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La función judicial
Buteler: El rol principal que tiene a su cargo el Poder Judicial es el ejercicio de la función
jurisdiccional, esto es, la resolución de conflictos suscitados entre particulares en procesos
judiciales, mediante la aplicación de la ley.
Haro: Como sabemos en nuestra forma de Estado Federal, coexisten dos órdenes de gobierno,
el federal y los provinciales, la cual, coexisten también dos órdenes jurisdiccionales: el
nacional, ejercido en todo el territorio de la Nación, y el provincial, ejercido en el de cada
provincia. Por lo tanto, ejercen ambas funciones jurisdiccionales, el Poder Judicial de la Nación
con el Poder Judicial de cada provincia, con sus respectivas competencias, según lo establecido
por la C.N. y las constituciones provinciales que en su consecuencia se dicten (arts. 31 y 5º
C.N.).
Al Poder Judicial de la Nación, la C.N. ha dedicado la Sección Tercera del Título Primero de la
Segunda Parte, desde el art. 108 hasta el art. 119 inclusive.
La función institucional de la Justicia Federal o del Poder Judicial de la Nación, posee tres
fines básicos a perseguir:
La Justicia Federal ejerce la función jurisdiccional en todos aquellos casos en que esté en
juego directo un interés federal, que debe ser real, objetivo, legítimo, concreto y con
suficiente entidad.
Este interés federal debe encontrar su apoyatura ya sea porque tanto la materia en cuestión
(normas federales), como las personas intervinientes (v.gr. embajadores) o el territorio donde
se producen los hechos (nacional), tienen una relación decisiva con el orden jurídico o el
gobierno federales.
Esta supremacía del orden jurídico federal, principio básico del federalismo institucional, ha
sido receptado expresamente en el art. 31 de la C.N., cuando dispone: “Esta Constitución, las
leyes de la Nación, que en su consecuencia se dicten por el Congreso y los tratados con las
potencias extranjeras son la ley suprema de la Nación, y las autoridades de cada provincia
están obligadas a conformarse a ellas, no obstante cualquier disposición en contrario que
contengan las leyes o constituciones provinciales…”.
Esta norma se complementa, a partir de la reforma de 1994, con lo dispuesto por el art. 75
incs. 22 y 24, referidos a los tratados sobre derechos humanos (TT.DD.HH.) mencionados en el
inc. 22 Y los que en el futuro el Congreso apruebe sobre esta materia, con el voto de los 2/3 de
la totalidad de los miembros de cada Cámara, los que tendrán jerarquía constitucional, es decir
que, junto con la Constitución, se ubicarán en el nivel superior de la pirámide jurídica, formando
lo que podemos llamar con doctrina comparada, el "bloque de constitucionalidad".
La aplicación de las leyes que representan el interés de toda una nación -afirma Alberdi- no
podría encomendarse, sin graves peligros de injusticias y de parcialidad, a tribunales de
provincia, sin responsabilidad ante el gobierno nacional, que no los ha nombrado ni puede
remover, y sin responsabilidad ante la República, cuya soberanía judicial no ejercen. De aquí la
necesidad de una jurisdicción y competencia nacional (federal).
Loewenstein: sostenía que “la independencia de los jueces en el ejercicio de las funciones que
le hayan sido asignadas y su libertad frente a todo tipo de poder, constituye la piedra final en
el edificio de Estado democrático constitucional de derecho”.
El art. 110 de la carta Magna consagra expresamente dos garantías que protegen la
independencia judicial: la inamovilidad de los magistrados mientras dure su buena conducta y la
intangibilidad de sus remuneraciones.
Inamovilidad: este art. Dispone en su primera parte que los jueces de la Corte Suprema de
Justicia y Y de los tribunales inferiores de la Nación conservaran sus empleos mientras dure
su buena conducta. Esto significa que no pueden ser apartados de sus cargos, salvo que se
verifique alguna de las causales determinadas por la propia Constitución que permiten
removerlos.
