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La luz del mundo es un cuadro pintado por William Holman Hunt.

Está basado en el pasaje de Juan 8:12 cuando dice “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy
la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”

En este cuadro se aprecia a Jesús, llegando en la noche y con un farol encendido y llamando a
una puerta, que da la sensación que hace mucho que no se abre porque se ha llenado de
espinos, zarzas y ortigas. Por el suelo unas manzanas tiradas representan el pecado.

Cuando me fijé en la pintura, me surgieron dos pensamientos:

Primero, mirando el cuadro, me di cuenta que el Señor Jesús me mira fijamente,


independientemente de cual sea el ángulo desde que mire el cuadro. Nos mira directamente a
los ojos con ternura mientras llama a la puerta. ¿Será esa mi puerta?, ¿Tu puerta?, Realmente
le hemos abierto nuestro corazón, o ¿sólo le estamos dando aquello que creemos que le es
suficiente?

En segundo lugar me vino esta reflexión: William Holman Hunt perteneció a una corriente
pictórica en la que se abogaba por pintar lienzos, no sólo con detalle casi real, sino que además
tuvieran mucho contenido, mucho mensaje y enseñanza, en contra de lo que se pintaba en ese
siglo XIX que eran obras muy bellas pero vacías de significado.

A día de hoy, gracias a los amplios estudios gráficos, artísticos, nuevas técnicas, nuevos
materiales, hay muchos pintores que pueden crear pinturas que casi parecen fotografías por la
exactitud, la luz, las tonalidades… pero en cambio, hay muy pocos que puedan además dar
vida a estas composiciones, dar la sensación de que un retrato se va a mover en cualquier
momento o te va a hablar, y estos son los pintores que son capaces de llenar sus obras
también de mensaje, de contenido.

Como cristiano, puedo ser sabio, tener un gran conocimiento de la Palabra, una vida ordenada
acorde a un hijo de Dios, pero, realmente ¿Cómo es mi vida?, ¿tiene contenido de manera que
influye a los que están a mi alrededor?, ¿o está vacía como un magnífico cuadro que no deja
ningún mensaje?

En Apocalipsis 3:20 Jesús dice a la iglesia de Laodicea y también a cada uno de nosotros “He
aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y
cenaré con él, y él conmigo.”

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