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Resumen Sociales

46.
En Guaviare, Putumayo, Caquetá, gran parte del Meta, Catatumbo y
la Bota Caucana, el comercio giraba entornó a los cultivos de coca, detrás
de esta economía no solo estaban los narcotraficantes y la guerrilla, también
había más de un millón de personas como los cultivadores, raspadores,
cocineros y comerciantes y prestadores de toda clase de servicios. La
mayoría de esta gente eran campesinos y trabajadores agrarios expulsados
por la violencia de esa época.
Los narcotraficantes comercializaban la cocaína hacia el exterior
desde los puertos que ellos controlaban, el dinero ingresaba a Colombia
como contrabando y se lavaba en negocios ilegales.
Muchos campesinos al ser detenidos, perseguidos o torturados por su
condición de cocaleros, algunos prefirieron ingresar a la guerrilla.

En las últimas dos décadas se ha visto un crecimiento de los cultivos de


coca especialmente en la zona sur del país. La siembra causó deforestación.
Muchas personas que antes eran recolectores de café, algodón o cereales
vivían de estos cultivos.

Las FARC-EP eran reguladores del precio de la coca que se vendía a


los intermediarios de la mafia.

Estados Unidos insistió en que las FARC-EP mantenían una estrecha


relación con el negocio de la cocaína.

Ernesto Samper defendió la legalización de la marihuana, además


impulsó las fumigaciones con glifosato. Inició una campaña contra los
insumos que se usaban para la transformación de coca en cocaína
(Gasolina, éter, cemento)

Las fumigaciones comenzaron en 1991 y a finales de 1993 se dio vía


libre de aspersión aérea en todo el país. Desde entonces la ONU se encargó
del monitoreo del crecimiento y/o disminución de los cultivos.
Tres décadas después se ha demostrado que estas fumigaciones
causaron una ruptura entre el Estado y las comunidades, además esta
estrategia no logró frenar los cultivos, ni el narcotráfico.

El 2 de Noviembre de 1995, el presidente Ernesto Samper decretó el


Estado de conmoción interior debido al asesinato de Álvaro Gómez. La
medida se prolongó por ocho meses y se emitieron nueve decretos en el
que se le otorgaba la facultad a la fuerza pública para controlar Guaviare,
Vaupés, Meta, Vichada y Caquetá. Esto abriría las puertas a los militares a
una guerra contra la droga.

A un mediano plazo ocurrió un “efecto balón”, que consistió en que


los cultivos cambiaron de lugar e incluso se expandieron en pequeñas
parcelas que se mezclaban con cultivos de pancoger (Como frijoles, yuca,
plátano, etc.)

Samper reconoció que las fumigaciones fueron un error.

No solo se ha perseguido al campesino cultivador, también la


criminalización del consumo, el porte y el comercio de estupefacientes,
establecida en la Ley 30 de 1986. Desde 1994 la Corte Constitucional declaró
legal el porte de una dosis mínima de sustancias psicotrópicas.

La población carcelaria por delitos de drogas incrementó en un 289%

Las marchas campesinas cocaleras fueron las respuestas a las


acciones del Estado, generaron graves enfrentamientos con la fuerza
pública y terminaron una negociación entre los campesinos y el Gobierno.
Las FARC-EP atacaron bases del ejército del sur del país y causaron fuertes
golpes.

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