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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

CARRERA DE TRABAJO SOCIAL

PSICOLOGÍA INSTITUCIONAL

CÁTEDRA RUSSO- EX VARELA

KARINA ALVAREZ

COMISIÓN 1

PRIMER CUATRIMESTRE 2022

FECHA DE ENTREGA: 16/5

¿Reformatorios?
Cambios en la concepción del menor. Antecedentes históricos.
Ley de Patronato y de Protección integral.

Estudiantes:

Acuña, Romina (romina.aqu@gmail.com)

Bosch, Micaela (micaelabosch.24@gmail.com)

Caruso, Barbara Judith (barbicaruso14@gmail.com)

Quinteros, Johanna (johanna.anabeel@gmail.com)

Ramallo, Antonella (antonellaramallo@outlook.com)


¿Reformatorios? Cambios en la concepción del menor. Antecedentes históricos. Ley de
Patronato y de Protección integral

FUNDAMENTACIÓN / OBJETIVO

El tema que elegimos son los Centros Cerrados Juveniles y realizaremos este trabajo
haciendo un recorrido histórico y social de cómo fue cambiando la percepción que tenemos
sobre estos, así como su transformación como institución, el cambio de paradigma, las leyes
que se crearon en base a ésta y todos los derechos adquiridos hasta la actualidad, así como
también intentaremos indagar sobre si dichas leyes se cumplen y si existe algún tipo de
vulneración de derechos.

Tomamos en cuenta nuestros propios prejuicios a la hora de empezar este trabajo, pensando a
estas instituciones como un lugar al que se ingresa pero realmente nunca se sale, ya que nada
se "reforma", sino que lxs adolescentes que ingresan luego no pueden integrarse como sujetxs
de derecho plenos en la sociedad, ya que se los excluye y se los plantea como un mal
ejemplo, sin brindar nuevas oportunidades.

Estas situaciones son las que provocan que finalmente se vulneren los derechos de quienes
están privados de su libertad, ya que existen diversos prejuicios en relación a esta
problemática. Afirmamos que desde nuestra infancia, muchxs de nosotrxs hemos escuchado y
reproducido el discurso de "si está en ese lugar, se merece cualquier castigo que le realicen
porque se lo buscaron".

Consideramos a estos dispositivos como un tema tabú dentro de la sociedad, si bien


conocemos la Ley Agote, que trata sobre la minoridad y los patronatos. Asimismo, en la ley
actual 26.061, se pone en juego la importancia de que esta institución sea un recurso
completamente viable para esta cuestión social ya que este problema es atravesado por
distintos intereses que se ponen en juego y en disputa, prejuicios e ideas preconcebidas sobre
el tema.

Por último, tenemos como objetivo con esta investigación analizar y deconstruir varios
preconceptos que abundan en la sociedad sobre la problemática planteada.

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Patronato y de Protección integral

INTRODUCCIÓN

El trato que fue dado a los jóvenes en conflicto con la ley fue cambiando a lo largo del
tiempo y fue respaldado por leyes que le dieron sustento al aparato institucional. La
institución que abordó esta problemática se los reconoce como ‘’reformatorios’’ que fue
cambiando a lo largo del tiempo y por ende, también el término que se utiliza para hablar
sobre las mismas. Podemos considerar a estas instituciones como Centros Cerrados Juveniles.

Para comenzar definimos institución como “Espacios de condensación social, porque en su


singularidad conjugan y anudan una constelación de discursos y prácticas económicas,
sociales, políticas, jurídicas, técnicas, etc.” y son “(…)un nudo de relaciones complejas y
móviles” (Kaminsky, 1989:32). Identificamos a la institución no como algo fijo sino como
un espacio de relaciones entre individuos donde los discursos se formalizan y se van
reglamentando. Cristián Varela en su libro “La entrada al terreno institucional”, hace
referencia a estas mismas como formas en las que nos relacionamos los individuos con el
resto de la sociedad, ya que las instituciones nos componen y nosotros las componemos a
ellas. Dentro de estas instituciones hace una diferenciación a las cuales llama organizaciones,
estas organizaciones son la materialidad, el elemento físico, concreto, de las instituciones en
las que se desempeñan funciones específicas, en este caso, nuestra institución tiene
organizaciones materiales universalmente conocidas y mal llamadas como reformatorios de
menores. “Convendría entender por institución a las formas y modos de relación entre los
sujetos y con el mundo que toda sociedad establece y sanciona tanto explícitamente como
implícitamente (el derecho, la educación, la religión, la familia, los medios de producción).
La existencia de la institución requiere de formas materiales, las que indistintamente pueden
denominarse instituciones u organizaciones (un tribunal, una escuela, un templo, una familia,
una empresa) Con lo cual, las organizaciones pasan a ser formas materiales responden a un
ordenamiento determinado en función de un objetivo y una racionalidad que las excede, los
cuales se sitúan por fuera de ellas en un nivel que corresponde a la institución”. (Cristián
Varela, 2004: 7).

