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197-221
por
Resumen
La llamada “Afrodita” del Museo de Calahorra ¿diosa romana o musa?. Es la pregunta que nos hacemos como punto de
partida de este estudio, al que intentaremos dar respuesta a lo largo de las siguientes líneas. También se lleva a cabo un
análisis de la historiografía existente de la pieza. Esta escultura, fruto de un hallazgo fortuito, se encontró en el año 1956
pasando a formar parte de una colección privada y fue posteriormente depositada en el Museo Municipal de Calahorra.
Palabras clave: Escultura romana; Melpómene Farnese; Calagurris; Museo de Calahorra; Escultura de Afrodita.
Abstract
The called Museum Afrodira Calahorra Roman goddess or muse?. Is the question we ask as a starting point of this study,
which will try to answer along the following lines. We also carry out an analysis of the historiography of the piece. This
sculpture, the result of serendipity, was found in 1956 and became part of a private collection and then deposited in the
Calahorra´s Municipal Museum.
Key words: Roman sculpture; Melpomene Farnese; Calagurris; Museum of Calahorra; Afrodita’s sculpture.
Introducción
La escultura fue encontrada en 1956, al realizar el hueco para la piscina del huerto de la familia
Escalona, ubicado detrás del actual colegio Santa Teresa de Calahorra.
Ignoramos si aparecieron más restos arqueológicos o materiales cerámicos, ya que no
existe ninguna información al respecto. Conservamos una referencia entre las notas manus-
critas del erudito calagurritano Don Pedro Gutiérrez Achútegui, que transcribimos a conti-
nuación:
Por el año 1956, en las obras del huerto del Sr. Escalona, apareció una estatua de alabastro de
más de un metro de alto de un soldado romano, sin cabeza de las llamadas quita-pon
en mil ochocientos abriéndose zanjas para la casa de los Expósitos en el sudoeste del pueblo,
se descubrieron acueductos de barro y una pequeña estatua ecuestre de bronce a la Española
antigua, jinete, sin estribos
5. Subirán y López de Baró, R. Recopilación de noticia históricas de la ciudad de Calahorra, p. 32. Este mismo autor
nos ofrece noticias sobre la aparición de restos escultóricos en el complejo Clínica-Eras- San Blas. Así dice textualmente:
“En el año mil ochocientos seis excavando en el mes de abril las zanjas para la fábrica del cementerio se descubrieron
cadáveres, fragmentos de edificios romanos, una estatua de niño y otras antiguas en las eras, al Norte de la ciudad, junto
a la ermita de la Concepción, al oriente del camino para Navarra”.
Posteriormente, en 1975, J.C. Elorza6 hace alusión a una “pequeña escultura en bronce,
representando un jinete sobre su cabalgadura aparecida en Calahorra junto al Colegio Tere-
siano en 1800”, en la actualidad en paradero desconocido.
La escultura, objeto del presente estudio, estuvo en manos de esta familia calagurritana
desde el año de su aparición hasta su donación al Museo Municipal de Calahorra por Pedro
Escalona Resa a finales dela década de los ochenta.
2. Ficha de la pieza
Técnica: Tallada
Dimensiones: 1,20 m de altura, anchura máxima 0, 30 m
Contexto cultural: Romano
Uso y función: Programas decorativos ornamentales
Estado de conservación: Incompleta faltándole la cabeza, el lateral derecho del cuerpo y
mano y parte del brazo izquierdos
Tipo de hallazgo: Casual
Año del hallazgo: 1956
Cronología: S. I d.C.
3. Historiografía
sabemos de piezas que se guardan en colecciones particulares como la conservada por la familia
de los condes de Cascajares… o la que posee la familia de don Pedro Escalona Resa, hallada en
su finca extramuros de la ciudad, próxima al Colegio Teresiano.
En el año 1983 J. García Prado, en Historia de la Rioja, en el tomo I dedicado a la Prehisto-
ria, Protohistoria, Edad Antigua cuyo autor es J.Mª. Pascual Fernández figura una fotografía
de la escultura. Dentro de esta obra se reproduce en la página 161 la imagen y se incluye una
descripción de la misma en el capítulo, La Rioja durante el Imperio romano7, que sigue el texto
de J.C. Elorza. Sin embargo, para este último autor el prototipo puede buscarse en la figura
de Livia esculpida en un relieve de Rávenna.
