Está en la página 1de 101

Olivia está lista para dos cosas: la Universidad y sus hombres.

A pesar de salir con los gemelos Audley desde que tenía quince años, ha
sido una relación casta. No importa cómo ella intente tentarlos.
Sus hombres ni siquiera la han besado, y está cansada de esperar. En el
momento en que llega al campus, donde los dos hombres se han estado
escondiendo durante los últimos dos años, mientras que de alguna manera
siguen vigilando todos sus movimientos, sacudirá su mundo.
Levi y Zeke le prometieron a la madre de Olivia que no la tocarían hasta
que estuviera lista. No están seguros de lo que eso significa, pero saben que
esperarán por siempre solo para tenerla. El problema es que Olivia sigue
probando sus votos. Es difícil no darle a tu chica lo que quiere cuando es
todo lo que siempre has querido hacer.
Sin embargo, en el momento en que el relog da la media noche.
Todo puede suceder.

#Three of Us 1
Creditos
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Traductoras
Merifer
Yareth

Diseño
Juli
ZEKE

—¿E sos no son los gemelos Audley? ¿Por que estan aqui en
el dormitorio de las chicas?—
—¿Alguien esta saliendo con uno de ellos?——De
ninguna manera. Son demasiado buenos para cualquiera aquí —
—Yo pienso que son unos imbeciles. El semestre pasado, Hope Decker
les ofreció brownies caseros, y los dejaron en el porche donde los animales los
comieran—
—Hope Decker cocina? ¿Cómo? ¿No vive ella en la casa del Delta?—
—Ella los compró en la panadería de Sánchez y son caseros ahi—
Atrapo a mi hermano rodando los ojos en esta conversación. Habíamos
sido amables con Hope. Nos quizo ligar a los dos y ambos la rechazamos,
diciéndole que no estábamos disponibles, pero no pudo aceptar un no por
respuesta. Dejar los brownies de Sanchez para que los mapaches los
comieran duele un poco porque los productos horneados de Sánchez son la
bomba, pero no podiamos alentar a la chica Decker. No sería justo para ella.
Ella no es tan interesante. Con suerte, este año se obsesionará con alguien
que no sea mi hermano y yo. No es que importe mucho. Olivia está finalmente
aquí.
Olivia y todas sus cajas.
Mi hermano y yo subimos los tres pisos, saltamos la línea de elevadores
y paseamos por el pasillo. Por supuesto, Olivia está al final. Un grupo de
chicas charlan mientras caminamos, pero presto poca atención a lo que están
diciendo. Son las mismas cosas sobre cómo Levi y yo somos.
“Apuñalarían a sus madres para montar nuestras pollas. No estoy
realmente interesado en eso”.
Solo hay una chica que se montara en mi polla y esa es Olivia.
Cuando nosotros llegamos a su dormitorio, hay una multitud de chicas
y se parte como el mar.
— ¿Quién es ella?— Pregunta alguien.
— Nueva chica.—
— Apuesto a que es su hermana—
Olivia aparece en la puerta con los brazos extendidos.
—¿Son estas las últimas cajas?—
Sacudo la cabeza por encima del hombro. — Levi está justo detrás de mí
con las últimas. Y tengo estas, así que ¿por qué no mueves tu culo sexy a la
derecha para que pueda dejarlas? —
Detrás de mí hay un coro de jadeos mientras absorben la información de
que Olivia no es mi jodida hermana. Dejo caer mi carga en el suelo y observo
la habitación.
—¿Por qué no llevamos un montón de cosas a nuestro apartamento?
Podemos almacenarlo allí— le digo a mi chica.
Ella sacude su bonita cabeza, su cabello rubio de seda se mueve como
una cortina. —¿Y si necesito algo por la mañana? No quiero ir a tu casa antes
de la clase
—Deberías vivir con nosotros— dice Levi, cerrando la puerta con el pie
y dejando caer sus dos cajas junto a las mías.
—Las reglas dicen que todos los estudiantes de primer año tienen que
vivir en el campus— nos informa.
Mi gemelo y yo intercambiamos una mirada de complicidad. Esa es
nuestra Olivia, una seguidora de la regla hasta el final. Se desabrocha una
pequeña bolsa y saca unas tijeras.
—Voy a desempacar y luego podemos almorzar—, ella mira su reloj, —
¿Dos horas?—
Levi saca una silla vacía y cae en ella. —Acabas de llegar y no te he visto
en tres semanas. No voy a ir de todos modos— Él siempre llega temprano al
campus debido a la práctica de fútbol. —Zeke puede mover el camión y
conseguirnos el almuerzo. Te ayudaré con las cajas y puedes compartirme
todos los detalles de lo que ocurrió en el viaje en auto hasta aquí—
Él menea las cejas.
Olivia resopla. —Nada, como de costumbre. Ya tengo casi dieciocho años,
pero tu hermano todavía me trata como si tuviera doce—
—No te conocí cuando tenías doce años. Te mudaste al lado de nosotros
cuando tenías quince años— le recuerdo.
—Todo es lo mismo. Moriré virgen—
Exclama dramáticamente y se tira sobre la cama, con las tijeras todavía
en la mano.
Levi se lanza hacia ella y la toma del brazo antes de que las tijeras puedan
sacar un órgano importante. Nuestra nena es... torpe, para decirlo
amablemente.
—Abriré las cajas— dice.
Le doy una mirada agradecida antes de sacar las llaves de mi bolsillo. —
¿Qué quieres para almorzar?—
—Mmmmm, ¿qué hay de ustedes dos?— Ella se acuesta sobre su espalda
y hace un pequeño ángel de nieve gesticulando con sus brazos y piernas.
Aclaro mi garganta repentinamente seca. Levi deja caer la tijera al suelo.
— Nada de eso— le regaño — Sabes las reglas—Ella se sienta y la camiseta
gris de gran tamaño que era de mi hermano de la secundaria se extiende a lo
largo de su cuello para exponer un delicioso hombro. —Las reglas eran que
no habría contacto hasta los dieciocho años, pero mi cumpleaños es en cinco
días. ¿Que importa?—
Alejo mis ojos de la piel dorada. —Importa— le respondo bruscamente.
Levi no se ha movido—¡Son cinco días, chicos!—Se arrodilla, se agarra
de la camisa debajo de sus piernas y empeora toda la situación mil veces. El
sonido desgarrador llena la habitación del dormitorio tranquilo. Levi gime y
se cubre la cara con la mano. Hice agujeros en la puerta y me recuerdo que
he esperado tres años para que otros cinco días no me maten.
Mi palpitante polla dice lo contrario. Son sólo cinco días.
Una visión de la mamá de Olivia aparece frente a mí. “Aceptaré esta
inusual relación pero, por favor, esperen hasta que Olivia sea mayor, hasta que
vaya a la universidad y descubra qué quiere hacer con el resto de su vida. Es
fácil para ella sentirse halagada por la atención de ustedes dos, pero el arreglo
que ustedes quieren será muy difícil para ella. Mucha gente lo encontrará mal.
Me preocupo por mi chica. Si la aman como dicen, entonces prometan que no la
tocarán hasta que tenga dieciocho años”
Aproximandome, agarro el hombro de mi gemelo.
—Venga. Vamos por el almuerzo juntos—
Él deja caer su mano y asiente. —Sí, es mejor si los dos vamos—
—Ugh. ¡Ustedes dos son imposibles!— Olivia grita. Algo golpea la puerta
después de que la cerramos, posiblemente las tijeras. Tal vez un par de
zapatos tenis.
—Estamos haciendo lo correcto— le digo, tanto para tranquilizarlo a el
como a mí mismo. Aprieta la mandíbula. —Tal vez sea así, pero todavía me
siento como una mierda— Con ese anuncio, él barre a los sorprendidos con
una mirada furiosa por el pasillo.
OLIVIA

M
E ACERCO A RECOGER LA ZAPATILLA QUE LANCÉ EN LA
PUERTA CERRADA
A pesar de saber que iba a extrañarlos. Tengo el peor
objetivo de todos. Lo meto cuidadosamente en el espacio cubierto para mi
ropa y zapatos. No quiero que mi nueva compañera de cuarto piense que soy
desordenada cuando ella aparezca. Sus cosas estan guardadas muy bien. No
le dije a Levi y Zeke lo tentador que es aceptar su oferta de vivir con ellos. Si
siguen empujando, podría ceder. He querido estar con los gemelos durante
años, pero hay que considerar a mi madre.
Ella está tan emocionada que voy a la universidad. Nunca había podido
estar sola desde que salio embarazada de mi, expulsada de su casa por sus
padres súper religiosos, y tuvo que encontrar un trabajo para apoyarnos a las
dos.
Cuando llegó la carta anunciando mi beca con alojamiento y comida, su
rostro se iluminó como un árbol de Navidad. Es ese recuerdo el que me hace
desempacar mis cajas aquí en lugar de con mis chicos. En el viaje con Zeke,
pensé en un millón de historias para contarle a mi madre sobre mis arreglos
de vivienda. Después de todo, no era como si ella estuviera aquí y pudiera ver
que no estaba durmiendo en el dormitorio. Estaba tan cerca de romper las
reglas, pero, al final, no podía mentirle a mi madre, ni siquiera para estar con
los chicos.
Me consuela el hecho de que estoy a solo unos minutos de ellos. Cuando
se fueron a la universidad y tuve que terminar la secundaria sin ellos, pensé
que me moriría. Tal vez no literalmente, pero a veces me dolía mucho el
corazón. Tuve que ocultar esos sentimientos porque si lo supieran, ninguno
de los dos me habría abandonado. Si se hubieran quedado atrás y habrian
estado dando vueltas durante dos años, eso hubiera hecho que mamá se
sintiera aún más aprensiva con nosotros tres.
Tuvimos que hacer todo para convencerla de que incluso si un trío es
fuera de lo común, nuestras vidas serían las mismas. Todos iríamos a la
universidad. Conseguiriamos trabajo. Todos tendríamos una familia. La
forma de nuestra familia puede ser diferente, pero estaría llena de amor y eso
es lo más importante
Y, así, los chicos fueron a la universidad a unas horas de distancia. La
distancia era dura. Algunos de mis compañeros de la escuela secundaria me
decían que los chicos me estaban engañando y que yo debería terminar con
ellos. Ellos estaban equivocados, por supuesto. Nunca tuve que preguntarme
qué estaban haciendo. Ambos estaban siempre en contacto constante
conmigo. Pasé muchas noches durmiéndome con FaceTime aún encendido
como si los chicos pretendieran que uno, o ambos, estaban conmigo.
La espera de todos para estar juntos de nuevo se había convertido en
agobiante hacia el final. Mi estómago estaba en nudos y tuve problemas para
conciliar el sueño. Una vez que Zeke se detuvo en su camioneta para
ayudarnos a mamá y a mí a cargar mis cajas en la parte de atrás, una
sensación de calma se extendió a través de mí. Finalmente estaba
comenzando la vida que deseaba durante tanto tiempo con los dos hombres
que había amado por siempre.
Me despedí de mi mamá y me deslicé en el camión. Un nuevo capítulo en
mi vida estaba empezando. Con cada milla que me llevaba más y más lejos
del lugar que había llamado casa, la calma fue reemplazada por la emoción.
Estaba dejando atrás mi infancia y acelerando hacia la edad adulta. No
importaba que faltara unos días para mi cumpleaños. Estaba lista para
comenzar mi nueva vida con mis chicos.
Estaba harta de esperar. Hice todo lo que se suponía que debía hacer.
Obtuve buenas notas, me mantuve fuera de problemas y obedecí a mi madre.
Quería, y aún lo hago, hacerla sentir orgullosa. Ella había trabajado
incansablemente para asegurarse de que tuviéramos lo que necesitábamos.
Aunque ella había hecho su trabajo. Es hora de que me haga cargo de mi vida
y eso significa estar con mis hombres en todos los sentidos.
Tengo muchas ideas de lo que quiero hacerles y lo que quiero que me
hagan a mí. Me detengo en medio de desempacar mis cajas. ¿Qué parte de su
cuerpo quiero tocar primero? Ambos tienen músculos preciosos. Zeke podría
ser una fracción menos construida que Levi, pero no en gran medida en base
a todas mis intensas inspecciones este verano en la piscina de los Gradys en
casa. Tal vez pasare mis manos por sus pechos primero, una palma en los
abdominales de cada hombre, luego me hundiría hasta que mis dedos
pudieran palpar sus ejes. Me lamo los labios. Me pregunto cómo sabrán.
¿Salado? ¿Caliente?. Definitivamente, delicioso. Mi cuerpo vibra de necesidad.
Va a ser tan impresionante.
Dejo escapar un gran suspiro. Mierda. Tengo que dejar de pensar en ese
disco o nunca terminaré. Me vuelvo a concentrar en la tarea de guardar mis
cosas, pero no puedo dejar de sonreír cuando pienso en cómo Zeke estaba al
borde de todo el camino aquí. Sus ojos se detuvieron en mis piernas y siguió
mirando para ver mis labios moverse. El hambre evidente me hizo sentir
caliente y apretada en todos los lugares correctos. Mi sexo comienza a palpitar
y aprieto mis músculos. El dolor entre mis piernas ha estado presente durante
mucho tiempo, pero ahora está empeorando porque puedo sentir cómo se
rompe su control.

Sé que le hicieron una promesa a mi madre, pero algo dentro de mí quiere


tentarlos, ver cuánto puedo llevar las cosas. ¡Ni siquiera me han besado
todavía! ¿Qué clase de mierda es esa? Le doy una patada a una de mis cajas
vacías con frustración, enviándola volando por la habitación. Se golpea contra
la puerta derecha cuando se abre.
Una chica de mi edad se queda allí con una expresión de asombro en su
rostro. Ella no dice nada mientras empuja hacia arriba las gruesas gafas
negras que se sientan en la punta de la nariz de su botón. Las gafas parecen
demasiado grandes para su cara de duendecillo.
—Lo siento—le digo. Tengo la sensación de que esta es mi nueva
compañera de cuarto y casi la asalté con una caja.
—Juro que no tengo problemas de ira— Levanto mis manos. —Solo
problemas normales con chicos—
Sus labios se curvan en una pequeña sonrisa. —¿Fueron los mellizos
Audley? Siempre hacen enojar a las chicas—
Ella entra a la habitación y cierra la puerta detrás de ella, pero no antes
de que pueda ver a la manada de chicas asomándose. Vengo de un pueblo
pequeño y me entrometo y todo eso, pero cada vez es más raro que todos estén
boquiabiertos. en mi dormitorio.
—Juro que normalmente no peleamos, solo estamos teniendo un tipo de
desacuerdo— Recupero la caja vacía y la apilo con las demás. Una vez que
termine de desempacar, romperé todo el cartón para colocarlo en el
contenedor de reciclaje fuera del dormitorio.
Sin embargo, me pregunto si los chicos se perdieron una caja porque no
he visto algo de la ropa nueva que compré el fin de semana pasado. Quiero
esa caja.Está lleno de lo que ahora llamo mis “Atuendos deseducción". Cada
pieza está diseñada para destruir la voluntad de los hombres tercos. Tal vez
todavía esté en el camión de Zeke.
—No es frecuente que me hagan enojar, pero supongo que tener una
pelea con tus novios de vez en cuando es normal, ¿verdad?—
Hay un chillido detrás de mí. Me doy vuelta para ver a mi compañera de
cuarto mirándome como las otras chicas en el pasillo.
—¡Oh, lo siento! Soy Olivia— Me apresuro y extiendo mi mano, dándome
cuenta de que ni siquiera me había presentado. —Eso fue grosero de mi
parte.Primero, te tiro una caja y luego ni siquiera te digo quién soy— Sacudo
la cabeza, dejando escapar una pequeña risa. Ella sigue mirándome como si
estuviera loca.
—¿Por qué me miras como el resto de esas chicas? ¿Estoy haciendo algo
mal?— Tiendo a hablar antes de pensar. Levi y Zeke piensan que es adorable,
pero es un mal hábito porque termino con el pie en la boca la mayor parte del
tiempo.
—¿Acabas de decir que las mellizos Audley son tus novios?—
Asiento con la cabeza.
— ¿Como en ambos?— Ella me da una mirada escéptica.
—Sí, lo han sido desde que tenía quince años y mi madre y yo nos
mudamos a su lado. Ellos prácticamente plantaron una bandera en nuestro
patio delantero declarando que les pertenecía para que todos en la ciudad lo
supieran — Me río, recordando lo preocupada que estaba de mudarme a una
nueva ciudad. Mi preocupación no duró mucho porque Levi y Zeke se
aseguraron de que me sintiera bien. Me llevaron a la escuela, me
acompañaron a cada clase, se sentaron conmigo a la hora del almuerzo y
luego me llevaron a casa. Pasó una semana antes de que descubriera que se
estaban saltando la sala de estudio para almorzar conmigo. Juniors y
estudiantes de primer año no tenían el mismo horario de almuerzo. Su
atención tampoco terminó durante la semana escolar. Zeke me llevó a los
partidos de fútbol y Levi me llevó a pasear por el parque los sábados. Los
domingos, salíamos con mi mamá, cocinábamos la cena, veíamos televisión o
jugábamos videojuegos. Amo a nuestro pequeño pueblo. Tal vez después de
que todos hayamos terminado con la universidad, nos mudaremos.
—Espera. Solo quiero asegurarme de que te estoy entendiendo. Estás
diciendo que— me señala, —Estas saliendo con los dos gemelos Audley— Ella
señala a la puerta.
—Sí. Espera, ¿han estado diciendo a la gente que no tienen una chica?—
Puse mis manos en mis caderas. Antes de que pueda siquiera enojarme,
empiezo a reírme de la estúpida pregunta. —Ellos no harían eso—
—No hablan mucho con nadie en absoluto. Creo que es por eso que todas
las chicas se preocupan por ellos y siempre están luchando por su atención.
Tome una orientación temprana y todas hablaban de los elusivos gemelos
Audley y de cómo las chicas, en plural— señala como si me hubiera pasado
un secreto. — Tendrian que ser extraordinarias para llamar su atención—
—Mis hombres son algo especial, pero son míos— Nunca me han dado
razones para dudar de eso. Había visto a unas cuantos amigas en casa que
se volvían locas cuando sus novios iban a la universidad, pensando que
estaban enganchandose con todas las chicas que conocían. Si me preguntas,
si piensas eso, tal vez sea mejor que rompas con tu novio porque deberia
hacer que te sientas segura de lo que tienen juntos. —Tu los puedes conocer.
Fueron a buscar algo de comer.¿Quieres que les pida que también te agarren
algo?— Pregunto, levantando mi teléfono. Se desliza de mi mano y golpea el
suelo. Me agacho para recogerlo, junto con las tijeras que de alguna manera
cayeron al suelo. Zeke tenía razón, realmente necesito esta fea funda
protectora.
—Sabes que no es normal tener dos novios, ¿verdad? Quiero decir como
¿Eso incluso funciona?—
Miro hacia arriba y veo que las cejas de mi compañera de cuarto se
fruncen. Sus mejillas se tornan rosas. Es fácil adivinar lo que está pensando.
No es como si no hubiera tenido esos mismos pensamientos antes de que ella
entrara. Quiero saber cómo será cuando realmente esté entre los dos.
—Ojalá lo averigüe pronto— murmuro, más para mí y luego para
responder a su pregunta.
—¡Espera! ¿Así que no sabes? No has hecho ... ¿eso?—
Su rostro se vuelve de rosa a rojo.
Suspiro, dejándome caer de nuevo en mi cama.
—Todavia no— lo admito. Mirando el texto de nuestro grupo.
—¿Cómo te llamas?— Pregunto, dándome cuenta de que no me lo ha
dicho. Estaba demasiado sorprendida por lo de los dos novios.
Ya no lo pienso mucho. Supongo que no es normal, pero es para mí. He
sido de ellos desde el principio. Nadie en casa pregunta a los gemelos Audley.
Ellos y un par de otros gobernaron ese lugar.
— Erika — murmura ella. —Tendré lo que sea que tengas—
Disparo mi mensaje de texto, diciéndoles que obtengan alimentos
adicionales y que vuelvan a verificar si hay más cajas en el camión.
— Si en realidad no has hecho nada, ¿no son solo… amigos?—
Levanto la vista de mi teléfono. Erika ya no está roja, pero sus mejillas
todavía tienen mucho color y su frente sigue arrugada. Ella se deja caer en
su cama. Me doy cuenta de que no tiene muchas cosas en su lado de la
habitación. Me habían dicho que mi compañera de cuarto era una junior, lo
cual está fuera de lo común. En general, los estudiantes de primer año con
estudiantes de primer año, pero había algo en que ella había comenzado la
universidad cuando tenía dieciséis años, y por la forma en que se sigue
sonrojando, estoy empezando a pensar que es más joven que yo.
Su comentario me da una idea. — Nunca lo pensé así— Le guiño un ojo.
Rápidamente, cambio sus nombres en mi teléfono a MAPS1 1 y MAPS 2).
Tomo una captura de pantalla y se la envío. Empiezo a contar silenciosamente
en mi cabeza. Ni siquiera llego a dos antes de que mi teléfono salga con una
alerta de mensaje de texto.
Levi: no es jodidamente divertido
Zeke: Vuelve a cambiarlo.
Yo: He sido informada ya que nunca hacemos nada íntimo, eso solo nos
hace amigos. Ustedes dos definitivamente serian perfectos MAPS.
Levi: te lo advierto
Realmente puedo escuchar un gruñido de su advertencia en mi cabeza.
Después de tres años juntos, uno pensaría que se habría dado cuenta de que,
podría poner el temor de Dios en los demás,a mi solo me hace sonreír. Es
adorable cuando está todo resuelto. Adorable y caliente.
Zeke: Esta bien. Lo arreglaré cuando regrese.