Ante cualquiera de estas hipótesis, la C. habilita que se inicie el procedimiento de remoción del
magistrado. El tipo de proceso dependerá de su pertinencia a la Corte Suprema o a un tribunal
inferior de la Nación, correspondiendo el juicio político en el primer caso y el juicio de
enjuiciamiento para el segundo.
La inamovilidad es una garantía esencial para resguardar la independencia del accionar de los
magistrados, quienes no deben “temer” ser removidos de sus funciones. Tal como sostenía el
propio Montesquieu “no hay libertad si el poder de juzgar no está separado de los poderes
ejecutivo y legislativo”, para ello los jueces deben tener la tranquilidad de poder ejercer su
magistratura libre de cualquier tipo de presiones.
La independencia con que debe contar el Poder Judicial. Supone que los magistrados:
a. No deben recibir presión alguna por parte de los otros poderes del Estado ni desde la
sociedad civil (independencia externa)
b. No deben recibir injerencias por parte de otros tribunales de justicia (independencia
interna)
Intangibilidad de las remuneraciones de los magistrados: la última parte del art. 110 CN
dispone que los jueces de la Corte Suprema y tribunales inferiores de la Nación “recibirán por
sus servicios una compensación que determinara la ley, y que no podrá ser disminuida en manera
alguna, mientras permaneciesen en sus funciones”.
El art. 108 C.N. dispone: “El Poder Judicial de la Nación será ejercido por una Corte Suprema
de Justicia, y por los demás tribunales inferiores que el Congreso estableciere en el territorio
de la Nación”, y concordantemente, el art. 75 inc. 20 C.N. atribuye al Congreso la facultad de
“establecer tribunales inferiores a la Suprema Corte de Justicia”.
Según el art. 21 decreto ley 1285/58, con su actualización por la ley 26.183 del año 2006,
dispone: “La Corte Suprema de Justicia de la Nación estará compuesta por cinco (5) jueces.
Ante ella actuarán el Procurador General de la Nación y los procuradores fiscales ante la Corte
Suprema de Justicia de la Nación y los defensores oficiales ante la Corte Suprema de Justicia
de la Nación en los términos de la Ley N° 24.946 y demás legislación complementaria".
Antes existían 7 jueces, pero por el art. 3º de la citada ley se dispuso transitoriamente que se
reduciría a los cinco (5) en el furo a medida que se produjesen dos vacantes.
Según el art. 24 decr. Ley 1285/58 (texto actualizado) podemos presentar su competencia al
establecer que la C.S.J.N. conoce:
Creada por la ley 24.121 de 1992, la integran trece jueces en cuatro salas y el presidente, con
sus respectivos fiscales, con sede en la Capital Federal.
Creadas a partir de la ley 4055 y por otras posteriores, son tribunales de alzada respecto de
las sentencias dictadas por los juzgados federales de primera instancia, en los casos
establecidos por los códigos procesales nacionales en lo civil y comercial y en lo penal, y por
otras leyes especiales.
Tienen su sede tanto en la Capital Federal, como en las capitales o ciudades importantes de las
provincias (v.gr. Tucumán, Paraná, La Plata, Rosario, Mar del Plata, General Roca, etc.). La
Cámara Federal de Córdoba, decide las apelaciones de los juzgados federales de Córdoba, Río
Cuarto, Bell Ville, Villa María y La Rioja.
A fin de implementar la reforma procesal penal en la J.F. que implantó el proceso oral y público
para el juzgamiento y sentencia de las causas penales, fueron creados por las leyes 24.050 y
24.121 los T.O.C.F. con sede en la Capital Federal y en la ciudades del interior en donde existen
cámaras federales además de Santa Fe e integrados por tres (3) jueces, fiscal y defensor
oficial.
6. Juzgados federales
A partir de la ley 27 de 1862 y con sucesivas leyes posteriores, se fueron creando hasta
nuestros días, numerosos juzgados federales de primera instancia con sede en la Capital
Federal y en las capitales y ciudades importantes de las provincias (v.gr. Córdoba, Río Cuarto,
Bell Ville, Santa Fe, Rosario, etc.), que entienden en las causas del art. 116 C.N. y leyes
reglamentarias.
