Está en la página 1de 52

PARTE CUARTA

LA ADMINISTRACIÓN DE LA SOCIEDAD

Capitulo XXI

Nociones Y Conceptos Comunes


1. Nueva Orientación En La Distribución Funcional.

Antes de ingresar al estudio del Órgano Administrador de la Sociedad Anónima resulta


imprescindible ocuparse de la orientación general que preside las soluciones legislativas
más recientes en orden a la composición, origen del cargo y funciones de dicho órgano, en
el contexto de la sociedad anónima actual, como forma jurídica propia de la gran
empresa.

La doctrina especializada y aun destacados sociológicos y economistas, han señalado unos


de los fenómenos distintivos de la evolución de las sociedades de capital, producido
originariamente en los Estados Unidos de América y difundido luego a los países de mayor
enjundia económica de Europa Occidental. También en las empresas de mayor magnitud
de nuestro medio se advierte la tenencia a que aludimos, consistente en la gradual
disociación entre el poder de gestión de la empresa, por una parte y la titularidad o
tenencia de los capitales invertidos en ella, por otra.

Este fenómeno acusa paralelismo evidente con otro aun más significativo del actual
estadio económico en el mundo capitalista, cual es la persistencia tendencia a la
concentración de empresas en grandes grupos de control económico, habitualmente de
carácter multinacional, que produce fatalmente una distorsión de los términos
tradicionales del mercado al unificar paulatinamente la oferta de bienes y servicios, frente
a una demanda dispersa y por lo mismo, cada vez más débil.

No es propio de esta tratar sobre este segundo y peligroso acontecer sin dejar por ello de
manifestar nuestra preocupación ante la posibilidad prospectiva de la tenencia señalada.
Pero si debemos referirnos al gradual divorcio entre poder de gestión y posesión del
capital en la empresa moderna, por haber receptado el fenómeno la Ley de Sociedades
que lo institucionaliza en varias innovaciones de transcendencias.

El poder operativo en las grandes sociedades de capital ha ido accediendo


progresivamente a manos de una tecnocracia cada día más especializada, los celebres
“Ejecutivos de empresas”, constituida por profesionales universitarios, técnicos en
disciplinas tales como racionalización de sistema, cibernética, investigación de mercado,

Sociedades Anó nimas Pá gina 1


relaciones públicas y humanas, control de producción y otras directamente relacionadas
con el funcionamiento de esos monstruos autónomos que son las empresas de
envergadura.

No siempre los dueños del capital poseen los conocimientos o la técnica especializadas
para hacer frente a los reclamos de un mercado duramente competitivo, motivado por la
Ley rigurosa de no quedar atrás, de igualar cualquier superación de los competidores, de
asimilar y producir cuanta innovación técnica aparezca en plaza y a la vez de reducir
costos de producción, organizar campañas publicitarias, etc.

A esos efectos es menester, indudablemente que los directores de empresa, esto es


quienes realmente usaran de la potestad decisoria y operativa, sean personas capacitadas
técnicamente en las especialidades respectivas, condiciones que como se dijo, no siempre
tienen los dueños del capital accionario.

Esta disociación es reflejada en la práctica legislativa, no solo en el derecho comparado


sino en el nuestro, siendo la Ley 19.550, precisamente, la receptora de esta concepción a
través de institutos como el Comité Ejecutivo y el Congreso de Vigilancia, estudiados más
adelante y eliminado el requisito de la calidad de accionista para el ejercicio del cargo de
director de la sociedad anónima.

2. La Teoría Del Órgano Legal.

Como lo señala entre otros tratadistas, el Dr. Salvador R. Perrotta, la doctrina moderna ha
reemplazado en la sociedad anónima, la noción del mandato por parte de “Órgano Legal”,
en lo atinente a la naturaleza del Nexo Jurídico entre la sociedad y administradores. Más
aun la teoría del “Órgano Legal” es aplicable extensivamente a los diversos tipos
societarios contemplados por la Ley 19.550, en cuyo art.1ª se adopta la concepción
orgánica en la estructura societaria.

En palabras más directas: El directorio de la sociedad anónima debe cumplir sus funciones
especificas en la forma prevista por la Ley de Sociedades Comerciales, no porque se trata
de un mandatario de los socios, sino porque es uno de los órganos legales de ese tipo
societario, al cual se le han atribuido dichas funciones dentro del organigrama típico.

Consecuentemente de este presupuesto doctrinal es la aplicabilidad tan solo supletoria de


los principios de mandato en el estudio de las soluciones legales sobre constitución,
requisitos y funcionamiento del directorio, así como de sus relaciones con los restantes
órganos societarios y por fin con los terceros contratantes con la sociedad anónima.

De ahí que los textos específicos de la Ley 19.550 se ocupen de la administración y


representación con mayor casuismo, tendiente al autoabastecimiento normativo en la
Sociedades Anó nimas Pá gina 2
materia, configurando un panorama legislativo pretendidamente suficiente, que arranca
de las pautas genéricas con especial interés en la regulación de los órganos
administradores societarios en nuestro derecho.

3. Alcance De Los Actos De Representación .

Acorde con la metodología empleada en la redacción de la Ley de Sociedades, los


principios comunes a los cuales debe ajustarse el cometido de todo administrador de
Sociedades Mercantiles se hallan enunciados en el Capítulo I de la Ley (Parte General).

El art.58 establece el alcance de los actos de los administradores como representantes de


la sociedad, diciendo que tales actos obligan a la Sociedad Administrada o Representada,
siempre que no sean “Notoriamente extraños al objeto social”.

A continuación, el referido art.58 sienta una excepción trascedente, a la cual se refiere el


legislador en la Exposición de Motivos cuando analiza las razones que lo llevaron a
apartarse de la solución contenida en el art.410, 2ª Parte del Cód. Com.

Establece el texto legal vigente que los administradores obligan con sus actos a la
sociedad, siempre que no fueran extraños al objeto social, “Aun en infracción de la
organización plural, si se tratare de obligaciones contraídas mediante títulos valores, por
contratos entre ausentes, de adhesión o concluidos mediante formularios, salvo cuando el
tercero tuviese conocimiento efectivo de que el acto se celebra en infracción de la
representación plural”.

Se advierte sin dificultad que el criterio adoptado, en discordancia con el régimen


precedente ya aludido, obedece a la protección de los eventuales derechos de terceros,
quienes podrán ser burlados mediante el sencillo procedimiento de endosar pagares o
firmar formularios de manera insuficiente, esto es con menos firmas de las requeridas por
la organización plural de la representación (Caso de uso de la firma social por dos o más
personas, conjuntamente).

De tal supuesto, la Sociedad es obligada por sus Administradores, aunque se haya


infringido dicha organización plural. Ello no obsta a la responsabilidad de esos mismos
administradores a nuestros fines debemos entender siempre “Directores” ante la
sociedad y sus consocios. Así lo explica el Segundo Párrafo del art.58 “Estas facultades
legales de los administradores o representantes respecto de los terceros no afectan la
validez interna de las restricciones contractuales y la responsabilidad por su infracción”.

4. Obligación De Los Administradores.

Sociedades Anó nimas Pá gina 3


Están legisladas genéricamente por el art.59 de la Ley 19.550, que comienza
conceptuando una correcta administración, consistente en “Obrar con lealtad y con la
diligencia de un buen hombre de negocios”. Esta fórmula, recogida de la Ley Alemana de
1937, hace alusión a dos calidades que debe reunir una administración satisfactoria:

a) Lealtad, vale decir, honestidad en el manejo de los negocios sociales;

b) Diligencia de un buen hombre de negocios, lo cual implica un grado de eficacia en


su gestión, compatible con la buena conducción de los referidos negocios.

En síntesis, un buen administrador debe ser leal con sus administrados, honesto con los
fondos y bienes sociales, prudente en sus decisiones, diligentes y eficaz en los negocios
que constituyen el objeto de la sociedad. Colorarío: Faltándole alguna de estas
condiciones, calidad o conducta, cabe hablar de “Mal desempeño del cargo”, situación
que genera la procedencia de su remoción por la asamblea.

El mismo art.59 sanciona a quienes faltaren a dichas obligaciones, haciéndolos


responsables, ilimitados y solidariamente, por los daños y perjuicios que resultaren de su
acción u omisión.

La responsabilidad precitada puede ser ante la sociedad misma, como sujeto de derecho
que es (art.2 de la Ley), ante los socios y eventualmente ante terceros, cuando la mala
administración perjudicara, valga el ejemplo, a otra sociedad que tuviera operaciones en
común con la primera o afectara indirectamente derechos en expectativas de terceros,
ligados circunstancialmente a determinadas operaciones de la sociedad cuyos
administradores están en falta.

5. Inscripción.

Por último el art.60 impone la inscripción en el Registro de Comercio de la Jurisdicción del


domicilio social, de toda designación o cesación de administradores. En el caso de
sociedades de responsabilidad limitada o por acciones, las designaciones o cesaciones
deben ser también publicadas.

Al decir la Ley “Los registros correspondientes” se refiere, indudablemente, al Registro


Nacional de Sociedades por Acciones (art.8). Igualmente, la toma de razón se incorporara
al legajo de cada Sociedades (art.9 de la Ley).

Capitulo XXII
Sociedades Anó nimas Pá gina 4
Directorio: composición; acceso al cargo
1. Integración Del Órgano Y Fuente Del Cargo.

El Titulo 6 de la Sección II de la Ley 19.550 comienza estableciendo a través del art.255,


que en la sociedad anónima “La administración está a cargo de un directorio compuesto
de uno o más directores designados por la asamblea de accionista o el consejo de
vigilancia, en su caso”.

De esta transcripción parcial del texto surgen varios elementos de análisis:

a) Se admite la posibilidad del directorio unipersonal, como lo hacia el art.335 del


Cód. Com. Luego el Órgano de Administración de la Sociedad Anónima no debe ser
necesariamente colegiado, salvo en las Sociedades del art.299, como aclara a posteriori el
mismo art.255, en cuyo caso “Se integrara por lo menos con tres directores”;

Las sociedades aludidas por el art.299 de la Ley denominadas “Impropiamente”


“Abiertas” son aquellas que interesan directamente a los fines generales del Estado o bien
que en definitiva es lo mismo proporciona el marco jurídico a la gran empresa.

b) Como tradicionalmente ha sucedido, la Asamblea de Accionistas depositarias en


última instancia de la voluntad social, es el órgano competente para la elección de los
directores, en cuyas manos queda en buena medida, el destino de la sociedad;

c) Hasta aquí se mantiene el régimen anterior del Código de Comercio (art.335), pero
seguidamente agrega el art.255 de la Ley: “O el consejo de vigilancia, en su caso”.

Más adelante nos ocuparemos de este órgano de la sociedad anónima, que siendo en
principio de fiscalización participa de ciertas funciones administrativas y por ultimo en
esta circunstancia comparte parcialmente la potestad de la asamblea de accionistas.

Es el caso contemplado en el art.281 Inc. d, de la Ley que atribuye al consejo de vigilancia


la elección de los directores “Cuando lo establezca el estatuto, sin perjuicio de su
revocabilidad por la asamblea”.

Entonces, el consejo puede designar directores, pero solo la asamblea puede removerlos
del cargo.

En cuanto al origen del cargo de los directores, dispone el art.255, según la parte ya
transcripta que aquellos serán designados por la asamblea de accionistas o el consejo de
vigilancia (art.281, Inc. d). Es la solución universalmente aceptada como racional y
legitima: El órgano depositario de la voluntad social delega funciones administrativas (En

Sociedades Anó nimas Pá gina 5


la práctica, el verdadero gobierno de la sociedad) en persona que podrán ser accionistas o
terceros no socios.

Seguidamente agrega el texto legal citado que “Si se faculta a la asamblea de accionista
para determinar el número de directores, el estatuto especificara el numero mínimo y
máximo permitido”. Vale decir que la atribución que el estatuto puede conferir a la
asamblea, de fijar la cantidad de directores, está limitada entre topes mínimo y máximo,
para evitar todo exceso del Órgano deliberativo. Desde luego, el mínimo no podrá ser
nunca inferior a tres en las Sociedades del art.299.

2. Director: Condiciones Para Serlo.

El art.256 de la Ley 19.550 establece expresamente que no es necesaria la calidad de


accionista para ser director. El cargo que funda, ante todo en la capacidad o idoneidad
para ejercerlo, que no depende de la titularidad del capital, como bien dice en la
Exposición de Motivos.

La Ley 22.903 ha introducido en el art.256 L.S., nuevos requisitos para los directores.
Dispone en primer lugar que la mayoría absoluta de los mismos “Deben tener domicilio
Real en la República”.

La norma precitada implica, necesariamente que si la sociedad es administrada por un


director único, este deberá tener domicilio Real en el país. Si son dos los directores, ambos
deberán cumplir dichos requisitos.

Agrega además el art.256, que todos los directores deberán constituir un domicilio
especial en la República, donde serán validas las Notificaciones que se les efectúen con
motivos del ejercicio de sus funciones, incluyéndose las referentes a la acción de
responsabilidad.

Tanto la obligación de domiciliarse en la República como la de constituir domicilio especial


en ella obedecen al propósito de hacer efectiva la responsabilidad de los directores frente
a la sociedad, los socios y los terceros.

Cabe observar que no se especifica donde ni como deberán constituir ese domicilio
especial. La materia podría ser de la órbita de las autoridades de control societario.

3. Aceptación Del Cargo.

La Ex Inspección General de Personas Jurídicas, por medio de la Resolución I.G.P.J. 70/72,


dispuso que en el caso de que los directores o síndicos designados en el acto constitutivo
de una sociedad anónima no sean accionistas es decir, constituyentes de la sociedad, la

Sociedades Anó nimas Pá gina 6


aceptación del cargo deberá resultar de una manifestación expresa de dichos
funcionarios.

Tal manifestación se presumirá si comparecen como otorgantes del instrumento


constitutivo. De lo contrario, podrá constar en instrumento privado anexo, siempre que
las firmas de los directores o síndicos aceptándose se encuentren debidamente
autenticadas por escribano público.

La aludida Resolución 70 no previo el supuesto de directores o síndicos (No accionistas)


designados por la asamblea con posterioridad al acto constitutivo. Debe interpretarse que
proceden similares recaudos, vale decir: a) Si están presentes en la asamblea que los
designan, debe presumirse la aceptación del cargo discernido, salvo manifestación en
contrario; b) Si no lo están, la sociedad deberá acreditar dicha aceptación de manera
fehaciente.

4. Revocabilidad Del Cargo. Garantía.

Después de estatuir la revocabilidad de la designación de directores, el art.256 de la Ley


termina con estas palabras “El estatuto no puede suprimir ni restringir la revocabilidad en
el cargo”.

