Está en la página 1de 11

L'antiquité classique

Tres adjetivos de patología: quartanaticus, strumaticus,


quiliaticus
Arsenio Ferraces Rodríguez

Citer ce document / Cite this document :

Ferraces Rodríguez Arsenio. Tres adjetivos de patología: quartanaticus, strumaticus, quiliaticus. In: L'antiquité classique,
Tome 80, 2011. pp. 129-138;

doi : https://doi.org/10.3406/antiq.2011.3795

https://www.persee.fr/doc/antiq_0770-2817_2011_num_80_1_3795

Fichier pdf généré le 22/03/2019


Tres adjetivos de patología:
quartanaticus, strumaticus, quiliaticus

1. Introducción

Los estudios sobre la lengua de la medicina en latín que han venido reali-
zándose durante los últimos cuarenta años han abordado el tema con objetivos
diversos, que van desde intentos de ofrecer panorámicas amplias, como las de Baader,
Mazzini, Önnerfors o Langslow1, hasta trabajos que se centran en parcelas léxicas
concretas2. Además, son numerosos los artículos dedicados al léxico de autores
particulares, a cuestiones puntuales de léxico patológico3, o a los procedimientos de

1
G. BAADER, “Lo sviluppo del linguaggio medico nell’Antichità e nel primo Medioevo”,
A&R, n. s., 15 (1970), p. 1-19 [= “Die Entwicklung der medizinischen Fachsprache in der
Antike und im frühen Mittelalter”, in G. BAADER, G. KEIL (eds), Medizin im mittelalterlichen
Abendland, Darmstadt, 1982 (Wege der Forschung, CCCLXII), p. 417-442]; ID., “Lo sviluppo
del linguaggio medico nell’Alto e Basso Medioevo”, Atti e Memorie dell’Accademia Toscana
di Scienze e Lettere ‘La Colombaria’ 36 (1971), p. 59-109; I. MAZZINI, “Il lessico medico latino
antico: caratteri e strumenti della sua differenziazione”, in G. SABBAH (éd.), Le latin médical.
La constitution d’un langage scientifique, Saint-Étienne, 1991 (Centre Jean-Palerne,
Mémoires, X), p. 175-185; A. ÖNNERFORS, “Das medizinische Latein von Celsus bis Cassius
Felix”, ANRW II. 37. 1, 1993, p. 227-392; C. DE MEO, Lingue tecniche del latino. Terza
edizione con aggiornamento a cura di M. Bonvicini, Bologna, 2005; D.R. LANGSLOW, Medical
Latin in the Roman Empire, Oxford, 2000 (Oxford Classical Monographs).
2
Es un buen ejemplo el estudio que al léxico de la ginecología ha dedicado I. MAZZINI,
“Il linguaggio della ginecologia latina antica: lessico e fraseologia”, in S. BOSCHERINI (ed.),
Studi di lessicologia medica antica, Bologna, 1993 (Opuscula philologa, 6), p. 45-91.
3
En cuanto a trabajos sobre autores concretos, son notables, a propósito de Celso,
U. CAPITANI, “A.C. Celso e la terminologia tecnica greca”, ASNSP 5 (1975), p. 449-518;
I. MAZZINI, “Caratteri della lingua del De medicina di A. Cornelio Celso”, RCCM 34 (1992),
p. 17-46; S. SCONOCCHIA, “La lingua della medicina a Roma nel I sec. D.C. e Cornelio Celso”,
in S. SCONOCCHIA, L. TONEATTO (eds), Lingue techniche del greco e del latino, I, Bologna,
1993, p. 189-197; D. LANGSLOW, “Celsus and the Making of a Latin Medical Terminology”, in
G. SABBAH, Ph. MUDRY (éds), La médecine de Celse. Aspects historiques, scientifiques et litté-
raires, Saint-Étienne, 1994 (Centre Jean-Palerne, Mémoires, XIII), p. 297-318; para
Escribonio Largo, S. SCONOCCHIA, “Su alcuni aspetti della lingua di Scribonio Largo”, in
G. SABBAH (éd.), Le latin médical. La constitution d’un langage scientifique, Saint-Étienne,
1991 (Centre Jean-Palerne, Mémoires, X), p. 317-336; a propósito de Celio Aureliano,
A. ERNOUT, “Les Gynaecia de Caelius Aurelianus”, RPh 30-31 (1956-57), p. 187-203;
K. VIETMEIER, Beobachtungen über Caelius Aurelianus als Übersetzer medizinischer Fachaus-
drücke verlorener griechischer Schriften des methodischen Arztes Soranos von Ephesos, Diss.
Münster, 1937; A.M. URSO, Dall’autore al traduttore. Studi sulle Passiones celeres e tardae di
Caelio Aureliano, Messina, 1997 (Lessico e Cultura, 2); para la traducción latina del De
materia medica de Dioscórides conocida como Dioscorides Longobardus, existe un buen

