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I. Introducción
II. Objetivos
IX. Resumen
X. Caso práctico con solución
XII. Glosario
XIII. Bibliografía
Lección 1 de 13
I. Introducción
El agua está presente en la mayor parte de las actividades industriales, domésticas y económicas; no existe
una actividad humana que pueda llevarse a cabo sin una cierta intervención del agua (ya sea de manera
directa o indirecta). Pero estos usos del agua no son inocuos para este elemento; en otras palabras, estas
actividades siempre tienen una repercusión sobre la calidad y las características del agua.
Volviendo de nuevo sobre la idea, ampliamente repetida a lo largo de este módulo, de la escasez del agua
dulce en el planeta y sobre la importancia de proteger las masas de agua para salvaguardar unas
condiciones mínimas de calidad medioambiental, se pone de manifiesto la relevancia de evitar la
contaminación del agua o, si no se puede evitar, de tratar de reducirla.
1
Gracias a esta caracterización del agua y su nivel de contaminación, se puede definir cuáles son
los tratamientos que hay que aplicar para reducir la carga contaminante. El proceso es análogo
en todos los casos: se comienza con un pretratamiento para, a continuación, pasar a un
tratamiento primario y seguir con un tratamiento secundario. Cada una de estas fases estará
compuesta por operaciones unitarias de tratamiento (que pueden ser de naturaleza física,
química, biológica o una mezcla de varias de ellas).
3
Las operaciones unitarias son semejantes para el tratamiento de todos los tipos de agua residual,
independientemente de su origen, lo que varía es el dimensionamiento, el orden en el que se
emplean, la conveniencia o no de utilizar cada una de ellas, etc., en función de la caracterización
previa del efluente.
4
En el caso de aquellos vertidos que se vayan a efectuar en zonas sensibles (aquellas que tienen
una tendencia a la eutrofización), será necesario añadir a las fases de tratamiento indicadas en el
párrafo anterior una más: el tratamiento terciario, cuya finalidad principal es la eliminación de
nutrientes ―como el fósforo (P) o el nitrógeno (N)―.
5
Además, es importante también tener presente que todo proceso de depuración de un agua
genera subproductos; los más importantes son los lodos de las depuradoras. Estos lodos son
tratados en las propias plantas de tratamiento en la llamada línea de fangos. En esta unidad se
realiza una introducción conceptual de los diferentes tratamientos y técnicas aplicados a los
lodos con el fin de conseguir fundamentalmente una reducción de su contenido en agua y una
estabilización que, incluso, pueda llegar a permitir su reutilización posterior.
6
II. Objetivos
3 Aproximarse a los distintos tratamientos a los que puede someterse un agua residual para su
depuración.
6 Ser capaz de discernir, en función del objetivo de depuración, qué operaciones es más
adecuado aplicar y en qué orden.
7 Entender la diferencia entre las fases de tratamiento primario, secundario y terciario tanto en
cuanto a los objetivos que persigue cada una como a los procesos empleados.
Esta directiva fue traspuesta al ordenamiento jurídico español mediante el Real Decreto-Ley
11/1995, de 28 de diciembre, por el que se establecen las Normas Aplicables al Tratamiento de las
Aguas Residuales Urbanas.
3
De esta manera, por lo menos de forma indirecta, se introduce la protección del medio receptor en
el diseño y el dimensionamiento de las plantas de depuración de agua residual. Esto se explica
porque el tratamiento debe ser diseñado no solo teniendo en cuenta las características del agua
de partida, sino también considerando que el efluente de salida debe cumplir con los valores límite
de determinados parámetros —como son la demanda biológica de oxígeno (DBO), la demanda
química de oxígeno (DQO) y los sólidos en suspensión—, que son más restrictivos en caso de que
el vertido se efectúe en una zona sensible.
6
En lo que respecta a los vertidos industriales que no sean recogidos en el sistema colector urbano,
los límites de vertido que se aplican serán los estipulados en su correspondiente autorización de
vertido. La norma básica que regula la concesión de estas autorizaciones en España es el Real
Decreto 849/1986, de 11 de abril, por el que se aprueba el Reglamento del Dominio Público
Hidráulico.
8
Asimismo, es necesario señalar que existen multitud de normas tanto de ámbito europeo como
estatal cuyo objetivo es el control de las emisiones de sustancias peligrosas y que también
pueden afectar a los valores límite de ciertos parámetros de vertido e incluso incluir algún
parámetro adicional a los que se recogen en la Directiva 91/271/CEE. Es el caso, por ejemplo, de
todo el conjunto de las directivas relativas a la contaminación causada por determinadas
sustancias peligrosas vertidas a las aguas superficiales, que atienden a elementos como los
metales pesados (mercurio, cadmio, etc.) o la prevención de la contaminación a partir de
fitosanitarios (como el diclorodifeniltricloroetano ―DDT―) y otros compuestos aromáticos
(como el cloroformo).
C O NT I NU A R
E M I S I O N E S DE
C A LE N TA M I E N T O VE
C HI M E N E A S LLUV I A Á C I DA G LO BA L SMOG P
I N DUS T. . .
En las proximidades de las industrias, se ocasionan perjuicios adicionales por deposición de partículas de
mayor tamaño en forma de lluvia seca. Las nubes pueden desplazar los contaminantes a grandes
distancias, perjudicando bosques y lagos muy alejados de las industrias en las que se originaron. Los
bosques, lagos, estanques y otros ecosistemas terrestres y acuáticos del mundo soportan graves daños
causados por la lluvia ácida.
E M I S I O N E S DE
C A LE N TA M I E N T O VE
C HI M E N E A S LLUV I A Á C I DA SMOG
G LO BA L P
I N DUS T. . .
Originada por la mezcla, con la humedad atmosférica, de los óxidos de azufre y nitrógeno que se exponen a
la atmósfera, generando ácidos sulfúrico y nítrico. La lluvia ácida, aparte de quemar las hojas de las plantas,
además acidifica el agua de los lagos causando la muerte de muchos de estos ecosistemas acuáticos.
E M I S I O N E S DE
C A LE N TA M I E N T O VE
C HI M E N E A S LLUV I A Á C I DA SMOG
G LO BA L P
I N DUS T. . .
Efecto invernadero. Como consecuencia del uso de combustibles fósiles y otros procedimientos
industriales, se produce acumulación de gases invernadero (dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y
clorofluorocarbonos) en la atmósfera.
E M I S I O N E S DE
C HI M E N E A S C A LE N TA M I E N T O VE
LLUV I A Á C I DA SMOG
G LO BA L P
I N DUS T
I N DUS T. . .
Combinación de niebla con partículas de humo, generada cuando el grado de humedad en la atmósfera es
elevado y el aire está tan parado que el humo se acumula cerca de su origen. El smog desvirtúa la visibilidad
natural y, a menudo, irrita los ojos y el aparato respiratorio.
E M I S I O N E S DE
C A LE N TA M I E N T O VE
C HI M E N E A S LLUV I A Á C I DA SMOG
G LO BA L P
I N DUS T. . .
Conocidas como mareas negras. Suponen un grave problema ya que, una vez provocados, es
prácticamente imposible eliminarlos o retenerlos por completo. Dado que el agua y el petróleo no se
mezclan, el petróleo flota sobre el agua y acaba contaminando las costas. La tentativa de tratar
químicamente o hundir el crudo puede afectar aún más a los ecosistemas marinos y costeros.
Industrias
–
Gran cantidad de industrias, como por ejemplo la industria papelera, la textil o la siderúrgica, requieren agua
para desarrollar su actividad. La secuela de sus actividades suele ser el vertido de aguas residuales
cargadas de materia orgánica, metales, aceites industriales e incluso radiactividad.
Uso doméstico
–
El propio uso doméstico del agua. Como consecuencia del uso de agua en los hogares, esta se carga con
detergentes, grasas, materia orgánica, bacterias e incluso virus y otros microorganismos patógenos y
sustancias. El conjunto de estos contaminantes puede suponer un peligro para la salud y el
medioambiente, por lo que deben ser tratados adecuadamente antes de ser vertidos al medio. Las aguas
residuales provenientes de los domicilios se clasifican en grises o negras dependiendo del uso al que haya
sido sometida el agua.
Para evitar o reducir los problemas que pueden generar los contaminantes de las aguas residuales, existen
mecanismos de depuración cuyo objetivo principal es el de restituir las características físicas y químicas
originales.
Los principales contaminantes del agua que se encuentran en las aguas residuales son:
Microorganismos patógenos.
Nutrientes (como el nitrógeno y el fósforo), que estimulan el crecimiento de la flora acuática. Esta, a su
vez, interacciona con los usos a los que se destina el agua y, al degradarse, consume el oxígeno
disuelto y produce malos olores, provocando un fenómeno que se conoce como eutrofización.
Productos químicos, como por ejemplo pesticidas, o distintos productos industriales, también
elementos tensioactivos contenidos en los detergentes y las sustancias de la descomposición de
otros compuestos orgánicos.
Turbidez (gran cantidad de sólidos en suspensión), que puede ser provocada por las crecidas y
escorrentías desde las tierras de cultivo o los suelos sin protección, pero también por las industrias
mineras y los derribos urbanos.
Sustancias radiactivas derivadas de los residuos generados por la minería y el refinado del uranio y el
torio, las centrales nucleares y el uso industrial, médico y científico de materiales radiactivos.
El ruido, el calor y el movimiento también son formas de contaminación que alteran los ciclos vitales.
También pueden ser contaminantes cuando el vertido del agua empleada para la refrigeración de las
fábricas y las centrales energéticas hace elevar la temperatura del agua del medio receptor.
La contaminación de masas de agua por contaminantes químicos se ha convertido en uno de los problemas
ambientales más importantes. Para atajarla y controlarla, una de las prioridades es el conocimiento de las
fuentes a partir de las cuales se produce la contaminación. Más allá de la clasificación según el tipo de
contaminante que se acaba de enumerar, es relevante también conocer el lugar del que proviene el vertido.
Así, se distinguen dos tipos de fuentes de contaminación:
F UE N T E S PUN T UA LE S F UE N T E S DI F US A S
Son fácilmente identificables en el tiempo y en el espacio, como fábricas, refinerías o desagües de aguas
residuales.
F UE N T E S PUN T UA LE S F UE N T E S DI F US A S
En este caso, es difícil identificar con precisión el origen exacto, como ocurre con las escorrentías de la
agricultura y la minería, o las filtraciones de fosas sépticas o depuradoras.
C O NT I NU A R
Parámetros físicos
T E M PE R AT UR A T UR BI DE Z C O N DUC T I V I DA D R UI DO
Es un parámetro que provoca variaciones significativas de otros contaminantes; dicho de otra manera, las
variaciones de temperatura afectan al comportamiento de otras sustancias presentes en la matriz de agua.
Un ejemplo es la cantidad de gases disueltos: a medida que aumenta la temperatura disminuye la
solubilidad de los gases disueltos, por lo que, si se eleva la temperatura del agua, disminuirá la cantidad de
oxígeno disuelto, lo que afectará, por ejemplo, a la capacidad de autodepuración de esa masa de agua en
concreto y al desarrollo de la vida en la misma. Otro ejemplo es el comportamiento del crecimiento de las
poblaciones de microorganismos, los cuales, de manera generalizada, incrementan su número cuando el
agua se encuentra a temperaturas superiores a las que se considerarían normales para un agua no
contaminada.
Para la medición de la temperatura se emplean distintos tipos de termómetros, con la ventaja de que se
trata de un parámetro que puede medirse de manera continua.
T E M PE R AT UR A T UR BI DE Z C O N DUC T I V I DA D R UI DO
La turbidez se produce cuando un rayo de luz que incide sobre uno de los elementos anteriormente
mencionados es reflejado, absorbido o dispersado.
Relacionada con la cantidad de iones en disolución; por tanto, la conductividad varía de manera
directamente proporcional a la concentración. Es necesario señalar que se trata de un parámetro que se ve
muy afectado por los cambios de temperatura, por lo que la medición de la conductividad debe ir asociada
siempre a un dato de temperatura simultáneo que permita realizar una lectura correcta de ella.
T E M PE R AT UR A T UR BI DE Z C O N DUC T I V I DA D R UI DO
Generado por la industria y la navegación, principalmente. No es un parámetro que se emplee para la
caracterización del agua residual en sí, pero es cierto que sí se usa para evaluar el grado de contaminación
en algunas masas de agua. El ruido no constituye un tipo de contaminación al que se preste mucha
atención de manera generalizada, pero sí puede generar un impacto significativo en determinados
ecosistemas y actividades, por ejemplo, sobre la pesca o sobre las poblaciones de cetáceos.
Parámetros químicos
C A R BO N O
OXÍGEN O EN
DBO DQ O O R G Á N I C O T O TA L F
DI S O LUC I Ó N ( O D)
(C OT )
Es la cantidad de oxígeno que consumen los microorganismos para descomponer la materia orgánica. La
DBO5 se mide en ausencia de luz, a 22 °C durante cinco días. Cuanto mayor sea la cantidad de materia
orgánica presente, mayor será el consumo de oxígeno.
La legislación vigente establece umbrales para este parámetro en función del uso o el destino del agua; de
esta manera, los valores aceptados de DBO5 no serán los mismos para el efluente de una depuradora que
para el agua destinada al consumo humano:
C A R BO N O
OXÍGEN O EN
DBO DQ O O R G Á N I C O T O TA L F
DI S O LUC I Ó N ( O D)
(C OT )
Cuantifica la materia oxidable. Es un método más rápido pero menos fiable, pues oxida (con un oxidante
fuerte como el permanganato potásico) tanto la materia orgánica como la inorgánica.
C A R BO N O
OXÍGEN O EN
DBO DQ O O R G Á N I C O T O TA L F
DI S O LUC I Ó N ( O D)
(C OT )
Se deseca la muestra de agua en una estufa de laboratorio y los residuos se queman, midiendo la cantidad
de CO2 que se produce, lo que da una idea de la cantidad de materia orgánica presente.
C A R BO N O
OXÍGEN O EN
DBO DQ O O R G Á N I C O T O TA L F
DI S O LUC I Ó N ( O D)
(C OT )
Los organismos descomponedores consumen oxígeno, por lo que su concentración informa de la actividad
de estos y, por tanto, de la cantidad de materia orgánica presente en la muestra. Por debajo de 4 mg/l se
consideran aguas anóxicas. Se desarrollan entonces microorganismos anaerobios que generan residuos
como metano o ácido sulfhídrico.
C A R BO N O
OXÍGEN O EN
DBO DQ O O R G Á N I C O T O TA L F
DI S O LUC I Ó N ( O D)
(C OT )
Suele ser el factor limitante en el desarrollo de los microorganismos. Generalmente atrapado en el fondo de
lagos (u océanos), cuando se aporta al agua (mediante la adición de detergentes o abonos) produce el
desarrollo de microorganismos y la eutrofización de las aguas.
C A R BO N O
OXÍGEN O EN
DBO DQ O O R G Á N I C O T O TA L F
DI S O LUC I Ó N ( O D)
(C OT )
Gracias a ellos se puede cuantificar la cantidad y el tipo de microorganismos presentes en el agua, los
cuales pueden ser bacterias, virus o parásitos. Como indicadores se emplean: la bacteria Escherichia coli (E.
coli), así como las bacterias del género enterococos y Clostridium, todas ellas indicadoras de contaminación
fecal del agua.
Los límites para el agua potable de estos indicadores son 0 UFC en 100 ml, lo que significa que la presencia
de microorganismos en el agua es prácticamente inexistente. Para la medición de estos organismos se
realizan cultivos de laboratorio sobre los cuales se realiza el recuento de unidades formadoras de colonias
(UFC).
También se utilizan organismos superiores como bioindicadores indirectos: larvas de insectos, peces o
crustáceos como la artemia salina.
C O NT I NU A R
Las aguas residuales tienen dos orígenes fundamentales: doméstico e industrial. El volumen y las
características de los vertidos varía mucho en función del tipo de industria, del uso doméstico, de la gestión
del consumo de agua y del grado de procesamiento que los vertidos sufren antes de su descarga.
