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El objetivo del presente ensayo es presentar los conceptos de democracia, participación y

libertad, bajo las diferentes perspectivas de tres autores correspondientes a contextos y


situaciones en las que ocurrían sus principales obras y el nacimiento de sus influencias
teóricas. Se buscará cumplir con demostrar de manera clara y precisa lo propuesto por
Simone de Beauvoir, Jürgen Habermas y David Held a través de una presentación breve
de sus posturas y finalmente, considerando los aspectos globales de lo presentado,
concluir con una reflexión simple respecto de lo analizado.
En el caso de Beauvoir es necesario entender sus intereses como feminista. Gracias a
eso, desarrolló una visión profunda y crítica de la sociedad y la condición humana. En sus
obras, Beauvoir reflexiona sobre la democracia, la libertad y la participación política desde
una perspectiva feminista y crítica.

Para Beauvoir, el concepto de democracia se explica mediante el ejercicio del poder por
parte del pueblo, a través de la participación política, es decir, las votaciones y otros
procesos. No obstante, también aclara que este sistema democrático no es justo ni
equitativo, ya que, puede ser sesgado por la influencia de individuos o grupos debido a su
poder. Además, Beauvoir sostiene que la democracia no siempre garantiza la libertad y la
igualdad de los ciudadanos, ya que está sujeta a las estructuras y sistemas de opresión
que existen en la sociedad.

Además, la libertad es un concepto clave en la democracia y en la vida humana en


general. Ella argumenta que la libertad es esencial para la autodeterminación y la
autorrealización de los individuos, y que es necesario luchar por la libertad tanto en el
plano político como en el personal. Sin embargo, Beauvoir también sostiene que la
libertad no es algo dado o natural, sino que es un objetivo que se debe alcanzar a través
de la lucha y la resistencia contra las estructuras de opresión y dominación.

Por último, Beauvoir también reflexiona sobre la participación política y ciudadana como
un medio para promover la democracia y la libertad. Ella sostiene que la participación
activa y crítica de los ciudadanos es esencial para garantizar que la democracia sea justa
y equitativa, y que los individuos tengan la oportunidad de influir en las decisiones
políticas que afectan sus vidas.

Para Held, es correcto definir democracia como un proceso de constante participación


política, donde la ciudadanía tiene la responsabilidad en el proceso de creación de
soluciones y la aplicación de las mismas, es decir, diseño de las bases para la creación
de políticas públicas por parte de los organismos correspondientes. Es un sistema en el
que el poder está en manos de la mayoría y se ejerce de manera equitativa y justa para
todos los miembros de la sociedad.

La libertad es fundamental para la democracia, ya que es la condición necesaria para que


los individuos puedan participar activamente en el proceso democrático. La libertad
implica tener la capacidad de expresarse libremente, de elegir y de tomar decisiones
sobre nuestras propias vidas. La participación ciudadana es esencial para la democracia,
ya que es a través de ella que los ciudadanos pueden influir en las decisiones políticas
que afectan sus vidas. La participación puede tomar muchas formas, desde el voto hasta
la protesta pública, y es importante que todos los miembros de la sociedad tengan la
oportunidad de participar activamente en el proceso democrático.
En conclusión, para David Held, la democracia, la libertad y la participación son conceptos
interrelacionados que deben trabajar juntos para garantizar un sistema político justo y
equitativo. Es importante que todos los ciudadanos tengan la oportunidad de participar
activamente en la toma de decisiones políticas y que se respete su derecho a la libertad
de expresión y de elección. De esta manera, podremos construir una sociedad más
democrática y justa para todos.

Con Jürgen Habermas ocurre algo similar, presenta una serie de condiciones para que, a
través del diálogo intersubjetivo, el sistema político democrático obtenga así validez.
Lamentablemente, y dado a la naturaleza del ser humano y su incapacidad para velar en
su totalidad por algo mayor a sí mismo, es que Habermas comprende que el sistema que
plantea es, en esencia, utópico. Sin embargo, no busca limitar la finalidad del sistema
democrático participativo a un ideal, más bien, presenta las bases de cómo debería ser
aplicado, para entregar legitimidad a la acción política la cual, en ciertos periodos y bajo
ciertas condiciones, deja de cumplir con su principal cometido.
En definitiva, busca presentar un modelo social donde la participación está situada en
relación de la igualdad o, al menos en esencia, a la idea de igualdad. Es posible definir los
principios valóricos de una sociedad mediante la estructura de una constitución que avale
los derechos humanos y el respeto y cumplimiento de la misma.

En este punto es posible realizar la conexión entre los diferentes puntos de los autores y aplicarlos
en el contexto nacional actual de Chile. Con lo anterior, no es tan errado presumir que la falta de
participación ciudadana en los diversos espacios electorales de los últimos periodos se debe,
mayoritariamente a la falta de motivación pública, como así lo proponía Habermas. O también,
según lo que plantea Beauvoir, definir que ambos procesos donde fueron reelectos los candidatos
presidenciales, se de debió a una falta de crítica real por parte de la población chilena frente a lo
que es conocido coloquialmente como péndulo político. Finalmente, no es incorrecto decir, que la
falta de responsabilidad política, ha conseguido alejar aún más a la gente de las instancias de
participación pública. Creándose una visión negativa respecto de la imagen tanto de la política
como herramienta de cambio, así como en sus representantes. Es esto último lo que marca el
diseño democrático de Held , el concepto de accountability, que es entendido como la rendición
de cuentas y responsabilidad hacia la labor que se desempeña, ya sea en lo público o privado.

Para concluir, se debe dejar en claro que la responsabilidad de lo que respecta a lo público, corre
en primera instancia por parte del Estado. No obstante, la ciudadanía debe cumplir con dos tareas
primordiales en cuanto a sus derechos y deberes cívicos. Primero, construir una base intelectual
que le permita comprender su situación, así mismo, la del resto. Y segundo, valorar todas las
instancias donde pueda hacer política, guardando la responsabilidad que hacerlo conlleva.

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