista, historiador y deserr-
frenado antisemita Johann von Leers; el muy condecorado
oficial Hans-Ulrich Rudel; y otros del entorno de Der Weg
y Freie Presse.
EI número de los que se sentíanperseguidos de la demo-
cracia debía alcanzar del uno al dos por ciento de la inmi-
gración alemana de posguerra,talvez unas quinientas per-
sonas. El núcleo de aquellos que ni aun bajo circunstancias
favorables habrían escapado a sentencias penales de consi-
deración, puede cifrarse en tres a cinco docenas de perso-
nas.71 A menudo con nombres falsos, se establecieron en los
centros de residencia de la colectividad alemana de la Ar-
gentina, en la Capital Federal y en las provincias de Bue-
nos Aires, Córdoba, Misiones, como también en la región
alrededor de Bariloche.
Como por lo general era imposible atrapar por vías le-
gales a los buscados en Budamérica, a menudo quedarsn
como única alternativa los métodos no convencionales. Los
cazadores de nazis se dieron a la búsqueda, entre ellos un
elevado número de diletantes.T2 Sin embargo, no siempre
eran sólojactancioso$los que trabajaban en eso. Aveces se
trataba de personajes sedientos de venganza que se arro-
gaban el derecho de tomar justicia por propia mano y no
pocas veces erraban eI camino. En 1945, eI agente secreto
británico Ronald Gray mató a tiros a una persona eue se
parecía a Martin Bormann, cuando huía a través de la
frontera alemana-danesa.73 En un apasionado relato de su
experiencia, un tal Erich Erdstein se vanaglorió de haber
matado a tiros a Josef Mengele en Paraguay mientr¿s
htúa.1a Quién era ese hombre, que según el autor se negó
de manera terminante a confesar su identidad, es una in-
cógnita. Pero no era el médico del campo de Auschwitz.
214
A pesar de que los cazadores profesionales hicieron un
trabajo muy correcto con la identificación, muchas veces se
les negó eI éxito. Así por ejemplo en 1960, en Bariloche, los
israelíes perdieron a una agente que estaba aplicada al ca-
so Josef Mengele.Ts A mediados de los años 60, la policÍa
paraguaya puso fin a un intento de atrapar a Mengele en
el hotel Tirol, en las cercanías de Hohenau. Algunos de los
agresores fueron muertos a machetazos y arrojados al Pa-
raná.76 Con ello, Paraguay dejó en claro de manera drásti-
ca que no iba a permitir el secuestro de personas en su te-
rritorio. No se conoce que haya habido una protesta oficial
del lado israelÍ.
Que se sepa, Ia única operación exitosa de esta clase fue
el secuestro de Adolf Eichmann en mayo de 1960 y su tras-
lado de Buenos Aires a Israel, donde eI ex jefe de la Sección
Judía (Departamento ry b 4) en la Oficina Central de Se-
guridad del Reich (nsrr,A.), responsable del transporte de ju-
díos a los campos de exterminio, fue ajusticiado el 1' de ju-
nio de 1962 después de un proceso.T7
El éxito de esta operación secreta tuvo muchos padres,78
pero es indudable que el servicio secreto israelí desempeñó
un papel protagónico.7e Mientras tanto, en la colectividad
alemana de la Argentina se mantiene firme el rumor, de
difícil comprobación y propagado en diferentes versiones,
de que Eichmann habría sido entregado a sus enemigos.
En los años 50, el redactor del Weg Willem Sassen, junto
con el director de la editorial Dürer, Eberhard Fritsch, ha-
bía visitado en reiteradas ocasiones a Eichmann y, con su
consentimiento, lo había sometido a un sistemático inte-
rrogatorio con respecto a sus funciones durante la Segun-
da Guerra Mundial.so Esto dio origen a voluminosas graba-
ciones en cinta magnetofónica, que Sassen llevó más tarde
a la forma escrita.8l El objetivo de estos apuntes era lograr
un cuadro objetivo, y sin ninguna influencia de parte de los
Aliados, con respecto a los hechos reales. Sin embargo, y
contra las expectativas del interrogador, las declaraciones
de Eichmann refutaron de manera terminante la tesis sus-
tentada hasta entonces por el Weg, según la cual no habría
habido ningún exterminio sistemático de judíos. Con toda
2t5
franqueza y sin arrepentimientos, Eichmann reconoció que
la meta perseguida era eI exterminio total, aun cuando dio
un número de víctimas judías claramente inferior al de los
organismos allados.s2 Con Ia misma franqueza, Eichmann
habló durante las entrevistas de su papel personal logísti-
co-organizador en la ejecución del programa de extermi-
nio.83
Ya en 1956, después de la quiebra de Ia editorial Dürer,
Sassen había ofrecido las memorias de Eichmann, que to-
davÍa no estaban listas para imprimir, a un corresponsal
de Ia compañía norteamericana Times Inc.8a Con eIIo, de
acuerdo con informes de los círculos alemanes, habría da-
do indicios sabiendas o sin querer- sobre el lugar de
residencia de-a Eichmann. Las informaciones habrían sido
comunicadas a Israel y conducido a poner en movimiento a
los servicios secretos, que eI 20 de mayo de 1960 y aprove-
chándose de los actividades preparatorias para Ia fiesta
nacional argentina en conmemoración de la destitución del
virrey espaáol ciento cinóuenta años antes, Ilevaron a Is-
rael al ex general de brigada de las ss.85
En los años de posguerra, la Argentina admitió a miles
de emigrantes y fugitivos. Para los Aliados, eI país se pre-
sentaba casi como el Tbiápgulo de las Bermudas para Ia de-
saparición de los nazis: se sospechaba que muchos funcio-
narios prominentes del Tercer Reich estaban allí confiados
a la buena ventura. Sin embargo, con todos los títulos que
pudieran tener estas suposiciones, ho fueron escasos los
errores. Cuando el antiguojefe de distrito y gobernador del
Reich en Tirol y Vorarlberg escapó del campo de interna-
ción norteamericano de Dachau, inmediatamente a conti-
nuación de Ia fuga se propaló la noticia de que Hofer ha-
bría huido hacia la Argentina.so Quizá como se premedita-
ba, la sospecha se convirtió en afirmación y volvió a apare-
cer de manera esporádica en diversas publicaciones. Mi-
chael Frank, seudónimo de un probable colaborador delAr-
gentinisches Tageblatt, lo localizó en los años 60, ahora con
el nombre de pila Hans, en San Carlos de Bariloche y lo
describió como coeditor de Ia revista Der Weg.87 Sin embar-
216
go y según está probado, Franz Hofer, padre de ocho hijos,
vivió desde 1954 en Mülheim/Ruhr y aIIí se hizo cargo de
una fábrica de accesorios.88 El Hans Hofer emigrado a la
Argentina en los años 20, montó una fundición de hierro en
la provincia argentina de T\rcumán y gozó de gran simpa-
tía en la región debido a que fundió campanas para las
iglesias.8e Nunca tuvo exposición política.
El supuesto fugitivo más prominente y de mayor rango
fue, sin duda alguna, Martin Bormann. Numerosos caza-
dores de nazis y periodistas se pegaron a sus huellas, se
editaron estanterías completas de libros sobre sus supues-
tas actividades en la posguerra y en una época de calma,
tuvo que servir de relleno para reportajes conmovedores,
parecidos al monstruo de Loch Ness. El antiguo jefe del us-
oAp del Reich, condenado in absentia a Ia horca en 1g46 en
Nuremberg, a fines de los años 40 y según diferentes testi-
monios fue visto, como si fuese un fuego fatuo, en Egipto,
la Argentina, Brasil, Dinamarca, Italia, Checoslovaquia, la
Unión Soviética y en el estado de Minnesota en los Estados
Unidos. Fue buscado en el yate de Lienhardt, un agente se-
creto británico dice haberlo matado y en 1948, el ex dipu-
tado del Reichstag, Hesslein, creyó haberlo visto montado
a caballo. En 1961, eI fiscal general de Hesse, Fritz Bauer,
dictó una orden de captura. Bormann había vivido en Pa-
raguay como estanciero y el ex agente secreto Farago, que
lo perseguía, dice haber recibido de él una oferta para re-
dactar sus memorias, que sin embargo quedó en la nada.so
A la gran cantidad de rumores se opone la insuficiencia
de pruebas y su escasa credibilidad. Sólo a dos versiones se
les puede conceder una mayor probabilidad. Según la pri-
mera, Bormann murió el 2 de mayo de 1945 cuando inten-
taba escapar en medio de la batalla de Berlín. Personas
que buscaban escapar con él de Ia cancillería del Reich lo
vieron caer después de un ataque de unidades soviéticas.
En Ias excavaciones de 1972 se encontró un esqueleto que
después del examen de un molde odontológico, fue identifi-
cado como los restos del antiguo jerarca del Reich. Tam-
bién se encontraron restos de una cápsula de cianuro rota
con los dientes,el de manera que se partió de la idea de un
277
suicidio. Los despropósitos en eI hallazgo y en Ia identifi-
cación, en cambio, acercaron más de una duda.
La segunda versión ve en Bormann a un espía soviéti-
co, en eI servitio de espionaje de la Unión Soviética desde
los años 20. En 1945 habría regresado junto a sus mandan-
tes. Esta sospecha fue planteada en su momento por eI je-
fe del contraespionaje alemán, almirante Wilhelm Canaris
y revalidada en 1948 desde los círculos del gobierno mili-
tar norteamericano.e2 Después, en 1971, recibió nuevo im-
pulso cuando el antiguo jefe del Bundesnachrichtendienst,
sNt (Servicio Federal de Inteligencia), general retirado
Reinhard Gehlen, apoyándose en resultados de investiga-
ciones de los servicios secretos, expuso en sus memorias la
tesis de que Bormann se encontraría en Moscú en situa-
ción de retiro.es Sin embargo, Gehlen no quiso dar el nom-
bre de sus informantes, de manera que persisten las du-
das.
Es verdad que en la colectividad alemana de la Argen-
tina se conocen muchos íu*ores sobre el secretario de Hi-
tler, pero nada en concreto. El caso Bormann se ve en ge-
neral como un gran escándalo que alimentó sin cesar a las
primeras planas, que arrojó toda clase de sospechas y que
no pocas veces puso en la picota de la opinión pública a per-
sonas por completo ajenas a é1. Un inmigrante de posgue-
rra que había empezado a trabajar en Ia compañía germa-
no-argentina Orbis, se vio enfrentado a permanentes pro-
blemas por su parecido fisonómico con eI fallecido canciller
del Reich. El "Hitlertenmascarado",'por fin, se mudó a la
lejana Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, para es-
capar a las persecuciones de los representantes de los me-
dios.ea
2t8
Noras
1 FogeüKri.ige4 Flugtrute Nord, pá9. 23.
2 Farago, Scheintot, pág. 301.
3 Citado de La Plata.Rzf noviembre de 1971, páC.5. De estos, só-
lo tres mil personas habrían regresado.
a Div. I a Div. III, informe interno del 30 de octubre de 1950, basa-
do en datos de la comunidad alemana. En todo caso, la Embajada de
la República Federal en Buenos Aires, abierta en t952, se mostró por
completo incapaz de suministrar datos demográficos correctos. Sólo
las cifras correspondientes a los ciudadanos alemanes en el país os-
cilaban entre 5.000 y 100.000.
5 Hoffmann, Deutsche in Argentinien,
Pá8. 144. El autor no men-
ciona la fuente de su cifra. Por lo tanto no puede determinarse por
qué difiere frente a los datos internos de las autoridades migrato-
rlas.
6 Los datos mencionados surgen de las estadísticas compiladas de
la Dirección de Migraciones, "Extranjeros por nacionalidad. Entra-
das, salidas y saldo",'Peúodo 1938-1947' y'Peúodo 7948-1957-
7 En esto no se toma en consideración la constante intermigración
en regiones con asentamientos alemanes que se extienden a ambos
lados de la frontera. La frontera no es un obstáculo para la comuni-
cación entre la región de Bariloche y del sur de Chile, de predomi-
nante población alemana. Lo mismo sucede con los movimientos mi-
gratorios de colonos de origen alemán entr:e el sur de Brasil, la pro-
vincia de Misiones en el norte argentino y el Paraguay. Por los moti-
vos mencionados, una determinación cuantitativa es poco factible.
Además, en estas migraciones son determinantes las razones inter-
nas y se deben excluir las consecuencias de la Segunda Guerra Mun-
dial. Por la misma razón, tampoco se considera aquí la migración in-
terna de los judíos de origen alemán, que en los años de posguerra
2L9
 llegaron a la Argentina desde los países limítrofes. Su número debe-
ria alcanzar a unos miles, a juzgar por las solicitudes de visa de tu-
rista presentadas en los consulados argentinos de La paz, Santiago
de Chile, Moltevideo, San pablo, etcétera.
8 Dirección
de Migraciones, Informe estadÍstico del año 194g (=
Memoria 1948), "Idiomas hablados,,, pág. g6.
e Así
es que, según datos argentinos, la población de origen ale_
mán y yugoslavo (en su mayoría croatas y eslovenos) en las ciudades
andinas de San Martín de los Andes, Junín de los Andes, La Angos_
tura y san carlos de Bariloche, como también en las localidades La
Cumbrecita y Cura Brochero en la provincia de Córdoba, aumentó
del 57o en el año 1943 al 23Vo en el año 1961. (Martínez,,,Nazi War
Criminals", pág. 15, basado en estadÍsticas oficiales de censos de po_
blación).
10
Galland, Die Ersten und d.ie Letzten, páC.7.
11
Ja¡rko (ex portavoz federal de los suevos del Danubio y líder de
los alema¡es asentados en Yugoslaüa, 193g-194b), 9 de enero de 1990.
12
Liitge, Deutsche iru Argentinien, pág. BBB.
13
Menge, 2 de enero de 1990; Schallmoser, 2 de marzo de 1990.
1a
Lütge, Deutsche in Aigentinien, pág. 26!.
15'Als deutscher'spezialist,in Buenos
Aires,', en: Der Tag,Ber-
7ín,2 de agosto de 19b8.
16 La embajada
alemana al Ministerio de Relaciones Exteriores
en Bonn, 19 de diciembre de 19bb, en: pA AA, Abt. 8,212_02, Vol. 1.
17
Waehner, 23 de marzo de 1990.
18
Waehner, (23 de marzo de 1990), alférez de navÍo, antiguo co-
mandante de buscaminas, que también cumplió funciones como ter-
cer y segundo oficial en la marina mercante argentina. También:
H.G.E., "Herr und Frau Oberst verkaufen Wurst und Butter,,, en:
Abendpost, Frankfurt,23 de marzo ae fgSS.
1e
Schaeffer, U-977, pág. 268.
20 Rasenack,
oficial de control de incendios en el acorazado y ex
presidente del Círculo de Camaradas .Admiral Graf Spee,', 6 de ene_
ro de 1990.
21
Lütge, Deutsche in Argentinien, pág. BBB.
22
Schmidt, 16 de noviembre de 1989.
23 Por
ejemplo: BesSrmensky, Martin Bormann, pág. 2BB.
2a En
los años 50, por ejemplo, el antiguo comandante de artille_
ría wagner-Manslau, cumplió funciones de asesor en artillerÍa blin-
dada, como empleado civil del Ministerio de Guerra (H. G. E., ,,Herr
und Frau Oberst verkaufen Wurst und Butter',, en: Abend,post,
Frankfurt, 23 de marzo de 1953).
220
25 "Millionen Auswanderer warten auf ihren Pass", erri Neue
Ruhr-Zeitung, Essen, 8 de febrero de 1947; Kühn, "Auswandern-die
Hoffnung von Millionen", en: Norddeutsche Zeitung, Kiel, 18 de di-
ciembre de 1948.
26 Janko, 9 de enero de 1990. También: "Móglichkeiten der Aus-
wanderung", en Franhfurter Allgemeine Zeitung, 17 de enero de
1950, donde se anuncia "el asentamiento ya en marcha de 100.000
suevos banatos en el centro y el sur de Francia". El proyecto, sin em-
bargo, sólo tuvo un éxito limitado. En el término de cinco años, la mi-
tad de los colonos volvió a emigrar. Los que se quedaron se asimila-
ron.
27 Janko, 9 de enero de 1990.
28 Senkman, "Relaciones", pág. 106.
2e
Janko, 9 de enero de 1990.
30
Senkman, "Relaciones", pág. 106.
31 Pechel, "Brasilien nimmt 100.000 Volksdeutsche anf', en: Neue
Zeitung, Munich, 3 de septiembre de 1951. También sobre esto: Ilg,
"Ósterreichische Emigration", pág. 108.
32
Janko, 9 de enero de 1990. Véase también: I. Supper, "40 Jah-
re Donauschwabensiedlung Entre Rios/Brasilien", erl: Argentinis'
ches Tageblalú (edición internacional), 22 de febrero de 7992, pág. 4.
33 Eck, carta del 12 de junio de 1990.
3a Janko, 9 de enero de 1990. Reckziegel (29 de noviembre de
1989) estima en 20.000 personas, talvez un poco exagerado, el nú-
mero total de esa comunidad en aquel entonces.
35 Pressedienst der Heimatuertriebeneru, Góttingen, 9 de julio de
1953, N'27,pág.8.
36 Reckziegel, presidente de la Sudetendeutsche Landsmanns-
chaft en la Argentina, 29 de noviembre de 1989.
37
"50 años de la Asociación de Compatriotas Alemanes de los Su-
detes, 1936-1986", pág. 36, edición de la Sudetendeutsche Lands-
mannschaft.
38 La "lista de las asociaciones germano-argentinas en la Argen-
tina", situación a 1955, (Archivo del Argentinisches Tageblatt), indi-
ca once asociaciones de compatriotas, sólo para aquellos cuyos terri-
torios de origen quedaron en la esfera deinfluencia soviética.
3e P. Mertig, 25 de julio de 1989; La misma estimación da Die
Welt,Harnbttrgo, 1o de abril de 1953, basándose en datos suministra-
dos por la Asociación San Rafael.
a0 Haug, carta del 11 dejunio de 1990.
ar Ilg, Pioniere, pág. 712.
42 lbíd., pág. Ll2.
221
 Schukar, "Tbufelsaustreiber machen ihr Glück bei den Indios",
'rl
en:Bild, Stuttgart, 25 de marzo de 1983, pág. 9.
aa
"NS-Lager am Río Limay", er,: Welt am Sonntag, Hamburgo, 3
de noviembre de71963; "80 nazis vivent dans un camp au coeur de
l'Argentine", enl. Le Figaro, París, 6 de noviembre de 1963; Sild, "80
Vermummte an Land gegangen. tls-Kolonie am Limay-Fluss", en:
Die Freiheit,Mainz,29 de noviembre de 1963; el 29 de noviembre de
1963, la agencia soviética de noticias Tass habla de una posición de
avanzada de la Alemania de Hitler en la Argentina.
a5 De
vez en cuando se encuentran en la literatura otras repercu-
siones o terg'iversaciones. AsÍ por ejemplo, en una lista de las regio-
nes de colonias alemanas en la Argentina, Bar-Zohar (Auengers, pág.
103) enumera también la colonia alemana en Cordier, con lo cual
confunde la colonia con su fundador.
a6 Zeisset, 9
de febrero de 1990.
a7 Informe en
el Argentinisches Tageblatt,2S de octubre de 1953.
a8 Zeisset,
9 de febrero de 1990.
4e
llansen, "Deutsche in Argentinien gespalten", en: Westfrilische
Nachrichten, Münster, 24 de febrero de 1951.
50
Zeisset, 9 de febrero de 1990.
51 Luca
de Tbna, Yo, Juan D. Perón, pág. 85 y siguiente.
52 Adolf Eichmann,
buscado por cómplice de asesinato en innu-
merables casos, desapareció después del final de la guerra y en 1950,
a través de la línea italiana, llegó a la Argentina. AllÍ, con el nombre
de Ricardo Klement, trabajó y vivió, casi siempre en condiciones hu-
mildes.
53 Eduard
Roschmann, subjefe del gueto de Riga, buscado por su
participación en el exterminio de judÍos en el Este y más tarde por
bigamia, llegó a la Argentina a través de la línea del obispo Hudal y
alcanzó triste fama en la govela Od.essa de Forsyth.
5a
Josef Schwammberger, comandante del gueto de Przemysl, vi-
vió con su verdadero nombre en la Argentina y fue extraditado a Ale-
mania Federal a principios de 1990. El proceso en su contra se lleva
a cabo en Stuttgart désde mediados de 1991. Sobre esto: Mauz,
"Nein, das ist viel zu lange her", et Der Spiegel, Hamburgo, N. 85
(1991), pág.76-82.
55
Walter Kutschmann desertó en L944 a Espana, fue escondido en
un monasterio carmelita y en 1947, con el nombre de Pedro Ricardo
Olmos Andrés, llegó a la Argentina y adoptó su ciudadanÍa. Por falta
de sospechas suficientes, se dictó el sobreseimiento provisorio de un
proceso contra Kutschmann, pero fue reabierto a meüados de los 80.
Kutschmann murió antes de la extradición. (2.s. 208 en 2 8/62).
222
56 Ludolf Hermann von Alvensleben, jefe de grupo de las ss y
miembro del Reichstag, contra quien existía una orden de captura
por la matanza de polacos, llegó en 1948 al Río de la Plata y en 1952
obtuvo la ciudadanía argentina. Murió en 1970 en Santa Rosa de Ca-
lamuchita (La Plata Ruf, mayo de 1970, pág. 13 y siguiente).
57
Josef Mengele, doctor en filosofía y en medicina, jefe de briga-
da de las ss y ex médico del campo de concentración de Auschwitz,
entre otras cosas era buscado por sus experimentos con los prisione-
ros. En 1949 huyó a Italia a través de Austria y la línea de los con-
ventos, llegó hasta Barcelona con un pasaporte robado y desde allí
siguió viaje a Buenos Aires.
58
Al doctor Karl Klingenfuss se lo acusó de complicidad en el ex-
terminio del judíos en el este de Europa. Más tarde se dictó el sobre-
seimiento del proceso comespondiente (2.s. 205 m z 2841L959). En
1951, el ex consejero de legación en el Ministerio de Relaciones Ex-
teriores alemán fue nombrado gerente de la Cámara de Comercio Ar-
gentina Alemana, después de una respuesta negativa a un pedido de
informes a Robert Kempner, representante de la principal autoridad
acusadora de los aliados, sobre si existÍa algo en su contra. ("Es gibt
keinen Fall Klingenfuss", en: Handelsblatt I Deutsche Wirtschaftszei-
tung,28 de junio de 1960). Klingenfuss es coautor de la crónica ofi-
cial de la colectividad alemana en la Argentina.
5e Desde el lado
¡rugoslavo, al doctor JosefJanko se lo acusó de la
movilización, contraria al derecho de los pueblos, de ciudadanos Jru-
a las etnias alemanas en Yugoslavia- para
-se aludía
goslavos
prestar servicio militar en un ejército extranjero, además de la eje-
cución de la política de exterminio en el Banato. Sin embargo, no se
presentó una demanda de extradición, dado que no se pudieron pre-
sentar acusaciones concretas de los hechos. (2.s. I-110 ¡n.15541772).
60
El doctor Hans Fischbóck, ministro de EconomÍa y Finanzas en
el gabinete austriaco de transición de Seyss-Inquart, más tarde jefe
de brigada de las ss y comisario de finanzas y economÍa del Reich en
los Países Bajos ocupados, fue acusado de complicidad para el asesi-
nato y de llevar adelante una despiadada política pro aria. En 1958
obtuvo la ciudadanÍa argentina. Murió en 1967 (2.s. 107 AR 92166).
61 El doctor Siegfried Uiberreither, mayor de las sl, jefe de distri-
to y gobernador del Reich en la provincia de Steiermark (Austria), vi-
vió en la Argentina con el nombre encubierto de doctor Dardieux
(von Oven, carta del 27 de octubre de 1989).
62 El doctor Erich Müller, jefe del departamento de personal del
Ministerio de Propaganda, después de la guerra fijó su residencia en
Villa General Belgrano (von Oven, 26 de septiembre de 1990).
223
 63
Friedrich Joseph Rauch, teniente coronel
de la policfa de segr.
ridad y avudante del jefe ¿" í. ..rr.iiLri.'¿"1
Reich, se había esta. áver (Así por
blecido en Villa Ballester (provincia
de Buenos Aires), con el nombn 30, 18 deju_
de Juan pavic (Waehn"r, iB de marzo
¿" 1SSol. Aparentemente no nicht Rache,
existían acusúiones de culpabilidad
en su contra. En la Embqjadr
Alemana se le tomó decraración como
(2.s. 420
t""tigo en sumarios procesalec. teoría de una muerre o"q,,".tra.tJiXt"'ÍA::#T"-;::
;ffi:"*" j:
267/7t). Brasil, Paraguay y de la República Federal
^R de Alemania. En cambio
omandante de batallón en el cuarr el dictamen de un reciente estudio genético
habrÍa
tel dad, vivió en la Argentina haste tenticidad del cadáver (Argentinisches Tagebratt, "orrrirmaao
ll
ra arr-
de abril de rsé2,
1gb á,g. 424 y siguientes) y fue cofun. páC:^3). Sobre Mengele: posner, Completi
Story ( 19g6).
dad 70
A mediados de los años 50, er jefe de distrito
uiberreither se re-
el regimiento de policfa cluyó en Graz, donde murió a los Áetenta y
dos años sin
ser descu-
s de partisanos. Adoptó bierto (von Oven, carta del 27 de octubreie 1gg9).
El doctor Kurt
Christmann fue sentenciado a largos años de prisión
6 Vol. ru, pág. 424 y eí- pación en operaciones del grupo D para
p* ." p..ti.t_
misiones especiales en el sur
de Rusia (2.s.213 AR 1898/66). ¡'iscfrbOct<
saltó a la primera plana de
det Führer,en el program. o"
"rri,l"'.",'":T:il1'1ffi
encontraba en la Argentina donde,
i:.fHL,iI: los diarios después de su regreso a Alemania,
causa iudicial en su contra (2.s. j:}T * 92/66).
sin que se abriera un
entre otras ocupaciones secunda- En contra de Hefel_
rias, corregía las pruebas para d.er mann tuvo lugar un proceso que después se suspendió
Weg qKte,s, Was sie taten, pág. BO por incapaci_
y siguientes). dad del acusado para declarar (Klee, Wos
67 sie taten,pág. 50 y siguien_
El doctor Hans Hefelmánn, jefe de departamento tes). En 1968, Bohne eludió un proceso a
y perito jurl- través de una ,,r".,rá f,rg.
dico en el campo de la eutanasia Ln hacia la Argentina. Desde ra coráctividad
el depá.tamerrto rr dela canci- alemana der paÍs se inten-
ntina en octubre de 194g y regre- tó ayudarlo (von Oven, ,,Nicht die Bohne,,, en
Deutsche Kommentare
110 AR 9b8/60). am Río de la Plata, marzo de 1968, páC. 7 y
siguientes), se hicieron
cretario de Estado del Ministerio colectas de dinero para alimento, y ñoro".rios
de abogados (von
ble del mantenimiento del trans- Oven convocó a su círculo de lectores para
esto, carta del 12 de no_
viemlre de 1989), pero a fines de 1966 el gobierno
rroviariocercadelafronterab"ti"i.ll:d¿:,t6:fl:ff;,[ír"".j:fi argentino entre_
gó a Bohne a las autoridades federares
: alema.ras. Finalmente, el pro-
wund in Argent ceso se su
19 de mayo de 1955). declarar. (Klee,Was sí" ntrn,
El secretario de e Comunicaciones del
pág. 30 y
es Y Pássim)'
Reich, encontró ricas militares argentinas (,,Als
z1
Esti
deutscher 'spezialist, in Buenos Aires,! unl.' O", Tag, Berlín, 2 72
Finkelstein (12 de febrero de 1990}d:e1d9a9c3; r
agosto de 1958). de detArgentinisches
Tageblatt y editor der semanario Israerita,
informa sobie tales per-
- -6e Mengele ejerció la medicina en Buenos Aires con su nombre ver_
dadero durante muchos años, hasta que
sonas, entre ellas también israelÍes, que lo
consultaron y le pidiáron
consejo' Finkelstein, que con bastante frecuencia
la figura de acciones internacionales ie ce en siguio pistas en
apariencia calientes y que al final srempre resultaron
i"lr..,
mó y durante décadas vivió huyendo
de jt#: do desaconsejar la búsqueda a esos ..r.do"".
aficionados, casi"Olopr_
siem_
bÍa puesto un precio de muchos milrones pre en vano. Michel Bar_Zohar escribió un
guieron diferentes huellas en
a su cabeza. En 19gb se si- libro entero'(Auengers,
el transcur* á" ,ru operación policial 1968) sobre víctimas judÍas del sistema nacionalsocialista,
de alca¡ce internacional, y en el qr,ie se
Eo,b" ;.;.il"ño se exhumó un cadá_ ejercitaron en lajusticia por propia mano para
vengarse de los anti-
ver que fue identificado como los restos guos torturadores de su pueblo.
de Josef Meng"l". D;;;;.;
eso, las organizaciones internaciorut"" 73 Gray, I killed Martin Bormann (1g72); Stevenson, Bormann
""o.ron sus actas, aunque el Brotherhood, pág. 7.
224
 7a
Erdstein, Insid,e the Fourth Reich (7977)l la historia de Erds_
do a Paraguay ante las numerosas amenazas de los círculos nacio-
tein sobre Mengele también en: Farago, Scheintot, pág. 250 y si nalsocialistas.
guientes. 86
75 WiesenthTl,
Kleine Zeitung, Graz, 3 de abril de 1949; Tiroler Tageszeitung,
Mórder, pág. 1gg y siguiente; Farago, Scheintot, 3 de abril de 1949.
_
pág.243; también Brockdorff, Flucht uor Nürnberg, pág. 180,
sin em_ 87 Frarrk,
Nazis in Argentinien, pág. 66.
bargo ahÍ se cita 1961.
76
88
Z.S.: I-110 AR 29470, pág. 13; biografia breve en: Htiffkes, polj-
de Mahieu,2L de febrero de 1990; Farago, Scheintot, pág. 24g;
tische Generale, pág. 143 y siguientes.
B arZohar, Au e ng er s, pág. 246; Brockdorff, F lucht u or N
urniefi , p ág. 8s Lütge, Deutsche
in Argentinien, pág. 332.
133. so Farago,
77 Scheintot, cap.29.
De la gran cantidad de riteratura sobre este tema: santander, sr Sobre esto, en detalle: von Lang, Der
Sekretdr, L977.
El gran proceso (19G1); Arendt, Eichmann in Jerusalem (1968);
von e2
Grahlmann, "Ein Phantom geistert durch die Welt", en: Frank-
Lang, Eichmann Protokolt, (Lggz).
-

78
AsÍ por ejemplo: Wiesenthal, Ich jagte Eichmann (1961); Fried_
furter Abendblatt, T de septiembre de 1971. También el historiador
francés Perrault defiende esta tesis (Meinel, "Bormann funkte zwei
man, The Hunter (1961).
7e Pearlman, Jahre lang nach Moskau", er,: Kólnische Rund,schau arn Sonnta6,25
Festnahme d,es Adolf Eichmann (1961); Según sus de mayo de 1969); también: Stóbinger, "Warum wurde Bormann Sta-
propias declaraciones, mucho antes de su secuestro Eichmann
habÍa lins Agent?", en; Deutsche Zeitung, Christ y Welt, Bonn, 1Z de
notado la presencia de sus vigilantes, que suponía eran judÍos nor_
septiembre de 1971.
teamericanos, y se había entregado con resignación a su destino (von e3 Gehlen, Der
Dienst, pág. 47 y siguientes. Publicación en Die
Larag, Eichrnann- Protoholl, pág. 257 ).
80
Welt,Hambtrgo, 11 de septiembre de 1971; crítica a las afirmacio-
Vollmer, 20 de febrero d€ 1ggg.
81
nes de Gehlen: Janssen, "Bormanns Gespent spukt in Pullach", en
Vollmer, 20 de febrero de 19gg. Después del secuestro de Eich_
Die Zeit, Hamburgo, 10 de septiembre de 1971.
m¿rnn por el servicio secreto israelÍ y mientras todavÍa se desarrolla- ea
Rasenack, 6 de enero de 1990.
ban las sesiones del tribunar en su contra, sassen aprovechó el mo-
mento favorable y vendió por U$S 50.000 parte de sus apuntes a la
revista norteamerican a Life (Hesselbach, "Er schrieb Adolf Eich-
manns Memoiren", en: Kólnische Rundschau, 16 de noviembre de
1960; Breyer, "Eichmanns MLmoiren gefálscht?,,, e,,: Aacher
Nach-
richten, T de diciembre de 1960). También le vendió la historia a la
revista,súerz. Después de la ejecución de Eichmann, sassen re cedió
una parte de los honorariros a su viuda.
82 Eichmann,
por su conocimiento de la situaci ón, cifró el núme_
ro de las víctimas judÍas en cerca de un milón de personas. una ci-
fra de la que tomaron conocimiento con incredulidad los interlocuto-
res de la editorial Dürér. En el Weg siempre se habían publicado
ci_
fras de poca importancia.
ss "Eichmann
tells his own damning story,,, en: Life,2g de no_
viembre de 1960, pág. 19-25, y Life, 5 de diciembre de 1960, pág. 146_
160.
& Arendt, Eichmann
in Jerusalem, pág. 216 y siguiente.
85Sobre estas sospechas de la colectividad alemana, entre otros:
_
Lienhardt, 15 de diciembre de 19g9; Maler (1g de enero de 1990)
cuenta que después del secuestro de Eichmann, Sassen habrÍa hui_

226
227
 VI
Los TNUTcRANTES EN EL NUEVo MUNDo

a) La llegada

IJna circunstancia fundamental diferenciaba de sus precur-

sores a la oleada inmigratoria alemana después de Ia Se-
gunda Guerra. Detrás de los inmigrantes en la Argentina
ya no estaba como potencia política una Alemania exporta-
dora que en caso de necesidad podía ofrecer protección. Po-
lítica y económicamente, Alemania era inexistente en Ia re-
gión. No había ninguna representación diplomátícay se ha-
bía roto la eficiente cadena entre eI exportador alemán y sus
importadores e intermediarios germano-argentinos, junto
con el sistema coordinado de crédito de los Bancos alema-
nes, que hasta entonces habían hecho posible las fundacio-
nes de empresas y la financiación inicial de proyectos.
Ningún representante de empresas alemanas o germa-
no-argentinas subía más a los barcos de inmigrantes atra-
cados en el puerto, para interesarse por parientes llegados
de la patria. Ya no había más instituciones consultivas
que, basadas en la experiencia, podían dar consejos y que
estaban en condiciones de brindar una ayuda transitoria
en caso de necesidad. En gran parte, los inmigrantes que
desembarcaban en la Dársena Norte tenían que defender-
se solos,l y lo único que podían esperar era que Ios ayuda-
ran sus familiares y conocidos y les brindaran alojamiento
y comida por un período de transición.
Otro problema que se sumaba como agravante a esta si-
tuación inicial era la dependencia económica. En contra de

