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Lección # 3
Cuando el agricultor quiere sembrar semillas para producir, por ejemplo, girasoles, primero
tiene que preparar la tierra. A esta agrega una mezcla de fósforo, nitrógeno y potasio que da
paso a un buen fertilizante. La combinación de estos químicos varía dependiendo de la
temporada del año y los resultados que se quieren obtener. El resultado deseado es una
planta con raíces profundas, un tallo fuerte y una bonita flor. Sin la mezcla correcta, las
plantas son débiles, no tienen raíces profundas o no producen la flor o fruta deseada. La
plantación de nuevas iglesias también requiere una buena mezcla de elementos. Para que
sea eficaz, comienza con la oración y requiere un plantador con destrezas, habilidades,
conocimientos y pasión. La plantación de iglesias no es para todos. Solo aquellos que
tienen la combinación correcta de características, confianza en el Espíritu Santo y la
oración eficaz de los creyentes pueden tener éxito como plantadores de nuevas
congregaciones.
Lo bueno es que Dios puede usar a mucha gente con corazón dispuesto para plantar su
iglesia. Habiendo dicho esto, es bueno identificar a las personas con la combinación
correcta de características, de esa manera colaboramos con Dios en un proceso de
filtración.
4. Alcanzar a no creyentes
Si el propósito de plantar congregaciones es buscar a los perdidos, debemos
buscarlos donde se encuentran. Si queremos pescar truchas, pescaremos en un río y
no en un pozo o un charco. El plantador necesita fortaleza para ir a los no creyentes
y no quedarse entre los creyentes, donde la vida es más cómoda y menos compleja.
Alcanzar a los no creyentes debe ser la tarea principal del plantador y con mayor
énfasis en las etapas iniciales (aunque nunca se debe dejar de hacer). Si no tiene esta
característica integral, no puede llamarse plantador de iglesias. Jesús les dijo a los
discípulos: “Yo os haré pescadores de hombres”. Él sabía bien lo que los discípulos
tenían que hacer. Eso era primordial en el ministerio que les estaba encomendando.
8. Responder a la comunidad
Jesús, mirando a los hambrientos, les dio comida. Cuando estuvo por el lago con la
multitud y se acercó la noche, les dio pescado y pan. Respondió a una necesidad de
la multitud. El plantador de igual manera debe responder a las necesidades de la
comunidad. No puede ignorar lo que ocurre en ella. Debe preocuparse por los
problemas de la comunidad y ver cómo la iglesia puede responder.
Algunos candidatos se preocupan solo por lo espiritual cuando a veces sus
necesidades cotidianas son más cercanas y evidentes. Atender a esas necesidades a
veces abre la puerta para que escuchen el evangelio.
13. Ejercer la fe
La última característica, no necesariamente en orden de prioridad, es ejercer la fe.
Ningún plantador legítimo vive por sus propios esfuerzos sino por el poder de Dios.
Confía en Dios. Como Pablo, declara que “El que comenzó en vosotros la buena
obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Él vive por fe y planta la iglesia
por fe. A veces la plantación parece muy lenta. El resultado parece estar muy lejano.
Tiene que confiar que es la visión que Dios le ha dado y tiene que vivir día tras día
con esa confianza, esa fe, hasta que Dios le dé el fruto de sus esfuerzos.