L’Antiquité Classique 80 (2011),


p. 129-138.
130 A. FERRACES RODRIGUEZ

creación de la lengua técnica de la medicina, con particular atención al empleo de


helenismos4. Pero, con la excepción del libro de Langslow, la mayoría de los trabajos
suelen enfocar la lengua médica como un objeto estático, limitándose a constatar la
existencia de una serie de hechos en un momento dado. Por el contrario, la lengua de
la medicina, y el léxico en particular, era una realidad dinámica, que se vio influida
por los mismos factores que condicionaron la evolución de la lengua latina en general.
Y a medida que van editándose nuevos textos y se estudian de manera más detallada
los manuscritos latinos de medicina van saliendo a la luz nuevos datos que invitan a
modificar la perspectiva puramente descriptiva de un estado de lengua en un
momento dado.

2. Un recetario tardío y sus tendencias en el empleo de la terminología técnica

Continuando con una línea de trabajo iniciada hace unos años, consistente en
poner de relieve el aspecto evolutivo del léxico técnico de la medicina, particular-
mente en relación con modificaciones voluntarias introducidas por copistas y
reelaboradores5, me ocuparé ahora de tres adjetivos de patología atestiguados en un
texto de época tardía bajo las formas quartanaticus, strumaticus y quiliaticus. Se trata
de variantes de tres adjetivos ampliamente documentados en todas las épocas de la
latinidad, quartanarius, strumosus y cyliacus. El texto que ofrece dichas variantes es
un recetario todavía inédito transmitido por cuatro manuscritos y cuya datación exacta
se desconoce, pero que diversos indicios permiten situar en el Norte de Italia en una
horquilla cronológica amplia, que abarca los siglos VI-VIII. Los manuscritos no
ofrecen título alguno, pero la estructura de los títulos de los capítulos permite
asignarle, convencionalmente y a efectos de cita, el de Curae quae ex hominibus
atque animalibus fiunt (= Cur. anim.). Se trata de una reelaboración de los libros 28-
30 de la Historia Natural pliniana que agrupa las recetas atendiendo al animal del que
se obtienen. En total, ochenta capítulos, cada uno de los cuales recoge las recetas

estudio de H. MIHAESCU, “La versione latina di Dioscoride. Tradizione manoscritta, critica di


testo, cenno linguistico”, ED 8 (1938), p. 298-348. Para trabajos que se limitan al estudio de
uno o varios términos de patología reenvío al volumen colectivo, A. DEBRU, G. SABBAH (éds),
Nommer la maladie. Recherches sur le lexique gréco-latin de la pathologie, Saint-Étienne,
1998 (Centre Jean Palerne, Mémoires, XVII), y, sobre todo, al censo alfabético de trabajos
reunido, en el mismo volumen, por D. GOUREVITCH, “Bibliographie du vocabulaire de la patho-
logie en latin ancien”, ibid., p. 201-231.
4
J. ANDRÉ, “Sur la constitution des langues techniques en latin”, Études de lettres nº 1
(1986), p. 5-18; I. MAZZINI, “Il lessico medico latino antico”, l.c. (n. 1); L. RIPPINGER, Les
hellénismes chez Celse, Diss. Paris IV-Sorbonne, 1980; ID., “La provenance des emprunts au
grec du latin médical du Ier siècle de notre ère (Étude d’un échantillon, le De medicina de
Celse)”, in Travaux de linguistique, I, Luxembourg, 1996, p. 93-130; S. SCONOCCHIA, “Sui
grecismi di Celso: i calchi”, in S. SCONOCCHIA, L. TONEATTO (eds), Lingue tecniche del greco e
del latino, II, Bologna, 1997, p. 217-225.
5
A. FERRACES RODRÍGUEZ, “Aspectos léxicos del libro IV de las Etimologías en manus-
critos médicos altomedievales”, in ID. (ed.), Isidorus medicus. Isidoro de Sevilla y los textos de
medicina, A Coruña, 2005 (Monografías, 113), p. 95-117.
TRES ADJETIVOS DE PATOLOGIA 131