Por esta razón, vamos a realizar un breve recorrido de cómo estos dispositivos y estas
instituciones fueron tomando forma para cubrir ciertas necesidades sociales, con un fin y un
propósito, lo cual fueron definiendo las leyes que le dan sustento. En este trabajo haremos

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hincapié en dos leyes, la primera dio sustento al surgimiento al primer aparato institucional
que trató a esta problemática y la segunda produjo un cambio de paradigma, es decir que
hubo un cambio en la forma de ver la problemática, a su tratamiento e implementación. Estas
leyes son conocidas como la Ley de Agote o Ley de Patronato de Menores (Ley 10.067/83)
del año 1919 y la Ley de Protección Integral de los Derechos de los niños, niñas y
adolescentes (ley 26.061) del año 2005. Se consideró reemplazar la Ley de Agote por la
actual, ya que la ley que estaba rigiendo permitía que se produjeran continuas violaciones a
los derechos más elementales en los Centros Cerrados, en el que había un tratamiento
represivo hacia el "delincuente juvenil" como también no había lugar para las nuevas ideas y
concepciones que se tenía acerca de la cuestión, ya que la ley 10067/83 daba hincapié al
término "menor" como algo defectuoso, conflictivo y algo que se debía reprimir pero no
proteger. Para dar cuenta de cómo se produciría el pasaje es necesario realizar, un breve
recorrido histórico que contemple ciertos puntos de articulación entre la infancia y el derecho,
ya que la promulgación de la Ley Nacional de Protección Integral de los Derechos de Niños,
Niñas y Adolescentes no surge por generación espontánea, sino que es el emergente de un
largo proceso histórico. 

PROCESO HISTÓRICO:

ANTECEDENTES DE LA LEY AGOTE

Tanto en la Antigüedad como en la Edad Media lxs niñxs era solamente un objeto del padre
y/o del Estado, el cual disponía de él a su propia voluntad. La mortalidad infantil era muy
elevada, eran épocas donde el interés por los infantes prácticamente no existía, situación que
lentamente comienza a modificarse en la Edad Moderna, cuando comienzan a surgir en la
sociedad algunos indicios de sensibilidad hacia los niños y niñas. 

Las instituciones anteriores a la ley de patronato que regulaba la cuestión de los jóvenes en
conflicto con la ley en Argentina datan de la década del 1880 y son la Defensoría de
Menores, la Sociedad de Beneficencia y la Casa de Corrección o Asilo de Reforma de
Menores Varones. Lxs niñxs iban a casas de familias, asilos o colegios de órdenes religiosos
y en el caso de los niños también podían ser derivados a “batallones de línea” o casas de
corrección o asilos de reforma de menores.

La Sociedad de Beneficencia se crea en 1823 y es dirigida por mujeres de la elite porteña.


Tenía un rol en el que intervenía sobre la denominada en aquel momento “infancia pobre”, se

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encargaba de la institucionalización de lxs niñxs en asilos, casas de expósitos, colegios y


hogares como también en la colocación de niñas para que cumplan actividades de servicio
doméstico. En ella, recaían las decisiones en relación a la adopción, entrega y colocación de
estxs niñxs en familias “honorables” de la sociedad, decidiendo sus destinos.

La Casa de Corrección o Asilo de Reforma de Menores Varones se crea en 1898 como


institución pública cumpliendo el rol de albergar a diversas categorías de ‘’menores’’ ya que
se consideraba importante intervenir en la problemática de los niñxs y jóvenes que eran
abandonadxs en las calles de Buenos Aires ya que había un creciente número de niñxs en esa
situación. En 1900, se modifica el nombre de la institución y pasa a ser un ‘’Asilo de
Reforma’’, que se utiliza para alojar a `` los menores’’ de edad condenados a pena de prisión
o arresto como también niñxs procesados por delitos y contravenciones. A partir de un
decreto, se les ordena que debían recibir a los jóvenes y niñxs en situación de abandono o en
cuestión de orfandad en estos lugares. Se recibían niñxs y jóvenes de cualquier edad hasta los
18 años.