Los vertidos residuales contienen sustancias con las que las aguas han estado en contacto. Estos
compuestos pueden ser, en función de su naturaleza, más o menos reactivos, lo cual da lugar a ciertas
condiciones que resultan relevantes a la hora de caracterizar un vertido en cuanto a su comportamiento (o
impacto) en el medio:
V E R T I DO S C O N S E R VAT I V O S V E R T I DO S N O C O N S E R VAT I V O S
Se denominan así porque la mayor parte de las sustancias disueltas en el agua de este tipo de efluentes
son poco reactivas. Es por ello que su concentración en el medio receptor estará en función, por un lado, de
las condiciones de dilución en el propio medio y, por otro, de la concentración de contaminante aportada por
el vertido. Algunos ejemplos de contaminantes conservativos son el mercurio, los sólidos en suspensión o
el cobre.
V E R T I DO S C O N S E R VAT I V O S V E R T I DO S N O C O N S E R VAT I V O S
Su concentración en el medio receptor no está relacionada directamente con la del propio vertido. Estos
vertidos son ricos en compuestos orgánicos e inorgánicos que presentan una alta reactividad tanto física y
química como biológica (NH4, fenoles, materia orgánica...).
En el caso concreto de los vertidos no conservativos, es necesario tener en cuenta las interacciones que
puedan suceder entre las diferentes sustancias de un mismo vertido (tanto entre ellas como con las
condiciones del medio receptor). De esta manera, antes de proceder a la liberación al medio de un efluente
con un cierto contenido en sustancias altamente reactivas, es necesario considerar no solo la
concentración de estas, sino también los posibles efectos de sinergia que puedan tener lugar una vez se
efectúe el vertido.
A continuación, se exponen los tipos más comunes de aguas residuales, junto con una pequeña
caracterización de cada uno.
Por tanto, la composición y las características del agua residual pueden variar significativamente en función
de la población, del número de vertidos de naturaleza industrial que recoja la red de saneamiento o incluso
de las condiciones meteorológicas.
Los parámetros que se emplean para la caracterización de un agua residual urbana son los que ya se han
mencionado en apartados anteriores: DBO5, DQO, sólidos en suspensión, turbidez, pH, temperatura,
nitrógeno, fósforo y conductividad.
El caudal, la composición y las características de un agua residual urbana varían mucho en función de las
actividades y las costumbres de la población residente. Sin embargo, con carácter general se emplean los
siguientes parámetros para caracterizarla:
DBO5. Temperatura.
DQO. Nitrógeno.
Turbidez. Conductividad.
pH.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que las aguas residuales presentan una elevada carga de
microorganismos, algunos patógenos y otros no. Entre los primeros, destacan los virus de la hepatitis. Por
ejemplo, en 1 g de heces de un enfermo existen entre 10 y 106 dosis infecciosas del virus de la hepatitis.
Ejemplo
El conocimiento de las magnitudes en las que se presentan estos parámetros es fundamental durante la
fase de diseño de una planta de depuración del agua residual. A modo de ejemplo ilustrativo, cabe señalar
que en aquellos núcleos de población donde se empleen trituradores para la eliminación de residuos a
través de la red de alcantarillado, las aguas residuales urbanas estarán mucho más cargadas (un 100 %
más) de materia orgánica, lo cual repercutirá en el posterior diseño y dimensionamiento de la EDAR que
deba procesar esas aguas.
Concentración
Contaminante Unidad
Débil Media Alta
Sólidos totales (ST) mg/l 350 720 1200
Disueltos totales (SDT) mg/l 250 500 850
Fijos mg/l 145 300 525
Volátiles mg/l 105 200 325
Sólidos en suspensión mg/l 100 220 350
Fijos mg/l 20 55 75
Volátiles mg/l 80 165 275
Sólidos sedimentables mg/l 5 10 20
DBO5 (20 °C) mg/l 110 220 400
COT mg/l 80 160 290
DQO mg/l 250 500 1000
Nitrógeno total (en la forma N) mg/l 20 40 85
Orgánico mg/l 8 15 35
Amoniaco libre mg/l 12 25 50
Nitritos mg/l 0 0 0
Nitratos mg/l 0 0 0
Fósforo total (en la forma P) mg/l 4 8 15
Orgánico mg/l 1 3 5
Inorgánico mg/l 3 5 10
Cloruros mg/l 30 50 100
Sulfato mg/l 20 30 50
Alcalinidad (como CaCO3) mg/l 50 100 200
Grasa mg/l 50 100 150
Coliformes totales n./100 ml 106-107 107-108 108-109
Compuestos orgánicos volátiles (COV) µg/l < 100 100-400 > 400
Los datos que se muestran en la tabla 1 sirven como estimación para la caracterización inicial de lo que se
espera encontrar tras analizar un agua residual doméstica; no obstante, no se debe confundir con los
valores de los parámetros medios de un agua residual urbana. Esto se explica porque, como se ha
mencionado anteriormente, la composición del agua residual urbana se verá influida por otros factores que
no son solo la cantidad de población y las costumbres de la misma. De esta manera, también influirá el
número y el tipo de vertidos industriales que se efectúen a la red de saneamiento o la climatología
específica de la zona.
El régimen de precipitaciones de la zona aporta también agua sucia al sistema de saneamiento, que acaba
siendo tratada generalmente en las plantas depuradoras de aguas residuales urbanas. A continuación, se
muestran algunos ejemplos del tipo de contaminación o de los problemas asociados a las precipitaciones
en función de sus características y/o su interacción con el medio:
Aguas pluviales o aguas blancas
–
Generan problemas en las plantas de tratamiento, como consecuencia de las enormes diferencias
entre caudales estacionales, lo que produce:
C O NT I NU A R
En las aguas residuales de procesos existen subproductos que pueden ser recuperados; estas aguas se
originan como consecuencia de la utilización del agua como medio de transporte, en procesos de lavado, de
refrigeración, etc. Como resultado de estas interacciones, el agua suele contaminarse con las partículas de
fabricación, los reactivos, los detergentes, los subproductos del proceso de fabricación e incluso también
puede sufrir contaminación térmica.
En ocasiones, los vertidos industriales presentan una cierta concentración de productos añadidos al propio
vertido que no son resultado de la propia utilización del agua en el proceso de producción industrial. Se trata
de productos antifouling (alguicidas y biocidas que evitan el crecimiento de organismos en el punto de
vertido), aunque también pueden estar presentes otros productos como, por ejemplo, los que evitan la
corrosión de las tuberías a través de las que se realiza el vertido.
C O N T I N UO S DI S C O N T I N UO S
Proceden de tratamientos en los que existe una entrada y una salida incesante de agua (procesos de
transporte, lavado, refrigeración...).
C O N T I N UO S DI S C O N T I N UO S
Resultan de operaciones intermedias. Son los más contaminados (baños de decapado, baños de curtidos,
lejías negras, emulsiones...).
Otro tipo de clasificación que resulta interesante es la que distribuye los tipos de vertidos industriales en
función de sus contaminantes específicos o mayoritarios. Así, se pueden agrupar los distintos sectores
industriales en función de las características generalizadas de sus vertidos:
Papeleras.
Azucareras.
Mataderos.
Curtidos.
Bebidas.
Lavanderías.
Coquerías.
Textiles.
Centrales térmicas.
Centrales nucleares.
Cada proceso industrial genera una contaminación característica, por lo que es importante identificar la
procedencia del vertido industrial para valorar su carga contaminante y su incidencia en el medio receptor.
Cuando se sabe la procedencia del vertido, se pueden prever y valorar con más facilidad los parámetros y
volúmenes que lo caracterizarán.
Para resaltar la complicación que supone sistematizar esta valoración, al menos cuando se trata de valorar
la carga contaminante comprendida en las aguas residuales con vistas al diseño de su planta depuradora,
se ha acudido al concepto de población equivalente. Este valor se determina dividiendo los gramos de DBO
contenidos en el agua residual, propio de la producción de una unidad determinada (por ejemplo, la medida
de DBO a la salida de un determinado vertido industrial), por la DBO con que contribuye un habitante por día,
que se considera en Europa un valor medio de 60 g.
A pesar de las complicaciones señaladas para establecer unos valores que definan de manera unívoca las
características de las aguas residuales, a continuación, se enumeran los parámetros más significativos
para algunas industrias, a modo simplemente orientativo. El objetivo no es establecer unos valores de
referencia, sino exponer una comparativa entre los parámetros que más se emplean para definir cada tipo de
vertido en función de sus características básicas.
Turbidez.
Industria lechera
–
DBO5 u otra determinación que defina la materia orgánica.
Sulfuros.
Cromo.
Refinerías
–
Aceites.
Fenoles.
Amoniaco.
Sulfuros.
Industrias de acabado de metales
–
pH.
Cianuros.
Lavaderos de mineral
–
Si son de hierro:
Sólidos sedimentables.
Si son de otros materiales, habrá que descubrirlos, así como los productos tóxicos orgánicos que
pueden emplearse como agentes humectantes o flotantes.
Siderurgias integrales
–
Fenoles.
Alquitranes.
DBO5.
Sulfuros.
Materias en suspensión.
pH.
Hierro.
Aceites y grasas.
Laminación en caliente
–
Aceites y grasas.
Sólidos en suspensión
Ácidos.
Sólidos sedimentables.
C O NT I NU A R
El procedimiento de control de vertidos de aguas residuales más común consiste en establecer límites de
calidad y cantidad de los efluentes, y conceder permisos de vertido de acuerdo con estos. Los límites que se
determinan se basan en estudios de los posibles impactos ambientales, con el fin de alcanzar los objetivos
de calidad de las aguas ambientales. De manera generalizada, para el caso concreto de los vertidos al
medio de aguas residuales urbanas, es la Directiva 91/271/CEE la que fija los valores que debe cumplir el
vertido.
Reducción
Parámetro Concentración Método de medida de referencia
MÍNIMA
Muestra homogeneizada, sin filtrar
ni decantar. Determinación del
oxígeno disuelto antes y después
DBO5 (20 °C) 25 mg/l (O2) 70-90 % de cinco días de incubación a 20 °C
± 1 °C, en completa oscuridad.
Aplicación de un inhibidor de la
nitrificación.
Muestra homogeneizada, sin filtrar
DQO 125 mg/l (O2) 75 %
ni decantar. Dicromato potásico.
Filtración de una muestra
35 mg/l (más de 90 mg/l (más de representativa a través de una
10 000 hab-eq) 10 000 hab-eq) membrana de filtración de 0,45
micras. Secado a 105 °C y pesaje.
Total sólidos en
suspensión Centrifugación de una muestra
60 mg/l (de 2000 70 mg/l (de 2000 representativa (durante 5 minutos
a 10 000 hab-eq) a 10 000 hab-eq) como mínimo, con una aceleración
media de 2800 a 3200 g), secado a
105 °C y pesaje.
Si además el vertido se produce en una zona sensible, se añaden el nitrógeno y el fósforo total a los
parámetros anteriores. Esto se explica porque, tal como se entiende en la mencionada directiva, una zona
sensible es aquella que tiene influencia sobre masas de agua con tendencia a la eutrofización o que son
empleadas para la captación de agua potable.
Tabla 3. Valores límite de nitrógeno y fósforo que se añaden a los parámetros de vertido
de un agua residual urbana cuando el vertido se efectúa en una zona sensible.
Fuente: elaboración propia a partir de datos del anexo I de la Directiva 91/271/CEE.
Originalmente, los estudios sobre los posibles impactos ambientales de los vertidos de aguas residuales
tratadas se fijaban en el contenido de oxígeno disuelto. El punto clave era identificar la capacidad de
asimilación de la materia orgánica vertida por las aguas receptoras, sin que sufrieran alteraciones los
niveles óptimos de oxígeno disuelto. No obstante, en los últimos años se ha ampliado el número de
parámetros que hay que tener en consideración, entre los que se han incluido nutrientes, compuestos
tóxicos y gran variedad de compuestos orgánicos.
Cuando se realiza un vertido de agua residual en un río, se pueden apreciar modificaciones de los niveles de
algunos parámetros químicos, así como de la composición y la distribución espacial de las poblaciones de
las distintas especies animales y vegetales aguas abajo del punto de vertido. Los niveles de sólidos en
suspensión y DBO son elevados en las cercanías del punto de vertido, donde el nivel de oxígeno desciende
rápidamente. Los niveles de amonio y fosfatos son elevados en el lugar de vertido; pero, a medida que se
descompone la materia orgánica, van variando sus concentraciones y transformándose en otras sustancias
o compuestos.
Estas modificaciones están relacionadas con los cambios en los micro- y macroorganismos de un río. La
abundancia de bacterias y hongos en las aguas residuales es elevada en las cercanías del punto de vertido,
donde, como ya se ha mencionado, se produce un impacto significativo en el nivel de oxígeno. Esta
reducción de oxígeno provoca el declive de la diversidad de macroinvertebrados de aguas limpias. Las
especies más tolerantes (por ejemplo, los gusanos tubiformes) sobreviven y predominan cerca del punto de
entrada del efluente y reaparecen progresivamente formas de aguas más limpias a medida que la calidad
del agua mejora río abajo.
Z O N A DE
Z O N A DE Z O N A DE Z O N A DE A G UA
DE S C O M PO S I C I Ó N
DE G R A DA C I Ó N R E C UPE R A C I Ó N LI M PI A
A C T I VA
Zona inmediata a la incorporación de las aguas contaminadas al río. Es el área con mayores
concentraciones de contaminantes.
Z O N A DE
Z O N A DE Z O N A DE Z O N A DE A G UA
DE S C O M PO S I C I Ó N
DE G R A DA C I Ó N R E C UPE R A C I Ó N LI M PI A
A C T I VA
Aumento del oxígeno disuelto, agua más clara, reaparición de la vida acuática macroscópica, disminución
de hongos y aparición de algas.
Z O N A DE
Z O N A DE Z O N A DE Z O N A DE A G UA
DE S C O M PO S I C I Ó N
DE G R A DA C I Ó N R E C UPE R A C I Ó N LI M PI A
A C T I VA
Condiciones de corriente natural. El oxígeno disuelto está cerca de la saturación. Quedan bacterias
patógenas y compuestos metálicos no alterados por procesos bioquímicos existentes.
C O NT I NU A R
Los parámetros más habituales en el laboratorio son DQO, DBO, COT, cloruros, nitratos,
nitritos, sulfitos, amonio, nitrógeno total, detergentes, fenoles, plaguicidas, metales pesados,
hidrocarburos y microbiología. Este listado puede completarse con otros parámetros más
específicos en función de la naturaleza del vertido, como pueden ser la radiactividad y otros.
Si el propósito es hacer una buena caracterización de un vertido, es esencial una atenta planificación de la
campaña de muestreo, ya que la validez del posterior trabajo de laboratorio obedece a la representatividad
de las muestras que se van a analizar.
En el momento de planificar el control de un vertido, hay algunas particularidades que hay que tener en
cuenta.
En el caso de que el objetivo sea tomar la muestra a un vertido en el medio receptor, el estudio es más
complejo.
El punto de toma de muestra en el medio receptor estará localizado en la zona donde se haya
derivado el vertido o se haya producido la incidencia. Como la muestra tiene que ser
característica del vertido, hay que cogerla en un punto que esté alejado de la orilla (en una zona
de profundidad media) donde se realice la mezcla del agua receptora con el vertido, como en
una zona de corriente. Resulta interesante tomar una muestra del vertido en sí; y otra aguas
arriba del vertido, para tener un “blanco” —es decir, obtener datos del agua de ese medio
anteriores a que se produzca el vertido—. Aguas abajo del vertido se tomarán a intervalos de
distancias fijas (que podrán ser desde metros hasta kilómetros dependiendo del tipo de vertido
y de las características del medio), para no perder de vista cómo afecta la dilución al vertido. Y,
si es posible, una muestra del vertido antes de su dilución en el medio.
En pantanos o en algunos tramos de la costa, por poner otro caso, el agua está estratificada.
