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SEMINARIO MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y CULTURA

Documento de Cátedra 2018


Unidad 1

Introducción al método dialéctico para


superar la tensión entre teoría y práctica

Prof. Daniel Gonzalez Almandoz

Año 2018
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Índice

Presentación Pág. 3

Introducción Pág. 4

Teoría y práctica en la formación sobre comunicación Pág. 4

El método dialéctico para entender el carácter

relacional de los fenómenos sociales Pág. 5

La praxis como superación de la tensión teoría – práctica Pág. 7


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Presentación

¡¡¡Hola!!! En este documento encontrarán sintetizado el enfoque teórico de la


unidad 1; para que sirva como brújula en este recorrido conceptual que
comenzamos.

Revisaremos aquí cómo es el vínculo entre teoría y práctica, y nos


acercaremos el método dialéctico, que nos propone un modo específico para
entender las relaciones sociales en diversos campos; y desde aquí, reflexionar
acerca de nuestras prácticas diarias; y cómo pensamos y hacemos nuestras
actividades…por que al final de cuentas, ¡¡¡¡no hay nada más práctico que una
buena teoría!!!!
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Introducción

La tensión entre teoría y práctica aparece con asiduidad en el plano de la


formación sobre distintas facetas vinculadas a la Comunicación, en sus múltiples
campos de actividad. La misma se presenta con un alto grado de simplificación,
que en líneas generales conduce a presentar como dicotómicos los espacios
teóricos y de ejercicio profesional; y hace lugar al desarrollo de dos recorridos
paralelos, casi como compartimentos estancos, entre los trayectos de reflexión y de
fuerte carga de abstracción; y aquellos vinculados a la aplicación de técnicas y
métodos de trabajo en un campo de acción.

El sentido de este documento es discutir sobre la validez (o no) de esta


dicotomía, a fin de propiciar las condiciones permitan superarla.

1. Teoría y Práctica en la formación sobre Comunicación

El ejercicio profesional en el ámbito de la Comunicación suele ser concebido


como una tarea que requiere de la aprehensión de una serie de técnicas y
procedimientos para su correcta asimilación y ejecución. Desde esta matriz, la
enseñanza y formación sobre distintas facetas de la comunicación, tales como el
periodismo; la generación de contenidos mediáticos; y la producción audiovisual se
ha condensado en instructivos de ejercicio que desglosan pautas de trabajo, por lo
general de carácter descriptivo respecto de un saber hacer, sin presencia explícita
de la existencia de una dimensión teórico – reflexiva que sostenga al ejercicio
profesional.

Surge de aquí algunos interrogantes: ¿se puede pretender una práctica


humana sin presencia de un soporte teórico que dé sustento a la misma?; si
existiera la posibilidad de prescindir de una dimensión teórica ¿resulta coherente
diseñar propuestas curriculares de estudios superiores en un campo determinado,
sin recurrir a insumos teóricos?
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Si afinamos más esta línea de razonamiento, ¿es consistente pensar el


desarrollo de oficios o disciplinas dedicados a modelar piezas que se instalan en el
campo de la producción de sentido, desconociendo la instancia de procesos de
reflexión como fase ineludible para el tratamiento de lo simbólico?

Para nosotros estas preguntas son retóricas y resulta clara la imposibilidad de


pensar una expresión práctica pura, que prescinda de asunciones teóricas. Sin
embargo, no es posible desconocer que pese a éste carácter falaz aparece una
base de sustentación empírica sobre la cual se construyó y perdura el antagonismo
teoría – práctica.

Esa base se sostiene en el hecho que la reflexión conceptual en torno al


ejercicio de la comunicación; y la aplicación concreta, el ejercicio específico, se han
desarrollado en caminos separados, sin instancias que apuntaran al encuentro de
esos recorridos y actuaran como síntesis.

En otras palabras, mientras que la academia se habría dedicado a pensar y


abstraer la formación en comunicación; ésta se hizo en el campo profesional, como
por ejemplo las redacciones periodísticas; los sets de filmación y los rodajes;
presuntamente con autonomías absolutas de unos frente a otros, y sin puntos de
vinculación.

