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Los Derechos Humanos son el conjunto de valores éticos que componen la dignidad humana
propia de todos los hombres desde que nacen, sin distingo de religión, raza, edad, sexo,
condición social, pensamiento, etc.
Se entiende por valores éticos todos aquellos principios basados en los Derechos
Fundamentales tales como:
El derecho a la vida.
El derecho a la salud.
El derecho a la libertad.
El derecho a la seguridad. El derecho a la intimidad. El derecho a la educación. El derecho a la
igualdad.
El derecho a la libre locomoción.
El derecho a la libertad de conciencia y de religión.
El derecho a la libertad de pensamiento y de opinión. El derecho a la libertad de reunión y de
asociación.
El derecho a elegir y a ser elegido.
El derecho al trabajo y a recibir por él una remuneración equitativa. El derecho de sindicalización.
El derecho al descanso.
El derecho a la protección por parte de las autoridades.
El derecho a un juicio justo y de acuerdo con las normas vigentes. El derecho a que se presuma
su inocencia.
El derecho de propiedad.
Según esta diferencia, los Derechos Humanos son el conjunto de principios de aceptación
universal en al marco del Derecho Internacional Público, reconocidos Constitucionalmente y
garantizados jurídicamente bajo el nombre de Derechos Fundamentales dentro del Derecho
Público Interno.
Son universales, porque todos los individuos poseen los mismos derechos, sin distinción
alguna.
Son indispensables, porque sin ellos las personas no pueden subsistir dignamente como seres
humanos dentro de la sociedad.
Son connaturales o inherentes, pues nacen con la persona misma y no son resultado de actos de
autoridad, es decir, que su origen no es el Estado o las leyes, decretos o títulos, sino la propia
naturaleza o dignidad de la persona humana.
Son obligatorios, los Derechos Humanos imponen una drástica obligación a todas las personas y
al Estado, de respetarlos y hacerlos cumplir. Es así como los Derechos Humanos son indivisibles,
interdependientes, complementarios y no jerarquizables.
Son integrales, se parte del principio de que todos los derechos son fundamentales por lo que
no existe diferencias de importancia entre ellos.
Un miembro de la especie Homo sapiens; un hombre, una mujer o un niño; una persona.
Derechos: sustantivo.
Cosas a las que se tiene derecho o están permitidas; libertades que están garantizadas. Derechos
Humanos: sustantivo, Los derechos que tienes simplemente por ser humano.
Si le preguntaras a la gente en la calle: ¿Cuáles son los derechos humanos?, obtendrás muchas
respuestas distintas. Te dirían los derechos que conocen, pero muy pocas personas conocen
todos sus derechos.
Como se ha explicado en las definiciones anteriores, un derecho es una libertad de algún tipo. Es
algo a lo que tienes derecho en virtud de ser humano.
Sin embargo, muchas personas, cuando se les pide que nombren sus derechos, mencionarán
solamente la libertad de expresión y creencia y tal vez uno o dos más. No hay duda de que estos
derechos son importantes, pero el alcance de los derechos humanos es muy amplio. Significan
una elección y una oportunidad. Significan la libertad para conseguir un trabajo, elegir una
carrera, elegir al compañero con quien criar a los hijos. Entre ellos está el derecho de circular
ampliamente y el derecho de trabajar con remuneración, sin acoso, abuso o amenaza de un
despido arbitrario. Incluso abarcan el derecho al descanso.
En épocas pasadas, no existían los derechos humanos. Entonces surgió la idea de que la gente
debería tener ciertas libertades. Y esa idea, a raíz de las Segunda Guerra Mundial, resultó
finalmente en un documento llamado la Declaración Universal de los Derechos Humanos y
derechos que todas las personas poseen.
No sólo eso, sino que a mujeres y niños en particular se les margina de numerosas maneras, la
prensa no es libre en muchos países y se calla a los disidentes, con demasiada frecuencia en
forma permanente. Aunque se han logrado algunas ganancias en las últimas seis décadas, las
violaciones de los derechos humanos siguen azotando a nuestro mundo actual.
El Derecho Internacional Humanitario sólo se aplica en caso de conflicto armado. No cubre las
situaciones de tensiones internas ni de disturbios interiores, como son los actos aislados de
violencia. Sólo es aplicable cuando se ha desencadenado un conflicto y se aplica por igual a todas
las partes, sin tener en cuenta quien lo inició. El Derecho Internacional Humanitario distingue
entre conflicto armado internacional y conflicto armado sin carácter internacional. En los
conflictos armados internacionales se enfrentan, como mínimo, dos Estados. En ellos se
deben observar muchas normas, incluidas las que figuran en los Convenios de Ginebra y en el
Protocolo adicional I. En los conflictos armados s in carácter internacional se enfrentan, en el
territorio de un mismo Estado, las fuerzas armadas regulares y grupos armados disidentes, o
grupos armados entre sí.
En ellos se aplica una serie más limitada de normas, en particular las disposiciones del artículo 3
común a los cuatro Convenios de Ginebra y el Protocolo adicional II. Es importante hacer la
distinción entre Derecho Internacional Humanitario y derecho de los derechos humanos.
Aunque algunas de sus normas son similares, estas dos ramas del derec ho internacional se han
desarrollado por separado y figuran en tratados diferentes. En particular, el derecho de los
derechos humanos, a diferencia del Derecho Internacional Humanitario, es aplicable en tiempo
de paz y muchas de sus disposiciones pueden ser suspendidas durante un conflicto armado.
¿Cuáles son los derechos proclamados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos?
¿En qué se centra el debate entre los derechos civiles y los económicos, sociales y culturales?
En términos generales, existe la noción de que los derechos económicos sociales y culturales,
aquellos reconocidos por el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
no son sino metas o aspiraciones en términos de políticas, que no conllevan garantías específicas.
Existen antecedentes que ayudan a comprender el por qué los derechos económicos, sociales y
culturales se han visto rezagados en términos de aplicabilidad frente a los civiles y políticos.
En primer lugar, durante la Guerra Fría, los derechos económicos, sociales y culturales se
vinculaban al régimen comunista y al bloque socialista, percepción que se mantiene vigente hoy
en día a pesar de la caída del muro de Berlín.
Por último, los derechos económicos, sociales y culturales son interdisciplinarios. Se argumenta
también que mientras los derechos civiles y políticos conllevan obligaciones negativas, los
económicos, sociales y culturales implican obligaciones positivas.
Por ejemplo, la libertad frente a la tortura exige que el Estado no recurra a prácticas de tortura,
mientras que el derecho a la salud requiere que el Estado provea un sistema de salud accesible,
asequible y adecuada. Sin embargo, la distinción positivo/negativo resulta simplista.