229
toda clase de especulaciones, el grueso de los inmigrantes
no estaba colmado de bienes materiales. Al contrario, en Ia
mayoría de los casos carecían de recursos y su viaje lo ha-
bían pagadd por anticipado sus interlocutores en Europa,
que también habían tomado a su cargo Ia garantía de que
sus protegidos no serían casos sociales que representaran
una carga para eI Estado argentino. Si los recién llegados
tenían en el bolsillo eI contrato de una compañía argenti-
na, entonces esa carga pesabá poco y podían empezar a or-
ganízar sus vidas y a saldar Ia deuda. Pero ese caso repre-
sentaba sóIo Ia excepción feliz.
El Hotel de Inmigrantes de las autoridades migratorias
brindaba a los recién llegados sin recursos una semana
gratis de pensión y alojamiento. Otros, que eran demasia-
do orgullosos para aceptar esa prestación que considera-
ban una limosna, pasaron las primeras noches en la nueva
tierra debajo de un árbol.z Para aquellos que eI Estado ar-
gentino había contrataio, se habían tomado todas las pro-
videncias. Hombres de confianza los alojaban en pensiones
de Ia colectividad alemana en Buenos Aires, entre las que
Ias pensiones Juhrmann en Vicente L6pez,3 y Arnold en
Belgrano,a representaban a menudo las etapas de tránsito
escogidas. También se habla de una pensión Don José en
Belgrano, en la que corr frecuencia se hospedaban alema-
nes, algunos de ellos oficiales, que se habían introducido
en la Argentina con nombres falsos.s El hotel Meier en BeI-
grano albergó a la gente del grupo Tank.6
De esas estacioaes de residencia temporaria partieron
las ramificaciones de las otras líneas de destino, que lleva-
ron a los colaboradores de Tank a Córdoba, al grupo
Schmidding a sus lugares de destino en Ia industria de ar-
mamentos y a los científicos alemanes, para los que toda-
vía no se había podido encontrar una ocupación concreta,
al Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Ri-
vadavia, una especie de situación de disponibilidad cientí-
fica. Los académicos contratados directamente por las uni-
versidades argentinas no tuvieron necesidad de dar ese ro-
deo y después de una breve estada en Ia Capital, se dirigie-
ron directamente a su lugar de destino.
230
EI Estado argentino le allanó el camino a la emigracl(h
política. Perón en persona se ocupó de ella "por un sentlde
de humanidad"T y cuando se enteró de las ejecucionel.l
continuación de los juicios de Nuremberg, impartió la ori
den a los consulados argentinos de facilitar Ia entrada a h
Argentina a todos aquellos que escapaban de Ia persecu.
ción de los Aliados.8 Nuremberg fue para Perón una expe-
riencia traumática; una y otra vez se expresaba con pro-
fundo horror sobre los procesos, Ias sentencias, las ejecu-
ciones. La primera delegación alemana que viajó a la Ar-
gentina después de la guerra, ettcabezada por el ministro
de Renania del Norte-Westfalia, doctor CarI Spiecker, in-
formó de un encuentro con el Presidente:
"Después de la cena, Perón nos mostró un gobelino
que le regaló el general Franco en el que podía verse
a Alejandro Magno, cuando inmediatamente después
de la batalla fue el primero en hacer curar las heri-
das de Daío. Perón contó con orgullo y entre carca-
jadas, que Ie había explicado el gobelino al embaja-
dor americano Griffith y agregado la observación:
'Ya ve usted, eso es algo diferente a NureÍrberg."s
Más tarde, en el exilio español, Perón explicó con mayor
claridad su punto de vista:
"En Nuremberg se estaba realizando entonces algo
que yo, a título personal, jtzgaba como una infamia
y como una funesta lección para eI futuro de la Hu-
manidad. Y no sólo yo, sino todo eI pueblo argentino.
Adquii la certeza de que los argentinos también con-
sideraban eI proceso de Nuremberg como una infa-
mia, indigna de los vencedores, que se comportaban
como si no Io fueran. Ahora estamos dándonos cuen-
ta de que merecían haber perdido la guerra. iCuán-
tas veces durante mi gobierno pronuncié discursos
contra Nuremberg, que es la enormidad más grande
que no perdonará la historia!"lO
237
 Perón creó una institución que, en la medida de lo posi-
ble, debía poner a salvo a todos los alemanes que, por los
motivos que fueren, eran buscados por los Aliados y esta-
ban entre la,Vida y Ia muerte. La tarea, en verdad explosi-
va de la institución fue camuflada entre los asuntos secre-
tos y confiada a muy pocos como cuestión capital. Muchas
cosas hablan en favor de que los hilos convergían en eI es-
critorio del entonces secretario privado y confidente de Pe-
rón, Rudi Freude, que en pocoiiempo montó un servicio se-
creto propio (Secretaría de Informaciones) y que para esa
organízación reclutó a personas que habían prestado servi-
cios secretos para el Reich alemán.11
Entre los fugitivos políticos había, además de alemanes,
colaboracionistas franceses, croatas de las huestes de la Us-
tascha y miembros de las ss de casi todos los Estados de Eu-
ropa. A su llegada a Buenos Aires Ios recibió una comisión
especial de las autoridades migratorias, que interrogaban a
los recién llegados. La existencia y el trabajo de la comisión,
que bajo Ia conducción de los directores de las autoridades
migratorias Santiago Peralta, Pablo Diana y Enrique Gon-
zá\ez subsistió quizás hasta 1950, son en gran parte desco-
nocidos.l2 La Argentina quería asegurarse de a quién Ie
permitía la entrada al país pasando por alto las disposicio-
nes vigentes, por una parte debido a un cierto escepticismo
frente a esos buscados a nivel internacional, pero además
es posible que para poder servirse de esas personas si se
diera el caso, Io que más tarde también se intentó.
La comisión exarhinadora, creadá en 1946 por Peralta,13
se componía de veinte delegados de las diferentes naciona-
lidades. En los interrogatorios se preguntaba a las perso-
nas que ingresaban de manera irregular por sus antece-
dentes y eI papel que habían desempeñado durante la gue-
rra. Si surgían contradicciones o el escepticismo de los
miembros competentes de la comisión era demasiado gran-
de, las personas en cuestión podían ser enviadas de vuelta
a Europa, lo que sucedió con un número aproximado de
cien. Era determinante la posición de cada uno de los
miembros de Ia comisión, que cumplían sus funciones ad
honorem. Su sola firma en la ficha de ingreso era decisiva
232
para que el interesado pudiera permanecer en el país. Se
eludían los trámites inmigratorios dispuestos por Ia ley.
Un joven germano-argentino con doble nacionalidad di-
rigía el departamento alemán de la comisión, mientras que
los croatas eran derivados al doctor Branko Benzon. Ben-
zon, que había sido encargado de negocios croata en Berlín,
así como su ayudante Ciro Cudina, se hicieron cargo del
control sobre la inmigración croata y, para desazón de Ia
colectividad croata del país, dejaron aI margen a Caritas
Croata que hasta entonces había velado por los intereses
de los compatriotas que inmigraban.la
Los refugiados políticos en la Argentina, cuyo número
se evaluó de dos mil a cinco mil personas, con los italianos
como el grupo más grande, después de la investigación de
la comisión y del examen médico y provistos de una cédu-
la de Ia Policía de Extranjeros, eran derivados a personas
de su respectiva colectividad nacional en la Argentina.
Esas personas los ayudaban a superar eI primer tiempo en
eI extranjero y a mediano plazo les conseguían un empleo.
Para eso contaban con el compromiso de los empresarios de
los respectivos grupos étnicos.
b) La colectividad alemana y los inmigrantes
Después que los recién llegados pudieron salvar el pri-
mer obstáculo y anudar contactos, sea con familiares, cono-
cidos, con la Iglesia o con asociaciones, empezaba Ia segun-
da fase de su estada en el extranjero, cuyo elemento prin-
cipal era Ia búsqueda de trabajo. El que no tenía dominio
del idioma español buscaba a sus interlocutores en Ia co-
munidad alemana en el país y no pocas veces experimen-
taba una amarga decepción. En la abtitud hacia los recién
llegados, los cuarenta y ocho,ts se manifestaba Ia fuerte
discordia que prevalecía dentro de Ia comunidad alemana
del Río de la Plata.
El Tercer Reich, su ascenso, sus éxitos y su fortuna con
las armas habían sido seguidos desde Ia distancia con gran
233
 participación íntima. El cataclismo de Alemania arrastró
en Ia vorágine a la colectividad alemana en la Argentina.
Con confiscaciones, cierre de las escuelas y difamaciones,
tuvo que pagur el precio por acontecimientos que estaban
fuera de su área de influencia. No pocas veces la amargu-
ra se dirigió contra Ia partida restante del Tercer Reich en
Ia Argentina, los inmigrantes de posguerra, que por otra
'parte sólo tenían una responsabilidad muy indirecta por la
situación en Ia Argentina.l6
EI repudio se polarizó y los inmigrantes rechazados de
tal manera se desquitaron con el desdén frente a las condi-
ciones patriarcales en que vivía Ia colectividad alemana,
contra eI atraso de la civilizacíón en el país huésped, con
críticas acerbas contra el "país de monos" la Argentina. Só-
lo poco a poco empezó una convivencia saludable, de la que
todas las partes podían sacar provecho.
Sobre todo los empresarios germano-argentinos sacaron
provecho de mano de obra barata y obediente, que en mu-
chos casos aportaba aderhás una sólida preparación, pero
que ni dominaba eI idioma del país ni conocía las leyes la-
borales argentinas. Existió una verdadera caza de perso-
nas, guiada por un empresario "Klüngel, que intercambia-
ba información por teléfono y así organizabala caza de es-
clavos. (...) Estas hienas se dirigían también, como es na-
tural, al señor Fritsch de'la editorial Dürer, por si él supie-
ra de alguien..."17
Sin embargo, los dirigentes de Ia colectividad alemana
en el Río de Plata, todos reconocidos'empresarios con Lud-
wig Freude ala cabeza, miraban más hacia eI futuro y no
pensaban sólo en ganancias rápidas. Eran conscientes de
que se vería amenazada la solidaridad de la frágil colecti-
vidadls y con ella su existencia, si no se lograba ayudar a
los indigentes de la posguerra. La solidaridad se basaba en
consideraciones por completo realistas y prácticas y se re-
fería a las víctimas de las confiscaciones en la Argentina
en la misma medida que a los nuevos inmigrantes sin re-
cursos. No se quería dejar escapar la oportunidad de poder
insertar a los últimos en la colectividad alemana del Plata
y con eso provocar una renovación en ella, y se pusieron en
234
marcha programas de integración. Los gastos a corto y me-
diano plazo, según la estrategia de los empresarios, serían
rentables a largo plazo. El tiempo les daría la raz6n.
Esos grandes industriales argentino-alemanes eran con-
servadores, nacionalistas sentimentales, pero en la prácti-
ca realistas y objetivos. Sus consideraciones, en las que
confluían un sentido paternalista de la responsabilidad co-
mo también el interés en la prosperidad para el provecho
general, constituían el marco dentro de1 cual, con un poten-
cial de trabajo calificado sobre una base de estabilización,
podía realizarse la reconstrucción de las muy dañadas es-
tructuras económicas germano-argentinas. Se produjo el
esperado empuje de modernización, que a corto plazo volvió
a consolidar la primera posición en Ia Argentina de la téc-
nica alemana de producción, comercio e industria.
Las tareas estaban repartidas. Mientras que los miem-
bros de las familias Freude y Staudt eran esencialmente
organizadores y también financistas de la ayuda a los in-
migrantes," y po" lo menos Ludwig Freude había podido
recurrir a fondos de la embajada del Reich confiados en de-
pósito,2o Roberto Mertig y Friedrich Wilhelm Schlottmann
brindaban ayuda para la integración en sus empresas, la
fábrica de artefactos domésticos de gas Orbis y Ias indus-
trias textiles Sedalana en Munro.
Roberto Mertig, al que por su origen y su personalidad
dominante llamaban Rey de Sajonia,2L era una figura pa-
tricia sobresaliente de la colectividad alemana de aquel en-
tonces. Había sido enviado a Ia Argentina como represen-
tante de la industia y, en los años entre las dos guerras,
había erigido sus propias plantas de producción en eI cam-
po de Ia técnica de artefactos de gas. Alcanzad.a la prospe-
ridad, apoyó a las asociaciones alemanas con subsidios fi-
nancieros y mediante donativos en especie.22 Después de Ia
guerra, fundó una organización para ól envío de paquetes
de alimentos a Alemania y se granjeó un enorme reconoci-
miento aI hacerse cargo de un elevado número de personal
docente de las escuelas alemanas cerradas en 1945.23 En-
tre los recién llegados que estaban en busca de trabajo, la
dirección de la firma Orbis ocupaba eI primer lugar. Se da-
235
ba preferencia a los que tenían experiencia laboral, pero
también podía conseguir un empleo el bachiller con expe-
riencia en el frente, por cierto no demasiado raro. A los in-
teresados se lés daba un curso de aprendizaje.za Los traba-
jos eventuales por un plazo fijo les sirvieron a algunos co-
mo solución de transición: como Eichmann que, posible-
mente sin que se conocieran sus antecedentes biográficos,
trabajó como obrero del depósito en Orbis durante un año
y medio, antes de entrar en Mercedes-Benz.25 Orbis, que en
aquel entonces mantenía en su nómina de sueldos a unos
trescientos cincuenta trabajadores, terminó por no ocupar
a ningún argentino en Ia administración. Esto recién cam-
bió cuando las disposiciones nacionales exigieron que tres
cuartos de Ios empleados de una empresa debían ser ar-
gentinos.26
Mientras el alemán del Reich Roberto Mertig evitó la to-
ma de posesión estatal de su empresa, en apariencia sólo
mediante un importante pago a cuer:lta,z7 el complejo textil
Sedalana, un subgrupo de Lahusen y Cía con miles de ocu-
pados,28 se había transformado a tiempo en una empresa
argentina mediante un cambio de directorio.2e De facto, sin
embargo, no se había alterado Ia jerarquía interna, a cuya
cabeza continuaban el fundador Friedrich Wilhelm
Schlottmann y Carlos Dgckert. Schlottmann, que median-
te la promesa de contratos de trabajo había ayudado a mu-
chas personas en Europa a conseguir un permiso de entra-
da, eI libre desembarco, y patrocinado también eI viaje a
Europa de Carlos Sc}ñrlz, aumentó dé manera considerable
la plantilla de personal de Sedalana con los nuevos ingre-
sos de ultramar.
El jefe del holding Staudt y Cía, Ricardo Guillermo
Staudt, ex cónsul austriaco, vicepresidente de Siemens-
Schuckert de Argentina hasta t94l y una figura promi-
nente de Ia colectividad, había sido atacado con violencia
por los Estados Unidos, en el Libro Azul de Braden, como
magnate nazi de la economía. Sin embargo, estas imputa-
ciones dañaron poco su credibilidad internacional y ya en
1948 estaba otra vez asociado comercialmente con firmas
estadounidenses.so El por largos años miembro del consejo
236
de administración del Banco Deutsche überseeische Bank
(Banco Alemán T?ansatlántico), aprovechó su posición do-
minante en la economía germano-argentina para fomentar
la inmigración alemana de posguerra, que su hijo Guiller-
mo supo organízar en colaboración con organismos estata-
les.3r En poco tiempo, el consorcio industrial de vasta rami-
ficación que disponía de un enorme capital, pudo colocar a
los recién llegados de Alemania sin despertar sospechas.
En menor escala, otros empresarios siguieron el ejem-
plo de este gigante de la economía germano-argentina,
ayudaron en cada caso según sus propios intereses comer-
ciales y fijaron sus propias prioridades. Así, algunos co-
merciantes revisaban los diarios en busca de informacio-
nes sobre alemanes internados que habían sido descubier-
tos como polizones en alta mar y se encontraban en la pri-
sión de la Prefectura de Marina en el puerto de Buenos Ai-
res. Los hombres de negocios depositaban una fianza a fa-
vor del Estado argentino para cada uno de los alemanes
detenidos y los rescataban.32 El diario de habla alemana
Freie Presse escribió en 1952 sobre los recién llegados sin
recursos,
"(...) que ahora, después de un viaje arriesgado, pi-
dieron consejo y ayuda entre nosotros. Eran un par
de cientos, muchos con mujer e hijos, a quienes les
conseguimos trabajo y pudimos ayudar con algunos
pesos para los primeros pasos en eI nuevo suelo, gra-
cias al altruismo de nuestros amigos lectores."S3
Algo parecido realizó Ia editorial Dürer en menor esca-
la. Sus locales comerciales se convirtieron en una cuenca
colectora para fugitivos nazis, fascistas italianos, colabora-
cionistas franceses, miembros de las ss europeas, que ha-
bían encontrado el camino al país a través de innumera-
bles estaciones y senderos tortuosos. Para ayudarlos a to-
dos, la editorial creó un Servicio de Asesoramiento para In-
migrantes Alemanes, pidió donaciones y colaboración a los
lectores d,el Weg y trabajó junto con agencias de viaje que
se dedicaban a viajes transoceánicos.3a
237
 También eI Estado argentino se convirtió en empleador
por tiempo determinado y ayudó a jóvenes alemanes a pa-
sar los primeros meses hasta que pudieran establecerse en
otra parte. Pelón partía de Ia idea del previsible estallido
de una tercera guerra mundial, opinión que compartÍa con
muchos de sus contemporáneos, y para fortalecer la posi-
ción argentina en ese nuevo conflicto había comprado
grandes cantidades de material.bélico en los Estados Uni-
dos.35 Pero después de la llegada del material, los cajones
se apilaron en eI puerto y en la Avenida Costanera y empe-
zó w proceso de corrosión. Así surgió Ia idea de emplear a
militares y técnicos europeos de las tres ramas de fuerzas
armadas, que en la guerra hubieran adquirido experiencia
del gran desarrollo de las armas, para que hicieran utiliza-
ble el material. Este llamado comando de cajones del año
1948, oficiales de todas las naciones del Eje, soldados del
ejército de Anders, profesores y políticos, etcétera, cumplió
su cometido. A cambio de.una retribución diaria compara-
tivamente alta, se inspeccionó el cargamento, se clasificó e
inventarió el material, se pusieron otra vez en marcha mo-
tores y máquinas y se repararon equipos averiados, de ma-
nera que se pudo entregar el contenido de las cajones a los
militares argentinos en buenas condiciones de funciona-
miento y utilización en co¡nbate.36
IJna cosa unía a los círculos de la comunidad alemana
en el Río de la Plata, a los grandes industriales y empresa-
rios de la clase media,b las jóvenes asociaciones de compa-
triotas y miembros de organizaciones políticas, sociales y
culturales, por heterogéneas que pudieran ser y cuales-
quiera que fuese la corriente inmigratoria que se atribuye-
sen: la voluntad y eI deseo de prestar ayuda a familiares,
paisanos, hermanos de fe, compañeros, camaradas, etcéte-
ra, que pasaban penurias en Alemania. Después que la Ar-
gentina dejó sin efecto los requisitos del régimen legal de
divisas en 1947, miles de paquetes navegaron sobre una
ola de altruismo hacia la hambrienta Alemania.sT Ya du-
rante el transcurso de la guerra, mujeres de la sección ale-
mana de la Cruz Roja Argentina (Comité de Damas. Auxi-
238
Iiar de la Cntz Roja Argentina) habían socorrido a prisio-
neros de guerra alemanes por medio de ayuda humanita-
ria. Se enviaron paquetes de víveres y cartas a los interna-
dos en los países de los aliados occidentales y en sus colo-
nias.38 Se trabaron lazos de camaradería por correspon-
dencia que se mantuvieron más allá de los años de cauti-
verio y, en casos particulares, hicieron posible Ia emigra-
ción a Ia Argentina, que gtacias a Ia relación establecida
pudo facilitarse de manera considerable al poner a disposi-
ción del interesado un pasaje de llamada.ss
Individuos con voluntad de ayudar, grupos pequeños y
grandes, muchas veces de las provincias,ao utilizaron para
el envío de paquetes las lÍneas de comunicación de Ia orga-
nizaciór, cARE, Cooperative for American Remittances to
Europe (Cooperativa para envíos americanos a Europa),
fundada en 1946 en los Estados Unidos y que en la Argen-
tina fue puesta bajo eI patrocinio del Estado. Por esa ra-
zón, cada paquete debía contener una fotografía del gene-
ral Perón y de su esposa Evita.al También los industriales
de la colectividad se mostraron activos y organizaron el en-
vío de miles de paquetes, como por ejemplo Roberto Mer-
tig. Juan Lahusen trabajó en correspondencia en su carác-
ter de presidente del Comité pro socorro argentino-alemán.
A nivel privado, eI servicio de paquetes funcionaba a
través de Ia firma Asm¡ma, donde cada interesado podía
comprar un paquete que después era despachado hacia
Alemania. A través de Ia agencia de viajes nsos (Eine Rei-
se ohne Sorgen = Un viaje sin problemas) partieron hacia
Alemania cargamentos enteros de estos donatiuos, como se
Ios llamaba entonces, que por lo general se distribuían a
través de instituciones religiosas.42 Tanto el díario Freie
Presse como la revista Der Weg eran anunciantes perma-
nentes de pnos.
Para poder mitigar las penurias dé individuos determi-
nados en Alemania, se creó Ia Paul-Laschke-Gedachtnis-
Stiftung (Fundación Paul Laschke, in memoriam), que lle-
vaba eI nombre de un antiguo profesor delegado alemán
que al principio de Ia guerra se había ido a combatir a Ale-
mania, fue hecho prisionero en Rusia y allí murió. Eber-
239
 hard Fritsch, director de la editorial Dürer, hizo continuos
llamamientos a hacer donativos a través de Ia revista Der
Weg que él mismo editaba. Su esposa y la secretaria de la
editorial despachaban los envíos con direcciones de distri-
bución en Alemania (Obra de caridad Helfende Hiinde =
Manos de Ayuda), o en Suiza (Z:urich), desde donde des-
pués se efectuaba el respectivo envío ulterior.a3 De esta
manera debía quedar oculto a los ojos de las autoridades
aliadas, que la mayor parte de loé paquetes iban a antiguos
nacionalsocialistas y sus familias, que las potencias vence-
doras habían penalizado con sanciones. Los paquetes de
Kameradenwerk (Obra de Camaradas), fundada por Hans-
Ulrich Rudel, iban a las familias de altos miembros de las
ss y de la Wehrmacht como también de dirigentes polÍticos,
a través de una dirección de enlace que figuraba con el
nombre de Tía Utu.44 Esta obra de caridad se pudo mante-
ner en pie hasta principios de los años 50, alimentada por
colectas de dinero entre los germano-argentinos acaudala-
dos.a5 Según datos de RudéI, sólo la operación Navidad del
año 1951 logró reunir mil quinientos paquetes.aG
También donaban con un destino fijo las asociaciones de
compatriotas que abastecían directamente a los campos de
refugiados en Alemania,aT como también las organizacio-
nes judías, sobre todo las de la Asociación Filantrópica Is-
raelita, que se ocupó de lo's perseguidos en los años pasa-
dos en Europa que habían sobrevivido a la guerra y que só-
lo hasta 1948 ya habÍa enviado veinte.mil paquetes.a8
La volumino.u que desde Ia Argentina se prestó
a Alemania entre "rrrJu
1947 y L952 y que soportaron todas las
comunidades divididas de habla alemana en el Río de la
Plata, mitigó las apremiantes penurias en eI país de desti-
no,4e y en eI país de salida unió a viejos residentes y nue-
vos inmigrantes. A estos últimos, Ia participación activa en
las operaciones de ayuda sólo para "limpiar
-y así fuese
picaportes"-, les dio la sensación de una compenetración
enérgica con la patria. Con ello quedó tendido un puente
mental a través del océano, que desde eI punto de vista psi-
cológico no era de poca importancia, ya que una gran par-
240
te de los inmigrantes vivía en dos mundos diferentes en el
Río de la Plata: real en el presente argentino que había que
enfrentar a diario, y emocional en el pasado alemán, que
con Ia creciente distancia se transfiguraba más y más.
c) Asociaciones y actividad política
de los inmigrantes
A diferencia de lo que sucede en el mundo de mayoría
anglosajona, la incapacidad de asimilación de los colonos
alemanes en determinadas regiones hispanas y eslavas es
un fenómeno que se constata con frecuencia y que se basa
en diferencias en modos de vida, mentalidad y cosmovisión
frente a las corrientes predominantes en el país huésped.
La dinámica antagónica de rechazo y attacción, en cambio,
podía despertar grandes fuerzas en particular y sobre to-
do en eI grupo y desarrollarse por completo para beneficio
general, pero las dos almas deben permanecer balanceadas
unajunto a la otra en eI pecho de los nuevos colonos para
que no se pierda el equilibrio. Por eso, la tendencia manía-
ca de los alemanes a formar asociaciones lejos de Ia tierra
natal, Este fue eI caso en la Argentina desde eI comienzo
de la inmigración alemana y los nuevos inmigrantes des-
pués de Ia Segunda Guerra Mundial tampoco se comporta-
ron de manera diferente.
Si bien los establecimientos de los círculos de germano-
argentinos de posición elevada pasaban por ser muy exclu-
sivos, no se alterrraba en sociedad con Ia gente sin recur-
sos, sin embargo había amplio espacio para la sociabilidad
y colectividad. Las asociaciones deportivas, sobre todo, go-
zaba¡de gran popularidad. EI club de remo Tbutonia, fun-
dado más de medio siglo antes, se cohvirtió en una fuente
receptora para los inmigrantes de posguerra ya que no co-
nocía ninguna barrera de admisión,50 Y ofrecía la posibili-
dad de desplegar una actividad física que aflojara las ten-
siones en el círculo familiar. El CIub Deportivo Austria dio
instrucción y educación física "a la juventud hitleriana"sl
247
 hasta bien avanzados los años 50 y continuó sus activida-
des sin interrupción.
Otras instituciones de Ia comunidad alemana que no po-
dían pasarse sip más ni más a otras actividades, dado que
sus bienes estaban sometidos a la vigilancia del Estado co-
mo propiedad enemiga, tuvieron que actuar con mayor cui-
dado. Su aspiración era volver a obtener Ia personalidad
jurídica que les habían quitado y recuperar los valores pa-
trimoniales incautados. Hubo uri fuerte lobby que hizo va-
Ier su influencia para que las escuelas, antes alemanas, re-
cuperaran la facultad para ejercer la enseñattza, ya que ca-
da año escolar perdido significaba eI distanciamiento de
promociones enteras de la comunidad alemana. Había su-
ficiente personal docente disponible ----en retiro provisorio
en empresas alemanas, listo para ser convocado- y el nú-
mero de alumnos había aumentado de manera considera-
ble en los años de posguerra.
Otras asociaciones cuya actividad había decrecido, des-
pertaron a una nueva vitálidad con la afluencia de inmi-
grantes. El Casino de Oficiales de la Marina Alemana en
el Río de la Plata (Deutsche Marine Offiziersmesse am Río
de Ia Plata) había sido fundado en 1919 por eI capitán de
corbeta Hans von Koschitzky como agrupación de marinos
de la Guerra Mundial con grado de oficial. Sus cenas de ho-
nor eran acontecimientos dociales de la comunidad alema-
na y las personas honradas de tal manera, ya fuese el re-
presentante del Norddeutsche Lloyd, Thilo Martens,s2 el
industrial Ricardo Staudt,53 o eI editorialista del Argenti-
nisches Tageblatt, Hermann Brunswig,sa se mostraban por
completo impresionadas ante la distinción. Hasta 1939, el
mayor acontecimiento era el acto anual del casino, conme-
morativo de la batalla de Skagerrak de la Primera Guerra
Mundial, durante el cual se recordaba Ia gloria y el honor
de Ia Marina de guerra, en presencia de notables de la co-
munidad y del Reich alemán, desde 1930 el agregado naval
Dietrich Niebuhr.
Con eI hundimiento delAdrniral Graf Spee eI Casino ex-
perimentó un nuevo aumento en su campo de actividades.
Sus miembros estuvieron presentes en el entierro de
242
Langsdorff el 21 de diciembre de 1939 y organizaron una
gran velada de bienvenida en honor de los camaradas del
acorazado. EI Casino se ocupó de dar asistencia a los mari-
nos internados y en eI futuro el aniversario de la muerte de
Langsdorff se convirtió en día de conmemoración colectiva
y en motivo para depositar una corona en la sepultura. Es-
ta asociación, pero también el escepticismo frente a un cír-
culo no nacional de oficiales de un país en guerra en la Ar-
gentina, Ilevaron a que el Casino tuviera que suspender
sus actividades. Entre el acto "Skagerrak 1943" y Ia reu-
nión del 7 de diciembre de 1949 no se encuentra ningún
asiento en el cuaderno de bitá,cora del círculo de marinos.
Después de la guerra se intentó reanudar las actividades a
partir del punto en que habían quedado seis años y medio
antes; en el futuro sesionaron bajo Ia bandera de guerra
imperial y enterraron bajo la misma a los camaradas
muertos.ss Pero los cambios de la época también se refleja-
ron en la vida de la asociación. Entretanto, Ios oficiales
germano-argentinos Aumann y von Rentzell habían ascen-
dido a almirantes, desempeñaban elevadas funciones den-
tro de la Marina y tomaban parte en las ceremonias como
invitados de honor.56 Pero también cambió la composición
de la nómina de miembros y jóvenes oficiales de la Segun-
da Guerra ocuparon las filas de los viejos dignatarios.sT Así
como en la época entre las dos guerras los antiguos almi-
rantes del Imperio habían honrado al Casino con su pre-
sencia, ahora concurrían de visita sus colegas de la Mari-
na del Tercer Reich.58
En los años 30, el Casino no se había dejado acaparar ni
por la embajada alemana ni por la organización para el ex-
tranjero (eo) del Partido Nacionalsocialista, a pesar de que
el embajador von Thermann y con mucha frecuencia el
agregado naval Niebuhr aparecían en las reuniones. La
asociación tradicionalista mantuvo cbntacto con las respec-
tivas marinas de Alemania sin tomar posición política.
También acogieron con gran cordialidad a los capitanes de
los buques escuela de Alemania Federal Passat y Pamir y
más tarde a los comandantes de la Marina federal. En
cambio se tuvieron en cuenta las Iealtades de los nuevos
243
ingresados a la plana de socios, cuando el Casino le envió
un telegrama de salutación al gran almirante retirado
KarI Dónitz por su octogésimo cumpleaños.5e
En relación cán los actos anuales conmemorativos del
día de Ia muerte de Langsdorff, en Ia posguerra nació pa-
ralelamente como asociación tradicionalista de soldados de
marina en otro nivel social-, eI Kameraden-
-aunque
kreis Adrniral Graf Spee (Círculo de Camaradas del Admi'
ral Graf Spee).lgual que el Casino de Oficiales de Marina,
el Círculo no defendía ningún mandato político. Los en-
cuentros mensuales en Buenos Aires servían ante todo pa-
ra la comunicación social de unos con otros, para la infor-
mación recíproca y Ia ayuda profesional mutua de los
miembros en los primeros años. La cohesión institucional
estaba dada por el mantenimiento de la memoria en la ba-
talla del Río de la Plata y los acontecimientos que le suce-
dieron. Mediante las relaciones públicas se mantuvieron
en la conciencia de los argentinos y cuidaron del propio
buen nombre, que para cada marino del Graf Spee repre-
sentaba un anticipo de confianza en la vida profesional, ya
que la tripulación del acorazado se había ganado la simpa-
tía de la población durante su internación más o menos ri-
gurosa en la Argentina, como también por la fuga de mu-
chos marinos a Alemania y. el arriesgado regreso después
de la guerra.
En el Río de la Plata, la pertenencia a este grupo era
equivalente a hombría de bien, firmeza y honradez. EI Cír-
culo de Camaradas se obupó de mantener esta reputación.
Bajo la conducción de casi treinta anos del oficial Friedrich
Wilhelm Rasenack, fueron'invitados a Buenos Ñres anti-
guos enemigos de Ia guerra para Ia conmemoración en paz
de los acontecimientos de la guerra.60 En el Hotel Bremen en
Villa General Belgrano se creó un museo Spee,y en esa mis-
ma localidad, que durante Ia guerra sirvió como lugar de in-
ternación, se inauguró más tarde un monumento Spee. Más
allá de su cometido intrínseco, eI Círculo de Camaradas no
tenía ninguna influencia dentro de la comunidad alemana y
era considerado como un simple círculo de conocidos.Gl
Con el mismo anhelo de brindar asesoramiento y apoyo
244
recÍprocos, aunque sin la intención en absoluto de hacer
propaganda pública, se creó en Buenos Aires un círculo de
camaradas de los veteranos de las ss, una asociación libre
que no se constituyó en una institución. Sesionaban con re-
gularidad en el Hotel zur Post, en la calle 25 de Mayo 367
de Buenos Aires,62 un lugar que ya durante la guerra Ia po-
licía secreta argentina mantenía bajo vigilancia por consi-
derarlo punto de reunión conspirativa de los agitadores na-
zis alemanes.63 Surgió así una especie de bolsa de trabajo
y un centro para intercambio de informaciones, mientras
al mismo tiempo se mantenía vivo el recuerdo de la guerra
y de la lucha del arma ss. Las reuniones de camaradería de
Ios veteranos de las ss en Buenos Aires los observado-
-quefls ssfl6y¿s"-,64
res ridiculizarorL con el mote de "tertulias
algunas veces llegaron a reunir doscientos personas.6s El
círculo era muy cerrado y exclusivo. Los que no pertene-
cían aI círculo, e incluso los simpatizantes, sólo llegaban a
Ia periferia. Se protegían y advertían mutuamente y las
más de las veces estaban bien informados sobre operacio-
nes de búsqueda y requisitorias internacionales.oo A los
respectivos recién llegados que desembarcaban de los tran-
satlánticos los introducían en eI Círculo y en Ia medida de
Io posible los ayudaban.oT Se ponía un acento especial en la
camaradería, en la lealtad y el altruismo incondicionales
entre ellos y se conservaba eI ideario nacionalsocialista.
Der Weg era eI vademécum.
Los nuevos aportes que llegaron a la redacción delWeg
desde el círculo de las ss, cambiaron esa revista en cuanto
al sentido de su contenido, una transformación que se pue-
de seguir en lo sucesivo. Der Weg se convirtió de una revis-
ta más bien conservadora de los alemanes en el extranjero
con una edificante sección de cultura y entretenimiento, en
un periódico de combate y adiestramiento con eI pensa-
miento radical-ideológico de las ss. El periódico se fijó co-
mo una de sus misiones principales rehabilitar a las ss y li-
berarlas del odio de haber sido una organización criminal:
por una parte mediante la crítica a las medidas de los pro-
cesos de Nuremberg, como también por medio de una expo-
sición positiva de los objetivos de las ss.
245
 La inquebrantable alineación ideológica de los hombres
de las ss, su preparación rigurosa, su fuerza combativa co-
mo formación de elite, su comportamiento después de la
guerra, tuvieror{ como consecuencia que sus miembros se
sintieran como una nueva orden, como la "aristocracia de
Ia revolución".68 En parte también después del final de la
guerra, como una orden militante de selección racial, mo-
ral e intelectual, con eI honor V l.a lealtad como su funda-
mento. Por eso, también los hombres de las ss en la redac-
ción de Der Weg se sintieron obligados a brindar apoyo in-
condicional a sus camaradas proscritos.6e Sospechosa será
también la comparación del veredicto de Nuremberg con el
proceso a los Templarios en Ia Edad Media, con eI cual
también por motivos polÍticos se habría preparado contra
una orden un proceso sensacionalista, que sin embargo ha-
bría destruido sólo en Ia superficie a esta hermandad. Es-
ta habría pasado a la clandestinidad y se habría converti-
do en la base de la masonería.7o La advertencia escondida
en este mensaje es inequívoca: una reorganización de las
ss en Ia clandestinidad todavía podría causar dificultades
insospechadas a las potencias vencedoras. Willem Sassen
vaticinó de manera sibilina: "Nuestro frente (...) está ocu-
pado en la orilla, pero su escalonamiento llega hasta eI fon-
do".71
No tan exclusiva como la asociación de veteranos de las
ss, pero concebida como círculo más fuerte era Ia Casa eu-
ropeo-argentina, punto de reunión de los combatientes de
todas las naciones de la Segunda Guerra Mundial que ha-
bían luchado del lado de las potencias del Eje, según ellos
1o veían, "por la liberbad de Europa contra la esclavitud de
Oriente y Occidente'7.72 Este círculo, frecuentado en gran
parte por antiguos miembros de asociaciones internaciona-
les de Ias ss, tenía su sede en una casa alquilada en el ba-
rrio de Belgrano y Io presidía el vicealmirante retirado Joa-
chim Lietzmann.T3 Como su suplente actuaba el coronel
francés Du Jonchay, que en 1940 había comandado eI bom-
bardeo francés de Gibraltar;?4 eI tesorero de la Casa era un
miembro del movimiento británico Mosley.75 También tenía
un cargo directivo, como decano, el voluntario sueco de las
246
ss Hans-Caspar Krüger.76 Los europeos del Este y los pue-
blos de los Balcanes tenían una numerosa representación:
croatas, húngaros, ucranianos, sobre todo rusos, pero tam-
bién franceses, escandinavos, muchos flamencos y alema-
nes. Secundados por los periódicos de emigrantes de cada
una de las naciones que se vendían en Ia ciudad de exilio,
Buenos Aires, entre los que se contaba Der Weg, condena-
ban eI orden mundial de posguerra y difundían sus propias
ideas europeas en el círculo de simpatizantes. La lucha de
Alemania contra la Unión Soviética encontraba su exégesis
como guerra "por la identidad europea".77 En opinión de los
apologistas, que entremezclaban la rehabilitación de las ss
con los conceptos nacionalsocialistas de una Europa ideal,
los motivos pangermanistas habían sido falsedades propa-
gandísticas de los enemigos.Ts La división europea de las ss
habría tenido a su cargo la parte destacada en Ia lucha con-
tra Ia "masificación y la'estepización' del alma y la mente
humana en el bolchevismo".Te Sin estar obligados al servi-
cio militar, miembros de todos los pueblos europeos se ha-
brían alistado como voluntarios aI servicio de las ss, de tal
modo que aI final el número de los no alemanes superó aI
de los alemanes.so Ese ejército multinacional de idealistas
habría defendido la causa de Europa, cuya unidad habría
encontrado expresión en las unidades de voluntarios de las
ss.81 Esa Europa así unida habría sido desarticulada ahora,
sobre todo por potencias extraeuropeas, con lo cual se ha-
brían desquitado de la osadía europea con un brutal trata-
miento especial a los hombres de las ss.82
En la Casa Europea se mantenía vivo el resentimiento
y la transfiguración nostálgica ofuscaba eI juicio. A pesar
de toda Ia retórica europea, Ia heterogeneidad en la compo-
sición de sus miembros impedía que se pudiera lograr una
unidad duradera y que pudiese surgir la capacidad para la
volición y acción políticas. IJna conducción poco hábil con-
tribuyó a que se retiraran los centroeuropeos y muy pron-
to predominaron los antiguos combatientes del ejército de
Wassow en Ia Casa de Europa, que después de una vida de
a Io sumo cinco años y según manifestaciones de antiguos
miembros, degeneró en un centro de borrachos.83
247
 La asociación más conocida de los inmigrantes alemanes Cuando los buques escuela Passat y Parnir de Alemania
era el Kameradenwerk. Mientras que en la mayoría de los Federal hicieron escala en el puerto de Buenos Aires en
casos, la prensa veía en ese círculo una organización de co-
1952,la colectividad alemana, con una armonía poco fre-
bertura para acti"ridades nacionalsocialistas,84 para el agen- cuente, les dio una cordial bienvenida y agasajó a sus tripu-
te secreto británico Stevenson era una organización nazi laciones en fiestas que habían organizado las asociaciones
universal y omnipotente, que habría coordinado el repliegue alemanas. Después que los dos buques se hicieron otravez
de altos dirigentes de1 Tercer Reich, ofrecido protección a a Ia mar, el comité organizador de las fiestas constató un re-
criminales fugitivos y sería un centro de mando para una manente de ganancia de 778,50 pesos que, según se había
nueva toma del poder.85 Simon Wiésenthal incluso equipara
convenido, debía entregarse a una institución benéfica. El
aI Kameradenwerk con oDESSA.86 Con tales detalles se reve-
comité transfirió la suma al Kameradenwerk y con esta ar-
la la absoluta insuficiencia de la hipótesis oDESSA.
bitrariedad contribuyó a desatar un verdadero escándalo,
La verdad, sin embargo, está desprovista de casi cual- que puso aún más de relieve la división de los alemanes en
quier espectacularidad. No se puede hablar de una organi-
eI Río de la Plata después de las fiestas de reconciliación
zación de cobertura. Lo que en su momento dijeron haber
con los jóvenes marinos.e2 En enconadas polémicas, la pren-
descubierto los reporteros de Alemania Federal en pesqui-
sa de habla alemana se explayó sobre el incidente y sus al-
sas directas, no era otra cosa que la interpretación tenden-
cances.e3 En el futuro, el patrocinio de las asociaciones al
ciosa de las relaciones públicas del círculo, que trataba de
Kameradenwerk se manejó con más discreción.
recaudar donativos en la comunidad alemana. Con ese fin,
Por una parte,Ios fondos que recibía el Kameradenwerk
hacía propaganda para sus áspiraciones en folletos que con
servían para pagar a los abogados defensores en los proce-
frecuencia se adjuntaban al Weg. Hans-Ulrich Rudel, el
sos contra los camaradas,ea pero sobre todo para enviar pa-
fundador oficial, describió al Kameradenwerk como una quetes, entre otras a las familias Hess, Dónitz, etcétera.
"organización de socorro para los camaradas que todavía
Los nombres de los miembros fundadores de la asocia-
se encontraban en cautiverio, sus allegados y para las fa-
ción determinaron que algunos periodistas, no sin motivo,
milias de los ajusticiados."sT Mediante eI envío de paquetes
hicieran conjeturas sobre las posibles causas secretas del
de comestibles y un intens<i tráfico de corresporrá".r.iu ,"
Kameradenwerk. Hans-Ulrich Rudel, eI piloto de combate
esperaba mitigar las penurias fisicas y espirituales y le-
más exitoso de la Segunda Guerra Mundial, condecorado
vantar la moral de los prisioneros.8S Durante muchos años
por Hitler, amigo de Perón, escritor y talvez financista del
el Kameradenwerk envió donatiuos caritatiuos a Alema-
Weg, era un propagandista infatigable del servicio social y
nia.8s En colaboración con la presidenta del directorio de
de paquetes entre los alemanes y descendientes de alema-
Stille Hilfe, Ia princesa de Isenburg, la obra de caridad
nes en Chile, Paraguay, Brasil y Argentina. El era el mo-
Helfende Hánde y la princesa de Schaumburg-Lippe, que
tor de la asociación. Además del Club Deportivo Austria, el
le hizo llegar listas de prisioneros y necesitados a lalsocia-
velero Falken, con el que en su momento había cruzado el
ción argentina,eo se organizó un servicio social que se ali_
Atlántico Ludwig Lienhardt y que entre 1948 y 1956 fue
mentaba de las colectas de dinero que realizaban los socios
utilizado como barco vivienda, sirvió a menudo como lugar
en Ia colectividad alemana, como también de los ingresos
de reunión del Kameradenwerk.es El mismo Lienhardt era
de Rudel por las conferencias que dictaba sobre .r.
""p"- considerado criminal de.guerra por la Unión Soviética.
riencias de guerra.el También los círculos alemanes hacán
También el doctor Kurt Christmann, comandante de bata-
donaciones, como la Casa europeo-argentina. En 1gb2 se
produjo un escándalo por una donación. llón retirado, era buscado por su actuación en el tristemen-
te célebre grupo D de operaciones especiales y más tarde
248
249
 fue condenado a varios años de prisión en la República Fe-
deral.e6 Entre los fundadores estaban además Konstantin
Freiherr von Neurath, hijo del ex ministro de Relaciones
Exteriores del Réich, Fridolin Guth,sT buscado por fusila-
mientos de partisanos y tal vez August Siebrecht.es Tam-
bién eran miembros eI general de los pilotos de combate
Werner Baumbach,ee Willi Wirth,100 y personas bajo nom-
bres falsos.lol Se mantenía una rqlación fluida con eI hijo
de Mussolini, Vittorio, y el ex secretario del Partido Fascis-
ta, Carlo Scorza, como también con el ex Poglaunik de la
Ustascha croata, doctor Ante Pavelic.102
EI Kameradenwerk no poseía ni una composición firme
de miembros ni una estructura de asociación. Se trataba
más bien de un círculo de hombres de iguales convicciones,
que recaudaban donativos y se los hacían llegar a personas
elegidas. Políticamente estaba alineado a Der W"g y repre-
sentaba el ideario del nacionalsocialismo. Abogó por una
amnistía general para preso,s políticos en Alemania, reco-
gió firmas y dirigió una petición a la República Federal con
ese reclamo.lo3
Pero el compromiso activo no puede sustituir la percep-
ción para la justa medida. No pocas veces las actividades
políticas del Kameradenwerk rozaron el borde mismo del
ridículo. La escena más grotesca se registró eI día de due-
lo nacional del año 1953, cuando tres representantes del
Kameradenwerk, con los brazos cruzados, se plantaron co-
mo custodios delante de su corona adornada con los colores
negro-blanco-rojo y con dso desairaron en público al emba-
jador alemán, que sólo después de una mediación obtuvo el
permiso para depositar al lado su corona con la banda ne-
gro-rojo-oro. Incluso en Ios círculos nacionalistas de la co-
lectividad alemana, esta escena sóIo pudo provocar cabe-
ceos reprobatorios.loa La perturbación del acto oficial con-
memorativo del día de duelo nacional tuvo como conse-
cuencia que la junta parroquial de la Comunidad Evangé-
lica Alemana los descalificara con durezaen los dos diarios
alemanes.lo5 El Kameradenwerk había quedado por com-
pleto en ridículo.
La embajada alemana estimaba como quantité négligea-
250
ble (cantidad desdeñable) la importancia de la agrupación
entre los alemanes en el Río de Ia Plata. Incluso entre los
conservadores, la influencia de Hans-Ulrich Rudel y su
grupo de seguidores de cincuenta a cien personas sería es-
casa e irÍa en descenso.106 Esta estimación moderada no la
compartieron de ninguna manera los representantes ale-
manes en Ios países vecinos y comentarios preocupados
acompañaron los viajes de Rudel para dictar conferencias
a los pueblos de origen alemán de Ia región. Así por ejem-
plo, Ia embajada en Chile comunicó alarmada a Relaciones
Exteriores los actos de Rudel en Santiago, Temuco y Con-
cepción en eI marco del Kameradenwerk y exhortó a Bonn
a neutralizar con decisión eI movimierr¿o.lo7 La relación de
Rudel con eI movimiento alemán-brasileño 25 de Julio mo-
tivó que eI embajador federal en Río de Janeiro enviara
cartas alarmantes a Relaciones Exteriores.l0s Ya antes de
la Primera Guerra Mundial, los colonos en el estado sure-
ño de Rio Grande do SuI festejaban eI 25 de julio como el
día de la llegada a Brasil de los primeros colonos alemanes
en \824. Después de la Segunda Guerra y con el objetivo
de agrupar a todos los alemanes y sus descendientes, se
creó en Porto Alegre una organización 25 de Julio para po-
der tener influencia en la política. La representación fede-
ral alemana consideró inconveniente la fundación de un
movimiento político semejante y para alcanzar el objetivo
recomendó una marcha a través de las instituciones para
ocupar posiciones clave en la economía, la política y la cul-
tura.lOe Al movimiento se le atribuyó una apenas enmasca-
rada posición política defensiva contra la República Fede-
ral, sobre todo contra su gobierno y sus representaciones
en Brasil y se advirtió contra perjuicios importantes para
la política exterior. En vista de un acto del Movimiento 25
de Julio en Curitiba con dos mil participantes, el cónsul ge-
neral alemán Kauel afirmó: "No puede caber absolutamen-
te ninguna duda de que ya chapotean en las aguas navega-
bles de la organización25.de Julio grandes sectores de las
capas sociales simples de los cuatro estados del Sur brasi-
leñO.»110
Al contrario de Terdenge, eI embajador federal en Bra-
25t
sil, Oellers, prestó especial atención a los movimientos na-
zis reales o supuestos y registró minuciosamente los viajes
de Rudel. En octubre de 1953, el jefe de la editorialDürer,
Eberhard Fritsth, dictó una conferencia en Curitiba, en la
que habría hecho una declaración programática sobre una
futura acción cultural entre los alemanes residentes en
Brasil, dirigida desde Buenos Aires. Oellers aprovechó es-
ta ocasión para conseguir, por vía oficial, una actitud más
dura de la representación en Buenos Ai¡ss.l1r Por fin se
planteó eI reclamo de retirarle el pasaporte a Rude1,112 Io
que sin embargo Terdenge rechazó para no elevarlo a la ca-
tegoría de mártir. Se mantuvola"táctíca que hasta ahora
siguió con probada eficacia la Embajada para silenciar po-
Iíticamente al coronel retirado Rudel".113
IJna organización a tomar en serio y de potencial impor-
tancia en comparación con eI Kameradenwerk, la repre-
senta el Movimiento Peronista de los Extranjeros en la Re-
pública Argentina, MPE. FI movimiento fue fundado en
1954 como articulación del Partido Peronista y abarcaba a
treinta y dos nacionalidades que se reunieron bajo Ia con-
ducción del inspector general Gustav MüIler. La revista del
movimiento tenía una presentación excelente y su redactor
responsable era eI escritor belga Pierre Daye, condenado
como colaboracionista.lla,
En febrero de 1955 se creó el Deutsche Landesgruppe
(Grupo Nacional Alemán) del rutn, cuya organización que-
dó en manos de un comité de doce miembros,115 y sesiona-
ba bajo la presidenciaqde Ludwig Lienhardt.116 En la muy
concurrida ceremonia de fundación, el inspector general ex-
plicó los objetivos del urn, que apuntaban a una rectifica-
ción de las asociaciones de alemanes y de otras comunida-
des nacionales conforme con eI espíritu del partido del Es-
tado y a una inclusión sin problemas de Ios extranjeros en
la política interna de Ia Argentina. En un telegrama de ad-
hesión al Presidente de la Nación se expresó con patetismo:
"Alemanes simpatizantes de su doctrina justicialis-
ta, reunidos para la fundación del Grupo Nacional
Alemán en el Movimiento Peronista de los Extranje-
ros, envían sus saludos a Vuestra Excelencia en
252
agradecimiento por la probada amistad para con
nuestra vieja patria. Aseguramos a Vuestra Excelen-
cia nuestra total solidaridad en su aspiración de dig-
nidad y justicia por una verdadera paz, como quedó
expresado en su inolvidable mensaje al mundo del 7
de julio de 1947 y que, con todos los otros hombres de
buena voluntad, nos convirtió en admiradores de
Vuestra Excelencia. En este sentido el Grupo Ale-
mán se esforzará por hacer realidad la frase eterna-
mente vigente: ¡Lealtad por lealtad!"117
SóIo más adelante Lienhardt tomó conciencia de la ver-
dadera finalidad del upp. La sección alemana, equipada
con un armamento especial, debÍa constituir una especie
de tropa escogida para Perón.118 Los cerca de cien expertos
militares alemanes, oficiales y soldados con experiencia de
combate, algunos provenientes de unidades de elite como
Ia Leibstandarte Adolf Hitler, mostraron disposición a in-
corporarse a una Legión Alemana, como Ia llamaban los in-
volucrados. Pero Lienhard temía las posibles implicaciones
políticas y después de una conversación con Perón, con el
argumento de no querer cometer ningún acto de intromi-
sión en Ia política interna argentina, disolvió la sección ale-
mana justo a tiempo antes de la caída del Presidente.lle
La agrupación se extinguió tan rápido como había naci-
do,120 lo que también impidió que su existencia saltara a
Ias primeras páginas de la prensa mundial. No se conoció
en absoluto Ia carga explosiva que llevaba su planeada es-
fera de acción, de la que Ia publicidad manejada por las ofi-
cinas de prensa del gobierno no había hecho ninguna alu-
sión. La fundación de un nuevo círculo de la colectividad
alemana fue calificada de poca importancia y se la ignoró,
de la misma manera que otras asociaciones y grupos ape-
nas merecieron atención. Como por ejemplo la Germanis-
che Union (Unión Germánica) del antiguo jefe de Ia agen-
cia de noticias Tlansocean y empleado en la oficina de pro-
paganda de Perón, Walter von Simons, que perseguía el ob-
jetivo de combatir el comunismo y luchar por la cultura oc-
cidental,12l o las veladas en la residencia de von Leers,t22
253
Ias cenas de camaradería de Willem Sassen en Buenos Ai-
res,123 las festividades del solsticio de verano, los fuegos ce-
remoniales del solsticio de invierno, etcétera.
La historia de las asociaciones alemanas de posguerra
en la Argentina muestra una cosa con absoluta claridad: la
ausencia de capacidad de organización. Ahora como antes,
eI destino de la comunidad alemana Io decidían otros. Los
comprometidos políticamente entre los nuevos inmigran-
tes eran casi sin excepción individualistas. Pudieron en
verdad fantasear con Ia comunidad nacional, pero en Ia Ar-
gentina no quisieron incorporarse a ninguna colectividad.
Así, por falta de "compañeros de ruta", se desintegró un
grupo detrás de otro.
Las afirmaciones de que en la Argentina habría nacido
una comunidad conspiradora de todos los fugitivos no tie-
nen sustento.l2a Los antiguos funcionarios nazis, los miem-
bros de Ia Wehrmacht, de las ss, del espionaje, de la Ges-
tapo, mantuvieron contactos personales entre ellos en la
Argentina; no constituyeroá una organización sólida.
254
Norns
1
Véase Buckeley, Auswanderung, pág. 62.
2
Menger, 19 de enero de 1990.
3 Según Veuhoff(15 de enero de 1991), en su momento se hospe-
dó en esta pensión el grupo Schmidding; según Bar-Zohar (Auengers,
pág. t74), también Eichmann se alojó allí después de su llegada; Fa-
rago, Scheintot, pág. 223.
a Veuhoff, 15 de enero de 1991. Kurt Tank y sus colaboradores se
hospedaron aquí en 1947.
5 Spitzy, So entkamen wir den Alliierten, pág. 123.
6 E¡ing, 25 de junio de 1990.
'"...po. un sentido de humanidad", en: Luca de Tena, Yo, Juan D.
Perón, pág.85.
8 Luca de Tbna, Yo, Juan D. Perón, pá9. 86.
e Dungs (asesor jurídico y de economÍa política de Spiecker) a
Etzdorf (aa), Bonn, 23 de noviembre de 1950 (informe manuscrito),
en: pA AA, trtb,752-06 E, "Viaje de Spiecker". El suceso le resultó tan
insólito a la delegación, que el breve informe fue clasificado como
"secreto". Perón esclareció a todos sus huéspedes de Estado extran-
jeros la representación de la batalla de Alejandro, el "Nuremberg de
la antigüedad" (Perón en: Conradis, Forschen und Fliegen,pág.346).
10 Luca de Tbna, Yo, Juan D. Perón, pág. 85/86.
11
Spitzy So entkamen wir den Alliierten, pág. 727; Spitzy, carta
del 28 de febrero de 1991.
12
Las informaciones citadas aquÍ provienen de un ex miembro de
la comisión, que a este respecto no quiso que se mencionara su nom-
bre. Los archivos de actas de la comisión fueron destruidos entre el
intento de golpe de Estado del 16 dejunio de 1955 y el derrocamien-
to de Perón tres meses después.
13
Sobre Peralta, sus escritos antisemitas durante la gu.erra y su
255
 actitud obstructiva frente a la inmigración judía, en su carácter de
Director de Migraciones, véase: Avni, Inmigración Jud,ía, cap. v,2,
3a
l, pág. 54.
Der Weg, m (1949),
35
Waehner, 23 de marzo de 1990; también: Santander, Yo acusé
"El comisario Peralta".
la Sinovcic, 72 a la d,ictad,ura, pássim.
te marzo de 1990. 36 Waehner, miembros del Comando Cajones, 23 de marzo de
15
A principios de los años 50 habÍa bajado la marea de la emigra_
1990. Otro participante fue el experto en medicina aérea, doctor Ha-
ción ilegal hacia la Argentina, que alcanzó su pico en el año 194g. La
rald von Beckh, que más tarde fue a los Estados Unidos a trabajar
colectividad alemana hablaba de los recién lregados, no sin mordaci-
en proyectos espaciales. También colaboró el oficial de contraespio-
dad, con lo cual establecÍa un paralelo con la naje en T:ínger, doctor O. Wiedemann, llamado por los ingleses "el
revol xIx, que .oh ., fracaso fue el motivo pa_ Lawrence alemán" (H.G.E., "Abwehroffizier rodet Urwald-vorher tá-
ra la masa de alemanes hacia América.
16
tig als Kistenóffner", er:: Abend,posl, Frankfurt, 24 de marzo de
Según de Mahieu (29 de enero de 1990), la comunidad alemana
1953).
se mantuvo a distancia de los recién llegados casi con terror. von oven 37
Hoffmann, Deutsche in Argentinien, pág. 744.
opina de manera parecida. Menger (19 de enero de 1990) incluso se re- 38
Sobre esto: "Der Arbeitsausschuss deutscher Frauen beim ar-
mite a las malas experiencias con los germ¿ulo-argentinos de este cír-
gentinischen Roten Kreuz", en: Volberg, Auslandsdeutschtum, pág.
hincapié en el alto 111-114.
los recién llegados 3e
Menge, 2 de enero de 1990.
, los más pobres. a0 Küpper
(1o de marzo de 1990) informa sobre una operación ce-
la editorial Dürer no de paquetes en Eldorado, provincia de Misiones.
y su director Eberhard Fritsh, véase capÍtulo vm b) de este estudio. a1 Schulz, 14
18 de marzo de 1990; lo mismo Kienitz, 3 de febrero de
Brockdorff (Flucht uor Nürnberg, pág. 168) parte de una colo_
1990, que además menciona a Ludwig Freude como portavoz de la
nia alemana cerrada, alejada por completo de la realidad.
le Sobre Staudt: Janko, operación CaRe argentina.
10 de enero de 1990. Sobre Freude: Fo_ a2 Schulz, 14 de maruo de 1990. Después
de Hesslein, fue jefe del
ged,/Krüger, Flugtrute Nord., pág. lO4.
20 servicio de paquetes nnos el ex jefe de la Ao (Organización para el ex-
Rout/Bratzel, Shadow War, pág. 422.
21 tranjero) del Partido Nacionalsocialista Alemá¡, Heiner Korn (Poli-
von Freeden, 20 de noviembre de 19g9.
22 tische Briefe, Santiago de Chile, tv, septiembre de 1947, N' 44, pág.
Adler, 30 de noviembre de 1989.
23 F. 11).
Mertig, 25 de octubre de 1989; Janko, 9 de enero de 1990; a3
Schulz, 14 de rrrrarzo de 1990. Sobre las conexiones de la obra de
Veuhoff, 15 de enero de 1991.
2a Sander, caridad Helfende Hánde con Stille Hilfe, las dos dirigidas por Hele-
2 de febrero de 1990; Maler, 28 fle enero de 1990.
25 ne, Princesa de Isenburg, "Madre Elisabeth", véase: KIee, Was sie ta-
F. Mertig, 25 de octubfe de 1989.
26 ten, uas sie wurden, cap. x "Die Stille Hilfe" y pág.237 y siguiente.
Janko, 9 de enero de 1990. aa Schulz, 74 de maruo de 1990; también: Frank,
27 Nazis in Argen-
Janko, 9 de enero de 1990.
28 Sommi, tinien, pág. 116 y siguientes.
Capitales alernanes, pág. 260. a5
2e Rasenack, Menge, 74 de marzo de 1990.
6 de enero de 1990. por lo menos en los años 30, a6 Rudel, Deutschland-Argentinien, pág. 747.
Ludwig Freude era miembro del directorio disuelto más adelante. (pe a7 Janko, 9 de
enero de 1990, sobre una acción semejante de los
AA, rrr b, 752-06 E, 1950, Abt. I a Abt. ru, Bonn, B0 de octubre de 19b0,
suevos del Danubio.
informe b). 48 Lütge, Deutsche in Argentinien, pág.
30 32O.
Frank, Nazis in Argentinien, pág. g2. ae El milagro
31 económico en la República Federal pronto hizo in-
Janko, 10 de enero de 1990.
32 necesaria la ayuda de ultramar, pero en el futuro más de uno recor-
Waehner, 23 de marzo de 1990.
33 dó con agradecimiento esa acción. Así, en recuerdo de la ayuda pres-
Müller-Ludwig, "Wir haben Geburtstag", en: Freiepresse, 30 de tada desde la lejana Argentina, en 1975 se fundó la Gesellschaft fiir
noviembre de 1952, pág.8.
gemeinnützige Beziehungen zu Argentinien (Asociación para las re-

256
257
 recho de sufragio, el estado de derecho, cuatro libertades y democra-
laciones de intercambio con Argentina), cBspzAR, que en adelante y cia, en tanto miles de camaradas sean detenidos en los tan lisonjea-
en sentido inverso, patrocinó con donativos en dinero y en especie a dos'estados de derecho'. (...) Pa¡a nosotros, el estado de derecho to-
las instituciones sryiales debilitadas en sus finanzas de la colectivi- davía empieza con rejas." (Sluyse [= Sassen], diálogo de lectores en:
dad alemana en la Argentina. Der Weg, vII, 1953, 6, pág. 399).
50
Adler, 30 de noviembre de 1989. 70
Felix, "General Handy's Wahrheitsliebe"' en: Der Weg, v (1951)'
51 Schmidt-Liermann, 15 de enero de 1990.
4, pág.3O5.
52
Velada del 1" de abril de 1935 (cuaderno de bitácora del casino). 71 Sluyse (= Sassen), "Bernhard Ramcke", en: Der Weg,vt (L952),
53 Velada del 9 de marzo de 1938 (cuaderno
de bitácora del casi- 12,pág.860.
no). AsÍ se expresa un miembro de la Casa europeo-argentina,
?2
5a
Velada del 26 de septiembre de 1953 (cuaderno de bitácora del Hans-Joachim Doss, en una carta al autor, del 12 de mayo de 1990'
casino). 73 Ibíd.
55 AsÍ por ejemplo
el 11 de noviembre de 1953 (cuaderno de bitá- ?a Según de Mahieu, 29 de enero de 1990.

cora del casino naval). 75 de Mahieu, 29 de enero de 1990.