fabricadas con órganos o sustancias extraídas del cuerpo de un solo animal, a


excepción del primero, que se ocupa de remedios obtenidos del cuerpo humano6.
El texto ofrece condiciones idóneas para el estudio léxico, por cuanto su fuente
es conocida, lo cual hace posible un estudio comparativo para obtener conclusiones
sobre el grado de conservación y de innovación léxica en el proceso de reelaboración
de la fuente. En el plano doctrinal Cur. anim. carece de errores significativos, al
margen de las propias incertidumbres que presenta en ocasiones el texto pliniano; en
el orden lingüístico, muestra abundantes rasgos de latín tardío, pero se trata de un
recetario, en general, correcto y, en cierto modo, con pretensiones literarias, visibles
en el amplio uso de la variatio en el terreno morfológico, léxico y sintáctico. En el
ámbito del léxico propiamente de la medicina el texto es, en líneas generales,
conservador, dependiendo en buena medida de la terminología empleada por Plinio.
Pero un cotejo detallado con la fuente hace emerger una serie de modificaciones, a
veces casi imperceptibles, que responden a tendencias evolutivas generales de la
lengua latina tardía. Cito únicamente algunos ejemplos significativos, como la
eliminación casi sistemática de los términos pus y suppuratio y su sustitución por
sanies (dos ejemplos), sania (cinco ejemplos), saniatio (un ejemplo) o saniosus (cinco
ejemplos); el empleo de amputare, al lado de curare, sanare o persanare, para hacer
referencia al efecto curativo de un remedio; el del frecuentativo meditari, que coexiste
con el simple mederi; la acumulación de sufijos en adjetivos como pestiferosus y
mortiferosus; el recurso frecuente a construcciones con habens o patiens, en recetas
cuyo pasaje paralelo en Plinio menciona sólo el patónimo7, etc.
Al hilo de este último fenómeno cabe mencionar la acusada tendencia del
reelaborador a sustituir la mención de la patología por la del enfermo, lo cual implica,
en el plano de la expresión, que, donde la fuente emplea un sustantivo, el texto de ella
derivado recurre con frecuencia al adjetivo correspondiente8. Basten como ejemplos

6
Para detalles más concretos sobre el texto y sobre la actuación del reelaborador, reenvío
a A. FERRACES RODRÍGUEZ, “Antropoterapia de la Antigüedad Tardía: Curae quae ex homi-
nibus fiunt”, LEC 74 (2006), p. 219-252 y, sobre todo, ID., “Unité, réélaboration des sources et
composition d’un réceptaire du haut Moyen Âge: Curae quae ex hominibus atque animalibus
fiunt”, in F. LE BLAY (éd.), La transmission des savoirs dans les mondes hellénistique et
romain, Rennes, 2009 (Histoire), p. 207-222, en donde se incluye una relación completa de los
capítulos del recetario.
7
Cito como ejemplos, escogidos al azar, los siguientes: Cur. anim. 1, 4, 14, Habentes
ignem sacrum et panos et furunculos et epiforas, si mulier menstruosa tetigerit, sanari eos
dicunt (= PLIN., XXVIII, 82, ... multi (dicunt)... panos, sacros ignes, furunculos, epiphoras
tractatu mulierum earum leniri); Cur. anim. 8, 12, Urina apri cum uesica sua... calculosos et
cruciatum uesicae patientes curat (= PLIN., XXVIII, 212, Vesicae calculorumque cruciatibus
auxiliatur urina apri et ipsa uesica pro cibo sumpta); Cur. anim. 9, 28, Cornus ceruini cinis in
potu morbum regium habenti[s] datus utilissimus est (= PLIN., XXVIII, 227, Regio morbo
cornus ceruini cinis... prodest).
8
No pocas veces adjetivo y sustantivo de la misma raíz coexisten en una estructura fija,
dativo o genitivo-acusativo-verbo, de la que cito algunos ejemplos al azar: Cur. anim. 18, 34,
Urina asini cum luto suo inlinita scabiosis scabiem eorum sanat; Cur. anim. 42, 8, Mustela
decocta in uino sic integra strumosis in cibum data strumas eorum curat; Cur. anim. 66, 7
Cantarides cum rute foliorum duabus partibus contrite et uitiliginoso corpori superinlinitae …
132 A. FERRACES RODRIGUEZ

