Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La crisis del capitalismo mundial ha puesto en el mapa de la lucha política una serie
de elementos que requieren ser abordados para avanzar en un horizonte emancipatorio: La
necesidad vital de construir una nueva relación con la naturaleza. La obligación de romper las
jerarquías territoriales y abrir espacios para la definición de unas territorialidades de la
horizontalidad. Ahora bien, pese a que estas discusiones acompañan la reflexión crítica en la
región y a los avances que en términos de movilización social se han dado durante estos años
del siglo XXI, aún no parecen vislumbrarse caminos que realmente permitan la consolidación
de un sujeto social y político capaz de dinamizar una salida popular a la crisis, y que
posibilite avanzar hacia la creación de un orden post-capitalista.
En el último lustro ha emergido un intenso debate sobre los límites y las posibilidades
de transformación al sistema de dominación y acumulación capitalista bajo los gobiernos que
abrieron el denominado Giro a la izquierda en América Latina. En este sentido, procesos
como el boliviano, abren la puerta para salir del neoliberalismo y simbolizan el quiebre de un
Para estos enfoques, los procesos neo-desarrollistas que se viven en países del cono
sur como Brasil y Argentina, han propuesto correcciones a la doctrina del liberalismo
económico, sin abrir posibilidades para negar los postulados ultraliberales sobre el Estado y
del ultra individualismo sociopolítico, de tal suerte que han generado las condiciones para la
estabilización del capitalismo en crisis y han frenado los avances de la izquierda en la región.
De igual manera, perfilan dos elementos contextuales que requieren ser valorados
para el análisis político de la región. Y por el otro, la centralidad que cobra la lucha por el
territorio y la defensa de la vida, denotando que la vida se constituye en el postulado
ecológico y político fundamental del proceso de resistencia en la región.
Tal como sucedió en las economías del bloque del Mercosur, el crecimiento de la
producción y exportación de productos alimenticios y materias primas industriales formó
parte del aumento de la demanda asociada con la industrialización creciente de las economías
asiáticas emergentes y la especulación financiera y monetaria global, en el contexto de la
crisis desatada en los EE. Los picos de crecimiento del PIB en Paraguay, de 13% y 14%, no
son sostenibles en el corto ni el mediano plazo, por la dependencia existente de la demanda
internacional y la inversión especulativa en el agronegocio, asociada con la complementación
de la oferta brasileña, y las condiciones climáticas, entre otros aspectos. También el sector de
la construcción está creciendo, fundamentalmente, con la incorporación de la inversión
extranjera que busca de mayores niveles de rentabilidad y seguridad de la inversión, en
alianza o no con el capital local. Los negocios inmobiliarios han aumentado en zonas
exclusivas de la capital, así como en las ciudades fronterizas, Ciudad del
Este, Encarnación, que forman parte a su vez, de los Departamentos geográficos donde se
desarrollan los agronegocios.
Sin embargo, son pocos los esfuerzos políticos y los recursos económicos a nivel
global que se dirigen al desarrollo de fuentes energéticas alternativas y renovables, como
pueden ser la eólica o la solar. La propia Agencia Internacional de Energía en su último
informe advirtió que durante las próximas décadas «la matriz energética mundial continuará
sustentándose en los recursos fósiles causantes de la emisión de gases de efecto invernadero
responsables del cambio climático. Esto encaminará al mundo por la senda de una elevación
de la temperatura media global a largo plazo de 3,6 C.» No sólo la matriz energética global
continuará sustentándose fundamentalmente en petróleo, gas y carbón, sino que se prevé que
en los próximos veinticinco años la demanda de energía mundial crecerá alrededor de un
37%. De modo que la máxima responsabilidad del calentamiento global no responde a
fenómenos naturales, sino a la acción humana. No la acción humana en sentido genérico, sino
a la acción del hombre que se realiza bajo determinadas relaciones sociales, las relaciones
sociales capitalistas de producción, reproducción y consumo.
Por tanto, la estrategia para romper la dependencia energética con los países
nucleados en la OPEP consiste en extender la producción de los combustibles no
BIBLIOGRAFÍA