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PAJOVIC, Slobodan S.

El siglo XXI: la conformación de la nueva geoeconomía latinoamericana


Revista del CESLA, vol. 2, núm. 13, 2010, pp. 439-454
Uniwersytet Warszawski
Varsovia, Polonia

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Revista del CESLA


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Polonia

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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
EL SIGLO XXI: LA CONFORMACIÓN
DE LA NUEVA GEOECONOMÍA LATINOAMERICANA
XXI Century: The Formation of the New Geo-economics
in Latin America

Slobodan S. PAJOVIĆ*
Fecha de recepción: abril del 2010
Fecha de aceptación y versión final: agosto del 2010

RESUMEN: En este artículo se analiza el surgimiento de una nueva geoecono-


mía latinoamericana a partir de la conformación del regionalismo abierto basado en
las reformas neoliberales aplicadas por los gobiernos de estos países. Sin embargo, di-
cho proyecto entró en una crisis profunda a raíz de los efectos de la actual crisis eco-
nómico-financiera global que demostraron el alto grado de vulnerabilidad económica
y política de la región. En realidad, la crisis del modelo neoliberal causó todo un pro-
ceso de cambios geoeconómicos y políticos en América Latina indicando la forma-
ción de un proceso progresivo de desacuerdos ideológicos en cuanto al desarrollo so-
cio-económico de la región. En base a estas premisas el autor sugiere entender el fe-
nómeno de la conceptualización de la nueva geoeconomía latinoamericana a princi-
pios del siglo XXI como consecuencia directa de la crisis del modelo neoliberal y del
regionalismo latinoamericano abierto.

Palabras clave: crisis de globalización, regionalismo abierto latinoamericano,


nueva geoeconomía latinoamericana, cambios ideológicos, fragmentación de América
Latina.

ABSTRACT: This paper analyses the formation of New Latin American Geo-
economy, starting from establishment of Open Regionalism that was based on neo-
liberal reforms applied by the governments of these countries. However, this project
entered into profound crisis because of the effects of the contemporary global eco-
nomic crisis demonstrating the high level of economic and political vulnerability of
the region. In fact, the crisis of neo-liberal development model caused the process of
geo-economic and political changes in Latin America pointing to the formation of
new progressive process of ideological disagreements concerning the issues of socio-
economic development of the region. On the basis of this premises the author suggests
considering this problem in the light of the formation of New Latin American Geo-
economy at the beginning of the 21st century as a direct consequence of the crisis of
neo-liberal model on one side, and Latin American Open Regionalism on the other.

Keywords: crisis of globalization, Latin American Open Regionalism, New


Latin American Geo-economy, ideological changes, fragmentation of Latin America.

*
Prof. Dr. Slobodan S. Pajović – coordinador del Departamento de Estudios de América La-
tina y el Caribe en la Facultad de Economía Internacional, Vicerrector de Cooperación Inter-
nacional, Universidad Megatrend, Belgrado, República de Serbia.

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El siglo XXI: la conformación de la nueva geoeconomía latinoamericana

I. A MODO DE INTRODUCCIÓN
El mundo ha cambiado dramáticamente durante el último decenio del siglo
XX y en este primer decenio del siglo XXI. En realidad, el proceso de internaciona-
lización de la vida económica ha dado varias formas de interacción globalizadora
entre naciones, sociedades, economías y mercados. Se establecieron nuevas redes
comunicativas que operan global y paralelamente con las nuevas redes productivas,
financieras y de consumo. Así observada la globalización puede interpretarse como
una tendencia dominante de la economía mundial y consecuentemente la actual cri-
sis económica como la crisis de la globalización. De hecho, a grosso modo podría
concluirse que estamos viviendo una fase muy incierta en las relaciones internacio-
nales en la que se generó una extraordinaria transformación político-económica de
índole neoliberal que suprime no solamente al marco nacional y estatal de las eco-
nomías sino también los conceptos tradicionales de soberanía e integridad territorial.
Al analizar los principales actores de la globalización parece indiscutible la impor-
tancia del capital multinacional y sus operaciones: los cursos de acumulación y de
concentración, reforzamiento de sus operaciones abstractas produciéndose la inesta-
bilidad del sistema financiero internacional.
Por ejemplo, al revisar la existente abundante literatura sobre dicho fenóme-
no se reconoce que los orígenes de la actual crisis surgieron en los Estados Unidos
ya en 2007 con las llamadas hipotecas subprime1. Como resultado se dieron las
quiebras de los grandes bancos norteamericanos, una inesperada contracción de cré-
ditos, una enorme volatilidad de los valores bursátiles, componiéndose una expan-
sión de desconfianza y hasta el pánico que repercutió con las repentinas y conside-
rables caídas de las bolsas de valores de todos los países. La inestabilidad del siste-
ma financiero causó la contracción del crédito y de la actividad productiva de los
países industrializados, destapándose paralelamente un proceso de descapitalización
del mismo sistema. Dada la magnitud de la crisis, varios autores llegaron incluso a
hablar de la crisis del capitalismo y la coyuntura mundial subrayando que se trata de
la combinación de una crisis sistémica con otra cíclica del capitalismo mostrándose
el modelo neoliberal y la globalización como estrategias incapaces para superarlas2.
En cuanto a América Latina quedó innegable que la actual crisis económica
producirá efectos negativos tales como la caída del volumen de comercio interna-
cional e intra-regional y, especialmente, el deterioro del intercambio. Sin embargo,

1
Estas hipotecas son de un tipo especial orientadas a clientes con escasa solvencia por lo cual
tienen un alto riesgo de impago en comparación con otros créditos. Este tipo de hipotecas y
otras estructuras de crédito que se han desarrollado en los Estados Unidos por debajo de los
estándares mínimos en las buenas prácticas bancarias se transformaron en un grave problema
para los gestores de la política monetaria de Washington.
2
Alberto Anaya Gutiérrez, Tesis sobre la crisis del capitalismo y la coyuntura mundial, po-
nencia presentada en el Encuentro Internacional “Civilización o Barbarie”, Serpa, Portugal,
22 a 25 de septiembre de 2004.

