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Tema 3. El Legado de Los Tiempos Modernos
Tema 3. El Legado de Los Tiempos Modernos
Durante la Edad Moderna Española (1492-1808) vamos a asistir a la unión de diversos núcleos
políticos, cobrando España gran importancia en la política europea, a raíz de la llegada de la dinastía
Habsburgo, de la casa de Austria. A su vez, los monarcas españoles se erigirán como los defensores
del Catolicismo a ambos lados del Atlántico, tanto por el dominio del Sacro Imperio Romano
Germano, como por el Descubrimiento de América (1492), lo que les conferirá poder internacional.
No obstante, ya en el XVII se produce una profunda crisis, fruto del colapso económico a raíz de los
numerosos gastos para pagar las guerras europeas de los Austrias Mayores (Carlos I y Felipe II), que
derivarán en sucesivas bancarrotas nacionales, pérdidas territoriales y la decadencia a partir de 1598
con los Austrias Menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II).
El título de Reyes Católicos se les concederá por Alejandro VI (Papa Borgia, español), una vez
unifique religiosamente el territorio y defiendan el catolicismo fuera de sus fronteras.
Por otro lado, es cierto que en cuanto a la política exterior internacional sí que hubo unidad de acción,
sobre todo en cuanto a la defensa de los intereses de la Corona de Aragón en el Mediterráneo y el
norte de África.
El comienzo del reinado será complicado. Por un lado, Juan II reinará en la Corona de Aragón hasta
1479, dificultando las relaciones. Por otro, se produce en conflicto sucesorio en Castilla, con la guerra
civil entre Isabel, hermana de Enrique IV (el anterior rey) y Juana de Trastámara “La Beltraneja”,
apoyada por Portugal e hija de Enrique IV, cuya legitimidad estaba en tela de juicio. No obstante, tras
la batalla de Toro se firma el Tratado de Alcaçobas (1479) con los portugueses e Isabel comienza a
reinar.
Asimismo, los Reyes Católicos harán una interesante política matrimonial con todos sus hijos, no
sólo con Portugal, sino también con Austria e Inglaterra con el objetivo de ganar aliados y nuevos
territorios.
Se generalizan los corregidores delegados en las ciudades y los reyes se apoyan aún más en los
letrados para las tareas de gobierno, debido a su formación jurídica. Además, se extiende una nueva
burocracia y se refuerzan la diplomacia y el ejército permanente.
Aparece el sistema polisinodial, es decir, de Consejos encargados de los ámbitos políticos más
importantes (Castilla, Inquisición, Aragón, Cruzada, Órdenes Militares, Navarra). Éstos son una
especie de órganos consultivos, compuestos por letrados, nobles y clérigos.
Con la incorporación de los nuevos territorios se crearon los virreyes, representantes permanentes de
la corona en cada reino.
-La religión al servicio del Estado: la unidad religiosa cristiana reforzó el papel de la monarquía,
sobre todo a partir de la concesión del tribunal de la Inquisición en 1480 por Sixto IV. No obstante,
en Aragón hubo resistencia a su resurgimiento, pues ya existía desde el XIII. A su frente estaba el
Inquisidor General, siendo el primero fray Tomás de Torquemada.
Este tribunal eclesiástico juzgaba a los herejes o falsos conversos, es decir, sólo podía juzgar a los
cristianos. Pero al ser el único tribunal con jurisdicción en ambas coronas, también se utilizó con fines
políticos, de ahí el desacuerdo de Aragón.
Por otro lado, la Inquisición presionará para la conversión cristiana de los judíos y musulmanes que
quedaban en los diferentes reinos, prohibiendo ritos y costumbres. A los que no acepten se les
expulsará, para preservar a los neoconversos y moriscos del contacto con su religión anterior. Así, en
1492 se produce la diáspora sefardí, con la expulsión de 80.000 a 100.000 judíos, y desde 1502 la
conversión forzosa de los mudéjares a moriscos (que evita la pérdida de población). Finalmente, los
moriscos serán expulsados entre 1609-1613.