Competencia federal
1. La jurisdicción
Conceptualmente Jurisdicción: es aquella función del poder del Estado que ejercida por
órganos públicos especializados, actúa la voluntad de la ley mediante la dilucidación tanto de
las controversias jurídicas que le son sometidas, como en la represión de los delitos y la
ejecución de sus consiguientes resoluciones.
De allí la necesaria congruencia que existe entre jurisdicción y proceso, pues ambos conceptos
son correlativos e interdependientes, porque así como el ejercicio de la jurisdicción necesita
del proceso judicial que lo vehiculice a través de sus diversas etapas (demanda, contestación,
prueba, alegatos, sentencia), el proceso necesita de la función jurisdiccional ejercida por un
tribunal.
Clasificación
1. La jurisdicción federal y provincial
En nuestra organización federal del Estado, existen dos centros de ejercicio de dicho poder,
dos órdenes de gobierno, el federal y el provincial, es esencial a éstos la existencia de una
jurisdicción federal y otra provincial.
2. Competencia federal
4. Caracteres de la CF
a. La CF es constitucional
El art. 116 como norma cuadro fundamental, podrá ser reglamentada por la legislación del
Congreso, pero en modo alguno puede ser alterada sustancialmente o ampliada en la casuística
que dicha norma prescribe, por la vigencia de la supremacía constitucional (art. 31) y de la
subordinación de la voluntad del P.L. constituido, respecto del poder constituyente. La C.S. ha
declarado reiteradamente, que las leyes del Congreso, no pueden acordar a los tribunales
federales, una jurisdicción más extensa que la conferida por la C.N.
b. La CF es de orden público constitucional
Aplicando el concepto de orden público que rige en el orden jurídico, y al ser en nuestro
ordenamiento la C.N. la más suprema de las leyes, el orden público constitucional es supremo
sobre el orden público legal. De allí su imperatividad tanto para los poderes constituidos como
para los individuos, y su inderogabilidad, irrenunciabilidad e indisponibilidad, que impide que ni
las partes ni la ley, puedan conceder al P.J.N., mayores atribuciones que las que la C.N. le ha
otorgado.
c. La CF es contenciosa
El art. 116 C.N. señala la necesidad de que exista una causa o asunto, vocablos que la
jurisprudencia y doctrina constitucional y procesal ha entendido como sinónimos de procesos,
litigio, pleito o contienda.
Al reglamentar el tema, el art. 2º de la ley 27 prescribe que la J.F. nunca procede de oficio y
sólo ejerce jurisdicción en los casos contenciosos en que es requerida a instancia de parte, lo
cual se ha entendido como la necesidad de la existencia de una contienda o conflicto jurídico
entre encontradas pretensiones que las partes invocan como legítimas ante un tribunal.
d. La CF es limitada y de excepción
La C.F. es limitada y de excepción, porque limitados y definidos son los poderes que las
provincias delegaron en el gobierno federal (art. 121), entre los cuales se encuentran
lógicamente, las atribuciones jurisdiccionales que delegaron al P.J.N. (arts. 116 y 117). La C.F.
sólo está referida a la casuística enumerada concretamente en dichos artículos, y su
interpretación y aplicación será siempre de carácter restrictivo.
e. La CF es privativa y excluyente
Para salvaguardar la supremacía del orden jurídico federal, la C.F. ratione materiae, no puede
en ningún caso ser prorrogada hacia los tribunales locales, y tratándose Y de materias
delegadas por las provincias al gobierno federal, deben ser juzgadas de modo privativo y
excluyente por los tribunales federales (arts. 116 C.N. y 1º, 2º y 3° de la ley 48). En cambio, la
C.F. ratione personae, sí es prorrogable hacia los tribunales locales por las personas en cuyo
beneficio y garantía se ha establecido, siendo en tal caso la jurisdicción concurrente entre los
tribunales federales y locales.
f. La CF es inalterable
Que la C.F. es inalterable significa que, asumida correctamente la tramitación de una causa por
un tribunal federal, las modificaciones sobrevinientes sobre los elementos de la relación
jurídica con posterioridad de trabarse la litis, no pueden alterarla, es decir, cambiarla hacia
los tribunales provinciales (v.gr. un extranjero que demanda ante los tribunales federales a un
argentino y más tarde se nacionaliza).
