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REPÚBLICA LETRADA; NACIONES SUBALTERNIZADAS:


Prensa y poder en Colombia

Camilia Gómez-Cotta
GICOMPU
Grupo de Investigación en Comunicación y Publicidad
Universidad Santiago de Cali
Correos electrónicos:
kamiliagc@yahoo.com
camilia.gomez00@usc.edu.co
RESUMEN
La ponencia hace parte de la investigación doctoral PRENSA
/PODER/SUBALTERNIDADES. NACION Y CULTURA EN LA REPUBLICANA
CIUDAD LETRADA. Se propone compartir desde la perspectiva comunicacional,
privilegiando el enfoque analítico que proporciona la modernidad/colonialidad, la forma en
que los medios de comunicación (especialmente la prensa escrita), han realizado a la
construcción de nación en los países de Colombia y Ecuador. Son pocos los estudios que
privilegian este rumbo; la reflexión doctoral contribuye a tejer sentidos en torno a la nación
en los medios y viceversa. Se privilegiará, en la XIX Cátedra de Comunicación UNESCO,
una pequeña parte del ejercicio investigativo, centrando la atención en Colombia.

Palabras Clave: Comunicación y Cultura, prensa, poder, subalternidades, Colombia.


ABSTRACT
The paper makes part of a PDH research PRESS/POWER/SUBALTERNITIES. Nation and
culture in the republican lettered city. Proposed to be shared from a communicational
perspective, privileging an analytical approach which provides modernity/coloniality, the
way media (specially the press) has been made to build countries as Colombia and Ecuador.
There are few researchings which favor this course; the doctoral reflection contributes to
weave senses around media in nation and vice versa.

Preference will be given in the Unesco Nineteenth communication Chair, a small part of the
research exercise, focusing on Colombia.

Key Words: Culture and communication, press, power, subalternities, Colombia.


PERFIL DE LA AUTORA:
Candidata a Doctora en Estudios Culturales Latinoamericanos. Universidad Andina Simón
Bolívar. Sede Ecuador. Docente- Investigadora Facultad de Comunicación y Publicidad
Universidad Santiago de Cali. Miembro del Grupo de Investigación en Comunicación y
Publicidad GICOMPU. Cat. D. Colciencias.

1
 
 

REPÚBLICA LETRADA; NACIONES SUBALTERNIZADAS:


Prensa y poder en Colombia

El sueño de libertad de unos,


puede llegar a ser el de tiranía de otros.
William Wordsworth

Reflexiones Bicentenarias

El 10 de diciembre de 2010, en una de las páginas de Opinión de El Espectador, escribía


Francisco Gutiérrez Sanín, en torno al bicentenario y a la (poca) reflexión que sobre este
tema había tenido lugar en el país: “¿No era un pretexto ideal para hacer un balance
cuidadoso de estos dos siglos de vida republicana, con sus horrores, sus conquistas y sobre
todo su compleja prosa?”1. Para el columnista, la ocasión se había desperdiciado:

… nadie tuvo tiempo para dedicarle siquiera un pequeño espacio. ¿Falta de


memoria o simplemente efectos de la sobrecarga de un país en el que el sobresalto
de hoy no se soluciona, sino que queda sepultado bajo el sobresalto de mañana?
Como fuere, de las conmemoraciones abortadas una de las más interesantes es la
de la muerte de Santander. Ni un frase… Bueno, es sabido que Santander tiene
hoy en día mala prensa. La derecha y la izquierda lo consideran un leguleyo
despreciable y al centro su figura le importa ya un carajo. “Santanderismo” ha
pasado a ser sinónimo de uso retorcido de la ley con propósitos oscuros.
(Gutiérrez Sanín, 2010).

