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Coordinadores:
Josep M Montserrat Canal
Elena Leuza Labeaga
Manual Separ de
Procedimientos
Participantes:
Prefacio. 11
Ferrán Barbé Illa, Juan Fernando Masa Jiménez.
Prólogo. 13
Elena Leuza Labeaga, Josep M. Montserrat Canal.
Capítulo 1 15
Introducción.
Concepción Febrero Lalaguna, Gabriel Sampol Rubio.
Capítulo 2 25
Principios básicos del funcionamiento de la CPAP.
Mónica González Martínez, Olga Cantalejo Martín,
Carlos Queipo Corona, Josep M. Montserrat Canal.
Capítulo 3 39
Principios básicos del funcionamiento y características de la
ventilación no invasiva y la servo-ventilación adaptativa
Mireia Dalmases Clèries, Cristina Embid López,
Josep M. Montserrat Canal, M Dolores Núñez Fernández.
Capítulo 4 61
Titulación de CPAP, BiPAP y servo-ventilación adaptativa en
pacientes con síndrome de apneas-hiponeas obstructivas
durante el sueño.
Julia Amaranta García Fuertes, Carlos Javier Egea Santaolalla,
Bertha Nachelly Orozco González.
Capítulo 5 85
Indicaciones del tratamiento con CPAP, BiPAP
y servo-ventilación adaptativa.
Carmen Carmona Bernal, Ángeles Sánchez-Armengol,
Pedro Mañas Escorza.
Índice
Capítulo 6 101
Interfaces para la administración de CPAP.
Estrella Fernandez Fabrellas, Consuelo Muñoz Pérez,
Rafael Navarro Iváñez, Amparo Peral Plaza.
Volumen II
Capítulo 7 115
Uso de la CPAP y la BiPAP en el SHAS infantil.
María Luz Alonso Álvarez, Lourdes Martín Viñé,
Estrella Ordax Carbajo, Joaquín Terán Santos.
Capítulo 8 135
Efectos secundarios y cumplimiento
de los equipos a presión continua.
Eusebi Chiner Vives, José N. Sancho Chust,
Cristina Senent Español, Antonia Sergado Pons.
Capítulo 9 153
Tratamiento con CPAP y otros equipos a presión positiva.
Aspectos sociales y económicos. La CPAP en la
medicina extrahospitalaria.
Jaime Corral Peñafiel, María del Carmen Lorenzana Alvarado,
J. Fernando Masa Jiménez.
Capítulo 10 177
Otras indicaciones de los equipos de presión positiva.
Teresa Gómez García, Nicolás González Mangado,
María Fernanda Troncoso Acevedo.
Índice
Capítulo 11 197
Tratamiento integrado del SAHS como una enfermedad crónica.
David González Viciana, MªJosé Masdeu Margalef,
Enriqueta Ramírez Prat.
Capítulo 12 215
¿Es la CPAP el único tratamiento efectivo del SAHS?
Francisco Capote Gil, Carmen Carmona Bernal,
Ángeles Sánchez Armengol.
Capítulo 13 241
Características de un equipo de CPAP:
“must have” and “nice to have”.
Valentina Isetta, Angel Orteu Palomar,
Josep M Montserrat Canal.
11
significativa de este manual es que se aportan nuevos puntos de vista tales como la
importancia social del tratamiento del SAHS remarcándose, además, la necesidad
de que deba de ser considerada como una patología crónica y tratada como tal.
12
PRÓLOGO
La apnea / hipopnea obstructiva durante el sueño es una entidad que tiene una
alta prevalencia. Las cifras que se barajan en la actualidad oscilan en un rango
amplio, entre el 10-20%. Dependiendo de diversas variables tales como la edad,
el índice de eventos hora que se suponga anormal, la presencia de síntomas o no,
la enfermedad se considera de mayor o menor gravedad. Sin duda alguna, el trata-
miento más inteligente es perder peso, evitar alcohol y sedantes, dormir las horas
suficientes evitando el decúbito supino, hacer ejercicio, así como el tratamiento
del reflujo gastroesofágico. Existen otras opciones menos eficaces o que sólo se
aplican en casos concretos tales como la cirugía de partes blandas u óseas o los
dispositivos de avance mandibular.
13
caja negra- a las adecuadas indicaciones de tratamiento. Por ejemplo, en pacien-
tes paucisintomáticos y con patología cardiovascular está clara la indicación de
CPAP en pacientes con hipertensión refractaria, pero no tanto en los otros casos.
También, es muy importante conocer las metodologías de titulación, los efectos
secundarios, su solución y, finalmente, uno de los aspectos más significativos ya
mencionados, es el cumplimiento del tratamiento que probablemente en un futuro
cercano no estará limitado a las convenidas 4 horas, sino que deberemos aspirar a
algo más. Además, es necesario considerar el síndrome de apneas durante el sueño
como una enfermedad crónica y como tal debe ser tratada. Sus efectos económi-
cos y sociales son notables. Dos capítulos de este Manual de procedimientos están
dedicados a estos temas. Durante todo el manual existen una serie de repeticiones
que son imposibles de evitar dadas las características del documento.
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INTRODUCCIÓN
Si una obra como la presente debe aspirar a definir la situación actual respecto
a aspectos clínicos, técnicos y organizativos de la utilización de CPAP, cabe recor-
dar aquí el punto de partida. En su trabajo, Sullivan proponía la utilización del
nuevo tratamiento como alternativa a la traqueotomía para un perfil de paciente
con somnolencia grave y fracaso respiratorio. Hacía poco de la introducción del
concepto de balance de fuerzas en la vía aérea superior como causante de su co-
15
lapso durante el sueño2 y existían serias dudas acerca de la viabilidad y seguridad
clínica de trasladar de forma no invasiva el ciclo respiratorio a una presión posi-
tiva continua. Desde el punto de vista técnico, el dispositivo era de construcción
artesanal a partir de un compresor, la presión administrada dependía de la mani-
pulación de una resistencia incluida en el circuito y presentaba excesivas oscilacio-
nes durante el ciclo respiratorio, la mascarilla era construida para cada paciente y
sellada a la piel varias veces durante la noche mediante silicona, y la metodología
para determinar la presión efectiva en cada paciente quedaba insuficientemente
definida. Sin embargo, quizás lo más sorprendente es que la CPAP se presentó
como un tratamiento hospitalario, sin referencia explícita a su posibilidad de uso
a largo plazo en el domicilio del paciente. De hecho, la difusión de su utilización
fue inicialmente muy lenta, cinco años después de su descripción, el propio grupo
de Sullivan acumulaba una experiencia de unas pocas decenas de pacientes3.
ASPECTOS CLÍNICOS
La difusión titubeante de la CPAP durante los primeros años dio lugar a una
posterior eclosión de su uso. Los argumentos de este incremento se basaban en sus
efectos sobre la sintomatología, aparentemente evidentes para los clínicos invo-
lucrados, y a la invocación de unos efectos beneficiosos sobre las complicaciones
cardiovasculares asociadas con frecuencia al SAHS. Sin embargo, la evaluación
de un tratamiento basado en la utilización continuada de un dispositivo mecánico
conlleva una problemática superior a la de un fármaco. Las evidencias en las que
se basaba el aumento exponencial de prescripciones de CPAP presentaban claros
sesgos metodológicos que, a finales de la década de los años 90 del pasado siglo,
condujeron a la preocupación de las agencias sanitarias responsables de su cober-
tura y a revisiones críticas que cuestionaban sus efectos beneficiosos4.
16
ASPECTOS TÉCNICOS
Incorporar simplificaciones técnicas.
Mantener y mejorar la pericia
en la monitorización de los pacientes.
CPAP
nanciación. En la actualidad está fuera de duda que el uso de CPAP comporta una
mejora de la somnolencia y la calidad de vida de los pacientes SAHS y también
conduce a una disminución de la accidentabilidad asociada5.