56 AsÍ por ejemplo
el 26 de septiembre de 1953 (cuaderno de bitá- 76 Menge, 14 de marzo de 1990.

cora del casino naval).
57 Así por ejemplo Waehner, Moldenhauer y el oficial del Spee,
Rasenack.
58AsÍ lo hizo el 5 de noviembre de 1953 el contralmirante retira-
do Hermann Graf von Schweinitz (cuaderno de bitácora del casino
77 Rudel, "Wir verstehen die Zeichen det Zeit", en Der Weg, w
(1950), 8, pág. 753.
?8 Rudel, "Das ganze Deutschland", err Der Weg, vt (1952), l, pág'
69.
G.v.A., "Hoffnung und Móglichkeit", en Der Weg, rI (1948), 11'
7e

naval). pág. 815.

5e 16 de septiembre de 1971 (cuaderno de bitácora del casino na- 80 Además de numerosas notas sobre esto en Der Weg, también:.

val). Stein, Geschichte der Waffen-ss, pág- 723.

60 81 von Leers, "Sind wir am Ende?", en Der Weg , w ( 1950), 12, pág'
Rasenack, 6 de enero de 1990; también: Gester, "Freund und
Feind nach vieruig Jahren, en: Frankfurter Allgemeine Zeitung, 12 7072 y pássim.
82 Hoppe, carta de lectores et Der Weg, vttt (1954), 4, pág' 230'
de enero de 1980, pá9.7.
61
Janko, 10 de enero de 199b.
83 Doss, carta del 12 de maYo de 1990.
62 Priebke, 18 de enero de 1990. C.H., "'Kameradenwerk'. Eine getarnte Nazi-Organisation in
84
uKame-
63 Un informe confidencial de la policía secreta
argentina al mi- Argentinien?" , en Rheinischer Merkur, S de octubre de 1952;
nistro del Interior Miguel C¡rlaciati, del 2 de octubre de 1940, locali- radenwerk - eine politische Tarnung", en Argentinisches Tageblatt,
zó en ese hotel la central de las llamadas Tlopas de Asalto, que se sin fecha (fin de septiembre /principios de octubre de 1952)'
85 Stevenson (Bormann Brotherhood) atribuye las actiüdades
habúan organizado bajo su jefe Siegfried Becker y ya habrÍan empe-
zado a confeccionar uniformes (Informe Thimestral de la PolicÍa Se- mencionadas a la Hermandad Martin Bormann y consigrra (pág'
uotro nombre para la Hermandad"'
creta aI ministro del Interior, propiedad privada de Miguel Culacia- 174) que Kameradenwerk sería
86 Wiesenthal en: Forsyth, 1DESSA,pág. 184 (nueva edición 1991).
ti h.). En efecto, Becker era el jefe del espionaje alemán en la Argen-
tina (Rout/Bratzel, Shadow Wor, pássim). En sus datos sobre 1DESSA, la novela se basa exclusivamente en si-
e Schmidt-Liermann, 15 de enero de 1990. mon Wiesenthal.
8? Rudel, Krieg und Frieden,
65 de Mahieu, 29 de enero de 1990. Pág. 72.
88 Rudel, Deutschland-Argentinien, pág. 147.
66 Proffen, 26 dejunio de 1990. 8e Menge, 14 de marzo de 1990.
67 Priebke, 18 de enero
de 1990. e0 Rudel, Deutschland-Argentinien' pág. 161; Schulz, 14 de mar-
68
Fritsch, "Die ss gestern und morgen", en; Der Weg, v (1951), 7,
zo de 1990.
pág.484. e1 Menge, 14 de marzo de 1990.
6e
"A nosotros, los hombres de las ss, nos interesan un bledo el de-

259
258
 e2
Frank, Nazis in Argentinien, pág. l1-7 y siguientes.
es
112
Carta del cónsul en Porto Alegre a Oellers, 7 de noviembre de
Der
Weg, aparentemente asustado, no mencionó con una sola
palabra el incidente, pero en el número siguiente publicó un informe 1953, adjunta a: Oellers al ee, Río de Janeiro, 12 de noviembre de
1953, en: pA AA, Abt. 3, Bd. 87, "Btasilien").
sobre el Kameradúnwerk que pone de relieve su aspecto social. Ade- 113
Tbrdenge al ee, 28 de mayo de 1953, en: pAAA, Abt. uI b,2L2-
más ica,,, a lo que se ha-
02,8d.4.
o"t , t2,pág.894). 114
"Peronistische Auslánder", en: Deutsche Zeitung und Wirts-
s5 chaftszeitung, Colonia, 1" de junio de 1955, pág. L7. Contra Pierre
S. Lienhardt, 15 de diciembre de 19g9.
e6 Daye existía un pedido oficial de extradición del Conseil de Guerre
Sentencia del Landgericht I de Munich, del 19 de diciembre de
de Bruxelles, Bélgica, al Ministerio de Relaciones Exteriores de la
1980 (Zentrale Stelle, 218 AR 1898/66).
e7 Lienhardt, Argentina. También en Buenos Aires, la Policía Secreta vigilaba a
15 de diciembre de 19g9; Janko, 10 de enero de
Daye, que habÍa llegado con la compañÍa Iberia, desde Madrid, en
1990.
e8 mayo de 1947. (Informe de la Policía Secreta, 18 de septiembre de
von Oven, 26 de octubre de 1989.
ee 1947, secreto, en: AG MRDC, Div. Pol. Bélgica 711947). Sin embargo no
Lienhardt,
15 de diciembre de 1989.
1oo tuvo lugar ningún traslado. Las conexiones de Daye con el gobierno
Janko, 10 de enero de 1990.
101 «Als argentino lo hicieron otravez presentable en sociedad y más adelan-
deutscher'spezialist'in Buenos Aires,,, en: Der Tag,Bel- te el embajador belga se encontró con él (de Mahieu, 21 de febrero de
lín, 2 de agosto de 1953.
102 1990).
Janko, 10 de enero de 1990.
103
115
Como miembros de este comité de doce se mencionan, entre
Frank, Nazis in Argentinien, pág. 72O.
roa otros, a José y Helmuth von Engels, Ernesto Staessele y Franz Alli-
Sobre esto: Terdenge al ¡i,28 de diciembre de 1953, pág. 6, en: ger.
pe ¡¿., Abt. 3, Bd. 7.
116
S. Lienhardt, 15 de diciembre de 1989; también: "Peronistis-
105 Frank, Nazis in Argentinien, pág. LL7.
106 che Auslánder", en: Deutsche Zeitung und Wirtschaftszeitung, Colo-
Tbrdenge al ee, 28 de diciembre de 1958, en: pA AA, Abt. B, Bd.
74.
nia, 1o dejunio de 1955, pág. L7.
107
117
"Deutsche Landesgruppe in der MPE", en: Argentinisches Tage-
Embajada al ae, Santiago de Chile, 1g de abril de 1953, en: pe
AA, Abt. ltb,272-02, Bd. 3. Sobre los viajes de conferencias de Ru-
blatt, t8 de febrero de 1955. El texto de este artículo había sido an-
ticipado a las redacciones de diferentes diarios de Buenos Aires y el
del, las alocuciones radiales y sus encuentros con polÍticos, véase Ru-
secretario de Prensa y Difusión, doctor Antonio Cataldo, había soli-
del, Memoiren, pássim.
r08 Oellers citado su publicación con términos amables ("Señor Jefe de Redac-
al ae, Río de Janeiro, 15 de diciembre de 1958, en: re
ción: Mucho le agradeceré quiera tener a bien dar a conocer en las
AA, Abt. 3, Bd. 87, "Brasilidn". Sobre los contactos de Rudel con co_
páginas de su diario el comunicado que transcribimos más abajo".
rreligionarios en Brasil se pueden encontrar detalles en sus cartas,
que según le informara el historiador Jürgen Müller al autor están Carta, en el archivo delArgentinisches Tageblatt,palabra clave tupp).
En la práctica, esto equivalía a una orden cuyo incumplimiento ha-
al alcance de todos en el archivo de la ciudad de Blumenau.
10e bría acarreado serias consecuencias.
El cónsul general doctor Kauel al embajador Oellers, San pa-
S. Lienhardt, 15 de diciembre de 1989.
118
blo, 18 de agosto de 1953; anexo a la carta de Oellers al aa, Río de Ja- lle S. Lienhardt, 15 de diciembre de 1989. Más adelante, el tele-
neiro, 14 de septiembre de 1958, en: pA AA, Abt. g, Bd. g0, ,,Brasilien,'.
110 grama de disolución (de la sección alemaria) le sirvió de descargo a
Ibíd.
r11 Lienhardt durante las purgas que llevaron a cabo los antiperonistas.
"Agradeceúa si se pudiera requerir a la Embajada Alemana en
Buenos Aires que, dentro de sus posibilidades, desbarate nuevos in_
120
"Nosotros sabíamos desde un principio que (la organización
peronista de extranjeros) era un niño que habÍa nacido muerto. Si el
tentos de infiltración de agitadores residentes en la Argentina".
(Oellers al la, Río de Janeiro, 12 de noviembre de 1958, en: eA Ae, mismo Hitler no consiguió poner de acuerdo a sus aliados, cómo po-
Abt. 3, Bd. 87, "Brasilien"). dría haberlo llevado a cabo el pobre Lienhardt" (von Oven, carta del
20 de diciembre de 1989).

260
267
 r21 «G€rmanische
Union in Argentinien", en: Frankfurter Runds-
chau,29 de marzo de 1951.
122 Doss,4
de ngviembre de 1989; K.F.,2 de junio de 1989. VII
123 Kienitz, 10 de marzo de 1990.
124 Así por ejemplo Brockdorff (Flucht uor Nürnberg, pág. L29): AcrruoADES DE Los INMIGRANTES
"Tbdos los que llegaron a Sudamérica a través de los canales del ca-
mino romano, antiguos nacionalsocialistas y fascistas croatas, italia- EN LA ANCPNUNR
nos, belgas, noruegos, holandeses y fra¡ceses, se agruparon en una
organización a la que le dieron el nombre provisorio de sol, Sicher-
heitsdienst International (Servicio Internacional de Seguridad).

a) Proyectos aeronáuticos

Después que fracasaron las negociaciones con representan-

tes ingleses y soviéticos de la industria de armamentos en
Londres y Berlín, el ex director técnico y constructorjefe de
Ia fábrica de aviones Focke-Wu1f-Flugzeugbau GmbH en
Bremen, profesor doctor Kurt Tank, aceptó una oferta ar-
gentina y en el otoño de L947 viajó a Buenos Aires vía Di-
namarca. Entre los numerosos tipos que Tank había cons-
truido para Focke-Wulf se contaban el avión-escuela Srie-
glitz (Fw 44), eI Condor (rw 200) destinado al servicio tran-
satlántico y más tarde como bombardero de larga distan-
cia, y el avión de caza monomotor Fw 190, tan temido du-
rante la Segunda Guerra Mundial. En la desigual compe-
tencia con Ias potencias vencedoras, con Tank Ia Argentina
había podido ganar para sí un verdadero cerebro de Ia téc-
nica alemana de construcción aeronáutica. Para poder sa-
car eI máximo provecho posible de su capacidad, el gobier-
no le dio mano libre al experto aeronáutico en la elección,
número y función de sus colaboradores, y puso a disposi-
ción un presupuesto financiero que'para la Argentina era
más que considerable. La confianza en los expertos alema-
nes era inmensa. La Argentina había hecho buenas expe-
riencias en la colaboración técnica militar con Alemania.
En eI intervalo entre las dos guerras, el Stiegliüz fue cons-
truido bajo licencia en Ia Argentina y oficiales argentinos
de aviación recibieron su entrenamiento en A]emania.l

262 263

riales, ingenieros en aerodinámica, pilotos de prueba y
otros especialistas. Allí, en el área del Instituto Aerotécni.
co dependiente del Ministerio dg Aeronáutica, se pudo em-
pezar con el proyecto y la construcción de un avión de caza
a reacción. El equipo de Tank sumó pronto un medio cen-
El doctor Siebrecht, el hombre de enlace entre el grupo
Tank y Perón,5 negoció los sueldos de los alemanes cór, los
organismos argentinos competentes. Además de en la mis-
Aun antes de la llegada de Tank, el ingeniero aeronáu-
tico francés Émile Devoitine había construido un avión de
reacción, el te27,Ilamado.pulqui en araucano signi-
-que
fica flecha o tayo-,7 y el 9 de agosto de tg47 había atÁdo
vuelo su prototipo.s Con esto, la Argentina se había conver-
tido en el quinto Estado del mundo con capacidad para
construir por sÍ mismotemejantes aviones de la más a-van-
zada tecnología. Sólo la existencia de la máquina y el he_
cho de que volara ya era un éxito, frente a lo cual ni siquie-
ra una vez se les dio importancia a todas las deficiencias.
El Pulqui no se podía ttilizar para una acción militar y no
tenía ninguna posibilidad de armamento.e
Ya no se encargó la ejecución de ningún otro avión de es_
ta clase. Tank pudo ignorar por completo a su predecesor,
dado que durante la guerra ya se habían elaborádo en AIe_
mania los planos para un nuevo caza de reacción y sólo ne-
cesitaban ser más o menos adaptados en las fiábricas de
aviones argentinas Industrias Aeronáuticas y Mecánicas
264
del Estado, IAME. A base de los planos microfilmados de
Focke-Wulf para elTa 183, en 1950 se terminó el prototipo
del t¡,33, Pulqui It.
Como no se podía recurrir a productos de fabricación
alemana, para la propulsión del avión se montó una turbi-
na Rolls-Royce. Los especialistas alemanes no se sintieron
muy felices con esta solución, ya que en comparación con
Ias turbinas axiales instaladas en Alemania, eI motor (Ne-
ne II) era anticuado y además mucho más caro'r0 Pero no
había otra opción y se tuvo que echar mano de Io que se po-
día conseguir. La industria argentina de suministros, cu-
yos componentes de fabricación propia hicieron necesario
muchas veces que se recurriera a improvisaciones y solu-
ciones de emergencia de Yez en cuando ocasionó problemas
más grandes que las importaciones desde Gran Bretaña o
Ios Estados Unidos.
Para los proyectistas en Córdoba Ia seguridad de vuelo
estaba por encima de todo. Para las necesarias pruebas de
mecánica de vuelo se construyó un modelo de planeador en
escala 1:1 con el que se realizaron unos cincuenta vuelos de
prueba. En el túnel de viento se hacían las pruebas para
determinar las propiedades aerodinámicas.11
Después de dos años de planeamiento y construcción, eI
primer prototipo del Pulqui lt entró en Ia fase de prueba'
LaEtetza Aérea, en su afán por acentuar eI carácter na-
cional del proyecto, designó para la primera prueba a su
jefe de pilotos de prueba, el oficial argentino capitán
Weiss.12
A mediados de julio de 1950, el segundo piloto de prue-
ba fue un alemán, Otto Behrens, ex jefe de Ia unidad de
Rechlin (Mecklemburgo). Al aterrizar
con Ia rueda de trompa y el avión capo-
quipo de técnicos alemanes analizó las
causas del defecto y reparó los puntos débiles. Mientras se
eliminaban las enfermedades infantiles en Ia construcción
del Pulqui II, se hizo cargo de los vuelos de prueba el mis-
mo Tank, como el mejor conocedor de su máquina.l3 En eus
vuelos de prueba, el Pulqui alcanzó una velocidad de 1.040
266
 km/tr en vuelo horizontal, con una autonomía de vuelo de
2.000 km y un techo de 14.600 m.ra
En las fábricas de aviones de Córdoba, al éxito Ie suce-
266
dieron los contratiempos. El presidente Perón compensó el
saldo a favor de Ia Argentina acumulado durante la guerra
en Inglaterra mediante la adquisición de una cantidad con-
siderable de cazas a reacción Gloster Meteor y con ello sa-
tisfizo Ia demanda de la aviación militar por aparatos de
esa clase. Si bien el Gloster Meteor no resistía Ia menor
comparación con eI mucho más moderno Pulqui [,1e los ele-
vados costos de desarrollo y construcción que demandaba
el proyecto desalentaron a los planificadores,2o de tal suer-
te que eI apoyo financiero ya no fue tan espontáneo y entu-
siasta como antes. También aumentaron los daños por fric-
ciones en eI conflicto con la burocracia, mientras no se po-
dÍan solucionar a satisfacción Ios problemas con la indus-
tria de abastecimiento. EI grupo sufrió un golpe muy duro
cuando un oficial argentino, el piloto de prueba Fabri, per-
dió Ia vida al precipitarse a tierra durante un vuelo de
prueba. AI año siguiente, 1953, en esta ocasión durante
una exhibición, otra vez un Pulqui protagonizó un acciden-
te que llevó a la muerte aI piloto Otto Behrens.2l Los acci-
dentes y sus correcciones retrasaron en meses los planes y
demoraron la producción en serie del avión de caza. En
1954 se hizo el vuelo de prueba del cuarto prototipo,22 y só-
Io después de Ia caída de Perón en 1955 estuvo listo para
entrar en acción el quinto Pulqui.23 A esas alturas, Tank y
una gran parte de su equipo ya habían abandonado la Ar-
gentina. Se le había retirado el apoyo político aI objeto de
prestigio peronista y ya no se produjo más la planeada se-
rie de presentación.
En forma paralela, el infatigable constructor había de-
sarrollado otros planes. En 1954 se probó con tres prototi-
pos un avión bimotor de múltiples usos, con héIices, cons-
truido a partir de una idea de Paul Klages y que recibió el
nombre de Justicialista del Aire (Ie.35). La fase de experi-
mentación del aparato, que debía transportar de diez a ca-
torce personas, había transcurrido de manera tan satisfac-
toria, que se pensó en hacer una primera serie de doscien-
tas unidades.2a La Argentina fabricó los motores (I.e.n. 19-
DS-1, El Indio) de acuerdo con los planos desarrollados por
los ingenieros alemanes Morghen y Heinzheimer. En la
267
 época siguiente a la caída de perón, rebautizados Huan_ Horten, aI igual que su colaborador Froestl, fue más tar-
quero, se construyó una serie.2s Ta de profesor en la
nes del grupo Tgnk un aparato de y dictó clases a I
comercial de cinco turbinas Cóndo de sus numeroso
de
tonomía ina se ajustaba a las de Ia etapa de prueba. La Argentina, un país con una in-
condiciones dad de pasaje debía dustria pesada incipiente, había hecho un esfuerzo econó-
totalizar cu mico y técnico excesivo y los ambiciosos proyectos no llega-
ron a la producción en serie. EI salto aI mundo industriali-
zado no se podía lograr sin pasos intermedios.

Por iniciativa de la dirección general de las fábricas mi-

clases en la Escuela Superior de Aeronáttica, una acade_ litares, que hacia 1950 desempeñaba el general Henne-
mia militar en Córdoba.27 kens,3l Ia Argentina creó en la Europa de posguerra una
Además de Kurt Tank, había llegado a la Argentina el delegación especial para eI traslado de científicos y técni-
Premio Lilienthal, ingeniero doctor Reimar Hortán, uno de cos calificados aI Río de la Plata. Esta delegación fue con-
los más prestigiosos constructores alemanes de aviones. ducida por Gualterio Ahrens, más tarde embajador en
Era considerado especialista en alas volantes y trabajaba Bonn con el grado de general. Bien pronto tampoco fueron
en una máquina sin cola y sin planos traseros de estabili_ ninguna rarezalas solicitudes directas, como las peticiones
zación, que concibió tanto como avión convencional como de admisión de especialistas de las fábricas de armamen-
de p_ropulsión por reacción. Horten se enemistó pronto con tos Schmidding, algunos de los cuales habían trabajado en
Tank y en 1953 empezó con la construcción del cuatrimo_ eI campo de la industria alemana de cohetes.32 De manera
súbita, la Argentina se dio cuenta de la enorme fuerza de
atracción que ejercía sobre los especialistas, cuyos conoci-
mientos y experiencia profesional estaban en una etapa
improductiva, como por ejemplo sucedía con los técnicos de
Ios talleres de Peenemünde.33 Con eI general retirado de
los pilotos de combate, Adolf Werner Baumbach, se pudo
yo a rem transporte. Debido a proble_ ganar aI ex comisionado para el desarrollo y la puesta en
mas en E sión, el primer vuelo del pro_ ácción de armas especiales de la aviación alemana. En ju-
totipo se 1960 y aun entonces demos- lio de 1948, Baumbach fue nombrado asesor técnico de la
tró una muy limitada capacidad de desarrollo en la Argen_ dirección general de Fabricaciones Militares del Ministerio
tina, de manera que las autoridades aeronáuticas le retira- de Defensa y destinado directamente al Departamento de
ron el apoyo.28 En 1g5S/54, el armas y municiones especiales, que dirigía el teniente co-
aparato de alas volantes Ge-S7 ronel Romero Onetto.34 AIIí, junto con eI profesor Pelkho-
visto una propulsión de chorro, fer, se Ie encomendó el desarrollo de proyectiles modernos'
el ambicioso proyecto Así fue como en Belgrano, un barrio de Buenos Ñres, y ba-
también sobrepasaba sándose en experiencias de Ia guerra, se desarrollaron pro-
se quedó detenido en yectiles teledirigidos.35 Para no verse expuesto, como ex-
lranjero, a la permanente desconfianza de los colaborado-

268 269
 res y superiores locales en eI campo hipersensible de la in-
vestigación y eI desarrollo, el coronel adoptó la ciudadanía
argentina.36
t
Un grupo de antiguos colaboradores de las fábricas
Henschel había llegado a la Argentina después de Ia Segun-
da Guerra Mundial, también a través de la dirección gene-
ral de Fabricaciones Militares. R,ajo la dirección del doctor
Nickel,37 se desarrollaba en Córdoba el proyecto de proyec-
tiles teledirigidos, al que por fin se integró ese grupo.38 pe-
ro los trabajos empezados con gran entusiasmo llegaron
pronto a un punto de estancamiento. Tanto la conducción
argentina como individuos de mucha influencia habían in-
cluido en el proyecto a numerosas personas y así redujeron
el presupuesto que tenían a disposición. ,'La organización
contraría todos los principios de la administración empresa-
rial", se quejó un antiguo ingeniero de Henschel.Bs Los gru-
pos de construcción trabajapan en una zona casi desértica,ao
a ochocientos kilómetros de distancia del personal de plani-
ficación. Aparte de eso, los conflictos con las burocracias mi-
litares y civiles desgastaron la moral de los técnicos y cien-
tíficos,al y una profunda depresión se apoderó de algunos de
ellos, que en vista del desarrollo forzado en el campo de las
armas misilísticas en los Egtados Unidos, en Gran Bretaña,
Francia y Ia Unión Soviética, temían perder su más impor-
tante capital, su especialización. Si hasta 1g45 los proyecti-
les teledirigidos del profesor Schagner habían sido Io más
moderno que existía entse campo, ahora pesaba la amena-
za de perder Ia conexión y más de uno se arrepintió de la de-
cisión de haber elegido el camino a la Argentina. Hasta
1953 no se logró construir un proyectit apto para el lanza-
miento; Ios proyectos respectivos se empantanaron. para los
lanzamientos de bombas sólo se había puesto a disposición
un viejo aüón bimotor que desarrollaba una velocidad má-
xima de 250 km/h. No existían compañías dignas de con-

