Las cuatro capas de

la dinastía
Qīng

Profesor: Moisés Herrerías Diego

 Las cuatro capas de la dinastía Qīng

Las cuatro capas de la dinastía

Qīng

La dinastía Qīng” fue la última dinastía imperial de China, se estableció en

1636, y gobernó entre 1644 y 1912. En este periodo se estableció un método

que se deriva de las seis capas corporales:

1. tài yáng, la capa más externa de las yáng

2. yáng míng, la capa media de las yáng
3. shào yáng, la capa más profunda de las yáng
4. tài yīn, la capa más externa de las yīn
5. shào yīn, la capa media de las yīn
6. jué yīn, la capa más profunda de las yīn

Este método se basa en el surgimiento y desarrollo de los síndromes causados

por los excesos climáticos. Donde se afirma que todas las enfermedades tienen
un origen semejante al de la gripe. Ya que en este método se distinguen cuatro
barreras que deben ser atravesadas por los agentes patógenos, antes de vencer
al individuo.

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De manera muy semejante al método para detectar la gravedad en la enfermedad

en un infante a través de su dedo índice:

1. fēng, viento: nos indica que la enfermedad es por un exceso

climático (mucho viento, mucho calor, mucho frío, mucha humedad,
mucha sequedad, o mucho “fuego” o fiebre), por lo que apenas se
encuentra en la superficie.
2. qì, energía: nos indica si la enfermedad ya dejó la superficie
corporal y se ha internado en los jīng mài o paquetes
neurovasculares, por lo que se ha vuelto más profunda y peligrosa.
3. mìng, vida: nos indica que la enfermedad se ha alojado en los
órganos y ya pone en peligro la vida del infante.

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Sólo que, en vez de tres estratos, se distinguen cuatro:

1. Capa protectora wèi

2. Capa energética qì
3. Capa nutritiva yíng
4. Capa sanguínea xuè

Capa protectora wèi

Ésta es la capa más externa, es comandada por el Pulmón, quien es el

responsable de mantener la humedad, temperatura y resistencia de la piel. Se
manifiesta con calor, para combatir el frío, y humedad, para combatir el calor y
la sequedad. Es una derivación del zhēng qì, que es el qì verdadero (que

regula la capa energética).

De acuerdo al buen funcionamiento de esta barrera, se entiende que, sin

importar la temperatura ambiental excedida o los cambios bruscos de
temperatura, le enfermedad puede recaer en un sector de la población, mas no
en su totalidad. De tal manera que el fortalecimiento de esta capa se vuelve el
método idóneo para conservar la salud de la población, no sólo ante fenómenos
climáticos, pero principalmente ante éstos. Y este fortalecimiento es posible
gracias al adecuado funcionamiento de la capa energética y nutritiva.

En caso de ser dañada esta capa, que es el equiparable a la atmósfera del planeta,
pero en cada individuo, el cuerpo se defiende aumentando su temperatura con

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“fuego” rè o fiebre, energía tomada del sol, de los nutrientes absorbidos de

los alimentos y de los procesos internos del cuerpo, con el objeto de incinerar a
los antígenos que pudieran estar estancados en su superficie.

Su enfermedad se desarrolla en el pulmón, piel y vellosidades. Por lo que se

afectan tanto las vías respiratorias como la secreción de sudor. De hecho, sudar
se vuelve un indicio de que la enfermedad se está combatiendo y el cuerpo está
saliendo victorioso. Por lo que es conveniente la ingesta de líquidos y el
descanso.

Capa energética qì

Es la primera capa interna y su deber es combatir la energía patógena que ha

burlado la capa protectora y ahora lastima a la energía pura zhēng qì (que

es la energía que producimos a través de los alimentos, de la respiración y de la

luz solar, que mantiene en funcionamiento tanto a los órganos como a las
vísceras).

Ambas energías (la pura y la patógena) batallan con violencia, tratando de

imponerse entre sí, por lo que el paciente manifiesta cansancio y fastidio.
También puede haber delirios, como consecuencia de la fiebre que el propio
cuerpo está produciendo para defenderse.

Dependiendo de la calidad de su energía pura zhēng qì, el cuerpo aumenta

su temperatura y repele a la energía invasora, devolviéndole la batalla a la capa

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protectora wèi, o es superada, dejando que la energía patógena invada la capa

nutritiva yíng.

Su enfermedad se desarrolla en el tórax y diafragma, por lo que atañe al Pulmón,

Bazo, Estómago, Intestino Delgado, Intestino Grueso y Vesícula Biliar. Por lo
que sigue involucrando al Pulmón, pero en su porción más profunda.

Capa nutritiva yíng

Es la segunda capa interna, por lo que su invasión tiene consecuencias más

graves. Es la capa que maneja la nutrición, por lo que tiene acceso a todas las
partes del cuerpo a través del Corazón. De tal manera que, si la energía patógena
la invade, tanto la elaboración de la energía pura zhēng qì, como la

repartición de la misma se ven comprometidas.

Como atañe al Corazón, su daño afecta no sólo los procesos materiales yīn

(como la transformación de la energía en los componentes necesarios para su

regeneración), sino también sus funciones yáng (como el pensamiento y las

emociones).

La defensa de esta capa, además del fuego rè, son los glóbulos blancos, que

combaten la energía invasora y que dependen del Bazo y del Riñón. El fuego
defensor puede producir en el paciente, además de cansancio, fastidio y
sentimientos violentos. Por lo que es conveniente el método de “sangrías”, para

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expulsar la energía patógena y proteger al cerebro y al corazón, para que el

cuerpo se pueda regenerar y así devolverle el combate a la capa energética

qì y luego a la capa protectora wèi.

Su enfermedad se desarrolla en el Corazón, tanto en lo que compete a la

nutrición cerebral como a las funciones del músculo cardiaco.

Capa sanguínea xuè

Es la capa más profunda, ésta ya no gobierna sobre la transportación de los

nutrientes a través de los vasos sanguíneos, sino su conservación,
principalmente en el Hígado, que además de ser el gran filtro y laboratorio del
cuerpo, también es su almacén de sangre más importante. Si esta capa sucumbe,
el cuerpo muere.

El Hígado tiene procesos de selección y eliminación de toxinas y venenos, a

través del Sistema Biliar, pero esto ocurre cuando está funcionando en óptimas
condiciones. Pero después de un largo proceso de desgaste, en el que el cuerpo
ha perdido nutrición y energía, el Hígado no es capaz de realizar correctamente
sus funciones y en vez de conservar nutrientes y energía, conserva el veneno
invasor y lo propaga a través del Corazón.

En este punto el cuerpo ha perdido la mayoría de sus defensas primarias y

depende de sus anticuerpos o inmunoglobulinas, para que ayuden a la
eliminación de toxinas y le permita al organismo restablecerse y seguir
combatiendo, para salvar la vida.

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Su enfermedad se desarrolla en el Corazón, Hígado y Riñón, por lo que, si su

daño no es atendido oportuna y adecuadamente, se bloquea tanto la circulación,
como la conservación y la elaboración de la sangre.

Si bien estas capas están ordenadas de la más externa a la más profunda, en

ocasiones las enfermedades pueden penetrar hasta el interior obviando alguna
de sus capas. Tal es el caso de los antígenos que entran por transfusiones
sanguíneas, o venenos ingeridos que atacan directamente al Hígado.