17
la hipertensión arterial, la comorbilidad más estudiada. A pesar de todo ello, el
panorama actual dista mucho de convencer a la comunidad cardiovascular de
incorporar el SAHS entre los principales factores modificables de riesgo, como
pueden ser el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo, la dieta, la dislipemia, la
diabetes o la hipertensión. El camino seguido por cada uno de estos factores ha
sido largo y ha precisado de estudios que han involucrado a miles de pacientes,
todavía no disponibles en el SAHS. En estos estudios, la CPAP ha de tener un pa-
pel determinante en la demostración de los beneficios de revertir los episodios de
apnea-hipopnea durante el sueño. El camino a seguir para ello ya ha sido marcado
por los factores de riesgo establecidos y obliga a resolver diversos aspectos:
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Al margen de estos aspectos, y sin ser exhaustivos, en referencia a la utilización
de CPAP es destacable el creciente protagonismo en las unidades de sueño de los
problemas derivados del aumento en la prevalencia de la insuficiencia cardíaca y
de la obesidad. La presencia de eventos respiratorios centrales, durante años en
segundo plano en los estudios polisomnográficos, en la insuficiencia cardíaca su-
pone un reto para el tratamiento de estos pacientes, muchos de ellos también obe-
sos y roncadores con episodios obstructivos. Sabemos que algunos de los eventos
centrales responden al tratamiento con CPAP, mientras que otros persisten inalte-
rados. Disponemos de pocos estudios que valoren este diferente comportamiento
y sus implicaciones en el pronóstico de estos pacientes, y necesitamos pautas de
actuación que consideren el uso de CPAP y/o los nuevos servo ventiladores adap-
tativos (SVA). En el campo de la obesidad, seguimos sin disponer, a la espera de
trabajos actualmente en marcha, de claras indicaciones del uso de CPAP en el
síndrome de obesidad-hipoventilación o si debe ser sustituida por dispositivos de
BiPAP (también conocidos como Bi-presión o binivel) o de ventilación mecánica
no invasiva (VMNI). Finalmente, resaltar también el incremento exponencial de
estudios del sueño por sospecha de SAHS en pacientes de edad pediátrica, en los
que la CPAP también está encontrando un subgrupo de los mismos que se bene-
fician de su uso.
ASPECTOS TÉCNICOS
Las mejoras técnicas en los dispositivos de CPAP han sido incesantes: los com-
presores son cada vez más pequeños, garantizando su portabilidad, y silenciosos,
sus algoritmos de funcionamiento controlan perfectamente la presión adminis-
trada durante todo el ciclo respiratorio, disponemos de una gran variedad de
máscaras que permiten la adaptación de casi cualquier paciente, podemos hu-
midificar eficazmente el aire suministrado... Un escenario que difícilmente po-
díamos imaginar al tratar a los primeros pacientes. Asimismo, la industria in-
corpora constantemente modificaciones en los dispositivos existentes o introduce
nuevas modalidades de soporte ventilatorio nocturno. Las de mayor difusión son
las CPAPs automáticas o también conocidas como dispositivo de presión posi-
tiva autoajustable (APAPs) que, si bien no han acabado de encontrar una clara
indicación terapéutica, han revolucionado en nuestro medio las metodologías de
titulación de la presión efectiva, posibilitando el acceso al tratamiento a un gran
número de pacientes. También se nos presentan nuevas APAPs que serían capaces
de distinguir un evento central de uno obstructivo, o los nuevos servo ventiladores
adaptativos (SVA), capaces de reaccionar a cambios en el volumen corriente y al
cierre de la vía aérea...
19
de sueño parecen ser cosa del pasado. Obviamente algunas innovaciones, como
las mencionadas graduaciones con APAP, han sido un avance. Sin embargo, es
obligado repensar el papel de las unidades de sueño ante este panorama cambiante.
En primer lugar, ningún clínico con experiencia dudará de una necesaria ex-
pertez médica y de enfermería en el manejo de algunos de los pacientes que se
mencionaban en el apartado anterior: la graduación de CPAP en niños, en algu-
nos ancianos, en EPOC, en pacientes con insuficiencia cardíaca, en pacientes con
somnolencia persistente tras CPAP, en el paciente con ictus, graduación de dispo-
sitivos de presión BiPAP. Aunque las guías reconocen la necesidad de una gradua-
ción convencional en la unidad de sueño para estos casos, la impresión es que ésta
es una práctica infrautilizada en la actualidad. Algunas unidades no las realizan y
tampoco derivan a los pacientes complejos a unidades de nivel superior. Por otra
parte, la graduación en estos casos “difíciles” sólo está al alcance de personal ha-
bituado a realizarla, que haya recibido entrenamiento intensivo previo con casos
“fáciles” y que mantiene un contacto frecuente con la metodología a utilizar.
20
ASPECTOS ORGANIZATIVOS
Tras una indicación y titulación correctas, el objetivo básico del circuito asis-
tencial del tratamiento con CPAP es el de conseguir una buena adherencia a la
misma por parte del paciente. Durante años esta ha sido una misión de las uni-
dades de sueño, que monopolizaban todos los aspectos de la atención al paciente
con SAHS. Los resultados conseguidos han sido buenos, con cumplimientos del
tratamiento con CPAP superiores al de tratamientos farmacológicos crónicos y
evidentes efectos favorables para el paciente, tanto desde el punto de vista de la
literatura médica como en la percepción de nuestra práctica clínica cotidiana.
Elemento fundamental de estos buenos resultados ha sido la implicación de la
enfermería, con la progresiva implantación de consultas monográficas de adap-
tación a la CPAP y resolución de los problemas que surgen principalmente en las
primeras fases de uso.
Hoy sabemos que el cumplimiento inicial, que depende en buena parte de las
decisiones adoptadas desde la consulta de enfermería, predice en gran medida el
cumplimiento a largo plazo. También es importante en esta adaptación la habili-
dad clínica del personal médico de la unidad de sueño, capaz de explicar las bases
de la enfermedad, sus repercusiones y la necesidad de tratamiento. Las visitas
periódicas de control a largo plazo y garantizar al paciente la accesibilidad a la
unidad del sueño ante posibles problemas han completado el escenario hasta hace
pocos años.
21
cación de la medicina primaria, tanto de los médicos de familia como, especial-
mente, de las consultas de enfermería. De la misma manera que han asumido el
control de muchos pacientes diabéticos o hipertensos, resulta factible aspirar a
su implicación en el control periódico de los pacientes en tratamiento con CPAP,
con capacidad resolutiva ante la aparición de problemas y con el valor añadido de
una función periódica de refuerzo en el cumplimiento del tratamiento en el que la
medicina primaria puede jugar un papel decisivo.
22
BIBLIOGRAFíA
2. Remmers JE, de Groot WJ, Sauerland EK, Anch AM. Pathogenesis of upper
airway occlusion during sleep. J Appl Physiol. 1978; 44:931-38.
5. Kakkar RK, Berry RB. Positive airway pressure treatment for obstructive
sleep apnoea. Chest 2007; 132:1057-72.
23
24
PRINCIPIOS BÁSICOS
DE FUNCIONAMIENTO DE LA CPAP
Han transcurrido más de treinta años desde la célebre publicación del artículo de
Sullivan et al.1, donde los primeros cinco pacientes tratados con el último avance tec-
nológico del momento dieran paso a la progresiva universalización de la terapia con
presión positiva continua en la vía aérea (CPAP). Este sencillo compresor de aire se
aplicaba mediante una mascarilla apoyada en la nariz, conseguía evitar el colapso de
la vía aérea superior (VAS) y conducía a la resolución total de la enfermedad sin nece-
sidad de recurrir al tratamiento efectivo de la época: la traqueotomía.
Los primeros tiempos no fueron fáciles, en 1984 el mismo grupo de trabajo aus-
traliano exhibe exitosamente el uso domiciliario a largo plazo del tratamiento con
CPAP. Sin embargo, tuvieron que pasar varios años hasta que la comunidad médica
superara el equivocado convencimiento de que la obstrucción parcial o total, dinámica
o estática de la VAS, podía resolverse mediante técnicas quirúrgicas. En nuestro país
la primera información del uso de CPAP llegó en 1987, pero fue en el inicio de los 90
25
Fig. 1. Compresor de aire tipo Vortex Blower utilizado como CPAP con interfaz crea-
da por Sullivan y Bruderer (izquierda). Modelo reciente de CPAP (derecha).
26
Fig. 2. Acción neumo-dilatadora de la CPAP: cierre de luz orofaríngea (izquierda).
Apertura de la misma al aplicar una presión positiva (derecha).
27
Tabla I. Efectos de la presión positiva continua sobre la VAS.
Presión fija
28
Fig. 3. Interior de una CPAP.
