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PADRES AUTORITARIOS.

Tienen un alto grado de control y


de exigencia pero hacen poca demostración de afecto y
tienen una pobre comunicación con sus hijos.

-Temen perder el control de la situación y utilizan órdenes,


gritos o amenazas para obligar al niño a hacer algo, Tienen
muy poco en cuenta las necesidades del niño.

- Padres que hacen sentir culpables a los niños, Padres


interesados (consciente o inconscientemente) en que su hijo
sepa que ellos son más listos y tienen más experiencia.

- Padres que utilizan el lenguaje en negativo, infravalorando


las acciones o las actitudes de sus hijos.

- Padres que utilizan comentarios del tipo 'no corras, que te


caerás', 'ves, ya te lo decía yo, que esa torre del mecano era
demasiado alta y se caería' o, 'eres un desordenado
incorregible'. Son frases aparentemente neutras, que todos
los padres usamos alguna vez.
PADRES DEMOCRÁTICOS. Tienen una buena
comunicación, son cariñosos con sus hijos y tienen un grado
de control y de exigencia alto.

Los padres democráticos son aquellos que, antes de dar una


sanción o castigo, escuchan a sus hijos y les hacen ver su
error para que aprendan a ser responsables de sus actos.

Además, establecen límites claros pero también permiten que


sus hijos expresen libremente sus opiniones para que
encuentren la raíz del problema y una solución eficaz.

Por ello, los niños con ese tipo de padres se muestran más
seguros, son independientes en sus decisiones y acciones,
reconocen sus límites y respetan las reglas de su casa.

Nadie nace siendo el padre perfecto, solo es cuestión de que


los escuches y no les digas “después, ahorita no me
molestes”.

Date un tiempo y fomenta el buen entendimiento en la familia,


solo así lograrás una buena crianza.
PADRES PERMISIVOS. Padres cariñosos y con buena
comunicación con sus hijos pero poco exigentes y con poco
control sobre ellos.
Los padres permisivos o liberales suelen dejar total libertad al
niño para realizar aquello que quiera en el momento que
quiera. No ejercen la autoridad que tienen como padres de
manera que el niño no percibe límites ni pautas de
comportamiento, ante la ausencia de mando, el niño suele
tomar el poder.

Los padres liberales suelen considerar que son tolerantes y


que sus hijos tomen sus propias decisiones, establezcan sus
propias normas y regulen solos su propio comportamiento.
Sin embargo, a pesar que este discurso pueda “sonar bien“,
difícilmente un niño que no conoce normas ni pautas puede
tomar adecuadamente sus propias decisiones. Los padres
suelen ceder ante las continuas exigencias y demandas del
hijo, logrando al final, que el clima del hogar sea insoportable.
PADRES NEGLIGENTES O INDIFERENTES. Poseen
niveles bajos de control, exigencia, afecto y comunicación.
Este caso es común en familias desestructuradas.
Los padres de este estilo se caracterizan tanto en la poca
restricción, disciplina, exigencia, y comunicación como en la
poca calidez; ellos no imponen límites, inclinándose a dejar
que sus hijos hagan lo que quieran, porque su propia vida es
tan estresante que no tienen la energía suficiente para
conducir a sus hijos, teniéndolos sin cuidado a causa de la
baja responsabilidad de los padres. Los padres negligentes
no desempeñan ningún papel ni muestran mayor interés en
dirigir el comportamiento del niño, por la tanto el niño posee
libertad de atender o desatender los deseos de los padres.
Estos padres son muy parecidos al estilo permisivo, pero la
principal diferencia se centra en la poca atención a las
necesidades de los hijos(as) y las escasas muestras de
afecto que les brinda.

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