Está en la página 1de 1

3 RAZONES POR LAS QUE DIOS PRUEBA NUESTRA FE

1 Pedro 1:6-8

Así como el oro es refinado por el fuego, nuestra fe se refina con los retos que surgen de
cumplir la misión que el Señor a cada uno ha encomendado

1. PARA PURIFICARLA
1 Pedro 1:6-7
“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser
afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el
cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea
manifestado Jesucristo”. El fuego quema toda impureza, destilando solo el oro más puro y valioso; así el
Señor nos refina en sus pruebas para obtener las más sólida fe.

2. PARA ESTABLECERLA
Sabías que “la prueba de vuestra fe produce paciencia” (Santiago 1:3). Solo puede
establecerse aquella fe que fue probada y que como resultado de superar dicha prueba
ganó en confianza y en perseverancia por el Señor. “Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y
fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo
25:23). Solo entra en el regocijo de contar con la presencia continua del Dios a su lado, el
que es consciente de que el reto es el medio por el cual, confiando en Él, es decir,
otorgándole nuestra fe totalmente, podemos llegar a ser buenos siervos.

3. PARA COMPARTIRLA
A veces podemos sentir que no es fácil compartir nuestra fe con el perdido. No obstante
somos comandados a compartir esta esperanza que llevamos en nosotros. Pablo escribió
a Filemón que el oraba
Filemón 1:6
“Para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por
Cristo Jesús” (Filemon 1:6).
Conociendo que en Cristo residía todo su bien, Pablo estaba en continua prédica de ese
testimonio, para cultivar en otros la semilla de la fe en el Señor. Como dicta la palabra en
Hechos 20:21
“testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor
Jesucristo“.

CONCLUSIÓN
Dios no quiere que pongamos un signo de interrogación en nuestra fe, sino un punto. Un
punto que signifique que tenemos por Él una fe consolidada, perseverante, continua,
porque al final su obra es para nuestro bien. El Señor conoce muy bien nuestro propósito y
además nuestra capacidad de fe. Para ello son sus pruebas, porque no se sabrá nunca si
la fe es real, si nunca fue alguna vez probada. Confía en el Señor.

También podría gustarte