La antropología de Freud

Sigmund Freud fue médico especializado en enfermedades nerviosas, aunque se convirtió en

uno de los padres de la psicología contemporánea.

La gran parte de la filosofía de Freud está asociada al estudio de la naturaleza humana. Su

forma de ver el ser humano parte de dos ideas principales: el materialismo (Freud no cree en
la separación cuerpo-mente) y el determinismo (todo acontecimiento sucede por algo).

El resultado de estas dos ideas preconcebidas es que Freud, por medio del psicoanálisis,
busca describir qué es lo que determina nuestras elecciones, por lo que llega a la conclusión
de que el hombre no es libre.

Freud describe la naturaleza humana y la estructura de nuestra mente en dos parte

Freud divide su trabajo acerca de la naturaleza humana y la estructura de nuestra mente en

dos partes conocidas como tópicas.

Primera tópica:

En esta parte se habla principalmente de los rasgos mentales inconscientes. Freud diferencia
entre “consciente”, “preconsciente” e “inconsciente”.

Esto se puede explicar como si fuese una pirámide; donde el inconsciente es la base de la
personalidad, y sin darnos cuenta nos determina de forma emocional, en lo que sentimos,
pensamos y hacemos. Después está el preconsciente, que es lo que puede ser inmediatamente
convertido en consciente. Y por último estaría lo consciente, que es la parte más pequeña de
nuestra personalidad. Freud propone que podemos conocer nuestro inconsciente mediante el
estudio de sueños, traumas, fobias, etc.

Segunda tópica:

En una segunda parte Freud describe la mente desde tres estructuras : el ello, el yo y el
superyo.

El ello es una parte inconsciente de la mente. Contiene los instintos y dentro de estos se
distingue el Eros (amor, vida) y el Tánatos (impulso de muerte y autodestrucción).

Freud propone que los instintos de origen sexual determinan los pensamientos humanos y la
conducta.

El superyó engloba las exigencias sociales y culturales, también en parte inconscientes, a las
que el ser humano se siente obligado a seguir en su vida social cotidiana.

El yo representa la parte consciente, percibe el mundo real y es la parte que decide cómo
actuar, haciendo de mediador entre el yo y el superyó, actúa en un equilibrio entre unas y
otras exigencias.