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Hijo de Jonás o Juan y renombrado por Jesús como Pedro, fue uno de los discípulos más
destacados de Jesús de Nazaret y considerado como el primer papa.
Simón Pedro era un pescador del mar de Galilea, que abandonó su casa en Cafarnaúm
para unirse a los discípulos de Jesús en los momentos iniciales de su ministerio. A Simón
se sumaron otros pescadores de la zona como su hermano Andrés y los dos hijos de
Zebedeo, Santiago y Juan. Estos 4 hombres conformaron el núcleo original de los 12
apóstoles.
Diversos pasajes de la Biblia muestran a San Pedro como una persona impetuosa, sincera
y con una personalidad arrolladora. Su mayor debilidad fue la de negar hasta 3 veces
conocer a Jesucristo la noche que Él fue arrestado, cumpliendo así con la profecía del
Nazareno.
La última etapa de su vida la pasaría en Roma, dónde habría ejercido un largo apostolado
que podría justificar la futura sede papal. Finalmente sería detenido por Nerón durante
su persecución contra los cristianos, siendo ejecutado por crucifixión.
Andrés tuvo el honor de haber sido el primer discípulo de Cristo, junto con Juan. La
llamada de Jesucristo cambió su vida para siempre. Fue Andrés el que llevo a Simón Pedro
al encuentro de Jesús, indicándole que habían encontrado al Salvador del mundo.
San Andrés también llevó a Jesús el chico que tenía los cinco panes, para que el Nazareno
obrara el milagro de la multiplicación de los panes. Este apóstol vivió tres años junto a
En el día de Pentecostés, San Andrés recibió junto con la Virgen María y los demás
Apóstoles al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. A partir de ese momento se
dedicó a predicar el Evangelio con valentía, obrando diversos milagros.
San Andrés fue martirizado y crucificado en la ciudad de Patras, bajo el imperio de Nerón.
4. Apóstol Juan
(Betsaida, finales del siglo I a.C. o principios del siglo I d.C.-Hierápolis, 80 d.C.)
Felipe fue el quinto apóstol convocado, y uno de los presentes cuando Juan el Bautista
señaló por primera vez a Jesús como el Cordero de Dios.
Un día después de que Cristo llamase a Pedro, se encontró con Felipe y lo llamó al
apostolado diciéndole “sígueme”. Felipe obedeció u trajo poco después a Natanael o
Bartolomé.
Aunque la Biblia no contiene muchos datos sobre este apóstol, sabemos que fue Felipe
el que llevó los panes y los peces a Jesús para que Él obrase el milagro. Según algunos
relatos evangélicos podemos saber también que Felipe era un hombre ingenuo, tímido y
juicioso.
Los estudiosos sitúan su deceso en Hierápolis, en la actual Turquía, donde habría estado
predicando y donde habría fallecido a una edad avanzada.
Tomás o Judas Tomás Dídimo, fue uno de los doce apóstoles de Jesús. El nombre Tomás
significa “gemelo” en arameo, y Dídimo tiene la misma acepción en griego.
Santo Tomás Apóstol, judío y pescador de oficio, tuvo la bendición de seguir a Cristo, quien
lo hizo apóstol el año 31.
Santo Tomás es conocido por su incredulidad después de la muerte del Señor. Jesús se
apareció a los discípulos el día de la resurrección para convencerlos de que había
resucitado realmente. Tomás estaba ausente y se negó a creer en la resurrección de Jesús:
“Si no veo en sus manos la huella de los clavos y pongo el dedo en los agujeros de los
clavos y si no meto la mano en su costado, no creeré”.
Ocho días más tarde, cuando Jesús se encontraba con los discípulos, se dirigió a Tomás y
le dijo: “Pon aquí tu dedo y mira mis manos: dame tu mano y ponla en mi costado. Y no
seas incrédulo, sino creyente.” Tomás cayó de rodillas y exclamó: “Señor mío y Dios mío!”
Jesús replicó: “Has creído, Tomás, porque me has visto. Bienaventurados quienes han
creído sin haber visto.”
Tomás no era muy culto, pero compensó esta carencia con un amor apasionado por
Jesucristo. Según la tradición, le tocó a él evangelizar Siria y luego la ciudad de Edesa,
desde donde se trasladó para fundar la primera comunidad cristiana de Babilonia, en
Mesopotamia. Allí habría de permanecer siete años, antes de embarcarse para la India,
viajando por todo el país hasta llegar a China, impulsado siempre y sólo por amor al
Evangelio.