270 27L
 El coronel retirado Hans_Ulrich Rudel llegó a la
tina con un documento de identidad ,ro_Ér. a" Argen_
eriili,
la construcción en serie del Tbansall en Bremen'60 El inge-
"
Meier y como empleado civil de la aviación niero Eyting pasó a Martin Co. en los Estados Unidos y con
militar .o. ,r, Tank a la India, antes de que a partir de 1966 se dedicara
de asgsor, de facto no tenía ninguna o"rrpu.iOrr.
l"^11*!:
IJespues que se le impartió de manera preponderante aI desarrollo del avión argenti'
prohibición de vuelo a raíz de
unas arriesgadas exhibiciones que realizó no Pucará (r¿. 58). En los años 60 construyó para Mes'
en CO"¿oba, se
ocupó de la correspondencia de su Kameraden*"rU-Jli¿ serschmitt-BóIkow-Blohm (tvles) en Munich, el comando
sus memorias, escribió artículos para el automático del nlnce-Tornado.61
Weg y
"-p.ñiO
viajes y giras de conferen.ü. po" toaa É Argentina. Algunos constructores del círculo de Tank y de Holten
JarSgs permanecieron en Ia Argentina y como profesores de las et'
Las buenas relaciones con perón lo ánvirtie"o, piorto
un hombre adinerado.s3 Sin embargo, su carácter "r, cuelas superiores de Ia Fuerza Aérea instruyeron a la3
autorita_
rio, su posición intransigente y srr-alcionar político nuevas generaciones militares.
rriciá-
ron que se convirtiera en persona non grata
en casi todos
los centros políticos de la colectividad ,l-"rrrr.ru A largo plazo,la Argentina ganó conocimientos teóricoe
y ,;á"j;;
la verdadera multitud de sus admiradores y know-hout técnico de Ia contratación de científicos y téc'
de lás p;;;;;.
tiempos a un círculo de sectarios.sa nicos alemanes. La cooperación entre Alemania y Ia Argen-
Fue diferente la suerte de los miembros menos tina en el sector de la aviación militar es hasta eI día de
promi_
nentes de la Luftwaffe: ellos tuvieron que hoy muy estrecha.62 Los técnicos y científicos alemanes,
defenderse en la
Argentina con el combate de incendios forestales por su parte, pudieron reanudar una intensa colaboración
de langostas desde el aire,s5 con reparaciones t;h_;; de la época de preguerra y vieron en esa continuidad una
a" ,íiárr"E¡u
pero sobre todo en campos ajenos á su profesión. especie de puente en un período decisivo, hasta que Alema-
Finalmente comenzó una oleada migratoria nia estuviera otra vez presente en el campo internacional
a la inver_
sa. Pilotos como Klaus Neumann pasaron de la aeronáutica.
a la aviación mi_
onde por algún tiempo se ha_
ector, hasta que éste decidió
a.58 Además, después de la
vio con claridad que los pro- b) El proyecto nuclear Huemul
yectos aeron importancia política. Es ver_
dad que a lo upo de construcción de Cór_ Cuando Alemania fue derrotada, el prestigio de los cien-
doba les ofre :ontratos, pero muy pocos acep_ tíficos alemanes permaneció intacto y las potencias aliadas
taron. El proyecto había estado demásiado rastrillaron el país aLa caza de especialistas de todas cla-
con el nombre del ex presidente, como para "rrt.u-"r"Iá
que todavía se ses, no en úItimo término de investigadores atómicos. En
oudiera ver algún futuro allí. Tank emigró ulu Io esencial, la construcción de la bomba norteamericana
maiu, aorr_
de con una parte de su equipo de Córdoia y fue el resultado del miedo a Ia bomba de Hitler. A fin de
lleno a" ia"u.
innovadoras,se se mantuvo iiul u la construcción cuentas, Alemania había llevado una clara ventaja en ese
de avio_
nes. Su colaborador el profesor Thalau, ex gerente campo de investigación; en 1938, en Berlín, Otto Hahn ha-
de Fie_
en Kassel, se hizo cargo de la gerencia de la fábrica bía descubierto la fisión del núcleo de uranio con el bom-
9_el9r
Heinkel en Speyer. También en SpeJ,ea el profesor plock bardeo de neutrones. Después de su victoria, los norteame-
trabajó en el F-104 y más tarde ," d"."-p"nó como jefe ricanos se lanzaron a investigar en la Alemania ocupada si
de
su temor había sido fundado; con lo que sus indagaciones
272
273
demostraron el claro liderazgo de los Estados Unidos en la
técnica nuclear. Pero se quería asegurar a largo plazo esa
ventaja y se impuso una prohibición de trabajo a los inves-
tigadores nucleares al6manes, mientras todas las poten-
cias de ocupación intentaban ganar para sus propios pro-
yectos a los profesionales alemanes de primera línea. La
incipiente guerra fría determinó que el mantenimiento del
secreto y el control político siguieran vigentes más allá del
final de las operaciones bélicas. En eI curso de Ia feroz ri-
validad de las superpotencias nació una forma de histeria
atómica que, apelando a Ia seguridad nacional, dio motivo
a la supervisión estatal, a la censura de las publicaciones,
a espiar a las personas y al secreteo y amarró a la ciencia
a la cadena del control político.
El indómito físico argentino Enrique Gaviola, en 1946
presidente de Ia Asociación Física Argentina, vio en esa si-
tuación que apremiaba a los científicos una oportunidad
para que la Argentina pudiera sae¿r provecho de una ven-
taja sin precedente, es decir que a los físicos y otros cientí-
ficos europeos, en particular alemanes, se les pudiera ofre-
cer, además de seguridad económica, una atmósfera de li-
bertad de investigación y enseñanza en el Río de la Plata.63
Gaviola, que en los años 2}había sido discípulo del renom-
brado físico alemán Richard Gans en el Instituto de Física
de la Universidad de la Plata y que en Góttingen y en Ber-
Iín había estudiado con Einstein, Meitner y von Laue entre
otros, abrigaba la esperanza de que con ese incentivo la Ar-
gentina pudiera llevar aI país'a cinco mil científicos.Ga
Gaviola impulsó el proyecto en conversaciones persona-
les con políticos y militares, como también a través de me-
morandos, y por fin pudo ganar a la Marina para el plan
de crear un instituto de alto nivel científico. Para esto de-
bía contratarse a profesores extranjeros y se abrigaba Ia
esperanza de conquistar, de ser posible, a un Premio No-
bel, al que se estaba dispuesto a pagarle un sueldo de diez
mil dólares anuales.65
Apoyándose en eI asentimiento de Ia Marina, Gaviola
desplegó iniciativas para la contratación de especialistas
de los países industrializados ¡r, sin contar con un poder ex-
274
plícito, le hizo llegar una oferta de contrato de enseñanza
e investigación al mundialmente famoso Premio Nobel ale-
mán Werner Heisenberg. Para ello le sirvió de intermedia-
rio eI antiguo asistente de Heisenberg y renombrado físico
Guido Beck, que había llegado a la Argentina en 1943. El
contrato ofrecido a Heisenberg era por varios años y se Ie
garartizaba la libre elección de un asistente así como ab-
soluta libertad de investigación y publicación.
En noviembre de 1946, Beck recibió una sorprendente
respuesta de Heisenberg. El Premio Nobel estaba dispues-
to a ir a la Argentina para trabajar en el proyectado insti-
tuto de la Marina. Lo único que necesitaba era obtener el
permiso de salida de las autoridades de ocupación. EI en-
tusiasmo de Gaviola y Beck rayaba en la euforia. Su plan,
que tantas veces había provocado sonrisas en los niveles
superiores, daba pruebas de que podía llevarse a la prác-
tica.
Sin embargo, en medio de todo eI entusiasmo científico
que manifestaron los físicos argentinos, no tuvieron con-
ciencia de Ia fuerza expansiva de su proyecto sobre Ia polí-
tíca. La discreción no les parecía oportuna. Así fue cómo,
en noviembre de 1946, eI doctor Guido Beck Ie concedió
una entrevista aI corresponsal de Ia revista norteamerica-
na New Republic, Witliam R. Mizelle, durante la cual ha-
bIó con candidez sobre Ia invitación a Heisenberg como
también acerca de los recientes descubrimientos de uranio
en la provincia de Mendoza, en el oeste del país. New Re-
public, una publicación que se dedicaba a la política inter-
nacional y dirigida por Henry WaIIace, el ex vicepresiden-
te de Estados Unidos durante el gobierno de Roosevelt, go-
zaba de excelente reputación y tenía amplia difusión entre
las personas influyentes. El artículo "exclusivo" de William
Mizelle, "Los planes atómicos de Perón", del24 de febrero
de 1947, comenzaba con las palabras:
"Con la invitación al mundialmente famoso científi-
co atómico Werner Heisenberg por parte del gobier-
no de Perón y con fuentes uraníferas considerables
recientemente descubiertas, la Argentina está lan-
275
 zando un programa militar de investigación nuclear
para abrir de par en par la caja de Pandora de la
energía atómica."66
, pendular entre la aprobación y la negativa causaría gr:aves
Era una frase llena de especulaciones, que presentaba a
la pampa argentina como terreno ideal para la investiga-
ción, similar a Los Alamos en Nuevo México.67 Con este ar-
tículo empezó una cadena de contrptiempos que termina-
ron por echar por tierra el trabajo constructivo del profesor
Gaviola. Las supuestas intenciones argentinas, que el artí-
culo describió con un lenguaje de agudo dramatismo, afec-
taban en alto grado los intereses nacionales de la potencia
nuclear, Estados Unidos, como también los de Gran Breta-
ña y clamaban por un manejo político del plan. Beck, pro-
fundamente afectado y muy molesto, le envió una carta de
rectificación al director de New Republic, que también fue
publicada. En cambio Wallace Ie contestó con acusaciones
infundadas y en parte falsas cpntra los científicos argenti-
nos, que a su modo de ver se convertirían en cómplices de
maquinaciones que en algrin momento podrían desembo-
car en una catástrofe mundial.68
En su estudio sobre los comienzos de la investigación
nuclear en su país, el físico argentino e investigador cien-
tífico Mariscotti hace responsable al corlesponsal sensacio-
nalista William Mizelle por la sucesión de acontecimientos
que causaron daños de consideración a la investigación nu-
clear argentina. Sin embargo, por el estado de las cosas,
otras fuerzas parecen hab& manejado los hilos de los acon-
tecimientos. Los intereses que se escondían detrás de la in-
vestigación, aprovechamiento y control de la energía ató-
mica tenían muchísimo más peso que las revelaciones de
un periodista trepador. El director de New Republic, Henry
Wallace, continuó la política hacia la Argentina de sus
tiempos de vicepresidente, ahora con medios periodísticos.
Y tuvo éxito. El Ministerio de Marina argentino, espanta-
do por eI eco internacional que despertó su proyecto, cam-
bió su política de investigación. Después de un cambio en
la jefatura del Estado Mayor de la Marina, se le informó a
Gaviola que ya no se hablaría más de una contratación de
276
Heisenberg, que entretanto se había mostrado interesado
en un contrato por dos años.6e
Gaviola se quejó con amargura de que semejante juego
daños a la reputación de Ia política científica de su país.
Pero ya no fue escuchado e incluso se habló de su separa-
ción del cargo.7o El cambio repentino en la posición argen-
tina hace sospechar que a Ia presión periodística le había
seguido una política. EI gobierno sacó dos conclusiones del
incidente: una, que no se debía dejar en manos de los civi-
les asuntos tan sensibles como la contratación de científi-
cos y técnicos extranjeros; y la segunda, que debÍa imperar
un estricto mantenimiento del secreto. Los ofrecimientos a
las personas en cuestión, Io mismo que su traslado a Bue-
nos Aires, sólo debían hacerse en secreto. Que es 1o que
ocurrió en adelante.
A pesar de la evidente mala intención del Ne¿u Republic,
en un punto teníarazón: en contra de los deseos de los fí-
sicos argentinos, los militares del país sí querían ejercer
influencia sobre los puntos esenciales de investigación y
anáIisis y, al igual que en los Estados Unidos, imponer una
reserva de mantenimiento del secreto. Gaviola estaba de-
cididamente en contra. Por una parte, por una cuestión de
principio y por la otra, porque eliminaba eI más importan-
te beneficio que la Argentina había podido ofrecer para la
contratación de científicos de primer nivel: eI ofrecimiento
de libre investigación y enseñanza.
EI artículo en eI Ne¿¿ Republic había arrojado una pie-
dra aI agua de la opinión pública que describió amplios cír-
culos. El dato de que al final, al contrario de las claras dis-
posiciones legales de las potencias nucleares, en Ia Argen-
tina todavía no se había decidido ninguna norma legal de
carácter nacional para eI mantenimiento del secreto (legis-
Iación militar), se perdió sin ser oídb. Una historia de reve-
laciones seguía a la otra, rivalizaban en suposiciones que
Ilegaron aI colmo con la afirmación del diario brasileño Fol-
ha da Noite de que en la Argentina trabajaban dos mil sa-
bios alemanes en la construcción de la bomba atómica.7r
277
 Más o menos un año antes de que el profesor doctor
Kurt Tank emprendiera viaje a Ia Argentina, había conoci-
do en Londres a un cierto doctor Ronald Richter, un técni-
co nuclear. Los dc habían tanteado en Gran Bretaña las
posibilidades de continuar con sus respectivos trabajos.
Los dos estaban descontentos con los resultados de su visi-
ta. Richter logró causar una fuerte impresión en el cons-
tructor de aviones. Sin la menor noción de la peligrosidad
del proyecto, le confió sus ideas sobie la construcción de un
avión propulsado con energía nuclear.T2 Tank no olvidó ese
encuentro casual y, ya en Córdoba, incluyó a Richter en su
lista de científicos a incorporar.Ts
Nacido el21 de febrero de 1909 en Falkenau, Egerland,
después de la Primera Guerra Mundial el alemán de los
Sudetes Ronald Richter, hasta entonces austriaco, se con-
virtió por ley en ciudadano checoslovaco. Hijo de un indus-
trial, hizo su bachillerato en Eger y empezó sus estudios en
la Universidad alemana de Praga, donde finalmente se
doctoró sin que se publicara sü tesis, una "investigación de
fotocélulas con barrera en la medida de rayos X blandos".
Durante la guerra, trabajó en Berlín con el barón Manfred
von Ardenne como también en otros laboratorios y en octu-
bre de 1944 celebró un contrato con AEG para la explotación
de su patente, todavía sin registrar.Ta
Según propias declaracionbs de Richter, después del ar-
misticio las tres potencias occidentales de ocupación, una
tras otra, habrían manifestado interés por su persona. Via-
jó en dos oportunidades aGran Bretaña, cadavez por va-
rios meses, también a los Países Bajos y en 1948 trabajaba
en el Institut du Pétrole de París cuando, a instancias de
Tank, Ia Argentina le hizo llegar un ofrecimiento oficial a
través del agregado aeronáutico Peters.75 Richter vaciló, ya
que justamente se encontraba en tratativas con oficiales
del ejército estadounidense y confiaba en obtener un con-
trato. Cuando esta esperanza no se concretó, aceptó la ofer-
ta argentina y viajó a Buenos Aires con Air France. LIegó
a Buenos Aires a mediados de agosto y apenas una sema-
na después fue recibido por Perón en presencia de Tank y
del ministro de Aeronáutica Ojeda.76
278
Perón quedó impresionado por la personalidad de Rich-
ter, que le explicó sus ideas sobre la utilización de Ia energía
atómica. El físico describió eI procedimiento estadounidense
de Ia fisión nuclear de material enriquecido y manifestó que
para eso la Argentina debía estimar un costo de seis mil mi-
llones de dólares. El costo de su proyecto alternativo, Ia fu-
sión del hidrógeno, lo cifró en sólo unos seis millones de dó-
Iares.77 Richter no Ie hizo ninguna clase de promesas a Pe-
rón, mucho menos le dio esperarrzas de una bomba de hidró-
ge.ro. ÉI describió un camino para la utilización de energía
nuclear, que en teoría sería practicable y cuya factibilidad se
debeúa probar en la práctica experimental. Perón dio su
aprobación. EI proyecto se convirtió en asunto prioritario.
Richter estaba ligado por contrato aI Instituto Aerotéc-
nico de la Fuerza Aérea en Córdoba. El ministro competen-
te, Ojeda, Ie asignó un laboratorio propio y allí trabajó en
calidad de consejero científico en energía atómica. EI suel-
do mensual de Richter, de unos 1.250 dólares estadouni-
denses aI cambio de la época, da una idea de Ia enorme
consideración política de que gozaban el cientÍfico y su pro-
yecto.78 La oferta anterior de la Marina a Heisenberg esta-
ba claramente por debajo de esa suma. También se dispu-
so poner a disposición de Richter todos los elementos técni-
cos que éI considerara necesarios, como también conceder-
le la libre elección de colaboradores.
Ya en Córdoba y bastante pronto, eI físico nuclear dio
pruebas de ser un tipo excéntrico. En eI único que confia-
ba era en su amigo y antiguo asistente Jaffke, que él mis-
mo había hecho venir. Con eI profesor Tank mantenía una
relación científica y de trabajo, mientras que con el grupo
que rodeaba a Hans-Ulrich Rudel (Mildebrath, Behrens y
Kallenbach) existía una muy fuerte tensión, que pronto de-
sembocó en hostiles imputaciones recíprocas. Richter no se
sentía cómodo dentro del grupo alemán. Cuando a princi-
pios de 1949 se desencadenó un incendio en su laboratorio,
en apariencia resultado de un cortocircuito, Richter dra-
matizó el episodio al calificarlo de acto de sabotaje, con el
claro propósito de poder alejarse de Córdoba.7e
279
 Perón encomendó a su amigo y camarada de armas de
Iajuventud, Enrique P. GonzáIez, qlue encontrara un lugar
apropiado para los experimentos de Richter. Como jefe de
la Dirección de Migraciones, González también tenía la
responsabilidad de colonizar la Patagonia y, de acuerdo con
Perón, escogió el lago Nahuel Huapi, en el norte de la Pa-
tagonia, cuya isla Huemul reunía todas las condiciones re-
queridas: se disponía casi sin límites de agua fresca y quí-
micamente pura para refrigeración, al contrario de Córdo-
ba el área estaba prácticamente libre de polvo y la ubica-
ción de la isla, lejos de los centros de la civilización, hacía
posible una vigilancia eficiente y un efectivo mantenimien-
to del secreto.8o
En junio de 1949, durante una reunión de alto nivel pre-
sidida por Perón, se decidieron las medidas administrati-
vas necesarias para que poco tiempo después empezaran a
trabajar las compañías de ingenieros de las fuerzas arma-
das, con la protección de un regimiento de infantería con
dependencia directa del Miniiterio de Guerra. Con enorme
vocación de trabajo y convencidos de estar prestando un
trascendente servicio a la Patria, Ios soldados y los técni-
cos trabajaban día y noche...81bajo permanente vigilancia.
De noche y por temor a los espías, la isla era barrida por la
luz de los faros, Ias lanchas patrulleras recorrían eI lago en
todas direcciones y en Huemul se realizaban rigurosas
prácticas para prevenir sabotajes.82
Mientras en la vecina ciudad de Bariloche, que hasta
entonces no habÍa gozado precisamente de Ia atención del
gobierno, crecía el mal humor por las actividades en la is-
1a,83 Richter recibía toda clase de apoyo oficial: brigadas de
obreros de la construcción, trabajadores manuales, solda-
dos, equipos livianos y pesados, se importaban del extran-
jero instalaciones técnicas, en parte en contra de Ias dispo-
siciones vigentes para Ia importación.84 Los recursos res-
pectivos se obtenían de un fondo de reserva de Ia Dirección
de Migraciones a cargo de GonzáIez.85 Todavía no existía
un organismo del que se pudiera hacer depender el Proyec-
to Huemul. Perón, que depositaba las mayores expectati-
vas en la empresa para la producción de energía nuclear,
280
la convirtió en su asunto personal. En muchas de las reu-
niones de trabajo que Richter mantuvo con GonzáIez en
Buenos Aires, el Presidente estaba presente. Por su inter-
vención y en contra de las disposiciones pertinentes, se le
concedió a Richter Ia ciudadanía argentina para, de esa
manera, encuadrar al físico en una solidaridad nacional y
poder subrayar eI carácter netamente argentino del pro-
yecto privilegiado. Richter sintió que la distinción era un
"obsequio funesto".86
Para ratificar su compromiso personal con el proyecto,
eI 8 de abril de 1950 Perón, junto con su esposa Evita, vi-
sitó eI reactor de doce metros de altura por doce de diáme-
tro que se encontraba en construcción.87 Poco tiempo des-
pués se creó por decreto la Comisión Nacional de Energía
Atómica, como primer organismo de esa clase en un país
sudamericano, cuya fundación mereció comentarios en Ia
prensa estadounidense con la misma pobreza de informa-
ción y tan llenos de especulaciones como en eI caso del ar-
tículo del Ne¿r.¡ Republic. EI primer presidente de esta ins-
titución todavía existente, a la que se Ie transfirió eI Pro-
yecto Huemul, fue el mismo Perón y González su secreta-
rio general.88
Ronald Richter tenía un dominio absoluto sobre su isla
y dirigía a sus cerca de doscientos colaboradores -entre
ellos sólo cuatro a seis extranjeros- a su entero arbitrio.
Entre ellos no había investigadores atómicos de renom-
bre.8e La política personal de Richter apuntaba a la protec-
ción del secreto, de manera que quedara excluida la posibi-
lidad de crítica constructiva de sus colegas técnicos. La
propensión aI secreteo, el miedo aI espionaje y el temor a
actos de sabotaje llevaron a Richter a pronunciarse de ma-
nera arbitraria en pro de despidos y nuevas contratacio-
nes.e0 EI arrogante y excéntrico físico entraba en perma-
nentes conflictos con los colaboradores, que solucionaba de
manera ofensiva y autoritaria. En reiteradas ocasiones,
Perón en persona tuvo que arbitrar en las controversias...
siempre a favor de Richter, por quien profesaba una con-
fia¡za casi ciega. En una abierta extralimitación de sus fa-
cultades presidenciales, le otorgó al físico plenos poderes
281
 sobre Huemul, como se desprende de una carta autógrafa
a Richter que dice así:
"Al Señor Profrsor Dr. Ronald Richter
"Bariloche
"Por la presente queda usted designado mi único re-
presentante en la Isla Huemul, donde ejercerá por
delegación mi misma autoridad,
"Los trabajos de investigación atómica dependen allí
solamente de usted y, en caso necesario, yo indicaré
en cada caso si algún funcionario Ie entrevistará ert
mi nombre.
"El coronel González, Secretario de Ia Comisión Ató-
mica, es quien normalmente se entenderá con usted
a los fines correspondientes.
"Igualmente autorizará usted en cada caso quién me
entrevistará en su nombre cuando sea necesario.
"Buenos Aires, 1o de Marzo de 1951,
Fdo.: Juan Perón"el
El otorgamiento de poderes presidenciales sobre la isla
tuvo su origen en el sensacional resultado del experimen-
to del 16 de febrero de 1951 y se debe ver directamente co-
mo un premio, ya que parecía que de un solo golpe habían
rendido sus frutos todos los esfuerzos e inversiones de di-
nero. Ese 16 de febrero, el asistente de Richter, Jaffke, rea-
lizaba una serie de ensayos y en una serie de experimen-
tos disparó un arco voltdlco que alcanzó una velocidad de
3.200 km/seg dentro de la cámara del reactor, un cilindro
de tres metros de altura y dos metros de diámetro que con-
tenía el plasma caliente de litio e hidrógeno.e2 Jaffke ana-
lizó los resultados por medio de algunos detectores Geiger-
Müller. Esa tarde se produjo el resultado esperado: un en-
sanchamiento de las líneas del espectro como índice de que
la temperatura del plasma había alcanzado los valores re-
queridos para desencadenar las reacciones termonuclea-
res.93
Richter no cabía en sí de entusiasmo. Sin seguir el con-
sejo de su escéptico asistente derepetir el experimento pa-
282
ra excluir un error de los instrumentos, informó al jefe del
organismo atómico, GonzáIez.ea
Cinco semanas después, el24 de maÍzo de 1951, con la
presencia de Perón, Richter y González, se dio a conocer la
novedad en una conferencia para los corresponsales de la
prensa mundial acreditados en Buenos Aires. Perón leyó
un comunicado, cuya frase fundamental rezaba:
"El 16 de febrero de 1951, en Ia planta piloto de ener-
gfa atómica en Ia isla Huemul, de San Carlos de Ba-
riloche, se llevaron a cabo reacciones termonucleares
bajo condiciones de control en escala técnica".e5
Fue una sensación. Los diarios de todo el mundo infor-
maron sobre esa conferencia de prensa. Los científicos so-
metieron a un examen minucioso cada frase, cada oración
subordinada, cada palabra, para llegar aI fondo del conte-
nido de Ia comunicación de Buenos Aires. Las embajadas
argentinas en las respectivas capitales del mundo se vie-
ron acosadas para que dieran más informaciones. El mis-
mo Departamento de Estado en Washington las pidió.e6 La
conmoción internacional era justificada: lo que Richter
pretendía haber realizado de manera controlada, hasta ese
momento ni siquiera en los Estados Unidos se había logra-
do por generación incontrolada, es decir en forma de una
bomba H.e7
Pero en la conferencia de prensa del 24 de marzo de
1951, otra frase de Perón produjo un efecto electrizante,
que las agencias de noticias transmitieron a todo el mundo
poco después:
"En el transcurso de nuestros trabajos en eI reactor
termonuclear, los problemas de la llamada bomba de
hidrógeno han podido ser estudiados intensamen-
te."98
En el gobierno y en las autoridades atómicas de los Es-
tados Unidos reinaba una enorme agitación e incertidum-
bre. Después de esos anuncios de Perón ya no se podía des-
283
 cartar más que Ia Argentina se convertiría pronto en una
potencia en armas atómicas, aunque Perón había desmen-
tido de manera categórica trabajos en eI terreno militar.
Después de varioc casos de traición por revelación de secre-
tos, del caso Oppenheimer y de la explosión de la primera
bomba atómica soviética en agosto de 1949, en los Estados
Unidos reinaba por entonces una verdadera histeria ató-
mica que fue realimentada por los anuncios de Buenos Ai-
res y pareció tomar cuerpo el fantásma de la proliferación
nuclear. En el mismo mes, la prensa publicó la declaración
del general MacArthur sobre el posible bombardeo atómi-
co de China.
Mientras en la Unión Soviética reinaba una gran agita-
ción y el físico Manfred von Ardenne y otros científicos eran
citados de urgencia a trasladarse desde el sur de la Unión
Soviética a Moscú para tomar posición,se las reacciones de
la prensa estadounidense fluctuaban entre la ironía y eI es-
cepticismo. Se ridiculizaba al "alquimista de la corte" y "he-
chicero atómico",lOo dado que'nadie se podía imaginar una
posible ventaja argentina en la tecnología nuclear frente a
las superpotencias. Preguntados por su evaluación, Otto
Hahn y Werner Heisenberg se mostraron muy reserva-
dos,101 y von Ardenne se ocupó también de tranquilizar a
sus superiores: é1 mismo tenía malos recuerdos de su anti-
guo colaborador Ronald Richier.r02
En la Argentina era muy diferente. La prensa y el go-
bierno festejaban el éxito científico del país en las tecnolo-
gías de punta. En una ceremonia realizada en el SaIón
Blanco de la Casa Rosada, el Presidente de la Nación le
otorgó al físico la medalla a la lealtad peronista, a Ia que
poco después le siguió el título de Doctor Honoris Causa de
la Universidad de Buenos Aires.103 Perón dejó en claro su
identificación personal con los trabajos de Richter y con el
proyecto Pulqui, presentado un mes antes a Ia opinión pú-
blica, y en el terreno político utilizó los resultados en la
ciencia y la técnica para Ia idea de Ia Nueva Argentina.
Bajo eI signo del triunfalismo y optimismo por el futuro,
raras veces se piden opiniones críticas. En la Argentina de
1951, que a las primeras dificultades económicas reaccionó
284
con medidas autoritarias, como por ejemplo la clausura del
diario opositor La Prensa en marzo de 1951, las voces crí-
ticas tenían además dificultades para siquiera pedir Ia pa-
labra. Pero Enrique Gaviola, un respetado físico de su país,
se opuso con duras críticas a Ia ola de entusiasmo de los ig-
norantes en la materia. Partiendo de la tesis de que el se-
creto seía un enemigo mortal del trabajo científico y favo-
recería la charlatartería, en eI informe de su gestión como
presidente de la Asociación Física Argentina hace mención
aI cuento de Hans Christian Andersen "El nuevo traje del
emperador". Sin dar nombres, Ia analogía con Perón y su
Proyecto Huemul era evidente.104 El informe nunca fue pu-
blicado.
El mismo Richter estaba totalmente convencido del éxi-
to de su trabajo.1o5 Las relaciones comerciales en el terre-
no de la técnica nuclear con la fábrica holandesa de pro-
ductos eléctricos Philips, que el píncipe Bernardo de Ho-
Ianda había enhebrado con la mayor reserva durante una
visita a Buenos Aires después de la conferencia de prensa
de Richter, fueron aprovechadas para la adquisición de
aparatos y poco tiempo después Bariloche encargaba un gi-
gantesco sincrociclotrón.106 La política impulsaba eI pro-
yecto y a mediano plazo esperaba la solución de problemas
apremiantes. Perón puso esto en claro en un mensaje al
Congreso de mayo de 1951:
"Si los programas de experimentación avanzan como
lo han hecho hasta hoy, entonces Ia República Argen-
tina podrá contar, antes de dos años, con las prime-
ras centrales atómicas que van a estar en condicio-
nes de proveer de energía eléctrica a toda la red na-
cional de electricidad.»1o7
Richter bullía en ideas.108 A principios de 1952, en cola-
boración con Ia compañía constructora germano-argentina
cEopE, planeó el proyecto de ampliación de una planta de
tratamiento de litio en el cercano Parque Nacional, y la
empresa empezó con la construcción de un tercer reactor
en la isla.l0e Pero después que GonzáIez fue relevado en
285
abril de 1952 debido a que su relación había descendido al
nivel de las injurias verbales, su sucesor no se dio por sa-
tisfecho con las explicaciones vagas del físico sino que espe-
raba respuestas úlaras a sus preguntas. El antiguo edecán
de Perón, capitán de fragata Pedro E. Iraolagoitía
-igual
que Gonzálezno erla un cientÍfico-, regresó a Ia Capital de
un viaje de inspección a Bariloche muy confundido y lleno
de recelos con respecto a los trabajos de Richter.llo Se cons-
tituyó una comisión investigadora compuesta de cinco cien-
tíficos y veinte parlamentarios que debería hacerse un cua-
dro objetivo de la situación y que en septiembre de t952vi-
sitó el laboratorio de Richter en Huemul.lll Mientras los se-
nadores y Ios diputados se mostraron impresionados por
una espectacular demostración óptica y acústica, los cientí-
ficos permanecieron escépticos, sobre todo porque al con-
trario del contador Geiger instalado por Richter, un detec-
tor que habían llevado consigo no indicaba absolutamente
ninguna radiación gamma.1r2 Excepto una opinión disiden-
te, el dictamen de Ia comisión sobre el Proyecto Huemul fue
negativo.113
Perón estaba preocupado. Citó a Ronald Richter a Bue-
nos Aires, le entregó los dictámenes de los expertos y le pi-
dió una respuesta. Pero la contestación del físico no pudo
disipar las dudas de Ia comjsión fiscalizadora. En una re-
petición del circuito experimental de Richter, los científicos
habían comprobado que las oscilaciones de los contadores
Geiger instalados en Huemul habían sido causadas por on-
das electromagnéticas.ll4 Con eso se Ie minaba el terreno a
Ronald Richter.
Pero todavía había apoyo para é1. El gobierno había he-
cho una inversión demasiado grande, tanto política como
económica, y no quería perder Ia cara. Así que se constitu-
yó una nueva comisión, uno de cuyos integrantes era eI ini-
ciador de la física teórica argentina, eI profesor Richard
Gans. Durante cuatro horas intensas, Ios científicos Ie hi-
cieron preguntas, más bien examinaron a Richter. Al final
se puso agresivo.
El resultado fue demoledor pero categórico: no existía
ninguna prueba ni experimental ni teórica de que hubiera
286
tenido lugar una reacción nuclear.116 Ese fue el punto fl.
nal.tls La detonación de la primera bomba de hidrógeno
norteamericana, en noviembre de 1952, coincidió con la
de¡titución de Richter. A comienzos de 1953 abandonó Ba-
rlloche. En enero de ese año, a sus sucesores en Huemu1
lee explotó eI reactor durante un proceso de calentamien-
to.u7
A pesar del estricto control estatal sobre la opinión pú-
blica, el fracasado Proyecto Huemul, en adelante el Caso
Richter, no desapareció de la conciencia colectiva y tuvo
una secuela parlamentaria. En septiembre de 1954, en me-
dio de una situación de crisis política, la oposición en la Cá-
mara de Diputados se ocupó del caso y en medio de duros
ataques al gobierno, con especial mención de los enormes
costos que no habían arrojado ningún resultado positivo,ll8
forzó una toma de posición oficial. Richter, que se había re-
tirado a la vida privada,lle no quiso dejar sin respuesta la
crftica a su trabajo. El 7 de septiembre de 1953, durante
una conferencia de prensa que él mismo convocó, el inque-
brantable físico dio a entender que mientras él estuvo a
cargo de la dirección del proyecto no habían existido ni
errores ni resultados experimentales negativos. Rechazó
por "injustos" los ataques de los legisladores y aduciendo
que tenía que preservar su reputación científica, exigió
una investigación parlamentaria.r2D Ante semejante provo-
cación, la Cámara Ia que los peronistas tenían la ma-
yorla- decidió el 16-ende septiembre imponer un arresto de
cinco días a Ronald Richter por desacato aI Parlamento,
que cumplió en una celda del edificio del Congreso.l2l
Hasta el día de hoy todavía no es posible hacer una eva-
luación definitiva de los acontecimientos en la isla Hue-
mul. La insuficiencia de informaciones ha dado lugar a to-
da clase de rumores de los que los aigentinos, con su carác-
ter burlón, se valieron ampliamente.l22 Como no existen
protocolos de investigación de las series experimentales
que permitieran sacar conclusiones, aquí no se puede ni
falsear ni verificar si en realidad han tenido lugar reaccio-
nes termonucleares en Huemul. De todos modos es impro-
287
bable. No hay ninguna prueba de que se haya llevado a ca-
bo una fusión nuclear del hidrógeno en forma controlada
hasta principios de los años 90.123 De todos modos, los in-
dicios citados pdr Mariscotti, el cronista del Proyecto Hue-
mul, de que en eI experimento de Richter no se trataba de
una fusión nuclear, no son concluyentes.l2a
A pesar del escepticismo general en los Estados Unidos,
los anuncios de Perón ante Ia prensa mundial tuvieron
consecuencias políticas y científióas. Las revistas especia-
lizadas se ocuparon del tema de las cuestiones termonu-
cleares y suavizaron eI rechazo categírico de los científi-
cos. AI poco tiempo se opinó que la fusión controlada del hi-
drógeno podría ser posible, una posición que aún a comien-
zos de 1951 había sido desestimada como pura charlatane-
ría. El 26 dejulio de 1951, la Comisión de EnergÍa de los
Estados Unidos (eoc), aprobó una partida de cincuenta mil
dólares para un proyecto de investigación que, con expresa
referencia a los trabajos de Richter, debía dedicarse al es-
tudio de las reacciones de elementos livianos.l25 El anuncio
de Perón había estimulado de tal manera aI eminente as-
trofísico y especialista en plasmas de la Universidad de
Princeton, Lyman Spitzer, que éste se dedicó de lleno al te-
ma y con los resultados de su trabajo finalmente contribu-
yó a que la ¡oc comenzara un programa de investigación a
largo plazo para lograr la fusión nuclear controlada.l26
También en la Argentina la conmoción por el fracaso del
proyecto desembocó en trabajo constructivo. Después de
una enconada disputa cobre eI efecto negativo que la fama
de Richter había ejercido en el campo de la investigación,
nació en Bariloche un centro de formación de físicos jóve-
nes, que muy pronto se ganó eI respeto internacional. En
1963 se incorporó Guido Beck y en eI mismo año, eI indó-
mito Enrique Gaviola que una década antes había querido
integrarse a un pelotón de fusilamiento para poner contra
la pared a Richter,127 aceptó una cátedra en este Instituto
de Física en Bariloche, donde siguió trabajando hasta su
retiro en 1982.128
288
c) CientÍficos alemanes en el Río de la Plata
Las líneas tradicionales de los científicos alemanes en
América del Sur están ligadas a Ia vida y obra de Alexan-
der von Humboldt, cuyos extensos estudios merecieron que
se los considerara el segundo descubrimiento de América.
Los sabios de Alemania que Ie sucedieron se anudaron a su
nombre y tejieron una trama universal de investigación y
enseñanza que se extiende hasta nuestro siglo: la ciencia
alemana posee un alto rango en Sudamérica.
La influencia científica alemana en la Argentina empe-
zó con Ia llegada de Hermann Burmeister, profesor de cien-
cias naturales en Halle y discÍpulo de Alexander von Hum-
boldt. La frustrada revoluciónde L848149, por la que se ha-
bía comprometido con pasión, lo expulsó de Prusia. Duran-
te muchos años, el sabio recorrió la República Argentina,
investigó la flora, la fauna, el paisaje, las ciudades, la po-
blación y la economía y consignó sus resultados en innume-
rables estudios.l2e El gobernador Mitre y el ministro de
Educación Sarmierito intercedieron a su favor para que en
1861 obtuviera el puesto de director de un museo en Bue-
nos Aires.130 Allí, en el Museo Público y muy pronto tam-
bién como decano de Ia Facultad de Ciencias Naturales en
Córdoba, desplegó una intensa actividad. Por su mediación
fueron convocados a la Universidad de Córdoba cinco pro-
fesores de Alemania.l3l Con ello empezó un proceso que a
lo largo de años y décadas llevaría al Río de la Plata a cien-
tos de científicos alemanes y que hasta el día de hoy no se
ha interrumpido.ls2 Los profesores alemanes dominaban
campos enteros de especialízación, como por ejemplo el de
la geología. Difícil que hubiese una universidad argentina
que no contara con alemanes en su cuerpo docente. Ni las
turbulencias ni las guerras europeas dañaban su prestigio.
De manera tal que no es de sorprenderse que ya años an-
tes del final de la guerra, la contratación de científicos y
expertos alemanes del sector militar o del campo civil ha-
289
ya sido un factor determinante en los cálculos de Perón. Ya
en diciembre de 1943, el ambicioso coronel se había pro-
nunciado a favor de la intención de dar acogida a los técni-
cos alemanes.l33¡Después del final de la guerra, la Argen-
tina fue de los primeros países en volver a abrir consulados
en Alemania y muy pronto los enviados tomaron contacto
con expertos alemanes con el objetivo de poder comprome-
terlos para una actividad en la Argentina.rs4 Si bien es
cierto que hacía mucho que las pótencias de ocupación, en
particular los Estados Unidos y Ia Unión Soviética, habían
acaparado para sí a la elite de los investigadores alemanes,
sobre todo los del ámbito militar,135 sin embargo la Argen-
tina pudo hacer ofertas generosas a aquellos que no que-
rían colaborar con las potencias vencedoras.136
A mediados de 1946, un científico alemán se dirigió, a
través de una mediación, al Ministerio de Relaciones Exte-
riores de la Argentina. Se trata de uno de los pocos hechos
sobre este particular que se puede reconstruir a partir de
documentos oficiales. Ya en sus años jóvenes, eI profesor
doctor Hans Joachim Schumacher había adquirido fama
internacional con sus investigaciones en el campo de la ci-
nética y a la edad de treinta años, fue nombrado catedráti-
co numerario y director del Physikalisch-Chemisches Insti-
tut (Instituto Físico-Químico) de la Universidad de Franc-
fort/Meno, donde dio clases'desde 1935 hasta 1945.137 Du-
rante la guerra había trabajado para el Oberkommando
der Wehrmacht, oxw (AIto Mando de la Wehrmacht),138 lo
que en eI período siguionte tuvo como consecuencia su se-
paración del cargo en la universidad.
La petición formulada por Schumacher para conseguir
ser contratado por el Estado argentino pasó por varios de-
partamentos del Ministerio de Relaciones Exteriores y
muy pronto, conforme a su significación, fue manejada co-
mo asunto prioritario entre el Ministerio de Relaciones Ex-
teriores y el de Guerra. Se tomó contacto con las represen-
taciones argentinas en París y Washington para verificar
Ios datos de Schumacher. Mientras tanto, el Ministerio de
Guerra manifestó un inequívoco interés en la contratación
de Schumacher y consideró asignarle un cargo en la direc-
290
ción general de las fábricas militares.lse Poco tiempo des-
pués, desde la Embajada argentina en Washington, IIegó Ia
información de que Schumacher estaría incriminado polí-
ticamente.lao En eI oficio que envió al ministro de Guerra
Sosa Molina, el ministro de Relaciones Exteriores Bramu-
glia omitió ese dato, se limitó a confirmar el historial cien-
tífico de Schumacher y dio consejos técnicos sobre cómo po-
dría llevarse a cabo Ia transferencia.lal
Fabricaciones Militares acabó por contratar al polifacé-
tico científico como asesor técnico, que más allá de esa fun-
ción impulsó el desarrollo del Instituto de Investigaciones
de la Facultad de Ciencias Exactas de Ia Universidad de la
P1ata hasta convertirlo en un centro de formación para quí-
micos argentinos.la2
Mientras también otros científicos e ingenieros trabaja-
ban para las fábricas militares, como el experto en máqui-
nas-herramienta profesor Kiekebusch, o eI técnico en alta
frecuencia doctor Franz,la mayor parte de los científicos
alemanes fue absorbida por las universidades e institutos
del país donde, a partir de su actividad profesional en Ale-
mania, desarrollaron un intenso trabajo científico en in-
vestigación y enseñanza.
Los primeros de ellos habían sido abordados directa-
mente por la delegación argentina establecida en Europa
para la emigración al Río de la Plata, otros se habían pos-
tulado ante las representaciones diplomáticas argentinas.
EI Estado financió el viaje y puso fondos a disposición pa-
ra emplear a esos científicos de alto quilate de conformidad
con su especialidad, lo que en algunos casos resultó difícil,
dado que en aquel entonces todavía no estaban representa-
dos en la Argentina algunos de los campos de investigación
de alta especialidad y no se sabía qué hacer con ellos. Así
fue como el Museo Argentino de Ciencias Naturales Ber-
nardino Rivadavia, reorganizado en su momento por Her-
mann Burmeister, sirvió para muchos como una estación
intermedia. Su director, Riggi, tenía excelentes relaciones
con la Dirección de Migraciones, de ahí que pudo practicar
su propia política científica y conseguir reagrupaciones fa-
miliares. El director del Museo también supo aprovechar
297
 Würschmidt, había allí tres sobresalientes profesores ale-
sus contactos con las autoridades aduaneras para adquirir
manes. Würschmidt, que pronto sería decano de la Facul-
aparatos de investigación del extranjero.l4s Por ley se ha-
tad de Ciencias Exactas y Tecnología,147 y Wilhelm Rohme-
bía dispuesto un aumento considerable del presupuesto del
der, ligado a Ia uNt durante la guerra, se pronunciaron a
Museo,144 lo qué en adelante puso en condiciones a la direc-
favor de la convocatoria de profesores alemanes. También
ción de posibilitar que los recién llegados desarrollaran
el decano siguiente, E. Prebisch, asumió esa actitud.148 En
una actividad científica por un período transitorio.
conjunto, la participación de profesores alemanes hacia
Con este fin se incorporó aI Museo, como fundación nue-
1950 se elevaba del 25 al 307o en un cuerpo docente que en
va, el Instituto Nacional de Investigaciones de Ciencias
total contaba con unas cien personas.lae
Naturales, que fue desglosado en diferentes departamen-
También la joven Universidad de Cuyo de Mendoza, ba-
tos. En el departamento de Zoología trabajaba eI eminente
parasitólogo Lothar Szidat; en el Departamento Geológico
jo su dinámico rector Ireneo Fernando Cntz, que sabía
aprovechar su amistad con eI director de Migraciones En-
eI experto en estratificaciones, doctor Sander; en eI de Bo-
rique González, convocó a un gran número de profesores
tánica investigaba eI doctor Buchinger, que más adelante
europeos que en la etapa de posguerra habían perdido sus
pasó a Ia Universidad de La Plata. Después de su trabajo
puestos. AIIí se hicieron cargo de cátedras profesores croa-
para eI Museo, el doctor Fenninger obtuvo un cargo docen-
tas, flamencos sobre todo, pero también alemanes,l50 como
te en eI colegio alemán Goethe y fundó un instituto hidro-
el antiguo decano de Ia Facultad de Filosofía de Ia Univer-
lógico. El Instituto de Ciencias Naturales del Museo no li-
sidad Hanseátíca, Fritz Krüger, que en 1948 fue convocado
mitó la incorporación sóIo a los alemanes. También engro-
como lingüista.r5l El experto en hidráulica Armin Scho-
saron sus filas científicos rusos, croatas y húngaros. En
klitsch, se mudó de T\rcumán a Mendoza) como también el
cambio la lingua franca que se utilizaba en eI Instituto era
genetista Brücher.152
el alemán.145 A través del Museo como distribuidor, los es-
Los respectivos institutos especializados de las univer-
pecialistas y científicos europeos alcanzaron por fin pues-
sidades de Buenos Aires y La Plata representaban un pun-
tos en universidades e institutos o se pasaron al terreno de
to clave para los físicos alemanes. De 1952 a L954, eI pri-
la economía.
mero estuvo bajo la dirección del eminente físico profesor
La compañía estatal Agua y Energía Eléctrica (eyen),
doctor Richard Gans, que antes de la Segunda Guerra
fundada en L947, bien pronto una empresa gigantesca, ocu-
pó en su sector científico a trece emigrantes alemanes de Mundial había ejercido la docencia en La Plata y que en
t947 fue convocado a la Argentina desde Kónigsberg. Tam-
posguerra, entre ellos W. Sander, E. Bóhm y J. Heinzhei-
bién de Kónigsberg, donde fue director del instituto de la
mer, que participaron en todos los proyectos de los años 50,
Universidad para la investigación de plagas, era el parasi-
trazaron planes y controlaron Ia ejecución.146
tólogo profesor Lothar Szidat, que desde 1947 tuabajó en el
Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires y para eI
Independientemente de los lugares de concentración del
consejo de investigaciones científicas argentino coNICnr.153
Museo y de su Instituto de Ciencias Naturales, las univer-
Szidat había llegado a través de Dinamarca con la ayuda
sidades practicaban su propia política de convocatoria de
del cónsul general Piñeyro.15a El doctor Schwerdtfeger, du-
profesores de Alemania. Sobre todo la todavía joven Uni-
rante la guerra director del Servicio Meteorológico en AIe-
versidad Nacional de TUcumán (uNr), en la provincia del
mania y más tarde profesor en la Universidad de Wiscon-
mismo nombre en el noroeste del país, desarrolló activida-
sin, trabajó para el servicio meteorológico del Estado ar-
des en ese sentido. Ya en 1939, con el electrotécnico Grewe,
gentino.155
eI topógrafo Schulz y el director del Instituto de Física,
293
292
 Comparado con eI de los científicos, el contingente de
intelectuales de las ciencias del espíritu entre los inmi-
grantes alemanes de posguerra era de poca consideración.
EI romanista p¡ofesor Gerhard Moldenhauer trabajó en las
universidades de Santa Fe y Buenos Aires como germanis-
ta,1u6 y en Ia Universidad de Rosario fundó un instituto de
lingüística que más tarde recibió su nombre.l57 El profesor
Oswald Menghin, antiguo rector de la Universidad de Vie-
na y ministro de Educación en el gabinete de Seyss-In-
quart, llegó a Buenos Aires vía Suiza y Génova en 1948,
donde dictó cátedra de prehistoria y trabajó en el Museo
Etnográfico, y más tarde también en La Plata.158 Como
profesor de teología protestante, desde 1948 el profesor
doctor Rudolf Obermüller dictó clases en el Instituto Supe-
rior Evangélico de Estudios Teológicos.15s
Por regla general, los hombres de ciencia alemanes des-
pertaron gran simpatía en Ia Argentina. La relación entre
ellos y los profesores y estudiantes locales fue excelente,
tanto en la época de Peróñ como también después. Se pa-
saron por alto los problemas idiomáticos iniciales.l60
Las expectativas que Perón había depositado en las ac-
tividades de los científicos se hicieron realidad. Se multi-
plicó Ia cantidad de ingenieros especializados en diferentes
campos y más de un discípulo de un profesor alemán se hi-
zo acreedor aI reconocimiénto internacional.
En la región de Tücumán y en las provincias del norte,
los profesores alemanes activaron el desarrollo técnico y, a
través de la enseñanz1 teóríca y la instrucción práctica en
electrotécnica y construcción mecánica, llevaron a un nivel
moderno las industrias anticuadas, muy en especial a los
ingenios azucareros,lGl A esto contribuyó también un pro-
yecto de desarrollo que debía servir a la obtención de ener-
gía hidroeléctrica, al aprovechamiento de materias primas
y al mejoramiento de la infraestructura en las provincias
de Thcumán y Santiago del Estero y que debía llevarse a
cabo con una nutrida plana de científicos, ingenieros y
otros colaboradores alemanes del grupo cApRI.
294
d) Et grupo oAPRI
Durante la guerra, eI doctor August Siebrecht había di-
rigido en Chile Ia filial de la compañía Allgemeine Elektri-
zitáts-Gesellschaft (epc) y sido el hombre de confianza de
la embajada alemana en Santiago. Como tal, después de Ia
ruptura de relaciones diplomáticas entre el país sudameri-
cano y Alemania el 20 de enero de 1943, fue llevado en
avión a Texas e internado en un campamento.l62 Después
de su liberación se dirigió a la Argentina, donde entretan-
to había llegado a la presidencia Juan Domingo Perón, al
que lo unía una amistad desde los tiempos en que éste era
agregado militar en Chile.163 De mutuo acuerdo con Perón,
Siebrecht aprovechó las relaciones que en tiempos pasados
tenía con los círculos de Ia diplomacia, de la economía y no
en último lugar de Ia política, y anudó conexiones hacia
Europa. Él habfa fortalecido a Perón en su decisión de lle-
var expertos alemanes al Río de la Plata y estableció los
primeros contactos con Ios candidatos potenciales como
también, según todas las evidencias, con eI profesor Kurt
Tank.l6a
August Siebrecht, que en septiembre de 1990 murió en
Kassel, pasados los noventa años de edad, era eI coordina-
dor de la inmigración clandestina que contaba con el apo-
yo financiero de la Argentina. Atendió a una clientela en
sumo grado heterogénea de científicos, ingenieros, exper-
tos de toda clase, además de los llamados políticos que fi-
guraban en las listas de búsqueda, en total tal vez más de
setecientas personas.165
La Casa Rosada no creyó conveniente ceder al mercado
laboral argentino a estas personas que habían llegado al
país sin un contrato firme, ya que muchas veces se trata-
ba de expertos muy calificados, junto a casos que desde el
punto de vista político eran una brasa ardiente. Por esa ra-
zón, mientras como ayuda inmediata se organizó elcoman-
do cajones y para los científicos de renombre se cre6 el Ins-
tituto Nacional de Inuestigaciones de Ciencias Naturales
295
como subdivisión del Museo de Ciencias Naturales, con la
competencia de la empresa, también otros expertos de alto
influencia de Siebrecht y probablemente también de Lud-
nivel trabajaban en los puestos directivos de cepnI. El in-
wig Freude, a mediados de 1950, el argentino-alemán geniero Fritz Maria Küper, que desde 1948 ocupaba una
Horst Carlos f'uldner fundó la Compañía Argentina para
cátedra de mecánica de suelos, construcciones hidráulicas
Proyectos y Realizaciones Industriales, Fuldner y Cía., c,L-
subterráneas y de superficie en la Universidad de T\rcu-
PRI, bajo la jurisdicción de la empresa estatal Agoa y Ener-
mán, pudo aportar a Ia joven empresa la experiencia que
gía Eléctrica.166
había ganado con grandes proyectos como inspector de
En su momento Fuldner había presidido Ia misión de la
obras públicas en el Ministerio de Transportes del Reich y
Fuerza Aérea argentina que abborbió del mercado europeo
desde 1942 como director del organismo para la planifica-
a los eficientes técnicos aeronáuticos y constructores de ción y ampliación de la vía de navegación del puerto de Nu-
aviones, así como también personal de vuelo.167 La mayor
remberg, en eI marco del proyecto del Canal Rin-Meno-Da-
parte de ellos volvió a encontrarse en las fábricas de avio-
nubio.r7z El experto en construcción de puentes Beer, como
nes de Córdoba, donde se llevaron a cabo varios proyectos
docente de la Universidad de T\¡cumán, y el perito en es-
aerotécnicos bajo la dirección del profesor Kurt Tank. EI
tructuras Sander, también trabajaban en posiciones direc-
hombre de enlace de este grupo con el gobierno era el doc-
tivas para cAPRI. Una de los cerebros destacados de la em-
tor Siebrecht, que recogía en eI aeropuerto a las personas presa en T\rcumán era el ingeniero doctor Sterzinger, que
en cuestión, les procuraba alojamiento en Buenos Aires y
hacia fines de la guerra desempeñaba eI cargo de comisa-
coordinaba la continuación del viaje a sus futuros lugares
rio del Reich para las centrales eléctricas.173
de trabajo.l68 En las reuniones del gobierno con los proyec-
tistas alemanes, Siebrecht estaba siempre presente.l6e
Bajo la dirección del profesor Schoklitsch, un plantel de
La base legal de las actividades de cApRr, que tenía su
más de cien personas --{ue por momentos, incluidas las
sede comercial en la calle Córdoba 374 en Buenos Aires,
empresas subcontratistas, alcanz6 a alrededor de trescien-
era un decreto del gobierno del año 1947 y las disposicio-
tas personas-174 trabajó en las investigaciones científicas
nes reguladoras de la dirección general de Agua y EnergÍa
para el proyecto del gobierno, que se extendieron sobre una
Eléctrica. Fundada como'Sociedad Colectiva, cApRr se hizo
región de unos 50.000 kmz con diferencias de altitud de
cargo de un proyecto estatal para el estudio de los cursos
hasta 5.000 metros.175
de agua de las provincias de T\rcumán y Santiago del Este-
Carlos Schulz, que de 1948 a 1950 había sido edecán de
ro con miras a la irrigación, la construcción de embalses y
Domingo Mercante, el gobernador de la provincia de Bue-
la producción de energía dentro del primer plan quinque-
nos Aires y camarada de ruta de Perón, organizó para el
nal peronista.r70 La dirección general de la compañía esta-
grupo c¿pnl el trabajo de campo en la provincia de T\rcu-
tal Agua y Energía Eléctrica consideró al plantel de exper-
mán y se hizo cargo de las tareas administrativas corres-
tos de la empresa como suficientemente calificado para Ia
pondientes. Schulz extendió documentos especiales "cAPRI"
adjudicación de tan importante trabajo, de manera que
para los miembros del primer grupo del campamento en
Fuldner resultó eI adjudicatario. En la correspondiente re-
Cadillall y los hizo firmar por el jefe de policía de Tücu-
solución fueron nombrados como asesores del grupo cApRI:
mán. Ese documento de Ia empresa, sin validez legal, sir-
el profesor doctor Armin Schoklitsch y los ingenieros Vik-
vió de base a algunos alemanes con documentación falsa,
tor Elleder, Heinz Ludwig Ostertag, Karl Laucher y Wil-
incompleta o faltante, para obtener un documento argenti-
helm Silberkuhl.lTl Además de estas personas menciona-
no, Ia cédula de identidad, indispensable para todos los
das, que con su nombre respondían oficialmente por Ia
asuntos oficiales.176
296
297
 La delegación de cApRI en Cadillall, a unos treinta y dos
kilómetros de distancia de la ciudad de T\rcumán, estaba
en un pueblo abandonado que había sido erigido para los
planificadorel y los grupos de trabajo de un proyecto de
construcción de un dique que nunca fue terminado. El
campamento no contaba con una conexión telefónica ni
existía un servicio postal. La única comunicación indirecta
con el mundo exterior era Ia Casilla de Correo N' 17 en la
oficina de correos de Tücumárr, qr" Schulz había abierto
para la compañía. A esta dirección llegaban también las cé-
dulas de identidad de los miembros del grupo, Io que algu-
nos años después desencadenó un considerable torbellino
periodístico cuando se conoció que también Adolf Eich-
mann había recibido el documento a través de esa casilla
de correo, bajo el nombre falso de Ricardo Klement.177
La compañía cepnl dio empleo a muchas personas sin
conocimientos profesionales específicos. Estaban represen-
tados rangos militares, e,n parte oficiales de las ss de las
unidades de guardias de corps o políticas. Entre los altos
empleados de c¿pnI se contaba en aquel entonces un exje-
fe de distrito de las sS, que vivía bajo el nombre encubier-
to de doctor Dardieux, cuyo destino ha permanecido en la
incertidumbre desde 1945 hasta ahora.178 Se trataba del
doctor Siegfried Uiberreilher, ex miembro del parlamento
alemán, el Reichstag, que desde 1938 a 1945 había ocupa-
do la jefatura del distrito de Steiermark.lTe Casi todos los
altos empleados de capnt eran inmigrantes alemanes de
posguerra, lo que tarfipoco permaneció oculto para los cír-
culos argentino-alemanes interesados: con un claro sentido
burlón se traducía el nombre abreviado de Ia firma como
Compañía Alemana para Recién Inmigrados.ls0 Los direc-
tores de la empresa en Buenos Aires, entre ellos Fuldner y
Siebrecht, por su ingenio en la aceptación de personal ale-
mán, eran llamados los Pescadores de Capri, por una can-
ción muy popular en aquellos tiempos.18l
En vista del grupo heterogéneo de científicos, ingenie-
ros, militares y trabajadores auxiliares nativos, hay algo
que puede resultar sorprendente: la compañía ctpRI cum-
plió eI trabajo que se Ie encomendó, realí26 extensas medi-
298
ciones plurianuales del nivel de las aguas y de las precipi-
taciones, que después debían servir para la construcción de
diques, embalses e instalaciones de riego, y finalmente pa-
ra Ia producción de energía hidroeléctrica.
Adolf Eichmann, ex teniente coronel de las ss y organi-
zador de los transportes a los campos de exterminio del es-
te europeo, estaba asignado a la delegación Río Potrero en
la provincia de T\rcumán como jefe de departamento. AIIí
dirigió la medición de las aguas y los estudios geológicos,
una actividad del todo nueva para éI, que primero tuvo que
aprender. En su lugar de trabajo era considerado un hom-
bre probo y reservado. Funcionario muy correcto y enemi-
go de conflictos, se aseguraba de confirmar cada decisión
con la dirección de la empresa.182
El personal de la compañía cAPRI, que durante tres años
Ilevó a cabo sus investigaciones y condujo las planificacio-
nes en las provincias de Tucumán y Santiago del Estero,
dio prueba de estar por completo a la altura de los ambicio-
sos trabajos. La escasez de dinero como consecuencia de la
deteriorada situación económica de la Argentina fue 1o que
al fin congeló el proyecto.l8S La empresa no pudo sobrevi-
vir a la falta de pago de los contratos de obra del Estado y
en L954155 tuvo que declararse en quiebra. SóIo fragmen-
tos de la planificación original se convirtieron en realidad
más adelante, como por ejemplo el Dique Frontal y el Em-
balse de Río Hondo en Santiago del Estero, el dique más
largo y el embalse más grande de Ia Argentina. Aun años
después, Ios resultados de los trabajos y las planificaciones
del grupo cepnl dieron impulso a otras obras, como embal-
ses, plantas hidroeléctricas y sistemas de riego.18a
Las circunstancias desfavorables que llevaron al fraca-
so de Ia empresa, provocaron Ia dispersión de su exitoso
equipo. Los docentes, como por ejemplo Schoklitsch, se de-
dicaron otra vez a sus actividades docentes. En 1954, el
profesor Küper aceptó un cargo en la Administración de
Construcciones Hidráulicas de Ia República Federal AIe-
mana.185 EI ingeniero Silberkuhl, que con el dique Potrero
del Clavillo había construido el primer muro en arco de la
Argentina y que trabajó para cApRI en eI Gran Buenos Ai-
299
res, también regresó a Alemania, donde participó como ar-
quitecto en proyectos en gran escala.186 Sterzinger se mu-
dó a Brasil, fundó en San Pablo una compañía constructo-
ra que al pocp tiempo llegó a contar con tres mil trabajado-
res y en este país sudamericano, bajo su responsabilidad
personal, hizo realidad lo que no había sido posible en la
Argentina.187 El doctor Uiberreither regresó a Europa a
mediados de Ios años 50 y murió en Graz a la edad de se-
tenta y dos años.188 El doctor Siebrecht, por último, conti-
nuó como coordinador y asesor en cuestiones económicas;
era un miembro respetado de Ia Cámara de Comercio Ar-
gentino-Alemana y procuró las conexiones de la floreciente
industria de Alemania Federal en la Argentina.
Después de que se lograron progresos en las negociacio-
nes sobre restitución de las propiedades alemanas confis-
cadas y se intensificó el intercambio comercial, las firmas
alemanas volvieron a pisar fuerte en la Argentina y recu-
peraron pronto sus viejas posiciones. Para esta integración
casi perfecta no fue poi cierto insignificante Ia contribu-
ción de los inmigrantes de posguerra, que pronto se incor-
poraron a las direcciones yjuntas directivas de las filiales
de las compañías alemanas. Por regla general, Ios antes in-
digentes inmigrantes que desembarcaron de los transa-
tlánticos en un país por completo extraño para ellos, se ha-
bían incorporado rápid<i a Ia estructura económica del país
y obtenido allí un éxito asombroso.
e) El tesoro ¿" lu. ,, y la actividad
económica de los inmigrantes
Poco tiempo después del fin de las hostilidades de la
Primera Guerra Mundial, para espanto de las potencias
vencedoras, eI competidor alemán en exportaciones estaba
otravez presente en todo eI mundo, alcanzí pronto su an-
tigua posición económica y se desarrolló. Con ese fantasma
ante los ojos, los Aliados de la Segunda Guerra Mundial,
en primer término los norteamericanos, intentaron sacar
300
provecho de una situación internacional ventajosa que se
habfa creado a través de la exclusión a mediano plazo del
comercio exterior alemán del mercado mundial.lse
El procedimiento a seguir era triple: se presionaba a los
Estados involucrados para que cumplieran con el miáximo
rigor los acuerdos sobre confiscación de toda propiedad
enemiga, se continuó con la práctica de las listas negras, y
se trató de demorar tanto tiempo como fuese posible la to-
ma de contacto político y económico de los alemanes con
América Latina.
Como palanca para impulsar medidas tales como la pro-
hibición de las potencias de ocupación a los alemanes de
ofectuar transacciones de capital,ls0 sirvió Ia siempre ac-
tualizada declaración de que se debía impedir Ia evasión de
capitales nazis.lsl Los temores de que el Tercer Reich pasa-
ra a la clandestinidad y aspirara a una resurrección sobre
la base de una fortuna oculta habían sido reales durante la
guerra, y aI supuesto plan alemán se le dio el nombre de
guerra Safehauen. También las acciones aliadas para im-
pedirlo figuraban bajo ese rubro.1e2 Sin embargo, mientras
con anterioridad a mayo de 1945 se había extendido mucho
ontre los norteamericanos el temor de que, aun durante Ia
guerra, Ios alemanes pudieran haberse preparado econó-
micamente para el período de posguerra con Ia ayuda de
los países neutrales, hacia fines de los años 40 se hizo ca-
da vez más evidente que intereses político-económicos se
vullan de ese argumento como un marco moral, para bene-
t'icio de sus propias estrategias de exportación.
En el continente americano, a más tardar desde 1942,
krs Estados Unidos habían aprovechado sus múItiples po-
¡ibilidades de influencia para obtener informaciones sobre
rrmpresas y transacciones financieras extraordinarias de
lniombros de las potencias enemigas. De los países neutra-
Irr¡ de Europa, sobre todo Suiza había opuesto resistencia
rr lus pretensiones de los Estados Unidos de que rompiera
roluciones políticas y económicas con el Tercer Reich. Por
or¡r razón, en los úItimos meses de Ia guerra se intensificó
lrr presión sobre la república alpina y con la acusación de
r¡uu Suiza brindaría apoyo directo o indirecto a Alemania,
301
 en los Estados Unidos se puso en marcha una campaña a
través de todos los medios informativos. Se reclamó la im-
posición de bloqueos comerciales, embargo de capitales y
listas negras.fis
Los aliados occidentales enviaron una delegación a Sui-
za, presidida por el norteamericano Lauchlin Currie. Du-
rante las negociaciones, las potencias vencedoras lograron
in spe que se acataran casi tod4s sus exigencias:lsa se blo-
quearon todos los bienes patrimoniales de las potencias del
Eje y de las naciones controladas por ellas; todos los bienes
que se hubieran transferido a Suiza quedaron sujetos a un
estricto control; debía confeccionarse una lista de todos los
bienes patrimoniales bloqueados.res
El secretario del I]esoro de los Estados Unidos, Mor-
genthau, estaba muy satisfecho con el resultado que, mu-
tatis mutandis, fue trasladado también a los otros Estados
neutrales (Liechtenstein, Portugal, Suecia, España, T\rr-
quía).1s6 De esa manera 9e logró taponar con éxito impor-
tantes escondrijos potenciales de fortunas. Después de la
victoria, el departamento de finanzas de las fuerzas arma-
das aliadas determinó el balance final de oro del Banco del
Reich hacia fines de Ia guerra en 256 millones de dólares
estadounidenses, de los cuales los Estados Unidos recupe-
raron el 98,6 Vo.rsz El ex yicefiscal general en el Juicio Mi-
litar Internacional de Nuremberg, profesor Robert Kemp-
ner, se basó en que la mayor parte de la fortuna de las ss
habría caído en manos de los estadounidenses, sin que
existieran comprobantes sobre esta transacción, y qr"
rentemente los oficiales a cargo de la operación habrían"pr-ro-
bado una gran parte.rs8
Los muchos interrogantes sobre los bienes patrimonia-
les de Estado, Partido, ss y otras organizaciones e institu-
ciones dieron pábulo a toda clase de especulaciones y de-
terminaron que después de la Segunda Guerra Mundial,
en América del Sur la búsqueda del legendario tesoro del
Inca fuera reemplazada por la del no menos legendario úe-
soro de /os ss. Por eso es que hay muchos relatos sobre fu-
ga de capitales nazis. Por regla general tienen una cosa en
común: la renuncia a referencias en detalle y a dar a cono-
302
cer las fuentes de información.lee Se pesca en aguas tur-
bias. Muchas veces son tomados en serio y enriquecidos
con las propias especulaciones del autor de turno, Ios temo-
res expresados por la Secretaía del Tesoro de los Estados
Unidos durante Ia Segunda Guerra Mundial, que por otra
parte también constituían un recurso político en la lucha
por la futura reorganización de Europa. Las afirmaciones
se traspasan de un informe al siguiente sin ningún control,
y a veces Ia plantita raquítica de hechos demostrables es
invadida por un seto espinoso casi impenetrable de suposi-
ciones, afirmaciones no comprobables y hechos inciertos.
Las afirmaciones siempre se formulan con más facili-
dad que su falsedad. En la comunidad alemana de Ia Ar-
gentina no se conoce que con los fugitivos y emigrantes de
posguerra haya caído una lluvia de dinero en el Río de la
Plata. Es cierto que tales sospechas salen a la superficie
una y otravez en casos de carreras personales aisladas en
eI sector económico, pero reciben su alimento en Ia cocina
de rumores de ultramar. Las quiebras de empresas cuyos
titulares fueron incluidos en el círculo de los supuestos be-
neficiarios del tesoro de las ss, como la editorial Dürer de
Eberhard Fritsch, Freie Presse de Federico Mtiller-Ludwig,
eI Grupo IAPRI de Horst Carlos Fuldner, la fábrica Borg-
wart de Ludwig Freude, demuestran a ojos vistas que su
techo financiero de ninguna manera era infinito. Wilfred
von Oven, cuyas publicaciones en Ia Argentina no pocas ve-
ces estuvieron al borde de la quiebra, manifiesta con since-
ridad: 'Yo no recibí ningún dinero, ni siquiera un centavo,
ni de un tesoro de las ss ni de una cierta oDESSA. Yo hasta
lo habría tomado."2oo
AI contrario de las afirmaciones tantas veces formula-
das, Ia mayor parte de los nuevos inmigrantes que desem-
barcaron de los barcos transoceánicos en Ia Dársena Norte
del puerto de Buenos Aires, de ninguna manera fue recibi-
da con los brazos abiertos. La ayuda del sector económico
argentino-alemán estaba limitada por su capacidad redu-
cida a consecuencia de la guema, y la ayuda del Estado ar-
gentino se concentraba en un círculo de personas perfecta-
303
 mente delimitado. La mayoría de los inmigrantes empeza-
ron su nueva vida con deudas y pagaron en cuotas el costo
de los pasajes adelantados.2or A la falta de recursos se su-
maba por lo gSneral el desconocimiento de idioma, menta-
lidad, leyes del país anfitrión. En cambio una gran parte
de ellos traía consigo un capital que a largo plazo debía de-
mostrar su inmenso valor: una sólida formación.
Con los inmigrantes alema4es de posguerra se trataba
de una clase de calidad diferente, comparada con los inmi-
grantes de los años 20. En promedio tenían mejor forma-
ción profesional, poseían un alto nivel cultural y eI nivel de
sus conocimientos técnicos los predestinaba para una gran
cantidad de funciones.2o2 Aparte de eso, el resultado de Ia
guerra los había hecho más fuertes y resistentes para la lu-
cha por Ia existencia, y bajado Ia mentalidad exigente.
Muy pronto se comprobó que los nuevos inmigrantes trepa-
ban Ia escalera profesional mucho más rápido que sus co-
legas establecidos en eI país desde mucho antes, en poco
tiempo avanzaban a los puestos principales de empresas o
fundaban sus propias compañías.2o3
Los miembros de la tripulación del hundido Admiral
Graf Spee tenían una clara ventaja para su arranque en la
vida económica, no sóIo por los conocimientos idiomáticos
adquiridos. Tbdos ellos, gin excepción, dotados de una for-
mación profesional completa, aprovecharon los contactos
anudados durante la época de internación, como también
el buen nombre de su grupo, y casi siempre en el plazo más
breve encontraron url puesto de trabajo bien remunerado.
Casi todos Ios ex marinos del Graf Spee lograron alcanzar
una buena posición económica.2oa
Los recién llegados de Alemania tenían necesidades cla-
ramente superiores aI promedio argentino. Pretendían
Iimpieza, un ambiente agradable donde vivir y cierto con-
fort. El deseo de que se cumplieran esas pretensiones actuó
en cierto modo como catalizador que los motivaba a conse-
guir un contrato de trabajo. Casi ninguno dejó escapar la
oportunidad de afirmarse en la Argentina con los conoci-
mientos adquiridos en Alemania y de trabajar con tenaci-
dad en eI camino hacia el éxito. Con capitales exiguos, aho-
304
rrados en los primeros años de trabajo en la Argentina, se
fundaron pequeñas empresas que en algunos casos sólo
disponían de un garaje como lugar de producción.2o5 Con
fabricación propia, surgieron así patines para niños, ara-
ftas, juguetes, carpas, pegamentos, etcétera.206
EI emprendedor no siempre tuvo asegurado eI éxito. EI
desconocimiento de los hábitos de consumo y de las dispo-
siciones legales hizo fracasar a más de un empresario no-
vel. No obstante, era mayor el número de los exitosos que
en pocos años pudieron asegurarse un discreto bienestar.
Algunos incursionaron incluso en terrenos ajenos a su pro-
fesión: el agente secreto Spitzy y el ex consejero de la em-
bajada alemana en Madrid, Walter Lóbe, roturaron Ia sel-
va en el Ñancay y fundaron plantaciones; otro oficial del
seruicio secreto se convirtió en uno de los más grandes ex-
portadores de ónix de la Argentina; un capitán médico del
cuerpo de cazadores de montaña se convirtió en profesor de
esquí en Bariloche; un piloto de cazarreactores de la Luft-
waffe construyó casas prefabricadas y hasta el día de hoy
abastece a toda Ia provincia de Misiones; un oficial de las
ss fundó una fábrica de autos en Santa Fe y otro oficial del
contraespionaje roturó un tramo de selva en Misiones y
f'undó una plantación de naranjas.2o7 EI salto a Ia indepen-
dencia económica se vio facilitado por Ia generosa conce-
sión de créditos en las mejores condiciones que dispuso eI
Estado argentino. También cayeron como una lluvia cálida
los pagos, inesperados, que recibieron de conformidad con
la ley de compensación de daños de Ia República Federal
Alemana.2os
En tanto que Ia mayoría tuvo que empezat en condicio-
nes inferiores a su nivel europeo y sólo poco a poco pudo
abrirse paso hacia un standard de vida más alto, otros apro-
vecharon su grado de conocimientos y establecieron relacio-
nes con los altos círculos de Ia economÍa y el gobierno, de las
que sacaron provecho. El ex ministro de Economía, T[abajo
y Finanzas en eI gabinete de Seyss-Inquart, doctor Hans
l'ischbóck, más tarde comisario del Reich para Ia formación
de precios, reorganízó en la Argentina la administración
305
fiscal del grupo multinacional Bunge & Born.20e Hans-UI-
rich Rudel, beneficiado por Perón con eI otorgamiento de
permisos de importación, obtuvo cuantiosas ganancias sólo
del negocio dB importación de anilinas.2l0
En cambio el ingreso en la administración pública era
difícil, a menos que fuese gestionado por organismos gu-
bernamentales. Como el Estado argentino imponía la con-
dición de poseer títulos nacionales, todos los extranjeros
interesados debían pasar por'un curso de reconocimiento,
reudlida, en el que había que recuperar el bachillerato ar-
gentino y los exámenes de la profesión correspondiente. La
reválida afectaba sobre todo a un gran número de médicos
militares que pensaban establecerse en Buenos Aires o
querían ejercer en los servicios estatales de salud.211 Po-
dían sustraerse a la obligación de rendir otravez eI bachi-
llerato y todos los exámenes de medicina mediante un com-
promiso de ejercer diez años en una provincia del interior,
Io que por cierto no era ninguna perspectiva seductora. Pa-
ra cualquier firma oficiáI de carácter obligatorio era requi-
sito indispensable haber revalidado eI título. Para los pro-
yectos importantes, los problemas que se derivaran de
ellos se contrarrestaban con una solución de emergencia:
los directores alemanes del proyecto controlaban la plani-
ficación y ejecución, pero no estaban autorizados para fir-
mar; un argentino debíá firmar los documentos correspon-
dientes. Así, los conflictos de competencia con la conse-
cuencia de pérdidas por fricciones estaban dados ya en el
sistema. ¡ queda, debieron de estar también muy agradecidos.
Por esa taz6n, muchos ingenieros competentes y acadé-
micos de diferentes orientaciones se sintieron más que
agradecidos cuando la presencia de Alemania Federal en
la vida económica argentina se hizo sentir con más fiterza
en poco tiempo. Hacia fines de los años 40, algunas empre-
sas empezaron a mirar otra vez hacia ultramar, al princi-
pio restringidas por diversas leyes de las potencias de ocu-
pación, que después de 1945 por el momento todavía ha-
cían imposible las transacciones de capital para los alema-
nes.212 No obstante, aun antes de que se traspasara a las
autoridades federales el derecho a antorizar sucursales en
306
el extranjero, surgieron filiales argentinas de compañías
industriales alemanas: en 1949 ya existían doce fi1iales.213
Hasta los grandes grupos alemanes, como por ejemplo
Siemens, que antes de la guerra ocupaban una posición im-
portante en la Argentina, tuvieron que fundar de nuevo
sus filiales en el Río de la Plata como consecuencia de las
incautaciones de bienes. Aunque, por regla general, no tu-
vieron que empezar de cero, ya que antes de 1945 habían
puesto en práctica una diversificación financiera y podían
recurrir a algunas reservas puestas a cubierto.2la
En general, Ios departamentos de personal de las filia-
les alemanas en la Argentina daban preferencia a la con-
tratación de nuevos inmigrantes, de los cuales algunos aI-
canzaron posiciones directivas. Sobre este hecho, el caza-
dor de nazis Simon Wiesenthal advirtió con amargura que
Siemens, Krupp y Volkswagen habrían sido "auténticos ni-
dos de trazis" en la Argentina.zl5 Pero sólo en escala redu-
cida se pueden sospechar en esto razones ideológicas, que
también las había. Desde un punto de vista práctico, es
mucho Io que hablaba a favor de una política de personal
semejante: los inmigrantes de posguerra hablaban un ale-
mán perfecto y en algunos casos un español pasable, técni-
camente estaban casi todos a la altura de la época, en ge-
neral tenían una sólida preparación, a causa de Ia escasez
de dinero estaban dispuestos a trabajar, eran flexibles y
muy motivados y sabían adaptarse a una jerarquía. Si ade-
más de eso figuraban en alguna lista internacional de bús-
En los años 50, Ia inmigración de posguerra, Ia alema-
na y sobre todo la masiva del norte de Italia, cambió la ca-
ru de la economía argentina. Las empresas medianas fun-
dadas por esas personas respiraban otro espíritu. Sus di-
rcctivos eran más abiertos, más objetivos, estaban mucho
¡nás marcados por el capitalismo moderno que las clases
inmigratorias del pasado. Esos nuevos inmigrantes dieron
un impulso innovador a Ia economíayla técnica argenti-
nnts en muchos campos,2r6 y socialmente se encumbraron
como factor integrador en sus respectivas asociaciones na-
307
cionales. Con ello, la estrategia de Perón de promover Ia in-
migración a la Argentina había dado resultados positivos
para el país.
Con el corfer del tiempo, la economía desplegó también
su acción vinculante para los habitantes de habla alemana
en el Río de la Plata. Mientras aquí se cerraban lentamen-
te las viejas heridas, en otros lugares se mantenían abier-
tas y hasta se abrían nuevas. En los años 40 y 50, Ias fisu-
ras y grietas que había ocasioriado Ia política se manifesta-
ron con especial claridad en las publicaciones y en la vida
cultural de la comunidad alemana de Ia Argentina.
f) Iniciativas culturales y sociales
Las minorías que ostentan una cierta cohesión y están
unidas a través de un Iazo común más aIIá de todo parti-
dismo, tienen tendencia'a mantener conciencia de su idio-
sincrasia y a estabilizar su condición de tales. Por esa ra-
zón, en el más amplio sentido estructural, son conservado-
ras. Su vida cultural tiene su centro de gravedad en la
aceptación de la identidad. EI fomento y la conservación
del idioma son, antes que ninguna otra cosa, los que deter-
minan las iniciativas cülturales de las minorías étnicas.
Fuera de las esferas sociales primarias, como iglesia y clu-
bes, el idioma se transmite en las escuelas, en el teatro, en
la literatura, a travós de publicaciones periódicas.
Las escuelas de la colectividad alemana en el Río de la
Plata, como instituciones para la transmisión de la heren-
cia idiomática a las nuevas generaciones, sumaban dos-
cientas en 1940 en la Argentina, con cuatrocientos profeso-
res y quince mil alumnos.2lz A raíz de Ia declaración de
guerra de Ia Argentina al Reich alemán, Ias escuelas ale-
manas fueron cerradas y sus edificios confiscados. En Bue-
nos Aires, sóIo quedaron exentas la Escuela Burmeister, el
Colegio Cangallo, la escuela privada Hólters y el Colegio
Pestalozzi, fundado por iniciativa de Ernesto Alemann co-
mo polo opuesto a las instituciones alemanas de enseñan-
308
za que estaban en sintonía política con Ia ideología nazi,zre
Promociones enteras quedaron distanciadas de la lengua
materna, lo que provocó enorme zozobra en los círculos
germano-argentinos. La política de asimilación del gobier-
no argentino, que quería aglutinar a la población del país
en un pueblo homogéneo, en general estaba en contra de
las aspiraciones de identidad de las minorías nacionales,
que pensaban más bien en una Argentina de los gmpos ét-
nicos, que debía recibir su fuerza de la diversidad de los es-
labones individuales.
A nivel privado, la comunidad alemana trat6 entonces
de contrarrestar Ia represión estatal. Los padres impulsa-
ban la construcción de nuevos edificios de escuelas, los
maestros desocupados impartían clases complementarias
fluera de las instituciones estatales. Pero sólo en los años
60 fue posible fundar asociaciones de enseñanza sobre un
soporte más amplio para contrarrestar la presión de asimi-
lación. Había suficiente personal docente a disposición, re-
fbrzado además por los nuevos inmigrantes.2le En las pro-
vincias en cambio, entre los alemanes del Volga ya no se
pudo enmendar Ia destrucción de las estructuras de ense-
ñanza y la nueva generación se argentiní26.220
Además de las escuelas, también las asociaciones y clu-
bes alemanes se vieron afectados por las consecuencias de
las cláusulas sobre propiedad enemiga, si bien en una es-
cala más reducida, ya que en muchos casos se había logra-
dr¡ nacionalizar los clubes y sus bienes antes de la declara-
ción de guerra. Aparte de eso, era muy fácil fundar una
nueva asociación en un alojamiento improvisado.
En general mantenía una continuidad la Institución
Oultural Argentino-Germana. Fundada en L922, en esta
institución se cultivaban las relaciones culturales entre
Alemania y la Argentina. En eI peíodo entre las dos gue-
rras, la Cultural había organizado conferencias de acadé-
micos alemanes y conseguido llevar al Río de Ia Plata como
conferenciantes invitados, entre otros, al romanista Voss-
ler, al filósofo Graf Keyserling y aI físico Einstein.221
Germanistas argentinos, amigos de Alemania y de Ia
t:ultura alemana se encontraban aIIí con académicos y es-
309
 critores alemanes así como con representantes de la comu-
nidad alemana en laArgentina. De manera que tampoco es
de extrañarse que la Embajada alemana se valiera del
buen nombÉ de la institución cultural, fomentara sus ac-
tividades y Ia utilizara con fines de propaganda para la
nueva Alemania. Por consiguiente, los cursos de idioma
servían también para propagar en la Argentina una ima-
gen Io más positiva posible deJ Tercer Reich. Es sabido que
en los años 30 el agregado cultural de la Embajada, doctor
Wilhelm Keiper, tomó juramento de lealtad a Hitler aI
cuerpo docente.222 Por fin Ia Comisión Investigadora de Ac-
tividades Antiargentinas del Congreso argentino, presidi-
da por Juan Antonio Solari, se ocupó de la institución y
comprobó que allí se cumplían directivas de la Embajada
alemana.z23 En virtud de ello, la Cultural se vio limitada
en sus actividades y después de la guerra, aunque era una
institución argentina, fue cerrada.
Pero sus muchos p4trocinadores y mecenas los
-en
años 50 fue su tesorero el industrial y cofundador de Ia ins-
titución Ricardo Staudt, que en lg42 tarnbién había pues-
to a disposición el edificio de la Cultural en el centro de
Buenos Ajres2za- muy pronto hicieron posible Ia adquisi-
ción de nuevos locales y centraron su preocupación en rea-
nudar el contacto cultu¡al entre la Argentina y Alemania.
Ensalzada por la Embajada alemana como "una de las ins-
tituciones culturales más importantes en el ámbito suda-
mericano" y subvencionada económicamente como presti-
giosa difusora de lá cultura alemana en la Argentina,z2'
volvieron a organízarse conferencias, conciertos y exposi-
ciones y se reanudaron los cursos de idioma.226 El nivel cul-
tural promedio de los nuevos inmigrantes, más elevado en
comparación con el de los viejos residentes, hizo que los IIa-
mados cuarenta y ocho se convirtieran en una clientela so-
licitada de Ia Cultural y los ayudó a superar el cambio
brusco de las condiciones de vida, que desde el punto de
vista idiomático y cultural sufrieron los inmigratttes.227
También el teatro alemán en el Río de Ia Plata se preo-
cupó por los inmigrantes de Alemania. Durante Ia guerra,
los dos teatros alemanes residentes en Buenos Aires se ha-
310
blan transformado en polos opuestos, alrededor de los cua-
lcn ee agrupaban los dos bandos: de un lado los opositores
do Hitler, del otro los simpatizantes de Ia nueva Alemania.
Al Deutsches Theater (Teatro Alemán) de la compañía de
actores de Ludwig Ney, fundado en 1938 como pequeño tea-
tro de comedia bajo la protección del Bund der Schaffenden
Doutschen (Federación de los Tbabajadores Alemanes), se
le opuso el 20 de abril de 1940 el Freie Deutsche Bühne
(Tbatro Libre Alemán) del director exiliado y hombre de tea-
tro PauI Walter Jacob, que en sóIo seis años pudo llevar a
6¡cena ciento cincuenta estrenos y quinientas representa-
clones con calificados actores profesionales.22s Los especta-
dores eran emigrantes de Alemania, Ia mayoría de Ias ve-
eor judíos, así como ciudadanos demócratas, socialistas y
comunistas de la comunidad alemana, y su diario era eI Ar-
gurttinisches Tageblatt En cambio el público del Teatro Ale-
mín, que en siete años tuvo cincuenta mil espectadores,
lofn el Deutsche La-Plata-Zeitung. En amplios cÍrculos de
Ior viejos residentes alemanes existía un acuerdo social en
al ¡ontido de que "no era conveniente" asistir a las repre-
ftfntaciones del Teatro Libre Alemán.22s Un exiliado, el pe-
rk¡dista republicano Balder Older, informó sobre el despido
elo una empleada de una firma alemana después de haber
nrl¡tido a una función en el teatro de la oposición:
"Ils decir que nosotros tenemos un teatro, Ios otros
[nmbién tienen uno, tenemos cada uno un diario, ca-
dn uno una escuela, asociaciones, conferencias, mun-
tlo alemán y no-mundo alemán en un único ambien-
l,o (...) Pero Ia separación es tan absoluta que hasta
on un pequeño pueblo se puede olvidar que existe el
t lt, ro. "230
l)iflcilmente podía disiparse con eI fin de Ia guerra una
al,t¡róxf'cra tan cargada de tensiones y en L954, el embaja-
rl¡r rkr Alemania Federal consignó con amargura: "En casi
!llnÍuna otra institución se puso tan en evidencia la desu-
rtlón tk: la colonia alemana de Buenos Aires como en eI tea-
l,l'o ttlomán".231
311
 llva. Esas tendencias conservadoras, moderadas por la
dluencia de emigrantes de Alemania, se fortalecieron otra
v¡¡ con la llegada de los inmigrantes de posguerra. EI cre-
0lrnte proceso de radicalización se puede seguir paso a pa-
rc on la sección cultural de la revista mensual Der Weg.
En el campo de las artes plásticas, se le otorgaba la ab-
¡oluta prioridad del arte figurativo aI círculo que rodeaba
I la editorial Dürer. El estilo abstracto era descalificado co-
Blo "decadente"; las concepciones artísticas de un Klee, un
Plcasso, un Feininger, entre muchos otros, no encontraban
lr.más mínima comprensión y se emitían juicios irónicos y
hasta groseros sobre tales "charlatanes».236
El círculo Dürer logró enrolar en sus filas a una canti-
dad de artistas gráficos, dibujantes y pintores y de esta
nlanera presentar a través de la editorial su propio ideal
urtístico en forma de almanaques, impresiones artísticas,
marse. libros. Y naturalmente en Der Weg a un público más am-
plio. Esta contraconcepción representaba un arte compren-
rible para todos, concreto, en su mayoría Iibre de conflictos,
al'irmativo, que llegaba hasta un culto a héroes de estilo
popular.237 Es cierto que las pinturas paisajistas, los retra-
üos, las ilustraciones, Ias tallas en madera y los dibujos en
l)er Weg, revelaban en cada caso un sólido dominio de Ia
urtesanía artística. Pero esas expresiones no eran en nin-
gún modo descollantes, ni en técnica ni en forma ni mucho
menos en el contenido artístico, ni hacían un aporte que
l'uora más aIIá de lo imitativo en su forma de desarrollo.
Ese concepto del arte fue defendido también con razona-
mientos teóricos. El arte debía ser una reproducción de la
naturaleza y el artista tendría la misión de aspirar a Ia ar-
¡nonía con el espíritu de Ia época.238 "Exigimos del artista
que haya aprendido a conciencia su oficio y que vincule de
rnanera inseparable el concepto del honor del gremio con
su sublime oficio."23e Esta exigencia, interpretada como re-
proche, se dirigía contra el arte vanguardista que en Ia Re-
pública Federal habría usurpado eI poder del arte y practi-
caría una "dictadura de las tendencias abstractas": "Lo que
cn otros tiempos se logró extirpar con tanto esfuerzo (...)
todo este disparate jactancioso está otra vez en bog¿".2+o

