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IDEAS A DESTACAR:
Dios rompe nuestros esquemas. Dada nuestra mentalidad de pagar y corresponder de
acuerdo a lo trabajado y recibido, nos cuesta entender que Dios sea tan bueno como lo
pinta Jesús en esta parábola. Y aún si lo aceptamos así, descartamos, por imposible, que
nosotros podamos parecernos a Él en las relaciones con los demás. Sentimos que está
bien para Dios, pero que a nosotros no se nos puede pedir tanto.
El dueño de la viña acuerda con los primeros jornaleros un salario justo por su trabajo. Un
denario permitía a un trabajador cubrir las necesidades de su familia suficientemente por
un día. Por tanto, estamos ante un proceder justo.
Hay que señalar que no eran los dueños los que salían a contratar empleados para el
trabajo de la viña. Eso lo hacían sus capataces. El hecho de que fuera el propio dueño el
que saliera a la plaza y por cinco veces, nos muestra su interés y empeño porque los
jornaleros, contratados o no, padres de familia seguramente todos, pudieran llevar a sus
casas el pan para sus hijos. El dueño de la viña no quiere ver a nadie sin trabajo porque
no quiere ver ninguna familia sin sustento.
Hoy nuestra sociedad funciona en base a rendimientos y beneficios. Y de esa mentalidad
participamos también nosotros. No tiene sentido pagar a los últimos lo mismo que a los
primeros. Al hombre de hoy no le tiembla la mano cuando para obtener mayores
beneficios deja sin trabajo a un número determinado de obreros, por ejemplo.
El criterio de Dios no es pagar por el trabajo, sino dar lo necesario para vivir con dignidad.
Menos mal que así es Dios con nosotros. Si los dones y bienes que de Él recibimos
dependieran de nuestros méritos, estaríamos en la precariedad e indigencia más
absoluta. Para Dios no es lo mismo equidad que igualdad. La igualdad puede ser una
forma de injusticia, en tanto la equidad es dar a cada quien según su necesidad. No todos
necesitamos lo mismo.
Nos cuesta creer y aceptar que Dios sea así, y que lo sea con nosotros. Él siempre va
mucho más lejos, es mucho más generoso que nosotros, a menudo tan raquíticos.
MOMENTO DE ORACION:
Hoy, en un nuestro tiempo de oración personal nos identificamos con los trabajadores que
han sido contratados a última hora y le damos gracias por ser tan generoso con nosotros.
Nos identificamos también con los primeros jornaleros contratados y pedimos perdón por
nuestras quejas contra Dios.
- PADRE NUESTRO Y PAZ
- CASA MISION: La casa-misión para el próximo encuentro será…..