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uno de los canales externos de transmisión directa de la crisis hacia América Latina
ha sido la disminución de las remesas que constituyen una fuente importante de di-
visas para muchas economías regionales3. Esta tendencia negativa comenzó a notar-
se ya en el último trimestre de 2008 acelerándose dicho proceso durante el 2009 con
una caída entre 11% y 13% prevista por el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID)4. Además, según las estimaciones de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL) las exportaciones totales de América Latina y el Caribe
bajarán en valor de 24% en 2009 en comparación con el año anterior. En el informe
de la CEPAL para el 2009 - publicado en agosto de 2008 – de hecho se actualizan
los datos expuestos en el documento “Panorama de la inserción internacional de
América Latina y el Caribe 2008”5. Para entender mejor la profundidad de la crisis
latinoamericana hay que recalcar que se trata fundamentalmente de las exportacio-
nes de alimentos, minerales o petróleo que son evidentemente conectados con la vo-
latilidad de Wall Street. En general, todas estas tendencias negativas se explican por
la proximidad geográfica de Estados Unidos, la considerable dependencia latinoa-
mericana del mercado estadounidense, las inversiones y remesas procedentes de este
país.
De todos modos, la crisis internacional vuelve a demostrar el alto nivel de la
vulnerabilidad económico-financiera de América Latina frente a los acontecimientos
económicos internacionales. Es bien conocido que este fenómeno latinoamericano
resultó en varias ocasiones con repetidas ondas recesivas que empeoraron alarman-
temente las cuestiones vinculadas a la pobreza, la inseguridad, la exclusión-
marginalización económica y política o sea cuestionaron el mismo modelo de desa-
rrollo incluida la gobernabilidad democrática6. Como resultado de la crisis y de ma-
nera paralela esta región se polarizó con respecto al modelo de desarrollo socio-
económico de perfil claramente neoliberal aplicado durante la década de los 80. del
siglo XX en casi todos los países de la zona. El mismo debate abarcó también el
concepto de integración latinoamericana, sus impasses y redefiniciones. Por ejem-

3
La importancia de las remesas de emigrantes latinoamericanos varía del país al país desta-
cándose la región norte de Sudamérica con excepción de Venezuela y casi toda Centroaméri-
ca. En el caso de Ecuador, las remesas son la segunda fuente de entradas de divisas al país,
siendo el 13,3% del total de ingresos de la cuenta corriente de la balanza de pagos.
4
Los trabajadores latinoamericanos residentes en varios países del mundo enviaron, por
ejemplo en 2007, a sus países de origen un total de 62 mil millones de dólares. Para una ma-
yor información consultar: BID: las remesas hacia Latinoamérica caerán por primera vez en
2009, Inforlatam, 30 de marzo de 2010, http://www.infolatam.com/entrada/bid_las_reme-
sas_hacia_latinoamerica_caer-12924.html.
5
En dicho documento accesible en la versión electrónica se delinea la evolución reciente del
comercio exterior de América Latina por países y regiones de origen y destino, por grupos de
productos y en términos de valor y volumen, http://www.eclac.org/comercio/paninsal.
6
Helio Jaguaribe, “América Latina ante el Siglo XXI”, Latitud Sur, No. 1, Año 2006, CEIN-
LADI, Buenos Aires, pp. 47-62.

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plo, distintos autores opinan que es urgente enfrentar los propios problemas y prácti-
cas regionales tales como: el voluntarismo y no-cumplimiento de las metas estable-
cidas, la abundancia de retórica, el nacionalismo y la falta de liderazgo dejando de
lado la tendencia de “culpar” principalmente a los factores exógenos. El profesor
Carlos Malamud determina en forma de pregunta los siguientes desafíos que son
inminentes a resolver en América Latina: ¿Una integración de Estados o de socieda-
des?, ¿Una integración comercial o política?, ¿Con qué instituciones7?
Tomando en consideración la complejidad de los retos que actualmente debe-
ría enfrentar la región latinoamericana parece imprescindible reiterar la importancia
de la capacidad del consenso político regional que es conditio sine qua non podría
llegarse a las soluciones viables, durables y aceptables más ampliamente. Al consta-
tarlo, se piensa en que las sociedades latinoamericanas han sido cambiadas profunda
– y diferentemente durante el proceso de la transición neoliberal produciéndose otro
proceso de fragmentación ideológica creciente y excluyente. Por ende, podríamos
indicar que la presente situación geopolítica y geoeconómica de América Latina son
producto de la aparición de regímenes no-tradicionales, conformación de nuevas
fórmulas y metodologías de solución de los problemas sociales, económicos y de
marginalización. En realidad, estos problemas regionales tan complejos y contradic-
torios discrepan y cuestionan abiertamente el concepto de la democracia occidental
y los postulados de la escuela neoliberal. Como consecuencia, tenemos ante nosotros
la victoria electoral de varios líderes políticos nuevos lo que demostró profundas de-
bilidades del modelo democrático tradicional implantado en América Latina durante
la “década perdida” - basado en el parlamentarismo occidental y el sistema tradicio-
nal de partidos políticos.
En resumen, el debate político se centró en demostrar por un lado que dicho
modelo no era capaz de responder y solucionar los múltiples problemas sociales de
la realidad venezolana, boliviana, ecuatoriana, nicaragüense, etc. Por el otro, se vio
que las discrepancias ideológicas iban a fragmentar aún más los escenarios político-
económicos latinoamericanos. Acorde con esta aseveración, parece posible deducir
que la democracia latinoamericana está transformándose y hoy día y por vez primera
en la historia política de América Latina casi 60% de su población vive bajo llama-
dos “regímenes izquierdistas” que es un marco definitorio muy amplio y flexible pa-
ra explicar toda una gama de ideologías diferentes: tales como el chavismo, el indi-
genismo de Morales, el nuevo sandinismo, el socialismo del siglo XXI o el llamado
“nuevo populismo latinoamericano”. En todo caso, la descomposición del consenso
político regional latinoamericano conformado durante la “década perdida” y reafir-
mado en los años posteriores tiende a transformarse a finales del siglo XX y princi-
pios del siglo XXI en un concepto geoeconómico y geopolítico nuevo inspirado jus-
tamente por las ideas antineoliberalistas.

