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Realizado por: Eylin Gomez C.I 26.055.

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Biografías

Felipe:

Felipe el Apóstol fue uno de los doce principales discípulos que estuvieron al
lado de Jesucristo cuando vino a la tierra. Solamente se menciona un total de siete
veces en los Evangelios de la Biblia y una vez en el libro de los Hechos, sin
embargo, tuvo una gran importancia y papel en el mundo de la fe. Felipe decide
seguir a Jesús cuando Jesús simplemente dice: “Sígueme”. Es obvio que Felipe
estaba muy versado en las escrituras judías cuando le dice a Natanael que Jesús
fue el cumplimiento de las profecías judías. Algunos especulan que Felipe fue
originalmente un discípulo o seguidor de Juan el Bautista, quien predicaba que
Jesús era el “ Cordero de Dios ”.

Aunque Felipe era judío, su nombre es de origen griego, al igual que pasaba
con el apóstol Andrés.​Posteriormente, Juan Evangelista le menciona como alguien
con un vínculo con la comunidad griega,​por lo que podría haber sido reconocido por
los peregrinos griegos en Jerusalén.

Felipe entonces decidió obedecer al llamado y luego, se encargó de traer


también a Natanael como otro más de los discípulos de Jesús. Participó en varios
episodios de importancia de la vida de Jesús, uno de ellos cuando se dio la
multiplicación de los panes, luego cuando unos hombres paganos lo ven y le dicen
que tenían deseos de conocer a Jesús por lo que Felipe le comenta la situación a
Andrés, juntos se encargan de llevar a los hombres ante Jesús. Por último, luego de
que Cristo les hablara a los apóstoles para que conocieran y vieran al Padre, recibe
la respuesta por parte de Jesús que decía: “El que me ha visto a mí, ha visto al
Padre”.

Felipe encontró al eunuco sentado en su carro, leyendo a Isaías y tratando de


darle sentido a las palabras del profeta. Felipe se ofreció a explicárselo, y el eunuco
lo invitó a que se subiera y se sentara con él. Al final, el eunuco fue salvo y
bautizado (Hechos 8:26-39). Inmediatamente después del bautismo, el Espíritu del
Señor arrebató a Felipe y lo llevó a Azoto, donde continuó predicando el evangelio
en las ciudades desde allí hasta Cesarea (Hechos 8:40). Veinte años después,
Felipe es mencionado de nuevo, aún en Cesarea (Hechos 21:8-9). Pablo, Lucas y
otros estaban viajando a Jerusalén, y se detuvieron en la casa de Felipe en
Cesárea. Se quedaron con Felipe durante varios días. Felipe tenía cuatro hijas
solteras en ese tiempo, todas las cuales tenían el don de profecía. Esta es la última
vez que la biblia menciona al evangelista Felipe.
Como la mayoría de los discípulos, lo que le sucedió a Felipe después de los
eventos del Nuevo Testamento es una leyenda. Según la tradición, Felipe finalmente
terminó en Hierápolis en Egipto después de predicar en Grecia. Probablemente
como resultado de la persecución generalizada de los cristianos bajo el emperador
Domiciano, Felipe fue supuestamente martirizado , o asesinado por sus creencias,
alrededor del año 80 d.C. La tradición afirma que fue crucificado como Jesús, a
quien siguió, excepto que fue crucificado al revés, posiblemente porque (como la
tradición con Pedro) no se sintió digno de ser asesinado de la misma manera que
Jesús. Sea cierto o no, esta leyenda siguió a Felipe, ya que a menudo se lo
representa con una pequeña cruz para representar su crucifixión.

Pedro:

Simón Pedro, también conocido como Cefas (Juan 1:42), fue uno de los
primeros seguidores de Jesucristo. Era un discípulo franco y ferviente, uno de los
amigos más cercanos de Jesús, un apóstol y una "columna" de la iglesia (Gálatas
2:9). Hijo de Jonás; hermano de Andrés, era pescador en el lago de Tiberíades
cuando obedeció la llamada de Cristo, era casado y su esposa lo acompañaba aún
en la época apostólica (1 Co. 9:5). Nativo de Betsaida, forma masculina de petra,
traducción griega de Cefa que significa piedra, roca, acorde con el papel que
representaría en la fundación de la Iglesia; Discípulo y apóstol de Jesucristo. Se le
llama dos veces 'Simeón' en el N.T., por el antiguo nombre hebreo (Hch.15:14 y 2
P.1:1) y 48 veces por el priego Simón, además de 20 veces por el compuesto de
Simón Pedro y 153 veces lo llaman Pedro que equivale a Cefas en arameo y que es
mencionado 9 veces. Pedro era entusiasta, obstinado, impulsivo y, a veces,
atrevido. Pedro tenía muchas fortalezas y también varios defectos en su vida. Aun
así, el Señor que lo escogió continuó moldeándolo exactamente en lo que Él quería
que Pedro fuera.