En virtud de ello, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales adoptó una tipología
de obligaciones para esclarecer las obligaciones por parte de los Estados respecto de estos
derechos, estableciendo la obligación de respetar, la obligación de proteger y la obligación de
realizar.
¿Qué se entiende por las obligaciones de respetar, proteger y realizar los derechos humanos?
En el marco del derecho internacional en materia de derechos humanos, los Estados Partes
tienen obligaciones de respetar, proteger y realizar los derechos contenidos en los tratados y
convenciones internacionales.
La obligación de respetar exige que los Estados Partes de abstengan de interferir el disfrute de
los derechos. Por ejemplo, el derecho a la educación se viola si el Estado Parte niega a niñas
embarazadas la permanencia en el sistema escolar.
La obligación de proteger exige que el Estado Parte prevenga violaciones a los derechos
humanos por parte de terceros. Por ejemplo, que el Estado no garantice que los sistemas de
salud cumplan con normas mínimas en materia de salud sexual y reproductiva puede
considerarse una violación al derecho a la salud.
La obligación de realizar exige que el Estado Parte promueva la adopción de medidas legislativas,
administrativas, presupuestales y judiciales, entre otras, que resulten necesarias para alcanzar la
efectiva realización de los derechos.
En este sentido, el respeto por los derechos humanos debe de estar presente en las normas,
instituciones y marcos legales del Estado, y contribuir al clima económico, político y de
programación pública.
Los Estados están obligados a avanzar de manera expedita hacia la implementación de estas
obligaciones, y los obstáculos que pueda representar la falta de recursos no pueden ser
interpretados como una justificación para la falta de acción.
¿Cómo se establecen las obligaciones y los derechos en un enfoque de derechos humanos?
Partiendo de enfoque basado en derechos humanos, éstos determinan la relación entre
individuos y grupos con demandas válidas (derechohabientes) y actores estatales o no-
estatales con obligaciones (garantes/obligados).
El creciente marco legal internacional establece el contexto para un enfoque basado en derechos
humanos hacia el desarrollo, situando la legislación en derechos humanos al centro de la
promoción del mismo.
Si bien no son vinculantes en estricto sentido jurídico, estos acuerdos, como por ejemplo el
Programa de Acción de Viena sobre Derechos Humanos, las Plataformas de Acción de la CIPD o
de Beijing; o declaraciones como la de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en 1993 o la
Declaración del Milenio en el 2000, se convierten en fuentes consuetudinarias del derecho
internacional. De esta manera, forman parte del marco jurídico internacional en materia de
derechos humanos, y establecen principios y estándares de conducta que los gobiernos deben
proteger y promover.
Una Declaración es una serie de normas y principios que los Estados crean y se comprometen a
cumplir a lo interno de sus naciones. Los Estados que las firman no se obligan a cumplir. Si no lo
hacen se les da una sanción moral , es decir que se les llama la atención. (Ejemplo: la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, 1948).
Una Convención es una serie de acuerdos de los Estados con normas y principios que los obligan
a garantizar su cumplimiento (Ejemplo: Convención Americana sobre Derechos Humanos).
Ratificar quiere decir que se firma como un contrato, en donde el país se compromete a
cumplir. Al mismo tiempo le da a la comunidad internacional (los demás países que firmaro n) el
derecho de pedirle cuentas si no cumple.
La estructura institucional del sistema interamericano, que hasta ese momento descansaba en
instrumentos de naturaleza declarativa, experimentó un cambio sustancial al adoptarse la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en la Conferencia Especializada
Interamericana sobre Derechos Humanos (San José, Costa Rica en 1969)
El proyecto de Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1969 (Pacto de San José),
que entró en vigencia el 18 de julio de 1978, no sólo fortaleció el sistema, al dar más efectividad
a la Comisión y, en general, a los mecanismos interamericanos de promoción y protección de
esos derechos, sino que marca la culminación de la evolución del sistema, al cambiarse la
naturaleza jurídica de los instrumentos en que descansa la estructura institucional del mismo.
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos trabaja estrechamente con estos
órganos. Cada uno de ellos tiene su propio Secretariado e incluyen a la Asamblea General de las
Naciones Unidas, la Tercer Comisión de la Asamblea General, el Consejo Económico y Social, y la
Corte Internacional de Justicia.
La Comisión solicita el apoyo de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en
cuanto a personal y asistencia logística a los procedimientos en el cumplimiento de sus
respectivos mandatos. Si bien los mandatos otorgados a los procedimientos especiales son
variables, generalmente implican la revisión, monitoreo, asesoría y difusión pública de las
situaciones de derechos humanos relativas a países o territorios específicos, denominados
mandatos de país; o bien sobre fenómenos relativos a la violación de derechos en todo el mundo,
denominados mandatos temáticos.
Los mandatos pueden incluir diversas iniciativas, como el desarrollo de estudios, la señoría en
materia de cooperación técnica, la respuesta a denuncias individuales, así como la participación
den diversas actividades de promoción. En el cumplimiento de sus mandatos, los relatores
especiales y otros procedimientos llevan a cabo vistas de país, sobre las cuales presentan un
informe ante la Comisión.
Estas misiones se llevan a cabo a petición del procedimiento correspondiente o por invitación
del país respectivo. Muchos países han extendido invitaciones abiertas a todos los
procedimientos especiales con mandato temático. Las actividades que realiza cada
procedimiento especial son establecidas mediante una resolución de la Comisión, y a ella deben
presentar anualmente todos los procedimientos un informe respecto de su trabajo a lo largo del
año.
¿Cuál es la utilidad de la presentación de informes de país para el trabajo a nivel local en materia
de derechos humanos?
Hay siete órganos creados en virtud de los tratados de los derechos humanos que supervisan la
implementación de los tratados internacionales de los derechos humanos:
Cada órgano, o comité, recibe la ayuda de la Secretaría de los Tratados de la Oficina del Alto
Comisionado para los Derechos Humanos en Ginebra, con excepción del CEDAW, que recibe
apoyo de la División para el Adelanto de la Mujer (DAW). Por esta misma razón, la CEDAW se
reúne en la sede de las Naciones Unidas en Nueva york, mientras que el resto de los comités lo
hacen en la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra.
Entre las funciones que realizan de conformidad con los tratados que los crearon, los comités
llevan a cabo la consideración de informes de los Estados Partes, consideración de denuncias o
comunicaciones individuales, y la publicación de comentarios generales a los tratados y
organización de discusiones relativas a los mismos.
Cuando un Estado ratifica cualquiera de estos tratados, asume la obligación de implementar los
derechos reconocidos por éste. Sin embargo, el reconocimiento de los derechos es tá lejos de
garantizar el disfrute de los mismos en la práctica.