1
MAPS(mejores amigos por siempre)
Las palabras educadas de Zeke son fáciles de leer. Por "arreglar", él
quiere decir, tomar mi teléfono de mí. Salto de mi cama, buscando un lugar
donde esconder mi teléfono.
—¿Qué estás haciendo?—Erika me mira.
—Tengo que ocultar mi teléfono— le digo a ella. Realmente no hay
muchas opciones aquí. Los susurros fuera de la puerta son cada vez más
fuertes, lo que indica el regreso de los chicos. ¿Cómo diablos están ya de
vuelta? Levanto mi almohada y meto el teléfono justo debajo cuando la puerta
se abre.
—¿Conseguiste papas fritas? Realmente quiero unas papas fritas—
exclamo.
—Teléfono, Livvie— Levi extiende su mano.
—Oh, lo que sea que haya hecho con eso ...— Pretendo mirar alrededor.
Erika se ríe en su cama. Levi y Zeke ni siquiera miran hacia ella porque están
demasiado ocupados mirándome fijamente. Zeke sacude la cabeza antes de
levantar la muñeca. Él golpea ligeramente su reloj y, un segundo después, se
oye un sonido desde debajo de mi almohada.
—¿Me estás rastreando?— Grito con fingida indignación. Pongo mis
manos en mis caderas como si estuviera sorprendida y conmocionada.
Realmente, no lo estoy ni lo uno ni lo otro. Levi cierra la puerta para que las
personas en el pasillo no tengan un asiento de primera fila en nuestra mini
pelea.
— Sostenla y yo tomare el teléfono— ordena Zeke.
Grito y trato de esquivar a Levi, pero el dormitorio es demasiado pequeño
y Levi es demasiado rápido. Me agarra por la cintura y me levanta contra él.
Rapidamente, envuelvo mis brazos alrededor de su cuello, empujando
inadvertidamente su cara contra mi pecho. Él se
pone rígido de inmediato y me doy cuenta de que esta broma podría
resultar mucho mejor de lo que podría haber planeado.
LEVI

L
AS TETAS DE LIVVIE SON SUAVES Y SALTARINAS.
INCREÍBLEMENTE ERÓTICAS. Mi polla se endurece en un
instante. Mierda.
—¿Puedes conseguir el teléfono, hermano?— Gruño.
—Lo tengo.— Mi hermano se gira, sosteniendo el teléfono sobre su cabeza
como un trofeo. La euforia se drena de su rostro inmediatamente cuando ve
mi situación.
Él se acerca y levanta a Livvie de mí, dejándola a un lado. —Lo siento,
hermano— se disculpa.
Murmuro, — Bien— y me doy la vuelta para sujetar un brazo contra la
puerta para que pueda esconderme hasta que mi exitacion disminuya.
—Cómo adivinaste mi contraseña tan fácilmente?— Livvie grita.
—Siempre usas una variación de nuestros cumpleaños. Es posible que
deses cambiar eso— aconseja Zeke. —Intenta algo realmente al azar—
—¿Y luego nunca más usar mi teléfono porque no lo recuerdo? Te
prometo que realmente no discutimos así todo el tiempo— dice Livvie. Ella
debe estar hablando con su compañera de cuarto. —Oigan vengan aquí y
conozcan a mi compañera de cuarto—
—Dale a Levi un momento. Ha sido un día largo— dice Zeke.
¿Día largo? He pasado dos largos años aquí en Brentwood sin nuestra
chica, pero ahora que está aquí, mi cuerpo quiere pegarla a la pared y follarla
hasta que ambos estemos demasiado cansados para pararnos.
Y no puedo hacer eso. No hasta que tenga dieciocho años. Zeke y yo
hemos discutido la fecha porque ninguno de nosotros está seguro de que ella
está lista.
La madre de Livvie nos hizo prometer que no tocaríamos a nuestra chica
hasta que ella tuviera dieciocho años. Estuvimos de acuerdo porque la madre
de Livvie es increíble y la respetamos.
Además, planeamos que ella sea nuestra suegra y no queremos
comenzar el resto de nuestra vida con el pie equivocado. Incluso sin el
compromiso con la madre de Livvie, Zeke y yo probablemente hubiéramos
esperado. Cuanto más tiempo ha pasado, más racional suena la mamá de
Livvie.
Denle la oportunidad de encontrarse a sí misma. La persona que Olivia
tenía a los diez años no es la persona que tiene ahora a los quince. La persona
que será a los veinte años no es quien es ahora. Tú y tu hermano son
personalidades abrumadoras y la única manera de sobrevivir de una relación
poco convencional es que Olivia se conozca a sí misma y sea tu igual.
Mi polla se desinfla tanto que puedo enfrentar a Olivia y su compañera
de cuarto. Me alejo de la puerta y le lanzo a mi hermano una sonrisa tímida.
Él me da una media sonrisa de simpatía y hace un gesto hacia la chica
de ojos grandes sentada con las piernas cruzadas en la cama. — Esta es la
compañera de cuarto de Olivia, Erika—
Cruzo la habitación para estrechar la mano de la niña.
—Soy Levi. La versión más guapo de los gemelos Audley—
Los ojos de la chica pasan de la cara de Zeke a la mía y luego regresan.
—Pero, um, son identicos—
—¡ Noo tu tambien!— Grita Livvie. —Juro que todos dicen que son
idénticos, pero realmente no lo son. Los ojos de Levi son más grandes, pero
el labio inferior de Zeke está más lleno. Y las orejas de Levi son un poco
puntiagudas— Live se acerca y pasa un dedo por la parte superior de mi
oreja. Un escalofrío recorre mi espalda y un gemido casi se escapa. Me muevo
fuera de su alcance.
Tal vez puedas verlo, pero la compañera de cuarto inclina su cabeza. —
Son exactamente iguales. En biología, serían el prototipo de gemelos
idénticos—
Livvie levanta las manos. —Juro que todo el mundo esta ciego— Ella se
vuelve hacia mí. —Comamos. Tengo hambre. Por cierto, me falta una de mis
cajas.Tenía un montón de ropa que compré en el centro comercial la semana
pasada—
Casi miro en la dirección de Zeke, pero me encuentro y en cambio me
dirijo al escritorio donde dejé la comida para agarrar a Livvie.
Cuando Zeke estaba cargando las cajas, uno de ellas se abrió y las cosas
adentro hicieron que mi corazón se detuviera. Mientras Livvie se despedía de
su madre, él guardó la caja en la esquina. Zeke fue a buscar comida mientras
yo escondía la caja al otro lado de la calle en el nuevo condominio que Zeke y
yo compramos, en preparación para la llegada de Livvie.
Cometí el error de abrirlo. Dentro había cosas que ni siquiera sabía que
existían: sostenes con cortes alrededor del área del pezón, ropa interior con
barras en el centro, cosas rígidas que la apretarían alrededor de la cintura
y empujar sus tetas en alto. Eran suave y sexy, y casi me corroben los
pantalones vaqueros, simplemente imaginándome que llevaba uno de esos
atuendos.
Hay una fuerte palmada en mi espalda. Mi hermano se inclina sobre mi
hombro con una mirada preocupada.
—¿Estás bien? —Pregunta en voz baja. —Nuestra chica tiene hambre—
—Y no me gustaría alimentarla— gruño. Aliméntarla con mi polla.
Separaría esos labios de cereza de ella con la punta de mi eje y luego me
hundiría en su boca caliente y húmeda, centímetro a centímetro.
!Porrazo !
Mi cabeza se sacude hacia adelante.
Levanto la mano y quito su mano de mi cráneo. —¿Por que fue eso?—
—Deja de pensar con tu cabeza pequeña. Ahora no es el momento.
Prometimos que esperaríamos, ¿recuerdas?—
—Lo sé— frunzo el ceño.
—No estoy haciendo nada—
—Estás pensando en eso—
Bajo mi voz. —Maldita sea, lo estoy. ¿Me estás diciendo que no viste la
mierda en esa caja y que casi te corres en tus pantalones?—
Es el turno de Zeke de hacer una mueca. —¿Por qué crees que me robé
la caja? No podemos dejar que ella use nada de eso a nuestro alrededor. En
el momento en que ella ponga una de esas cosas, estamos condenados—
—Sé eso—
—Así que deja de pensar en ello. No nos va a ayudar a esperar los
próximos días—
—¿Están ustedes realmente preparando el almuerzo en mi escritorio o
qué pasa allá?— Dice Livvie. —Creo que Erika se está muriendo por aquí—
—No. Estoy bien— protesta la compañera de cuarto.
Arrastro una mano por mi cara, le digo a mi polla que saque su mente
de la bolsa y agarro la carbonara y los palitos de pan. Son solo unos días más.
Puedo esperar ese tiempo, ¿verdad?
OLVIA

—¡O H, MIERDA!— Jadeo cuando estoy despertando de golpe.


Mi cuerpo golpea con fuerza
En primer lugar, terminé mi sueño perfecto de que
yo estaba haciendo algo sobre la masiva erección de Levi que había sido
presionada contra mí ayer. Me estaba frotando arriba y abajo en su eje grueso
cuando el suelo duro decidió interrumpir mis fantasías. La alfombra de piso
que mi madre compró no suavizo mi caída en absoluto. Una luz se enciende,
y me estremezco en el repentino brillo. Una vez más, mis bragas están
pegajosas con la humedad. No solo estoy siendo torturada por ellos en la vida
real, también están en mis sueños. Esto no puede seguir o voy a morir.
—Estoy bien— digo antes de que Erika pueda siquiera preguntar. —
Supongo que no estoy acostumbrado a una cama de tamaño doble— Parpadeo
varias veces, ajustándome a la luz. Con una mano sobre su boca, Erika
intenta silenciar su risa. —Soy un poco torpe— lo admito.
—No dejes que mis novios sepan que he admitido eso— Me incorporo,
frotándome la cabeza. Espero no tener un moreton en la frente por la caída.
—Tu secreto está a salvo conmigo— dice Erika, renunciando a esconder
su diversión. Ella agarra sus gafas de la mesita de noche y se las pone. —
Aunque pueden preguntar.— Ella señala su frente.
—Genial— murmuro, dándome cuenta de que mi caída debe haber
dejado una marca. Me acerco al baño y me miro la cara. Hay un pequeño
bulto rojizo, pero con un toque de maquillaje, puedo ocultarlo. Ya que estoy
despierta, continúo con mi rutina matutina antes de abandonar el baño para
Erika.
—Es todo tuyo— le digo a ella.
Ella deja escapar un bostezo y se estira antes de ir corriendo al baño. Me
dirijo a mi ropa para encontrar algo que ponerme. Después de que Levi y Zeke
se fueron la noche anterior, llamé a mi madre para decirle que me había
acomodado y le conté cómo había ido todo. Ella me hizo FaceTime para que
pudiera presentarla a mi nueva compañera de cuarto. Incluso entonces Erika
era tímida. El solo hecho de hablar con mi mamá dejó un tinte rojo en sus
mejillas.

Me hizo sentir extrañamente protectora con ella. Sé que soy una


estudiante de primer año, pero tengo la sensación de que no se ha aventurado
mucho. Basada en nuestra conversación de la noche anterior, ella va de la
clase a la biblioteca y luego regresa a su dormitorio. Me alegro de tener una
compañera de cuarto. Conocerla hizo que fuera más fácil no pensar en cómo
podría escapar fácilmente de mi dormitorio a la casa de Levi y Zeke, lo que
rompería mi promesa a mamá.
Erika no compartío mucho, pero sus padres se comportan como
superiores que esperan que ella cumpla con estándares increíblemente altos.
Vive en el dormitorio porque está tomando tantas clases que no tiene tiempo
para cuidar de su propio lugar. Cuando le pregunté con quién salía, me dirigió
una mirada en blanco antes de decir, vagamente, —solo algunos amigos—
Parece solitaria. Mi mamá y yo siempre hemos estado cerca. Es parte de por
qué, cuando termine aquí, quiero volver a casa. Me gusta estar cerca de ella.
Incluso Levi y Zeke la aman como a una segunda madre.
—¿Quieres venir a la orientación conmigo?— Grito para que pueda
escucharme a través de la puerta cerrada del baño.
—Voy al baño— susurra ella en tonos levemente conmocionados.
—Me di cuenta un poco. Tu adentro en el baño y todo— me río. El agua
corre y un momento después, la puerta del baño se abre.
—No puedes hablar conmigo mientras voy al baño—
No estoy segura de si eso fue una pregunta o una declaración, pero sigo
adelante y respondo: —¿Por qué no? Puedo hablar y orinar al mismo tiempo.
Quiero decir, no lo haré si te molesta o algo así—
—No, esta bien. Yo… —Ella se ríe y sacude la cabeza como si viera a su
propio razonamiento. —Tienes razón. Puedo hablar y orinar. Simplemente no
le digas eso a mis padres—
—Creo que puedo mantener ese secreto si puedes mantener el mío—
Señalo a mi frente que todavía necesito cubrirme. —Tus padres suenan un
poco temperamentales—
—Eso es ponerlo suavemente— Erika suspira, acercándose a su propio
cubículo y buscando a través de su ropa. — Técnicamente, ya no tengo que
vivir en el campus, pero la única otra opción sería volver a vivir con mis
padres, ya que la carga de mis clases es muy grande. Mi última compañera
de cuarto se vomitaba en el suelo después de pasar la noche bebiendo y aún
así opté por seguir compartiendo con ella antes de regresar a casa—
Asiento pero realmente no entiendo. Sería una mierda no estar cerca de
mi madre. Me duele el corazón por no tener eso en su vida.
Aunque si ella se mantiene cerca de mí, mi madre también estará con
ella. Así es mi madre.
—¿Qué llevas puesto?— Agarro mis pantalones cortos favoritos. No estoy
segura si pueden ser clasificados como cortos ya que son muy pequeños y
andrajosos. Ya casi los he desgastado, pero me niego a renunciar a ellos. Levi
y Zeke creen que los tiré a la basura. Ojalá pueda volver a mi habitación sin
que me vean. Sonrío, pensando en la posibilidad de que me vean
poniéndomelos. Si estoy sufriendo de deseo, ellos también deberían hacerlo.
—Soy del tipo de chica de pantalones de yoga— dice ella. Ella desaparece
en el baño de nuevo. Me pongo mis pantalones cortos y una de las camisas
que ordené en línea con el logotipo de la universidad en la parte delantera.
Experimento un segundo de indecisión cuando me vislumbro en el espejo
sobre mi escritorio. El escote redondo muestra mucho más de mi pecho de lo
que normalmente me siento cómoda, pero se ajusta a mi plan general. Me
pongo unas chanclas mientras me saco el pelo encima de la cabeza. No quiero
meterme con eso ahora. A veces tienes que salir de tu zona de confort para
obtener los resultados que deseas.
Erika sale un momento después con un par de pantalones de yoga y una
camisa que es dos veces demasiado grande para ella y envuelve su delgado
cuerpo.
—¿Haces yoga?— Pregunto. Ella parece ágil y en forma. Ella me recuerda
a una bailarina.
—Si usar pantalones de yoga cuenta como hacer yoga, entonces hago
yoga todo el tiempo— Ella me sonríe. La broma es tonta, pero no puedo evitar
sonreírle, probablemente más grande de lo que debería. Es bueno que esté
saliendo de su caparazón un poco.
—¿Así que vienes?— Agarro mi teléfono celular y me deslizo en mi bolso
cruzado.
—Sí, pero estoy bastante segura de que tus MAPS dijeron que mantengas
tu — hace una pausa por un segundo — “puto culo sexy” hasta que vengamos
por ti— Ella termina, pero sus mejillas están ligeramente teñidas de rosa esta
vez.
—Meh— Agito mi mano. —Ya estoy levantada. Déjalos dormir. Me
seguirán la pista cuando se levanten—
Ella sacude la cabeza como si estuviera loca. Los gemelos Audley son
gigantes y pueden ser intimidantes, pero sé que bajo esa corteza no hay más
que dulzura. No me molesto en decirle eso porque nadie me cree. Pronto verá
lo dulces que son para mí.
Salimos —Todos te están mirando— Erika murmura en voz baja
mientras caminamos por el largo pasillo. Levanto la vista de mi teléfono para
ver que la gente me está mirando. Me encojo de hombros No es que no haya
experimentado esto antes en mi pequeña ciudad. Simplemente nunca me
importó lo que otras personas pensaran de nosotros.
—¿Qué podemos comer por aquí?— Cambio de tema cuando me doy
cuenta de que no le gustan las personas que nos miran y abren la puerta para
bajar las escaleras.
—Hay una cafeteria dos cuadras más. Tienen emparedados de desayuno
y algunos pasteles—
—Suena bien— Erika me señala algunos lugares mientras caminamos.
—Señoritas— nos llama un hombre mientras caminamos por la acera.
Paramos de caminar mientras él corre hacia nosotros, con un montón de
papeles amarillos en la mano. —Deberían venir. Ambas definitivamente
podrían ayudar a nuestra casa. Me entrega uno de los folletos.
Lo miro. Su cabello rubio ondulado le da un aspecto de surfista de niño
bonito. —¿Tu casa?— Pregunto, mirando de nuevo al volante. Tiene un lindo
oso pardo en él. —¿Como una casa de vida silvestre?— Tal vez sea un rescate
de oso o algo así.
Él ríe. —Sí, puede volverse salvaje— Se pasa la mano por el pelo. —
Necesitamos hacer algunas reparaciones en la casa y estamos haciendo un
lavado de autos para ayudar a recaudar el dinero. Deberían venir—
—Lo pensaremos— le digo. Vuelvo a mirar por encima del volante. En
letra negrita dice: Se necesitan voluntarios para el lavado de autos WOW.
Todo el dinero recaudado se destina al fondo Bears.
—Traigan sus bikinis. Se pueden mojar— Él guiña un ojo antes de trotar
y ir hacia otro grupo de chicas caminando.
—¿Hay incluso osos por aquí?— Le pregunto a Erika.
Ella se encoge de hombros y mira por encima del volante. —Sólo los osos
que conozco son los cambiaformas que leo en los libros de romance— Su
boca se abre y su rostro se vuelve un tono más rojo de lo que he visto en ella
antes. Me eché a reír. Me gusta que no sea la única persona que dice cosas
antes de que piensen.
— Estoy bastante segura de que mis novios son osos. Simplemente no
pueden cambiar— bromeo, tratando de aliviar su vergüenza por su pequeño
resbalón. La empujo con mi codo. —Eso lo sé— agrego, y ella se ríe. —Y no te
guardes lo del libro. Yo también amo un buen romance. Me han ayudadla
través del último par de años— suspiro.
Paramos en hablar de nuestros libros favoritos. Doblo el volante y lo
guardo en mi bolso cuando ordenamos. Me dan un chocolate caliente y un
muffin. Erika consigue lo mismo. Nos sentamos en una mesa abierta afuera,
y saco mi teléfono para revisar la hora.
—¿Cambiaron sus nombres de vuelta?— Erika pregunta, tomando un
bocado gigante de su panecillo.
—Sí, y no puedo entender cómo lo hizo Zeke, así que no puedo cambiarlo
de nuevo— Juego con eso por un momento. No sé cómo hace esta loca
tecnología.
—Oh, mierda— Miro a Erika. Ella levanta las cejas en cuestión. —Estoy
en problemas— gemí. —Dejé de compartir mi ubicación accidentalmente— Le
muestro mi teléfono.
Comienza a sonar, haciéndome saltar y lo dejo caer sobre la mesa de
metal. No tengo que mirar para saber quién llama. Lo levanto, contestándolo.
—Buenos días, cariño— susurro con mi voz más dulce. Erika lucha
contra la risa.
—Te dije que mantuvieras tu trasero esperando—
—Los mejores amigos no se les dan ordes asi como asi. No tienen ese
privilegio— Algunas personas se vuelven a mirarme. ¿Por qué se siente como
si la gente supiera quién soy por aquí? Ni siquiera he estado aquí veinticuatro
horas.
—Te lo advertí una vez, Livvie— gruñe Levi. —¿Por qué dejaste de
compartir tu ubicación?—
—No importa— dice Zeke, no solo a través del teléfono sino también
detrás de mí. Me vuelvo para verlos a ambos de pie allí. Sus ojos están en mis
piernas desnudas y mis pequeños pantalones cortos. Sus respiraciones son
cortas y pesadas y sus ojos tienen una mirada salvaje en ellos. Me sonrío a
mí misma, sabiendo que tomé la decisión correcta al usar estos pantalones
cortos y una emoción de anticipación me recorre esperando el resto de su
reacción.
ZEKE

—E
LLA ESTA JUGANDO CON NOSOTROS— MI
HERMANO GRUÑE EN MI OREJA.
—Sí—Doblo mis brazos sobre mi pecho y observo
la vista frente a mí. Las largas piernas de Olivia están completamente
expuestas y su culo apenas está cubierto con un pequeño trozo de mezclilla.
Su camisa no es mucho mejor con su ajustado, apretado y cuello escotado.
Hay suficiente escote para que un hombre se ahogue. Me muerdo el labio
inferior.
He pasado innumerables noches imaginando el peso de esas tetas
balanceadas en mis palmas, cómo las apretaba, les daba forma y las
preparaba para mi boca. Le chuparía los pezones hasta que estuvieran
apretados y duros. Mi boca comienza a salivar. A mi lado, Levi deja escapar
un gemido bajo y gutural.
—No sé cuánto tiempo más puedo sobrellevar esto—
—Tienes cuatro días, hombre— murmuro de un lado de mi boca. Mis
ojos todavía están fijos en Olivia, sonriendo como un rayo de sol inocente.
—Cuatro días hasta que ella cumpla dieciocho años— dice.
Alejo mis ojos del cuerpo perfecto de Olivia para mirar a mi hermano. No
está diciendo lo que creo que está diciendo, ¿verdad?
—Cuatro días hasta que podamos tocarla— aclaro.
Levi devuelve mi mirada sombría. —Le prometimos a la madre de Livvie
que esperarariamos hasta que Livvie estuviera lista. Si ella no está lista ahora,
entonces cuatro días no harán la diferencia. Su cumpleaños no cambia
mágicamente de mierda—
El impulso de enterrar a mi hermano detrás de nuestro apartamento de
repente me atrapa. ¿Por qué está trayendo la lógica en esto? Yo mismo tuve
los mismos pensamientos horribles. Me pellizco el puente de la nariz e inclino
la cabeza hacia atrás. La promesa que le hicimos a la madre de Olivia no era
solo esperar hasta que ella tuviera dieciocho años, sino esperar hasta que se
encontrara lista. A Sonya le preocupa que apresuremos a su hija a tomar una
decisión que no estaba emocionalmente preparada para tomar. Para mucha
gente, un trío podría estar bien para una conexión pero no una relación
permanente, lo que me parece tonto como una mierda. Lo entiendo. Lo hago,
pero ...Establecí su cumpleaños como fecha límite y ha habido un
temporizador mental en mi cabeza. Esa cuenta regresiva ha sido sobre lo
único que me ha mantenido sano.
Bajé la cabeza y miré a mi chica que se había vuelto hacia su compañera
de cuarto.—¿Qué estas sugiriendo?—
Ya sé la respuesta. No somos gemelos idénticos para nada. No es que nos
parezcamos igual. Pensamos parecido. Tenemos algún tipo de conexión
psíquica. No importa lo lejos que estemos el uno del otro, puedo sentir lo que
está sucediendo en su vida, lo que está sintiendo. Sé si está molesto. Yo sé si
él es feliz. La razón por la que nunca salimos antes de que llegara Olivia fue
porque sería imposible para él amar a alguien sin que sintiera exactamente
lo mismo. Somos un alma en dos cuerpos. Levi no podía estar con la chica
sin que yo también quisiera estar con ella, y viceversa.
Nunca habíamos expresado estos pensamientos el uno al otro. Ni
siquiera estaban completamente formados hasta que Olivia se mudó a la casa
de al lado. En el momento en que pusimos los ojos en ella, fue como si todas
las piezas dentadas de nuestra base de repente encajaran perfectamente en
su lugar. No teníamos que hablar de eso. Ambos sabíamos que ella era la
única.
Era conveniente que ella viviera al lado de nosotros, pero si ella hubiera
vivido en otra ciudad o incluso en otro estado, todavía la habríamos
reclamado. Olivia nació para ser nuestra tal como nacimos para ser suyos.
—Mira, no estoy diciendo que no hagamos nada, pero el hecho es que no
hemos hecho nada, ¿por qué no nos lo tomamos con calma?—
Suspiro y meto mis manos en mis bolsillos, los que quieren arrojar a
Olivia sobre mi hombro, llevarla a la habitación privada más cercana y darme
un festín con cada centímetro de su delicioso cuerpo comenzando con esos
abultados labios y terminando con la boca cerrada. contra su coño
—Sí, es una buena idea— estoy de acuerdo molestamente metiendo las
fantasías en la caja de Olivia que he estado ocultando en la parte posterior de
mi cabeza durante los últimos tres años. Quiero decir ... en serio, ¿qué otros
días? Mi polla puede caerse. Puedo romperme la clavicula con tanta
frecuencia, pero no es demasiado grande.
—Escucho el 'pero' al final de tus palabras— dice Levi.
—El 'pero' es que me temo que en el momento en que ponga mis manos
sobre ella, no podré tomarlo con calma—
—Lo harás— dice con más confianza de la que yo siento. Luego da un
golpe como si fuera un mazo2. —Lo harás porque es Olivia—
—Bien— Me siento como un niño de cinco años cuyo juguete acaba de
ser retirado.
—¿Cual es tu plan?—
—Continuamos con la cena de cumpleaños, y podemos perder el tiempo,
pero la ropa permanece. En el momento en que se abra una cremallera,
estamos condenados—
Odio esto, pero sé que tiene razón. Extiendo mi mano y agito de acuerdo.
—A ella no le va a gustar esto— dice Levi.
Olivia ya nos está mirando con suspicacia. —Dime algo que no sépa—
—Sé fuerte—
Mis ojos se dirigen a sus piernas otra vez y trago.
—No hay problema—
Levi me da un fuerte empujón para impulsarme hacia adelante.
—Dame tu teléfono— Extiendo mi mano.
—Se apago por si solo— dice ella, empujando el teléfono sobre la mesa.
Lo tomo y voy a la configuración para volver a activar la ubicación
compartida. Es una tonteria porque ya puse un rastreador en su protector de
cell, pero ahora que está aquí en la universidad y que hay muchos perdedores
por aquí, no voy a poder dormir sin saber dónde está en todo momento. Me
meto en el bolsillo y le doy la vuelta a una delgada pieza de plástico,
aproximadamente la mitad del tamaño de una tarjeta de crédito, en su
dirección.
—No es la primera vez— estoy de acuerdo. —También podrías poner esto
en tu bolso—
Ella lo toma y lo sostiene frente a su cara. —¿Es este un rastreador de
GPS?—