Como resultado del calentamiento en la parte superior y, al tratarse de un cuerpo de agua
semicerrado, se produce una termoclina con inversión térmica. El resultado es una
estratificación por capas de agua que no se mezclan entre sí. Es necesario tener esto en
cuenta, puesto que la toma de muestras debe recoger agua a distintas profundidades para ser
representativa. Para situar las distintas capas, se usa una sonda multiparamétrica, que es un
aparato que mide distintos parámetros a la vez y a la profundidad que se necesite. La muestra
se toma con una botella tomamuestras. Las hay de muy distintos tipos. Tienen en común la
característica de llenarse de agua a la profundidad a la que se desee tomar la muestra.
En el caso de aguas subterráneas, es obligatorio también medir el nivel del agua en el sondeo
o en el pozo.
Hay que tener muy en cuenta la importancia de las medidas sobre el terreno. Los equipos de
medida estarán en perfecto estado de funcionamiento y deben calibrarse antes de la toma de
muestras. Los datos de campo se utilizan en muchas ocasiones para cálculos de canon de
vertido, contraste de ensayos en laboratorio o para denunciar. Deben ser, por tanto, datos
fiables.
Finalmente, cabe señalar que hay que localizar geográficamente el lugar de la muestra. Para ello, se emplea
un sistema de posicionamiento global (global positioning system ―GPS―). Además, hay que dibujar un
croquis de acceso al punto y tomar fotografías. Estos datos se detallarán luego en una ficha del punto.
Los datos de campo se reflejarán en un estadillo. Puede ser que haya que rellenar, además, una cadena de
custodia, que es un documento donde quedan reflejadas todas las manipulaciones que sufre la muestra
desde que es tomada por el técnico hasta su entrega en el laboratorio de análisis.
Las muestras, a su vez, deben ir correctamente etiquetadas para su fácil identificación. Las etiquetas deben
ser legibles. Si hay posibilidad de deterioro en el transporte (que se mojen con el hielo, que se manchen con
el roce de unas con otras, etc.), se puede rotular el bote, etiquetar en el cuerpo y en el tapón. Cualquier
solución es válida con tal de que la muestra esté siempre identificada.
pHmetro. Etiquetas.
Las estaciones depuradoras de aguas residuales actuales resultan muy avanzadas tecnológicamente y
efectivas; además, tratan en su conjunto las aguas residuales en cuatro etapas independientes:
pretratamiento, tratamiento primario, secundario y terciario.
Tiene como objetivo la retirada de sólidos voluminosos que, en caso de llegar a la planta, podrían dañar los
equipos de tratamiento. Las operaciones fundamentales de pretratamiento son el desbaste y el tamizado.
En algunas ocasiones se incluye en la fase de pretratamiento el “desarenado-desengrasado” y en otras se
considera como parte del tratamiento primario.
Es la primera fase del proceso, en la que las partículas que son fáciles de recoger son separadas. Estas
comprenden fluidos como grasas y aceites (que pueden ser retirados en superficie), piedras, arena y
algunas partículas orgánicas (que pueden ser decantadas). Las operaciones más representativas del
tratamiento primario del agua residual son el desarenado-desengrasado, la coagulación-floculación y la
decantación-flotación.
T R ATA M I E N T O T R ATA M I E N T O T R ATA M I E N T O
PR E T R ATA M I E N T O
PR I M A R I O S E C UN DA R I O TER C I A R I O
Se plantea como objetivo reducir los contaminantes biológicos de las aguas residuales. Es en el que se
distinguen de forma esencial las distintas técnicas de tratamiento de aguas residuales. Existen muchas
formas de eliminar los contaminantes orgánicos de las aguas residuales, pero una característica común a
todas las técnicas es el uso de microorganismos que consumen o eliminan los elementos no deseados de
las aguas residuales. A continuación, se enumeran y describen de manera somera algunas de las técnicas
de tratamiento secundario más empleadas:
El fango activo: necesita oxígeno para llevar a cabo los procesos aeróbicos que eliminan los residuos
orgánicos. Una variedad de este tipo aplica conjuntamente el uso de fangos activos con un
mecanismo de separación por membranas.
Los filtros biológicos aireados funcionan usando un filtro (ya sea suspendido en una solución o
adherido a una capa de grava en el fondo del tanque) para lograr la separación de residuos orgánicos y
la desnitrificación.
Los lechos de filtración sitúan las aguas residuales en un depósito sobre un lecho de grava de coque
o piedra caliza que favorece el crecimiento de microorganismos que se nutren de la materia orgánica
de las aguas residuales. Estos microorganismos, a su vez, sirven de alimento para gusanos, pequeños
crustáceos y otros organismos macroinvertebrados que, además, sirven como bioindicador del
correcto funcionamiento del proceso.
Los discos rotativos trabajan utilizando un componente activo en una cara del disco. Luego, es girado
despacio a través del tanque, exponiéndolo continuamente al aire libre, suministrándole así oxígeno
extra para que los microorganismos activos puedan hacer su trabajo.
Tiene como objetivo mejorar la calidad del agua como paso previo a su retorno al medioambiente. Implica
habitualmente el uso de filtros artificiales o filtros naturales, como la construcción de una laguna o tierra
húmeda artificial con cañaverales. También pueden formarse tratamientos posteriores para la extracción
del exceso de nitrógeno y fósforo. Normalmente, se procede a una desinfección final, ya sea mediante el
tratamiento con cloro o por rayos ultravioleta A (UVA).
Como subproducto del tratamiento del agua residual, se genera una cierta cantidad de lodos, que variará en
función de la carga contaminante del agua de entrada a la planta. Estos lodos se tratan en lo que se
denomina línea de fangos, la cual se integra dentro de la propia EDAR, pero de manera separada a la línea de
tratamiento de agua.
Los objetivos de los tratamientos que se aplican a los lodos en la línea de fangos de una EDAR son: por un
lado, disminuir su cantidad de agua y, por otro, la degradación de los compuestos contaminantes que
puedan estar presentes en ellos. Esto se logra gracias a una interacción de técnicas de digestión aeróbicas
y anaeróbicas (que usan bacterias que, de manera independiente, procesan o no procesan el oxígeno),
degradando así tanto la materia orgánica como otros componentes contaminantes para conseguir un
subproducto residual en estado sólido.
El agua que se obtiene tras el tratamiento de las aguas residuales es sencillamente más limpia, en lugar de
totalmente limpia. No es de ninguna manera apta su consumo y no puede ser calificada como agua potable,
aunque puede ser segura para determinados tipos de reutilización, como, por ejemplo, su uso directo para el
riego de parques y jardines.
Figura 3. Esquema general de una estación depuradora de aguas residuales
(EDAR).
Fuente: elaboración propia.
Lección 5 de 13
Este pozo es conocido como pozo de gruesos o muy gruesos. Está provisto de una reja fija, llamada reja de
muy gruesos, que no es más que una serie de perfiles de acero situados en vertical en la entrada a la planta
que frenan el paso de troncos o materiales demasiado grandes que destrozarían o atascarían la entrada de
caudal en la planta.
La retirada de los sólidos se realiza, habitualmente, con cucharas anfibias o bivalvas de mecanismo
electrohidráulico. Los residuos retenidos con esta operación se depositan en contenedores para, a
continuación, transportarlos a un vertedero o llevarlos a incinerar.
Figura 4. Pozo de gruesos.
Fuente: Bioplast Depuración (www.bioplastdepuracion.com).
Tras el paso por el pozo de gruesos, se realiza el desbaste. Los objetivos de esta fase son:
Retener y extraer fácilmente los sólidos voluminosos transportados por el agua, que podrían reducir la
eficacia de los tratamientos posteriores.
El desbaste consiste en hacer pasar el agua bruta a través de una reja. De esta manera, se clasifica, según
la distancia de separación entre los barrotes de la reja, en:
Otro criterio empleado para la clasificación de los diferentes métodos de desbaste es a partir del tipo de
limpieza de las rejas:
R E JA S DE LI M PI E Z A M A N UA L R E JA S DE LI M PI E Z A A UT O M ÁT I C A
Su uso no es muy común debido a los elevados costes de mantenimiento en términos de personal, por lo
que se suelen utilizar junto a las de limpieza automática, cuando estas últimas están paradas o fuera de
servicio.
R E JA S DE LI M PI E Z A M A N UA L R E JA S DE LI M PI E Z A A UT O M ÁT I C A
La principal ventaja de las rejas automáticas es que evitan los problemas de atoramiento y es menor el
tiempo que precisan para su mantenimiento. De los diversos tipos de mecanismo, el más usado resulta un
peine móvil, que frecuentemente limpia la reja, retirando los sólidos retenidos para su extracción. Las rejas
pueden ser curvas o rectas; a su vez, la limpieza puede ser por la cara anterior o por la cara posterior,
teniendo cada tipo de limpieza sus ventajas e inconvenientes.
C O NT I NU A R
5.1.2. Tamizado
Es una parte del proceso que se fundamenta en una filtración sobre un soporte delgado y sus metas son las
mismas que se buscan con el desbaste, es decir, la retirada de materia que, por su tamaño, pueda alterar los
tratamientos posteriores. Según los tamaños de los orificios de paso del tamiz, se distingue entre:
M A C R O TA M I Z A DO M I C R O TA M I Z A DO
Se realiza sobre una chapa perforada o malla metálica con un paso de sólido superior a 0,2 mm. Se usan
para frenar el paso de materias en suspensión, flotantes o semiflotantes, residuos de plantas o animales,
ramas, etc., de dimensiones entre 0,2 y varios milímetros.
M A C R O TA M I Z A DO M I C R O TA M I Z A DO
Fabricado sobre tela metálica o plástico de malla inferior a 100 micras. Se usa para extraer partículas en
suspensión muy pequeñas presentes en el agua de abastecimiento (plancton) o en aguas residuales
pretratadas.
Cuando las aguas residuales brutas contienen cantidades elevadas de sólidos en suspensión,
flotantes o residuos.
Cuando se producen con cierta frecuencia vertidos industriales importantes derivados principalmente
del sector alimentario (residuos de plantas, de animales, semillas, residuos de huevos...).
Los tamices suelen ir precedidos por un desbaste como el descrito en el epígrafe anterior. A continuación,
se exponen las diferentes clases de tamices:
1
Macrotamices rotatorios
Se usan en el caso de aguas residuales poco cargadas. Formados por un tambor cilíndrico de eje
horizontal y paredes perforadas que va a estar en parte sumergido. El agua accede por el interior
del tambor y termina saliendo al exterior a través de las paredes del cilindro, quedando frenados
en las paredes internas del tamiz los residuos que se quieren extraer. El tambor va rotando. En la
parte superior del tambor, los residuos van siendo eliminados mediante unos chorros de agua que
los hacen salir al exterior. El paso de la malla está entre 0,3 y 3,0 mm. La pérdida de carga es
pequeña, entre 0,2 y 0,5 m.
2
Tamices autolimpiantes
Estáticos o rotativos:
Los tamices estáticos están provistos de una reja formada por barras horizontales de acero
inoxidable, de sección triangular. La inclinación sobre la horizontal se reduce gradualmente
de arriba a abajo, pasando de unos 65° a unos 45°. El agua entra por la parte superior y
pasa a través de las barras; mientras, la materia retenida va escurriendo por el tamiz y
saliendo al exterior, donde se acumula en contenedores temporalmente.
Los tamices rotatorios están formados por una reja cilíndrica de eje horizontal con barras
de sección trapezoidal, la cual gira lentamente. El agua cae por la parte superior, entrando en
el interior del tamiz, mientras que la suciedad queda acumulada en el exterior y es extraída a
un contenedor mediante un rascador fijo que la separa de la superficie del tamiz. El paso de
la malla es de 0,2-2,0 mm. Tienen el problema añadido de ser sensibles al atascamiento por
grasas coaguladas.
3
Tamices deslizantes
De tipo vertical y permanente. El tamiz lleva a lo largo de él una serie de bandejas horizontales
solidarias a la malla. En estas bandejas, quedan parados los sólidos, que son extraídos en la parte
superior por un chorro de agua a contracorriente. El paso de la malla es de 0,2-3,0 mm.
Figura 5. Tamiz de escalera autolimpiante.
Fuente: archivo propio.
C O NT I NU A R
5.1.4. Aireación
Con la aireación se pretenden alcanzar los siguientes objetivos:
Porosos: con forma de disco o de tubos. Pueden ser de tipo cerámico o estar construidos sobre una
masa porosa con ligazón cerámica.
No porosos: de tipo boquilla, orificios, válvulas... Los de tipo boquilla y orificios están construidos de
metal o plástico, tienen aberturas anchas y sueltan unas burbujas más grandes que los difusores de
tipo poroso.
DI F US O R E S AIREACIÓN MECÁNICA
Turbinas.
Aireadores de superficie.
C O NT I NU A R
Estos procesos no son normalmente empleados en las EDAR urbanas debido a los grandes caudales que
normalmente se tratan en estas plantas y a que la variabilidad de concentración de las aguas residuales
urbanas no es significativa. No obstante, suelen tener gran importancia en el caso de las depuradoras
industriales.
La homogeneización reside en amortiguar, por laminación, las variaciones de caudal, con el objeto de
conseguir un caudal constante o casi constante. Esta técnica puede aplicarse en diversas situaciones,
entre las que se encuentran:
En la aplicación de la homogeneización de caudales en línea, la totalidad del caudal pasa por el tanque de
homogeneización. Este sistema permite homogeneizar las concentraciones de los diferentes
constituyentes y amortiguar la variación de los caudales de forma considerable.
En la disposición en derivación, solo se hace pasar por el tanque de homogeneización el caudal que excede
un límite prefijado (también se denomina depósito pulmón, al cual se alivian los caudales que exceden del
máximo de diseño de la planta). Aunque con este segundo sistema se minimizan las necesidades de
bombeo, la homogeneización de la concentración de los diferentes constituyentes no es tan alta como con
el primero. Este sistema se utiliza, por ejemplo, en zonas donde se producen lluvias torrenciales puntuales
seguidas de periodos prolongados muy secos. El tanque pulmón (o tanque de lluvia) evitaría el colapso de la
EDAR y actuaría como una especie de almacén.
Ventajas
–
Las principales ventajas que produce la homogeneización de los caudales son:
Mejora del tratamiento biológico, ya que eliminan o reducen las cargas de choque, se diluyen las
sustancias inhibidoras y se consigue estabilizar el pH.
Mejora de la calidad del efluente y del rendimiento de los tanques de sedimentación secundaria, al
trabajar con cargas de sólidos constantes.
Reducción de las superficies necesarias para la filtración del efluente, mejora de los rendimientos de
los filtros y posibilidad de conseguir ciclos de lavado más uniformes.
C O NT I NU A R
Decantación
–
Uno de los pasos más importantes en los procesos convencionales de depuración de aguas residuales es
la eliminación de sólidos en suspensión y partículas coloidales que se mantienen de forma estable en el
agua. Esto se consigue en los tratamientos primarios.
Si este proceso se potencia con reactivos, entonces se trataría de un tratamiento fisicoquímico (véase el
epígrafe de “Operaciones químicas unitarias”).
Sólidos sedimentables: sedimentan al dejar el agua residual en condiciones de reposo durante una
hora.
Sólidos flotantes: flotan de forma natural al dejar el agua residual en reposo durante una hora.
Sólidos coloidales: tienen un tamaño de entre 0,001 y 10 micras, no se aprecian a simple vista, pero
aportan turbidez al agua residual. Debido a su gran estabilidad en el agua, resulta imposible
separarlos por decantación, flotación o filtración. Esta estabilidad se debe a que poseen cargas
superficiales electrostáticas del mismo signo, generalmente negativas, que generan fuerzas de
repulsión entre ellas y les impiden aglomerarse para sedimentar o flotar.
Como, en general, parte de los sólidos en suspensión están constituidos por materia orgánica, una
consecuencia atribuible al tratamiento primario es la reducción de la DBO y de la DQO. Pero no toda la DBO
y la DQO del agua residual desaparece como consecuencia de estos tratamientos; el grado de reducción
de estos índices de contaminación depende del proceso utilizado y de las características del agua residual.
