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SOLUCIONES ORIENTATIVAS
CASO 1
Sí, se trata de un acto administrativo, toda vez que reúne los elementos básicos que, a
priori, son necesarios para afirmar que estamos en presencia de un acto administrativo: a)
es una decisión concreta de la Administración pública en ejercicio de sus competencias y
potestades, b) con eficacia jurídica frente a terceros, c) sujeta a Derecho administrativo, d)
de carácter formal (pues se debe adoptar siguiendo los trámites del procedimiento
administrativo) y e) que puede traducirse en un mandato, en una prohibición, en la
imposición de un deber o, como sucede en el presente supuesto, en el reconocimiento de
un derecho.
En otras palabras, se trata de un acto administrativo por cuanto implica una operación
jurídica de aplicación de la norma al caso concreto, realizada por el órgano administrativo
competente y con un destinatario que llamamos interesado (SEÑOR A), que es quien
soporta los efectos favorables de la decisión administrativa en que se traduce el presente
acto administrativo.
Según la Ley de procedimiento administrativo, artículo 14.1, las personas físicas pueden
elegir en todo momento si se comunican con las Administraciones Públicas para el ejercicio
de sus derechos y obligaciones a través de medios electrónicos o no, con la salvedad de
que estén obligadas a relacionarse a través de medios electrónicos con ellas. Estarán
obligadas a ello cuando, como expresa el 14.3, las Administraciones lo establezcan
reglamentariamente. En efecto, “las Administraciones podrán establecer la obligación de
relacionarse con ellas a través de medios electrónicos para determinados procedimientos y
para ciertos colectivos de personas físicas que por razón de su capacidad económica,
técnica, dedicación profesional u otros motivos quede acreditado que tienen acceso y
disponibilidad de los medios electrónicos necesarios”.
La misma redacción se da (en el artículo 16.5) a la posibilidad de regular
reglamentariamente la obligación de presentar determinados documentos por medios
electrónicos. Asimismo, el artículo 41.1 prevé la posibilidad de que vía reglamento se
establezca la obligación de practicar electrónicamente las notificaciones cuando concurran
las mismas circunstancias.
En la exposición de motivos de la Orden CNU/1117/2018, de 8 de octubre, que aparecía
como normativa a consultar para la resolución del caso práctico, se explicita que -en el
contexto en el que nos movemos-, “puede garantizarse que el colectivo que aspira a la
obtención de su evaluación o informe y su certificación, para su contratación como personal
docente e investigador universitario, cuenta con el grado de cualificación académica y
profesional necesarios y dispone de medios electrónicos adecuados para presentar la
solicitud y la documentación requerida, así como para recibir las notificaciones necesarias
de la Secretaría General de Universidades, conforme a lo establecido en el Real
Decreto 1052/2002, de 11 de octubre”.
Esta Orden constituye la disposición reglamentaria que convierte en obligatoria la
relación telemática del profesorado universitario con esta Administración, tal y como reza
su artículo 1 dedicado a su objeto que es el de “Establecer el uso obligatorio de medios
electrónicos en la presentación de solicitudes y en las comunicaciones con la Secretaría
General de Universidades para la obtención de la certificación de la evaluación o informe a
efectos de poder ser contratado como personal docente e investigador universitario, de
acuerdo con las previsiones de la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de
Universidades y según el procedimiento establecido en Real Decreto 1052/2002, de 11 de
octubre, por el que se regula el procedimiento para la obtención de la evaluación de la
Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, y de su certificación, a los
efectos de contratación de personal docente e investigador universitario. Asimismo se
establece para el interesado la obligatoriedad en la recepción de notificaciones electrónicas
de la Secretaría General de Universidades en el citado procedimiento”.
El artículo 47 de la LPAC establece que son nulos de pleno derecho, entre otros, los
actos de las Administraciones Públicas que sean constitutivos de infracción penal o se
dicten como consecuencia de ésta (d) y los actos expresos o presuntos contrarios al
ordenamiento jurídico por los que se adquieren facultades o derechos cuando se
carezca de los requisitos esenciales para su adquisición (f).
El procedimiento que debería seguir la Administración para eliminar la existencia de
este acto viciado de nulidad sería la revisión de oficio.
La revisión de oficio se regula en el artículo 106 de la LRJPAC y prevé que las
Administraciones Públicas, en cualquier momento, por iniciativa propia o a solicitud de
interesado, y previo dictamen favorable del Consejo de Estado u órgano consultivo
equivalente de la Comunidad Autónoma, declaren de oficio la nulidad de los actos
administrativos (art. 47.1) que hayan puesto fin a la vía administrativa (que no hayan sido
recurridos en plazo).