A partir de 1880 en el Congreso de la Nación se trataron varias reformas y proyectos para


encontrar una "solución" a esta alta tasa de criminalidad juvenil, con el objetivo de imponer y
obligar al Estado a hacerse cargo de estos adolescentes en su gran mayoría huérfanos y
delincuentes y además a la creación de instituciones educativas dónde estos niños y
adolescentes puedan desempeñar talleres, espacios de recreación y aprendizaje con el fin de
brindarles nuevas oportunidades a los jóvenes y para disminuir ese alto grado de
delincuencia.

A principios de 1890 el gobierno nacional encargó a la Comisión de Cárceles la construcción


de una colonia penal de menores delincuentes y un reformatorio para menores díscolos y
rebeldes a la autoridad paternal. La pretensión de dos establecimientos diferentes para
delincuentes y rebeldes no fue posible. Tanto la Casa de Corrección de Menores Varones
como la Colonia de Menores de Marcos Paz alojaron a menores varones de 8 a 18 años de
edad, que eran clasificados como ‘delincuentes’ (encausados y sentenciados a prisión o
arresto por la comisión de delitos y contravenciones), ‘abandonados’ (depositados por los
defensores de menores, carentes de padres o tutores, ya fuesen huérfanos o abandonados por
sus familias), y en ‘corrección paterna’ (enviados por los jueces civiles en virtud del artículo
278 del Código Civil) pero hubo un aumento cada año mayor de los niños y jóvenes

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“desamparados y delincuentes” por ende, las autoridades nacionales se apresuraron a


inaugurar la primera sección de la Casa de Corrección en enero de 1898.

En 1903, los menores huérfanos vivían con los reclusos de la Penitenciaría Nacional. Éstos
vestían viejos uniformes con número y en 1886 uno de los cinco pabellones fue directamente
convertido en un asilo infantil. Dónde los jóvenes compartían espacios de vinculación con
criminales más expertos y por causas más graves donde aprendían de ellos y así
desempeñaban en su futuro mejores herramientas para volver a delinquir. No obstante, las
autoridades manifestaban que una cárcel no era un establecimiento adecuado para dar
instrucción a esos niños. Muchxs niñxs abandonados aprendieron sus primeros oficios en los
talleres previstos para los criminales de Buenos Aires.

En 1905 se creó una oficina de informes Médicos-Legales con el fin de determinar y poder
reevaluar la culpabilidad de estxs jóvenes en prisión o con una condena aplicada. Aun así la
decisión final de tomar en cuenta estos informes dependía del juez de la causa, por la cual en
la mayoría de los casos esta oficina no logró defender la inocencia penal de estos jóvenes. 

La Ley de Defensa Social (Nº 7.029) de 1910, fue la primera en incluir a menores, hijos de
anarquistas y socialistas, como sujetos pasibles de ser penalizados. se trató bajar la edad de
imputabilidad para la aplicación de la pena de muerte: el proyecto inicial proponía los 15
años como edad mínima.

Entendemos que la instituciones son más que algo material y edilicio, Kaminsky (1989)
describe a las instituciones en su libro “Dispositivos Institucionales” como aquellos lugares
físicos que no cumplen una verdadera función social más que como retenedores o
aguantaderos de personas donde no se desarrollan estas propuestas de socialización o de
readaptación en la sociedad. Los ve como lugares que más que recomponer dañan lo que aún
estaba sano o lo que tenía posibilidad de curarse. Esto que expresa el autor hace un muy
buen resumen de lo que eran, y en algunas ocasiones siguen siendo, los centros cerrados
juveniles. «Los manicomios fabrican locura, los hospicios inducen enfermedades, no sólo
iatrogenia: que las escuelas son 'aguantaderos' juveniles antes que dispositivos de formación
y aprendizaje y que, al fin pero no al final, las cárceles son portentosos dispositivos de
especialización de la delincuencia antes que la tan mentada re-adaptación.» y también
citamos del mismo autor . La prisión es una de esas instituciones, tal vez la más burda, que

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se propone unificar, lo que previamente y artificialmente, primero se separó”. (Goyo


Kaminsky, 1989: 118).