El Código de Comercio consagraba la revocabilidad, pero no contenía norma restrictiva del


alcance de la comentada, por cuanto se le confiere categoría de norma de orden público.

Finalmente aunque no en el orden textual, el art.256 encomienda al estatuto de cada


sociedad anónima la fijación de la garantía que deberán ofrecer y prestar los directores
para el desempeño de su cargo. El Estatuto no puede delegar esta atribución en la
asamblea de accionistas.

Es importante señalar que, según lo establece el art.222 de la Ley, la garantía no puede


consistir en el depósito de acciones de la misma sociedad administrada.

Salvo esta excepción, podrán darse en garantía dinero efectivo, bienes muebles o
inmuebles o derechos creditorios debidamente instrumentados. Desde luego también
podrán ser accionistas de otra u otras sociedades u otros Títulos – Valores, según lo
establezca el estatuto social.

Sociedades Anó nimas Pá gina 7


Capitulo XXIII

Vigencia, Continuidad Y Cesación En El Cargo


1. Duración Del Cargo.

El art.257 dispone que el estatuto precisara el término de duración del cargo, que no
podrá exceder de tres ejercicios. Agrega que “No obstante, el director permanecerá en su
desempeño (Del cargo) hasta ser reemplazado, conforme y en el plazo del art.234”. Se
refiere la Norma citada a la competencia de la asamblea ordinaria, entre cuyo temario
especifico figura la elección de directores. Luego, el periodo máximo de tres años puede
ser excedido en el supuesto de atraso en la convocación de la asamblea ordinaria, que
debe proveer el reemplazo de los directores cuyo periodo estuviere vencido.

El ultimo Párrafo del art.257 cubre el eventual silencio de los textos estatutarios sobre la
particular, disponiendo que en tal supuesto “Se entiende que el termino previsto es el
máximo autorizado” (Es decir tres ejercicios).

A su vez el art.256 ya estudiado en otros aspectos, comienza declarando que “El director
es reelegible”, principio general enunciado sin limitaciones y que viene a modificar la
solución legal antecedente. En efecto el art.336 del Cód. Com., (2ª Párrafo) debería a los
estatutos la determinación de si los directores podían ser reelegidos al vencer su mandato
y subsidiariamente adoptada el principio opuesto; “No siéndolo (Reelegibles) en el caso
que no lo determinen expresamente”. Es decir, en la Ley anterior la orientación rectora
era la no reelegibilidad, mientras que la Ley 19.550 opta por la reelegibilidad. Más aun,
debe entenderse por no haber otra Norma expresa que condicione el principio general
que los estatutos no podrán excluir el derecho a la reelección, ni restringirlo por vía
indirecta.

2. Designación Por El Consejo De Vigilancia .

En materia de duración en el cargo que como se vio tiene un tope máximo de tres
ejercicios, común a los síndicos y a los integrantes del consejo de vigilancia conforme
destacaremos en su oportunidad, el art.281 Inc. d, de la Ley 19.550 introduce una
excepción que, a nuestro modo de ver, no tiene justificativo valedero.

La Exposición de Motivos guarda silencio sobre los motivos que impulsaron a la comisión
redactora a apartarse en este caso, de la solución general establecida en el cuerpo
normativo, es decir el periodo máximo de tres ejercicios anuales como duración en los
cargos de índole administrativa o fiscalizadora. Tampoco nos alcanzan esas supuestas
razones para instituir una excepción privilegiada, en abierta contradicción con el origen de

Sociedades Anó nimas Pá gina 8


la designación, dado que repugna a los principios generales de la estructura orgánica
societaria que directores electos por el consejo de vigilancia, órgano fiscalizador opcional,
puedan durar mayor tiempo en sus cargos que los designados por la asamblea de
accionistas, depositaria de la voluntad social y jerárquicamente, órgano máximo de la
sociedad anónima.

Además resulta incongruente que si todos los integrantes de los Órganos Sociales son
electos por periodos no mayores de tres años, se elija un directorio por cinco,
desequilibrándose así la armonía en los plazos funcionales, que debe entenderse básica
condición para un eficaz funcionamiento de los respectivos órganos.

Sin perjuicio de ello, también se nos ocurre inexplicable que la remuneración de los
directores designados por el consejo de vigilancia sea fija (art.281, Inc. d), en tanto que los
directores electos ordinariamente están sujetos a las restricciones y eventualidades del
art.261.

3. Directores Suplentes Y Sustitutos.

La Reforma introducida en el art.258 L.S., por la Ley 22.903 ha subsanado en alguna


medida, la parquedad en que obras anteriores la señalamos a la Ley Societaria en esta
materia.

La suplencia o sustitución de los directores de las sociedades anónimas constituyen un


delicado problema, tratado a menudo de modo deficiente en los estatutos sociales y sobre
el cual circulan conceptos erróneos o confusos.

El precipitado art.258 delega, en general al estatuto la facultad de prever expresamente o


no la eventual designación de directores suplentes y en defectos de norma estatutaria al
respecto, asigna a la sindicatura la atribución de designar reemplazantes, los cuales
duraran en el cargo hasta la próxima asamblea que celebre la sociedad en cuestión. La
doctrina llama directores sustitutos a los designados por este procedimiento,
diferenciándolos de los suplentes propiamente dichos.

La Ley 22.903 ha agregado un breve párrafo, según el cual la previsión estatutaria sobre
designación de suplentes es obligatoria en las sociedades que prescinden de la
sindicatura.

La precedente disposición concuerda con la Modificación del art.284 al establecer que


podrá prescindirse de la sindicatura en los estatutos de las sociedades no comprendidas
en el art.299 L.S.

Sociedades Anó nimas Pá gina 9


Se advierte que en tales supuestos, no siendo posible acudir a la designación de directores
sustitutos por el sindico, es evidentemente necesario que el estatuto contemple la
elección de suplentes por la asamblea para evitar las vacancias por tiempo indefinido, que
además pueden afectar el normal funcionamiento del directorio.

4. Renuncia Al Cargo.

Resultan insuficiente, a nuestro modo de ver, las innovaciones incorporadas por la


Reforma en el art.259.

La renuncia de cada director deberá ser presentada al directorio en pleno. El texto


anterior previa que el órgano administrador podía aceptarla si no afectare el
funcionamiento regular del mismo, con lo cual se dejaba librada a la discrecionalidad del
cuerpo la aceptación de la renuncia y con ello la desvinculación del director renunciante,
el cual quedaba ligado al cargo Sine Die.

El texto modificado por la Ley 22.903 establece que el directorio deberá aceptar la
renuncia del director en la primera reunión que celebre después de presentada, siempre
que no afectare su funcionamiento regular y no fuere dolosa o intempestiva, “Lo que
deberá constar en el acta pertinente”.

Sin embargo, se mantiene el Párrafo Final, obligando al renunciante a continuar en


funciones hasta tanto la próxima asamblea se pronuncie.

Nos preguntamos entonces: ¿Qué pasa si el directorio no acepta la renuncia en su primera


sesión subsiguiente? Y más aún: ¿Qué sucede si la “Próxima asamblea” no se celebra
hasta unos o más años después?

Frente a tales hipótesis, el directorio dimitente permanece atado a su cargo, como si fuera
una carga pública, sufriendo en el ínterin todas las responsabilidades que el desempeño
del cargo acarrea.

Por eso decimos que la Reforma es insuficiente. Debido contemplarse la inacción del
directorio y de la asamblea, estableciendo en tales casos una presunción legal de
desinterés o bien, lisa y llanamente de consentimiento y consecuentemente, tener por
aceptada automáticamente la renuncia al transcurrir un plazo determinado desde su
interposición, salvo que fuera intempestiva, dolosa o afectare el funcionamiento regular
del directorio.

Sin perjuicio de lo que antecede, insistimos en que la solución de base a este problema
consistiría en la obligatoriedad de la elección de suplentes, junto con los directores
titulares en todos los estatutos contemplan o no la sindicatura.

Sociedades Anó nimas Pá gina 10


Capitulo XXIV

Remuneración
1. Remuneración.

El cargo de director en la Sociedad Anónima, tal como sucedía en el Código de Comercio,


es remunerable. El art.261 de la Ley de Sociedades, al ocuparse de la cuestión, confiere
en primer término al estatuto social la fijación de la remuneración del directorio y consejo
de vigilancia, agregando seguidamente que “En su defecto, la fijara la asamblea o el
consejo de vigilancia en su caso”.

De este primer párrafo surgen varias conclusiones:

a) La remunerabilidad del cargo no reconoce excepciones. Solo los directores pueden


renunciar voluntariamente a su retribución;

b) En principio, la pauta básica para las remuneraciones debe ser fijada en el estatuto
social a través de un porcentaje sobre las ganancias del ejercicio u otros criterios similares.
No sería aceptable, en cambio una remuneración fija, salvo en el supuesto del art.281, Inc.
d, de la Ley 19.550 (Nombramiento del directorio por el consejo de vigilancia), en el cual el
mismo texto legal dispone que será fija;

c) Si el estatuto guarda silencio en materia de retribución del directorio, será


estipulada por la asamblea en cada ejercicio económico, o por el consejo de vigilancia, tal
como se vio en el caso del art.281, Inc. d.

Pero el art.261 continuaba en su redacción original, introduciendo una serie de agudos


problemas, acusados por las sociedades afectadas y los profesionales contables que las
asesoraban al respecto. Al reglamentar los límites de la remuneración de los directores y
miembros del consejo de vigilancia, ajustándose a las normas de la Comisión Nacional de
Valores, dictadas para las sociedades que hacen que hacen oferta pública de sus acciones
y demás Títulos – Valores, la Ley adoptaba un criterio erróneo y además confuso, dando
lugar a una situación potencialmente conflictiva y técnicamente impracticable.

El Segundo Párrafo del art.261 decía, nada menos que “El monto máximo de las
retribuciones que por todo concepto puedan percibir los miembros del directorio y del
consejo de vigilancia en su caso, incluido sueldos y otras remuneraciones por el
desempeño de sus funciones técnico – administrativas de carácter permanente, no podrá
exceder del veinticinco por ciento de las ganancias”.

Sociedades Anó nimas Pá gina 11


En Primer Término, observase que el monto del 25% debe comprometer también las
remuneraciones de los miembros del consejo de vigilancia, si el estatuto social
contemplara este órgano societario opcional.

Además, el texto se refiere a las retribuciones “Por todo concepto” y a afectos de no dejar
duda sobre el alcance de la expresión utilizada agrega más adelante “Incluidos sueldos y
otras remuneraciones por el desempeño de funciones técnico – administradores de
carácter permanente”. Vale decir que este tope máximo no limita solamente los
honorarios de directores propiamente dichos, sino el conjunto de las retribuciones que
aquellos perciban por funciones ejecutivas o técnicas en las sociedades que administran.

2. La Ley 20.468. Modificación del artículo 261 L.S.

La Ley Citada en el epígrafe fue dictada con la finalidad de atemperar los graves problemas
ocasionados por el comentario del art.261, problemas acentuados por la ubicación de los
textos contenidos en párrafos terceros y cuarto de la versión original, propicios a una
mayor confusión.

El texto sancionado por la Ley 20.468 mantiene sin variantes los dos primeros Párrafos del
art.261, a los cuales se hizo referencia, pero invierte la ubicación de los párrafos terceros y
cuarto, agregando además en el nuevo párrafo tercero, una disposición aclaratoria de los
alcances de las restricciones adoptadas.

3. Caso En Que No Se Distribuyen Dividendos.

Según la nueva distribución interna del texto legal, el tercer párrafo trata el supuesto en
que no se distribuyen dividendos a los accionistas en cuyo caso el monto de las
retribuciones del directorio y consejo de vigilancia en su caso se limitara al 5% (Cinco por
ciento) de las ganancias del ejercicio, incrementándose “Proporcionalmente a la
distribución, hasta alcanzar aquel limite (Se refiere al 25% establecido en el Segundo
Párrafo), cuando se reparta el total de las ganancias”.

Luego, cuando las ganancias fueren destinadas a otros fines, exclusiva la distribución de
dividendos (V.g., El pase a ejercicio siguiente, o la afectación a reservas libres), la
retribución no podrá exceder en ningún caso el 5% de dichas ganancias.

La Ley 20.468 ha agregado un texto aclaratorio al nuevo Tercer Párrafo del art.261 “A los
fines de la aplicación de esta disposición no se tendrá en cuenta la reducción en la
distribución de dividendos resultantes de deducir la retribución del Directorio y del
Consejo de Vigilancia”.

Sociedades Anó nimas Pá gina 12


4. Autorización De La Asamblea Para Exceder El Límite.

El anterior Párrafo Tercero ha sido ubicado en el Cuarto Lugar, contribuyéndose así a


solucionar los problemas apuntados al comienzo.

Según este, la asamblea deberá autorizar toda remuneración que exceda el 25% de las
ganancias y solo procederá acordar dicha autorización:

a) Frente a lo reducido de las ganancias del ejercicio;

b) Ante la inexistencia de ganancias, supuestos introducidos por la Ley 20.468 y de


suma importancia, dado que su omisión en el texto originario del art.261 provoco
numerosas dudas interpretativas.

Pero no basta con que produzcan los supuestos de escasez o falta total de ganancias. Para
legitimar remuneraciones que excedan el tope del 25% es necesario, conforme al Cuarto
Párrafo del art.261, que dichas remuneraciones sean establecidas en razón del “Ejercicio
de comisiones especiales o de funciones técnico – administradores por parte de uno o
más directores”.

Es decir que todo exceso por sobre el tope del 25% de las ganancias solo estará justificado
por el ejercicio de funciones técnicas o administrativas en las sociedades (Gerencias,
Jefaturas o Funciones de asesoramiento técnico), y no por el cargo mismo de director. En
consecuencia, la asamblea no podrá autorizar remuneraciones que excedan el 25%,
aunque las ganancias fueran reducidas, a favor de directores que no hayan desempeñados
otras funciones en la empresa.

Además y debe tenerse muy en cuenta este requisito, la autorización debe ser tratada
como un punto especifico del Orden del Día de la Asamblea respectiva, la cual desde
luego, será una asamblea ordinaria (art.234, Inc.1ª Ley 19.550).

5. Fijación De La Retribución Por El Consejo De Vigilancia.

La disposición tan discutible del art.281, Inc. d, relativa a la designación de los directores
por el consejo de vigilancia, en cuyo caso “La remuneración será fija.

A decir verdad, no existen motivos valederos que justifiquen esta excepción a la regla
general del condicionamiento de la distribución de utilidades a la magnitud de las
ganancias de la sociedad y a un límite máximo fijado porcentualmente. No obstante, el
hecho es que los directores nombrados por el consejo de vigilancia han sido sustraídos por
la misma Ley a las retribuciones del art.261, toda vez que la remuneración fija es
independiente de los resultados del ejercicio.