Diversas aristas ofrece Gutiérrez Sanín para abordar: el periodismo como oficio de la
memoria histórica republicana, la reflexión sobre la república liberal (para algunos
oxímoron de los estados modernos); el “olvido” frente a Santander y su controversial
legado de leyes, decretos y santanderismos, entre las cuales su contribución al
reforzamiento de la “república de letras” sería una de las más representativas o, la
posibilidad de hacer una elipsis temporal para viajar a la “ciudad letrada” (Rama; 1984) que

                                                                                                                       
1
 Gutiérrez  Sanín,  Francisco.  (2010).  “¿Victorias  póstumas?”.  Columna  de  Opinión    El  Espectador.  Diario  de  Circulación  Nacional.  Bogotá.  
Viernes  10  de  diciembre  2010.  Sección  Opinión.  Pág.  23.    

2
 
 

se re-inventa en conmemoraciones centenarias y bicentenarias, contando siempre la misma


versión de los hechos, excluyendo de forma tajante la diversidad de territorios, memorias,
sujetos y subjetividades… suprimiendo todo lo que no haga parte de la ciudad letrada.

Viajando en el tiempo
Mandeme usted la imprenta!
… es tan útil como los pertrechos.

Bolívar para iniciar


El Correo del Orinoco

Entre 1819 y 1830 se puede observar en la prensa decimonónica ejemplos de Regímenes de


la Colombianidad, o de “dispositivos históricamente localizados y siempre heterogéneos,
que buscan unificar y normalizar la población como ‘nacional’, al mismo tiempo que
producen diferencias entre ésta.” (Castro-Gómez y Restrepo; 2008:11). De forma similar,
el Congreso de Angostura, realizado en 1819, se articula a tales regímenes, llegando
incluso a alcanzar la dimensión territorial que el deseo civilizatorio (Rojas; 2001)
republicano heredara de las divisiones coloniales de la Nueva Granada: la Presidencia de
Venezuela, las Audiencias de Quito y Panamá.

Otros dispositivos de los regímenes de colombianidad, se pueden hallar en el Congreso de


Cúcuta, en1821, año en el que Bushnell ubica el inicio del “Régimen de Santander”, que
terminaría, en 1826, junto con el inicio del desmoronamiento de este régimen de
colombianidad, hasta su terminación jurídico-constitucional, denominada por algunos
historiadores como el final de la Gran Colombia, ocurrida a mediados de 1830.

Se focaliza la atención en la prensa decimonónica de este periodo y en las prácticas


discursivas que desde estos espacios de papel se trazarían como parte de los procesos de
subjetivación, identificación, distinción y re-conocimiento, en la pretensión de unidad
nacional republicana. El criollato2, ahora ilustre ciudadano republicano, consolidaba una

                                                                                                                       
2
 Hago  alusión    a  la  condición  identitaria  de  quienes  encabezaron  el  proceso  emancipatorio,  aún  cuando  habían  estado  a  la  espera  de  la  
“bendición”   (que   nunca   llegó)   de   la   Corona,   para   refrendarse   como   europeos   nacidos   en   las   colonias   ultramarinas.     Tal   condicion    
observaría  la  no  identificación  con  “los  otros”,  clasificados  en  vastas  discursividades  de  exclusión,  gestadas  y  consolidadas  durante  la  
colonia.   En   este   sentido,     el   criollato     detentaba   la   civilización   ilustrada,     mientras   reafirmaba,   en   la   inaugurada   República   de   Colombia,    
el  sistema  de  castas    impuesto  con  la  conquista,  desde  la  Corona  Española.    

3
 
 

ciudad letrada que participaba en la producción de patrones de homogeneidad y de


jerarquías que posibilitarían de forma simultánea la cimentación de alteridades, ahora
republicanas.

Descifrar, desde los propios códigos de la ciudad letrada, la invención de esta República de
Colombia, localizada de procesos moderno/coloniales, permite re-conocer cómo la “nueva
república fue prefigurada en la vieja colonia, en muchas más formas de lo que los
historiadores lo han imaginado hasta el momento” (Garrido; 1993:372).