2
mazo(martillo de juez)
—Sip. Es un prototipo de la empresa para la que estoy haciendo algunos
trabajos de software. Quieren que lo pruebe —
Ella lo desliza en su bolso. —Probablemente se ofreció como voluntario—
le dice a Erika.
—Probablemente tengas razón— le respondo. Navego a la aplicación que
había colocado en su teléfono anteriormente y la abro. Luego coloco el teléfono
sobre la mesa para que ella pueda ver la pantalla. En él hay un mapa y tres
puntos verdes enclaustrados dentro del contorno del edificio de la cafetería
del campus.
Ella inclina la cabeza. —¿Qué es esto?—
—Esta es la aplicación que funciona con el rastreador. Te tengo a ti, Levi,
y yo en el mismo grupo—
—¿Los dejas rastrearte?—
Me dirijo a su compañera de habitación para responder, pero Levi me
gana.
—Sí. ¿Por qué no?—
—Pensé que los chicos ni siquiera dejaban que sus novias miraran sus
teléfonos—
—¿Qué clase de mierda es esa?—Levi tira su teléfono sobre la mesa. —
Livvie puede mirar mi teléfono cuando ella quiera. No le escondemos ninguna
mierda—
—El seguimiento es para seguridad y tranquilidad— le explico a la
confundida Erika. —Es para que Levi pueda concentrarse en su juego y yo
pueda concentrarme en mi programación sin volverme loco preguntándome
dónde está Olivia. Y es lo mismo para ella. Estuvimos aquí dos años mientras
ella estaba en casa. Ella se merecía saber dónde estábamos en todo
momento—
—Honestamente, fue la única forma en que sobreviví a esos dos años.
Aunque ... —Ella me señala con un dedo. —El tuyo es mucho—
Parpadeo angelical hacia ella. —Como dijiste, el software de localización
no siempre funciona. Es por eso que estamos probando este nuevo software—
A decir verdad, yo fui mucho a casa. Levi estuvo practicando y yo…..Las
clases fueron estúpidas para mí, así que me salí, regresé acasa y me aseguré
de que Olivia estaba bien. Luego volvia y le daba un informe detallado a Levi.
Olivia entorna los ojos. —Hay otra razón, porque sé que puedes
solucionar ese problema en tu teléfono, pero te lo quitaré de encima más
adelante.Tengo mis formas— Ella pasa un dedo por la parte superior de sus
tetas expuestas.
Levi se ahoga con su agua. Miro hacia el cielo hasta que mi súbita
erección cede.
—Tenemos cuatro días más, nena— Levi suplica. —No nos pongas a
prueba así—
—No tengo idea de lo que estás hablando— responde nuestra chica,
apretando sus brazos a los costados y inclinándose sobre la mesa. Sus tetas
casi se salen de su camisa.
Levi se quita la camisa y se la arroja. —Ponte esto—
Hay un repentino incremento de sonido en el café seguido de un ligero
aplauso. Olivia se endereza con el ceño fruncido y arroja la camisa a la cara
de Levi.
—Deja de exponer tus abdominales a todos— ordena.
—Esos abdominales son de mi propiedad. Nadie debería poder mirarlos,
excepto yo. Lo siento, Erika— le dice a su compañera de cuarto. —Tienes que
conseguir a tu propio hombre—
—No, entiendo— Erika agita su mano en el aire mientras Levi se vuelve
a poner la camiseta.
—Sabes, creo que a Erika le iría bien en un poliamor3. ¿Conoces a algún
otro tipo?—
—Si mantienes tus tetas dentro de tu camiseta, mantendré mis ojos
abiertos— le digo.
—Haz eso— Olivia se pone de pie. —Vamos, Erika. Vamos de compras.
Perdi una caja muy importante de cosas, y como no puedo encontrarla,
también podría obtener algunos reemplazos—
Erika agarra su bolso y las dos salen antes de que Levi y yo podamos
darnos cuenta. Él agarra mi hombro y me señala con un largo dedoentre mis

3
es un neologismo que se refiere a mantener relaciones amorosas o sexuales, de manera simultánea
con varias personas, con consentimiento y conocimiento de todos los involucrados. El individuo que se
considera a sí mismo emocionalmente capaz de tales relaciones se define a sí mismo como poliamoroso.
ojos. —Será mejor que la detengas. Si ella trae a casa un pedazo de encaje,
seré hijo único después de hoy—
OLIVIA

E
RIKA ARROJA TODO UN MANOJO DE AGUA FRÍA EN MIS
PLANES.
—No podemos ir de compras. Tienes orientación—
—Oh, eso es correcto— Miro hacia abajo a mi cuerpo
apenas vestido y tengo un momento de inquietud. Una cosa es andar vestida
así para provocar a los chicos, pero otra cosa es desfilar mis tetas y mi trasero
delante de toda la clase de primer año. —Tal vez deberia…..—
El resto de mi oración da paso a un pequeño grito cuando mis pies
abandonan el suelo. Mis sandalias se me van volando, mi camisa se levanta
y mi cara termina en algún lugar cerca del culo firme de Levi. Desde mi punto
de vista al revés, veo a Zeke levantando mis sandalias y poniéndolas en mis
pies. Enrosco mis dedos alrededor de la correa central para evitar que se
caigan nuevamente.
No me molesta demasiado este comportamiento cavernícola, ya que me
coloca en la posición perfecta para apretar el trasero de Levi. Solo me aprieto
un poco antes de que Levi me levante con un fuerte gruñido. En algún lugar
detrás de Levi, Erika se ríe. Estaba hablando en serio cuando le sugerí a los
chicos que encontraran a Erika como su propio hombre, pero tal vez debería
comenzar con uno. No estoy segura de cómo le iría con dos. Por ahora, sin
embargo, tengo mis propios hombres para acorralar.
—¿No tienes práctica?— Pregunto, fingiendo molestia. Zeke me da una
nalgada en el culo.
—Tengo tiempo para esto—
No sé cómo lo manejan, pero me llevan a través del campus y de vuelta
a mi dormitorio en un tiempo récord, incluso con pocas llamadas de gatos y
susurros en el camino que casi me han pegado en el cuerpo a un par de tipos.
Por suerte para ellos, vieron quién me llevaba y corrieron aterrorizados antes
de que los gemelos pudieran reaccionar.
Cuando finalmente llegamos a mi habitación, Levi me tira suavemente
sobre la cama. Erika murmura que esperará afuera mientras Zeke cierra la
puerta detrás de nosotros y nos sella a los tres que estamos adentro.
—No te muevas— Levi me señala cuando empiezo a levantarme de la
cama. Su nariz se ensancha y puedo decir que está al borde. Esto no debería
excitarme tanto como lo hace. Sus expresiones intensas no ayudan al
cosquilleo que se dispara directamente a través de mi cuerpo.
Lo siguiente que sé es que tanto Levi como Zeke están hurgando en mi
armario. —¿Qué es exactamente lo que ustedes dos piensan que están
haciendo?— Pregunto, porque esto se me está yendo de las manos. Ambos se
giran y miran como si les hubiera hecho la pregunta más tonta.
Zeke habla primero. —Quítate los pantalones cortos—
Me toma un momento registrar lo que está diciendo porque tiene un par
de mis bragas blancas en la mano. Levi se da cuenta y los arrebata de su
mano. Los mira fijamente por un momento como si no supiera lo que son.
Zeke los toma de nuevo, metiéndolos en su bolsillo.
—Mantente enfocado— le dice a su hermano, quien asiente y vuelve a
hurgar en mi ropa.
—¿No puedo usar bragas ahora?— Me levanto de la cama.—¿Debo
quitarme esto también?— Voy por el botón de mis pantalones cortos.
—Olivia— advierte Zeke, haciéndome sonreír. Él siempre dice mi nombre
completo.
—Me dijiste que me los quitara— lo desafie.
Levi se vuelve para mirar en mi dirección sus manos llenas de ropa.
—Zeke— Dice el nombre de su hermano como una súplica. Zeke respira
hondo, luego maldice mientras comienzo a bajar la cremallera. Agarra a su
hermano, sacándolo de la habitación.
—¡Oye!— Grito cuando la puerta se cierra detrás de ellos. Me quedo allí
por un momento, preguntándome si realmente se fueron.
—Cambiate los pantalones cortos— dice Zeke a través de la puerta. Estoy
a punto de decir que no, pero cuando escucho su suave y dolorosa expresión
de —por favor— cedo.
—Está bien— suspiré, y encontré un par de jeans y me los puse. Me sigo
cambiando mi camiseta por un suéter delgado que me dieron la Navidad
pasada que tiene su nombre en la parte posterior. —¡Ambos estarán felices
de saber que estoy cubierta de pies a cabeza ahora!— Grito sarcásticamente
a la puerta.
La puerta se abre lentamente unos momentos más tarde para revelar a
Erika parada allí. —No creo que pueda manejar a dos de ellos—señala su
pulgar detrás de ella, donde Levi y Zeke están hablando con un tipo que
parece tener su edad. Los chicos se ven ridículos con los brazos llenos de ropa
de chicas.
—¿Qué están haciendo?— Le pregunto.
—Interrogándolo sobre por qué estaba caminando tan cerca de nuestra
puerta—
—¿Como, él estaba caminando por el pasillo?— Pregunto, para
asegurarme de que estoy entendiendo bien. Ella asiente. Ruedo mis ojos.
—¡Dejen a ese pobre hombre en paz!— Grito, atrayendo su atención
hacia mí. El hombre toma la oportunidad de escapar. Hago un pequeño giro.
—¿Esto cumple con sus estándares?— Ambos se relajan un poco cuando
ven el suéter que tengo puesto.
Me vuelvo ante el sonido de mi teléfono sonando desde dentro de mi bolso
en la cama.
Lo levanto y borro el recordatorio de que debo ir a la orientación.
—Me tengo que ir— suspiro. Estaba disfrutando demasiado este juego.
Me hizo extrañar vivir cerca de ellos. Me recordó cuándo éramos más jóvenes
y cómo podían entrar y salir tan fácilmente de mi vida cotidiana. Pensé que
estar más cerca de ellos volvería las cosas más fáciles, pero no estoy tan
segura de que eso sea cierto. Los quiero todo ahora.

Ambos se acercan a mí. Zeke pone su dedo debajo de mi barbilla,


haciéndome mirarlo. —¿Vas a decirnos qué le pasó a tu frente?— Pregunta.
Me había olvidado por completo de tratar de encubrirlo. Levi está justo al lado
de él, sosteniendo su dedo frente a mi cara y pidiéndome que lo siga con mis
ojos. No puedo evitar reírme.
Yo niego con la cabeza no.
—Te caíste de la cama, ¿verdad?— Dice Zeke. Su boca se detiene en una
media sonrisa.
—¿Ustedes tienen una cámara aquí?—Mis ojos saltan entre los dos.
—Ojalá— murmura Levi.
—No les des ideas— dice Erika. Me muerdo el labio para no reírme.
—Solo sabemos que te das vueltas cuando duermes. No estás
acostumbrada a una cama pequeña— Zeke atrae mis ojos hacia él.
—Lo que ella necesita es estar durmiendo entre nosotros. Su trasero solo
daría vueltas cuando la moviéramos—
Las palabras de Levi me quitan el aliento. Zeke saca mi labio de entre
mis dientes, trazándolo con su pulgar antes de que se incline, besándome en
la frente donde sé que está la marca. Da un paso atrás, permitiendo que Levi
haga lo mismo.
—Sé una buena chica en la orientación— dice Levi antes de que se giren
y miro como ellos se van ¿Cómo voy a hacer otros cuatro días, no tengo ni
idea.
ZEKE

L
A ORIENTACION ES MUY ABURRIDA LA PRIMERA VEZ, pero te
da aún más el sueño después de haber estado en el campus
durante dos años. Dos estudiantes de último año que llevan
camisetas uno en los colores de la escuela están revisando una presentación
de PowerPoint que se debe haber creado hace unos diez años, porque el mapa
de la escuela que están usando ni siquiera tiene el nuevo edificio de ciencia.
Olivia está tomando notas seriamente como si Levi y yo no estuviéramos
aquí para llevarla a donde ella necesita ir. No estoy emocionado de cómo todos
los hombres que están a una distancia de inhalación miran su cabeza
inclinada. Incluso cubierta con su suéter y pantalones vaqueros, ella llama la
atención. Frustrado arrastro una mano por mi cabello. Necesita salir a la
mierda y experimentar la vida, sea lo que sea lo que eso signifique, ¿pero tiene
que haber tantas malditas pollas cerca de ella? ¿Cuántas podría romper antes
de que alguien me lleve a la cárcel? Siento que podría conseguir una buena
docena. Si Levi estaba conmigo, probablemente podríamos limpiar la
habitación.
¿Por qué no pudo Olivia haber ido a una universidad de mujeres? Tenía
que haber algunas de esas alrededor, ¿verdad?
Uno de los consejeros se aleja del lado de la habitación y se acerca a mí.
Lo reconozco vagamente como un chico de mi clase de Programas
secuenciales. Sandro fue una de las pocas personas que no me molestaba
regularmente. Era inteligente, estaba preparado y no hizo perder el tiempo de
nadie. Saca la silla a mi lado y se sienta.
—¿Estas perdido Audley, o estás revisando la nueva cosecha de
chicas?—
—Ninguna de las dos—Solo tengo ojos para una mujer.
Sandro frota un dedo en la parte inferior de su labio. —Escuché a través
de la plataforma social que los gemelos Audley llevaban a una chica por el
campus en la mañana—
—Pensé que estabas escribiendo algún software de realidad aumentada,
no una columna de chismes—
—Soy lo suficientemente inteligente como para hacer ambas cosas—
No hay mentira allí. Sandro tiene las mejores calificaciones en el
departamento de informática.
—Me sorprende verte en el campus, y mucho mas aquí en la orientación.
Saltaste más clases de las que asististe. Si hubieras asistido a la mitad de las
clases, habrías estado cerca del tope—
—Tenía cosas pasando—
—Hmmmm. Tu no vas a clase Odias la universidad Las únicas cosas a
las que asistes en el campus son los juegos de fútbol de tu hermano. Nunca
te perdiste uno, así que solo puedo asumir que tienes un amorcito en casa y
este es su primer año en la universidad— Como dije, Sandro es un chico
brillante. Él escanea la habitación. —¿Cuál es ella? Quiero ver quién te
derribó—
—¿Por qué estoy derribado? ¿Qué idiota va a pasar tiempo con alguien
que los derriba?—
Arquea las cejas.—Esto es razonable. Así que es serio entonces. ¿De
verdad la compartes con tu hermano?—
Suspiro internamente. Supongo que sabía que la gente iba a preguntarse
qué demonios pasaba entre los tres, pero no pensé que obtendría el décimo
grado cinco segundos después de que Olivia entró en el campus. —Dónde
escuchaste eso?—
—Estoy escribiendo ese blog de chismes, ¿recuerdas?
—¿Lo estas?— Me tomo hacia atrás con sorpresa. Sandro siempre salió
como un tipo serio, no como un guerrero del teclado escribiendo entradas de
blog a las dos de la mañana con el polvo de Cheeto en sus dedos.
—Pensé que era una puta broma—
Él ríe. —Es un chiste. Está por todo el campus, la historia en Snap4—
Da la vuelta a su teléfono.
Lo agarro y comienzo a hacer tapping a través de la aplicación. Hay varias
fotos de Levi corriendo hacia el dormitorio con Olivia sobre su hombro y un
par de fotos de nosotros parados fuera de la habitación del dormitorio de
Olivia interrogando a ese tipo que había pasado demasiado tiempo en el
pasillo para mi comodidad. Es un dormitorio de chicas. ¿Qué demonios estaba

4
Snap(Redsocial)
haciendo allí de todos modos? Su excusa de que estaba entregando mierda
por su hermana no me convencio, al menos no con las curiosas miradas que
seguía escabulléndose hacia la puerta de Olivia.
Resolvería muchos problemas si Levi y yo pudiéramos hacer un reclamo
público, pero estoy atascado porque no sé lo que Olivia quiere. En casa, todos
Sabian que los tres éramos una unidad y nadie hizo una pregunta.
Éramos los gemelos Audley. No le explicamos mierda a nadie.
Si fuera por Levi y yo, diríamos que lo jodamos y dejemos correr el
chisme, pero Olivia está aquí y queremos asegurarnos de que tenga una
experiencia indolora y divertida. Supongo que necesitamos sentarnos y
charlar, y no solo sobre lo que quiere que seamos, sino también el plan de
Levi para limitar el contacto físico. A Olivia no le va a gustar nada de eso, pero
es mejor que nos pongamos en la misma página para que nadie esté enojado
por la próxima historia de Snap del campus.
Mi propio teléfono vibra. Le devuelvo el dispositivo de Sandro y saco el
mío de mi bolsillo.
Levi: estamos e la historia de Snap del campus
Yo: ya lo he visto.
Levi: ¿Has hablado con Livvie todavía?
Yo: No tienes práctica y no, ella está en medio de orientación.
Levi: Estamos haciendo levantamiento de equipo. Estoy descansando
entre series. Compremos algo en el centro comercial que diga que nos
pertenece.
Yo: como que ¿Una sudadera personalizada?
Levi: Claro.
Yo: Eso fue una broma.
Levi: No para mí.
—Diviértete con tu fama— Sandro me da una golpe en la espalda
. —Al menos no me preocupare que este año sea aburrido—
Le doy el dedo de enmedio mientras se aleja. Olivia decide que ahora es
el momento en que quiere tomar un descanso de sus notas y me ve con el
dedo medio hacia afuera. Levanto mis otros dedos y la saludo con un gesto
alegre.
Sus cejas se juntan y luego gira en su silla, su espalda me impide ver lo
que está haciendo. Mi teléfono vuelve a sonar.
Olivia: ¿A quién odiamos?
Yo: ¿vuelves otra vez?
Olivia: le estabas dando el dedo a alguien Voy a andar o morir, nene
¿recuerdas? Así que dime quién está en la lista de mierda para que pueda
darles el hombro frío.
Yo: Todos están en tu lista de mierda entonces. Dale a todos el hombro
frío.
Miro por encima de mi teléfono para ver que sus hombros se sacuden
con una risa reprimida.
Olivia: ¡Estoy aquí para hacer amigos! Si soy grosera con todos, la gente
pensará que estoy amargada.
Rechino la parte de atrás de mis dientes juntos. ¿A Olivia realmente le
importa lo que otras personas piensen de ella? Porque si lo hace, entonces
todo este trío podría herir sus sentimientos. No la relación real sino la mierda
que otros dicen al respecto. Me pregunto si debería mencionar la historia de
Snap pero decido no hacerlo. Hablaremos de ello durante la cena.
Yo: Levi quiere que consigas una camiseta que diga "Propiedad de los
gemelos Audley " en la parte posterior.
Olivia: Estoy dentro. También haremos una para cada uno de ustedes.
Yo: ¿ Una que diga soy propiedad de los gemelos Audley?
Olivia: Que diga que son de mi propiedad.
Yo: Todos aquí lo sabremos entonces.
Olivia: Ellas deberian.
Y eso lo responde. Quiere que se sepa que somos una unidad, tan cursi,
camisetas personalizadas, aquí vamos.
OLIVIA

M
IENTRAS QUE ALGUIEN DE CLASE AVANZADA MUESTRA UN
MAPA DEL CAMPUS, PRACTICO escribiendo Olivia Audley con
mi boligrafo rosa. Nuestros nombres van bien juntos, si lo digo
yo misma. Probablemente pasará una eternidad antes de que cambie mi
apellido, pero eso no me impide hacer garabatos una y otra vez. Es algo que
he hecho durante años, especialmente cuando me aburro en un salón de
clases.
Realmente me encanta la idea de que lleven camisetas con mi nombre.
Las compras están tan de vuelta en la agenda de hoy. Tendré que avisar a
Erika. Ya llevo años usando su nombre en mi espalda, ya que la mitad de mi
clóset son camisetas viejas y camisas de Levi. No es un anillo, pero al menos
es algo. Sé que otras chicas miran esas ropas con envidia. ¿Quién puede
culparlas? Es un honor llevar el nombre de Audley.
Por otro lado, la idea de que lleven mi nombre en la espalda me llena de
satisfacción. Aunque sé que nunca me engañarian, quiero que todos sepan
que me pertenecen. Ellos hacen sus cosas a lo cavernícola, y yo también
puedo hacer las mías. Cavernimujer quiere su nombre en ti. Resoplo ante mi
propia broma estúpida. Mi teléfono se ilumina con un texto.
Zeke: ¿Qué es tan gracioso allá arriba?
Yo: recordé que olvidé las bragas cuando me cambié. ¿Todavía tienes las
mias?
Lucho contra una risa. Miro por encima de mi hombro para ver que él
me mira y que es una mezcla entre, te voy a azotar el culo y te voy a cortar
como un animal en celo. Guiño, dándome la vuelta para fingir que estoy
escuchando lo que se dice.
Le prestaría más atención si supiera que lo necesito, pero no tengo
ninguna duda de que mis dos hombres han encontrado una forma para que
uno de los dos, o ambos, me acompañen desde y hacia cada clase. Aprender
mi camino vendrá con el tiempo.
—Deberian hacer eso. Si tienen alguna inquietud, no duden en venir y
preguntar,— dice el de clase avanzada que ejecuta la sesión de orientación.
Agarro mis cosas, luego me doy vuelta y termino casi corriendo hacia alguien.
Al principio, creo que es Zeke porque está muy cerca, pero cuando mis ojos
se mueven hacia arriba, veo a un chico con el pelo rubio y peludo en lugar de
mi chico gigante de pelo oscuro.El rubio me recuerda al tipo que dio a Erika
y a mi el folleto anterior, pero podría estar equivocada. Mi amiga Kimmy solía
bromear con el hecho de que, de alguna manera, todos los demás muchachos
se mezclan y se ven iguales a mí, pero a los gemelos Audley los podía
distinguir con los ojos cerrados. Cada uno tiene su propio olor que encuentro
intoxicante. Siento que mis mejillas se enrojecen solo de pensarlo. Salgo de
mi bruma sexual y me concentro en el chico que está delante de mí.
—¿Por qué te cambiaste?— Pregunta, sus ojos recorren mi cuerpo.
—¿Eh?— Pregunto confundida. Miro hacia abajo en mi ropa y recuerdo
que hice el cambio.
—Esos pantalones cortos eran ...— Antes de que pueda terminar, sale
volando de un empujón de un solo brazo de Zeke.
—¿Por qué no jugaste al fútbol también?— Bromeo.
—Mierda. Zeke. Solo estaba jugando.— El tipo se levanta, pero se detiene
cuando Zeke lo mira de reojo.
—Vete a la mierda en otro lugar. Esa es tu única advertencia— le dice.
Un par de chicas se ríen y susurran lo que pasó. —Adelante. Difunde esa
mierda— ordena Zeke, girándose para mirar a las chicas que se están riendo.
Dejan de charlar y se van inmediatamente. Él desliza su mano en la mía y me
lleva fuera del auditorio.
Él camina más rápido de lo normal, y mis piernas cortas apenas pueden
mantenerse al día.
Casi corro para seguirle el paso.
—Realmente debes estar emocionado por hacer estas camisas— bromeo.
Disminuye la velocidad cuando se da cuenta de lo rápido que está
caminando. Echo un vistazo alrededor para ver que todos nos roban un
vistazo, incluso más de lo que ya habían sido.
—Te enrojeciste— gruñe Zeke, pero sigue caminando con mi mano
atrapada.
—¿Como caliente?— Lo miro. Sus cejas se juntan en un ceño fruncido.
—Como cuando te excitas. La parte superior de tus mejillas se enrojece
e ilumina esas seis pecas que tienes—
—¿Hay seis? ¿Has contado?— Me río. Ni siquiera sé cuántas pecas tengo.
Sé que tengo una par en mis mejillas. Los tengo cada verano. Se desvanecen
en el invierno—Créeme. Conozco cada parte de ti aun las que no he tenido el
privilegio de ver—
—Eso es realmente dulce— suspiré, sonriendo sobre cómo mis
cavernícolas son los seres más dulces que jamás hayan caminado sobre la
tierra. Tal vez es por eso que su hombre de las cavernas actúa tan lindo y no
molesto y loco como algunos dicen que deberían. En privado, desconfío de
todas estas críticas y tiendo a pensar que algunas personas están tratando
de sacarme del camino para poder robarme a mis cavernícolas.
—Olivia— Zeke me responde bruscamente.
—No uses ese tono conmigo— replico.
—No tengas tu sonrojamiento encendido con otros hombres— Me toma
un segundo y luego me echo a reír. Dejo de caminar porque me río mucho.
Intento recomponerme y limpiarme las lágrimas de las mejillas, pero me echo
a reír de nuevo.
—¿Quieres decirme qué es tan gracioso?—Zeke gruñe. Suena más como
Levi.
—Que has pensando que me estaba volviendo loca por el surfista de allí—
Me meto en Zeke, presionándome contra él. —Estaba pensando en cómo tú y
Levi huelen un poco diferente. Que puedo cerrar los ojos y saber con cuál de
ustedes estoy presionada. No necesito verte para saber cuándo estás cerca.
Me estaba imaginando cómo sería cuando todos nuestros aromas se
mezclaran. ¿Es eso lo que querías escuchar, Zeke? ¿Eso calma tus celos?—
Me levanto con los dedos de los pies para acercarme a su oído y le susurro:
—¿Puedes oler mi excitación?— Zeke parece que se va a romper, pero se
recupera rápidamente. Dejo escapar un pequeño suspiro de decepción.
Supongo que tendré que seguir intentando desgastarlos. Se romperán tarde
o temprano.
Zeke levanta su mano hacia mi mejilla, su pulgar rozando mis labios. Yo
frunzo mis labios contra ella. Es su manera de besarme sin realmente
besarme.
—Una de estas veces realmente me darás ese beso— Inclino mi cabeza.
—No con todos mirando. La primera vez que te besemos, solo seremos
nosotros tres—
Gimo, una mezcla de necesidad, amor y molestia. Tiene razón, pero
todavía quiero besarlo ahora mismo.
—Vamos a reunirnos con Levi para que podamos ir a buscar esas
camisas de las que estabas hablando— Él quita su mano de mi cara.
—Quiero invitar a Erika. Le dije que teníamos que ir de compras— Busco
mi teléfono celular. —Además, me robaste la mitad de mi ropa— le recuerdo.
—Te compraré ropa completamente nueva—
—Esas estáran aprobadas por Audley— le contesto, y levanto una ceja
hacia él.
Se encoge de hombros, sin negarlo.
Le mando un mensaje a Erika. Me dio su número de celular anoche para
reunirse con nosotros.
—Me gusta ella— le digo a Zeke. —Ha estado aquí unos años. ¿Ustedes
la conocen?-
—Nah. No debemos haber cruzado caminos— No estoy seguro de creerle.
La escuela es grande pero no tan grande. Creo que Levi y Zeke también
podrían tener el mismo problema con personas del mismo sexo que se
mezclan. — La investigue. Ella parece buena. Se mantiene a sí misma.
Estudiando o escabulléndose al edificio de bellas artes en la noche para bailar
cuando piensa que no hay nadie allí—
—¿Baila?— no había mencionado eso, pero todavía nos estamos
conociendo.
—Lo único que pude adivinar. Seguí su tarjeta de acceso a la escuela.
Ella entra allí tarde por la noche. Entre eso y su actividad en línea, es lo único
que puedo pensar que está haciendo allí—
—¿Me estás diciendo que la investigaste?— Me ofendo. Dejo de caminar
otra vez para mirarlo. —¿Se me permite acechar a otros hombres?—Me
señalo.
—¿Si quieres que mueran?— Levi aparece de repente. Él pone una mano
para calmarme en mi espalda. —Solo nos asegurábamos de que no tuvieras
una habitación con una persona loca para que pudieras cambiarte a otra
habitación o algo así—
—Bien Voy a dejarlo pasar porque no me gusta que la gente simplemente
orine en mi piso al azar— Le doy un fuerte abrazo de bienvenida.
—¿Qué acaba de decir?— Con sus brazos todavía alrededor de mí, Levi
le pregunta a Zeke.
—¿Alguien ha orinado frente a ella?— Agrega con un gruñido.
—Nadie está orinando frente a mí— Levanto mis brazos. —Solo estaba
diciendo que me gusta Erika pero que no puedes acecharla. Eso solo se aplica
a mí—
—No acosar a otras mujeres. Lo tengo.— Levi me tira de su lado y coloca
un beso sobre mi cabeza. Me apoyo en él. Lo extrañé mientras estaba en la
práctica.
—Vamos a conseguir camisetas con mi nombre en ellas para que las
usen— le informo. No estoy segura de si Zeke le contó de nuestros planes. —
El rosa es mi color favorito— Lucho contra una sonrisa.
—No me importa una mierda. Me pondré rosa si eso es lo que te gusta
— dice Levi encogiéndose de hombros, y sé que no está bromeando. Me
acurruco cerca de él y trato de Ignorar a todas las personas que nos siguen
mirando.
LEVI