Sociedades Anó nimas Pá gina 13


Adviértase además que sería dable obviar con alguna facilidad las limitaciones del art.261
mediante el simple arbitrio de instituir en el estatuto un consejo de vigilancia (art.262 de
la Ley 19.550) y encomendarle la designación de los directores de la sociedad, los cuales
dada la fuente de su cargo, estarán exentos de la reglamentación enjuiciada.

Capitulo XXV

Elección De Directores: Sistemas


1. Excepciones Al Principio De Elección Por La Asamblea.

Los directores son elegidos por la asamblea de accionistas, salvo en el caso tantas veces
referido del Inciso d, del artículo 281, en el cual la designación corre por cuenta del
consejo de vigilancia, si el estatuto así lo previere.

Otra excepción está configurada en el supuesto de vacancia del cargo de director (art.258
de la Ley), frente al cual se confiere a los síndicos la designación del reemplazante “Hasta
la reunión de la próxima asamblea, si el estatuto no prevé otra forma de nombramiento”.

La designación de reemplazantes o sustituidos por la sindicatura, caben las siguientes


observaciones:

a) Dicho acto supone la falta de directores suplentes ya fuere porque el estatuto no ha


previsto su elección o bien porque, aun habiendo sido oportunamente electo, no se hallan
disponibles por fallecimiento, incapacidad sobreviniente, ausencia o renuncia anterior a la
fecha de la vacancia;

b) El director sustituido designado por la sindicatura ejercerá el cargo solamente


hasta la próxima asamblea que celebrare la sociedad en cuestión. Aunque el art.258 no lo
dice expresamente, se trata de la próxima asamblea ordinaria, puesto que según se ha
visto, la clasificación de las asambleas en ordinarias y extraordinarias responder, en la Ley
de Sociedades a un criterio de división de la competencia especifica y todo lo atinente a la
designación y remoción de los directores, síndicos y miembros del consejo de vigilancia
compete a la ordinaria (art.234, Inc.2ª);

c) La alusión a “Otra forma de nombramiento” se relaciona con la incorporación del


consejo de vigilancia entre los órganos previstos por la Ley 19.550. Sin perjuicio de la
facultad otorgada a este cuerpo por el art.281, Inc. d, es de toda evidencia que si el
estatuto ha organizado un consejo de vigilancia y en base a la opción prevista por el
art.283, ha prescindido de la sindicatura, la provisión de vacantes estará a cargo del
mencionado consejo, como sustituto natural de aquella.

Sociedades Anó nimas Pá gina 14


d) En las Sociedades “Abiertas” (art.299 de la Ley), la designación de directores
sustitutos para cubrir vacancias será efectuada por la Comisión Fiscalizadora,
denominación conferida por el art.290 a la Sindicatura plural obligatoria para esta clase de
sociedades (art.284, 2ª Párrafo). Dado funcionar como un Órgano Colegiado, la
designación de directores requerirá la mayoría de votos dentro del cuerpo, cuyo número
debe ser impar (art.284, Ya Citado).

2. Elección De Directores Por Grupos O Clases De Acciones .

Al estudiar en otra obra el polémico tema de la Sindicación de acciones, hicimos


referencia a la Jurisprudencia Administrativa originaria en la Inspección de Justicia, que
reglamento minuciosamente el procedimiento para la elección de directores cuando en el
seno de la Sociedad Anónima existente diversos grupos de accionistas, representando
otros tantos intereses distintos, aunque convergente en la sociedad. Esa elaboración
Jurisprudencial ha permitido incluir en los estatutos de las entidades afectadas, clausulas
inspiradas en las Resoluciones del 23/12/1954 (Insp. Gral. De Justicia) y del 30/4/1954,
confirmatorio y ampliatoria de la anterior, haciendo posible la coexistencia de la
diversidad de intereses dentro de la unidad de objeto y fin, en la vida societaria.

El art.262 de la Ley 19.550 recoge esa reglamentación administrativa y la experiencia


resultante de su ampliación con resultados satisfactorio, al disponer que “Cuando existan
diversas clases de acciones, el estatuto puede prever que cada una de ellas elija uno o más
directores, a cuyo efecto reglamentara la elección”. Agrega el mismo artículo en su
Segundo Párrafo que “La remoción se hará por la asamblea de accionista de la clase, salvo
los casos de los arts.265 y 276”. (La referencia es, respectivamente a la nomina de
inhabilidades e incompatibilidades, por un lado y la remoción con causa, por otro).

El texto del art.262, cuya parquedad en nada contribuye al conocimiento y comprensión


del procedimiento, solo quien conoce los precipitados antecedentes Jurisprudenciales
está en condiciones de percibir sus alcances y posibilidades, ni siquiera aclara o precisa el
concepto de “Clases”, expresión equivalente, en este caso, a “Grupos” de acciones o
mejor dicho de accionistas dentro de la misma sociedad anónima.

Pero no se trata solamente de claros en los textos legales o de insuficiencia reglamentaria.


El régimen emanado de las Resoluciones que se transcriben más adelante, además de
estructurar el proceso con mayor casuismo, aquí absolutamente necesario, lo hace de un
modo orgánico y coherente, estableciendo una serie de premisas básicas soslayadas por la
Ley de Fondo, al deferir la reglamentación el estatuto y lo que preocupa más aun,
omitiendo articular el mecanismo de remoción de los directores elegidos por este sistema.

Sociedades Anó nimas Pá gina 15


Efectivamente, el art.2 de la Resolución I.G.J., de fecha 23/12/1954 dispone que cuando
la remoción sea resuelta por el conjunto de los accionistas de la sociedad, vale decir en
una asamblea general y no especial, deberá afectar, necesariamente, a todo el directorio y
no exclusivamente a un director determinado, electo por alguno de los grupos o
categorías de acciones en que está dividido el capital social. Esta prevención que el art.262
ignora, es fundamental, puesto que la representación de la minoría en cuestión podría ser
fácilmente desconocida en los hechos mediante el simple procedimiento de la remoción
del o de los directores de una clase determinada por la asamblea general, que a tal fin
contaría con las mayorías necesarias en casi todos los supuestos.

Debió dejar constancia necesarias entonces el art.262 de la Ley, que la remoción de cada
director se llevara a cabo por la asamblea especial de su clase o grupo; pero agrega que si
la remoción es decidida por la asamblea general, afectara no a uno o más directores de un
grupo, sino al directorio en pleno.

Tampoco surge con la certeza que fuere menester otra circunstancia importante; que la
elección del o de los directores de cada grupo se efectuara en el seno del mismo, esto es
en la asamblea especial integrada por los tenedores de acciones de dicha clase (art.1 de la
Resolución 23/12/1954). Por eso hablamos de la implícita admisión del principio y
consecuencias de la sindicación de acciones, institutos de fuerte vigencia en la práctica
pero que los textos legislativos se obstinan en ignorar.

Otra de las pautas ineludibles está señalada por la Resolución I.G.P.J., del 30/4/1958,
confirmatoria y ampliatoria de la anterior, que agrega “Debiendo exigir, además que
agrupados los accionistas según la clase, serie o numeración de las accionistas que
poseen, cada grupo elija un numero de directores proporcionado a la cantidad de las
acciones del grupo o al total de votos que le corresponde”.

Este principio de proporcionalidad en la elección de directores por clases o grupos es de


primordial en la estructuración del sistema, toda vez que por su intermedio asegura,
precisamente, la representación de los diversos grupos minoritarios por el Órgano
Administrativo de la Sociedad. Por ello es que la Ley de Sociedades no debió delegar en el
estatuto la reglamentación de este sistema electivo sin antes fijar las pautas básicas
contenidas con todo acierto en las Resoluciones Administrativas mencionadas
precedentemente.

Como bien dice Bomchil, al comentar esta omisión del Legislador, al no requerirse la
proporcionalidad entre paquetes accionarios y números de directores a elegir, “Nada
obstaría a que una categoría de acciones, con un mínimo de capital, eligiere la mayoría de

Sociedades Anó nimas Pá gina 16


los miembros del directorio, lo que no se compadece con el espíritu y contexto general de
una nueva Ley”.

Se incluye en esta obra un modelo de textos estatutarios que reglamentan la elección de


directores por clases o grupos de acciones, ajustándolo a la Normativa Vigente y la
Jurisprudencia Administrativa en el orden Nacional.

3. Elección Por Acumulación De Votos.

Como uno de los instrumentos legales de protección de las minorías societarias, el art.263
de la Ley 19.550 instituye un sistema excepcional de elección de directores que puede
hacerse extensivo a la elección de síndicos (art.289) y consejeros de vigilancia (art.280).

Se trata de la acumulación de votos a favor de uno o más candidatos, pudiéndose cubrir


por medio de este sistema, conocido habitualmente como voto acumulativo, hasta un
tercio de las vacantes a llenar.

Sin perjuicio de explicar más adelante el procedimiento, Modificado por la Ley 22.903,
destacamos que para la utilización de este sistema, a diferencia de lo que sucede con la
elección por clases o categorías (art.262), no es necesariamente que este previsto en el
estatuto social.

Más aun, establece categóricamente el art.263 que el estatuto no puede derogar este
derecho, ni reglamentarlo de manera que dificulte su ejercicio. No puede, por tanto,
prohibirlo ni condicionarlo.

En obras anteriores se han manifestado claramente en contra de la aplicación de este


sistema. Las Reformas introducidas en el art.263, si bien corrigen desviaciones
interpretativas ya superadas, provocan nuevos problemas en la aplicación del sistema.

Existen supuestos legales que excluyen su aplicación;

a) Cuando el estatuto social ha adoptado el sistema del art.262 (Elección por clases o
grupos de acciones), como lo prevé expresamente el art.263.

b) Cuando el estatuto ha organizado un consejo de vigilancia, en cuyo caso “Los


arts.262 y 263 no se aplicaran en la elección de directores si estos deben ser elegidos por
aquel” (Lo subrayado es un agregado de la Ley 22.903);

c) Contrariamente y en defensa del ejercicio de este derecho, agrega el art.263 (1ª


Parte, In Fine), que “El directorio no podrá renovarse en forma parcial o escalonada, si de
tal manera se impide el ejercicio del voto acumulativo”.

Sociedades Anó nimas Pá gina 17


La prevención alude a una de las maneras de obviar el sistema, cuál sería la revocación
parcial y periódica del directorio; por ejemplo, cuando en un cuerpo con tres integrantes,
cuyos cargos duran tres años, se elige anualmente un director, con periodos escalonados.
Como se advierte en una elección para cubrir una sola vacante es imposible utilizar el voto
acumulativo “Hasta un tercio de las vacantes a llenar”.

4. Procedimiento.

La Ley 22.903 ha Introducido Modificaciones de importancia en el art.263 L.S.,


reglamentado minuciosamente el procedimiento a observar para el ejercicio del derecho,
en procurar de subsanar las numerosas objeciones de que ha sido objeto la redacción
originaria del texto legal.

1°.- El Inc.1ª innova en el plazo de anticipación para comunicar la decisión de votar


acumulativamente, fijándolo en tres días hábiles anteriores a la asamblea, con lo cual lo
equipara y unifica con el plazo que rige el depósito previo de las acciones (art.238 L.S.).

Los accionistas que quieran votar acumulativamente, al notificar su intención a la sociedad


con la anticipación citada, deberán individualizar las acciones con las cuales ejercerán el
derecho. Además esto es un agrado de la Reforma, si fuesen al portador, depositaran los
títulos o el certificado o constancia del banco o institución autorizada.

Cumplidos tales recaudos por un solo accionista, todos quedan habilitados para votar por
este sistema;

2°.- Es obligación de la sociedad informar a los accionistas que la soliciten sobre las
Notificaciones recibidas.

En caso afirmativo el Presidente de la Asamblea debe informar a los accionistas presentes


que todos están habilitados para votar acumulativamente, hayan o no comunicado igual
propósito;

3°.- Previamente a la votación se informara por Presidencia, en forma pública, el


número de votos que corresponde a cada accionista presentes;

4°.- Lo fundamental o medular del sistema resulta del Inc.4ª; Cada accionista que vote
acumulativamente tendrá una cantidad de votos igual a la resultante de multiplicar los
que adjudiquen sus acciones por el numero de directores a elegir.

Este total de votos así obtenidos podrá ser distribuidos o acumulado en un numero de
candidatos que no exceda el tercio de las vacantes a llenar;

Sociedades Anó nimas Pá gina 18


5°.- Es principio básico esta complementado por el Inc.5ª, según el cual los accionistas
que voten por el sistema ordinario o plural y los que voten acumulativamente competirán
en la elección del tercio de las vacantes a llenar, aplicándose a los dos tercios restantes el
sistema ordinario o plural. Los accionistas que opten por este último sistema lo harán por
la totalidad de las vacantes a cubrir, adjudicando a cada uno de los candidatos la totalidad
de los votos que les corresponde de acuerdo con sus respectivas tenencias accionarias (Se
entiende, de acciones con derecho a voto, como lo especifica el Inciso en su parte final).

Ejemplo:

A esta altura consideramos ilustrativo ejemplificar tomemos el caso de un accionista cuya


tenencia le confiere derecho a 10.000 votos, ante la elección de tres directores;

a) Si vota por el sistema ordinario o plural, otorgara 10.000 votos a cada uno de tres
candidatos;

b) Si vota por el sistema acumulativo, otorgara 30.000 votos a uno de los candidatos
(El tercio de las vacantes a llenar), no pudiendo votar por los restantes;

6°.- El Inc.6ª prohíbe a los accionistas votar acumulativamente con una parte de sus
acciones y con las restantes por el sistema ordinario o plural;

7°.- La antedicha prohibición, aparentemente tan rígida, puede comprenderse mejor la


luz del Inc.7ª del art.263, que reconoce el derecho de los accionistas para viciar el
procedimiento o sistema de votación antes de la emisión del voto. Se incluye en esta
facultad a quienes notificaron su voluntad de votar acumulativamente; vale decir que esa
comunicación no los obliga a usar dicho sistema;

8°.- El Inciso siguiente se ocupa del resultado de la votación, que será computado por
personas;

Se considera electos;

a) Los candidatos votados por el sistema ordinario o plural, si reúnen la mayoría


absoluta de los votos presentes;

b) Los candidatos votados por el sistema acumulativo cuyo total de votos obtenidos
supere a los obtenidos por el sistema ordinario, pero solamente hasta completar la tercera
parte de las vacantes (Los dos tercios restantes se cubren por el sistema ordinario);

9°.- El supuesto de empate en la votación es contemplado en el Inc.9ª, que distingue


dos casos diferenciados;

Sociedades Anó nimas Pá gina 19


a) Empate entre dos o más candidatos votados por el mismo sistema; se procederá a
una nueva votación, en la cual participaran solamente los accionistas que votaron por
dicho sistema;

b) Empate entre candidatos votados acumulativamente; en la nueva elección no


votaran los accionistas que, dentro del sistema ya obtuvieron la elección de sus
candidatos.