En el año 1984 U. Espinosa, en la monografía de historia local Calagurris Iulia, en el capí-
tulo 6, que lleva por título, “La ciudad del Alto Imperio”, en el apartado II, “Los elementos de
la civilización urbana”, describe la escultura y recoge una fotografía de la misma. Añade en
una nota a pie de página que “es propiedad del Sr. Escalona de Calahorra, quien la halló en
1956; se encuentra depositada en el Museo Municipal de la ciudad “
Ese mismo año M. Martín-Bueno y Mª.L. Cancela, en el articulo que lleva por título “Ar-
queología clásica de Calahorra y su entorno”, publicado en Calahorra. Bimilenario de su funda-
ción, Actas del I Symposium de Historia de Calahorra, en la página 80 recogen la media docena
de piezas escultóricas del solar calagurritano, entre ellas “la estatua acéfala en alabastro
atribuida también a soldado, aparecida en 1956 y según se afirma de “más de un metro”.
En el año 1986, Mª J. Pérex Agorreta en la monografía regional Los vascones el poblamiento
en época romana hace mención a las esculturas aparecidas en el solar calagurritano mencio-
nado entre ellas a Afrodita o Venus.
En el año 1988 el profesor A. Balil Illana en la serie Esculturas romanas en la Península Ibé-
rica IX, en la p. 229, la denomina “figura femenina amantada”, indica el año del hallazgo y su
pertenencia a una colección particular. El tipo iconográfico lo relaciona con el de “Melpómene
Farnese”, que se conserva en el Museo Nacional de Nápoles,
al modo en que aparece en una escultura de Altafulla… y sin relación con la “Venus Marina” y
sus adaptaciones con chitón que cubre el torso.
… es interesante su comparación con una estatua hallada en el Sezze Romano, y conservada en el
Museo de las Termas. Esta muestra el hombro descubierto, lado derecho, lo cual se documenta
en algunas versiones pero no en todas.
A B
Figura 3. Tipo musa Melpómene Farnesio. (A) Calahorra, (B) Altafulla. Dibujo J. M. Moyano Carballo.
tipo, y es el único que recoge un dibujo de la misma realizado por J.M. Moyano Carballo,
señalando que el tipo iconográfico es similar al representado en la villa romana de Els Munts
en Altafulla (Tarragona).
Un par de años más tarde, en el 2000, F. M. Burgos Esteban y D. Esquide Eizaga editores
de La Rioja Tierra Abierta, catálogo de la exposición celebrada en la Catedral de Calahorra
del 15 de abril al 30 de septiembre de 2000, incluyen una fotografía de la pieza en la p. 20.
En esas mismas fechas J. de Felipe Castillón, en la Guía turística de Calahorra incluye una
fotografía de la escultura a página completa en la p. 70.
En el año 2004 será nuevamente L. Baena del Alcázar en el artículo que lleva por título “La
escultura culta en Hispania. Planteamientos teóricos”, Actas de la IV Reunión de Escultura ro-
mana en Hispania celebrada en Lisboa 7, 8 y 9 de febrero de 2002, p. 325-326. La incluye entre
las personificaciones de las Bellas Artes, y en el ciclo de las nueve musas presididas por Apolo,
bien documentado en Italia, parece que tuvo una buena acogida en Hispania a través de los
restos hallados en la península... Todas ellas son obra de talleres locales, pero con la particula-
ridad de poseer prototipos muy bien difundidos creados en torno al siglo II a.C. que apuntan a
la figura de Filisco de Rodas. Dos figuras de esta ascendencia pueden reconocerse en las figuras
hispánicas. La primera sería la llamada Melpómene Farnese que aparece en la villa de Els Munts,
si buen aquí se han producido modificaciones por parte del copista y se la representa como
Fortuna. El tipo aún lo encontramos en tierras del interior como sucede en la figura hallada en
Calahorra.
De nuevo en los años 2004-2005, J. Andreu Pintado en “Algunas consideraciones sobre
las ciudades romanas del territorio vascón y su proceso de monumentalización”, dentro del
4. Descripción
8. No se ha llevado a cabo el análisis del mármol por tratarse de una pieza significativa que se encuentra expuesta al
público, ya que la caracterización petrográfica sobre lámina delgada es un método de análisis destructivo.