Los equipos de CPAP suministran una presión mínima de 4 cm H2O y una máxi-
ma de 20 cm H2O. La presión mínima evita la reinhalación del aire ya respirado,
“rebreathing”. Estas presiones se alcanzarán cuando la resistencia ocasionada en la
tubuladura es detectada por el sensor situado en el interior del dispositivo. La adicción
de elementos de distinta índole entre la CPAP y la vía aérea del paciente puede crear
un factor de confusión en el suministro exacto de presión.
Una CPAP sin accesorios en nuestros días oscila en un peso entre 1,3 y 1,8 kg, y sus
dimensiones progresan en cada nuevo diseño con el propósito de confundirlo algún
día con un nuevo apéndice en nuestra anatomía. En su modo más simple, una CPAP
consta de un pulsador de encendido y apagado, otro más para modificar la presión y
una opción de “rampa”. La opción rampa tiene el propósito de incrementar lentamen-
te la presión hasta alcanzar el valor prefijado de modo que la adaptación resulte más
confortable. Dependiendo del modelo, podremos disponer de un contador horario,
bien de las horas en las que estuvo encendido el dispositivo o de las que el paciente
estuvo respirando por su mascarilla, este dato puede ser visualizado en el propio dis-
positivo o descargado mediante una tarjeta de memoria o puerto y así conocerlo de
forma más detallada. Prácticamente todos los modelos actuales contabilizan las horas
reales de uso. Los dispositivos cuentan con un sistema de compensación manual o de
autocompensación a variaciones de presión atmosférica y unos rangos de humedad
ambiental de no condensación.
La obtención de una presión fija efectiva para cada paciente se denomina titula-
29
Tabla II. Fórmulas matemáticas más utilizadas.
IMC: Índice de masa corporal. CC: Diámetro de cuello. IAH: Índice de apnea-hipopnea.
ODI: Índice de desaturación de oxígeno.
Presión variable
30
rior análisis de lo sucedido ya que su software analiza las modificaciones de presión,
tiempo de fuga máxima y media y el IAH (índice de apnea-hipopnea) residual, así
como los días y el número de horas de uso, tema que se tratará con más profundidad
en otro apartado.
31
Fig. 4. Diferentes registros de APAP.
En la figura 4 se puede observar una titulación válida (A) con equipo AutoSet, sin
fugas y con correcto control de eventos. Utilizaremos la presión visual que cubra el
90% del registro excluyendo los periodos de fuga elevada si existiesen (en el ejemplo
P90 de 12 cm H2O). Titulación no válida (B) con el mismo equipo por fugas no permi-
tidas en la mayor parte de la noche que condicionan picos de presión, tener en cuenta
que en presencia de fuga elevada el IAH residual no es valorable. En el gráfico inferior
izquierdo (C), se observa el uso del equipo REMstar Auto como tratamiento del SAHS
supino dependiente. Observar los decalajes de presión en las diferentes partes del regis-
tro en relación a la posición del paciente, se observa también como la fuga calibrada
es proporcional al incremento de presión del equipo. El mismo equipo con presión
fija (D), nos proporciona información sobre cumplimiento, fugas e IAH residual en
un paciente previamente titulado con APAP a 10 cm H2O. Finalmente a considerar
un aspecto importantísimo, aunque los sensores actuales son muy sólidos, miden muy
bien la presión y también de un modo aceptable el volumen, uno de los puntos más
importantes a tener en cuenta con los equipos es su calibración que debe de realizarse
con una cadencia periódica por lo menos cada 3 meses.
32
COMPLEMENTOS DEL EQUIPO
33
• Conexión de oxígeno: dispositivo acoplado a la tubuladura, se pueden colocar
en la salida de la CPAP o en su parte más proximal a la mascarilla, consiguien-
do de este último modo una concentración mayor de oxígeno.
Hay que resaltar que todas estas normativas, con amplios márgenes que casi todos
los aparatos suelen cumplir, no afectan al diseño o fabricación de los equipos, ni por
supuesto en los algoritmos que los controlan, de ahí que existan unas diferencias muy
significativas entre los distintos productos comercializados. Además, para los equipos
de más complejidad como la CPAP automática no existe ningún tipo de estandariza-
ción. Tampoco existe ninguna directiva ni normativa que afecte al mantenimiento de
los equipos y el seguimiento de su correcto funcionamiento a lo largo de la vida útil de
los aparatos.
34
mos recogidos en las directivas y normas ISO, pero es fundamental el asesoramiento de
los neumólogos que trabajan en las unidades de sueño para aportar su conocimiento
en la valoración de esos otros aspectos no contemplados en las normas. Esta cola-
boración es imprescindible para asegurar a largo plazo la calidad de los equipos de
tratamiento que después van a utilizar los pacientes y la adecuación para el control de
sus patologías.
Siendo ineludible que todo el equipamiento que se utiliza para el tratamiento con
CPAP cumpla absolutamente con las normativas que les afectan, no lo es menos la
necesidad de un correcto seguimiento y mantenimiento de los mismos.
• Verificación del estado general del equipo (limpieza, etc.) y estado del cable de
alimentación de red. Comprobar el estado de los accesorios y material fungible,
siendo fundamental la estanqueidad de la tubuladura y el estado de la interfaz
(arnés, mascarilla, etc.) y el humidificador si se dispone de él. Cualquier parte
rota o deteriorada que impida el tratamiento será reemplazada.
• Medición del nivel de ruido y vibraciones. El nivel de ruido en ningún caso debe
ser superior a 30 db a una presión de 10 cm H2O.
35
deberá proceder a una calibración específica siguiendo las instrucciones técni-
cas del equipo. Si a pesar de esto persistieran las diferencias debe procederse a
sustituir el equipo. Este apartado es de gran trascendencia para garantizar una
estabilidad en el tratamiento.
• Por último se deberá apagar y volver a encender el equipo para comprobar que
todos los parámetros se mantienen en sus valores correctos prescritos por el
facultativo.
Comprobación general del estado del equipo y accesorios (filtros, tubuladuras, interfaces, etc.).
Comprobación estado de filtro de entrada o de partículas gruesas.
Puesta en marcha del equipo y realización de autotest (si está disponible en el equipo).
Detección de vibraciones y medición del nivel de ruido (< 30 dB a una presión de 10 cm H2O).
Comprobación de presiones en la salida de la tubuladura.
Apagar / encender equipo y comprobar mantenimiento de parámetros.
36
BIBLIOGRAFíA
1. Sullivan CE, Issa FG, Berthon-Jones M, Eves L. Reversal of obstructive sleep ap-
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sleep apnoea/hypopnoea syndrome. Thorax 2005; 60:68-75.
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changes induced by CPAP in normal subjects. Am J Respir Crit Care Med. 1996;
154:1106-16.
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mized controlled trial to assess the impact of therapy mode and titration process on
efficacy, adherence, and outcomes. Sleep 2011; 34:1083-92.
6. Rigau J, Montserrat JM, Wohrle H, et al. Bench model to simulate upper airway
obstruction for analyzing automatic continuous positive airway pressure devices.
Chest 2006; 130:350-61.
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positive airway pressure for the treatment of obstructive sleep apnea: results of a meta-
analysis. Sleep 2004; 27:249-53.
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livery of particulate matter through positive airway pressure devices (CPAP/BPAP).
Sleep Breath 2012; 16:193-8.
37
11. Council Directive 93/42/CEE of 14 June 1993, concerning medical devices. Euro-
pean Comunity Council. Official Journal L169.
12. Directive 2007/47/EC of the European Parliament and of the Council of 5 Septem-
ber 2007 amending Council Directive 90/385/EEC on the approximation of the laws
of the Member States relating to active implantable medical devices, Council Directive
93/42/EEC concerning medical devices and Directive 98/8/EC concerning the placing
of biocidal products on the market. Official Journal L247.
38
Principios básicos del funcionamiento
y características de la ventilación
no invasiva y de la servo-ventilación
adaptativa
Clasificación
39
diante una mascarilla, sin sedación y, por lo tanto, dejando indemnes los me-
canismos de defensa de la vía aérea superior. Este tipo de ventilación se aplica
ampliamente en la actualidad y se considera que evita un número considerable
de intubaciones endotraqueales.