7
Carlos Malamud, “La crisis de la integración se juega en casa”, Nueva Sociedad, No. 219,
enero-febrero de 2009.

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II. EL NACIMIENTO DE LA NUEVA GEOECONOMÍA LATINOAMERICANA


Ya desde mediados de los años 90 del siglo pasado era evidente que la globa-
lización aparece como un conjunto de acontecimientos difíciles de analizar debido a
la ausencia de conceptos que rindan cuenta de su verdadera naturaleza y de su real
impacto. Debido a esto, la globalización plantea serias preguntas acerca del futuro
de la humanidad que debería sustentarse sobre un concepto civilizatorio basado en la
armonización de intereses – es decir el consenso – y de la convivencia dentro de los
llamados espacios multiétnicos, pluriconfesionales y multiculturales. Sólo en esta
perspectiva puede analizarse y comprenderse el dilema vital de nuestro mundo ac-
tual: ¿interdependencia anárquica y conflictiva? o ¿interdependencia organizada y
cooperativa8?
Casi paralelamente, tanto en América Latina como en otras regiones del globo
se acentuaron las polémicas sobre el papel de la geopolítica en la era de la globaliza-
ción. En realidad, se pensó que la geopolítica como disciplina científica antigua se está
modificando en una nueva “geopolítica” válida para el proceso de globalización que
tan omnipotentemente conquistaba casi todas las esferas de la comunidad internacional
y nacional a nivel de un Estado. No obstante, parece importante señalar que el fenó-
meno de la globalización transcurre con un proceso paralelo muy importante: la regio-
nalización político-económica y cultural que hay que observar como tendencia o sea
tendencias que al final del siglo XX iban configurando el nuevo mapa político-
económico mundial y latinoamericano, también.
A diferencia de la globalización que acontece interconectando las principales
economías del mundo o sea las principales regiones geográficas que gravitan alrededor
de los grandes centros económico-financieros hegemónicos, la regionalización está
progresando en diferentes zonas geográficas (regiones) con más o menos éxito y de
forma desigual. Por ejemplo, durante la década de los años 90. en América Latina se
lograron varios avances muy notables en el ámbito de integración: la fundación y con-
solidación del MERCOSUR, la conclusión de acuerdos de libre comercio con Bolivia
y Chile, avances logrados en el Sistema Andino de Integración que se transformó con
dificultades en la Comunidad Andina de Naciones (CAN), los acuerdos de libre co-
mercio entre Chile y los países de la Comunidad Andina, etc., por lo cual se empezó a
hablar de un nuevo espacio geoecónomico latinoamericano. A todo esto, hay que aña-
dir que el fracaso del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y la constitu-
ción de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) han sido dos eventos más
significativos del proceso de integración latinoamericana desde sus inicios en la déca-
da de los sesenta del siglo pasado. En realidad, con la CSN se intentó originar un nue-
vo concepto de integración limitado al espacio geopolítico y geoeconómico sudameri-
cano que se proyectaba como una modalidad diferente de posicionamiento interno a
nivel regional e internacionalmente en un mundo cambiante. Cabe advertir que la di-

8
Slobodan S. Pajović, “Particularidades de la inserción internacional de América Latina – Un
contrapunto con los Balcanes”, Nueva Sociedad, No. 214, marzo-abril de 2008, pp. 95-103.

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námica muy parecida se generó también en otras regiones y, muy especialmente, en


Asia-Pacífico, por ejemplo.
Pero para poder hablar de esta nueva geoeconomía latinoamericana ya existente
a inicios del siglo XXI se requiere de algunas aclaraciones, aunque muy breves, sobre
el concepto de término en consideración. Es bien sabido que este término fue lanzado
por vez primera en 1942 por el científico norteamericano Georg T. Renner9. Después,
Edward Luttwak, otro científico norteamericano, intentó en 1990 proporcionar un
marco teórico al concepto inicial de la geoeconomía a modo que podría decirse que
Luttwak es el fundador de una nueva disciplina científica que empezó a recobrar mu-
cha importancia al finalizarse la Guerra Fría. En su artículo titulado “From Geopolitics
to Geo-Economics Logic of Conflict, Grammar of Commerece” explica que la nueva
disciplina investiga y estudia principalmente los conflictos de intereses económico-
comerciales surgidos en el espacio geográfico reducido al Occidente10. En otras pala-
bras, al agotarse la bipolaridad en las relaciones internacionales se produjo en el Occi-
dente cierta dinámica conflictiva instaurándose en el ámbito económico. De acuerdo a
esta aseveración, la solución de la nueva tipología de conflictos – a diferencia de la an-
terior época bipolar - no implica el uso de la fuerza.
Siguiendo nuestras reflexiones sobre los nacimientos de la geoeconomía co-
mo disciplina científica se debe recalcar que también hubo intentos parecidos en va-
rios países europeos. Por ejemplo, el pensamiento geoeconómico ruso se diferencia
de los pensamientos norteamericanos porque los rusos definen a esta disciplina cien-
tífica como parte de toda una ciencia nueva que fue denominada la “globalística”.
Según ellos, la globalística es la ciencia que se dedica al estudio de los métodos y
reglamentos científicos de la globalización como fenómeno que ha alternado y sigue
alternando tan profundamente la actualidad mundial. Consecuentemente, el objetivo
principal de la geoeconomía rusa es estudiar los nuevos espacios económicos que
son productos directos de la globalización o sea de la acción real y racional del ser
humano a principios del siglo XXI. Estas reflexiones se centran en la ampliación del
poder estratégico y competitivo del Estado ruso en el nuevo contexto internacional
que surgió finalizándose el proceso de la desmembración de la Unión Soviética y su
transformación en la Federación de Rusia 11. Por otro lado, los geoeconómistas italia-
nos consideran que la geoeconomía nace de la geopolítica y de hecho representa una

9
Georg T. Renner, Human Geography in the Air Age, New York, McMillan, 1942.
10
Edward Luttak, “From Geopolitics to Geo-Economics Logic of Conflict, Grammar of
Commerece”, The National Interests, Summer 1990, pp. 17-23.
11
En su estudio sobre la geoeconomía Prof. Dr. Blagoje Babić subraya que Ernest Georgie-
vich Kochetov es uno de los más importantes geoeconomistas rusos. Kochetov ha escrito va-
rias obras sobre la geoeconomía y su importancia pero también sobre la “globalística” como
ciencia y sus contenidos teóricos, metodológicos y prácticos. Para una mayor información so-
bre el desarrollo del pensamiento geoeconómico ruso consultar: Blagoje Babic, Geoekonomi-
ja – Stvarnost i nauka, Megatrend revija, Vol. 6, No. 1, 2009, pp. 31-38.

