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Consideraciones Generales para el Acondicionamiento de Fortificaciones

Militares

En lo que respecta a las fortificaciones militares, se refieren a construcciones


arquitectónicas defensivas en ingeniería militar. A continuación se mencionan
algunas de ellas, tales como:
1. Villa Fortificada: Esta construcción debía satisfacer una serie de exigencias
militares. Un trazado regular y racional que había que facilitar las comunicaciones
interiores; así como, la concentración del ejército en determinados puntos, y el
movimiento de las tropas, tanto internamente como en la defensa de su zona
perimetral, compuesta por la muralla terraplenada, los baluartes y las posibles obras
exteriores.
2. Ciudad Fortificada Pentagonal: Tiene trazado radiocéntrico interior. De
perímetro y plaza central poligonales, con calles radiales y manzanas de casas
trapezoidales. La tendencia general es a ubicar los cuarteles, almacenes y arsenales en
situación perimetral.

Guerra Militar

Atenta contra la vida y la organización social, reemplaza el orden civil por


normas y estándares militares, y no sólo implica la muerte de las personas, sino
también la pérdida de su autonomía. Es un fenómeno social que suele implicar: (1) La
suspensión del Estado de derecho y, en consecuencia, de ciertos derechos de
ciudadanía; (2) La transformación de la actividad económica desde un modelo civil y
consumista a otro de economía de guerra; (3) La captación militar de civiles de todas
las actividades; (4) La recompensa simbólica y material de las valientes hazañas de
guerra realizadas. En fin, resulta en un macroconflicto donde intervienen una gran
multiplicidad de variables de carácter psicológico, social, cultural, económico,
político y normativo.

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También, la guerra no es un concepto estático; sus límites, además, son
imprecisos en la medida en que no los marca necesariamente la violencia. Desde un
punto de vista lingüístico, el término guerra tiene acepciones que van desde el campo
político-social hasta el individual y moral. En el Diccionario de la Real Academia
Española (RAE), la definición de guerra incluye un amplio abanico de actividades,
desde cualquier combate moral hasta la lucha armada. La naturaleza de la guerra es
instrumental, sirve a un objetivo político. Para Lenin, la guerra es el principal
instrumento de la política; en cambio, Mao insiste en la naturaleza determinante y
vertebral del objetivo político; mientras que, para el mundo soviético guerra,
revolución, política y sociedad son inseparables. La guerra no tiene sentido en sí
misma; tiene una finalidad y un sentido político, es la política quien marca el para qué
de la guerra.
En efecto, la guerra supone un enfrentamiento de poderes y no es un acto ético,
ni justo, ni legal. Es un acto político que, atendiendo a su dimensión integral, supera y
desborda cualquiera de los planos considerados; la guerra es ciertamente una
Institución de Derecho Internacional Público. La finalidad de la guerra es la paz
entendiendo ésta como la nueva situación política generada tras el conflicto. En todo
conflicto debe existir una clara subordinación de la acción militar a la acción política,
porque sin control político se puede llegar a la desmesura de una guarra absoluta y sin
sentido.
La manifestación abierta o velada de la guerra iría siempre acompañada de una
justificación (moral, ética, política, económica, religiosa, entre otras), basada en una
serie de valores compartidos por el grupo (la salvación de la patria, la defensa de las
libertades y de la unidad nacional, la supervivencia económica del país, la liberación
de los oprimidos, la identidad política o religiosa, entre otros). Cualesquiera
amenazas a éstos u otros valores justificarían, en consecuencia, el desencadenamiento
de las hostilidades; no deseables, pero preferibles a la consumación de dichas
amenazas. De hecho, los individuos acabarían por comprometerse ideológica y
activamente en el desarrollo del conflicto.
Así mismo, la guerra sitúa el conflicto en el centro de las relaciones
internacionales. Los conflictos y las guerras constituyen el resultado de un estado de
desorden institucional, específicamente de las contradicciones ineluctables entre las
aspiraciones estatales irreconciliables.

Tipos de Guerra y su Clasificación

Cabe destacar que, existen tres (3) tipos de guerras:


1. Globales: Pertenecen los conflictos de la descolonización, los que fueron el
resultado de la proyección al Sur del conflicto Este–Oeste, y aquellos otros en los que
se inmiscuyen las grandes potencias. Generalmente, los conflictos entre los Estados
desarrollados y los subdesarrollados han sido una herencia de la época colonial. El
equilibrio nuclear y la disuasión entre las grandes superpotencias vencedoras de la
Segunda Guerra Mundial conllevaron el desplazamiento de su rivalidad a la periferia
del sistema internacional: al Tercer Mundo.
2. Regionales: Por lo general, se corresponde a los conflictos clásicos entre dos
(2) Estados, los intentos de hegemonía de algunas potencias locales sobre sus áreas de
influencia y los conflictos irredentistas. El más frecuente de ellos durante la segunda
mitad del siglo XX fue el conflicto clásico, generado en la mayoría de las ocasiones
por las discrepancias entre dos (2) Estados en el trazado de sus fronteras, unidas a
otra serie de antagonismos políticos e ideológicos y a ambiciones económicas
diversas.
3. Internas: Corresponde a los conflictos internos de un Estado, suelen ser los
más numerosos, los más mortíferos y, a veces, los más largos. Este tipo de conflicto
ha estado motivado, fundamentalmente, por el trazado arbitrario de fronteras durante
la época colonial y su imposición posterior, las diferencias étnicas y religiosas
asociadas a lo anterior, las rivalidades políticas e ideológicas entre el poder
establecido y las fuerzas de oposición, el excesivo centralismo, la homogeneización
política e identitaria forzadas, y la ausencia de unas estructuras de concertación
democrática y de consenso nacional.
REFERENCIAS

Fernández, F. (2011). Entender la Guerra en el Siglo XXI. Madrid: Complutense -


Ministerio de Defensa.

Rabanal, A. (2002). El Concepto de Ciudad en los Tratados de Arquitectura


Militar y Fortificación del Siglo XVIII en España, Anales del Instituto de
Investigaciones Estéticas, 81, 33-52.

Romero, A. (2008). Guerra y Paz, Revista Mexicana de Sociología, 70(3), 589-617.

Sánchez, M. (2018). Consideraciones Terminológicas sobre la Evolución del


Léxico de la Fortificación Abaluartada, Lexis, 42(2), 443-472.

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