Objetivos de la VMNI
Funcionamiento de la VMNI
40
Enfermedades hImpedancia mecánica Esfuerzo Respiratorio
Restrictivas Debilidad Muscular
EPOC Respiratória
hResistencia Vía Aérea
Obesidad Superior
demanda capacidad
Trastornos respiratorios
Hipoventilación alveolar
del sueño
Síntomas diurnos
iImpulso ventilatorio Inicio VNI
hCalidad de vida
Agudizaciones y
complicaciones
41
Fig. 2. Disparo en ventilación por BiPAP o binivel en modo espontáneo. Las flechas
señalan el inicio de la inspiración (trigger inspiratorio o disparo) por parte del ventila-
dor de forma sincrónica con el esfuerzo inspiratorio. V: Flujo, VI : Volumen pulmonar,
P: Presión muscular, P: Presión suministrada por el ventilador. Figura cortesía del Dr.
Ramón Farré y Dr. Daniel Navajas.
42
Fig. 3. Ciclado en ventilación por presión BiPAP o binivel en modo espontáneo. Las
flechas señalan la finalización del soporte ventilatorio justo antes del inicio de la espira-
ción espontánea (trigger espiratorio o ciclado). V: Flujo, VI : Volumen pulmonar, P: Pre-
sión muscular, P: Presión suministrada por el ventilador. Figura cortesía del Dr. Ramón
Farré y Dr. Daniel Navajas.
puede ser automática o regularse en función del tipo de ventilador y para evitar erro-
res de ciclado es posible programar un Ti máximo en algunos ventiladores para los
ciclos controlados cuando se activa la FR de respaldo (modo asistido-controlado). Las
ventajas de estos ventiladores son su trigger de flujo de alta sensibilidad, lo que va a
facilitar una mejor adaptación y la posibilidad de compensación de pequeñas fugas.
Presentan limitaciones en pacientes con muy baja compliance en que para una correcta
ventilación pueden ser precisos niveles de IPAP mayores de los límites de la mayoría
de ventiladores de presión, si bien hoy en día en la mayoría de modelos el límite máxi-
mo de IPAP es bastante elevado (25 cm H2O). Generalmente no disponen de batería
interna (aunque actualmente algunos sí tienen) y tienen menor número de alarmas.
43
Fig. 4. Ventilación por presión BiPAP o binivel, modo asistido-controlado con FR
de respaldo. El ventilador dispara un ciclo controlado (flecha en negro) en ausencia de
esfuerzo respiratorio durante un tiempo máximo determinado definido por la FR de
respaldo programada. V: Flujo, VI : Volumen pulmonar, P: Presión muscular, P: Presión
suministrada por el ventilador. Figura cortesía del Dr. Ramón Farré y Dr. Daniel
Navajas.
Fig. 5. Ventilación por presión BiPAP o binivel, disparo y ciclado en modo controlado.
Las flechas marcan el disparo y el ciclado en ausencia de esfuerzo respiratorio, en base a
la FR pautada (disparo) y en base el tiempo inspiratorio programado (ciclado). V: Flujo,
VI : Volumen pulmonar, P: Presión muscular, P: Presión suministrada por el ventilador.
Figura cortesía del Dr. Ramón Farré y Dr. Daniel Navajas.
44
Tabla I. Comparación entre ventiladores volumétricos y presiométricos.
Volumétrico Presiométrico
Posibilidad de garantizar un
Sí (en ausencia de fugas). No.
vc fijo
45
Dentro de los modos controlados, la ventaja de los programados por presión res-
pecto a los volumétricos es la reducción del riesgo de barotrauma (sobre todo en pa-
cientes portadores de traqueostomía) y la reducción de las fugas perimascarilla por
hiperpresión en los casos de asincronías por espasmo de glotis o al toser o deglutir, que
posteriormente detallaremos.
46
Tabla II. Parámetros ventilatorios habitualmente utilizados.
en caso de pacientes con SAHS añadido) con una IPAP variable (entre 8-12 cm H2O),
siendo recomendable que el diferencial de presión entre ambas, es decir, el soporte
de presión (PS), no sea inferior a 8 cm H2O, con una FR de respaldo entre 12-15
rpm (2 rpm por debajo de la FR en reposo). Tras 30 minutos de uso con el paciente
adaptado y adecuada interacción paciente-ventilador, se deberá valorar la eficacia de
la ventilación mediante la realización de una gasometría arterial con reducción de la
CO2 que confirme la eficacia de la ventilación. Pueden ser de utilidad también técnicas
no invasivas como la determinación de la SatO2 mediante oximetría y la detección del
CO2 transcutáneo (PTcCO2). Es muy útil la gasometría en el momento de despertarse
y la valoración del bicarbonato como expresión indirecta de hipercapnia crónica. Los
parámetros más utilizados en la práctica clínica habitual se resumen en la tabla II.
Asincronías
47
turnos observados en respiración espontánea no son aplicables a la respiración con
presión positiva. De hecho, la principal diferencia durante la VMNI radica en la con-
tinua interacción entre el ventilador, generando una presión positiva intermitente, y el
impulso central respiratorio del paciente. Durante la VMNI, el paciente es asistido por
el ventilador, y los eventos observados pueden proceder del paciente, del ventilador o
de la pobre sincronización entre ambos. Las asincronías aparecen cuando se produce
un desajuste entre el estímulo (paciente) y las respiraciones asistidas mecánicamente
(ventilador) y/o cuando la entrega de flujo por parte del ventilador es inadecuada para
sincronizar la demanda de flujo ventilatorio del paciente a pesar del tiempo inspirato-
rio pautado. Por todo ello, para poder evaluar la efectividad de la VMNI, además de
los parámetros diurnos especificados anteriormente, es recomendable la monitoriza-
ción de la ventilación durante el sueño mediante la realización de una polisomnografía
convencional en algunos pacientes6, así como mediante la utilización de los softwares
disponibles en cada vez un mayor número de ventiladores, a través de la revisión de los
datos almacenados en la memoria interna de los mismos7, 8.
48
Flujo
Banda torácica
Banda abdominal
Sumatorio
Presión VNI
Flujo
Banda torácica
Banda abdominal
Sumatorio
Presión VNI
49
Flujo
Volumen corriente
Banda torácica
Banda abdominal
Sumatorio
Presión VNI
Presión en mascarilla
Fuga
50
Las asincronías pueden ocurrir en dos niveles:
51
Flujo
Volumen corriente
Banda torácica
Banda abdominal
Sumatorio
Presión VNI
Fuga
Flujo
Volumen corriente
Banda torácica
Banda abdominal
Sumatorio
Presión VNI
Fuga
52
Flujo
Volumen corriente
Banda torácica
Banda abdominal
Sumatorio
Presión VNI
Presión mascarilla
Fuga
Fig. 9. Doble trigger en ciclos controlados (primer ciclo controlado, segundo ciclo
espontáneo) por Ti corto en modo controlado. Se caracteriza por la presencia de un único
esfuerzo en la banda torácicabdominal y en el sumatorio, en presencia de dos ciclos en el
canal de flujo y de presión.
53
espiración o trigger espiratorio, va a ser de flujo, de manera que el ciclado se
produce cuando el flujo inspiratorio desciende a un porcentaje predeterminado
del pico flujo inspiratorio; en los modos asistidos-controlados (con FR de res-
paldo) o controlados, el ciclado está limitado al tiempo escogido por el clínico.
54
(a)
Presión
Tiempo
(b)
IPAP Max
15
IPAP Mín
9
5
EPAP
0
centrales del sueño primarias. Estos pacientes presentan una hiperventilación cró-
nica con hipocapnia durante la vigilia y el sueño, demostrándose la existencia de
un aumento de la respuesta de sus quimiorreceptores así como una inestabilidad
del sueño. Los CSAS debidos a respiración periódica de Cheyne-Stokes (CSR)
se caracterizan por la ausencia de flujo y de esfuerzo respiratorio acompañados
por una hiperventilación con un patrón “crescendo-decrescendo”. La CSR ocurre
principalmente en pacientes con ICC, con una prevalencia estimada de aproxi-
madamente un 30-40%11, 12 y con una fracción de eyección inferior al 40%. Sin
embargo, este patrón también puede observarse en pacientes con ictus o insufi-
ciencia renal.
55
Fig. 11. Comportamiento de la SVA en respuesta a la ventilación objetivo.