5. Objeciones.

Varias son las que pueden formularse;

a) No es aplicable (Como tampoco el procedimiento del art.262), en caso de directorio


unipersonal, previsto expresamente por la Ley 19.550 (art.255);

b) La no aplicabilidad citada se hace extensiva al presupuesto del directorio


constituido por dos miembros solamente, puesto que no cabe hablar de tercio de las
vacantes (art.263);

c) La Notificación previa a la sociedad de la decisión de votar acumulativamente con


anticipación no menor de 3 días hábiles enerva en buena medida la eventual eficacia del
procedimiento.

Advertida la mayoría los medios tendientes a dificultar la elección de ese tercio de


directores por la minoría;

d) Si el número de integrantes del directorio no fuera de tres, seis o múltiplo de tres,


las posibilidades de la minoría decrecen;

Observase que un director constituye el tercio de tres directores, pero también por
aproximación, de cuatro y cinco directores, cifras no divisibles por tres. En consecuencia,
la minoría va perdiendo gradualmente su participación proporcional en un directorio de
hasta cinco miembros; recuperara posiciones como ya se vio en un directorio de seis
integrantes y volverá a perderla si el cuerpo se integra con siete, ocho y así
sucesivamente;

e) A las anteriores objeciones de índole genérica, viene a sumarse otra resultante del
procedimiento instituido por el nuevo texto del art.263.

Esta ha seguido en líneas generales al instrumento en el art.64 de las Normas de la I.G.J.


(T. o por Resolución 6/80). Cuando se aparta del mismo, incurre en situaciones como la
emergente del Inc.8ª, cuando establece “Solo se consideraran electos los candidatos
votados por el sistema ordinario o plural si reúnen la mayoría de los votos presentes”.

Sociedades Anó nimas Pá gina 20


Por aplicación de dicha Norma, si en una sociedad hay una primera minoría del 49% de los
votos y otras dos con el 24 y el 27%, respectivamente, esa primera minoría no podrá elegir
sus directores por el voto ordinario o plural y si lo hace por el sistema acumulativo solo
podrá elegir hasta un tercio de los directores, no obstante sumar virtualmente la mitad de
los votos disponibles.

Capitulo XXVI

Carácter Del Cargo Y Condiciones Para Ejercerlo


1. Carácter Personal.

El art.266 de la Ley de Sociedades Comerciales caracteriza el cargo de director como


personal e indelegable. Es importante indagar el sentido y alcance de esta caracterización
como condición previa a una correcta interpretación de la normativa sobre capacidad de
hecho y de derecho para su ejercicio.

Dichas funciones están directamente ligadas a las personas que deben cumplirlas,
entendiendo “Persona” en un sentido humano y no jurídico.

La complejidad de la actual empresa acentúa la importancia del factor personal de los


administradores. A ese fenómeno aludimos en el Capitulo XX, al tratar la gradual
disociación entre titularidad del capital y poder de gestión. La figura del tecnócrata como
arquetipo de directivo de empresa explicita y de sustento al carácter eminentemente
personal del cargo de directivo de empresa explicita y da sustento al carácter
eminentemente personal del cargo de director en la sociedad anónima. Cabe estimar
como circunstancia habitual la elección de los directores en merito de sus condiciones
personales, con prescindencia de su participación en el capital social.

Tal presimsa supone la indelegabilidad del cargo, cuyo ejerció por interpósita persona no
es compatible con el concepto de inmediación que inspira la Norma Comentada.

La aplicación de este principio reconoce los límites naturales impuestos por la necesidad
de preservar el funcionamiento continuo y eficaz del directorio. De ahí que el mismo
art.266 faculta a los directores para autorizar a cualquiera de sus colegas para votar en su
nombre y representación, en las reuniones del Órgano Administrador, siempre que la
ausencia del primero no afecte el quórum del cuerpo.

En concordancia con la disposición precedente, se prohíbe a los directores votar por


correspondencia (Prohibición que comprende el voto por telegrama, desde luego) y se
adjudica a los ausentes que hubieran votado por intermedio de otro director la
responsabilidad de los directores presentes, a todos los efectos legales.

Sociedades Anó nimas Pá gina 21


Del contexto de esta regulación se infiere sin dificultad que la Ley tiende a subrayar el
carácter personal del cargo y a desalentar toda delegación en el ejercicio de las funciones
que le son inherentes.

2. Capacidad De Las Personas Jurídicas Para El Cargo.

Este es uno de los temas propicios a la polémica, cuyo enfoque cabal no puede prescindir
de las consideraciones precedentes acerca del carácter intuitu personae del cargo del
director.

El caso a plantear consiste en lo siguiente; ¿Una persona de existencia ideal, más


concretamente, una sociedad, puede ser directora de una sociedad anónima?

La condición de sujetos de derecho investida por las sociedades comerciales en generales


es ya un axioma en doctrina. La Ley 19.550 lo recepta y enuncia en su art.2ª. Por tanto,
está fuera de toda discusión su capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones,
encuadrada en el marco de sus respectivos contratos o estatutos, específicamente en el
cumplimiento del objeto social, que constituye en cierta manera la medida de esa
capacidad (Doctrina Ultra Vires).

Pero así como filosóficamente se distingue entre potencia y acto, jurídicamente cabe
diferenciar la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones (Capacidad de derechos),

En alguna medida, la capacidad de derecho es común a las personas físicas y a las de


existencia ideal.

La capacidad de hecho es, en cambio propia y exclusiva de las personas de existencia


física, dotadas de los atributos que posibilitan el ejercicio de los derechos subjetivos, vale
decir, discernimiento, intención y voluntad.

Cuando una persona física se halla afectada por alguna incapacidad de hecho, sigue
siendo titular de derechos, pero la Ley le impide ejercerlos por si misma o niega valor a los
actos ejecutados por el incapaz.

Para salvar tales impedimentos, el incapaz de hecho debe ejercer sus derechos por
intermedio de un representante legal (Padre, curador, tutor). Se trata de una
representación necesaria impuesta por la Ley, a diferencia de las representaciones
voluntarias (Mandatos o poderes), instituidas contractualmente.

Las sociedades personas de existencia ideal, tiene aptitud como sujetos de derecho
(art.2ª, Ley 19.550), pero carecen por naturaleza de discernimiento, intención y voluntad
para ejercer derechos y contraer obligaciones por sí mismas. Del mismo modo que los

Sociedades Anó nimas Pá gina 22


incapaces de hecho, solo pueden hacerlo a través de sus representantes legales, cuyos
actos son imputables a la sociedad, o por intermedio de mandatarios generales o
especiales.

La incuestionable evidencia de lo antedicho no ha podido ser soslayada por el sector


doctrinario que admite la capacidad de las personas jurídicas para el cargo, que termina
reconociendo, más allá de toda disquisición, la necesidad de ejercerlo mediante una
persona física, quien actuara en nombre y representación de la entidad nominalmente
integrante del Órgano Administrador.

Cabe preguntarse, entonces sobre la utilidad de esta polémica, si en definitiva el cargo de


director en una sociedad anónima solo puede ser ejercido, en los hechos por personas de
existencia física.

Si a ello se agrega el problema de la responsabilidad por los actos u omisiones del director
y muy especialmente el de la responsabilidad penal, solo imputable a las personas físicas,
llegamos a la convicción de la incapacidad de las personas de existencia ideal para ser
directores.

A la misma conclusión ha llegado la Inspección General de Justicia mediante la Resolución


5/77, en cuyos extensos considerandos se analiza el tema y los argumentos vertidos en
pro y en contra disponiéndose (art.1ª), que “No es legalmente admisible designar como
administradora única o directora de una sociedad en comandita por acciones o de una
sociedad anónima a una persona jurídica”.

3. Inhabilidades E Incompatibilidades.

La nomina de prohibiciones e incompatibilidades incluida en el art.264 de la Ley 19.550,


que afecta no solo a los directores sino también a los gerentes de toda sociedad anónima,
es tan profusa que, efectuara las tachas correspondientes queda indudablemente
restringida en el área de capacidad legal para el ejercicio de estos cargos atento a lo
apreciable extensión de las excepciones enunciadas por el referido texto.

El Inc.1ª, al referirse a “Quienes no pueden ejercer el comercio”, nos remite a los arts.22 a
24 del Cód. Com., con la salvedad de que el Inc.2ª del art.24 ha sido Derogado por la Ley
de Concurso (Ley 19.551).

El Inc.2ª del art.64 agrega a los fallidos, estableciendo las siguientes disposiciones:

a) Si se trata de fallidos por quiebra culpable o fraudulenta, hasta diez años después
de su rehabilitación;

Sociedades Anó nimas Pá gina 23


b) Si la quiebra ha sido causal, o se trata de un concurso civil, hasta cinco años
después de su rehabilitación;

c) Los directores o administradores de sociedad cuya conducta se calificare de


culpable o fraudulenta, hasta diez años después de su rehabilitación.

Tampoco puede ser directores ni gerentes, ni síndicos, como en los casos anteriores,
conforme el art.286 o miembros del consejo de vigilancia, según el art.280 de la Ley, los
condenados en Sede Penal con accesoria de inhabilitación para ejercer cargos públicos; o
por delitos contra la fe pública; por hurto, robo, defraudación, cohecho, emisión de
cheques sin fondos; o por delitos societarios.

Esta prohibición rigen hasta diez años después de cumplida la condena (art.264, Inc.3ª).

Por fin, el Inc.4ª del art.264 extiende la prohibición a “Los funcionarios de la


administración pública cuyo desempeño se relacione con el objeto de la sociedad, hasta
dos años del cese de sus funciones”.

Aunque el impedimento está circunscripto a la relación del funcionario con el objeto de la


sociedad a cuyos cargos aspire, preocupa la indefinición de este requisito, que
indudablemente puede ocasionar toda clase de interpretaciones antojadizas no solo por
parte de los accionistas, sino por los mismos órganos administrativos o jurisdiccionales
puestos a la interpretación de esta norma.

En este estado debe hacerse notar que la Ley 22.458 Modifico el comentado Inc.4ª del
art.264 L.S., sustituyéndolo por el siguiente texto:

“4°) Los funcionarios de la


administración pública cuyo desempeño se relacione con el objeto de la sociedad, hasta el
cese de sus funciones”

Vale decir, se suprima el plazo de dos años, sin aclararse la parte fundamental (La relación
con el objeto social).

La Reforma antedicha mereció severas críticas por su finalidad meramente oportunista, a


favor de los funcionarios de una determinada administración, habiéndose propiciada su
eliminación.

Ha sido dejada sin efecto por la Ley 22.903, que restituyo el plazo de dos años desde el
cese de sus funciones.

Sociedades Anó nimas Pá gina 24


4. Remoción De Directores Y Gerentes Inhábiles .

Instituye el procedimiento a tal fin el art.265, que comienza adjudicando al directorio, o


en su defecto al sindico, la facultad y obligación, fuere por iniciativa propia o de cualquier
accionista que lo pidiere de convocar a asamblea ordinaria para proceder a la remoción
del directorio o gerente comprendido en las inhabilidades enunciadas por el art.264.

Cabe señalar aquí:

a) Que puede peticionar la convocatoria cualquier accionista vale decir, no es


necesario en este caso que sea tenedor de un 5% del capital como mínimo (art.236 de la
Ley);

b) Que la asamblea a convocar es “Ordinario”, con la cual encontramos una aplicación


práctica del criterio de sistematización según la competencia y no la periodicidad (El
art.234, Inc.2ª, incluye el tema en la competencia de la asamblea ordinaria).

El texto que comentamos sigue disponiendo que la asamblea que deberá remover al
director o gerente afectado será celebrada “Dentro de los 40 días de solicitada” y termina
estableciendo una segunda instancia para el procedimiento, de índole judicial, para el
supuesto de que la remoción del inhabilitado sea denegada por la asamblea. Esta acción
compete por igual a cualquier accionista, director o síndico y se instara, agregamos por
nuestra parte ante el Juez de Comercio del domicilio de la sociedad.

Capitulo XXVII

Funcionamiento
1. Criterio Legal.

La Ley 19.550 ha optado, como en otros supuestos ya considerados, por encomendar a los
estatutos de las sociedades anónimas la reglamentación sobre funcionamiento del
directorio. No compartimos el criterio, puesto que si hay una materia en que cierto
casuismo no era redundante, precisamente es esta, en el cual se juega en buena medida la
suerte de los negocios sociales.

Además la experiencia de un siglo de silencio del Código Mercantil sobre este arduo
problema aconsejaba, a todas luces, un criterio más previsor. Las mil y una maneras de
obstruir, bloquear, esterilizar o impedir el normal funcionamiento del cuerpo
administrador obligan a instrumentar los medios para conferirle eficacia y asegurar su
desenvolvimiento.

Sociedades Anó nimas Pá gina 25


La obligación de una periodicidad mínima en las reuniones no cubre tales requerimientos,
dado que el problema reside en cómo lograr que funcione normalmente el directorio
antes que determinar cuantas veces debe funcionar aparentemente.

Comienza el art.260 estableciendo que “El estatuto debe reglamentar la constitución y


funcionamiento del directorio”.

En cuanto a la constitución del órgano, esto es su composición, el estatuto deberá tener


presente, en primer lugar que si se trata de una sociedad “Abierta” (art.299 de la Ley), el
número de directores no podrá ser inferior a tres (art.255).

En los restantes casos se puede instituir desde un director único, posibilidad contemplada
por el art.255 de la Ley, hasta el directorio más numeroso.

Del mismo modo, si el estatuto faculta a la asamblea para determinar el número de


integrante del cuerpo, los textos estatutarios respectivos deberán fijar la cantidad máxima
y mínima, dentro de cuyos topes la asamblea gozara de un margen decisorio.

2. Reuniones De Directorio Convocatoria.

El art.267 de la Ley de Sociedades imponía la obligatoriedad de una reunión mensual de


directorio, como mínimo.

La Ley 22.903 amplia esa periodicidad mínima a tres meses, salvo que el estatuto social
exigiere una frecuencia mayor (“Mayor numero de reuniones”) y sin perjuicio de las que
se celebraren a requerimiento de cualquiera de los directores.

Nos parece razonable la reforma, puesto que en las pequeñas empresas la reunión
trimestral será suficiente, en tanto que en las grandes, las necesidades emergentes de su
funcionamiento obligaran al directorio a reunirse con mayor frecuencia.

Con respecto a la convocación dispone el art.267 que esta será efectuada por el
presidente, para reunirse dentro del quinto día recibido el pedido (De cualquier director).
De no hacerlo, podrá convocar la reunión cualquiera de los directores.