EJES FUNDAMENTALES DE LA LEY AGOTE

Hacia el último cuarto del siglo XIX cuando comienza a conformarse el Estado argentino, y
comienzan a buscar dar tratamiento a los diferentes problemas sociales, ya que por las olas
migratorias había una población urbana creciente y culturalmente heterogénea. Surgen
agrupaciones de colectividades extranjeras y grupos políticos que defendían demandas de
reivindicación social. De ahí provenían, los niños y niñas que invadían los espacios públicos
eran vistos como un peligro potencial para las clases dominantes. La conflictividad crece
hacia 1917 y aún más en 1919 cuando se promulga la ley.

La ley de Agote 10.903 fue sancionada en 1919 por el diputado del partido conservador Luis
Agote. Siguiendo a Stagno (2010), esta ley logró dar una disposición legal a la necesidad que
tenía la sociedad de contar con un régimen judicial y penal sobre “los menores’’ de edad. Se
amplía y reorganiza la intervención del Estado para actuar en casos en los que se deba quitar
o suspender la patria potestad de los progenitores o tutores legales del “menor’’. Con esta ley,
se definieron los motivos por los que los padres o tutores del “menor’’ podrían perder la
tutela y por ende, al perderla se les daba la responsabilidad tutelar a alguna institución o asilo
para la resocialización y la reeducación.

A pesar de que la ley aportó una base legal a diversas cuestiones en relación a la niñez y
varios intelectuales lo vieron como un gran avance en materia legal, se consideró preocupante
las limitaciones y los prejuicios que se podía interpretar con esta ley.

En este paradigma todo aparato legal e institucional tenía el objetivo de “controlar”, unificar
una población heterogénea tomando a lxs niñxs como objetos y no sujetx de derecho, si unx
joven delinquía o rompía la ley era completamente la culpabilidad del individuo que debía ser
“resocializadx” y no de la sociedad que lo llevó a realizar esas acciones por diversos motivos
de su situación cotidiana social. Estas instituciones generan una individualización de la
sociedad por el poder que tienen de “auto-encarcelación” en las mismas.
Siguiendo los aportes de Kaminsky y Varela en su libro “Grupo objeto, grupo sujeto” (2001),
quienes explican que la institución es la función mediadora, la que propicia que la sociedad

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establezca proyectos, desarrolle deseos, anhelos e incluso es la forma de manifestar nuestros


sentimientos y emociones. En y por ellas los seres humanos producimos sujetos y valores.
Estas instituciones se encargan de utilizar todos nuestros deseos, valores y sentimientos, es
decir, todo lo que nos compone como personas, para jugar en nuestra contra lo que buscamos
y lo que nos inspira de forma que nos convertimos en objetos dominables y acatadores de sus
órdenes sin quejas ni replanteamientos. Haciéndonos dóciles para el auto-encarcelamiento de
la sociedad en estas instituciones. “La institución tal como se propone. En la medida en que
ella resigna su función mediadora, su función de instancia para la elaboración de los deseos y
la transformación de éstos en proyectos compartidos, ella tiende a reducir a los sujetos en
objetos. Situada en esta posición, la institución se beneficia de la transferencia que hacia ella
dirigen los sujetos, para devolverles siempre la misma palabra vuelta orden” (Kaminsky y
Varela2001:14)
Respecto a este tema hay varios aspectos que nos hubiera gustado poder indagar y desarrollar,
pero no encontramos información para poder certificar nuestras preguntas planteadas, como:
¿De qué manera estaba compuesto el personal de los reformatorios después de la
implementación de la ley agote? ¿Cómo eran las condiciones y distribuciones edilicias?

EL PROCESO HACIA LA PROMULGACIÓN DE LA LEY 26.061.

