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La eutanasia ¿Morir, para vivir?

Hace un año aproximadamente, salieron a la luz unos vídeos, que se hicieron virales tanto
en las redes sociales como en la televisión y que generaron distintas opiniones sobre la

legalización de la eutanasia. En dichos vídeos encontramos unas declaraciones, de un


matrimonio. Ella sufría esclerosis múltiple desde hacía treinta años, había llegado a una

situación en la que había perdido la vista, apenas podía comunicarse ni moverse y le pidió a
su marido que la ayudara a suicidarse. Finalmente él lo hizo, mucha gente arremetió contra

él, incluso fue detenido y encarcelado, ya que la eutanasia en España es un homicidio. Bajo
mi punto de vista yo creo que es un precioso gesto de amor, el que alguien que amas, te

pida morir y tu le ayudes, aún sabiendo el dolor y las consecuencias legales que conlleva.

No creo que fuera necesario llegar a este punto si en España se legalizara la eutanasia
atendiendo a unas estrictas condiciones. Nunca, a no ser que nos encontremos en esa

situación, vamos a poder entender ni saber lo que sienten las personas que solicitan este
servicio médico del que hablamos. Pero creo que deberíamos escucharlos, y comprender

que lo que piden no es tan inhumano como algunas personas piensan. Lo que
verdaderamente es atroz es que un persona declare; que no se sienta humana, sino que

sienta que está pegado su cadáver, como dijo Ramón Sampedro, un escritor y marinero,
que estuvo tetrapléjico durante veinticinco años.

Ya en algunos países centroeuropeos como Bélgica, Holanda o Luxemburgo, los pacientes

que sufren una enfermedad irreversible o que se encuentra en fase terminal con
padecimiento insoportable pueden optar por recibir la eutanasia, ¿por qué no podemos

hacer los mismo?

Considero, que todas las personas tenemos el derecho a vivir, pero no la obligación y es
sabido que muchos de los detractores de la eutanasia son por motivos morales o religiosos,

¿pero, deberíamos tener en cuenta la moralidad social o el deseo de las personas que lo
sufren?
Elena Martínez Rodríguez.

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