Si la justicia federal es competente allí donde exista un interés federal respecto del
patrimonio nacional o su responsabilidad, de modo directo, principal y concreto. Ser parte
significa: a) Que la Nación actúa formalmente en el juicio, ya sea como actora o como
demandada; b) En cualquiera de sus poderes Legislativo, Ejecutivo o Judicial; c) No sólo como
administración centralizada, por ej. Estado Nacional, sino también como descentralizada, es
decir cuando actúan los entes administrativos con personería jurídica propia.
3) Las causas judiciales deben ser civiles; (art. 2º, inc. 2, ley 48). Debe entenderse todas
aquellas regidas por el derecho común y en las que se discuten relaciones de derecho privado.
El derecho que tienen los ciudadanos extranjeros a demandar o ser demandados ante los
tribunales federales (arts, 116 y 2°, inc. 2 de la ley 48) en los pleitos con un vecino o una
provincia, constituye lo que se llama fuero de extranjería.
También procede la CF, cuando una de las partes del proceso es un Estado extranjero, dado
que en estos pleitos está en juego la custodia de las relaciones internacionales.
Dicha competencia surge del Art. 75 inc. 30 que dispone: corresponde al congreso de la Nación
“ejercer una legislación exclusiva en todo el territorio de la capital de la nación y dictar la
legislación necesaria para el cumplimiento de los fines específicos de los establecimientos de
utilidad nacional en el territorio de la república. Las autoridades provinciales y municipales
conservarán los poderes de policía e imposición sobre estos establecimientos, en tanto no
interfieran en el cumplimiento de aquellos fines”.
La competencia Originaria y exclusiva se dará: en las causas en que una provincia es parte o en
las relativas a los embajadores, ministros y cónsules extranjeros.
Originariamente: significa que en estos casos la C.S conoce de modo primario, es decir
como única instancia y ante ella deben presentarse las demandas.
Exclusivamente: que solamente, exclusivamente puede conocer originariamente en los
casos previstos por el art. 117
Provincia contra provincia, o contra vecino de otro; con ciudadano extranjero Y con estado
extranjero. La C.S, ha entendido también los casos de provincia contra la nación.
Funcionarios de alto Rango en el ámbito diplomático, por ser ellos los que les representan,
“haciéndolo presente” ante el estado en que se encuentran acreditados. De allí que para ser
sometidos a la jurisdicción de los tribunales del país ante el que actúen, debe mediar expresa
conformidad de su respectivo estado.
Casuística:
Corresponde a la CSJN, las causas en qué son partes los embajadores y los ministros públicos,
los miembros de su familia y demás personal con carácter diplomático.
Igualmente las causas en las que son parte las cónsules por asuntos referidos a su
investigación pública.
Corresponden a los juzgados federales, las causas originadas en los negocios particulares de
los cónsules.
Las causas que versan sobre privilegios y exenciones de los cónsules extranjeros en su
carácter público que comprometen su responsabilidad, así como las que en la misma forma
afectan a las personas de su familia.
EL CONSEJO DE LA MAGIATRATURA
Atribuciones
1. Seleccionar mediante concursos públicos los postulantes a la magistratura inferiores
2. Emitir propuestas en ternas vinculantes, para el nombramiento de los magistrados de
los tribunales inferiores.
3. Administrar los recursos y ejecutar el presupuesto que la ley asigna a la administración
de justicia.
4. Ejercer facultades disciplinarias sobre los magistrados.
5. Decidir la apertura del procedimiento de remoción de magistrados, en su caso ordena
la suspensión y formular la acusación correspondiente.
6. Dicta los reglamentos relacionados con la organización judicial y todos aquellos que
sean necesarios para asegurar la independencia de los jueces y la eficaz prestación de
los servicios de justicia.
Análisis del art. 114 CN. Y de la Ley 24937
a. Funciones
Tendrá a su cargo la selección de los magistrados y la administración del poder judicial (art.