9. Noguera, J.M. et al. El programa escultórico del foro de Segobriga, p. 314.
10. Noguera, J.M. Técnicas en la escultura romana: materiales, imprimaciones y coloraciones, p. 402.
11. Balil, A. Esculturas romanas en la Península Ibérica (VIII), p. 223.
12. Castillo, E. y Ruiz-Nicoli, B. Iponoba y su conjunto escultórico de época Julio-Claudia, p. 160.
13. Acuña, P. Esculturas militares romanas de España y Portugal. I Las esculturas thoracatas, p. 74.
14. Rodríguez Gutiérrez, O. El teatro romano de Itálica: estudio arqueo-arquitéctonico: catálogo: escultura, p.
538-539.
15. Schroder, S.F. Catálogo de la escultura clásica: escultura mitológica, v. 2, números 135-142.
La figura apoya el peso del cuerpo sobre la pierna derecha, cuyo muslo se marca clara-
mente bajo la indumentaria, flexionando la izquierda, cuyo avance provoca el movimiento de
la cadera, y a su vez de toda la figura. Esta atención al movimiento es ya característica de las
creaciones de época claudia, como señalan
E. Castillo y B. Ruiz-Nicoli al estudiar el con-
junto escultórico de Iponba (Cerro de Min-
guillar, Baena Córdoba), fechado en época
Julio-Claudia16.
En cuanto a la cabeza, esta estaría traba-
jada en bloque aparte y encajaría en la cavi-
dad redondeada que se observa en lo que era
la base del cuello. Por lo tanto, la podríamos
incluir en la categoría de esculturas icónicas.
La figura femenina ha sido tradicional-
mente identificada como una representación
de “Afrodita”, sin embargo representa posi-
blemente una musa o la diosa Tyché-Fortuna,
Figura 6. Detalle de la cavidad del cuello. encuadrándola en una estatua ideal, culta17.
Según Koppel,
“por escultura ideal se entienden las representaciones de divinidades, héroes y otras figuras
mitológicas, así como de personificaciones. Salvo excepciones, como por ejemplo efigies de genii
o de los lares, que son creaciones netamente romanas, las esculturas ideales suelen ser copias
o más frecuentemente modificaciones de originales griegos cuya cronología abarca desde el
periodo arcaico hasta el tardo-helenístico18.
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Tipologías de esculturas romanas. (Baena del Alcázar. L, 2001, pp 18-23: 1. Tipo Pudicitia; 2. Tipo Eumachia;
3. Tipo Eumachia; 4. Tipo Allia-Berlín; 5. Tipo Herculanense; 6. Tipo Themis; 7. Tipo Artemisia; 8 y 9 . Tipo Koré; 10. Koré.
El ritmo corporal de esta figura, sosteniendo el peso con la pierna derecha y la izquierda, re-
trasada, destacando bajo los pliegues del vestido es similar a las otras de la serie, variando no
obstante, en la colocación de los pliegues bajo el pecho.
Elorza22 la identifica como Afrodita, aunque plantea otras hipótesis, al respecto señala
la escultura de Calahorra pudiera ser una representación de Higiea, Hera, Core, Urania, Afro-
dita, Ninfas, etc.
Esta identificación de Elorza encuentra su razón de ser en la Afrodita Urania expuesta
en el Museo del Louvre23, fechada en los siglos II-III d.C., drapeada y no desnuda, con su pie
descansando sobre una tortuga. Representa el amor del cuerpo y el alma, aunque la repre-
sentación de Afrodita Urania, con un pie encima de un quelonio, fue interpretada más tarde
como emblemática de la discreción del amor conyugal. Sin embargo, el ejemplar calagurritano
carece de tortuga y el pie va cubierto, además de las diferencias estilísticas y cronológicas
entre ambas.
Un detalle de interés es que la parte posterior de la escultura calagurritana se encuen-
tra sin trabajar. La labra del dorso solamente se ha esbozado, lo que indica que la figura fue
concebida para una contemplación frontal, es decir, que su destino sería la decoración de un
nicho, arco u hornacina. Según A. Balil24,
esta concepción, estatuas que solo pueden ser contemplada desde una determinada perspec-
tiva, un tanto al modo de la pintura, es común a diversas obras tardo-helenísticas, ..... que con
frecuencia se han querido relacionar no justificadamente con la escuela de Rodas.
