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Partes de la fórmula
Se diferencian las partes ordinarias, que son aquéllas, que normalmente se encuentran en
las fórmulas, y las extraordinarias o accesorias, que son las que pueden agregarse a
cualquier clase de fórmula.
Partes ordinarias
• Nombramiento del juez elegido o de los jueces recuperadores
• Intentio. Es aquella parte de la fórmula en la que se expresa el derecho que pretende el
demandante. Esta intentio in ius concepta puede ser a vez certa o incerta. Será cierta
cuando el demandante pueda concretar su deseo, su petición.
• Demonstratio o designación. Es aquella parte de la fórmula que se inserta siempre al
principio de la misma, para designar el asunto de la demanda. Se concreta en una fase que
comienza con la expresión: puesto que (Quod). La demostratio aparece sólo cuando la
intentio sea incierta. ¿Cuándo es siempre cierta? Reclaman deudas de dinero o cosas que
se pueden medir o contar. Incierta: el demandante no puede concretar lo que pide. Pido que
se me de todo aquello en base al contrato concertado
• Condemnatio. Es aquella parte de la fórmula en la que se otorga al juez la facultad de
condenar o de absolver. Esa condena puede ser un taxatione: el pretor ordena al juez que
perdone hasta una cierta cantidad o puede ser una condennatio cum beneficium
competentia. El juez mayor libertad hasta no dejar al condenado en situación de indigencia.
En el procedimiento formulario la condemnatio consiste siempre en una cantidad de dinero.
Pero había casos de una condemnatio en cantidad incierta que el juez debe determinar
según las pautas que le ordena el magistrado en la fórmula y mediante una estimación.
Partes extraordinarias de la fórmula
• Excepción, exceptio, es una parte de la fórmula que permite al demandado oponer a la
acción del demandante una alegación, de hecho o de derecho, que rechaza o la paraliza.
• Praescriptio, destinada a limitar o concentrar el objeto del litigio. Se inserta al principio de
la fórmula
Acciones civiles y honorarias: las primeras creadas por el Derecho civil y a las que solo
podían recurrir los ciudadanos romanos (por ejemplo la reivindicatio); las segundas surgidas
de la inclusión por los ediles curules en sus edictos y sobre todo por la obra de los pretores,
que las incorporaban en sus edictos anuales.
La cláusula arbitraria servía para lograr la cosa que el accionante quería recuperar y no
una suma de dinero equivalente. Se insertaba en todas las acciones reales.