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SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

Monición de entrada:
¡Feliz Navidad, hermanos y hermanas! Hoy celebramos con gran alegría, la solemnidad del
Nacimiento de Jesús. La Palabra de Dios se hizo carne y vino a vivir entre nosotros, para
acompañarnos en el camino de la vida. El nacimiento de Jesus nos obliga a transformar, iluminar
y tratar de regenerar nuestra realidad. Empecemos esta celebración cantando con alegría.

Primera lectura: Is 52, 7-10.


El mensaje del profeta Isaías describe la realeza de Dios que viene a nosotros, encarnada hoy en
el Niño Jesús. Los pastores le contemplan y proclaman un evangelio de paz, de felicidad y de
salvación: porque nuestro Dios reina. Dichosos los que proclaman la paz y la felicidad, porque
ellos serán llamados hijos de Dios. Escuchemos

Segunda lectura: Hb 1, 1-6.


En el texto que a continuación escucharemos, tomado del escrito a los hebreos, el autor nos dice
que Dios e su infinito amor habló con nosotros por medio de su Hijo, palabra definitiva de Dios.
Cristo es la Palabra o Revelación del Padre. El es la Verdad y el Camino hacia el Padre.
Escuchemos.

Santo Evangelio: Jn 1, 1-18.


La lectura evangélica de hoy es un himno a la Palabra que existía en el Padre desde el principio.
La Palabra de Dios se hizo ser humano como nosotros, para traer luz y vida a todo el mundo. Y a
los que le recibieron y creyeron en su nombre les fue dado el ser hijos de Dios. Les invito a que
se pongan de pie, para escuchar con atención este bello mensaje, pero primero cantemos el
Aleluya.

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