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nueva estrategia estatal orientada a asegurar un mejor posicionamiento del Estado


italiano en un contexto internacional caracterizado por las rivalidades de distinta ín-
dole. Según los autores italianos Paolo Savona y Carlo Jean 12 la nueva disciplina
científica en realidad sería un rediseño de la anterior geopolítica de la “Guerra Fría”
que priorizaba los aspectos militares y de seguridad. Dicho de otra manera, la geo-
política se transformó en una geoeconomía que colocó el interés económico como
elemento prioritario de la estrategia estatal. Resumiendo, una exitosa estrategia
geoeconómica permite a un Estado incrementar su competitividad económico-
financiera y tecnológica que es de primordial importancia para mejorar su posicio-
namiento internacional en la globalización y la correspondiente jerarquía mundial de
Estados. Queda evidente que los geoeconomistas italianos comparten la postura de
sus colegas norteamericanos con respecto al papel decreciente del poder militar.
Simplificando, podría concluirse que la tarea de la geoeconomía es la construcción
de una estrategia estatal cuyo objetivo es asegurar a las empresas nacionales mejores
condiciones de competitividad e inserción internacional 13. Finalmente, los geoeco-
nomistas franceses y, sobre todo Pascual Lorot, se asumen a la postura norteameri-
cana puesto que acentúan que el poder militar está perdiendo la primacía después de
la caída del sistema bipolar. Sin embargo, ellos insisten en que la “salud económica”
de un Estado es el criterio fundamental para determinar su influencia internacional.
Por lo tanto, en la era de la globalización los intereses económicos son superiores
incluso en comparación con el tratamiento de los intereses políticos de un Estado 14.
En breve, los expertos franceses destacan que la geoeconomía estudia las estrategias
económicas de los estados y, particularmente, las comerciales que se aprueban con
el fin de garantizarse una posición más favorable y estable en una constelación eco-
nómico-financiera internacional cambiante y altamente competitiva. En consecuen-
cia, puede decirse que se trata de estrategias orientadas a defender los intereses eco-
nómicos estatales. Entre los objetivos estatales se concreta la dominante necesidad
de apoderarse de algunas partes del mercado mundial para asegurar la exportación
de productos y de la tecnología. A diferencia de los geoeconomistas norteamerica-
nos los franceses instan en que la nueva disciplina científica es de alcance global de-
bido al hecho que los espacios geoeconómicos altamente industrializados ya no per-

12
Paolo Savona es profesor de la economía política de la Universidad Luiss Guido Carli en
Roma mientras que Carlo Jean es general y presidente del Centro de Altas Investigaciones del
Ministerio de Defensa de la República de Italia.
13
Paolo Savona, Carlo Jean, Geoeconomia, Dominio dello spazio economico, Editore Franco
Agnelli, Ristampa 1997, Milano. Accesible para la consulta en la versión electrónica: http://-
books.google.com/books?id=5kM0a90JE3EC&lpg=PP1&ots=Ti-9SaIQdw&dq=Paolo%20-
Savona%20Geoeconomia&hl=es&pg=PP1#v=onepage&q&f=true.
14
Lorot, Pascal, Introduction á la Geoeconomie, París, Edit. Économique, 2000. El texto está
accesible en la versión electrónica: http://cvc.cervantes.es/lengua/anuario/anuario_01/avila/-
p02.htm.

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tenecen exclusivamente al Occidente15. Cabe señalar que el Profesor B. Babić en su


estudio sobre el nacimiento, conformación y desarrollo de la geoeconomía recalca
también las importantes aportaciones de los geoeconomistas hindúes y ucranianos16.
Por todo ello, tenemos ante nosotros la conformación de una nueva disciplina
científica que se dedica al estudio, análisis, interpretación y aplicación práctica del sa-
ber contextual acerca de nuevas discrepancias, hegemonías económico-comerciales y
financieras, disputas y diferendos a escala mundial. En fin, podríamos resumir que la
nueva rivalidad internacional de hecho obliga al aparato estatal definir y fortalecer su
propia hegemonía geoeconómica. Prácticamente, aparece inminente la supremacía de
la geoeconomía sobre la geopolítica por lo cual la regionalización del sistema interna-
cional hay que analizarla como un fenómeno nuevo en las relaciones internacionales.
Esta postura se basa en la convicción de que la geopolítica está perdiendo la importan-
cia por la inevitable reorganización geoeconómica mundial en forma de establecimien-
to de sistemas geoeconómicos (regiones-bloques económicos) que incluso pueden
contener instrumentos geoestratégicos defensivos u ofensivos y no solamente de índo-
le política o militar17.
Tomando en consideración estos elementos de análisis es posible afirmar que
la formación del concepto de una nueva geoeconomía latinoamericana es definiti-
vamente la consecuencia de esta dinámica generada en el Occidente después de la
“Guerra Fría”. Se trata no solamente del decaimiento de la solidaridad económica
existente durante la bipolaridad entre los aliados occidentales sino más bien de unos
cambios sustanciales en el ámbito ideológico que sorprendentemente aparecieron en
América Latina. Dentro de esta constelación internacional caracterizada por el fe-
nómeno de la globalización-regionalización se originó en América Latina un proce-
so que planteó nuevos riesgos y fuentes de inestabilidad tanto comercial como fi-
nanciera y política. Al tratar las experiencias latinoamericanas en este ámbito parece
ineludible subrayar que existía el temor y varios tipos de riesgo de exclusión de

15
A diferencia de la época de la bipolaridad por el Occidente hay que entender una comuni-
dad integrada por un conjunto de actores internacionales con diferentes objetivos en su políti-
ca exterior, que defiende los principios democrático-liberales que ordenan sus respectivas so-
ciedades y sus formas de gobierno y principios neoliberalistas que rigen sus economías capi-
talistas. Hoy en día el mayor líder del Occidente aún son los Estados Unidos.
16
Para una mayor información sobre el nacimiento y el desarrollo temático y teórico de la
geoeconomía como disciplina científica se recomienda consultar: Blagoje Babic, op. cit.,
pp. 31-57.
17
Edward Luttwak es especialista en asuntos militares del Center for Strategic and International
Studies, en Washington D.C. Puede constatarse que al aplicar la estrategia castrense a la
economía y a la sociedad llegó a definir del nuevo concepto de geoeconomía. También, es
ampliamente aceptado como autor de la teoría de las relaciones internacionales que afirma la
supremacía de la geoeconomía sobre la geopolítica. Entre sus libros, se destaca The Pentagon
and the Art of War (1985), Strategy: The Logic of War and Peace (1987) y The Endangered
American Dream (1993). Consultar: Blagoje S. Babić, op. cit., pp. 31-37.