El escultor de la pieza calagurritana, desde el punto de vista estrictamente iconográfico,
se inspira en modelos tardo-helenísticos de la época. Así nuestra escultura es una copia pos-
terior25 de un tipo escultórico no demasiado abundante en le península ibérica. La serie de
las nueve Musas fue creada por Filisco de Rodas, aunque el grupo de Melpómene en concreto
ha sido atribuido al escultor Tesícrates26
Observando atentamente la pieza se pueden apreciar restos de pigmentación de color
verde en el chiton y marrones/ dorados en el himation lo que nos induce a pensar que en su
época estuvo policromada.
La primera hipótesis sería que representara a la musa de la tragedia, Melpómene. Esta suele
portar la máscara teatral trágica30 bien en su mano izquierda, o sobre la parte posterior de la
cabeza, y la clava en la mano derecha. Sin embargo, la máscara de la tragedia suele ir asociada
también a otros símbolos, como la maza y la piel de león (atribuida a Hércules). Aunque, en las
primeras representaciones del ciclo de las nueve musas, como ocurre en el grupo escultórico
27. Baena del Alcázar, L. En torno al tipo Melpómene Farnesio en las esculturas romanas en Hispania, p. 172.
28. Bendala, M. La necrópolis romana de Carmona (Sevilla), tomo II, lámina LXII, número 1.
29. Baena del Alcázar, L. En torno al tipo Melpómene Farnesio en las esculturas romanas en Hispania, p. 172.
30. Rodríguez Olliva, P. El símbolo de Melpómene: teatro y muerte en la España romana.
31. Rodríguez López, Mª.I. Iconografía de Apolo y las Musas en el arte antiguo y sus pervivencias en el arte
occidental, p. 477-478.
32. Pijoan, J. El arte griego: hasta la toma de Corinto por los romanos (146 a.J.C.), p. 396. Carnobero y Sol, L. Crónica
del Concilio Ecuménico del Vaticano, p. 401.
33. Pensabene, P. Il teatro romano di Ferento Architettura e decorazione scultorea, p. 63-66.
34. Las nueve musas canónicas son: Calíope, musa de la elocuencia y poesía épica (canción narrativa). Clío, musa de la
Historia (epopeya). Erato; musa de la poesía lírica-amorosa (canción amatoria). Euterpe; musa de la música, especialmente
del arte de tocar la flauta. Melpómene; musa de la tragedia. Polimnia; musa de los cantos sagrados y la poesía sacra (himnos).
Talía, musa de la comedia y de la poesía bucólica. Terpsícore‘la que deleita en la danza’); musa de la danza y poesía coral.
Urania. musa de la astronomía, poesía didáctica y las ciencias exactas. En la mitología griega, Melpómene (en griego “La
melodiosa”) es una de las dos Musas del teatro. Inicialmente era la Musa del Canto, de la armonía musical, pero pasó a ser la
Musa de la Tragedia como es actualmente reconocida. Melpómene es hija de Zeus y Mnemósine. Asociada a Dionisos, inspira
la tragedia, se la representa ricamente vestida, grave el continente y severa la mirada, generalmente lleva en la mano una
máscara trágica como su principal atributo, en otras ocasiones empuña un cetro o una corona de pámpanos, o bien un
puñal ensangrentado. Va coronada con una diadema y está calzada de coturnos. También se la representa apoyada sobre
una maza para indicar que la tragedia es un arte muy difícil que exige un genio privilegiado y una imaginación vigorosa.
35. Pensabene, P. Il teatro…, p. 69-70.
36. Nogales Barrasate, T. Teatro romano de Augusta Emerita, evolución y programas decorativos.
37. Balil, A. Esculturas romanas del conventus tarraconensis: esculturas de Ampurias y Sagunto p. 411. Balil, A.
Esculturas romanas en la Península Ibérica III, nº 44, p. 235. Beltrán Lloris, M. El teatro romano de Sagunto, p. 171.
