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1. Introducción.
Las etapas en del capitalismo contemporáneo en función del desarrollo industrial son las
siguientes:
Protoindustrialización. Estadio en el desarrollo productivo material anterior a la Revolución
industrial entre 1730 y 1780.
Revolución industrial. Conjunto de transformaciones económicas y sociales que permitieron
un salto cuantitativo y cualitativo sin retorno en el desarrollo productivo y en los cambios
sociales. Tuvo lugar en Inglaterra entre 1780 y 1830.
Industrialización. Proceso por el cual otros países distintos a Inglaterra alcanzaron el nivel
de país industrializado. Fueron la mayoría de los países de Europa occidental, destacando
Francia y Bélgica, que lo consiguieron entre 1830 y 1870.
Segunda Revolución industrial. Conjunto de transformaciones económicas y sociales que
permitieron un salto cuantitativo y cualitativo sin retorno en el desarrollo productivo y en
los cambios sociales. Tuvo lugar entre 1870 y 1914. Aparecieron nuevas potencias
industriales: EE.UU., Alemania, Japón y Rusia.
2. La protoindustrialización, (1730-1780).
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3. La revolución industrial y la industrialización, (1780-1870).
Los ideólogos del liberalismo económico más destacados fueron los británicos Asam Smith,
Robert Malthus, David Ricardo, John Staur Mill y Richard Cobden.
Adam Smith. Publicó Ensayo sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones,
(1776). Sus ideas fuerza son:
o El trabajo del hombre es la única fuente de riqueza. La riqueza aumentará con la
división del trabajo, es decir, con la especialización de cada trabajador en una fase del
proceso productivo.
o El interés personal y el funcionamiento libre de la ley de la oferta y de la demanda
constituyen el mecanismo perfecto para la regulación de la economía.
o El Estado debe abstenerse de cualquier intervención en la economía y ha de eliminar las
barreras proteccionistas y los monopolios y oligopolios que frenan el libre desarrollo
del comercio. El Estado ha de ocuparse de cubrir los servicios mínimos esenciales.
Robert Malthus. Publicó Ensayo sobre el principio de población, (1798). Afirma que los
recursos crecen en progresión aritmética y la población en progresión geométrica. Por tanto,
los recursos no serían suficientes para cubrir las necesidades materiales de la población.
Conclusión: es necesario reducir la natalidad si se quiere evitar la extensión de la pobreza y
forzar la subida de salarios.
David Ricardo. Expuso en el Parlamento británico su ley de rendimientos decrecientes,
(1815): en un primer momento se cultivan las tierras de mejor calidad, pero a medida que
aumenta la población se cultivan tierras de peor calidad hasta llegar a las tierras marginales,
aumentando los costes de producción; el precio de venta del producto tiene que ser
suficiente para cubrir el coste de producción de la tierra de peor calidad, es decir, los precios
de los alimentos, la renta de la tierra y los salarios subirán con lo que el empresario verá
subir los costes de producción, tendrá que elevar el precio de venta de sus productos y
venderá menos; el resultado final será el paro. La única solución es la libre importación de
alimentos.
John Stuar Mill. Publicó Principios de economía política, (1845) donde expone su teoría
del “fondo de salarios”: el salario se fija en función de la ley de la oferta y de la demanda; la
oferta de trabajo es la población y la demanda de trabajo la ejerce el empresario; para evitar
salarios bajos y hacer que suban se tiene que controlar la natalidad. Además, el capital que
el empresario destina a pagar los salarios o “fondo de salarios” nunca puede ser superior a
los beneficios menos la cantidad destinada al consumo inmediato del empresario y la
reinversión de capital en la empresa.
Richard Cobden. Partidario del librecambismo como base de la prosperidad de empresarios
y asalariados. Fundó la Anti-corn-law league (1838) en contra del proteccionismo y
consiguió que el Parlamento aboliese las leyes sobre el trigo (1846).
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La Revolución industria en Inglaterra, (1780-1830).
La revolución demográfica.
La revolución agrícola.
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La revolución industrial.
La siderurgia.
La siderurgia antes de la Revolución industrial era dispersa, itinerante y dependía del carbón
vegetal, que empezó a escasear y su precio a aumentar.