Considerando esto, para nosotros el problema no se encuentra en que teoría


y práctica serían dimensiones disociadas y antagónicas; sino en la ausencia de
espacios y experiencias que permitan encontrar estas dimensiones y de allí
comprender y reconocer su unidad.

2. El método dialéctico para entender el carácter relacional de los


fenómenos sociales

Para simplificar, comenzaremos por entender a la dialéctica como un proceso


de articulación por oposición y contraste entre las partes de un todo, que da como
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resultado un fenómeno superador de lo que podrían realizar las partes


consideradas en sí mismas.

A los fines de afinar la comprensión de este proceso, es preciso considerar


que cuando nos referimos a oposición y contraste no estamos hablando, única y
obligatoriamente, a un escenario de antagonismo o conflicto, sino, a un fenómeno
de diálogo, de cruce, entre las partes de ese todo, del cual deriva un resultado.

Si hacemos una breve línea de tiempo, podemos anclar la aparición y


desarrollo del pensamiento dialéctico en dos referencias: Hegel, en un primer
momento; y el marxismo, como continuidad, a partir de la crítica de Marx y Engels;
y la profundización de Lenin y Pléjanov.

El pensamiento dialéctico en Hegel sirve para comprender y expresar la


situación real del mundo; a partir de reconocer que cada cosa es lo que es, y sólo
llega a serlo en interna relación y dependencia con otras cosas. Así, lo real no es
algo fijo ni determinado, sino que está en un constante proceso de transformación y
cambio, marcado por el peso de la contradicción. Por ello, cada particularidad
puede ser comprendida sólo en relación al todo.

Éste filósofo va a proponer que la estructura y esencia de la dialéctica se


condensa como un todo complejo constituido por tres momentos que entablan una
relación dinámica o en mutua determinación: un momento 1, denominado Tesis,
que vamos a simplificar como un estado de situación, una particularidad; un
momento 2, la Antítesis que implica el momento o concepto contradictorio a la
Tesis; y un momento 3, la Síntesis, que es resultado de la relación de Tesis y
Antítesis, luego de superar las contradicciones y antagonismos que aparecen entre
los momentos 1 y 2.

Según este razonamiento, la Síntesis se construye a partir del rescate de todo


lo positivo que había en los momentos anteriores; por lo cual es un nuevo
momento, enriquecido, y que se convierte inmediatamente en Tesis del proceso
siguiente, a la que se opondrá la antítesis para dar lugar nuevamente a una
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Síntesis que será a la vez la tesis del proceso siguiente: todo está en constante
progreso dialéctico.

La construcción de éste método de pensamiento sirvió para dar cuenta de la


relación entre lo concreto y lo espiritual; en el marco de la filosofía idealista de cuño
hegeliano, y que en líneas generales establece en el espíritu el origen de lo real.
Ese enfoque va a ser discutido por Marx y Engels a partir de plantear que el
sustrato de lo real (tanto concreto como abstracto) se encuentra en lo material; y
esa materialidad conduce a la construcción de conciencia/pensamiento.

3. La praxis como superación de la tensión teoría - práctica

Asumir la pertinencia del pensamiento dialéctico nos permite entonces dar


cuenta de la inconducente y falso de los planteos que van a pretender establecer
una antinomia entre teoría y práctica. El caso resulta simple: si a través del
pensamiento dialéctico podemos concluir que lo real es el resultado superador de
los antagonismos y contradicciones de la relación que establecen las partes de un
todo, y que conducen a que ese resultado sea más que ese todo; necesariamente
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teoría y práctica no podrían transitar en carriles paralelos, sino que están en


dinámica relación y articulación.

En otras palabras, teoría y práctica son dos momentos participantes de cada


actividad humana, que no es sólo pensamiento o hacer, sino algo superador
resultado del encuentro de teoría y práctica. En términos dialécticos: la relación de
la tesis (teoría o práctica) con la antítesis (práctica o teoría) da como resultado una
Síntesis, que vamos a denominar Praxis.

A partir de esto vamos a afirmar que la praxis es aquel resultado superador de


la relación entre teoría y práctica, y que implica reconocer que toda actividad
humana, por más empírica (o práctica) que parezca posee una dimensión
teórica/reflexiva que soporta, fundamenta y justifica al hacer, pero también puede
ser modificada, revisada y cambiada por ese hacer.

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