38. Koppel, E.M. Die romischen Skulpturen von Tarraco.
39. Mar, R., Roca, M. y Ruiz de Arbulo, J. El teatro romano de Tarragona: un problema pendiente.
fragmentos atribuibles a Musas del tipo Melpómene Farnese fechadas en el siglo II d.C. y una
estatuilla de Venus.
Ȅ(QCarthago Nova (Cartagena) encontramos representadas tanto a la Musa Polimia
como a la Musa Melpómene40. Esta última procede del Monte San José, en la actualidad se
encuentra en el Museo arqueológico municipal y corresponde al tipo Frankfurt de Balil. Sin
embargo, su altura es solamente de 0, 65 m
Aunque las dimensiones de nuestra pieza objeto de estudio se aproximan a la figura de
la musa Melpómene del teatro romano de Ferento, de 1,68 m de altura41, este dato no es un
argumento suficiente. La escultura calagurritana presenta un orificio con restos de un puntel
metálico a la altura del brazo izquierdo, lo que hace inverosímil la supuesta colocación de una
máscara trágica, ya que esta suele ir colocada en la mano o detrás del hombro. En Calagurris
no se ha localizado hasta el momento un edificio de espectáculos teatrales, los únicos testi-
monios arqueológicos relacionados con el mismo son de tipo cerámico o pictórico:
Ȅ9DVRGHGaius Valerius Verdullus hallado en el yacimiento romano de Vareia con el mito
de Hipólito o Fedra de Séneca. El citado vaso ha sido fabricado en el alfar de la Maja (Pradejón-
Calahorra) y tanto los textos como la iconografía remiten a una versión resumida del mito,
conocido no solo por el ceramista sino en el ambiente cultural de la Calagurris del siglo I d.C.
Como afirma Mayer i Olivé42
los vasos de Verdullus estaban generalmente destinados a los espectáculos públicos en los que
había distribución de crustula y mulsum, contenido este ultimo que debía ser para el que estaban
concebidos. Suponer que en ciertos momentos en alguna de las ciudades del Ebro medio, sea
Calagorri o Vareia, se pudieron celebrar representaciones teatrales no presenta dificultad alguna
y daría sentido al tipo de producción que estudiamos, y pensar que el teatro de Seneca pudo
estar presente, directa o indirectamente en las mismas, resulta muy tentador, especialmente
habida cuenta de la cronología propuesta para el alfar.
paralelos en el “edificio del Atrio Toscano” del cerro del Molinete en Cartago Nova (Cartagena),
fechado entre época adriánea y antonina44.
5.2. Tyché-Fortuna
Otra de las hipótesis a plantear es que la escultura representara a la diosa Fortuna, deidad
de la suerte y de la fertilidad. Los atributos que acompañan a esta diosa son la cornucopia,
cuerno de la abundancia, en la mano izquierda y el timón o gubernaculum, que gobierna los
destinos de los hombres, en la derecha. Es portadora de ayudas como la victoria, la fama, la
prosperidad, la felicidad, la riqueza o ‘fortuna’, la virtud, la salud o el poder. La corona o gorro
sacral a modo de modius45 o celemín es otro símbolo de abundancia que puede otorgar la diosa.
Asimismo son numerosas las advocaciones de la diosa romana, asociada a otras divinidades
del panteón romano, como Isis, Nemesis o Tyche.
En el terreno de la plástica son abundantes los ejemplos que encontramos en Hispania
al respecto. Así el Museo Arqueológico de Sevilla46 conserva una estatua que representa a la
diosa Fortuna con sus atributos principales, la cornucopia, perdida, y el timón, del que solo
se conserva el arranque en el costado derecho de la figura. Fue recuperada del interior de
un pozo junto a numerosos fragmentos escultóricos, durante la construcción de la barriada
de la Barzola a comienzos de los años 70 del pasado siglo. Sin embargo, difiere de nuestro
ejemplar en la posición de las piernas, en la escultura sevillana es la pierna derecha la que se
encuentra flexionada.
De Caesarobriga (Talavera de la Reina, Toledo) procede otra estatua representando a la
diosa Fortuna47. En ambos casos las diferencias con nuestro ejemplar son evidentes, ya que
la pierna flexionada es la derecha, mientras en la escultura calagurritana es la izquierda.
