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Daniela Calderón
Ligia Chivico
Erika Chivico
Marcos Cruz
Lourdes de Cruz
Nevis de Larez
Introducción
Dios prepara la dinámica de la historia. Él se mueve y actúa usando todas las circunstancias
para cumplir en todo momento su acción en revelación admirable a los hombres.
Alejandro
Magno
Apodo Alejandro Magno
Lugar de defunción Babilonia
Los historiadores concuerdan en que Alejandro trató bien a los judíos. Era parte de su política
de conquista ganarse la simpatía de los pueblos conquistados, a fin de defender su retaguardia y
la integridad de su imperio. Aparte de las referencias de 1 Mac 1.1–8 y 6.2, todas las referencias
del Antiguo Testamento a su persona se hacen de manera velada. Entre estas se cuentan: Dn 2.32,
39 (piernas de hierro de la estatua); 7.6, 17 (la tercera bestia); 8.5, 8, 21s (el macho cabrío); 11.3s
(el rey valiente). También es posible que Zac 9.1–18 se refiera a la conquista de Palestina por
parte de Alejandro.
Sus conquistas, que unificaron buena parte del mundo conocido y extendieron el uso de la
lengua griega, abrieron el camino al helenismo y, más tarde, a la expansión del cristianismo.
Con ello, su dinastía, encarnada en individuos incapaces o de corta edad, llegó a su fin, y su
imperio fue repartido entre sus generales, los llamados diádocos (sucesores), pero sus conquistas
resultaron en siglos de dominio y colonización griegas sobre áreas lejanas, conocido como
período helenístico, una combinación de las culturas griega y mesoriental.
La conquista de Persia
Alejandro tenía la noble idea de liberar a los más de 10.000 griegos que se encontraban bajo
poder persa en Asia Menor para que se unieran al resto del mundo heleno, como era el plan de su
padre.
Alejandro conquistó fácilmente Fenicia, la isla de Tiro, se dirigió a Egipto, en donde se hizo
proclamar 'Hijo de Amón', título reservado sólo para los faraones. En su idea de conquista
también estaba la de querer globalizar su imperio mezclando distintas razas y culturas. Los
sátrapas en su mayoría fueron dejados en su puesto, aunque controlados por un oficial macedonio
que controlaba el ejército.
IMPERIO ROMANO
Su Origen
La historia de Roma puede dividirse en tres períodos:
1. La Monarquía, 753–509 a.C.
2. La República, 509–27 a.C.
3. El Imperio, 27 a.C.—476 d.C. (1453 en el Oriente).
El año 753 a.C. es la fecha tradicional que se asigna a la fundación de la ciudad de ROMA
por Rómulo y Remo. Rómulo fue el primer rey. Al principio el reino era un territorio pequeño
alrededor de la ciudad, pero en el siglo VI a.C. empezó a extenderse, anexando las tierras vecinas.
En 509 la Monarquía fue derrocada; tomó su lugar la República y la nación empezó a crecer
rápidamente. Por el año 275 dominaba toda la península. Mediante las Guerras Púnicas (264–146
a.C.), Roma comenzó a extenderse hacia el oeste, y por las Guerras Macedónicas (214–190 a.C.),
hacia el este.
Un poco antes de la formación del primer triunvirato ( Julio CÉSAR, Craso y Pompeyo)
en 60 a.C., Pompeyo dominó a Palestina (63 a.C.), con lo cual completó su conquista del Oriente,
e hizo parte del imperio los territorios comprendidos entre el Helesponto y el Éufrates. En 47 a.C.
Julio nombró procurador a HERODES (el Grande), y siete años después Octavio y Antonio le
dieron el título de «rey de los judíos» (Mt 2.1). En la batalla de Accio (31 a.C.). Octavio derrotó a
Antonio y Cleopatra, y convirtió a Egipto en provincia romana, con lo cual el mar Mediterráneo
casi se convirtió en un lago romano.
En 48 a.C. Julio César inició una dictadura, presagio del establecimiento del imperio, pero
murió cuatro años después. Surgió otro triunvirato formado por Lépido, Antonio y Octavio, pero
Lépido se retiró y se entabló una lucha entre los dos miembros restantes. Sin embargo, como en
la antedicha batalla de Accio había derrotado a Antonio, Octavio pronto puso fin a este segundo
triunvirato y quedó como caudillo único en Roma. El pueblo lo proclamó Imperator.
En 27 a.C. Octavio estableció un nuevo gobierno. Se declaró «príncipe» y asumió el título de
«AUGUSTO». Con el título de «Pontífice Máximo» encabezó la religión del estado, y en todas
las provincias se le rindió culto. Además, controló todas las fuerzas militares del país. Reinó de
esta manera desde 27 a.C. hasta 14 d.C., y así nació la tercera y última época de la historia de
Roma, el imperio que duró hasta 476 d.C. Cerca del año 22 de su reinado nació Jesucristo (Lc
2.1ss).
