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INTRODUCCIÓN

La iluminación es una parte fundamental en el acondicionamiento ergonómico de los puestos de


trabajo. Si bien, el ser humano tiene una gran capacidad para adaptarse a las diferentes calidades
lumínicas, una deficiencia en la misma puede producir un aumento de la fatiga visual, una
reducción en el rendimiento, un incremento en los errores y en ocasiones incluso accidentes.

Un adecuado análisis de las características que deben disponer los sistemas de iluminación, la
adaptación a las tareas a realizar y las características individuales, son aspectos fundamentales
que se deben considerar.

Luminarias: Clasificación y tipos


De acuerdo con la definición dada por la Comisión Internacional de la Iluminación (CEI), las
luminarias son “aparatos que distribuyen, filtran o transforman la luz emitida por una o varias
lámparas y que contienen todos los accesorios necesarios para su fijación, protección y conexión al
circuito de alimentación”. Habitualmente, se incluye dentro de la luminaria el balastro necesario
para su funcionamiento.

Lo primero que hay que plantearse, a la hora de seleccionar luminarias, son las características del
ambiente del lugar de trabajo donde se vayan a instalar. Un entorno polvoriento, húmedo o con
riesgo de explosión requerirá unas características determinadas tanto de luminaria como de toda
la instalación.

Mediante los elementos que integran la luminaria es posible distribuir adecuadamente el flujo de
luz de las lámparas y determinar la proporción de luz directa o indirecta requerida. De forma
análoga, las luminarias permiten ocultar el cuerpo brillante de las lámparas evitando así el
deslumbramiento.

Las luminarias también pueden ir equipadas con elementos difusores que dispersan la luz y
reducen los reflejos de velo originados en las superficies pulidas de la tarea o del entorno.

Finalmente, a través de los reflectores las luminarias pueden concentrar en un haz más o menos
estrecho el flujo luminoso procedente de las lámparas.

Por tanto, mediante la elección adecuada de las luminarias se pueden controlar, en cierta manera,
la distribución del flujo luminoso, el grado de deslumbramiento producido por la luminaria, el
grado de direccionalidad y difusión de la luz.

Las luminarias pueden ser clasificadas de varias formas. Si consideramos la relación entre el flujo
luminoso directo e indirecto; las luminarias pueden emitir la luz de forma: directa, semidirecta,
uniforme, directa-indirecta, semi-indirecta e indirecta.
Clasificación en función del flujo luminoso

Atendiendo a la amplitud del haz luminoso emitido pueden clasificarse en intensivas, semi-
intensivas, dispersoras, semi-extensivas, extensivas e hiper-extensivas.

Clasificación en función de la amplitud del haz luminoso.

Un aspecto que también hay que tener en cuenta es el tipo de lámpara que puede contener la
luminaria, pues en ocasiones son específicas para un tipo u otro de lámpara.

Finalmente, una vez trazado el perfil básico de la luminaria requerida, es posible elegir entre los
diferentes modelos existentes en el mercado atendiendo a otros criterios: el grado de
deslumbramiento que provocan, su apariencia estética, etc.

Alumbrado
La distribución de las luminarias va a ser determinante para un reparto de luz adecuado en función
de las características del uso que se realice del local o área. Una colocación errónea de las
luminarias puede producir zonas con un nivel de iluminación elevado y zonas oscuras y, lo que
puede resultar peor, una diferencia de luminancia elevada.

En ocasiones, cuando, en fase de proyecto de un local, la luminaria o el tipo de ocupación no son


parámetros que se contemplen, resultará imprescindible modificar espacialmente los puestos de
trabajo para evitar reflejos y deslumbramientos fruto de una mala distribución de las luminarias.

Se habla de alumbrado para referirse de forma general al conjunto de la distribución de las


luminarias. El alumbrado general proporciona una iluminación uniforme sobre toda el área
iluminada. Es un método de iluminación muy extendido. Se consigue distribuyendo las luminarias
de forma regular por todo el techo del local.
El alumbrado general localizado proporciona una distribución no uniforme de la luz de manera
que esta se concentra sobre las áreas de trabajo. El resto del local, formado principalmente por las
zonas de paso, se ilumina con una luz más tenue. Se consiguen así importantes ahorros
energéticos puesto que la luz se concentra allá donde hace falta. Claro que esto presenta algunos
inconvenientes respecto al alumbrado general. En primer lugar, si la diferencia de luminancias
entre las zonas de trabajo y las de paso es muy grande, se puede producir deslumbramiento
molesto. El otro inconveniente es la rigidez a la hora de colocar los puestos de trabajo. Se puede
conseguir este alumbrado concentrando las luminarias sobre las zonas de trabajo.