El texto Modificado por la Ley 22.903 agrega “La convocatoria deberá indicar los temas a
tratar:

a) Que debió establecerse la necesidad de Notificación fehaciente del llamado a


reunión de directorio, para garantía de los directores minoritarios, cuando los hubiere;

Sociedades Anó nimas Pá gina 26


b) Que no se aclara el lugar donde sesionara el directorio, aunque se conceptué obvio.
Corresponde determinar que será en la Sede de la Sociedad, aunque nada obsta a que
sesiona en otro lugar, dentro de la Jurisdicción del domicilio;

c) Que aunque se guarda silencio acerca de la asistencia del sindico a las reuniones, el
problema está contemplado en sentido afirmativo por el art.294, Inc.3ª, que trata la
sindicatura y sus funciones.

3. Quórum.

La Reforma ha Modificado acertadamente la Norma sobre quórum del directorio


contenido en el art.260.

Se recordara que en su texto original exigía la presencia de “La mitad más uno” de los
directores, requisitos cuyos inconvenientes se han demostrado claramente en obras
anteriores.

El texto de la Ley 22.903 adopta una formula mas elástica al disponer que el quórum no
podrá ser inferior a la mayoría absoluta de sus integrantes. Esta es siempre superior a la
mitad de los componentes del órgano, sin necesidad de que sea la mitad mas uno, con lo
cual la nueva solución legal simplifica los problemas de funcionamiento en los directorios
de tres miembros, por ejemplo, que podrán funcionar con la presencia de dos directores.

Sin perjuicio de las pautas legales, el estatuto puede establecer requisitos más severos
para el quórum, V.g., El de los dos tercios, o los tres cuartos, si ello consulta los intereses
de la sociedad o de los accionistas. Tal sucede cuando estos se hallan divididos en diversos
grupos por intereses no coincidentes y conforme al art.262 eligen el directorio en función
de la existencia de esos distintos grupos, tenedores de otras tantas clases o categorías de
acciones. Evidentemente el quórum y mayorías aplicables a un director así constituido
obedecen a principios distintos, siendo fundamental, en esos casos, el requerimiento de
mayores porcentajes a dichos fines.

4. Asistencia Del Órgano Fiscalizador.

El cabal cumplimiento de las funciones asignadas por la Ley 19.550 imponía la inclusión,
entre los deberes y atribuciones de los órganos fiscalizadores, de sus asistencias a las
reuniones del directorio.

Tal sucede en el art.294 que al enunciar los derechos y obligaciones de la sindicatura


faculta y a la vez ordena a los síndicos “Asistir con voz, pero sin voto, a las reuniones de
directorio del comité ejecutivo y de la asamblea a toda las cuales debe ser citado” (Inc.3ª).

Sociedades Anó nimas Pá gina 27


La Norma antedicha es aplicable por extensión al consejo de vigilancia en merito de la
remisión contenida en el art.281 Inc. g de la Ley de Sociedades Comerciales. Por
consiguiente, cuando el estatuto no ha prescindido del (art.284), compete al directorio
citar al Órgano Fiscalizador interno de la Sociedad (Síndico, comisión fiscalizadora o
consejo de vigilancia) a toda reunión del órgano administrador.

A su vez, es derecho y obligación de estos asistir a dichas reuniones para ejercer en forma
directa de control y vigilancia.

Cuando el órgano fiscalizador es colegiado (Comisión fiscalizadora o consejo de vigilancia),


podrán asistir todos sus integrantes o algunos de ellos, en representación del órgano
según lo disponga el estatuto social.

5. Adopción De Resoluciones.

La Ley de Sociedades observa igual temperamento (art.260), encomendado al estatuto su


reglamentación. Solo ocasionalmente y al tratar sobre el carácter personal del cargo de
director (art.266), se ocupa del ejercicio del voto en el seno del cuerpo administrador.

Los supuestos o variantes a considerar en torno a la mecánica resolutiva del directorio.

No debe olvidarse que la Ley (art.255) contempla la posibilidad del director único, en cuyo
caso no existe, obviamente, problema alguno en orden a la formación de la voluntad del
órgano identificada con la de su titular.

Tratándose de un director compuesto por dos miembros, la adopción de resoluciones


requerirá la unanimidad, puesto que el disenso entre ambos directores provocara una
situación de empate forzoso, sin la posibilidad de ruptura del status quo, salvo que se
adjudicara el presidente la facultad de desempatar con su voto.

Si los directores son tres o más regirá la norma común a todo cuerpo colegiado; la
decisión se adoptara por mayoría. Al hablar de mayoría y no agregarse expresión
aclaratoria alguna, debe entenderse mayoría absoluta, o sea constituida por más de la
mitad de los directores presentes en la reunión respectiva, excepto que el estatuto de la
sociedad requiera una mayoría superior, posibilidad que la Ley no coarta.

Aunque parezca ocioso referirse a una circunstancia evidente, que la mayoría en el


directorio se computa por personas y no por tenencia de capital, como la asamblea. Puede
decirse, entonces que si en esta votan las acciones en aquel lo hacen los directores, con
prescindencia de su representatividad en el capital. Con mayor en el régimen actual, que
no exige la calidad de accionista para ser director (art.256 de la Ley).

Sociedades Anó nimas Pá gina 28


Además que los directores pueden votar por intermedio de otro de los integrantes del
cuerpo (art.266) en caso de ausencia, siempre que la misma no afecte el quórum. En
cambio y como lo establece el precitado artículo, no le es permitido votar por
correspondencia. De todo ello resulta que el voto por representación limitado de la
manera indicada solo tendrá incidencia en la formación de la voluntad de los órganos
administrador cuando la ausencia del representante no invalide la reunión por falta de
número.

Corolario de la Norma reseñada es que puede darse el supuesto, en el funcionamiento del


directorio, de que en una sesión determinada se emitan más votos que el total de
asistentes (V. g., Una deliberación con la asistencia de cuatro directores, en la cual se
adopten la o las decisiones por tres votos contra dos, aunque no rija el voto de
desempate).

6. Acta De La Reunión.

Conforme a lo preceptuado por el art.73 de la Ley 19.550, deberán labrarse actas de las
deliberaciones de los órganos colegiados como lo es, salvo en caso de unicato el directorio
de la sociedad anónima.

Como el texto legal habla de “Un libro especial” a tal efecto, tanto podrá utilizarse un solo
libro para las actas de asamblea y directorio, como un libro exclusivo para las actas de
cada uno de los órganos mencionados, criterio este último aconsejable y consagrado por
la práctica. El libro sea foliado y rubricado (art.73).

El mismo art.73 prevé que el acta de directorio deberá ser firmada “Por los asistentes”,
(Expresión que comprende el sindico o síndicos presentes, o consejeros de vigilancia, en
su caso).

Debe señalarse asimismo que en el caso del directorio, la Ley no concede el plazo de cinco
días para confeccionar el acta, como sucede con la asamblea (art.73 In Fine). Por ende el
acta de directorio deberá ser confeccionada simultáneamente es decir, mientras se
desarrolla la reunión o bien apenas terminada aquella.

En lo atinente al contenido del acta y a la falta de disposición especifica al respecto, cabe


acudir por analogía al art.249 de la Ley referente al acta de asamblea.

Consecuentemente, el acta de directorio “Debe resumir las manifestaciones hechas en la


deliberación, la formas de las votaciones y sus resultados, con expresión completa de las
decisiones”.

Sociedades Anó nimas Pá gina 29


La transcripción precedente es a nuestro juicio, suficientemente ilustrativa; el acta no
debe ser una transcripción literal o textual de las deliberaciones, sino un resumen de las
mismas. Solo corresponde la versión textual de las resoluciones adoptadas y la constancia
de la votación.

Con respecto a este último punto, es decir de señalar su importancia, por cuanto del
sentido del voto de cada director resultara su responsabilidad ante la sociedad, los socios
y eventualmente, los terceros (Ver arts.271, 272, 274 y Concordantes).

Capitulo XXVIII

Atribuciones Del Directorio


1. Dirección Y Administración.

Es de suma importancia el estudio de las funciones específicas administrador en las


sociedades anónimas. La afirmación parece obvia, por cuanto no se ignora la firme
tendencia doctrinaria y legislativa hacia el gradual incremento de las atribuciones del
directorio o sus equivalentes en el derecho comparado, tendencia que curiosamente se
manifiesta paralela a otra ya destacada en estas páginas, consistentes en la paulatina
disociación entre la propiedad del capital y poder de gestión empresarial.

Para una cabal comprensión del problema, fuerza es tener presente la Ley de Sociedades
Comerciales ha desechado la teoría del mandato como fundamento jurídico de las
facultades del órgano administrador, para abrazar decisivamente la teoría orgánica. El
director para referirnos a nuestro objeto de estudio no es considerado ya un mandatario
de la sociedad o de los socios, sino uno de los órganos legales instituidos dentro de la
estructura de tipo societario. Conforme a la teoría orgánica, las facultades de la asamblea,
del directorio o de la sindicatura, así como las de los correlativos en otros tipos
societarios, no emanan de un contrato expreso o tecito, sino de la Ley misma.

Pero a esta altura puede advertirse que la Ley de Sociedades Comerciales no establece
concretamente las atribuciones del órgano administrador, como lo hace a su turno, con la
asamblea de accionista (arts.234 y 235), con la sindicatura (art.294) y con el consejo de
vigilancia (art.281).

Es que el ámbito funcional del directorio, es tan amplio que resulta virtualmente
imposible enunciarlo en detalle. En rigor, cabe decir que sus funciones son todas las
necesidades para dirigir y administrar la sociedad, con la finalidad de dar cumplimiento al
objeto social.

Sociedades Anó nimas Pá gina 30


Dirigir y administrar la sociedad dijimos citando así dos de las tres funciones genéricas del
director. La restante como se verá es una consecuencia necesaria de estas y consiste en
representar a la sociedad antes terceros.

La Ley 19.550 solo habla de “Administrador y representación” en el Titulo 6ª de la Sección


V, dedicada a la Sociedad Anónima”.

El art.255, que encabeza el titulo en cuestión es aun más parco cuando expresa “La
administración está a cargo de un directorio”. En uno y otro caso se omite la referencia a
las funciones directivas propiamente dichas, en el entendimiento suponemos de que
aquellas están comprendidas en las administración.

La diferencia conceptual, no obstante entre dirigir y administrar es neta surgiendo con


claridad del análisis de los diversos actos que puede ejercer el directorio para dar
cumplimiento al objeto social.

Dado que la Ley especifica las atribuciones de la asamblea y del órgano fiscalizador, como
se ha visto, no haciendo lo propio con las del órgano administrador, cabe entender que
toda especie de actos no atribuidos a la asamblea, sindicatura o consejo de vigilancia es de
competencia del directorio, determinada por vía de exclusión o descarte.

La extensión de las atribuciones comprendidas en el área así delimitada hace la


calificación de “Órgano administrador” resulte estrecha no agotando su rico contenido
funcional.

2. Actos De Gestión, De Decisión Y De Disposición.

Excepción hecha de los actos de representación social, una de las funciones del directorio
y de todo órgano administrador societario, que se estudiara más adelante, es procedente
clasificar los diversos actos propios de este órgano según su naturaleza, en los siguientes
agrupamientos:

a) Actos De Gestión: Son todos aquellos que realiza el directorio en el diario


cumplimiento del objeto social. Pueden ser también denominados actos de ejecución u
operativos y se relacionan directamente con la gestión empresarial habitual.

Coincide con las caracterizado por el art.269 de la Ley como “Negocios ordinarios” de la
sociedad, atribuyéndolos al comité ejecutivo cuando el estatuto social lo organiza”. Son
delegables en gerentes, directores o no (art.270 de la Ley 19.550);

b) Actos De Decisión: Cabe señalar en esta categoría a aquellas Resoluciones


referentes a la fijación de la política general de la empresa; al otorgamiento de mandatos

Sociedades Anó nimas Pá gina 31


generales. o especiales a directores o a terceros; a la celebración de contrato con otras
sociedades para negocios o empresas comunes; a la convocatoria de asambleas ordinarias
y extraordinarias, etc. En todos ellos se ejerce la función directiva propiamente dicha, más
allá de la mera administración;

c) Actos De Disposición: La enajenación de bienes sociales reviste diversos aspectos o


manifestaciones.

I.- Primer Lugar: Puede tratarse de actos tan rutinarios e imprescindibles como lo son
las ventas de los productos de la empresa.

Nadie podrá negarle facultades al directorio para enajenar los bienes de cambio o
mercadería producidos o comercializados por la sociedad que administra, si ello
constituye, precisamente el objeto social a cumplir.

II.- Segundo Lugar: Los actos de disposición pueden referirse a los bienes de activo fijo
de la empresa (Bienes de uso), como lo son por ejemplo, las maquinas, equipos,
instalaciones automotores e inmueble utilizados en la gestión empresarial.

El desarrollo de esa actividad impone habitualmente la enajenación de dichos bienes ya


fuere para reemplazarlos por otros más adecuados o más avanzados técnicamente, ya por
su inutilidad o por la onerosidad de su mantenimiento.

No se ha discutido en general, la capacidad legal de los administradores y en particular de


los directores para disponer de tales bienes de uso cuando los mismo son muebles
(Maquinas, automotores, equipos). En cambio, un sector de la doctrina les niega u objeta
la facultad de enajenar los bienes inmuebles de la sociedad administrada.

En el sentido de que no se justifica en modo alguno un criterio diferencial basado en las


distintas naturaleza de los bienes enajenables. Adviértase que en muchos casos es mayor
la importancia y el valor económico de ciertos bienes muebles del activo fijo (Maquinaria
o equipos, por ejemplo) que algunos inmuebles (Terrenos baldíos no utilizados,
construcciones ruinosas).

Por otra parte, la aplicación de un criterio restrictivo en materia de disposición de


inmueble lleva frecuentemente a lesionar los derechos de los terceros adquirientes de los
mismos, los cuales, aun siendo de buena fe, pueden ver cuestionada la legitimidad de sus
títulos de dominio por la invocación de presuntas incapacidades de derecho en los
administradores que otorgan la escritura de compraventa.

La firme y universal tendencia a la protección prioritaria de los derechos de los terceros de


buena fe, principio que informa las soluciones de los arts.954 y 1198 C.C., según la

Sociedades Anó nimas Pá gina 32


Reforma de 1968, es un argumento irrebatible a favor de la validez de dichos otorgante
que actuó dentro del ámbito de sus facultades.

Por ende, el principio interpretativo aplicable debe ser este; El directorio tiene facultades
para la disposición (Enajenación) de los bienes de uso de la sociedad (Mueble o Inmueble),
salvo que el estatuto restrinja o elimine expresamente esas facultades.