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aquellos países que no estaban adecuadamente homologados con la doctrina neolibe-


ral o adiestrados con el principio de la competitividad internacional tan propia del
mundo contemporáneo. Adicionalmente, la heterogeneidad estructural de la región y
de los países que la integran hizo que la inserción internacional a la economía mun-
dial resultó ser segmentada, dependiente y marginal. Las reacciones negativas y las
marcadas resistencias provenían justo de aquellos países que vivían una profunda y
multifacética crisis político-social y económica.
Paradójicamente, la realidad latinoamericana que ha sido reformada en base
de los principios democrático-liberales y de acuerdo a las recetas neoliberales18 que
es la esencia ideológica de la globalización representa hoy en día definitivamente
una realidad que comporta riesgos y posibilidades, oportunidades y amenazas, des-
igualdad y exclusión, el fortalecimiento de paz o conflictos, el desarrollo o subdes-
arrollo. Sin duda alguna, dicha ambigüedad simboliza el desafío más grave para los
gobiernos latinoamericanos puesto que sólo emprendiendo una urgente solución de
varias y diferentes desigualdades, incluso ampliadas en los últimos dos decenios, ga-
rantizarían la estabilidad social y política.

III. EL REDISEÑO GEOECONÓMICO DE AMÉRICA LATINA


El alto nivel de la interdependencia compleja manifestado dentro de los mar-
cos del llamado “nuevo regionalismo latinoamericano” ha permitido modificar sus-
tancialmente su realidad política, económica, social, financiera, ideológica, científi-
co-tecnológica, ambiental, cultural, educativa, etc. En otras palabras, el nuevo regio-
nalismo latinoamericano a principios del siglo XXI se caracterizaba por la intensiva
diversificación modal e ideológica de los contenidos en los procesos de cooperación
e integración que son muy variables y diferenciados. Este fenómeno ha sido analiza-
do por muchos expertos latinoamericanos y extranjeros y enfocado como un proceso
de construcción que abarca la sociedad, política, economía y relaciones internacio-
nales de América Latina. Algunos de ellos incluso percibieron el término la “cons-
trucción” en forma del dilema ¿integración o fragmentación?
Sin embargo, al analizar dicha situación regional por un lado, se nota que
existen numerosos compromisos que contemplan la liberalización comercial o for-
mación de zonas de libre comercio y, por el otro, emergieron proyectos de integra-
ción económica, política y social completamente nuevos. Esta característica nos lle-

18
En realidad, el llamado “Consenso de Washington” hay que entender como una serie de
medidas de política económica que ha sido propuesta y sugerida a los gobiernos latinoameri-
canos por el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Inter-Americano de De-
sarrollo y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Al iniciar las reformas econó-
micas dentro de lo sugerido se podía contar con el apoyo financiero procedente de los países
industrializados. Dicho documento resultó ser criticado duramente en América Latina porque
la implementación de sus tres componentes fundamentales “estabilización, privatización y li-
beralización” produjeron varias consecuencias muy negativas en la esfera social.

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va a un segundo nivel de análisis que demuestra que el nuevo regionalismo latinoa-


mericano es un fenómeno multidimensional que está en proceso de fraccionamiento
y que abarca paralelamente numerosas experiencias inspiradas en la doctrina neoli-
beral y algunas muy singulares e ideológicamente opuestas19.
Adoptar la base ideológica neoliberal significó emprender las políticas eco-
nómicas que incluyeron medidas de ajuste estructural en lo productivo y aperturistas
en su dimensión comercial. Se trata entonces de toda una reforma cuyo objetivo ha
sido desmantelar o modificar las estructuras institucionales e ideológicas del “viejo”
regionalismo latinoamericano considerado como una ampliación del proteccionismo
orientado hacia el interior para fomentar la industrialización por substitución de im-
portaciones20.
En realidad, la gran mayoría de los países latinoamericanos al adoptar las
medidas de reajuste económico de corte neoliberal acudieron a la realización de
nuevos objetivos económicos y comerciales, entre los que destacan la lucha contra el
proteccionismo en los principales mercados de la región, la negociación de acuerdos
de libre comercio, el inicio y la aplicación de nuevos programas de liberalización
dentro de los esquemas de integración vigente, etc. Paralelamente, estos países des-
plegaron grandes esfuerzos por explotar sus propios “nichos exportadores” y atraer
nuevos flujos de inversiones extranjeras. Sin embargo, el análisis del caso latinoa-
mericano apunta que es urgente buscar las soluciones de los problemas relativos a la
creación y distribución de la riqueza o con más precisión de la disminución de las
desigualdades sociales muy graves que podrían poner en peligro la estabilidad socio-
política de estos países.
De acuerdo con lo expuesto, al rediseño geoeconómico de América Latina
hay que observar como un proceso muy complejo que supone diferentes interaccio-
nes regionales en el interior de América Latina pero también aquellas establecidas

19
Por ejemplo, Claudio Katz insiste en que el impacto regresivo del neoliberalismo en Amé-
rica Latina ha causado el rediseño de América Latina. Esta transformación se explica partien-
do del fracaso del ALCA y el fortalecimiento del MERCOSUR o sea con la aparición del
ALBA que introduce principios de complementación y solidaridad oponiéndolos a la compe-
tencia y libre comercio neoliberal. Para una mayor información consultar: Claudio Katz, El
rediseño de América Latina – ALCA, MERCOSUR y ALBA, Ediciones Luxembourg, Buenos
Aires, Argentina, 2006.
20
El concepto de “regionalismo abierto” implementado en el ámbito de la integración lati-
noamericana a partir de 1990 fue conceptualizado y propuesto por la CEPAL. En realidad, se
trataba de idear el nuevo concepto de desarrollo económico y de integración en base a la doc-
trina neoliberal. La CEPAL ha elaborado los siguientes tres documentos que representan la
base ideológica del concepto en consideración: “Transformación productiva con equidad”,
“El desarrollo sustentable: transformación productiva” y “El regionalismo abierto en América
Latina – La integración económica al servicio de la transformación productiva con equidad”.
Para una información más completa sobre ese tema consultar: Eduardo Gudyuans, Open re-
gionalism or Alternative Regional Integration, 2005, http://www.integracionsur.com/america-
latina/GudynasCritiqueOpenRegionalism.pdf.