3t2 313
 En el terreno de la literatura existían algunos parareros
con esta evolución, pero la calidad de la contraconcepción
es muy superior. Una gran parte de los escritor". qre pr_
blicaban enDerWeghabíansido autores de renombre aá la
Repúb1ica de Weimar, pero sobre todo del Tercer Reich, y
habían gozado de un alto grado de reconocimiento como
autores de bestsellers, como paul Alverdes, Werner Beu_
melburg, Bernt von Heiseler, Wilhelm pleyer, Hans Stegu_
weit, Will Vesper, August Wirinig, Erhard Wittek, Heinrlch
Zerkaulen y Heinrich zillig. son de destacar los escritores
de Der Weg }Jans Friedrich Blunck, Hans Carossa, Hans
Grimm, Erwin Guido Kolbenheyer y la poetisa Agnes Mie_
gel-z4r Del círculo más reducido de la editorial ñtirer, Ias
narraciones de willem sassen son puntos culminantes en
Der Weg.
En la crítica general de literatura como también en las
críticas a publicaciones actuales se puede leer, en el endu-
recimiento de las expresiones críticas que llegan hasta una
repugnante jerga primiiiva, el mismo deslizámiento hacia
los extremos que caracteriza de manera tan determinante
la cosmovisión político-ideológica del Weg y sus adeptos.
Por ejemplo, si en los primeros años de Der Weg todavía se
expresó un profundo pesar por la quema de libros de la
obra de Franz Kafka,za2 más tarde esta fue descarificada
como "literatura judía pornográfi ca».24s IJn comportamien-
to similar se observa con respecto a Stefan Zweíg, a quien
Der Weg encomió al principio incluso con la publlóacián de
un texto,2aa pero bien pronto dejó caer a este autor bajo el
rubro del "dominio judío de la cultura',, bajo el cual iam_
bién estaban agrupados Heinrich Heine (,,una luz insigni_
ficante en el altar de la lírica alemana,,),2a5 AnnaSeghárts
(sus obras literarias serían "porquerías repugnantós,,¡,2rc
Stephan Hermlin ("poeta obsceno,,),2a2 KurlTircholsky (l al
que ningún pueblo del mundo habría tolerado,,).2a8 Junto
con Erich Kástner (presentado como ,,autor de excremen_
tos"¡z+o y Thomas Mann ("impostor literario,,),250 todos ellos
fueron incluidos bajo el concepto d.e "riteratura de asfal-
to').251
En el Weg tardío se presentaba a todo el escenario artís_
374
si fuese timoneado por una camarilla
üico europeo como
central de influyentes, con un resultado abominable: teatro
vanguardista, "esculturas neandertaloides",2s2 "literatura
de asfalto", "poblados de hotentotes" de los arquitectos mo-
dornos,253 "que junto con Ia música atonal y la pintura abs-
tracta son testimonios manifiestos de la decadencia euro-
poa".264 El actor WilI Quadflieg constató en Der Weg "la de-
generación de toda la actividad artística actual"'255 La sec-
ción cultural del Weg se hizo un deber contrarrestar esta
"degeneración" y oponerle una concepción orientada a las
nntiguas tradiciones arraigadas, al romanticismo alemán y
mana de
generali-
n al pre-
y mantuvieron. Había un único campo cultural
scnte se
que unía a toda Ia comunidad de habla alemana más allá
partidista: la música alemana.
de cualquier Iímite
En eI terreno musical, Der Weg hasta mantuvo contac-
tos parciales con Ia vanguardia artística. Hans Pfitzner en-
vió sus saludos a Ia revista y parece haber sido ayudado en
lu inmediata posguerra por la Dürer-Hilfswerk für notlei-
«lcnde Geistesschaffende (Obra Dürer socorro para creado-
res intelectuales necesitados).256 Richard Strauss mante-
nía correspondencia con Ernst Aufrecht, crítico musical del
Wog.'u'Se mostró reconocimiento por Ia intervención de es-
tc compositor a favor de Arnold Schónberg,258 y Hindemith
lue elogiado.2se
La vida musical de Ia metrópolis argentina fue merece-
«lora de muchos artículos y una gran cantidad de críticas
lrreves en el Weg de los primeros tiempos.260 A esto se le
rrgregaban una profusión de artículos teórico-musicales,
cntre otros del musicólogo y discípulo de Max Reger, el co-
Ioniense profesor doctor Hermann lJnger, y de la eminente
pianista Elly Ney.261 De todos modos, después de la muer-
l,c de Pfitzner y de Strauss, y condicionada por el desplaza-
miento del centro de gravedad en Der Weg,la parte refe-
rcnte a Ia música se redujo a un mínimo para por fin, en
los últimos números, dar lugar a expresiones de manifies-
316
ta aversión en contra de la música dodecafónica y la atona-
lidad. Sin embargo, las presentaciones en Buenos Aires de
Wilhelm Furtwángler y Karl Bóhm, Ios conciertos de los Not¿.s
pianistas derfama mundial Walter Gieseking, Wilhelm
Backhaus y Wilhelm Kempff, eran grandes acontecimien-
tos sociales tanto para los alemanes como para los argenti-
nos.262 Mientras la vida cultural ligada al idioma común
ahondó aún más las heridas y.resentimientos de Ia comu-
nidad de habla alemana en el Río de la Plata, se evidenció
el carácter curativo y vinculante en el lenguaje universal
de la música como producto cultural.
I Galland, Die Ersten und die Letzten, pá9. 6.
2 Eyting, conversación del 25 dejunio de 1990.
Rudel, Deutschlarud-Argentinien, pág. L28.
3

Eping, entrevista del 25 de junio de 1990. Según una lista del

a

doctor Melzer (en poder del doctor Plock), eran colaboradores del
grupo Tank: Max Auge, Wilhelm Bansemier, Otto A. Behrens, Frie-
drich Becker, Otto Egenolf, Werner Eick, Oswald Estel, Heinrich
Evers, Hans-Gerd Eyting, Karl-Heinz Fechner, Rudolf Freyer, Max
!'uchs, Horst Geisler, doctor Hermann Greinel, Hans Gottschalk,
d«¡ctor Hans Haener, Erich Heine, Friedrich Heintzelmann, Hilmer
Hische, Walter Kahrs, Paul Klages, Wilhelm Koch, doctor Rudolf
Ksoll, Hans Kuhr, Erich Lóllmann, Ernst Lukas, Gotthold Mathias,
rloctor Manfred Melzer, Ludwig Mittelhuber, doctor Karl Morghen,
Karl Mügge, Jürgen Naumann, Georg Neumann, Heinrich NÓlke,
doctor Otto Pabst, Aenne Parrau, Karl Parsiegla, doctor Carl-Hans
Plock, Gustav Plóger, Hans-Joachim Puffert, Theodor Quast, Anton
Itr:ichmann, Kurt Rothe, Paul Rothkegel, Hans-Ulrich Rudel, Erwin
Ruth, Karl-Ludwig Sanders, Karl Schaaff, doctor Rudolf Schmidt,
L llrich Schnaak, Herbert Schnabel, Rudolf Schóffel, Ernst Schóttler,

llans Schubert, doctor August Siebrecht, Ulrich Stampa, Erhard

Starke, Ernst Strauss, profesor doctor Kurt Tank, profesor doctor
Karl Thalau, Karl Vagnet Rudolf Voigtsberger, Karl Wedemeyer,
l,'riedrich Wehrse, Herbert Wolff. Aun cuando no trabajaban dentro
rlol Grupo Tank, también habÍan sido contratados a través del Insti-
tuto: Brunemann, doctor Diedrichs, profesor Georgi, Gscheithauer,
rloctor Horten, Nickel y Schreckenberg.
r' Plock, carta de enero de 1991; también Rudel, Deutschland'Ar-
gen.tinien, pág.50.
(i
Mariscotti, Huemul, pág. 99; Plock, información de marzo de
I 991.

316
3t7
 30 Maiz, ibíd.
7 E¡ing,25 de junio de 1990.
8 31 Mariscotti, Huemul, pág. 109.
Maiz, "Herencia de guerra", pág. 54.
e E¡ing, 25 de junio de 1990. 32 Hüster, conversación del 8 de marzo de 1990.
33 Maler, 17 de enero de 1990; Schulz, 14 de marzo de 1990;
10 Eyting, !5 de junio de 1990.
11
Rudel, Deutschland-Argentinien, pá9. 724. Czysch, 15 de abril de 1990.
3a
12 Eyting, 25 de junio de 1990; también: Conradis, Forschen und "Beisetzung Werner Baumbachs", err: Argentinisches Tageblatt,
Fliegen, pág. 349. 26 de octubre de 1953.
13 de junio de 1990.
Eyting, 25
35
Schmidt, 16 de noviembre de 1989. En un artÍculo publicado en
1aSecretaúa de Aeronáutica, Memoria y Balance General 1958, la revista mensual Der Weg, Baumbach describió los llamados "cuer-
pág. 72 y siguiente. En Rudel, Deutschland-Argentinien, pág. 124, pos teledirigidos" que en Alemania habrían estado listos para su uti-
hay una ligera diferencia en los datos: velocidad: 1.000 km/h, techo: lización ya desde 1943, pero que en virtud de la "miopÍa de la propia
16.000 m, autonomía de vuelo 3.100 km, velocidad ascensional: 50 conducción" no llegaron a aplicarse. (Baumbach, "Als die Würfel fie-
m/seg. len", en: Der Weg, m (1949), pág. 867).
36
15
von Oven, Vitz, "Ein Leben für die Luftfahrt", err: Freie Presse, "Beisetzung Werner Baumbachs", en: Argentinisches Tageblatt,
14 de octubre de 1954, pág.12. 26 de octubre de 1953.
37 Informe de Plock, rnaÍzo de 1991.
16
Maiz, "Herencia de Guerra", pág.54; Plock y Starcke, en cam-
38 Czysch, 15 de abril de 1990.
bio, no recordaban tn Pulqui armado con cañones (información de
marzo de 1991).
3e
"A.ls deutscher 'Spezialist' in Buenos Aires", erl: Der Tag Ber-
17 FogeüKrüger, Flugtrute Nord, pág. 707; también: Conradis, lín, 2 de agosto de 1953.
a0 'spezialist', ibíd. Es evidente que se trata de Río Tercero (Pro-
Forschen und Fliegen, pág.,351.
18 Maiz,
"Herencia de guerta", pág.54. vincia de Córdoba), donde se encontraba una planta de Fabricacio-
1e Eyting, 25 de junio de 1990. Es asÍ como el Gloster Meteor nes Militares. Allí trabajaban algunos ingenieros alemanes que ha-
menciona la cantidad de 200 máquinas británicas compra- bÍan colaborado en el proyecto V1 (Lóllmnn, canta del 19 de abril de
-Eyting
das-, con el mismo armamento que el Pulqui II y casi la misma ve- 1991). En su serie de artículos sobre Ronald Richter, Peter Alemann
locidad, sólo poseía una autonomÍa de vuelo de 900 km. habla de un grupo que experimentó con cohetes en una fábrica mili-
20 "Als deutscher'Spezialist'in Buenos Aires", en Der Tag,Ber- tar en los alrededores de la ciudad de Córdoba (Alemann, "Ronald
lín, 2 de agosto de 1953. Richter", cap. III, pá9.7).
ar En la época de Perón, la dirección de las fábricas militares se
21
von Oven/Vitz, "E;irr Leben für die Luftfahrt", en:. Freie Presse,
14 de octubre de 1954, pág. L2. transformó a ojos vistas "en un organismo estatal que sólo vivía de
22
rbíd. prebendas, monopolios y corrupción, que ponÍa trabas a las empre-
r
23 Secretaría de Aeronáutica, Memoria y Balance General 1958, sas privadas interesadas en el desarrollo, practicaba una competen-
pág. 12 y siguiente. cia desleal y se convirtió en un obstáculo sin precedentes para el de-
2a von Oven/Vitz,"Ein Leben für die Luftfahrt", enl. FYeie Presse. sarrollo económico de la Argentina" (Argentinisches Tageblatt, 8 de
14 de octubre de L954, pág. 12. febrero de 7992, pág. 2).
25 Eyting (25 dejunio de 1990) habla de 85 a 100 unidades; Lóll- a2
"Als deutscher 'Spezialist' in Buenos Aires", erl: Der Tag, Ber.
mann fija una cantidad más baja: 30 unidades (carta del 19 de abril lín,2 de agosto de 1953.
a3 Plock (informe, marzo de 1991) presenció la prueba de un mo-
de 1991); según la Secretaúa de Aeronáutica, Balance General, pág.
13: autonomÍa de vuelo 1.500 km, techo 6.000 m, velocidad 350 km/h. tor de cohete en los terrenos del Instituto en Córdoba. También el in-
26
Rudel, Deutschland-Argentinien, pág. 728. geniero Eyting (carta del 19 de abril de 1991) informa haber estado
27 Rudel, ibíd., pág. 129; Plock, carta de enero de 1991. presente en el lanzamiento de ensayo de un tubo Argus (propulsión
28 Maiz,
"Herencia de guerra", pág. 55. del V1 alemán).
2e 44 Hüster, 8 de marzo de 1990.
Maiz, ibíd.; Froestl, 11 de enero de 1990.

318 319
 a5 En los círculos de la colectividad alemana se mantiene firme la
especie de que Baumbach habría sido asesinado. El aparato que le
causó la muerte no habría estado listo para volar. Los contactos de
Baumbach cog la nueva fierza aérea en proceso de creación en la Re-
pública Federal de Alemania, como también sus manifestaciones crÍ-
ticas sobre la conducción del Tbrcer Reich en su libro Zu spiit? (Ed.
Dürer) le habúan acarreado violentos ataques (Maler, 17 de enero de
1990; Veuhoff, 15 de enero de 1991).
a6 Artículos de Argentinisches,Tageblatt y Freie Presse del 26 de
octubre de 1953.
a7 Culaciati (1'de diciembre de 1989) incluso considera a Gal-
land, con un total desconocimiento de su posición, como un asesor de
la Alianza Libertadora Nacionalista, una agrupación paramilitar de
los peronistas.
a8 Santander, Técnica, pá9.62, cita la historia increÍble difundi-
da por un diario sensacionalista alemán occidental, según la cual un
"Movimiento Reich" habrÍa elegido a Rudel como Führer.
ae
El libro de memorias de Galland Die Ersten und die Letzten, re-
dactado por Wilfred von Oven, apareció en Alemania Federal en
1953. Galland contó con la ayuda de un joven germano-argentino,
Peter Zimmermann, que como repatriado había sido llamado al ser-
vicio militar, pero que tenía un dominio muy rudimentario del idio-
ma español. (Zimmermann, 30 de noviembre de 1989 y 8 de febrero
de 1990).
50 Schallmoser, 2 de r¡¡arzo de 1990.
51 Terdenge
al AA, Buenos Aires, 13 de enero de 1955 (copia en el
archivo privado de Gallan?l).
52 Negativo: Waehner, 23 de febrero de 1990, y Maler, Krieg und
Frieden, pág. 339. Positivo: von Oven y Terdenge ("Sobre la forma en
que Galland desempeñó sus funciones.aquÍ, sólo he escuchado co-
mentarios muy elogiSsos, sobre todo de las autoridades militares
competentes", Terdenge al lA, Buenos Aires, 13 de enero de 1955).
53
Perón favoreció a Rudel con la adjudicación de permisos de im-
portación. Sólo del negocio de importación de anilinas habría obteni-
do una ganancia de 800.000 pesos (Embajada alemana, Wertz, al AA,
9 de febrero de 1956, en: pA AA, ref. 306, Bd. 7). Más adelante, según
un rumor que circuló en la colectividad alemana, bajo la presidencia
de Stroessner en Paraguay, Rudel habría tenido una participación
d.el l07o en todas las compras estatales a empresas alemanas (von
Oven,26 de octubre de 1989).
5a Terdenge veÍa en Rudel a un agitador e intrigante polÍtico den-
tro de la colectividad alemana, que contrarrestaba los intentos de re-
320
conciliación que hacía la Embajada Alemana. Se intentó aislarlo en
la medida de lo posible (Terdenge al ee, pássim). Hasta el diario Freie
Presse torrró distancia; también allí se consideraba que Rudel era po-
llticamente ingenuo y que sus actividades eran perjudiciales.
55 Schallmoser, 2 de marzo de 1990; Galland, Drste und Letzte,
pác. 7.
56Menge, 2 de enero de 1990.
57
Schallmoser,2 d.e rr¡arzo de 1990.
58
Wistrich, Wer war wer im Dritten Reich, pág. 104.
5e En los años 60, Tank trabajaba en aviones de despegue verti-
cal y realizó algunas consideraciones según las cuales los aviones po-
drían estar equipados con propulsión nuclear tan pronto como se so-
lucionara el problema de una fusión controlada y estable de núcleos
atómicos ("Más rápidos y mejores que los cohetes. Una charla con el
profesor Kurt Tank sobre las máquinas voladoras del futuro", en:
Christ und Welt, l" de octubre de 1965, páC. 3 y siguientes)' En su
ópoca en la Argentina, Tank había mantenido conversaciones al res-
pecto con Ronald Richter (Janko, 10 de enero de 1990), y ya en 1949
['erón manifestó que Tank iba a construir el motor de un submarino
con propulsión nuclear (Mariscotti, Huemul, pág. 103).
60 Plock, carta de enero de 1991.
61 Eyting, carta del 19 de abril de 1992.
62 Los profesores alemanes de la Escuela Superior de Aeronáuti-
ca argentina, trabajaron también en el futuro en el campo de la cons-
trucción, y de proyecto a proyecto, fueron muchos sus viajes de ida y
vuelta entre Alemania y la Argentina. Hubertus Froestl, por ejem-
plo, fue enviado por catorce meses a Friedrichshafen a principios de
Ir¡s años 80, en el marco de la colaboración con Dornier en el desarro-
llo para la construcción del tA 63 (Pampo) (Froestl, 11 de enero de
r 990).
63
Mariscotti, Huemul, pág. 37.
Mariscotti, Huemul, pág. 37.
6a
65
Mariscotti , Huemul, cap. "La invitación a Heisenberg".
66 Mariscotti, Huemul, págs. 70 y 75. Las tergiversaciones eran
rrr»torias. Ni Heisenberg había sido invitado por el gobierno de Perón
ni se había pensado en un programa militar. Esto último lo habÍa
¡rcentuado expresamente Beck frente al corresponsal Mizelle.
6? Sobre esto dice Mariscotti, Huemul, pág. 7L y siguiente: "Su
¡liuza periodística habÍa sido cuidadosamente elaborada con el claro
olr.joto de apoyar una tesis dramática y falsa".
(i8
Mariscotti, Huemul, pág. 73 y siguiente.
rie
Mariscotti, Huemul, pág.77 y siguiente y pág. 89, nota 37.
32L
,d

70
Mariscotti, Huernul, pág. 78 y 89, nota 32.
?1
Mariscotti, Huemul, pág. 74.
72 Mariscotti,
Huernul, pág. 95. Esta idea sedujo de manera ex-
traordinaria a Tank. Aun años después, defendió con entusiasmo
esas consideraciones ("Más rápidos y mejores que los cohetes. Una
conversación con el profesor Tank sobre las máquinas voladoras del
futuro", en: Christ und Welt,lo de octubre de 1965, páC. B y siguien-
tes).
73
Mariscotti, Huemul, pág. 96.
7a
Sobre la biografÍa de Ronald Richter: Alemann, serie de artícu-
los inéditos sobre Ronald Richter (archivo del Argentinisches Tage-
blatt), cap. rtr, págs. 2-6.81contrato de e¡c fija para Richter una su-
ma mÍnima de retribución de un millón de Reichsmará (Alemann,
cap. III, pág.4).
75 Mariscotti, Huemul, pág.
96; Alemann, "Ronald Richter", ttr,
pác. 6.
76 Mariscotti,
Huemul, pág. 96.
77 Mariscotti, Huemul, pág. g7.
78
Mariscotti, Huemul, pág. 98.
7s Mariscotti,
Huemulipág. 100 y siguientes.
80 Alemann,
"Ronald Richter", cap. rrr, pág. 8; Mariscotti, flzze-
mul, pág. 702.
81Mariscotti, Huemul, pág. lO4 y siguientes. Durante las obras
de construcción, se comprobó que la isla era la necrópolis de un jefe
de tribu araucana muerto en 1902, el cacique Huenul. Pero no exis-
tía ninguna necesidad dg realizar estudios arqueológicos; por razo-
nes técnicas de la obra su tumba fue trasladada y en el futuro tam-
bién se terminó con la paz del difunto.
82
Alemann, "Ronald Richter", cap. rv, pág. l; Pringle/Spigelman,
Die Atom-Barone, pág. 733.
83 Maler,
17 de enero de 1990; sobre todo en la gran colonia ale-
mana de la pequeña ciudad, Richter gozó de pocas simpatías debido
a su arrogancia. El mismo Richter hablaba de una "actitud de recha-
zo de la población", pero no se la podía explicar (Alemann, ,.Ronald
Richter", rv, pá9. 1 y vl, pág. 3).
8a Mariscotti,
Huemul, pág. 110; sin entrecomillado o composición
espaciada, Mariscotti habla de contrabando ofi,cial.
85 Mariscotti,
Huemul, pág. 110. Ronald Richter: "yo no tuve na-
da que ver con las compras. Yo sólo encargaba y nunca he visto una
factura" (Alemann, "Ronald Richter", ru, pág. 8).
86 Alemann,
"Ronald Richter", N, pág.3. Richter todavÍa no ha-
bía cumplido el requisito legal de un mÍnimo de dos años de residen-
ola on el país, cuando se convirtió en ciudadano argentino el 22 de
marzo de 1950. Sus conocimientos del idioma del país eran casi nu-
lo¡,
87 Mariscotti, Huemul, pág. 110.
¡H Decreto 10.936 del 31 de mayo de 1950 (Mariscotti, Huemul,
pás, 116).
Ee
Alemann, "Ronald Richter", trl, pág.9. Segin propias declara-
olonee de Richter, el intento de llevar como colaborador a Guido Beck
habrfa fracasado por la oposición de González, que consideraba como
oomunista a Beck (Alemann, ibíd.)
s0 Alemann, uRonald Richter', w, pág. 1.
0l Facsímil en: Mariscotti, Huemul, pág. 139.
rr2
Alemann, "Ronald Richter", tt, pág, 7; los datos provienen del
¡mlrmo Richter.
lfff Mariscotti, Huemul, pág. L34.
rla Mariscotti, Huemul, pág. 135.
116
Mariscotti, Huemul, pág, 22,
116
Pringle/Spigelman, Atom-Barone, pág. L33.
ll7Mariscotti, Huemul, pág. 23.
flH Pringle/Spigelman, Atom-Barone, pá9. 133; Mariscotti, Hue-
nrul, pá9.25.
von Ardenne, Leben für Fortschritt und Forschung, pág.277.
f)r)
llx'lAlemann, "Ronald Richter", II, 7; "German-trained fusion gu-
ru", en: Lemonick,'Fusion or Illusion?", er:: Time, N' 19, 8 de mayo
rlo 1989.
lrll «Perón gibt Atomenergiegewinnung mit neuen Methoden in
Argontinien bekannt" (Perón anuncia la obtención en la Argentina
tlo onergÍa atómica con nuevos métodos), en: Neue Zeitung, Munich,
ll7 rlo enero de 1951.
lr'2 "Recuerdo haber oído de este doctor Richter, ya en 1943 en
l,lclttorfelde, la idea de que se debía intentar convertir núcleos livia-
ttox on helio usando descargas en gases de altas corrientes. Con esto
Irr rrrovÍa en la línea correcta. Su accionar, no digno de un cientÍfico,
t¡or¡¡rittía en presentar especulaciones teóricas como hechos reales y
l¡trxlirrnte una presentación mentirosa de la situación, conseguir me-
rlhx ¡lara sus trabajos experimentales como también ventajas econó-
Itllürur personales" (von Ardenne, Leben für Fortschritt und Fors-
iltuttg, pág.217 y siguientes).
r(rir Mariscotti, Huemul, pág. 161.
rrr'r Informe del 12 de abril de 1951 (Mariscotti, Huemul, pág. 165
y rrlguientes.
lrrñ El ataque mordaz pero superficial del fÍsico austriaco Hans

