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Sarah Barrow. Contemporary Peruvian Cinema.

History, Identity and Violence on


Screen. London / New York: I.B. Tauris & Co. Ltd, 2018. ISBN: 978 1 78453 821 7

El libro de Sarah Barrow se divide en cinco capítulos y trata de dar cuenta de la relación

entre el cine peruano, el Estado y Sendero Luminoso. Mediante una serie de análisis a

varias películas que se enfocan en las representaciones de la violencia durante el

Conflicto Armando Interno, en especial filmes producidos entre 1988 y 2004, el

objetivo principal de Barrow es “shaping, reflecting and contesting perceptions of

national identity” (1). La autora reflexiona a partir del concepto de identidad nacional y

se apoya en Susan Hayward, quien está en contra de la idea de “nations as enduring,

unchanging entities […] nation and national identity have been ‘forged and sustained by

certains networks of power [and that] nationalist discourse around culture work to forge

the link… between nation and state’” (7). Por otra parte, Barrow afirma que su interés

no fue hacer un catálogo de todas las películas peruanas que abordan la violencia

política y que incluso ella detecta que este tipo de temáticas se sigue produciendo en

filmes tan recientes como La hora final (2017) de Eduardo Mendoza. Habría que hacer

una puntualización, de todas las producciones que se analizan en este libro ninguna es

de carácter documental, ahí tenemos casos interesantes como Alias Alejandro (2005) de

Alejandro Cárdenas Amelio, Lucanamarca (2008) de Héctor Gálvez y Carlos Cárdenas,

o La Cantuta en la Boca del Diablo (2011) de Amanda Gonzales. Esta vertiente hubiera

aportado otras perspectivas al trabajo de Sarah Barrow, puesto que su libro más bien se

enfoca casi por completo en cine producido en Lima, aunque con algunos análisis de

cine regional en las figuras de Palito Ortega Matute, Flaviano Quispe y Mélinton

Eusebio (nótese la disparidad entre cineastas capitalinos y regionales).

El primer capítulo se titula “Cinema, State and National Identity”. Barrow trata

de mostrar una historia del cine peruano desde sus inicios, en esta etapa es crucial la
vinculación de este tipo de filmes con los proyectos políticos estatales de Augusto B.

Leguía o Sánchez Cerro e incluso con las pugnas del indigenismo y el centralismo,

aunque se menciona como un gran hito las películas Kukulí (1961) de Luis Figueroa,

Eulogio Nishiyama y César Villanueva, y Jarawi (1966) de Nishiyama y Villanueva,

ambas pertenecientes a la Escuela de Cine del Cusco. En 1972, y durante el gobierno

militar de Juan Velasco Alvarado, se decreta la Ley del Cine que busca promover las

imágenes nacionalistas frente al consumo de cine extranjero, en este período se produce

una gran cantidad de cortometrajes. En 1992, durante la dictadura fujimorista, la Ley del

Cine es suspendida y reemplazada por una nueva ley que fuerza a las productoras

nacionales a competir en desigualdad de condiciones con sus pares foráneos, es en estos

años que se empieza a construir cadenas con salas múltiples y hay un incipiente apoyo a

producciones locales a través de fondos concursables. A pesar de esto, pasada la

dictadura de Fujimori, emerge una promoción de nuevos cineastas entre los que destaca

Claudia Llosa, Josué Méndez, Palito Ortega Matute, Fabrizio Aguilar, quienes acceden

a becas, financiamiento en el extranjero y son premiados en importantes festivales de

cine.

El segundo capítulo es “Cinema, Transition and Turmoil” y es el más largo del

libro, se centra en el análisis de tres películas fundacionales respecto a la violencia

política como son La boca del lobo (1988) de Francisco Lombardi, Ni con dios ni con el

diablo (1990) de Nilo Pereira y Alias la gringa (1991) de Alberto Chicho Durant.

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