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Cómo comer para rendir en la

cama medieval
GASTROHISTORIAS

El anónimo 'Speculumal foder' explicaba cuáles eran los


alimentos más apropiados para aumentar la potencia carnal
ANA VEGA PÉREZ DE ARLUCEALunes, 3 agosto 2020, 09:28

Aunque Albafumet afirme que los libros que hablan de sexo son muy
abundantes, yo nunca hallo ninguno que me satisfaga sino que los encuentro
desviados y dispersos, de manera que hacen más daño que provecho». Aquí he
pecado yo de fina porque la cita original en vez de emplear las palabras sexo,
coito, consumar, ayuntar, copular o incluso fornicar lo que dice es, simple y
llanamente, joder. Con perdón, esa es la traducción literal de 'foder', antiguo
verbo romance que no necesita mucha explicación y que procede a su vez del
latín 'futuere', un vulgarismo que tal y como ustedes se imaginarán venía a
significar mantener relaciones sexuales en su variante más gráfica y tosca.

El libro del que les vengo a hablar hoy &ndashy del que procede la primera frase
del artículo emplea sin sonrojo alguno la expresión 'foder', alegre y
abundantemente, prueba de que su autor no se andaba con contemplaciones
mojigatas. Titulado 'Speculum al foder' (El espejo del joder), se trata de un
manual medieval sobre el arte amatorio con consejos, prácticas y posturas
sexuales. La Edad Media no fue un período tan gazmoño como solemos pensar y
aunque tanto la Iglesia como las convenciones sociales intentaran reducir los
encuentros sexuales a la mera procreación o al pecado, también hubo quien pensó
que se debía «hablar sobre este tema bien y cumplidamente, para que pueda
entenderlo todo aquel a quien le interese y que, además, también puedan
aprovecharse los físicos, cirujanos y muchas otras gentes».
Inscrito en la clásica tradición de los tratados o regimientos de sanidad, el
'Speculum al foder' es una especie de 'Todo lo que siempre quiso saber sobre el
sexo y nunca se atrevió a preguntar' pero en versión bajomedieval, una guía
sexológica escrita para hombres de la que se conservan en la Biblioteca Nacional
de España dos copias manuscritas del siglo XV y que fue redactado en catalán a
partir seguramente de fuentes árabes.

De ahí la referencia a un supuesto experto de nombre tan arábigo como


Albafumet, o el dictamen de que las mujeres eran más nobles y bellas cuantos
más negros tuvieran el pelo, las cejas, las pestañas y los ojos. El ideal de belleza
mediterráneo y la voluptuosidad del mundo musulmán también estuvieron
presentes en el famoso 'Liber de coitu' de Constantino el Africano, obra del siglo
XI de la que el 'Speculum' fue directa heredera.

Particularidades
Sin embargo el manuscrito catalán tiene varias particularidades. La primera, que
observó el acto sexual como algo natural e intrínsecamente humano, sin asomo
de suspicacias religiosas ni morales. La segunda, que incluye un capítulo sobre
las preferencias femeninas y los distintos modos de enamorar y satisfacer a las
mujeres. Y la tercera y más relevante para nosotros, que el 'Speculum' se explaya
largo y tendido sobre los alimentos y recetas culinarias que según su autor
aumentaban la libido, formando un auténtico libro de cocina afrodisíaca con todo
tipo de indicaciones acerca de las viandas que en teoría ayudaban a producir
esperma, fortalecían el vigor carnal o incrementaban la pasión.

Entonces se creía que el coito resecaba y debilitaba el cuerpo, de manera que


siguiendo los postulados de la teoría hipocrática o de los humores para rendir
convenientemente en la cama había que equilibrar la balanza llevando una dieta
caliente y húmeda. A ser posible había que procurarse «comidas a base de pan de
trigo, carne de cordero y vino rojo dulce; sus especias serán jengibre, canela y
pimienta larga; no debe comer cosas agrias, ni saladas, ni ásperas». Las yemas de
huevo, el pan fresco de trigo y el caldo de carne o jugo de asados convenían
especialmente a los hombres «que desfallecen después de joder», mientras que
para fortalecer y aumentar el esperma lo importante era que los alimentos
tuvieran tres características: humedad, calentura y ventosidad.

«La vianda que reúne estas tres cualidades es muy buena, de manera que debes
tomarla; si no tiene las tres que tenga dos y come además otra que tenga lo que
falta». Eran perfectos por ejemplo los garbanzos, los nabos y las zanahorias; las
habas un poco menos, cuestión que se podía arreglar condimentándolas con
jengibre, pimienta, simiente de zanahoria y orégano.

El 'Speculum' receta cosas tan literales como los testículos de asno salvaje o
penes de novillo, pero también remedios más disimulados y apetecibles como
garbanzos cocidos, puerros, cebollas, calabazas, rúcula, avellanas, nueces,
pistachos, piñones, leche de vaca, vino o carne de cordero, palominos, ánades o
perdices, además de especias entre las que figuraban el anís, el fenogreco, el
jengibre, la pimienta larga y la alcaravea. No faltan entre sus páginas panaceas
tan horrendas como ungüentos hechos de sanguijuelas asadas o lombrices
molidas, pero alguna de sus recetas no están nada mal.

De hecho una se parece sospechosamente a la leche merengada, así que por


tomarla nadie se va a envenenar. «Medicina muy probada que aumenta el semen,
da fuerza y endereza la verga mucho y fuertemente: toma dos litros de leche
fresca de vaca, añádele una onza y media de canela bien molida y déjalo reposar.
Bébelo en ayunas y durante el día en vez de agua, hasta que se acabe». Por
probar no pasa nada.

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