322 323

Thirring del Instituto de Física Teórica de la universidad de viena
("Is Perón's A-Bomb a Swindle?" - "¿Es la bomba A de Perón un frau-
probablemente tenemos más crinocimientos sobre la cinética de la
reacción termonuclear que los Estados unidos y Gran Bretaña en el
momento actual" (citado de Alemann, Ronald Richter, r, pág' 6)'
106 Mariscotti, Huemul, pág. L67 y siguientes y pá9. 174'
107 Citado de Alemann, "Ronald Richter", u, pág. 6.
108 Tank, por ejemplo, mantenia contacto con Richter por la idea
que éste había expresado en su momento en Londres sobre un avión
a propulsión nuclear y, para coordinar un trabajo en equipo con este
fin, envió a Bariloche al constructor de aviones Horten. Pero Horten
no pudo hacer nada con los datos imprecisos de Richter (Janko, 10
de ánero de 1990). Enjunio de 1951, Tank rompió esa relación con el
argumento de que el solitario de Bariloche no era un interlocutor
adecuado para cuestiones técnicas (Mariscotti, Huemul, pág' 181)'
10e Mariscotti, Huemul, pág.221y siguientes; Alemann, "Ronald
Richter", tv, pág.9. Richter le echó la culpa del fracaso a la anterior
compañía constructora, más tarde también a GEoPE.
110
Mariscotti, Huemul, pág.227 y siguientes.
111
Mariscotti, Huemltl, pág.233 Alemann, "Ronald Richter", IV,
pág.8; en la entrevista con Alemann, Richter habla de nueve legis-
ladores.
112
Mariscotti, Huemul, Pág- 238.
l1sMariscott i, Iluernul, Pág. 243.
114 Mariscotti, Huemul, Pá9. 246-
115 Mariscotti, Huemul, pág. 248; Alemann, "Ronald Richter", v,
pác.2.
116 También sobre el "caso" Richter: Luna, Perón y su tiempo,vol'
2, cap. "Richter Kaputt", pág. 289-295-
11?
Alemann, "Ronald Richter", ru, pág. 9 y siguiente. Más adelan-
te, Richter afirmó que cuando notó que le habían retirado el apoyo,
éI mismo saboteó el laboratorio (P. Alemann, 13 de marzo de 1990)'
118
En 1954, Richter habló de un volumen de costos de 250 a 300
millones de pesos, que convirtió a unos diez millones de dólares es-
tadounidenses (Alemann, "Ronald Richter", rr, pág. 2), poco en com-
paración con los experimentos fallidos en los Estados unidos -sólo
324
la lnvursión equivocada en la kilométrica fábrica de separación de
lrótopou de Savannah River ascendió allí a mil quinientos millones
de dólares-, aunque de todos modos demasiado para la Argentina
(P, Alomann, "Das Atom-Geheimnis von Huemul" [E] secreto atómi-
0O do Huemull, en Argentinisches Tageblatt, 11 de mayo de 1985,
póf, 2l). La cifra de mil millones de pesos es irreal ("Das Ende der
U¡rn-Tltiume Peróns", en Neue Züricher Zeitung,lT de septiembre
d. 1864).
ll0 Perón procuró que Richter no cayera en el abismo. De todos
ilodor, la anhelada emigración a los Estados Unidos fue obstaculiza-
df por la vía administrativa. Al parecer se temía que pudiera hacer
Jüvglttciones (Alemann, "Ronald Richter", trt, pág. 2; Maler, !7 de
¡ncro do 1990).
lr0 Alomann, "Ronald Richter", v, pág. 8.
rvr Mrrriscotti, Huemul, pág.27O y siguiente. En una entrevista
30n el Ncr¿ Yorh Times, profundamente ofendido, el arrogante fÍsico
€0mltttró su arresto con los métodos de la Gestapo.
lru [,u¡l burlas en ]os cafés de Buenos Aires llegaban a afirmar que
lluhtrtr habrÍa perdido un pulgar cuando una bomba atómica le ex-
ploló rrn la mano tPringle/Spigelman, Atom-Barone, pág. 132). Tam-
Hált ¡n nl'irmó que Richter ni siquiera habrÍa sido un físico y que ha-
b*{r nrk¡uirido ciertos conocimientos sobre fÍsica a través del trato
l0ñ ¡rl,u«liantes cuando era mozo en un café en Viena (véase Eber-
hlHl Mrx,s, "Keine Anklage wegen Betruges" [Ninguna acusación
ptr llntrrlrrf , cn Die Ausland.sredahtion,lg de octubre de 1954, pág.
ll lls hr gloria al ridÍculo no hay más que un paso.
llrl f ¡r¡rronick, "Fusion or Illusion?", en:Time,N'19,8 de mayo de
l5tg, Mr¡.v recientemente los científicos europeos lograron, con un
Sitlrtlln rloxpliegue técnico, llevar a cabo una fusión semejante.
lf{ Mrrrixcotti cita dos indicios: la negativa de Richter del 1G de fe-
bfrrtt rk' lf)l-rl a repetir el experimento, aunque su asistente sospe-
lhtltn r¡tr,' habÍa habido un error instrumental. Además cita a Rich-
ili ptr lrr t:onflerencia de prensa internacional del 24 de marzo de
llñ l, nrr Lr r¡uc manifestó que un desplazamiento de las líneas espec-
FII¡¡ lrncirr cl violeta, habría indicado el resultado positivo del expe-
Ém¡t¡l,o l¡rrtg, 286). Mariscotti, él mismo un fisico nuclear, ve en ello
!l ttnv¡ r'l'ror científico de Richter. Es decir que en lugar de un des-
ll1atnttt'ttItt rlcberÍa haberse producido an ensanchamiento (pág.
l0?r ilul,n l; ¡rrig. 286). Pero el autor debería haber tomado en consi-
&;rr,lnll, lrrkrr¡lús de la posibilidad de un error de transcripción, que
d l¡t,l'u|,,',, t:rrrri maniaco de Richter, del que dan fe numerosos testi-
Hlfiltn, ¡rrxlrirr haber inducido al físico a dar una pista deliberada-
325
mente falsa en la conferencia de prensa. Y en efecto: en la descrip-
ción del experimento del 16 de febrero, Mariscotti sí discutió
-que
los hechos con el entonces asistente de Richter, Jaffke- menciona
que como re¡ultado del experimento se esperaba un ensanchamien-
to de las líneas espectrales (pág. 134). El segundo indicio de Maris-
cotti parece insignificante y es más bien una referencia al optimismo
cientÍfico de Richter, que ese dÍa no quiso repetir el experimento e in-
formó sin demora a González. Poco tiempo después se hicieron veri-
ficaciones en un experimento qr¡e contó incluso con la presencia de
González (Pringle/Spigelman, Atom-Barone, pá9. 133; Mariscotti,
Huemul, pág. 135), como más adelante en presencia de científicos y
legisladores (Mariscotti, ibíd., pág. 233) y funcionarios (ibÍd. pág.
228). Richter solía repetir cientos de veces los experimentos para an-
dar sobre seguro (P. Alemann, "Das Atom-Geheimnis von Huemul",
en: Argentinisches Tageblatt, ll de mayo de 1985, pág. 2l).
En cambio Mariscotti no ha sometido a ningún análisis exhausti-
vo el artículo que Richter envió a Scientific American y que la reüs-
ta finalmente rechazó. Una omisión imperdonable del, por lo demás,
excelente estudio, cuando más que se trata de la única manifestación
escrita de Richter sobre su proyecto en la isla Huemul. El físico da
allÍ su explicación teórica de cómo dice haber logrado la fusión ter-
monuclear. En ese punto, Mariscotti, como fÍsico acreditado, debería
haberle aplicado una palanca a una evidente falsificación científica.
El análisis de las manifestaciones de Richter en una conferencia de
prensa no puede reemplazar a una discusión teórica.
125 Mariscotti, Huemul, pág. 143.
126
Informe de la Uniriersidad de Princeton, enero de 1979, citado
de: Mariscotti, Huemul, pág. L43 y pág. L52, nota 78.
127
Alemann, "Das Atom-Geheimnis von Huemul", en: Argentinis-
ches Tageblatt, lL de mayo de 7985, pág. 27.
12s Mariscotti,
Hiemul, pag.274 y siguientes.
12e Lütge,
Deutsche in Argentinien, pág. 170 y siguientes.
130 Lütge, Deutsche
in Argentinien, pág. 174.
131 Hoffmann, Deutsche in Argentinien, pág. l1.5.
132
"Deutsche Wissenschaft am Río de la Plata", en: Lütge, Deuts-
che in Argentinien, págs.244-267; también: Hoffmann, Deutsche in
Argentinien, págs. 775 -L24.
133
Newton, Fourth Reich, pág.94.
rsa Bal-Zo}rat, Jagd auf d.eutsche Wissenschaftler, pág. 195 y si-
guiente; también: Rudel, Deutschland-Argentinien, pág. 72O.
135 Bar-Zohar, Jagd auf deutsche Wissenchaftler, pássim; tam-
bién: Simpson, Bumerang, pássim.
326
136 Rudel, Deutschland-Argentinien, pág. 123; también: Galland,
Erste und Letzte, páC.7.
r37 Lütge, Deutsche in Argentinien, pág. 259.
r38 Memorándum interno en el Ministerio de Relaciones Exterio-
res al ministro Bramuglia, Buenos Aires, 11 de septiembre de 1946,
AG MREC, r]r 33921t946.
13e Ministelio de Guerra al ministro de Relaciones Exteriores
Bramuglia, Buenos Aftes, 24 de diciembre de 1946 (secreto), AG
MREC, rcr 339211946.
140 «Está catalogado como nazi", telegrama cifrado N" 1985 al mi-
nistro de Relaciones Exteriores Bramuglia, Washington, 31 de di-
ciembre de 1946 (ec unrc, Icr 3392/1946).
141
"...seúa conveniente que se precisaran con toda exactitud las
condiciones bajo las que seúa contratado, asÍ como también que se
clispusiera de los fondos necesarios para los gastos de traslado" (Bra-
muglia a Sosa Molina, Buenos Aires, 8 de marzo de 1947, confiden-
cial, nc MREC, rcr 339211946).
142
Litge, Deutsche in Argentinien, pág. 259.
ra3 Sander, 2 de febrero de 1990.
144
Ley l2.9OL, aprobada el 11 de diciembre de 1946 por la Cáma-
ra de Diputados.
145
Sander, 2 de febrero de 1990.
ra6 Sander (2 de febrero de 1990), que dentro del grupo alemán,
trabajó como geólogo en Agua y EnergÍa Eléctrica. La crónica oficial
tle la empresa no menciona ni con una sÍlaba la eficiencia de los ale-
manes en la organización de la infraestructura hidroeléctrica del
¡raís ("40 años de Agua y Energía Eléctrica", edición de Agua y Ener-
gfu Eléctrica, 1987).
ra7
Wittich, de 1950 a l97L profesor de electrotécnica en la Uni-
vcrsidad Nacional de Ttrcumán (uNt), carta del 8 de octubre de 1990.
ra8 Wittich, carta del 8 de octubre de 1990. Rohmeder, que había
fundado un Instituto Geográfico en la uNT, logró llevar a la universi-
rlnd andina a tres geógrafos alemanes que tenÍan un nombre en el
nlundo de la ciencia: Gustav Fochler-Hauke, investigador de Asia;
f,'ritz Machatschek, geomorfólogo; y Willi Czajka. Hacia 1950, tam-
l¡ién enseñaban en la trNT, entre otros los profesores: Beer, Damm-
ktlhler, Rolf Focke, Gerhard Funke, Gotter, Hase, J. Haugk, Hellber-
gcr, Korschmieder, Fritz Maria Kueper, Lammel, Mahr, Michel,
Miinch, Rómer, Schoklitsch, Schulze, Wittich y Seelmann-Eggebert,
rrste último un discípulo de Otto Hahn, que pronto asumiría un pa-
¡lol importante en el desarrollo de la física nuclear argentina. En el
ln¡rtituto Lillo en T\rcumán, trabajaban el genetista H. Bruecher, el
327
fitogeógrafo Kurt Hueck, antiguo decano de la Facultad de Agrono-
mía de la Universidad de Berlín, el fitólogo Hermann Slaumer y por
último Karl Fiebrig, que entre 1936 y 1945 había trabajado en el Ibe-
ro-Amerikagisches Institut (Instituto Ibero-Americano) en Berlín y
que ya en 1945 pudo acceder a un puesto como botánico en el Insti-
tuto Lillo. El pianista Walter Gieseking, que gozaba de fama mun-
dial sobre todo como intérprete de la música impresionista para pia-
no, dictó un curso para pianistas en el Conservatorio de Música de
Thcumán (Enumeración según.Wittich, carta del 8 de octubre de
1990; agregados según: Lütge, Deutsche in Argentinien, donde tam-
bién se informa sobre la ortografía de los nombres).
14e
Wittich, carta del 8 de octubre de 1990.
150 de Mahieu, 29 de enero de 1990, que desde fines de los años
40 hasta 1955 trabajó como profesor de antropologÍa en la Universi-
dad de Mendoza.
151
Lütge, Deutsche in Argentinien, pág. 2461, Hoffmann, Deutsche
in Argentinien, pág. 118.
152 Lütge, Deutsche in Argentinien, pá9. 254 y 259.
153 Lütge, Deutsche in Argentinien, pá9.257 y siguiente.
154
La Plata Ruf, errero de 1973, pág. 11.
155
Lütge, Deutsche in Argentinien, pá9. 262.
156 Lütge, Deutsche in Argentinien, pág. 264; Institut für Aus-
landsbeziehungen, Mitteilungen, 2/3, 7961, pág. 231.
r57 La Plata Ruf, mayo de 1970, pág. 13.
158 Menghin, biografía breve en: Zehn Jahre Donnerstag'Gesells-
chaft,pág.100; Sander, 2 de febrero de 1990.
15e Lütge, Deutsche in Argentinien, pág. 267.
160
Wittich, carta del 8 de octubre de 1990.
161
Wittich, carta del 8 de octubre de 1990.
162 Hesslein, Polirtische Briefe, Santiago de Chile, N" 44 (sep-
tiembre de 7947), pág. 11.
163 von Oven,26 de septiembre de 1990.
164
Ibíd.
165
Rom, Así hablaba Juan Perón, pág. 108.
166
Suposición de Schulz, 2l de marzo de 1990.
167 Lütge, Deutsche in Argentinien, pág. 333. Después de la Se-
gunda Guerra Mundial, el antiguo oficial de las ss Horst Carlos
Fuldner, nacido en Buenos Aires, era empleado de la Dirección de
Migraciones y por orden de la Presidencia de la Nación organizó la
lÍnea argentina de transferencia (Actas secretas sobre Martin Bor-
mann, 15 de enero de 1962, páC. 3, Archivo General de la Nación,
Buenos Aires, citado de: Argentinisches Tageblatt, l5 de febrero de
328
1092, pág. 3; sobre Fuldner véase capítulo ry c) 4 de este estudio). La
Embqjada Argentina en Bonn mantuvo contacto comercial con Fuld-
nor hasta los años 80.
108
Eyting, 25 dejunio de 1990; Plock, carta de enero de 1991; Ru-
dol, De ut schland-Argentinien, pág. 49 y siguiente.
roe ¡4.t¡t.orri, Huemul, pág. 103. El autor describe una reunión
tlol mes de junio de 1949 en Buenos Aires, en la que además del Pre-
lldonte, el ministro de Guerra Sosa Molina, el ministro de Ejército
Lucero, el ministro de Aeronáutica Ojeda y el director de la Dirección
do Migraciones González, también estaban presentes Tank, Richter
y Siobrecht.
r70 Decreto 23.881. Resolución 882150; expediente C-63-50-Cde 1,
llt¡onos Aires, 21 de julio de 1950, en: Boletín de la Dirección de
Aguu y Energía Eléctrica (editado por el Ministerio de Industria y
(hmercio de la Nación), N' 138, año w, Buenos Aires, 18 de agosto
rlo 1950, pág. 7752 y siguientes. BarZohar, en Auengers, pág. 144,
ottima que la importancia de cepnr es absolutamente falsa y compa-
rn a la empresa ("compañía cuyas actividades parecen bastante simi-
lnros"), con el IApI, el Instituto Argentino de Promoción del Intercam-
lrkr, ol instituto de cornercio exterior del Estado, que por momentos
cr¡ntrolaba el63Vo de las exportaciones argentinas y el2OVo de las im-
lil)rtlrciones.
f ?l Resolución 882150, con nombres de pila castellanizados.
rr2 .(Die Heimat ruft deutsche Gelehrte,, (La patria llama a los
trlontíficos alemanes), en'. Freie Presse,27 de diciembre de 1954.
l'lrr Sander 2 de febrero de 1990.
l1a Schulz, 31 de enero de 1990.
176
Lütge, Deutsche in Argentinien, pá9.333 y siguiente.
176
Schulz, 31 de enero de 1990.
I ?7 Ibíd. En El gran proceso, pág. 25, Santander hace una lista de
llrx pr:rsonas que en enero de 1952 recibieron una cédula de identi-
rl¡rrl cn la dirección de la Casilla de Correo 17, Tücumán, y expresa
Irr xrrspecha de que en cada caso se trataría de nombres falsos, detrás
rlo k¡s cuales se esconderÍa una organización nazi. Además de Eich-
r¡r¡rrrn, Santander menciona a: Guillermo Gerardo Klammer, Federi-
r,o Limberger, Leo Lerchermaier, Carlos Teodorico Nahmacher, Juan
llit:hwitz, Guillermo Alejandro Stephanus, Ingrid Elisabeth Silber-
u¡rnn, Tomislav Kuraja y Pedro Geller. Este último sería idéntico al
lrrlir de escuadrón de las ss Kuhlmann y al copropietario de cepu
lKlrrus Eichmann enQuick, año 19, N'1,2 de enero de 1966, pág.
'Jll), ltrn cambio la secretaria de la delegación T\:cumán, Ingrid Sil-
lrr,nnann, obtuvo la cédula con su verdadero nombre.
329
 178
l0l de Mahieu, 21 de febrero de 1990; Zimmermann, 30 de no-
Véase Hóflkes, Hitlers politische Generale,pág.351 y siguien-
te. vlembre de 1989.
17e
r0¡ Menger 19 de enero de 1990, habla de "la ventaja inaprecia-
von Oven, carta del 27 de octubre de 1989.
180
von Oven, 26 de septiembre de 1990. blo de la educación general en el Tbrcer Reich".
181 von Oven,
¡03 Ya antes de la reanudación de las relaciones diplomáticas, en
carta del27 de octubre de 1989.
182 Sobre la mentalidad
de Eichmann véase: Hannah Arendt, ¡l Ministerio de Relaciones Exteriores de Alema¡ia se comprobó que
Eichmann in Jerusalem. A report on the banality of euil, 1g63. lor lnmigrantes de posguerra se habúan incorporado a la vida econó-
18s
Sander, 2 de febrero de 1990. mlca de la Argentina con asombrosa rapidez (Velhagen, memorán-
r84 Lütge, Deutsche
in Argentinien, pág.333 y sigu.iente. dum interno del 13 de septiembre de 1950, en: PAAA, Abt. m b, 210 -
185 «Die 01/6, Bd. 1).
Heimat ruft deutsche Gelehrte", en: FYeie Presse,27 de
diciembre de 1954. '204
Rasenack, 6 de enero de 1990. En Bariloche y Villa General
186 Sander 2
de febrero de 1990; según Schulz (31 de enero de Belgrano, por ejemplo, los miembros del Graf Spee dominan el mer-
1990) dirigió el proyecto de construcción de Ford en Colonia. crdo de la construcción.
187 Sander, 2
de febrero de 1990.
206 Adler 30 de noviembre de 1989.
188
von Oven, carta del 27 de octubre de 1989.
208
"Als deutscher'Spezialist'in Buenos Aires", en: Der Tag,Ber-
18e
Ya en 1943 manifestaba Josephs (Argentine Diary, pág. 255): lln, 2 de agosto de 1953. Eduardo Alemann ha escrito para el Argen-
"Después de la derrota del nazi número uno, frustrar los planes pos littiaches Tageblatt una gran cantidad de reportajes sobre estableci-
Hitler de los industriales alemanes que aspiran a seguir en América miontos alemanes de posguerra. Docenas de historias de empresas
Latina, es uno de los frentes más difíciles y menos conocidos en la ba- todavla esperan un último retoque en el archivo del diario.
207 Diversas conversaciones del autor; H. G. E., "Herr und Frau
talla económica de alcanóe mundial de las Naciones Unidas".
1e0
Hastedt, Direktinuestitionen, pág. 110. Oberst verkaufen Wurst und Butter" y "Abwehroffizier rodet Urwald
lel Newton, Fourth Reich, pássim. - vorher tátig als Kistenóffner", en: Abendposú, Frankfurt,2S y 24 de
1e2
Smith, Hitler's Gold, pág.66. marzo de 1953. Estos alerhanes recién llegados no siempre inspira-
1e3
Carlos Brebbia (embajador argentino en Suiza) al ministro de ron confianza a las autoridades argentinas. AsÍ por ejemplo Spitzy
Relaciones Exteriores Bramuglia, Berna, 12 de maruo de 1945, en: l\ro vigilado durante largo tiempo por policías y soldados de la Pre-
AG MREC, Div. Pol., Suiza, 1/1945. foctura Marítima, porque se sospechaba que estarÍa en acción una
1e4
El 5 de marzo de 1945, Currie comunicó a Washington: "(...) la unidad dispersa delWerwolf que se habría establecido en Nancay pa-
delegación suiza capituló hoy'' (Smith, Hitler's Gold, pág.7O. rn construir una bomba atómica. (Spitzy, So entkamen wir d,en
re5 Ibíd., pá9.70. Alliierten, pá9.257).
208 Denninger, 6 de noviembre de 1989.
1e6
Ibíd., pág.72.¡
2oe Janko, 10 de enero de 1990.
le? Ibíd., pág. 99.
1e8 Farago,
2r0 Embajada Alemana en Buenos Aires (Wertz) al eR, 9 de febre-
Scheintot, pág. 177 (nota al pie).
1ee Mader, Der Banditenschatz, 1965;
Brockdorff, ?lucht uor ro de 1956, 212 - N' 499156, ref. 306, Bd. 7.
2rr de Mahieu,2l de febrero de 1990.
Nürnberg, cap. xuII "Geheimes Reichsvermógen"; Farago, Manning,
212 Hastedt, Direktinuestitionen, pág. 110.
Stevenson, Wiesenthal, pássim. Smith (Hitler's Gold, pág. xiii) sobre
zrir Hastedt, Direktinuestitionen, pág. 109.
dichas publicaciones: "La documentación es frágil en el mejor de los
2r4 Sobre la polÍtica de encubrimiento de capital y propiedad de
casos y está llena de rumores y dichos poco sólidos. El propósito de
dichos trabajos es presentar una buena cuota de misterio e intriga, l'lrmas en el ejemplo de I.G. Farben, véase: oltIGUS, Investigaciones
mientras se preserva la impresión de una revelación documentada". cr¡ntra I.G. Farbenindustrie AG, capítulo II 3: "Lateinamerikanis-
200
von Oven, 26 de octubre de 1989; de Mahieu, 21 de febrero de clrcs Vermógen".
216 Citado de: Weber, Paradis
1990, se expresa de manera parecida sobre el tesoro de las ss: "¡Oja- fiir Nazis, pág. 154.
lá hubiera existido!".
216
R. Alemann, ex ministro de Economía de la Argentina, (28 de

330 331
 noviembre de 1989) considera como muy importante
la contribución 2:rj
de los inmigrantes alemanes de po.gr".... Vollmer 20 de febrero de 1988.
217
Terdenge al ta, g de en.ero de tgS¿, en: pA AA, 2rf4 Véase también el artículo de Ney en el Weg "Zl¡fállige Zus-
Abt. B, Bd. 77,
N.331. chauermenge oder Theatergemeinschaft?", en: Der Weg,Iu (1949), 3,
218
Litée, Deutsche in Argentinien, pág. Bll. pils.2t3.
2:16 Kutschmann, ex directora de la escuela Rudolf-Steiner-Schu-
AsÍ por ejemplo Ludwig f,ienfraiai, que fue profesor
.21e de ale_
mán, geografÍa e historia en el Colegio Goethe (S. Jo, Florida, 21 de marzo de 1990. La comunidad antroposófica de la
Lienhardt, fi áe
diciembre de 1989); el doctor Fenninler, después Argentina mantiene esta escuela bilingüe que abarca desde el nivel
de su trabajo para
el Museo, también se hizo cargo de ,r, .rrr.o olt¡mental al nivel superior y que recibe el apoyo material de la Em-
en el Colegio Goethe en
el campo de las ciencias naturdles. bqjada Alemana.
220 2rJ6 Sobre el "arte de monos": "IJmschau" en Der Weg, VIJ,I' (1954),
von Oven, carta del 20 de enero de 19gg.
221
Hoffmann, Deutsche in Argentinien, pág.119;
Lütge, Deutsche
l, pág. 67; también: B. Maler, "schluss mit der Diktatur der Anar-
in Argentinien, pág.267. sobre ra curturai también: chisten" (Acabar con la dictadura de los anarquistas), en Der Weg, x
s;ti, ,ilnsti_
tución cultural Argentino-Germana - Deutsch-Argentinisches (1966), 718,pág.741 y siguientes. En otro nivel, en la primera "char-
Kur- lrr de los jueves" (Donnerstagsgespriich), el director de cine de la ure,
turinstitut", en: Institut für Auslandsbeziehungln,
Mitteilung"n, profesor Karl Ritter, llega a un resultado parecido con su crÍtica al
213,1967, pág. 160 y sigrriente; asimismo: preseicia
118 f.
ale*"";,;;;. "o¡¡tilo Tohuwabohu" (Ritter, "Gedanken über das Wesen der Kunst"
222
"Lo que Fue y lo que Es la Institución Cultural Argentino_Ger_ ll)ensamientos sobre la naturaleza del artel, en: 10 Jahre Donners'
mana", en: La Vanguardia, Buenos Aires, 29 de lug-Gesellschaft, pág. 74-17). La Donnerstag-Gesellschaft (Sociedad
septiem-br e de 1g42,
pág' 3'AIlÍ se cita a un supuesto conocedor do los Jueves) fue organizada en 1958 por el industrial Roberto Mer-
de ra institu.io" qr"
sume asÍ su opinión: "El cuerpo locente de la ""- tig, junto con el profesor Ritter y el escritor Willy Wirth, partiendo
cultur.l ,r.ri, ¡.r_
pernazi!". ". do la idea de dedicar un dÍa fijo a la cultura en un círculo reducido'
223
IbÍd., prólogo de redacción. En las sesiones regulares, este trÍo fundador, junto con otros intere-
224
Presencia alemana, pág. 11g. ¡ados alemanes y germano-argentinos, como por ejemplo el historia-
225
Instrucciones e_informaciones del ae para el rlor de la antigtiedad Menghin, el pintor Dohme, el pedagogo Herold,
embajador Jun_
ker, 11 AA, ref. 306, Bd. 9, agosto de 19b6, pag. «lcbatÍa temas históricos, artísticos y científicos en conferencias y
SS.
226
Institución
Culturtl Argentino-G"".rrur", *Memoria charlas (F. Mertig, 25 de octubre de 1989; también: 10 Jahre Don-
y Balan_
ce General", Buenos Aires, 1956. Desde los ne rstag -Ge sellschaft, pássim).
años B0 hasta los 50, la 237 Por ejemplo Willrich, "Dafür kámpfte der deutsche Soldat",
junta directiva de la curturar exhibe una
firme continuidad. éus
miembros fueron: como secretario general, Horacio uuplemento de arte en Der Weg, trt (1949),3, más adelante vendido
A. pueyrredón
(desde mediados de lbs b0 Alejandro como tirada aparte.
von der Becke), como p"".ia"rr-
te, Gregorio Aráoz Alfaro (desde mediados 238 Hollek-Weithmann, "Kunstbewegu.ngen', en: Der Weg, ttt
de los 50 Raúl Ae",rti,c;_
mo vicepresidente, Josué A. Beruti. ( 1949), 2, pág. 79.
227
Hartweg,2S de noviembre de 19g9.
23e B. Maler "schluss mit der Diktatur der Anarchisten", err Der
Kiessling, Exil, pág. 2g0; Naumann, Theatermann, Wcg,x (1956), 718, pá9.743.
__ _228 pássim; 240 «U'mschau", er.: Der Weg, vtrt (1954), L, pág. 67 .
Volberg, Auslandsdeutschtum, pág. 65 y 20g.
22s 24r Sobre los autores citados véase: Be¡glutd', Der Kampf um den
Volberg, Ausland.sd.eutscitim, pág. 208.
230
Balder Olden en Aufbau, Nrelrl ü"k, ve"a.ro l,eser ím Dritten Reich, 1980; también: Ketelsen, Vólkisch-nationa-
de 1941, citado
de: Kiessling, Exil, pág.23 y siguiente. l,i.stische Literatur in Deutschland, 1880-1845, L976-
231 242 «Das Buch,,, en. Der Weg, w (1950), B, pág. 310.
Terdenge al ee, g de enero de1954, 400 _ N.
._ 25/54 en: p¿, t¿,, 243 Mühlens, "Wider besseres Wissen", en: Der Weg, x (1955), 9'
Abt. 3, 8d.77, N.331.
232
Litge, Deutsche in Argentinien, pág. 27g. pág. 588.
zaa Zweig, "Die Monotonisierung der Welt", primera edición 1925,
332
333
 ell: Der Weg, tv, N' 8. La publicación de este artículo, sin embargo,
dio origen a apasionadas discusiones ideológicas en la redacción del
Weg (Maler, 17 de enero de 1990).
26 Keiped "óber Heinrich Heine",
VIII
en: Der Weg,xl,516, pág.824.
246
247
"Weltgeschehen", en: Der Weg, x (1955), 5, pág. 855.
lbíd.
Ln lucnn PoR LA oPINIÓN PÚBLICA
248 «Das
Buch", err: Der,Weg,w (19b0),8, pág. 809.
2as
Fritsch, "Der Prozess Kolbenheyer", eni Der Weg, tl (irg4g),7 ,
pág.490.
250
"I]mschau", en:- Der Weg, x(195b), 2, pág.182; véase también:
Keiper, "Thomas Manns letztes Werk", en. Der Weg,xt (1gb7), 10.
251 «Das
Buch", en: Der Weg, w (19b0), B, pág. 809.
252 B. Maler,
"T\rmmelplatz der Wurzellosen", ert: Der Weg, xt
(1957), L/2, pág. 21. a) La controversia cotidiana:
253
"IJmschau", erri Der Weg, x
(1955), 11, pág. 781. El concepto Freie Presse .vs. Argentinisches Tageblatt
alude a las construcciones de Le Corbusier.
254 B. Maler,
"T\rmmelplatz der Wurzellosen,, Der Weg, xt Por regla general, el paisaje periodístico de una comuni-
(1957), ll2, pág. 79.
dad sus diarios tradicionales, en el apogeo y eI ocaso
255
Quadflieg, "Das Theater der Der weg, v -en
(1951), L7,pág.759.
256
Der Weg,lt (1949), L, pág.30 y pág. 88.
257
Facsímil de una carta en: Der Weg, t (1g47), 4, pág. 216.
258 Unger,
"Zum Tode von Richard Strauss,,, err: Der Weg, trl
(L949),10, pág. 807. no es muy diferente. Las realidades políticas en Europa
25e
Unger, "Richard Wagner zurück zur Natur?", en: Der Weg, Central habían mantenido su marcada influencia sobre
m (1949), 3,pág.272. -
260
El crítico musical delWeg, Johannes Franze, por su libro apa-
recido en idioma español Obras maestras de la música alemana, edi-
tado por Dürer-Verlag, recibió un premio de la Cámara Argentina
del Libro (Der Weg, ry(1950), O, pág. 574).
261 Ney,
"Gedanken zu Beethovens Humanitátsideal", en: Der
país, que disputó la batalla de los principios de conformi-
Weg,II (1948), 10. Más adelante la autora manifestó, en contra de Ia
evidencia, que ese artículo no habrÍa sido autorizado por ella(Franh- áad cón las corrientes de la época en Alemania' Así fue
furter Allgemeine Zeitung, 5 de febrero de 1959). cómo en eI Río de Ia Plata, en diarios, revistas, panfletos y
262
Hoffmann, Deutsche in Argentinien, pág. 124.

ralismo de opinión de una comunidad viva. Los nativos

criollos seguían estas querellas alemanas a menudo con
335
 movimientos negativos de la cabeza, y ta y cinco mil inmigrantes de habla alemana; ellos se ocu-
no pocas veces con
ironía. paron de que eI número de lectores del Argentinisches Ta-
Los puntos de fractura en el desarrollo geblatt alcanzara las cinco cifras y también de elevar el ni-
de la comunidad
:l-l=:tá"
1918-1988-Lg45.T."!ados
por aconiecimiu.rto. Lr"offi.,
La-derrotá der Imperio Alemán en la pri-
vel periodístico del diario: en la edición especial conmemo-
rativa de los cincuenta años de existencia, se encontraban
mera Guerra Mundial escindió el frente artículos de Albert Einstein, Sigmund Freud, Lion Feucht-
de unidad en el
que.se habían agrupado ras corectividades wanger, Oskar Maria Graf, Alfred Kerr, Arthur Koestler,
a" rrJir.rá-._
na del país, lo mismo que los descendientes Thomas, Heinrich y Klaus Mann, Balder Olden y Stefan
tensiones transitoriamente ócultas, surgieron
de."irrr. ir"
ahora con Zweíg.6
fuerza y encontraron un foro de exiosiciOn El Deutsche La Plata Zeitung, en manos de la familia
en los diferen_
diferencias de opinión en los Tjarks, entretanto se había transformado de un diario mo-
la década del20 se dirimían nárquico en un órgano de la Alemania nacionalsocialista.
cot publicitario, con un marca_ Abrazí la ideología y la propaganda del Tercer Reich y en
caso de crisis recibía el apoyo financiero de la Embajada
Mundial,elDeutscheLrpb;'P;:;X:;';:r;:;n::::;; Alemana.T Cuando la Argentinahizo su entrada formal en
Tageblatt,los dos fundados e., et sigio la Segunda Guerra Mundial, eI diario tradicional de la co-
xrx, asumieron er pa_
pel de portavoces de sus respectivas munidad alemana tuvo que pagar esa alineación inequívo-
clientelas.
Pero estas discrepancias óran sólo ca con su prohibición, mientras que el Argentinisches Tage-
un preludio de lo que
vendría después. El Arsentinisches Tageblatt, blatt escapaba a ese destino.
prometió con vehemencia y en un puesto
qr".".il_
soritario contra ár Pero en el bando de los perdedores se reorganizaronrá-
nacionalsocialismo, estuvo bajo ei fuego pido y eI 1'de diciembre de 1945 lanzaron al mercado el
continuo de sus
adversario_s: sus periodistas fulron gotp"uao.
y hasta hubo Freie Presse, donde actuaba como director y supuesto pro-
un atentado con bomba. al taller tipo$áfico., pietario Federico Müller-Ludwig,8 un antiguo comprador
H11*. denostaba y caricaturiraba y?oebbels
ú áiá.i,-q""
se atrevió a de avisos del Deutsche La Plata Zeitung. Pero el verdadero
calificar de "germanos átrofiados ár propietario siguió siendo Hermann TJarks,e y la vieja ene-
mistad hacia elArgentinisches Tageblatt entró en una nue-
va fase. Mientras el Freie Presse acompañaba el curso polí-
tico del presidente Perón con su fidelidad al gobierno, eI
Argentinisches Tageblatt se mantenía distante y no hacía
Tageblatt y además de eso intentó obligar ningún secreto de su rechazo a elementos esenciales de la
al diario a poner_
se-de rodillas, al estrangula, ., u.o.r-o_ía política justicialista de transformación de la Argentina. En
a través de un
boicot publicitario. Esas iniciativas frá.u.u.o.r, 1950, eI gobierno se sirvió también de un pretexto para ce-
sobre todo
porque, en este caso, la política interior rrar el diario y Ia imprenta por dos meses,r0 Io que llevó ca-
del Reich .o.rt.á_
rrestaba su política exterior: lo que elArgentinisches si a Ia ruina a Ia editorial, que ya había perdido en tirada
Tag;_
blatt perdió en ingresos publiciiarios lo ganó como consecuencia de la repatriación de muchos de sus lec-
en lectores.
Para los emigrantes alemanes por tores. El gobierno también aprovechó la circunstancia de
pofiticos y-.a_
ciales, el diario era un ancla qrl lo.-oiirrás
vinculaba con el idio_ que Ia Argentina casi no producía papel prensa, para utili-
Tldu la patria dejada atrás.5 Desde 19BB hasta prirrcffi
de los años 40, habían llegado a la Argántina
zarla como medio de presión contra editores inamistosos
unos cuaren_ con la amenaza de excluirlos de los cupos de importación.ll

336 337
 Bien pronto ya no fue posible ejercer una oposición radical.
A través de un control de prensa, el gobierno les había
arrancado los dientes venenosos a los diarios.
Mientras ,tanto, Freie Presse se beneficiaba con la
afluencia de nuevos inmigrantes. La tirada aumentó y en
la redacción les dieron empleo a algunos profesionales de
Alemania. Robert Kessler, que en tiempos pasados había
ocupado puestos directivos en el periodismo del Protectora-
do de Bohemia y Moravia,r2 ascendió a jefe del servicio de
noticias. Carlos Freiherr von Merck, ex corresponsal del
Viilkischer Beobachter, al poco tiempo fue cronista de polí-
tica exterior del diario de Buenos Aires. Y el antiguo jefe
de prensa de Joseph Goebbels, Wilfred von Oven, que en-
tre otras cosas había llegado a la Argentina como corres-
ponsal de la revista de información general Der Spieget de
Hamburgo, a principios de 1952 asumió la jefatura de re-
dacción de Freie Presse.rs El equipo de colaboradores coin-
cidía en parte con eI d,elWeg. Johannes von Leers escribía
en las dos publicaciones con el seudónimo de doctor Euler;
von Merck publicó en Der Weg una serie sobre Ia historia
de Iberoamérica; Juan Maler fue corrector de pruebas de
Freie Presse antes de asumir como jefe de la sección políti-
ca del Weg; y von Oven hizo publicar su libro Mit Goebbels
bis zum Ende en la Editorial Dürer. Numerosos colabora-
dores libres del círculo de descendientes de alemanes, así
como del de los nuevos inmigrantes, escribían artículos pa-
ra las dos publicaciones en forma esporádica.
En los años 50 Ig tirada de Freie Presse aumenté de
15.000 a 30.000 ejemplares diarios, con lo que se convirtió
en el mayor diario de habla alemana fuera de Europa. El
círculo de suscriptores, al principio integrado por los ale-
manes nativos o simpatizantes del nazismo de la vieja co-
munidad alemana de Buenos Aires, del interior del país y
de los países vecinos, se amplió de manera considerable a
través de los nuevos inmigrantes, de manera tal que los in-
gresos por avisos y suscripciones colocaron al diario sobre
una base económica sólida. Tjarks siguió siendo un hombre
rico, Maler se convirtió en uno.r4
La posición política de Freie Presse era ambivalente. El
338
mismo director se encargó de definir eI criterio del diarlo
como el intento de una "superación del vacío ideológico que
se puso de manifiesto quizá con mayor intensidad entre los
alemanes en eI extranjero que en Ia madre patria."15 El
embajador Terdenge criticó con prudencia los "arrebatos de
reminiscencias nacionalsocialistas que de cuando en cuan-
do"r6 surgían de las columnas del diario, pero le adjudicó a
Freie Presse :utta posición en esencia favorable aI gobierno
de Adenauer, Io que para él era fundamental. No todos los
observadores compartían esta opinión benévola. EI diario
fue atacado en el Congreso argentinolT y en los medios lo
acusaron de tener "un tinte nacionalsocialista"ls y Io califi-
caron de "órgano nazi" camuflado.le La animosidad hacia
el Argentinisches fue alimentada con esmero por la redac-
ción, y también los respectivos círculos de lectores mostra-
ban una mentalidad de barricada. Los suscriptores de
Freie Presse trazaban una diferencia sutil aI definir a su
diario como "diario alemán en la Argentina", en oposición
al Argentinisches Tageblatt, eI "diario argentino en idioma
alemán".20
Por úItimo, Freie Presse intentó separarse de Der Weg
cuando se tomó conciencia del peligro de ser arrojados en
una misma olla con esta revista mensual. Además de las
diferencias en estilo y posición, también se tomó distancia
en forma verbal. Así se defendió el jefe de redacción contra
un artículo del Neue Züricher Zeitung:zr "AIIí se informa,
por ejemplo, sobre toda clase de improperios antidemocrá-
ticos y antisemitas que aparecen en una revista alemana
de mínima circulación en Buenos Aires, con Ia q:ue Freie
Presse tiene tanto que ver como, digamos, el Berliner Lokal
Anzeiger con el Stürmer en la República de Weimar."22 En
términos generales, la posición de Freie Presse hacia el Ter-
cer Reich era de carácter apologista, aunque con ciertos
matices diferentes. Al contrario de Io que sucedió en Der
Weg,la resistencia contra Hitler encontró comprensión y
Stauffenberg mereció el calificativo de "alemán recto".2S
La Embajada de Alemania Federal veía en Freie Presse
al representante legítimo de una gran parte de la comuni-
dad alemana y por esa razón daba gran importancia a las
339
buenas relaciones recíprocas. También en las columnas del
diario se tributaba siempre respeto a Terdenge. En infor-
mes favorables se comentaban sus viajes por el interior del
país y tam§ién se reproducían sus discursos.
Más adelante, la dirección de Freie Presse mantuvo con-
tactos con el Servicio Federal de Inteligencia que dirigía el
general Gehlen. El director Müller-Ludwig proporcionó in-
formaciones de los círculos gubernamentales al servicio se-
creto de Pullach y pudo permitirle echar una mirada en al-
gunos entretelones de la política argentina.2a En compen-
sación, Gehlen brindó apoyo financiero al diario y también
le hizo llegar una máquina impresora de Alemania,2s lo
que no impidió q:ue Freie Presse tuviera que declararse en
quiebra a mediados de los años 70.
EL Argentinisches Tageblatt, en cambio, resistió con va-
lentía la lucha por la competencia y se mantuvo fiel al ob-
jetivo liberal de su fundación:
"(...) para con auténtico espíritu liberal e inquebran-
table lealtad a las convicciones guiar el camino del
progreso y del amor a la libertad de los hombres de
habla alemana en el país y con amor y fidelidad man-
tener y cuidar la vinculación con la tierra ttatal."26
Sobre todo por sus'excelentes y detallados informes y
análisis económicos, el diario pudo retener para sí a un cír-
culo estable de lectores habituales. Por eso su director ac-
tual, Roberto AlemSnn, puede proclamar con orgullo:
"Nuestro diario (...) ha sobrevivido al nazismo,lo mismo
que al peronismo y otras manifestaciones totalitarias, en-
tre ellas Der Weg, el Deutsche La Plata Zeitung, el Freie
Presse, el Kameradenwerk y como se llamen todas las que
se han dejado encandilar por el nazismo. Nosotros fuimos
liberales y republicanos desde un principio y hemos sobre-
vivido a los monárquicos, nazis y demás."27
b) Der Weg IJna revista de emigrantes
-
1. Nacionalsocialismo y Guerra Mundial en retrospectiva
Con eI derrumbe del Tercer Reich, los seguidores con-
vencidos del derrotero de Hitler perdieron su hogar espiri-
tual y su punto de referencia: geográfico-político -Alema-
nia éstabá vencid.a, destruida, dividida-, como también
deales no habían podido imponerse.
vidas había sido en vano. La ProPia
os estaba herida hasta la médula. El
fatalismo y eI cinismo caracterizarofr las primeras reaccio-
nes. Les costaba mucho adaptarse a las nuevas circunstan-
cias; hasta la atmósfera política en Alemania les resultaba
tan sofocante, que muchos emigraron' Para ellos, los más
convencidos, los más inflexibles, la libertad intelectual era
más importante que la patria geográfica. Ellos escribieron
en Der Weg.
Desde su visión, por completo comprensible, Ia victoria
aliada había traído consigo sólo penurias y miseria para
Alemania. En comparación con ésta, la época nacionalso-
cialista todo los años de paz- les parecía la Edad
-sobre
de Oro por antonomasia. Ya en el segundo año de Der Weg
se invocó esa nostalgia: "Millones de alemanes intentan
valerosamente arrancar de su memoria el paraíso de los
años de preguerra".28 El autor no mencionó que sólo se re-
fería a la época siguiente a 1933. Eso quedaba sobreenten-
dido para é1
El"paraí to en eI "Pantano"
de Weimar, aba hundirse Y al
que la habían empujado sus enemigos. Consideraban a
Weimar como un sistema del enemigo despiadado, como
una administración autorizada, con eI fin de someter a
Alemania para siemPre.
"En realidad Sven Hedin-, Ios padres inte-
-escribió
lectuales de Hitler fueron los Clemenceau y los Poincaré'
extendiendo el Puente del
-y
prLsente, profetizó sombrí de
Versalles fue terrible, Pero se-
341
guirá a la Segunda Guerra Mundial será aún más horroro-
sa que la reacción a la Primera (...) sobre Ia continuación
se puede leer en eI Apocalipsis."2e
El tema cdntral de la reflexión sobre Ia historia que ha-
cíaelWeg era Ia Segunda Guerra Mundial. Eso es muy com-
prensible, en definitiva eI Tercer Reich se había extinguido
en el fuego furioso de esa guerra. Dado que con su desenla-
ce se había derrumbado la estryctura del Estado, Alemania
quedado destruida y Europa dividida y expoliada, en sus
efectos posteriores se presentaba como Ia "más importante
de todas las guerras".30 Al final de ese espantoso estallido
de violencia había ocurrido casi exactamente lo contrario de
lo que habían imaginado los nacionalsocialistas. Se trataba
de encontrar una explicación a esto y Ia pregunta funda-
mental para ello era: ¿Cómo se pudo perder Ia guerra?
El movimiento político que se agrupaba en torno a Der
Weg tendía a comparar pu situación con la de las fuerzas
nacionales después de Ia Primera Guerra Mundial. Se re-
saltaban de manera polémica los respectivos factores que
los unían: la derrota, Ia inestabilidad política, el odio pro-
fundo de las potencias enemigas, el pantano de corrupción
democrática y el terror contra la oposición nacional. Ante
las causas secretas del ascenso del movimiento citado en
úItimo término afierza sustentadora del Estado
-talvez
así se puede seguir el orden de ideas más bien subconscien-
te del Círculo Dürer-, se imponía una acción similar para
lograr el éxito corre§pondiente.
Los factores objetivos como la superioridad material del
enemigo, la extensión del espacio ruso, el potencial huma-
no del adversario, la intolerancia ideológrca y cosas seme-
jantes, pasaban a un segundo plano en los modelos que se
tomaban para explicar Ia pérdida de Ia guerra, detrás de la
idea de que una conjura de funcionarios de alto rango en el
Estado, Ia administración y Ias fuerzas armadas habría
conspirado contra Hitler desde el principio y, después de
haberlo empujado a la guerra, trabajado sistemáticamente
en colaboración con el enemigo para que la perdiera. Der
Weg expresaba la total repugnancia contra el movimiento
342
de resistencia con un calificativo del más profundo despre-
cio: "traidores aI Reich". Ese círculo conspirativo habrfa
existido ya desde el mismo día de Ia toma del poder y ha-
bría estado compuesto de los seguidores de los partidos di-
sueltos, de las células organizadas porjudíos desde 1932 en
el Ministerio de Asuntos Exteriores, de Ia Iglesia Confesio-
nal y de sectores del Ministerio de Defensa del Reich.S1
Mientras se había podido eliminar con relativa rapidez a
las fuerzas de izquierda, la oposición de derecha se había
convertido en eI verdadero enemigo interno. En la serie de-
nominada de esclarecimiento,'Vom Reichstagsbrand zum
Untergang des Reicher"s2 ("Del incendio del Reichstag al
ocaso del Reich"), el autor sentenció: "Literalmente desde el
primer día, el gobierno de Hitler se vio frente a una conspi-
ración conservadora perfectamente organizada, camuflada
al amparo del propio servicio secreto militar".33 Toda la se-
rie se basó en convertir a los adversarios de Hitler en tene-
brosas figuras de demonios monstruosos.
En eI esquema de interpretación que utilizan los auto-
res en sus explicaciones, la intención es evidente: se debía
atenuar de manera sensible la responsabilidad política de
Hitler en la derrota del Tercer Reich, o incluso eximirlo por
completo. En este sentido debe considerarse también eI in-
tento de buscar en el frente interno alemán a los causan-
tes de la Segunda Guerra Mundial. Der Weg reiteró con to-
da minuciosidad, número tras número, que en el transcur-
so de toda la guerra se habría integrado una pandilla de
opositores contra una victoria alemana, provenientes sobre
todo de los círculos en torrro aljefe del contraespionaje ale-
mán, almirante Wilhelm Canaris, y al jefe de la Gestapo,3a
comandante de grupo de las ss Heinrich Müller.35 Todos Ios
éxitos bélicos alemanes se habrían alcanzado a pesar de la
enorme traición de secretos militares, y todas las derrotas
debían atribuirse a esa misma traición o a un sabotaje.
La invariable afirmaciónenDerWeg de Ia actividad om-
nipresente de Ia resistencia encontró su contrapunto en un
mito con respecto a las armas secretas que, a pesar de to-
do, todavía habrían decidido la guerra a favor de Alema-
nia: "Sólo Ia rápida terminación de la guerra pudo conse-
343
guir que los alemanes todavía no hubieran terminado con
una bomba a reacción de largo alcance, que en 4 (cuatro)
minutos podía volar desde Alemania hasta Nueva York".36
Que los cohefes ya disponibles no llegaran a entrar en ac-
ción, se atribuyó al sabotaje de los "resistentes".37
Por esa razón, el resumen de Der Weg no puede sorpren-
der a nadie: 'Así fue cómo la guerra ya ganada, se perdió
fundamentalmente por la traiqión".38 De hechos comproba-
bles, verdades a medias y suposiciones por completo desca-
belladas, se construyeron estructuras fantásticas de pen-
samiento, con las que el mismo Der Weg se bloqueó una re-
flexión libre de prejuicios sobre causas y efectos y para el
análisis político, militar e ideológico de los acontecimientos
y se inclinó a favor de una obstinada teoría de conspiración
y traición sobre todos los aspectos del Tercer Reich.
2. La Alemania de posgqerra
Cuando Der Weg fue fundado a mediados de 1947, ya se
habían concretado las decisiones fundamentales sobre el
destino de Europa Central. El Tercer Reich estaba destrui-
do, sus dirigentes muertos, presos o perseguidos, Alemania
dividida y sometida al {esmantelamiento, Ia expulsión de
los alemanes del este europeo y de los Balcanes había con-
cluido en su mayor parte. Der Weg se entregó a Ia tarea de
abrir un debate retrospectivo sobre esos acontecimientos y
de analizar su desañollo con críticas agudas.
En los poderes determinantes de la política alemana de
posguerra, Der Weg echaba de menos la voluntad para mo-
delar eI futuro. Mientras algunos alemanes habrían cam-
biado de credo, los políticos y Ia prensa se desataban en
"colaboración"'3e nadie habría mostrado Ia grandeza moral
y el espíritu nacional de un maréchal Pétain frente a Ia po-
tencia de ocupación.ao
Para Der Weg,lajoven República Federal Alemana es-
tarÍa edificada sobre un terreno demasiado superficial; de
ningún modo se podía hablar de un Estado soberano, ya
que todo acto encontraría sus límites frente a los derechos
344
reservados a los aliados.al Desde Buenos Aires se vela a la
Constitución de Ia República Federal parada bajo el "signo
de la muerta",ydque no habría nacido por libre autodeter-
minación sino bajo dirección aliadaaz y de ahí que sólo se-
ría tolerad a a regaiadientes.a3 Cuanto mayor era la inten-
sidad con que eI gobierno federal llevaba adelante su polí-
tica occidental, tanto más fuertes eran los ataques contra
semejante "traición" nacional. Con la "instalación de un or-
ganismo para la ejecución del terror aliado de ocupación",aa
con lo cual se aludía al Gobierno Federal, Ias potencias
vencedoras habrían logrado dar un gran golpe, y en la nue-
va edición de Weimar impuesta desde arriba, reinaría eI
espíritu servil y adulón de Ia democracia de licencias y
cuestionarios".4s Los "políticos colaboracionistas de Ia peor
especie"46 en su "rincón provinciano en Renania"47 no em-
prenderían el menor intento por proteger a Ia población de
Ia arbitrariedad de las fuerzas de ocupación. Por todas par-
tes gobernaríala incapacidad y la corrupción, es decir eI
"espíritu de Bonn".a8 De semejante manera, al contrario
del Imperio y del Tercer Reich, la nueva estructura del Es-
tado no se ganaría eI amor de su población.ae
Las opiniones sobre Adenauer variaban. Al principio se
Io veía más bien como candidato de transición,5o más ade-
lante se Ie tributaba respeto con ciertos límites.51Al consi-
derar su política exterior, Der Weg señaló, por una parte,
una extraordinaria incapacidads2 en su indecisión para
adoptarla, y le reprochó ser un traidor consciente pot razo-
nes egoístas ya que ahora, por fin, quería ver realizados
sus planes de 1919,53 de fundar una república clerical re-
nana.54 Así fue que Der Weg también acogió con agradeci-
miento eI título de "Canciller Federal de los Aliados" que
Kurt Schumacher dio a Adenauer.ss
En el modo de ver de Der La política exterior de
Weg',
Adenauer, con eI centro de gravedad de Ia integración occi-
dental, ocasionaría un daño irreparable a través del blo-
queo de una reunificación alemana. La publicación se im-
puso como una de sus principales misiones periodísticas
advertir una y otta vez, número tras número, sobre las
345
 consecuencias de que se pusiera de relieve la función geo-
política de Alemania como estabilizador en Europa. En el
eterno forcejeo entre el este y el oeste, Alemania se habría
convertido históricamente en un puente entre las poten-
cias mundiales; ahora no debía ser convertida en dos cabe-
zas de puente. Alemania debía pensar desde la mitad.56 Pe-
ro sobre todo la República Federal debía quitarse las an-
teojeras y negociar con el este, con la nota de Stalin de
marzo de 1952 como plataforina de discusión. Esta oportu-
nidad sería única y no se debería desperdiciar, cuando más
que Moscú habría ido muy lejos con su ofrecimiento:s7
"Quien no se atreve siquiera a discutir la propuesta rusa,
admite desde un principio que ya no quiere más la recons-
trucción de Alemania o la considera definitivamente impo-
sible".58 Como alternativa de apreciación ante una línea di-
visoria trazada de manera tan categórica, debía aceptarse
o bien un fracaso, o bien "traición al Reich". En lugar de
una reacción positiva a Ia propuesta de Stalin, Adenauer
habría solicitado la inóorporación a Ia or¡N y por consi-
guiente actuado deliberadamente en contra de la reunifi-
cación,5e que hubiera echado por tierra su visión política:
"integración occidental
-sometimiento
a Wall Street-
clericalismo ultramontano de Ia coalición del
Rin".6o -sistema
En la cuestión aleniana Der Weg-. Bonn y
Pankow6l estaban en un todo -opinaba
de acuerdo: "Los dos gobier-
nos alemanes divididos no tienen ningún interés alemán,
ni siquiera un parclal interés alemán, sólo intereses perso-
nales de poder. Se quiere mantener eI timón".62 Por regla
general, a la República Federal se la denigraba como "de-
mocracia ficticia" o "democratura", porque desde el princi-
pio Bonn había estado dispuesto a hacer pedazos a cual-
quier oposición orientada al nacionalsocialismo. Sus orga-
nizaciones se verían vigiladas, intervenidas y persegui-
das63 por el Comité de Protección de la Constitución, "esta
cpu [Policía Secreta Rusa] de la democracia".64 DerWeg ge-
neralizaba esas medidas que afectaban a una minoría ene-
miga de la Constitución:
"Hoy en día, el hombre alemán está bajo'tigilancia
total" en Alemania Occidental lo mismo que en laZo-
na Soviética, en parte por los servicios secretos de las
potencias de ocupación, en parte por el Comité de
Protección de la Constitución o los sso [servicios se-
cretosl y sus muchas ramificaciones. Cuando tres
alemanes se sientan a una mesa se guarda silencio,
ya que uno de ellos es seguro un agente."65
De ninguna manera se puede hablar de una libre mani-
festación de opiniones en la República Federal.66 Con el
desmantelamiento del snr, Partido Socialista del Reich,
ahora sería imposible una oposición abierta.6T Der Weg re-
comendaba Ia creación de una oposición clandestina, que
en forma de "combatientes individuales" al estilo de los
partisanos debía actuar contra eI "sistema" hasta que so-
nara la hora: "En el curso de los acontecimientos, la rebe-
lión armada debe entrar en el orden del día cuando estén
dadas las condiciones objetivas previas a un éxito";68 en-
tonces el Reich podrá renacer por fin, ya que "cuanto más
muerto parece tanto más vivo está el espíritu del Reich
Alemán. Sólo estaríamos muertos como pueblo, si nuestro
destino estuviera representado por los Heuss y los Pieck,
los Adenauer y los Ulbricht y sus descendientes intelectua-
les".69
ft. El judaísmo como fierza motríz de la política mundial
Mientras en los primeros años Der Weg participaba en
lu histeria de la Guerra Fría libre de un antisemitismo
ideológico y combatía contra el comunismo, el panorama
crrmbió en los primeros años de la década del 50. La frac-
ción fundamentalista en la redacción de Der Weg, que mar-
có de manera decisiva a la revista en sus últimos años, veía
on la Guerra Fría un "conflicto ficticio" orquestado, que re-
nolverían los verdaderos poderosos en el este y eI oeste. Se
xospechaba un acuerdo secreto entre los bloques y servía
rkr explicación de la política mundial, y eI internacionalis-
347
 -mo
judío representaría su elemento dinámico
hacia el Estado unitario mundial.
en el camino
Según las notas publicadas en Der Weg, el desarrollo
que finalmepte habría llevado al judaísmo a tomar
la pa_
lanca de mando de la superpotencia occidental y ori"rriáI,
tiene una larga historia. Basado en principio. ,"tropotági_
cos de una determinada ,,na1u;Lraleza" de los¡udio., qr".in
mgtivo de la muy profunda conciencia de su propiá i"f""io
ridad los empujaría al poder,'este proceso dÁ asunción del
poder que habría entrado en una.rr"r, fase con
la moder_
na emancipación judía, tendría su punto de partida en la
colaboración entre Lord Rothschild y Karl lúarx en Lon-
dres,70 donde tendría sus raíces la áctual situación
mun_
dial.
El judaísmo se expandía en todo er mundo. Los hombres
más influyentes del mundo serían judÍos.zr El asesor
eco_
nómico de varios presidentes norteamericanos, Bernard
Mannes Baruch, era para Der Weg el ,.hombre
s-o del mundo"72 y lo preséntaba como la
-a. poa".o_
encarnaciOn del ju_
daísmo que aspiraba al dominio universal, y de los testafe_
rros como Eisenhower que lo dejaría actuar para sus inte_
reses, es decir sus intereses judíos.73
Der weg convocaba entonces a todas las fuerzas nacio-
nales y a todos los pueblos a defenderse unidos contra
esa
conspiración, ya que-,,nohabrá ninguna paz, ninguna
orga_
nización y ningún bienestar durádero- sobre e-l planeia,
mientras no se destruyan los tentáculos del conspiáao. ir_
ternacional y destrugtor del mundo, el pulpo .o, lu estre_
lla de David".7a
4. Modelos ideológicos
La actitud de Der Weg no se agotaba en la crítica de las
condiciones existentes y en la renovada esperanza de tiem_
pos mejores, sino que pasaba a la ofensivu puru
exponer la
propia posición. No sólo se quería demoler sino iambién
construir, trazar un nuevo camino. El nombre de la revista
mensual tenía un carácter absolutamente programático:
348
i
a
il.f i:
alizaba
el concepto de un Estado ideal... de una utopía.
Se hacía resaltar como de vital importancia para un sa-
neamiento del presente Ia reintegración de los hombres y
los pueblos, sobre todo de la co
yes del orden cósmico Y aI rit
convertir este ideal en una rea
ta acción negativa: se debían eliminar los úItimos restos de
1789. SóIo entonces podría comenzar la gran obra de cons-
trucción, que debía tener una estructura orgánica análoga
a Ia naturaleza. Según las tesis del Círculo Dürer, un or-
den internacional podría prosperar sólo si se apoyaba en
naciones soberanas. Así fue que para Europa se recomen-
dó, en lugar de una "alquimia del federalismo",T6 una es-
tructura parecida a Ia de Suiza, una especie de Europa de
los países natales,TT en donde Ia economía debía tener una
importancia más bien secundaria para su comunidad.Ts
La comparación con Ia época de las guerras de indepen-
dencia hacía aparecer como solución ideal una igualación
europea total: una Europa de Metternich, fundada sobre
convicciones comunes y basada en un ttazado justo de
fronteras que debía concretarse la aspiración de
-según
máxima- como restitutio in integrum sobre la base del
mapa etnográfico de Europa antes de 1918/19 -7e Der Weg
rechazaba de plano el imperialismo de los Estados euro-
peos en Europa.8o
Como en Ia visión del Círculo Dürer, el sistema político
de la democracia y eI viejo orden social habían demostrado
su incapacidad para resolver los problemas centrales del
mundo moderno y su restablecimiento sólo podía ser califi-
cado de proceso reaccionario; en su lugar debía establecer-
se un nuevo orden sobre base socialista.8l EI primer paso
en ese camino debía tener como objetivo el fortalecimiento
de la potestad del Estado,82 que entonces podría empren-
der con autoridad la configuración de un nuevo orden, un
orden nacional basado en las estructuras orgánicas natu-
rales de familia, estirpe, clan, pueblo.83
349
 Desde el punto de vista de su constitución,
Der Weg se que está seguro de 1o
imaginaba el Estado a crear _un antimodelo
dad abierta- como un Estado popular de esiructura iara b sície_ guros en eI presente.
cor_ historia universal, D
e elementos socialistas, cor_ cia permanente que posibilitaría los enunciados sobre el
clases articuladas jerárqui_ desarrollo del presente y mediante el cual se creía poder
una jurisdicción parcial so_ planear y timonear eI futuro. Ese futuro se llamaba: el
mbién se debían otorgar dere_ Reich. La idea delReich siempre tenía un dejo sacro-místi-
chos especiales a la nobleza de la nueva sociedad,
todavía co etDer Weg.ElReich era el objetivo final para el que va-
por- formar o por crear.85 En esta
articulación u"íeti"u j" lían todos los esfuerzos. La promesa del Reich y la utopía
sociedad y Estado se introduce con facilidad
la idea de un de una comunidad de naciones unificada y libre de conflic-
soberano del reino a elegir de por vida,s6 i¿", q""
remontarse al régimen medieval de monarquia
p**" tos, era eI factor político por antonomasia del Círculo Dü-
électa. rer y al mismo tiempo su legitimación.
con estas propuestas de un nuevo orden debía contra-
Así veía Der Weg su misión en la lucha por estos idea-
rrestarse en general la ,,masific ación, que se
habría insta_ les, que Fritsch reafirmó enfático:
lado con la era de la f¡flr.trialización,ti a"
prove.cho el capitalismo y el comunismo.
tu;;;;.;;;
También poari,
contribuir a esto la reorgani zaciónde la economía
"l[n Reich reunificado, libre y orgulloso
, wn Reich en
en un or_ eI que Ia vida de cada hombre vuelva a tener un sen-
den orgánico y perma.r"rrt".$ Según los modelos
expuestos tido y objetivos felices, en el que vuelva a resonar Ia
emo de la estructuración eco_ risa, en eI que vuelvan a tener un hogar el derecho,
ica no arrollara al ser huma_ Ia lealtad, el orgullo, Ia rectitud y la valentía, en eI
des empresas industriales se que reine lna paz social que respete al hombre y su
os agricultores, lo que redun_ libertad y que no derive hacia otros ni colectivice los
lación del campo y al mismo frutos de su trabajo, sino que se los dé a ély a sus hi-
ligros de la erosión y deserti_ jos; un Reich en el que eI individuo pueda encontrar
alegría para perfeccionarse s-
debían reinar sobre er n"-oi'llifli? I"11::T[: ?irH; ponsabilidad frente a la soc r-
adaptarse a la medida del hombre.e. De esta
visión de las zas y sus capacidades Para o'
cosas se explica también ra fuerte orientación
muchos artículos de Der Weg. por el contrari
ecorógica Je ¡IJn Reich que se una con los otros pueblos soberanos
o, el ásterna y nacionales en una Europa libre, fortalecida y capaz
democrático que ya una vezhabía llevado
a Alemania al de irradiar energía!"
caos, fracas aría otravez frente a los gigantescos
problemas
del presente.
Y a continuación se dice con arrogancia:
La sociedad abierta seguía siendo incomprensible
y ex_
traña para el Círculo Dürer. Su falta de mitos
"Se ha puesto en nuestra mano una gran decisión, se
rada un defecto. En cambio, toda sociedad ""r.orr-.id"_
cerrada ," ..Lu nos ha formulado una gran pregunta del futuro: ¡st
sus propios mitos: los necesita como base de
legitimación soMos l,os úlrruos DE AYER o sI soMos Los PRIMERoS
Mientras un poder monárquico tradicional sabá q""
su origen en Dios, un poder totalitario podría
tilrr" DE MAÑANA!,,g1
tugiti-u.""
por medio de las leyes de la historia reconocidas-por
él: el
350 351
 5. Historia de Der Weg