56
del paciente y la compara con la ventilación objetivo, si la ventilación baja
hasta un nivel inferior al objetivo, la presión de soporte aumenta rápida-
mente hasta el máximo para mantener la ventilación en el objetivo. En
cambio, si la ventilación está por encima del objetivo, se crea una presión
de soporte mínima y cómoda. De esta forma el dispositivo inicia la EPAP a
4 cm H2O hasta eliminar los eventos respiratorios obstructivos y aplica un
“swing” de presión entre 4 cm H2O (IPAP mín = EPAP) y la IPAP máxima
variable hasta conseguir la ventilación objetivo. Calcula la FR en base a la
FR espontánea del paciente y tiene una FR de rescate. Si detecta respira-
ción normal, mantiene la EPAP proporcionando una IPAP mínima. Si el
paciente no mantiene un flujo aéreo inspiratorio pico objetivo, incrementa
la IPAP hasta el máximo pautado.
57
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59
60
TITULACIÓN DE CPAP, BiPAP Y
SERVO-VENTILACIÓN ADAPTATIVA
EN PACIENTES CON SÍNDROME DE
APNEAS-HIPOPNEAS OBSTRUCTIVAS
durante el SUEÑO
INTRODUCCIÓN
61
Fig. 1. No todos los pacientes con SAHS son iguales, existen diferentes comorbilidades
asociadas que deben ser reconocidas al momento de realizar la titulación. SHO: Síndro-
me de hipoventilación obesidad. EPOC: Enfermedad pulmonar obstructiva crónica. ICC:
Insuficiencia cardíaca. ENM: Enfermedades neuromusculares.
62
Tabla I. Definición de los eventos respiratorios según la AASM en 20126
> 2 respiraciones en
Duración del evento > 10 segundos
comparación a la basal *
Con esfuerzo
Con esfuerzo respiratorio
Obstructiva respiratorio continuo o
continuo o incrementado.
incrementado.
del flujo
Central Sin esfuerzo respiratorio. respiraciones solo en caso
> 90%
de que haya desaturación
detectada
> 3% **.
por el
termistor. Inicia sin esfuerzo Inicia sin esfuerzo
Mixta respiratorio y termina respiratorio y termina
con él. con él.
*En niños la duración de los eventos centrales es distinto, ver definición de apnea central
en niños. **En menores de 1 año, considerar apnea central cuando la frecuencia car-
díaca sea < a 50 latidos / min por 5 segundos o cuando sea < a 60 latidos / min por 15
segundos. RERA: Esfuerzo respiratorio relacionado con despertar.
63
objeto de identificar y tratar todo lo que la noche nos ofrece (Fig. 1). En 2012, la
AASM actualizó el manual para la lectura de la PSG. Entre los cambios importan-
tes que se realizaron destacan las hipopneas, que ahora han sido clasificadas como
centrales y obstructivas. Esto es importante a la hora de realizar una titulación
para saber diferenciar este el tipo de eventos6, pues ante hipopneas centrales no se
debe de incrementar la CPAP (Tabla I).
64
Tabla II. Parámetros y otras variables requeridas para realizar una PSG de
titulación que se deben estar monitorizando continuamente.
EEG n
EOG n
EMG de mentón n
Electrocardiograma n
Termistor n
Cánula Nasal n
Micrófono n
Saturación n
Posición corporal n
Medición de CO2* n
Fuga n
Volumen corriente n
Humidificador n
*La medición de CO2 siempre deberá realizarse ante la sospecha de hipoventilación noc-
turna. EEG: Electroencefalograma. EOG: Electrooculograma. EMG: Electromiograma.
65
• Se deberá disponer de diferentes equipos que incluyan como mínimo CPAP
y BiPAP (también conocidos como Bi-presión o bilevel) en modos S (es-
pontáneo) y ST (asistido) con capacidad de monitorización de cada una de
las variables implicadas en la titulación: presiones de CPAP, IPAP, EPAP y
fuga11, 12.
TITULACIÓN DE CPAP
Titulación Manual
Noche completa
Se inicia el estudio con una presión basal de 4 cm H2O tanto en niños como en
adultos. En pacientes muy obesos o que se estén re-titulando se puede incrementar
rápidamente la presión a 6 cm H2O. Cuando el sueño está estabilizado se aumenta
la presión hasta que desaparezcan todos los eventos respiratorios. Se recomienda
que la titulación se realice al menos durante 30 minutos con el paciente en sueño
REM y posición supina, dado que en estos casos se precisan presiones mayores.
El nivel máximo de presión recomendado es de 15 cm H2O para niños y de 20 cm
66
Tabla III. Características de cada tipo de titulación.
Estándar de
Sí Sí No No
referencia
Útil en niños Sí No No no
Supervisión Sí Sí No No
Control de fugas Sí Sí Sí No
67
PACIENTE CON SAHS
68
• 1 apnea obstructiva en pacientes < 12 años o 2 apneas obstructivas en
pacientes de ≥ 12 años.
69
Fig. 3. Titulación de CPAP mediante una PSG con vídeo. En la parte superior, las va-
riables neurológicas en este caso con múltiples usos. En la parte inferior las variables res-
piratorias. Flujo procedente del equipo de CPAP, flujo estimado procedente del “swing”
de presión (filtrado) tomado en la mascarilla. Oximetría, ronquido, bandas toracoabdo-
minales y sumatorio, fuga y sensores de piernas. En la parte inferior puede verse como
el progresivo aumento de CPAP reduce las desaturaciones, el ronquido y la limitación al
flujo. Al final, cuando se reduce la CPAP, tendencia a desaturar.
70
Noche partida (“Split night”)
En este caso, una sola noche de PSG se divide en dos partes: una parte diagnós-
tica, en la cual se establece el diagnóstico de SAHS, y otra de titulación. Las indi-
caciones de la AASM para realizar este tipo de titulación corresponden a aquellos
pacientes que tengan un IAH > 40 durante las primeras 2 horas de registro en una
PSG (idealmente 3 h), que sería la parte diagnóstica2,8. Posteriormente se coloca
el dispositivo de presión positiva y se realiza la titulación manual de CPAP. Esta
forma de titulación se basa en que la mayor parte de los eventos respiratorios se
presentan en la segunda mitad de la noche, cuando hay más sueño REM, por lo
tanto, si el paciente ya cumple criterios de SAHS grave en el inicio de la prueba, en
el resto de la PSG se estima que tendrá más eventos respiratorios y, por lo tanto,
tendrá indicación de tratamiento con presión positiva en el caso de que clínica-
mente así se hubiera establecido. El tiempo mínimo para la titulación deben ser
de 3 horas para que sea aceptable. En caso de que el tiempo de titulación no se
cumpla, se debe realizar otra titulación. Este tipo de titulación no se recomienda
en niños menores de 12 años2. Las ventajas de realizar el estudio dividido es el
ahorro de tiempo, dinero y la posibilidad de iniciar un tratamiento más rápido
en los pacientes graves. En caso de dudas o de no obtener un IAH > 40 o que
los eventos sean solo en decúbito supino, es mejor seguir con el procedimiento
diagnóstico. Es muy importante seleccionar a los pacientes a los que se les pudiera
realizar una noche partida (síntomas, etc.) para así poder hacer un entreno previo
con CPAP. Se sabe que en los casos graves, la presión óptima de CPAP elegida
durante una sola noche de PSG es reproducible.
71
Fig. 4. Titulación de CPAP mediante una CPAP automática durante una poligrafía
respiratoria. En la parte superior, el flujo procedente del equipo de CPAP, flujo estima-
do procedente de “swing“ de presión (filtrado) procedente de la mascarilla, oximetría,
ronquido, bandas toracoabdominales y sumatorio, presión en mascarilla y del equipo de
CPAP, fuga y posición. En la parte inferior puede verse un resumen con las oscilaciones
de la CPAP. Al final de la noche, opcionalmente, se estima la presión fija necesaria que
se ratifica durante un periodo largo. Importante e imprescindible valorar las fugas que en
este caso aparecen en algunos periodos.
una serie de aspectos. Se deben de programar los límites de presión entre los cua-
les se titulará al paciente. En el caso de titulación mediante APAP se recomienda
que estos límites sean entre 4 y 20 cm H2O, que son las presiones mínima y
máxima recomendadas por la AASM2. Sin embargo, según las características de
los pacientes quizás deberían fijarse entre 4-16 cm H2O. Respecto al número de
días consecutivos para realizar la titulación existen discrepancias que van desde
un día hasta dos semanas21. La mayoría de los autores consideran que una sola
noche suele ser suficiente. Es imprescindible visualizar las gráficas (presión, fuga
y eventos residuales). La presión elegida debe ser aquella que “cubra e impida”
eventos en un 90% del trazado de presión evitando los periodos de fuga. La APAP
también recomienda elegir la presión de un modo automático. En este caso se
recomienda la presión del percentil 90% o 95% y es importantísimo visualizar
siempre las fugas22.