En virtud de ellos, el Estado asume adicionalmente la obligación de presentar de manera
periódica informes sobre al comité de monitoreo establecido por dicho instrumento acerca de la
implementación de los de los derechos reconocidos.
Generalmente, el Estado presenta un informe inicial al año de adherirse al tratado (dos en el caso
del Comité de Derechos de Niño), y posteriormente de manera regular de acuerdo con las
provisiones establecidas en éste.
Además de este informe, el comité puede recibir información sobre el país de parte de otras
fuentes, como pueden ser organizaciones no gubernamentales, agencias de Naciones Unidas,
otros organismos internacionales, instituciones académicas o los medios de comunicación.
A partir de toda la información disponible, el Comité revisa el informe de manera conjunta con
representantes del gobierno, y posteriormente publica sus inquietudes y recomendaciones, en
forma de observaciones finales.
Cuatro de los siete comités (Derechos del Niños, Discriminación Racial, Tortura y Violencia contra
la Mujer) pueden, bajo ciertas circunstancias, recibir peticiones individuales por parte de
individuos que consideran que sus derechos fueron violados en el marco del tratado
correspondiente.
El origen del Derecho Internacional Humanitario se encuentra en los códigos y las normas de
las regiones y las culturas del mundo. El desarrollo moderno de este derecho comenzó en el
decenio 1860-1870, desde entonces, los Estados han aceptados un conjunto de normas prácticas,
basada en la amarga experiencia de la guerra moderna, que mantiene un cuidadoso equilibrio
entre las preocupaciones de carácter humanitario y las exigencias militares de los Estados. En la
misma medida en que ha crecido la Comunidad Internacional, ha aumentado el número de
Estados en el mundo que han contribuido al desarrollo del Derecho Internacional Humanitario.
Actualmente, este puede considerarse como un verdadero sistema jurídico internacional.
El Derecho Internacional Humanitario cubre dos ámbitos: La protección de las personas que
participan o que ya no participan en las hostilidades.
Una serie de restricciones de los medios de guerra, especialmente armas, y de los métodos de
guerra, como ciertas tácticas militares.
Está prohibido atacar a las personas protegidas. Ellas no deben ser objeto de tratos abusivos o
degradantes. Los heridos y los enfermos deben ser recogidos y asistidos. En cuanto a las
personas prisioneras o detenidas, hay normas detalladas que incluye la provisión adecuada de
alimentos y vivienda, así como garantías jurídicas.
Algunos lugares y objetos, como hospitales y ambulancias, están también protegidos y no deben
ser atacados. El Derecho Internacional Humanitario determina algunos emblemas y señales
claramente reconocibles, que pueden ser utilizados para identificar a las personas y los lugares
protegidos, entre otros, la Cruz Roja y la Media Luna Roja, en países de creencias musulmanas.
El Derecho Internacional Humanitario prohíbe todos los medios y métodos de guerra que:
Que no distingan entre las personas que participan en los combates y las personas que, como los
civiles, no toman parte en los combates.
Causen daños superfluos o sufrimientos innecesarios. Causen daños graves y duraderos al medio
ambiente.
El Derecho Internacional Humanitario ha prohibido, pues, el uso de muchas armas,
incluidas las balas explosivas, las armas químicas y biológicas y las armas láser que ca usa
ceguera.
El concepto de “crímenes de lesa humanidad” data de mediados del siglo XIX. Aunque la
primera lista de tales crímenes se elaboró al final de la Primera Guerra Mundial, no quedaron
recogidos en un instrumento internacional hasta que se redactó la Carta del Tribunal de
Nuremberg en 1945.Los crímenes de lesa humanidad determinados en esta Carta fueron
reconocidos al año siguiente como parte del derecho internacional por la Asamblea General de
las Naciones Unidas y se incluyeron en posteriores instrumentos internacionales, como los
estatutos de los tribunales penales internacionales para la ex Yugoslavia y Ruanda. Ahora se han
definido por primera vez en un tratado internacional al aprobarse el Estatuto de Roma de la Corte
Penal Internacional el 17 de julio de 1998.
El Estatuto distingue los delitos ordinarios de los crímenes de lesa humanidad respecto de los
que la Corte tiene competencia de tres formas:
En primer lugar, los actos que constituyan crímenes de lesa humanidad, como el asesinato,
tienen que haber sido cometidos “como parte de un ataque generalizado o sistemático”. No
obstante, el término «ataque» no denota una agresión militar, sino que se puede aplicar a leyes
y medidas administrativas como deportación o traslado forzoso de población.
En segundo lugar, tienen que ir dirigidos “contra una población civil”. Los actos aislados o
cometidos de manera dispersa o al azar que no llegan a ser crímenes de lesa humanidad no
pueden ser objeto de enjuiciamiento como tales. La presencia de soldados entre la población
civil no basta para privar a ésta de su carácter civil.
En tercer lugar, tienen que haberse cometido de conformidad con “la política de un Estado o de
una organización”. Por consiguiente, pueden cometerlos agentes del Estado o personas que
actúen a instigación suya o con su consentimiento o aquiescencia, como los “escuadrones de la
muerte”. Asimismo, pueden ser cometidos de conformidad con la política de organizaciones sin
relación con el gobierno, como los grupos rebeldes.
En el Estatuto de Roma se considera que pueden constituir crímenes de lesa humanidad los 11
tipos de actos siguientes:
Los Estados que redactaron el Estatuto de Roma reafirmaron, por omisión de toda relación con
un conflicto armado, que los crímenes de lesa humanidad pueden cometerse en tiempo de paz
o durante conflictos armados. Aunque los Tribunales de Nuremberg y Tokio limitaron su
competencia respecto de los crímenes de lesa humanidad a los cometidos durante la Segunda
Guerra Mundial, posteriores instrumentos internacionales, jurisprudencia y análisis eruditos han
puesto claramente de manifiesto que no es necesario que el acto se comenta durante un
conflicto armado para que constituya un crimen de lesa humanidad, por lo que se puede
afirmar que los actos atroces cometidos por los grupos al margen de la ley contra la población
civil hacen parte de esta esfera, los cuales merecen el repudio por parte de los organismos
internacionales y darle la transcendencia del caso.
A diferencia del Estatuto del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, el derecho internacional
y Estatuto de Roma no imponen tal requisito para el ejercicio de la competencia respecto de los
crímenes de lesa humanidad, salvo en el caso del crimen de persecución.