_ En Der Weg apenas se trataba el tema de los comienzos

de la actividad editoriar. se rimitaban a hacer alusiones
vagas. Más'tarde crecerían rumores sobre misteriosos
fon-
dos para su fundación, que habrían sido llevados
a la Á_ ciones manejadas por los Aliados desde Ia Alemania ocupa-
gentina desde el agonizante Tercer Reich con
ra finaridad da, debía tener un gran éxito de venta en Ia comunidad ale-
de reconstruir las organizaciones nazis.e, La realid;; mana del Río de la Plata.
e1b1-So, es más prosaica. Diversas fuentes dan
.;"
un cuadro
coincidente, si bien con diferentes grados de credibilidaá,
de la época de fundación.
Al principio no se fuataba de submarinos misteriosos y
su valiosa carga en las bahías patagónicas, sino
más bien
de la afanosa búsqueda de capiial iniciar de
dos idealistas,
el ex_guía de la juventud hitieriana y maestro
de alemán
del colegio Fridericus en Buenos Aires,ea Eberhar¿
Fritsch, y el librero Theodor Schmidt. Una búsqu"¿u,
embargo, que al cabo de diez mesesea sólo pudo reuni.
.in
12.000 pesos.es El shock del derrumbe dei Tercer
iro.
Reich to_
davía tenía repercusiones tan profundas en tu .o_rr.riáá¿
alemana, que ésta se manteníá alejada A" ."ufq"i*
promiso político. A esto se agregabá la incaut."iá"
lr__
a" fro_
piedades y bienes alemanes de parte del gobiern,
no. El mismo Fritsch había p"ráido su puesto
.;;"-";
de profeso..
Los potenciales aportantes de fondos, como los
comercian-
tes e industriales, tenían otras preocupaciones.

Con el único respaldo del capital propio, después

de la
compra de las existdncias restantes de una librería
alema_
na cuyo propietario era buscado por espionaje y
había de_
saparecido, a mediados. de 1946 se pudó ab.i. pd;"ñ"
r,
local de libros en combinación con una bibliot"..
á1"-urru
circulante y una librería de ocasión como Dürer-Haus.e6
Ese fue el intento de conseguir con urgencia
un pie ae apo_
e-congmico, ya que desde el primeimomento
19 se habían
fijado objetivos más ambiciosos: se pensaba en la publica_
la i Aunque só_
os, tsch no era
tivi esa natura_

352
363
 te a su expansión periodística, er círculo Dürer Lodemann, pero dictaminó que debían pagarle 30.000 pe-
convocó a
acciones de socorro- para la patria postrada, sos como resarcimiento.log
organizó un
de persona., ó, et peáiao-J;6;" A pesar de que el juez censuró con dureza esa práctica
1Lr_:r.r.d%búsqueda
mostro rntórtunios personales en Der Weg e impulsO
cán comercial, el resultado del proceso fue un triunfo para la
v.ehemencia la gran acción de envío de paq-uete.á" Editorial Dürer, le dio aire financiero y le brindó a Fritsch
.o_""_
tibles de la colectividad aremana, qr" d".á" LgaT la posibilidad de dedicarse a sus actividades políticas sin
gar miles de paquetes a Alemania.
hizi rle-
tener que considerar eI veto de un socio. Entretanto, como
El objetivo prioritario de esas prestaciones de ayuda efecto concomitante del grado creciente de conocimiento,la
era
caritativo, en parte también político, pero también editorial había entrado en contacto con los inmigrantes
tuvo efec_
tos concomitantes positivos para la áditori"t
u trarr¿. J" t, alemanes. Para ayudarlos, Der Weg organizó un servicio de
ampliación de su grado de conocimiento tanto asesoramiento para inmigrantes alemanes (Beratungs-
en la Argenti_
na como también en Alemania, lo que se reflejó
u., ,ri .""_ dienst für deutsche Einwanderer),t04 pidió donaciones y co-
ciente aumento de tirada de DerWeg, qt ea fines laboración a su círculo de lectores y trabajójunto con agen-
de 1g4g as_
cias de viaje que se ocupaban de prestar ayuda a la inmi-
gración.105 La afluencia de inmigrantes repercutió en el ca-
rácter de la revista. Si los dos primeros años muestran una
posición conservadora escéptica, Iibre de toda concepción
bres (entre otr
ton Zischka)h
También lo
ii:lJ#:"."xH.f;f
polÍtica sobre Alemania y sin polémicas antisemitas o an-
ticomunistas, de tal suerte que la dirección de la revista
s se interesa.or, frorrto pudo informar oficialmente al agregado de prensa de Ia
por la empresa, lo que le vino muy bien a la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires sobre el
editoriui auao
un gran esfuerzo fi- envío de Der Weg a Alemania,tou el panorama cambió con
s Lodemann se mos_ el tercer año de aparición de la revista. Hasta entonces, Ias
la editorial, con una expresiones positivas sobre el nacionalsocialismo habían
participación de 70.000 pesos. Adquirió po, estado encubiertas en una crítica de la situación interna-
+0.óOO ;".*
nuevas oficinas comerciale. u., ,.rá de hs
urte"iu. pirJ cional actual; ahora la redacción, entretanto dominada por
pales de Buenos Aires, a las que la editoriat
," los nuevos colaboradores llegados de Alemania,lo7 pasó a Ia
de 1948, y dep-ositó una gárantía bancaria.rD-raO "., ofensiva. Lafortaleza del gobierno del general Perón con-
Suyo Sin em_
bargo, cuando la situación finánciera de la emfr"";;;j; tribuyó a crear un sentimiento de creciente arrogancia, la
ró de manera sensible en los meses siguientes, Fr;t*li'; Argentina se convirtió en un refugio seguro.lo8
schmidt perdieron interés en una participación Fritsch intentó ensanchar la comunidad que se formaba
orientadá
a lo económico. Consiguieron demorar una y en torno a su editorial y en las comunidades alemanas de
otra vez la ce_
lebración formal de un contrato con Lodemann y los países vecinos, en particular en eI estado de Santa Ca-
insta"on
al cofinanciero a abandonar la editorial de uná _;;";, barina en eI sur de Brasil, con su centro de gravedad alre-
que mereció el calificativo de tn unfriend.ly tledor de Blumenau, logró ganar adeptos y colaboradores
tahe_ou", ii
mundo de las finanzas. Lodemann se sintiO "i ui para su Dürer-Haus-Gedanken y abrir fuentes de donati-
final intentó hacer varer por lo menos su dereÁo ".rgunuao-y vos.l0e También las comunidades alemanas residentes en
a trJvés
de la vía judicial. No obstánte, por motivos l¿rs ciudades chilenas de Temuco y Valparaíso fueron corte-
formales, fu:rrrl
ticia tuvo que denegar la restilución der locar comár.i;l
u .jndas con fervor.
354 355
 gaban de hacerla circular en los llamados Pequeños Círcu-
los.r22El pago se hacía a través de una red de nueva crea-
ción: cada suscriptor pagaba a las personas de enlace de
sus alrededores, que a su vez giraban las cuotas a una ofi-
cina superior, hasta que finalmente eran transferidas a la
Argentina por un hombre de suma confianza de Dürer. El
sistema estaba organizado con un método de servicio secre-
to. Ninguna persona conocía más de una dirección de des-
tino.123
Der Weg fue observado. La Wiener Library, una institu-
ción sionista en Londres, se incorporó a su lista de suscrip-
tores; también el Organismo de Protección de Ia Constitu-
ción de Alemania Federal se hizo enviar la revista.l2a Las
desmentidas de artículos de Der Weg por organismos ofi-
ciales prueban que mantenían una discusión crítica con la
revista.125 Hasta importantes políticos alemanes federales
parecen haber estado en contacto con la redacción, al me-
nos en la fase inicial de Der Weg.tza
Pero la editorial no aprovechó ese capital. Todo 1o con-
trario. La decidida reacción de los Aliados contra Der Weg,
como también una incesante campaña de prensa en su con-
tta,tz1 tuvieron como consecuencia una radicalización de la
revista: el tono se hizo más duro, los ataques más malicio-
sos, eI antisemitismo se atrevió a salir de manera furtiva
de su camuflaje. El embajador alemán federal intervino
por la vía diplomática ante el gobierno argentino, y los Es-
tados Unidos, como también el Congreso Judío Mundial,
ante el número de Der Weg dedicado a Israel,128 reacciona-
ron con las más enérgicas protestas de sus representantes
en Buenos Aires,l2e sin que estos pasos dieran por resulta-
do consecuencias perceptibles. Ante un viento en contra ca-
da vez más fuerte, creció también la fuerza de resistencia
de la revista, pero al mismo tiempo Ia alejó cada vez más
de cualquier capacidad de diálogo y la llevó a marginarse.
Uno de los más acérrimos antisemitas del Tbrcer Reich, el
profesor doctor Johann von Leers, hizo su aparición en las
columnas de Der Weg. Por su gran ilustración y su talento
como escritor, pronto se convirtió en un colaborador im-
prescindible. Publicó numerosos artículos con su propio
356
357
 nombre, así como también con seudónimo, de manera que
a veces hasta el cincuenta por ciento de los artículos en un
número e su pluma.13o Bajo la in-
fluencia ble de von Leers, ia publi-
cación a ición antisemita. También
se exhortó a los lectores que enviaran a la redacción infor-
mes sobre los "bufones de los tribunales de desnazifica_
ción" para el día de la vengat:lzaL3r Se hicieron más desen_
fadadas las glorificaciones de los polÍticos nacionalsocialis-
tas, más furiosas las agresiones a la democracia y más hos_
tiles los ataques a los políticos prominentes. En un artícu-
lo programático del editor se dijo categóricamente ,,debe_
mos ganar la revoluciórf .132
EI desborde, ya incomprensible desde el punto de vista
racional, en las columnas de Der Weg,llevó a consideracio_
nes sob o se
debía ¿ ida_
des y la lec_
tores.133 se consultó al círculo de lectores sobre si conside-
raba a uno de los Estados alemanes divididos como sucesor
legítimo del Tercer Reich, si se sentía ciudadano de uno de
esos Estados divididos, si sería aconsejable el estableci-
miento de una representación de intereses para toda Ale_
mania, si ésta debía tener su sede en Alemania o en el ex_
tranjero, y qué personas'debían tener voz y voto en esa re_
presentación de intereses de toda Alemania.
una representación de intereses de toda Alemania en el ex_
tranjero o, más ambicioso, un gobierno alemán en el exilio.
Pero un planteamiento semejante hubiera sido apropiado
sólo si hubiesen existido consideraciones concretas a ese
respecto. Es decir, los pros y los
contras de las pos eligros, óomo
también debatido y organizatí_
358
vas. Aparentemente, esto había sucedido en el Círculo Dü-
rer y, por sorprendente que pueda sonar, durante la discu-
sión el grupo parece haberse inclinado por una contesta-
ción positiva a este objeto de controversia. De no ser así, eI
planteo de preguntas de la consulta a los lectores habría
resultado inútil, más bien quedaría en suspenso, ya que co-
mo simple sismógrafo para medir el descontento político
era por completo inconveniente; las preguntas más concre-
tas hubieran arrojado resultados más apropiados. Como
ejemplo podía haber valido el gobierno croata en el exilio,
presidido por el exjefe del Estado de Croacia apoyado por
las potencias del Eje (1941-1945), el doctor Ante Pavelic,
que vivió en Buenos Aires hasta que fue herido de grave-
dad por el autor de un atentado. EI nutrido grupo de exi-
liados croatas se había mantenido muy unido en la Argen-
tina, con el Hruatska Misao poseía su propio órgano perio-
dístico, y se preparaba para la época siguiente a un derro-
camiento del gobierno comunista en Yugoslavia.l3a
Es evidente que el Círculo Dürer acariciaba planes pa-
recidos, Io que también se desprende de la reacción de la
dirección de Ia revista ante el resultado final de Ia consul-
ta. Los encuestados reaccionaron de manera diferente de
la esperada. Pusieron en duda la legitimidad de los encues-
tadores: desde el extranjero, a miles de kilómetros de Ale-
mania, no serían lo suficiente competentes para formarse
una idea exacta sobre los asuntos alemanes y por consi-
guiente esas encuestas estarían fuera de lugar. AsÍ se de-
cía en una gran cantidad de cartas de lectores.135 La direc-
ción de Ia revista rechazí irritada ese argumento. Para el
caso sería todo lo contrario, desde lejos se verían sin ningu-
na duda con mayor claridad las cosas importantes: "Por
esa raz6n, no cesaremos de sondear la opinión de los ale-
manes en ultramar y hacerla conocer en la patria. Quiera
Ia patria aprender a reconocer el valor de esta opinión y a
tenerla en cuenta".136
Mientras eI destinatario de la encuesta abarcaba al
principio a todos los lectores de Der Weg, en cuanto que el
cuestionario también estaba impreso en la edición B con
destino principal en la República Federal, sólo se publica-
359
 ron como resultado las respuestas de los alemanes en Amé_
rica del sur, lo que dio "un hermoso retrato de la claridad
y cohesión de la formación de opinión de los alemanes».r37
Esta sinfular manera de proceder y la ocultación de la
respuesta a Ia quinta pregunta sobre los delegados legíti_
mos de una representación en el extranjero de ioda Alema_
nia, dan pie a la impresión de que, en cuanto a las expec_
tativas, el resultado debió de haber sido catastrófico. un
gobierno en el exilio no podía contar ni en lo más mínimo
con un respaldo desde Alemania, pero esa habría sido su
conditio sine qua non. El plan, ya de por sí temerario, no
tenía ninguna chance de convertirse en realidad,l38 aun_
que nunca se abandonó del todo la ideal3e y hasta tuvo lu_
gar una discusión sobre las posibilidades de un golpe de
Estado.lao
En 1953, Der Weg contaba con muchos colaboradores li_
bres renombrados,lal tenía corresponsales en diecisiete
criptores germano-brasileños, de manera que la estima_
ción en 25.000 ejemplares de tirada global no es de escaso
valor.
A medida qtte Der Weg se afirmaba, la editorial Dürer
tuvo co a llegada del ex médico
jefe del Ausóhwitz, doctor Josef
Mengel contacto.lad También se
mantenía estrecho contacto con el ex jefe de la sección ju_
día del Organismo Central de Seguriáad del Reich, A¿of
Eichmann, con quien se sostuvieron extensas y detalladas
conversaciones.
_ Cuando el presidente perón fue destituido por un golpe
de Estado a fines de 1g55, para Der Weg se habían idá pa_
360
ra siempre los años dorados bajo la protección de las altas
esferas. La revista era apenas tolerada ahora, y eso de nin-
guna manera con benevolencia. A los enemigos de Perón se
les había impuesto silencio durante muchos años, ahora se
desahogaban con la llamada Revolución Libertadora y la
Editorial Dürer resintió muy rápido las consecuencias de Ia
nueva atmósfera política. Perón era puesto en una misma
fila con Hitler y Mussolini, sus partidarios expulsados del
poder y sus amigos mirados con desconfianza. Los fugitivos
nacionalsocialistas que habían considerado a la Argentina
un refugio seguro, abandonaron el suelo ahora demasiado
caliente para ellos,1a6 al menos por un cierto tiempo. Con
ellos se fue un buen número de activistas de Dürer. Si bien
muchos de ellos, como von Leers y Rudel, todavía colabora-
ban en Der Weg desde el extranjero, eI movimiento perdió
gran parte de su antiguo dinamismo y desde ese momento
se mantuvo en una permanente posición defensiva.
A esa opresión política y a la crisis moral con motivo del
éxodo de numerosos colaboradores, se sumó una grave fal-
ta de liquidez después de una cuantiosa malversación de
fondos cometida por el gerente de la editorial.raT A eso se
agregó que la prensa del país, sobre todo las publicaciones
judías, tomó Ia ofensiva contra Der Weg y en durísimos ar-
tículos reclamó Ia interdicción148 y hasta la expulsión del
país de los periodistas no argentinos.t4e La organización
central de las asociaciones israelitas de la Argentina (oaLA.)
también intervino repetidas veces en ese sentido en el Mi-
nisterio del Interior.lso
Pero Der Weg hizo frente a todas las adversidades toda-
vía dos años más, sin ningún cambio en su posición o len-
guaje. El cambio drástico de la tenaz voluntad de resisten-
cia a la renuncia desmoralizada al trabajo de once años se
produjo de manera abrupta, de un número al otro en el tér-
mino de un mes, entre eI 10 de septiembre y eI 11 de octu-
bre de 1957. Dentro de ese período, el 15 de septiembre ,
tuvo lugar la elección para el tercer Parlamento alemán.
Ésta le dio, con el5O,2 Vo, \trrl. absoluta mayoría inatacable
al cou/csu de Adenauer. La desilusión del Círculo Dürer
debe de haber sido inmensa, mucho más profunda de lo
361
,l--

que dejaba vislumbrar el escueto comentario de las eleccio- La sentencia que calificaba a Der Weg como anticonsti-
nes, ya que habían vaticinado un tambaleante gobierno de
coalición y Ia caída de Adenauer.lsr Ahora les habría que-
dado como alternativa menos tentadora una nueva lucha
de cuatro años por los propios ideales con la vaga esperan-
za ert las próximas elecciones, pero ya no existía esa fuer- mania Federal sino también contra el Estado democrático'
za. Sin gran entusiasmo se editaron todavía Ios números Se había atacado a ese Estado con Ia mayor violencia, de-
restantes del undécimo año, que recién aparecieron en fendido Ia idea de que no se podía reclamar fidelidad a la
1958 y la Editorial Dürer se declaró en quiebra. CartaMagna, proclamado eI derecho de resistencia contra
La historia de Der Weg, qre finaliza con estos datos, sin el sistema,rsT predicado "sabotaje activo y resistencia pasi-
embargo sería incompleta sin una "postdata" sobre aconte- va»158 y aguardado el momento "en que un nuevo 20 de
ju-
cimientos que tuvieron lugar más o menos medio año des- lio les robará y destruirá todas las ilusiones a los demócra-
pués del final periodístico de la revista. En la República ¡..rr.15e Por consiguiente, tanto Ia contraofensiva jurídica
Federal se habían iniciado acciones penales contta Der del Estado atacado de tal manera, como la evaluación judi-
Weg y el 4 de febrero de 1959, la Cámara Cuarta en Io Cri- cial de Der Weg como revista peligrosa para el Estado, de-
minal del Tbibunal de Lüneburg abrió el primer proceso bieron de haber sido acogidas con orgullo.
penal contra, según rezaba la acusación de Ia fiscalía del
Estado, una revista subversiva de ultraderecha.ls2
En eI transcurso de lbs catorce días del proceso, la fisca-
lía hizo referencia a las destacadas funciones en el Tercer
Reich de los principales colaboradores de Der Weg, como
también a los contactos con el prohibido sRP y con círculos
de extrema derecha, mientras que la defensa puso de relie-
ve el aspecto cultural de la revista y mencionó a colabora-
dores tales como Elly Ney, Will Quadflieg, Marie Hamsun,
Werner Beumelburg y Sven Hedin.153 Durante catorce
días, eI tribunal dejueces legos se entregó a la tarea de re-
visar siete años de ediciones secuestradas de Der Weg, con
Ia mira puesta en determinar como base de cáIculo si de los
artículos se podía deducir un ataque a la Constitución de
la República Federal, si se glorificaba el período nazi, si se
enardecían los ánimos contra el judaísmo y si se difamaba
a los órganos del Estado de la República Federal.lsa Por fin
el tribunal dio su veredicto: de los 83 números que tenía
ante así, 42fiieron confiscados por considerar que subver-
tían el orden. Estaba de más dictar una prohibición gene-
ral, ya qre Der Weg había suspendido entretanto su apari-
ción. En caso contrario, sin embargo, se habría dictamina-
do su prohibición.l55

362 il0;l
 11Pendle, Argentiníen, Pág. 95.
12Maler, Krieg und Frieden, pág. 399. A mediados de los años 50,
Kessler se puso al servicio del presidente colombiano general Rojas
Pinilla y tuvo a su cargo misiones difíciles.
13 von Oven, carta del 20 de noviembre de 1989'
1a
von Oven, carta del 20 de noviembre de 1989.
15 Müller-Ludwig, "Wir haben Geburtstag. Sieben Jahre 'Freie

Presse', en; Freie Presse,30 de noviembre de 1952, pág' 3'

16 Terdenge al ee, 28 de diciembre de 1953, pág.7, en: raae, Abt'

3,B,d.74, N'328.
1?Las actas de sesiones de la Cámara de Diputados documentan
I Sobre la diversidad un pedido de informes de varios legisladores al gobierno, con el re-
de la prensa de habla alemana en la Argen-
tina, véase: A¡ndlOlsen, German language querimiento de dar información sobre eI diatio Freie Presse, al que se
capítulo'Argentina,,, pág. BB_gg.
press of the Americas, acusa de hacer "propaganda hitlerista" (Cámara de Diputados de la
2 Edición Nación, 19 de agosto de 1953).
especial der Argentinisches Tagebratt en
aniversario, pág. 18. En esta como en otras
el centésimo 18 "'Neonationalsozialismus' unter den Deutschen in Argenti-
berg (Auslandsdeutschtum,
acciones parecidas, vol_ nien" (Neonacionalsocialismo entre los alemanes en la Argentina),
pág. r24y siguientes) sospechamás bien en; Neue Züricher Zeitung,l0 de julio de 1951.
la¡nano de argentinos nacionaiistas ger;anOfilos,
dado que, con una 1e Frank, Nazis in Argentinien, pág. 108.
sola excepción, la conducción del partiao
Nazi en Buenos Aires ha- 20 Schmidt-Liermann, 15 de enero de 1990. Más insolente aún era
bria rechazado de manera categórica semejantes
3 P.
Alemann, 13 de marzo Je 1990.
extralimitacionesl la broma de mal gusto que aconsejaba doblar de una manera deter-
a Edición minada el despreciado "diario judío antialemán" y después, con el do-
especiar der Argentinisches Tagebratt
aniversario, pág. 13.
en el centésimo blez bien visible, introducirlo en el bolsillo del sobretodo o del saco,
5
R. Alemann, 2g de noviembre de 19g9.
para darle expresión pública a un carácter pulcro mientras el nom-
_
ber mantenido abierto el espacio cultural
El íntimo orgullo de ha_ bre del diario aparecía abreviado como "Ar-sch'blatt" (Maler, 17 de
alemán a estas personas y enero de 1990).
con ello impulsado su rápida asi nilación
en ra Argentir., 21Hafter, "Neonationalsozialismus in Argentinien?", en: Neue
Tágebhtí. "..."ái-
za ann hoy al actual director del Argentinisches
6 Edición Züricher Zeitung,4 de octubre de 1952.
especial del Argentinr-s"h"s Togeulatt en 22 von Oven, "Mr. Whisky-and-Soda und die Nazis in Argenti-
el centésimo
aniversario, pág.14.
nien", en: Freie Presse,20 de noviembre de 1952, pág.2' Finalmente
' Kannapin, D eutsclthnd und Argentinien, pág.
8 lt4. Terdenge informó al ae que frente a manifestaciones en contra del
ArndUOlsen, &ry?:
of the American, pág. 59. canciller federal Adenauer en Der Weg, Freie Presse se habrÍa reple-
von Oven, carta del 20_lo-nguage"press
e
de dicie;¡re ae fSSg.
gado (Terdenge al ee, 28 de diciembre de 1953, pág. 6, en PA AA, Abt'
Edición especial del Argentinisches Tagebratt
.10 en el centésimo 3,8d.74, N'328).
aniversario, Pág. 14. El motivo de la prohibición
habÍa sido que el 23 von Oven, "Zweimal zwanzigstet Juli", en: Freie Presse, 4 de
diario no insertó en la portada el encabezamiento
obligatorio ,Año agosto de 1954.
del Libertador", ordenado por ley .or-"*oración del centésimo
aniversario de la muerte del héroe".,
24 von Oven, carta del 15 de junio de 1990.
nacional argentino y general de 25 von Oven, 26 de octubre de 1989.
las guerras de la independencia, José
de san-rvtartin.
un intento de protesta contra perón, todavía
si se trató de 26
Johann Alemann en Argentinisches Tageblaúú, N' 1, 24 de abril
es difícil de probar. El de 1889, citado de: "75 Jahre 'Argentinisches Tageblatt"', en:. Zeitsch'
editor actualmanifiesta que sencilramente habrÍan olvidado
modificación (R. Alemann, 2 de diciembre
hacer ra rift für Kulturaustausch, Institut für Auslandsbezíehunge¿, Stutt-
de 19g9). gart, No 14 (L964), 2, Pá9. 88.
364
365
 27
R. Alemann, carta del 18 de febrero de 19gg. a2 ,,Bonn und Interlaken", en: Der Weg, U (1948), 10, pág.
G.v.A.,
28
Freudenthal,"Zeitbrief,,
erri Der Weg, il (1g4g), 10, pág. 681. 737.
A.E., "Wieder zum Sterben gehen?", e¡¡i Der Weg,w (1950), 11,
2e
Hedin, "Gedanken am Anfang des neuen Jahres,,, uÁ: D", W"g, 43

m (1949), 3, ptg.173 y siguiente. pág. 1006. El autor califica a la Constitución como "materia de fría
30 Sluyse (=
Sassen), l'Konvent der patrioten,, , en; Der Weg, vt repugnancia".
(7952),2, pág. 85. aa .,Weltgeschehen,,, en: Der Weg, tv'I (1952), 2, pág. 143.
31
von Leers, "Zulao Fall Otto John,,, en: Der Weg, vtt (1gb4), g, a5 Euler (= von Leers), "Jus rebellionis", en: Der Weg, v (1951), 1,
pág. 619 y siguiente. pág.52.
G.v.A., "Bonn und Interlaken", e¡¡ Der Weg, rt (1948), 10, pág'
32
von Obbergen, "Vom Reichstagsbrand zum Untergang des Rei_ a6
ches" (serie), en: Der Weg, vlr (19b4), 12; x (1955) l; rx,2; rx, B. ló1,
,
Kubisch, "Ein Appell an das deutsche Gewissen", en. Der Weg,
33
von Obbergen, 'Vom Reichstagsbrand zum Untergand des Rei_ a?

s", en: Der Weg, vlr (1954), 72, pág. g2S.

ches" x (1955), 3, pág. 157.
ra /\ este
34 A ^^+^ respecto,
-^--^^1^ --L ..Weltgeschehen,,, en: Der Weg, v (1951), 11, pág. 819.
sobre todo la serie de von Obbergen. Las impu_ a8

taciones cargadas de odio en contra de Müller, hacen que p.""r". ár_ 4s A.E., "Wieder zum Sterben gehen?", e¡1i Der Weg, w (1950), 11,
dosa la afirmación tantas veces expresada de que habría encontrado pág. 1006.
un refugio apacible en la Argentina (así por ejemplo: Argentinisches 50 .,Weltgeschehen,,, en: Der Weg, rrr (1949), 10, pág. 881.
Tageblatt, S de marzo de 1992, pág.8, en evidente confusión con el 51 Fritsch, *Bonn oder Landsberg", eni DerWeg,v (1951), 516,pág.
doctor Erich Müller, el ex jefe de personal en el Ministerio de propa- 397.
ganda). 52 Schwarzenborn (= von Leers), "Mit tiefem Ernst", er,i Der Weg,
35 Beneke, "Die Rolle def Gestapo,,, en: Der Weg, x(1956), 6 y x, vII (1953), 6, pág. 372'."Así es cómo eI sucesor del Canciller de Hie-
7/8. rro [Bismarckl, un anciano de setenta y siete años igual a un junco
seco, funesto para el destino alemán, se balancea indeciso entle dos
coaliciones mundiales".
53,,Weltgeschehen,,, en: Der Weg, y1 ( 1952), 70, pág. 7 22 y siguien-
te.
Nicolai, "Westdeutschland wird christlich regiert", enl. Der Weg,
5a

vltl (1954), 7, pág.471: "Después de la g'uerra contra el este y el oes-

te, ahora perdemos también la batalla por la cultura"'
38 55 "Weltgeschehen", en: Der Weg, vr (1952), 9, pág- 652'
Griese, "Carta abierta (...) a
a: Der Weg, vrrr (1954), $. En Der 56 Fritsch, "Politische Mündigkeit", en Der Weg,x (1956), 4, pág'
tivos de los "traidores del Reich,,. L97.
te del tan odiado Comité Federal 57 Haussleitner, "Die verhángnisvolle Entscheidung", er::. Der
ción, 1954 se pasó a la nte un 20 dejulio Weg,vr (L952),6, pág.375 y siguientes.
(Der 7954), pág. b95 y siguiente), se sin- 58 IbÍd., pág.375.
tiero ón ulterior sobre este tema: ser un 5e Ibíd., pág.376.
traidor era sin duda alguna una cuestión de personalidad, se era y 60 Fritsch, 'Von des Leibes und des Leides Fülle", en:. Der Weg, tx
siempre se sería un traidor. (1955), 6, pág. 363.
3e Ch.
T., "Was denken wir uns dabei?,,, en: Der Weg, trt (lg4g), l, En Der Weg se menciona siempre "Pankow" en lugar de "Ber-
67
pág. 13 y pássim. lín Oriental", para subrayar el carácter de barrio de la capital de la
a0 H.,
"Befreites Frankreich,,, en: Der Weg, m (1g4g), 6, pág. 414. República Democrática Alemana.
al Kempf, "Das Márchen von 62 Vollmer, "Was heisst denn schon 'Eisener Vorhang'?", en: Der
der deutschen Souveránltá1,,, en:
Der Weg, vlu (1954), 72, pág. 862. Weg, v (1951), 9, pág.618. von Leers, "Der Lówe am Suez", en: Der

366 367
 Weg, vrt (1953), 11., pág. 755: "(...) en Alemania, los esbirros pieck- 80 von Leers, "Das grundsátzliche Nein", e,nr Der Weg' vlt (1968)'
Grothewohl y Adenauer hacen todo por retener a los torturadores en 9,pág.594.
-er-Btichting,"DerorganischeSozialismus"'en:DerWeg'x(1955)'
el país, porque sin la defensa de los tanques de la potencia de ocupa-
ción, el pueblo álemán les darÍa caza,,. 718.
63 "Umschau",
err: Der Weg, x (1956), l, pág. 52. 82 Koch-Jasmund, "Staat und Persónlichkeit"' Der Weg, a
6a
Schwarzenborn (= von Leers), "Wehrt Euch, Deuts che,,, en:. Der (1957), 8.
(1953)' 11'
Weg, vtt (1958), 7, pág. 452. 83 Fritsch, "Der Staat sind wir", en" Der Weg'vtt
65
Krayn, "spione sehen dich an. Agentensumpf Westdeutsch_ 8a ,,organische Gliederung der Gesellschaft", enl' Der
Nicolai,
land", en: Der Weg, vrIl (19b4), B, pág.204. Weg,vnr (1954), 4,Pág- 25L.
66
Rudel, "Das ganze Deutschland',, en: DerWeg,vt(1952),1, pág. I Nicolai, "Die óberwindung der Vermassung"' er, Der
Weg' tx
70. (1955), 2, pág. 76.
"Deutsch (1953)' 11'
Fritsch, "Der Staat sind wir", err: Der Weg'vtt
67
Remer, Welt,,, en: Der Weg,vtt 86
(1953), 6. En Der Weg quien había ,,impedido 8? Nicolai, "Organische Gliederung der Gesellschaft" ' en: Der
el 20 de julio"; jugó un I snp. Weg,vru (1954), 4,pág- 249 y siguiente'
68
"Weltgeschehen", en: Der Weg, vtl (1958), 7, pág. 476. Véase número Bt4 de Der Weg,
s8 vII (1953), dedicado al tema
6s von Leers,
"Sind wir am Ende? prüfung des Gewissens',, en: "Economía Y Finanzas".
Der Weg, rv (1950), 12, pág. tO7B. Carlsson (= Richard Walter Darré), "Báuerliche Lebensord-
8e
70
Vollmer, "Verschwórung gegen den Frieden,', ert: Der Weg,vtt (1953), 2'
nung und Technik", en; Der Weg,vtt
(1953), 10. El autor sugiere una conexión marxista del proceso. e0 Ibíd.
71 Iwanow, "Bolschewismus err: Der
und Judentum,,, en: Der Weg, x e1 Fritsch "Eine nicht gehaltene Neujahrsansprache"
(1e56),2.
72
"Weltgeschehen", en. Der Weg, vtt (1g5g), 6, pág. 892. lers in Südamerika", etr: Grono'uer
73
"Weltgeschehen", en: Der Weg, u (1952), g, pág. 650. de noviembre de 1949; también:
7a
"Weltgeschehen", en: Der Weg, x (1956), ll/12, pág. 722. sland", err Neue Zeítung, Münich'
75
Fritsch, "Nur der Freiheit gehórt unser Leben,,, erti Der Weg, tx
(1955),10. " * en la Argentina"' en: comentario'Buenos
76 Cione,
"Die soziale und nationale Ordnung für Europa',, en: Aires 1956, citado de: Wiener Library Bulletin'
DerWeg, vrI (1953), 7,pág.488. Londres, xI (1957), 112, Pág. lo'
77
Grimm, extracto de "Erzbischofsschrift,,, en: Der Weg, w ( 1gb0), ea Fritsch, "Manchem manchem in Pfahl im
ái' Dottt im Auge'
"10 Jahre Weg")'pá8'
11, pág. 986 y siguiente.r Fleisch", x (1956), 7/8 (en adelante denominado
78
Schwarzenborn (= von Leers), "Imperium Europaeum,, , en. Der
Weg, v (1951), 9, pág. 645.
7e
"Europagesprách", en: DerWeg,v (1gS1), 1L,pág. Zg6; también
von Leers, "Das Grossdeutsche Reich", er,: Der Weg, tx (1955), 4, pág.
221: "Nuestra frontera deberÍa estar en el último pueblo de habla
alemana que en 1939 estaba habitado por el pueblo alemán,,. En letin, xr (1957), Ll2, Pág- ].O.
cambio los pensadores políticos realistas en Der w'eg consideraban Vollmer, 20 de febrero de 1988'
e7
eso como una utopía y hasta ponÍan a disposición los territorios del e8 Información propia en un anuncio publicitario ert Freie Presse'
este en caso de una reunificación: Fritsch, ..Haben die deutschen ei_ Weg" pág' 403'
26 de junio de 1947; reimpresión en "10 Jahre '
ne politische Zukanft?" , en: Der Weg, vt (1952),2. En esta exposición ss Der Weg, | (L947), L, pág. 64.
fundamental sobre qué cariz debería tomar la polÍtica alemana, el roo Der Weg, I (1947), 7, suplemento.
autor no menciona la recuperación de esos territorios. 101 La remuneración de la editorial Dürer a los colaboradores en

368 369
 Alemania se efectuaba a menudo en forma de paquetes 1le Cross, "Braune Propaganda im Ausland", err: Neue Zeitung,
de comesti_
bles. Para muchos esrritores y periodistas, en
otros tiempos muy ce_ Munich, 23 de septiembre de 1949.
lebrados, esa forma de honorario les aseguraba 120 «10 Jahre Weg",pág.4O0.
la subsisiencia (Voil_
mer,20 de feb¡ero de 19gg). 121 «10 Jahre Weg",pág.400.
102 Grube,'"prozess
gegen die Herausgeber der Nazizeitschrift r22 «Heil Hitler und viel Erfolg
- Grüsse aus Argentinien",
en:
Der Weg", en: Neue Zeitung, Munich, 1. de junio de
103
19b0. Berliner Sozialdemokrat,2O de marzo de 1950.
IbÍd. r23 Maler, Krieg und Fried.en, pág. 343. El autor, cronista político
roa
105
Der Weg,lt (lg4g), l, pág. 65. de Der Weg de 1948 hasta fines de 1950, fue el organizador de esta
La editorial cooperaba de epta manera con ra agencia
de via- red.
jes vianord, cuya dirección ejercía el ex
voluntario del arma de las 12a
La embajada tenía una suscripción de Der Weg, que destinaba
ss, el sueco Hans-Caspar Krüger. Además de
esto, en Dürer_Haus y al servicio secreto (Terdenge al m, 11 de agosto de 1954, "Politische
en la oficina de vianord se habÍan organizado dos
secciones para Betátigung von Nationalsozialisten in Argentinien" [Actividad polí-
coordinar los pasajes de llamada de manlra centralizada.
AIIÍ se con- tica de nacionalsocialistas en la Argentinal, en: PA AA, Abt. 3, Bd. 73,
feccionaban las listas de nombres, que pasaban
después a las auto- 87.71t2: reüsta Der Weg); ibíd: Comité Federal para la Protección de
ridades migratorias para la tramitación rápida
de las cuestiones re_ la Constitución al ¡e, 10 de julio de 1954. El Comité se dedicaba a "la
lativas a la inmigración (Schulz, 14 de mar)ode 1990).
La competen_ observación de las relaciones de las personas residentes en Alema-
cia de Kniger, que también se dedicaba a prestar
ayuda para la in_ nia con sus camaradas de credo político en la Argentina'.
migración, estaba en una agencia de viajes más grande (ñuffinengo 125
AsÍ por ejemplo, el Ministerio Federal para Expulsados se puso
Viajes), que estaba en manos del antiguá delegado
alemán de h á_ en contacto con Ia redacciót de Der Weg y desmintió un artÍculo, según
misión argentina de migración en Génova, Franz
Ruffinengo (Maler, el cual las asociaciones de expulsados seían ügiladas por el Comité
Krieg und Frieden, pág.246).
106 de Protección de la Constitttción (Der Weg, v (1951), 2, pág. L60).
Fritsch, ',Solicitada,', en: Freie presse,29 de mayo 126 AsÍ por ejemplo, hacia 1949 Konrad Adenauer habría alenta-
107
de 1949.
Maler, Neubert, Rudel, Vollmer, pocoiesprés
von Leers; como do a la editorial a seguir trabajando, igu.al que el alcalde de Hambur-
lectores, entre otros, Bohne y Lienhardl.
108 go, Brauer; Kurt Schumacher habúa transmitido sus saludos a Der
"Refugio seguro",
-Der Weg,II (1948), 8, pág.tÍtulo 520.
der artícuro de fondo en españor en: Weg (Maler, Krieg und Frieden, pág. 336). También la alcaldesa de
roe Berlín, Luise Schroeder, se habría contado entre los abonados de la
Vollmer, 20 de febrerci de 19gg.
1r0 Cross, revista Der Weg (Maler, carta del L4 de marzo de 1988). El teólogo
"Braune propaganda im Ausland,, , en: Neue Zeitung, Martin Niemóller habúa hecho circular el antiguo Weg en Australia
Munich, 23 de septiembre de 7g4g; Abend,zeitung,
Munich, B de ¡i_ (Maler, 17 de enero de 1990). Incluso pareciera ser que en repetidas
nio de 1949.
t77 l)er ocasiones se llegó a una colaboración parcial con organismos políti-
Spiegel, Haniburgo, 2 de junio de 1949; Lübecker
Nach_ cos. Las revelaciones sobre graves violaciones a los derechos huma-
richten, ll dejunio de 1949.
112 nos en el este se habrían hecho a pedido de las asociaciones de expul-
"10 Jahre Weg,, , pág.899 y sigu.ientes.
r73 sados, como también una vez a instancias de la fracción del spn en el
Lübecker Nachrichten, 11 dejunio de 194g.
114
parlamento bávaro (Maler, carta del t4 de maruo de 1988).
Dóring, "Die Herrschaft der Descamisado s,,, en:
Tagesspiegel, 127 Tetens,
"New German Blueprint: War on Russia's Side", en:
BerlÍn, 28 de septiembre de 1949.
115 «Der United Nations World, Nueva York, diciembre de 1949; "Heil Hitler
'Weg',, der in den Abgrund führt", en: Neue Zeitung, Mt._ Argentinien", en: Berliner Sozialdemo'
und viel Erfolg
nich, 7 dejunio de 1949. - Grüsse aus
h,rat,20 de marzo de 1950; "schauermárchen vom La Plata", en: Kól-
116
IbÍd. Hauptstadt
nische Rundschau, 6 de abril de 1951; "Buenos Aires
117
Pechel, "Die Hitlers in Südamerika,, en: Gronauer
Nachrich_ der Bewegung", en: Schleswig-Holsteinische
-
Volhszeitung, Kiel, 2 de
ten undVolkszeitung, 5 de noviembre de 1949.
118 diciembre de 1951; Hafter, "Neonationalsozialismus in Argentinien",
Ibíd.
et: Neue Züricher Zeitung,4 de octubre de 1952.