Hacia la década de los 90’ se da un proceso histórico en el cual la niñez comienza a ser
visibilizada y comienzan a entrar en cuestionamiento las prácticas y costumbres en relación a
la niñez y esto empieza a reflejarse en todos los ámbitos, incluso en los reformatorios ya que,
como explica Kaminsky, (1989) las instituciones no son fijas y estáticas sino están en
movimiento. “Todas las instituciones, aun las más aparentemente estáticas se mueven. Este
movimiento está dado por el juego, por la permanente articulación de dos dimensiones o
planos, lo instituido y lo instituyente. La dimensión de lo instituido significa una estructura
ya dada mientras que la dimensión de lo instituyente no es algo tan solo dado sino que se va
conformando según este juego y dialéctica.” (Kaminsky, 1989:31). Entonces, se da esta
relación entre lo instituido, que es todo aquello que se sabe de la institución, lo habitual, las
costumbres, y lo instituyente, que nos permite otra comprensión de la institución. Son las
rupturas de lo habitual, las contradicciones, nuevas percepciones. En este proceso podemos
ver como se comienzan a dar prácticas instituyentes que comienzan a entrar en contradicción
con las prácticas que se venían dando.

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En el año 1990 ratificó la Convención Internacional de los derechos del niño quedando
incorporada la ley nacional n° 23.849. En la cual se destaca el “interés superior del niño”
como bien central a proteger y obliga a los Estados a adoptar todas las medidas legislativas,
administrativas, sociales y educativas tendientes a proteger a los niños y niñas contra toda
forma de maltrato por parte de sus padres, representantes legales o cualquier persona que lo
tenga a su cargo. En 1994 la Convención Constituyente incorporó esta ley a la nueva
Constitución de la Nación Argentina. En el año 2005 se promulgó la Ley Nacional de
Protección Integral de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.

EJES FUNDAMENTALES DE LA LEY DE PROTECCIÓN INTEGRAL

En Argentina, la derogación de la ley 10.903 de patronato de menores marca y comienza a


producir un cambio sobre la concepción de la infancia. Esta nueva concepción aspira a dejar
de considerar a la infancia como objeto de tutela para reconocerla como sujeto de pleno
derecho (De la Iglesia, Velazquez, Piekarz, 2008). La Ley 26.061 prevé una intervención de
protección especial: el Estado debe responder frente a la amenaza o violación de derechos, las
que pudieran surgir en el entorno familiar, por parte de otras personas o tengan su origen en
acciones u omisiones del Estado. La propia concepción de sistema integral de la ley obliga a
la articulación de las acciones entre las diferentes agencias y niveles del Estado (federal,
provincial y municipal), y entre las familias, las organizaciones de la sociedad civil y la
comunidad. Las Medidas de Protección Integral de Derechos son aquellas emanadas del
órgano administrativo de infancia a nivel local y deben estar dirigidas a restituir los derechos
vulnerados y la reparación de sus consecuencias. La ley también prevé medidas
excepcionales, que son las que deben adoptarse en las situaciones excepcionales en que las
niñxs o adolescentes requieren ser separadxs de su medio familiar. Deben ser limitadas en el
tiempo y sólo aplicarse mientras persistan las causas que le dieron origen. Si bien competen
al órgano administrativo local, las medidas excepcionales requieren el control de legalidad
por parte de la autoridad judicial. garantías mínimas de procedimiento (a ser oído, a que su
opinión sea tenida en cuenta, y a la asistencia jurídica –Art. 27-) y crea tres organismos: La
Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENNAF), el Consejo Federal de
Niñez, Adolescencia y Familia (COFENAF) y el Defensor Nacional de los Derechos del
Niño.