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SLOBODAN S. PAJOVIĆ 449
El siglo XXI: la conformación de la nueva geoeconomía latinoamericana

con países o grupos de países de otras regiones del mundo. Cuando se analiza el
nuevo mapa geoeconómico regional conformado a partir de los años 90. del siglo
XX se llega a identificar varias modificaciones hechas en el contenido de acuerdos
integracionistas que evidentemente demostraban los lineamientos ideológicos neoli-
berales compartidos dentro de un regionalismo económico y político reformado. De
hecho, esta regionalización latinoamericana ha representado un conjunto de procesos
integracionistas inspirados en la intensiva diversificación modal e ideológica que se
ubicaba en distintos espacios geográficos de esta región. Es importante añadir que el
proceso ha sido protagonizado por nuevos actores tanto estatales como no estatales
(no gubernamentales), tales como las agencias e institutos especializados, bancos y
empresas nacionales y transnacionales, fundaciones privadas, universidades, etc. A
raíz de las profundas redefiniciones geoeconómicas se produjo una diversidad cre-
ciente y hasta solapamiento de las agrupaciones regionales que componía esta nueva
realidad latinoamericana en la que el impulso gubernamental por el protagonismo
empresarial permitía los progresos individuales pero también multilaterales 21. Esta
ha sido la vía seguida por los países latinoamericanos en los nuevos escenarios
geoeconómicos y políticos a principios de los noventa del siglo XX cuando América
Latina se proyectó internacionalmente como una región reformada en lo político y lo
económico. A pesar de que los primeros resultados de este proceso transitorio fueron
promisorios ulteriormente se manifestaron graves consecuencias en lo social reper-
cutiendo directamente sobre la estabilidad en varios países de la zona.
Durante este período formativo de una nueva fisonomía geoeconómica lati-
noamericana los protagonistas más significantes han sido el Tratado de Libre Co-
mercio de América del Norte (TLCAN)22, el Área de Libre Comercio de las Améri-
cas (ALCA), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) o, por ejemplo, la Comuni-
dad Iberoamericana de Naciones (CIN). Más tarde en 2001 apareció también la Al-
ternativa Bolivariana para Nuestra América (ALBA). No cabe duda que cada una de
estas iniciativas introducía una transformación geoecónomica, política e ideológica
muy importante y de gran alcance regional e internacional.
Al referirse al ALCA en términos de la teoría tradicional de la integración es
evidente que incluye la liberalización comercial y la flexibilización de los denomi-

21
Para ilustrar la importancia de la inserción internacional el caso mexicano es muy ilustrati-
vo. Desde que en 1994 entró el vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN), entre México, Estados Unidos y Canadá, México continuó con la praxis de firmar
tratados de libre comercio como uno de los instrumentos más apropiados para lograr una me-
jor inserción internacional. Después se firmó toda una serie de estos tratados: con Bolivia
(1995), Costa Rica (1994), Colombia-Venezuela-México (Grupo de los Tres, 1995), Nicara-
gua (1998), Chile (1998), Israel (2000), con los Estados De La Asociación Europea De Libre
Comercio (EFTA – 2000), Guatemala, Honduras y El Salvador (Tratado de Libre Comercio
con el Triángulo del Norte, 2001), Uruguay (2003), Japón (2005), etc.
22
Conocido también como TLC o como NAFTA, por sus siglas en inglés de North American
Free Trade Agreement.

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450 SLOBODAN S. PAJOVIĆ
El siglo XXI: la conformación de la nueva geoeconomía latinoamericana

nados temas relacionados con el comercio23. Por otro lado, el ALCA excluye cual-
quier dispositivo de planificación de desarrollo y procede directamente al desmonta-
je arancelario sin prever o intentar lograr formas superiores de integración. En el
análisis del contenido del ALCA se observa el predominio de los temas comerciales
y ausencia de cualquier tipo de preocupación por la promoción de la equidad. Dicho
proyecto se caracteriza por la evidente desigualdad entre las dimensiones y las capa-
cidades económico-tecnológicas de los Estados Unidos y de los países del Sur 24. Las
desigualdades existentes entre las empresas norteamericanas respecto de las sudame-
ricanas, expresan también las desigualdades cualitativas en términos de recursos fi-
nancieros, de nivel tecnológico y de capacidad de gestión, con lo que el resultado in-
evitable sería que en el ámbito del ALCA ocurra una “especialización excluyente”
que originaría para las empresas norteamericanas el control y comando sobre todos
los sectores de mayor valor agregado, y para las empresas sudamericanas un espacio
muy reducido en su condición de proveedoras de materias primas y productos agro-
pecuarios no elaborados. De ahí que el proyecto ALCA tiene indudablemente un ca-
rácter neoliberal que beneficiaría con el acceso a productos norteamericanos mejores
y baratos a la sociedad de consumo, pero también al mercado oligopólico norteame-
ricano que impondría los precios que más les convengan25.
Y justo a raíz de estas asimetrías y diferencias ideológicas sustanciales apare-
cieron grandes discrepancias entre Estados Unidos y países como Venezuela o grupo
como el MERCOSUR que intentaron darle un mayor contenido social a la agenda
del ALCA. En efecto, durante el proceso negociador del ALCA se dio por claro que
la globalización tiene también sus efectos desnacionalizantes26 y por tanto se puede

23
Es muy interesante observar el momento histórico de lanzamiento del ALCA. Existen opi-
niones que consideran que este proyecto de los Estados Unidos fue convocado, para contra-
rrestar las Cumbres Iberoamericanas, organizadas por España y Portugal, en la que participa-
ron miembros de la Unión Europea. Por lo tanto para aminorar la participación de Europa en
el contexto latinoamericano, Estados Unidos reunió la Cumbre de las Américas.
24
Zabaleta Fajardo, Alfonso, Relación Mercosur-ALCA, Universidad Central de Venezuela,
2003.
25
María de Monserrat Llairó, “MERCOSUR pred izazovom projekta ALCA”, Megatrend re-
vija, Vol. II. No. 1, 2005.
26
En su estudio titulado “América Latina – crónicas de llegar a ser (o, ¿Por qué América La-
tina es así como creemos que es?” el Profesor Andrzej Dembicz subraya la importancia de los
procesos formativos de la identidad latinoamericana y de la percepción de América Latina
desde dentro y desde fuera. También, concluye que se trata de un proceso complejo en el que
la CEPAL tuvo gran impacto. En realidad, A. Dembicz subraya con toda razón científica que
el reconocimiento regional-político internacional de América Latina a posteriori de la II Gue-
rra Mundial encontró su expresión definitiva en la creación de la CEPAL. De ahí que se po-
dría entender e interpretar la importancia histórica de la CEPAL como uno de los elementos
básicos del patrimonio intelectual o sea de la identidad regional latinoamericana. Sobre este
tema se recomienda consultar: Andrzej Dembicz, “América Latina – crónicas de llegar a ser
(o, ¿Por qué América Latina es así como creemos que es?)”, en: Interculturalidad en los pro-

