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Recomendaciones actualizadas de la OMS para el tráfico internacional en relación

con el brote de COVID-19


El 30 de enero de 2020, el Director General de la Organización Mundial de la Salud,
siguiendo el asesoramiento del Comité de Emergencia constituido en virtud del Reglamento
Sanitario Internacional (2005), declaró que el actual brote de COVID-19 constituía una
emergencia de salud pública de importancia internacional y publicó unas recomendaciones
provisionales.

Recomendaciones para el tráfico internacional


La OMS sigue desaconsejando aplicar restricciones de viaje o comercio a países con
brotes de COVID-19.
En general se ha demostrado que restringir el movimiento de personas y de bienes en
emergencias de salud pública es ineficaz en la mayoría de las situaciones y puede
consumir recursos que se necesitan para otras intervenciones. Ahora bien, en
determinadas circunstancias pueden resultar temporalmente útiles las medidas que
restringen la circulación de las personas, como en entornos con pocas conexiones
internacionales y una capacidad de respuesta limitada.
Las medidas que interfieren considerablemente en el tráfico internacional solo están
justificadas al inicio de un brote para que los países ganen tiempo, aunque solo sean unos
pocos días, y apliquen rápidamente otras medidas de preparación eficaces. Esas
restricciones deben basarse en una cuidadosa evaluación de los riesgos, ser
proporcionales al riesgo de salud pública, ser de corta duración y volver a evaluarse
periódicamente en función de la situación.
Prohibir viajar a zonas afectadas o denegar la entrada a pasajeros procedentes de esas
zonas no suele ser eficaz para prevenir la importación de casos, y puede acarrear
consecuencias socioeconómicas importantes.
Para detener con éxito la propagación internacional no basta con medir la temperatura de
los viajeros a la salida de un país o a la entrada a otro, ya que si estos han sido infectados
puede que se encuentren en el periodo de incubación, que no muestren síntomas
aparentes al principio del curso de la enfermedad o que oculten la fiebre mediante
antipiréticos; además, esa medida requiere inversiones sustanciales para lo poco que
puede aportar en beneficios. Es más eficaz comunicar a los viajeros recomendaciones en
materia de prevención y recopilar sus declaraciones de salud y datos de contacto a la
llegada a un país para poder realizar una evaluación de riesgos adecuada y poder
localizarlos en el marco de un posible rastreo de contactos.

Recomendaciones para viajeros internacionales


Siguen siendo muy importantes para todos los viajeros las recomendaciones generales de
higiene personal, las precauciones al toser y el mantener un metro de separación de
las personas que presentan síntomas. Algunas de esas recomendaciones generales
son:
 Seguir las indicaciones para la higiene de manos de forma regular, en particular
después de entrar en contacto con secreciones respiratorias. Para ello hay que lavarse
las manos con agua o jabón, o con una solución a base de alcohol. Es mejor lavarse las
manos con la solución a base de alcohol cuando las manos no están visiblemente
sucias; y con agua y jabón cuando sí lo están;
 Cubrirse la nariz y la boca con la parte interna del codo o con un pañuelo de papel al
toser o estornudar, tirar el pañuelo a la basura inmediatamente después y lavarse las
manos a continuación;
 No tocarse la boca ni la nariz;
 No es necesario llevar ningún tipo mascarilla médica si no se presentan síntomas, ya
que no hay pruebas de que su uso proteja a las personas que no están enfermas. Con
todo, en algunas culturas, es común utilizar este tipo de mascarilla. Si debe utilizarse, es
fundamental seguir las prácticas óptimas sobre cómo llevarla, quitársela y deshacerse
de ella, así como las relativas a la posterior higiene de manos.

Como en todo viaje, también se aconseja a los viajeros que sigan unas prácticas
adecuadas de higiene alimentaria, incluidas las cinco claves para la inocuidad de los
alimentos , y las recomendaciones para reducir el riesgo de transmisión de patógenos
emergentes desde animales a seres humanos en mercados de animales vivos
Los viajeros que han estado en zonas afectadas deben vigilar si presentan síntomas en los
14 días posteriores a su viaje de vuelta y seguir los protocolos nacionales del país en el
que se encuentran. Algunos países pueden poner en cuarentena a los viajeros que han
estado en zonas afectadas. Se recomienda a los viajeros que presentan síntomas (fiebre,
tos o dificultad para respirar) ponerse en contacto con los dispensadores locales de
atención de salud, preferiblemente por teléfono, para comunicarles sus síntomas y el
trayecto de viaje que han realizado. Se aconseja seguir las recomendaciones de la OMS
para la gestión de viajeros enfermos en los puntos de entrada.
Los países que decidan repatriar a sus ciudadanos de zonas afectadas deberían estudiar la
posibilidad de utilizar las siguientes medidas para evitar que se siga propagando la COVID-
19: cribados de salida poco antes del vuelo, comunicación de riesgos a los viajeros y a la
tripulación, suministros para el control de infecciones durante el viaje, preparación de la
tripulación ante la posibilidad de que haya pasajeros enfermos en el vuelo, cribados de
entrada a la llegada de pasajeros y seguimiento riguroso durante 14 días después de la
llegada.

Recomendaciones generales para todos los países


Los países deberían reforzar la vigilancia de los brotes inusuales de enfermedades
similares a la gripe y la neumonía grave y hacer un seguimiento cuidadoso de la evolución
de los brotes de COVID-19, reforzando la vigilancia epidemiológica. También deberían,
mediante una comunicación eficaz, sensibilizar mejor al público, a los profesionales de la
salud y a los legisladores de los riesgos relativos a la COVID-19, y evitar medidas que
pudieran generar estigma o discriminación.

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