Esta misma disparidad la encontramos en la escultura de Faustina Minor divinizada como
Fortuna o Ceres fructífera48, de la colección del duque de Medinacelli de la Casa de Pilatos en
Sevilla. El atributo que porta es una cornucopia en la mano izquierda, aunque esta escultura
se fecha en época antoniniana.
44. Noguera Celdrán, J.M., Fernández, A. y Madrid Balanza, M. Nuevas pinturas murales en Cartago Nova:
los ciclos de las termas del foro y del edificio del atrio, p. 271
45. El modius era un recipiente que se utilizaba como medida para cuantificar las semillas y los cereales. Este atributo
se relaciona con el origen de la diosa como fuerza femenina unida a los ciclos agrícolas, que tiene poder para fecundar la
tierra. Hay que destacar una evolución que puede sufrir el modius en ciertas ocasiones, transformándose en una diadema
poliada. La diadema poliada representa los muros que acompañan los límites de la ciudad y que las protegían de ataques
exteriores. En esta ocasión la protección de la diosa irá encaminada exclusivamente a la salvaguarda de las ciudades. Será
el genio femenino protector de la ciudad, y en este caso Fortuna se convertirá en la advocación de Tutela. (Vid. BAILÓN,
M. El culto a Fortuna Dea en Hispania, p. 54).
46. Balil, A. Esculturas romanas de la Península Ibérica (III), p. 231, nº 41.
47. Ibidem p. 230, nº 40.
48. Engel. A. Inventaire de la Casa de Pilatos en 1752, p. 264. Trunk, M. La colección de esculturas antiguas del Primer
Duque de Alcalá de la Casa de Pilatos en Sevilla, p. 00 y fig. 7.
49. Elvira, M. Á. y Schröder, S. F. Bajo el signo de Fortuna: Escultura clásica del Museo del Prado, p. 116-117 .
50. Ibidem p. 98.
51. Koppel, E.M. La escultura del entorno de Tarraco: las villae, p. 223. Koppel, E.M. La decoración escultórica de las
villas romanas en Hispania, p. 35 lám. 4 y p. 42.
52. Arqueología del valle del Guadalquivir: de la Prehistoria a Roma, p. 111.
53. León Alonso, P. Esculturas de Italica (Sevilla), p. 150-151, nº 49.
54. Noguera Celdrán, J.N. y Madrid Balanza, M.J. (eds.) Arx Hasdrubalis: la ciudad reencontrada: arqueología
en el cerro del Molinete, Cartagena, p. 107 y fig. 18-20.
Fillera (Sangüesa)55 que, aunque fragmentada, fue esculpida en marmor Proconnesium (isla
de Mármara, Turquía) y confiere a la misma una gran calidad técnica.
La cornucopia o cuerno de la abundancia suele ir apoyada en dos partes del cuerpo de
la estatua. En favor de esta propuesta, la pieza calagurritana presenta un orificio en la parte
lateral izquierda con restos metálicos. ¿Era este el segundo anclaje de la pieza y el primero
estaba en la mano, perdida?. A ello debemos añadir otro detalle de sumo interés como es el
hecho de que el hombro y la parte superior del brazo izquierdos tienen peor factura y acabado
como si, en origen, hubiesen sido concebidos para no ser vistos.
Como señala I. Rodá, teatros y foros se convirtieron así en los espacios privilegiados para la
exaltación de la imagen del emperador y de su familia, dando lugar en las tres Hispaniae a la
realización de proyectos arquitectónicos e iconográficos de gran riqueza y singular interés56.
Un ejemplo lo encontramos en la estatua de Livia procedente de Iponoba (Cerro de Min-
guillar, Baena, Córdoba)57 que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. En
su brazo derecho sujeta una esbelta cornucopia que se alza hasta el hombro, rematada por
diversos frutos. En este caso Livia está representada como una diosa que bien pudiera ser
Fortuna, Abundantia o Iustitia. Durante la época imperial se utilizó este tipo iconográfico para
la representación de otras divinidades y personificaciones como fides, y también para retratar
a las mujeres de la familia imperial y de clase alta romana.
Augusta Emerita (Mérida) ha proporcionado una estatua colosal de culto imperial, pro-
cedente del templo del forum provincial58, conservada en la actualidad en el Museo Nacional
de Arte Romano, y con evidentes paralelos en otra escultura del templo augústeo de Barcino
(Barcelona)59, asociadas ambas a un ciclo dinástico e identificadas presumiblemente con Livia
divinizada.