los siguientes: Cur. anim. 12, 5, Lingua equi inueterata et cum uino contrita et in
potum accepta spleneticis prodest, (= PLIN., XXVIII, 200, Datur (ad lienem
sedandum) et equi lingua inueterata ex uino praesentaneo); Cur. anim. 12, 7, Licenes
equi in uino mulso per potum accepti diebus quadraginta calculosos curant (= PLIN.
XXVIII, 213, Calculos expellunt lichenes equi ex uino aut mulso poti diebus XL);
Cur. anim. 18, 11, Iecur asini aridum... iocinerosi dolorem curat (= PLIN. XXVIII,
197,... iocineris dolores... asini iocur aridum... curat); Cur. anim. 23, 9, Coagulum
leporis cum uino conmixtum et in linteo infusum ulcerosa loca strumosorum sanat...
(= PLIN., XXVIII,190, strumas discutit... nam coagulum leporis e uino in linteolo
exulceratis dumtaxat imponitur), etc. La mención del enfermo en lugar de la patología
implica que el número de adjetivos con sentido patológico empleados en el texto se
acreciente respecto a Plinio, su fuente directa. Uno de los medios para dotar al texto
de mayor riqueza léxica consiste en el empleo de diversas variantes de un mismo
adjetivo. En este aspecto Cur. anim. muestra una curiosa coexistencia entre varias
formas de un mismo adjetivo: el reelaborador emplea rabidus y rabiosus, podager y
podagricus, menstruosus y menstrualis, etc. En el dominio patológico presenta tam-
bién novedades, como la eliminación casi sistemática de morbus comitialis, en lugar
del cual el reelaborador suele utilizar morbus regius9; el empleo concurrente de
strangulium y strangulatio para referirse a la sofocación uterina10, o el término tisicia,
sustantivo atestiguado una sola vez, mientras el adjetivo tisicus cuenta con un gran
número de ejemplos. Por el contrario, no hay ni un solo ejemplo del sustantivo tisis11.
En esta búsqueda de la novedad terminológica encaja perfectamente el empleo
de tres adjetivos en -aticus hasta ahora no documentados o documentados escasa-
mente: quartanaticus, strumaticus y quiliaticus. El primero y el segundo coexisten, en
Cur. anim., con los más habituales quartanarius y strumosus; el tercero es una forma-
ción híbrida –raíz griega y sufijación latina– a partir de cyliacus, el término empleado
en la Historia Natural y habitual en los textos médicos como adaptación del hele-
nismo κοιλιακός. La frecuencia de empleo es un indicio claro de las preferencias del
reelaborador: cuatro ocurrencias de quartanaticus frente a quince de quartanarius,
dos ejemplos de strumaticus frente a diecisiete de strumosus. En cambio, frente a
Plinio, que utiliza sólo cyliacus, este adjetivo no está atestiguado en Cur. anim., cuyo
autor utiliza únicamente la forma quiliaticus.

uitiligines amputant; Cur. anim. 68, 1, Friganio adligatus ad brachium quartanarii quartanas
expellit.
9
A. FERRACES RODRÍGUEZ, “Un problema léxico – y una hipótesis provisional – en un
recetario tardío: morbus regius-morbus comitialis”, LEC 77 (2009), p. 279-293.
10
ID., “Stranguria, strangulia, strangulium”, in ID. (ed.), Léxico técnico latino, A Coruña,
2010 (Monografías), en prensa.
11
Cf., a título de ejemplo, Cur. anim. 38, 31, f-g: Axungia nec satis uetusta nec nimium
recens ad pondus unius quadrantis decoquitur in uini nigri cyatis tribus addito melle et
tussienti factis exinde pilulis propinatur quae continuo remediatur. Ex ipsis pilulis curantur
etiam hi qui antiquam tisiciam habent … Axungia ad pondus unius quadrantis in tribus cyatis
uini cum melle decocta et potum data tribus diebus tisicis prodest, ita tamen ut quarto die in
ouo modicum picis liquidae bibant. Ipsorum uero tisicorum lateribus axungia circumligatur et
pectori et scapulis eorum et genibus.
TRES ADJETIVOS DE PATOLOGIA 133

3. Los adjetivos quartanaticus, quiliaticus y strumaticus en las Curae quae ex


hominibus atque ex animalibus fiunt. Relación de ejemplos12

3.1. Quartanaticus

5, 13: Neruos beluae et medullas quas in dorso habet cum oleo uetere ac melle
conmixtos si quis quartanaticis adposuerit per unctionem eos statim
curabit.
5, 14: Iecur beluae ante accessionem doloris ter[tio] degustatum quartanaticos
iubat.
24, 3: Excrementa felis, id est catti, cum digito bubonis si quis quartanario
adligauerit et septies ipsum quartanaticum circumierit, eodem morbo
liberat.
49, 8: Cor cameleontis in lana ouis nigellae inclusum, quae lana ex prima
tonsura ouis ipsius fuerit, et quartanaticis adligatum statim remediatur.