Desde 1830 la siderurgia desplazó al textil como motor de crecimiento y se caracterizó por:
Sus grandes dimensiones.
Estar fuertemente capitalizada y mecanizada (uso del carbón de coque para los altos hornos
de Darby (1732), pudeladora y laminadora de Cort (1783) y el convertidor de Bessemer
para la producción de acero (1856)).
Utilización de mano de obra masculina, adulta y semiespecializada.
Es una industria de producción y no de consumo.
Sus índices de producción marcaron la jerarquía de las potencias industriales.
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La revolución de los transportes.
La situación de las vías de comunicación a mediados del siglo XVIII apenas era mejor que
en tiempos de la antigua Roma.
La revolución comercial.
La revolución financiera.
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¿Por qué la Revolución industrial tuvo lugar en Inglaterra y por qué tuvo éxito?
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La industrialización o difusión de la Revolución industrial, (1830-1870).
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4. La segunda revolución industrial, (1870-1914).
Nuevas industrias.
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Automovilística. En la industria automovilística se aplicaron todas las novedades de la
Segunda Revolución industrial.
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Novedades en el comercio.
Una de las novedades más relevantes de la Segunda Revolución industrial fue la aparición
del hombre de empresa vinculado a las nuevas industrias de las nuevas potencias industriales.
Destacaron Thyssen y Krupp en Alemania y Mitshui, Mitshubisi y Yamaha en Japón.
Además, en EE.UU. el hombre de empresa era también filántropo. El filántropo entendía
que tenía que devolver a la sociedad parte de su riqueza a través de fundaciones en beneficio de
los más desfavorecidos de la sociedad. Hombres de empresa y filántropos destacados fueron
Carnegie, Ford, Morgan y Rockefeler.
Los hombres de empresa fundaron dinastías empresariales que han llegado a nuestros días.
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Nuevas potencias industriales.
EE.UU.
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Aparecieron los primeros sindicatos en EE.UU.: American Federation of Labor (1886)
e Industrial Workers of the World (1905).
Alemania.
Rusia.
Japón.
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La aparición de los zaibatsu, es decir, grandes conglomerados familiares-industriales:
Mitsui, Mitsubhisi y Yamaha.
Trend.
El ciclo trend hace referencia a la tendencia secular y tiene una duración aproximada de cien
años.
Kondratiev.
Su duración es variable, entre 50 y 60 años. Cada ciclo tiene dos fases: una fase A,
ascendente o de crecimiento, y una fase B, descendente o de crisis.
Kondratiev distinguió tres ciclos desde finales del siglo XVIII hasta las primeras décadas
del XX:
De 1789 a 1848, con dos fases:
o Fase A, (1789-1814). De crecimiento por: guerras de Convención y napoleónicas,
crecimiento demográfico, descubrimiento de nuevos yacimientos de oro y éxito de la
Revolución industrial.
o Fase B, (1814-1848). De crisis por: fin de las guerras, disminución del oro disponible e
inversiones para el despegue.
De 1848 a 1896, con dos fases:
o Fase A, (1848-1873). De crecimiento por: guerras de Crimea y de Secesión americana,
descubrimiento de nuevos yacimientos de oro en América del Norte y liberalización del
comercio mundial.
o Fase B, (1873-1896). Es la primera gran crisis del capitalismo por: fin de las guerras,
caída de los precios agrarios e industriales, subida de los salarios, llegada masiva a
Europa de productos extraeuropeos e inversiones para el despegue.
De 1896 a 1929, con una fase:
o Fase A, (1896-1929). De crecimiento por: expansión colonial de las potencias europeas,
guerras balcánicas, Primera Guerra Mundial y descubrimiento de nuevos yacimientos
de oro y piedras preciosas en África.
Juglar.
Su duración es variable, entre 7 y 10 años y los siente el gran público. El ciclo Juglar se
divide en cuatro fases:
Fase A, de auge. Se crean nuevas empresas y las que hay se renuevan.
Fase B, de crisis. La crisis es bursátil y crediticia y las empresas quiebran.
Fase C, de recesión. Se contrae la economía y la crisis se contagia de sector en sector
productivo con quiebra de empresas en cadena. La consecuencia es el ascenso del paro.
Fase D, de recuperación. Se toca fondo en la crisis y se inicia una nueva fase de auge.