370 37t
 t28
Der Weg, vt (7952),11. A fines de 1952 la editorial Dürer Clr'
se en_ ex cronista político delWeg,Juan Maler, considera los planes del
contraba cerca de la quiebra. Sin embargo, como
la redacción consi_ culo Dürer concernientes a formar un gobierno en el exilio como en-
deraba poco honorable un final po, .urÁu. económicas
del trabajo teramente probables (Maler, 23 de enero de 1990). El despido de Ma-
de largos años, maduró el plan casi picaresco
a" q"u .u"á _":".0"" ler de Ia redacción, araizde un artículo conciliador sobre las relacio-
vocar una proilibición de Der weg.intonces se lanzó
a la calle un nú_ nes judío-alemanas que contenía el concepto de "responsabilidad co-
mero que superaba en dureza a todo lo que jamás
se hubiera escrito lectiva,,, tuvo como consecuencia una fuerte radicalización del perió-
enla historia de la posguerra, con ataques demoledores
contra el Es_ dico.
tado Judío. Pero el plan no prosperó. perón no
ordenó prohibir la pu_ 140 AJnaudruz, "Ein neuer Adel", ert: Der Weg, vlt (1953), 5, pág'
blicación y la editorial superó por fin la aguda
r2e
crisis financiera. 296 y siguiente.
"10 Jahre Weg", pág. 409. 141 Además de los antiguos ministros del Tercer Reich, Darré y
130
Vollmer, 20 de febrero de 19gg.
Schwerin von Krosigk, serían de mencionar también: Julius Lippert
Leers), ,.G-anoven_Gerichte gegen (alcalde mayor de Berlín, 1937-1940), Helmut Sündermann (subjefe
Reic
que ')"t;r"';;:r,:J.l;:;;:Jl,T iji]
gan en el olvido. Er panorama porÍtico en
de prensa del Reich, Lg42-7945), Bernhard Ramcke (general retira-
do de las unidades de paracaidistas), Joachim Lietzmann (vicealmi-
Aremania r.ai."r rante retirado), Rudolf Lodgman von Aue (portavoz de la Asociación
mente más o menos cada diez años. Han pasado "a-bia
cinco.,, Segrin Bene_ de Alemanes de los Sudetes), Solon E. Low (P.M., Canadá), A'O' Titt-
ke, "Canaris und der Tod Udets,,, en: Dei Weg,x
G956), B, pág. 157, man (perito del senado de Estados unidos), H.A. Fakoussa (más tar-
un tiempo después la redacción le ra revista convocó
también a ra de delegado de la Liga de Estados Arabes en Bonn), así como, en ca-
denuncia general de "traidores der Reich", con el
fin de confeccionar lidad de interlocutor, Mohammed Hadj Amin el Husseini (como gran
listas de proscripción.
132 muftí de Jerusalén, un líder del mundo islámico). Aparentemente,
Fritsch, "Wir müssen áie Revolution gewinnen,,
vt (7952),2. , en: Der Weg, también hubo correspondencia de Fritsch con Knut Hamsun y Ezta
133 Pound (Maler, 21 de febrero de 1990) y no es de excluir que firmaran
"Fünf Fragen an unsere Leser,,,
51; el cuestionario se repite también en una
en: Der Weg, vt (1952), l, pág. sus colaboraciones con seudónimos.
hoja agregada. t42 Der Weg vt ( 1953), 8, pág. 442. Más adelante, la cifra fue con-
134 ,
Sinovcic, 12 de marzo de 1990.
135 «Das firmada oficialmente después del secuestro del fichero de ventas en
Ergebnis unserer Leserumfrag e,,, erti Der Weg, (1952),
vl Alemania Federal. Es posible que el relativo alto número de abona-
5, pág. 341.
136 dos coincida con la prohibición dictada entretanto contra el snt y sus
Ibíd., pág.847 y siguiente.
137 órganos de publicación, de manera que Der Weg habria llenado un
lbÍd., pág.842: erg2vo de los que respondieron de
acuerdo con vacío.
el cambio ulterior del modo de evaluación,.iro Wiener Library Bu-
veían ni en la noa y ni 1a3 Bayer, "Neonazismo en la Argentina", en:
en la Rra un sucesor legÍümo del Reich. Las tres
poco se consideraban ciudadanos de uno
cuartas partes tam- lletin,Londres, xI (1957), 112, pá9. 1O-
de esos Estados y en su lu_ 144 Maler (17 de enero de 1990) habla de un círculo de "camisas
gar deseaban una representación de toda
Alemania en el áxhanjero, pardas" en la redaccióndelWeg, gente primitiva sin instrucción, que
pero sólo el 55Vo.
138 fanfarroneaba y manifestaba su disposición a la violencia'
En el balance conmemorativo de los diez años (.,10
Jahre 1a5 PosnerNVare, Mengele, capítulo 5.
weg"), Fritsch no mencionó ni con una síraba 1a6 Posner/Ware, Mengele, capÍtulo 6: "Flight to Paraguay"'
la encuesta. Fue eva-
luada como derrota. 14? Maler, Krieg und. Fried.en, pág.342. Hasta esa fecha, la tirada
13s
Después de la muerte en un accidente deljefe (Zimmermann, que por un
de redacción del ya había caído
Weg, Neubert, un artÍculo necrológ-ico lo encomia como *hombre
ta_ tiempo llevó Ia rial' 8 de febrero de 1990)'
1a8 Bayer, «
lentoso, muy inteligente, que nos era imprescindible ina", citado de: Wiener Li'
para la funda_
ción de una nueva Alemania tal como nos la
imaginamos" fn,ráLi, brary Bulletín, Londres, xl (1957), Ll2, pág. \0.
"Wie Neubert starb", en: Der Weg,vlt(1g54), l, pág.2g).
También el 14e
Cita del vespertino Crítica, Buenos Aires, según cable 1312 de

372
373
dpa (Agencia Alemana de Prensa) del 2 de octubre de 1g52, dpa es-
pecial 7 de octubre de 1956, pág. 22. Der Weg serÍa ,,el portavoz re-
conocido de la ideologÍa nazi sobreviviente en todo el mundo,, y Eber- IX
hard Fritsch "e] futuro Führer del Cuarto Reich,' (Buenos Aires He-
rald,20 de octubre de 1956, en un informe sobre la acción de la ¡am).
r¡o "10 Jahre Weg", pág.
ll. Durante una visita a Bonn del doc- LR EMSA..IADA ALEMANA
tor Maurice Perlzweig del congreso Judío Mundial, éste solicitó al Y LOS EMIGRANTES
Gobierno Federal acciones comunes coordinadas contra la propagan-
da r,azi en la Argentina (Nota LRI lVloltmann, 2 de febrero de 1956,
306.212-06/91.01.280/56, en: pA AA, 306, Arg. Allgem., Bd. Z). En vir_
tud de ello, también el comité Federal para la protección de ra cons-
titución intensificó su accionar y solicitó informes sobre estas cues-
tiones a la Embaj ada (20 de noviembre de 1956
02/72676156 y 18 de diciembre de -202-212-
1956- BO6-2t2-02/91-01 E 1980 El 26 de enero de 19441a Argentina rompió las relaciones
2265/56 en: pA AA, ibíd.).
151
diplomáticas con el Tercer Reich. Durante un período de
"Weltgeschehen", err: DerWeg,xr (1952), g,pág.564. Además,
siéte años no existió ninguna representación alemana en la
Der Weg había hecho un llamado a sus lectores para que no votaran
ni al cou/csu ni al spo (xt,4,pág.269). metrópolis del Río de la Plata. Después del final de la gue-
152
Stuttgarter Zeitung, 4 de marzo de 1989. rra y hasta los años 50, las misiones de las potencias occi-
r53 Die
Welt, Hamburgo, 4 de febrero de 19b9. dentales de ocupación se hicieron cargo de los asuntos con-
154
Franhfurter Rundschau 4 de febrero de 1959. sulares para sus respectivas zonas.l Los esfuerzos del Go-
155
Die Welt, IJarrrbtrgo, 28 de marzo de 19b9. bierno Alemán Federal por tener presencia diplomática en
156
La base legal son los artículos gg,g5-g7,pág. 1g5 y siguientes Ia Argentina tropezaron incluso con resistencias. A media-
del stcn (Código Penal). dos de 1950, el Alto Comisionado Aliado denegó Ia aproba-
157
Euler (= von Leers), ,,Ius rebellionis',, en: Der Weg, v (1951), 1, ción para el establecimiento de consulados alemanes en
pág. 31.
158
Chilcy Brasil, con eI argumento de que sospechaba que la
"Weltgeschehen", en Der Weg, v (1951), 2, pág. l4g. ría la intención de, Poco desPués,
15e
Mende, "Jugend und Gemeinschaft,,, en: Der Weg,vt (1952),5, ambién en España Y en Ia Argenti-
pag. 322); también: Fritsch, "Eine nicht gehaltene Neujahrsanspra-
consideraba como "sumamente in-
che", en: Der Weg, vrl (1954), 1; von Leers, ,,Das grundsátzliche
Nein , en: Der Weg, vu tlgsgl, g. deseable" en vista de las "fuertes colonias nazis en los dos
países mencionados".2 Para suavizar ese veredicto, el Go-
bi".tro Federal envió una delegación insospechable, sin
rango oficial, en una misión a Sudamérica, para que toma-
ra contacto con los gobiernos del subcontinente y examina-
ra los requisitos técnicos para el establecimiento de repre-
sentaciones oficiales. El jefe de esa misión en nombre del
presidente Heuss y del canciller federal Adenauer, era eI
ministro sin cartera del recién creado Estado de Renania
Septentrional-Westfalia, doctor Carl Spiecker, ex jefe de
prérr.u del Reich bajo Wilhelm Marx y jefe del departa-
mento para la lucha contra eI nacionalsocialismo en el Mi-

375
 nisterio del Interior, bajo Heinrich Brüning.3 Este político grueso de Ios alemanes restantes están dominado¡
debía informar también sobre la situación de las colectivi- por Ia idea de que son los únicos en Ia Argentina que
dades alemanas en los países en cuestión, sobre la que ha- mantienen en alto Ia bandera de Alemania, una con-
bían circulado¡noticias tan alarmantes y contradictorias a
través de los medios. El pasado político de este ministro y
su comportamiento arrogante en Sudamérica se ocuparon,
sin embargo, de que su viaje resultara un fracaso, por lo
menos en la Argentina. hacia Alemania, que pudieran dar origen a un resur-
Cartas amenazadoras e insultantes abrumaron desde el gimiento de viejos puntos de vista y concepciones en
primer día a Spiecker.a El conturbado ministro no se mos- Alemania. Será recomendable que eI futuro repre-
tró a la altura de su difícil misión, no supo moverse por las sentante alemán se dedique fundamentalmente a
alfombras diplomáticas y reaccionó frente a la ola de re- cultivar las relaciones con todos Ios grupos alemanes
chazo de la comunidad alemana con una mezclade desam-
paro y agresividad. Spiecker se aferró sobre todo a los cír-
culos en torno alArgentinisches Tageblatt y dejó escapar la
oportunidad de presentarse en la Presidencia para solici-
tar una audiencia con el Jefe de Estado. SóIo la interven-
ción del director de Freie Presse, Müller-Ludwig, y a través
de la mediación de Ludwis Freude, habría establecido por Conforme a eso, el ex consejero de embajada W' von
fin el contacto con Perón y posibilitado que lo recibierá el Pochhammer reflexionó que eI embajador alemán a desig-
Presidente.s Finalmente, Ia visita erizada de problemas tu- nar en Buenos Aires no debía presentarse como demasiado
vo que ser suspendida6... por razones de salud. por su par- antifascista. Los alemanes de la Argentina habrían testi-
te el viaje de regreso, justamente en un barco con el nom- moniado y tenido que testimoniar lealtad a cada gobierno
bre Presidente Perón, una vez más provocó escándalo en la alemán, mientras no habrían tenido ninguna influencia en
República Federal.T absoluto sobre los asuntos internos de Alemania'lo
Los informes despectivos y petulantes del ministro al EI Gobierno Federal aceptó este argumento y eI doctor
Departamento de Asuntos Exteriores revelan, además de
una grave falta de tactp,la incapacidad y la falta de volun_
tad para enfrentarse con los problemas, mentalidades y
realidades sudamericanas.8 Con la intención de explicar él
fracaso de este primer contacto con Sudaméríca, u.".o"
"l un re_
económico y jurídico de Spiecker, doctor Dungs, hizo
sumen de los resultados del viaje: posición germanófila era notoria, como también de evitar
pronunciádas manifestaciones políticas entre los alemanes
"En general, se puede decir que Buenos Aires alber- en eI Río de Ia Plata.
ga ala colonia alemana más difícil de toda Sudamé- La llegada del primer representante de Ia República Fe-
rica. (...) El elemento que está de acuerdo con nues- deral Alému.ru la Argentina fue un gran día para los
tra actual concepción democrática en Alemania es re- ".
alemanes y descendientes de alemanes' Con eI estableci-
lativamente débil, y en parte también impotente. El miento de relaciones diplomáticas terminó de iure la glue-
377
 rra en el Río de la Plata y un suspiro de alivio recorrió la del, eI jefe de la misión alemana federal los ignoró dentro
de Ío pásible, pero para enojo de muchos, evitó un
procedi-
colectividad alemana. Si ya a mediados de 1951 Ie habían
dado una bienvenida entusiasta al primer barco de bande- miento administrativo directo contra esas agrupaciones,
ra alemana rye llegó aI puerto de Buenos Aires, eI Santa
Ursula de Ia compañía naviera Hamburgisch-Südamerika-
nische Dampfschiffahrtsgeselleschaft, la bienvenida de
Terdenge fue un desborde de entusiasmo y se festejó como
el comienzo de una nueva fase de las relaciones argentino-
alemanas. En ocasión de la récepción oficial, uná ola de
simpatía sorprendió al embajador a las puertas de la Casa
Rosada, el palacio de gobierno en Buenos Aires.11
Ese anticipo de confiarLzano cayó en saco roto. Terden-
ge orientó su función a la comprensión de todas las partes,
hizo propaganda para la República Federal de manera ci-
vilizada y pronto anudó con Perón, a quien le presentó sus
cartas credenciales eI 8 de enero de L952, una relación
amistosa que algunos observadores juzgaron demasiado
estrecha y que fue correspondida con gran cordialidad por misma".17
el Presidente.l2 Perón estuvo presente en la ceremonia de
restitución del edificio de la Embajada que se realizó el 4
de abril de 1952 y, en una demostración de solidaridad con
Alemania, izó personalmente la bandera negro, rojo y
oro.13 Su discurso para esa ceremonia fue un canto de ala-
banza de A]emania. El Presidente del Estado encomió el
aporte alemán a la cultura y alaciencia y habló con el ma-
yor respeto de "los viejos camaradas de la Wehrmacht ale-
mana, a quienes les debemos en extraordinaria medida
nuestra formación y educación militar".la
Mientras las principales funciones de la Embajada se
concentraban en eI ámbito económico y se hacía cargo de
una gran parte de las actividades en el campo de la resti-
tución de las propiedades confiscadas, el principio funda-
mental en Ia actitud de la representación frente a la comu-
nidad alemana era la descompresión. Terdenge estableció
contactos con las principales cabezas de sus asociaciones,
de su economía y sus medios de información y en el terre-
no político intentó ofrecer la menor superficie de ataque
posible. En cambio a los círculos radicalizados que existían
en torno a Der Weg,la editorial Dürer o a Hans-Ulrich Ru-
379
378
lo, tampoco provocaba ninguno. El ejemplo del despegue
económico de Ia República Federal influyó en los alemanes
en eI Río de Ia Plata sin ningún adoctrinamiento de parte
del embajador. Ese éxito actuó como un imán y deshizo vie-
jas ataduras. De manera que Terdenge no estaba equivoca-
do cuando constató que disminuían las tendencias favora-
bles al ideario nacionalsocialista. De todos modos no fue su
exclusivo mérito, sino una evolución que él no obstaculizó.
Terdenge tuvo, en cambio, una participación preponde-
rante en eI establecimiento de la excelente relación con eI
gobierno de Perón, que constituía el requisito para la resti-
tución de las propiedades enemigas y con eIIo traería Ia re-
construcción de la vida comunitaria alemana, sobre todo de
las escuelas. En la mayoría de los países del subcontinen-
te, eI Estado y muchas veces las camarillas influyentes se
habían enriquecido con las propiedades alemanas confisca-
das. Después de las peticiones desde la colectividad alema-
na y de parte de la Embajada, eI gobierno de Perón se mos-
tró dispuesto a llevar a cabo una restitución limitada y du-
rante una visita a la Argentina del ministro de Economía
de Alemania Federal, Ludwig Erhard, el Presidente dio ofi-
cialmente su aprobación.za Por consejo de Perón y a los
efectos de la preparación y coordinación de las voluminosas
medidas administrativas, el22 de rr,arlzo de 1955 las aso-
ciaciones alemanas del país fundaron una organizacíórt
central como representante de los intereses, Ia Federación
de Asociaciones Argentino-Germanas, FAAG, con la que se
debían conducir las negociaciones para Ia restitución. Su
primer presidente fue el amigo íntimo del jefe de Estado,
Ludwig Freude,25 que eI 27 de abril de 1955 proclamó Ia
fundación oficial de la reac en eI aristocrático Tbatro Colón,
con un estilo grandilocuente que recordaba viejos tiempos,
en eI marco de una manifestación de la comunidad alema-
na en honor de Perón. Todas las emisoras radiales de Ia Ca-
pital transmitieron eI acto multitudinario al que habían
concurrido 5.000 personas: escuelas, asociaciones, agrupa-
ciones. En su discurso, el presidente Perón puso de mani-
fiesto su adhesión a Alemania y a los alemanes en el país:

381
 Nores

1 Rudel, Deutschland-Argentinien, pág' 153.

2 Comunicación interna del consejero de Estado doctor Haas so-
bre un comentario de Cheysson, en: Bóker a Blankenhorn, Bonn, 28
de junio de 1950 (m eA, uI b, 752-06-E "Spiecker-Reise nach Süda-
merika").
3 Hesslein, Politische Briefe, Santiago de Chile, febrero/marzo
1952, no 97198,pág.7 y siguientes.
aSpiecker al doctor Theo K¡oll (personal), Buenos Aires, 8 de sep-
tiembre de 1950, en: PAAA, trtb,752-06-E "Spiecker-Reise nach Sü-
damerika".
5 von Merck, "Billanz [sic] vom Standpunt des Südamerika-
Deutschtum", en: Vertraulicher Bericht (informe confidencial), Vel-
hagen a Kordt, Bonn, 18 de octubre de 1950 (rA la, uI b, 752-06-E
"spiecker-Reise nach Südamerika").
6
"Zerschlagenes Porzellan" (Porcelana hecha añicos), un examen
crítico de la comunidad alemana, sin indicación del autor. Spiecker
se había comportado como un jefe de distrito, según Zecher (colabo-
rador de dpa en Chile) al MdB doctor Tiischler, Santiago, 29 de di-
ciembre de 1950, y de éste a la Cancilleúa Federal/Departamento
para Asuntos Exteriores, 19 de enero de 1951. Similares cartas crí-
ticas llegaron de Santa Catarina, Brasil (peee,:r,tb,752-06-E "Spiec-
ker-Reise nach Südamerika"); un balance de tendencia positiva de la
visita de Spiecker se encuentra en cambio en: Lütge, Deutsche in Ar'
gentinien, pág.307.
7
Consejero gubernamental doctor Crome al Gobierno Federal, 25
de enero de 1951, en: PAAA, Iu b,752-06-E "Spiecker-Reise nach Sü-
damerika".
8 De un informe de Spiecker sobre Paraguay de septiembre de
1950 (Abt. I a Abt. trt,27 de octubre de 1950, en: PA AA' m b, 752-06-
382
383
E "Spiecker-Reise nach Südamerika"): "De ello (de la mezcla de es-
pañoles e indios) ha nacido una nueva razade la que, como es de su-
poner, los afectados están orgullosos".
e Doctor Dungs, "Umfang, Zusammensetzung und Probleme der
Deutschen Kololiie in Buenos Aires" (Alcance, composición y proble-
mas de la colonia alemana en Buenos Aires), Abt. I a Abt. rI b, Bonn,
30 de octubre de 1950, pA AA, III b, 7 52-06-E "Spiecker-Reise nach Sü-
damerika".
10
von Pochhammer al aa, privado, Buenos Aires, 28 de julio de
1951, en: pa ee, Abt. 3, Bd. 74, N" 328. Similar advertencia en alu-
sión a Spiecker: "Das Auslandsdeutschtum und Bonn", Freie Presse,
24 de junio de 1951: "El gobierno federal no debería hacerse repre-
sentar en el mundo exterior por políticos o ideólogos de cuño políti-
co-partidario, ya que ellos producirán un efecto tan provocativo so-
bre los inmigrantes de posguerra o nuevos inmigrantes como en
otros tiempos los emisarios de la A.O. (Organización para el extran-
jero) sobre la emigración de 1933, y sólo fortalecerán a la oposición".
11
von Oven, 26 de septiembre de 1990.
Al principio de manera aislada, más adelante masiva, los pe-
12
riodistas de publicaciones alemanas en Buenos Aires criticaron la
"identificación" de Terdenge'con el gobierno peronista (dpa-spezial,
14 de noviembre de 1955). Rudel (Deutschland-Argentinien, pág.73)
expresa la opinión de que Perón habría mantenido trato con la Re-
pública Federal sólo por razones de conveniencia, pero a la Alemania
nazi, ert cambio, la habría admirado.
13
Terdenge al ¿4, 28 de diciembre de 1953, "Betr.: Deutsche Ko-
lonie in Argentinien", pág. 5"en: PA AA, Abt. 3,Bd.74, N" 328.
ta Der Weg, vr (1952), 5, pág.298.
15 En lugar
de un retiro del pasaporte, Terdenge recomendó "la
táctica de probada eficacia seguida hasta ahora por la Embajada, de
silenciar políticamente aJ coronel retirado Rudel" (Terdenge al ¿,.t., 28
de mayo de 1953, en: pA AA, rrr b, 272-02, Bd. 4). Según w dpa-spe-
zial del 1o de octubre de 1956 (pá9.22), Terdenge no habrÍa acatado
una instrucción del gobierno federal de elevar una protesta contra
Der Weg ante los organismos oficiales.
16 Por ejemplo, Hafter, "Neo-Nationalsozialismus in Argenti-
nien?", en: Neue Züricher Zeitung,4 de octubre de 7952; "Buenos Ai-
res 'Hauptstadt der Bewegung"', en: Schleswig-Holsteiruische Volhs-
zeitung, Kiel, 3 de diciembre 1951.
17
Terdenge al aa, "Betr.: Deutsche Kolonie in Argentinien", pág.
5, en: eA AA, Abt. 3,Bd.74, N'328.
18 EI entonces jefe
de redacción de la revista, Wilfred von Oven,
considera acertada esta apreciación (26 de octubre de 1989).
384
1e Maler, 17 de enero de 1990.
20 von Oven (26 de octubre de 1989) sobre Tbrde¡rgrr: "l{l tttqltlr
embajador que la República Federal de Alemania haya enviado Jtt'
más a la Argentina" (carta del 12 de noviembre de 1989)'
21 Terdenge al aa, 11 de agosto de 1954, en: PA AA, Abt' 3, Bd' 73'
22 "Bonn es el intento de cimentar un modus vivendi a través de
la colaboración con el enemigo, cuyo marco debería permitir confial
en ganar libertad, dignidad y gtandeza- Nosotros no somos anti-
Bonn, ni por principio ni por obstinación; desde el punto de vista ra-
cional, feconocemos la necesidad de una solución provisional seme-
jante"; sin embargo: "no amamos a nuestro Estado, no guardamos
ninguna relación con é1" (Fritsch, "Bonn oder Landsberg", en: Der
Weg,v (1951), 516, pág.392.
23 Terdenge al e-a',7 de octubre de 1954, en: PA AA, Abt' 3, Bd' 73'
foto de ese acto err La Plata Ruf, (Enero, 1975), pág' 15'
Una
2a Presencia alemana,
Pá9. 124.
25 Terdenge al a,q, 14 de abril de 1955, incluye lista del directorio
de la raac (Freude a Terdenge, 31 de marzo de 1955), en: PA AA, Abt'
3,8d.74, N" 328.
26 Citado de: "Weltgeschehen", err Der Weg, x (1955), 5, pág' 352'
Incluye una fotografía de Perón que saluda con un afectuoso "abtazo
argentino" a Ludwig Freude. Las informaciones que indican que
Freude habría sido envenado en 1952 pofque quelía enriquecerse
con el tesoro de las ss, son falsas (Farago, Scheintot, pág' 198 y si-
guiente; otra fecha de su muerte: ibíd., pág. 180)'
27 Pohl, Deutsche Banh Buenos Aires, pág. 86 y siguientes'
28 dpa-spezial,2l de noviembre de 1955'
2s Hastedt, Direktinuestitionen, pág. 116.
30 Declaración conjunta de los corresponsales alemanes en Bue-
nos Aires, en: d'pa-spezial,14 de noviembre de 1955' Según el rumor
público, el mismo Perón habría expresado frente a Terdenge la idea
áel asilo en la representación de Alemania Federal (Veuhoff, 15 de
enero de 1991).
31 Terdenge se defendió contra los informes de la prensa (carta al
director de Frankfurter Allgemeine Zeitung,2g de octubre de 1955),
la que a su vez desencadenó las contrarreacciones, como por ejemplo
en la declaración conjunta de los corresponsales alemanes, enl- dpa'
spezial, 14 de noviembre de 1955; también: "Zwischen sámtlichen
Stühlen", err'. Buxtehuder Tageblatt,lS116 de noviembre de 1955'
385
 RpplnxróN Fmer,

La emigración alemana después de la Segunda Guerra

Mundial obedeció a los motivos clásicos de toda emigra-
ción. sus causas eran las condiciones de vida insoportables
en la tierra natal, la sobrepresión demográfrca, así como
también las mejores perspectivas potenciales de vida en el
país de destino. El desencadenante fue una transformación
política que había conducido a un rápido empeoramiento
áe las .orrdi.io.t". de vida, sin que existiera una perspecti-
va de mejoramiento a mediano plazo. Lo que diferenciaba
a la emigración del período entre 1945 y L949 de las olea-
das emigratorias anteriores era su ilegalidad, dado que Ias
potencias vencedoras habían impuesto sobre Alemania
una prohibición general de emigración. Sólo en casos de ex-
."p"iór, se autorizaba la salida, después de una revisión del
pasado político y de un procedimiento burocrático lleno de
ób.tá.rrio.. Sin embargo, Ia restricción y sus sanciones tu-
vieron efecto sólo en escala limitada sobre aquellos que ya
no tenían nada que perder y surgió una gran cantidadde
posibilidades de de la esfera de influencia de los
Aliados.
"..apa,
Muy pronto se cristalizó la imagen de la Argentina co-
-o pui. de destino casi sobreentendido. La posición neu-
tral y hasta germanófila del país durante la guerra, Ia a9-
titud caballeresca para con los internados alemanes, Ia
fuerte comunidad alemana y no en último término la con-
ducción autoritaria del gobierno del general Perón, con su
frente ideológico tanto contra el comunismo como contra el
387
 capitalismo, configuraron los motivos para el fuerte movi-
miento migratorio hacia el Río de la plata.
Aparte de eso, Buenos Aires practicaba una enérgica
política de irlmigración, que constituía un elemento fun'cio-
nal en su esfuerzo por fortalecer la posición argentina en
América del Sur. Tanto a nivel de la inmigración en masa
como también en el campo de la inmigración calificada, el
gobierno argentino creó instituciones apropiadas que de-
bían ocuparse de errcartzar la corriente migratoria a-través
del Atlántico. Los aspirantes a emigrar tenían su primer
puerto de escala en los consulados argentinos en Europa, a
los que Perón había dado las instrucciones corresporái"rr_
tes. Sobre todo a los alemanes que aspiraban u u ayuda a la fuga, en realidad fue Ia suma de diferentes lí-
la Argentina se les allanaba el camino al Río de Ia"-igru,
práta de
múltiples maneras. Los germano-argentinos por los que se
interesaban sus compatriotas en ultramar, récibíu, upoyo
de las autoridades nacionales. Todos aquellos qr"
ban de los tribunales qliados de criminales de gu"rru "rüpr_y
acudían en busca de ayuda a ros consulados de la repúbli-
ca del Plata, recibían asilo político en la Argentina.
La mayoría de las rutas de escape y emigración que te_
nían por destino los puertos de ultramar resultaron d" l.
improvisación y fueron recorridas de manera individual.
El trampolín más imporfante hacia Sudamérica fue Italia.
Independientes unos de otros y sin coordinación entre
ellos, ya en 1945 se pusieron en camino al sur los primeros
aspirantes a emigrar. La situación en muchos sentidos caó-
tica de la Alemania¡de posguerra sobrepoblada de fugiti_
vos, los ayudó a ellos y a los que les siguieron a atravásar
la red de control de los A]iados. La camáradería nacida du-
rante la guerra determinó que casi siempre se les propor_
cionara alojamiento o escondite. El contrábando errlas re-
giones fronterizas pasaba por un período de gran prosperi_
4.d y, en una época de privaciones y miseria, las áutoriaa_
des locales se mostraban accesibles ante los donativos de
dinero y especies, de manera que la emigración ilegal se
abría sus propios caminos.
Con la amplia asistencia de la Iglesia Católica, pronto
entró a rodar para Italia, y en menor medida para España,
388
un sistema que funcionaba de esta manera: la Iglesia po-
nía a disposición los contactos que había coordinado, Ia
Cruz Roja proveía la documentación, y el consulado argen-
tino, después de consultar con las autoridades migratorias
en Buenos Aires, otorgaba la visa. A las personas en las
que la Argentina tenía preferente interés téc-
nicos, ingenieros- les resultaba aún más-cientÍficos,
fáciI. El Estado
argentino las reclutaba directamente y financiaba el tras-
lado: el consulado respectivo (con centro de gravedad en
Roma y Copenhague) les daba pasaportes argentinos y las
hacía viajar por vía aérea a Buenos Aires. Lo que muchas
veces fue considerada como una vasta organización nazi de
neas de ayuda que partían desde Ia Argentina.
En total, la afluencia de individuos de origen alemán
del Reich, grupos étnicos alemanes del este de
-alemanes
Europa, austríacos, germano-argentinos repatriados-, aI-
canzó la cifra de treinta a cuarenta mil personas en la era
Perón. Se calcula que dos tercios de ese total provenían de
territorios ocupados por el Ejército Rojo. Con esto, Ios in-
migrantes llegaron a constituir un 10 a L5 Vo de Ia comuni-
dad alemana en el Río de Ia Plata. El uno al dos por ciento
de ese círculo de personas había llegado por motivos políti-
cos elementales; gira alrededor de unas 50 personas eI nú-
mero de los que no podían contar con la clemencia ni de los
tribunales aliados ni más adelante de los de Alemania Fe-
deral y que tenían que ocultarse de por vida.
En comparación con anteriores oleadas inmigratorias,
Ios nuevos inmigrantes eran mucho más calificados y pu-
dieron integrarse a la vida económica del país, en muchos
casos con bastante rapidez. Los representantes de la comu-
nidad alemana en el Río de la Plata, que habían participa-
do con su aporte financiero y organizativo en Ia construc-
ción de una red de fuga y emigración desde Europa a la Ar-
gentina, también prestaron ayuda para la integración. Los
científicos alemanes ampliaron la oferta académica de las
universidades argentinas y a través de esa afluencia desde
Europa, eI país del Plata logró conectarse en muchas disci-
plinas al standard del mundo moderno en las ciencias. En
389
el término de tres años, el equipo de técnicos del profesor
Tank construyó eI primer avión de caza de reacción apto
para el combate de un país sudamericano. Desde eI punto
de vista tecnológico, la Argentina se presentaba como una
nación con futuro, y la política de transformación de Perón
podía exhibir éxitos impresionantes ante eI mundo indus-
trializado.
Donde más se hizo sentir Ia influencia de la inmigración
alemana de posguerra sobre Iá Argentina, además de en el
terreno científico y técnico-militaq fue en el campo econó-
mico. Los inmigrantes, en su mayoía jóvenes, habían IIe-
gado aI país sin ilusiones y estaban dispuestos a trabajar
duro. Los que poseían una formación profesional encontra-
ban muy rápido un puesto de trabajo. Las empresas de la
comunidad alemana en Ia Argentina y más adelante las de
Alemania Federal, tomaban de buen grado a esa mano de
obra. Después de algunos años de trabajo, muchos de ellos
se habían creado una buena posición.
La asistencia recípróca que se prestaban ayudó a mu-
chos recién llegados a superar más de un obstáculo en el
país anfitrión. De esas comunidades de camaradería se
áesprendieron con el tiempo agrupaciones sociales, que los
observadores calificaron a menudo de círculos políticos ex-
clusivos. Sin embargo, el compromiso político de los inmi-
grantes de posguerra eia insignificante: desde el punto de
,irtu orgu.rizador, nunca se supo articular de manera efec-
tiva.
El terreno preferddo de una discrepancia política dentro
de la comunidad alemana era la prensa. EI Argentinisches
Tageblatt, que desde siempre había abogado por el ideal de
una democracia liberal, disputaba una controversia diaria
con el Freie Presse, un diario fundado en la posguerra, con
una orientación política signada por los periodistas del Tbr-
cer Reich. Con una tirada de 30.000 ejemplares, el Freie
Presse fue eI diario de habla alemana más grande en ultra-
mar hasta los años 60. Sin embargo, Ia publicación de ma-
yor influencia en todo el mundo fue la revista mensual Der
Weg. De una página de lectura edificante de los germano-
argentinos a su fundación en L947, se convirtió en una re-
390
vista que, como foro de exposición y discusión, respec-
to a esto no existe ningún paralelo para el -y
período siguien-
te a la Segunda Guerra Mundial- se encargó de difundir
las diferentes y muchas veces divergentes ideas nacional-
socialistas, fascistas y conservadoras. Y así nació una pá-
gina de adoctrinamiento ideológico con una red de suscrip-
tores y corresponsales en todo el mundo y una tirada de
25.000 ejemplares, una cifra que se debe multiplicar por
un coeficiente de lectores para nada insignificante.
Con respecto a las muchas versiones espectaculares so-
bre la inmigración alemana de posguerra en la Argentina,
hay que atenerse al resultado de que no se puede compro-
bar un volumen notable del tesoro de las ss. Dado que tan-
to Der Weg como tiempo después también Freie Presse ter'
minaron en bancarrota, hacen más que dudosa su existen-
cia. Al fin y al cabo, estos órganos periodísticos habrían si-
do el primer domicilio para un nuevo comienzo ideológico
de nacionalsocialistas sumergidos en sus páginas. La exis-
tencia tantas veces supuesta y nunca comprobada de una
or ganización nacionalsocialista secreta, que habría centra-
Iizado y timoneado todos los movimientos de fuga y perse-
guido sin desmayo el objetivo de un Cuarto Reich en Ia Ar-
gentina, también debe remitirse al reino de las leyendas.
Además de la Argentina, que sacó provecho del torren-
te inmigratorio alemán en eI campo económico, científico y
tecnológico, también Ia economía alemana federal sacó sus
ventajas de Ia inmigración de posguerra en eI país del Pla-
ta. A través de estas personas logró nuevo acceso a los mer-
cados argentinos, de los que estuvo excluida por una bue-
na década. La tradicional colaboración germano-argentina
en el terreno científico y técnico, como también en numero-
sos ramos de Ia economía, pudo reanudarse casi sin proble-
mas en los años 50, ya que los inmigrantes alemanes de
posguerra habían preparado el terreno y desempeñaron
una función de puente hasta que Alemania
-Occidental-
estuvo otravez presente en la escala interrracional.
391
 INITCP DE ABREVIATURAS

AA Auswártiges Amt (Ministerio de Asuntos Exte-

riores Alemán)
AGA Archivo General de la Armada
AG MREC Archivo General, Ministerio de Relaciones Ex-
teriores y Culto
AO Auslandsorganisation der Nsolp (Organización
para el extranjero del Partido Nacionalsocia-
lista)
DCA Dirección de Io Contencioso Administrativo
DIV POL Divisón Política
DPS Displaced Persons (Personas desplazadas)
GOU Grupo de Oficiales Unidos
IRO International Refugees Organization (Organi-
zación Internacional para Refugiados)
MCT Migraciones, Colonización y Turismo
PA AA Politisches Archiv des Auswártigen Amtes (Ar-
chivo Político del Ministerio de Asuntos Exte-
riores)
RSIIA Reichssicherheitshauptamt (Oficina Central
de Seguridad del Reich)
UNRRA Uniteá Nations Relief and Rehabilitation Ad-
ministration (Administración de Ias Naciones
Unidas para Ayuda y Rehabilitación)
Z,S' Zentr ale Stelle der Landesjustizverwaltungen
(Oficina Central de las Administraciones Fede-
rales de Justicia)
tl Notas adicionales del autor, conjeturas

393
 ÍNnrcp DE FUENTES DE rNronueclóN

a) Fuentes Inéditas

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Politisches Archiu des Auswiirtigen Amtes, Bonn (pe ee) (A¡chivo

Político del Ministerio de Relaciones Exteriores, Bonn)

Abteilung 3: 205-00/5 Innenpolitische Angelegenheiten

Argentiniens, 2 Bdd., 1950-1954
zLO-0U5 Politische Beziehungen zu Argentinien,
1951-1953
2L0-O215 Deutsche diplomatische und
konsularische Vertretungen in

212-02 Faschismus, Neonazismus,

Neo-Faschismus, 5 Bdd., 1950-1955
2L2-06 tr Rasse- und Nationalitátenfragen,
Judenfrage und Antisemitismus,
Bdd. 1-3, L949-L954
2L5-06 Vólkerrecht. Prominente
Persónlichkeiten:
Bormann, Skorzeny u.a.
420-O0 Deutschtum und Volkstum (Allgem.)
420-0LE 2 Deutsche Gruppen in Südamerika,
1951-1953
420-O4 Deutsche Vereine und Gesellschaften
im Ausland, 1951-1953
720-06E Spiecker-Reise nach Südamerika,
1950
 Band 70-79 Politische Beziehungen zu Buenos Aires 1982 (Documento interno)
Argentinien, 1951-1955 Dirección de Migraciones
Band 87-93 Politische Beziehungen zu Brasilien, Informes estadísticos
t 1951-1955 Memoria 1945-Memoria 1957
Band 139-141 Politische Beziehungen zu Uruguay,
1951-1955 Dirección de Migraciones
Extranjeros por nacionalidad. Entradas, salidas y saldo
Referat 306: Band 5-13 Politische Beziehungen Período 1938-1947; PerÍodo 1948-1958
zu'Argentinien, 1951-1957
Botschaft Buenos Aires: (Ofici-
Band 5507-S508lnnenpolitische Zentr ale Stelle der Landesjustizverwaltungen, Ludwigsburg
Angelegenheiten na Central de las Administraciones Federales de Justicia)
Argentiniens, 1956-1957
Akten nach Personaldatei
Akte I 110 en 1086/69 (oonsse)
Archiuo General del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto,Bue- 401en 826164 (Stille Hilfe)
nos Aires (ec unpc)

Divisón PolÍtica Departamento de Países: Alemania, 2. Conversaciones (más Correspondencia)

Bélgica, Dinamarca, España, Ita-
Adler, Antonio Germano-argentino, asesor de
lia, Noruega, Portugal, Suecia,
empresas
Suiza, Vaticano, 1945 en adelante.
Alemann, Eduardo Germano-argentino, Periodista
Migraciones, Colonización del Ar ge rutini sche s Tage b I att
y T\rrismo (MCT) 1945-1955 Alemann, Peter Germano-argentino, Periodista
d.el Ar gentinische s Tag eb I att
Alemann, Roberto Germano-argentino, editor del Ar-
Archiuo General ¿, lo *)o¿o, Buenos Aires (¡,ce) gentinisches Tageblatt, ex minis-
tro de Economía de la Argentina
SM caja 38 of. 4 PB , Rendición del submarino alemán U-530 Appel, Francisco Inmigrante de la década del 30
SM caja 64 of. 4PB Rendición del submarino alemán U-977 Barbadori, Atilio Aníbal Vicedirector del Archivo de la Ar-
SM caja 64 of. 4 PB "B" Otros presuntos submarinos mada,
Bauer, Alfredo Escritor, historiador
Deutsche Marine-Offiziersmesse am Río de la Plata, Buenos Aires Culaciati, Miguel J. Abogado; hijo del ex ministro del
(Casino de Oficiales de Marina Alemanes en el RÍo de la Plata) Interior Culaciati
Czysch, Ekkehard Miembro del directorio de cnsP-
"Logbücher", 1919-1990
zta, Gé sell schaft für gemeinnützi-
ge Beziehungen mit Argentinien
Damerau, Ernst Germano-argentino, director de la
Direccióru de Migraciones, Archivo, Buenos Aires
Cultural
Denninger, Paul Cura de la Parroquia de San Boni-
Dirección de Migraciones
facio, Belgrano, Buenos Aires
Consideraciones generales sobre el proceso migratorio argentino

397
396
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Eisert, Erich
Erdmann, Alexander
Eyting, Hans-Gbrd
Finkelstein, Werner Max
v. Freeden, Bernd Guido
Froestl, Hubertus
Gentilini, Norbert
Harf, Hans
Herold, Lothar
Hüster, Lotte
Janko, Josef
Kienitz, Jochen
Kutschmann, Christl
Küpper, Marga
Liebe, Hans
Lienhardt, Sten
Lienhardt, Witta
Luna, Félix
Mahieu, Jacques de
Maler, Juan
Martinez, Tbmás Eloy
Marx, Josef
Menge, Dieter
Menger, Federico
Mertig, Federico ¡ Germano-argentino, empresario
Mertig, Peter
Oven, Wilfred von
Posse, Abel
Priebke, Erich
Rasenack, Friedrich Wilhelm
Reckziegel, Werner
Sander, Walter
Schallmoser, Eduard
Schmidt, Ulrico
398
Inmigrante de mo Schmidt-Liermann, Diethard Presidente del Martr.lalhl*
derheim
Cura en Villa General Belgrano
Germano-argentino, repatriado Schulz, Carlos Germano-argentino; ex edooltl d
Constructor de aviones
gobernador de la Provincie dt
Buenos Aires
Editor del Semanario Israelita
Sinovcic, Marko Periodista
Empresario
Schukar, Jürgen Periodista
Constructor de aviones
Supper, Ilse Periodista
Inmigrante de Austria
Veenis, Milena Socióloga
Rabino, Buenos Aires
Veuhoff, Lena Germano-argentina, ex emPleada
Pedagogo, periodista, trotamun-
de la Embajada Alemana en Bue-
dos
nos Aires
Viuda del dirigente de la indus-
Veuhoff, Karl Friedrich ex director de la Zentralstelle für
trias de g"uerra, Ha¡rs Kleiner
das Auslandsschulwesen
ex jefe de grupo de las etnias ale-
Vollmer, Dieter ex vicepresidente de la Editorial
manas en Yugoslavia
Dürer
Germano-argentino, empresario
Waehner, Hans Empresario, presidente del
ex directora de la Escuela Rudolf
Marineoffiziersmesse
Steiner, Flo¡ida (Buenos Aires)
Wasser, Karl Inmigrante de Austria
Inmigrante de la década del 20
Wiedenhófer, Adolf ex empresario
Inmigrante (Oberá)
Zeisset, Walter Empresario
Empresario
Zimmermann, Peter Germano-argentino, asesor de
Viuda de Ludwig Lienhardt
empresas, repatriado
Historiador
Antropólogo
ex redactor político d,e Der Weg
Escritor, historiador 3. Correspondencia
(siempre que no estén mencionados en el Punto 2)
Misionero, s'vto
Empresario
AreTlza, José María Diplomático español;
ex empresarro
ex embajador en Buenos Aires
para la
Presidente de cospzen Bund.esamt für dnn Verfassungsshutz (Orgatismo Federal
Periodista Protección de la Constitución)
Eck, Ferdinand Inmigrante, suabio del Danubio
Escritor
Galland, Adolf Teniente general (R.E.)
Presidente de la Junta Directiva
Gliech, Oliver C. Historiador
del Colegio Alemán de Bariloche
Haug, Heinz ex colono de Paso Flores
ex presidente del Kameradenk¡eis
Lóllmann, Erich ex con§tructor de aviones
Admiral Graf Spee
Montenegro, G.J. Oficial de marina
Presidente de Sudetendeutschen,
Plock, Carl-Hans ex constructor de aviones
Landsmannschaft, Buenos Aires
Silbermann, Ingrid ex secretaria del GruPo cernl
CientÍfico
Spitzy, Reinhard ex agente secreto Y comerciante
Empresario, ex piloto aviador
de armas
Germano-argentino; repatriado
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no de Desarrollo de A¡chivos 1. Archivos de Prensa
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(del español) Dirk Burns, págs. 146-155
Pañs, L947 Rieden, 1988
WHITE, Elisabeth Barrett
German influence in the Argentine army, 1900-1945
Ann Arbour, 1989

428
429
 2. La línea de los conuentos 113 política mundial 347

3. La línea de las ratas ........ 119 4. Modelos ideológicos 348

4. La lítéa argentina de transferencia ........ t22 5. Historia de Der Weg .-...-"" 352
d) El camino nórdico 131
e) El camino ibérico 144 TX. LA EMBAJADA ALEMANA Y LOS EMIGRAI\]'TES......'. 375
0 El camino suizo t54
t57 Reflexión Final 387

h) Las organizaciones de ay rda a la fuga ....... t64

fndice de Abreviaturas 393

V. LOS INMIGRANTES
a) Datos demográficos .............. 193 fndic 395

b) Militares ............... 198 a) 395

c) Expulsados ........... 202

33;
d) Emigración religiosa ............... 207 2. conversaciones ...............:':::::::'::"::::'::::::::':::
e) Los perseguidos de la democracia zLl

VI. LoS INMIGRANTES EN EL NUEVO MUNDO

a) La llegada 229
b) La colectividad alemana r los inmigrantes . 233
c) Asociaciones y actividad política de Ios
inmigrantes ............... 24L
Bibliografia .............. 405

VII. ACTIVIDADES DE LOS INI\iIIGR.ANTES EN LA ARGENTINA

a) Proyectos aeronáuticos .......... 263
b) El proyecto nuclear Huemul 273
c) Científicos alemanes en el Río de la Plata .. 289
d) EI Grupo cApRI ?................. 295
e) EI tesoro de las ss y la actividad económica
de los inmigrantes ............... 300
f) Iniciativas culturales y sociales ................... 308

VIII. m LUC}IA PoR IA oPINIÓN PÚBICA

a) La controversia cotidiana:
Freie Presse vs. Argentinisches Tageblatt .... 335
b) Der Weg Una revista de emigrantes
-
1. Nacionalsocialismo y Guerra Mundial
en retrospectiva ......... 341
2. La Alemania de posguerra ...................... 344
3. El judaísmo como fi¡erza motriz de la
433
432