3.2. Quiliaticus

5, 12: Ventriculus beluae assatus et in cinerem redactus et cum oleo inmixtus


a<c> quiliaticis adpositus prodest.
8, 11: Aprini uel suilli uel leporini fimi cinis in potione tepidi uini aspersus et in
potum datus quiliaticis uel dysentericis prodest.
9, 21: Cornu ceruini cinis tribus digitis captum et in potionem aquae aspersum
quiliaticis et dysentericis prodest.
9, 22: Cornu ceruini cinis in potum acceptum torminationes quiliaticorum sanat.
10, 15: Fel taurinum cum uino mixtum et carne cucurbitae et umbilico inpositum
quiliaticos sanat.
11, 17: Sebum uitulinum aut certe bubulum et medullae eorum cum farina ceraque
decoctae addito ibidem et modico oleo ut sorberi possit, ipsa decoctio
dysentericos et quiliaticos sanat.
11, 18: Medulla uituli uel bouis si etiam cum pane subigatur et in cibo detur
quiliaticis et dysentericis prodest.
14, 1: Coagulum poleae quod aliquanti hippacem appellant in potum acceptum
quiliaticis et dysentericis prodest.
14, 2: Cinis de fimo poleae factus et farina de dentibus poleae contritis facta et
in potum data quiliaticis et dysentericis salutaris est.
18, 13: Asinini fimi cinis cum uino conmixtus in potu acceptus quiliaticis et
dysentericis prodest.
19, 6: Lac asininum cum melle conmixtum et in potu acceptum quiliaticos ad
sanitatem perducit.

12
La numeración corresponde al número del capítulo y al de la receta, en una edición del
texto en curso de preparación.
134 A. FERRACES RODRIGUEZ

23, 18: Coagulum leporis subactum in pane, id est cum farina conmixtum, et in
cibo sumptum proficit ad disentericos et quiliaticos curandos.
23, 19: Coagulum leporis cum uino tepido in potu acceptum quiliaticis uel
tormina habentibus prodest.
28, 10: Iecur hirci in uino austero decoctum et in potu acceptum quiliaticos sanat.
28, 11: Iecur hirci cum oleo myrteo decoctum et umbilico adpositum quiliaticos
curat.
29, 52: Sanguis caprinus cum ordeacea farina et resina conmixtus et uentri
inlinitus quiliaticis uel epiforas in uentre habentibus prodest.
29, 53: Iecur assum caprae quiliaticis in cibo acceptum conuenit.
29, 54: Caprae renes uel sebum quod circa renes est haustu accepti quiliaticis
prosunt, ita tamen ut post acceptionem renium uel sebi aqua frigida
modice sorbeatur.
29, 55: Sebum caprinum cum pulenta et cum uino et aneso et aceto decoctum et
uentre inlinitum quiliaticis prodest.
29, 56: Fimus [caprinum] caprarum cum melle decoctus et uentri inlinitus uel
potu acceptus quiliaticis et dysentericis prodest.
29, 109: Lac caprinum ad medias decoctum et in potu datum quiliaticis et
dysentericis, etiam si tormina habea<n>tur, prodest.
29, 113: Caseum uetustum caprinum cum farina tritum quiliaticis et dysentericis
comedendum dari conuenit, ut sanentur, cum uini cyatis tribus.
38, 6: Botuli[s] suis in potu dati quiliaticis prosunt.

3.3. Strumaticus

1, 4, 13: Ex sanguine menstruorum pedes inliniti podagris continuo releuantur.


Strumatici si ipso sanguine inliniantur curari perhibentur.
8, 6: Fel aprinum uel certe bubulum tepidum strumaticis inlinitum strumas eorum
discutit.

Los dobletes quartanarius-quartanaticus y strumosus-strumaticus presentan


características peculiares, por cuanto no estamos ante la coexistencia –frecuente en la
lengua de la medicina– de un helenismo y un término patrimonial latino o viceversa,
sino que se enfrenta un término latino a otro igualmente latino, pero formado con
distinto sufijo. Dicho de otro modo, se enfrenta una forma del adjetivo documentada
desde los primeros textos latinos, que podía alternar con el correspondiente helenismo
o con expresiones más complejas, a otra inusual, o por lo menos escasamente
atestiguada. Quartanarius es un adjetivo ampliamente representado en todas las
épocas, que coexiste con febris quartana, febris periodica, qui quartanam habet,
quartanam habens, etc.; strumosus es una denominación bien conocida para el
afectado por una patología cutánea; lo propio ocurre con cyliacus y sus variantes
gráficas (coeliacus, quiliacus, ciliacus), bien documentadas en textos tardíos, pero
desconocidas en Cur. anim. Los términos inusuales, o hasta ahora poco atestiguados,
son quartanaticus, strumaticus, quiliaticus. El último está documentado, según los
TRES ADJETIVOS DE PATOLOGIA 135

datos del ThLL13, en dos pasajes del Dioscorides Longobardus (1, 75 y 1, 143), a los
que hay que añadir un ejemplo más en Orib. Syn. 3 add., con la grafía cyliaticus. De
strumaticus existen varios ejemplos: fue utilizado por Fírmico Materno (Math. 8, 19,
11), por el traductor del Dioscorides Longobardus (1, 85; 2, 59; 3, 37), y está
atestiguado en una Gera Galieni transmitida por el manuscrito de Vendôme, Bibl.
Municipale, 175, f. 110r: Gera galieni fortissima … strumaticos sanat14.