3. Representación Legal De La Sociedad.

La representación legal es la proyección externa de la sociedad. Se agregado que, en


ejercicio de dicha representación, el órgano administrador es la sociedad misma.

Esto implica que quien contrata con el representante legal lo está haciendo con la
sociedad representada. En otras palabras, la representación legal es un medio o
instrumento técnico implementado por la Ley para posibilitar la redacción de la persona
jurídica con terceros.

Si bien es en principio una atribución del órgano administrador, dado que en la sociedad
anónima dicho órgano esta corporizado en el directorio, ente colectivo de estructura
colegiada, salvo el infrecuente supuesto de director único, la Ley 19.550 adjudica la
representación social al presidente del directorio (art.268).

Sin perjuicio de esa norma básica, el precitado art.268 agrega que el estatuto social
“Puede autorizar de uno o más directores”.

No es claro el texto legal referido en razón de que solamente por implicancia o


aproximación, es dable deducir que esa actuación será en ejercicio de la representación
legal. Por otra parte, no se especifica si dicha actuación deberá ser forzosamente conjunta
o bien si podrá ser alternativa.

Pero no termina allí la oscuridad. La segunda oración del art.268 engendra confusión; si se
adjudica al presidente del directorio la representación legal de la sociedad, debido
aclararse si esa actuación de directorio contempla por el estatuto será adicional a la del
presidente o excluyente de ella, en el ejercicio de la representación.

Esta última alternativa no se concilia con el espíritu de la norma, resultante del principio
enunciado inicialmente o sea la titularidad del presidente del directorio en la
representación legal.

Concluye el art.268 previniendo que en ambos supuestos vale decir, representación legal
por el presidente o por directorio, “Se aplicara el art.58”, que regula el régimen de la
representación social, sin distinción de tipos societarios.

Sociedades Anó nimas Pá gina 33


A partir de la Resolución 1065/74, dictada en el caso “Romema S.A.”, la Inspección
General de Personas Jurídicas interpreto restrictivamente la Norma del art.268, en el
sentido de que el presidente del directorio representa por si solo a la sociedad anónima,
no pudiendo imponérsele por vía estatutaria la representación conjunta con otro director.

La interpretación precedente de una Norma confusamente enunciada contribuyo a


engendrar problemas en su aplicación, toda vez que ciñéndose a dicho criterio
administrativo, resultaba imposible impedir de hecho el manejo individual y exclusivo de
la representación social por una sola persona.

El precitado criterio administrativo sufrió una sustancial rectificación con el dictado de la


Resolución I.G.J., del 5 de Junio de 1981 (Expediente Gravia S.A.), de suyos considerandos
resulta una nueva orientación en materia de representación legal, acorde con lo que
entendemos como buena doctrina en el arduo tema.

Se hace notar en los mismos que la Resolución 1065/74 no tiene asidero a la luz del texto
definitivo del art.268 L.S., puesto que allí se contempla la posibilidad de representación
legal (“La actuación de uno o más directores”), no obstante su desafortunada redacción.

En atención a tales reflexiones, la Inspección General de Justicia retira la objeción


formulada a una clausura del siguiente tenor: “La representación legal de la sociedad
estará a cargo del presidente y un director o de dos directores cualesquiera actuando
conjuntamente”.

En consecuencia los textos estatutarios sobre representación legal pueden adoptar


cualquiera de estas variantes;

a) El Representante Legal es el Presidente del directorio con exclusión de todo otro


director;

b) Los Representantes Legales son el Presidente o el Vicepresidente, indistintamente;

c) Pueden serlo el Presidente y el Vicepresidente, conjuntamente o el Presidente con


uno o más directores o bien dos o más directores en todos los casos conjuntamente;

d) En todos los casos, debe entenderse aunque no conste en el texto estatutario, que
el Vicepresidente reemplaza al Presidente en caso de ausencia o impedimento de este;

e) Por el contrario, la Resolución 3134/81 no considera viable la clausula “O de un


director actuando en forma conjunta con un apoderado”, por no ajustarse al art.268 L.S.,
que solo se refiere a los directores.

Sociedades Anó nimas Pá gina 34


Se destaca de tal modo, correctamente la diferencia entre representantes legales, órganos
societarios y apoderados (Mandatarios).

4. Uso De La Firma Social.

Existe una correlación estrecha entre representación legal y uso de la firma social. En la
mayoría de los supuestos, el ejercicio de la primera se exterioriza y concreta a través de la
segunda.

Sin embargo, la afirmación precedente no supone identificar ambos conceptos, dado que
el primero subsume al segundo, que es una de sus manifestaciones o formas de ejercicio,
por cierto que la principal y más frecuente.

El uso de la firma social constituye uno de los atributos inherentes a la representación


legal, pero no agota la comparecencia personal ante citaciones judiciales o
administrativas, la absolución de posiciones en juicio, etc.

La Ley de Sociedades Comerciales no contiene disposiciones reglamentarias del uso de la


firma social. Esta omisión es a todas luces, deliberada y obedece al objetivo de subordinar
el uso de la firma el esquema estructurado para la representación legal, según el principio
de que lo accesorio sigue a lo principal.

En consecuencia, compete el estatuto o contrato social la reglamentación respectiva,


respetando la coordinación y concordancia entre la clausulas referentes a la
representación legal y uso de la firma social. La Inspección General de Justica en
Jurisdicción Nacional, cuida de que se observe esa concordancia en la redacción de los
estatutos y contratos de sociedades por acciones, de manera tal que las variantes
admisibles en materia de representación legal ya vista, son aplicables por extensión al uso
de la firma social.

5. Actos “Ultra Vires”. Efectos Frente A Terceros.

En el ejercicio de la representación legal, sus titulares pueden celebrar con terceros, actos
jurídicos o contratos no encuadrados en el objeto de la sociedad representada.

Son los denominados actos Ultra Vires. Según esta tradicional posición doctrinaria, con
raíces en el derecho anglosajón, los actos cumplidos por los representantes sociales son
validos en tanto y cuanto respondan al cumplimiento del objeto social y no excedan el
contenido de este. Los actos que no observan tales requisitos, esto es aquellos que
excedan “Notoriamente” (art.58) el objeto son actos Ultra Vires, considerados nulos por
esta teoría.

Sociedades Anó nimas Pá gina 35


Si bien nuestra Ley no adopta de una manera rígida este principio, por el cual se
circunscribe la capacidad de la persona jurídica al estricto cumplimiento del objeto, en
alguna medida lo ha receptado indirectamente al imponer los requisitos de precisión y
determinación en el objeto social (art.11, Inc.3ª).

El art.58 se pronuncia categóricamente en el sentido de que “El administrador que de


acuerdo con el contrato o por disposición de la Ley tenga la representación de la Sociedad,
obliga a esta por todos los actos que no sean notoriamente extraños al objeto social”,
agregamos que “Estas facultades legales de los administradores o representantes
respecto de los terceros no afectan la validez interna de las restricciones contractuales y la
responsabilidad por su infracción”.

Por tanto, el principio de tutela social abrazado por la Ley de Sociedades y su corolario, la
protección de los derechos de los terceros de buena fe, priman sobre la rigidez de la
doctrina Ultra Vires.

Así lo consagra inequívocamente la Jurisprudencia al declarar que “La seguridad de los


terceros ajenos al ente societario debe tener prioridad sobre los intereses de los socios o
sobre las limitaciones internas que ellos establezcan (arts.52, 125, etc., de la Ley 19.550).

Capitulo XXIX

Comité Ejecutivo
Experimentado en nuestra practica societaria, con especial referencia a la empresa de
magnitud, el comité ejecutivo no constituye, de hecho una innovación propia de la Ley
19.550.

Distinta es la conclusión en el ámbito específicamente jurídico. Desde este punto de vista,


advertimos el ingreso del instituto en los textos positivos de nuestra Legislación Mercantil,
por una parte y su condición de Órgano Societario, por otra cuya autonomía, conforme a
los antecedentes de derecho comparado, oportunamente invocados, es dable inferir de
esos mismos textos.

Precisamente el art.269 comienza diciendo que “El estatuto puede organizar un comité
ejecutivo”. El empleo de esa terminología (“Organizar”) y la atribución al estatuto social
de la facultad de hacerlo ilustran acerca del espíritu que animo al Legislador en esta
materia. Más adelante agrega que “El directorio vigilara la actuación de este comité
ejecutivo”, ratificando tal modo la autonomía del instituto.

Sociedades Anó nimas Pá gina 36


Lo señalado constituye otra manifestación ya observado: la evolución de los Órganos
Administrativos en las estructuras societarias propias de la gran empresa, en la cual se
pueden vislumbrar dos tenencias o direcciones predominantes;

a) La gradual disociación entre titularidad del capital y los cargos administrativos


(Inversores empresarios y tecnocracia dirigentes), que la Ley de Sociedades recepta a
través de su art.256, según el cual no es necesario ser accionista para ser director;

b) La “Mayor articulación del Órgano Administrador”, requerirá por el desarrollo y


complejidad estructural de la empresa actual.

A esta necesidad de articulación, agilidad y eficacia responde la institución del comité


ejecutivo, con antecedente en el derecho comparado (V. g., El Código Italiano de 1942 y la
Ley de 1942 y la Ley Española de Sociedades Anónimas de 1951).

En el estudio se cita también como precedentes correlativo la figura de “Presidente


director general” del Ordenamiento Jurídico Francés (Ley de 1966), en cuyo cargo se da
una centralización de atribuciones y a la par, una delegación parcial de facultades
especificas del consejo de administración órgano equivalentes a nuestro directorio.

1. Composición Y Competencia.

El art.269 aclara que el comité ejecutivo estará integrado por directores de la sociedad, no
obstante lo cual y conforme resulta de los antecedentes doctrinarios y legislativos
mencionados, no es un mero sector o desprendimiento del Órgano Administrador por
antonomasia, sino otro Órgano dotado de autonomía funcional, circunscripta a su
competencia especifica.

Dicha competencia está determinada por el mismo art.269 al expresar que los directores
integrantes del comité ejecutivo tendrán “A su cargo únicamente la gestión de los
negocios ordinarios”.

Para establecer con precisión que debe entenderse por “Gestión de los negocios
ordinarios”, es necesario acudir a la diferenciación de los actos de todo órgano
administrador, según su naturaleza o alcance jurídicos.

En tal orden de ideas, procede distinguir entre:

1) Actos De Representación Social, reservados en principios al presidente del


directorio (art.268 de la Ley), sin perjuicio de las variantes que el referido artículo faculta
al estatuto social;

Sociedades Anó nimas Pá gina 37


La remisión del art.58 ratifica que los actos de representación son propios del órgano
administrador, que en el supuesto de la Sociedad Anónima es el directorio (art.255 de la
Ley).

2) Actos De Decisión, dentro de la esfera de atribuciones propia del órgano


administrador, que entre otras comprende la fijación de la política general de la empresa
frente a las situaciones del mercado. Igualmente, las Resoluciones sobre adquisición o
enajenación de bienes sociales, el otorgamiento de mandatos generales o especiales o
directores o a terceros y en síntesis, todos aquellos actos que podrían denominar “De
conducción” de las empresas;

3) Actos De Ejecución U Operativos, que podemos equiparar con la denominación por


el art.269 “Negociaciones Ordinarios”, es decir, las operaciones habituales de la sociedad,
en cumplimiento de su objeto o actos de gestión ordinaria.

En área cabe situar la competencia del comité ejecutivo, tal como ha sido concebido por
nuestro Legislador.

2. Relación Con El Directorio.

Refiriéndonos a la alteridad entre ambos Órganos, se dijo antes que el art.269 confía al
directorio, en caso de existir un comité ejecutivo organizado estatutariamente, la
vigilancia o supervisión de la actuación del comité, el cual según se ha visto, no actúa por
delegación de facultades de directorio, como la gerencia, sino por atribución de una
competencia determinada, concurrente o no con el directorio y emanada del estatuto.

Por tanto, no puede decirse con propiedad que exista una relación de subordinación entre
el comité ejecutivo y el directorio, así como tampoco podría afirmarse que, a su vez el
directorio este subordinado a la sindicatura o al consejo de vigilancia en su caso.

Se trata, entonces de funciones atribuidas a uno y otro órgano por el contrato social, que
configuran una división o distribución de áreas de competencia y no una relación
subordinada.

Por lo mismo agrega el art.269 que el directorio, sin perjuicio de esa vigilancia, “Ejercerá
las demás atribuciones legales y estatutarias que le correspondan”.

De este enunciado surge la ratificación legal de la inexistencia de una delegación de


facultades, por una parte y de la división de áreas de competencia por la otra.

Ahora bien y como señala Fargosi en su trabajo citado, el plenario del órgano
administrador tendría una especie de derecho de veto con respeto a la actuación del

Sociedades Anó nimas Pá gina 38


comité ejecutivo, así como según el consejo de vigilancia puede tener facultad estatutaria
de vetar ciertos actos del directorio, que no podrán celebrarse sin su aprobación (art.281
Inc. c, de la Ley 19.550).

3. Responsabilidad.

En su Segunda Parte, dispone el art.269 que la organización de un comité ejecutivo no


Modifica las obligaciones y responsabilidad de los directores.

Esta solución concuerda con toda la economía de la Ley en torno a deberes y


responsabilidad de los administradores. En concreto, los directores no integrantes del
comité ejecutivo no podrán exceptuarse de las obligaciones y responsabilidades que son
inherentes a su cargo, fundados en que los actos u omisiones que generan la
responsabilidad provienen de susodicho comité. Ello, con las limitaciones que surgen del
art.274, 2ª Párrafo.

Se ajusta además a los principios generales del Código Civil en la materia, dado que si no
ha existido en tal supuesto la culpa In Contrahendo, la responsabilidad emana de la culpa
In Vigilando, atento a las facultades de supervisión acordados al director por el mismo
art.269.

Capitulo XXX

Gerencia
La figura del gerente tratado por el art.270 de la Ley de Sociedades, reconoce su
antecedente legislativo en el art.344 de la Ley de Código de Comercio.

De análisis comparativo de ambos textos resultan ciertas diferencias significativas.

1. Origen O Fuente Del Cargo.

El art.344 del Cód. Com., reservaba al estatuto o a la asamblea de accionistas de


designación de gerentes. La Ley 19.550 (art.270) asigna al directorio la facultad de
nombrarlos.

2. Naturaleza De Las Funciones.

El régimen anterior (art.344 del Cod. Com.), se refería a la atribución de “La parte
ejecutiva de las operaciones sociales”, es decir de una competencia sectorialmente
determinada.

Sociedades Anó nimas Pá gina 39


La asignación de esa competencia era directa; del estatuto a asamblea al gerente (O
gerentes).

En cambio el art.270 de la Ley habla de una delegación de funciones ejecutivas por parte
del directorio.

