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El feminismo no ha estado de manera presente en mi vida siempre, pero sí desde principios de

la adolescencia, creo que mi identidad está muy relacionada con esta lucha social porque vino
a mi en un momento que ya es por si definitorio como la adolescencia. Recuerdo tener 13 años
y buscar carreras solo de feminismo, pero no existían, así que tuve que estudiar algo más
general y luego especializarme. En es cierto que en mi casa la política ha estado presente, pero
he cogido esos estímulos y los he elevado a una potencia mucha más alta, con mucha ayuda de
referentes externo, pero también de familiares de fuera de mi núcleo de convivencia.

Siempre me ha gustado ayudar a la gente y me gustaría hacer un pequeño cambio en el


mundo, desde el eje de género. Me encantaría poder mantenerme ayudando, pero, aunque no
lo veo imposible lo veo un poco difícil. No es lo mismo estudiar algo que te gusta que hacer un
sustento de ello. Creo que el máster puede ayudarme a profesionalizar mi pasión.

Es curioso porque para mí hay dos elementos claves: el feminismo y la estabilidad, y no creo
que en la mayoría de los casos vayan de la mano. En un mundo tan precario mi mayor sueño es
tener mi propia casa y no tener que preocuparme mucho por el dinero. Creo que el feminismo
ha sido mi casa en muchos aspectos, pero también la de muchas otras. Una casa en la que hay
muchas cosas que arreglar pero nuestra al fin de al cabo. Es importante para mi que mi futuro
profesional no me quite esta casa, pero que tampoco me haga renunciar a la mia de verdad.

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