4. Otros testimonios del sufijo –aticus en textos médicos

El sufijo -aticus, que conoció una gran extensión en el latín tardío, ha dejado
su huella también en las Cur. anim., en donde se advierte una tensión entre las formas
tradicionales, de presencia mayoritaria, y aquellas que son resultado de la evolución
de la lengua, estas últimas menos representadas en términos cuantitativos15. Pero
quartanaticus, strumaticus y quiliaticus no son ejemplos aislados en los textos
médicos tardíos. Autores, reelaboradores y copistas recurren a veces a formaciones en
-aticus en lugar de adjetivos sufijados por medio de -alis, -arius, -osus. Isidoro de
Sevilla (Etym. 4, 8, 13) utiliza un adjetivo bien conocido para aludir al afectado de
ictericia, arcuatus, denominación que atribuye al parecido con el arco iris. Pero en
varios manuscritos los copistas reemplazan dicho adjetivo por arcuaticus16. No se
trata de un error, sino de la sustitución deliberada de una forma de coloración técnica
por otra que seguramente les resultaba más familiar. Es también arcuaticus la forma
utilizada en el título del capítulo 34 del Liber Esculapii –De ictericis quod aliquanti
arquaticum uocant–, que pasó sin variación a las glosas de contenido médico del
Liber Glossarum17 (Heiberg, p. 91). Y otros textos médicos atestiguan la existencia de

13
Cf. ThLL, s.u. “coeliaticus”. A partir de la grafía quiliaticus, Probst, el autor de la
noticia, crea una entrada para una forma de incierta existencia, coeliaticus, para la que, además,
supone un origen griego en un término igualmente inexistente, *κοιλιωτικός.
14
Debo el ejemplo de Oribasio y el del manuscrito de Vendôme, que yo no conocía, a una
indicación de K.-D. Fischer, a quien agradezco su generosidad al comunicarme el dato. En el
manuscrito de Vendôme contrasta el empleo, en la misma receta, de una forma en –aticus
(strumaticus) y un helenismo, cyliacus, que no ha sido sometido al mismo proceso de
sufijación.
15
Para adjetivos formados con el sufijo –aticus, cf. M. LEUMANN, Lateinische Laut- und
Formenlehre, München, 19772 [1926] (Handbuch der Altertumswissenschaft, II.2.1), p. 338-
339; V. VÄÄNÄNEN, Introduction au latin vulgaire, Paris, 1963, p. 89-90; P. STOTZ, Handbuch
zur lateinischen Sprache des Mittelalters. Zweiter Band, München, 2000 (Handbuch der Alter-
tumswissenschaft, II.5.2), p. 326-327. Muy interesante también el artículo de F. DEMETRESCU,
“Valoarea peiorativă a sufixului –aticus”, Studii clasice 2 (1960), p. 321-330.
16
A. FERRACES RODRÍGUEZ, “Aspectos léxicos”, l.c. (n. 5), p. 112-113.
17
Las glosas de contenido médico del Liber Glossarum fueron editadas por J.L. HEIBERG,
Glossae medicinales, København, 1924 (Det Kgl. Danske Videnskabernes Selskab, Historisk-
filologiske Meddelelser, IX, 1). M. NIEDERMANN (“Les gloses médicales du Liber Glossarum”,
in Recueil Max Niedermann, Neuchâtel, 1954, p. 125) no se da cuenta de que se trata de forma-
ciones populares con el sufijo latino –aticus y busca, para arquaticus, explicaciones varias, por
la vía del error o de la analogía. Concretamente sugiere que arquaticum podría ser una falta de
copista, en lugar de arquatum, por influencia de ictericum, pero no excluye tampoco que se
136 A. FERRACES RODRIGUEZ

nesciaticus, glaucomaticus, iliaticus, maniaticus o aquaticus, este último como glosa


