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1. Ramos comunicantes. Los ganglios del tronco simpático se unen al sistema nervioso
cerebroespinal por medio de uno o varios filetes nerviosos denominados ramos
comunicantes. Unos, que reciben el nombre de ramos comunicantes blancos, van de los
nervios craneales-espinales a los ganglios simpáticos; los otros, denominados ramos
comunicantes grises, unen estos ganglios a los nervios craneales-espinales.
Los órganos de los sentidos reciben los estímulos del mundo exterior. Estos son inmediatamente
transmitidos por los nervios al sistema nervioso central, donde los estímulos son percibidos y
transformados en sensaciones.
Los órganos de los sentidos son cinco: el órgano del tacto, el órgano del gusto, el órgano del olfacción,
el órgano de la vista y el órgano vestibulococlear.
Cada uno de ellos se compone de: a) elementos nerviosos receptivos, y b) un aparato destinado a
mantener estos elementos en las mejores condiciones de receptividad.
El elemento receptor es una célula nerviosa, la célula sensorial o célula estética (Prenant). Los agentes
exteriores excitan las ramificaciones terminales de su dendrita o prologación celulítpeta. El estímulo
recibido llega a los elementos nerviosos del sistema nervioso central y recorre sucesiva-mente la dendrita,
el cuerpo celular y el axón o prolongación celulífuga del elemento receptor. Inmediatamente se transmite
al centro perceptor mediante una serie ininterrumpida de neuronas que forman una vía sensorial más o
menos compleja.
A los elementos nerviosos de un órgano de los sentidos se anexan los órganos que los protegen,
favoreciendo la acción de agentes exteriores destinados a impresionarlos.
Describiremos a continuación el órgano del tacto, es decir, la piel, que reviste toda la superficie del
organismo y cuyas características generales se explicarán al completo.
Los otros órganos de los sentidos serán estudiados junto con la cabeza.
A. Órgano del tacto
B.
CONFIGURACIÓN DE LA PIEL. La coloración de la piel varía según las razas, los individuos y, en un mismo
sujeto, según las regiones.
La superficie de la piel presenta orificios, surcos y salientes. De los orificios, unos ponen en comunicación las vías
digestivas, respiratorias, genitales y urinarias con el exterior. Otros son los orificios de las glándulas cutáneas
mamarias, glándulas sudoríparas y glándulas sebáceas.
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