114).
b. Integración
El período de sus miembros se ha fijado por L.L., en cuatro años con posibilidad de con
intervalo de un período (art. 3º).
Por disposición del art. 2º, actualmente integran el C.M. trece miembros, a saber: a) Tres
jueces del P.J.N.; b) Seis legisladores (3 senadores y 3 diputados); c) Dos representantes de
los abogados; d) Un representante del P.E.; e) Un representante del ámbito académico y
científico (profesor regular de una universidad nacional).
c. Las atribuciones:
1) Selección magistrados:
2) Propuestas de magistrados:
El art. 114 otorga al C.M. la facultad de emitir una terna vinculante, a fin de que el presidente
escoja el candidato a presentar ante el Senado.
El anteproyecto de presupuesto anual del P.J., el C.M. lo elevará para su consideración por la
C.S.J.N (art. 7º inc. 3) y la superintendencia general sobre los distintos órganos judiciales,
continuarán siendo ejercidas por la C.S.J.N. y las cámaras nacionales de apelaciones.
4) Potestad disciplinaria:
La ley (L.L.) ha dispuesto que las sanciones disciplinarias que aplique el C.M. a los magistrados,
serán apelables ante la C.S.J.N. (art. 14) y que la C.S.J.N. y los tribunales inferiores mantienen
la potestad disciplinaria sobre los funcionarios y empleados del P.J.N., (art. 7º inc. 12).
5) Remoción de magistrados:
6) Potestad reglamentaria:
L.L. ha confirmado el amplio ámbito del ejercicio de esta potestad reglamentaria que establece
el texto y el sentido del art. 114, inc. 6 C.N. (art. 7º inc. 2 L.L.).
a) Para ser designado juez de la C.S.J.N., se requiere ser abogado de la Nación, con ocho
años de ejercicio, y tener las calidades requeridas para ser senador” (treinta años de
edad y seis de ejercicio de la ciudadanía) (art. 111 C.N.).
b) Para ser juez de la Cámara Nacional de Casación Penal, de las cámaras Federales y de
los Tribunales Orales, el art. 5º del decr. Ley 1285/58 (con sus modificaciones), se
requiere ser ciudadano argentino, abogado con título que tenga validez nacional, con
seis años de ejercicio de la profesión o función judicial que requiera dicho título y
treinta años de edad.
c) En cambio, para ser Juez Federal de Primera Instancia, el art. 6º dispone iguales
requisitos, exigiendo sólo cuatro años de ejercicio de la abogacía y veinticinco años de
edad.
1. Los magistrados de la C.S.J.N., los sigue nombrando el presidente con acuerdo del
Senado, pero ahora se exige en el Senado una mayoría calificada de los dos tercios de
los miembros presentes y el tratamiento debe serlo en sesión pública (art. 99 inc. 4
C.N.), favoreciendo un mayor control político y social de las designaciones.
2. Los jueces de los tribunales federales inferiores, los nombra el presidente en base a
una propuesta vinculante en terna del Consejo de la magistratura (art. 114 inc. 2 C.N.)
con acuerdo del Senado, en sesión pública, en la que se tendrá en cuenta la idoneidad
de los candidatos (art. 99 inc. 4 C.N.).
3. En el tercer párrafo del art. 99 inc. 4, se dispone que un nuevo nombramiento,
precedido de igual acuerdo, será necesario para mantener en el cargo a cualquiera de
esos magistrados, una vez que cumplan la edad de setenta y cinco años. Todos los
nombramientos de magistrados cuya 3dad sea la indicada o mayor se harán por cinco
años, y podrán ser repetidos indefinidamente, por el mismo trámite.
Para ello, los constituyentes establecieron tanto la inamovilidad de los jueces en sus cargos y la
irreductibilidad de los sueldos cuando en el art. 110 dispusieron: “Los jueces de la Corte
Suprema y de los tribunales inferiores de la Nación, conservarán sus empleos mientras dure su
buena conducta, y recibirán por sus servicios una compensación que determinará la ley, y que no
podrá ser disminuida en manera alguna, mientras permaneciesen en sus funciones”.