-El arte al servicio de la monarquía: el cruce del gótico final con el primer Renacimiento ensalza
la figura de los monarcas, destacando Juan Guas (monasterio de San Juan de los Reyes), Gil de Siloé
(Cartuja de Miraflores) y Pedro Berruguete (La Prueba de Fuego).
-La Guerra de las Comunidades. Las ciudades contra el rey: antes de estallar el conflicto
comunero, las Cortes habían hecho jurar al rey: hablar castellano y residir en España, respetar las
libertades de los reinos, prohibirle vender cargos y sacar moneda del país, alejar a los extranjeros del
gobierno, etc.; a lo que el rey accedió para obtener el apoyo económico para pagar los derechos de
emperador.
Sin embargo, la desconfianza para con el séquito extranjero del rey, la aparición de un movimiento
antiseñorial y el temor a la pérdida de libertades y entrar en conflictos internacionales, desató la Revuelta
de las Comunidades en 1520. Ésta comenzó en las principales ciudades de Castilla, propagándose
luego al campo. Los sublevados fueron miembros de la nobleza urbana (Juan Bravo, Juan Padilla y
Francisco Maldonado) que querían: hacerse con el poder y reclamar al rey mayor participación en el
gobierno de las ciudades, que aceptara y respetara las leyes de Castilla, etc. No obstante, A pesar de
llegar a ofrecer el trono a Juana I, fueron derrotados en Villalar (1521) y ajusticiados, fortaleciéndose
la alta nobleza y el poder real.
A su vez, en Aragón estallaron las Germanías (1520). El vacío de poder dejado por Carlos V hace que
en los reinos de Valencia y Mallorca se desarrolle un movimiento popular de connotaciones sociales,
que muestra el descontento del campesinado y los sectores urbanos ante la nobleza y el apoyo de sus
vasallos musulmanes, no siendo nunca en contra del rey. Así el enfrentamiento adquiere tintes
sociales y religiosos. Los motivos de descontento eran: la peste, escasez de alimentos, pretensión de
un reparto equitativo de las cargas fiscales por parte de la nobleza, intento de control de los municipios
por los gremios y la oposición entre los mudéjares y los cristianos, que veían a los musulmanes como
enemigos de la fe y competidores laborales. Finalmente, fueron sofocadas en 1522.
-Política de Carlos I: dirigida en base a su condición de emperador desde 1520, la política se centró
en la defensa del Imperio, la Cristiandad y los intereses de la casa de Austria. Su política exterior se
desarrolla en cuatro frentes:
·Contra Portugal por: la cuestión de las Molucas, que ambos países creían situada en su hemisferio a
partir del Tratado de Tordesillas. Carlos I renunció a ellas en 1529 y casó con Isabel de Portugal.
·Contra los Turcos (musulmanes) por: su avance por el Mediterráneo y Europa, pues Solimán el
Magnífico vence en Mohacs (1526) y queda a las puertas de Viena. Además, habrá enfrentamientos
contra los piratas berberiscos, obteniendo éxitos como el de Túnez (1535) y fracasos como el de Argel
(1541) frente a Barbarroja.
·Contra Francia por su rivalidad con Francisco I por: la aspiración a conseguir el título imperial, la
lucha por Navarra (Francisco I aprovechó el conflicto de las Comunidades para conquistar Estella),
el control de Milán (pues permitía a Carlos unir sus posesiones italianas con las alemanas) y la
incorporación de Borgoña por Francia (heredada por Carlos I por parte de su abuela paterna).
Tras varias batallas, donde destaca la Victoria de Pavía (1525), por los tercios españoles, quienes
apresan a Francisco I; y diferentes tratados como la Paz de Cambrai (1529) o la Paz de Crépy (1544),
Carlos I devuelve Borgoña a Francia y Francisco I renuncia a Flandes y Nápoles, además de prometer
ayuda contra los estados imperiales protestantes.
·Contra los protestantes: Carlos I, aconsejado por Erasmo de Rotterdam, quiso mantener la unidad
católica y reformar la Iglesia. Pero debido a la intransigencia de ésta, se propagan las tesis de Martín
Lutero en Alemania y se producen la segunda ruptura dentro del Cristianismo y las Guerras de
Religión.
Las ideas luteranas se extendieron por los territorios del imperio, siendo defendidas por los príncipes
en las dietas (asambleas), deseosos de independencia y de librarse del emperador. Así, tras la
confirmación de Carlos I del Edicto de Worms (que excomulgaba a los luteranos), se constituye la
Liga Smalkalda por los protestantes en 1531 y comienzan los enfrentamientos armados.
Posteriormente, en 1545 Paulo III convoca el Concilio de Trento para solucionar el conflicto, pero
éste no es reconocido por los reformadores protestantes, por lo que pasa a denominarse
contrarreformista. Los católicos, encabezados por Carlos I, vencen en la batalla de Mülberg (1547),
pero las transformaciones religiosas planteadas por el emperador no van a ser posibles, ya que la
mayoría de la población imperial defendía los planteamientos luteranos. Así, en 1555 se da la Paz de
Ausburgo, que reconoce la autonomía política y religiosa de los príncipes alemanes, y llevó a la
división religiosa de sus territorios (norte protestante, sur católico).
Después de ello, Carlos I abdicó en 1556 y dividió sus dominios: el Imperio para su hermano
Fernando y el resto para su hijo Felipe II. Murió en 1558.
·Contra los Países Bajos por: el descontento nobiliario y sus ansias de autonomía e independencia,
que van a engarzar con las proclamas de los calvinistas. Felipe II tratará de sofocarlos mediante varios
enviados, destacando el Duque de Alba en 1567, quien desarrolla una fuerte represión (Tribunal de
los Tumultos o de la Sangre). Posteriormente, los independentistas buscarán apoyo en Inglaterra (casa
de Orange) y se produce la división: norte-protestante (Holanda) y sur-católico (Bélgica).
·Contra Inglaterra por: la autorización de Isabel I a Drake y Hawkins para piratear en las costas del
Nuevo Mundo (patente de corso); si bien, por otro lado, Felipe II apoyaba las sublevaciones irlandesas
y a María Estuardo, reina de Escocia. No obstante, cuando Inglaterra ayudó a los protestantes de los
Países Bajos, Felipe II decidió atacar a los ingleses con la Gran Armada o Armada de Inglaterra
(1588), al mando del duque de Medina Sidonia, quien fracasó e inició la pérdida de la hegemonía
española en el Atlántico.
·Unión del Reino de Portugal desde 1581: gracias a la política matrimonial de los Reyes Católicos,
Felipe II era hijo de Isabel de Portugal y nieto de Manuel I, convirtiéndose en candidato al trono
portugués tras fallecer Sebastián I sin descendientes. Las capas populares aclamaron al nieto de
Manuel por línea bastarda, el duque de Alba las derrotó y Felipe II fue reconocido rey en las Cortes
de Tomar (1581) al jurar las libertades y costumbres portuguesas. Esta unión Ibérica durará hasta
1640, teniendo el imperio unas dimensiones extraordinarias y conservando Portugal sus
peculiaridades legislativas, financieras y militares. Para su gobierno se creó el Consejo de Portugal.
-Administración del territorio. Los Consejos reales: la administración de los territorios se hará por
medio del sistema polisinodial o de consejos, donde destacan:
·El Consejo de Estado: un organismo con representantes de los diversos reinos, para asesorar al rey
sobre la política del Estado.
·Consejos territoriales: Castilla, Aragón, Indias, Italia, Portugal, etc. En los territorio no castellanos
se situaron virreyes y gobernadores.
·Otros: Inquisición y Hacienda.
-Un rey, diversos reinos: se trató de un sistema político centralizado en la cabeza del poder (Rey) y
descentralizado para los territorios, de ahí que continuasen las Cortes en cada reino y los Municipios
en las localidades (degradados por la venta de cargos). No obstante, aunque los reyes se rodeaban de
hombres de confianza, muchos de ellos los traicionaron y aprovecharon para enriquecerse (Antonio
Pérez).
-La sociedad: triunfo del ideal nobiliario: la sociedad de la época estaba impregnada del afán
nobiliario y de la pureza de sangre. Por el primero, la sociedad deseaba ser noble, y si no podía escalar
socialmente, imitaba los rasgos nobiliarios. Además, existía gran diferencia entre la alta nobleza
(Grandes de España) y la baja (caballeros e hidalgos), dándose en las ciudades un auge de la burguesía
que quería ascender a la hidalguía.
Por el segundo, había grandes diferencias entre cristianos viejos y nuevos o conversos, apareciendo
la limpieza de sangre y el uso de la Inquisición para deshacerse de familias rivales.
-Avances de Portugal: la ruta hacia Oriente: tras la toma de Constantinopla en 1453 por los turcos,
éstos cierran el camino de las rutas comerciales hacia Asia en el Mediterráneo. Por tanto, Enrique de
Portugal trata de llegar allí bordeando África (a la vez que crea factorías comerciales en sus costas),
consiguiendo Bartolomé Dias cruzar el cabo de Buena Esperanza en 1488 y Vasco da Gama llegar a
la India en 1498.
3.2 COLÓN Y LAS INDIAS OCCIDENTALES
-Expediciones hacia las Indias Occidentales: dado que la ruta oriental era de Portugal, el navegante
Cristóbal Colón se propone llegar a las Indias por occidente, tomando la base de la esfericidad de la
Tierra. Tras ser rechazado por Portugal, presenta su proyecto a los Reyes Católicos, quienes firman
en abril de 1492 las Capitulaciones de Santa Fe. Por éstas se concedían a Colón: los títulos de
Almirante Mayor, Virrey y Gobernador General de las tierras que descubriera, el derecho de terna en
los regidores, un 10% de todas las mercancías, etc.
Tras las negociaciones, se emprendió una expedición comandada por Colón, con la ayuda de Juan de
la Cosa y Martín Alonso Pinzón y sus hermanos. El 3 de agosto de 1492 parten del puerto Palos de la
Frontera (debido a una deuda contraída con la corona y la expulsión de los judíos) en tres naves (Santa
María (nao), Pinta y Niña (carabelas)). Tras un accidentado viaje llegan el 12 de octubre de 1492 a la
isla de Guanahaní (San Salvador), en el archipiélago de las islas Bahamas, y descubren Haití, Cuba y
Santo Domingo (La Española). Después de explorar la zona antillana, en el tercer y cuarto viajes se
pasa a tierra firme, muriendo Colón en 1506.
Otros viajes permitieron conocer más territorios, étnias y recursos. En 1513 Vasco Núñez de Balboa
atravesó el istmo de Panamá y llegó al Pacífico, desmintiendo la idea colombina de haber llegado a
Asia. Americo Vespuccio será el primero en difundir esta teoría y de ahí el nombre.
A mediados del XVI, se llega a las Filipinas por Legazpi y Urdaneta, que se colonizará desde México,
destacando desde el aspecto económico el Galeón de Manila. Así se creó las ruta Sevilla - Sanlúcar
de Barrameda – Canarias – Veracruz – Puebla – Acapulco – Manila y viceversa.
-Administración del territorio ocupado: la organización se hizo igual que en la Corona de Castilla,
apareciendo en ésta el Consejo de Indias (1524), que tenía competencias en gobierno, justicia, guerra
y hacienda, y proponía a los virreyes y presidentes de audiencias. Asimismo, dentro del espacio
territorial americano existían diferentes instituciones:
·Virreinato de Nueva España (1531): con capital en México, ocupaba desde el sur del actual EE.UU.
hasta Panamá y contaba con la Capitanía General de Filipinas y el territorio de realengo de Venezuela.
·Virreinato del Perú (1542): con capital en Lima, ocupaba desde Panamá hasta la Tierra de Fuego,
contando con una parte de Brasil y algunas islas de Oceanía.
·Audiencias: tribunales judiciales y distritos administrativos, compuestas por un presidente y varios
oidores.
·Gobernaciones y Capitanías Generales (gobernaciones fronterizas), corregimientos y alcaldías
mayores, y cabildos y municipios en las ciudades.