Existen múltiples tipos de decantadores en la realidad; pero, para simplificar la clasificación, se atenderá
solo a su tipología física, según la cual pueden ser ser:
De planta cuadrada.
De planta circular.
Figura 7. Decantador de planta circular (izq.) y decantador rectangular o de planta cuadrada (der.).
Fuente: archivo propio.
Flotación
–
El proceso de flotación por aire disuelto (proceso FAD) consiste en la creación de microburbujas de aire en
el seno del agua residual. Estas burbujas se unen a las partículas que se pretende eliminar formando
agregados capaces de flotar por tener una densidad inferior a la del agua. Por tanto, se puede decir que el
objetivo de este proceso en el tratamiento primario es doble: la reducción de materias flotantes y la
reducción de sólidos en suspensión.
La creación de microburbujas en el proceso se realiza a través de los siguientes pasos:
3. Despresurización a presión atmosférica, con lo que el exceso disuelto por encima del de saturación
se libera en forma de microburbujas.
En cuanto a su clasificación, al igual que los decantadores, según su forma, pueden ser:
Flotadores circulares.
Flotadores rectangulares.
C O NT I NU A R
5.1.7. Filtración
El objetivo de la filtración es separar sólidos de un efluente. Esto se lleva a cabo haciendo pasar el efluente a
través de un medio poroso en el cual las partículas quedan retenidas pero que permite el paso del agua.
Filtros granulares o de arena: se usan para un contenido en sólidos bajo. Pueden funcionar por la
acción de la gravedad o ayudados por la aplicación de presión o vacío.
Filtros de membrana.
En una estación de tratamiento de agua residual la operación unitaria de filtración suele emplearse al final
del tratamiento (en la etapa de tratamiento terciario), después de la clarificación o decantación secundaria,
con el objetivo de mejorar la calidad del efluente después del tratamiento biológico.
C O NT I NU A R
Existen multitud de operaciones químicas unitarias; por hacer mención a algunas: coagulación,
neutralización, control de incrustaciones, estabilización de efluentes, oxidación-reducción, procesos de
oxidación avanzada, desinfección, destilación-evaporación, precipitación química, intercambio iónico y
procesos de membrana.
En este epígrafe se detallan aquellas que se emplean con más frecuencia en el tratamiento de aguas
residuales urbanas: la coagulación-floculación, el intercambio iónico, la adsorción y la desinfección química.
5.2.1. Coagulación-floculación
–
La coagulación es la desestabilización de los coloides por la operación de reactivos químicos.
Las especies coloidales halladas en aguas residuales incluyen: arcillas, sílice, hierro, metales pesados o
sólidos orgánicos, todas ellas con una característica común: presentan una cierta carga electrostática en
su superficie que genera fuerzas de repulsión-atracción que en parte son las responsables de que estas
partículas no sedimenten. Se han postulado diversas teorías para describir el fenómeno de las repulsiones
entre partículas coloidales, pero todas ellas parten de la base de la definición de un sistema que determine
la naturaleza y la magnitud de la carga de la partícula.
La desestabilización de los coloides se realiza mediante la adición de reactivos químicos cuya función
principal es la formación de capas de iones que alteran la carga electrostática superficial de las partículas,
eliminando así las fuerzas de repulsión y facilitando su agregación posterior en el proceso de floculación.
Sin embargo, no es necesario neutralizar el potencial por completo, más aún, esto puede llegar a ser
incluso contraproducente. Así, si se añade demasiado coagulante, las partículas se cargan con el signo
contrario y pueden volver a dispersarse.
Para complementar la adición del coagulante, se requiere del mezclado para destruir la estabilidad del
sistema coloidal. Para que las partículas se aglomeren deben chocar y el mezclado promueve la colisión.
Casi siempre es necesaria energía adicional de mezclado, un mezclado de gran intensidad que distribuya el
coagulante y promueva colisiones rápidas es lo más efectivo.
Un floculante reúne partículas en una red, formando puentes de una superficie a otra y enlazando las
partículas individuales en aglomerados. La floculación es estimulada por un mezclado lento que junta poco
a poco los flóculos. Un mezclado demasiado intenso los rompe y rara vez se vuelven a formar en su
tamaño y fuerza óptimos.
Las variables que influyen en el proceso de coagulación son el pH, el contenido en sales y su tipo, la
alcalinidad, la naturaleza del coloide, la temperatura y el grado de agitación.
Tal como se señaló en el apartado “Decantación y flotación”, estos procesos de adición de reactivos
químicos suelen realizarse de manera conjunta con otros procesos de naturaleza física, danto lugar a
procesos fisicoquímicos. De esta manera, dentro del tratamiento primario del agua residual se encontrarán
generalmente los procesos químicos de coagulación y floculación asociados a los procesos químicos de
flotación y decantación primaria.
Algunos autores consideran la precipitación química como una operación unitaria de carácter químico
separada de la coagulación-floculación; sin embargo, con el fin de simplificar y facilitar la comprensión de
las distintas operaciones básicas de tratamiento de agua, se considerará como un efecto adicional de las
operaciones de coagulación-floculación.
De esta manera, la precipitación química se puede definir como una operación de pretratamiento o de
tratamiento primario, cuyo objetivo es la reducción de la concentración de metales en el agua residual. Para
ello, se añaden reactivos coagulantes que, como ya se ha mencionado anteriormente, tienen dos objetivos
fundamentales:
1. Coagulación.
2. Floculación.
3. Sedimentación.
Sulfato férrico: funciona de forma estable en un intervalo de pH de 4 a 11, uno de los más amplios
conocidos. Produce flóculos grandes y densos que decantan rápidamente, por lo que está indicado
tanto en la precipitación previa como en la coprecipitación de aguas residuales urbanas o
industriales. Se emplea también en el tratamiento de aguas potables aunque, en algún caso, puede
producir problemas de coloración.
Cloruro férrico: similar al anterior, aunque de aplicación muy limitada por tener un intervalo de pH
más corto. Es enérgico, aunque puede presentar problemas de coloración en las aguas.
Aluminato sádico: se emplea poco. Su uso más habitual es eliminar color a un pH bajo. Además, se
puede usar en el ablandamiento de agua con cal.
Los coadyuvantes de floculación más usados son los siguientes:
Oxidantes: como la percloración que, en parte, oxida la materia orgánica y rompe enlaces en los
coloides naturales, ayudando a una mejor floculación posterior.
Adsorbentes: las aguas muy coloreadas y de baja mineralización en las que los flóculos de aluminio
o hierro tienen muy poca densidad coagulan muy bien al añadir arcilla, que da lugar a que se adsorba
y origina flóculos pesados de fácil sedimentación. Otros adsorbentes son la caliza pulverizada, el
sílice en polvo y el carbón activo.
Sílice activa: algunos compuestos inorgánicos pueden ser polimerizados en agua para formar
polímeros floculantes inorgánicos. Este es el caso de la sílice activa, que presenta una alta
efectividad como auxiliar del tratamiento con alumbre.
Finalmente, es necesario mencionar los polielectrolitos, polímeros orgánicos con carga eléctrica.
Inicialmente, se utilizaron los de origen natural, como almidón, celulosa, gomas de polisacáridos, etc. Hoy
se usa una gran variedad de polielectrolitos sintéticos. Pueden actuar solos o como coadyuvantes para la
floculación. Se pueden clasificar en:
No iónicos: no son polielectrolitos en sentido estricto, aunque exhiben en disolución muchas de las
propiedades floculantes de los anteriores.
Cada una de las resinas contiene un número único de lugares para iones, lo que caracteriza el máximo
número de intercambios por unidad de resina. En el tratamiento de intercambio, se alcanza un momento en
que la resina agota totalmente su capacidad para absorber iones y debe ser sometida a un proceso de
enjuague regenerador, que produce una solución de poco volumen con una alta concentración de los iones
que se desea separar.
Los equipos de intercambio iónico pueden ser tanques, pero normalmente se usan columnas cerradas
bajo presión. El proceso puede ejecutarse en una sola unidad o en unidades en paralelo o en serie.
La resina usada en la columna se escoge de acuerdo con los componentes que se requiere dividir. Las
resinas pueden clasificarse generalmente en resinas catiónicas ácidas fuertes o débiles, y resinas
aniónicas básicas fuertes o débiles. Las resinas de base o ácido fuerte funcionan indiferentemente del pH,
mientras que el funcionamiento de las resinas de ácido o base débil dependen del pH. También se puede
usar cationes que formen compuestos quelatos, pero son costosos.
Por ejemplo, el intercambio iónico se ha convertido en un procedimiento común para reciclar baños de
cromo en operaciones de cromado (que emplean ácido crómico). Para ello, se usan resinas aniónicas
(debido a que el ion cromato es aniónico). La regeneración de las resinas se realiza con sosa cáustica y
genera bicromato sódico. Este subproducto luego se procesa con una resina catiónica ácida para generar
una solución concentrada de ácido crómico.
Además de su uso en la recuperación de metales, los procesos de intercambio iónico se pueden integrar
en los tratamientos terciarios, por ejemplo, con el fin de eliminar metales pesados y así alcanzar el
estándar de calidad necesario para efectuar el vertido resultante en una zona sensible.
5.2.3. Adsorción
–
La adsorción es un tratamiento de división y concentración de uno o más elementos de un sistema sobre
una superficie sólida o líquida. Los diversos sistemas heterogéneos en los que puede tener lugar la
adsorción son: sólido-liquido, sólido-gas y líquido-gas. Como en otros procesos de este tipo, los
componentes se distribuyen selectivamente entre ambas fases.
La adsorción es uno de los procesos más usados dentro del tratamiento terciario de las aguas residuales.
Se utiliza, esencialmente, para retener contaminantes de origen orgánico, presentes en general en
concentraciones bajas, lo que complica su eliminación por otros procedimientos. Cabe destacar la
eliminación de elementos fenólicos, hidrocarburos aromáticos nitrados, derivados clorados, sustancias
coloreadas, así como otras que comunican olor y sabor a las aguas. La operación es menos efectiva para
sustancias de pequeño tamaño molecular y estructura sencilla, que suelen ser fácilmente biodegradables
y, por ello, susceptibles de tratamiento biológico.
Los materiales adsorbentes más utilizados son el gel de sílice, la alúmina y, fundamentalmente, el carbón
activo y determinadas resinas sintéticas. Estas últimas son específicamente interesantes para la
separación de compuestos polares. Asimismo, son fácilmente regenerables, lo que las hace competitivas
frente al carbón activo en muchos casos. El adsorbente considerablemente más empleado para el
tratamiento de aguas residuales es, sin embargo, el carbón activo.
Entre los factores más efectivos de la adsorción como método de tratamiento de aguas residuales, cabe
señalar su capacidad para tratar eficazmente a concentraciones bajas de contaminante, su capacidad
frente a las fluctuaciones de caudal y concentración, sus moderados requerimientos de espacio, la
facilidad de automatización, la posibilidad de regenerar el adsorbente y la posibilidad de recuperar
sustancias retenidas cuando resulte de interés económico.
Entre los factores negativos, hay que destacar que el coste de mantenimiento suele ser comparativamente
alto y, por esta razón, su uso queda limitado, en general, a los casos de necesidad o a otros en los que
convenga reutilizar las aguas tratadas o recuperar algún producto de las mismas.
Sin embargo, se trata de una operación que muy rara vez se lleva a cabo en el marco del tratamiento del
agua residual, por el elevado coste que supondría, con el agravante de que los requerimientos del agua de
vertido no suelen incluir la desinfección del efluente (salvo en algunos casos concretos de reutilización).
C O NT I NU A R
Por ello, el objetivo primordial de este tipo de tratamiento es la supresión de la materia orgánica, disuelta y
en suspensión, transformándola en biomasa y en otros productos inocuos que más tarde se separarán del
agua por decantación.
Los tratamientos biológicos constituyen el corazón de todo tratamiento de agua residual y el punto
diferencial fundamental entre los distintos tipos de plantas. Existen multitud de técnicas de tratamientos
biológicos, pero todas tienen una base común: el empleo de microorganismos capaces de degradar la
materia orgánica disuelta. De esta manera, se reduce la carga contaminante presente en el agua y,
además, se posibilita la separación de la misma mediante procesos de floculación y decantación.
Dicho de otra manera, los microorganismos se alimentan de la materia orgánica disuelta y emplean esa
energía para “engordar” o aumentar su población en términos de número de individuos. Posteriormente,
esos microorganismos son separados del agua por gravedad o por flotación, dejando el agua más limpia
que al inicio del tratamiento.
Cabe resaltar que el tratamiento biológico que se lleva a cabo en el reactor biológico es el único lugar en
una EDAR en el cual se puede eliminar la materia orgánica disuelta, siendo de vital importancia para ello el
estudio de las variables de DBO5 y DQO. Los microorganismos colaboradores del proceso son:
• Bacterias.
• Hongos.
• Algas.
• Protozoos.
• Rotíferos.
• Crustáceos.
El tratamiento se basa en generar y mantener colonias de bacterias que, en primer lugar, asienten el
contenido orgánico que les llega y, posteriormente, sean separables mediante decantación. Resumiendo, la
primera fase consiste en copiar la acción de la naturaleza en los cursos naturales del agua superficial y la
segunda etapa en retirar el contaminante estabilizado como fangos.
Antes de continuar, es importante recordar el esquema del proceso que siguen las aguas residuales para
su tratamiento en una EDAR:
1. En el momento en el que las aguas residuales empiezan a ser tratadas en una EDAR, pasan por un
pretratamiento en el que se retiran:
3. La materia orgánica que queda disuelta y en suspensión, así como el resto de las partículas sólidas que
no se han eliminado en los tratamientos anteriores son eliminadas mediante los denominados procesos
biológicos de depuración aerobia, que constituyen los tratamientos secundarios en la línea de aguas.
Si se centra la atención en las bacterias, que son las mayores estabilizantes de la materia orgánica, es
adecuado distinguir cómo actúan sus diversas familias y subfamilias; de esta forma, se pueden diferenciar
entre:
La velocidad con la que se realizan estas reacciones es formidablemente elevada, pues duplica su
biomasa en menos de media hora. Las bacterias se duplican por fragmentación o escisión (método de
división asexual animal por el cual un individuo se divide en dos o más trozos, cada uno de los cuales es
capaz de reconstruir un animal completo aproximadamente en ese mismo tiempo).
Para que lo anteriormente expuesto se produzca, son necesarias dos tipos de reacciones fundamentales
totalmente acopladas:
Reacciones de oxidación y respiración endógena: los microorganismos necesitan energía para poder
realizar sus funciones vitales (moverse, comer, etc.). Dicha energía la obtienen transformando la
materia orgánica asimilada y aquella acumulada en forma de sustancias de reserva en gases, agua y
nuevos productos de acuerdo con la siguiente reacción:
Después de un tiempo de contacto suficiente entre la materia orgánica del agua residual y los
microorganismos, la materia orgánica del medio disminuye considerablemente, transformándose en
nuevas células, gases y otros productos. Este nuevo cultivo microbiano seguirá actuando sobre el agua
residual.
1. Un primer grupo de familias hidroliza y fermenta la materia orgánica en ácidos (acético, propiónico,
etc.).
2. Un segundo grupo de familias convierte los ácidos en metano y otros elementos no oxidados.
El segundo grupo de bacterias es el que acaba estabilizando la materia orgánica; por ello, es necesario que
el número de individuos de cada grupo esté equilibrado en el cultivo.
Además, solo una pequeña parte de la DQO tratada (5-10 %) se utiliza para formar nuevas bacterias, frente
al 50-70 % de un proceso aerobio. Esto implica que solo una pequeña fracción del residuo orgánico
biodegradable es transformada en nuevas células; la mayor parte es convertida en metano, un gas
combustible, lo que lo convierte en un producto final útil. Esto significa que se tiene una menor
acumulación de lodo producido por el proceso de digestión anaeróbica. Sin embargo, la lentitud del proceso
anaerobio obliga a trabajar con altos tiempos de residencia, por lo que es necesario diseñar reactores o
digestores con una alta concentración de microorganismos.