72
Se han llevado a cabo estudios para determinar, cual es el lugar ideal para rea-
lizar una auto-titulación, en caso de que se realice en una sola noche. La mayoría
han demostrado que la titulación domiciliaria es tan efectiva como la que se reali-
za en el laboratorio de sueño y más económica23,24. No se recomienda realizar una
titulación automática ante las siguientes situaciones: características personales
inadecuadas de los pacientes, enfermos inestables o con patología asociada grave
(insuficiencia cardíaca, por ejemplo), pacientes que requieran oxígeno suplemen-
tario, que tengan obstrucción nasal intensa, hipoventilación por cualquier causa,
apneas centrales, que requieran BiPAP o no toleren presiones elevadas17. Un meta-
análisis reciente demostró que la auto-titulación es igual de efectiva que la titula-
ción manual estándar en mejorar el IAH, la somnolencia y la calidad del sueño.
Además la titulación con APAP tiene similar efecto en cuanto a la aceptación y el
cumplimiento del tratamiento por parte del paciente, con la diferencia de que la
auto-titulación es más económica25. Tal como se ha mencionado es importantísi-
mo saber elegir bien al paciente.
Presión de CPAP = (0.16 x IMC) + (0.13 x perímetro de cuello) + (0.04 x IAH) – 5.12
Titulación de BiPAP
73
La diferencia entre estas es conocida como presión soporte (PS). La BiPAP tiene
diferentes modos ventilatorios como son el “S” (espontáneo), “ST” (asistido) y
”T” (controlado), teniendo como característica fundamental este último, la ca-
pacidad de asegurar una frecuencia respiratoria29. Este tipo de ventilación está
especialmente indicada en pacientes con SAHS ante las siguientes circunstancias:
74
PACIENTE CON SAHS E INDICACIONES PARA TITULAR BiPAP EN MODO S
Si se alcanza la presión máxima sin resolución eventos buscar otro modo ventilatorio
¿Presenta más Tiene más de Sí
de 2 apneas 5 3 hipopneas,
Sí
minutos?* 5 RERAS o
3 minutos de Aumentar 1 cm H2O
ronquido en 5 solo en IPAP
minutos? ***
Aumentar 1 cm H2O
Valorar
en IPAP y EPAP de
hipoventilación
manera sincrónica Continua con eventos
****
Sí
¿Ha alcanzado la Sí No
presión máxima No
(IPAP 30 cm H2O)? **
Volver a
Sí evaluar en los Sí ¿Eventos Ha llegado
siguientes en supino a la presión ideal
5 minutos. o REM ?
Otro modo ¿Presenta No
ventilatorio eventos ? No
En caso que en supino Al final del estudio se Siempre tener en cuenta Al menos transitoriamente
se observen apneas o puede bajar o subir 1 cm las fugas y las asincronías se valorará la adminis-
hipopneas hay que seguir H2O la IPAP y EPAP para como elementos funda- tración de O2 cuando no
el proceso de titulación refinar mejor las presiones mentales hay eventos y persiste la
para apneas (amarillo) o hipoxemia
hipopneas (gris) Opcional. Retocar IPAP/
EPAP
75
• 3 RERAs en pacientes < 12 años o 5 RERAs en pacientes de ≥ 12 años.
76
Tabla IV. Programación de los dispositivos disponibles en el mercado para ASV.
Mecanismo de ajuste de 90% del promedio de la 90% del promedio del flujo
presión ventilación previa. pico.
Regulada de manera
Regulada automáticamente
automática con eventos
con eventos obstructivos.
obstructivos. Se debe
establecer una EPAP mínima Se debe establecer una
EPAP EPAP mínima y máxima.
y máxima.
Recomendación: EPAP min.
Recomendación: EPAP min.
4 cm H2O y EPAP max. 15
4 cm H2O y EPAP max. 15
cm H2O.
cm H2O.
Programar: PS mínima y
Programar una PS mínima y
máxima.
máxima.
Presiones programables: PS
Presiones programables: PS
IPAP min. de 0 cm H2O y PS max.
min. de 0 cm H2O y PS max.
de 20 cm H2O.
de 20 cm H2O . IPAP (EPAP
Al sumar la EPAP más la PS
+ PS) hasta 30 cm H2O.
será el valor de la IPAP.
77
Ventilación “Trigger” espiratory
Presurización
Presión
Fig. 6. Onda de presión durante la ventilación mecánica que permite establecer los tres
tipos más importantes de asincronías. La primera respecto al disparo del ventilador, des-
pués de la falta de presurización o entrega del volumen y, finalmente, cuando se producen
anomalías para iniciar el ciclado espiratorio.
• En ocasiones el médico puede solicitar una titulación basal sin oxígeno a pesar
de una oxihemoglobina diurna baja para valorar la ventilación nocturna dado
que al administrar oxígeno se pierde información y es más complicado calificar
las hipopneas.
78
La aplicación de oxígeno suplementario comenzará con un mínimo 1 l/min de O2
y se incrementará 1 l/min cada 5-15 minutos hasta conseguir saturación O2 estable >
a 90-92%, siempre teniendo en cuenta las patologías asociadas del paciente. Se reco-
mienda conectarlo mediante un conector en T a la propia máquina de ventilación, en
el punto de conexión al dispositivo35.
Un estudio de titulación aceptable será aquel que logre reducir el RDI por debajo
de 5 eventos por hora, que logre que la saturación se mantenga por encima de 90% a
nivel del mar y que la fuga sea escasa, tanto en REM como en supino.
79
Tabla V. Asincronías más frecuentes durante la ventiulación mecánica.
INICIO. Inspiración
El paciente no dispara
Esfuerzo
el ventilador o con Reducir la sensibilidad.
ineficaz Presencia de flujo
retraso (falta de fuerza,
o negativo que no Aumentar la EPAP para
sedantes, fugas, auto-
retraso va seguido de evitar auto-PEEP.
PEEP, EPAP inadecuda,
disparo presurización. Reducción ventilación.
PCO2 baja o alta,
ventilador
sensibilidad al disparo).
PRESURIZACIÓN
FINAL. Expiración
80
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84
INDICACIONES DEL TRATAMIENTO CON CPAP,
BiPAP Y SERVO-VENTILACIÓN ADAPTATIVA (SVA)
INTRODUCCIÓN
85
A: CPAP
B: Bi-PAP
C: APAP
86
CPAP BiPAP SVA
87
Los pacientes diagnosticados de SAHS, independientemente del tratamiento
recomendado, requerirán de un adecuado seguimiento médico.
Para establecer los criterios de las indicaciones del tratamiento con CPAP en
los pacientes con SAHS, en nuestro país se han elaborado diversos documentos de
consenso en los últimos 15 años. En 1998, la Sociedad Española de Neumología
y Cirugía Torácica (SEPAR) elaboró el primero de estos documentos5, donde se
establecía que el tratamiento con CPAP estaba indicado en los pacientes con un
número de eventos respiratorios durante el sueño elevado (IAH > 30), con somno-
lencia clínicamente significativa y/o patología cardiovascular y/o cerebrovascular
relevante. En los pacientes con un IAH < 30, sin clínica relevante o sin patología
cardiovascular asociada este consenso aconsejaba medidas higiénico-dietéticas del
sueño y control de la evolución. En los pacientes con síntomas claros secundarios
a las apneas o hipopneas y/o con patología cardiovascular asociada, pero con un
IAH < 30, se individualizaba la aplicación de CPAP en cada caso.
88
IAH / IAR < 5
Se descarta SAHS
Considerar otros trastornos Control clínico
de sueño
IAH / IAR
Control clínico
IAH / IAR ≥ 30 Considerar CPAP
URTS
el SAHS del Grupo Español de Sueño2, el cual fue refrendado unos años después
en la Normativa de SEPAR sobre Diagnóstico y tratamiento del SAHS1. En ambos
documentos se establecía que los pacientes con IAH ≥ 5 y síntomas relevantes
(como somnolencia excesiva) y/o con trastornos cardiovasculares relevantes son
susceptibles de tratamiento con CPAP nasal. En ausencia de síntomas y de trastor-
nos cardiovasculares, se consideraba el tratamiento con CPAP con un IAH ≥ 30,
especialmente en pacientes menores de 70 años. También se recoge en estos dos
documentos que el ajuste de la presión óptima de la CPAP se puede llevar a cabo
mediante diversas técnicas, como la polisomnografía convencional nocturna, la
de noche partida, el ajuste empírico mediante fórmula matemática (de manera
provisional hasta tener el ajuste definitivo) o bien mediante un dispositivo de
APAP.