Los crímenes de lesa humanidad se distinguen de estos según la corte penal de Roma, ya que
son cometidos “como parte de un ataque generalizado o sistemático”, es decir puede ser
ejecutado por agresión militar o en la aplicación de medidas administrativas en cumplimiento de
la ley (desaparición forzosa, tortura, etc.), bajo las políticas de un Estado o una organización
armada, subversiva o rebelde.
Los criminales de guerra deben ser enjuiciados en cualquier momento por el Estado respectivo,
en nuestro caso, Colombia llevaría los casos a los Tribunales respectivos, esto se estipuló e n los
Convenios de Ginebra. Sin embargo, el Derecho Internacional Humanitario rompe los límites y
exige que los Estados castiguen los delitos sin importar la nacionalidad del criminal con el fin de
tomar medidas y aplicar la justicia en estos asuntos, llevándolos a instancias internacionales
como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Colombia como Estado parte de los Convenios de Ginebra, tiene la obligación de aplicar este
tratado en toda su extensión a todos los que cometan crímenes de lesa humanidad sin excepción
alguna. Se debe recordar que en este caso cabe la extradición sin indulto, ni amnistías. Podemos
traer a colación lo referente a la extradición del autor material de asesinato de los tres
indigenistas estadounidenses, sujeto conocido con el alias “el marrano”.
Las Fuerzas Militares realizan operaciones con el objeto de prevenir la ejecución de crímenes de
lesa humanidad y garantizar los derechos fundamentales de sus ciudadanos, estipulados en la
Constitución Política (derecho a la vida, honra, bienes y creencias) en términos de igualdad, para
así todas las personas puedan ejercer en toda su expresión la ciudadanía haciendo valer sus
derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.
Cuando nos referimos a los crímenes de lesa humanidad, hablamos de infracciones graves al
derecho internacional de los derechos humanos, que ofenden la conciencia ética de la
humanidad y niegan la vigencia de las normas indispensables para la coexistencia humana. Los
crímenes de mayor ocurrencia en nuestro país son las ejecuciones extrajudiciales, las
desapariciones forzadas y las torturas, atribuidas a los grupos al margen de la ley.
Las Naciones Unidas, guiándose por los propósitos y principios enunciados en la Carta
referentes al desarrollo de la cooperación entre los pueblos y al mantenimiento de la paz y la
seguridad internacionales, proclaman principios de cooperación internacional en la
identificación, detención, extradición y castigo de los culpables de crímenes de guerra o de
crímenes de lesa humanidad, nos preguntamos entonces si se encuentran identificados las
organizaciones que atentan contra estos principios ¿por qué son tenuemente esbozados sus
casos en el documento o informe de referencia?
Las personas contra las que existan pruebas de culpabilidad en la comisión de crímenes de guerra
y crímenes de lesa humanidad deben ser enjuiciadas y, en caso de ser declaradas culpables,
castigadas, por lo general en los países donde se hayan cometido esos crímenes. A este respecto,
los Estados prestaran la cooperación del caso. Ahora bien, no solo los Estados sino es deber de
los organismos internacionales hacer este tipo de acciones tendientes a denunciar a la luz pública
a personas u organizaciones que ejecuten este tipo de actos.
El Derecho Internacional Humanitario es parte del derecho internacional, que regula las
relaciones entre los Estados. Está integrado por acuerdos firmados entre Estados denominados
tratados o convenios, por el derecho consuetudinario internacional que se compone a su vez de
la práctica de los Estados que éstos reconocen como obligatoria, así como por principios
generales del derecho.
El Derecho Internacional Humanitario se aplica en situaciones de conflicto armado. No determina
si un Estado tiene o no tiene derecho a recurrir a la fuerza. Esta cuestión está regulada por una
importante parte pero distinta del Derecho Internacional Humanitario, que figura en la Carta
de las Naciones Unidas.
El origen del Derecho Internacional Humanitario se remonta a las normas dictadas por las
antiguas civilizaciones y religiones. La guerra siempre ha estado sujeta a ciertas leyes y
costumbres.
La codificación del Derecho Internacional Humanitario a nivel universal comenzó en el siglo XIX.
Desde entonces, los Estados han aceptado un conjunto de normas basado en la amarga
experiencia de la guerra moderna, que mantiene un cuidadoso equilibrio entre las
preocupaciones de carácter la comunidad internacional, ha aumentado el número de Estados
que ha contribuido al desarrollo del Derecho Internacional Humanitario. Actualmente, éste
puede considerarse como un derecho verdaderamente universal.
Son principalmente:
la Convención de la Haya de 1954 para la protección de los bienes culturales en caso de
conflicto armado y sus dos Protocolos.
la Convención de 1972 sobre Armas Bacteriológicas.
la Convención de 1980 sobre Ciertas Armas Convencionales y sus cinco Protocolos.
la Convención de 1993 sobre Armas Químicas.
el Tratado de Ottawa de 1997 sobre las Minas Antipersonal.
el Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la
participación de niños en los conflictos armados.
El 24 de octubre de 1945, a raíz de la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas nació como
una organización intergubernamental con el propósito de salvar a las generaciones futuras de la
devastación de conflictos internacionales. Los Estatutos de las Naciones Unidas
establecieron seis órganos principales, incluyendo la Asamblea General, el Consejo de
Seguridad, la Corte Internacional de Justicia, y en relación con los derechos humanos , un
Consejo Económico y Social.
Los estatutos de las Naciones Unidas otorgaban al Consejo Económico y Social el poder de
establecer comisiones en campos económicos y sociales para la promoción de los derechos
humanos. Una de ellas fue la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que, bajo
la presidencia de Eleanor Roosevelt, se encargó de la creación de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.
La Declaración fue redactada por representantes de todas las regiones del mundo y abarca todas
las tradiciones jurídicas. Formalmente adoptada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de
1948, es el documento más universal de los derechos humanos en existencia, describiendo los
treinta derechos fundamentales que constituyen la base para una sociedad democrática.
La Declaración fue redactada por representantes de todas las regiones del mundo y abarca todas
las tradiciones jurídicas. Formalmente adoptada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de
1948, es el documento más universal de los derechos humanos en existencia,
describiendo los treinta derechos fundamentales que constituyen la base para una sociedad
democrática.
Tras este acto histórico, la Asamblea pidió a todos los países miembros que publicaran el texto
de la Declaración y que se distribuyera, exhibiera, leyera y expusiera principalmente en escuelas
y otras instituciones de enseñanza, sin importar el status político de los países o territorios.
Los Derechos Humanos son el conjunto de valores éticos que componen la dignidad humana
propia de todos los hombres desde que nacen, sin distingo de religión, raza, edad, sexo,
condición social, pensamiento, etc.
Se entiende por valores éticos todos aquellos principios basados en los Derechos
Fundamentales tales como: El derecho a la vida.
El derecho a la salud.