Realmente, es un proceso complejo en el que intervienen varios grupos de bacterias, tanto anaerobias
estrictas como facultativas, y en el que, a través de una serie de etapas y en ausencia de oxígeno, se
desemboca fundamentalmente en la formación de metano y dióxido de carbono. Cada etapa del proceso la
llevan a cabo grupos distintos de bacterias, que han de estar en perfecto equilibrio. El proceso de digestión
puede ser clasificado en cuatro etapas principales íntimamente relacionadas: hidrólisis, acidogénesis,
acetogénesis y metanogénesis.
La bacteria fermentadora realiza las dos primeras etapas de degradación de la materia orgánica (hidrólisis
y acidogénesis). Un segundo grupo de bacterias, acetogénicas, sintetiza los productos de la acidogénesis,
dando lugar principalmente al acetato, entre otros compuestos, como CO2 o H2. La bacteria metanogénica
convierte este acetato y el H2 en metano, consumiendo CO2 para ello. Esta también transforma otros
compuestos como metanol, formato, monóxido de carbono y metilaminas, que son de menor importancia
en la mayoría de los procesos de digestión anaeróbica.
Únicamente las bacterias acetogénicas y metanogénicas son estrictamente anaeróbicas, las hidrolíticas y
acidogénicas se componen de bacterias facultativas y anaerobias. Las bacterias facultativas son aquellas
que pueden vivir tanto en la presencia de oxígeno como en su ausencia.
El desarrollo del tratamiento anaerobio ha sido paralelo al desarrollo del tipo de reactor donde llevar a cabo
el proceso. Dado el bajo crecimiento de las bacterias metanogénicas y la lentitud con la que llevan a cabo
la formación de metano, es necesario desarrollar diseños en los que se consiga una alta concentración de
microorganismos (sólidos en suspensión volátiles o SSV) en su interior si se quiere evitar utilizar reactores
de gran tamaño.
Para conseguirlo, habitualmente es necesario que el tiempo de retención hidráulico (TRH) sea inferior al
tiempo de retención de sólidos (TRS) y esto se puede hacer por distintos medios.
Todos estos reactores se denominan reactores de alta carga, dado que son los únicos que pueden tratar
aguas con elevada carga orgánica de una forma viable.
Figura 10. Reacción básica de un proceso de degradación de materia orgánica anaerobio. Figura 11. Descripción
del proceso de digestión anaerobio.
Fuente: elaboración propia.
Bioproductos: gas pobre (metano + anhídrido carbónico) de potencia calorífica del orden de 4000
kcal/kg en tratamientos anaerobios; anhídrido carbónico en el aerobio.
Oxígeno y nutrientes: nulo oxígeno y baja tasa de nutrientes en el tratamiento anaerobio. Oxígeno
abundante y fuerte sensibilidad a la falta de nutrientes en el aerobio.
Las características del sustrato: las características fisicoquímicas del agua residual determinan el
mejor o peor desarrollo de los microorganismos en este sistema; existen compuestos
contaminantes que son degradables biológicamente y otros que no lo son.
Temperatura: a medida que aumenta la temperatura, aumenta la velocidad con la que los
microorganismos degradan la materia orgánica; pero, a partir de 37 °C, dichos organismos mueren.
Salinidad: el contenido en sales disueltas no suele ser problemático para el desarrollo bacteriano en
el proceso de fangos activos hasta concentraciones de 3 a 4 g/l. En los procesos de cultivos fijos
(lechos bacterianos), la influencia es aún menor, sin que afecten valores que no superen los 15 g/l.
Tóxicos o inhibidores: existen una serie de sustancias orgánicas e inorgánicas que, a ciertas
concentraciones, inhiben o impiden los procesos biológicos. Este tipo de sustancias, entre las que se
encuentran los metales pesados, ejercen un efecto perjudicial sobre los microorganismos
encargados de depurar el agua y, por tanto, no deben entrar en las plantas depuradoras con el agua
residual o, si entran, deben hacerlo en concentraciones muy bajas.
Todos estos factores son de gran importancia y deben ser controlados si se quiere obtener un rendimiento
eficaz de depuración por parte de los microorganismos encargados de degradar la materia orgánica del
agua residual.
A continuación, se expone una síntesis de las tecnologías más habituales que se pueden encontrar en los
tratamientos biológicos.
Desde su invención a principios del siglo XX, el proceso de lodos activos ha representado el tratamiento
biológico aerobio más comúnmente empleado. Además, a partir de esta técnica se han ido introduciendo
numerosas mejoras y variantes del proceso, principalmente enfocadas a la eliminación de nutrientes,
además de la eliminación de materia orgánica o la reducción del espacio necesario para llevar a cabo el
proceso.
Se lleva a cabo en un tanque sometido a aireación constante (reactor biológico), donde los
microorganismos entran en contacto con el agua residual.
Posteriormente, este licor de mezcla pasa a un decantador (decantador secundario), del cual se obtiene un
efluente clarificado (por la parte superior del tanque) y un lodo (por la parte inferior) que puede ser
recirculado al tanque aireado (al reactor biológico) o a la línea de tratamiento de lodos, según las
necesidades de la planta.
Una vez que la materia orgánica ha sido suficientemente oxidada, lo que requiere un tiempo de retención
del agua en el reactor, el licor de mezcla pasará al denominado decantador secundario o clarificador. Aquí,
el agua con fango se deja reposar y, por tanto, los fangos floculados tienden a sedimentarse,
consiguiéndose separar el agua clarificada de los fangos.
El agua clarificada constituye el efluente que se vierte al cauce y parte de los fangos floculados son
recirculados de nuevo al reactor biológico para mantener en este una concentración suficiente de
organismos. El excedente de fangos se extrae del sistema y se evacua hacia el tratamiento de fangos.
Los parámetros operacionales son una serie de parámetros que se han de tener en cuenta a la hora de
diseñar la cuba de aireación y el clarificador. Asimismo, estos parámetros se deben controlar para
mantener un óptimo funcionamiento de la planta. Dichos parámetros son:
Carga másica: es la relación que existe entre la carga de materia orgánica que entra en el reactor
biológico por unidad de tiempo y la masa de microorganismos existentes en él. Se expresa como: Cm
= Q x S o / V x X
Donde:
Q = caudal.
So = DBO5 de entrada.
V = volumen.
X = sólidos en suspensión volátiles (SSV) del licor de mezcla de la cuba de aireación.
Edad del fango: es la relación entre la masa de fangos existentes en la cuba de aireación y la masa
de fangos en exceso extraídos por unidad de tiempo. Se expresa como: E = V x X / Qp x Xp
Donde:
Qp = caudal de la purga de fangos.
Xp = SSV de la purga de fangos (fangos en exceso).
V = volumen.
X = SSV del licor de mezcla de la cuba de aireación.
Carga volumétrica: es la relación entre la masa de materia orgánica que entra en el reactor por
unidad de tiempo y el volumen de la cuba. Se expresa como: Cv = Q x S o / V
Rendimiento: es la relación que existe entre la masa de materia orgánica eliminada y la del influente
que entra en el reactor biológico. Se expresa en porcentajes: R = (S o - S) / S o
Donde:
So = DBO5 de la entrada del decantador secundario.
S = DBO5 de la salida del decantador secundario.
Nivel de oxígeno disuelto: el oxígeno que se aporte a la cuba de aireación debe ser suficiente para
que los microorganismos puedan respirar y se pueda oxidar la materia orgánica. La relación cantidad
de oxígeno / cantidad de alimento debe estar regulada y mantenerse estable. Una descompensación
en un sentido o en otro puede dar lugar a una aparición de organismos filamentosos que tienden a
flotar en el decantador secundario, alterando totalmente la separación sólido-líquido y tendiendo a ser
lavados con el efluente. El nivel de oxígeno disuelto suele medirse con sensores que dan información
inmediata de las cantidades de oxígeno en la cuba; a partir de esta información, los sistemas de
agitación y de aireación se ponen en marcha o se paran. La agitación debe de estar bien controlada,
para que el oxígeno y el alimento se distribuyan homogéneamente por toda la cuba.
Tiempo de retención: para que se pueda dar el proceso de oxidación biológica, es necesario que los
microorganismos permanezcan un tiempo de contacto suficiente con las aguas residuales. Este
tiempo de retención es uno de los parámetros que hay que tener en cuenta para diseñar las cubas, ya
que, en relación con el caudal que se va a tratar y el tiempo que debe permanecer el caudal en la
cuba, se calculará el volumen de esta.
Índice volumétrico de fangos: se define como el volumen en mililitros ocupado por un gramo de
sólidos en suspensión del licor de mezcla, tras una sedimentación de 30 minutos en una probeta de
1000 ml. Por lo tanto, para realizar su medición en el laboratorio se toma 1 l de licor de mezcla y se
deja sedimentar durante 30 minutos. Finalmente, se toma nota del volumen que ocupa el fango y se
calcula la siguiente relación: IVF = (ml sólidos sedimentables / ppm SSLM) x 1000
Donde:
ppm SSLM = partes por millón de sólidos sedimentables en el licor de mezcla (es la cantidad de sólidos que no ha
sedimentado y, por tanto, sigue en la disolución).
Este valor da información sobre el comportamiento de los fangos en el decantador. Si el valor es menor de 100,
implica fangos con desarrollo de organismos que sedimentan bien y, por tanto, buena separación sólido-líquido.
Si el valor es superior, se han desarrollado organismos filamentosos con mala sedimentación, lo que lleva a una
descompensación en el funcionamiento del sistema.
Existen una serie de variables que hay que controlar para asegurar que el proceso de fangos activos
funciona bien. Entre estas, se encuentran:
La calidad exigida al efluente: la calidad que las autoridades exigen al agua de salida va a determinar
el funcionamiento del proceso y su control. Si se requiere un alto grado de tratamiento, el proceso
deberá estar muy controlado y probablemente se requiera un tratamiento adicional. Dicha calidad
deberá ser determinada a través de las analíticas realizadas por el laboratorio.
Características del agua residual que se va a tratar: los caudales y las características del afluente
se encuentran fuera del campo de actuación del operador, siendo competencia del laboratorio y de las
autoridades municipales que controlan los residuos que se vierten en el sistema colector, que deben
evitar que determinadas industrias viertan residuos tóxicos para los microorganismos que trabajan
en la cuba de aireación.
Cantidad de microorganismos activos que se necesitan en el tratamiento: la proporción entre la
cantidad de microorganismos activos y el alimento disponible es un parámetro decisivo en el control
del proceso. Si esta proporción no es equilibrada, aparecerán serios problemas en la planta. El
número de organismos aumenta también al aumentar la carga de materia orgánica (alimento) y el
tiempo de permanencia en la cuba de aireación (edad del fango). El operador deberá eliminar el
exceso de microorganismos (fangos en exceso o purga de fangos) para mantener un número óptimo
para el tratamiento eficaz de las aguas.
Por otra parte, es fundamental proceder a una recirculación de fangos desde el decantador hasta la cuba de
aireación para mantener una concentración de organismos suficiente, ya que si no se irían eliminando y se
acabaría con un lavado del tanque.
El fango del decantador debe extraerse tan pronto como se forme la manta de fangos, ya que, de
permanecer en él, pueden darse fenómenos que hagan que el fango flote. El sistema de bombeo de fangos,
por tanto, debe encontrarse en condiciones óptimas para actuar cuando sea necesario.
Para conocer la concentración de microorganismos del licor de mezcla y de los fangos de recirculación, se
determinará el nivel de sólidos volátiles en ambos.
En función de los objetivos de calidad requeridos en el efluente, la depuración puede consistir en la
eliminación de la materia orgánica carbonada o llevar asociada la reducción de la materia nitrogenada. Por
tanto, el tipo de tecnología empleada variará en función del objetivo de calidad del efluente que se desea
conseguir. De esta forma, se distinguen distintos tipos de procesos:
Flujo pistón: se lleva a cabo en una cuba de aireación rectangular, seguida de un decantador
secundario. Tanto el agua residual como el fango recirculado desde el decantador entran en la cuba
por un extremo y son aireados por un periodo de seis horas, tiempo en el que se produce la adsorción,
la floculación y la oxidación de la materia orgánica. Se utiliza para aguas domésticas no muy
concentradas y es un proceso susceptible a cargas de choque.
Mezcla completa: el contenido total del proceso se mezcla uniformemente. El agua residual de
entrada al proceso y los fangos recirculados se mezclan e introducen en diversos puntos del tanque
de aireación a lo largo de un canal central. De esta forma, se consigue que tanto la demanda de
oxígeno como la carga orgánica sean homogéneas de un extremo al otro de la cuba de aireación. El
proceso es usado en aplicaciones generales, siendo resistente frente a cargas de choque.
Canales de oxidación: la oxidación biológica tiene lugar en un canal circular cerrado, provisto de
aireadores superficiales horizontales (rotores que provocan la aireación y circulación de los fangos).
Cuando se diseñó este tipo de procesos, eran discontinuos, el canal funcionaba como reactor
biológico y decantador alternativamente. Actualmente, funciona de forma continua, el canal está
seguido de un clarificador. Generalmente, se diseña para tratar una baja carga, si bien funciona
excelentemente a media carga y es flexible a las variaciones.
Debido a la geometría de los canales, se pueden obtener zonas más oxigenadas con nitrificación y zonas
muy poco oxigenadas con desnitrificación, por lo que es un sistema bueno para eliminar materia orgánica y
nitrógeno. Existen diversas variantes de este tipo de sistemas; entre ellas:
Carrusel: En este sistema, el tanque de aireación tiene configuración de canal, pero en lugar de
rotores utiliza aireadores de eje vertical instalados frente al tanque divisorio, lo que permite interceptar
el régimen de corrientes y utilizar la potencia aplicada en transferir oxígeno y conseguir un flujo
continuo de fangos en el canal suficiente para evitar la sedimentación. Con esta variante, se pueden
conseguir profundidades del tanque de hasta 4 m. Además, si se asocian zonas del tanque con poco
oxígeno y alta carga, se consigue eliminar nitrógeno.
Proceso orbal: este sistema consiste en una serie de canales concéntricos en los que las
cantidades de oxígeno suministrado varían de un canal a otro. El agua pasa, inicialmente, al canal
periférico y, a través de pasos sumergidos, va circulando de un canal a otro para llegar finalmente a un
decantador. La característica principal del sistema orbal es el diferente grado de oxigenación que se
mantiene en los distintos canales, típicamente operando en 0,1 y 2 ppm de oxígeno disuelto.
El sistema es idóneo para procesos de nitrificación-desnitrificación, ya que el agua entra en el primer canal
y el fango allí existente empieza a degradar la materia orgánica, empezando a desarrollarse bacterias
desnitrificantes (zona de poco oxígeno); posteriormente, el agua va pasando por los canales más
oxigenados donde va sufriendo procesos de oxidación biológica y nitrificación. El licor de mezcla se
recircula del tercer al primer canal, permitiendo que los nitratos formados sean transformados en nitrógeno
atmosférico por las bacterias desnitrificantes.
Contacto-estabilización: la alimentación por agua residual del proceso biológico tiene lugar en dos
etapas que se desarrollan en cubas separadas. La primera es la fase de adsorción, que se desarrolla
en la primera cuba durante 20-60 minutos. En ella, se adsorbe en los flóculos una buena parte de la
materia orgánica disuelta, suspendida y coloidal existente en el agua residual. A continuación, el agua
pasa a un clarificador y el fango decantado pasa a la segunda cuba de aireación, donde se le da
tiempo suficiente para que se produzca la oxidación de la materia orgánica por las bacterias. Este tipo
de proceso es muy flexible y se utiliza muchas veces como ampliación de plantas existentes.
Proceso de doble etapa: consiste en realizar una depuración biológica en dos etapas, cada una de las
cuales presenta reactor biológico y decantador secundario. En la primera etapa, se alimenta la
primera cuba con cargas elevadas, con un corto periodo de oxigenación, lo que favorece el desarrollo
de microorganismos resistentes a elevadas cargas y sustancias tóxicas, favoreciéndose las
propiedades adsorbentes de los flóculos.
En la segunda etapa, se establece una carga media o baja, con un alto contenido en oxígeno,
funcionando de forma similar a los procesos convencionales, en los que predomina la oxidación
biológica.