Mateo el Evangelista, también conocido como Mateo Leví, Leví de Alfeo o Mateo el
Apóstol, fue uno de los doce apóstoles elegidos por Jesús de Nazaret.
El nombre español Mateo proviene del hebreo MattanYah, que significa “don de Dios”.
A Mateo se le atribuye la autoría del primero de los Evangelios llamados sinópticos (los de
San Mateo, San Marcos y San Lucas).
Mateo residía en Cafarnaúm, ciudad de una gran importancia comercial, y ejercía
como recaudador de impuestos para Herodes Antipas. Fue en su despacho de
recaudación donde Jesucristo le dijo “sígueme”.
Aunque el Nuevo Testamento no da muchos detalles sobre la persona de Mateo, la
tradición lo señala como evangelizador de Judea y misionero en Etiopía y Persia. Vivió
largos años en Antioquía, donde escribió su valiosísimo Evangelio.
En cuanto a su deceso, exinten disparidad de criterios. Mientras algunas fuentes
mencionan que murió martirizado, otras afirman que falleció de muerte natural.
Santiago el Menor o Santiago, hijo de Alfeo, recibió este nombre para distinguirlo de otro
apóstol, Santiago el Mayor. Santiago el Menor era hijo de Cleofás o Alfeo y de María de
Cleofás, y hermano de Judas Tadeo y de José. En latín eclesiástico se le denominaba
Sanctus Iacobus, es decir, San Jacobo.
La tradición cristiana siempre lo ha identificado como “el hermano del Señor “, aunque
según el historiador Flavio Josefo el término “hermano” cubría en ese lugar y en esa
época un amplio número de parientes cercanos, y no necesariamente implicaba el ser
“hermano de sangre”, es decir, hijo de los mismos padres.
Aquel mismo historiador, Flavio Josefo, nos ilustra la muerte del hermano de Jesús en
manos del Sumo Sacerdote Anás ben Anás o Ananus (Ananías) en el año 62.
Los zelotes, como lo habría sido Simón, eran los miembros una facción religiosa y política
considerada como el ala más radical e integrista del judaísmo del siglo I.
Nadie sabe a ciencia cierta donde el Cananeo habría ejercido su ministerio. Algunas
tradiciones dicen que estableció el cristianismo en Egipto, junto con Marcos y en Siria
acompañado de Felipe. Otras que pudo haber evangelizado el norte de África, Asia
Menor y España. También se dice que pudo haber ido con Judas Tadeo a Mesopotamia,
Siria y Persia.
Judas Tadeo aparece último en la lista de los doce Apóstoles de Jesucristo, pero no se
sabe ni cuándo ni cómo entró a formar parte de los discípulos.
“Judas” es una palabra hebrea que significa: “alabanzas sean dadas a Dios”,
y Tadeo quiere decir: “valiente para proclamar su fe”
El Apóstol Judas Tadeo era probablemente el hermano de Santiago el Menor.
Después de la Última Cena, cuando Cristo prometió que se manifestaría a quienes le
escuchasen, Judas Tadeo le preguntó por qué no se manifestaba a todos. Cristo le
respondió que Él y su Padre visitarían a todos los que le amasen: “Vendremos a él y
haremos en él nuestra morada” (Juan, 14, 22-23).
A pesar de que no sabemos nada de la vida de San Judas Tadeo después de la Ascensión
del Señor y la venida del Espíritu Santo, lo cierto es que San Judas Tadeo es uno de los
santos más populares a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a los
devotos que le rezan con fe, especialmente en cuanto a conseguir empleo o casa.
Según la tradición occidental, Judas Tadeo se reunió en Mesopotamia con San Simón y
ambos predicaron varios años en Persia, donde fueron martirizados.
Judas Iscariote fue uno de los apóstoles de Jesús de Nazaret. Siguió a su maestro durante
su predicación por Judea y Galilea y, según los Evangelios canónicos, fue el apóstol traidor
que reveló a los miembros del Sanedrín el lugar donde podían capturar a su Maestro sin
que sus seguidores interfiriesen, tal como había anunciado el propio Jesús durante la
Última Cena
Según todos los evangelios canónicos, Judas guió a los guardias que arrestaron a
Jesús hasta el lugar donde lo encontraron y besando su mejilla les indicó quién era. Por
su traición fue recompensado con treinta monedas de plata, pero al poco tiempo se
arrepintió de sus actos. Iscariote intentó devolver las monedas a los sacerdotes que se
las habían dado, y al no aceptárselas de vuelta, las arrojó en el templo. Después,
desesperado ante la magnitud de su delación, se suicidó ahorcándose en un árbol.