de ydropicus18.
Citaré todavía dos ejemplos que he podido encontrar en fuentes manuscritas.
Un capítulo de las Curae herbarum de contenido iatromágico, el 63, contiene una
expresión de difícil elucidación, qui me liberabit (=liberauit) triuiaticos et quadriuii
incursum. Tanto triuiaticos como quadriuii pertenecen probablemente a la esfera del
léxico patológico, si bien la determinación de la concreta patología a la que hacen
referencia no resulta fácil19. Más allá del oscuro origen de las denominaciones triuium
y quadriuium, para nuestro propósito resulta relevante el empleo del adjetivo en -
aticus, como en quartanaticus, strumaticus o glaucomaticus.
El segundo ejemplo procede del Herbario pseudoapuleyano, cuyos manus-
critos suelen ofrecer un incipit y un explicit del texto, en el que figura el término
herbarium.: INCI<PIT> HERBARIUM APULEI PLATONICI … (Leiden, Voss. Lat.
Q 9, s. VII ex., f. 19r), Explicit herbar<i>um Apulei Platonis... (Montecassino, Bibl.
dell’Abbazia, V. 97, s. X, p. 522b), INCIPIAMUS ALIUM HERBARIUM APULEI
PLATONIS (París, BN, lat. 6862, s. IX, f. 22v), Virtutes herbarum et herbas omnes
incipiamus alium herbarium apoliensis urbs platonis (Florencia, Bibl. Medicea
Laurenziana, 73.16, s. XIII, f. 17r). Pero varios manuscritos sustituyen herbarium por
herbaticum, que algún copista despistado transformó en hergaticum: Canon liber
medicine herbatici platonis Explicit feliciter (Florencia, Bibl. Medicea Laurenziana,
73.16, f. 13r; Viena, Österr. Nationalbibliothek, lat. 93, s. XIII, f. 8v), Explicit
medicinalis librum hergaticum platonis feliciter (Florencia, Bibl. Medicea
Laurenziana, 73.16, f. 147v; Viena, Österr. Nationalbibliothek, lat. 93, f. 118r), Expli-
ciunt capitula medicine herbatice libri platonis feliciter (Londres, British Library,
Sloane 1975, s. XII, f. 7r; Harley 1585, s. XII, f. 6v). La correspondencia y la equiva-
lencia entre el sufijo -arius y el sufijo -aticus –la misma que encontramos en
quartanarius/quartanaticus– no puede resultar más clarificadora20. En otros términos,
el sufijo -aticus conoció una extensión de empleo en época tardía, entrando en
concurrencia con -osus, -alis, -arius o -tus para expresar pertenencia, posesión,
afección o simplemente relación. Un término como lymphaticus está atestiguado ya
desde Plauto, fluuiaticus en Pelagonio, lunaticus y laruaticus en Isidoro de Sevilla.
Este último autor afirma (Etym. 4, 7, 6) que lunaticus es una de las denominaciones
del afectado por un ataque de epilepsia, hos etiam uulgus lunaticos uocat. Me
pregunto si, en este caso, no será más relevante que la denominación en sí el hecho de

trate de una innovación analógica a partir del sintagma ictericus morbus, atestiguado en Casio
Félix.
18
A. FERRACES RODRÍGUEZ, “Aspectos léxicos”, l.c. (n. 5), p. 112-113; D.R. LANGSLOW,
Medical Latin, o.c. (n. 1), p. 369.
19
Me parece probable que la referencia sea a las fiebres tercianas y cuartanas, una de
cuyas terapias se basaba precisamente en una rana apresada en un triuium. Cf. A. ÖNNERFORS,
“Iatromagische Beschwörungen in der Physica Plinii Sangallensis”, Eranos 83 (1985), p. 235-
252.
20
La forma herbaticum figura también en inscripciones (cf. CIL 8.7969) y fue ya incluida
en el apartado “Addenda lexicis latinis” del ALL 3 (1886), p. 251, que la toma de las Formulae
Merovingicae p. 310, 16 Zeumer.
TRES ADJETIVOS DE PATOLOGIA 137

que Isidoro la reconozca como perteneciente al vulgo. Es decir, estamos ante un


adjetivo en -aticus de derivación vulgar. Es precisamente su pertenencia al registro
vulgar de la lengua el motivo de que tales formaciones sean evitadas por los autores
técnicos, que prefieren términos menos marcados por el registro coloquial. Quizás ahí
estriba también el motivo de que en Cur. anim. únicamente encontremos dos ejemplos
de quartanaticus y cuatro de strumaticus, frente a las numerosas ocurrencias de
quartanarius y de strumosus. Los dos adjetivos en –aticus son dos formaciones de la
lengua viva que emergen en los textos únicamente de modo ocasional.