Este sistema es interesante para aguas residuales con fuertes variaciones de carga, pH,
componentes tóxicos, etc., es decir, aguas residuales con fuerte componente industrial.
Para finalizar el apartado dedicado a los cultivos en suspensión, se explican a continuación las
principales instalaciones y equipos utilizados para estos tratamientos:
Cubas o tanques de aireación: las cubas son, generalmente, abiertas y están construidas de
hormigón armado. La configuración hidráulica debe garantizar que, frente a las variaciones de caudal
normales, la altura del licor de mezcla no variará en más de 30 cm. La guarda hidráulica debe ser
suficiente para evitar las proyecciones de fangos y espumas. El sistema de aireación puede ser por
turbinas o por difusores, y se deben tomar las precauciones necesarias para evitar los ruidos
molestos producidos por los sistemas de aporte de aire.
Para plantas pequeñas, la regulación en la oxigenación puede realizarse mediante el arranque y la parada
de los equipos por temporizadores. Para plantas grandes, la regulación debe ser obligatoriamente en
función del oxígeno disuelto del reactor biológico.
Todos los tipos de decantadores presentan bombas para la evacuación de fangos y para su recirculación a
las cubas de aireación. Los sistemas de extracción de fangos son regulables y controlables mediante
temporizadores programables.
Filtros percoladores (lechos biológicos de filtración): son un tipo de cultivo fijo y aerobio. En este
proceso, los microorganismos se encuentran adheridos al material de relleno, formando lo que se
llama una película biológica o biopelícula (biofilm). Las aguas residuales se ponen en contacto con la
biopelícula, escurriendo sobre la misma y sobre el material de relleno. Para conseguir el máximo
contacto con la biopelícula, el material de relleno presenta una alta superficie específica, mientras
que las condiciones aerobias se consiguen haciendo pasar aire a través del material de relleno, en
contracorriente, de forma natural. El flujo de aire puede ser:
Tiro natural.
Tiro forzado.
Los filtros percoladores consisten generalmente en un recipiente (que suele ser cilíndrico), relleno de
material granular, en el que superficialmente se vierte el agua residual (mediante un mecanismo giratorio
de accionamiento mecánico) y sobre el que se establece un flujo de aire a contracorriente.
La degradación de la materia orgánica se produce por la actuación de los microorganismos existentes en
la biopelícula adherida al material de relleno. Los microorganismos existentes en la biopelícula son
principalmente bacterias heterótrofas (en la superficie), autótrofas (en el fondo), protozoos (predominando
los ciliados), algas y hongos (en capas superiores), nematodos y rotíferos, entre otros.
La biopelícula que se establece alrededor del material de relleno tiene un espesor aproximado de 3 mm. La
capa externa de la película tiene condiciones aerobias y la capa profunda, adherida al material de soporte,
tiene condiciones anaerobias.
Durante el proceso de crecimiento de la biopelícula, los gases desprendidos en la capa profunda
(anaerobia) por procesos de descomposición hacen que esta se desprenda, quedando retenida en la
decantación secundaria.
Filtros biológicos inundados: los filtros biológicos tienen cierta semejanza con los filtros percoladores
(contienen relleno de material granular, al que se adhiere la biopelícula), con la diferencia de que
trabajan llenos de agua. En este caso, la aireación se realiza mediante la inyección de aire por la parte
inferior del filtro biológico y el sentido del flujo de agua puede ser ascendente o descendente. Para el
desprendimiento de biopelícula y el adecuado mantenimiento del sistema, es necesario incorporar un
sistema de lavado a contracorriente.
Ciclos de la operación:
1. Filtración: se genera una diferencia de presión que obliga al efluente a pasar a través de la
membrana. En el caso de las membranas tubulares, se crea el vacío en su interior, haciendo que el
efluente pase desde fuera hacia dentro del cilindro.
2. Relajación y limpieza: es cuando se suspende la filtración y se procede a la limpieza con aire (las
burbujas generan vibración, que hace que se desprenda el fouling orgánico del exterior de la
membrana) o con agua a contracorriente. Se separan los sólidos y, cuando se reanuda la filtración, la
presión transmembrana es menor.
En función del tamaño de paso del poro, se puede diferenciar entre procesos de microfiltración (0,1-1 µm) y
ultrafiltración (0,01-0,1 µm). La ultrafiltración permite prácticamente desinfectar el agua.
Existen multitud de tipos de membranas en el mercado: planas, de fibra hueca o multitubulares, pero las
más empleadas son de tipo tubular de fibra hueca.
El tratamiento terciario se emplea para separar la materia residual de los efluentes de procesos de
tratamiento biológico a fin de prevenir la contaminación de los cuerpos de agua receptores u obtener la
calidad adecuada para la reutilización del efluente. Se recuerda en este punto que los tratamientos de
eliminación de nitrógeno y fósforo (ambos de tipo terciario) son necesarios para alcanzar los niveles
exigidos de estos compuestos cuando el efluente va a ser vertido en una zona sensible. Asimismo, será
necesaria la desinfección del efluente para algunos procesos de reutilización, como en el caso de la
reutilización para agua de riego.
5.4.3. Destilación
–
La destilación es la colección de vapor de agua después de hervir las aguas residuales. Puede obtenerse
con un diseño correcto de la retirada del sistema de contaminantes orgánicos e inorgánicos y de
impurezas biológicas, porque la mayoría de los contaminantes no se vaporizan. El agua pasará al
condensador y los contaminantes permanecerán en la unidad de evaporación.
Básicamente, el proceso de extracción por solventes se usa para purificar y concentrar metales. Solo se
requiere que el metal específico sea transferido selectivamente desde una fase acuosa a una orgánica.
Para ese tratamiento, el agua debe estar esencialmente libre de turbidez y materia particular, o la resina
podría funcionar como un filtro y llegar a taparse.
5.4.8. Precipitación
–
El tratamiento puede realizarse a través de varios procesos; hasta hace poco, el tratamiento convencional
de efluentes resultantes del curtido de pieles aplicaba una primera etapa en la que se sometía a
tratamiento por precipitación la totalidad de los efluentes utilizando sales de hierro. En este proceso, el
sulfuro se precipita como sulfuro de hierro. Al mismo tiempo, se precipita el cromo y las proteínas. El agua
que sale de la sedimentación queda clarificada, mientras que el DQO y el DBO5 se reducen en un 50 y un
60 %.
No obstante, este proceso genera una cantidad enorme de lodos que son muy propensos a la putrefacción
y están altamente contaminados por compuestos de cromo (unos 10 a 50 g por 1 kg de materia seca), lo
que significa que únicamente pueden depositarse en un relleno sanitario (en vertederos).
Además, la experiencia ha demostrado que no se puede lograr una deshidratación eficaz de estos lodos, lo
que, por lo tanto, encarece su eliminación y causa problemas en el lugar de la disposición.
5.4.9. Nitrificación-desnitrificación
–
Son procesos llevados a cabo por determinados grupos de microorganismos bacterianos que se utilizan en
aquellas plantas de tratamiento de aguas residuales donde, aparte de la eliminación de la materia orgánica,
se persigue la eliminación de nitrógeno.
Estas reacciones las llevan a cabo bacterias muy especializadas, diferentes de aquellas que se encargan
de degradar la materia orgánica del medio. Este tipo de bacterias se reproducen más lentamente y son
muy sensibles a los cambios de su medio habitual.
A su vez, necesitan de un aporte de oxígeno suplementario para ser capaces de desarrollar las reacciones
mencionadas; de esta forma, las cubas de aireación de fangos activados necesitan un nivel de oxígeno de
2 mg/l al menos.
La desnitrificación consiste en el paso de los nitratos a nitrógeno atmosférico por la acción de un grupo de
bacterias llamadas desnitrificantes. Dicha forma de nitrógeno tenderá a salir a la atmósfera,
consiguiéndose así la eliminación de nitrógeno en el agua. Para que las bacterias desnitrificantes actúen,
es necesario que el agua tenga bastante carga de materia orgánica, una fuente de nitratos elevada, con
muy poco oxígeno libre, y un pH situado entre 7 y 8. El oxígeno asociado a los nitratos es la única fuente de
oxígeno necesaria para llevar a cabo sus funciones vitales. De esta forma, los niveles de oxígeno libre en el
medio donde actúan deben ser inferiores a 0,2 mg/l.
El tiempo mínimo de contacto entre el agua y las bacterias desnitrificantes debe de ser suficiente para que
se produzcan las reacciones deseadas, estimándose un tiempo mínimo de 1,5 horas para un caudal
medio.
C O NT I NU A R
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Lección 6 de 13
Con el tratamiento de los lodos generados en las plantas depuradoras se busca alcanzar ciertos objetivos
principales:
Estabilizarlos para alcanzar una degradación controlada de sustancias orgánicas y eliminación del olor.
Mejora de las características del fango de las plantas de tratamiento para su utilización posterior o
disposición final.
Para la consecución de estos objetivos, se pueden utilizar los procesos que se detallan a continuación.
6.2. Espesamiento
Mediante el espesamiento de los lodos, se consigue una reducción del volumen de aproximadamente un 30-
80 % antes de cualquier otro tratamiento. En plantas de tratamiento de menor tamaño, con alimentación
regular de lodo, el espesamiento tiene lugar generalmente directamente en el tanque de almacenamiento de
los lodos. El lodo es comprimido en la base del tanque mediante gravedad mientras, en la parte superior, se
produce una capa de agua que se extrae y recircula nuevamente.
En las plantas de tratamiento de mayor tamaño, existen tanques especiales de espesamiento de lodos.
Estos están equipados con rodillos de rotación vertical, que crean microcanales en el lodo para un mejor
escurrido. Las máquinas de espesamiento son importantes en aquellos lodos no estabilizados que pueden
pudrirse durante el almacenamiento.
E S PE S A DO R E S PO R G R AV E DA D E S PE S A DO R E S PO R F LO TA C I Ó N
E S PE S A DO R E S PO R G R AV E DA D E S PE S A DO R E S PO R F LO TA C I Ó N
Con este tipo de separadores se consigue separar la fase sólida de la líquida. El funcionamiento es similar
al de los decantadores.
Estos espesadores suelen constar de una cubeta, por lo general cilíndrica, de fondo cónico. Aparece
también un puente móvil donde se sitúan dos brazos con sendas rasquetas, movidos por un motor que
acciona el eje central. La función de estas rasquetas es la de concentrar los sólidos y conducirlos a la parte
central del fondo cónico, y proceder a su evacuación.
El agua entra por la parte central del aparato mediante una campana tranquilizadora, la cual reparte el agua
de manera uniforme. Las partículas en suspensión decantan de forma individual o formando flóculos. Este
tipo de espesadores suelen estar tapados para evitar olores. La solera del espesador debe tener una
pendiente mínima del 10 %. El sobrenadante de salida del espesador irá a la cabecera de la planta de
tratamiento.
En este espesador, también se separa la fase sólida de la líquida; pero, a diferencia del método anterior, en
los espesadores por flotación, los sólidos se concentran en la parte superior. Los fangos ascienden a una
velocidad superior a la de sedimentación. Esto se consigue mediante la introducción de aire. Estas
pequeñas burbujas de aire arrastran a las partículas sólidas hacia arriba. Los sólidos acumulados en la
superficie del espesador son retirados mediante procesos mecánicos.
Este tipo de tratamiento se suele aplicar para los lodos biológicos (lodos secundarios), mientras que no se
suele usar para los lodos primarios (los que proceden de los decantadores primarios). En este tratamiento,
hay que tener en cuenta la relación existente entre el aire aportado y los sólidos que tiene el fango. Por lo
general, esta relación suele estar entre 0,005 y 0,06 kg de aire/kg de fango.
Figura 22. Esquema de la fase de espesado de lodos (línea de tratamiento de lodos de una estación depuradora de
aguas residuales o EDAR). Se aprecian las dos técnicas de espesado, tanto por flotación como por decantación.
Fuente: elaboración propia.
C O NT I NU A R
El tiempo de retención hidráulico (el tiempo que debe permanecer el fango en el reactor) se calcula según la
fórmula:
Las recomendaciones para España en este sentido establecen unos tiempos de retención igual o mayores a
15 días para fangos mixtos a temperaturas superiores a 15 °C y para fangos activos de más de 12 días.
En este tipo de digestión, hay que tener en cuenta la cantidad de oxígeno que se debe suministrar al digestor,
ya que la cantidad de oxígeno consumida determina la cantidad de sólidos volátiles destruidos.
Este método permite una importante reducción de sólidos volátiles (aunque la digestión anaerobia consigue
una reducción mayor), se consiguen reducidas concentraciones de DBO del sobrenadante obtenido, se
minimizan los problemas de olores en el producto digerido y se obtiene un producto de gran calidad y valor
desde el punto de vista agrícola. El inconveniente que presenta es que es un método muy costoso.
1 Tiempo de retención: cuanto mayor sea el tiempo de retención, mayor será la reducción de los
sólidos volátiles.
2 Temperatura: el rendimiento en la reducción de los sólidos volátiles disminuye con las bajas
temperaturas. Para minimizar estos efectos, se puede aumentar la cantidad de sólidos,
aumentando también el tiempo de retención y mejorando el rendimiento del sistema. Esto hay
que tenerlo en cuenta a la hora de diseñar la cuba para las peores condiciones de temperatura
para un rendimiento de volátiles fijo.
1 . FA S E DE 3. FA S E 4. FA S E
2 . FA S E Á C I DA
HI DR Ó LI S I S A C ETO G ÉN I C A M E TA N O G É N I C A
En esta etapa se rompen los enlaces de las grandes moléculas gracias a las enzimas que excretan las
bacterias hidrolíticas.
1 . FA S E DE 3. FA S E 4. FA S E
2 . FA S E Á C I DA
HI DR Ó LI S I S A C ETO G ÉN I C A M E TA N O G É N I C A
En esta fase actúan bacterias facultativas que transforman los compuestos orgánicos presentes en el
fango en ácidos orgánicos de bajo peso molecular; esto produce que, al finalizar esta etapa, el pH
descienda.
1 . FA S E DE 3. FA S E 4. FA S E
2 . FA S E Á C I DA
HI DR Ó LI S I S A C ETO G ÉN I C A M E TA N O G É N I C A
Esta fase la realizan las bacterias acetogénicas, las cuales sueltan acetatos y CO2 al medio.
1 . FA S E DE 3. FA S E 4. FA S E
2 . FA S E Á C I DA
HI DR Ó LI S I S A C ETO G ÉN I C A M E TA N O G É N I C A
Etapa realizada gracias a las bacterias metanogénicas, las cuales forman metano (CH4) y dióxido de
carbono (CO2). Estas bacterias tienen un crecimiento lento, provocando que su metabolismo sea limitante
en el proceso del tratamiento de los fangos mediante digestión anaerobia.
Los sistemas de digestión anaerobia se clasifican en: baja carga, alta carga, contacto anaeróbico y por
separación de gases.
En este proceso hay que tener en cuenta una serie de factores como el pH, la temperatura (10-60 °C), la
agitación y el calentamiento, la alimentación de fango y el tiempo de retención de este (el tiempo de
retención en España para la digestión primaria se recomienda que sea igual o superior a 15 días, mientras
que para el digestor secundario debe ser igual o mayor de 5 días) y la producción de gas.
El digestor anaerobio suele tener forma cilíndrica, con la parte superior e inferior de forma cónica. La parte
superior se denomina cúpula. Estos digestores presentan un sistema de agitación, mezclado y
rompecostras.
Como sistema complementario de estabilización durante los periodos en los que las instalaciones de
otros sistemas (como la digestión o la incineración) están fuera de servicio.
Como sistema complementario a los procesos de digestión cuando hay una cantidad de fangos mayor
que la cantidad prevista en el diseño de las instalaciones.
En plantas de pequeño tamaño donde una inversión y la consiguiente explotación de las instalaciones
de otro sistema de estabilización no resulten rentables.
