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Actual sede del Museo Serrano, la historia no contada

Parte II

La nota anterior finalizó mencionando las reparaciones efectuadas en el


edificio en el año 1887, que no solucionaron los problemas estructurales del
mismo y por tal motivo sus efectos fueron de corta duración.
El 23 de julio de 1891 el entonces director de la Escuela Sarmiento, R.
Zabalía, dirige al Directos del C.G.E, un pedido urgente de reparaciones en
el edificio: “Sabidas son las condiciones en que se encontraba el edificio
cuando se refaccionó (...) hoy vuelven a aparecer las mismas siluetas,
principian por lloverse todos los techos produciendo rasgos en los cielo –
rasos por el peso del agua; los caños están rotos y algunos despegados; los
escusados destinados a las niñas, completamente impedidos de servir...”
Por ley del 24 de octubre de ese mismo año, se autoriza el PE a “ceder al
Gobierno Nacional el edificio de la provincia, ubicado en la Plaza “Gral.
Alvear” y actualmente ocupado por la Escuela “Sarmiento”, con cargo a
establecer en él el Colegio Nacional, hasta tanto el Superior Gobierno de la
Nación haga construir un edificio con ese objetivo.”En el artículo segundo se
autoriza al PE a arrendar una casa para establecer en ella la Escuela
“Sarmiento”.
El Colegio Nacional, creado por la provincial en febrero de 1889 y
nacionalizado en julio de ese año, se traslada a su nuevo local en marzo de
1892, al finalizar el contrato que por tres años se había firmado con el Dr.
Febre por la casa de su propiedad, sita en el terreno que hoy ocupa el
pensionado Santa María, en calle Buenos Aires.
Al ampliar la foto que acompaña este artículo, localizada en la Fototeca del
Museo Histórico “M. Leguizamón”, vemos sobre la única puerta de su
fachada modificada y tal como hoy la conocemos, un cartel que dice “Colegio
Nacional”. Ese dato, sumado a otro obrante en el libro “Historia Eclesiástica
Entre Ríos”, de J.A. Segura, que indica que en septiembre de 1896 se
estaba construyendo la casa parroquial de la Iglesia San Miguel, espacio
vacío en la foto, permite datar a ésta como tomada entre marzo de 1892 y
septiembre de 1896.
Es factible que las reparaciones y modificaciones fueran realizadas con el
fin de habilitar el edificio para su nuevo destino: el Colegio Nacional.
La foto nos muestra que el blanco original de sus paredes ha sido cambiado
por un tono oscuro, con mochetas claras. Otras tomas de la misma época
permiten observar los techos de tejas; los tapiales que daban al Este y al
Oeste, sobre los cuales sobresalen los dinteles de las ventanas, dato
indicativo que los patios laterales seguían existiendo.
Es lícito inferir que el proyecto original, que fuera descrito en la nota
anterior, sin los elementos italianizantes que ahora sabemos fueron
introducidos con posterioridad, respondiera al estilo que caracterizó la
etapa de la Confederación. Son evidentes sus similitudes con las fachadas
del Senado de la Confederación, hoy Colegio del Huerto, y la de la demolida
Cámara de Diputados de la Confederación, con el enorme triángulo sobre la
puerta principal, situada sobre calle Corrientes, hoy predio ocupado por la
Escuela Normal.
La fachada del edificio de Carlos Gardel 62, tal como hoy la conocemos y
como se ha incorporado a la historia de la ciudad, tardó al menos 20 años en
alcanzar esa fisonomía, desde el inicio de la construcción, aproximadamente
en diciembre de 1872 a marzo de 1892, fecha tentativa.
Es probable que al trasladarse allí el Colegio Nacional hayan estado
habilitadas sus dos alas, incluyendo el salón del Oeste, hasta entonces
nunca utilizado como aula por su situación precaria.
El entorno que rodeaba el edificio, al comenzar a funcionar allí el Colegio
Nacional, era muy diferente del que podía apreciarse en la década de 1870.
La plaza Alvear había dejado de ser una sucesión de cúmulos de tierra por
donde pasaba el tranway, para transformarse en un hermoso paseo. Las
sucesivas memorias de la Municipalidad, obrantes en el Archivo General de
la Provincia, Div. Gobierno, dan cuenta de esa transformación, comenzando
por el levantamiento de la línea del tranway; la nivelación del terreno de la
plaza en el año 1880 y la colocación de árboles y de alumbrado público en el
Paseo Rivadavia ese mismo año.
La Memoria correspondiente a la gestión municipal del año 1882, informa: “A
principio de año quedaron terminadas las obras de adorno y emvellecimiento
(sic) de la Plaza General Alvear (...) La Plaza Alvear con sus anchas veredas,
en forma elíptica y circular, vestida de árboles en sus contornos, dotada de
alumbrado público sobre elegantes pilares con faroles en forma de
candelabros y un regular número de escaños para asientos, presenta un
aspecto sorprendente hasta por la inminencia en que se encuentra sirviendo
de principal recreo especialmente en las noches de verano...”
La fuente en su centro fue colocada en enero de 1889. Ese mismo año
tomaron impulso las obras de finalización de la Iglesia San Miguel, cuyo
frente se ve recientemente terminado en la foto que ilustra esta nota.
El Colegio Nacional ocupó el edificio hasta que se terminó su sede propia, en
el año1914.
A partir de 1924 y merced a una donación con cargo que realiza el Gobierno
Provincial a favor de la Nación, se instalará allí la Subintendencia de Guerra
de la Segunda Región Militar.
Desde octubre de 1995 es sede del Museo de Ciencias Naturales y
Antropológicas “Prof. Antonio Serrano”, gracias a una fuerte demanda de la
sociedad que encontró eco y apoyo en las autoridades, sin distinciones. El
viejo edificio volvió a ser caja de resonancia de voces infantiles, un destino
que le pertenece por derecho propio, por mandato de origen y de lucha más
que centenaria, la que aún lo mantiene en pie.
Para entender el presente es necesario bucear en el pasado porque se ama y
se defiende aquello que se conoce.

Prof. Amelia Sastre de Beghetto


Investigadora Patrimonio Histórico
Museo “Antonio Serrano”

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