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entender mejor el rol del MERCOSUR como un poder de negociación internacional


apoyado por la legitimidad democrática de los gobiernos de los países miembros o,
sea, como un sistema de preservación de la autonomía nacional de los países miem-
bros y más ampliamente de Sudamérica. En un segundo nivel de análisis podemos
subrayar que el MERCOSUR fue y es un factor decisivo para la subsistencia de los
márgenes de autonomía internacional, dirigidos desde el exterior por las grandes
multinacionales y potencias con jurisdicción sobre sus respectivas matrices27.
Durante la última fase de esta negociación altamente tensa se propusieron
medidas para la creación e introducción de compensaciones para los países o regio-
nes menos desarrolladas o atrasadas. Paralelamente, se formularon otras reservas en
cuanto a temas relacionados con la propiedad intelectual y los servicios enfatizándo-
se los riesgos en cuanto al acceso a los medicamentos, el carácter gratuito del siste-
ma de salud o la educación28. Es bien sabido que en la Cumbre de Mar de Plata (Ar-
gentina, 2005) los Estados Unidos rechazaron incluir estos temas en la negociación
y el ALCA entró en un impasse agonizante. En realidad, el proyecto norteamericano
de construcción del área continental americana de libre comercio está en una paráli-
sis profunda por conflictos entre grupos capitalistas, divergencias entre gobiernos y
una creciente resistencia popular. Pero todo indica que el ALCA fracasó por ser un
proyecto de dominación norteamericana abierta de la región latinoamericana y esta
vez en su dimensión económico-comercial29. En todo caso, parece muy importante
detectar el papel de la resistencia popular al ALCA y el nacimiento a lo largo de
América Latina de amplios movimientos sociales de perfil antineoliberalista.

IV. REFLEXIONES FINALES


Tomando en consideración todos estos cambios geoestratégicos podemos
concluir que al iniciarse el siglo XXI empezó a reflejarse con más impacto la con-
formación de una nueva realidad socio-política, económica e ideológica latinoameri-
cana que reflejaba la nueva defragmentación del mapa geoeconómico regional. Se

cesos de la formación identitaria de América Latina: percepciones e interpretaciones, Ed.


Universidad Megatrend-CEISAL, Belgrado, 2006, pp. 17-28.
27
Llairó, María de Monserrat La integración latinoamericana: de la ALALC al MERCOSUR,
Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela, 2002.
28
José Briceño Ruiz, “El ALCA y la Comunidad Sudamericana como modelos de integra-
ción”, Latitud Sur, No. 1, pp. 63-75.
29
Sin embargo, los Estados Unidos lanzaron un programa sustituto de reforzamiento de trata-
dos de libre comercio ya existentes (México y Chile), la aprobación de nuevos convenios
(Centroamérica, República Dominicana, etc.) y la negociación de otros acuerdos con Panamá,
Perú, Colombia y Ecuador. Esta estrategia demuestra que sólo la versión inicial del tratado ha
sido derrotada y que los Estados Unidos inmediatamente continuaron el proceso a nivel bila-
teral.

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El siglo XXI: la conformación de la nueva geoeconomía latinoamericana

trataría entonces de un nuevo proceso regional pero esta vez de descomposición del
llamado “nuevo regionalismo latinoamericano abierto” que se puede identificar ob-
servando las modificaciones en el mapa geoeconómico de la región. En primer lu-
gar, se trata del fortalecimiento de integración dentro de los marcos de Sudamérica:
MERCOSUR, Comunidad Andina de Naciones, Organización del Tratado de Co-
operación Amazónica, o la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regio-
nal Suramericana que surgió de la Reunión de Presidentes de América del Sur reali-
zada en la ciudad de Brasilia (2000). Esta tendencia progresó con la fundación de la
Alternativa Bolivariana para Nuestra América (2001).
La aparición del ALBA como proyecto integracionista promovido por el pre-
sidente venezolano Hugo Chávez Frías podría ser considerado como resultado del
proceso revolucionario bolivariano o con más precisión como una proyección regio-
nal directa de una experiencia política nacional. El propósito principal del ALBA es
contener al expansionismo de Estados Unidos o sea demostrar el alto grado de anti-
imperialismo y antiamericanismo. Con esta finalidad, el ALBA se opone firmemente
a las características mercantiles de la integración regional latinoamericana por lo
cual se manifiesta su indudable orientación anti-neoliberalista. No obstante, atrás de
los principios de solidaridad y complementación que proclama está un proyecto po-
lítico venezolano que seriamente cuestiona la estabilidad del prevaleciente orden po-
lítico vigente en América Latina y basado en los principios de la democracia liberal.
De ahí su carácter altamente populista que intenta proyectar hacia América Latina
los avances sociales que abarcan la reforma agraria y distribución de la tierra, conce-
sión de créditos a las cooperativas, extensión de los servicios educativos y sanitarios
a los sectores hasta ahora marginados30.
No obstante, la peculiaridad ideológica de la relación cubano-venezolana ba-
sada en el concepto de “intercambio solidario”31 apuntan hacia una afinidad izquier-
dista que puede distanciar o diferenciar esta iniciativa de otros gobiernos o movi-
mientos nacionalistas de América Latina a pesar de su firme orientación hacia el
campo de salud, educación y desarrollo económico en favor a la mayoría popular.
En todo caso, la aparición del ALBA puso de manifiesto la importancia definitiva
del tema energético para ampliar la autonomía suramericana con finalidad de garan-
tizar la independencia económica de la región. En este sentido, hay que evaluar el
alcance de las actividades del gobierno bolivariano que concretó varios acuerdos pe-
troleros con países suramericanos y caribeños 32.

