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PRIMER ACTO

En la lujosa habitación de un palacio, Melchor, el


rey sabio de Europa, se encuentra observando las
estrellas, cuando nota algo extraño en el cielo.
Melchor: ¿Qué es esa extraña estrella que parece
resplandecer más que las otras? Nunca antes la
había visto.
Saca un papiro y lo observa con cuidado.
Melchor: Los escritos de astrología no mencionan
nada sobre ese astro.
Se acerca a la ventana y se queda observándolo,
dubitativo.
Melchor: Esto debe ser una señal. Será mejor que
me prepare para hacer un largo viaje.
Se pone su capa y sale de escena.
SEGUNDO ACTO
Melchor vuelve a entrar en escena, que ahora
muestra un paisaje desértico, con la misma estrella
brillando en el cielo. Hay otros dos hombres
vestidos con túnicas coloridas, uno de piel oscura y
el otro con pelo claro y rasgos asiáticos.
Melchor: Buenas noches, señores. ¿Qué hacen en
una noche como esta a mitad del desierto?
Gaspar: Buenas noches. Venimos siguiendo la
estrella que ha aparecido en el cielo.
Melchor: ¿Ustedes también se han dado cuenta?
Baltasar: Así es. Yo soy Baltasar, vengo de África.
Gaspar: Y yo soy Gaspar, vengo de Asia.
Melchor: Yo soy Melchor y he venido de Europa.
¿Por qué están siguiendo esta estrella?
Gaspar: Porque una profecía ha sido escrita en el
firmamento. Esta noche ha nacido un niño que se
convertirá en el rey de reyes.
Baltasar: Este niño es nada menos que la
reencarnación de Dios y algún día, va a entregarse
para salvar a la humanidad de sus pecados,
demostrando el amor incondicional que él nos
tiene.
Melchor: ¡Qué grande es Dios! Sabía que algo
importante estaba pasando. Yo también he venido
siguiendo a esta estrella desde mi palacio.
Baltasar: Entonces ven con nosotros, la estrella de
Belén nos guiará hasta él para adorarlo.
Gaspar: Le llevamos regalos para celebrar su
nacimiento.
Los tres se ponen en camino y salen de escena.
TERCER ACTO
Los tres reyes magos llegan hasta un humilde
pesebre, en donde una pareja vestida de forma
sencilla se encuentra velando a un pequeño bebé,
que yace en un cajoncito con heno y sábanas.
Melchor (asombrado): Era verdad lo que nos
indicaba la estrella, ha nacido el rey de reyes.
Los tres se acercan y se arrodillan delante del niño.
Baltasar: Los saludamos, somos los tres reyes de
Oriente y hemos venido a alabar a Dios hecho
hombre.
Gaspar: Trajimos algunos obsequios para honrarlo.
Melchor deposita un cofre lleno de monedas de oro
en el suelo.
Melchor: Yo he traído oro, para reconocer su
condición de rey.
Gaspar abre otro cofrecito, con varitas de incienso.
Gaspar: Yo le he traído incienso, para reconocerlo
como Dios.
Baltasar abre un pequeño contenedor con aceite.
Baltasar: Y yo le traigo mirra, porque se ha
convertido en hombre, igual que todos nosotros.
María y José sonríen.
José: Les agradecemos infinitamente por estos
presentes, su corazón es muy noble.
María: Que Dios les bendiga y les permita llevar
felicidad a otros niños eternamente.
FIN

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