Mientras dure su buena conducta, un juez debe tener la más firme seguridad de que,
cualquiera sea el sentido de sus fallos, nunca debe temer que sea separado de sus funciones
por la mera y antojadiza voluntad de los gobernantes de turno. En consecuencia, él tiene
derecho a permanecer en su cargo hasta que por su propia voluntad renuncie o se jubile, y sólo
podrá ser removido de sus funciones en los casos y bajo los procedimientos establecidos en la
C.N.
Recordemos que el art. 114 inc. 5 C.N. le concede al C.M. la facultad de “Decidir la apertura del
procedimiento de remoción de magistrados, en su caso ordenar la suspensión y formular la
acusación correspondiente” ante el Jurado de Enjuiciamiento (en adelante J.E.). A su vez, L.L.
en el art. 7º inc. 7 dispone que con la mayoría de los 2/3 de los miembros presentes, el plenario
del C.M., decidirá la apertura del procedimiento de remoción, previo dictamen de la Comisión
de Disciplina y Acusación, y formulará la acusación ante el J.E., y ordenará en su caso, la
suspensión del magistrado. Así las cosas, veamos ahora la normativa del J.E.
Según lo prescribe el art. 115 C.N., reglamentado por la ley 24.937 y sus modificaciones que
hemos citado supra, los magistrados inferiores, serán destituidos con el siguiente
procedimiento:
a. Causales:
Son las expresadas en el art. 53 C.N., “mal desempeño, delitos en el ejercicio de sus funciones
o por crímenes comunes”. El art. 25 L.L. ha reglamentado la causal de “mal desempeño”,
especificando en diversas conductas y circunstancias que la configuran.
El J.E. será integrado por legisladores, magistrados y abogados de la matrícula federal (art.
115 C.N.). Según L.L. en art. 22, dispone en la actualidad que el Jurado se integra con siete
miembros, que se renovarán cada cuatro años (art. 23 L.L.):
Todos los miembros serán elegidos por sorteo semestral público a realizarse en los meses de
diciembre y julio de cada año, entre las listas de representantes de cada estamento. Durarán
en sus cargos mientras se encuentren en trámite los juzgamientos de los magistrados que les
hayan sido encomendados y sólo con relación a éstos. El desempeño de las funciones será
considerado una carga pública. Ninguna persona podrá integrar el jurado de Enjuiciamiento de
los magistrados en más de una oportunidad.
c. Procedimiento:
Ha sido regulado por L.L. en los arts. 26 y 27 en los que se han asegurado por principios del
debido proceso y de la defensa en juicio.
d. Efectos:
El fallo del Jurado no tendrá otro efecto que destituir al acusado. Pero la parte condenada
quedará no obstante sujeta a acusación, juicio y castigo conforme a las leyes ante los
tribunales ordinarios (art. 115 C.N.).
Esta irrecurribilidad no debe tomarse con carácter absoluto, pues excepcionalmente, sólo
podría ceder cuando en el procedimiento o en la sentencia, se hubiesen violado en forma
grosera y manifiesta, presupuestos insoslayables al debido proceso y a la defensa en juicio, lo
que sin duda alguna haría procedente la revisibilidad por la C.S., como tribunal de garantías
constitucionales.
Nos parece muy acertada la disposición del 4º párrafo del art. 115, al decir que “corresponderá
archivar las actuaciones y, en su caso, reponer al juez suspendido, si transcurrieren ciento
ochenta días contados desde la decisión de abrir el procedimiento de remoción, sin que haya
sido dictado el fallo”, evitando así largos procesos que afectarían de por sí, cualquiera fuere la
decisión, la investidura judicial.
1. Sentido de la garantía
Los sueldos de los magistrados del P.J.N. son fijados por ley del congreso, y si bien pueden ser
aumentados, el art. 110 C.N. afirma, reseñadamente, que no podrán ser disminuidos en manera
alguna, mientras permaneciesen en sus funciones.