30
Claudio Katz, op. cit., pp. 65-86.
31
El concepto de “intercambio solidario” podría entenderse como un modelo de cooperación
diferente a las fórmulas y medidas neoliberales de ayuda a los pobres que usualmente son re-
sultado de las privatizaciones.
32
La empresa estatal venezolana PDVSA firmó acuerdos con PETROBRAS de Brasil pero
también con los grupos privados que operan en la zona y sobre todo con la multinacional es-
pañola REPSOL. Paralelamente, se realizan investigaciones sobre la viabilidad de la integra-
ción energética a largo plazo.

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El siglo XXI: la conformación de la nueva geoeconomía latinoamericana

Finalmente, este proceso de cambios geoeconómicos y políticos en América


Latina culmina con la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR)
que oficialmente se lanza el 22 de mayo de 2008 con la firma del Tratado Constitu-
tivo de la Unión de Naciones Suramericanas. De hecho, se institucionalizaron los
marcos para el desarrollo de un espacio suramericano integrado en lo político, so-
cial, cultural, económico, financiero, ambiental y en la infraestructura. Cabe indicar
que el nuevo modelo de integración incluirá todas las experiencias y logros hechos
por el MERCOSUR o la Comunidad Andina de Naciones pero también a Chile y,
por vez primera, a Guyana y Surinam. El último objetivo es y será favorecer un de-
sarrollo más equitativo, armónico e integral de América del Sur.
Resumiendo, podemos concluir que el naufragio del ALCA hizo que en Su-
damérica acontezcan nuevas tendencias de integración formando inéditos espacios
geoeconómicos mientras que en Centroamérica y el Caribe se seguía con la ratifica-
ción de una serie de convenios bilaterales con Estados Unidos. De hecho, Washing-
ton ha cambiado su enfoque multilateral en cuanto al tema de establecimiento de zo-
na de libre comercio entre las Américas por una estrategia bilateral de libre comer-
cio. De esta manera, se reforzaron exitosamente los tratados de libre comercio ya
existentes (México y Chile) y firmaron nuevos tratados con Centroamérica y Repú-
blica Dominicana (CAFTA-DR) y Panamá. La misma estrategia fue aplicada en las
negociaciones con Colombia, Perú y Ecuador. Sin embargo, varios especialistas la-
tinoamericanos instan en que los Estados Unidos han podido obtener con más facili-
dad sus objetivos negociando con socios pequeños y fuera del bloque. También se
destaca que estos acuerdos de carácter bilateral son diferentes en su contenido, al-
cances y metas. Por ejemplo, en Centroamérica se empezó con la instalación de
plantas de ensamblaje industrial (electrónica, indumentaria o automotores) por la
proximidad geográfica al mercado norteamericano mientras que en casos de países
sudamericanos (Ecuador, Perú y Colombia) se promueve la exportación de los re-
cursos naturales más importantes para la economía norteamericana. Finalmente, se
acentúan también algunos detalles muy particulares, como la introducción de obli-
gaciones de las privatizaciones de la salud que hasta ahora han sido inéditas 33.
En realidad, dichos procesos que son tan opuestos nos permiten revelar que
en América Latina está ocurriendo la última fase del rediseño geoeconómico cuyos
protagonistas principales son MERCOSUR y ALBA por un lado y Washington por
el otro. Esta división manifiesta altas discrepancias ideológicas que pueden repercu-
tir seriamente sobre la unidad del espacio geoeconómico latinoamericano. Siendo en
realidad las discrepancias ideológicas las características principales de la actual re-
composición geoeconómica de esta región podemos concluir que fortalece el proce-

33
Se recomiendan consultar: Edgardo Lander, “¿Modelo alternativo de integración? Proyec-
tos neoliberales y resistencias populares”, Revista OSAL, No. 15, enero de 2005 o Jaime Estay
Reyno, “América Latina en las negociaciones comerciales multilaterales y hemisféricas”, La
economía mundial y América Latina, ClACSO Libros, Buenos Aires, 2005.

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so de fragmentación del regionalismo latinoamericano abierto practicado por gran


mayoría de los países y modelos de integración durante los años 90 del siglo XX. El
enfoque neoliberal de entender el concepto de regionalismo abierto como el vínculo
entre países mediante el cual podrían lograr una mejor inserción en la globalización
se confrontó con las nuevas visiones al respecto que esencialmente son de carácter
anti-neoliberalista. Esta dicotomía ideológica fragmenta al proceso de integración en
dos corrientes aparentemente antagónicas y hasta ahora sin intentos de homologar-
los.
Parece sumamente importante que incluso la CEPAL concluye en su reporte
titulado el “Panorama sobre la inserción internacional de América Latina y el Caribe
2008-2009” que el regionalismo abierto y la inserción internacional siguen siendo
las únicas vías que conducen a la salida de la actual crisis económico-financiera. Pa-
ralelamente, se sugiere aumentar las exportaciones pero también permitir un mayor
papel de Estado. A raíz de estas opiniones cepalinas se diversificaron los debates en
América Latina generándose una visión crítica sobre la globalización y las experien-
cias latinoamericanas en ella. Por ejemplo, Eduardo Gudynas critica el concepto ce-
palino de regionalismo latinoamericano que es más bien comercial y anula la impor-
tancia de la multidimensionalidad del proceso de integración. En su análisis del “Pa-
norama sobre la inserción internacional de América Latina y el Caribe 2008-2009”,
Gudyans afirma que la CEPAL no entiende la problemática actual del desarrollo la-
tinoamericano al instar en que los países latinoamericanos deberían “esforzarse” aún
más en “aprovechar sus ventajas comparativas en sectores ligados a recursos natura-
les y ecosistemas aptos para el turismo, entre otros”. De esta manera, se puede llegar
a la conclusión de que se ignora la dependencia latinoamericana del sector de mate-
rias primas. En breve, sus críticas concluyen con que dicho reporte demuestra que el
neoestructuralismo actual de la CEPAL no puede generar una visión crítica tampoco
ser una alternativa viable frente a la actual crisis económica regional34.

34
Eduardo Gudyans, “Inserción internacional y desarrollo latinoamericano en tiempos de cri-
sis global: una crítica a la CEPAL”, Observatorio de la Globalización, No. 7, Diciembre de
2009, pp. 1-6.

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