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Abstracto

Objetivo: Nuestro propósito fue determinar la incidencia de placenta previa a


partir de la evidencia epidemiológica disponible y cuantificar el riesgo de
placenta previa en función de la presencia y número de partos por cesárea y
antecedentes de aborto espontáneo e inducido.
Diseño del estudio: Se revisaron los estudios sobre placenta previa publicados
entre 1950 y 1996 sobre la base de una búsqueda bibliográfica exhaustiva con el
uso de MEDLINE y mediante la identificación de los estudios citados en las
referencias de los informes publicados. Se eligieron los estudios para su
inclusión en el metaanálisis si se disponía de la incidencia de placenta previa y
su clasificación cruzada con el parto por cesárea previo o los abortos (tanto
espontáneos como inducidos) o ambos. También se extrajeron detalles sobre el
diseño del estudio (estudio de casos y controles o de cohortes) y el lugar donde
se realizaron (Estados Unidos u otros países). Se excluyeron de esta revisión los
informes de casos publicados sobre la placenta previa y los estudios
relacionados con el desprendimiento prematuro de placenta. También se
restringió la búsqueda a los estudios publicados en inglés. No se intentó
localizar estudios no publicados. Los datos de los estudios identificados durante
la búsqueda bibliográfica fueron revisados y resumidos por un solo autor. En
caso de discrepancias o cuando la información presentada en un estudio no
estaba clara, se buscó la abstracción por parte de un segundo revisor (cegado)
para resolver la discrepancia.
Resultados: Se extrajeron datos sobre la incidencia de placenta previa y sus
asociaciones con partos por cesárea y abortos previos. Se realizaron análisis de
subgrupos para identificar posibles fuentes de heterogeneidad por diseño del
estudio y lugar donde se realizaron. Los métodos estadísticos utilizados para el
metaanálisis incluyeron el modelo de regresión logística de efectos fijos,
mientras que las fuentes potenciales de heterogeneidad entre los estudios se
evaluaron mediante el ajuste de modelos de efectos aleatorios. La tabulación de
36 estudios identificó un total de 3,7 millones de mujeres embarazadas, de las
cuales 13.992 pacientes fueron diagnosticadas con placenta previa. La
incidencia reportada de placenta previa varió entre 0.28% y 2.0%, o
aproximadamente 1 de cada 200 partos. Las mujeres con al menos un parto por
cesárea previo tuvieron 2,6 (intervalo de confianza del 95%: 2,3 a 3,0) veces un
mayor riesgo de desarrollar placenta previa en un embarazo posterior. Los
resultados variaron según el diseño del estudio, y los estudios de casos y
controles mostraron un riesgo relativo más fuerte (riesgo relativo 3,8; intervalo
de confianza del 95%: 2,3 a 6,4) que los estudios de cohortes (riesgo relativo 2,4;
intervalo de confianza del 95%: 2,1 a 2,8). Cuatro estudios, que abarcaron 170
640 mujeres embarazadas, proporcionaron datos sobre el número de partos por
cesárea anteriores. Estos estudios mostraron un patrón dosis-respuesta para el
riesgo de previa sobre la base del número de partos por cesárea previos. Los
riesgos relativos fueron 4,5 (intervalo de confianza del 95%: 3,6 a 5,5) para uno,
7,4 (intervalo de confianza del 95%: 7,1 a 7,7) para dos, 6,5 (intervalo de
confianza del 95%: 3,6 a 11,6) para tres y 44,9 (intervalo de confianza del 95%:
13,5 a 149,5) para cuatro o más partos por cesárea previos. Las mujeres con
antecedentes de aborto espontáneo o inducido tuvieron un riesgo relativo de
placenta previa de 1,6 (intervalo de confianza del 95%: 1,0 a 2,6) y 1,7 (intervalo
de confianza del 95%: 1,0 a 2,9), respectivamente. Se observó una
heterogeneidad sustancial en los resultados del metaanálisis entre los
estudios. Conclusión: Existe una fuerte asociación entre tener un parto por
cesárea previo, aborto espontáneo o inducido, y el posterior desarrollo de
placenta previa. El riesgo aumenta con el número de partos por cesárea previos.
Las mujeres embarazadas con antecedentes de parto por cesárea o aborto
deben considerarse de alto riesgo de placenta previa y deben ser monitoreadas
cuidadosamente. Este estudio proporciona otra razón para reducir la tasa de
parto por cesárea primaria y para abogar por el parto vaginal para las mujeres
con parto por cesárea anterior.

Johnson, L., Mueller, B. y Daling, J. (2003), The relationship of placenta


previa and history of induced abortion. International Journal of
Gynecology & Obstetrics, 81: 191-198. doi:10.1016/S0020-
7292(03)00004-3. Ananth, C. V., Smulian, J. C. y Vintzileos, A. M. (1997).
The association of placenta previa with history of cesarean delivery and
abortion: A metaanalysis. American Journal of Obstetrics & Gynecology,
177(5), 1071 - 1078. DOI: https://doi.org/10.1016/S0002-9378(97...
Comunicado de ASDRA y del Departamento de
Bioética del Instituto Universitario de Ciencias de
la Salud Fundación Barceló: Las personas con SD
y la eugenesia en los países que eliminaron
restricciones al aborto
 

Buenos Aires, 3 de agosto de 2018

ASDRA –Asociación Síndrome de Down de la República Argentina- y el


Departamento de Bioética del Instituto Universitario de Ciencias de la Salud
Fundación Barceló, en el contexto del proyecto de interrupción voluntaria del
embarazo que se debatirá en el Senado de la Nación el próximo 8 de agosto,
indican que en la mayoría de los países donde se eliminaron restricciones al
aborto hubieron incrementos de prácticas eugenésicas de hasta un 90 %
sobre fetos diagnosticados con síndrome de Down. Los casos son numerosos:
Estados Unidos, Holanda, República Checa, Finlandia, Francia, Noruega, Italia,
Israel, Suecia, Canadá, Australia e Inglaterra, entre otros. Las estadísticas que se
comparten en este comunicado pueden observarse de manera completa en un
documento en el que Down 21 España recopila estudios científicos y reconocidas
fuentes https://goo.gl/LZn84. También hay que decir que en algunos países que
tienen restricciones al aborto, como es el caso de Irlanda, la prevalencia de
nacimientos de personas con síndrome de Down, entre 1995 y 1999, se
incrementó de 19 a 26 por 10.000. Y una situación similar es la de Malta,
que tiene registros en ese sentido.
Un escenario impactante y que permite observar el fenómeno descripto con
claridad es el de España, que eliminó restricciones al aborto en 2010. Allí se
registraban 15 nacimientos con síndrome de Down por cada 10.000 bebés
nacidos entre 1976-1980, y se pasó a una tasa de 5,51 por 10.000 en 2011. La
tendencia se mantiene hasta la actualidad, donde se estima que se toca el máximo
poblacional en términos absolutos. Esta información puede observarse en un
documento del Portal Down 21, que reúne cifras oficiales https://goo.gl/jzp6CZ.
Para ASDRA y el Departamento de Bioética del Instituto Universitario de
Ciencias de la Salud Fundación Barceló, que trabajan en conjunto desde hace seis
años en diferentes iniciativas para la formación profesional a favor de la
inclusión de las personas con discapacidad, es muy importante que se tengan en
cuenta los riesgos de las prácticas eugenésicas en caso de que se eliminen
restricciones al aborto.

Por otro lado, si bien ninguna de las instituciones juzga las decisiones
personales, no obstante, consideran fundamental que se describa la realidad
que atraviesan miles de niños por nacer con síndrome de Down. 
ASDRA y el Departamento de Bioética del Instituto Universitario de
Ciencias de la Salud se ponen a disposición del Ministerio de Salud de la
Nación para poder trabajar juntos en políticas de salud que incluyan
Protocolos de actuación para médicos y de contención para las familias ante
diagnósticos de embarazos con síndrome de Down. Es imperioso que tanto los
profesionales como las madres y los padres cuenten con una información
completa, veraz y adecuada con relación a la realidad de las personas con
trisomía 21.

ASDRA - Asociación Síndrome de Down de la República Argentina


Uriarte 2011 (C1425FNA) C.A.B.A - Argentina
ASDRA, Miembro fundador de la Red Argentina T21 / Miembro Fundador de FIADOWN
Anticoncepción
postaborto: cuándo y qué
tipo
Fecha de la última revisión: 15 de febrero de 2021

Recomendación:
 Después de un aborto por aspiración Endo uterina o por dilatación
y evacuación (D y E), los anticonceptivos hormonales y no
hormonales, incluidas la colocación del dispositivo intrauterino
(DIU) y la esterilización femenina, se pueden iniciar
inmediatamente.
 Los métodos hormonales, tales como píldoras, parches, anillos,
inyectables e implantes, se pueden iniciar el mismo día que inicia
la primera tableta de aborto con medicamentos. Se puede colocar
el DIU y realizar la esterilización femenina cuando se tenga
certeza razonable de que la mujer ya no está embarazada.
 La esterilización masculina (vasectomía) es segura y eficaz, y se
puede realizar en cualquier momento.

 Los métodos anticonceptivos de acción prolongada tienen tasas


más altas de uso continuo y tasas más bajas de embarazos
repetidos cuando se comparan con los métodos de corta duración.

 Las personas, incluidas las adolescentes, deberían poder decidir si


desean usar un método anticonceptivo, y seleccionar su método
preferido, basándose en información anticonceptiva correcta y
precisa y en sus necesidades y preferencias personales.
Grado de la recomendación: fuerte
Calidad de la evidencia:
 DIU y anticonceptivos orales combinados: alta

 Implantes: moderada

 Otros métodos: baja a moderada


Retorno de la fertilidad
Después de un aborto inducido de menos de 13 semanas de gestación,
la mujer típicamente ovula dentro de tres a cuatro semanas después; sin
embargo puede ovular tan pronto como a los ocho días (Boyd y
Holmstrom, 1972; Lahteenmaki y Luukkainen, 1978; Schreiber, Sober,
Ratcliffe y Creinin, 2010; Stoddard y Eisenberg, 2011). Por lo menos el
85% de las mujeres ovulan antes de su primera menstruación (Boyd y
Holmstrom, 1972; Cameron y Baird, 1988; Lahteenmaki y Luukkainen,
1978). No hay diferencia en el tiempo que transcurre hasta la ovulación
después de un aborto con medicamentos comparado con la aspiración
endouterina (Cameron y Baird, 1988).
Existen datos limitados sobre el retorno de la fertilidad después de un
aborto realizado a las 13 semanas o más de gestación. Un estudio con
solo nueve participantes encontró que el 66% ovuló dentro de los 21 días
(Marrs, Kletzky, Howard y Mishell, 1979). Dado el rápido retorno de la
fertilidad, todas las mujeres que desean iniciar un método anticonceptivo
deben recibir su método preferido en el momento de realizar el aborto. Si
el método preferido por la mujer no está disponible, se le debe
proporcionar una referencia y, si así lo desea, un método provisional
(Organización Mundial de la Salud [OMS], 2014b).

Seguridad y aceptación de la
anticoncepción postaborto
Para mujeres adultas, la edición de 2015 de la publicación de la OMS
titulada Criterios médicos de elegibilidad para el uso de
anticonceptivos clasifica todos los métodos anticonceptivos bajo la
categoría uno, es decir, que son seguros para uso inmediato, después de
un aborto por aspiración en el primer trimestre sin complicaciones; las
recomendaciones no difieren por tipo de aborto. La esterilización
femenina es clasificada como aceptable después de un aborto sin
complicaciones.
Asimismo, Criterios médicos de elegibilidad para el uso de
anticonceptivos (OMS, 2015) clasifica todos los métodos anticonceptivos
bajo la categoría uno, es decir, que son seguros para uso inmediato,
después de un aborto en el segundo trimestre sin complicaciones, con la
excepción del DIU. Debido a mayor riesgo de expulsión cuando se utiliza
después del aborto a las 13 semanas o más de gestación, el DIU es
clasificado bajo la categoría dos, lo cual significa que las ventajas de usar
el método generalmente superan los riesgos. La esterilización femenina
es clasificada como aceptable después de un aborto sin complicaciones
a las 13 semanas o más de gestación.
Dos de estas recomendaciones difieren para las adolescentes: la
inyección de acetato de medroxiprogesterona de depósito (AMPD) es
clasificada por la OMS bajo la categoría dos para mujeres menores de 18
años de edad, debido a preocupaciones sobre sus efectos en la densidad
mineral ósea. Se podría realizar la esterilización en mujeres jóvenes,
pero posiblemente sea necesario tomar precauciones especiales con las
jóvenes debido a que presentan mayor riesgo de arrepentimiento (OMS,
2015).
En comparación con los métodos de corta duración, los métodos
anticonceptivos de acción prolongada, como los implantes y DIU, tienen
tasas más altas de continuación y tasas más bajas de embarazos y
abortos (Blumenthal, Wilson, Remsburg, Cullins y Huggins, 1994;
Cameron et al., 2012; Kilander et al., 2016; Korjamo, Mentula y
Heikinheimo, 2017; Langston, Joslin-Rohr y Westhoff, 2014; Peipert,
Madden, Allsworth y Secura, 2012; Pohjoranta, Mentual, Gissler,
Suhonen y Heikinheimo, 2015; Roberts, Silva y Xu, 2010; Rose, Garrett y
Stanley, 2015). La aceptación de los métodos de acción prolongada es
más alta después del aborto quirúrgico comparada con la aceptación de
estos métodos después de un aborto con medicamentos (Laursen,
Stumbras, Lewnar y Haider, 2017; Rocca et al., 2018). Una revisión
sistemática y meta-análisis de ensayos controlados aleatorizados
demostraron tasas significativamente más altas de satisfacción de las
pacientes con inicio inmediato (día de mifepristona) de implantes e
inyectables comparado con el inicio retrasado (Schmidt-Hansen et al.,
2020).

Inicio de un método anticonceptivo


Después de la aspiración por vacío, la D y E o el aborto con
medicamentos, en los que la expulsión del feto ocurre en una unidad de
salud, todos los métodos anticonceptivos hormonales y no hormonales,
incluidas la colocación del DIU y la esterilización femenina, se pueden
iniciar inmediatamente (OMS, 2015; OMS, 2018). Se puede iniciar el uso
de métodos basados en el conocimiento de la fertilidad una vez que la
mujer haya tenido por lo menos una menstruación postaborto. La
esterilización masculina (vasectomía) se puede realizar en cualquier
momento.
Para el aborto con medicamentos, cuando se prevé que la expulsión del
feto ocurrirá en la casa, casi todos los métodos anticonceptivos (como
píldoras, inyectables e implantes) se pueden iniciar con la toma de la
primera tableta del aborto con medicamentos si no hay
contraindicaciones médicas (OMS, 2015; OMS, 2018). Se puede colocar
el DIU y realizar la esterilización tan pronto se tenga certeza razonable
de que la mujer ya no está embarazada (OMS, 2014a; OMS, 2018).

Evidencia relacionada con métodos


anticonceptivos específicos
DIU: ver “Uso del DIU postaborto: seguridad y tiempo de colocación”.
Implantes subdérmicos de progestágeno solo: Dos ensayos de no
inferioridad aleatorizados realizados con mujeres en proceso de aborto
con medicamentos antes de las 13 semanas de gestación (Hognert et al.,
2016; Raymond et al., 2016b) han demostrado que las tasas de aborto
completo son las mismas en mujeres que reciben un implante
anticonceptivo el mismo día que reciben mifepristona, comparadas con
las mujeres con colocación de implante tardía. En ambos estudios, las
tasas de inserción fueron más altas para las mujeres que recibieron su
implante el mismo día que recibieron la mifepristona. Un estudio (Hognert
et al., 2016) informó una tasa de embarazo significativamente mayor en
el grupo de inserción tardía durante la consulta de seguimiento seis
meses después del aborto (3.8% comparada con 0.8%). Otro estudio
seleccionó al azar a mujeres en proceso de D y E para la inserción tardía
o inmediata del implante (Cowett et al., 2018). A menos de la mitad de
las mujeres en el grupo de inserción tardía se les colocó el implante, en
comparación con el 100% en el grupo de inserción inmediata.
Inyección de progestágeno solo: En un estudio con 132 mujeres que
usaron AMPD (acetato de medroxiprogesterona de depósito)
inmediatamente después del aborto por aspiración, no se informó ningún
evento adverso serio, pero sí bajas tasas de continuación del método
(22%) un año después y altas tasas de embarazos repetidos (Goldberg,
Cardenas, Hubbard y Darney, 2002). Un ensayo de no inferioridad
controlado y aleatorizado (Raymond et al., 2016a) que comparó a 220
mujeres en proceso de aborto con medicamentos hasta 75 días de
gestación, quienes recibieron AMPD el mismo día que la mifepristona,
con 226 mujeres que no la recibieron, encontró similares tasas de
intervención quirúrgica, por la razón que fuera, después del aborto con
medicamentos (6.4% y 5.3%, respectivamente) y tasas de embarazo a
los seis meses después de la intervención (2.3% y 3.2%
respectivamente). Sin embargo, la tasa de continuación del embarazo
como razón de aborto fallido con medicamentos en el grupo de mujeres
que recibieron la inyección de AMPD fue significativamente mayor (3.6%
vs 0.9%). Estudios de cohorte retrospectivos menos extensos no han
encontrado diferencias en las tasas de eficacia del aborto con
medicamentos ni en las tasas de continuación del embarazo en mujeres
que inician las inyecciones de progestágeno solo, el mismo día que se
administra la mifepristona (Douthwaite et al., 2016; Park, Robinson,
Wessels, Turner y Geller, 2016). Las mujeres informan alta satisfacción
con la administración de anticonceptivos de progestágeno solo el mismo
día (Raymond et al., 2016a)
Anticonceptivos orales combinados (AOC): En una revisión de siete
estudios en los cuales participaron 1739 mujeres, no se demostró ningún
evento adverso serio con el uso de AOC inmediatamente después de un
aborto por aspiración o con medicamentos antes de las 13 semanas de
gestación (Gaffield, Kapp y Ravi, 2009). Además, las mujeres que usaron
AOC de inmediato demuestran similares patrones de sangrado que las
mujeres que no usaron anticonceptivos y menos sangrado que las
usuarias del DIU de cobre. Dos ensayos controlados aleatorizados de
AOC comparados con placebo iniciado inmediatamente después del
aborto con medicamentos hasta entre 49 y 63 días de gestación,
mostraron que las píldoras no tienen un efecto significativo ni en la
eficacia del aborto con medicamentos ni en la cantidad y duración de
pérdida de sangre (Tang, Gao, Cheng, Lee y Ho, 1999; Tang, Xu, Cheng,
Lee y Ho, 2002).
Anillo vaginal combinado: En un estudio de cohorte con 81 mujeres que
usaron un anillo vaginal una semana después del aborto por aspiración o
con medicamentos antes de las 13 semanas de gestación, no se informó
ningún evento adverso serio ni infección (Fine, Tryggestad, Meyers y
Sangi-Haghpeykar, 2007).
Parche anticonceptivo combinado: En un ensayo clínico aleatorizado con
298 mujeres que se colocaron un parche anticonceptivo inmediatamente
en el postaborto o lo hicieron el domingo siguiente después del aborto,
no se mostró ninguna diferencia en las tasas de continuación a los dos y
seis meses. Entre el 53% de mujeres que se pudieron contactar a los
seis meses, la mitad había dejado de usar el parche anticonceptivo
(Steinauer et al., 2014).

Calidad de la evidencia
Debido a la demostrada seguridad de la anticoncepción después de la
aspiración endouterina y el aborto con medicamentos antes de las 13
semanas de gestación, la edición de 2015 de Criterios médicos de
elegibilidad para el uso de anticonceptivos clasifica el inicio inmediato de
inyecciones hormonales, implantes, anticonceptivos hormonales
combinados (píldoras, parches y anillos) y píldoras de progestágeno solo,
bajo la categoría uno, seguros de usar (OMS, 2015). Con la excepción
del uso del DIU después de la D y E, no se ha estudiado adecuadamente
el uso inmediato de la mayoría de los métodos anticonceptivos después
de la D y E o del aborto con medicamentos a las 13 semanas o más de
gestación. Las recomendaciones de la edición de 2015 de Criterios
médicos de elegibilidad para el uso de anticonceptivos no difieren por
tipo de aborto realizado, ya sea con medicamentos o por D y E. La
necesidad inmediata de la mujer de iniciar un método anticonceptivo
confiable después del aborto, combinada con la reducida aceptación de
anticoncepción cuando se retrasa la provisión, apoyan enfáticamente la
recomendación de iniciar un método anticonceptivo inmediatamente.

Toma de decisiones informadas


La OMS recomienda que los servicios de salud sexual y reproductiva,
incluidos los servicios de anticoncepción, sean proporcionados de una
manera que asegure la toma de decisiones totalmente informada, que
respete la dignidad, autonomía, privacidad y confidencialidad de la
usuaria, y que sea sensible a las necesidades y perspectivas de cada
persona (OMS, 2014b). Las personas deberían poder elegir o rechazar
un método anticonceptivo según sus necesidades y preferencias
personales. Información anticonceptiva integral, basada en evidencia,
consejería anticonceptiva no directiva y apoyo deben ser accesibles para
todas las personas, incluidas las adolescentes, de manera que las
pacientes puedan tomar una decisión informada. En un estudio realizado
en Estados Unidos, la mayoría de las mujeres prefirieron no discutir la
anticoncepción a fondo durante su consulta para tener el aborto, más
comúnmente porque ya sabían qué método anticonceptivo postaborto
querían (Cansino et al., 2018). Lo ideal sería tener disponible la gama
completa de métodos anticonceptivos, ofrecer referencias adecuadas
para los métodos que no estén disponibles en la misma unidad de salud,
e integrar estos servicios con los servicios de aborto y atención
postaborto (Baynes et al., 2019; OMS, 2014b). Cuando se entrega un
método anticonceptivo durante la consulta de aborto y se dispone de una
gran variedad de métodos anticonceptivos, la aeptación del método
anticonceptivo por pacientes postaborto puede ser tan alta como el 73%,
incluso entre las mujeres jóvenes (Benson, Andersen, Healy y Brahmi,
2017; Benson et al., 2016).
Referencias bibliográficas
 
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Organización Mundial de la Salud. (2014b). Respeto de los
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servicios de anticoncepción: Orientación y
recomendaciones. Ginebra: Ediciones de la Organización Mundial
de la Salud.
Organización Mundial de la Salud. (2015). Criterios médicos de
elegibilidad para el uso de anticonceptivos (5a ed.). Ginebra:
Ediciones de la Organización Mundial de la Salud.
Organización Mundial de la Salud. (2018). Medical management
of abortion. Ginebra: Ediciones de la Organización Mundial de la
Salud.
El acceso a un aborto seguro constituye un
derecho que debería poseer toda mujer, niña o
persona que pueda quedarse embarazada. Su
supresión provoca la violación de múltiples
derechos como el derecho a la propia vida, a la
salud, a la intimidad, a la autonomía o a no sufrir ni
violencia, ni discriminación.
En los últimos años se han visto importantes avances hacia este
derecho. Destaca el importante logro de las mujeres en Argentina, pero
también Colombia, México o Ecuador han legislado recientemente
hacia unmayor acceso al aborto.
Sin embargo, todavía existen países como Nicaragua, El Salvador,
República Dominicana, Malta, Andorra o Polonia (entre otros) en los
que el aborto continúa estando penado. Esto supone que 90 millones
de mujeres en edad reproductiva no tienen a derecho a decidir sobre su
embarazo. Pero, no son las únicas que tienen que enfrentarse a
restricciones legales en el aborto, ya que el 22% de mujeres en edad
reproductiva viven en países donde solo se permite abortar para
salvar la vida de la mujer y otro 23% en países en los que el aborto
solo está permitido por motivos sociales y económicos. Esto hace
que prácticamente un 50% del total de las mujeres en edad reproductiva
vivan en países donde el abordo está fuertemente restringido y, por ello,
está también en riesgo la vida de las mujeres que se ven obligadas a
someterse a abortos clandestinos.
A esta situación se ha sumado recientemente Estados Unidos, cuya
Corte Suprema ha dictaminado que el derecho al aborto no está
amparado por la Constitución. La consecuencia es que cada Estado
puede legislar llevando a la cárcel a las mujeres acusadas de abortar y a
quienes contribuyen a ello, o también pueden legislar estableciendo
limitaciones tan restrictivas que lo hacen inviable en la práctica. Y esto
es lo que ya está sucediendo en la mitad de los estados del país.
“Todavía existen países como Nicaragua, El Salvador, República
Dominicana, Malta o Andorra (entre otros) en los que el aborto continúa
estando penado. Esto supone que 90 millones de mujeres en edad
reproductiva no tienen a derecho a decidir sobre su embarazo. EEUU se
ha sumado recientemente a los países que no garantizan el derecho”
Algunos de los obstáculos con los que las mujeres pueden encontrarse
además de una legislación restrictiva, son la poca disponibilidad de
servicios, los costes elevados, la estigmatización, la objeción de
conciencia del personal sanitario -recientemente se han públicos
varios casos en España-, o la exigencia de requisitos
innecesarios como el suministro de información engañosa. Muchas
mujeres que quieren ejercer su derecho a decidir sobre su embarazo y
maternidad se ven obligadas a desplazarse a otros países (o a otros
estados en el caso de Estados Unidos). Una posibilidad a la que no todas
pueden acceder porque la desigualdad socioeconómica también cuenta
negativamente en el derecho al aborto.
El hecho de imponer restricciones en el acceso a un aborto seguro,
no desemboca en un menor número de abortos, sino en un mayor
número de mujeres y niñas que tienen que poner su vida en riesgo
para que se les practique un aborto en unas condiciones que no
cumplen los mínimos sanitarios.
Se calcula que cada año uno de cada cuatro embarazos acaba en
aborto. Sin embargo, la tasa de aborto no es tan diferente entre los
países en los que está prohibido y los que no, siendo 37 por 1000
mujeres las que abortan en los primeros y 34 de 1000 las que abortan en
los segundos.

Obligar a una mujer a continuar con su embarazo o buscar un método de


aborto inseguro constituye una violación de sus derechos humanos. Por
eso, no podemos permitir que se dé marcha atrás en los avances
conseguidos en derechos sexuales y reproductivos.

Es el momento de actuar por el derecho al aborto


Desde la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo y
su Programa de Acción en 1994, son muchos los países que han
modificado sus leyes y su compromiso de prevenir los abortos inseguros,
liberalizando el aborto y ampliando los motivos por los que el aborto es
legal.
En la última década conviven los avances, pero también el interés
de gobiernos y grupos antiaborto por hacer retroceder los derechos
reproductivos de mujeres y niñas.
Todos los años, en los distintos países del mundo, el 28 de septiembre,
declarado como Día Internacional del Aborto Seguro por Naciones
Unidas, las mujeres se manifiestan y reivindican el derecho a decidir
sobre sus embarazos y su maternidad.
Las leyes de derechos humanos y las normas de la Organización
Mundial de la Salud exigen que los Estados despenalicen el aborto y
eliminen las barreras de acceso. El Plan de Acción de Género de la
Unión Europea también reitera su compromiso para garantizar un
entorno legal, político y social propicio para la salud y los derechos
sexuales y reproductivos, y muchos países europeos han sido líderes en
la tendencia global de liberalización del acceso al aborto y para eliminar
barreras. Sin embargo, todavía países de todo el mundo incumplen esta
premisa e incluso eliminan los derechos ya conseguidos, como muestra
el caso de Polonia y Estados Unidos.
Por eso es tan importante que actuemos para que los derechos sexuales
y reproductivos, incluido el aborto, sigan avanzando y se extienda por los
gobiernos de los países que todavía no han permitido que se produzca
este necesario e imprescindible cambio.

Por Mª Luisa Garcés de los Fayos, activista del Equipo de trabajo sobre el
derechos de las mujeres en Amnistía Internacional ,  28 de septiembre de 2022
https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/que-esta-
pasando-con-el-derecho-al-aborto-en-el-mundo-1/

Embarazo y Aborto
De todas las gestaciones espontáneas, va a haber una pérdida del 86%
antes de que sean diagnosticados por anomalías genéticas y defectos en
la implantación y en el 14% restante se presenta amenaza de aborto en
el 30%, que es el más precoz de los distintos cuadros que puede
producir el aborto espontáneo.

De todos los embarazos diagnosticados terminan en abortos


espontáneos cerca del 15%, por lo general dentro de las primeras 12
semanas.
Debido a que en el período inicial la mayoría de las mujeres desconocen
estar embarazadas; este porcentaje puede ser más alto.

Por lo general, consultan al médico por un retraso una o más semanas


en el último período menstrual y que la hemorragia menstrual fue más
profusa de lo normal, siendo probable que haya tenido un aborto
espontáneo.

Aborto Médico
El aborto según el punto de vista médico se divide en dos grandes
grupos:

Abortos espontáneos: los que se producen sin la intervención de


circunstancias que interfieran artificialmente en la evolución de la
gestación y cuya frecuencia se estima en alrededor del 15% de los
embarazos. Este a su vez se puede dividir en diferentes cuadros como
son:

Amenaza de aborto: se presume amenaza de aborto cuando aparece


flujo vaginal sanguinolento o una franca hemorragia durante la primera
mitad del embarazo, se presenta en un 30%. De las mujeres que sangran
al comienzo del embarazo aproximadamente la mitad aborta.

Aborto inevitable: El dolor y la hemorragia con dilatación cervical indican


un aborto inminente y la expulsión del contenido uterino es inevitable, en
estos casos se observan dos o más de las siguientes alteraciones:
borramiento moderado del cuello uterino, dilatación cervical mayor de 3
cm, ruptura de las membranas, hemorragia durante más de 7 días,
persistencia de cólicos a pesar de analgésico s narcóticos, otros signos
de terminación del embarazo; como por ejemplo, expulsión parcial de
productos de la concepción.

Aborto incompleto: Los restos ovulares no han podido ser expulsados de


la cavidad uterina, por lo que aún permanece parcialmente ocupada, el
útero entonces está blanduzco, grande y no se retrae totalmente; el
cuello permanece dilatado la hemorragia es profusa y persistente.

Aborto Completo: En este caso el huevo es expulsado espontánea y


completamente del útero, luego de una acmé dolorosa todo entra en
regresión. Se distingue por el cese del dolor así como la hemorragia viva.
Aborto diferido: El huevo muerto in útero por diversas razones no es
expulsado al exterior y no se ha dilatado ni contraído totalmente el cuello
para expulsar el verdadero "cuerpo extraño" que es el huevo muerto en
su interior.

Aborto infectado: Cuando el cuadro de aborto incompleto no es


solucionado completamente son factibles las infecciones ascendentes,
desde la porción séptica del tracto genital. También pueden arrastrarse
gérmenes patógeno s hacia la cavidad uterina por la realización de
maniobras quirúrgicas no asépticas destinadas a evacuar completamente
el huevo.

Aborto en curso: Es similar a un aborto diferido más la pérdida de líquido


amniótico en forma de hidrorrea clara o con emisión sanguínea genital y
aparición de trozos parciales o de la totalidad del huevo expulsado hacia
el exterior.

Abortos provocados: aquellos en los que se induce premeditadamente el


cese del embarazo. Según la época de la gestación el aborto puede ser
precoz, antes de las 12 semanas y tardío a las 12 semanas o más. Este
se puede dividir en dos subgrupos:

Aborto Eugenésico: Es el que se hace con el fin de evitar la transmisión


de taras. No es recomendable, ese tipo de aborto, sino más bien la
esterilización de uno de los cónyuges. Eugenesia proviene de dos voces
griegas: eu que significa bueno y genesia, derivado de genes, por lo
tanto es engendrar bien.

Aborto Terapéutico: Se entiende como la interrupción del embarazo


cuando así lo exige la ciencia porque la mujer es incapaz de dar a luz un
hijo sin poner en peligro su vida o su salud. En estas condiciones el
aborto es permitido y constituye una indicación justificada para que el
médico proceda en bien de la mujer embarazada.

LEGAL
"El aborto "llamado médico" consiste en la expulsión violenta del embrión
o feto viviente, no viable, no provocada como medio, con el fin de salvar
a la madre, o de curarla con más facilidad"

"Es la finalización del embarazo antes del periodo de viabilidad fetal con
el fetal con el propósito de salvaguardar la salud de la madre"
Existen una serie de indicaciones específicas ya establecidas que son
únicas y claras para la realización de este tipo de aborto. El American
College of Obstetricians and Gynecologist (1987) estableció las
indicaciones médicas para la realización del aborto terapéutico que son:

Cuando la continuación del embarazo puede amenazar la vida de la


mujer o afectar gravemente su salud. Para determinar si existe o no un
riesgo para la salud de la madre debe tenerse en cuenta su medio total
real o razonablemente previsible.

Cuando el embarazo ha sido el resultado de una violación o de un


incesto. En este caso deben emplearse los mismos criterios médicos
para la evaluación de la paciente.

Cuando es probable que la continuación del embarazo de como


resultado el nacimiento de un niño con graves deformaciones físicas o
retardo mental. Cuestiones tales como la infección materna por HIV -1.

Entonces al realizar un aborto terapéutico, la enfermedad de la gestante


debe ser actual y grave, con diagnóstico e indicación precisos, sin estar
condicionado al pronóstico de la enfermedad padecida. En tal caso, lo
ideal es practicar el aborto dentro del primer trimestre, pero,
lamentablemente, la mayoría de las veces, las enfermedades maternas
se agravan durante el último trimestre de la gestación, cuando el aborto
es de práctica peligrosa, por lo tanto el médico debe tomar importantes
precauciones sobre el de procedimiento y los cuidados técnicos, siempre
actuando de acuerdo a la ley.

García Maañón B. Aborto e Infanticidio. aspectos jurídicos y médico legales. Editorial


Universidad. Buenos Aires, Argentina. 1990
 DeCherney A.H., Pemoll M.L. Diagnóstico y Tratamiento Ginecoobstétricos. 7 ed. Manual
Moderno. México D.F., México. 1997. pg 234 235, 302, 780, 799, 828, 829, 862,864,1376  
Osofsky et al. Efectos psicológicos del aborto legal. Clincs of Obstetrics. Departamento de
Desarrollo Humano y Estudios Familiares, Universidad de Comell. Marzo 1971pg. 232,233  

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