Pedro era parte del círculo íntimo de los discípulos de Jesús, junto con
Jacobo y Juan. Sólo esos tres estaban presentes cuando Jesús resucitó a la hija de
Jairo (Marcos 5:37) y cuando Jesús se transfiguró en el monte (Mateo 17:1). A
Pedro y Juan se les dio la tarea especial de preparar la última cena (Lucas 22:8). En
los Evangelios su figura adquiere especial relieve, estando presente en todos los
momentos de la vida de Jesús. Durante la Pasión, abandonó a su Maestro y renegó
de tres veces. No obstante, después de la Resurrección, Jesucristo le nombró
pastor universal. Aparece ya, junto con Santiago y Juan, como jefe de la primera
comunidad cristiana de Jerusalén. En el día de Pentecostés proclamó públicamente
la resurrección de Cristo y bautizó a los primeros cristianos. Predicó en Lidda y
Jope; con la conversión del centurión pagano Cornelio, Pedro abrió las puertas de la
Iglesia a los gentiles. Presidió en el año 50 el concilio de Jerusalén.
Por la persecución de Herodes Agripa pasó a Antioquia, donde conoció a el
apóstol Pablo. Poco después partió para Roma, a donde le llevó su misión
evangelizadora, sostenida esta afirmación por la carta 1 de Pedro que fue escrita de
alli (1 Pe. 5:13). Allí sufrió martirio durante la persecución de Nerón, quien lo hizo
matar en Roma, hacia el año 65-67 d. de C. Según la tradición fue enterrado en la
colina Vaticana; las excavaciones llevadas a cabo desde 1939 por indicación de Pío
XII pretenden haber descubierto su sepulcro bajo la basílica de San Pedro
(Vaticano). Escribió dos epístolas.

Cornelio:
Cornelio el Centurión (en griego, Κορνήλιος) fue un centurión romano y, según el
Nuevo Testamento, el primer gentil en ser bautizado en la fe cristiana. Cornelio era
un centurión de la Cohorte II Italica Civium Romanorum, mencionada como Cohors
Italica en la Vulgata ​ Estaba estacionado en Cesarea Marítima, la capital de la
provincia romana de Judea. Conocidos como "temerosos de Dios" por haberse
unido a las prácticas religiosas judías, tales como la de dar limosnas y efectuar
oraciones, por las que Cornelio recibe especial mención. Cornelio creía en Dios y se
le permitía ado­rar en la sinagoga. No seguía todas las costumbres judías; no era
circuncidado.

La conversión de Cornelio se narra en el capítulo 10 de los Hechos de los apóstoles.


Cornelio vivía en la ciudad de Cesarea Marítima (unos 50 kilómetros al norte de
Tel-Aviv, en Israel), y es presentado como “piadoso y temeroso de Dios” (Hechos,
10, 2). Un día, a la hora de la oración vespertina, tuvo una visión en la que un ángel
de Yahveh (la versión judía de Caelus, quien era el Dios Creador de los romanos) le
ordenó llamar a “Simón, apellidado Pedro” (Hechos, 10, 5), que en aquella época se
encontraba predicando en Jaffa (junto a Tel-Aviv). Cornelio envió así tres hombres a
buscar a Pedro. Tras la conversión de Cornelio y su familia, surgieron dudas en la
comunidad cristiana sobre la extensión de la nueva fe entre personas ajenas al
pueblo judío, es decir, a personas no circuncidadas y que no seguían la Ley de
Moisés. Hasta ese momento, se había considerado que, dado que Jesús había
predicado únicamente para este pueblo, los apóstoles debían hacer lo mismo. Pedro
tuvo que explicar su postura en Jerusalén, de la siguiente manera: “Y recordé estas
palabras del Señor: ‘Juan bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados en el
Espíritu Santo'. Si, pues, Dios les dio a ellos el mismo don que a nosotros, por haber
creído en el Señor Jesucristo, ¿cómo podía yo oponerme a Dios?” (Hechos, 11,
16-17).

El Cornelio de Hechos resulta particularmente notable por ser el primer converso


gentil al cristianismo. Cuando él, los de su casa, y sus amigos escucharon la
predicación de Pedro, creyeron y recibieron el Espíritu Santo, tras lo cual fueron
bautizados por orden de Pedro. La importancia de este acontecimiento en la opinión
de Lucas recibe realce por su repetición (Hch. 11.1–18; 15.7, 14). La "compañía
llamada la Italiana", a la que pertenecía Cornelio, era una compañía auxiliar formada
por ciudadanos romanos, cuya presencia en Siria en el siglo I d.C. está demostrada
por las inscripciones.

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