Si bien este procedimiento, una vez iniciado por la Administración, no puede superar
los seis meses -porque el transcurso de dicho plazo produce su caducidad-; hay que
recordar que no existe un plazo concreto que limite la potestad de revisión de oficio (la
acción de nulidad no prescribe: “las Administraciones públicas podrán revocar “en
cualquier momento”) aunque en la práctica es de aplicación establecido el artículo 110
sobre los límites de la revisión: “Las facultades de revisión establecidas en este Capítulo, no
podrán ser ejercidas cuando por prescripción de acciones, por el tiempo transcurrido o por
otras circunstancias, su ejercicio resulte contrario a la equidad, a la buena fe, al derecho de
los particulares o a las leyes”.
CASO 2
6) ¿Qué medio de ejecución forzosa podría emplear la Administración para conseguir que
se realicen las obras en el restaurante si el Sr. B no lo hace en el plazo indicado? ¿Lo
sería, de entrada, el apremio sobre el patrimonio?
Por eso, las Administraciones Públicas no pueden iniciar ninguna actuación material de
ejecución que limite derechos de los particulares sin que, previamente, haya sido
adoptada la resolución que le sirve de fundamento jurídico (artículo 97.1 LPAC).
1) Apremio sobre el patrimonio: Este método de ejecución forzosa procede cuando el acto
administrativo impone al interesado la obligación de satisfacer una cantidad líquida
(artículo 101 LPAC), como, por ejemplo, el pago de una multa o de una tasa. En
cualquier caso, no se puede imponer a los administrados una obligación pecuniaria que
no se encuentre establecida en una norma con rango de ley.
2) Ejecución subsidiaria: Procede cuando el acto administrativo impone una obligación de
hacer que no sea personalísima (artículo 102 LPAC); por ejemplo, una orden de
demolición de obras sin licencia o la retirada de una antena de telefonía móvil.
La ejecución subsidiaria consiste en que la Administración realiza el acto a costa y
en sustitución del obligado, (i) por sus propios medios o (ii) a través de terceros.
3) Multa coercitiva: La multa coercitiva consiste en exigir obligaciones pecuniarias
adicionales a la obligación principal y reiteradas en el tiempo, con el objetivo de vencer
la resistencia del interesado y obligarle, mediante su acumulación, a cumplir
voluntariamente lo dispuesto en el acto administrativo. Pese a la denominación de
“multa”, no tiene naturaleza sancionadora, por lo que, para su imposición, no es
necesario tramitar ningún procedimiento sancionador, siendo independiente de las
eventuales sanciones que puedan imponerse y compatible con ellas.
8) En relación con la incoación del primer expediente (pequeñas obras de derribo) ¿Cuál
hubiera sido la consecuencia jurídica de no resolverse el procedimiento iniciado dentro
del plazo establecido por la norma? ¿por qué?
9) Estando ausente el Sr, B. cuál de estos sujetos cree que pudo haberse hecho cargo de
la notificación de la multa en su domicilio: 1) su hijo Manuel de 13 años 2) el amigo de
Manuel, Izan, de 16, con el que se encontraba jugando a la Play, 3) Lucía, la pareja
sentimental del Sr. B.
Si ninguno de los que se encontraban en el domicilio hubiera querido hacerse cargo
de la misma ¿se tendría por practicada la notificación?
10) El Sr. B quiere recurrir la multa de tráfico y, puesto que sois vecinos y sabe que está
estudiado Derecho en la UOC, acude a usted en busca de asesoramiento. Usted
Investiga un poco y da con un dato cuya importancia debe valorar: según la normativa
de tráfico, la competencia para sancionar las infracciones cometidas en travesías
Semestre septiembre 2021-febrero 2022 6
73.525 - DERECHO ADMINISTRATIVO I
PEC 4
En efecto, en el anexo 1, apartado 71. del Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre,
por el que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a
Motor y Seguridad Vial se define una “travesía” como un tramo de carretera que discurre
por poblado y, según el artículo 84 de la misma norma, la competencia para sancionar las
infracciones cometidas en vías interurbanas y travesías corresponde al Jefe de Tráfico de la
provincia en que se haya cometido el hecho.
Podría sustentarse, entonces, que se trata de un caso de nulidad del acto
administrativo por ser dictado por órgano manifiestamente incompetente.
Siendo así, podría aconsejar a su vecino interponer un recurso administrativo; en
concreto el recurso potestativo de reposición (por ser dictado por un órgano que no tiene
superior jerárquico + art. 96 del Real Decreto Legislativo 6/2015) puesto que como sabéis,
el artículo 112.1 de la LRJPAC establece que contra las resoluciones y los actos de trámite,
si estos últimos deciden directa o indirectamente el fondo del asunto, determinan la
imposibilidad de continuar el procedimiento, producen indefensión o perjuicio irreparable a
derechos e intereses legítimos, podrán interponerse por los interesados los recursos
ordinarios, que cabrá fundar en cualquiera de los motivos de nulidad o anulabilidad previstos
en los artículos 47 y 48 de dicha Ley.