Kitchin.
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Su duración es de 3 ó 4 años. Tiene carácter coyuntural. No hay quiebra de empresas, sólo
reajustes en la oferta y la demanda.
EL CAPITALISMO, 1730-1914.
PRÁCTICOS.
Práctico 1.
“Cada individuo intenta encontrar el medio más adecuado para invertir el capital del que
puede disponer. Lo que, sin ningún tipo de duda, se propone todo el mundo es su propio interés
(…).
“Generalmente nadie se interesa a priori por promover el interés público. (…). Ciertamente,
sólo se piensa en los beneficios propios (…). Todo hombre que no viole las leyes de la justicia,
tiene que ser perfectamente libre para elegir el medio que le parezca mejor para conseguir el
ideal de vida que quiere, y sus intereses. Los productos que crea tienen que poder salir a
competir con los de cualquier otro individuo (…).
“Según el sistema de la libertad de negocio, el soberano sólo tiene tres obligaciones
principales por las cuales se debe preocupar: la primera es la de proteger a la sociedad de la
violencia y de la invasión por parte de otras sociedades independientes; la segunda, proteger de
la injusticia y de la opresión a un miembro de la República ante cualquier otro que también sea
ciudadano, y establecer una justicia exacta entre sus pueblos; y la tercera, crear y mantener
ciertas obras y establecimientos públicos, no para el interés de un particular, o de unos cuantos,
sino que tiene que ser en interés de toda la sociedad; y aunque las utilidades recompensen
sobradamente los gastos del organismo general de la nación, no llegarían a satisfacer nunca esta
recompensa si las hubiera hecho un particular”
Smith, A.: Ensayo sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, 1776.
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Práctico 2.
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Práctico 3.
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Práctico 4.
“Se quiere privar a los campesinos sin tierras del derecho a disponer de los terrenos
comunales para alimentar su ganado. Este derecho permite engordar a las bestias y poderlas
vender a buen precio en el mercado, con cuyo beneficio el campesino puede mantener a su
familia durante los meses de invierno.
“El cercamiento de las tierras comunales provocaría el despoblamiento del campo, pues la
falta de trabajo obligaría a la gente a emigrar en masa a las ciudades industriales. Allí la
naturaleza del trabajo en el telar o en la forja reduciría su fortaleza, lo que llevaría a reducir su
descendencia y hasta les puede hacer olvidar el principio fundamental de obediencia a las leyes
de Dios”.
Petición de los pequeños propietarios y gentes con derecho de uso a las tierras comunales de
Middlesex, 1779.
“Las ventajas que se pueden derivar del cercamiento de las tierras comunales son muchas:
separar las tierras áridas de las húmedas, desecar estas tierras, abonar las agotadas y aumentar
con ellas la superficie cultivada (…).
“El nuevo ordenamiento de las tierras permitiría la cría de ganado de mejor raza.
Encerrando la manada se conseguiría mantener a un mayor número con la misma cantidad de
alimento (…), llegaría a los mercados una carne de mejor calidad y el precio se reduciría
notablemente.
“ (…). No faltará el trabajo: hay que cavar fosas, levantar cercas, plantar setos y árboles,
etc. Los artesanos del campo no estarán de brazos cruzados, porque habrá mucho trabajo para
ellos: construir fábricas, hacer caminos, puentes, (…).
“Con los nuevos sistemas de trabajo se podrá alimentar una población mayor”.
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Práctico 5.
“La invención y uso de la máquina de cardar la lana, que trae como consecuencia la
reducción de la mano de obra, inspira a los obreros un serio y justificado temor a convertirse
ellos y sus familias en una pesada carga para el Estado.
“Con sus propios ojos han visto que una sola máquina, atendida por una persona adulta con
la ayuda de cinco o seis niños, lleva a cabo el mismo trabajo que treinta hombres operando a
mano según el sistema antiguo (…).
“La introducción de la citada máquina tendrá como consecuencia casi inmediata el privar de
sus medios de existencia a la gran mayoría de los artesanos. Todos los negocios serán
acaparados por unos pocos empresarios poderosos y ricos (…)
“Las máquinas, cuyo uso lamentan los peticionarios, se multiplican rápidamente por el
reino, experimentándose ya cruelmente los efectos de esa situación: un gran número de obreros
se encuentran sin trabajo y sin pan”.