El alumbrado localizado se emplea en caso de necesitar una iluminación suplementaria cerca de la


tarea visual para realizar un trabajo concreto. El ejemplo típico son las lámparas de escritorio. Se
recurre a este método siempre que haya obstáculos que tapen la luz proveniente del alumbrado
general, cuando no sea necesaria permanentemente el aporte extra de luz o para personas con
problemas visuales. Un aspecto que se debe cuidar cuando se emplea este método es que la
relación entre las luminancias de la tarea visual y el fondo no sea muy elevada pues en caso
contrario se podría producir deslumbramiento molesto.

Respecto al alumbrado general, se puede clasificar en función de la distribución espacial del flujo,
de tal manera que la iluminación que se consigue es: directa, semi-directa, uniforme, semi-
indirecta e indirecta.

Clasificación en función de la distribución espacial del flujo

Iluminación directa

Con este tipo de iluminación todo el flujo luminoso se dirige directamente a la zona que se desea
iluminar. En la práctica no se suele obtener una iluminación totalmente directa, dado que casi
siempre existe una componente indirecta procedente dela reflexión de la luz en las paredes y
techo de la sala.
La iluminación directa se suele utilizar cuando se requieren altos niveles de iluminación en la zona
de trabajo; por ejemplo, con iluminación localizada.
Este sistema resulta económico, pero produce sombras duras y aumenta el riesgo de
deslumbramiento. Por otra parte, el sistema de iluminación directa presenta el inconveniente de
dejar en sombra los techos y las paredes del local pudiendo originar grandes desequilibrios de
luminancia.

Iluminación semi-directa
En este caso la mayor parte del flujo luminoso se dirige hacia la zona que se desea iluminar, pero
una pequeña parte se envía hacia el techo o las paredes con el fin de obtener una cierta
componente de iluminación indirecta.
Con este sistema las sombras no son tan duras como en el caso de la iluminación directa y se
reduce el riesgo de deslumbramiento y el desequilibrio de luminancias enla zona de trabajo con
respecto al techo y las paredes.

Un sistema de iluminación directa puede transformarse en un sistema de iluminación semi-directa


añadiendo a las luminarias una placa o pantalla difusora de vidrio o plástico.
El sistema de iluminación semi-directa es muy utilizado en locales de oficina y de talleres en
general.

Iluminación uniforme

Con este sistema de iluminación el flujo luminoso se distribuye en todas las direcciones de
manera que un parte de él llega directamente a la tarea mientras el resto se refleja en el techo y
las paredes.
La combinación de luz directa e indirecta que se obtiene produce sombras muy suaves. En
general el efecto producido por este sistema de iluminación es agradable, dado que proporciona
una distribución armoniosa de luminancias en todo el campo visual. Este tipo de iluminación
también está indicado para locales de oficina y otras actividades diversas.

Iluminación semi-indirecta

En este caso solo una pequeña parte del flujo luminoso se dirige directamente hacia abajo, en
tanto que la mayor parte del mismo sufre varias reflexiones en el techo y las paredes antes de
iluminar cualquier zona.
Con este sistema se obtiene una buena calidad de iluminación, con sombras muy suaves y
prácticamente sin riesgo de deslumbramiento. No obstante, el rendimiento obtenido es bajo
porque una parte importante del flujo luminoso es absorbidopor el techo y las paredes. Esto
obliga a que dichas superficies se recubran con pinturas muy claras, que reflejen bien la luz.
En las actividades que requieran una buena percepción de la textura y del relieve de los objetos
no es recomendable este tipo de iluminación debido a la ausencia casi total de sombras,
necesarias para favorecer la percepción de los objetos en sus tres dimensiones.
Iluminación indirecta
En este tipo de iluminación todo el flujo luminoso se dirige hacia el techo, quedando las luminarias
totalmente ocultas. El observador no ve ningún objeto luminoso, únicamente aprecia las áreas
iluminadas. Las sombras desaparecen casi por completo y también todo riesgo de
deslumbramiento.
Esta forma de iluminación es la que presenta una menor eficiencia energética; su utilización suele
quedar reservada a los lugares donde no se requieran niveles relevantes de iluminación pero donde
es importante conseguir un ambiente relajante y agradable.
ILUMINACIÓN EN LOS LUGARES DE TRABAJO
“La iluminación de los lugares de trabajo deberá permitir que los trabajadores dispongan de
condiciones de visibilidad adecuadas para poder circular por los mismos y desarrollar en ellos sus
actividades sin riesgo para su seguridad y salud”.