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Así se desprenden una serie de instituciones en la provincia de Buenos Aires que dan trato a
los jóvenes en conflicto con la ley, como la Subsecretaría de Responsabilidad Penal Juvenil
se encarga de la instrumentación (diseño, coordinación y supervisión) de los programas y
servicios esenciales para la implementación de las políticas públicas relativas a la temática de
Responsabilidad Penal Juvenil. También están los Centros de Admisión y Derivación
(C.A.D.) estos tienen por función la admisión de toda persona menor de dieciocho (18) años
de edad de quien se alegue haber infringido la ley penal, a los fines de la admisión,
evaluación y derivación, en un marco que garantice la accesibilidad a derechos respetando la
imposición judicial en materia de coerción. Luego están los Centros Sociocomunitarios
(CESOC): Establecimientos emplazados en cada departamento judicial, a los fines del
cumplimiento de "medidas penales en territorio", cautelares o sancionatorias alternativas a la
restricción o privación de la libertad ambulatoria, impuestas a adolescentes y/o jóvenes,
alcanzados por un proceso penal. También están los Centros de Recepción: Son
establecimientos de régimen cerrado para el cumplimiento de detención y de medidas
preventivas de privación de la libertad ambulatoria. Recepcionan en primera instancia a los
adolescentes aprehendidos (imputables o inimputables) por disposición judicial comunicada
por oficio. Su función es la admisión, evaluación y diseño de estrategia para abordaje integral
del/los adolescente/s a quienes se le/s haya impuesto una medida judicial cautelar privativa de
la libertad ambulatoria o de seguridad (para inimputables). Luego están los Centros de
Contención estos establecimientos para la ejecución de medidas de índole cautelares o
sancionatorias, restrictivas de la libertad ambulatoria, ordenadas por la autoridad judicial
competente (Ley nº 13.634 art. 80). Sustentados en un marco normativo integrador de
derechos y responsabilidades tendientes a la progresiva integración socio-comunitaria de los
adolescentes, residentes, contextualizando en proyectos de vida socialmente constructivos, en
términos de la C.D.N. Y por último están los Centros Cerrados que son establecimientos de
régimen cerrado para el cumplimiento de medidas cautelares o sancionadoras, privativas de la
libertad ambulatoria, ordenadas por la autoridad Justicia con competencia, en el marco de
proceso penal (Ley nº 13.634 art. 81). Tienen por objetivo brindar un espacio en el que el
adolescente y/o joven, con la asistencia técnico-profesional interdisciplinaria y desde una
perspectiva socio-educativa que lo date de herramientas, pueda abordar las situaciones de
transgresión a la norma y reconfigurar su posición individual y social a los fines de alcanzar
una "real inserción sociocomunitaria". (Organismo provincial de la niñez y adolescencia)

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Las Políticas Públicas Básicas y Universales, que definen la concepción de la niña, el niño y
el adolescente como sujetxs de derechos; las políticas necesarias para su pleno desarrollo
-educación, salud, desarrollo social, cultura, recreación, juego, participación ciudadana-; la
garantía estatal para el pleno acceso a las mismas y la prioridad en la atención y la
permanencia en ellas a lo largo de todo su crecimiento. Los derechos constituyen Políticas
Públicas Universales: el Estado garantiza a todas las niñas, niños y adolescentes el pleno
acceso, la gratuidad y prioridad en la atención. Al reconocer su calidad de sujetos activos de
derechos, habilita el ejercicio de la ciudadanía.

La Convención sobre los Derechos del Niño (CIDN) es un pacto internacional firmado por
todos los países. Argentina lo firmó en el año 1989 y lo ratificó después de que el Congreso
Nacional la aprobará mediante la Ley N° 23849, el 16 de octubre de 1990.

Siguiendo a Muñoz Rodríguez, M., & Vuanello, R. (2021) “la CIDN surgió como resultado
de múltiples debates en torno a la niñez en tanto colectivo subordinado. Esta viene a poner en
cuestión aspectos del paradigma de la minoridad desde sus aspectos proteccionistas lo que
crea nuevos desafíos sociales en tanto propone a lxs niñxs como sujetxs de derechos. Estas
modificaciones afectarán a las políticas públicas, las instituciones que trabajan y conviven
con el colectivo y nutrirán nuevas perspectivas en los estudios sociales.”

Citando algunos articulos de la CIDN: se sostiene la igualdad de todxs lxs niñxs,


independientemente de se sexo, religión, nacionalidad, color, posición socioeconómica u otra
condición. Instaura toda una serie de derechos tanto civiles, como económicos, sociales y
culturales con el compromiso del Estado de cumplimentar todas las medidas administrativas,
legislativas u otras para que aquellos derechos sean efectivos a partir de los principios del
“interés superior del niño” (artículo 3), la “autonomía progresiva” (artículo 5) y el “derecho a
ser oído” (artículo 12). La participación de lxs niñxs se vincula a procesos jurídicos (artículo
9), se insta a que lxs niñxs con algún impedimento puedan participar activamente en sus
comunidades (artículo 23), entre otras.
En este sentido, se ve como la Ley que adhiere al paradigma de protección integral, donde se
toma como interés superior del niñx y la autonomía progresiva como ejes de modificación
centrales junto con la participación. Se comienzan a escuchar sus voces y esto es autorizado
en los cambios en el Código Civil y Comercial en el 2014. Sin embargo, siguiendo a las
autoras, la ley nacional no posee participación de niñxs en su redacción y hasta el día de hoy

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es muy escasa su participación en las políticas públicas. (Gómez, 2016; Piotti, 2019 en
Muñoz Rodríguez, M., & Vuanello, R., 2021).