El derecho a la libertad.
El derecho a la seguridad. El derecho a la intimidad. El derecho a la educación. El derecho a la
igualdad.
El derecho a la libre locomoción.
El derecho a la libertad de conciencia y de religión.
El derecho a la libertad de pensamiento y de opinión. El derecho a la libertad de reunión y de
asociación.
El derecho a elegir y a ser elegido.
El derecho al trabajo y a recibir por él una remuneración equitativa. El derecho de sindicalización.
El derecho al descanso.
El derecho a la protección por parte de las autoridades.
El derecho a un juicio justo y de acuerdo con las normas vigentes. El derecho a que se presuma
su inocencia.
El derecho de propiedad.
¿Cuál es la diferencia entre derechos humanos y derechos fundamentales?
La principal diferencia radica en que los Derechos Humanos son aquellos cuya protección y
defensa está consagrada en los Instrumentos Internacionales suscritos por Colombia y los
Derechos Fundamentales son los consagrados como tales en las Constitución Política de
Colombia.
Según esta diferencia, los Derechos Humanos son el conjunto de principios de aceptación
universal en al marco del Derecho Internacional Público, reconocidos Constitucionalmente y
garantizados jurídicamente bajo el nombre de Derechos Fundamentales dentro del Derecho
Público Interno.
Son universales, porque todos los individuos poseen los mismos derechos, sin distinción
alguna.
Son indispensables, porque sin ellos las personas no pueden subsistir dignamente como seres
humanos dentro de la sociedad.
Son connaturales o inherentes, pues nacen con la persona misma y no son resultado de actos de
autoridad, es decir, que su origen no es el Estado o las leyes, decretos o títulos, sino la propia
naturaleza o dignidad de la persona humana.
Son obligatorios, los Derechos Humanos imponen una drástica obligación a todas las personas y
al Estado, de respetarlos y hacerlos cumplir. Es así como los Derechos Humanos son indivisibles,
interdependientes, complementarios y no jerarquizables.
Son integrales, se parte del principio de que todos los derechos son fundamentales por lo que
no existe diferencias de importancia entre ellos.
Como se ha explicado en las definiciones anteriores, un derecho es una libertad de algún tipo. Es
algo a lo que tienes derecho en virtud de ser humano.
Los derechos humanos se basan en el principio de respeto por el individuo. Su suposición
fundamental es que cada persona es un ser moral y racional que merece que lo traten con
dignidad. Se llaman derechos humanos porque son universales. Mientras que naciones y
grupos especializados disfrutan de derechos específicos que aplican sólo a ellos, los derechos
humanos son los derechos que cada persona posee (sin importar quién es o dónde vive)
simplemente porque está vivo.
Sin embargo, muchas personas, cuando se les pide que nombren sus derechos, mencionarán
solamente la libertad de expresión y creencia y tal vez uno o dos más. No hay duda de que estos
derechos son importantes, pero el alcance de los derechos humanos es muy amplio. Significan
una elección y una oportunidad. Significan la libertad para conseguir un trabajo, elegir una
carrera, elegir al compañero con quien criar a los hijos. Entre ellos está el derecho de circular
ampliamente y el derecho de trabajar con remuneración, sin acoso, abuso o amenaza de un
despido arbitrario. Incluso abarcan el derecho al descanso.
En épocas pasadas, no existían los derechos humanos. Entonces surgió la idea de que la gente
debería tener ciertas libertades. Y esa idea, a raíz de las Segunda Guerra Mundial, resultó
finalmente en un documento llamado la Declaración Universal de los Derechos Humanos y
derechos que todas las personas poseen.
Defensores de los derechos humanos están de acuerdo en que tras sesenta años después de su
publicación, la Declaración Universal de los Derechos Humanos es todavía más un sueño que una
realidad. Existen violaciones de estos derechos en todas partes del mundo. Por ejemplo, en el
Informe Mundial de 2009 de Amnistía Internacional y de otras fuentes muestra que a los
individuos:
No sólo eso, sino que a mujeres y niños en particular se les margina de numerosas maneras, la
prensa no es libre en muchos países y se calla a los disidentes, con demasiada frecuencia en
forma permanente. Aunque se han logrado algunas ganancias en las últimas seis décadas, las
violaciones de los derechos humanos siguen azotando a nuestro mundo actual.
El Derecho Internacional Humanitario sólo se aplica en caso de conflicto armado. No cubre las
situaciones de tensiones internas ni de disturbios interiores, como son los actos aislados de
violencia. Sólo es aplicable cuando se ha desencadenado un conflicto y se aplica por igual a todas
las partes, sin tener en cuenta quien lo inició. El Derecho Internacional Humanitario distingue
entre conflicto armado internacional y conflicto armado sin carácter internacional. En los
conflictos armados internacionales se enfrentan, como mínimo, dos Estados. En ellos se
deben observar muchas normas, incluidas las que figuran en los Convenios de Ginebra y en el
Protocolo adicional I. En los conflictos armados s in carácter internacional se enfrentan, en el
territorio de un mismo Estado, las fuerzas armadas regulares y grupos armados disidentes, o
grupos armados entre sí.
En ellos se aplica una serie más limitada de normas, en particular las disposiciones del artículo 3
común a los cuatro Convenios de Ginebra y el Protocolo adicional II. Es importante hacer la
distinción entre Derecho Internacional Humanitario y derecho de los derechos humanos.
Aunque algunas de sus normas son similares, estas dos ramas del derec ho internacional se han
desarrollado por separado y figuran en tratados diferentes. En particular, el derecho de los
derechos humanos, a diferencia del Derecho Internacional Humanitario, es aplicable en tiempo
de paz y muchas de sus disposiciones pueden ser suspendidas durante un conflicto armado.
¿Cuáles son los derechos proclamados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos?
¿En qué se centra el debate entre los derechos civiles y los económicos, sociales y culturales?
En términos generales, existe la noción de que los derechos económicos sociales y culturales,
aquellos reconocidos por el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
no son sino metas o aspiraciones en términos de políticas, que no conllevan garantías específicas.
Existen antecedentes que ayudan a comprender el por qué los derechos económicos, sociales y
culturales se han visto rezagados en términos de aplicabilidad frente a los civiles y políticos.
En primer lugar, durante la Guerra Fría, los derechos económicos, sociales y culturales se
vinculaban al régimen comunista y al bloque socialista, percepción que se mantiene vigente hoy
en día a pesar de la caída del muro de Berlín.
Por último, los derechos económicos, sociales y culturales son interdisciplinarios. Se argumenta
también que mientras los derechos civiles y políticos conllevan obligaciones negativas, los
económicos, sociales y culturales implican obligaciones positivas.