89
CPAP, siempre junto con la indicación de medidas higiénico-dietéticas, se tendrá
en cuenta el número de eventos respiratorios, la sintomatología y la comorbilidad
cardiovascular. En este último consenso se establece que los pacientes con un
IAH ≥ 30, sintomatología significativa y/o comorbilidad cardiovascular deben ser
tratados con CPAP. Ante un IAH entre 5 y 30 la prescripción de CPAP será indi-
vidualizada, de tal forma que si existe sintomatología importante (somnolencia o
despertares con sensación asfíctica no esporádicos) y/o comorbilidad, se tratarán
igualmente con CPAP. Además, este consenso sugiere indicar CPAP en pacientes
con HTA refractaria y SAHS moderado (IAH entre 15 y 30), y se debe individua-
lizar cada caso en pacientes que cumplen los criterios de “riesgo cardiovascular
elevado” y SAHS moderado.
90
que se requieren niveles de presión excepcionalmente elevados, o bien cuando la
presión fija continua no logra ser eficaz para corregir las alteraciones respiratoria
durante el sueño. Actualmente, su uso está limitado a algunos casos de pacientes
con SAHS y enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que no toleran niveles al-
tos de presión espiratoria, o bien cuando coexiste un síndrome de hipoventilación
con hipercapnia, como un síndrome de obesidad-hipoventilación4.
Los TRS son frecuentes en los pacientes con insuficiencia cardíaca (IC), tanto
en la forma de SAHS como en la forma de síndrome de apneas centrales (SAC),
este último asociado o no a la respiración de Cheyne-Stoke (Fig. 4), pudiendo
coexistir ambos tipos de TRS en el mismo paciente. La presencia de estos TRS se
asocia a una peor evolución de la IC, con un aumento tanto de los eventos cardio-
vasculares fatales como de la mortalidad. La CPAP es efectiva para el tratamiento
de los TRS de predominio obstructivo en pacientes con IC, ya que disminuye el
número de apneas y mejora la saturación de oxígeno y la función del ventrículo
izquierdo; no obstante, en los pacientes con SAC-RCS, para obtener una mejoría
en el pronóstico, el IAH residual debe ser inferior a 15 (preferiblemente inferior
a 10). El tratamiento con SVA está actualmente indicado en pacientes con SAC-
91
Fig. 4. Patrón respiratorio de Cheyne-Stokes.
RCS asociada a la IC, siendo mejor tolerada que la CPAP en estos pacientes y
más eficaz para conseguir IAH residual bajos, habiendo ya estudios recientes que
demuestran una mejoría en la mortalidad y en la aparición de eventos cardiovas-
culares fatales6.
Las apneas complejas son una forma de apneas centrales que aparece o perma-
necen con el tratamiento con CPAP o BiPAP en modo espontáneo (S) en pacien-
tes inicialmente diagnosticados de TRS con eventos de predominio obstructivos
o mixtos, y tras la desaparición de los eventos obstructivos. Son pacientes con
inestabilidad en el control ventilatorio que se pone de manifiesto con la CPAP o
BiPAP-S por un descenso en la PaCO2 durante el sueño al disminuir la resisten-
cia de la vía aérea superior unido a un probable descenso en el umbral apneico.
Muchos casos mejoran tras un tiempo de uso de la CPAP, aunque hay que tener
en cuenta que mientras esto ocurre, la persistencia de eventos respiratorios, unido
a una mala calidad de sueño nocturno, puede empeorar la adaptación al trata-
miento, por lo que es importante hacer un estrecho seguimiento del paciente tras
el inicio del tratamiento. Si el paciente no mejora tras un corto periodo de tiem-
po con la CPAP, o el IAH permanece inapropiadamente alto, debe intentarse el
tratamiento con SVA, el cual resulta efectivo en la mayoría de los pacientes con
apneas complejas, con una efectividad ligeramente mayor que con el uso de un
equipo de BiPAP-ST7.
92
Tabla II. Indicaciones de la oxigenoterapia asociada a la CPAP.
Pacientes que en vigilia, en supino y respirando aire ambiente presenten una SatO2 ≤ 88%. Se
indica en estos casos realizar la titulación de CPAP con oxígeno.
Pacientes que en la titulación del tratamiento con CPAP presenten una SatO2 ≤ 88% durante al
menos 5 minutos en ausencia de eventos respiratorios obstructivos.
CPAP: Presión positiva continua en la vía aérea. SatO2: Saturación arterial de oxígeno.
l/min: litros por minuto.
Los TRS inducidos por la toma de opioides están aumentando por el incremen-
to del tratamiento del dolor con potentes narcóticos, cada vez a dosis más altas.
Estos TRS pueden incluir apneas obstructivas (generalmente de larga duración),
apneas centrales (aisladas o con respiración periódica) o apneas emergentes al
iniciar tratamiento con CPAP (apneas complejas). Los TRS mejoran al reducir la
dosis de narcóticos, lo cual es mal aceptado por los pacientes. En casos de predo-
minio de apneas obstructivas, el tratamiento de elección sería la CPAP, aunque no
es infrecuente en estos casos la aparición de apneas centrales emergentes, en cuyo
caso estaría indicado el tratamiento con SVA con una EPAP suficientemente alta
como para evitar el cierre de la vía aérea superior8.
93
una saturación de oxígeno ≤ 88%. En estos casos se indica realizar la titu-
lación de CPAP con oxígeno.
Respecto a los dos puntos previos, algunos autores hacen tres tipos de con-
sideraciones: a) es importante considerar que en caso de que la indicación de
oxígeno sea por obesidad asociada a apneas, la titulación se inicie sin oxígeno
y según respuesta a la CPAP proceder o no a la administración de oxígeno, b)
en ocasiones el médico puede solicitar una titulación basal sin oxígeno a pesar
de una oxihemoglobina diurna baja para valorar la ventilación nocturna dado
que al administrar oxígeno se pierde información y es más complicado calificar
las hipopneas y c) la administración de oxígeno se recomienda cuando durante el
proceso de titulación la saturación O2 permanece por debajo de 88% durante 5
minutos o más en ausencia de eventos obstructivos. La crítica en este caso es que
se precise únicamente 5 minutos, pues si la indicación de oxígeno es para siempre,
probablemente 5 minutos sea un periodo muy corto.
94
metros de saturación de oxígeno durante el sueño, aunque no mejora de forma
significativa otros parámetros de sueño, incluido el IAH, provocando un ligero
alargamiento en la duración media de las apneas. Por tanto, en la actualidad
no hay suficientes evidencias para recomendar la oxigenoterapia nocturna como
tratamiento exclusivo del SAHS11. No obstante, en los pacientes con síndrome de
apneas centrales (SAC) el tratamiento con oxígeno nocturno produce una ligera
mejoría en la fracción de eyección del ventrículo izquierdo y reduce el IAH, por
lo que puede ser administrado en pacientes con SAC e ICC que no toleran el tra-
tamiento con presión positiva. Es necesario realizar un segundo estudio de sueño
con oxígeno para comprobar la resolución de las apneas centrales12.
EFICACIA DE LA CPAP
Por otro lado, la CPAP nasal consigue eliminar los ronquidos y se ha mostrado
más efectiva que las medidas generales u otros tratamientos como los dispositivos
de avance mandibular para mejorar la somnolencia diurna, siendo más evidente
en pacientes con SAHS más grave y mayor grado de somnolencia. También me-
jora la calidad de vida en pacientes con SAHS, con mejoría en la capacidad de
atención, entre otras variables cognitivas.
95
Tabla III. Eficacia de la CPAP.
CPAP: Presión positiva continua en la vía aérea. TA: Tensión arterial. FA: Fibrilación
auricular. SAHS: Síndrome de apneas-hipopneas durante el sueño.
mortalidad cardiovascular en pacientes con SAHS severo que son buenos cumpli-
dores, quedando con un riesgo similar a lo que ocurre en roncadores o pacientes
con SAHS leve.
96
SEGUIMIENTO DEL TRATAMIENTO CON CPAP
97
Tabla IV. Seguimiento del tratamiento con CPAP.