¿Q UE ES LO QUE PIENSAS? LIVVIE DICE. SUS BRAZOS


CRUZADOS SOBRE su pecho y sus ojos con picardia.
Levanto la camiseta que el trabajador del centro comercial
acaba de sacar de su máquina de coser. —No sabía que hacían rosas tan
brillantes—
—Es brillante— murmura la compañera de cuarto.
—¿No te lo vas a poner?— Zeke prometió que tendríamos la misma
camisa, pero si quieres echarte para atras... —Livvie se retira. La cabezota
piensa que me resistiría a esto? Mierda, si ella preguntara si me gustaría
desfilar por el campus con una liga y un sostén. No tengo vergüenza cuando
se trata de ella.
Me meto el collar en el bolsillo y me agarro el centro de atras de mi
camisa. Empiezo a tirar pero me detengo cuando Livvie grita.
—¿Dejarás de desnudarte en público? Es como si quisieras que otras
chicas te miren fijamente— Ella sacude el dobladillo de mi camisa hacia
abajo.
Mis cejas chocan juntas. —¿Pensé que se suponía que todos debíamos
llevar esto?—
—No ahora. Luego. Cuando volvamos al campus. De esa manera todos
sabran que estamos juntos—
—Tengo una camiseta debajo de esto— señalo, levantando la tela gris
para revelar la delgada tela blanca de debajo.
—Oh—
Le guiño un ojo a mi chica nerviosa. —Aprendí mi lección de antes—
Livvie extiende su mano y mueve sus dedos. —Bien. Dámela a mí—
Lo deseo Por supuesto, ella está hablando de la camisa y no de mi polla
que está en este estado perpetuo de media asta. Puedo suprimir algo de mi
lujuria por Livvie, pero no toda. Supongo que estaré caminando medio duro
hasta que llegue dentro de ella Me quito la camiseta de entrenamiento y me
pongo la camiseta rosa en un movimiento suave.
—Hay signos de neón que son menos obvios— señala Zeke. —No es que
me queje— añade rápidamente. Se pone la camisa rosa sobre su propio
platera negra de Brockhampton5.
Todos esperamos a que termine la tercera. No tardará mucho porque es
pequeña comparada con el de Zeke y el mío. Cuando terminemos y haya
pagado, esperamos que Livvie complete el juego.
—Um, chicos, tal vez debería conseguir algo más?—Sus ojos se dirigen
hacia su compañera de cuarto. Ella está tratando de decirnos algo, pero no lo
entiendo. Miro a Zeke para ver si tiene una mejor respuesta.
Yo: Ella no quiere que su compañera de cuarto sepa algo .
Él: No puede ser sobre nosotros. La compañera de cuarto ya lo sabe.
Yo: Ella no quiere que sea público entonces.
Él: Entonces, ¿qué pasa con las camisetas?
Zeke arranca la tela rosa de su pecho.
Yo: Le gustó la idea en teoría, pero decidió no hacerlo cuando se enfrentó
a ponerse la camisa.
—Paren eso— Livvie chasquea sus dedos entre Zeke y yo, rompiendo
nuestro contacto visual. —Estos dos estaban teniendo una conversación
completa sin nosotras— Ella une su brazo con su compañera de cuarto. —
Vamos a la casa de Soma. Tengo algunas compras de bragas que hacer—.
Livvie mira por encima del hombro. —Ustedes dos vienen, o van a ver la
máquina de bordar todo el día?—
Una pequeña parte de mí quiere decir que voy a ver la máquina de bordar
todo el día, porque esa mierda es genial, pero también porque me preocupa
un poco lo fuerte que será mi autocontrol en una tienda donde las cosas que
usa Livvie que cubren sus tetas y le acarician el culo.
—Ah, tal vez esto no sea tan bueno ...—
—Me dijiste que si ella llegaba a casa con un puto encaje, me ibas a
asesinar— Zeke me da un puñetazo en el hombro y me empuja hacia adelante.

5
Brockhampton (banda musical).
—Correcto. Ese plan aún está en marcha— le digo, pero sigo a Livvie por
el pasillo del centro comercial.
—Estás aquí. Haz que se detenga—.
Me quedo mirando el movimiento del culo de Livvie y mi boca comienza
a hacerse agua. Ambos sabemos que no puedo decirle a Livvie que deje de
hacer nada. Toda mi existencia se centra en asegurarme de que ella obtiene
todo lo que quiere. Me paso una mano por el pelo, sin importarme que se
despeine en mil direcciones. —Bien. Déjala comprar el encaje. Hará que sea
más fácil robárselo cuando llegue el momento—
Lamento esa declaración cinco minutos después de comprar en la tienda
de sujetadores. Primero, el lugar es minúsculo. Entre Zeke y yo y las mesas
de exhibición, casi no hay espacio para maniobrar. En segundo lugar, huele
bien. Como un poco de vainilla y mezcla de flores. A Livvie también le gusta.
—Estás quemando velas aquí o alguna clase de olor?— Pregunta ella.
—Difusor de aromas. Tenemos toda una línea por aquí. La que utilizamos
hoy es Vanilla Breeze— nos informa la vendedora.
—Oh, genial. Erika, ¿necesitamos esto?—
Joder, no Asociaré ese olor con una Livvie casi desnuda y nada más. No
necesito ese tipo de molestia. —Soy alérgico a la vainilla— miento.
—¿Desde cuándo?— Pregunta Livvie.
—Desde justo este segundo—
—Bien. No hay olores. Ella pone los ojos en blanco. —Solo usaré el dinero
extra para comprar más prendas íntimas. Me gusta este camisón. ¿Qué
piensas, Erika?— Livvie sostiene un vestido de encaje rosa y negro que tiene
volantes y algún tipo de cordón atado en el medio. Me trago la lengua. El
pánico comienza y me apresuro hacia las botellas que Livvie acababa de
abandonar.
—Vamos a tomar una media docena— le digo, empujándolos por el brazo
a la vendedora.
—Y tomaré uno de estos en cada color que tengas—
Me vuelvo para ver a Livvie sosteniendo un sujetador azul. Hay un
pequeño lazo de satén en el centro de dos copas y correas de satén azul
oscuro. Los labios de Livvie se enroscan. —No hay un pedazo de encaje a la
vista— Ella mueve el sujetador hacia mí.
Lo atrapo porque he sido maldecido con una gran coordinación mano-
ojo. Miro a mi hermano en busca de ayuda, pero su rostro es tenso y sus
pupilas están dilatadas. El chico se está imaginando cómo se verían las
hermosas tetas de Livvie cubiertas por la cosa azul que sostengo. Me doy
cuenta entonces de que hemos sido superados. Si pasamos otro segundo en
esta tienda, estamos obligados a atacar a Livvie aquí en público.
Ella estaria acostada en una de estas mesas redondas, con las piernas
sobre mis hombros y las tetas en la boca de Zeke. Le arrancaria las bragas y
llenaria con su crema por todas partes la mercancia nueva.
Me cago en la derrota. —Tu ganas, Livvie. Puedes recuperar tu caja—
Livvie deja el puñado de encaje y satén y hace una reverencia y una
sonrisa angelical. —Suena como un plan—
Se acerca y saca de mi mano dos botellas del maldito ambientador de
vainilla. —Sólo necesitamos dos. Muchas gracias por su ayuda—
Zeke se derrumba contra un cajón lleno de sujetadores. —Estamos tan
jodidos, hermano—
Agarro la parte de atrás de mi cuello y aprieto. —Lo sé—
OLIVIA

A
COSTADA EN MI CAMA LEYENDO SOBRE MI HORARIO Y
PONIENDO TODO EN mi calendario, asegurándome de que tengo
los elementos necesarios que el profesor dijo que necesitamos.
Odio no estar preparada para nada.
Erika se acuesta de lado leyendo su Kindle y deslizando más rápido con
su dedo de lo que creía que era posible. He notado que su Kindle nunca está
lejos de ella. También he notado que nunca habla de amigos o incluso de sus
padres, excepto por la única vez que pregunté. Realmente me hizo sentir un
poco culpable cuando mi madre me llamó hace una hora. Ella no solo me
revisó, sino que luego me pidió que girara el ángulo de mi teléfono para poder
saludar a Erika también. Mamá incluso preguntó si mi compañera de cuarto
necesitaba algo y cuál era su color favorito. Estoy segura de que el próximo
paquete de regalos tendrá algo para las dos en él.
Erika sonrió, claramente disfrutando el hecho de que alguien la estaba
vigilando. ¿Dónde están su propia mamá y papá? Ya los he puesto en mi lista
de mierda. Es una breve que contiene al Sr. Martin, quien tiró la caja de
galletas que había estado escondiendo debajo de mi escritorio en el cuarto
grado, y Julia Cranston, quien robó mi proyecto de ciencia en el quinto grado.
Mi mamá había hecho esas galletas. No me importa si ella me hizo más y me
dijo que lo dejara pasar. El Sr. Martin y Julie todavía están en la lista y ahora
tienen dos personas más para pasar el rato. Mis hombres serán los siguientes
en ir a esa lista si no comienzan a tocarme. Me sonrío a mí misma. Debería
decirles. Sus reacciones ofendidas serían hilarantes.
—Me falta un libro— Me doy vuelta para mirar a Erika.
—No sé cómo lo perdi, pero lo hice— Suspiré, descolgué mi teléfono y vi
cuán rápido puedo enviarme uno.
—Estoy segura de que está en la librería de la escuela— me dice.
—Los mantienen todos en stock—
—Bien, porque esto dice que la entrega tardará dos semanas. Lo que
toma
¿Dos semanas para enviar estos días?— Dejo caer el teléfono en la cama
a mi lado. —¿Qué más tienen en esta librería? ¿Bocadillos?—Ahora estoy
deseando galletas. Muchas gracias, Sr. Martin, por una vez más arruinarme
algo.
—Sí. Tienen algunos bocadillos, libros y algunos útiles escolares al azar
que podrías necesitar e incluso algo de ropa de marca escolar—
Me incorporo y lanzo las piernas por un lado de la cama.
—Vamos.—
—En este momento?— Ella se sienta también, con su largo cabello
oscuro cayendo a su alrededor.
—¿Qué más estamos haciendo?— Me pongo mis chanclas. Tal vez pueda
conseguirnos algunas camisas a juego. Me sentí como un idiota ayer después
de que Levi, Zeke y yo tuviéramos camisas y dejáramos a Erika fuera. Quiero
decir, sé que ella no quiere ser marcada como nosotros, pero me sentía
grosera por no incluirla. Voy a arreglar eso.
Ella pone su Kindle en su mesa auxiliar y se dirige al baño. Salió unos
momentos más tarde con una camiseta demasiado grande para ella sobre la
pequeña camiseta en la que estaba acostada. Se pone sus tenis y levanta su
grueso cabello oscuro en un nudo apretado. Nunca entiendo por qué ella
siempre hace eso. Ella tiene el pelo más bonito que he visto nunca.
Agarro mi teléfono y el bolso y salimos. Todos giran y miran en nuestra
dirección. Pense que la novedad ya habrá terminado. Lo entiendo. Quieren
ver quién atrapó a las gemelos Audley. Lo que no entiendo es que a estas
alturas me han visto varias veces, así que ¿por qué las miradas continuan? Y
esta vez, lo juro, algunos están intentando escabullirse a Erika y a mí. Por si
acaso, reviso mi ropa para asegurarme de que no tengo manchas o que no
tengo papel higiénico pegado a mi zapato. Estoy empezando a sentirme
cohibida y eso no es algo a lo que estoy acostumbrada.. Pongo esos
pensamientos en el fondo de mi mente y me concentro en la tarea en cuestión.
Bajamos las escaleras y salimos por las puertas. Es media tarde y me
pregunto qué haremos esta noche. Levi y Zeke no habían mencionado nada
en particular, pero estoy segura de que terminarán pronto. Quieren estar
cerca de mí todo el tiempo pero también a una distancia segura para que no
tomen lo que creen que no estoy listo para dar. Estoy tan preparada para que
esta virginidad se haya ido, aunque ha sido divertido bromear con ellos y
verlos enojarse. Por los problemas que siempre están tratando de enmascarar
en sus pantalones, sé que no voy a decepcionarme cuando realmente pueda
explorarlos por primera vez. Solo tengo que averiguar cómo hacer que dejen
de resistirse.
—¿Soy solo yo o la gente mira más de lo normal?— Le pregunto a Erika.
Ya no están simplemente mirando. Ellos están susurrando.
—Sí. Probablemente estan hablando de ese Snapchat tuyo que está
dando vueltas—
Dejo de caminar para mirarla. —¿"Snapchat"?— Conozco la aplicación,
pero no la uso. Solo mensajeamos los chicos y yo en nuestros teléfonos.
—Sí. ¿No lo has visto?— Ahora me está mirando como si estuviera loca.
—No tengo Snapchat. Levi y Zeke dijeron que nadie necesita seguirme y
ver mis videos— Siempre dicen que soy lo suficientemente bonita sin agregar
filtros. Ruedo mis ojos. —Intenté descargarlo de todos modos, pero no
funciono. Estoy bastante segura de que Zeke hizo algo para bloquearlo en mi
teléfono— Es demasiado bueno con la tecnología. Es molesto y caliente a la
vez. No estoy segura de cómo es posible, pero hace mucho tiempo que dejé de
cuestionar las cosas que le hacen sentir a mi cuerpo. Solo voy con eso. Sé que
siempre tienen mis mejores intereses en el corazón.
Ella deja escapar una carcajada, pero no actúa en shock por mi
comentario. Supongo que ella también se está acostumbrando a ellos. Ella
hace clic en su teléfono y lo levanta.
En su teléfono hay un video de Levi que me lleva a través del campus por
encima del hombro con Zeke justo detrás de nosotros.
—Maldición, mi trasero se ve bien— Levanto la vista hacia Erika.
—Nunca me van a permitir recuperar esos pantalones cortos ahora—
Qué pena. Tal vez Erika y yo podamos planear una operación de captura para
recuperarlos una noche. Sonrío, pensando que en realidad podría ser muy
divertido. Tengo muchas ideas de cómo podría ocupar a Levi y Zeke mientras
Erika recupera mis pantalones cortos.
—Probablemente sea lo mejor— se ríe. —Tienes un buen culo— Ella
asiente, mirando a mi trasero.
Lo miro por encima del hombro y asiento con la cabeza. Realmente no
me había dado cuenta hasta el video. —Venga. Quiero unos bocadillos. Tal
vez hagan que mi trasero se vea aún mejor— bromeo.
—No estoy segura de que así sea como funciona, pero estoy tan lista para
probar la teoría—
Entramos en la librería y paseamos por los pasillos. Finalmente,
encuentro el libro que necesito y nos movemos hacia las camisas de la
escuela.
—Vamos a ponernos las camisas— Miro a Erika, que levanta una ceja.
—Realmente te gustan estas camisas a juego—
—Sí. Y como mi nueva mejor amiga, también a ti ahora.— Agarro dos
camisas del estante.
—¿Somos mejores amigas?— Susurra, mirando hacia abajo a sus
zapatos. No estoy segura de si ella realmente quería hacer la pregunta.
—Bueno, sí— Me vuelvo para mirarla. —¿No lo somos?— Insisto con
una mano en mi cadera para énfasis. Tampoco es una pregunta.
—Sí— Ella asiente con la cabeza, completamente sonriente. —Aunque
quiero un talla más grande— Alcanza una de las dos camisas que sostengo.
Los saco de su alcance. —De ninguna manera. Tienes un pequeño
cuerpo asesino. Además, voy a cortar esto y hacer que se vean aún mejor—
—¿Cortarlas? Son nuevas—
—Sí— Me muevo hacia los bocadillos y tomo algunos a medida que
avanzo. —Hay todos estos videos geniales de YouTube que puedes ver y te
muestran cómo cortar las camisas para hacerlas más lindas. Elegiremos un
diseño y lo haremos. Será divertido. ¡Bastante por favor, MAPS!— Hago un
puchero, esperando encontrar el camino.
—Bien, pero elegimos el diseño juntas— dice Erika en fingida derrota.
La abrazo y le digo que no se va a arrepentir.
Dejo caer todas mis cosas en el mostrador de pago. El hombre detrás del
mostrador comienza a escanear todo. Le doy mi tarjeta de estudiante para
que lo cobre..
—Eres Olivia, ¿verdad?— Pregunta, mirando mi tarjeta que claramente
dice eso.
—Esa soy yo—
Me lo devuelve. —Zeke llamó cuando llegaste y me dijo que pusiera todo
en su cuenta— Miro a mi alrededor pero no veo a ninguno de ellos.
—Eso es espeluznante y será difícil acostumbrarse— dice Erika,
mirando a mi alrededor. No es como si pudieras extrañarnos a las dos si
estuvieran cerca.
Me encojo de hombros Sé que solo me está rastreando, pero no me
sorprendería si uno o los dos aparecieran de algún lugar en cualquier
momento.
Clay, como dice su etiqueta con el nombre, pone todo en una bolsa para
nosotros antes de salir. Afuera, hay una gran multitud de chicas frente a la
librería.
Una guapa rubia se vuelve y me sonríe con demasiada intensidad. Por
un momento creo que debemos conocernos. Ella incluso dice mi nombre.
—Olivia, ¿verdad?— Ella extiende su mano para que la sacuda. Está
bien, tal vez no nos conozcamos. Gracias a Dios, porque no pude poner su
cara. —Soy Hope—
—Esa soy yo. Esta es mi mejor amiga, Erika— Asiento hacia Erika junto
a mi.
—¿Ambas son estudiantes de primer año?— Ella mira entre nosotras
dos. Tal vez no quiere ser grosera, pero Erika ha estado aquí un par de años.
La escuela es grande pero no tan grande. Los pelos se levantan en mi brazo
cuando sacudo su mano, y me siento incómoda.
—Hola, Hope— dice Erika, sin responder a su pregunta. Hope mira a
Erika y le da la misma sonrisa que me dio.
—¿Todos van a venir a la fiesta esta noche?— Pregunta ella. No sé nada
de una fiesta. Aunque tampoco sabía que toda la escuela estaba mirando mi
trasero en Snapchat tampoco. —Tu realmente deberías. Conocer a todos— La
chica que estaba al lado de Hope, que casi podía ser su gemela, le entrega un
pequeño trozo de papel rosado que luego me entrega.
Tiene la dirección y la hora para la fiesta esta noche. Por el logo en la
parte superior parece una casa de fraternidad que lo organiza.
—Por supuesto. Podemos pasar por ahi. Esto no se ve muy lejos de
nuestro dormitorio— Se lo muestro a Erika.
—No lo esta— confirma, pero no parece emocionada.
—¡Increíble! Nos vemos, esta noche chicas— Hope chilla antes de que
todas giren y se vayan juntas.
—No estoy segura de que quieras ir a esa fiesta— dice Erika cuando
están a una buena distancia.
—¿Por qué? ¿Es ella quien orinó en tu piso?— La mirada agridulce en
su cara se desvanece mientras ella lucha contra una risa.
—No, pero ella tiene algo gigante por tus novios—
—Realmente no puedo culpar a alguien por eso— lo admito. Erika es la
única chica que nunca les da ojos de cachorro cuando los mira. Aunque no
creo que ella quiera que nadie la mire. La mayoría de las veces da una
apariencia de sorpresa, como si su comportamiento la escandalizara.
—Ella incluso—usa citas con los dedos, —Hizo brownies y los dejó en la
puerta. Sin embargo, no se los comieron. De hecho, Hope se puso furiosa
cuando descubrió que dejaron los brownies en su porche para que comieran
los animales— Ella agrega la última parte apresuradamente. Comenzamos a
caminar de nuevo, volviendo a nuestro dormitorio.
—Es una pena porque eran de la mejor panadería de la ciudad—
—¡¿Qué ?!— grito.
—Ellos no los comieron. Practicamente los tiraron— repite ella.
Sacudo la cabeza y saco mi celular.
—Hola nena—
—Olivia—
—Livvie—
Ellos contestan el teléfono juntos.
—Escuché sobre Hope— les dejo saber.
—No es lo que piensas— dice Zeke.
—¿Quién es Hope?— Pregunta Levi.
—¿Quién acaba de tirar brownies? ¿No solo los brownies, sino los
mejores brownies de la ciudad?—
—Iré a buscarte brownies ahora mismo. Estaré allí en cinco— dice Levi,
y puedo escucharlo moverse. Zeke se ríe.
—Ríete todo lo que quieras, pero vamos a ir a una fiesta esta noche—les
digo eso muy rápido.
—No quiero ir a una fiesta de mierda— dice Levi en el fondo con un
gemido.
—Mamá siempre dice que debo estar haciendo todas estas cosas de la
universidad. Encontrándome a mí misma.. Ruedo mis ojos sobre la última
parte. Lo único que quiero encontrar es su polla mientras estoy entre los dos,
pero me lo reservo para que Erika no se ponga roja. Tengo que ayudarla a
entrar en este tema de sexo femenino.
Los chicos se callan en el otro extremo de la línea.
—¿Ustedes todavía están allí?—
—Sí, te llevaremos— dice Zeke, pero él no suena emocionado.
—Nunca hemos ido a una de estas fiestas— Levi suspira en el fondo.
—Supongo que será la primera vez para todos nosotros
LEVI