Por ejemplo, la libertad frente a la tortura exige que el Estado no recurra a prácticas de tortura,
mientras que el derecho a la salud requiere que el Estado provea un sistema de salud accesible,
asequible y adecuada. Sin embargo, la distinción positivo/negativo resulta simplista.
En virtud de ello, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales adoptó una tipología
de obligaciones para esclarecer las obligaciones por parte de los Estados respecto de estos
derechos, estableciendo la obligación de respetar, la obligación de proteger y la obligación de
realizar.
¿Qué se entiende por las obligaciones de respetar, proteger y realizar los derechos humanos?
En el marco del derecho internacional en materia de derechos humanos, los Estados Partes
tienen obligaciones de respetar, proteger y realizar los derechos contenidos en los tratados y
convenciones internacionales.
La obligación de respetar exige que los Estados Partes de abstengan de interferir el disfrute de
los derechos. Por ejemplo, el derecho a la educación se viola si el Estado Parte niega a niñas
embarazadas la permanencia en el sistema escolar.
La obligación de proteger exige que el Estado Parte prevenga violaciones a los derechos
humanos por parte de terceros. Por ejemplo, que el Estado no garantice que los sistemas de
salud cumplan con normas mínimas en materia de salud sexual y reproductiva puede
considerarse una violación al derecho a la salud.
La obligación de realizar exige que el Estado Parte promueva la adopción de medidas legislativas,
administrativas, presupuestales y judiciales, entre otras, que resulten necesarias para alcanzar la
efectiva realización de los derechos.
En este sentido, el respeto por los derechos humanos debe de estar presente en las normas,
instituciones y marcos legales del Estado, y contribuir al clima económico, político y de
programación pública.
Los Estados están obligados a avanzar de manera expedita hacia la implementación de estas
obligaciones, y los obstáculos que pueda representar la falta de recursos no pueden ser
interpretados como una justificación para la falta de acción.
¿Cómo se establecen las obligaciones y los derechos en un enfoque de derechos humanos?
Partiendo de enfoque basado en derechos humanos, éstos determinan la relación entre
individuos y grupos con demandas válidas (derechohabientes) y actores estatales o no-
estatales con obligaciones (garantes/obligados).
El creciente marco legal internacional establece el contexto para un enfoque basado en derechos
humanos hacia el desarrollo, situando la legislación en derechos humanos al centro de la
promoción del mismo.
Si bien no son vinculantes en estricto sentido jurídico, estos acuerdos, como por ejemplo el
Programa de Acción de Viena sobre Derechos Humanos, las Plataformas de Acción de la CIPD o
de Beijing; o declaraciones como la de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en 1993 o la
Declaración del Milenio en el 2000, se convierten en fuentes consuetudinarias del derecho
internacional. De esta manera, forman parte del marco jurídico internacional en materia de
derechos humanos, y establecen principios y estándares de conducta que los gobiernos deben
proteger y promover.
Una Declaración es una serie de normas y principios que los Estados crean y se comprometen a
cumplir a lo interno de sus naciones. Los Estados que las firman no se obligan a cumplir. Si no lo
hacen se les da una sanción moral , es decir que se les llama la atención. (Ejemplo: la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, 1948).
Una Convención es una serie de acuerdos de los Estados con normas y principios que los obligan
a garantizar su cumplimiento (Ejemplo: Convención Americana sobre Derechos Humanos).
Ratificar quiere decir que se firma como un contrato, en donde el país se compromete a
cumplir. Al mismo tiempo le da a la comunidad internacional (los demás países que firmaro n) el
derecho de pedirle cuentas si no cumple.
La estructura institucional del sistema interamericano, que hasta ese momento descansaba en
instrumentos de naturaleza declarativa, experimentó un cambio sustancial al adoptarse la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en la Conferencia Especializada
Interamericana sobre Derechos Humanos (San José, Costa Rica en 1969)
El proyecto de Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1969 (Pacto de San José),
que entró en vigencia el 18 de julio de 1978, no sólo fortaleció el sistema, al dar más efectividad
a la Comisión y, en general, a los mecanismos interamericanos de promoción y protección de
esos derechos, sino que marca la culminación de la evolución del sistema, al cambiarse la
naturaleza jurídica de los instrumentos en que descansa la estructura institucional del mismo.
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos trabaja estrechamente con estos
órganos. Cada uno de ellos tiene su propio Secretariado e incluyen a la Asamblea General de las
Naciones Unidas, la Tercer Comisión de la Asamblea General, el Consejo Económico y Social, y la
Corte Internacional de Justicia.
La Comisión solicita el apoyo de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en
cuanto a personal y asistencia logística a los procedimientos en el cumplimiento de sus
respectivos mandatos. Si bien los mandatos otorgados a los procedimientos especiales son
variables, generalmente implican la revisión, monitoreo, asesoría y difusión pública de las
situaciones de derechos humanos relativas a países o territorios específicos, denominados
mandatos de país; o bien sobre fenómenos relativos a la violación de derechos en todo el mundo,
denominados mandatos temáticos.
Los mandatos pueden incluir diversas iniciativas, como el desarrollo de estudios, la señoría en
materia de cooperación técnica, la respuesta a denuncias individuales, así como la participación
den diversas actividades de promoción. En el cumplimiento de sus mandatos, los relatores
especiales y otros procedimientos llevan a cabo vistas de país, sobre las cuales presentan un
informe ante la Comisión.
Estas misiones se llevan a cabo a petición del procedimiento correspondiente o por invitación
del país respectivo. Muchos países han extendido invitaciones abiertas a todos los
procedimientos especiales con mandato temático. Las actividades que realiza cada
procedimiento especial son establecidas mediante una resolución de la Comisión, y a ella deben
presentar anualmente todos los procedimientos un informe respecto de su trabajo a lo largo del
año.
¿Cuál es la utilidad de la presentación de informes de país para el trabajo a nivel local en materia
de derechos humanos?
Hay siete órganos creados en virtud de los tratados de los derechos humanos que supervisan la
implementación de los tratados internacionales de los derechos humanos:
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial,
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
Cada órgano, o comité, recibe la ayuda de la Secretaría de los Tratados de la Oficina del Alto
Comisionado para los Derechos Humanos en Ginebra, con excepción del CEDAW, que recibe
apoyo de la División para el Adelanto de la Mujer (DAW). Por esta misma razón, la CEDAW se
reúne en la sede de las Naciones Unidas en Nueva york, mientras que el resto de los comités lo
hacen en la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra.
Entre las funciones que realizan de conformidad con los tratados que los crearon, los comités
llevan a cabo la consideración de informes de los Estados Partes, consideración de denuncias o
comunicaciones individuales, y la publicación de comentarios generales a los tratados y
organización de discusiones relativas a los mismos.
