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B.

Sistema nervioso autónomo


El sistema nervioso autónomo u organovegetativo se compone de dos sistemas antagónicos: el
sistema simpático y el parasimpático.
Ambos sistemas comprenden dos partes: una central y otra periférica.
La parte central se encuentra, con los centros del sistema cerebroespinal, en el neuroeje o
sistema nervioso central.
La parte periférica está formada por nervios y ganglios. Al sistema nervioso simpático
pertenecen una serie de ganglios simpáticos escalonados a derecha e izquierda de la línea media,
situados en la cara anterior de la columna vertebral y comunicados entre sí por un cordón
nervioso intermedio; el conjunto constituye el tronco simpático o cadena simpática
paravertebral. Otros ganglios se sitúan en el trayecto de los nervios del sistema nervioso
autónomo.

1. Ramos comunicantes. Los ganglios del tronco simpático se unen al sistema nervioso
cerebroespinal por medio de uno o varios filetes nerviosos denominados ramos
comunicantes. Unos, que reciben el nombre de ramos comunicantes blancos, van de los
nervios craneales-espinales a los ganglios simpáticos; los otros, denominados ramos
comunicantes grises, unen estos ganglios a los nervios craneales-espinales.

2. Ramo meníngeo. Se da este nombre a un ramo nervioso destinado al contenido del


conducto vertebral y a la columna vertebral. Está formado por dos raíces: una,
cerebroespinal, se separa del nervio espinal antes de su división en dos ramos, anterior y
posterior; la otra proviene del tronco simpático, directamente o por medio de un ramo
comunicante.
3. Comunicaciones y plexos nerviosos. Las comunicaciones nerviosas se llevan a cabo por medio de
fascículos nerviosos que van de un nervio a otro. Son particularmente numerosas en ciertas regiones,
donde forman un entrelazado de dos cordones o filetes denominado plexo nervioso.
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Las comunicaciones entre los nervios del sistema nervioso cerebroespinal o de la vida de relación se
efectúan entre dos nervios vecinos pertenecientes a la misma mitad del cuerpo: un fascículo de fibras se
desprende de un nervio y se adhiere a otro nervio, con el que comparte el mismo territorio. Los plexos
constituidos por estas comunicaciones se forman, sobre todo, entre los troncos nerviosos destinados a los
miembros (fig. 18).
Las comunicaciones entre los nervios del sistema nervioso autónomo se producen, por el contrario,
entre los nervios de un lado y los del lado opuesto. Los plexos vegetativos son particularmente complejos
y comportan un intercambio de fibras, de manera que el nervio de un lado (p.ej., el nervio vago derecho)
participa igualmente en la inervación de las mitades derecha e izquierda de las vísceras que inerva y
cuyos esbozos, originalmente medios, presentan dos mitades, derecha e izquierda.

ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS

Los órganos de los sentidos reciben los estímulos del mundo exterior. Estos son inmediatamente
transmitidos por los nervios al sistema nervioso central, donde los estímulos son percibidos y
transformados en sensaciones.
Los órganos de los sentidos son cinco: el órgano del tacto, el órgano del gusto, el órgano del olfacción,
el órgano de la vista y el órgano vestibulococlear.
Cada uno de ellos se compone de: a) elementos nerviosos receptivos, y b) un aparato destinado a
mantener estos elementos en las mejores condiciones de receptividad.
El elemento receptor es una célula nerviosa, la célula sensorial o célula estética (Prenant). Los agentes
exteriores excitan las ramificaciones terminales de su dendrita o prologación celulítpeta. El estímulo
recibido llega a los elementos nerviosos del sistema nervioso central y recorre sucesiva-mente la dendrita,
el cuerpo celular y el axón o prolongación celulífuga del elemento receptor. Inmediatamente se transmite
al centro perceptor mediante una serie ininterrumpida de neuronas que forman una vía sensorial más o
menos compleja.
A los elementos nerviosos de un órgano de los sentidos se anexan los órganos que los protegen,
favoreciendo la acción de agentes exteriores destinados a impresionarlos.
Describiremos a continuación el órgano del tacto, es decir, la piel, que reviste toda la superficie del
organismo y cuyas características generales se explicarán al completo.
Los otros órganos de los sentidos serán estudiados junto con la cabeza.
A. Órgano del tacto
B.
CONFIGURACIÓN DE LA PIEL. La coloración de la piel varía según las razas, los individuos y, en un mismo
sujeto, según las regiones.
La superficie de la piel presenta orificios, surcos y salientes. De los orificios, unos ponen en comunicación las vías
digestivas, respiratorias, genitales y urinarias con el exterior. Otros son los orificios de las glándulas cutáneas
mamarias, glándulas sudoríparas y glándulas sebáceas.

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