Existen diferentes metodologías para llevar a cabo la estabilización química de los lodos:
O X I DA C I Ó N C O N C LO R O E S TA BI LI Z A C I Ó N C O N C A L
Es la oxidación química del fango mediante la aplicación de una dosis elevada de cloro. Se realiza en
reactores cerrados y necesita un periodo de retención bastante corto.
O X I DA C I Ó N C O N C LO R O E S TA BI LI Z A C I Ó N C O N C A L
Se añade cal al fango en dosis tales para mantener un pH de 12 durante el tiempo suficiente para asegurar
la eliminación o la reducción de los organismos patógenos en los fangos.
Figura 24. Esquema de la fase de estabilización de los lodos (línea de tratamiento de lodos de una estación
depuradora de aguas residuales o EDAR).
Fuente: elaboración propia.
C O NT I NU A R
Se utiliza para la coagulación de la materia sólida, a la vez que se libera mucha agua de los fangos. Los
productos más utilizados en el acondicionamiento químico son los polielectrolitos, aunque también se usa
cloruro férrico, cal y sulfato de alúmina, entre otros.
A C O N DI C I O N A M I E N T O Q UÍ M I C O A C O N DI C I O N A M I E N T O T É R M I C O
Se trata de un calentamiento de los fangos a una temperatura de 160-210 °C, produciéndose el cambio de
estructura de los fangos con una gran cantidad de materia orgánica.
6.4.1. Deshidratación
Es necesaria una reducción del volumen del lodo (mediante eliminación de agua) antes de su espesamiento.
El líquido de los lodos tiene que drenarse, consiguiendo un lodo seco y poroso. La deshidratación puede
producirse de manera natural (mediante camas secas, secado solar), durante un largo periodo de tiempo.
Más rápidas, aunque en pequeñas cantidades (y también más costosas), son las máquinas de proceso,
como las prensas (filtros de prensa) y los decantadores centrífugos.
Para una buena deshidratación, el tamaño y la firmeza de los aglomerados del lodo son factores
importantes, de manera que el lodo permanezca poroso durante la compresión. Se suelen utilizar floculantes
para alcanzar mayores niveles de materia seca en las máquinas de deshidratación y deben ser
especialmente coordinados con el lodo.
En la selección del proceso más apropiado de deshidratación es importante la consideración de las
condiciones limitantes, como la cantidad, la estructura del lodo, la disposición, las regulaciones, la
disponibilidad, el personal, etc. Las distintas tecnologías más utilizadas en esta parte del proceso son:
E R A S DE S E C A DO F I LT R O BA N DA F I LT R O PR E N S A C E N T R I F UG A DO R A SECA
Las eras de secado son capas de materiales drenantes dispuestas de forma vertical en un receptáculo. El
fango se hace pasar sobre estas capas de grava o arena, produciéndose el filtrado y la deshidratación de los
lodos por evaporación. Esta evaporación dependerá de las condiciones climáticas de la zona, los días de
exposición de los lodos y las características de estos.
El material drenante suele estar formado por capas de 10 cm de arenas sobre una capa de grava de 10-20
cm, colocando una red de tuberías en la parte inferior para recoger el agua, que volverá a ser tratada en la
EDAR. La capa de arena debe reponerse cada cierto tiempo, ya que se pierden arenas en el proceso de
filtrado y recogida de los lodos. Este método se utiliza para poblaciones de 20 000 habitantes o inferiores. El
inconveniente que presenta este proceso es la gran superficie de terreno que se requiere.
E R A S DE S E C A DO F I LT R O BA N DA F I LT R O PR E N S A C E N T R I F UG A DO R A SECA
En los filtros banda, primero se produce un drenaje por gravedad y después se hace pasar al fango por una
aplicación mecánica de presión para que se produzca la deshidratación, gracias a la acción de unas telas
porosas. Es un método barato, ya que no necesita una gran inversión inicial, los costes de mantenimiento y
explotación son bajos y la instalación representa un bajo consumo energético.
E R A S DE S E C A DO F I LT R O BA N DA F I LT R O PR E N S A C E N T R I F UG A DO R A SECA
Los filtros prensa constan de una serie de placas rectangulares verticales dispuestas una detrás de otra
sobre un bastidor. Sobre las caras de estas placas se colocan telas filtrantes, generalmente de tejidos
sintéticos. El espacio que queda entre dos placas, en su parte central hueca, es el espesor que adquirirá la
“torta” resultante. Este espesor puede oscilar entre 15 y 30 mm.
El proceso de filtrado varía alrededor de unas 25 horas, dependiendo de la duración de las diferentes etapas
que se enumeran a continuación:
1. Llenado.
2. Filtrado.
3. Descarga.
4. Limpieza.
Se utiliza en depuradoras para más de 100 000 habitantes y se necesita personal especializado y
cualificado para su mantenimiento y explotación.
E R A S DE S E C A DO F I LT R O BA N DA F I LT R O PR E N S A C E N T R I F UG A DO R A SECA
Hay dos tipos de centrifugación en la deshidratación de los lodos. Una de ellas es la centrifugación
contracorriente, donde los sólidos y el líquido circulan en sentido contrario dentro del cilindro. El otro tipo de
centrifugación es la equicorriente, donde la fracción sólida y la líquida discurren en el mismo sentido.
Con este sistema se consigue extraer el agua embebida de los fangos gracias a su evaporación. El secado
térmico puede realizarse por secado directo o indirecto.
En el primer caso, se utilizan gases calientes que se ponen en contacto con el fango que se va a deshidratar,
obteniéndose una sequedad de hasta un 90 %.
En el secado térmico indirecto, el medio calefactor es una pared secadora, similar a un intercambiador de
calor, obteniéndose sequedades menores que por el método anterior, de un 60-70 %.
Figura 26. Esquema de la fase de deshidratación de los lodos (línea de tratamiento de lodos de una estación
depuradora de aguas residuales o EDAR).
Fuente: elaboración propia.
C O NT I NU A R
En este sentido, cabe mencionar la Directiva 86/278/CEE, relativa a la Protección del Medio Ambiente y, en
particular, de los Suelos, en la Utilización de los Lodos de Depuradora en Agricultura. Esta directiva regula las
condiciones en que podrán ser aplicados los lodos a los suelos agrícolas, condiciones tendentes a la
protección del posible efecto nocivo sobre las aguas, el suelo, la vegetación, los animales y el propio ser
humano.
Figura 27. Aplicación agrícola de lodos.
Fuente: archivo propio.
La citada directiva prohíbe el empleo de lodos sin tratar, salvo en los casos de inyección directa o
enterramiento en el suelo, siempre que lo autoricen los Estados miembros (en España no está autorizado).
Asimismo, con el fin de proteger la salud, prohíbe la aplicación en determinados cultivos, al tiempo que
establece plazos para su aplicación en los autorizados.
Esta directiva señala también que la utilización de los lodos en agricultura debe hacerse teniendo en cuenta
las necesidades de nutrientes de las plantas. Al mismo tiempo, limita los contenidos en metales pesados y
exige análisis periódicos de los suelos y lodos. Finalmente, establece la exigencia de un control estadístico
de los lodos producidos, las cantidades dedicadas a fines agronómicos, la composición y las características
de los lodos, los tipos de tratamiento y el destinatario y el lugar de aplicación.
Lección 7 de 13
Con frecuencia, las plantas depuradoras para el tratamiento de los vertidos generados en las pequeñas
aglomeraciones urbanas se han concebido y diseñado como meros modelos a escala reducida de las
grandes instalaciones de depuración. Como consecuencia directa de esta forma de actuar, las estaciones
de depuración de los pequeños núcleos de población presentan unos costes de explotación y
mantenimiento difícilmente asumibles por estas entidades, en las que, en general, los recursos técnicos y
económicos son muy limitados.
En materia de tratamiento de aguas residuales, las pequeñas aglomeraciones precisan actuaciones que
compatibilicen las condiciones exigidas a los efluentes depurados con técnicas de funcionamiento simples
y con costes de explotación y mantenimiento que puedan ser realmente asumibles.
Por otro lado, las aguas residuales procedentes de las pequeñas aglomeraciones presentan características
propias (fuertes oscilaciones de caudal y elevadas concentraciones), que deben tenerse en cuenta a la hora
de diseñar las estaciones de tratamiento.
Cuanto más pequeño es el núcleo, más fuertes son las oscilaciones del caudal de las aguas residuales que
en él se generan. Se pasa, en el caso de residencias individuales, de caudales casi nulos a primeras horas
de la mañana, a caudales punta horarios que superan ocho veces el caudal medio.
C A UDA LE S C A LI DA DE S
Las menores dotaciones de abastecimiento que, de forma general, se registran en las pequeñas
aglomeraciones urbanas tiene una traducción inmediata en las concentraciones de las aguas residuales
que se generan. La menor dotación de abastecimiento conduce a una menor dilución de los contaminantes
generados por la población, lo que se traduce en incrementos de la concentración de estos.
C O NT I NU A R
Por todo ello, a la hora de seleccionar soluciones para el tratamiento de las aguas residuales generadas en
los pequeños núcleos de población, debe darse prioridad a aquellas tecnologías que:
Garanticen un funcionamiento eficaz y estable frente a las grandes oscilaciones de caudal y carga en
el influente a tratar.
Las tecnologías de depuración de aguas residuales urbanas que reúnen estas características se conocen
bajo el nombre genérico de tecnologías no convencionales (TNC) o tecnologías extensivas.
Los procesos que intervienen en las TNC incluyen muchos de los que se aplican en los tratamientos
convencionales (sedimentación, filtración, adsorción, precipitación química, intercambio iónico, degradación
biológica, etc.), junto a procesos propios de los tratamientos naturales (fotosíntesis, fotooxidación,
asimilación por parte de las plantas, etc.) pero, a diferencia de las tecnologías convencionales, en las que
los procesos transcurren de forma secuencial en tanques y reactores, y a velocidades aceleradas (gracias
al aporte de energía), en las TNC se opera a velocidad “natural” (sin aporte de energía), desarrollándose los
procesos en un único “reactor-sistema”.
En resumen, se puede decir que los procesos en los que se basan las tecnologías convencionales y las no
convencionales son similares; la diferencia se encuentra en:
T E C N O LO G Í A S C O N V E N C I O N A LE S T E C N O LO G Í A S N O C O N V E N C I O N A LE S
En las tecnologías convencionales los procesos transcurren de forma secuencial en tanques y reactores, y
a velocidades aceleradas gracias al aporte de energía.
T E C N O LO G Í A S C O N V E N C I O N A LE S T E C N O LO G Í A S N O C O N V E N C I O N A LE S
En las tecnologías no convencionales se opera a velocidad “natural” (sin aporte de energía), desarrollándose
los procesos en un único “reactor-sistema”. El ahorro en energía se compensa con una mayor necesidad de
superficie.
A continuación, se presenta un análisis de las ventajas y los inconvenientes de este tipo de TNC frente a las
tecnologías intensivas vistas hasta ahora.
VENTAJAS INCONVENIENTES
C O NT I NU A R
En función de cómo se apliquen al terreno las aguas residuales que se van a depurar se distinguen dos tipos
básicos de sistemas: los de aplicación superficial y los de aplicación subsuperficial.
PR O C E S O S DE BA JA C A R G A R I EG O /ESC O R R EN TÍ A
I N F I LT R A C I Ó N R Á PI DA
( F I LT R . . . S UPE R F I C I A L
En los procesos de baja carga se aplica el agua residual que se va a tratar sobre un terreno con vegetación,
con lo que se consigue, de forma conjunta, la depuración de las aguas y el crecimiento de la vegetación
implantada.
Una fracción del agua aplicada al suelo se consume por evapotranspiración y la restante percola a través
del terreno.
Este procedimiento se fundamenta en la utilización de una superficie de terreno sobre la que se siembran
una o varias especies vegetales y a la que se le aplica, por alguno de los métodos de riego existentes, el
agua residual.
La especie vegetal que se establezca deberá presentar una importante capacidad de asimilación de
nutrientes, un rápido crecimiento, un gran consumo de agua por transpiración, tolerancia a los suelos
húmedos, poca sensibilidad a los componentes del agua residual y unas mínimas exigencias de
explotación. En función de estos requerimientos, la especie más usada suele ser el chopo, aunque también
se emplean eucaliptos.
La depuración de las aguas se consigue por la combinación de una serie de acciones físicas, químicas y
biológicas, que tienen lugar en el discurrir de las aguas a través de las capas del terreno:
Acciones físicas: la primordial de estas acciones es la filtración, mediante la cual los sólidos en
suspensión, presentes en el agua residual, quedan sujetos en los primeros centímetros del terreno.
Acciones químicas: en estas acciones, tiene un papel muy importante la capacidad de cambio iónico
que presente el suelo, así como el pH y las características de aireación/encharcamiento que afectan a
los procesos de oxidación/reducción.
Acciones biológicas: dentro de este grupo de acciones, deben tenerse en cuenta dos diferentes, las
producidas por los microorganismos del suelo y las inherentes a las actividades radiculares de las
plantas establecidas en el filtro verde.
El terreno en el que se implanta el filtro verde se subdivide en una serie de parcelas, que se riegan de forma
rotativa, generalmente mediante riego a manta o por surcos. Esta rotación en los riegos permite la
reoxigenación natural de las parcelas tras los periodos de encharcamiento.
Con esta tecnología de depuración, las aguas depuradas no son reutilizables de forma inmediata, sino que
se infiltran en el terreno y se acaban incorporando a los acuíferos.
Para controlar la calidad de las aguas que se infiltran, es necesario instalar dentro la parcela en la que se
implanta el filtro verde una red de lisímetros, que permitan la recogida de muestras a diferentes
profundidades.
Figura 28. Esquema conceptual del fundamento de un sistema de depuración de agua residual por aplicación al
terreno de tipo “baja carga” o filtro verde.
Fuente: elaboración propia.
PR O C E S O S DE BA JA C A R G A R I EG O /ESC O R R EN TÍ A
I N F I LT R A C I Ó N R Á PI DA
( F I LT R . . . S UPE R F I C I A L
En esta modalidad de tratamiento, las aguas residuales pretratadas se aplican intermitentemente al terreno,
generalmente mediante balsas de infiltración de poca profundidad. La alternancia de las balsas en
operación permite mantener en condiciones aerobias las primeras capas del sustrato filtrante.
Dado que se opera con cargas hidráulicas superiores a las que se emplean en los procesos de baja carga,
los sistemas de infiltración rápida precisan terrenos que presenten una mayor permeabilidad.
Al trabajar con cargas hidráulicas elevadas, las pérdidas por evaporación tan solo suponen una pequeña
fracción del agua aplicada, percolando la mayor parte del agua a través del terreno y lográndose en este
tránsito la reducción de los contaminantes presentes en las aguas.
Para minimizar los riesgos de colmatación de la superficie inferior de las balsas de infiltración, se precisa
que las aguas tras el pretratamiento se sometan a una etapa de tratamiento primario, generalmente en
balsas de decantación.
Figura 29. Esquema conceptual del fundamento de un sistema de depuración de agua residual por aplicación al
terreno de tipo infiltración rápida.
Fuente: elaboración propia.
PR O C E S O S DE BA JA C A R G A R I EG O /ESC O R R EN TÍ A
I N F I LT R A C I Ó N R Á PI DA
( F I LT R . . . S UPE R F I C I A L
Es un proceso de depuración que consiste en la descarga controlada de un efluente tratado sobre un terreno
de baja permeabilidad con una pendiente y una extensión suficientes, que se encuentra sembrado de
plantas acuáticas emergentes. La depuración se debe a efectos de asimilación de la vegetación, actividad
microbiológica, evaporación y, en menor cuantía, a la infiltración en el terreno de las aguas residuales por
vertido a los lechos en los que se implantan macrófitas acuáticas emergentes.
Las plantas acuáticas emergentes son plantas anfibias que se desarrollan en aguas poco profundas,
arraigadas al subsuelo, que alcanzan alturas de 1,5-3 m. Se trata de plantas vivaces, cuyas hojas se secan
en invierno y rebrotan en primavera a partir de rizomas que persisten durante el periodo frío.