Cuando un Estado ratifica cualquiera de estos tratados, asume la obligación de implementar los
derechos reconocidos por éste. Sin embargo, el reconocimiento de los derechos es tá lejos de
garantizar el disfrute de los mismos en la práctica.
Generalmente, el Estado presenta un informe inicial al año de adherirse al tratado (dos en el caso
del Comité de Derechos de Niño), y posteriormente de manera regular de acuerdo con las
provisiones establecidas en éste.
Además de este informe, el comité puede recibir información sobre el país de parte de otras
fuentes, como pueden ser organizaciones no gubernamentales, agencias de Naciones Unidas,
otros organismos internacionales, instituciones académicas o los medios de comunicación.
A partir de toda la información disponible, el Comité revisa el informe de manera conjunta con
representantes del gobierno, y posteriormente publica sus inquietudes y recomendaciones, en
forma de observaciones finales
Cuatro de los siete comités (Derechos del Niños, Discriminación Racial, Tortura y Violencia contra
la Mujer) pueden, bajo ciertas circunstancias, recibir peticiones individuales por parte de
individuos que consideran que sus derechos fueron violados en el marco del tratado
correspondiente.
¿Qué es el Derecho Internacional Humanitario?
El Derecho Internacional Humanitario es el conjunto de normas que, por razones humanitarias,
trata de limitar los efectos de los conflictos armados. Protege a las personas que no participan o
que ya no participan en los combates y limitan los medios y métodos de hacer la guerra. El
Derecho Internacional Humanitario HUMANITARIO suele llamarse también Derecho de la
Guerra y Derecho de los Conflictos Armados.
El origen del Derecho Internacional Humanitario se encuentra en los códigos y las normas de
las regiones y las culturas del mundo. El desarrollo moderno de este derecho comenzó en el
decenio 1860-1870, desde entonces, los Estados han aceptados un conjunto de normas prácticas,
basada en la amarga experiencia de la guerra moderna, que mantiene un cuidadoso equilibrio
entre las preocupaciones de carácter humanitario y las exigencias militares de los Estados. En la
misma medida en que ha crecido la Comunidad Internacional, ha aumentado el número de
Estados en el mundo que han contribuido al desarrollo del Derecho Internacional Humanitario.
Actualmente, este puede considerarse como un verdadero sistema jurídico internacional.
El Derecho Internacional Humanitario cubre dos ámbitos: La protección de las personas que
participan o que ya no participan en las hostilidades.
Una serie de restricciones de los medios de guerra, especialmente armas, y de los métodos de
guerra, como ciertas tácticas militares.
Está prohibido atacar a las personas protegidas. Ellas no deben ser objeto de tratos abusivos o
degradantes. Los heridos y los enfermos deben ser recogidos y asistidos. En cuanto a las
personas prisioneras o detenidas, hay normas detalladas que incluye la provisión adecuada de
alimentos y vivienda, así como garantías jurídicas.
Algunos lugares y objetos, como hospitales y ambulancias, están también protegidos y no deben
ser atacados. El Derecho Internacional Humanitario determina algunos emblemas y señales
claramente reconocibles, que pueden ser utilizados para identificar a las personas y los lugares
protegidos, entre otros, la Cruz Roja y la Media Luna Roja, en países de creencias musulmanas.
El Derecho Internacional Humanitario prohíbe todos los medios y métodos de guerra que:
Que no distingan entre las personas que participan en los combates y las personas que, como los
civiles, no toman parte en los combates.
Causen daños superfluos o sufrimientos innecesarios. Causen daños graves y duraderos al medio
ambiente.
El Derecho Internacional Humanitario ha prohibido, pues, el uso de muchas armas,
incluidas las balas explosivas, las armas químicas y biológicas y las armas láser que ca usa
ceguera.
El concepto de “crímenes de lesa humanidad” data de mediados del siglo XIX. Aunque la
primera lista de tales crímenes se elaboró al final de la Primera Guerra Mundial, no quedaron
recogidos en un instrumento internacional hasta que se redactó la Carta del Tribunal de
Nuremberg en 1945.Los crímenes de lesa humanidad determinados en esta Carta fueron
reconocidos al año siguiente como parte del derecho internacional por la Asamblea General de
las Naciones Unidas y se incluyeron en posteriores instrumentos internacionales, como los
estatutos de los tribunales penales internacionales para la ex Yugoslavia y Ruanda. Ahora se han
definido por primera vez en un tratado internacional al aprobarse el Estatuto de Roma de la Corte
Penal Internacional el 17 de julio de 1998.
El Estatuto distingue los delitos ordinarios de los crímenes de lesa humanidad respecto de los
que la Corte tiene competencia de tres formas:
En primer lugar, los actos que constituyan crímenes de lesa humanidad, como el asesinato,
tienen que haber sido cometidos “como parte de un ataque generalizado o sistemático”. No
obstante, el término «ataque» no denota una agresión militar, sino que se puede aplicar a leyes
y medidas administrativas como deportación o traslado forzoso de población.
En segundo lugar, tienen que ir dirigidos “contra una población civil”. Los actos aislados o
cometidos de manera dispersa o al azar que no llegan a ser crímenes de lesa humanidad no
pueden ser objeto de enjuiciamiento como tales. La presencia de soldados entre la población
civil no basta para privar a ésta de su carácter civil.
En tercer lugar, tienen que haberse cometido de conformidad con “la política de un Estado o de
una organización”. Por consiguiente, pueden cometerlos agentes del Estado o personas que
actúen a instigación suya o con su consentimiento o aquiescencia, como los “escuadrones de la
muerte”. Asimismo, pueden ser cometidos de conformidad con la política de organizaciones sin
relación con el gobierno, como los grupos rebeldes.
En el Estatuto de Roma se considera que pueden constituir crímenes de lesa humanidad los 11
tipos de actos siguientes:
Los Estados que redactaron el Estatuto de Roma reafirmaron, por omisión de toda relación con
un conflicto armado, que los crímenes de lesa humanidad pueden cometerse en tiempo de paz
o durante conflictos armados. Aunque los Tribunales de Nuremberg y Tokio limitaron su
competencia respecto de los crímenes de lesa humanidad a los cometidos durante la Segunda
Guerra Mundial, posteriores instrumentos internacionales, jurisprudencia y análisis eruditos han
puesto claramente de manifiesto que no es necesario que el acto se comenta durante un
conflicto armado para que constituya un crimen de lesa humanidad, por lo que se puede
afirmar que los actos atroces cometidos por los grupos al margen de la ley contra la población
civil hacen parte de esta esfera, los cuales merecen el repudio por parte de los organismos
internacionales y darle la transcendencia del caso.