D
ESPUES DE DIEZ MINUTOS PISANDO CERVEZA DERRAMADA
EN los pantalones vaqueros, y mi paquete ha sido tocado
sorpresivamente por al menos tres chicas diferentes, he llegado
a la conclusión de que una fiesta universitaria es básicamente una fiesta de
escuela secundaria con esteroides. Hay más alcohol, más gente y música más
alta, pero es casi lo mismo que tuvimos en casa. Excepto que en casa, nos
mezclabamos mejor. Era una ciudad pequeña y, por lo tanto, no podíamos
estar juntos en grupos de acuerdo con nuestras actividades. Todos jugamos
a la pelota. Todos estábamos en el coro, bueno, Zeke y yo lo dejamos después
del séptimo grado, pero el punto es que todos lo hicimos o no habría suficiente
gente para jugar al fútbol o al baloncesto o para jugar. Así que todos nos
juntamos los unos con los otros: los deportistas, los niños inteligentes, los
niños del drama, los cobardes.
No es lo mismo en la universidad. Creo que deberia estar en la parte de
atrás haciendo el embudo de cerveza con mis compañeros de equipo y se
supone que Zeke estária acurrucado con los hackers que juegan a League of
Legends . No estoy seguro de dónde debería estar Livvie. No. Ella pertenece
aquí a mi lado o al lado de Zeke. Demasiados idiotas miran en nuestra
dirección. Quiero lanzar una sábana sobre la cabeza de Livvie y sacarla de
aquí, pero está golpeando a su linda y pequeña cabeza.
—¿Quieres bailar?— Le grita a su compañera de cuarto.
La cara de su compañera de cuarto se vuelve de interesada a horrorizada
en un segundo. Sacude su cabeza tan fuerte que creo que va a salir de su
cuello.
—Pero te encanta bailar— protesta Livvie.
—No frente a toda esta gente— dice la compañera de cuarto. Ella se
encoge de hombros hacia adentro como si quisiera que el piso se la tragara
por completo.
—Todo bien. Si no quieres, no te obligaré—. Livvie no puede disimular
completamente su decepción.
—Estás a cargo, Levi— dice mi hermano. —O ella va a salir sola a la pista
de baile y luego un tipo pensará que esta sola y luego nos echarán por
golpearlo—
Dejo escapar un gemido frustrado porque eso es exactamente lo que
sucederá. No es que odie bailar. No me importa. El problema aquí es que el
cuerpo de Livvie se ve jodidamente bueno en sus pantalones vaqueros y una
camiseta ajustada, no la rosa que dice que es propiedad de las gemelos
Audley, sino una diferente que combina con la compañera de cuarto.
—Estoy a punto de correrme en mis jeans, solo observándola y ¿quieres
que salga y la deje restregarse en mi?— Le pregunto con exasperación.
—Si Eso es exactamente lo que espero que hagas. Sin embargo, te
conseguí esto— el me da un vaso rojo lleno de cubitos de hielo.
Lo tomo pero le echo a mi hermano una mirada de confusión.
—¿Quieres que me vea como si me haya orinado en los pantalones?—
Él lanza su cabeza hacia atrás y aúlla. —No, idiota. Se supone que debes
masticarlo. No ponerlos en tus pantalones cortos—
—No mi lengua es la que está en llamas— digo enojado pero de todos
modos tomo el vaso.
—Úsalo como quieras— sugiere. —Pero saca a nuestra chica y muéstrale
un buen momento. Lo haría, pero ambos sabemos que es una mala idea—
Zeke esta hasta al imite cuando se trata de Livvie últimamente. Creo que
es porque no tiene suficiente contacto físico durante el día. Yo tengo que
empujar a la gente en el campo de fútbol. Los estudiantes de ciencias de la
computación realmente no disfrutan tener un hombro en el estómago, así que
Zeke tiene que aplastar esa parte de su personalidad. Si estuviera teniendo
relaciones sexuales con Livvie, su temperamento no sería tan malo.. Necesita
una salida física, pero hasta que tenga una, tendré que asumir la carga de
prestarle a nuestra chica la atención que ella merece y al mismo tiempo
mantener mi polla en mis pantalones.
Es lo más difícil que he tenido que hacer, pero para Livvie, toda la tortura
vale la pena. La golpeo en el hombro.
—Vamos— Sacudo la cabeza hacia la masa retorcida de cuerpos a unos
diez pies de distancia.
Su cara se ilumina. —¿De Verdad?—
—Sí— Pongo una mano alrededor de su cintura, pasando un dedo a
través de un lazo del cinturón. El calor se rompe a lo largo de mi piel en ese
menor contacto. Aprovecho la oportunidad para sacudir un cubo de hielo en
la boca.
Ella aplaude con entusiasmo. —Yei— Ella da un par de pasos y luego se
retuerce. —Si cambias de opinión, ven y únete a nosotros— le dice a su
compañera de cuarto.
La compañera de cuarto asiente con la cabeza, pero por la blancura
alrededor de su boca se puede ver que ella prefiere beber jugo de serpiente en
lugar de pisar la pista de baile. Mientras tanto, Livvie se balancea hasta el
vientre de la bestia, por así decirlo. Trago el hielo con fuerza y se derrite, sin
aliviar nada de mi tensión.
Se detiene a mitad de camino y se gira para mirarme, levantando los
brazos para apoyar sus dedos en mis hombros. Dejo caer una mano en su
cintura y uso el otro brazo para crear un pequeño bolsillo de espacio. Sobre
su cabeza, envío algunas miradas de advertencia a los bailarines cercanos
para que se mantengan alejados. Funciona porque tenemos un poco de
espacio para respirar. Me desplazo hacia atrás. El bajo está tan fuerte que
puedo sentirlo en las plantas de mis pies. Livvie también lo está sintiendo.
Ella cierra sus ojos y riza sus dedos alrededor de mi cuello. Sus caderas
comienzan a moverse de maneras que no sabía que ella podría moverlas.
Muevo la parte de atrás de mis dientes mientras la imagino encima de
mí, haciendo esos mismos movimientos. Mi imaginación se pone a toda
marcha cuando la visión de ella a horcajadas sobre mí, sin usar nada más
que uno de esos sostenes de encaje aparece en mi cabeza.
Esto no está bien. No es bueno en absoluto.
El dolor en mi ingle se intensifica. Quiero desesperadamente presionar
mi polla gruesa contra su coño. A pesar de que los dos estamos usando jeans,
solo estar cerca de su arrebato caliente se sentiría bien. Me pican los dedos
por tocar su culo y apretarla contra mí. Sus tetas suaves presionarian contra
mi pecho. Que no haria con tal de tocar esas bellezas. Si estuviéramos solos,
si ella fuera mayor, caería de rodillas, me rompería la camiseta en dos y le
chuparía las tetas dulces hasta que se acercara a la polla de mi hermano.
Luego cambiaríamos y sería mi eje la que la pegaria en el colchón,
mientras que Zeke estaría introduciendo su gruesa longitud en su boca. La
llenaríamos con nuestros cuerpos, nuestra corrida, nuestro amor.
Su mano arrastra mi cuello lo suficientemente bajo para que su boca
llegue a mi oreja.
—Estoy tan caliente en este momento—ella grita.
Tu y yo, ambos, bebe , gimo silenciosamente.
—Tengo esta agua— sugiero. El hielo ha derretido casi por completo, por
mi mano, su calor, mis fantasías.
—No, bebé, tengo calor aquí— Ella desliza una pierna a cada lado de mi
muslo derecho y comienza a latir contra mí. Ella se siente ... mojada. Hay una
mancha húmeda en mi muslo y crece con cada pasada. Mis dedos se hunden
en su cintura.
—Y me duele mucho. Me duele, Levi— Ella deja escapar un gemido. —
Duele—
Ella esta en dolor. Jodeme. No puedo tener con dolor a mi nena. Mi
sangre truena en mis oídos, expulsando todos los pensamientos racionales,
todas las promesas, todas las buenas intenciones. Lo único que escucho es
que duele. Necesito ayudarla. La giro, manteniendo mi muslo debajo de su
coño caliente. Puedo evitar que
le duela. Sé que puedo. Necesito meterme en sus jeans. Necesito tocar
su coño. Necesito juntar mis dedos en su sexo jugoso hasta que todo su dolor
sea reemplazado por felicidad pura.
Necesito-
— Necesitamos irnos—
Miro hacia arriba para ver a mi hermano parado detrás de Livvie. Me está
dando una mirada dura, crítica.
—Ella tiene dolor, hermano—
—Lo prometimos— responde. Él quita a Livvie de mí.
—Espera. Para…— ella llora. —Sólo estaba…—
—Sé lo que estabas a punto de hacer— afirma Zeke rotundamente.
—Pero le prometimos a tu mamá. No tocarte así hasta que tengas
dieciocho años—
Él la saca de la multitud, sacudiendo su cabeza hacia su compañera de
cuarto. —Estamos llevando a Olivia a casa. Puedes venir con nosotros o
buscaremos a alguien que te acompañe a casa—
—Um, ¿Eso es lo que quieres hacer, Olivia?—
Livvie suspira desde su posición en los brazos de Zeke. —Sí. No me di
cuenta de lo que estaba haciendo ahí afuera. Supongo que la música me
llegó—
Una vez afuera, coloco mis manos en mis muslos, me inclino y soplo
profundamente.
—¿Estás bien?— Zeke pone una mano reconfortante entre mis
omóplatos.
—Sí, estoy bien— Pero nadie realmente me cree.
—Lo siento— dice Livvie en voz baja. —No quise que las cosas se salieran
de control—
—No es tu culpa, nena— Me enderezo y forzo una sonrisa. Yo golpeo mi
palma contra mi pecho. —Esto está en mí. Deberías poder bailar sin que yo
quiera molestarte— Qué irónico fue que estuviéramos preocupados por Zeke
cuando era yo quien no podía atravesar toda una canción sin querer tirarla
al suelo con mi polla dentro.
—Voy a llevar a Olivia a su dormitorio— nos informa Zeke.
—Puedes dirigirte a casa—
—Buena idea— Me quito antes de que Livvie pueda protestar.
Tan pronto como estoy fuera de la vista de Livvie, comienzo a correr a
toda velocidad y, cuando llegue al apartamento, empecé a sudar, pero mi
empeño aún persiste. Es muy difícil correr con una ereccion, pero de alguna
manera a mi cuerpo no le importa. Me quito la ropa y me meto en la ducha,
esperando que el entrenamiento breve y el agua fría se encarguen de mi
erección. Tardo diez minutos bajo un rocío helado hasta que mi cuerpo
tiembla y mis dedos de los pies comienzan a ponerse azules para que mi polla
se relaje.
Podría encargarme de las cosas por mi cuenta, pero no quiero hacerlo.
Quiero entrar en la mano de Livvie. Quiero dedicarme a sus tetas cremosas y
pintar su concha blanca con mi semilla. No quiero tirarlo en la ducha
fantaseando con lo que se siente al hundir bolas en su coño. No cuando está
al otro lado de la calle. No cuando ella cumpla dieciocho en tres días.
Golpeo un puño contra la fría pared de azulejos. Puedo esperar. Puedo
esperar cuatro días más.
OLIVIA

¿D ONDE ESTAN TUS HOMBRES DE LAS CAVERNAS? ERICKA


PREGUNTA MIENTRAS SE TIRA EN SU Cama y toma un
bocado de la dona que está sosteniendo. Ella puede superarme
y aún es pequeña. Realmente no debería gustarme por esa sola razón. Tal vez
debería intentar bailar como ella lo hace para poder comer lo que quiera y
mantenerme delgada.
—¿Quién sabe?— Me encojo de hombros, fingiendo que no había
comprobado su ubicación hace cinco minutos. Ambos están en casa. Puedo
sentir su mirada fija mientras pretendo revisar la lectura recomendada para
mi clase de Historia Económica Americana que tengo el lunes por la mañana.
Levanto la vista del libro.
—Los estoy evitando— lo admito, cerrando el libro y tirándolo a un lado.
Leí la misma página cinco veces. No voy a hacer nada hoy. Mi mente es un
desastre. La culpa me pesa mucho. Se siente como ninguno de nosotros
puede ganar en esta situación. Estamos en un punto muerto. Mis gemelos no
van a ceder en el corto plazo, lo que es una tortura para mí. Yo, por otro lado,
estoy haciendo todo lo posible para tentarlos, y eso es una tortura para ellos.
Suspiro, pensando en nuestro dilema.
Ella deja escapar una carcajada. —Sí, estoy segura de que te dejarían
evitarlos— Su sonrisa se borra cuando me encojo de hombros, sin devolverle
la sonrisa.
—Les dije que quería empezar rápidamente en mi trabajo de clase, así
estaria lista para mi primer día— Quería estar preparada, así que no fue una
mentira total. —Me siento como una malcriada— agregué y me dejé caer de
nuevo en la cama. Mi cabeza cae con fuerza sobre el libro de historia que
había tirado a un lado. —Ouch— exclamo. Probablemente sea karma por
mantenerme alejada de los gemelos todo el día de ayer.
—Eso es lo que obtienes por tirar libros— bromea Erika. Sonrío mientras
lo saco de debajo de mi cabeza. —¿Vas a decirme por qué crees que eres una
malcriada?—
Me doy vuelta para mirarla. A pesar de sus intentos de guardar silencio,
la oí llegar tarde anoche. Creo que ella estaba bailando. Siempre se aleja
cuando
trato de hacerla bailar, así que cuando volvió a la habitación fingí estar
durmiendo, pero mi mente estaba acelerada por los pensamientos de Levi y
Zeke. Me dieron vueltas la cabeza y ya no sabía qué dirección tomar.
—Hemos esperado tanto tiempo para estar juntos. Estoy segura de que
a veces ha sido más difícil para ellos que para mí. Quiero decir, ya ves cómo
los miran todas las chicas. Incluso en la fiesta. A ellas no les importaba que
yo estuviera allí, todavía intentaban llamar su atención. Mi maldito nombre
estaba en ellos—
Ella asiente con la cabeza. Ambos sabemos que es verdad. —Pero sabes
que no van a actuar en eso—
Me incorporo, cruzando las piernas debajo de mí. —Lo sé. Es por eso que
no me enojo. No estoy segura de que ni siquiera noten que las chicas lo hacen,
para ser honesta— No quiero que nadie piense que alguna vez me
cuestionaría su lealtad.
—Es que aquí los estoy molestando cuando estamos a pocos minutos de
poder tenernos el uno al otro por completo. Estoy pensando que es gracioso
y me estoy riendo de eso— Me retorcí las manos. Siempre hago esto cuando
me molesto por algo o no puedo encontrar la respuesta a una pregunta. —Es
grosero. Soy una malcriada. Son tan buenos conmigo y aquí estoy haciendo
las cosas difíciles para ellos— A medida que avanzaba la noche, me sentía
peor por lo segundo. Levi prácticamente había huido de mí; Su cara se veía
tan dolida.
—Está bien, puedo ver eso. No lo había pensado de esa manera, pero
ahora lo ves y dejaras de hacerlo— Ella también se sienta. —Además, ¿ tu
cumpleaños no está a solo un par de días?—
—Solo uno, de verdad, si consideras que cumplo dieciocho a la
medianoche, cosa que hago. ¡Por fin!— Gruño. Aún así tendré que esperar.
Tengo clases a primera hora de la mañana. También tengo la sensación de
que no solo esperan mi cumpleaños. No estoy seguro de que mañana sea el
día, pero después de lo que pasó la noche, no los voy a presionar. No sería
justo.
Erika resopla, poniendo sus manos en el aire como si estuviera a punto
de decirme algo realmente importante. Una revelación de algún tipo. —
¡Espera¡ dia virgen— ella corrige a través de la risa y no puedo evitar unirme
a ella. Es tan estúpido que es gracioso.
—Solo tengo que mantenerme alejado de ellos por el resto de hoy— Miro
el reloj, sabiendo que va a ser un largo día. Entonces tal vez podamos al menos
tocarnos más. Necesito estar más cerca de ellos. Este dolor dentro de mí solo
empeora cada día. Es tan doloroso.
—Bien, ya que ahora somos mejores amigas, como muy amablemente
me informaste, tomaré uno para el equipo— Erika se levanta de su cama y
saca algo de debajo de una pila de libros. Reconozco el papel inmediatamente
cuando veo el oso en él.
—Te lo robaste— Señalo la hoja de papel.
—Tenía la esperanza de que te olvidaras de eso—
Me levanto de la cama y agarro el papel de su mano. —¡Podemos
hacerlo!— Grito. El evento no comienza hasta en treinta minutos.
—Tal vez ayudar a los osos me ayudará a mi culpa—
—No estoy segura de cómo funciona eso, pero supongo que podemos
intentarlo— Su rostro se frunce.
—No tenemos que hacerlo— Le devuelvo el papel. No quiero que haga
algo que ella no quiere. Ya la obligué a la fiesta. Obligue a los gemelos. Tal vez
sea más agresiva de lo que pensé.
—No, nos vamos. Necesito salir más. No puedo esconderme para
siempre— murmura, pero aún no suena bien al respecto. Sé que ella solo se
ofreció a ser amable. Ahora está dando marcha atrás y no la voy a dejar. Si
ella piensa que necesita salir más, entonces puedo ayudar con eso.
—¿Qué tal si vamos, y si es incómodo o apesta, salimos?— Ofrezco.
—Incluso podemos tener una palabra clave para hacernos saber—
—Voy a tener que encontrar mi traje de baño— Ella mira hacia donde
está su ropa. —Probablemente tiene polvo—
Me río y me voy en busca del mio. Me pongo el bikini rosa demasiado
brillante y me pongo unos shorts para cubrirlo. Agarro la camisa que había
hecho con Levi y Zeke. Puede que no esté saliendo con ellos, pero puedo tener
esto. Me lo pongo sobre la parte superior de mi bikini y unas chanclas. Me
hago el pelo en un moño desordenado y estoy lista para irme.
Cuando me doy la vuelta, Erika se está poniendo una camisa sobre su
traje de baño negro de una sola pieza. Se vuelve a meter la ropa para
encontrar un par de pantalones cortos y se los pone. Su camisa cuelga de
ellos, casi haciendo que parezca que no tiene nada debajo de la camisa, pero
no se lo digo. Me recuerda a las camisas de vestir que están de moda ahora y
se ve súper sexy.
—Vamos a hacer esto— Ella se desliza en sus propias chanclas y
salimos. No es hasta que casi estamos allí que me doy cuenta de que no traje
mi bolso o mi teléfono.
—Mierda— Dejo de caminar y miro a Erika. —Olvidé mi bolso y mi
teléfono—
—Esta bien. Tengo la mía. Solo lo necesitaremos si queremos comer algo
después— Asiento con la cabeza. Probablemente sea lo mejor, así que no sigo
revisando la ubicación de Levi y Zeke como una acosadora. Tal vez todos
necesitamos algo de tiempo para calmarnos. Esto nos hará bien a todos. Haré
lo mejor de hoy y disfrutaré el día de chicas con Erika. Empujo a los gemelos
a la parte de atrás de mi mente
Y me propongo salvar a algunos osos.
No nos lleva mucho tiempo darnos cuenta de que quizás no teníamos la
idea correcta cuando se trataba de salvar a los osos. Esto parece más una
fiesta que un lavado de autos. Oh, los autos se están lavando, pero la música
suena a todo volumen mientras que las chicas en bikinis apenas allí los lavan.
Una fila de chicos mira desde una fila de sillas plegables colocadas a un lado.
Algunos de los comentarios que están gritando me hacen temblar. Uno de los
bribones es el mismo tipo que nos dio el folleto. Erika y yo nos miramos, sin
saber qué hacer. Antes de que podamos intentarlo, el tipo del día anterior nos
ve. Él se levanta de su silla y se dirige hacia nosotros.
—¡Damas!— Grita, caminando hacia nosotras con una sonrisa
arrogante, mostrando sus dientes blancos y rectos. Echo un vistazo y veo a
Hope, la chica que nos invitó a la fiesta. A diferencia de las otras chicas
vestidas con bikinis, ella está seca. En lugar de lavar autos, está jugando en
su teléfono, tomando videos y enviándoles mensajes de texto a las personas.
—No se trata de salvar osos, ¿verdad?— Murmuro.
Amigo surfista se ríe. —Pensé que estabas bromeando sobre eso— Él
señala su camisa. Tiene un oso con letras griegas encima. Toda la información
finalmente hace clic en mi mente y mi cara se calienta de vergüenza. ¿Cómo
podría no haberlo hecho? Esta es una casa de fraternidad recaudando dinero
para reparaciones. Me castigo mentalmente por ser tan ingenua.
Pero, si es para los chicos de la fraternidad, ¿por qué las chicas hacen
todo el trabajo mientras los chicos se sientan sobre sus culos y se burlan de
las mujeres trabajadoras? Bruto.
—¿Tienes tu traje de baño ahí abajo?— Pregunta.
Alejo los ojos de las chicas que lavan los autos. Antes de que pueda
reaccionar, agarra mi camisa y, con un movimiento suave y practicado, la tira
sobre mi cabeza. Salto, pero termino tropezando con una manguera que me
lanza hacia adelante. Un chico surfista me atrapa y me empuja contra su
cuerpo sudoroso.
Jadeo en shock. Nunca he estado tan cerca de otro hombre antes que
mis gemelos. Me salvó de caer sobre mi cara, pero creo que hubiera preferido
golpear el suelo antes que tocarlo. Me muevo y trato de alejarme de él, pero él
no me suelta.
—Sueltame- le digo. Presiono con más fuerza su pecho. Puedo oler la
cerveza en su aliento. Sólo se ríe de mi lucha.
—No seas así. Todo el mundo sabe cómo te gusta. Fuimos testigos de
cómo te gustan las cosas en la fiesta de anoche. Vimos el video de Snapchat
de ti siendo maltratada y disfrutándolo. Puedo conseguir que uno de mis
amigos se una a nosotros—
Todavia en sus palabras. Fue como un puñetazo en mi estómago y todo
el aire sale de mis pulmones cuando me doy cuenta de lo que está haciendo.
—¿O tiene que ser dos chicos? ¿Solo dos lo harán?— Se lame los labios.
Puedo sentir su penetración en mí. Quiero vomitar, pero por alguna razón
estoy congelada en el lugar. —Tu amiga puede unirse a nosotros—
—¡Ella dijo que la soltaras!— Erika grita. Un segundo después, su bolso
sale y lo golpea en el costado de su cabeza.
—¡Joder!— Grita mientras me deja ir. Se tropieza hacia atrás. No hay
nadie que lo atrape y él se cae de culo. Los otros chicos, que están mirando
desde sus sillas de jardín, se echan a reír.
Echo un vistazo a Hope, que tiene una expresión de suficiencia en su
rostro. Por un momento creo que es porque él recibió lo que merecia hasta
que ella abre la boca. —¿Qué pensabas que la gente creeria cuando tienes dos
novios? No te enojes Tú eres la que les hace saber a todos que eres una puta,
incluso luciendo esa mierda en tu camisa— Ella pone los ojos en blanco hacia
mí. —¿Sabes lo que les pasa a las chicas putillas como tú?—
—No creo que necesitemos que nos ilumines con putas, aunque todos
sabemos que escribiste el libro de instrucciones personalmente, Hope— Erika
interviene. —¿No tienes autos para lavar?— Erika se inclina hacia abajo,
recogiendo mi camisa y pasandomela. Finalmente, me muevo. No sé qué me
pasa. Juro que Erika y yo acabamos de cambiar de cuerpo.
Amigo surfista tropieza a sus pies. Está más borracho de lo que pensaba
y parece enojado de que sus amigos todavía se estén riendo. Hope se ve más
que cabreada. Toda su cara es roja. Ella entorna los ojos. No ha terminado
con nosotras. Uno de los tipos que se estaba riendo corre hacia Amigo surfista
y lo agarra del brazo, diciéndole que lo deje pasar.
—Vamos— Erika desliza su brazo en el mío y me aleja. Ella nos lleva de
vuelta en dirección de nuestro dormitorio. —¿Estás bien?— Pregunta después
de que nos alejemos un poco.
—No sé lo que me pasó. Yo solo ... —camino. Sacudo la cabeza, todavía
en shock por lo que pasó, sino cómo reaccioné ante todo. Me congelé
completamente. Nunca pensé que dejaría que alguien me hablara así. Por otra
parte, nunca pensé que alguien me hablaría así. Nunca ha sucedido antes.
—Son unos idiotas—
—Sí— le susurro de acuerdo. —Gracias por defenderme—
Ella me da un apretón en el brazo. —Para ser honesto, no sé de dónde
vino eso. Vi rojo cuando te quitó esa camisa. Entonces él no te dejaba ir ...
solo reaccioné— Puedo escuchar la ira en su voz.
—Estuviste muy ruda— Le sonrío. No solo estaba tratando de ser amable
cuando le dije que éramos las mejores amigas. Ahora sé que es verdad.
—Me gustó un poco— se ríe de acuerdo.
Caminamos en silencio por un momento antes de que le pregunte qué
está ahora jugando con mi cabeza. —¿Todos piensan que soy una puta?—
Pregunto. Estoy a punto de llorar mientras espero a que me conteste.
—Tal vez. La gente ha estado susurrando sobre ti y los gemelos Audley
desde que llegaste aquí. No es normal y las cosas que no son normales para
las personas generalmente avergüenzan. Además, ¿qué tiene de malo ser una
puta?— Agrega.
—Nada— digo al instante, porque no hay nada malo en ello. —Es que la
palabra está ahí para empezar. Estan tratando de hacer que parezca que lo
que estamos haciendo es malo—
Erika se detiene y se gira para mirarme. Su cara es seria. —Tienes suerte.
Creciste en un lugar que aceptaba lo que ustedes tres son. No va a ser así en
todas partes. ¿Lo sabes bien? Esto es algo que tendrás que enfrentar el resto
de tu vida si ustedes tres deciden permanecer juntos—
—Nunca los dejaría. No me importa lo que digan los demás— me susurro,
más para mí que para los que escuchan. No quiero pensar en una vida sin
ellos. Es lo que quiero más que nada. Trago el bulto que se ha formado en mi
garganta. No sé por qué nunca pensé en esto antes de ahora. Aunque ella
tiene razón. Crecí en un lugar que nos permite ser quienes somos. Sin
embargo, la idea de que los hombres intenten agarrarme como Amigo surfista
me asustó mucho. Peor aún, me quedé en shock y lo dejé. No sé qué me
molesta más: cómo reaccioné ante la situación o cómo reaccionan los demás
ante mi relación con los gemelos.
En la escuela secundaria, nadie se atrevió a pronunciar una palabra
negativa en mi dirección. Los gemelos Audley mandaban en esa escuela y
desde el día en que me mudé a la ciudad, todos sabían que les pertenecía.
Mamá dijo que nuestra relación era inusual, pero nunca la percibí como algo
negativo o malo. Mirando hacia atrás, puedo ver mi
ingenuidad. Cualquier cosa que no sea normal suele estar sujeta a
muchas críticas. Debería haberme preparado.
Esto va a ser un problema. Me pregunto cómo van a reaccionar Levi y
Zeke a todo esto. ¿Pensaron en cómo sería para nosotros aquí? ¿Es por eso
que se estaban absteniendo de reclamarme en todas las formas que
desesperadamente quería? Son muy protectores conmigo, pero siento lo
mismo hacia ellos. Quiero protegerlos de todas las heridas en este mundo.
¿Cómo hago eso y todavía tenerlos?
ZEKE