Presentan una gran productividad y toleran bien las condiciones de falta de oxígeno que se producen en
suelos encharcados, al poseer canales o zonas de aireación que facilitan el paso del oxígeno hasta las
raíces.
De entre las distintas plantas emergentes susceptibles de ser empleadas en este sistema de depuración,
el carrizo es una de las más utilizadas.
En los sistemas de aplicación subsuperficial, el agua que se va a tratar se somete a un tratamiento previo,
normalmente en una fosa séptica o tanque Imhoff, para posteriormente aplicarla al terreno por debajo de su
superficie.
El objetivo que se pretende es lograr la depuración de las aguas residuales mediante el conjunto de los
procesos físicos, químicos y biológicos que tienen lugar en su discurrir a través del terreno, siendo su
campo habitual de aplicación el tratamiento de las aguas residuales generadas en aglomeraciones urbanas
de tamaño muy reducido.
La capacidad de infiltración del terreno es el parámetro clave para el dimensionamiento de este tipo de
sistemas de depuración, por lo que se descartan aquellos suelos de naturaleza excesivamente permeable o
impermeable.
Como tratamientos previos, las aguas se someten a desbaste y a tratamiento primario, recurriendo para ello
al empleo de rejas de limpieza manual y a fosas sépticas o tanques Imhoff, respectivamente.
La aplicación del agua residual al suelo debe realizarse de forma intermitente, para permitir la necesaria
aireación del terreno, imprescindible para la degradación bacteriana por vía aerobia.
Dentro de los sistemas de depuración mediante aplicación subsuperficial de las aguas residuales destacan:
las zanjas filtrantes, los lechos filtrantes, los pozos filtrantes y los filtros intermitentes de arena enterrados.
F I LT R O S
Z A N JA S F I LT R A N T E S LE C HO S F I LT R A N T E S PO Z O S F I LT R A N T E S
I N TER M I TEN TES
El agua que se va a tratar se distribuye subterráneamente a través de tuberías de drenaje, que se disponen
en zanjas de profundidad inferior a 1 m y de anchura comprendida entre 0,4 y 0,8 m. Las tuberías de reparto
se recubren con grava y en su parte inferior se dispone un lecho de arena. La superficie de infiltración está
constituida por el fondo de las zanjas; pero, ante posibles obstrucciones, también las paredes verticales
pueden contribuir a la infiltración de las aguas a tratar.
F I LT R O S
Z A N JA S F I LT R A N T E S LE C HO S F I LT R A N T E S PO Z O S F I LT R A N T E S
I N TER M I TEN TES
En este caso, la superficie de filtración presenta una anchura mayor (0,9-2 m), dando lugar a lechos de grava
que se alimentan mediante varias tuberías perforadas. Con esta disposición la superficie filtrante está
constituida únicamente por el fondo del lecho y, si bien pueden ser más sensibles a las obstrucciones que
las zanjas filtrantes, presentan frente a estas la ventaja de una menor necesidad de superficie para su
implantación.
F I LT R O S
Z A N JA S F I LT R A N T E S LE C HO S F I LT R A N T E S PO Z O S F I LT R A N T E S
I N TER M I TEN TES
En aquellos casos en los que el nivel freático es profundo (> 4 m), pueden construirse pozos, en los que la
superficie vertical filtrante es mucho mayor que la horizontal, por lo que este tipo de sistema precisa una
menor superficie para su implantación con relación a las zanjas y a los lechos filtrantes.
F I LT R O S
Z A N JA S F I LT R A N T E S LE C HO S F I LT R A N T E S PO Z O S F I LT R A N T E S
I N TER M I TEN TES
Cuando la naturaleza del terreno disponible para la implantación del proceso depurador (permeabilidad
excesiva o impermeabilidad) imposibilita la aplicación de los sistemas habituales de aplicación
subsuperficial, puede recurrirse a un sistema artificial de infiltración mediante el empleo de filtros de arena
intermitentes enterrados.
En estas unidades, el lecho de arena filtrante presenta un espesor que oscila entre 0,6 y 1,0 m y descansa
sobre una capa de grava, en la que se ubican las tuberías de recogida del efluente depurado. Los filtros se
disponen excavados en el terreno y en su parte superior se extiende una capa de tierra vegetal, por lo que la
integración ambiental es máxima.
Las aguas residuales pretratadas se reparten sobre la superficie del filtro mediante el empleo de tuberías
perforadas.
C O NT I NU A R
Tras un tiempo de retención de varios días en las lagunas, en lugar de las horas de los tratamientos
convencionales, se descarga un efluente depurado.
Los distintos tipos de lagunas dispuestas en serie, que se conocen como anaerobias, facultativas y de
maduración, simulan las distintas situaciones de los fenómenos de autodepuración que se dan en los
cursos naturales de aguas afectados por vertidos biodegradables.
Lagunas anaerobias
–
Son lagunas de 3 a 5 m de profundidad en las que imperan en toda la masa líquida, salvo en una delgada
capa superficial, condiciones de ausencia de oxígeno disuelto, por lo que los microorganismos que en ellas
se desarrollan son casi exclusivamente bacterias anaerobias.
Tras un tiempo de operación, que suele oscilar entre 5 y 10 años, se procede a la purga de los lodos en
exceso, que al encontrarse altamente mineralizados tan solo precisan ser deshidratados antes de su
disposición final.
Como subproducto de las reacciones anaerobias que tienen lugar en estas lagunas se genera biogás
(mezcla de metano y de anhídrido carbónico, en proporción aproximada 70/30), que se desprende en forma
de burbujas a través de la superficie de las lagunas.
Lagunas facultativas
–
En este tipo de lagunas, con profundidades de 1 a 2 m, se establecen, de forma natural, tres estratos
claramente diferenciados:
En la zona intermedia, en la que se dan condiciones muy variables, se establece un área en la que
predominan las bacterias de tipo facultativo, de las que toman el nombre este tipo de lagunas.
El principal objetivo que se persigue en la etapa facultativa es la biodegradación por vía aerobia de la
materia orgánica presente en las aguas residuales que se van a tratar, gracias al oxígeno aportado,
principalmente, por la actividad fotosintética de las microalgas presentes y, en menor medida, por los
fenómenos de reaireación superficial.
Lagunas de maduración
–
Estas lagunas, con espesores de lámina de agua de entre 0,8 y 1 m, al soportar bajas cargas orgánicas (se
sitúan en la cola del tratamiento) y darse en ellas las condiciones propicias para la penetración de la
radiación solar (aguas relativamente claras y poco profundas), son adecuadas por tanto para el desarrollo
de microalgas, predominan las condiciones de suficiencia de oxígeno y, en consecuencia, en ellas
predominan los microorganismos heterótrofos aerobios.
El principal objetivo de las lagunas de maduración se centra en conseguir un elevado grado de desinfección
de las aguas, mediante el abatimiento de un gran número de los organismos patógenos presentes, a la vez
que se logra también una reducción en la presencia de microalgas en el efluente final depurado.
C O NT I NU A R
Cabe distinguir dos tipos básicos de humedales artificiales: los humedales de flujo superficial, en los que
las aguas que se van a tratar, en forma de láminas de poco espesor, circulan a través de los tallos de las
plantas emergentes implantadas en el humedal, y los humedales de flujo subsuperficial, en los que las
aguas discurren a través de un sustrato filtrante, que sirve de soporte a la vegetación, no siendo visible el
agua en este tipo de humedales.
Los HAFS suelen ser instalaciones de varias hectáreas, que principalmente tratan efluentes procedentes
de tratamientos secundarios y que también se emplean para crear y restaurar ecosistemas acuáticos.
La alimentación a estos humedales se efectúa de forma continua y la depuración tiene lugar en el tránsito
de las aguas a través de los tallos y raíces de la vegetación emergente implantada. Tallos, raíces y hojas
caídas sirven de soporte para la fijación de la película bacteriana responsable de los procesos de
biodegradación, mientras que las hojas que están por encima de la superficie del agua dan sombra a la
masa de agua, limitando el crecimiento de microalgas.
Los HAFSs son generalmente instalaciones de menor tamaño que los de flujo superficial y en la mayoría
de los casos se emplean para el tratamiento de las aguas residuales generadas en núcleos de población
de menos de 2000 habitantes.
Este tipo de humedales presenta ciertas ventajas con respecto a los de flujo superficial, al necesitar menos
superficie de terreno para su ubicación y evitar los problemas de aparición de olores y de mosquitos, al
circular el agua subsuperficialmente. Igualmente, presentan una mejor respuesta ante los descensos de la
temperatura ambiente.
C O NT I NU A R
7.2.4. Lechos de turba
El tratamiento de las aguas residuales urbanas mediante la tecnología de filtros de turba se basa en la
filtración de estas aguas a través de lechos que emplean turba como material filtrante.
La turba es un tipo de humus que se forma en las condiciones anaerobias propias de los medios saturados
con agua. Este sustrato presenta un conjunto de propiedades fisicoquímicas que le hacen especialmente
apto para su aplicación en el campo de la depuración de los vertidos líquidos urbanos. Las aguas residuales
a su paso por la capa de turba experimentan una serie de procesos físicos, químicos y biológicos que dan
como resultado unos efluentes depurados.
El tratamiento consiste, sencillamente, en ir haciendo pasar las aguas residuales a través de los lechos de
turba. Las aguas van percolando por el material filtrante y los efluentes depurados se recogen por la parte
inferior de los filtros.
En los filtros dejados fuera de servicio, tras un periodo de secado, se procede a su regeneración mediante la
eliminación por rastrillado de la costra formada en su superficie.
Figura 33. Esquema resumen de las tecnologías de bajo coste.
Fuente: elaboración propia.
Lección 8 de 13
La reutilización de aguas residuales urbanas es una práctica cada vez más extendida en países áridos o
semiáridos, donde los recursos hídricos son escasos. Hoy en día, este tipo de aguas son consideradas
como recursos hídricos alternativos, sobre todo en las zonas litorales donde las aguas depuradas no se
reincorporan al ciclo hidrológico, sino que se vierten al mar.
En las zonas interiores, la reutilización de las aguas residuales no genera nuevos recursos, pero sí puede
servir para disminuir la presión por demanda sobre recursos convencionales para usos prioritarios, como el
abastecimiento de agua potable, que requiere una calidad más elevada del agua.
Los usos que se pueden dar a las aguas residuales recicladas son muchos y variados:
Usos urbanos no potables: zonas verdes, lucha contra incendios, sanitarios, aire
acondicionado, lavado de coches, riego de calles...
La reutilización de las aguas residuales necesita una concesión o autorización, que debe ser concedida por
el organismo de cuenca correspondiente y atenerse a lo establecido en el Real Decreto 1620/2007, de 7 de
diciembre, por el que se establece el Régimen Jurídico de la Reutilización de las Aguas Depuradas.
Lección 9 de 13
IX. Resumen
Pretratamiento: donde predominan operaciones unitarias de tipo físico y cuyo principal objetivo es
la retirada de grandes sólidos.
Tratamiento primario: en esta etapa se pretende eliminar sólidos sedimentables y grasas. Las
operaciones que se llevan a cabo son tanto de naturaleza física (decantación o flotación por
aireación) como de naturaleza química (coagulación-floculación).
Tampoco hay que olvidar los tratamientos terciarios, los cuales no siempre están presentes en todas las
l t d t t i t l l d l tid d i d l d i d
plantas de tratamiento, suelen emplearse cuando el vertido se va a producir en una de las denominadas
zonas sensibles, si el agua se va a emplear en una de las posibilidades de reutilización o si presenta un
contenido significativo en algún contaminante que sea necesario tratar de forma específica.
Como subproducto de la depuración de las aguas residuales, se generan lodos de depuradora que, por
prohibición expresa de la Directiva Marco del Agua, no se pueden verter al medio sin un tratamiento
previo. Los lodos son tratados, por tanto, en las propias instalaciones de tratamiento de agua, pero en
una línea separada, denominada línea de fangos, en la cual se someterán a diferentes procesos con el
fin de reducir su contenido en agua y estabilizarlos. De esta manera, se facilita su gestión y transporte
posterior, así como su posible reutilización.
SE PIDE
Se propone el diseño conceptual del proceso de tratamiento de agua residual en una estación
depuradora para una población convencional (se considerará para este caso práctico > 80 000
habitantes equivalentes).
El objetivo de este ejercicio no es, ni mucho menos, el dimensionamiento de las distintas etapas de
tratamiento en una planta, sino ser capaz de ubicar las distintas operaciones unitarias estudiadas en
esta unidad, según su adecuación a cada fase del tratamiento del agua residual.
Se propone como metodología para elaborar la solución a este caso práctico el siguiente esquema:
VER SOLUCIÓN
SOLUCIÓN
Desbaste y tamizado.
Desarenado-desengrasado.
2. Tratamiento primario:
3. Tratamiento secundario:
Decantación secundaria.
4. Línea de fangos:
Espesamiento.
Flotación.
Se trata de una propuesta de solución, pero no la única solución posible. Así, por ejemplo, el fango
activado y el decantador secundario se podrían sustituir ambos por un sistema MBR, así como también
podría añadirse un tratamiento terciario, si se considera oportuno. En el caso de la línea de fango, la
digestión podría hacerse de manera aerobia y la deshidratación mediante una centrífuga en lugar de un
filtro de bandas, como se especifica en el esquema a continuación. Son solo algunas propuestas, ya que
es imposible plasmar todas las soluciones posibles.
Lección 11 de 13
Lecturas recomendadas
En esta sección podréis acceder a las lecturas recomendadas para esta unidad.
Real Decreto-Ley 11/1995, de 28 de diciembre, por el que se establecen las Normas Aplicables
al Tratamiento de las Aguas Residuales Urbanas.
Nuevo, D. “La depuradora más grande de España: EDAR Sur”. Tecpa; 2021.
Lección 12 de 13
XII. Glosario
Coagulación
–
Proceso en el que se añade un reactivo químico que desestabiliza la carga electrostática de las partículas
coloides, eliminando las fuerzas de repulsión entre ellas y permitiendo que se agreguen. Así, se forman
partículas más grandes que tienen una velocidad de sedimentación mayor.
DBO (demanda biológica de oxígeno)
–
Es el oxígeno que demandan los microorganismos responsables de la degradación de la materia orgánica
disuelta en el agua como consecuencia de sus procesos respiratorios. Es un indicador de la cantidad de
materia orgánica disuelta en el agua residual.
Floculación
–
Proceso por el que se añade un reactivo químico, que actúa a modo de “red” agregando diferentes
partículas coloidales y, por tanto, aumentando su velocidad de sedimentación y facilitando la retirada de
estos sólidos en suspensión de la matriz de agua. Va asociado al proceso de coagulación previo.
ABREVIATURAS
–
COT: carbono orgánico total.
N: nitrógeno.
P: fósforo.
XIII. Bibliografía
Hai, F. I.; Yamamoto, K.; Jegahteesan, J. V. Wastewater Treatment and Reuse Technologies.
Basel: Applied Sciences; 2017-2018.
Mackenzie, L. D. Water and Wastewater Engineering: Design Principles and Practice. USA:
McGraw-Hill, Inc.; 2010.
Metcalf & Eddy. Ingeniería de aguas residuales. Redes de alcantarillado y bombeo. Madrid:
McGraw-Hill; 1995.
Spellman, F. R. Handbook of Water and Wastewater Treatment plant operations. USA: Lewis
Publishers; 2003.
VV. AA. Manual para la gestión de vertidos. Autorización del vertido. Madrid: Ministerio de Medio
Ambiente; 2007.
Legislación
Directiva 86/278/CEE, relativa a la Protección del Medio Ambiente y, en particular, de los Suelos, en la
Utilización de los Lodos de Depuradora en Agricultura
Directiva 91/271/CEE del Consejo, de 21 de mayo, sobre el Tratamiento de las Aguas Residuales
Urbanas.
Real Decreto-Ley 11/1995, de 28 de diciembre, por el que se establecen las Normas Aplicables al
Tratamiento de las Aguas Residuales Urbanas.
Real Decreto 1620/2007, de 7 de diciembre, por el que se establece el Régimen Jurídico de la
Reutilización de las Aguas Depuradas.