3. Remoción.

Aunque el Código de Comercio guardaba silencio al respecto, cabía deducir que el cargo
de gerente, previsto en el estatuto y emanado de la asamblea, debía ser revocada
también por la misma asamblea, como todo cargo estatutario.

El actual texto (art.270) establece que los gerentes sean directores o no, son revocables
libremente expresión que requiere dos aclaraciones:

1) Por libre revocabilidad del cargo debe entenderse que no es menester resolución de
asamblea, bastando con la decisión del directorio en tal sentido;

2) Que este procedimiento de remoción es solo aplicable al cargo de gerente, de modo


que si la misma persona es a la vez director de la sociedad, no será afectada en tales
funciones, solo revocable por la asamblea;

3) Que dicha libre revocabilidad no puede enervar, como es obvio los derechos
laborales del funcionario afectado en la estabilidad de su cargo, reconocido a nivel
constitucional.

4. Responsabilidad.

En esta materia puede advertirse la influencia de la doctrina adoptada por la Ley 19.550,
en su art.2 al conferir a las Sociedades Mercantiles la condición de sujetos de derecho,
con independencia de las personas de sus socios.

Así el art.344 del Cód. Com., hacia responsables a los gerentes “Como a los directores”,
agregaba, ante los socios y los terceros, aunque no integraran el directorio.

Por su parte, el art.270 de la Ley de Sociedades, al retirar genéricamente la norma, los


hace responsable “Ante la Sociedad y los Terceros”, análogamente a los directores.

Se advierte, el reconocimiento legal de la personalidad social, como realidad jurídica, lo


cual no excluye las acciones de los socios para hacer efectiva esa responsabilidad.

Por último el art.270 consagra la responsabilidad concurrente de gerentes y directores al


disponer que la designación de los primeros no excluya la responsabilidad de los
segundos.

Sociedades Anó nimas Pá gina 40


El estudio comparativo precedente resulta de utilidad a los fines de diferenciar
debidamente los institutos del comité ejecutivo y de la gerencia en el régimen de la Ley
19.550.

Hemos visto que la gerencia no es un órgano estatutario, sino que actúa por delegación de
facultades propias del directorio. También que los gerentes pueden ser directores o no y
por último que son libremente revocables.

En su oportunidad, señalamos que el comité ejecutivo es un órgano previsto por el


estatutario, que debe estar integrado por directores y consecuentemente que su
remoción compete a la asamblea de accionistas.

De todo ello se desprende que si un director ejerce a la vez el cargo de gerente como tal
goza de la estabilidad garantía por la legislación laboral (Derecho a indemnizar por
despido injustificado, etc.). Si el mismo director forma parte del comité ejecutivo, su
remoción no engendra a su favor tales derechos.

En otras palabras, el gerente es como tal un funcionario en relación de dependencia con


respecto a la sociedad, en tanto que el integrante del comité ejecutivo es participe de uno
de los órganos societarios, siendo el vinculo que lo liga a la sociedad de carácter
estatutario, vale decir, emergente del contrato social.

Consecuencia de lo antedicho es, entre otras cosas, que el director gerente, desde el
punto de vista de las Leyes previsionales, deberá efectuar aportes jubilatorios por partida
doble;

a) Como director (Empresario) a la Caja de Prevención para Trabajadores Autónomos;

b) Como gente (Empleado) a la Caja de Prevención para Trabajadores del Comercio, la


Industria y Actividades Civiles.

Capitulo XXXI

Relación De Los Directores Con La Sociedad


1. Limitación A La Capacidad De Contratar.

Uno de los temas más delicados en el régimen legal del director es el referente a las
relaciones de los directores con la sociedad administrada.

Los objetivos perseguibles por la Ley al respecto atienden a la protección de la sociedad y


con ella de los socios, frente a los eventuales abusos que, en su provecho cometieron los
administradores en el ejercicio de sus cargos.

Sociedades Anó nimas Pá gina 41


La prohibición absoluta de contratación entre los directores y la sociedad administrada
(art.338 del Cód. Com.) fue condicionado (art.271), cuyas formalidades fueron
consideradas excesivas en algunos aspectos y contrapuestos en sus efectos.

La Reforma de la Ley 22.903 se ha ocupado del problema, flexibilizando en buena medida


el procedimiento del art.271.

Se reconoce el derecho de los directores a contratar con la sociedad, por la cual es


inadecuado el epígrafe que lleva al artículo, referente a una prohibición que no es tal.

Se condiciona esa posibilidad de contratar a la existencia de dos presupuestos:

a) Que los contratos sean de la actividad en que la sociedad opere (Dentro del objeto
social);

b) Que se celebren en las condiciones del mercado (Antes de la Reforma se exigía que
se celebraren en condiciones similares a las vigencias en las negociaciones con terceros);

Si los contratos entre los directores y la sociedad reúnen dichos requisitos, la facultad para
celebrarlos es irrestricta.

Si nos los reúnen, solo podrán celebrarse previa aprobación del directorio o conformidad
de la administración de la sindicatura si no hubiere quórum (Antes se requerirá la previa
aprobación de la asamblea, recaudo que dificulta seriamente estas relaciones
contractuales).

Una vez aprobado por el directorio o en su caso por el síndico el art.271 ordena dar
cuenta a la asamblea de dichas operaciones. El Órgano deliberativo las aprobara o
desaprobara. Si sucedería esto último, los directores o síndicos que las aprobaran serán
solidariamente responsables por los daños y perjuicios irrogados a la sociedad.

Por último se considera la hipótesis de los contratos que no reúnen las condiciones del
Párrafo Primero (Dentro del objeto social y en las condiciones del mercado), y tampoco
han observado los recaudos del Párrafo Segundo (Aprobación del directorio o
conformidad de la sindicatura). Tales contratos, salvo que fueren ratificados por la
asamblea, son nulos, sanción que no excluye la responsabilidad por daños y perjuicios.

Como puede verse, el campo de posibilidades se ha ampliado considerablemente. En


efecto sin perjuicio de los contratos permitidos, observamos que para los restantes no rige
ya la previa aprobación por asamblea; que esta puede ratificar la aprobación del directorio
o sindicatura, y más aun puede ratificar salvando de la nulidad, los contratos que no
contaran con la aprobación de dichos órganos sociales.

Sociedades Anó nimas Pá gina 42


En los que atañen a la responsabilidad de directores y/o síndicos en los casos de rechazo
por la asamblea, la misma solo tendrá lugar cuando existieran reales daños y perjuicios
para la sociedad.

2. Interés Contrario. Actividades En Competencia.

El caso propuesto por el art.272 es distinto. Contempla el problema del director que
tuviera, en uno o varios asuntos determinados un interés contrario al de la Sociedad; vale
decir que sus intereses estuvieren en conflicto con los sociales. En tal supuesto deberá
ponerlo en conocimiento del directorio y síndico, y además abstenerse de participar en las
deliberaciones relativas a los asuntos en cuestión “So Pena de incurrir en la
responsabilidad del art.59”. Como se recordara, esta última Norma se refiere al patrón de
conducta de los administradores, en la Parte General de la Ley.

Igualmente razonable es la disposición del art.273, prohibiendo al directorio participar por


cuenta propia o de terceros en actividad competitivas con las sociedades que administran,
“Salvo autorizan expresa de la asamblea”. La responsabilidad en que incurre el infractor es
la misma, remitiéndose al art.59 de la Ley.

Se observa en términos generales que la Ley de Sociedades es mucho mas explicita,


concreta y a la vez amplia en esta materia, si comparamos sus soluciones con las del
Código de Comercio. En este caso el mayor casuismo era necesario para circunscribir la
órbita de las incompatibilidades y restricciones a su justa medida y no coartar, por exceso
de celo, las propias actividades y desenvolvimiento de la sociedad.

Capitulo XXXII

Responsabilidad
1. Principios Generales.

En el tema de la Responsabilidad de los directores reviste suma trascendencia en nuestro


estudio, tanto por los principios doctrinarios en juego como por las consecuencias que su
aplicación trae aparejada en la vida societaria.

Se cree oportuno recordar que Jurídicamente hablando, la palabra “Responsabilidad”


tiene diversos contenidos o aceptaciones;

a) En Primer Lugar: Equivale a imputabilidad. Ser responsable de un acto u omisión


implica que ese acto es imputable a la persona de referencia, que se le adjudica su autoría
o bien se le achaca pasividad injustificable ante el acto perjudicial a terceros;

Sociedades Anó nimas Pá gina 43


b) Segundo Lugar: Asimila responsabilidad a obligación de reparar el daño en
términos económicos o patrimoniales.

En lo que se denomina “Responsabilidad Civil”, por oposición a la Responsabilidad Penal, a


la cual nos referimos más adelante.

c) Tercer Lugar: Se llama Responsabilidad a la dimensión patrimonial del obligado al


pago de una deuda o a la reparación de un daño.

En el Primer Caso el obligado “Responde” hasta el límite de su participación en el capital


social. En el Segundo Caso, quedan afectados sus bienes propios, sin limitación. Si hay
solidaridad, el acreedor puede cobrarse de cualquiera de los deudores, sin que este pueda
oponerle excepción de divisiones del crédito.

La Ley de Sociedades se refiere, desde luego a la responsabilidad civil o patrimonial.

Comienza como se ha dicho, estableciendo en qué consiste el buen desempeño de la


función de administrador y en qué medida son responsables por incumplimiento de sus
obligaciones (art.59).

Señalemos que cuando el art.59 dice “Son responsables ilimitada y solidariamente por los
daños y perjuicios que resultaren de su acción u omisión” está utilizando la palabra en los
tres sentidos puntualizados, respectivamente en a, b y c, es decir en el de imputación del
acto u omisión, en el de la obligación de reparar el daño y finalmente en la medida o
alcance patrimonial de la reparación.

No debe olvidarse que el acto u omisión culpable solo engendra responsabilidad civil si se
han producido daños y/o perjuicios a la sociedad a los socios o a terceros.

Toda acción de responsabilidad supone la acreditación probatoria de la lesión patrimonial,


a los fines de su resarcimiento. Quien la ejerce debe probar no solo la existencia de los
daños o perjuicios sino también su valor monetario.

2. Causas Generadoras.

Al referirse a la Normativa sobre Responsabilidad de los directores, la Exposición de


Motivos de la Ley 19.550 exterioriza la preocupación del legislador por lograr “Una
regulación equilibrada, que impida que la aplicación de esas normas someta a la sociedad
a los directores a los excesos de una minoría obstruccionista”.

Dentro de tales parámetros deben interpretarse, por consiguiente las disposiciones


relacionadas con ese tema en la Sección V del Capítulo II de la Ley, encabezada por el
art.274.

Sociedades Anó nimas Pá gina 44


En su Primer Párrafo establece el artículo mencionado que sociedad, los accionistas y los
terceros, por el mal desempeño de su cargo, según el criterio del art.59, así como por la
violación de la Ley, el estatuto o el reglamento y por cualquier otro daño producido por
dolo, abuso de facultades o culpa grave”.

La remisión del art.59 forzosa por cuanto es la Norma básica sobre comportamiento de los
administradores en general, nos recuerda que los directores deben proceder “Con lealtad
y con la diligencia de un buen hombre de negocios”. A contrario Sensu, quien así no lo
hiciera incurrirá en “Mal desempeño de su cargo” (art.274).

Desempeña mal su cargo el director desleal con la sociedad administrada, el negligente o


imprudente, el dispendioso con los recursos societarios, el incompetente para el ejercicio
de la función y en fin aquel que no pusiera en el ciudadano y manejo de los negocios
sociales la misma aplicación, diligencia e intereses que en los propios.

Pero el deficiente desempeño del cargo, con el sentido y alcance precitado, no es la única
causa generadora de responsabilidad para los directores de Sociedades Anónimas.

Agrega el art.274 que estos responden también por “La violación de la Ley, el Estatuto o el
Reglamento”.

En este Segundo Supuesto, la pauta es objetiva. La Responsabilidad se genera por la mera


infracción al orden jurídico que regula la vida societaria, aun cuando no hubiera de por
medio mal desempeño del cargo, en el sentido antes señalado.

Desde luego no es admisible juzgar tales infracciones con un criterio de automaticidad. Se


impone considerar con cautela circunstancia tales como la jerarquía relativa de la Norma
violada, la existencia o inexistencia de un acto deliberado por parte del infractor y
necesariamente, las consecuencias de la infracción, esto es la producción de daños y/o
perjuicios a la sociedad, los accionistas o terceros.

A los efectos de la responsabilidad civil no es menester la existencia del dolo específico,


exigible en Materia Penal, siendo suficiente el dolo genérico, consistente en el ánimo
doloso con que el director en cuestión ejecute u omita un acto; vale decir la plena
conciencia de que su acción u omisión importan incumplimiento de los deberes a su cargo.

Con respecto al abuso de facultades señalaremos que puede o no implicar dolo, pero en
uno u otro caso supone la quiebra del ordenamiento regulatorio interno de la sociedad
como sucede por ejemplo en el supuesto de actos de disposición que afecten al
patrimonio social, cuya procedencia no resulte claramente inferida en los textos legales o
estatutarios.

Sociedades Anó nimas Pá gina 45


Debe conceptuarse también que existe abuso de facultades cuando el o los directores
responsables han sido ejercido de modo abusivo o arbitrio atribuciones que surgen de la
Ley, estatuto o reglamento de manera tal que su exceso ocasione perjuicio a la sociedad
administrada.

3. Criterio Subjetivo En La Responsabilidad.

La Concepción Subjetivista de la Responsabilidad, que atienden a la real y efectiva


actuación de cada uno de los directores, se ha abierto paso en el régimen societario a
través de la Reforma instrumentada por la Ley 22.903, que ha agregado un nuevo Párrafo
al art.274, conforme al cual, y sin perjuicio de lo dispuesto en el Primer Párrafo del
mencionado artículo, la imputación de responsabilidad se hará en merito de la actuación
individual de cada director “Cuando se hubieren asignado funciones en forma personal, de
acuerdo con lo establecido en el estatuto, el reglamento o decisión asamblearia”.

Esta personalización de la responsabilidad tiene antecedente inmediato en la Ley de


Concursos (arts.235, 236 y 238) y responde a elementos principios de equidad, toda vez
que no es justo medir con la misma vara a los directores que han manejado los negocios
sociales en sus diversos aspectos que aquellos cuya participación ha sido virtualmente
nula, meramente figurativa.

El nuevo texto establece un requisito para la aplicabilidad de la Norma precedente; la


Norma estatutaria, reglamentaria o la decisión de la asamblea que adjudica funciones
determinadas y diferenciadas y la designación de las personas que han de desempeñar las
funciones, deben ser inscriptas en el Registro Público de Comercio.