Es preciso señalar previamente, que en los dos casos que examinaremos infra, los jueces
titulares de la C.S.J.N. se excusaron por ser parte interesada en el tema, y el Tribunal se
integró con conjueces (abogados de la matricula).
Mediante sentencia del 1936, el alto tribunal sostuvo que la pretendida aplicación de la ley de
impuestos a los réditos a las remuneraciones de los magistrados (Medina era juez), viola la
cláusula constitucional que prohíbe la disminución, en manera alguna, de los sueldos de los
jueces del art. 96 (hoy 110), en cuanto grava el sueldo de los jueces nacionales y comporta una
disminución de los mismos.
Disentimos con este criterio, con Linares Quintana y destacada doctrina, ya que el propósito
de la C.N. no ha sido crear un privilegio exclusivo para los magistrados judiciales, que los ubique
en ventajosa situación respecto del resto de los habitantes, violando la igualdad ante la ley que
prescribe el art. 16 C.N., sino tan sólo asegurarles su independencia, prohibiendo una
disminución de sus sueldos que únicamente afecte a ellos discriminándolos, lo cual no se da
frente a contribuciones generales.
Se debatía la disminución del valor real de las remuneraciones de los jueces por el agudo
proceso inflacionario y de desvalorización monetaria. Haciendo lugar a la reclamación de
magistrados, la C.S. sostuvo que la prohibición de disminuir en manera alguna las
remuneraciones impone no sólo mantener su valor nominal, sino también su valor económico, que
debe ser mantenido o recuperado cada vez que padezca intensos procesos deteriorantes.
Órganos fundamentales de control dentro del sistema garantista que constituye la esencia del
constitucionalismo democrático.
Art. 120: “El ministerio Público es un órgano independiente con autonomía funcional y autarquía
financiera, que tiene por función promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad
de los intereses generales de la sociedad, en coordinación con las demás autoridades de la
República.
Está integrado por un procurador general de la Nación y un defensor general de la Nación y los
demás miembros que la ley establezca.
El MP ha sido reglamentado por la ley 24.946, la que contiene una extensa y detallada
normativa de 77 artículos
Diseño legal
a. Independencia y composición
Ejerce sus funciones con unidad de actuación e independencia, en coordinación con las demás
autoridades de la república, pero sin sujeción a instrucciones o directivas emanadas de órganos
ajenos a su estructura. (Art. 1)
Los magistrados del MP gozan de estabilidad mientras dure su buena conducta y hasta los 75
años. Los integrantes del MP sólo con su conformidad y conservando su jerarquía, podrán ser
trasladados a otras jurisdicciones territoriales (art. 15). No podrán ser arrestados excepto en
caso de ser sorprendidos en flagrante delito (art. 14).
d. Mecanismos de remoción
El PGN y el DGN sólo pueden ser removidos por las causales y mediante el procedimiento
establecido para el juicio político de los arts. 53 y 59 C.N. (art. 18).
Los restantes magistrados del MP sólo podrán ser removidos de sus cargos por el Tribunal de
Enjuiciamiento y por las causales del art. 53 C.N. (art. 18).
El Tribunal de Enjuiciamiento estará integrado por 7 miembros que durarán tres años en sus
funciones: a) 3 vocales ex jueces de la C.S.I.N., designados, I por el P.E.; I por el Senado y I
por la CSI.N.; b) 2 vocales deberán ser abogados de la matrícula federal, con 20 años de
ejercicio de la profesión y serán designados, I por la Federación Argentina de Colegios de
Abogados y otro por el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal; c) 2 vocales elegidos
por sorteo: I entre los procuradores fiscales ante la C.S.J.N. o fiscales generales; y I entre
los defensores oficiales ante la C.S.J.N. o defensores públicos ante tribunales colegiados (art.
19).
La instancia ante el tribunal será abierta por decisión del PGN o del DGN, y en el
procedimiento se asegurará el estricto cumplimiento del debido proceso y de la defensa en
juicio, llegándose a una sentencia absolutoria, o condenatoria disponiendo la remoción del
condenado. Esta sentencia podrá ser recurrida por el fiscal o el imputado ante la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal.