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BOSQUEJO 4:
LA MAYORDOMÍA DE LA VIDA SOCIAL
1 Corintios 2:16 / Mateo 5:13-16 / 2 Corintios 5:17-20
Dijimos que:
¿Hemos de ser buenos mayordomos de todo, pero aislarnos de la vida social de la comunidad?
De ninguna manera. La verdad es que ningún ser humano es una isla en sí mismo. Del mismo
modo que somos mayordomos frente a Dios de nuestra vida personal y de nuestra vida de
iglesia, somos mayordomos ante Dios por nuestra sociedad. La sociedad es nuestra y somos
parte de ella. Jesús no pidió al Padre que nos sacara del mundo, sino que nos cuide del mal.
Es cierto que “lo necio del mundo eligió Dios” (1 Corintios 1:27). También es cierto que Pablo
no se afirmaba a sí mismo en la sabiduría de este mundo (1 Corintios 2:1-5). Cristo es nuestra
sabiduría, y en Él nos afirmamos (1 Corintios 2:6-16).
Leamos 1 Corintios
Nosotros tenemos la mente de Cristo. Pensamos como Cristo pensó. Vivimos como Cristo
vivió.
Enseñemos a este mundo una sabiduría práctica, una fe viva y dinámica de cómo viven quienes
dicen tener la mente de Cristo.
Nosotros estamos santificados (separados) pero no alejados del mundo. Jesús no le pidió al
Padre que nos quite del mundo, sino que nos guarde del mal.
Leamos Mateo
Leamos 2 Corintios
Conclusión
No podemos desentendernos de nuestra inserción en la sociedad y tampoco de nuestro
llamamiento cristiano. Dos extremos: (1) Meternos muy en el mundo, pero olvidarnos de
la mayordomía de nuestra vocación cristiana, o (2) acordarnos tanto de nuestra vocación
cristiana que tengamos la tentación de alejarnos del mundo y dejar de ser sal y luz.
El mismo Señor que fue fiel en llamarnos, también lo será en ayudarnos a cumplir nuestra
mayordomía en nuestras vidas, iglesia y sociedad para ser llamados “buenos” y “fieles”
mayordomos: “Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra
en el gozo de tu Señor”.