El cumplimiento del tratamiento con CPAP es muy importante ya que su aplicación debe ser
continuada al tratarse de una terapia no curativa.
Se ha demostrado la eficacia del tratamiento en cumplimientos ≥ 4 horas.
El uso de la CPAP durante las primeras semanas predice la futura adherencia.
Se recomiendan programas de educación sobre SAHS y CPAP tras establecer la indicación del
tratamiento y antes de la iniciación del mismo.
Revisiones:
Primer mes
3 meses
6 meses
A partir del año, y en el caso de que el paciente esté bien adaptado al equipo, con un buen
cumplimiento, puede ser derivado a otro nivel asistencial para continuar las revisiones,
siempre en colaboración con la UTRS.
98
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100
INTERFACES PARA LA ADMINISTRACIÓN DE CPAP
INTRODUCCIÓN
Durante estos años se ha producido un gran avance tanto en el diseño de los ge-
neradores de CPAP, siendo cada vez más pequeños, silenciosos y eficaces, como en
el diseño de las máscaras o interfaces de CPAP. Inicialmente existían pocos tipos
de máscaras, pocos tamaños y los materiales eran algo rígidos por lo que hubo
101
una tendencia a la confección artesanal de la propia máscara para cada paciente,
buscando así el mejor acople moldeándola sobre la cara del paciente, dando lu-
gar a mayor comodidad, menos espacio muerto y disminución de las fugas. Pero
pronto la misma industria fue capaz de producir nuevos diseños que mejoraban la
adaptación y emplear nuevos materiales mucho mejor tolerados, contando actual-
mente con máscaras comerciales de diseño y confort muy mejorados. Al mismo
tiempo se han llevado a cabo estudios para ver la eficacia de los distintos tipos de
máscara, tolerancia y preferencias de los pacientes, que nos pueden ayudar a ele-
gir la mejor interfaz para un paciente en concreto. En resumen, hoy disponemos
de un buen arsenal de tipos de máscaras y diversos estudios nos indican que una
buena interacción entre el paciente y la interfase son fundamentales para lograr
una buena adherencia y mantenimiento de este tratamiento y que puede ser ne-
cesario probar con distintos tipos de máscara hasta obtener el mejor resultado.
COMPOSICIÓN DE LA INTERFAz
Entre esta estructura y la piel del paciente hay una superficie de material plásti-
co lo suficientemente flexible para conseguir una buena adaptación a la superficie
facial del paciente y un sellado que impide la fuga de aire sin originar puntos de
elevada presión. Esta estructura o almohadilla (cushion) puede ser de material
plástico tipo PVC, polipropileno, silicona, hidrogel, etc. y puede ser hinchable,
no hinchable, de una sola capa o con dos capas, que se expanden con la misma
presión de CPAP, y así mejoran el ajuste sin precisar más presión del arnés.
102
2
5
3
1
La interfaz ideal sería la que produce mínima incomodidad al paciente, por ser
ligera, necesitar poca presión en sus fijaciones para obtener la mínima fuga posi-
ble, tener el mínimo espacio muerto, generar poco ruido y minimizar la reinhala-
ción del anhídrido carbónico. También debe ser fácil de colocar y retirar, compo-
nerse de material estable, hipoalergénico y de higiene y mantenimiento sencillo.
• Máscara nasal.
• Máscara oral.
103
Máscara nasal
Es más cómoda al fijarse sobre una superficie ósea estable (maxilar superior,
dorso nasal, hueso frontal) y deja la boca libre, por lo que permite con más faci-
lidad hablar y toser. Da menos sensación de claustrofobia, hay menos riesgo de
aspiración en caso de vómito y puede producir menos distensión gástrica.
Puede presentar claras fugas por boca, especialmente en pacientes sin dientes.
Estas fugas se reconocen por el aumento del ruido de la CPAP, la reaparición de
sequedad en la boca y las puede describir la pareja del enfermo. Son más frecuen-
tes cuando el paciente adopta el decúbito supino. Se pueden minimizar evitando
104
dicha postura y con una cinta que sujete el mentón para mantener la boca cerrada,
denominada barbuquejo (“chin strap”).
La limitación más importante para el uso de este tipo de máscara radica en los
problemas a nivel del dorso nasal y en las fosas nasales.
Máscara oronasal
La principal ventaja es que al incluir la boca y la nariz impide la fuga por boca,
procurando por tanto una presión más estable durante todo el sueño y es útil en
pacientes con obstrucción nasal.
Una variante de este tipo de máscara es la “full-face”, (Fig. 4) que evita comple-
tamente el apoyo en el dorso de la nariz apoyándose en la frente, dejando toda la
105
cara libre, con lo que da menos sensación de claustrofobia, pero al incluir los ojos
dentro de la máscara puede producir sequedad conjuntival. Esta máscara tiene un
espacio muerto real mayor, aunque al tener los puertos espiratorios cercanos a los
orificios nasales, el espacio muerto efectivo es mucho menor.
Máscara oral
106
Olivas nasales
Es una interfaz que se acopla directamente sobre los orificios nasales (Fig. 5).
Son las que tienen menos superficie de contacto con la cara, siendo especial-
mente útiles para permitir la curación de la ulceración del dorso de la nariz produ-
cida por exceso de presión con las máscaras orales u oronasales, y también puede
reducir la hipoplasia mediofacial que puede producirse en niños con largo uso de
CPAP. Pueden ser útiles también en pacientes claustrofóbicos.
Pueden producir fugas por boca y, a largo plazo, pueden ser algo inestables y
poco confortables. En la tabla I podemos ver un resumen de las ventajas e incon-
venientes de las distintas interfaces.
107
Fig. 5. Olivas nasales.
ESTUDIOS COMPARATIVOS
108
Tabla I. Ventajas e inconvenientes de los interfaces usados en CPAP.
Ventajas Inconvenientes
NASAL
Oronasal
Olivas nasales
los que da a elegir el tipo de interfaz (66% eligieron nasal, 27% oral y 7% orona-
sal), siendo la adherencia subjetiva, eficacia y confort similares, pero la limitación
principal de la máscara oral fue la sequedad de boca (precisa siempre humidifica-
dor) y en ocasiones la excesiva condensación en la tubuladura. Con la orofacial
encontró el mayor número de pacientes que cambiaron a otro tipo de interfaz.
El estudio de Massie et al.6 compara las olivas nasales con la máscara nasal en
39 pacientes, de forma randomizada y cruzada, durante tres semanas. Estudia
el cumplimiento objetivo, cuestionario de satisfacción con la CPAP, Epworth y
cuestionario de calidad de vida en relación con el sueño, observando un mayor
número de días de uso a favor de las olivas nasales, menos efectos adversos y
menos fugas, pero sin diferencias significativas en los minutos de uso por noche
ni en la mejoría del IAH.
109
cientes de forma randomizada, controlada y simple ciego, con APAP. No encuen-
tra diferencias significativas en la presión generada, pero comprueba menor IAH
y fugas con la máscara nasal.
ASPECTOS PRÁCTICOS
110
miento crónico y que requiere unos conocimientos, técnica y habilidades mínimas
para la adecuada colocación de la interfaz, control de las fugas, etc.
Todo esto se puede y debe realizar con la adecuada colaboración de todos los
miembros del equipo sanitario, siendo fundamental la consulta de enfermería, el
desarrollo de “escuelas de CPAP”14,15 y la colaboración de la Asistencia Prima-
ria16, así como contar con un adecuado soporte técnico y de medios materiales
por parte de la empresa suministradora de este tratamiento.
La escuela de CPAP ha sido bien aceptada por los pacientes y resulta coste-
efectiva. Consiste en reunir al paciente y a su pareja en grupos de no más de 8
a 10 personas. El personal de enfermería les explica y muestra que es la CPAP,
cómo funciona, cómo se coloca, los problemas que pueden surgir y se resuelven
las dificultades personales, pudiendo dar información verbal y escrita, probar el
sistema y ver a otros pacientes con dicho tratamiento, ajustar adecuadamente la
mejor interfaz para el paciente, la más adecuada a su anatomía y se explica cómo
ajustarla para evitar fugas, pero protegiendo adecuadamente los elementos ana-
tómicos faciales del paciente. También puede realizar el seguimiento posterior de
los pacientes, resolviendo los problemas que surjan o remitiendo al paciente si es
necesario nuevamente al Neumólogo.
111
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