4. Exención.

El mismo art.274 se ocupa, en su tercer párrafo de reglar los casos de Exención de


Responsabilidad, reproduciendo en general los lineamientos del antecedente legal
correlativo (art.337 del Cód. Com.), con la salvedad que puntualizaremos.

Aunque el texto Legal no lo dice, queda exento de Responsabilidad el director (O


directores) que no hubiera participado en la deliberación y/o Resolución de la cual
resultaron los daños o perjuicios a resarcir. Quedan exentos, los directores ausentes en la
reunión o reuniones del cuerpo donde se hubieren tratado la cuestión que dieran lugar a
las decisiones perjudiciales para la sociedad.

Pero la exención no se limita a los ausentes. Alcanzan también a quienes, participando de


las deliberaciones y/o Resoluciones generadoras de Responsabilidad o conociéndolas,
dejaren constancia de su disconformidad o protestad y además comunicaren de
inmediato al Órgano Fiscalizador, el art.274 dice “Al sindico”, olvidando que la Ley ha
Sociedades Anó nimas Pá gina 46
previsto el consejo de vigilancia y la comisión fiscalizadora, esa discrepancia y el motivo
determinante de la misma.

La comunicación al órgano fiscalizador interno, materia en la cual innova al art.274 de la


Ley con respecto a su precedente Legal, el art.337 del Cód. Com., debe ser efectuada con
anterioridad a todo reclamo Judicial o Extrajudicial, de responsabilidad contra el director o
directores disidentes. Obvio es agregar que la obligación no rige en las Sociedades que
prescinden del Órgano Fiscalizador (art.284).

Caben algunas aclaraciones a lo antedicho;

a) La disidencia deberá hacerse constar en el acta de directorio correspondiente a


cabo por ese medio, será menester acudir a la Notificación fehaciente (Por telegrama
colacionado, carta documento o acta notarial);

b) No es necesario la comunicación al sindico u Órgano Fiscalizador si aquel o los


integrantes de este estuvieron presentes en la reunión de directorio donde se adopto la
resolución impugnada, firmado el acta respectiva.

5. Extinción.

A su turno el art.275 legisla la extinción de la Responsabilidad de los directores y gerentes


respecto de la Sociedad, Norma sin antecedente en el Código de Comercio, por lo que
atañe a la Sociedad Anónima.

La Responsabilidad queda extinguida por la aprobación de su gestión se entiende por la


asamblea de accionista y por renuncia expresa o transacción aprobada o acordada
también por la asamblea, siempre que esa Responsabilidad no tuviere origen en la
violación de la Ley, Estatuto o Reglamento y “Si no media oposición del cinco por ciento
del capital social por menos”.

Por último agrega el texto “La extinción es ineficaz en caso de liquidación coactiva o
concursal”. Es el supuesto de la Quiebra de la Sociedad o de su Liquidación Decretada
Judicialmente (arts.97 y 102 de la Ley).

La diferencia fundamental entre los supuestos de exención de Responsabilidad (art.274,


2ª Párrafo), y de extinción de la misma (art.275) consiste en que la Responsabilidad no se
ha generado en el Primer caso y si en el segundo, aunque circunstancia posteriores o aun
concomitantes, la dejen sin efectos jurídicos. La distinción no es meramente doctrinal,
puesto que encuentra su aplicación práctica al considerarse los efectos del acto, cuando
concurren los supuestos de exención o las cuales de extinción.

Sociedades Anó nimas Pá gina 47


Tales efectos no se producen en el primer caso y pueden darse perfectamente en el
segundo, aunque luego se extingan. Vale decir que la Responsabilidad no existe en los
supuestos del art.274, Segunda Parte, y ha existido temporariamente, dando lugar a las
acciones emergentes en los casos del art.275.

6. Acción De Responsabilidad.

a) Titularidad Y Efectos:

Dispone el art.276 que la acción de responsabilidad contra


los directores corresponde a la sociedad, previa resolución de la asamblea de accionista. A
continuación enuncia una excepción al principio general del art.246 de la Ley, al
establecer que dicha resolución puede ser adoptada aun cuando no conste el asunto en el
temario de la asamblea, “Si es consecuencia directa de la Resolución de asunto incluido en
este”;

La decisión de la asamblea declarando la responsabilidad del director producirá la


remoción de este y obligara a su reemplazo. De ello cabe deducir que, no habiendo
directores suplentes, la asamblea que destituye al director responsable deberá proceder a
la elección de su reemplazante, aunque el punto no figure en el Orden del Día, dado que
se trataría de una consecuencia directa de la Resolución adoptada.

En su parte final, agrega el art.276 que, además la acción de responsabilidad contra los
directores podrá ser ejercida por los accionistas que hubieran efectuado la oposición
prevista por el art.275.

Se refiere a esa proporción mínima del 5% del capital social (Esto es, capital suscripto),
cuya eventual oposición a la extinción de la responsabilidad esta contempla por dicho
artículo.

b) Acción Judicial:

Aunque el texto del art.277 no lo explicita, como sería deseable, se


refiere a la acción judicial tendiente a hacer efectiva la Responsabilidad Civil de los
directores incursos en infracción a sus deberes. Comienza diciendo que si la acción no
fuera iniciada dentro del plazo de tres meses, contando desde la fecha del acuerdo del
directorio, cualquier accionista puede promoverla. Nuevamente, el texto es deficiente y
peca por omisión. Debido decirse “Si la acción no fuera iniciada por la sociedad”,
aclarando de tal forma quien es titular con prioridad, puesto que si bien cabe deducirlo del
art.276, no olvidemos que aquel se refiere a la declaración previa de responsabilidad por
la asamblea y no a la acción judicial y en esta materia la claridad no es un lujo.

Sociedades Anó nimas Pá gina 48


Luego si la sociedad no promueve la acción, por intermedio de su o sus representantes
legales, dentro de los tres meses del acto generador de la responsabilidad, queda
habilitado cualquiera de los accionistas para ocurrir ante el Juez de Comercio competente
(El del domicilio social), “Sin perjuicio de la responsabilidad que resulte del
incumplimiento de la medida ordenada”. Una vez más se peca por defecto; La
responsabilidad que se cita en este caso es la del directorio de la sociedad, al no promover
la acción judicial contra el o los directores responsables de la infracción. Era menester
decirlo también expresamente para evitar la interposición de excepciones dilatorias por
parte de los demandados, favorecidos por la oscuridad del texto;

c) Acción Individual:

El ejercicio de la acción de responsabilidad contra los


directores por la sociedad misma no obsta ni excluye los de cada uno de los accionistas,
por derecho propio e individualmente.

Así resulta del art.279 L.S.C., que acuerda también esta acción individual a los terceros
eventualmente perjudiciales por los actos u omisiones de los directores.

En lo que atañe a los accionista, en doctrina se discute si el ejercicio de la acción individual


requiere la existencia de un quebranto personal para el accionante, o bien si basta con los
daños y perjuicios ocasionados a la sociedad, posición esta ultima que compartimos.

7. Responsabilidad Penal.

Si discute en doctrina sobre la necesidad o conveniente de incluir en la Ley de Sociedades


un complejo de normas de carácter represivos de índole penal.

Entendemos por nuestra parte, que la existencia de un derecho penal societario,


aspirando expresadas claramente por el autor, no supone necesariamente la inclusión de
normas punitivas en cuerpo legislativo societario, sino su tratamiento diferencial y su
autonomía sistemática, ya fuere dentro de una codificación penal, o bien mediante Ley
especifica.

La importante es implementar una respuesta adecuada del Estado frente a la magnitud


alcanzada por la delincuencia económica, protagonizada frecuentemente por directivos
empresarios en perjuicio de las sociedades administradas, de los socios en particular y del
público en general.

Tales consideraciones nos llevan a la caracterización de los delitos societarios, o sea los
perpetrados en una sociedad comercial por un administrador, gerente, directores y/o
fiscalizadores internos, contra dicha sociedad, sus socios o terceros.

Sociedades Anó nimas Pá gina 49


Nuestro Código Penal se ocupa de las responsabilidades delictual de los directores,
gerentes, administradores o liquidadores de sociedades anónimas, cooperativas u otras
personas jurídicas, en el Titulo II, Capitulo 5ª, “De los fraudes al Comercio y la Industria”.

Allí encontramos al art.300, referente a la autorización y/o público de balances falsos,


seguido del art.301 que reprime los actos de los administradores contrarios a la Ley o los
estatutos y de los cuales derive algún perjuicio. Los sujetos damnificados pueden ser la
sociedad administrada, los socios o los terceros.

Como puede advertirse, se trata de típicos delitos societarios, insertos en el titulo


dedicado a los “Delitos contra la fe pública”.

Si bien la técnica legislativa es susceptible de reparos a la luz de las consideraciones


precedentes, resulta innegable que en última instancia el bien jurídicamente protegido es
la fe pública, lesionada gravemente por los actos incriminados en los arts.300 y 301 del
Cód. Pen.

El art.301 sufrió dos importantes modificaciones en su texto original por imperio de las
Leyes Nrs.17.567 y 21.388, la primera dictada en 1967 y la segunda en 1976.

Conforme a su texto original, el art.301 requería, como condición para la existencia del
delito que el acto o actos ilícitos de los directores dejaran a la sociedad “Imposibilidad de
satisfacer sus compromisos o en la necesidad de ser disuelta”, Virtualmente, el acto u
omisión para ser incriminando, debía ser causa de la falencia de la sociedad dirigida por el
o los culpables.

La Reforma de 1967 (Ley 17.567) suprimió esa condición en el art.301, sustituyéndola por
la mera existencia de perjuicios, como resultantes de los actos reprimidos.

Además agrego como requisitos que se prestaren concurso o consentimiento “A


sabiendas”, vale decir con plena intencionalidad.

Por otra parte, agravo la penalidad en el supuesto de que la infracción se cometiere


mediante la emisión de acciones o de cuotas de capital.

La Ley 17.567 fue Derogada por la Ley 20.509 (Año 1973), hasta que en 1976, por vía de la
Ley 21.388 fue restituido el texto del art.301 del Cód. Pen., según quedo Modificado por
la primera de las Leyes Citadas.

Actualmente, la Norma que nos ocupa establece: “Sera reprimido con prisión de seis
meses a dos años, el directorio, gerente, administrador o liquidador de una sociedad
anónima, o cooperativa o de otra persona colectiva que a sabiendas prestare su concurso

Sociedades Anó nimas Pá gina 50


o consentimiento a actos contarios a la Ley o a los estatutos, de los cuales pueda derivar
algún perjuicio. Si el acto importare emisión de acciones o de cuotas de capital, el máximo
de la pena se elevara a tres años de prisión, siempre que el hecho no importare un delito
más severamente penado”.

Del estudio comparativo entre el texto actual del art.301 y el anterior a la Reforma de
1967 surgen diferencias destacables:

a) Naturaleza Del Delito: La introducción de la palabra “A sabiendas”, en el nuevo


texto lo caracteriza como un delito material y no meramente formal. No basta para
tipificarlo que los actos fueren contrarios a la Ley o los Estatutos, sino que es necesaria la
existencia de intención dolosa. Por ende, la omisión no sería punible, aunque engendren
responsabilidad civil.

Además, se requiere la producción de un perjuicio inferido a la sociedad como un delito


de daño, puesto que la figura incriminada no se da ante la mera posibilidad o peligro de
perjuicios como resultados de los actos descriptos.

b) Atenuación De Penas: De un mínimo de dos años y un máximo de seis en la versión


original, la penalidad queda reducida a un mínimo de seis meses y un máximo de dos años,
en la figura básica;

c) Agravante Contemplada: En caso de emisión de acciones o cuotas de capital, el


máximo de la Pena se eleva a tres años, en nuestra opinión sin justificativo aparente. El
autor intelectual de la Reforma, Soler, tampoco lo aclara en la pertinente Exposición de
Motivos.

Obviamente las emisiones de capital reprimidas por el art.301 del Cód. Pen., deben ser
violatorias de la Ley o del Estatuto social, condición básica para la configuración del delito.

d) Extensión De Los Sujetos Activos: Se incluye entre estos a los liquidadores, criterio
que conceptuamos acertado, toda vez que los actos delictivos pueden ser cometidos
también contra una sociedad en estado de liquidación.

Si bien resulta del art.102 de la Ley de Sociedades Comerciales que el liquidador cumple
las funciones de administrador, la índole especifica de la Ley Penal requería la inclusión
expresa de esta función entre los sujetos activos, dado no ser procedente la asimilación
analógica.

e) No Inclusión De Los Síndicos Y Consejeros De Vigilancia: Aunque la figura delictiva


del art.301 se refiere a los administradores, cabe recordar que los integrantes de los

Sociedades Anó nimas Pá gina 51


Órganos Fiscalizadores comparten la Responsabilidad Civil de aquellos (art.297 Ley
19.550).

En función de ello, no es desatinado preguntarse porque los síndicos y consejeros de


vigilancia no han sido incluidos entre los sujetos activos de la figura penal analizada.
Autores como Cámara así lo propugnaron.

Entendemos a nuestro turno que el argumento de que el art.301 reprime el acto y no la


omisión así como de que el rol de los fiscalizadores es mas pasivo que activo, no es
suficiente para salvar la exclusión, toda vez que las penas contempladas alcanzan a
quienes “Prestaren su concurso o consentimiento” a los actos incriminados. Es indudable
que si bien pocas veces los síndicos o consejeros prestaran su concurso, a menudo habrán
prestado su consentimiento (Claro que este será generalmente tácito y no expreso).

Estas reflexiones nos llevan a considerar que los síndicos y consejeros de vigilancia, si bien
no están incriminados como autores del delito tipificado por el art.301 del Cód. Pen.,
pueden estarlo en grado de participación (Cómplices o encubridores).

f) Indefinición Del Requisito De Perjuicio: El texto del art.301, al requerir la existencia


de perjuicio para la configuración del delito, peca por la latitud excesiva en su enunciado.

El efecto, no se ha especificado el sujeto pasivo con la determinación necesaria ¿A quién a


quienes debe ocasionarse perjuicio?

Cabe interpretar, como en el supuesto de responsabilidad civil que los sujetos pasivos son
la sociedad, sus socios, y/o terceros contratantes con aquella.

Pero más allá de tal deducción, es observable la aludida indeterminación en el texto legal,
susceptible de ocasionar acciones y denuncias penales aventuradas, abusivas o
antojadizas, en desmedro de la eficacia de la norma respectiva.

No podríamos dar por terminado este capítulo sin aclarar, aunque resulte obvio que;

a) La promoción de la acción civil de responsabilidad no obsta a la interposición de la


querella criminal por aplicación del art.301 Cód. Pen.

b) Que la sentencia penal llevara, como accesoria, la representación civil de los


perjuicios patrimoniales por los administradores culpables.

Sociedades Anó nimas Pá gina 52

También podría gustarte