Aspecto Preparatorio Para El Cristianismo
El imperio contribuyó grandemente a la preparación del mundo para la venida de Cristo y la
extensión del evangelio (Gl 4.4). En primer lugar, produjo un sentimiento cosmopolita. La unión
de tantas razas y pueblos bajo un imperio ayudó a derribar las barreras raciales y culturales y a
unificar la raza humana. En estas condiciones el mundo habría de escuchar la predicación de la
doctrina de que en Cristo «no hay griego ni judío ... bárbaro ni escita, siervo ni libre», sino que
más bien todos los creyentes son «uno en Cristo» (Gl 3.28; Col 3.11). Además, como ciudadano
de este gran imperio que abarcaba la tercera parte de la raza humana, Pablo pudo viajar por todas
partes sin dificultades diplomáticas.
Aun más, el surgimiento del imperio contribuyó a extender el GRIEGO como idioma
universal, proceso que ya había iniciado ALEJANDRO MAGNO. «El griego», dijo Cicerón, «se
lee en casi todas las naciones». Este fenómeno facilitó la extensión del evangelio, ya que los
apóstoles lo hablaban y escribían.
En segundo lugar, el imperio trajo orden y paz al mundo (la Pax romana). Antes había habido
guerras por doquier, caos político, etc., pero la mano de hierro y la jurisprudencia romanas
acabaron con mucho de esto. Por ejemplo, Pompeyo eliminó la piratería en el mar Mediterráneo e
hizo posible viajar con relativa seguridad, lo cual facilitaría posteriormente la actividad misional
de Pablo y otros.
En tercer lugar, los romanos construyeron una extensa red de carreteras, mejor que la de
cualquier época hasta el siglo XIX. Aunque principalmente la hicieron para facilitar el
movimiento rápido de tropas, los soldados de la cruz también caminaron por ella. Ireneo (siglo II)
escribió refiriéndose al imperio: «Por su instrumentalidad el mundo está en paz y podemos
caminar por las carreteras sin temor, y navegar donde queramos» (Contra Herejías IV.xxx.3).
Sin embargo, Roma proporcionó también una preparación negativa. A pesar de su
prosperidad, la sociedad romana estaba corrompida. Por un lado había opulencia exagerada y por
otro miseria masiva. Entre el 30 y el 50% de la población se componía de ESCLAVOS. Había
un sinfín de pobres y vagos a quienes el gobierno apaciguaba con «pan y circos». Séneca, el
maestro estoico de Nerón, se lamentaba en su época: «El mundo está lleno de crímenes y
vicios ... más de lo que se puede curar con la fuerza ... Los crímenes ya no se cometen a
escondidas sino ante nuestros ojos. La inocencia no solo es rara sino más bien no existe». Las
diversiones eran groseras y brutales. En los combates de gladiadores y con las fieras cada mes
morían miles de personas.
Religiosamente Roma estaba en bancarrota. Su primitiva religión politeísta, regida por un
código moral bastante alto, desapareció cuando por las conquistas del Oriente los romanos
entraron en contacto con la filosofía escéptica de Grecia y con las religiones de misterio y
sensuales de Asia. Los ricos y los intelectuales abrazaron aquella y las masas, estas. Como
resultado, Roma llegó a ser una Babel religiosa.
En la época en que nació Jesús, la indiferencia religiosa se había apoderado de la gente.
Augusto, deseando avivar el interés en la religión, fomentó el culto del emperador. Por supuesto,
este culto fue más arma política que otra cosa.
Bibliografía:
EBDM VI, col. 257–261. DBH, col. 1726–1728. IB II, p. 418s.
Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe)
2000, c1998.
El estudio de la historia universal, nos ayuda a comprender desde una perspectiva mas
amplia, el dominio que tiene nuestro Dios en los designios de la raza y la historia humana, cada
capitulo de la historia nos dice que Dios tiene el control absoluto de los tiempos y de los
acontecimientos mundiales, nada escapa a su voluntad, todo, absolutamente todo esta vigilado
por ese Dios bueno que esta interesado en la redención de su pueblo.
Dios se dirigió al mundo grecorromano en una lengua que les era perfectamente
comprensible, un griego popular, perfecto vehículo para una comunicación que les sería
rápidamente asimilable en lo tocante al lenguaje; Dios se sirvió de los términos y modos de
hablar de las gentes para darles su comunicación, usando sus términos diarios y comúnmente
conocidos dentro del contesto de la revelación de las verdades espirituales y practicas.
La mano de Dios había estado en todas partes, dando forma a la historia para la venida de
Jesús.
“…pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y
nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaba bajo la ley, a fin de que recibiésemos la
adopción de hijos.” (Gl. 4:4-5)
Los historiadores concuerdan en que Alejandro trató bien a los judíos. Era parte de su política de
conquista ganarse la simpatía de los pueblos conquistados, a fin de defender su retaguardia y la
integridad de su imperio. Aparte de las referencias de 1 Mac 1.1–8 y 6.2, todas las referencias del
Antiguo Testamento a su persona se hacen de manera velada. Entre estas se cuentan: Dn 2.32, 39
(piernas de hierro de la estatua); 7.6, 17 (la tercera bestia); 8.5, 8, 21s (el macho cabrío); 11.3s (el
rey valiente). También es posible que Zac 9.1–18 se refiera a la conquista de Palestina por parte
de Alejandro.
Sus conquistas, que unificaron buena parte del mundo conocido y extendieron el uso de la lengua
griega, abrieron el camino al helenismo y, más tarde, a la expansión del cristianismo.