“El rápido y prodigioso crecimiento de las manufacturas de este país en los últimos años es
universalmente conocido, así como los efectos que dicho crecimiento ha tenido sobre nuestra
renta y fortaleza de la nación (…) llevando hasta el máximo el principio de la división del
trabajo, apelando a todos los recursos de la investigación científica y de la innovación técnica
(…) perfeccionando las manufacturas existentes y añadiendo otras nuevas, abriendo al mismo
tiempo nuevos mercados para los productos de nuestra industria y de nuestro comercio.
“Sólo por estos medios y, sobre todo -la Comisión debe repetirlo-, por los efectos de la
maquinaria en la mejora de la calidad y en el abaratamiento de la fabricación de nuestros
diversos artículos exportables (…) nuestro comercio y nuestras manufacturas han crecido
también en un grado tal que supera a los cálculos más optimistas”.
Informe del Comité sobre el estado de las manufacturas laneras en Inglaterra, 1806.
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Práctico 6.
“El más importante de los primeros industriales del algodón fue sir Robert Peel (1750-
1830), que cuando murió dejó una fortuna de casi un millón y medio de libras (…) y un hijo a
punto de ser nombrado primer ministro. Los Peel eran una familia de campesinos (…) de
Lancashire que combinaron la agricultura con la producción textil doméstica desde mediados
del siglo XVII.
“El padre de sir Robert (1723-1795) aún vivía de los productos del campo, y no fue a vivir a
la ciudad de Blackburn hasta el año 1750, fecha en que todavía no había abandonado totalmente
los trabajos agrícolas. Tenía algunos conocimientos no técnicos y un cierto ingenio para los
proyectos sencillos y para la invención (…). Además, tenía tierras, de un valor aproximado de
2.000 a 4.000 libras esterlinas, que hipotecó a principios de la década de 1760 para conseguir
una empresa de estampado de indianas con su cuñado Haworth y un tal Yates, que fue quien
aportó el capital, con los ahorros acumulados gracias a los negocios familiares como posaderos
en el Black Bull (…).
“Empresario de notable energía, sir Robert no tuvo dificultades para obtener capital
adicional, asociándose con algunos prohombres locales que deseaban invertir en la creciente
industria o que, sencillamente, tenían ganas de contribuir económicamente en las nuevas
ciudades y en los sectores de actividad industrial. La empresa, con sólo la sección de
estampados, obtuvo beneficios tan rápidamente, sobre las 70.000 libras anuales durante
períodos muy largos, que no necesitó nunca más capital. (…).
“Entre los lluviosos campos de Lancashire surgió así, con una notable rapidez y facilidad,
un nuevo sistema industrial basado en una nueva tecnología (…). En las décadas posteriores a
las décadas napoleónicas, los viejos elementos de la nueva industrialización fueron
retrocediendo gradualmente y la industria moderna pasó a ser, de conquista de una minoría
pionera, a la norma de vida de Lancashire. El número de telares mecánicos de Inglaterra pasó de
2.400 en 1813 a 55.000 en 1829, 85.000 en 1833 y 224.000 en 1850, mientras que el número de
tejedores anuales, que llegó a alcanzar un máximo de 250.000 en 1820, disminuyó hasta unos
100.000 en 1840 y a poco más de 50.000 a mediados del decenio de 1850. A pesar de esto, sería
insensato menospreciar el carácter todavía relativamente primitivo de esta segunda fase de
transformación y la herencia de arcaísmo que dejaba atrás”.
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Práctico 7.
“Hoy, todas nuestras operaciones se inspiran en estos dos principios: ningún trabajador debe
tener que hacer más de una cosa; siempre que sea posible, ningún hombre debe tener que
pararse (…). El resultado neto de la aplicación de estos principios es reducir en el obrero la
necesidad de pensar y reducir sus movimientos al mínimo (…). El hombre no debe tener un
segundo menos de lo que necesita, ni un segundo más (…). El hombre que coloca una pieza no
la fija: la pieza no puede estar completamente fijada hasta que no intervengan más obreros. El
hombre que coloca un perno no coloca la tuerca. El hombre que coloca la tuerca no la atornilla”.
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Práctico 8.
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