Las representaciones de la emperatriz Livia, esposa de Augusto, fallecida en el año 29
d.C. y deificada bajo el reinado de Claudio, en el año 41 d.C., destacan por su colosalismo.
Sin embargo, el tamaño va decreciendo hasta formatos naturales en otras emperatrices de
la familia imperial, caso de figuraciones de Drusilla, Livila, Agripina minor y Agripina mayor,
tal y como se evidencia en el programa escultórico del foro de Segobriga (Saelices, Cuenca)60.
La ejecución simplemente desbastada o insinuada del dorso de la estatua femenina cala-
gurritana, a la que hemos hecho alusión ut supra, y el hecho de encuadrarse en la categoría de
escultura icónica, para encajar un posible retrato, nos lleva a plantear la remota posibilidad
de su emplazamiento en un edificio público del foro, tal vez en un podio que bordease las
55. Andreu, J. et al. A propósito de una cornucopia romana de mármol procedente del territorio de la ciudad romana
de Campo Real/Fillera (Sangüesa), p. 104, fig. 4.
56. Rodá, I. Espacios de representación de los foros en Hispania, p. 85.
57. Morena, J.A., Tristell, F.J. y López, I. Baena en otros museos: estatua de Livia, p. 15.
58. Nogales Barrasate, T. Foros de Augusta Emerita: urbanismo, nomunentalización y programas decorativos, p. 140.
59. Rodá, I. Documentos e imágenes de culto imperial en la Tarraconense septentrional, p. 749-750.
60. Noguera, J.M. et al. El programa escultórico del foro de Segobriga, p. 331.
paredes de un aedes, o un pórtico lateral, formando parte tal vez de una galería de imágenes
de la familia imperial, como es habitual en otras ciudades de Hispania (Augusta Emerita61,
Iponoba62, Segobriga63, Barcino64 ...) o del mundo romano.
6. Cronología
Desde el punto de vista cronológico, J.C. Elorza65 fecha esta escultura a mediados del siglo I
d.C., basándose en las características estilísticas de la misma. Así afirma
a pesar de los abundantes paños en “V” se ve el cuerpo. Estas características son muy apre-
ciables en los productos helenísticos de época julio-claudia, inspirados en modelos griegos de
los siglos V-IV d.C.
Y prosigue que aunque la escultura de Calahorra encuentra abundantes paralelos en las
esculturas de Aquileia (Friuli, Italia) y Concordia (Italia), ambas fechadas a finales del s. I d.C.,
el ejemplar calagurritano es sensiblemente anterior.
Dentro de los rasgos estilísticos de la pieza calagurritana debemos señalar el contrapos-
to o ponderación de la escultura, los juegos de contrastes y claroscuros producidos, sensu
stricto, por las labores de trepano. El balteus del himation se dispone en diagonal dibujando
una curva que va desde la cadera derecha hasta el lado izquierdo de la cintura. Todas estas
características nos remiten a modelos clásicos y sus copias posteriores, lo que nos lleva a
fechar la escultura en la época julio-claudia.
El estilo de ejecución de la pieza calagurritana dista mucho del empleado en la escultura
de la villa de Els Munts (Altafulla, Taragona)66, fechada en época tardo-antonina, así como
de la estatua-columna con la representación de Fortuna del Museo de Metz67, también del
siglo II d.C.
7. Consideraciones finales
Desde el momento de su hallazgo, en el año 1956, la pieza estuvo custodiada por esta familia
calagurritana que la mantuvo en su poder en la finca familiar hasta la posterior donación al
Museo Municipal de Calahorra, sede permanente de la pieza, ocupando un lugar privilegiado
61. Trillmich, W. Reflejos del programa estatuario del Forum Augustum en Mérida.
62. Garriguet, J.A. Grupos estatuarios imperiales de la Bética: la evidencia estatuaria y epigráfica, p. 77.
63. Noguera, J.M. et al. El programa escultórico del foro de Segobriga, p. 330 ss.
64. Rodá, I. Documentos e imágenes de culto imperial en la Tarraconense septentrional.
65. Elorza, J.C. Esculturas romanas en La Rioja, p. 20.
66. Balil, A. Esculturas romanas de la Península Ibérica (VI), nº 140.
67. Nerzic, Ch. La sculpture en Gaule romaine, p. 151.
junto a las otras esculturas romanas de la colección municipal: ideales (la “Dama” de Calaho-
rra) y mitológicas (cabeza de Júpiter y torso de Cupido).