A diferencia del Estatuto del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, el derecho internacional
y Estatuto de Roma no imponen tal requisito para el ejercicio de la competencia respecto de los
crímenes de lesa humanidad, salvo en el caso del crimen de persecución.
Los crímenes de lesa humanidad se distinguen de estos según la corte penal de Roma, ya que
son cometidos “como parte de un ataque generalizado o sistemático”, es decir puede ser
ejecutado por agresión militar o en la aplicación de medidas administrativas en cumplimiento de
la ley (desaparición forzosa, tortura, etc.), bajo las políticas de un Estado o una organización
armada, subversiva o rebelde.
Los criminales de guerra deben ser enjuiciados en cualquier momento por el Estado respectivo,
en nuestro caso, Colombia llevaría los casos a los Tribunales respectivos, esto se estipuló e n los
Convenios de Ginebra. Sin embargo, el Derecho Internacional Humanitario rompe los límites y
exige que los Estados castiguen los delitos sin importar la nacionalidad del criminal con el fin de
tomar medidas y aplicar la justicia en estos asuntos, llevándolos a instancias internacionales
como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Colombia como Estado parte de los Convenios de Ginebra, tiene la obligación de aplicar este
tratado en toda su extensión a todos los que cometan crímenes de lesa humanidad sin excepción
alguna. Se debe recordar que en este caso cabe la extradición sin indulto, ni amnistías. Podemos
traer a colación lo referente a la extradición del autor material de asesinato de los tres
indigenistas estadounidenses, sujeto conocido con el alias “el marrano”.
Las Fuerzas Militares realizan operaciones con el objeto de prevenir la ejecución de crímenes de
lesa humanidad y garantizar los derechos fundamentales de sus ciudadanos, estipulados en la
Constitución Política (derecho a la vida, honra, bienes y creencias) en términos de igualdad, para
así todas las personas puedan ejercer en toda su expresión la ciudadanía haciendo valer sus
derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.
Cuando nos referimos a los crímenes de lesa humanidad, hablamos de infracciones graves al
derecho internacional de los derechos humanos, que ofenden la conciencia ética de la
humanidad y niegan la vigencia de las normas indispensables para la coexistencia humana. Los
crímenes de mayor ocurrencia en nuestro país son las ejecuciones extrajudiciales, las
desapariciones forzadas y las torturas, atribuidas a los grupos al margen de la ley.
Las Naciones Unidas, guiándose por los propósitos y principios enunciados en la Carta
referentes al desarrollo de la cooperación entre los pueblos y al mantenimiento de la paz y la
seguridad internacionales, proclaman principios de cooperación internacional en la
identificación, detención, extradición y castigo de los culpables de crímenes de guerra o de
crímenes de lesa humanidad, nos preguntamos entonces si se encuentran identificados las
organizaciones que atentan contra estos principios ¿por qué son tenuemente esbozados sus
casos en el documento o informe de referencia?
Las personas contra las que existan pruebas de culpabilidad en la comisión de crímenes de guerra
y crímenes de lesa humanidad deben ser enjuiciadas y, en caso de ser declaradas culpables,
castigadas, por lo general en los países donde se hayan cometido esos crímenes. A este respecto,
los Estados prestaran la cooperación del caso. Ahora bien, no solo los Estados sino es deber de
los organismos internacionales hacer este tipo de acciones tendientes a denunciar a la luz pública
a personas u organizaciones que ejecuten este tipo de actos.
El Derecho Internacional Humanitario es parte del derecho internacional, que regula las
relaciones entre los Estados. Está integrado por acuerdos firmados entre Estados denominados
tratados o convenios, por el derecho consuetudinario internacional que se compone a su vez de
la práctica de los Estados que éstos reconocen como obligatoria, así como por principios
generales del derecho.
El origen del Derecho Internacional Humanitario se remonta a las normas dictadas por las
antiguas civilizaciones y religiones. La guerra siempre ha estado sujeta a ciertas leyes y
costumbres.
La codificación del Derecho Internacional Humanitario a nivel universal comenzó en el siglo XIX.
Desde entonces, los Estados han aceptado un conjunto de normas basado en la amarga
experiencia de la guerra moderna, que mantiene un cuidadoso equilibrio entre las
preocupaciones de carácter la comunidad internacional, ha aumentado el número de Estados
que ha contribuido al desarrollo del Derecho Internacional Humanitario. Actualmente, éste
puede considerarse como un derecho verdaderamente universal
los Protocolos adicionales de 1977 relativos a la protección de las victimas de los conflictos
armados. Hay asimismo otros textos que prohíben el uso de ciertas armas y tácticas militares o
que protegen a ciertas categorías de personas o de bienes.
Son principalmente:
la Convención de la Haya de 1954 para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto
armado y sus dos Protocolos
la Convención de 1972 sobre Armas Bacteriológicas
la Convención de 1980 sobre Ciertas Armas Convencionales y sus cinco Protocolos
la Convención de 1993 sobre Armas Químicas
el Tratado de Ottawa de 1997 sobre las Minas Antipersonal
el Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación
de niños en los conflictos armados.
El 24 de octubre de 1945, a raíz de la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas nació como
una organización intergubernamental con el propósito de salvar a las generaciones futuras de la
devastación de conflictos internacionales. Los Estatutos de las Naciones Unidas
establecieron seis órganos principales, incluyendo la Asamblea General, el Consejo de
Seguridad, la Corte Internacional de Justicia, y en relación con los derechos humanos , un
Consejo Económico y Social.
Los estatutos de las Naciones Unidas otorgaban al Consejo Económico y Social el poder de
establecer comisiones en campos económicos y sociales para la promoción de los derechos
humanos. Una de ellas fue la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que, bajo
la presidencia de Eleanor Roosevelt, se encargó de la creación de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.
La Declaración fue redactada por representantes de todas las regiones del mundo y abarca todas
las tradiciones jurídicas. Formalmente adoptada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de
1948, es el documento más universal de los derechos humanos en existencia, describiendo los
treinta derechos fundamentales que constituyen la base para una sociedad democrática.
La Declaración fue redactada por representantes de todas las regiones del mundo y abarca todas
las tradiciones jurídicas. Formalmente adoptada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de
1948, es el documento más universal de los derechos humanos en existencia,
describiendo los treinta derechos fundamentales que constituyen la base para una sociedad
democrática.
Tras este acto histórico, la Asamblea pidió a todos los países miembros que publicaran el texto
de la Declaración y que se distribuyera, exhibiera, leyera y expusiera principalmente en escuelas
y otras instituciones de enseñanza, sin importar el status político de los países o territorios.