1. La iluminación de cada zona o parte de un lugar de trabajo deberá adaptarse a las


características de la actividad que se efectúe en ella, teniendo en cuenta:
a) Los riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores dependientes de las
condiciones de visibilidad.
b) Las exigencias visuales de las tareas desarrolladas.
2. Siempre que sea posible, los lugares de trabajo tendrán una iluminación natural, que deberá
complementarse con una iluminación artificial cuando la primera, por sí sola, no garantice las
condiciones de visibilidad adecuadas. En tales casos se utilizará preferentemente la
iluminación artificial general, complementada a su vez con una localizada cuando en zonas
concretas se requieran niveles de iluminación elevados.
3. Los niveles mínimos de iluminación de los lugares de trabajo serán los establecidos en la
siguiente tabla:

NIVEL MÍNIMO
ZONA O PARTE DEL LUGAR DE TRABAJO (*)
DE ILUMINACIÓN (Lux)
Zonas donde se ejecuten tareas con:
• Bajas exigencias visuales 100
• Exigencias visuales moderadas 200
• Exigencias visuales altas 500
• Exigencias visuales muy altas 1000
Áreas o locales de uso ocasional 50
Áreas o locales de uso habitual 100
Vías de circulación de uso ocasional 25
Vías de circulación de uso habitual 50

4. Estos niveles mínimos deberán duplicarse cuando concurran las siguientes circunstancias:
a) En las áreas o locales de uso general y en las vías de circulación, cuando por sus características,
estado u ocupación, existan riesgos apreciables de caídas, choques u otros accidentes.
b) En las zonas donde se efectúen tareas, cuando un error de apreciación visual durante la
realización de las mismas pueda suponer un peligro para el trabajador que las ejecuta o para
terceros o cuando el contraste de luminancias o de color entre el objeto a visualizar y el fondo
sobre el que se encuentra sea muy débil.
No obstante, lo señalado en los párrafos anteriores, estos límites no serán aplicables en aquellas
actividades cuya naturaleza lo impida.
5. La iluminación de los lugares de trabajo deberá cumplir, además, en cuanto a su distribución y
otras características, las siguientes condiciones:
a) La distribución de los niveles de iluminación será lo más uniforme posible.
b) Se procurará mantener unos niveles y contrastes de luminancia adecuados a las exigencias
visuales de la tarea, evitando variaciones bruscas de luminancia dentro de la zona de operación y
entre ésta y sus alrededores.
c) Se evitarán los deslumbramientos directos producidos por la luz solar o por fuentes de luz
artificial de alta luminancia. En ningún caso éstas se colocarán sin protección en el campo visual
del trabajador.
d) Se evitarán, asimismo, los deslumbramientos indirectos producidos por superficies reflectantes
situadas en la zona de operación o sus proximidades.
e) No se utilizarán sistemas o fuentes de luz que perjudiquen la percepción de los contrastes, de la
profundidad o de la distancia entre objetos en la zona de trabajo, que produzcan una impresión
visual de intermitencia o que puedan dar lugar a efectos estroboscópicos.
6. Los lugares de trabajo, o parte de los mismos, en los que un fallo del alumbrado normal suponga
un riesgo para la seguridad de los trabajadores dispondrán de un alumbrado de emergencia de
evacuación y de seguridad.
7. Los sistemas de iluminación utilizados no deben originar riesgos eléctricos, de incendio o de
explosión, cumpliendo, a tal efecto, lo dispuesto en la normativa específica vigente.

Cuestionario:
• ¿Por qué es importante la iluminación en los puestos de trabajos?
• Definición luminarias según la Comisión Internacional de la Iluminación (CEI).
• ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir una luminaria y que podemos controlar a
través de las mismas?
• Clasificar las luminarias.
• ¿A qué nos referimos cuando hablamos de alumbrado?
• Definir alumbrado general y hacer una breve descripción de su clasificación.
• Define alumbrado general localizado.
• Define alumbrado localizado.
• ¿Cuáles son los niveles mínimos de iluminación establecidos de los lugares de trabajo?
• ¿Con qué condiciones debe cumplir la iluminación de los lugares de trabajo, además, de su
distribución y otras características?

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