Con invención, entonces, comprendemos una “afirmación deliberadamente ambigua,


porque la palabra… tiene diversos significados: puede hacer referencia a ‘engaño’ o
‘ficción’, o leerse desde el significado de ‘inventar’, es decir, hallar, descubrir y hasta
imaginar” (Borja Gómez; 2002: 5); se inventa un futuro republicano, desde un pasado
colonial. En este abertura la prensa, que en el régimen colonial había servido para
informar a los súbditos letrados sobre las decisiones de los gobernante, así como para dar
inicio a la emergencia de un público letrado, contribuiría en la primera fase republicana a
formar un incipiente “tribunal de opinión” y marcaría el surgimiento de un modelo de
opinión pública pretendiendo ser “una suerte de tribunal neutral que, tras evaluar la
evidencia disponible y contrastar los distintos argumentos, accede idealmente, a la ‘verdad
del caso’”. (Palti –en Aguilar y Rojas- ; 2002:174).

La prensa se constituyó en una grafía co-relacional de las tecnologías de gobierno


gobierno (Castro-Gómez, Restrepo, 2008), que transitaban en las formaciones discursivas
de instrucción pública santanderiana; de las constituciones y normativas jurídicas propias
del derecho republicano de estos años y de la comprensión que sobre la ciencia circulaba en
las universidades de la nueva república. A contraluz de estas murallas letradas, es posible
observar las diferencias subalternizadas de sujetos políticos, de territorios/territorialidades,
de género y de raza; o, “a una serie de prácticas de diferenciación y marcación de un
‘nosotros’ con respecto a ‘otros’” (Castro-Gómez y Restrepo; 2008: 25). Los rastros de

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         
 

4
 
 

insubordinaciones a la hegemonía criolla, configuran parte importante de las relaciones


entre prensa y poder, que “dieron lugar a la sociogenia del colonialismo y de la
subalternidad y sus posibles momentos críticos y derivar junto con Lewis Gordon lo que
podría bien llamarse una teoría descolonial” (De Oto; 2009:47)3.

Leyes, decretos, prensa: muros de la ciudad letrada


La fuerza de lo que dices a diario,
Está en lo que lees a diario.

El Espectador 2010
Campaña Publicitaria

El estudio de las prácticas discursivas presentes en constituciones, leyes, decretos,


denuncias, reclamos y el correlato que circulaba en la prensa republicana entre 1819 y
1830, permite guiar respuestas a interrogantes tales como ¿la prensa decimonónica
contribuyó (o no) a la generación de un archivo nacional y al dispositivo
lingüístico/político “historia republicana” en Colombia? ¿Cuáles son las articulaciones
epistémicas y políticas con otras tecnologías de gobierno (instrucción pública, leyes,
congresos), que develan prácticas de silenciamiento de subalternidades dentro de dicha
república? ¿Cómo fue enunciada la república, a quienes interpelaba tal enunciación; a
quienes subalternizaba? ¿De qué manera la prensa decimonónica producida entre 1819 y
1830, ha contribuido a la conformación de cánones discursivos en lo que se conoce hoy
como periodismo escrito4? ¿Cómo re-interpretar críticamente los mitos fundacionales del
Estado-nación decimonónico, desde el ejercicio comunicacional? ¿Cómo problematizar la
relación prensa y poder más allá de las nociones antropocéntricas, que ubican fechas
próceres y derroteros teleológicos?

 3                                                                                                                      
  Se  
obtener   versión   digital   en   puede  
http://books.google.com.co/books?id=xriyxX3OAdgC&pg=PA47&lpg=PA47&dq=subalternidad+Sylvia+Wynter&source=bl&ots=QQ0ItQ
Zl0o&sig=xUvK1SPpCjL7AYZ-­‐
HnDHfJfWZzY&hl=es&ei=U7VVTNixGMO78gaIjv2WBA&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=4&ved=0CB0Q6AEwAw#v=onepage&
q=subalternidad%20Sylvia%20Wynter&f=false.  
4
 
 Hago  alusión  específica  al  soporte  sobre  papel  periódico  ya  que  dados  denominadas  tecnologías  de  la  información  y  comunicación,  
TIC’s,    es  posible  encontrar  otro  tipo  de  soportes.  

5
 
 

Prensa moderno/colonial

El destiempo entre Estado y Nación


y el modo desviado de irrupción
e incorporación política de las masas…
están exigiendo una transformación profunda
en la manera de abordar
la historia de los medios de comunicación.

Jesús Martín Barbero

Desde la perspectiva modernidad/colonialidad5 los periódicos, las leyes, los decretos, las
constituciones y los congresos; pueden entenderse como claves de acceso a prácticas
discursivas que se generaron con una lógica republicana, siguiendo y re-novando la
colonialidad del poder6 (Quijano; 1999), presente desde el antiguo régimen. El análisis
crítico de la primera prensa republicana, dentro de las fronteras de la ciudad letrada,
viabiliza el desciframiento de la dominación, de la explotación y de la imposición de
sujetos/subjetivaciones en la republicana ciudad letrada.

Observar cómo desde la prensa escrita se re-elaboraron y naturalizaron marcaciones


identitarias (de raza, género, o región), advierte sobre heterogeneidades
histórico/estructurales (Quijano, 2010) dentro de la malla de relaciones sociales y de
formaciones discursivas en las cuales la cuestión del poder (Quijano, 2010)7 se
desmembraba en alteridades dentro de una aparente homogeneidad republicana. Se
subraya la necesidad advertir cómo es imposible hablar de un solo sujeto republicano; de
una identidad monolítica, robustecida, única capaz de dar forma a un nuevo régimen. Se
comprende entonces que

Las identidades son siempre relacionales e incompletas, siempre están en proceso.


Toda identidad depende de su diferencia y su negación de algún otro término,
mientras que la identidad de este depende de su diferencia y su negación de la

                                                                                                                       
5
  Específicamente   abordo   lo   que   el   antropólogo   colombiano   Arturo   Escobar   propuso   comprender   como   un     trabajo   en   red  
transdisciplinaria   de   investigadores   latinoamericanos   en   torno   a   la   relación   entre   modernidad   y   colonialidad,   abordando,   de   una  
perspectiva  distinta  la  analítica  del  poder  en  estas  latitudes  espacio  temporales.    
6
 Comprendemos  la  colonialidad  del  poder  como  “la  forma  en  que  las  relaciones  coloniales  de  poder  tienen  una   dimensión  cognitiva”,  
esto  es,  que  se  ven  reflejadas  en  la  producción,  circulación  y  asimilación  de  conocimientos.(Castro-­‐Gómez;  2012:  16).  
7
   Quijano,  Aníbal  Ponencia  “Crisis  del  patrón  colonial  de  poder”.  Universidad  Andina  Simón  Bolívar,  sede  Ecuador,  agosto  26  de  2010.    

6
 
 

primera… la identidad es siempre un efecto temporario e inestable de relaciones


que definen identidades marcando diferencias. De tal modo, aquí se hace hincapié
en la multiplicidad de las identidades y las diferencias antes que en una identidad
singular y en las conexiones o articulaciones entre los fragmentos o diferencias.
(Grossberg; 1996, en Hall y du Gay, 2003: 152)

Coincide Grossberg con Hall en “la cuestión de identidad, o mejor, si se prefiere destacar el
proceso de sujeción a las prácticas discursivas, y la política de exclusión que todas esas
sujeciones parecen entrañar, la cuestión de la identificación, se reitera en el intento de
rearticular la relación entre sujetos y prácticas discursivas” (en Hall y du Gay; 2003:15). El
proceso de sujeción republicano, se re-elaboró, desde su pasado inmediato, el colonial, en
el cual

… (los criollos) habían sido educados en el marco de los valores fundamentales


de la sociedad española: aquellos que establecían nobleza, la pureza de sangre,
la fe cristiana y el cultivo de la lengua castellana como las condiciones
esenciales –entre otras- del único modo posible de humanidad. Sin embargo ese
modelo había comenzado a sufrir fracturas (…) de esta manera, tanto como
resultado de contradicciones internas como por reacción a influencias
ideológicas exógenas, había comenzado a desarrollarse en América, a fines del
siglo XVIII, un proceso de ‘desidentificación’, tanto política como cultural con
la madre patria. (Bohórquez- Morán, 1998).

Tal ‘desidentificación’, sin embargo, no alcanzaría para que la emancipación de la elite


incluyera como “iguales” o como “ciudadanos” a negros, o a libres de todos los colores, o a
mujeres u otra serie de taxonomías coetáneas con el criollato decimonónico. El re-diseño
de la identidad republicana, propiciaría marcaciones y sujeciones discursivas
moderno/coloniales, inmerso en la lógica del sistema-mundo moderno/colonial,
promoviendo, un modelo civilizatorio, desde diversas e imbricadas tecnologías de
gobierno (Castro-Gómez, Restrepo, 2008), que deben advertirse como el control sobre el
deseo de los individuos, así como a su intelecto que

7
 
 

(…) opera mediante la producción de un ‘mundo’ simbólicamente construido


en el que los individuos puedan reconocerse libidinalmente como habitantes de
la modernidad. En este mundo imaginario, los nuevos sacerdotes serán los
científicos (en especial los médicos, los ingenieros y los economistas), quienes
en virtud de su conocimiento y experiencia podrán aconsejar a los políticos para
hacer realidad el sueño de una sociedad ‘bien organizada’.

Tal organización social se ha sustentado en formas de violencia epistémica que


constituyen/borran sujetos, subjetividades, agencias, a quienes obligan “a ocupar el espacio
del otro autoconsolidante del imperialismo” (Spivak, 1998); configurando un sistema
cognitivo que ha invalidado “otras formas de producir conocimientos, imágenes, símbolos
y modos de significación”, garantizando la colonialidad del poder en la hegemonía
epistémica (Castro-Gómez, 2005).

La prensa como dispositivo de poder (Foucault, 1992) y más aún, como una expresión de
las tecnologías de gobierno8 (Castro-Gómez, Restrepo, 2008) en la que se inscribe la
república de letras, ha facilitado la organización de discursos y la producción de saber bajo
la forma de noticia-verdad, contribuyendo en la representación homogénea de “lo
nacional” ocultando de manera simultánea, otros “campos de lucha entre distintas
posiciones históricamente localizadas” (Castro-Gómez, Restrepo; 2008).

La república en el sistema-mundo moderno/colonial

El sistema-mundo moderno/colonial, se advierte desde los aportes que el filósofo


argentino, Enrique Dussel propone al analizar críticamente el punto ciego que Marx tuviera
en cuanto a la interpretación del colonialismo como parte de una era premoderna, superable

                                                                                                                       
8
  Partiendo   de   la   analítica   que   sobre   el   poder   presenta   Foucault,   Castro-­‐Gómez   propone   que   se   pueden   evidenciar   diversas  
expresiones,  entre  las  cuales  es  posible  caracterizar  las    siguientes:  poder  colonial,  poder  soberano,  poder  pastoral,  poder  liberal,  poder  
disciplinar.   Cada   expresión   se   acompañaría   de   instituciones   y   tecnologías   de   gobierno     que   contribuirían   en   una     hegemonía   sobre    
subjetividades  históricamente  localizadas.    Debe  advertirse  que  las  formas  de  poder  y  las  tecnologías  de  gobierno  que  le  acompaña,  no  
son   excluyentes,   pueden   imbricarse   en   un   espacio-­‐tiempo   determinado.   La   democracia   republicana,   por   ejemplo,   podría   ser   expresión  
del  poder  liberal,  con  herencia  de  poder  colonial  y  disciplinar.  (S/F.  Archivo  personal).  

8
 
 

en un estadío teleológico posterior. Para Dussel9 Marx, no observó (de hecho desechó) la
colonialidad como parte constitutiva de “la modernidad”. Siguiendo a Dussel, “la
modernidad” es un constructo sociocultural que tuviera inicio en 1492, coordenada
histórico-filosófica de por lo menos tres momentos modernos: el primero con fecha de
nacimiento 12 de octubre de 1492, día que “des-cubre” a Colón como el primer hombre
moderno; el segundo que se anclaría en “el renacimiento” y el ego cogito cartesiano y
tomaría forma epistémica en un tercero y “revolucionario” momento con la Ilustración
donde culturas y territorios coloniales del entonces decadente imperio español no hallaron
lugar en la “Historia Universal” eurocentrada, ubicándose en el lado oscuro de la
modernidad, en tanto su inscripción

(…) o las que se expresaban en lenguas que no fuesen las seis lenguas imperiales
de la Europa moderna no tenían historia… De acuerdo con este marco de
pensamiento, la historia es un privilegio de la modernidad europea, y para tener
una historia hay que dejarse colonizar, es decir, dejarse dominar, voluntariamente
o no, por una perspectiva de la historia, la vida, el conocimiento la economía, la
subjetividad, la familia o la religión moldeada por la historia de la Europa
moderna… (Mignolo, 2005).

Se enfatiza en el análisis del criollato republicano como la re-edición de la


colonialidad del poder en nombre de la independencia, constitutiva del sistema
moderno/colonial y no como consecuencia de la única modernidad que posibilita el
teleológico discurso eurocéntrico. El desconocimiento de otros sujetos sociales y
proyectos libertarios10, es ocultado por el criollato neogranadino que silenció y/o
desconoció poblaciones, territorialidades y subjetividades en su afán civilizatorio, cuyo
deseo, pone en el centro del conflicto “el resurgimiento de la oposición entre civilización y

 9                                                                                                                      
  Se   hace   síntesis   del   trabajo   realizado   por   el   filósofo   colombiano   Santiago   Castro-­‐Gómez   en   la   colonialidad   explicada   a   los   niños.  
(2005).  Popayán:  Editorial  Universidad  del  Cauca  Instituto  Pensar  Universidad  Javeriana.  
 10
 Por  solo  mencionar  un  ejemplo,  los  territorios  afro  como  los  palenques.    

9
 
 

barbarie en los periodos de la violencia tanto del siglo XIX como del XX” (Rojas, 2001:
165).

Continuando con Cristina Rojas, la prensa del siglo XIX (y también la actual) expone la
relación entre violencia y representación, comprendiéndola como el acceso al modelo
civilizatorio eurocentrado, al tiempo que la elite criolla en el poder, luchaba por acumular
capital. Los Estado-nacionales decimonónicos se constituían en la visibilización
republicana del proyecto moderno/colonial liderado por las elites, mismas que en años
recientes han conmemorado bicentenarios, re-editando en dispositivos como la prensa, la
estructura colonial del poder que lo hizo posible. La república, como forma de gobierno,
fue la opción en las antiguas colonias españolas11. En ellas, la libertad de prensa se
constituía en uno de los estandartes de la virtud12 republicana. Sobre esta forma de
gobierno en tierras americanas, escribía Rocafuerte en 1823:

Esta nueva parte del mundo exige un nuevo sistema de legislación, muy diferente
de todo lo que se ha conocido hasta aquí, pero apoyado siempre en la eterna base
de formas republicanas, como la de Esparta y Atenas… entre el nuevo y el
antiguo sistema republicano debe haber la misma diferencia que existe entre la
naturaleza de estos lugares, la que se observa entre la orgullosa altura del
agigantado Chimborazo y la humilde elevación del pigmeo Himeto, entre el
estruendoso océano que forma el río Amazonas y el risueño arroyuelo Cefiso.
(Rocafuerte en Aguilar Rivera; 2002: 57)

Señala Rivera (2002) que el republicanismo es un tema prominente en la historia en la


historia de las naciones hispanoamericanas. ¿Se trata de la misma cepa republicana? Rivera
expone que para el caso Latinoamericano, no debe entenderse sólo como “lo opuesto a la

 11                                                                                                                      
  México  se  constituye  en  excepción  de  esta  afirmación.    Para  ampliar.  Aguilar  y  Rojas  (2002).  El  republicanismo  en  Hispanoamérica.  
Ensayos  
12 de  historia  intelectual  y  política”.    CIDE  –  FCE.  México.    
 Que  heredaba  la  reflexión  en  torno  a  la  necesidad  de  anteponer  los  intereses  colectivos  a  los  individuales.  Sobre  este  aspecto,    gran  
parte  de  las  reflexiones  se  basaron  en  reflexiones  de  Maquiavelo  o  Montesquieu.      

10
 
 

monarquía”, en tanto obedecería a “una concepción epidérmica de la república”. Propone,


reafirmando con Biancamaría Fontana que

(…) el modelo de la república liberal burguesa tuvo sus orígenes en dos campos
distintos de la reflexión política que, en estricto sentido, tenían muy poco que ver
con el republicanismo clásico, pues no se ocupaban de las ciudades-Estados, los
valores cívicos o el gobierno de magistrados electivos. (2002:63).

Se añade además que:

La república “densa”, por llamarla de algún modo, presume la existencia de un


Estado libre. Esto es, un cuerpo político autosuficiente conformado por
ciudadanos libres capaces de determinar autónomamente sus propios fines. La
repúblican perdura gracias a la virtud, definida como la capacidad de cada
ciudadano para poder los intereses de la comunidad por encima de los suyos. Para
sobrevivir, la república debía mantener ardiendo el espíritu cívico. Conservar una
república virtuosa en el tiempo era un asunto muy arduo, pues a cada recodo del
camino amenazaba la corrupción. Ésta consistían en el egoísmo que apartaba a los
ciudadanos de la cosa pública y los sumía en las preocupaciones de la vida
privada (Rivera; 2001: 69-70)

En la República Letrada, las naciones, comprendidas como todos los sujetos sociales que
contribuyeron en el tránsito colonial al republicano y que no pertenecían a la elite, fueron
subalternizados a través de diversas estrategias letradas, entre las cuales la prensa
republicana contribuyó; así como también contribuyó a diseminar el sentimiento de virtud
ciudadana, fijando la reverencia por la escritura, consolidando “la diglosia característica
de la sociedad latinoamericana, formada durante la Colonia y mantenida tesoneramente
desde la Independencia” (Rama; 1988:44), a través de un corpus de leyes, edictos, códigos
y claro, de la prensa decimonónica.

11
 
 

El destiempo entre la república letrada y las diversas naciones subalternizadas, se ha


repetido a lo largo de la vida republicana en Colombia, teniendo como medio y como
testigo la producción periodística desde el siglo XIX, hasta la actualidad. Abordar, en
plural, LOS tiempos y LOS sujetos que convergen en la interculturalidad constitutiva de
países como Colombia, es una labor que puede y debe hacerse de manera transdisciplinar,
con una perspectiva intercultural y donde la comunicación social y el periodismo puede
proveer de miradas-otras para el ejercicio de comprendernos en las diferencias y en las
otredades que nos recuerden el valor de las agencias sociales y del aporte de los silenciados
en el marco de una lógica democrática.

BIBLIOGRAFIA

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