L
A PANTALLA DE MI CELLULAR SE QUEBRA CON MI APRETON,
PERO LO MANEJO PARA TERMINAR DE VER toda la historia de
Snap antes de gruñir: —Voy a asesinarlo—
Y por él, quiero decir, el chico de la fraternidad que fue expuesto ayer
por la compañera de cuarto de Olivia. El chico de la fraternidad que tuvo la
puta Audacia con una mayúscula A para ir a Olivia, llamarla zorra, y
avergonzarla. No, no solo para avergonzarla, para hacerla sentir mal.
—Voy a bajar por su garganta y sacar sus bolas de su boca—
—No, no lo harás— responde Levi.
Levanto la mirada de mi teléfono quebrado para encontrar los ojos de mi
gemelo. —¿Qué diablos quieres decir con que no lo hare?— Siempre estamos
sincronizados. Siempre. ¿Pero no sobre esto? Que carajo
Él se encoge de hombros. —Si te vas, tendré que ir contigo y los dos
terminaremos en la cárcel. ¿Cómo se supone que debemos proteger a nuestra
chica si estamos tras las rejas? Y no es que no esperáramos esto—
Mi mandíbula cae. ¿Cómo mi hermano, que adora el mismo terreno por
el que camina Olivia, no puede estar loco de rabia? —¿Tuviste una conmoción
cerebral esta mañana? Quiero decir, por jodidamente en serio. ¿Has recibido
demasiados golpes en la cabeza? ¿Cómo puedes estar tan tranquilo con
esto?—
—Porque uno de nosotros tiene que hacerlo— Se levanta con fuerza y la
silla de madera en la que ha estado sentado que cruje ruidosamente. El
crujido se convierte en un choque cuando la maldita cosa se divide en dos y
se derrumba.
Me siento marginalmente mejor. El fuerte ruido rompe a través de mi
roja bruma de furia. Levi tiene razón. Tenemos que hacer esto con precaución.
Primero, tenemos que decidir qué hacer con Olivia. Ella es nuestra prioridad
número uno.
—¿Crees que le debemos ocultar esto a ella? Ella no es técnica, así que
dudo que vaya a ver esta mierda?—
—Podríamos esperar a que lo mencione— admite mi gemelo.
—Pero podría mantener la boca cerrada para protegernos como nos ha
estado evitando desde el sábado porque sabe que nuestro control es escaso—
—Buen punto— Miro mi reloj. —Vamos a solucionar este pequeño
problema y recojamos a nuestra chica para la cena—
—Así no es como quería pasar su cumpleaños— Levi se está enojando.
Me anima considerablemente.
—El dia de cumpleaños comienza en ocho horas. Tenemos un montón
de tiempo— Empujo a mi hermano hacia la puerta.
En el camino a la casa de la fraternidad, llamo a Sandro. Él tiene un
acceso pirata de las cámaras de seguridad del campus.
—Amigo ¿Puedes decirme la marca y el modelo de este imbécil?—
Le envío una captura de pantalla de la historia de Snap. Un chico nunca
está muy lejos de su auto.
—Sí. Dame cinco——Tienes tres. Estoy casi a la fila griega.
Las teclas hacen clic a un ritmo furioso y luego a un — Lo tengo, hijo de
puta—
—Típico. Beemer Plateado aparca detrás de su casa. Hay tres de ellos
allí. El suyo tiene la placa de Illinois con la placa de vanidad que dice "Oso
Mayor".
—¿De verdad?—
—Ni siquiera estoy mintiendo—
Le transmito esta noticia a Levi, quien pone los ojos en blanco con tanta
fuerza que me temo que se van a caer de la cabeza. Gira a la derecha, baja un
tercio de milla y encuentra la entrada del callejón detrás de la casa de la
fraternidad. Solo toma un par de minutos obtener lo que necesitamos del
Beemer. Me lo meto debajo del brazo y vuelvo al coche.
—Listo cuando tu lo estés.—
Levi se da vuelta y maneja en el césped de la casa de la fraternidad. Un
estudiante de primer año de orejas rosadas sale corriendo.—Oye, no puedes
hacer eso—
Levi sale del auto, endereza sus seis pies y cinco pulgadas y mira al
chico. —¿Quién me va a detener?—
El chico vuelve tropezando. —Um, ah, yo no ... deberías ...— —Invítame
a entrar— dice Levi.
Me uní a él y miro al desgraciado chico que se vuelve más blanco que
una hoja de papel a los dos frente de nosotros. —Escuchaste al hombre.
Invítanos a entrar—
—Um,¿Ustedes quieren entrar?—
—No puedo decir que lo haga, pero lo haré de todos modos— responde
Levi y sube las escaleras.
Bruscamente abre la puerta y comienza a atravesar habitaciones,
buscando a nuestra presa. Hay gritos de alarma y algunos gritos de
—¡No puedes hacer eso!— Que ambos ignoramos. Finalmente
encontramos nuestra presa en el segundo piso, con un porro en la boca.
Él nos pestañea. —¿Qué diablos, hombre?—
—Ven con nosotros— ordeno.
El chico de la fraternidad frunce el ceño y su cabello cae sobre su frente
mientras se inclina para tocar su porro. —Irrumpir y entrar es ilegal, ya
sabes—
Suena como un imbecil titulado. Trueno mis nudillos y sonrío. Esto va a
ser más divertido de lo que esperaba. Nada mejor que ver a un gilipollas
engreído bajar.
—Nos invitaron a entrar, ¿verdad, Levi?—
—Seguro que sí, Zeke. Y nos dijeron que sacáramos la basura antes de
irnos, ¿no es así?—
—Estoy seguro de que apreciarían si lo hiciéramos—
Los reflejos del chico son lentos. Tal vez si no hubiera fumado la hierba,
habría podido evitarnos. Lo dudo. Se ve suave alrededor del medio.
Probablemente haya vivido con el dinero de papá tanto tiempo que no sabría
defenderse aunque haya estado sobrio durante una semana.
Levi salta sobre la mesa de café con un paso atlético, agarra el cuello del
polo blanco del chico de la fraternidad y lo arrastra hacia adelante. Un par de
amigos de chico de fraternidad intentan detener a Levi, pero mi hermano los
sacude fácilmente como si fueran moscas sobre una sandía.
Chico de fraternidad agarra la mano de Levi, pero no es rival para mi
hermano.
—Vete a la mierda, hombre. Estas lastimandome—
Levi avanza hacia adelante, su agarre implacable. Le doy un alegre
saludo a los chicos de la habitación y sigo a mi hermano y al montón de
basura que es el chico de la fraternidad que sale de la habitación y baja las
escaleras.
Las rodillas de chico fraternidad chocan contra las escaleras y aúlla de
dolor.
—Sería más fácil si simplemente cooperas— sugiero. Este niño tiene poca
resistencia al de dolor unos pocos moretones en la rodilla le hacen llorar
como un oso que tiene su pata atrapada en una trampa.
—Ni siquiera sé lo que hice, ¡ay! Maldita sea. ¡Ese es mi cabello que estás
arrancando!—
—Levi no piensa mucho en tu respuesta. Tal vez deberías intentarlo de
nuevo— sugiero.
—Bueno.Bien. Así que quizás me burlé un poco de tu chica. No me haces
daño. Solo estaba tratando de ser amigable, ¡mierrrrdaaa! — Él grita.
—Levi odia esa respuesta— Encuentro la puerta del sótano en la cocina
y la abro. Nadie trata de detenernos. Levi toma las escaleras de dos en dos.
El chico de fraternidad trata de mantenerse al paso, pero le cuesta mantener
el equilibrio. Cae de bruces en el minuto en que Levi lo deja ir. Instalé la
batería del carro que saqué del auto del Frat Boy junto con sus cables de
puente.
—¿Qué diablos es eso?—
—La batería de tu auto— le digo mientras Levi toma una silla. Aquí abajo,
en el sótano donde hacen sus pequeños rituales sucios, no habrá servicio
celular. Él no podrá llamar y nadie grabará esto, al menos no sin nuestro
permiso.
—¿Qué ... qué vas a hacer con eso?— Está casi haciendo pis en sus
pantalones con miedo.
—¿Qué piensas?— Abro y cierro las pinzas un par de veces. —Voy a unir
esto a tus bolas hasta que no puedas usar más tu polla. Porque aquí está la
cosa, imbécil. Asaltaste a nuestra chica en público mientras la gente sacaba
sus cámaras. Eso me dice que cuando las cámaras están apagadas, estás
haciendo cosas aún peores. Algunas personas no deberían tener pollas en
uso. Tú eres uno de ellos—
Él comienza a llorar, con un fuerte llanto y mocos saliendo de su nariz.
—¿Por qué? Sólo bromeaba. ¡Sólo era una broma! Nadie resultó herido—
—Asqueroso— murmura Levi y tira la silla hacia abajo. —Toma tu
castigo como un hombre—
—Lo-lo siento— El chico fraternidad observa las abrazaderas con miedo.
—La llamaré y me disculparé—
—¿Crees que te vamos a permitir hablar con ella?— Sacudo la cabeza.
—No, mi tonto amigo, ni siquiera vas a respirar el mismo aire que ella.
Después de freír tus bolas, llamare al administrador y le dire que estás
abandonando. Hay buenas escuelas en Alaska—
Levi empuja al chico de fraternidad en la silla.
—¿De qué diablos estás hablando?— Pregunta el idiota estúpido como si
no lo hubiera explicado.
—Te digo que no vas a estar cerca de nuestra chica nunca más—
—No puedes hacer eso. ¿No sabes quién soy? Esta es mi escuela—Él
trata de ponerse de pie. Levi lo empuja hacia abajo y se queda a unos dos
centímetros de la cara del viejo muchacho.
—Nah. Ya no. Es nuestra escuela ahora. Hacemos las reglas. Regla
número uno: Olivia Moore es intocable. Regla número dos: así son las demás
chicas. Regla número tres: ya ni siquiera vas a estar aqui—
Mi gemelo envuelve la cuerda elástica alrededor de los brazos de chico
fraternidad y me muevo hacia adelante con las abrazaderas. El sonido de
orinar llena el aire seguido del olor a orina.
—¡Joder, hombre!— Levi grita y salta del camino.
—El agua conduce la electricidad mejor que el algodón— digo y aplico
las pinzas.
Los gritos de chico fraternidad son más fuertes de lo que esperaba. Le
hago un gesto a Levi con la cabeza. —¿Estás listo?—
Él saca su teléfono. —Sí. Parece que tenemos siete horas hasta el día de
cumpleaños
Yo sonrío. —Mucho tiempo para cuidar de la chica que lo filmó—
—Vamos—
OIVIA

—P
IENSO QUE COMI MUCHO QUESO— ME AGARRO EL
ESTOMAGO, NO SE DE DONDE SE ME ocurrió la idea
de pedir el triple del queso cuando pedimos una pizza a
nuestra habitación. Debería haberlo sabido mejor cuando me pidieron que
repitiera lo que dije. Sonaba como una buena idea en ese momento. —Nunca
me moveré de nuevo— gimo. Nunca he estado más agradecida por el elástico
y la lycra como lo estoy en este momento.
Erika toma otra rebanada, encogiéndose de hombros y tomando un
bocado, no molesta por el queso graso en lo más mínimo. —Debería odiarte—
le digo a ella. Ella come el doble de lo que yo, y no sé donde se va dentro de
ella. —¿A dónde va?— Erika se ríe de mi comentario como si estuviera
bromeando. No lo estoy. Tengo muchas ganas de saber a dónde va. Creo que
ella podría superar a Levi y Zeke. ¿Por qué tengo la necesidad de probar ahora
esta teoría?
Pensar en los gemelos me hace mirar mi teléfono en mi escritorio, fuera
de mi alcance. Por suerte no puedo moverme, así que no puedo acosarlos o
preguntarme por qué han estado tan callados. Intento mantenerme alejada
de ellos para no torturarlos más. No he podido ayudarme cuando estoy cerca
de ellos últimamente. Me convierto en uns central de hormonas cuando están
cerca de mí. Estoy tan desesperada por que me toquen que mantenerme
alejada de ellos parece ser la única opción. Todos necesitamos refrescarnos
un poco.
Me duele el cuerpo por ellos y la ausencia está causando que el dolor se
intensifique en el segundo. No hay victorias en este punto. Solo tengo que
recordarme que es solo una cuestión de tiempo. Ellos están sufriendo tanto
como yo. Los minutos son más largos que nunca en este momento, por lo que
me he mantenido alejada, pero no será por mucho tiempo. Esta noche es mi
cumpleaños y luego, todas las apuestas estáran cerradas.
—Así que sé que estamos evitando a tus hombres, pero si sé algo, ¿te lo
digo?— Mi cabeza se aleja del reloj, que juro que no se ha movido, para mirar
a Erika. Su tono me pone nervioso.
—Oh Dios. ¿Se enteraron? ¿Están en la cárcel?— Me incorporo. El pánico
comienza a apoderarse de mi cuerpo.
—No, no están en la cárcel— Ella mira hacia otro lado y hace que parezca
que están en algún lugar peor que la cárcel.
—¡Erika!— Grito. —Dime—
Ella libera su labio de entre sus dientes. —Fueron vistos entrando a la
habitación de Hope en la casa de la hermandad Alpha Gamma— Ella no
puede pronunciar las palabras lo suficientemente rápido.
—¿De verdad?— La miro fijamente. Ella asiente.
—Sí, quiero decir ...—
Salto hacia arriba, cortándola. —¡Esta es nuestra oportunidad! Ponte tus
zapatos— le digo, corriendo para deslizar los míos. Tengo que darme prisa o
perderemos esta oportunidad de oro. Casi me caigo cuando trato de ponerme
las tenis sin tomarme el tiempo para desatarlos.
—¿Vamos a enfrentarnos a ellos?— Ella se levanta de la cama y se pone
las manos en las caderas. Ella ya no parece medio enferma como lo hizo hace
un momento. Ella se ve cabreada y lista para la batalla. Es la misma expresión
que usó cuando derribó a Amigo Sorfista hace unas horas. La mirada que
indica que está perdiendo la paciencia y si te cruzas en su camino te destruirá.
Me gusta esta mirada sobre Erika. Es bueno saber que ella tiene este lado
combativo.
—No, no quiero ver a esa perra. Ella está en mi lista de mierda— Miro mi
ropa y encuentro una camisa negra para quitarme la
La pequeña camiseta. Todavía hay luz afuera, pero siento que necesitamos
estar en negro para nuestra misión.
—¿Lista?— Las cejas de Erika se fruncen juntas en confusión.
—¿Tienes una lista?— Pregunta ella. —Quién está en esta lista—
—Necesitas una camisa negra— le digo. Señalo hacia su ropa.
—Hablaremos de la lista más tarde. Sólo tenemos poco tiempo— agregué
rápidamente.
Ella me mira como si hubiera crecido una segunda cabeza.
—¡Podemos recuperar mi ropa!— Grito. —¡No están en casa! ¡Esta es
nuestra oportunidad!— Habían prometido que me los devolverían, pero aún
no han devuelto una sola pieza. Probablemente creen que lo he olvidado, pero
no lo he hecho. Necesito esa ropa para seducirlos si las cosas no salen como
planeo esta noche.
La boca de Erika se abre, pero ningún sonido sale por un momento.
—Pero tus novios están en la habitación de Hope— repite ella.
Agito mi mano hacia ella con desdén. Está empezando a parecer que cara
de zorra me hizo un favor. Ella ha creado una oportunidad para que recupere
mi mierda. Sin embargo, esto no la saca de la lista. Tengo la sensación de que
estará allí para siempre. Se ha ganado el puesto número uno y no puedo ver
a nadie ocupando su lugar en un futuro cercano.
—Como dije, ella está en la lista. No le doy la vuelta a lo que le dicen.
—No lo hago. La ira de los gemelos Audley es una que nunca quieres que
se te presente. Si fueron a buscarla, eso significa que saben lo que me dijo.
Esa es la única razón por la que mis hombres estarían en una casa de
hermandad. Si estuviera prometiendo una casa, podrían entrar en una, pero
dudo que alguna vez suceda. Probablemente vendrían y me buscarían tan
pronto como intentara unirme o hacer algo loco, como hacer una gran
donación para que la hermandad de mujeres no me permitieran unirme.
No me quieren en el dormitorio donde tienen un acceso bastante fácil.
¿En una casa donde hay todas esas chicas y todas esas reglas? Solo puedo
imaginar a los gemelos acampados afuera en el jardín delantero. Estarían
acosando a todas las personas que intentaran
entrar. Tengo que luchar para sonreír pensando en eso. Son tan
exagerados, pero son míos.
—¡Tenemos que irnos!— Le digo a Erika. Estamos perdiendo demasiado
tiempo paradas alrededor. Llego a juntar mis cosas. Me aseguro de dejar mi
bolso y teléfono en la habitación en caso de que los gemelos revisen mi
ubicación. Erika sigue detrás de mí. Ella todavía me está mirando como si
estuviera medio enloquecida.
—Necesitamos un nombre para nuestra misión— le digo a Erika
mientras acelero el paso.
—Sí, la operación eres pantalones locos— murmura, corriendo para
ponerse al paso.
—Oh, estamos recuperando más que mis pantalones— Sonrío,
haciéndola reír.
Acelero mi velocidad aún más. Estoy medio corriendo ahora,
dirigiéndome hacia su lugar. Nunca he estado allí, pero sé lo que parece por
las fotos que me han enviado. Puede que también haya hecho un mapa unos
cientos de veces.
—Eres terriblemente rápida para alguien que dice que nunca se moverá
de nuevo— Me estoy sintiendo sin aliento, pero Erika no parece en lo más
mínimo al decir las palabras. Cuando llegamos a un edificio de condominios,
me quedo sin aliento.
—Escuché que viven aquí—dice ella, mirando el edificio de concreto y
vidrio. —Aquí es donde viven los niños ricos— agrega.
Sé que a Zeke le va bien y, aunque a Levi no le pagan por jugar al fútbol,
todo aquí es gratis. Zeke también tiene un viaje gratis, así que no me
sorprende que puedan darse el lujo de vivir en estos tipos de lujo. La
verdadera pregunta es por qué Zeke está incluso aquí. La universidad es algo
que no necesita. Es brillante y sé que estaba ganando dinero por su cuenta
antes de que él y Levi salieran para la universidad. Si tuviera que adivinar, se
inscribió porque Levi estaba aquí y que eventualmente me uniría a Levi. Es
probable que Zeke haya venido a la universidad para que los tres podamos
estar juntos. Hago una nota mental para preguntarle a Zeke si realmente
quiere ir a la universidad. No quiero que haga algo que no quiere solo para
que todos hagamos lo mismo. Quiero asegurarme de que todos hagan lo que
quieran y no sacrifiquen sus propios sueños en beneficio del equipo. Podemos
estar juntos y todos hacer cosas diferentes. Hago una nota mental para hablar
con Zeke sobre estas cosas.
—Es solo un condominio— Deslizo mi brazo en el de Erika, llevándola
conmigo. No quiero que se sienta fuera de lugar.
—¿Tienes una llave o algo?—
Me detengo un momento después de que entramos en el edificio. Lo hago,
pero no recuerdo dónde puse la cosa. Me lo dieron para siempre cuando
consiguieron el lugar.
Un hombre detrás de un escritorio levanta su cabeza calva para mirar a
Erika y a mí. —Oh, mierda— murmuro. Atrapadas. Lo sé con seguridad
cuando el hombre dice mi nombre.
—Olivia— dice. Es mi nombre de pila, pero nadie me llama así. ¿Cómo
sabe mi nombre?
—Esa soy yo— chillo tratando de jugar bien. —Simplemente apareci para
recoger algo—pretendo que he estado aquí antes.
—Por supuesto— Él asiente. Me acerco al ascensor y presiono el botón
que veo que también tiene un ojo de cerradura, pero se abre al instante.
Quizás solo necesite la llave cuando el portero no esté aquí. Me pregunto si
esa es la llave que me dieron.
Jalo a Erika conmigo y presiono el botón del piso superior. No pasa nada.
Las puertas ni siquiera se cierran. Lo golpeo una y otra vez, pero el botón solo
parpadea en rojo hacia mí. Maldita sea. No veo un lugar para otra llave. No
es que tenga uno. Esta misión está fracasando miserablemente.
—Señorita tiene que ingresar su código— El hombre detrás del escritorio
se pone de pie. Entonces noto un teclado. Mi mente se queda en blanco por
un momento. Luego, escribo la fecha en que nos conocimos. Mi cumpleaños
sería demasiado fácil para que la gente lo adivine. Zeke habría escogido algo
que recordamos pero otros no sabrían.
Las puertas se cierran y dejo escapar un largo suspiro. —Estamos
realmente en un momento difícil— Miro a Erika.
—Sí, los va a llamar totalmente
Asiento con la cabeza de acuerdo. Momentos después, las puertas del
ascensor se abren al piso superior, revelando una entrada que se abre a la
sala de estar y la cocina. Mi mandíbula cae con asombro por el tamaño de
este lugar. Por supuesto, tienen el ático del condominio No sé por qué
esperaba menos.
He visto el lugar un millón de veces en FaceTime. Desearía poder
detenerme e inspeccionar todo, pero sé que necesito moverme. También sé
que cometí un error al venir aquí. Verlo en imágenes y a través de un teléfono
es una cosa, pero estar aquí es otra. Nunca quiero dejar este lugar ahora. Se
siente como en casa. Todo el lugar huele a ellos. Mis ojos se detienen en fotos
mías y fotos de los tres juntos. No vivo aquí pero estoy en todas partes. Mi
corazón explota con amor al pensar que ellos escogieron cada una de estas
fotos y luego las colgaron en su casa. Sé que en este momento, no importa
dónde estemos, siempre serán mi hogar.
—Vamos.— Erika me da un codazo, recordándome nuestro horario.
—Correcto—Me dirijo por el pasillo y me detengo en la primera
habitación. Al instante, lo reconozco como de Levi con el equipo atlético en la
esquina. Me quedo allí, asimilándolo, pero Erika me empuja de nuevo para
recordarme que necesito moverme. Me dirijo al armario pero no encuentro
nada. Erika mira debajo de la cama y no consigue nada. Regresamos al pasillo
y a la habitación de Zeke. Pantallas de ordenador alinean una pared. Están
en modo de suspensión, pero los protectores de pantalla combinados forman
una imagen gigante de mí. Incluso Erika se detiene a mirarlo.
—No me sorprende que no hayas pensado en ellos por estar en casa de
Hope—
Asiento con la cabeza de acuerdo. Dios, los amo mucho. Mis ojos
empiezan a picar.
—Aquí tampoco hay nada— suspira Erika. —Tal vez los guardaron en la
otra habitación— Ella me agarra del codo esta vez, llevándome fuera de la
habitación de Zeke hacia la puerta al final del pasillo.
Había visto las habitaciones de Levi y de Zeke antes, pero nunca había
visto esta habitación y no tengo idea de lo que hay en ella. Empujo la puerta
y me congelo, sabiendo al instante de quién es la habitación.
—Es nuestra habitación— jadeo. Me quedo allí, incapaz de moverme
cuando veo la cama de gran tamaño. Esta habitación estaba destinada para
compartir nosotros tres. La belleza y la simplicidad del espacio me quitan el
aliento. Puedo sentir el amor en este cuarto.
—"¡BROWNIES!" — Erika grita, alejando mi atención de la enorme cama
y las posibilidades que tiene.
—¿Qué es eso?— Le grito a ella. Me asustó mucho. ¿Por qué diablos está
gritando de comida otra vez? Ella escoge los momentos más extraños para
tener hambre.
—Es nuestro codigo. Que mas podria ser—me mira como una loca
cuando ella fue la que gritó "¡Brownies!" a todo pulmón. Obviamente, no se
da cuenta de que realmente tenemos que aceptar una palabra clave antes de
usarla.
—No se puede simplemente pronunciar una palabra aleatoria no
acordada como palabra clave— le digo con molesta. —¿Por qué lo gritas para
empezar?— Volteo la cabeza para ver qué está mirando.
Veo movimiento por el rabillo del ojo y miro por el pasillo para ver a Levi
y Zeke bloqueando nuestra salida.
—Ohhhh— susurro.
—Sí— Ella deja escapar un resoplido. —Pon ese portero en la lista—
Asiento con la cabeza en acuerdo. Parece que estoy en problemas si leo
bien las caras de Levi y Zeke. Lamo mis labios, no estoy segura de cómo voy
a salir de esto.
Así que digo lo único que se me ocurre.
—Escuché que estaban en la casa de Hope— Puse mis manos en mis
caderas, tratando de fingir que estaba enojada. —¿Estuvieron allí por sus
brownies?— Agrego ese pequeño golpe para dar un recordatorio adicional de
que nunca obtuve esos brownies.
—Vamos a necesitar una nueva palabra clave. 'Brownies' nunca
funcionan— Erika murmura a mi lado. No sé de qué está hablando. Los
brownies siempre funcionan.
LEVI

—M
UCHOS NIÑOS ESTAN ENCONTRANDO
BRENTWOOD MUY DIFICIL Y NOSOTROS
ESTAMOS AYUDANDO A los nuevos
desertores a moverse— Sonrío.
Después de un día y medio de no ver a
Livvie, pensé que la atacaría a simple vista, pero pude liberar algo de mi
energía acumulada cuidando del polla de lápiz y de la chica de los mocos.
Luego tuve que ir a practicar. El escuadrón scout contra el que jugamos iban
a estar adoloridos durante días. Tendré que pedir una pizza para ellos o algo
para compensar los éxitos que tuve.
—¿Qué es eso acerca de los brownies?— Zeke pregunta, pasando un
brazo alrededor de la cintura de Livvie mientras la arrastra hacia la puerta.
—Espero que sean de la panadería de Sánchez. Escuché que esos son
asesinos—
—Pedimos algunos para el cumpleaños de Olivia y están listos para ser
recogidos— improvisa la compañera de cuarto. Me pregunto si ella sabe que
se frota la oreja cuando miente.
—Sí, y si no nos vamos ahora, se arruinarán— Livvie intenta
escabullirse, pero mi hermano la detiene. Él la levanta y la lleva a la sala de
estar.
Barrí la sala especial para detectar cualquier disturbio antes de cerrar la
puerta. Livvie no había llegado al armario. Si lo hubiera hecho, habría visto
sus cosas escondidas en el vestidor de la estantería personalizada que
encargamos durante el verano. Los cajones están forrados de terciopelo. Las
perchas son todas suaves y blandas. Incluso compramos unas almohadillas
de olor agradable que algunas vendedoras dijeron que a Livvie les encantaría.
Está listo para ella. Estamos listos para ella.
El pestillo de la puerta encaja en su lugar como una puntuación. Solo
puedo esperar que ella esté lista para nosotros.
Fuera en la sala, Livvie está sentada en una silla con una expresión
calculadora en su rostro. La compañera de cuarto se ha ido.
—¿Dónde está tu amiga?— Pregunto.
—Llamé a Tank para que viniera a acompañarla a su casa— Zeke se
ofrece voluntariamente desde la cocina. Sale con una taza en la mano, que le
da a Livvie.
Arqueo una ceja. —¿Tank es a quién has elegido?— Tank es un boxeador
que no sabría sonreír si alguien hiciera los cortes de Joker en su boca.
Además, es el doble del tamaño de la compañera de habitación de Livvie.
—Parecen un buen ajuste—
—¿Quién es este Tank?— Livvie pregunta con los ojos entornados. Por la
expresión de su cara, parece que ella adoptó a la compañera de cuarto.
—Es un buen tipo— le asegura Zeke. —Bebe el té. Tiene malestar
estomacal por comer demasiada pizza de queso— me explica.
—Ordenó queso doble, ¿verdad?— Sacudo la cabeza con cariño.
Livvie arruga la nariz. —Tiple. El anuncio decía que era la mejor pizza
del campus, así que pedí una pizza de queso y luego me pidieron que lo
repitiera. Supongo que pensaron que quería más queso—
—Ella tiene un punto— Zeke está de acuerdo. Por supuesto, Livvie podría
decir que deberíamos empezar a comernos a nuestros compañeros y Zeke
encendería la barbacoa. Dicho esto, estaría arrastrando los cuerpos hasta
nuestro condominio, así que no soy nadie para hablar.
—¿Quieres un poco de helado de vainilla?— Sugiero. Livvie disfruta de
un tazón pequeño cuando tiene malestar estomacal. Algo sobre el frío y la
crema es bueno para su barriga.
—¿Estás tratando de engordarme?—
—-Sólo si quieres estarlo. No hace ninguna diferencia— Tomaría a Livvie
del tamaño o la forma que quisiera. Ella sería sexy no importa qué. Como
ahora, ella está vestida con esos pantalones ajustados y una gran camiseta y
todo en lo que puedo pensar es en cómo quiero lamerla de pies a cabeza.
Reviso subrepticiamente el reloj. Solo quedan cuatro horas más hasta la
medianoche. Supongo que es hora de que aclaremos algo. —¿Quieres
contarnos sobre la lista?—
—¿Qué lista?— Pregunta toda inocente.
—Eso es lo que queremos saber— dice Zeke, acomodándose en la silla
frente a Livvie. Apoyo mi brazo contra la espalda. —¿Qué lista?"
—Realmente Hope está llendose?— Livvie pregunta sobre el borde de su
taza.
Zeke y yo asentimos.
—Apuesto a que la lista solo tiene al Sr. Martin— dice Zeke.
La boca de Livvie cae abierta. —Ustedes saben sobre el Sr. Martin? Ni
siquiera nos conocimos cuando puse al señor Martin en mi lista—
Zeke le da una mirada de lástima. —¿Crees que hay algo en tu vida que
no sepamos? Sabemos de él y de la chica que robó tu proyecto de ciencia—
—Oh Dios mío. ¿Qué les hicieron a ellos? No tenían que hacer nada—
—El Señor Martin se fue de la ciudad unas semanas después de que
ustedes se mudaran, y ahora que lo pienso, Julie Cranston también se fue a
vivir con su abuela ese año. ¿Lo que da?—
—Nena cuando dijiste que nos pertenecías eso significaba que nos habías
dado el derecho de protegerte. Nunca vamos a permitir que alguien cerca tuyo
te haga caer— explica Zeke.
Nuestra niña suspira y deja su taza. —Ustedes no van a meterse en
problemas, ¿verdad? Me gustaría que nuestra primera vez estuviéramos aquí
en el condominio y no en la cárcel del condado cuando nos permiten tener
visitas conyugales — Ella toca un dedo lindo contra el costado de su boca
mientras la preocupación arruga su frente perfecta.
—Oh no. ¿Podemos incluso tener visitas conyugales si no estamos
casados?— Ella se levanta de un salto. —Tenemos que ir a la corte en este
momento—
—Son las ocho de la noche— le digo a ella.
—¡Entonces vamos a Las Vegas!—
Admiro sus habilidades para resolver problemas, pero paso por la
habitación para empujarla de nuevo a su silla. —Nadie se metera en
problemas. Como todos los abusadores, Hope es todo hablar y no actuar. Le
mostramos un par de fotos de chico fraternidad y ella empacó de inmediato.—
No menciono las maldiciones ni los zapatos porque no quiero que Livvie
se moleste. La rabieta de Hope no duró mucho porque Zeke había recopilado
un montón de pruebas de video de que Hope ponía en peligro a otras chicas,
incluidas algunas de las chicas de la hermandad. Una vez que vio esa mierda,
no tuvo ningún problema en dejar la escuela.
Lograr que todos abandonen la escuela si van a hablar mal, Livvie no es
una situación ideal y no la protege una vez que salgamos de aquí, pero
funciona, por ahora.
Livvie se sienta con un ruido sordo, otra mirada oscura arrugando su
frente. Mis pelos se levantan de inmediato. Me enderezo y exijo: —¿A quién
tengo que matar ahora?— Ni siquiera estoy bromeando. Odio ver las nubes
oscuras que cubren su rostro.
—Acabo de tener un pensamiento horrible— Se cubre la cara con ambas
manos mientras su mirada afligida hace Ping Pong ente Zeke y yo. —Sólo
puedo casarme con uno de ustedes así que si ambos van a la cárcel, ¡puede
haber visitas conyugales para solo uno! ¡Esto es terrible!—
No tengo que mirar a Zeke para saber que se siente en conflicto con la
comprensión repentina de Livvie de lo que realmente significa estar con
nosotros. Por un lado, follando finalmente. Podemos solucionar este problema
y poner a todos en la misma página. Esto es lo que preocupaba a la mamá de
Livvie, y creo que ella tenía una buena razón. Por otro lado, odio que la
inocencia de Livvie sea despojada.

Su lista negra es corta porque realmente ama a las personas y las


personas responden de la misma manera. Ella es el tipo de chica que piensa
que los asesinos en serie tienen un lado bueno. Supongo que debería estar
agradecido por eso, de lo contrario, ella probablemente no querría estar con
alguien como yo, que es conocido por ser un imbécil insensible la mayor parte
del tiempo.
Ojalá pudiéramos mantenerla envuelta en algodón con sus lentes
rosados que sombrean su visión de este mundo jodido con su gente crítica y
sus reglas estúpidas.
—No puedo casarme con ninguno de ustedes— concluye. —No sería
justo. O todos nos casamos o ninguno de nosotros se casa—
—Te casarás con Zeke— Ya habíamos discutido esto. Zeke es el más viejo
y esa mierda significa algo para él. Sé en mi corazón que Livvie es mía. No
necesito un papel de un empleado de la oficina para decirme que estamos
juntos.
—¿Qué? No puedo casarme con Zeke— protesta nuestra chica. Ella me
apunta un dedo. —¿Vas a ser el padrino o algo así? Eso apesta. Vamos a
movernos a alguna parte. Tiene que haber un lugar donde todos podamos
casarnos—
—En realidad no— dice Zeke. Se inclina hacia adelante y atrapa las
manos de Livvie entre las suyas. —Aparentemente está bien en varios lugares
que un hombre se case con dos o más mujeres, pero una mujer que se junta
con más de un hombre es básicamente ilegal en todas partes. —Hay algunas
regiones donde se acepta, pero no creo que nuestra unión tibetana sea
reconocida por ninguna cárcel de este país—
Zeke comenzó a investigar esto hace años y tiene todos los detalles, así
que lo dejé hablar.
—Eso es una tontería— Livvie presiona sus labios juntos en una línea
infeliz.
—No vamos a ir a la cárcel, así que esa preocupación no la deberías
tener, mira la cosa es que hay mucha gente de mierda con las mentes cerradas
más que un puño que nos va a juzgar y, sobre todo, a ti—
La idea de que se diga algo malo acerca de lo nuestro Livvie hace hervir
mi sangre. Mis puños van a entrenar si la noticia de lo que le hicimos a Frat
Boy no cambia la opinion a los tontos aquí en el campus. Envuelvo mis dedos
alrededor de un puño y hago crujir mis nudillos. Livvie mira mis manos y
luego mi cara sombría.
Ella inclina la cabeza. —No se puede luchar contra todos—
—Tal vez yo pueda— le contesto. Lucharé contra todos los que la
lastimen o mueran intentando.
Livvie retira sus manos del agarre de Zeke y se levanta. Se sienta en el
regazo de Zeke y luego agarra uno de mis puños para presionar sus labios
contra él. Me estremezco por el contacto.
—Ustedes. ¿Por qué me importa lo que piensen los demás? ¿Me aman?—
—Por supuesto— Mi garganta se siente irritada.
—Sabes que lo hacemos—
—Entonces no importa. La gente me puede llamar puta ...—
—¿Quién diablos te llamó puta?— Rugí, enderezándome en mis seis pies
y cinco pulgadas. Esa persona está muerta.
Livvie me recaptura la mano. —Para. Solo digo que si eso sucediera, solo
estaría triste porque te haría daño. No me duele Las opiniones de nadie más
que las suyas y las de mi madre hacen alguna diferencia en mi vida. Si me
aman y nunca van a querer a alguien más, entonces eso es lo único que
importa—
—Nunca habrá nadie más— digo bruscamente. Si Livvie se fuera
mañana, moriría virgen. No hay otra mujer que me mueva. Sé esto por un
maldito hecho absoluto.
Zeke tira de Livvie hasta su pecho mientras ella todavía se aferra a mi
mano. —Siempre te amaremos para que no tengas que preocuparte por eso—
—Entonces, ¿ya me besarán?— Livvie llora. —Estoy muriendo. Mi
cuerpo, literalmente, se está desperdiciando de no ser tocado por ustedes.
¡Mira!— Ella señala su vientre redondo. —Comí una libra de queso y mi bebé-
comida aún está en el primer trimestreSofoco un resoplido de risa. Los labios
de Zeke tiemblan por la risa reprimida.
—Estaba destinado a ser divertido. Ustedes pueden reírse.— Ella
pellizca a Zeke en la mejilla. Se rompe, porque, ¿cómo puede resistirse?
Me arrodillo y presiono mi cara en el hueco de su espina dorsal. Joder,
ella huele bien. Como las cerezas y las especias. Respiro hondo y la absorbo.
Tiene razón. Todo lo que importa es que nos amamos. Los detalles: quién
puede casarse con quién, cuyo anillo lleva en el dedo, ese tipo de mierda es
todo extra. La mierda realmente importante es cómo nos sentimos.
—Entonces, ¿Quien me va besar primero?— Murmura ella.
Siento las vibraciones de sus palabras contra mi mejilla.
—Tenemos dos horas— le informa Zeke.
Una puta eternidad, en otras palabras.
—¿De verdad?— Ella suspira. —¿Realmente vas a hacerme esperar dos
horas?—
OLIVIA

E
LLOS REALMENTE ME HICIERON ESPERAR DOS HORAS, ME
ALIMENTARON, LO CUAL FUE GRANDIOSO , pero mi estómago
no era lo que tenía hambre en mi cuerpo. Levi me frotó los pies
durante mucho tiempo. Algunas veces parecía que
estaba listo para devorarme los dedos de los pies y me empapé tanto de
la idea. ¿Quién pensaria que frotarse los dedos de los pies podía ser tan
erótico? Pero él no hizo nada. Solo suspiró profundamente y volvió a acariciar
cada centímetro.
Sin embargo, sentí su erección contra mi talón. Quería presionarlo y
molestarlo, pero no lo hice. Su resistencia determinada era entrañable.
Querían cumplir su promesa a mi madre, ¿y cómo podría estar enojada por
eso? Dejé que mis ojos se cerraran cuando las manos de Zeke se unieron al
roce y me di cuenta de que, como Levi, no iba a ceder. Sin embargo, no iba a
empujar, porque había hecho lo suficiente durante la semana pasada. para
tentarlos Mi estómago lleno y su masaje personal hicieron que mi cuerpo
estuviera tan relajado que etabaa a un estado de paz. Tal vez solo me quede
aquí por un minuto, es el último pensamiento que recuerdo haber tenido antes
de que las luces se apagaran para mí. Deben saber mejor que dejarme cerrar
los ojos. Tengo la costumbre de tener ataques de siesta.
Soñar es la manera perfecta de pasar el tiempo. Mi imaginación evoca
todas las cosas que quiero que me hagan los gemelos. La primera imagen
comienza inocentemente con la mano de Zeke deslizándose debajo de mi
camisa mientras Levi comienza a bajar lentamente mis pantalones de yoga.
La caricia de su mano por mi pierna me pone la piel de gallina. Puedo
escuchar el sonido de su respiración pesada llenando la habitación. De
repente siento un escalofrío y al mismo tiempo veo que mis pantalones están
en el suelo.
Me arqueo en la mano de Zeke mientras roza la parte inferior de mi
pecho. Maldigo mi propio cerebro por incluir un sostén. ¿Quién lleva sujetador
cuando sueña?
—Livvie— dice Levi suavemente mientras sus manos comienzan a subir
por mis muslos. Esta es la primera vez en mi vida que recuerdo haber estado
agradecida por mi talla pequeña. Sus manos no tienen que desplazarse
demasiado para llegar a mi cintura. Su boca roza mi estómago antes de que
él le dé un suave beso allí. Él lame el lugar que besó y lo sopla después. Un
temblor recorre todo mi cuerpo y mis pezones se arrugan debajo de mi sostén.
Gimo y ruego que me quiten la prenda restrictiva.
El gemido amenaza con despertarme de mi trance. Me resisto,
mantengo los ojos cerrados y me entrego al sueño donde la respiración
pesada todavía llena mis oídos y mi cuerpo todavía está en manos de mis
amantes.
Se siente tan real ... casi como si no estuviera soñando. Mis ojos se
abren para encontrarse con la mirada caliente de Levi.
—No estoy dormida— solté un gruñido.
—No es un sueño— está de acuerdo. Él planta otro beso cerca de mi
ombligo. Mis ojos permanecen enfocados en él, y por un momento, juro
que no puedo respirar. Estoy en una bruma sexual y no puedo creer que
esto finalmente esté sucediendo. Lamo mis labios cuando veo lo cerca
que Levi está de mi coño. Mis caderas se arquean solas como si mi vagina
estuviera tratando de llegar a donde ella pertenece. Siempre estuve
nerviosa por no saber qué hacer, pero siento que mi cuerpo sabe
exactamente lo que quiere. Lo siguiente que sé, Levi se ha movido entre
mis muslos. Mis piernas ahora están abiertas para hacer espacio para su
marco grueso.
—Feliz cumpleaños— Zeke me susurra al oído. Mi espalda está
presionada contra su pecho y me inclino contra él mientras él se sienta
en el sofá. Puedo sentir su enorme erección contra mi trasero. Intento
deslizar mi trasero hacia arriba y hacia abajo, pero no puedo moverme
con ellos enjaulándome.
—¿Me quedé dormida?— Pregunto, sonando sin aliento incluso para
mí. Necesito confirmación otra vez de que esto realmente está
sucediendo. Si todavía estoy soñando, me voy a pegar a mí misma cuando
me despierte. Mis ojos miran a Levi otra vez y él se ríe mientras se inclina
y besa mi estómago otra vez.
—Lo siento por eso. Teníamos que hacer que te desmayaras o nunca
lo habríamos logrado— dice Zeke detrás de mí. Su boca está tan cerca de
mi oído que hace que mi cuerpo zumba.
—¿Pero lo hicimos?— Me apresuro a decir. Todavía estoy buscando
una confirmación de que no estoy soñando. Ahí van mis caderas otra vez,
empujando hacia arriba como si no tuvieran vergüenza. Bien, tal vez esta
vez ayude un poco a mis caderas. Levi los agarra y los sujeta de nuevo en
el sofá, haciendo que no pueda moverlos. Gimo de frustración y trato de
empujar mis pechos hacia adelante. Tal vez eso me ponga un poco más
de acción.
Las manos de Zeke están ahí para ahuecar mis pechos debajo de mi
camisa. Empuja mi sujetador hacia arriba y hacia afuera para que su
pulgar pueda deslizarse sobre mi pezón. Se burla de un pezón y luego del
otro. Yo jadeo. Ahora estoy levantando descaradamente
—¿Te gusta esto Olivia? ¿Te gusta que toque tus pezones?—Zeke
me susurra al oído.—¿Se está mojando tu pequeño coño apretado por
esto?— Agrega. Juro sentir un chorro y mis bragas se sienten mojadas.
Esto es más erótico de lo que jamás podría haber imaginado. Salgo de
mis propios pensamientos cuando Levi habla de nuevo.
—Sácalo— exige Levi. Me toma un momento darme cuenta de lo que
está pidiendo. Mi cuerpo está pulsando con demasiada necesidad de que
trate de pensar con claridad. No es hasta que Zeke empieza a levantarme
la camisa que me doy cuenta de lo que Levi pidió. Mi camisa y mi sostén
están arrugados y mis pechos están en exhibición para Levi. Puedo ver la
lujuria brillar a través de sus ojos mientras observa la vista de mis pechos
desnudos. Me arqueo hacia él, deseando que los salpique con besos como
si tuviera mi estómago.
—Ven a besar a nuestra chica, Levi— dice Zeke. Ahora, él es el que
da las ordenes. Los ojos de Levi se acercan a los míos, dejando mis pechos
en ese momento. Zeke sigue acariciando mis pezones. Levi tiene su boca
en la mía antes de que lo sepa y él desliza su lengua para acariciar la
mía. Se mueve tan rápido para un hombre de su tamaño. Creo que el
beso va a ser duro y rápido, pero cuando su boca roza la mía es tan suave
como lo había sido cuando rozó mi estómago hace unos momentos.
Chupa mi lengua y gimo en su boca, pensando que él me está chupando
en otros lugares.
Deslizo mis brazos alrededor del cuello de Levi, empujando mis
pechos en su pecho. Las manos de Zeke quedan atrapadas entre
nosotros. Entonces me doy cuenta de que ambos todavía están usando
sus camisas. Quiero sentir su piel contra mi cuerpo. Mis pensamientos
se interrumpen cuando Levi lame la costura de mi boca.
—Ábrete para él, Livvie— Zeke emite otra orden. Mi cuerpo hace lo
que se le dice. Por mucho que quisiera esto, mi mente se ha quedado
prácticamente en blanco. Mi cuerpo sabe confiar en ellos para guiarlo
hacia el placer. Siempre me han indicado la dirección correcta y sé que
esta vez no será diferente. Me separe no de buena gana mis labios de
Levi, jadeando cuando Zeke me pellizca el cuello. —Deja que llene de tu
boca, nena—
La lengua de Levi se desliza en mi boca. Él sabe a menta y a casa.
Cierro los ojos, empapándome de mis primeros besos.
Entierro mis dedos con más fuerza para aferrarme a él. Olvido a
cualquiera que diga que esto está mal porque se siente bien. Puede que
no sea capaz de casarme con ambos, pero pertenezco a ambos. Vierto
todo en nuestro beso, deseando que Levi sienta mi aceptación de nosotros
también. Cuando Levi devora mi boca, levanto mi mano y acaricio la cara
de Zeke. Quiero que este momento sea sobre todos nosotros.
Levi dijo tan fácilmente que me casaría con Zeke. No me importa con
cuál me case, pero quiero que Levi sienta cuánto lo amo. Zeke es siempre
nuestro guía. Levi es el más fuerte y silencioso de los dos. Él es a menudo
tranquilo, pero quiero que sepa que lo veo. Lo amo por lo que es.
Levi gime en mi boca mientras se aleja de mí. Su respiración se ha
vuelto trabajosa y difícil. —Mi turno, Livvie nena— No sé de qué se trata
el hecho de que él agregue la "nena" al final de mi nombre, pero tiene todo
mi cuerpo apretado. Presiono hacia él, necesitando la fricción cuando giro
mi cabeza para encontrar la boca de Zeke. Estoy desesperada por
probarlo.
El beso es suave al principio. Él, también, tiene una cosa por la
forma de mi boca. Me toma un segundo darme cuenta de lo que cada uno
de ellos había estado haciendo cuando me lamieron los labios. Me
encuentro haciéndolo. Estamos tratando de memorizar la sensación y la
forma de los labios de cada uno. Me encanta que estén haciendo todas
las pequeñas cosas y que mi primera experiencia sea especial.
Si cerrara los ojos ahora mismo, solo después de haberlos besado a
los dos una vez, podría decirte quién me estaba besando solo por la
sensación y el sabor de ellos. Cuando Zeke da un tirón a mi pezón, jadeo.
Él toma esa abertura para deslizar su lengua en mi boca.
Su toque es exigente mientras su lengua se entrelaza con la mía.
Siento que su mano se desliza en mi cabello y me agarra firmemente.
Gimo en su boca. Su mano se desliza de mi pecho y grito en protesta.
Quiero decirle que se lo devuelva, pero el agarre que tiene en mi cabello
me permite saber que no voy a ir a ninguna parte.
Una fracción de segundo después de que su mano se va, la boca de
Levi cubre mi pezón. Lo chupa con su boca mientras la mano de Zeke se
desliza más abajo por mi estómago. Levi se posiciona para permitir que
Zeke se mueva. Mi coño duele con el conocimiento de que la mano de
Zeke está en camino hacia ella. Levi continúa alternando entre chupar y
luego soplar aire fresco sobre mis pezones. Es una tortura de la mejor
clase. Ahora me estoy retorciendo en el regazo de Zeke. Lo siento flexionar
sus caderas para encontrarse con mi culo.
Su boca se aleja de la mía mientras la parte superior de sus dedos
rozan mis bragas. —Quieres que toque tu coño perfecto, Olivia?— Levi
se queja ante las palabras de Zeke. Cuando Zeke pone su mano en mis
bragas, de repente recuerdo que no estoy usando nada lujoso. Tengo
sencillas bragas blancas de algodón. Dudo un segundo y Levi se quita el
pecho y mira la mano de Zeke. Es en este momento que sé que a ninguno
de ellos le importa una mierda lo que llevo puesto.
Tanto Levi como yo decimos su nombre, aunque el mío sale en una
súplica. Levi sale más en una pregunta. Zeke desliza su mano en mis
bragas y sus dedos rozan mi clítoris. El pequeño toque casi me dispara.
Estoy demasiado excitada. He deseado y esperado esto durante tanto
tiempo.
—Bájala para nosotros. Uno de nosotros estára probando la primera
vez que se corra—
A Levi no es necesario que se lo digan dos veces. Él hace
exactamente lo que Zeke le dice que haga. Grito mientras él me empuja
hacia abajo para acostarme sobre el sofá y fuera de Zeke. Siento una
pérdida cuando la mano de Zeke se desliza fuera de donde más la
necesito. Antes de que pueda protestar más, Levi toma mis bragas y con
un rápido tirón se van.
Estoy momentáneamente sorprendida hasta que Zeke comienza a
quitarme el resto de mi ropa. Finalmente me quita el sujetador y lo tira
al suelo. Acostada ante ellos completamente desnuda por primera vez.
Nadie dice nada por un momento. Miro mientras ambos me reciben. Me
siento como una puta diosa bajo sus miradas.
El gemido de necesidad que viene de mis labios hace que ambos
entren en acción. Levi regresa al sofá conmigo mientras Zeke se desliza
hacia un lado. Gira mi cara para poder mirar mis ojos azules.
—Los amo tanto a los dos— le digo.
—Vamos a amarte también. Esta noche es para ti— me dice,
inclinándose. Su respiración está contra mis labios. Él agarra mi muslo
y me extiende para que esté bien abierta. Siento el aliento de Levi en mis
otros labios.
—Quiero que sea sobre todos nosotros— Muevo mi boca contra la
de Zeke.
—Lo es, pero esta noche, déjanos amarte— responde.
—Siempre me aman— bromeo, sonriendo contra su boca.
—Joder, sí lo hacemos— gruñe Levi. Empiezo a reírme, pero él me
toma una larga y el único sonido que sale de mi boca es el gemido más
fuerte que he escuchado.
—Recuéstate y disfruta de lo que hemos estado muriendo por
hacerle a nuestra chica mucho antes de que deberíamos haberlo hecho—
dice Zeke antes de silenciar mi próximo gemido con sus labios. Levi
chupa mi clítoris con su boca de la misma manera que le había hecho a
mi pezón. Mis caderas intentan levantarse del sofá, pero estoy
inmovilizada. Todo lo que puedo hacer es deslizar una mano en el cabello
de Levi y la otra en el de Zeke.
Zeke saca su boca de la mía, yendo por uno de mis pezones mientras
Levi continúa lamiéndome y chupándome. —Dime a qué sabe ella— Zeke
gruñe contra mi pezón. Me levanto un poco y jadeo cuando veo a Levi
metido en el sofá, de la misma manera que siempre lo hacía cuando
intentaba arrastrarme a sus regazos y necesitaba fricción. Mis piernas se
abrieron más de par en par al ver cómo está encendido. Zeke se aferra
con, sus dedos clavándose en mí para asegurarse de que no vaya a
ningún lado.
Mis ojos se dirigen a Zeke y veo que su mandíbula está tensa. Levi
levanta la cabeza, trato de empujarlo hacia abajo con la mano que tengo
en su cabello. Mi fuerza no es rival para nada en este momento, y mucho
menos para él.
—Las cerezas y el hogar— Mis ojos me pican cuando dice "hogar".
Pensé lo mismo cuando los besé. —Eso es lo que sabe ella—
—Crees que el sabor a cereza todavía estará allí después de que
tomemos la suya?— Pregunta Zeke. Levi solo gruñe una respuesta que
hace que todo mi cuerpo se estremezca.
—No puedo— Mis manos en ambos se aprietan. Todo se siente como
demasiado. Todo mi cuerpo ha cobrado vida con sentimientos y
sensaciones que no sabía que podía tener. Necesito un lanzamiento y es
mejor que me den uno pronto.
—Entrégate a nosotros. Déjale que pruebe lo que te hacemos a ti—
ordena Zeke. Mis ojos vuelan hacia él. Entonces veo que su mano está
dentro de sus pantalones y se lo está quitando mientras observa lo que
Levi me hace. Todo esto es demasiado. Me corro duro, gritando su
nombre.
—¡Audley!— Libero mi control sobre ellos, ya que el placer es más
dulce de lo que alguna vez haya sentido y se dispara en mi cuerpo. Mis
ojos se cierran. Disfruto las consecuencias de lo que me hicieron. Nunca
me moveré de nuevo. Nunca podré dejar este lugar. Nunca podré estar
sin ellos.
Casi se siente como si estuviera flotando. Mis ojos se agitan para ver
que no estoy flotando. Levi me está llevando por el largo pasillo. Zeke está
de pie en la puerta de nuestra habitación. Él abre la puerta y entramos
en nuestra habitación, llevándome todo el camino a casa.
ZEKE

M
IRO CON OJOS BILLANTES COMO LEVI ACUESTA A
OLIVIA SOBRE LAS SUAVES sábanas de algodón. Ella se
ve como una diosa. Tengo la necesidad de arrodillarme
entre sus piernas y adorarla adecuadamente, pero la necesidad de estar
dentro de ella, de meter mi polla en ese dulce canal hace que mi cabeza
nade.
—Tómala— Levi pronuncia. —Toma su cereza. Pon esa polla Audley
dentro de su coño y haz que sea nuestra—
Una sonrisa maliciosa se extiende por los labios rojo cereza de Olivia.
Ella abre sus piernas contra las sábanas y luego deja caer una mano a
su sexo. —Sí,tomame. He esperado tanto tiempo—
Me inclino sobre la cama, agarro un delicado tobillo en cada mano y
la jalo hasta el final. Ella grita de sorpresa.
—No sabes lo que es esperar,nena. Esperar es hacer que mi polla se
convierta en piedra porque mi novia menor de edad está saltando en la
pista con una pequeña falda de porristas mientras mi hermano está en
el campo matando al mariscal de campo. La espera que pasaba verte
llevar a la escuela en los últimos días del verano los pantalones cortos y
tus muslos dorados estaban en exhibición. Esperar es tener que aguantar
tu cuerpo caliente en un traje de baño durante el verano y nunca poder
quitar esa tela húmeda a un lado y acariciar su coño hasta que grites
piedad — Agarro mi dura ereccion y me doy un apretón doloroso. —
Esperar es asistir a estas estupidas clases con más dinero en el banco
que el que estos profesores olerán mientras estás a doscientas millas de
distancia de terminar la secundaria. Esperar es el infierno—
Olivia se pone de rodillas y me aprieta la camisa con las manos.
Sobresaltado, me paralizo en su sitio.
—Lo sé. El hecho de que no tenga una polla no significa que escapé
de tener clítoris azul u ovarios azules o lo que sea. Tuve que doblar mis
pantalones cortos de seguridad durante los juegos porque estaba
constantemente empapada de ver a ese grandulon en el campo o como
te veias caliente como el infierno en las gradas. Los lunes, tenia que
soportar las interminables cuentas de las otras chicas sobre lo
maravilloso que fue el sexo con sus novios durante el fin de semana. Los
miércoles, levantarías pesas después de la escuela y volverías a casa
sudando y brincando. Me escondía en mi habitación y me tocaba, pero
nunca fue satisfactorio. ¡Nunca!— A estas alturas, Olivia está en mi cara,
gritando sus últimas palabras.
A mi lado, Levi se empieza a reír. Ambos nos volvemos hacia él con
una mirada furiosa.
—¿Qué diablos, hermano?—
—¿Te estás riendo?— Olivia grita.
—Ustedes dos necesitan follar. Demonios, todos necesitamos follar.
Estamos tensos porque todos hemos esperado mucho tiempo, pero no
hay necesidad de esperar. Olivia tiene dieciocho años. Ella tuvo su primer
orgasmo y sabía muy bien— Él se lame los labios. —Ahora, es hora de
tomar su cereza y mostrarle lo que realmente significa pertenecer a las
gemelos Audley—
Olivia se vuelve a acomodar, con el trasero apoyado en los talones.
—Sí, basta de hablar. Vamos. Quítate esos pantalones— Ella apunta una
mano a mi entrepierna. —Quiero ver tu polla, y tú….— Ella mueve su
dedo índice hacia Levi. —Quiero ver cómo te gusta—
Levi es más rápido que yo. Siempre ha sido el atlético. Su ropa está
fuera en punto cero dos segundos y su polla está en la cara de Olivia
antes de que ella pueda tomar su próximo aliento. Empiezo a desvestirme
pero me distraigo cuando la cabeza rojiza de la amplia polla de Levi
separa la boca de Olivia. Él mete una mano en su cabello para evitar que
trague demasiado y la alimenta la boca con su gran eje, centímetro a
centímetro lento y enloquecedor.
Mi propia boca se seca.
—Es grande, ¿no?— Gruñe. —Es grande y tu boca es pequeña, al
igual que tu coño es pequeño, pero te acostumbrarás. Hermano mayor
va a estirar ese coño y se sentirá muy bien. Tan bueno que te sentirás
vacía sin una de nuestras pollas dentro de ti. Pero no te preocupes, nena,
siempre habrá una polla para ti. Nunca vas a tener hambre. Toma un
poco más. Ábrete para mí— Él le acaricia la mejilla y luego el cuello. —
Ahí tienes. Es difícil, ¿verdad? Pero bueno. ¿Qué tan mojada está ella,
hermano?
Las palabras de Levi me sacan de mi aturdimiento. Me pongo de
rodillas y le abro las piernas. Ella hace un sonido, amortiguada por la
polla de Levi. La humedad salpica el interior de sus muslos como un brillo
erótico.
—Ella está humeda, pero no lo suficientemente mojada—
Rodeo su clítoris rosado e hinchado con un dedo. Más líquido fluye
hacia adelante. Ella hace otro sonido
—Shhhhh. Él te va a preparar. Él tiene una gran polla. Grande como
la mía, y como tu vagina es tan pequeña, tiene que tomárselo con calma.
Primero, él va a lamerte y chuparte el coño—. Ella gime, pero Levi no tiene
nada de eso. —Todavía no te ha probado— le reprocha. —¿Quieres que
te pruebe verdad? Él va a tener tu coño todo bien y mojado y luego pondrá
un dedo dentro de ti. Solo uno, porque eres muy apretada. Una vez que
estés acostumbrada a eso, deslizará otro dedo dentro. Hay un lugar en
tu coño. Es un pequeño parche de piel y es muy sensible. Él va a buscar
eso y cuando lo encuentre, te vas a venir tan duro, y vas a sentir que tu
cuerpo se deshace con placer y mientras te corres, él 'va a perforar tu
coño con su polla y tomar esa cereza. ¿Estás lista?—
Estoy listo. Mi polla es tan dura que está a punto de caerse.
—Asiente si estás lista—
Ella se siente lista Su cuerpo está tenso y vibra de necesidad. La
arrastré hasta el borde de la cama para que su trasero esté apenas sobre
el colchón y me incline hacia adelante. Su coño está goteando de deseo.
Me lo tomo y luego meto la cara en el coño por más. No puedo tener
suficiente. Ella es más adictiva que cualquier droga. Chupo, muerdo y le
lamo el coño mientras Levi le folla la cara. Ella muele sus caderas contra
mi boca y tengo que sujetar mis manos alrededor de su culo para evitar
que se escape. Metí mi lengua dentro, arrastrándola para que saliera de
su cuerpo. Ella se estremece y tiembla y deja escapar esos jodidos
gemidos de necesidad que envían relámpagos a mi propia columna
vertebral.
—Te está preparando para su polla, bebé. Una vez que te vengas en
su cara, te follará. Ahí es cuando sabremos que estás lista—
Escucho un gemido sordo y luego un grito desgarrador de,
—Oh Dios. ¡Levi! ¡Zeke!—
Una inundación de su corrida cubre mi lengua cuando su segundo
clímax de la noche la hace gritar nuestros nombres.
—Eso es cierto nena. Vente duro por Zeke. Dale su recompensa—
Las olas de placer sacuden su cuerpo. La sostengo firmemente
contra mi boca, bebiendo la última gota antes de levantarme y
posicionarme entre sus piernas. Rompí su abertura, los labios regordetes
y enrojecidos cedieron mientras empujaba hacia ella. Apenas meto mi
polla antes de detenerme.
—Ella esta apretada, hermano. Jodidamente apretada— jadeo. El
sudor sale por mi frente.
La polla de Levi está en su mano. Está mojado de su saliva y su
venida. Las venas de su brazo sobresalen prominentemente mientras
agarra su eje y lo bombea con fuerza.
—Cuida de ella— advierte bajo y territorial..
—Lo sé— siseo.
—No te preocupes— grita Olivia. —Te necesito dentro de mí.
¡Ahora!—
Ella trata de empalarse a si misma y podría haber tenido éxito si Levi
no hubiera saltado hacia adelante y hubiera empujado sus caderas hacia
la cama. Alejo, mi polla mojada que tiembla en el aire de la noche.
—Tienes que tomar esto lento— le digo a ella.
Levi la balancea sobre su regazo, su polla acunada entre las nalgas
de Olivia. Algún día, vamos a tomarla juntos. Vamos a llenarla tan
profundo que nos sentirá con cada latido de su corazón. Se sentará en
clase con el culo adolorido y el coño adolorido recordando cómo usamos
su cuerpo tan bien esa mañana. Algún día.
Pero, por ahora, tengo que meter mi maldita polla en su pequeño
pasaje y eso parece una tarea hercúlea6.
—Tal vez debería comerla más— le sugiero a mi hermano.
Me mira fijamente. —Ella está hinchada porque se corrio. Hacerla
venir más no la va a soltar—
—¿Pueden ustedes dos dejar de discutir? Estoy tan cachonda— Se
retuerce sobre la polla de mi hermano. Él gime y chasquea los dedos.
—O toma esa cereza o lo hare yo— ordena. Desliza sus dedos sobre
su rizado cabello y se sumerge dentro de su coño. —Ella está jodidamente
empapada, hermano. Te necesita—
Nuestra chica menea su culo, tratando de joderse con los dedos de
Levi. —Sí, te necesito. Escucha a tu hermano—
Él voltea sus piernas sobre las suyas y se inclina hacia atrás,
llevando a Olivia con él. Ella descansa sobre su abdomen y me mira con
ojos hambrientos y brillantes.

6
hercúlea(una tarea dificil).
Doy un paso adelante y coloco mis propias manos sobre sus muslos
abiertos. Su bonito coño me guiña un ojo mientras convulsiona con los
dedos de mi hermano. Esta chica no es una pelele. Es una guerrera,
hecha para tomarnos a los dos.
Me tranquilizo dentro de ella mientras Levi la detiene.
—Estás empapando mi polla, nena— le susurro. —Y se siente tan
jodidamente bien—
—Te necesito. Me duele todo el cuerpo—
—¿Dónde te duele, Livvie?—
—Mis pechos. Necesito ... —Ella se calla, insegura de lo que necesita.
Levi aparta su mano a un lado y rueda sus pezones entre sus dedos,
usando la suya como lubricante. —¿Esto? ¿Necesitas esto?—
—Más duro— suplica.
Él pellizca los pezones, volviendo los pezones de color rosa oscuro.
Me adentré más, sintiendo que su coño se estiraba lentamente para
acomodar mi circunferencia. No sé si soy demasiado grande o ella es
pequeña, pero es lento. Me limpio el sudor con el dorso de mi mano.
El orgasmo que he estado reteniendo durante lo que parece una
década es un zumbido insistente en la base de mi columna vertebral.
Quiero golpearla hasta que cada gota de esperma haya dejado mi cuerpo
y ahogado su coño.
Empujo otra pulgada. La imagen de sus labios vaginales que me
devoran lentamente es una de las cosas más calientes que he visto en mi
vida. Tomo una imagen mental. Si alguna vez estamos separados, voy a
reproducir esta escena una y otra vez. Su canal aprieta mi polla mientras
me deslizo hacia adelante. Ella, mi corrida, la saliva de Levi, todo está
funcionando para facilitar mi camino.
Me muevo más y más profundo hasta que finalmente estoy
completamente sentado. Alejo mis ojos de su coño para verla a ella y a
Levi besándose. Su mano está alrededor de su mandíbula y sus labios
están comiendo su boca de cereza como si hubiera estado muerto de
hambre desde su nacimiento. Tal vez lo estuvo. No poder tocar a esta
dulce chica ha sido algún tipo de privación.
Él sigue besándola, incluso mientras yo me retiro. Puedo escuchar
un grito tragado y un grito ahogado por mí. Una sonrisa maliciosa pasa
por mi cara mientras me abro paso hacia adelante. Ella grita de nuevo y
esta vez Levi no lo detiene. Llena el aire, resuena en mis oídos y enciende
el detonador. Me vengo con fuerza, empujándome hacia ella como si el
mundo dejara de girar si no seguía golpeando su coño tierno y delicado.
Su cuerpo tiene espasmos a mi alrededor. Ella grita mi nombre. Un
océano de sensaciones llena mi cabeza, pulula mi cuerpo. Me desplomo
a un lado.
Un cuerpo grande toma mi lugar.
—Mi turno— dice Levi.
—Sí, jódeme, Levi. Tómame como lo hizo tu hermano—
Levi no duda. Él se empuja contra ella. El cuerpo entero de Olivia se
inclina por la fuerza. Ella arroja su cabeza hacia atrás. Sus tetas son
empujadas al aire, las pequeñas puntas rojas destellan en el aire como
una capa roja. Soy el toro y no puedo negar el señuelo. Capturo un brote
en mi boca y el otro con la palma de mi mano.
Los empujes de Levi son tan fuertes, tan feroces que el cuerpo de
Olivia está temblando. La sostengo, chupando y lamiendo sus tetas
mientras Levi folla su apretado y caliente coño. Mi corazon esta lleno.
Esto es lo que hemos esperado. Si alguien pregunta, ha valido la pena.
—Correte por mí— exige Levi. —Te veniste por Zeke y ahora
tú.Vente. Por mi—
El comando es para ella, pero también lo siento. Las palabras de mi
hermano se adentran en lo más profundo de mí, saca una respuesta que
ni siquiera sabía que podía tener. Mi polla hace que el diamante crezca
duro y la electricidad sube por su longitud. Agarro mi polla y pinto las
tetas y el estómago de Olivia con mi venida. Su cuerpo se sacude cuando
la semilla caliente salpica su piel.
Su boca se abre y lanza un grito desgarrador de placer al igual que
lo hace Levi. Ella se corre con fuerza mientras mi gemelo llena su vientre
con su semilla. Ella podría quedar embarazada de esto y nunca
sabríamos quién era el padre. No importaria Vendría de los dos. Así es
como funciona esto. Somos una unidad, los tres.
Levi se derrumba en la cama y recoge a Olivia en sus brazos. —Te
amo, Olivia Jean Thompson—
—Yo también te amo, Levítico John Audley—
Él gime al usar su nombre completo. —Pensé que habíamos
acordado nunca usarlos—
—Te amo y a tu gran nombre—
—¿Qué hay de mi gran polla?—
Ella se ríe. —Eso también—
Me deslizo detrás de ella. —Mi polla se siente sola—
—Te amo,a tu gran polla, y tu gran nombre, también, Sr. Ezekiel
Matthew Audley—
Beso la parte de atrás de su cuello sudoroso. —Y te amo—
Sé que nuestras vidas no serán fáciles. Un trío en este mundo no es
algo que se vea como normal. Siempre vamos a ser el blanco del mal
humor de alguien de mente estrecha. Porque ella es una mujer, Olivia lo
tendrá más difícil de todo.
Pero nos amamos y creo, y sé que Levi también lo hace, que eso es
lo único que importa.

También podría gustarte