La escultura ha sido tradicionalmente identificada como una representación de “Afrodi-
ta” y así la han denominado la mayoría de los autores desde el estudio de Elorza. Las únicas
excepciones han sido Balil68, que la denomina figura amantada, relacionando el tipo con el de
“Melpómene Farnese”, que se conserva en el Museo Nacional de Nápoles, y Baena del Alcázar.
Es similar al tipo representado en una escultura de la villa romana de El Munts en Altafulla
(Tarragona), aunque esta última es posterior, de época tardo-antonina.
La escultura formaba parte de un programa ornamental que, por el momento descono-
cemos, ya que en Calagurris no se han podido reconstruir los ciclos iconográficos. Sin lugar
a dudas, las estatuas que decoraban los edificios públicos romanos de Calagurris eran nume-
rosas, sin embargo han sobrevivido apenas una decena. En unos casos fueron retiradas de
su emplazamiento original, posteriormente troceadas y reutilizadas como material de cons-
trucción, formaron parte de muros de edificaciones posteriores. En otras ocasiones, corrieron
peor suerte siendo machacadas y quemadas en hornos para obtener cal, como se constata
en el caso de ejemplares de Italica (Santiponce, Sevilla)69, Regina (Bética)70 o la cornucopia de
Campo Real/ Filleras (Sangüesa, Navarra)71.
La pérdida de los atributos iconográficos, así como la ausencia de la cabeza, impiden
resolver el problema ya planteado de su identificación ¿Diosa Fortuna? ¿Un miembro de la
familia julio-claudia, emperatriz o princesa con los atributos de la diosa Fortuna o Abundantia?
¿Fue nuestro ejemplar el único que ha sobrevivido de este ciclo dinástico?
El encargo de esta escultura formaría parte del evergetismo de las elites locales. Así la
donación económica para obras públicas y la participación en magistraturas, que exigían el
pago de una suma dineraria importante, eran modos de exhibir el poder de una familia y de de-
mostrar al resto de los ciudadanos su colaboración y aceptación del orden político imperante.
Así está constatada a través de la epigrafía la donación de estatuas para el ornamento del
teatro tanto en Itálica (Santiponce, Sevilla) (AE, 1978,402) como en Castulo (Linares. Jaén)72 (CIL
II 3270). Como señala Melchor Gil73, fueron las elites itálicas las que comenzaron a desarrollar
la conducta evergética en la Península Ibérica; así como a introducir el gusto por un modelo
de ciudad en la que la ornamentación escultórica juega un papel importante.
68. Balil, A. Esculturas romanas en la Península Ibérica IX , p. 229. nº 192, lámina VII.
69. Beltrán Fortés, J. Esculturas de Italica aparecidas en el siglo XVIII, p. 51. Don Francisco de Bruna y Ahumada en
una carta dirigida a Floridablanca, fechada en 1781 acusa a los monjes Jerónimos, propietarios de Italica y Santiponce, de
quemar las esculturas romanas en los hornos de cal. De hecho se han constatado dos hornos de cal en el Traianeum, uno
en el teatro y dos en el anfiteatro además de los hornos de San Isidoro del Campo.
70. Nogales, T. y Nobre da Silva, L. Programas estatuarios en el foro de Regina (Baetica).
71. A este respecto para este caso se plantea la posibilidad de que hubiera formado parte de algún complejo escultórico
publico de la ciuitas de Campo Real/Fillera, acabando sus días en la parte artesanal de esta pequeña finca rural, a la que
fue llevada quizás para ser triturada y convertida en cal Andreu Pintado, J. et alii, opus cit., p. 109.
72. Melchor Gil, E. La construcción pública en Hispania romana: iniciativa imperial, municipal y privada, p. 159.
Para el caso de Itálica Melchor Gil, E. Ornamentación escultórica y evergetismo en las ciudades de la Bética, p. 236 y
tabla V, p. 251.
73. Ibidem, p. 237.
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