5. En busca de una explicación para quiliaticus

Como ha sido ya apuntado, llama la atención el hecho de que, mientras


quartanaticus y strumaticus coexisten en Cur. anim. con quartanarius y strumosus,
en cambio quiliaticus sea la única forma del adjetivo empleada en este recetario, que
evita el helenismo cyliacus. La extrañeza se acentúa todavía más al constatar que el
empleo de quartanaticus y strumaticus resulta esporádico frente a la forma tradicional
de ambos adjetivos, mientras quiliaticus registra un elevadísimo número de ocurren-
cias. Por otra parte, quartanarius y strumosus son las formas empleadas por Plinio,
que el reelaborador también utiliza ampliamente; este último, en cambio, prescinde
por completo de cyliacus, la única forma atestiguada en la Historia Natural.
La explicación hay que buscarla probablemente en la diferente extracción de
los términos en uno y otro caso. Mientras quartanarius y strumosus, adjetivos perte-
necientes al fondo tradicional latino y ampliamente atestiguados en todas las épocas
del latín, apenas se ven contrarrestados en Cur. anim. por ejemplos esporádicos de
formas con el sufijo –aticus, justificadas por la búsqueda de la variatio estilística, en
el caso de cyliacus la combinación de varios factores debió de haber favorecido el
empleo de su derivado quiliaticus. El primero, el mayor volumen de esta última
forma. La tendencia a la desaparición de términos de escaso volumen en favor de
derivados de la misma raíz más voluminosos se mantuvo vigente desde la Antigüedad
Clásica, en donde términos como nare o canere quedaron confinados a la lengua de la
poesía, cediendo su lugar en la lengua viva a los frecuentativos natare y cantare,
hasta la época tardía, en donde edere cede su puesto a comedere o a manducare, potus
a potatus, o antiguos diminutivos en –culum acabaron por perder su antiguo valor
diminutivo y suplantaron a los términos de los que derivan. Casos como la sustitución
de auris por auricula o genu por genuculum son representativos de esa tendencia,
cuyas consecuencias perduran en las lenguas románicas. En este sentido, frente a
cyliacus, el mayor volumen de quiliaticus debe de haber sido un factor importante que
contribuyó a hacer este último preferible para el autor del recetario tardío.
La segunda circunstancia a tener en cuenta es que cyliacus era un tecnicismo
de importación griega. Quiliaticus, por su parte, es, examinado con la mirada de un
filólogo, un híbrido de raíz griega y sufijación latina. Dado que el sufijo –aticus (el
mismo empleado en quartanaticus y strumaticus) fue ampliamente utilizado para la
formación de adjetivos en época tardía, su adición a un término de importación era un
procedimiento más en el proceso de adaptación de éste a la lengua latina; en otras
palabras, supone un medio adicional de latinización del helenismo hasta su total
138 A. FERRACES RODRIGUEZ

integración en la lengua que lo recibe. Otros helenismos presentan características


similares. Casos como los de los adjetivos stranguriosus o glaucomaticus, maniaticus
frente a maniacus, daemoniaticus frente a daemoniacus, o el de los sustantivos tisicia
y glaucomatio, estos últimos identificados recientemente por K.-D. Fischer en el texto
de las Quaestiones medicinales de Pseudo-Sorano, son ejemplos que ilustran muy
bien esta tendencia. E incluso habrá que preguntarse si la asociación con el sufijo –
aticus no fue un factor importante de resistencia para el helenismo reumaticus, frente
a su derivado reumaticius, cuya consonante dental en posición intervocálica se hizo
sonora, según atestigua el español ‘romadizo’, o para el doblete sciaticus/nesciaticus,
con consonante dental sorda intervocálica, frente a su correspondencia griega
ἰσχιαδικός, con consonante sonora en idéntico contexto fónico.
La adición de un sufijo latino a un término griego, si bien todavía poco atesti-
guada en la terminología médica, es un procedimiento bien conocido en el latín tardío,
particularmente en la lengua de la Iglesia, fuente inagotable de formaciones mixtas de
raíz griega y sufijo latino –en la línea de lo que hemos visto a propósito de
quiliaticus– que acabaron plenamente integradas en la lengua latina y perduran en las
lenguas romances21.
En definitiva, lo único que distingue el par cyliacus/quiliaticus frente a
quartanarius/quartanaticus y strumosus/strumaticus es que, en el primero, el término
fue en primer lugar importado del griego como tal helenismo y como tecnicismo, y en
época posterior fue plenamente latinizado dotándolo de un nuevo sufijo, mientras
quartanarius y strumosus eran términos heredados del fondo patrimonial latino y por
ello más resistentes, pero que fueron sometidos a idéntica renovación morfológica que
el helenismo cyliacus*.

Universidade da Coruña Arsenio FERRACES RODRÍGUEZ


Facultade de Filoloxía
Campus da Zapateira, s/n
E-15071 A Coruña
ferraces@udc.es

21
Para una muestra amplia de helenismos que recibieron un sufijo latino en época tardía,
véase F.T. COOPER, Word Formation in the Roman sermo plebeius, New York, 1895, p. 315-
329.
*
Proyectos FFI2009-11333 (Ministerio de Ciencia e Innovación) e INCITE08PXIB
104153PR (Xunta de Galicia). Artículo redactado entre los meses de mayo y agosto de 2009,
durante una estadía como Visitor en el Institute for Advanced Study, Princeton, para la cual
pude contar con una ayuda de la Universidade da Coruña-Banco de Santander.

También podría gustarte