«¿Qué hacemos con los niños cuando no queda nadie en casa y nosotros debemos
incorporarnos al proceso de trabajo? Si las escuelas y sus pedagogías están en crisis hace más
de veinte años, no serán aquellas encierros de tiempo compartido, unos 'aguantaderos'
institucionales? ¿Qué hacemos con la gente mayor? Asilos de infantilización, antesalas o
purgatorios para estos humanos incómodos, dóciles para los encierros? Pues bien, ¿Dónde
están los encierros? ¿En las cárceles, escuelas del delito y de la vida?»

CONCLUSIÓN:

Para concluir este trabajo, nos gustaría aclarar que quisimos realizar una breve aproximación
a la problemática dando un recorrido al proceso histórico de cómo fueron desarrollándose
estos dispositivos que intervienen en el tema a tratar, siendo atravesados por la Ley de Agote
y la Ley de Protección Integral. Entendemos que lxs niñxs y adolescentes tienen derecho a
una alimentación, vivienda, atención médica adecuada, educación, igualdad en derechos, a no
ser explotados. A pesar de ello, los derechos en la infancia se tambalean cuando deben ser
practicados en la cotidianeidad y por ende, no operan de una forma viable para que la niñez y
la adolescencia sea un área totalmente protegida.

A partir de estos incumplimientos, nos pusimos a indagar con respecto a todo lo que
interviene dentro de la problemática y de esta forma, surgieron diversas preguntas que fueron
respondidas a lo largo del trabajo.

No obstante, hay algunas incógnitas que lamentablemente no pudimos desarrollar, ya que no


encontramos la información adecuada sobre algunos planteamientos que nos surgieron a la
hora comenzar con la redacción de la monografía, como por ejemplo, las instalaciones de
estos nuevos dispositivos en dichas instituciones, las distribuciones y condiciones edilicias
además de sus correspondientes equipos profesionales.

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ANEXO

Ejes centrales que tuvimos en cuenta para elaborar la monografía:

-¿Cuáles son las leyes que regulan el campo de lo que se denomina jóvenes en conflicto con
la ley?

-¿Cuando fue sancionada la ley agote? ¿Qué dice la misma?

-¿Que existía antes? ¿Cómo estaba organizado el campo de jóvenes en conflicto con la ley
antes de la ley agote? ¿Dónde iban a parar los chicos antes de esta ley?

-¿Qué tipos de instituciones funda? ¿Qué tipo de profesionales va a tener, que


guardiacárceles, como son las condiciones edilicias?

-¿Por qué se crearon estas instituciones?

-¿Cuándo y cómo se crearon? ¿Cómo funcionan?

-¿Cuál es el impacto en esta institución luego del pasaje de la ley Agote a la Ley de
protección integral del niñe/adolescente?

-¿De qué manera se modifica la vida del menor en su estadía o paso por el reformatorio?

-Una vez que el menor ya está en libertad, ¿Se realiza un seguimiento sobre su reinserción en
la sociedad?

-¿Cómo intervienen los organismos de derechos humanos frente a esta institución?

-¿Qué problemas tuvieron la ley agote? ¿Qué funcionaba mal? ¿Qué reformula esta nueva
ley? ¿Sobre quién y mediante qué medios?

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Bibliografía:

Bernazza, C (2013). Diez años del proyecto nacional, las leyes que cambiaron la (s) historia
(s) (2003-2013). Buenos Aires: ediciones EPC.

De la Iglesia, M; Velázquez, M; & Piekarz, W. (2008). Devenir de un cambio: del patronato


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http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-16862008000100032

Kaminsky, G (1990). “Dispositivos Institucionales. democracia y autoritarismo en los


problemas institucionales” Buenos Aires: Lugar editorial.

Kaminsky, G. y Varela, C. (2001). Grupo Objeto y Grupo Sujeto, LAI, Instituto Gino
Germani, Facultad de Ciencias Sociales, UBA

Konterllnik y Rodríguez, J (2019). "La Especialización del Sistema Penal Juvenil Argentino.
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Buenos Aires. Tesis de Maestría. FLACSO. Sede Académica Argentina.

Muñoz Rodríguez, M., & Vuanello, R. (2021). Los derechos de la niñez desde sus voces.
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