-Explotación del territorio ocupado: sobre todo interesaron los metales preciosos, habiendo un ciclo
del oro (1492-1530) en la zona antillana y el ciclo de la plata donde destacan las minas de Potosí
(1545) y Zacatecas (1546), además de la de Huancavelica (1564) por el mercurio. Éstas se explotaron
por el sistema de la mita.
En el plano comercial, Sevilla se establece como puerto y puerta de Indias, ayudada por Cádiz y
Sanlúcar de Barrameda. Aquí se crea la Casa de la Contratación (1503), organismo encargado del
monopolio comercial y sus transacciones, además de los intercambios poblacionales con las Indias
Occidentales. Ésta se trasladó a Cádiz en 1717. También existía Consulado de Cargadores a Indias
(1543) para el comercio privado indiano.
Asimismo, para el comercio había dos flotas: la de Tierra Firme, para comerciar con Perú y la de
Nueva España, donde se incluía el Galeón de Manila. Siempre se apoyaban en buques de guerra con
el sistema “en conserva”, debido a la piratería, y aportaron numerosos productos agrícolas
desconocidos (patata, maíz, cacao, café, etc.).
Período de decadencia por la pérdida de hegemonía europea y la profunda crisis interna. Además,
aparece la figura del valido o privado, persona de plena confianza del rey, en el que delegaba todo el
poder de gobierno en la práctica, por debilidad, ineptitud o dejadez.
·Política Exterior: en base a la obsesión por recuperar la hegemonía perdida, se continua en la Guerra
de los 30 años (1618-1648), donde se dirime la lucha calvinistas-católicos y la rivalidad política,
económica y comercial de Francia y Austria. España sufrirá graves derrotas y con la Paz de los
Pirineos (1659) se perderán el Rosellón y Cerdaña. A su vez, en los Países Bajos obtiene éxitos como
los de Breda (1625), pero acabará debilitándose por el desarrollo de la Guerra de los Treinta Años y
por la Paz de Westfalia (1648) se reconoce la independencia de las Provincias Unidas.
-Carlos II (1665-1700): debido a su debilidad física y falta de capacidad se da una sucesión de validos:
el jesuita Nithard, Valenzuela y Juan José de Austria; siendo Mariana de Austria regente en su minoría.
·Política Interior: intrigas palaciegas, intentos de reformar la administración y sanear la Hacienda con
Oropesa y muerte sin descendencia, llegando a designar herederos a José Fernando de Baviera, quien
fallece, y luego a Felipe de Anjou, dando lugar a la Guerra de Sucesión (1700-1713).
·Política Exterior: se producen una serie de derrotas frente a Francia, por lo que Luis XIV obtendrá
plazas flamencas, el Franco Condado y la corona para su nieto Felipe de Anjou.
-Sociedad y economía colonial: la población se volvió cada vez más heterogénea con la llegada de
los inmigrantes blancos europeos y los esclavos negros; y se produjo un descenso de los indígenas
por causas endógenas (enfrentamientos tribales) y exógenas (indefensión antes las enfermedades
europeas, suicidios, infanticidios, etc.). Además, aparecieron los criollos hijos de peninsulares
nacidos en América, que ocuparon cargos inferiores, pues los dirigentes siempre eran para
peninsulares. No obstante, se produjo la venta de cargos para ascender.
-El arte barroco en España: se caracterizó por el movimiento, los efectos y la identificación con la
nobleza, monarquía e Iglesia católica. En arquitectura destaca la Catedral de Granada; en escultura
(religiosa, de madera policromada) hay dos escuelas: castellana (Gregorio Fernández) y andaluza
(Martínez Montañés y Alonso Cano); y en pintura José de Ribera (tenebrista), Zurbarán (realista),
Murillo (populares) y Valdés Leal (alegorías).
Pero sin duda, el que sobresale es el pintor de cámara de Felipe IV, el sevillano Diego de Silva
Velázquez, quien se forma entre España e Italia, avanzando en la perspectiva y el color, siendo una
inspiración para movimientos posteriores y con una obra mitológica, paisajística y de retratos de corte
(Las Meninas, La Fragua de Vulcano).